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DIAR.10 DE PUERTO lllCO.

LUNES 8 DE .AGOSTO DE 1814.

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PÜF.RTO-RICO 6 DE AGOSTO DE t 814. 1Jando fa,t1b!icado en esta Plaza par el Sr. tk lJcsae H · ésbblccitnknto dt:l rnbnedtt en Septiembre de l.8'12, encuya ep0ca5e hizo saber con las urgc'1tes cauSal que movieron a su circu.. lacion; el Gobkmo ha mirado con toda circunspcccion y la perdida que en distint:.a5 t:a ido te n1e·n.to, y la de muchoa sobre c:1 de conso1'.idar '" ,r Jos _progresos . tan grave mal, que ha dt di.a ·en d1a con insufnble dalio <le los e_mplead°' y de tbcla la hla. Varios han siclo los pla .. proput'stos en tan ddic'lda materia; tTatandose de •u , se han incfic;;t'*" o po¡que la Codida ha la ley tÍraru& i los que vive11 dt'} papel moneda y de otro medió de tenc:rlo 9u(' dár al 'prcdo que venderlo. de los art1culos de primera fK'CCc1dad,. . l\Sl del C1so alimentó como de la decencia •. No ha baa. ia<:)o q"e en epocas f'iaya co. lll{l 'S..ic10na\ 500.0nO ·p<"sós tk papcl em1t1d01S y que se hayan d.Jdo mu estreM de rerrut1f C:lúcfalt's t>ar.i ·su' amothi;kron, tan recomenElada·Sy que por 80.000 que dehcn á estas caxas las de la. Habana sé ha impuesto responsabili9ad á. a'qud 1ntcndente: habi_endC>!IC repetido otra ·Real orden l. \1e. sko t;n de Abril ultimo para que sé emiien á esta Ter.otodos aux.iliós Én la acturtl estr("'Chez 9

! pat-.t fi:ur una rt:gla iguaJd.i&d y ju$ticr.i t:"irtrc la Real Jlacicnda, sus y actttdores, d Gobierno de acuer.. COti IA lntendenéia. tr.Hó y Acordó. dt: haber oide l. t8dM 6 ficiaría si los números no vendidos salían premiados. Todo debía ser beneficio público, sin duda, para estimular a los vecinos a jugar a la misma.

¿Cómo fue ese primer· sorteo y quiénes resultaron ganadores? El Dim·io nos brinda información valiosa al respecto, lo que nos permite reconstruir ese momento. Es el 1.0 de septiembre de 1814 y en la Plaza Mayor, frente a las Casas Consistoriales, se ha erigido un tablao, en el cual se han colocado «dos globos o máquinas cóncabas giratorias con su puertecilla y cerradura con llave». En una de ellas se han colocado los bolos correspondientes a los diez mil números del sorteo y en la otra los setenta y cuatro premios. Junto al tablado se ha puesto una tabla en la cual aparecen los números expendidos en la ciudad y los pueblos y los existentes. La venta de billetes continuó hasta las doce en el puesto establecido en la misma plaza.

A eso de media tarde comenzaron a congregarse los vecinos y curiosos para presenciar este singular acto que estaba señalado para efectuarse entre las cuatro y las cinco de la tarde. Cerca de la hora señalada hicieron acto de presencia en el lugar el señor Intendente, Don Alejandro Ramírez; el señor Fiscal y Asesor de Real Hacienda, Don José Ramírez de Arellano; Don Fernando Fernández, Regidor del Muy Noble Ayuntamiento de la Capital; el empleado que iba a ejercer de contador del ramo y el Escribano de la Intendencia.

De entre los concurrentes al acto se seleccionaron al azar dos niños para sacar los números y los premios y otros dos para menear los globos, lo que hacían al son de una campanilla. Al salir un número premiado el jovencito procedía a anunciarlo al público, repitiendo tres veces en alta voz el número y el premio que le correspondía. Mientras tanto, el Escri'xmo iba preparando la pri· mera lista de premios de la historia de nuestra Lotería. Terminado el sorteo, copia manuscrita de la lista quedó fijada en el tablado para conocimiento de todos. Concluido el sorteo los vecinos se agruparon en torno a la lista para cotejar sus premios y luego, poco a poco, unos alegres y otros decepcionados, se fueron reti· randa del lugar. ·

El Diario de ese clía, jueves, ·l.0 de septiembre, publicó la primera lista d e números pre111iados. Por ella sabemos que resultó agraciado con e l ele mil pesos de plata fuerte el 6692, mientras que e l premio de mil pesos y los dos de quinientos, todos en moneda papel, correspondieron a los números 3640, · 2850 Y 6366, respectivamente. De acuerdo con esa lista, el número más bajo premiado resu lt ó ser el 266, que resu ltó con premio de veinticinco pesos, mientras que el más alto fue el 9967 con igual. premio.

La mayoría de los premios correspondieron a los números entre 1000 y 1999; el 3000 y 3999 con diez premios cada uno y los números entre el 6000 y el 6999 con doce premios. En este primer sorteo sólo salieron premiadas cinco centenas, a saber el 266, el 319, .el 520, el 582, y el 628.

Varios días más tarde, el Diario trae la noticia de que los premios que correspondieron al público montaron a mil trescientos sesenta y dos pesos cuatro reales. Los billetes correspondieron a los pueblos de Manatí, Aguadilla, Guayanilla y la Capital, entre otros. Como los billetes agraciados con los dos p rimero s premios resultaron entre los no vendidos, se instituyeron, por vez primera, premios de aproximación montantes a cien pesos cada uno en el mismo tipo de moneda para los números 6691 y 6692 y 3639 y 3641. También se dieron premios de cincuenta pesos a los que se aproximaron a los premios de quinientos. Para hacer más atractivo el próximo sorteo se destinaron para premios dos mil pesos en plata fuerte y se aumentaron los demás en proporción.

¿Quiénes fueron los agraciados con los premios principales en _ ese primer sorteo? Gracias a la meticulosidad con que Ram írez manejaba los asuntos de la Real Hacienda, es posible saber hoy día los nombres de una gran parte de los premiados. El Diario del miércoles, 14 de septiembre de 1814, ofrece una lista de los billetes pagados hasta esa fecha. De ahí extractamos lo siguiente: El premio más alto cobrado fue de 500 pesos en plata, correspondiente el mismo a Don Francisco Soler. La persona que más billetes premi a dos presentó fue Don Xavier Cantabria, quien cobró tr es premios incluyendo uno de los de aproximación al primer pr emio . También esa primera lista reveló que el primer militar premiado fue el Capitán Don Juan Valero, cuyo premio por concepto de medio billete montó a 12 pesos y 3 reales. De los agentes vendedores el único premiado fu e Don Juan Plá, quien logró un premio de cien pesos. Por último, de los ve inticu atro individuos premiados nueve parecen ser de las clases humild es. Basamos esta observación en e l hecho de que sólo e stos nombres, al ser consignados, no van acompafiados del título de Don o Doña .

Para facilitar el cobro d e billete s premiados a las personas de la Isl a, Ramírez dispuso que las Aduanas y Receptorías pagaran los premios evitando así que los agraciados tuvieran que hacer un viaje a l a Capital. Sólo en casos dudosos, en cuanto a la l egit imidad del bill ete o al premio que l e corresponda, deberán pasar los agraciados a San Juan para cobrar los mismos .

El seg undo sorteo se señaló para e l l.º de octubre. Basado en la experiencia ya tenida, Ramírez introdujo un a serie de cambios para el mismo. El número de premios se redujo a cincuenta y ocho aún cuando el monto total de los premios se aumentó a siete mil pesos. Entre los cambios más significativos se señalan la creación de nuevos premios de 500 y 400 -pesos en plata fuerte y dos doscientos en moneda papel. El de premios de cincuenta se aum en tó a veinticuatro, pero los premios de veinticinco se redujeron de cuarenta a dieciséis.

La celebración del segundo sorteo de la Real Lotería quedó programada para el 1.0 de octubre de ese año de 1814. De acuerdo con la información que se ofrece en el Diario, los resultados parecen haber sido muy poco satisfactorios. En este caso se expendió un total de 2,393 billetes enteros, 2,613 medios y 2,836 cuartos, alcanzando el total de fondos recaudados por concepto de las ventas la cantidad de 4,443 pesos 6 reales.

En esta ocasión el primer premio correspondió al 2617, número que quedó entre los no expendidos. La mayoría de los billetes premiados correspondieron a residentes de la Capital, recibiendo estos premios por valor de 2,825 pesos, entre los cuales se incluía el recién establecido de 400 pesos en plata fuerte -siendo agraciado con el mismo Don Faustino Landrón- quien llevaba el billete entero. La mitad del premio de mil pesos en papel moneda correspondió a la Compañía de Borriqueros. Tres de los premios correspondieron a Gabriel Cabrera, mientras que la segunda lista de personas premiadas r egi stró el nombre del primer eclesiástico agraciado con la su erte , a saber, el Presbítero Don Juan Vicéns, quien ganó cien pesos con el número 6696. Resulta curioso consignar que en la lista de premios pagados aparece la siguiente entrada: «a un amer ic an o, cuyo nombre no se ha e ntendido por un billete entero 50 pesos ». Se trata, pues, del primer norteamericano que gana un premio en nuestra Lotería pero, por desgracia, su identidad quedó sumida en el anonimato.

De aquí en adelante la información del Diario, referente a este asunto, se va tornando más escasa. En los números que restan hasta la extinción del periódico, sólo encontramos tres referencias adicionales que co rresp ond en a las notas ins er tad as en los e j emplares d e l martes, 18 de octubre; sábado, 5 de noviembre; viernes, 2 de diciembre; y martes, 6 de diciembre de 1814, respectivamente. Las informaciones refericias contienen datos sobre el tercer y cuarto sorteos cele b rados los días 4 de noviembre y 3 de diciembre, respectivamente, y cons'isten en las listas de billetes premiados en es os dos sorteos.

Se desprende de los documentos referidos que los resultac'os del e stablecimiento de la Lotería no fueron tan halagadores comn podía haberse anticipado por sus promotores. Al consignar los premios pagados luego del segundo sor teo en el informe de los mm1stros de la Real H acienda , Don Jua n Patiñ o y Do n J os é de Bacen e r, se indica que en e l segundo sorteo «Sa t isfechos t odos l o s premios y los gastos.. . quedan a beneficio d e la Loter ía, y p a ra la amortización de l pape l moneda ochocientos diez pesos y cinc o y medio reales ». Para e l cua r to sorteo se señal a que e l mismo se efectua rá el sábado , 3 de diciembre, pero se añade más ade l ante qu e «atendiendo al escaso ex pendio de billetes, y a l cambio actu al del pape l moneda a la plata se diferir á e l sorteo si en e l dí a señalado no se han expedido a lo menos cuatro m il pesos en billetes». En cuanto a los premios para ese cuarto sor t eo se retendría el primer premio d e mil pesos en plata, e l cua l -según e l a viso Y considerando la tasa, de cambio prevaleciente- equival ía a 3 ,000 pesos e n pape l moneda. Los mil pesos res t an t es se dividiría n en pr e mio s menore s de l a misma especie, es decir , pape l moned a Coincid e con la estad ía de Ramírez e n Pue r to Rico e l establ ecimiento de l primer r é gimen constituciona l , conforme a lo d i spuesto en la Constitución de 1812. Uno de los organismos que s e crean es l a Diputación Provincial. Cumplido e l proceso prepar atorio y celebradas las elecciones, la Primera Diputación celebró su sesión inaugural el 5 de mayo de 1813 a las 9 : 30 de la mañana e n la Sal a Capitular de la Ciudad de San Juan. Alejandro Ramírez , como Intendent e , era miembro d e est e cue r po y participó acti vam e nt e e n l a s sesiones celebradas durante los años 18 13 y 18 14 .

Al e j a nd ro Ramír ez proveyó un liderato indiscutible. Salva ndo l a s di fere nci as, pod ría mos deci r que funcionó como un líde r p arlam e n t a ri o modern o . Su crite r io , aunqu e no si e mpre prevaleci ó, rec ib ió la m á s pond e r a d a consid e ració n p o r p a rt e d e los d em á s d i p u t ad os, incluso d el gob e rnado r. E l a po y o dado p o r l a Di put ación a la s medida s fisc a l es d el I nt end e nt e f u e absolu t o y d e mostr ó la c on fia nz a qu e d e sp e rtó R am írez en su s compa ñ e ros.

Las pr im er a s notici as d e la re s ta uració n de Fern ando V II , co mo m o narca a bsoluto d e Es p a ñ a, fuero n r ecib i d as e n P ue r to R ico po r el g ob erna do r Me lé nd ez el 30 de j u nio de 18 14. Melén de z p roc e d ió a emitir una o rden re s ta bl e c ie n do el régimen abs olu ti s ta. a co mpañánd o la de un Re a l Decr e to d e 4 d e mayo , que abolí a l a Co n :> titución. En u n e s fu erzo en c ami n a d o a ai sl ar la I s la de l a agitación i ndependentis t a en el res t o d e l a s co l o nia s españ o las, a a s e gu rar e l respaldo de lo s pu ert o rr i q u eñ os y para fome n tar el d es arr o llo ec o nómi co de la I s la, Fe rn ando VII firma u na o r d en , el 10 de octubr e de 1814, pi d ie n do al Ayuntamiento de la Capital un in fo rme con recomendac io nes para el me jo r de s arrollo de la agricultura , industria y comercio, además de cual q uier o tras medida s necesarias para el bienesta r de lo s nativo s .

E l 9 de enero de 181 S se reunió el Cabildo de San Juan para considerar las recomendaciones de la Corona ¡ nombró una comisión integrada por Juan A. Mejiá, José Maisonet González y Pedro Irizarry para que se encargaran de la preparación del informe.

La comisión rindió un informe poco después. El Cabildo nombró a Manuel Hernáiz para que fuera a España a entregar el documento al Rey en la Corte el 23 de abril de 1815. Como resultado de este informe se publicó, el 10 de agosto de 1815, un Real Decreto destinado a fomentar el comercio, la industria y la agricutu.ra isleña. Me refiero, claro está: a la Cédula de Gracias.

La Cédula de Gracias satisfizo muchas de las principales demandas económicas de los liberales, según aparecí2n expresadas en las instrucciones a Power, tales como comercio Übre con España y los extranjeros, la introducción de equipo agrícola y otras, pues en la confección del informe presentado por Hernáiz, Pedro Irizarry -uno de los autores principales de las Instrticcionesdesempeñó un papel importante. Sin embargo, debe darse crédito a Fernando VII y sus ministros, no sólo por la amplitud de reformas económicas y demográficas, sino también porque permitieron un comercio casi libre, cosa que no hicieron las Cortes en el gobierno constitucional.

La historia económica de Puerto Rico toma un nuevo giro con el estabiecimiento de la Intendencia y con el nombramiento de Ramírez como primer Intendente. Por más de tres siglos la Isla estuvo viviendo una existencia parasitaria. La colonia dependía, casi exclusivamente, del Situado mejicano. Sin salida para sus productos, los puertorriqueños se habían contentado con producir solamente lo necesario para suplir las demandas del mercado local. La Isla era fértil y se producía una gran variedad de productos con poco o casi ningún esfuerzo. Como la población era exigu 1 nunca hubo escasez de alimentos. El contrabando era casi la única forma de comercio conocida por los isleños.

La suspensión del Situado fue un rudo golpe para la economía de la Isla. A la larga, sin embargo, resultó beneficiosa pues obligó a los puertorriqueños a sostenerse -económicamente hablandosobre sus propios pies. Ante la alternativa de un desastre completo o aunar esfuerzos para mejorar las condiciones económicas Y proveer los fondos necesarics para el funcionamiento del gobierno, no es difícil ver que esta última sería la decisión. Puerto Rico tuvo la suerte ele contar en aquellos momentos con un administrador del calibre de Ramírez para sentar las bases del futuro d esarro llo de la economía isleña.

Ya mencionamos antes el hecho de que Ramírez tuvo que enfrentarse, al hacerse cargo de nuestra Intendencia, a dos problemas fundamentales. Uno era de naturaleza inmediata -el pro- blema de proveer los fondos necesarios. para las operaciones gubernamentales. El otro, de largo alcance, incluía la organización de los recursos agrícolas, industriales y comerciales de la Isla, de manera que proveyeran para el desarrollo futuro de la colonia. Por eso es oportuno que al analizar los resultados de la labor del Intendente, tengamos en cuenta estos problemas. El establecimiento de la Intendencia por sí fue un paso de avance en e l desarrollo económico de Puerto Rico. Ha s ta 1811 el manejo de las finanzas había estado en manos del Capitán General. Resultaba que muy a menudo estos oficiales no tenían la preparación necesaria ni las cualificaciones para actuar como administradores del Tesoro Real. Sus intereses eran, principalmente, militares y muchos estaban tan interesados en aumentar sus riquezas personal e s lo más pronto posible que desatendieron la administración de la cosa fiscal y no hicieron casi nada para promover el adelanto de la Isla. Con el establecimiento de la Intendencia el manejo de las finanzas pasó a mano:> de funcionarios civiles de la Corona. Las más de las veces estos servidores reales tenían los conocimientos necesarios, además de la experiencia, para resolver los problemas del presupuesto y para ver que el Real Tesoro operaba ele acuerdo con lo prescrito por las leyes. El estaülecimi ento de la Intend e ncia, pues, ayudó a poner fin a las irregularidade s en e l manejo de los fondos.

Se creó un sistema de oficiales subordinados y responsable al Intendente. Así se atendió al mejoramiento general de la administración. Con una organización más eficiente y con los instrumentos adecuados para la fiscalización, previstos por la misma organización ele la Intendencia, se redujeron grandemente los costos de op eració n de gobierno. La reducción de los costos, unida a un mejor y más eficiente sistema para la recolección de impu es tos, e ncaminó la administración hacia mejor e s rumbos.

La habilitación de otros puertos de la Isla, por mandato del Intendente, tuvo tambi én efec tos beneficiosos. Hasta el momento, e l con trabando había siclo un fenómeno corriente privando ; por lo tanto, :il Tes'oro ele una fuente substancial de ingresos. Ramírez estableció un sistema de aduanas eficiente en cada puerto y, como resultado de ellG, las rentas reales aumentaron en un año de 70,000 a 242,842 pesos.

A pesar d e que la separación de la Intendencia de la Capitanía General fue una reforma favorable, muchos individuos se opusieron a e lla . Pedro Tomás ele Córdoba, en sus Memorias al Rey en 1818 se expresó en l os siguientes términos:

«N o son las innovaciones las que p roducen la s me joras en los s istemas Acaso los establecidos, rectificados o li mpios de alguno s abusos, hijos indispensables del transcurso de lo s tiem pos, son los mejores y adaptables en las circunstancias . Q u ed e en b uena hora separada la Inte ndencia d e l gobierno; e nti e nda excl usivamente de aquel negocio un je fe particular, de con o cimiento, tale nto, pr áctica y probidad en tan interesante y vasto ramo; pero te nga personas cercanas; como lo e stablece la Ordenanza de Nueva Espa ña, que le ay uden a plan tear s us idea s, que afirmen el establecim iento de lo be ne fi cioso, e scla rez can la s materias y afiancen un sistema e stable, fá cil, productivo, e conómico; y e ntonc es se verá n los p rogresos de Puerto Rico, se re anima rán en él la industri a , florec erá la agricult ura , el comercio extenderá s us miras y bajo to cios los aspectos llega rá con má s rapide z a l es tado flo reciente de que es s u s c eptible aquel herm oso e interesa nt e estab lecimient o. »

Poste riormente, en s u Mem oria sobr e t odos los ramos de la Admi ni stració n de la Isl a de Puert o Rico , publicada en 1838, Córd oba de clara que l a creación d e la In tendencia vi no en un momento poco oportuno y q u e l o que hiz o fue e mpeo rar la situación e conómi c a de la I sla.

Por otro lad o, las reforma s e mprendidas por Ramírez para resolver el problema inmediato de lo s fo ndos necesar ios para las operacion es de gobierno, f ueron parcialmente satisfactorias. L os fondos deriv ados de los imp uestos r ecolectados aumentaron notablemente. Para ilustrar esto basta citar aq uí las entradas p or concepto de l a alcabala. El añ o 17 65 produjo 1,2 00 pesos, mientras que en 1817 había aumentad o a 138,504 pe so s, cifra que continu ó aumentando en l os años subsiguiente s. A pesar de es tos aumentos los fondos nunca fueron bastantes. Otro de los pro blem as inm in entes fue la a mortización del papel mo ned a en t o nc es en circulación

A pesar ele q ue los pla nes trazados por el I ntendente establecía n u n período de cinco años para la am or tización tota l, e n ab ril de 1816, previo a su partida de Puerto Rico , Ramírez había lo grad o amortizar Ja t otalidad de los 50 0 ,0 00 pes os.

Al discutir los efect os de sus reformas en el desarroll o ele la a gricultura, la industria y el comercio, debem os refer irnos a la promulgación de la Cédula d e Gracias como línea d i visoria . .Consideraré pri me ramente l os resultados logrados hasta 1814 y lueg o los e fectos de Ja Cédula.

Al finalizar el primer período el valor total de la propiedad insular se fijó en 1,490,021 pesos. Como resultado de las medidas tomadas por las Corte s y el I ntendente, notamos un aumento sustancial en la producción agríc ola . Había 5,765 a cr es dedicados al cultivo de caña de azúcar.

La producción de rabaco alcanzó un total de 11,234 quintales y la de café a 44,461.

Durante este pe·ríodo se introdujo en Puerto Rico una nueva variedad de caña, la otahiti, cuyo rendimiento era mayor que el de la nativa. Se generalizó el uso de fertilizantes. Los productos principales eran el azúcar, el café y el t abaco. La agricultura se modernizó y, gracias a l as provisiones de l as Cortes relacionadas con la distribución de terrenos baldíos, muchas de las grandes fincas fueron subdivididas. Esto ayudó a crear un nuevo grupo de pequeños terratenientes y aumentó el valor de la t ierra.

Lo s recursos industriales de la Isla estaban representados por la industria azucarera. El azúcar y sus principales derivados - mieles y ron- tenían gran demanda en los mercados mundiales debido a circunstancias propias como las medidas protectoras dictadas por las Leyes de I ndias, el desarrollo del comercio extranjero a partir de 1778, el aumento en el precio del azúcar registrado en el mercado europeo debido a la destrucción de las plantaciones de az úcar en la colonia francesa de Haití, además de la gran demanda q ue tenía por parte de los Estados Unidos, tanto para consumo doméstico como para re-exportación.

En otras áreas el desarrollo industrial no fu e tan grande debido a la fa lta de legislación proteccionista. La e scasez d e factorías y ta lleres apenas alcanzaban a suplir las demanda s del mercado loca l.

La ganadería favorecida por la Ley Power, se desarrolló ba stan te. El ganado se exportaba !egal mente o de contrabando a las isla s vecinas, particularmente Saint Th omas y Saint Croix. Las m ulas era n muy apetecidas por su alta calidad y fortaleza que les permitía desempeñar tareas p esadas.

El movimiento marítimo, al final del período, alcanzó la cifra de 484, 648 pesos. A pesar de que esto repre sentaba un aumento s obre las cifras de p rincipio de siglo, no dejaba de ser un aumento limitado . Este hecho se debía a que el gobierno de Madrid se mostraba reacio a modificar e l status económico de la I sla.

Los ingresos del Tesoro Real habían aumentado a 587,616 pe sos an u ales o aproximadamente ocho ve ces más que l os de princip1o de siglo. Este progreso notable se debió a la s reforma s introducidas por Ramírez.

Veamo s ah ora a lgunos de estos mismos aspectos después de la pro mulgación de la Céd ula ele Gracias, tomando como base el perío do de 1815 a 18 19. Al final de e ste período el valor de la propiedad había subido a 16,472,304 pesos. Esta cifra era catorce veces mayor que la del período anterior y se debió, principalmente, a la gran demanda por los produ c tos tropicales en los mercados europeo s y estadounidenses .

La agricultura se había desarrollado rápidam e nte y se evidenció una tendencia hacia la especialización en tr e s cosechas principales: caña de azúcar, café y tabaco. El sistema de haciendas o plantaciones se hab.ía generalizado en la Isla.

Los r e cursos industriales consistían, principalmente, en una s erie de ing e nios dedicados a la producción de ron y azúcar. Estos producían alred e dor de 15,000,000 de libras de azúcar, un aumento de 1,300,000 libras sobre el total del período anterior.

La producción de café alcanzó una cifra de 6,000,000 de libras, o sea, dos millones y medio más que el período anterior. La producción ele algodón aumentó a 3,500,000 libras ·

El comercio también aumentó. Después de las guerras Napoleó nicas el intercambio comercial entre Puerto Rico y otros países montó a 2,270,0GO pesos, de los cuales 1,096,083 pesos r e presentaban exportaciones. La Isla exportaba 3,776,400 libras de azúcar, con un valor de 561,808 pesos; 1,355,100 libras ele tabaco, con un valor d e 67,755 pesos y 25,440 libras de algodón, con un valor de 45,782 pesos.

La estadía de Ramírez en Puerto Rico fue corta por demás. Ap e na s rebasó los tres años. No obstante, su huella trasc e ndió e influyó en e l desarrollo de la economía de Pu e rto Rico durante todo e l sig io XIX. El rey, al notificarle el e su d es ignación como Intendente d e Cuba, sintetizó con palabras admirables el valor e importancia ele la obra el e Ramírez cuando dijo:

«Üs confiero la Int e nd e ncia d e la H a bana en consid e ración a vuestros particulares m é rito s y servicios, a vu es tra acendrada a d hes ió n a mi Real Perso na, y al estado flor ec ie nte en qu e por vuestros co n oc imi e ntos, celo y activid a d habéi s pu esto la Agricultura, Comerc io y la s Rentas d e Mi Real Haci e nda en la isla de P u erto Rico.»

El 23 d e junio abandonó Ramírez nu es tras playas rumbo a la a n tilla hermana a bo rd o de la fr aga ta de guerra Josefa Ramona, acompaña d o de su madre política y de sus cinco hijos hu érfa nos. El convoy de ocho buques, proce d en t es de Cá diz y ele San Juan, arr ib ó a L a Habana el 1.0 d e julio de 1816. Junto a l nuevo Intendente llegó el nuevo Gobe rnado r y Capit án General de Cuba Don José Cicnfuegos. Dos días m ás tarde Don Ale j andro se pose.sion a b a de su n u evo cargo de Intendente de la isla d e Cuba, iniciando así la última etapa de su vida y de un a distinguid a c ar r era al s er vicio de la Corona españo la. Al igual que su estadía en Puerto R ico, los cinco años de su ges tión e n Cuba serían t rascen d entales, como veremos, para e l futuro desarrollo d e la Antilla mayor.

El cubano José Antonio Saco res um e , en la Revista de administración de la isla de Cuba, editada en los añ os 1887-1888, la situa- ción que encontró Ramírez al hacerse cargo de su nuevo puesto. «E l país había permanecido estacionari o, si se comparan sus progresos en población, comercio y cultura con los realizados por otros americanos en e l mismo tiempo. El nuevo Intendente tenía ante sí una tarea semejante a la que se confrontó en Puerto Rico, pero dentro de un campo de acción más vasto y con circunstancias más complejas.»

En el desempeño ele sus deberes, Ramírez tendrá un gran aliado en la persona del Gobernador y Capitán General Cienfuegos. Este último se distinguió por ser un gobernador activo, desinteresado y modesto. No obstante, no faltarían a Don Alejandro «poderosos, ardientes y tenaces enemigos». Formaban este núcleo los que se oponían a tocia reforma. Dentro y fuera de Cuba surgirían voces en defensa del status quo político, las restricciones al comercio, la insegura posesión de los terrenos, el estanco del tabaco, la trata de negros y el contrabando. Estos grupos no escatimaron el usar todas las armas a su alcance para dar al traste con la obra de Ramírez.

La lucha que se escenificará durante l os cinco años de su incumbencia irá haciendo mella en Ramírez, espíritu «sensible, puro, incorruptible» . En ella sucumbió el hombre, pero como veremos, a l caer ya en Cuba habían desaparecido los odiosos privilegios de la Factoría ele tabaco, había libertad de comercio, la propiedad se asentaba sobre bases firmes y el tráfico negrero, conforme al Tratado el e 1817, quedaba condenado para siempre por las leyes. Desde los primeros momentos el Gobernador y el Intendente dieron prueba de unidad de miras en el enfoque de lo s asuntos públicos. La primera decisión de importancia se produce el 9 de agost o de 1816, cuando de común acuerdo se convino en que Ramírez ejerciera la jurisdicción como Superintendente de la Hacienda Real en las dos Floridas. Este acuerdo recibió, el 3 de septiem bre de 1817, la aprobación real.

La práctica ele expedir certificaciones de crédito por pensiones adeudadas y no pagadas a los emigrados de Santo Domingo, por créditos contra la Marina y e n ocasiones por servicios prestados a la Hacienda de la Metrópoli, fue prontamente suspendida por Ramírez, quien exigió a la Hacienda que cobrase sus créditos en efectivo y satisfaciese sus deudas en igual especie. Decía sobre esto el Intendente que las certificaciones de crédito «eran como los vales para operaciones lucrativas entre agiotistas, o más bien, eran como el ruinoso papel moneda de Puerto Rico, con todos sus abusos y daños »

Uno de los asuntos fundamentales con que se confrontó Ramírez, al hace;·se cargo de la Intendencia de La Habana fue el de las ti e rras. Estudiado e l problema y terminado el expediente correspondiente, el Int e ndente propone a la Junta d e Hacienda, el 27 de novi e mbre de 1816, una serie de medidas para encarar la situación . Las medidas propuestas que fomentan la pequeña propied ad , la colonización y la inmigración blanca crean una «clara situación jurídica respecto a los terr e nos ». Bajo el programa que Fri e dland e r llama de la «Cuba pequeña », propulsado por Ramír e z, s e inicia la r epartición de las grandes haciendas comunales benefic iando con e sta medida a los pequeños campesinos dedicad o s mucho s d e e llos al cultivo de frutos menore s . Las medidas impuls ada s promovieron un florecimiento de la a g ricultura en la Antill a m ay o r .

P oc o ti e mpo después recibió Ramírez órden e s de España de prohibir l a entrada a Cub a de productos d e algodón que no provin i e s e n d e Fi lipin a s. E l I ntendent e s e negó a poner en vigor la p ro h i bi c ión por ent e nd e r que la medida tendría efectos nociv o s a la e c onomía. Lu e go de una serie de comunicaciones en que ex plicab a s u s ra zon e s pa ra t al oposición, el g obi e rno revocó l a or d e n m e di a nt e Rea l D e creto del 17 d e diciembr e de 1819.

Para R amírez l a lib e rta d d e comercio era es e ncial para el des arrollo e conóm ico de l a col on i a S e opuso v igoro s am e nte a toda medid a r est r i c t iva, abo li ó lo s t r ibuto s s ob re las maderas nativas as í corn o l o s q u e p e sa b an sob re los e quipos ag rícolas e les. Fu e don Ale j a ndro q ui en dio cumplimi en t o a l D e c r e to de 10 de fe br ero el e 1818, q u e a b r i ó al com e rcio ex tr a njero todo s los p u e r tos hab ilitados d e la Is l a T a mbi én l e cor res pondió habilita r m ucho s q ue no lo e stab a n; s upr i m ir e l m ono p ol io del t a baco. Gra ci as a la ini c iativ a de l Inte nd e nt e, s e fund a ron las ciudades d e Cien fu ego s , N ue vi tas, Gua nt á n a mo , Ja gua y M ari e l. Un a s er i e de me did a s ec onóm ic as pro pici aron u n may o r de s a rrollo d e l a región de M atanz a s . Co n el a poy o d el Consul a do participó activamente en la redac ció n d e me didas pa ra errad ic ar l a pirat ería , r e orga niz ó la in d u s t ri a d el taba c o y rem o v i ó un a s er i e de fu ncio n arios super flu os, re o rga ni z ó l a p o l icí a rural, r e d uj o el tam añ o de las fi n ca s p ara el p as tor eo d e o ve j as y esta b le ci ó num e ros a s escuelas. Fue Ra mí rez r e spon s a bl e d el e s ta b lec im i e nt o d e cu r sos d e ec o nomí a y q uímica baj o los a u spic ios ele l a real S o cie d ad Económ ica de Amigos d el Pa ís . Fun d ó un J arcl í n Botánico , u n M u s e o ele Anat o mía y vari os hospita l es. Fue e l ecto m i emb ro d e la Real Aca d emia el e His tor ia.

Con toda probabilicla cl , Al ejan dro Ramír ez fue el único españ o l que tuvo durante su vi d a de fu ncionario d e l a Corona la ocasión ele estar e str e chament e vinc u lado co n t r es Sociedad e s de Amigos d e l Paí s . Como hemos v i sto ante rio rme nt e, fue uno de los socios fundadores de la de Guatemala y más aún colaboró en !a publicación de la Gaceta de Guatemala. Trasladado il Fuerte Rico recibió como parte de su encomienda la tarea de fundar una Sociedad Económica en la pequeña Antilla, redactando sus primeros estatutos. Mas fue como Director de la Sociedad Económica ele Amigos del País de La Habana donde más se distinguió el Intendente.

A pesar de sus grandes logros en beneficio de Cuba no dejó de tener Ramírez numerosos opositores que objetaban sus medidas liberalizadoras de la economía cubana. Desde las pc,íginas del periódico El Tío Bartola se desató una inténsa campaña contra Ramírez. No faltó, sin embargo, quien saliera a defenderle y Don José ele Arango publicó un razonado folleto en defensa del Intendente.

El mismo Ramírez dio a la luz la « Exposición del Intendente de Ejército al público de La Habana» con cuantos documentos eran necesarios para esclarecer los hechos. No obstante, los ataques a su persona fueron minando su salud al punto que el día 18 de mayo de 1821, como a las nueve de la mañana, sufría un ataque de apoplejía que días más tarde le produciría la muerte. El día 20 el e mayo, a las cinco y media de la mañana, falleció el Intendente Ramírez.

Alejandro Ramírez había desempeñado por cinco años la Int e nd e ncia el e La Habana y en el momento de ocurrir su muerte, la Corona, en pago ele sus servicios, lo había promovido a la Intendencia de Nueva España. Tenía Ramírez al morir apenas 44 años. Su niero, el Marqués de Villa Urrutia, nos dice:

«Murió el Intendente D. Alejandro Ramírez tan pobre y honrado como lo era cuand.:> a un nifio salió de su casa de· Alaejos para gan ar s u sustento y ayudar a sus padres con el sudor de su frente, cobijadora de una poderosa inteligencia, con la que corría parejas una voluntad dispu esta a cualquiera necesario esfuerzo y sacrificio. hijo ele s u s obras, que le dieron el alto renombre que alcanzó por su vastísima cultura, su incansable laboriosidad, su int<ichablc conducta, s u acrisolada probidad.»

Al morir dejaba a s u familia en una pobreza extrema, siendo menester qu e su viuda, Doña Mercedes de Villa Urrutia, con quien casara en La Habana en 1816 , recibiera un a pensiór. real para su subsistencia y para la educación el e sus hijos.

Ramírez fue un o ele esos excepcionales servidores de la Corona , magnífico administrador. De una mente privilegiada, comprendió cabalmente los problemas económicos fundamentales de las colonias e implantó un sinnúmero de medidas y soluciones que fueron efectivz.s y de gran consecuencia. Es con sobrada razón que su memoria es gratamente recordada, doscientos años después de su natalicio en Guatemala, Puerto Rico y Cuba .

Cronologia Minima

1777 - Febrero 25 - Nace en Alaejos, provincia de Valladolid.

1791 - Publica en Alcalá, Respuestas de Sanclzico Pa11za, etc.

1793 -Abril 23- Es nombrado Agregado Sup ernumerario de la Contaduría de Rentas Decimales de Alcalá de Henares.

1794 - Octubre 15 - Obtiene real licencia para ir a Guatemala .

1795 - A últimos de año, desembarca en La Habana, de paso para aquel país.

1796 - Mayo - Llega a Guatemala.

1797 - Febrero 25 - Obtiene empleo en la Real Casa de la Moneda.

1798 - Febrero 24 - Lo eligen Secretario del Real Consulado.

1799 - Febrero 22 - Lo nombran Socio Asistente de la Real Sociedad Patriótica, relevándole de la pensión ordinaria Y vocal nato de la Junta creada para la Gaceta Literaria.

1802 -Agosto 5 - Desempeña la Secretaría de Cámara Y de Gobierno de la Presidencia y Capitanía General. ..

1805 - Se casa con Doña María Josefa Ferráncliz y Escobar, hIJa del Teniente Coronel Don Antonio y de Josefa Antonia.

ISC-6 - Mayo 20 - Contador Interino de la Junta Superior de Consolidación.

1812 - Enero 14 - Es nombrado Intendente de Puerto Rico. Noviembre 11 - Llega a La Habana, procedente de Campeche, deja a su f, milia . Diciembre f4 - Jura el cargo ante el Capitán General Rui z de Apodaca. '

1813 - Febrero 13 -Toma posesión ele la Intendencia de Puerto Rico .

1815 - Julio 6 - Se le comunica el nombramiento de Intendente de Ejército de La Habana y Sup er int endente Subdelegado q e la Hacienda Nacional de la isla de Cuba, acordado e n 29 de julio del año anterior.

1816 - Junio 23 - Sale de Puerto Pico para Cuba en la fragata de g uerra Josefa Ramona, con su señora madre política Y su s cinco hijos .

Julio 1- Llega a La Habana, y toma posesión el día 3.

Luis González Vales nació el 11 de mayo de 1930 en Río Piedras. En 1952 recibió el título de Bachiller en Artes, concentración en historia, de la Universidad de Puerto Rico. La Universidad de Columbia le otorga el grado de Maestro en Artes en 1957. Del 1967 al 1983 ocupó el cargo de Secretario Ejecutivo del Consejo de Educación Superior. Es Catedrático de Historia de la Universidad de Puerto Rico y, desde el 1985, Rector del Puerto Rico Junior College. Ha publicado numerosos trabajos en diversas revistas y publicaciones del país, así como los libros, Al e jandro Ramíre z : La vida d e un Intendente liberal y, en dos volúmenes, el Diario Económico de Puerto Rico, reproducción facsimilar del periódico que publicó aquí el Intendente Ramírez.

Esta serie, LIBROS DEL PUEBLO, es publicada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña

Núm. 14 Junio de 1987

Este Folleto, Alejandro Ramirez, acabóse de imprimir el día 24 de Junio de 1987, para el Instituto de Cultura Puertorriqueña con un tiraje de 10.000 ejemplares.

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