Los ismos en la década de los veinte (1969)

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INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUEÑA

LOS ISMOS EN LA D ÉCADA

D E LOS V EINTE

Por

CICLO DE CONFERENCIA S SOBRE L A LITERATURA DE PUERTO RICO

Sa n Ju a n , Pu er to R ic o 1969

Los «ismos» en la década de los veinte

Derechos de publicación reservados

INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUE&A

San Juan de Puerto Rico, 1960

El licenciado Vicente Géigel Polanco; quien se ha destacado como ensayista, crítico, poeta y periodista, se recibió de ahogado en la Universidad de Puerto Rico.

Fundador de la Academia puertorriqueña de la historia, ha sido presidente del Ateneo Puertorriqueño, catedrático de derecho y de ciencias sociales en la Universidad , senador y procurador general de Puerto Rico.

Junto a Samuel R. Quiñones, Emilio S. Delgado y Vicente Palés Mato s , creó en el 1925 el movimiento poético denominado noísmo. En e l 1929 fue uno de los fundadores de la revi sta Indice.

Ha publicado los libros El despertar de un pueblo (1942) y Valores de Puerto Rico, ensayos biográficas y críticos (1943). También ha publicado diversos opúsculos sobre legi slación social y política, además de abundante colaboración en los periódicos y revistas del país sobr e t e ma s sociales, hi stóricos y lit e rario s

Depó sito Legal : B 42.078 - 1969

IMP RESO E N ESPAÑA

PRlNTE D IN SP Al N

M P ARE J A - Mon t añ a , 16 - Barcelon a

Advertenoi.a . - La historia de los movimientos de renovación literaria que se producen en Puerto Rico en la década de los veinte es tema que, por la diversidad de y de escritores que participan en ellas, rebasa los límites de una breve conferencia de la índole de éstas que patrocina el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Tal circunstancia obliga a prescindir por ahora de datos y enjuiciamientos que darían una visión más completa del ambiente de la época y de los logros alcanzados én cada .caso . Ceñimos, pues, la tarea a una sucinta reseña de las actividades renacentistas de la década, con observaciones mínimas sobre la valía de los empeños de renovación.

Movimientos de renovación. - Los ismos son movimientos de renovación. No surgen por capricho ni por generación espontánea. Obedecen, como todo acontecer individual o colectivo, a leyes de causalidad. El espíritu humano , que es por esencia creador, enfrenta, de un lado, el cambiante panorama del mundo externo; de otro, la profunda mutación que se opera en el mundo moral, en la realidad del hombre. Bajo la acción fecunda del espíritu, la vida se torna compleja, sutil, imaginativa , inconmensurable, inasible. 5

Crisis, vacío, angustia. - Alma a..:..., ro, la crisis es mayor, porque es más sutil, más honda, más penetrante. En los tiempos modernos, afrontamos crisis de ideales, de objetivos concretos, de esencias vitales, de agarres cósmicos, de asideros divinos, de vacío de Dios. En la revuelta de filosofías y creencias, el hombre ha perdido a Dios y tampoco tiene fe en sí mismo. Desarraigado, perdido en un mundo que juzga indiferente a su dolor, a su miseria, a su desamparo, a su ansia de salvación, busca un camino que no encuentra, concibe una realidad que no logra, alienta un destino que se disuelve en la nada como pompa de jabón. El sentimiento es de agonía. La expresión de esa ansiedad, de esa agonía, que cala tan hondo en la conciencia del escritor de nuestro tiempo, le lleva a sublevarse contra un mundo que estima vacío de contenidos esenciales.

Tarea de siiperación. - Así arraiga la idea de la renovación. Los espíritus mejor dotados se lanzan a la empresa de promover una estética más responsiva a las inquietudes del momento. No toman la vida como un regalo, a disfrutarse en plácida complacencia, sino como una tarea de superación. Repetir la vieja canción, reproducir el clásico poema, pintar el mismo cuadro, reiterar el pensamiento de los mayores, acomodarse a la norma ya gastada, no satisface las ansias de expresión e una sensibilidad alerta, que anhela exteriorizar su íntimo mensaje, su propia perspectiva, su peculiar matiz.

Un clima de lib e rtad. - La vida es expresión. Y en los dominios del arte, expresión única, personal. Por eso, d escritor siente la necesidad de emanciparse de los cánones estéticos en boga, de los criterios imperantes , y concibe un dima de plena libertad para su tarea de superación: liberación del pasado, del ambiente, de lo inmediato, de todo lo que gravita como atadura u obstáculo al vuelo de la fantasía; liberación de los temas vigentes, de las formas en uso, de las unidades de composición, de las reglas gramaticales, ele las limitaciones lingüísticas.

Juventud, fuer za nueva. - En el campo de las l etras, es la juventud la que levanta las banderas insurrectas de estos movimientos de renovación. Fuerza nueva, pujante de vitalidad, clama por un predio bajo el sol. Afirma su voluntad de ser oída. Más aún. Quiere renovarlo todo. Por eso postula su derecho a reconstruir el

mundo. El tono es desafiante, de combatiente. Trata a los clásicos eon irreverencia; a los inmediatos predecesores, con menosprecio. Snstiene que la literatura en boga no responde a los imperativos de la hora. Niega sus valores esenciales. Precisan otros temas, utros eonceptos, otros enfoques, otras visiones, otros objetivos, otra moral, otras metáforas.

Formación del grzipo. --:- A veces, es un solo escritor quien 1n1eia el movimiento de renovación. Generalmente, la iniciativa es de varios escritores de una misma promoción intelectual. Los círculos estudiantiles, las tertulias · de café, l as redacciones de revistas y periódicos, las oficinas profesionales, las bibliotecas y otros centros de cultura, por razón del diario o frecuente intercambio entre personas de una misma generación , ofrecen coyuntura pro¡Jicia para prender la chispa. La lectura de un poema, una frase ingenios¡¡, un comentario marginal, una broma de buen o mal gusto. hasta a veces para agrupar a unos poetas jóvenes en torno de un alto propósito de renovación literaria. Lo importante es que alguieh dé el alerta. Los demás responden alborozados. El manifiesto, la. proclama o el reto a los consagrados, será ·gozosa aventura del grupo. Todos o casi todos aportarán algo de su cosecha particular para el mosaico de teorizaciones con que anuncia el nuevo ismo su aparición en el mundo de las letras.

El manifiesto. - Un manifiesto, de encendido tono revolucionario, iconoclasta, apasionado, irreverente, marca la aparición del movimiento. Allí, la denuncia viril de la estética en derrota, de la literatura en quiebra, de los valores en decadencia; Juego la prodamación de las nuevas concepciones, la teorización nuevo arte, las consignas de lucha frente a los retrógradas, a los retanlata· rios, a los empecinados en mantener viva una tradición en crisis.

El movimiento, como actividad de grupo, es sacudida, estremeómiento, aldabonazo que provoca en las conciencias un de s pertar , eonvocación a ali.star aptitud es para una obra de creación y remo· zamiento. En esta etapa inicial , no están, no pueden maduros los conceptos, las visiones, las de la ñueva estética. Sólo está presente la vocación. Cada poeta, cada escritor que se afilia al grupo , tiene, sensibilidad adentro, un mensaje que no ha logrado expresar aún, una inquietud de superar las formas conocí· das , un vivo anhelo de pro<lucir obra de b e lleza única, original,

perdurable. Por eso, en los manifie.stos que pretenden dar al mo. vimiento contenido ideológico y orientación estética, se advierten la s más divergentes y contradictorias afirmaciones. Es que, en efecto, no han madurado aún los nuevos cánones estéticos. El ma· nifiesto es un grito de guerra contra lo viejo, contra lo estatuido, contra lo imperante : vigoroso alegato de gente moza que quiere abrirse paso en la república de las letras para decir su verdad, su visión, su poesía.

Por eso es que a medida que el movimiento cobra impulso y de s envuelve sus actividades, se rectifican y superan, ya individual. ya colectivamente, muchos de los rotundos postulados del primer momento.

Actividad de grupo y obra individual. - En todos los movimientos de renovación que se producen en la década de los veinte alienta la ülea de sacudir el quietismo en que ha caído la pro· ducción literaria. En todos se hace patente la existenca de una nueva s ensibilidad, ávida de expresión adecuada, frente a los probl e mas del mundo físico y moral, de la vida individual y colecti: rn. En todos apunta la necesidad de innovaciones fundamentale 5 e n los criterio s estéticos. La actitud es de insatisfacción con lo estatuido; de afán de mejoramiento , de superación; el reclamo, d e realidade s más genuina s, de logros de más sustancial vitalidad. Son juv e ntud e s animo s a s , que no quieren malograr sus capacidades al margen de la s co sechas en ·almacén , sino aprovecharlas a plenitud e n fe c unda s tarea s ele creación.

N o ba sta con apuntar aquí lo que cada movimiento anuncia en s u proclama. Puede decir poco o mucho. Puede exagerar la not a pintor esc a o mo s trar se moderado y reflexivo. Puede tener más o m e no s br e Ye duración. Lo que importa es tomar a cada uno como punto ele partida o d e r e afirmación de e s critores que se rebelan c ontra la mediocridad ambiente y se disponen a hacer obra nueva a tono con la hora en que le s toca vivir. No puede ni debe juzgár· sel e s por lo que hacen o no hacen durante el momento de flor e sce n cia o eclo sión del ismo - sacudida, estremecimiento, de s per· tar. Pre c isa obser v ar la trayectoria. de sus vidas, seguir su e v olu c ión int e lectuai , c alibrar los frutos en que finalmente cuaja el propósito de c rea c ión y r e mozamiento.

El D ie palismo. - E l Diepali smo es el primer movimiento d e r e -

novac1on literaria que se registra en la década de los veinte. Lo auspician dos poetas jóvenes, Luis Palés Matos y Jo s é l. De Diego Padró.

El Diepalismo es un momento breve, muy breve, de sus exploraciones inquisitivas de 1921. Toma el nombre de los apellidos de ambos poetas. Una breve exposición al alcance del poema Orquestación Diepálica, publicado en « El Imparcial» el 7 de noviembre de 1921, contiene la teoría del novel enfoque. Aluden a las tendencias poéticas que toman impulso en Francia y España, en plan de dar a la poesía <<cierta concentración estética, de modo que las más altas concepcioneB de belleza queden sugeridas encarnar en formas ligeras y elementales expresiones la más sólida arquitectura ideal, suprimiendo ese volumino so aparato sinfónico Heno de resortes y efectismos que llena hoy con su berrinche melodramático la moderna poesía>>. Aseguran que ninguna de las novísimas escuelas - imagenismo, impresioni smo , unanimismo, ultraísmo, cubismo, futurismo y dadaísmo · - «s eñala un modo sintético de expresión »

ccCon el fin de agilizar la s actuales normas dP. la p o e sía ». intentan con la Orquestación Diepál(ca «dar la impr es ión d e lo objetivo por medio de expresiond onomatop é yicas , del l e ngu a j e de aves , animales e insectos, sin recurrir a la descrip c ión an c huro sa y prolija que sólo viene a debilitar 'la verdad y la pureza del a s unto». Se proponen «levantar ambiente en e s te sentido», aunque juiciosamente advierten que de ningún modo van «a permanecer fiel e s a esta modalidad poética en toda la crudeza» con que la pr ese ntan. El pQema es hermoso y apropiados los recurso s onomatop éy icos para captar , en apretada síntesis, las voces múltiples del agua , el viento y la fauna campesina en una noche de embrujami e nto lunar. A la onomatopeya se sumaa metáforas e imágenes cert e ras . Fugas Diepálicas, firmado únicamente por De Diego Padró , e s otra original proyección de la inquietud de esa hora. La iniciativa tiene simpatizadores y detractores. Sin decir que comparte la innovación, Martha Lomar publi c a a los cinco días el poema Atardecer cerca de la aldea., con remedos onomatop éy icos. Emilio Belaval, en artículo entusiasta , llama al Diepalismo «grito valient e y resuelto que acaba de dar la sacudid a más treme n da a toda e s a bamboleante arquitectura estática de fal so s valor es li t e-

rarios». Emilio Delgado, de más reciente promoc1on literaria, alerta a todo lo nuevo, se solidariza con· el movimiento, escribiendo un «soneto diepálico» : Amanecer capitalino.

Bien pronto se percatan los fundadores , !el Diepalismo que su preocupación estética c ala más hondo. En efecto, la onomatopeya tiene razón de ser en determinados poemas descriptivos o con agarres en el mundo objetivo. No basta, sin embargo, el empleo literario de remedos fonéticos de fenómenos y ruidos naturales para expresiones más sensibles, conceptos rihstracto¡;¡, vuelos metafísicos y estilizaciones de la realidad, que ya se van acentuando en ambos poetas. ·

A alejarles fundamentalmente de la onomatopeya, que es a modo de una trabazón a la realidad objetiva, contribuye un factor de· ci sivo : en Palés , como en De Diego Padró, cobra fuerza un ansia de fuga del pequeño mundo circundante - insularidad huraña, rutinaria, sin incentivos, sin afanes de mejoramiento, sin sacudidas emocionales, ambiente cargado de pesimismo, de ideales en crisis, de economía en derrota, de perspectivas truncas. «Tierra estéril y madrastra>) , llama Pelés a la suya. ¡Aleluya!, de De Diego Padró , recoge la e stampa pueblerina

donde lo más notable que sucede es el naufragio de una pobre mosca en mi café. con leche

El an sia d e fuga del medio circundante lleva a Palés a un dramático e scape hacia tema s de tierra s del Norte. E s crib e enton c es su s poema s extraño s : Walhalla, Sinfonía Nórdica, Las Torres Blanca s

De Di eg o Padró , también en fu g a de Ja << simplicidad aldeana» , en cu e ntra motivo s de in s piración en temas alusivos a lo s uiitos d e la Gr eci a et e rna. Emocionalmente, se refugia luego en un Sex to P is o d e gran ciudad , definiendo su yo íntimo con entera p recisi ón:

A quí , e n es ta s alturas, co mpon go y d esc ompongo mundos a mi manera; aqu í es dond e d e fino r e alm e n te lo q u e soy:

un elucnbrador extraño y vagabundo del inmenso espectáculo de mí mismo ...

Satisfecha la curiosidad de los temas nórdicos , el argonauta que hay en Palés se lanza en busca del vellocino de oro de asuntos de más cálida vibración humana. Así descubre un filón poético inexplorado en la estilización del tema negroide. En un principio, no pretende descubrir al negro de su pueblo, ni siquiera al negro antillano. A medida que ahonda en la redén descubierta cantera lírica, con Danza Negra, Nimien, Ñam-Ñam, Bombo - de puro entronque afrohaitiano -, el resto de las

Antillas le dan un fuerte tirón y entonces bucea en la vida animal y emotiva del negro y del mulato en su propia tierra y en las vecinas islas para hacer una estilizada interpretación pot:1ica. La logra con limpio enfoque estético, fino humor, penetrnnte ironía y honda simpatía humana. Así escribe Majestad Negra, Canción Festiva para ser Llorada, Náñigo al Cielo, Ten con Ten, Mnlata-Antilla. Esta obra se recoge en Tun Tun de Pasa y Grifería (1937).

La brega afanosa y triunfal con el tem'a negro lleva a Palés más tarde a anunciar la necesidad de una poesía antillana. La tesis provoca en la prensa del país un interesante debate, que se alarga por varios años. Evaristo Ribera Chevremont, De Diego Padró, Luis Antonio Miranda, Antonio Dávila, Jorge Pastor y otros escritores tercian en la apasionada polémica, que todavía suscita argumentos eu pro y en contra en nuestros círculos literarios. En tanto, Palés Matos sigue haciendo obra de renovador empeño, con sus pausas características, dentro y fuera de la temática de una estricta poesía antillana. Ni sus p-ropias teorizaciones logran atarle. Se mantiene siempre en exploración de nuevos horizontes.

De Diego Padró tampoco se queda a la vera del camino. Al comenzar la década de los veinte, Manuel Martínez Plée, acucioso observador y ágil crítico, hace el siguiente comentario : «¿Ha de quedar este poeta preso toda la vida en su actual paganismo? Creemos que no». Efectivamente, el poeta, que en sus comienzos se goza en los Temas de Belle z a y Voluptuosidad, con raíces en la mitología griega, como reza el subtítulo de su primer libro, se 11

escapa del .maravilloso pagano y de sus furtivas incursiones a la Francia galante del siglo XVIII, para adentrarse en una temática de más próximo y r ico contenido humano.

En su Epístola Admonitoria al Poeta Calandrino - original manual estético - dirá más tarde :

Que palpite en tu verso cuanto hay en ti de humana, Cuanto hay en ti que siente, que idealiza, que anhela.

Las divagaciones filosóficas y las aventuras humanas que se recogen en su extensa novela En Ba.bia acaso facilitan tránsito a ese complejo orbe poético, que tiene un agade en la realidad objetiva y otro en la irrealidad del sueño, en el vuelo metafísico. El poeta - ccelucubrador extrañm> - enjuicia, con poética reflexión, la vida en torno, las cosas sencillas, el diario acontecer, pero también clava su mirada escrutadora en el mundo de fantasía de las quimeras y en la agonía del ser y de] no ser. Allí encuentra hondos veneros de poesía : el amor sin complicaciones sexuales, el manso dolor de los humildes , las vanidades y torpe:Z.as humanas, la lucha del hombre frente a su destino, el profundo misterio de ]a muerte , el ansia de inmortalidad del e spíritu. Así van madurando, con el transcur so del tiempo y la sazón de la experiencia, esos hermosos poemas que forman las Ocho Epístolas Mostrencas.

El Euforismo. - Vicente Palés Matos y Tomás L. Batista dirigen en 1923 dos manifiestos a los poetas de América, exhortándoles a crear una poesía nueva en los temas y en las formas de expre sión. De s de noviembre de 1921, en su vibrante Canto al Tornillo - novedoso en el tema, rico en la metáfora, vigoroso en el ritmo, Palés venía animando la idea de una renovación poética.

En el primer manifiest o euforista, con la frase clave de que «el poeta debe ser para la humanidad un tónico y no un Jaxante», se hace este planteamiento: cc¿Revolución lírica? Sí; ajustamiento de una nueva lírica creadora de gestos seguros y poten· tes en nuestra literatura falsificada y rala: Hora es ya de acabar con el verso matiz que ha degenerado nuestra lírica y añoiiado nuestras mentalidades. ¡Fuera esa garrulería de sentimentalis-

mos dulzones, y pasa tú, lírica eufórica, tempestad de luz, ráfaga cósmica , sacudiendo nuestros espíritus! Acabemos de una vez y para siempre con los temas teatrales, preciosismos, camafeos , artificios. Cantemos a lo fuerte y lo útil, lo pequeño y lo potente».

En la parte doctrinaria, se proclama ccel verso espontáneo, áspero y rudo, pero sincero» ; se eleva una protesta contra el recuerdo y la mujer, y junto a la exaltación de la máquina, la llave, la sierra, el marrón, el vértigo, · el grito y el peligro , se reconoce clun sentimiento hondo y fuerte en todo aquello que nos rodea, olvidado por estar a nuestro lado : en la miseria, en el dolor apagad.o y en las cosas comunes » .

Ilustra el primer manifiesto una Salutación a los Poetas Jóvenes, de Palés, que comienza así :

¡D es de el tropico americano, fragua en flor , os sa ludo! Donde croaban ranas, está el jazz band del siglo, y raspan contra el cielo, estrellas instantáneas, los cuatrocientos mil post es eléctricos de Puerto Rico.

El segundo manifiesto alienta un sentimiento de solidaridad continental. Proclama cc la grande República Eufórica Americana». Repudia la lírica de Nervo, Rubén y Herrera Reissig, por entender que ccdieron al mundo una idea falsa de lo que vive en nosotros». ccPóngamos nuestras estrofas - dice el documentoen armonía con las cataratas del Niágara y que se abra la emoción como la boca del Orinoco.>> Alude a inutilidad de laa fronteras y de las lenguas»; postula cela unidad - de razas y religiones», y apunta ccel fenómeno del superhombre, una mitad ·1a. tino y otra mitad sajón, cuando se cumpla el pensamiento eufórico » .

El Euf orismo, como movimiento, también tiene corta dur11ción y ningún proselitismo. Sus mismos auspiciad.ores, tras de cultivar el verso libre y de explorar los motivos nuevós - véase el poema ¡Soy!, de Palés - retornan en breve a los clá.sicos temas del amor, la mujer, l a na tural eza, la vida con sus múltiples incitaciones y ensueños, la muerte con sus silencios y sus grandes interrogacionei: todo ello elaborado con gracia , finura, emoción,

pen sa miento ágil y dominio del ritmo y de las más variadas forma s métrica s .

De ahí en adelante, Batista cultiva la prosa con preferencia: una prosa alada, musical, rica de sugerencias y conceptos, en torno del espectáculo del diario vivir. Maneja con acierto los recursos del idioma: la palabra es precisa, el adjetivo definidor, insustituible; la imagen, certera, novedosa. Logra el contagio lírico. No es literatura de información ni de combate. · Es poesía en el sentido más valedero. Su producción sigue esparcida en diarios y revistas del país, en espera de una mano amorosa que la lleve al libro.

Vicente Palés Matos también participa activamente en el Noísmo, al que hemos de referirnos más adelante. Cultiva la poesía con predilección. Domina en ella una nota de acusada sensualidad, a ratos un acento elegíaco. Una mujer o una som· bra de mujer amada asoma casi siempre en sus versos. Entre sus logros indiscutibles figuran Hoy me he echado a reír, premiada en certamen del Ateneo Puertorriqueño; Gloria de Maravilla, Sabor, De se o y Canción Nueva I y II. Sus incursiones en el cuento de ambiente puertorriqueño le consagran como hábil narrador. El litoral borinquense - especialmente en sus tierras del Sur - es el fondo decorativo en que, según dice, echa sus personajes para que hagan vida propia. Son notas definidoras de . su técnica cuentística el tra sfondo de realidad, las situaciones dramáticas, 1a descripción colorista y el dominio de la psicolo· gía humana. · En Viento y Espuma (Buenos Aires, 1945, 257 p.)

Vicente Palés Matos ha recopilado una se lección d e sus cuentos y poemas. El libro está escrito en una bella pro sa castiza que sirve de contrapunto lírico a los poema s El resto de la producción sigue dispersa en revistas y .periódicos.

Los Seis - Un periódico literario, de corte moderno, combativo, innovado r, preocupado insuflar vi da activa a la s letras patrias y de traer al tapete de la pública , discusión los temas cardinales de la actualidad puertorriqueña, agrupa en los co· mienzos del año 1924 a seis escritores jóvenes, de vigorosa personalidad: Antonio Coll Vidal, Luis Palés Matos, José l. de Diego Padró, Bolívar Pagán, ]osé Enrique Gelpí y Juan José

Llovet, poeta español que reside en la Isla desde 1919. Por e] ·número de sus fundadores, el periódico se llama Los Seis.

Abre brecha con un vibrante y demoledor Pregón contra la cu.tina, el estancamiento y la pobreza de espíritu prevalecientes en las artes y las letras y la vida general de la comunidad. Proclama la necesidad de revitalizar todos los valores puertorriqueños, desde los económicos y políticos hasta los morales, cívicos e intelectuales, abriendo los ventanales de la cultura para sacar al país de su hosca insularidad y airear costumbres, tradiciones e ideales de vida. El llamado es para la acción creadora, el empeño renovador, la afirmación de la personalidad colectiva y el logro del destino histórico.

Prosas y versos, de original factura, en los que asoman las inquietudes y los bríos renacentistas de las vanguardias europeas y americanas, hacen en las viriles páginas de Los Seis la promoción de la nueva literatura y enfocan las realidades entrañadas de nuestro pueblo. Con sus tonantes aldabonazos, la publicación sacude la sensibilidad dormida de una buena parte de las clases intelectuales y de los dirigentes políticos, provoca elogios y pro· testas, y lo que es más prov.echoso : examen de actitudes, valores y criterios. La tónica es de renovación.

Además de los fundadore s, colaboran en Los Seis, entre otros , Luis Lloréns Torres , con una serie de artículos sobre los problemas económicos de Puerto Rico; Luis Muñoz Marín, sobre temas sociales y políticos; Antonio Pérez Pierret y Manuel Martínez Dávila, con poesías de nne.va entonación, y Gu s tavo Jiméndez Sicardó, con un fragmento de su obra dramática La Razón Ciega.

El grupo se disuelve, pero sus miembros siguen activos en distintas faenas culturales. Y a aludimos a Palés Matos r De Padró. Coll Vidal había publicado dos libros de ver.sos: Trovas de Amor (1914) , con prólogo de José de Diego, y Melodía, en 1919, con prólogo de Amado Nervo. En 1929 la Compañía Herrero Tordesillas estrena en La Habana su comedia Un Honibre de 4 0 años, que alcanza allí 42 representaciones. Luego publica en folletín de Pu erto Rico Il11 strado la comedia Sin Permiso de la Señora . Cultiva el periodismo con fino sentido de humor y la poesía con una nota distintiva de ternura, sentimiento y emoción.

De 1922 es su libro, inédito aún, Rosario (Versos para mi Mu erta}, con proemio de Eugenio Astol. También tiene inédito Cartas sin Réplica (1945), una selección de sus artículos humorísticos, y la obra que intitula Otro Libro de Versos, en la que recoge páginas de antología tan bellas como los Romances del Hijo Muerto, Ritornello, Madres Antillas, A Eugenio Noel y Madrigal Supremo.

Gelpí escribe ver sos y prosas de moderno enfoqu1:1. Luego se da de lleno a la política y finalmente a las tareas ah ::. orbentes d e l diari smo.

Bolí v ar Pagán, que se inicia con una prosa de vigoro so contenido ideológico , publi c a A mérica y Otras Páginas (1922), el Sufragio F e menino (192 4.) , Id e ales e n Marcha (1939), La Personalidad d e Harbosn (19 1H), El A postolado de Igl e sias (1942) y varios fol1 e tos d e ori e ntación políti c a y socíal. Actualmente prepara una Historia d e los Partidos l'olíticos en Puerto Rico.

El Vanguardismo. - El nombr e de Vanguardismo viene de los movimi e nto s lit e rarios y artí s ticos de avanzada que surgen en Europ a y Améri c a después de la primera Guerra Mundial por reacción contra e l r e ali smo y e l romanticismo. En ello s predomina el propó sito de s up e ración <le las técnicas en boga, el anhelo de renovación de lo s moti vo s artísticos, la búsqueda de nuevo& v alores de emoción , la e s tiliz ación de la realidad, la indagación <l e l mundo suprasensihle y s ubconsciente, y la tendencia intelectual y espiritualista.

E vari s to Ribera Chevremont es el má s alto exponente del V anguarclis mo en Puerto Rico. De s taca su personalidad como co n ec u e nt e t e orizant e y fer v oro so cultivador de la po es ía nu e va.

Ini c i a su arte e n lo s <lía s en que el modernismo finaliza su ta r d í a a p ari ci ó n e n nu es tro pu e blo. De aquel movimi e nto aprovec ha enfoqu e s, rit m o s y ali e nto s que orientan s u po é ti c a por cla r as vías <l e r e no v a ción. D es fil e Romántico (1912), El T e mplo d e lo s A laba s tros (1919) y La Copa de Hebe (1922) con s titu y en l a obr a d e es ta prim e ra et a pa. ·

E n 19 19 e l poeta se tra slada a E s paña. AJlí re s ide c in c o a ños en conta c t o co n l as lit era tu ras e uropeas de vanguardia , qu e en e l ultraísm o tie n e n s u apa si on a da v e rsión española. Son año s de observació n , de r e fl ex i ó n , d e aq uilat ac ión ele la n u ev a po es í a. Su

personal inquietud, en comumon con las exploraciones líricas de aquellos innovadores, va madurando en plurales direcciones. Le entusiasman lo novedoso formal, el verso Jibre, los ritmos anchos, los matices insospechados, los temas vírgenes. Gana, al propio tiempo, dimensiones de profundidad. Se produce el encuentro con su yo íntimo, alerta al panorama de la vida circundante, al espectáculo maravilloo de la naturaleza, a las sublimaciones del espíritu. El poeta escribe por aquellos años El Hondero Lanzó la Piedra, libro que recoge, en buena medida, sus primeras experiencias en la estética de vanguardia.

Regresa a Puerto Rico en 1924, en plan de dar a conocer a] país las nuevas orientaciones y de hacer obra de gozosa madurez. Trae un mensaje espiritual, de amor y de belleza. Se propone dos objetivos: hacer conciencia de patria y arraigar en nuestro mundo literario la estetica de vanguardia. Este último empeño se manifiesta en dos tareas : divulgación de los postulados esenciales del V angziardismo y creación de una poesía tono con la nueva orientación.

En los comienzos de su gesta poética, Ribera Chevremont antepone el verso rítmico al verso métrico, la imagen directa a la indirecta, y clama contra ccel tono mayor, lo grave , lo teatral». Ensaya luego todas las formas de expresión, desde las consagradas por los grandes maestro s de la )frica hasta ·las más libres y aventuradas de los innovadores de ayer y de hoy, logrando, en el cultivo de unas y de otras , ritmos, acentos y tonalidades de riqueza melódica, de bella imaginería, de encantadora pureza. Aborda todos los temas de su tiempo y explora a fondo tndas sus posibilidades estéticas, pero sin relega1' al olvido lo s temas eternos, los que enraízan en la naturaleza espiritual del ser humano, en su condición divina. Sus concepciones se van .sublimando con el transcur so del tiempo. En en su poesía se advierte una progresión ascemiional, que va desde ios temas de la naturaleza física, con su derroche de gracias, formas y colores; • · del acontecer hi st órico , con su vasto panorama de lucha s, µ;estas y heroísmos; del vivir cotidiano, con su íntima trabazón de pasiones, flaquezas y virtudes, hasta Jo s dominios metafísicos - zona de rica espiritualidad - donde e l alma enfrenta la reali. dad de su destino último ante la fecunda realización de Ja "ida,

el hondo misterio de la muerte y la serena majestad de Dios.

Las letras boricuas no registran una labor más fervorosa, sostenida y elocuente que la suya. Más de un centenar de artículos de documentada, esc1arecedora y persuasiva exposición, la constante publicación de poemas de nuevo aliento en los diarios y revistas del país, y l a personal beligerancia en favor del arte nuevo , avaloran el esfu e rzo , que se prolonga desde la década de los veinte hasta el pre sP, nte. La obra cuaja en libros de altas cuali<lades: Pajarera (1929), Color (1938), Tonos y Formas (1943), Anclas de Oro (19 -1.5), Barro (1945), Tú, Mar , y Yo y Ella (1946), Verbo (19 ,ri), Creación (1951) , La Llama Pensativa (1951).

Su con s agración a la poe s ía es absoluta. Es una función vital, una manera específica e inconfundible de existencia. No tiene tregua en e l hacer. Reposo de alma sí , pero

R e poso de la llama pensativa; llama que , reposa.nclo, más se aviva.

Ribera Ch ,.. vremont ha ejercido una influencia positiva en el arrai g o ele la e stética de vangua r dia en nuestro medio. En el campo d e la s letra s, s u vida, s u obra , su Jedicación, constituyen un alto ej e mplo para las pre s entes y futura s ge neraciones.

El Noí s mo. - El grupo noísta se inicia en el Ateneo Puertorriqueño , e l 4 de julio de 1925 , como una fraternidad de escritor.es.

E n una nota que se publica en El Imparcial, bajo el epígrafe de Los «No », c on la firma de Vicente Pal és Mato s , Samuel R. Quiñon es, Emilio R. Delgado , Jo s é Arnaldo Me y n e r s , Enrique Lerbold , A nt o nio Juli o Colorado y e l autor d e es ta s nota s , s e hace s aber que e l prop ós ito e s unir «la juventud artí s tica e intelectual de la I sla e n u na h e rmandad de mutua c ompenetraciónn.

Má s tard e se s umari al movimi e nto Juan Antonio Corretjer, A ntoni o P ani ag ua Picazo , Fernando Sierra B e rdecía, Ce s áreo RosaN i eves y Jo s é Pania g ua Serra c ante.

D e. d e e l prim e r momento cara c teriza al g rupo un s i g no de j ov i a l c am a r a d e ría. Lo s noí s ta s s e reún e n c on fr e cu e n c i a e n el Ateneo p a ra di sc urrir s obre arte s y letra s, c om e nt a r lo s últimos

Jih ro s , l eer l os nu e vos v er sos y red a c tar e l manifi es to qu e, bajo e ] epígrafe d e G e st o -Inc i t ación d el Grupo ¡ N o!, s e publica e n El

lmparcia,l y más tarde en Athen e a, anuario de la Univ e r sidad, con una se lección de poemas noístas.

¿La aspira c ión? << Renovar la morfolo g ía del pen s ar literario, pero tambi é n ]a s e se n c ia s, lo s v alores. Por e so alzamo s nue s tra hacha d e moledora contr a la literatura zonza, de gimo t eo s estéril es ; contra e l verso afeminado ; contra la pro sa charlatana y mendaz; contra lo s pontífice s del preceptismo; contra los importadore s de cmo ve dades»; contra la canalla literaria, inescrupulo s a y venal; contra este espantoso si stema social que atrofia la s iniciati v as y enerva lo s tal e nto s ; contra el utilitari smo y la moral puritana; contra la se riedad; contra lo s dogma s. »

¿La nota de buen humor? ce Unas palabras al oíd'> del le c tor: No sotro s mi smos no sabemos lo que es el Noísmo. El Noísmo no re suelve nin g ún problema est é tico , ni moral, ni social , ni político, ni económico Desde cualquier punto de vista el Noísmo no no significa nada. Noísmo e s una palabra como otra cualquiera. Pero , usada por nosotro s , y para dar nombre a nue s tro grupo, ya cobra una significación propia. De ella hemos extraído , como del huevo de un mago , idea s, pautas, e s t é tica s, energía s, gestos , espeju e lo s , c ar c ajada s, e golatr ía, sueño, mentira s, Noí s mo, T.N.T., abreviatura s , ver so s , b a nd e ras bol cheviques ... »

¿La filosofía? «Bu scamo s nu es tra verdad... Men es t e r nos es nacer de nuevo.. Urge borrar lo sido , tachar el pasado y afirmar sobre la s nueva s arro g ancia s una vida nueva. No c r ee r: dudar , ne g ar. Parar se- e n m e dio de la multitud que s i g ue man sam e nte lo s camino s trillados, y ve nce rla , y e charle en cima l a norm a : j NO ·! ¡NO! ¡NO!. . . »

E l No ís mo prov oca a taqu es y s imp a tía s . Sobr e t o do , d e s p iert a inqui e tud es e n el ánimo d e los j ó ven e s . Son mu c ho s l os qu e solicit an formal in g reso e n e l grupo: se l es som e t e a uh a c e r e m on i a d e ini c i ación e n el Ate n e o - mitad se ri a, mitad humorí s t icaqu e inclu ye un públi c o i n t e rro ga torio sobr e a rt es y l etr as , e l r ep udio d e l ver so bland eng u e y l a a ce pt aci ó n d e lo s pos tul ados d e ren ov ac ión

E l cli ma es ta l , qu e Joa quín Lóp e z López, a la sa zó n escr ib e p o es ías me d iocres, r en u nc i a fo r ma l mente, eri d e claraci ó n j u ra da an t e n o ta r i o , a co m po ne r ve r so s . L o s noístas le d a n un ban qu e te en reco n ocim i en to d e su he r oica dec i sión, apro vec han19

vas de Nuestra Cultura, varias novelas corta s y numero so s artículos de inve s tigación histórica y crítica literaria.

Antonio J. Colorado cuhi v a la poesía, el cuento y el en s ayo. Hace periodi s mo. Lue g o dedica su s mejores emp e ños a la cátedra univer sitaria. Edita má s tarde libros de texto y publi c a monogra- · fías y estudios de interés literario , social y político, entre ellos, Noticia y Pu lso d e l Movimiento Político Puertorriqu e ño, en colaboración con Lidio Cruz Monclova.

Samuel R. Quiñones, miembro de s tacado del grupo , participa en la fundación de la revista Indic e A su labor hemos de referirnos más adelante.

El Atalayismo. - ccEl Hospital de Sensitivos» es el curioso nombre con que se conoce originalmente, en 1928, el grupo de escritores jóvene s , que al año siguiente se denomina la «Atalaya de los Diose s», de donde viene el nombre de Atalayismo. Son sus fundadores Graciany Mir a nda Archilla, Fernando González Albert y, Alfredo Margenat y Soto Vélez.

Antonio Oliver Frau, en simpatías con el grupo, escribe por aque11os días que «e so de llamarse Dioses quienes comienzan a sembrar el trigo de una cosecha nueva, no está bien>). Disculpa, sin embargo, el exceso la tónica general de estos de renovación, en que sus auspiciadores suelen repudiar con menosprec i o la obra de los mayores y proclamarse a sí mismos los únicos valores genuinos. De los únicos a dioses el trecho no es largo.

Po et a s de una mi sm a promoción intelectual, al principio los agrupa un sentimiento d e camaradería literaria, más que un progr am a d e ren ov a ción e s t ética En efecto , no publican manifi es to o proclama alguna e x poniendo su credo pqético. Sus primeros ve r sos , si ya ricos e n imágene s y ati sbos renacenti s tas, siguen las n ormas de la poe sía tradicional. Es más tarde que comienza a afi a n z arse su po sic ión d e v anguardia , más que en teorizacion e 'S ab s tractas, en p oesía d e t e mas, metáforas y r itmos novedoso s . El Ata l ayism o , a di fe renci a de lo s otro s i smo s de la dé c ad a, q u e fija n sus postula do s de maner a p a l a d in a en p r oclamas y mani fiest os, ex pone su ideario en las p o es ía s d e sus fu n d a dore s, en las pol ém ica s literarias que susci t a e l movim i ent o y en l a s glo sa s de su s libro s

Cuatro revistas - Gráfico de Puerto Rico, El Diluvio, La Lint e rna y Alma Latina - acogen semanalmente los escritos atalayi stas. Es el movimiento que alcanza más sensacional publicidad en los diarios y revistas de la é poca. Escriben sobre el Atalayimzo. además de Miranda ArchiJla, González Alberty y Marg e nat, los que se suman más tarde al grupo, como Luis Aquino y Samuel Lugo, y otros escritores que, con aprobación , críti c a o reparo, enjuician sus aventuras estéticas, como Juan Antonio Corretjer, Wáshington Lloréns, Francisco Ramos, Antonio Oliver Frau, Clemente Pereda, Angel Rigau, Manuel Guzmán Rodríguez, José Paniagua Serracante, José Villaronga Charriez, Luis Venegas Castro y Angel Fernández Sánchez.

Figuras de relieve en la vida puertorriqueña, como don Luis Sánchez Morales y el Dr. José Gómez Brioso, elogian el e spíritu de renovación que anima el grupo. Por otro lado, el poeta Ferdinand R. Cestero lo ridiculiza en una columna de El Diluvio bajo el epígrafe de Atalaya de los Mimes. Se manifiestan en simpatías con el movimiento, entre otros, José Joaquín Ribera Chevremont, Carmen Alicia Cadilla , Joaquín López López, René Golman y Antonio Cruz y Nieves.

Fernando González Alberty, uno de los teorizante s del g rupo, declara que «el Atalayismo es modalidad más radical y m e dulo sa que lo!? movimientos subversivos de Europa ... Es concreción, síntesis, esencia de escuelas precedentes, y por lo tanto, s uperación ... Se propone redimir nuestra esclava literatura del aherrojamiento clasicista en que vegeta; arrancarle el moho c e ntenario que la oxida y revestirla a la: usanza de la época »

Alfredo Margenat dice que e l po e ma atalayi sta e s «UD ane cdotario lírico, de instantaneísmos , de brevedades sensoriales , de minutos pictóricos, sin enlace ni coordinación ninguna e¡¡pecie».

La «Atalaya de lo s Dio se s» e dita tre s publica cione s : R e sponsos a mis Poemas Náufragos, de Graciany Miranda Archilla ; Grito , de Fernando Gonzále:.r. Alb e rt y, y Ni e bla Lírica, de L ui s H e rnández Aquino. Cada poeta ex presa su p e r son a l r e ac c ión ante e l mundo sensible con enfoque propio. Fuera de las no ve do s a s m etáforas , que derrochan a manos llena s, e sp e cialm e nt e lo s dos primero s, no ha y norma o pauta e n común. En Miranda A r c hill a 23

priva la nota mística y la pagana; en González Alberty, la inte- · lectual; en Hernández Aquino, la romántica. Aunque son de tanteo en la nueva estética, apuntan allí el vigor, la emoción, la originalidad y el vuelo lírico de un arte llamado a más altos destinos. Aliento similar se advierte los versos filosóficos y mundanos de Margenat y en las lucubraciones líricas de Clemente Soto Vélez.

Con el tiempo, se podan los exce sos, madura la · emoción y aflora una poesía original en los tem as, novedosa en el decir y rica en la metáfora : contrihución de indi sc utible valía en sí misma y de estímulo para la juventud literaria. Miranda .Archilla publica Sí de mi Tierra (1937) y El Oro en la Espiga (1941). González AJherty ahonda en temas poéticos de raíz filosófica y de alcance social, además de cultivar el cuento breve, moderno, en prosa de trazo certero y fina imaginería. Margenat hace periodismo militante, pero siempre saca tiempo para el verso de vibración humana y alto vuelo lírico y la prosa de $erena reflexión filosófica. René Golman aporta su poemario Atalayando Vibraciones (1931). José Joaquín Rihera Chevremont, romántico en el fondo, después del Breviario de Vanguardia (1930). publica Lámpara Azul (1933), Poemas (1934) y Barandales del Mundo (1944), esta última con mayoreR alientos de renovación formal y temática. Clemente Soto Vélez revela en s us prosa s y versos preocupaciones filosóficas, políticas y sociale s Publica Escalios ( 1937) y A brazo Interno ( 1954). Samuel Lugo, poeta de fina sensibilidad, publica Donde Caen las Claridades (1934), Yumbra (1943) y Ronda de la Llama Verde (1949). En el primero, advierte Pedreira «notas genuinamente típicas del alma puertorriqueña» y «rejuvenecimiento de temas y de imágenes que da gusto aplaudir». En los otros, se afirman estos logros con mayor dominio de la técnica de expresión.

Luis Hernández Aquino sigue evolucionando su poética. Publica Agua de Remanso (1939) y Poemas de la Vida Breve (1940), ambos de honda expresión subjetiva. En 1943 funda, con Samuel Lu·go , Carmelina Vizcarrondo y María Mercedes Garriga, el «Mov imiento Integralista», en plan de afirmar la personalidad his· tórica puertorriqueña y su vinculación a los valores de la hispanidad, demandando una política del espíritu que «avalúe lo nues-

tro a través de las artes, la ética y ·toda otra fuerza de cultura». Edita tres revistas de orientación renacentista - El Día Estético, lnsula y Bayoán -. Sus últimos libros - Isla para la Angustia (1943) y Voz en el Tiempo ( 1952) -, de evidente madurez inte· lectual, exaltan los valores patrios. Con Angel Valbuena Briones edita en 1952 una antología titulada Nueva Poesía de Puerto Rico. Tiene inédita su tesis sobre los Movimientos Literarios del Siglo XX en Puerto Rico.

El Grupo Indice. - Cierra la década de los veinte una empresa de madurez intelectual: la publicación de la revista Indice. Sus auspiciadores : Antonio S. Pedreira, Alfredo Collado Martell , Samuel R. Quiñones y el que esto escribe. El 23 de abril de 1929 - aniversario de la muerte de Cervantes - se inicia la publicación de la revista : ccaniversario y mensuario - dice Pedreiraque, en momentos pascuales del espíritu, se penetran de idéntico sentido cultural».

El número primigenio de Indice lleva en las páginas editoriales un Cartel exponiendo la orientación y la tarea a realizar. De allí tomamo s las directrices fundamentales: ccLlega Indice en plan de ceñir su ideación a ponderadas normas, manteniéndose al mar· gen del literatismo militante, aunque simpatizante con todas las palpitaciones ambientes, escuchadora de todas las voce s, vigilante , atalayante, receptora ... Indice cultivará el coeficiente de utilidad con preferencia .a la actitud sorprendente ... Renunciará a ser rara en el menos ambicioso deseo de ser provechosa... Para nosotros hay más valor en los motivos de preocupación investigadora que en los motivos de admiración... Procurará llegar hasta aqueJlas promociones de nuestra generación que en el ámbito escolar han menester de un periódico que les sirva a su hora la noticia cultura Indice no será revista de grupo. No representará·sesgo alguno.

Ni filia ni fobia ... Vivirá su vida al margen de los ccismosn cons· tituidos, colindantes con todos, sin asociarse a ninguno ... Bien está si Indice logra realizar, como se propone, la triple significación de su nombre : señalamiento de orientaciones, medida de res, registro de los capítulos de la actividad cultural de a yer y de hoy».

La revista se publica mensualmente desde abril de 1939 ha s ta julio de 1931 , ju s tam e nt e durante dos aiíos y c uatro m es es.

Las 28 ediciones, encuadernadas, forman un grueso tomo de 448 páginas. El mensuario se imprime en los talleres de La Democracia, en ediciones de 16 páginas. De cada edición se tiran 2.000 ejemplares en papel de periódico, que circulan entre los escritores del país, la Universidad y las clases de español de las escuelas superiores, públicas y privadas, y 500 ejemplares en papel cáscara de huevo, que circulan en el extranjero entre escritores, revistas, bibliotecas, universidades y otros centros de cultura.

La revista da estricto cumplimiento al programa esbozado desde su primer número. Hay un criterio editorial que mantiene sus páginas alerta a todo lo que es de interés fundamental: los Aterrizajes, que recogen la actualidad cultural, la bibliografía puertorriqueiía, la reseña de libros extranjeros, el registro de conferencias, recitales y conciertos, las páginas de evocación histórica, la revisión de valores deJ pasado junto a la colaboración - cuento, poe sía, ensayo, crítica, artículo - de los escritores de sensibilidad, tanto los consagrados como los nuevos. Se encaran los problemas políticos, económicos, sociales y culturales. Se publican ediciones enjuiciando la vida y la obra de Segundo Ruiz Belvis, Frasquito Oller , El Caribe, Nemesio Canales, Matías González García, Eugenio Astol, Rafael Balseiro Dávila, Alejandro Tapia, Julián Blanco, José de Diego, Manuel Zeno Gandía, Miguel Meléndez Muñoz.

Se examina documentalmente la gesta de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Se hace una amplia indagación de los problemas educativos y un reflexivo y abarcador estudio de la situación del campesino puertorriqueño.

Desde la segun da edición se formula una encuesta enderezada a afron tar el angustioso problema de nuestra realidad colectiva con estas tres preguntas . claves : ce¿ Cree usted que nuestra personalidad com o pueblo está completamente definida? ¿Existe uua manera de ser inconfundible y genuinamente puertorriqueña? ¿Cuáles son los signos definitorios de nuestro carácter colectivo?» Responden a la encuesta, aportando observaciones y criterios orientadores, j osé Gómez Brioso, Eugenio Astol, Miguel Meléndez Muñoz, Antonio J. Colorado, Emilio j. Pasarell, Rafael W. Ramírez, Antonio Coll Vidal, Manuel Rivera Matos y Carlos Román Benítez. El planteamiento repercute luego en lns11larismo ( 1934),

de Pedreira, y en El Despertar de un Pueblo (1942), del autor · de estas notas.

Entre las colaboraciones que publica Indice figuran el valioso ensayo de los hermanos Juan Augusto y Salvador Perea sobre la historia de las reminiscencias horaeianas en la lírica puertorriqueña; los estudios de Concha Meléndez intitulados Tres N01•elas de la Naturaleza Americana, El Estetismo de Enrique ]osé Varona, La ]uventitd de Juan Mar.inello y Revisión de Darío; interesantes trabajos de Margot Arce, Meléndez Muñoz, Tomás L. Batista, Enrique Blanco, Colorado, Emilio Belaval, Carmen Gómez Tejera, Paniagua Picazo, Ruhén del Rosario, Antonio Sáez, y poe sías de nuevo aliento de Evaristo Ribera Chevremont, Luis Palés Matos , Ramón Lavandero. Corretjer, Carlos N. Carreras, José Ramírez Santiháñez, Francisco Manrique Cabrera, Miranda Archilla, Margenat, González Alherty, Hernández Aquino, Joaquín López López y Jorge Pastor.

In.dice constituye una jornada de fecunda cooperación intelectual. Los directores se esfuerzan por que el mensuario se man1enga en plano de eficaz servicio a las l ét ras patrias. La muerte siega la vida terrena de Collado Martell cuando el júbilo del primer aniversario de la fundación de Indice acentúa en nosotros nuevos bríos para continuar la obra. El compañero, generoso , combativo, sincero, estudioso, deja en el mensuario páginas hermosas: cuentos, halada s, críti"'a literaria. Antonio S. Pedreira , inquieto, diligente, inve stíga dor, trabaja activamente en la orientación editorial, en la reseña bibliográfica y en escrutadores estudios liteTarios. Samuel R. Quiñones, emprendedor, dinámico, entusiasta, colabora eficazmente en los ed itoriales y escribe páginas de sagaz enjuiciamiento sobre Nemesio Canales, Eugenio Astol, Manuel Zeno Gandía, Jesús María Lago y Francisco Mariano Quiiíones. Indice es acogido con beneplácito y aplauso en Puerto Rico. Desde el extranjero lo sa ludan con voces de aliento. Alfonso Reyes, Fernando Ortiz, Alberto Guillén, W aldo Frank, Juan Marinello, Miguel Pérez Ferrero, Francisco Prats Ramírez y numerosós periódicos y revistas de Europa, Norte, Centro y Sur América. El mensudrio hace historia en el más alto y valedero sentido. ccHistoria, decimos en una nota editorial, es continuación, santa continuación de vida. No mecánica reiteración de actitudes , ni

vigencia de iguales normas bajo circunstancias divergentes, ni brusca sacudida, ni repentino empezar, sino avance evolutivo, empeño ascensional, realización pausada del espíritu en la cultura : uno el espíritu; la cultura, varia en ritmo y expresión:» Escritores al margen de los lsmos. - El cuadro de escritores. que en la década de los veinte se preocupa por la renovación de nue s tro hacer literario, está incompleto si -no hacemos aquí mención de aquéJlos que, sin vinculación directa a los grupos, al margen de los ismos, hacen labor de fecundo alcance para las letras patrias. Es de justicia mencionar, entre otros, a los hermanos Juan Augusto y Salvador Perea, que cultivan las disciplinas históricas con acuciosa dedicación; Concha Meléndez, con dotes excepcionales para la crítica y la investigación literaria; Emilio S . . Belaval , animador de nuestro teatro, interesado en los rumbo s de nuestra cultura, que en el cuento, la comedia y el ensayo deja claras muestras de sn talento creador; Jos é Antonio Dávila, poeta de original inspiración y escritor de vasto s aber; Mar go t Arce, alerta a nuestra vinculación hispánica y a la captación de los valores literarios de tierra adentro, y Francisco Manrique Cabrera, poeta de fina sens ibilidad , en vigilia perenne del destino patrio. Todos ellos con tribu yen en es ta d écada, con su s personales inqui e tudes, a avivar los anhelos ele una más alta e x pre si ón.

Conclusión. - Los movimientos de renovación de la d é cada de lo s ve int e comp l emen tan la obra emprendida por lo s. innov a dores de Ja década anterior, que destaca dos figura s de cimero valer: Luis Lloréns Torres y Nemesio Canales. Lloréns taja un nu ev o camino a la poesía. seña l ándo le con su Pancalismo y su Paned is mo y s u acento e n el tema pu e rtorriqueño po sibilidad es es t é ti cas inso spechadas. Canales revoluciona con sus Paliques toda la atmósfera liferaria; prosa nueva, crítica vigor osa, sentido de hu mor, amplia difusión de. lo que está pasando allende el mar en id eas, arte, ciencia, política, economía. La arremetida de los ismos contra la literatura enfermiza, decadente , convencional, de novédades surte efecto. Se depura el anibieiite. Se limpia el verso de gimoteos estériles, de pr e ciosismos extranjerizantes, de baraturas sentimentales. Los poeta s de scubren temáticas de rica vibración humana, de honda proyec c ión espiritual. Se concilia, en la exploración lírica, la inquie·

tud por lo propio, lo íntimo, lo nacional - emoc1on de tierra adentro - con la preocupación filosófica, cósmica, universal. Tanto la prosa como el verso alcanzan positiva madurez en la expresión.

La literatura deja de ser entretenimiento de ocasión para tornarse en tarea creadora, de paciente e indagador empeño. Cobran aliento los estudios históricos, la biografía, la crítica literaria , la novela, el teatro, el ensayo de tema social, político y económico y la poesía de hondo contenido humano. ·

Los ismos de esta década llenan su función : combaten lo absoluto, lo falso, lo que carece de emoción genuina; provocan un de spertar . y alistan aptitudes para la übra de valedera creación, que es hoy fecunda cosecha de nuestras letras.

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