28 minute read

J ns Nol'elas de Grcgorio Ló¡K'z Fuentes Julia Córdova Infante

Las Novelas de Gregario López Fuentes

Por JULIA CORDOVA INFANTE

Primeras proyeccione6 El dolor de la tierra

Estoy nnte un a1·tista que no. disimula su Como a Enrique González Martlnez en la condición de hombre para proyectar la de su poesía caracterizaban a Gregario López Fuenestética. Su ritmo humano es pedestal y entes en la novela los rasgos de sobriedad y garce para su obra. La ecuación Ilrica <le mesura que definen la psicología del pueblo su pensamiento vale por lo que tiene de reamejicano: emoción contenida, lenguaje depulidad vivida, de contingencia depurada, de dol'ado, precisión del vocablo. Y recogida, como lor humano hecho rumor de quintaesencia. legado precioso en el vaso hecho emoción cl o

Gregorio López Fuentes es hoy, pam todo la palnbrn, rebeldías y el alma mejicana con todas todas sus mansedumbres, con sus su 1'uen perfil mejicano· histórico que desee conocer a fondo de su tierra, guía generoso. el Su pesimismo austero, pero también

peranza viva de sus ensoñaciones.

con la esnombre,

pu1·1s1n.1a

sin de

estridencias, adelanta' la su inejicanisn10, con1ún

calidad denomi

En cada una de mayor esfuerzo, el sus novelas placer que se le adivina, sin proporciona nador de toda su producción liternria. el estudio ele cualquier aspecto del alma me

Lu raíz humana que alient:i en toda su obra, junto a la nota de auténtico amor patrio, limpio de exóticos malabarismos literarios, contribuye a definir In tonalidad inconfundible de sus nal'l'aciones. Y cuando al inflexible rigor de lo histórico se inco1 ·¡iora a la fina intuición lírica del artista; y la nota de amargo realismo se purifica con la mansedumbre estoica del indio o ln indiferencia sufrida del labriego, comprendemos la gracia que posee López Fuentes para elevar a planos de estética, motivos que autores menos hábiles podrían convertir en propaganda. jicana, y a medida que avanzamos en la lectura, el entusiasmo del autor hace presa en nosotros, despertiindcnos el interés por lo desconocido.

Los problemas que le preocupan encarnan diversas modalidades del complejo organismo en que palpitan las inquietudes del pueblo mejicano. En muchas de sus novelas, el tema, impaciente, se anticipa en el titulo, despertando la curiosidad dormida.

Tierra, Mi General, El Indio, Campamento, Anicros. ¿Usó de mayor recato autor alguc no al titular sus obras? ¿Hubo jamás menor reclamo? Sin embargo cada uno de esos

Greg·ol'io López Fuentes ama su tiena y nombres cnciena una cantidad ilimitada de siente sere11amente sin patetiúnos, pero con sugcrnncias. ¡Tierra! ¡Mi General!, ¡gl'ito <1 0!01 · honra<lo y rebelde, los problemas que la m1g·uslioso el uno, slitirn amarga el otro! debilitan, malogrando sus posibilidades. Y Tierra es un estudio sereno de la revolución es, - en su esfuerzo por dulcificar la vida trisagraTia. En ella, como afirma Abréu Gómez, te del indígena,- valiente en denunciar los "la conciencia de Méjico está en marcha". Zaerrores que In tiranizan, inflexible en señalar pata, apóstol de la causa, pasa por las págicorrectivos que la rediman. Y todo, dentro nas del libro como una inspirac1on divina, ele un marco de sugestivo buen gusto, 11 topara quedar convertido en héroe semi-legenno con la supe1·ior calidad de su espíritu. dario al que esperan siempre las almas con- !iadas jinete sobre su alazano: la cabeza er

En mi imng'inación bullen y se agitan con guida, el gesto soñador. hormig·ueo nervioso mil impresiones diversas, Y mientras tanto, la tierra llamada a se1· :vigorosas unas, imprecisas otras, que en su bendición del cielo, es verdugo iiara el homnl'án por descubrir la estética del autor do bre que, porque ha hecho del sui·co su único Campamento y Tierra forman apretados gruhorizonte, ha olvidado soñar. ;Tierra! Papos impacientes. Y es así como empiezo a labra que es símbolo de promesa hecha espeesbozar unas cuantas ideas en torno a la obra ranza, y que de madre amorosa, se convier<le este inte1·c3ante escritor al que vengo site, pol' capricho de un puñado de hombres, en guiendo los pasos. la más cruel de las madrastras. Y es asi qu11

la vemos impasible ante el dolor callado del que en él "como en un ramaje de sueños, macampesino que agoniza entre sus bejucales, dura el espíritu de Méjico."(1) Por eso le olvidado de todos, acechado por los peligroR preocupa el indio y se acerca a él con espídtu que ha aprendido a mil"ar con indiferencia teflorecido de ternura. Lo enmarca dentro de mera ria. un paisaje desvaído e incierto, en un pueblo

Y hoy es la víbora que pica condenando a taciturno y sin relieves, completando el tono su víctima a una muerte segura; y mañana es gris sombrío del paisaje unos perros hambreael trapiche que convierte el brazo del obre1·0 dos y raquíticos como sus amos. Los indios en "ralz seca y deforme" que le inhabilita paque aparecen en sus novelas son callados, inra el trabajo, mientras un reproduce la desesperación cuadr"o de impotente miseria del que expresivos, resignados: "Los sin contradecir ni aprobar: era indígenas la misma oian indiya nada espera. Y ayer, hoy y siempre es el ferencia racial, con cara de piedra y ojos de patrón endurecido, que ajeno a todo esfuerzo vidrio opaco".(2) del trabajador ostenta una itl).pasibilidad hi"En la fisonomía de Jos indios yaquis no riente. He aquf unas escenas de Tierra: hay asombro, no hay alegria, no hay triste"Pasa el administrador mañanero. Se asoma a la casa mortuoria. -¡Pobre!

Es su comentario. El padre del recién nacido llega a decirle: -Ya tiene usted un nuevo cria<lo a quien mandar __ ,. za, no hay nada. Van desfilando con un indiferencia de piedra tallada, todos serenos, todos inmutables, con ese entrecejo de austeridad que tanto les identifica"(3)

Como c_ontraste presenta al blanco, explotador de su ignorancia, estrellándose ante el respeto que siente el indio por sus tradiciones, -¡Ajá! ..

Y eso es todo. Ante los dos momentos más plenos en la vida de un ser humano, ¿qué hacer sino encogerse de hombros? Son poco más que bestias __ .

Y a todo este abandono de que es víctima el hombre de la tierra, se incorporan los actos más indignos, entre otros, el t·obo del mísero jornal. "Un peso que te doy, es un peso que me debes; y otro peso que te apunto, ¿no hacen en total tres pesos?" No son dueños de sus vidas ni pueden disponer de su albedrío, y encadenados por generaciones a deudas que nunca se acaban, les está vedado pedir trabajo en otros fundos. hasta el punto de perder Ju vida antes que descubrir un secreto de su raza: el blanco se empequeñece y el indio se agiganta.

López F'uentes ha visto en el indio algo más que un tema literario. La eterna tragedia de saberlo siempre incomprendido, el olvido y el menosprecio de que ha sido víctima, lo llevan a estudiar su psicología sin idealizarla.

Goza describiéndolos: "Cuando apretaba el machete para dar un golpe, el antebrazo resultaba un nudo de fibras. Cobre repujado por el. sol y el esfuerzo. Estatua en movimiento hecha de cedro nuevo". ( 4)

Presenta sus costumbres y respetando la ingenua superstición que para

Y aún falta añadir ot.ras calamidades: el fanatismo y la superstición avivados por la ignorancia y la miseria; el cura explotador, falso ministro de Dios, "que bautizaba y casaba al por mayor"; los políticos sin ideales, que prometen mucho y nunca cumplen, engañadoque comercian con la buena fe del campesino que en vano espera el milagro de recuperar su "terrenito", pequeño paraíso con que suelian aquéllos que aún conservan \•ivas las fuentes de la ilusión. ellos es sagrada. Y vemos lo complicado que 1·csulta el matrimonio entre los indios m2jicanos. Al sellarse el compromiso, las familias de ambos novios cambian una serie de artículos, cada uno de los cuales resulta ser simbólico: "las gallinas rep1·esentan Ja abundancia; el frijol, el manjar; la jícara, el agua de lluvia en iris y en salud; el pañuelo, la y el aguardiente, la alegría."(5)

Siguen sus danzas grotescas y primitivas en que se juegan la vida con serenidad estói

El problema del Indio.

Gregorio López Fuentes es un alma sensiLe interesa el dolor humano para reme- no para solazarse contemplándolo. Se identifica con los que en su tierra por

ca; el brujo del villorio, en su doble misión de General, lo utiliza el autor para ridiculizar con cu1·andero y adivino, buscado y venerado poi' fina ironía el triunfo de relumbrón que alcantodos; los hueues, (los más viejos) juecc.; de zan los arribistas. Hace una agria censura al la tribu cuyos fallos se acataban siempre con hablar de los métodos de la revolución. Pregran respeto; las peregrinaciones, donde se senta a un general que por su audacia y su funden lo 1·e!igioso y lo pagano con una ingecinismo logra impo.nerse entre los suyos hasnuidad y una pureza de emociones que un suta convertirse en un cacique de ocasión con per civilizado no podría ya comprender. todos los resabios y defectos propios de su in

Las frecuentes epidemias que los visitan y capacidad. sus mil tribulaciones morales, contribuyen a En torno a esa figura gira toda una serie dibujar los contornos de la imagen que ha de de observaciones que a fuerza de ingeniosas, quedarnos como símbolo del indio mejicano. logran divertirnos. Por ejemplo, ·en ocasión Hay momentos en que casi nos parece un elede presentarse el falso general ante una asamgido, un poseedor del secreto supremo, arroblea, tuvo oportunidad de ensartar unos cuangante en su humildad no aprendida. tos disparates mal hilvanados. Pero nadie s"

Pero a pesar todo, el horizonte que el indió cuenta de sus errores y el arribista se dio tiene ante su vista, no pejado. Y la culpa es toda estará nunca desdel hombre blanufana te dia de su todos ingenio cuando los periódicos dice: "Al siguienpublicaron mi reco, que ha permanecido mundo espiritual de esa siempre alejado del raza. Así lo cree el trato, la cluyendo historia algunos de mis de los hechos cuales de armas, inyo no había autor, cuando personajes un al pqner en comentario boca poco de uno de sus amable sobre tenido te no noticias antes, rectificar. Se pero que habló de crel convenienmi fuerza ornla torpeza de un Indio, otro, más sensato, le toria, de mi lenguaje pintoresco y se dijo que contesta: "Eso prueba tan sólo que por hayo era toda una revelación. i Cuántas veces bel'ios tenido nosotros encorvados sobre el atribuí a hombres célebres de la antiguedad, surco, no han tenido tiempo de mirar al hofrases que ellos nunca dijeron, sin que jamás 1-izonte." ( 6)

Y estas palabras encierran todo el amargo reproche con que López critica la indiferencia cobarde con que siempl'e ha fraca- "ado todo propósito de reforma con relación se me rectificara! Bien prnnto me convencí d" que lo necesario es tener a¡ilomo".(7)

Y a esa incompetencia vergonzosa · aparecen incorporadas otras miserias: el servilismo de los que se arrastran, adulando al que a la vida p1·ecaria del indio, así como el menosprecio de que han sido objeto todos los de su clase n través de los siglos.

En ningún otro tema de los estudiados por el autor, hay, como en este, mayor comprensión humana ni superior anhelo de caridad y justicia. puede beneficiarlos; el vértigo de la política girando como un zodíaco de signos putrefactos; los falsos amigos que abandonan al compañero en desgracia. En fin, toda la aruarga realidad que sube a la cuando el mar 1·evuelto de las revoluciones saca a ílor· de espumas las caracolas y el sa1·gazo, aparece en i\li con rasgos de vigoroso imMotivos de la Revolución presionismo. En Campamento, el título nos da el tema.

Un escritor que siente tan de veras los proAquí, como en Mi General, ni uno sólo de los blemas de su patria no podía pasar indiferenpersonajes cobra perlil individual. Todos pate ante el tema de la Revolución. Lo estudia san como sombras por la obra, sombras que en sus dos novelas Campamento y llli General. se destacan como manchas vigorosas cuando Y en Tierra analiza el aspecto agrario de la la acción se intensifica, pero que vuelven a causa revolucionaria, enfocando su atención en desvanecerse en un fondo de lejanía cuando Zapata, apóstol · y hombre. el camino y el horizonte pasan a ser los úni

En ambas obras nos presenta la revolución cos protagonistas. Y el autor nos da su cricomo la obra de todos. No se destaca un sóterio a través de uno de sus personajes cuanlo nombre. Predomina una anonimia heróido dice: "No hacen falta nombres. Los nomca que destruye toda ocasión de gloria oporbres, al menos en la revolución, no hacen faltunista. Y si se destaca un jefe, como en Mi ta para nada. Sería lo mismo que intentar

(tl)

G.

19a5,

Fuuntcs-El

pligino oa.

ludio ,

Ed. Bototi¡ M6xico

poner nombre a !ns olas de un rio y somos algo asf como un l'io muy caudaloso."(8)

Campamento es quizás la única de sus novelas a la cual el lector logra incorporarse. Partimos con la tropa, la seguimos de cerca, acampamos con ella, y como ella "ponemos al fuego un pedazo de cacharro en que bien pronto comienzan a chillar algunas piltrafas de gordura".(9)

Este grupo de hombres que con el fusil al hombro camina todo el día bajo el sol, llevando una vida azarosa e inquieta, forman a manera de un gran friso en el que las figuras, reverberando bajo el sol, parecen escultm'lls viv:is que se mueven con sugestiva lentitud.

Toda la obra es un g1·an cuadro de costumbres, rico en pasajes de un realismo amargo, saturado de dolor y eª-cepticismo.

Y vuelve a aparecer el indio, victima una vez más. Era un indio sufrido que sirvió de gula a unas tropas, de noche y de día, por veredas y abrojos, a pie y sudoroso, como una bestia de carga. No se quejó nunca, pero cuando le llegó la hora de descansar, ya era tarde. Hablando del incidente dice el cabecilla: "Mi .asistente, por divertirse, le metía el caballo. Como está bien herrado parece que le reventó los talones. ¡Son tan sufridos estos hermanos nuestros!"

El autor presenta la revolución como una gran fuerza devoradora. Las víctimas so multiplican, pero siempre hay gente fresca que las sustituya.

Toda la obr:i. es una serie de cuadros, Jos más de ellos impresionistas, unidos por el hilo tinto en sangre de la revolución.

La \' oz 'ilel Paisaje

La 1·eacción de un artista ante la realidad viva de la naturaleza nos lleva a descubrir las tonalidades escondidas de su espíritu. Mientras no sepamos cómo siente el paisaje un novelista, un ensayista o un poeta, no estal'emos capacitados para enjuiciar los procedimientos de su estética.

Lo que resulta complicado en muchos casos. descubrir la nota subjetiva hecha emoción tibia en el paisaje, es tarea amable para el que estudie en López Fuentes el sentimiento de la naturaleza. Y es porque su fina intuí-

(!f)

1:l)

Clu. 1p11mn1tu . Cnlpe, S. A. G. Lúp<>z }"uc·nt<'s-C1J111p11111ent", J 9:11. p1ígi 11n 40. Codpta, S.A. 193 1. 40.

tt. LúJ)('z Fuentt-s--l'1M1pa me11to, J9 :.. J, ¡,ú¡:i11a :J:J, E1ipns :1. Calpe '

S.A.

ción lírica sirve de punto de partida a su labor de novelista.

En todas sus novelas aparece el paisaje. En Arrieros y en Tierra la naturaleza es a la vez escenario, lejanía y personaje. En ocasiones, al realismo crudo de ciertos pasajes se incorpora la nota limpia de una loma recién bañada, el rumor de una cascada soñolienta, el desperezo de un amanecer todo promesas.

López Fuentes sigue una técnica impresionista al dibujar los contornos del paisaje mejicano: las figuras aparecen siempre en un primer plano mientras a lo lejos sueñan, desdibujadas, las serrnnias.

Le apasionan las montañas lejanas, las lomas casi ingrávidas en el horizonte, y a base de ellas crea muchas de sus imágenes. Consideremos varios ·ejemplos :

(1) Y por sobre las montañas distantes, In tarde, (2) El viento ha barrido la nuberín hacia las sierras. (3) Una luz prendida a la falda de una serranía distante, parece una estrella que se olvidó de ocultarse. (4) En la montaña hay una luz. ¡Si se habrá caído una estrella! (5) Verde ondulamiento de serranías oscurecidas a trechos por nubes viajeras. (6) Lejos, sobre una serranía visible a través de una nube rota, el arco-iris puso la ojiva de un enorme pórtico.

Se complementan en sus novelas dos tipos 1lc paisaje. Uno aparece condicion:\do por el estado animico de Jos personajes, y es, las más de las veces, dulce y a1mcible, finamente dibujado al fondo, como marco rústico de un gran cuadro al na tura].

Estudia otro aspecto de Ja naturaleza más agreste y menos hospitalario. Esta última modalidad aparece en la novela Arrieros. Pero es curioso notar que el autor no gusta de describir este segundo paisaje, sino que, indirectamente, presenta los efectos que produce en los personajes. Así, para describirnos a unos otomíes que cargados como bestias caminaban bajo la lluvia por una serranía escarpada, anota: "Como indumentaria el calzón al óleo: barrio negro de la huasteca, · barro amarillo de las primeras estribaciones cfo l:t sierra, ocre de la altiplanicie."

Predomina, sin embargo, el paisaje lírico y apacible, remanso de paz que hace detene1·se

al indio en su camino, invitándolo a soñar. (3) Cuando el arriero te1minó su relato no

A base de esta exquisita intcrp'retación do soplaba ni el viento más delgado. Era la nnturnlcza es que el autor crea sus inuigcuna de esas noches en que se remansa nes más sugestirns. Siguen alg·unos ejemel silencio y el bochorno presagia una plos: llnvia que no se decide a caer. Cerca los i<rboles se confundian con la noche, (1) La acuarela del crepúsculo se opacó sel va de sombras. (2) violentamente. Lejos, en los valles, los l'Íos parecían ¡Y pensar que hay tantos seres de quienes víboras plateadas lentaban al sol. que inmóviles se case puede pamento, decir lo que refiriéndose dijera el autor en Cama los hombres de la tro( 3) Río arriba la chorrera les hacía flecos pa: " En su afán de asegu1·ar un pedazo de {<1) a las espaldas de las aguas. Al fondo, una pendiente que simula un carne, za que permanecen les rodea!" ajenos a la gran naturalecolumpio topográfico. ( 6) Monte adentro los coros ves perales de Ultimas proyecciones las chachalacas. Como visión de conjunto debemos conside

La nota subjetiva e íntima también apai-ece rar varios aspectos de las ob1·as estudiadas. en descripciones directas del paisaje: Antes que nada el estilo. Gregario López Fuentes es un novelista fino y de un gusto (1) El río serpentea allá lejos, manso a orig'inalísimo. La habilidad para crear per- tramos, espumante e impetuoso a tre'onaje3 humildes, manteniéndolos dentro de chos. una anonimia muy significativa, dan u sus no( 2) Anochece. Bajo los matorrales gimen, velas un sello inconfundible. arrullándose los codornices. Chillan Es indudable que el autor conoce muy a monstrousamentc los griJios. En las fondo el alma de su pueblo. De no ser así rancherías distantes brillan las ¡n·imeno hubiera podido crear un tipo tan popular ras luces. i Qué murria hecha toda ele y de rasgos tan fuertes como el Refranero. silencio y de belleza! , Este personaje representa Ja psicología mali(3) Mientras tanto, yo miraba, mejor diciosa del pueblo vertida en refranes, cada uno cho, sentía, aquel paisaje dulce y trisde los cuales "Je sirve de trinchera" desde la te: el río sile11cioso de tan hondo; las que devuelve el p1·oyectil siempre vivo de su nubes, incendiadas por un sol ya ido ... ingenio inagotable, ( Durante buen rato nos embobó aquel La habilidad con que emplea el adjetivo ¡,spanorama bello y Un río fantc escritor es digna de estudio. Para revestástico por su luminosidad de cocuyos tido de un sentido novedoso y plástico se \'ay Juciérnngns . . . le de Ja personificación. Y es como si las pa· Hay es sino veces en c¡ue el lo que percibe paisaje el que no lo es lo que contempla, labras se vistie1·ail de gala dejando a un su indumentaria ya gastada por el uso. gamos acopio de Jos más nuevos: lado Havisto más con el alma que con los ojos. Así, al hablarnos de los indios enfermos, que, en( 1) la salvaje hospitalidad del camino. vueltos en sus cobijas parecen olvidados de sí ( 2) caras terrosas mismos, dice: "quedaban acurrncados, sus (3) balanceo fatigado. tristes ojos inmóviles sobre e.1 paisaje muer( 4) pies estriados. to". ( 5) unción intuitiva.

En otras ocasiones el rasgo psicológico aña( 6) vuelos rumorosos. de expresh>iclad y tono subjetivo a las manio(7) astuta cabeza. bras:. (8) instrumentos montaraces. (9) lomas sua,•es. ( 1) Bajo el monte, en la soledad, la cam - (10) sorda oscuridad. vana de palabras tenía resonancias d'e ( 11) trotar azorado. misterio. ( 12) b!'amidos nostálgicos. (2) El silencio se hizo tan grande como la (13) noche adulta. misma cascada. (Continúa en la página 30)

¿Polilinguismo en Puerto REFLEXIONES CRITICAS

Rico?

Por MARCEL WEINRICH

Dos conductores de tren estaban en la sala del restaurant anexo a la sentados estación perioridad, envidia, mala cia, arrogancia o apatfa. voluntad, indiferenDebe ser bochorno de to ferrocarril. Hablaban alemán. De pronot1·0 empleado ferroviario se sentó a la mfopara las comunidades que se lizadas el descubrir que su consideran civibajeza de motima mesa, y pude oir que cambiaron de idiovos, sus atavismos indignos, sus insinceridama, conversando entonces en francés. Desdes han producido el estado i·eaccionario. de pués de pocos minutos un cuarto funcionario su exclusivismo y aún más: de su chauvinisse unió a la pequeña compañía. Con sorpremo lingüís.tico. ss oí que los agentes de transpo1·tación muEn los tres años durante los cuales he tedaron de nuevo el medio hablativo, utilizando nido el privilegio de vivir y trabajar en Pueresta vez el italiano. to Rico, el problema de las lenguas en esta

Toda esta transformación lingüistica se deisla me han preocupado mucho. La· gravedad sarrolló de la manera más natural, sin la míinvetemda de la tarea confusa exige una frannima consciencia de los saltos queza absoluta en el investigador, y aunque y como si se hubiese tratado simplemente de la táctica de lisonjas seria más lucrativa, p1·ehablar el mismo idioma vemáculo con difefiero no usar el método irresponsable de pllrentes entonaciones y acentos melódicos, - doras azucaradas. mientt·as que yo, observador, tenía la impreCreo que Suiza ofrece el mejor ejemplo pasión de alumnos estar de la presenciando una charla entre Escuela Berlitz disfrazados. ra todos los que estén lingüística fructuosa. en búsqueda de Alli, en aquel una pafs pax de¿Dónde, sin embargo, ocurrió esta curiosa mocrático por excelencia, los niños aprenden conversación? En Zurich, la metrópoli de los tres idiomas aborígenes (para no mencioSuiza, hace varios aJios. Este intercambio de nar el reto-romántico) como si éstos fueran lenguas era simplemente un gesto espontáneo lenguas extranjeras. Cada cantón se basa en de cortesía hacia los colegas provenientes de su habla nativa, y los demás idiomas-francés, otras regiones lingüísticas del pafs. Es un fealemán o italiano, respectivamente, -se ensenómeno de eminente significación simbólica. ñan como cualquier asignatura en la lengua Hoy día, la Confederación Helvética continúa \'ernácula de la región en cuestión. Asf, el siendo el único país europeo donde la coexfomedio de enseñanza varía según la individuaiencia de distintos lenguajes, esto es, el polilidad glótica del distrito. Estos idiomas, sin lingüismo, no es causa de animosidades, fricembargo, ni se conciben ni se practican qua ciones, odios, discrímenes, desconfianza y senelementos extraños, no pertenecientes a la estimientos xenófobos. fera propia de la vida del pueblo. Al contra

En el continente de Europa los individuos rio : el suizo siente que son lenguas estrictay colectividades de idiomas lige1·amente hetemente nacionales, y el resultado maravilloso rogéneos han alcanzado el triste nivel trogloes la anécdota que acabo de relata1· y de la dita de despreciarse mutuamente los unos a cual fui testigo. los otros por el mero hecho de oir al prójimo Ahora bien: no es mi propósito de manera hablar en lengua ajena. En esta situación alguna, abogar por el establecimiento de otl'O v,;rgonzosa la pequeña república suiza es C(lidioma que no sea el español como habla namo un refugio paradisíaco que permite la simcional de un Puerto Rico bilingiie. Esta isIJiosis armónica y feliz de varios lenguajes la no tiene la convivencia histórica de lenguac:n el interior de su territorio. Su solidaridad jes de tipo suizo que justifique la aceptación intema, de esta manera, indirectamente, de- de otro idioma como lengua madre. El es\'iene en argumento al efecto de que el aislafuerzo de aquéllos que quieren impone¡· aqui miento, y la autarquía lingüística militante detal estado de cosas está condenado de antebe atribuirse a la intolerancia, a la falta de mano a un fracaso miserable. Después de comprensión intelectual, a complejos de cuatro siglos de una sola lengua matel'lla, es

un absurdo la intención de introducir en un vecharsc de In oportunidad para enriquecer pueblo otro idioma nacional, en calidad de lensu espíritu y poseer culturalmente algo más gua vernácula. Por lo tanto, un bilingüismo de lo que tienen los pueblos latino-americapucrto1·1·iqucño, en el sentido de una espontanos, desgastan sus energías "luchando" con neidad igual en la expresión verbal, es una la lengua y "matándola". Lo mismo. se le imposibilidad. Es imposible sin violar, sin puede reprochar a los norteamericanos quieoprimir el monolingiiismo fundamental, connes, permaneciendo en esta isla, muestran insagrado por In historia. Así es que el cjem- diferencia con respecto a la adquisición del _plo multilingüe, -tal como se puede ver en castellano. Suiza, Bélgica, Chccoeslovakia y Yugoesla via, -no es aplicable al caso de Puerto Rico.

En cuanto a los puertorriqueños, debe ber alguna deficiencia en el sistema de hains

El principio didáctico, no obstante, sería detrucción pública y en las calificaciones de los seable; n saber: la enseñanza de la segunda maestros de inglés. Se habla mucho de "mélengua como idioma "extranjero", entendientodos", pero muy ' pocos saben dar a la ensedo por ello no una acentuación de lo "ajeno", ñanza lo esencial: el espíritu, los valores huel hecho de no ser un hamanos que prestarían al estudio la animación, blar vernáculo. He aquí. un derecho principal el propósito, la meta inspiradora y la finalide autonomía cultural. Hay un peligro, no dad de un bien deseable, es decir, la razón de obstante; la tendencia a caer en un absolutisser de las cosas. Mientras continúe la insumo, el "jingoísmo" que desprecia, rehusa, ficiencia de la dirección y del magisterio,- combate el otro idioma-en el presente caso ambos careciendo de visión panorámica y de el inglés. Un pueblo razonable, una comuniingenio imaginativo-, los estudiantes de indad, ("masas" e "inteliguentsia") sensata Y glés en Puerto Rico manejarán esta lengua de espíritu liberal demostraría falta de macon un descuido causado por el aburrimiento. durez espiritual y un triste quid pro quo de A pesar de la falta de orientación didáctilos valores juicio, que si en permitiera un dislocamicnto del este caso consistiría precisaca, sin embargo, hay buenas bases tudiantado que anhela un progreso en el espolifacétimente en la güística por determinación de su actitud linemociones y pasiones políticas. co. una He inspeccioñado, por mi propia cuenta, clase de retórica inglesa en la escuela su· Tal confusión de dimensiones axiológicas perior de un pueblecito rodeado por los cafees inadmisible en seres quienes, como los portales antiguos de las montañas centrales. Pretol'l'iqueños, forman parte de la gran familia sencié una participación vigorosa, un interés de los seres pensantes. Yo quisiera solamenvivo de los alumnos, quienes trataron la mate ll:nuar la atención de mis lectores al "orteria con brío y escrupulosidad, discurriendo den" que reina en los países esclavizados por en inglés con gusto. el Nazismo, donde toda crítica dirig·ida conEsta disposición es fundñmento muy valiotra la lengua de los opresores, es decir el aleso; y tal vez, una conducta inteligente e ilumán, puede p1·ovocai· una sentencia de muerte. minante, por parte de los enseñadores, podría -Comparando ese terrorismo antropófago con acercar la asimilación verdadera del ingl.?s hael liberalismo lingüístico que prevalece en la cia el horizonte de lo posible. administración insular, no hay justificación alguna para quejas y perjuicios en lo que toca Un paso más adelante en el camino que hea la libertad, a la efiorescencia del Idioma. mos seguido hasta aquí nos conduce al reino Todos los caminos han sido dejados abiertos hipotético del multilingüismo donde conservan para el cultivo del español. su validez las premisas aniba mencionadas.

De otro lado, se puede criticar la inhabiliPara una persona con pretensiones de culdad de la administración ¡>edagógica y la del turn, la dominación de dos idiomas, además magisterio: inhabilidad psicológica para hadel habla vernácula solía ser, en el siglo XVIII, cer el enseñamiento del inglés más atractivo un requisito mínimo. Pensad, por ejemplo, en m:.ís interesante, más simpático para la esun país tan "retrógrado" como la Rusia de tirpe hispánica; en una palabra: más bien los tiempos de Turguéñev y Tolstoy. Eh esa . placer que deber-más bien aspiración que época, los miembros de las clases cultas coobligación. nocían a fondo no solamente el francés, sino

Con pena he contemplado el espectáculo de frecuentemente también el inglés y el alemán. la juventud· puertorriqueña que, lejos de aproComparando aquel nivel de un estndo "semi-

nsi:itico" con la norma educativa, en nuestro continente de "alta civilización'', hemos de admitir que no hemos hecho, nosotros los "modemos", progresos brillantes. Hoy una persona que POSEA una lengua extranjera es una rara avis, según Juvenal.

Sostengo que el conocimiento de cada idioma suplementario significa una riqueza adicional para nuestras personalidades. Digo tales donde se enseñan idiomas ext1·anjeros. (Que no me digan: "Los niños tienen bastante que luchar con el castellano". ¿Por qu6 insistir en nuestras debilidades? ¿Por qué no emular aquellas nacionalidades que saben expresarse con facilidad en otros lenguajes además de su lengua madre?)

Tenemos las facultades, pero carecemos de valentía y de confianza en nosot1·os mismos. personalidades, po1·que quiero hacer en la importancia vital. existencial, hincapié que tie

Hasta en obligatorio la es

Universidad el único todavía el francés, en idioma el cual ne la el dominio de lenguas para la esencia de persona humana. De intento evito subraespecializa diantes. Con un número minúsculo de respecto a otras lenguas, In estucanyar su aspecto enciclopédicamente abstracto, puramente "libresco". El valor intrínseco de tidad de blación estudiantes, en puertorriqueña, propo1·ción a la poes espantosamente las lenguas i·eside más allá de una me1•a acumenuda, "une quantité négligeable". mulación lexicográfica. Puede (y debe) ser Y aquf estamos ya en el corazón del probleuna realidad óntica y metafísica. Recordad, a ma cardinal. Se habla ahora mucbisimo de la propósito de este tema, los eminentes pensaunive1·sidad y de cómo tiene que servir a los do1·es tales como Goethe, (La Provincia Peda· puertoniqueños ; de cómo debe existir para el gógica); Bergson, (La Evolución Creatriz); pueblo, para fomentar la cultura de Puerto RiCassirer, (Filosofía de las Formas Simbólico. Se babia muchísimo en estos días del acerca.s); y Vossler, (La Lengua como Creación camiento entre las "masas" y la "inteliguenty Desenvolvimiento). sia"; el lema: "Traigamos la Universidad al

La concepción general de la vida, reflejaPueblo" se agita alegremente por los aires . da en la estructura de la enseñanza, no puede tropicales, pero nada se hace, nada. dejar de imprimir su fisonomla en la cualidad Tengo la convicción, aunque parezca parade los educandos y los educados. Consideremos doja, que una cultura auténticamente puertoel representante más alto en la jerarquia acarriqueña no puede encontrar su expresión prodémica, la sublime especie de los doctorados. pia sin una amplia orientación universalista; Juzgando por su preparación, su grado suprey que es precisamente nuestra universidad la mo y las exigencias escolásticas, uno que se reque tiene la misión de llevar un universaliscibiera de "pbilosopbiae doctol"is" debería pomo cultural al pueblo que podrá asi determisee1· una comprensión perfecta de dos lenguas nar su sitio y carácter individual dentro de que no parece extraorIn esfera muñdial, después de haber escudri.- dinaria si se le compara con las cualificacioiiaclo sus "Cuatro Vientos del Espíritu". Un que se les exigen n los pobres rusos autarquismo total en la materia de civiliza"atrasad.os". La mayoría, sin embargo, de ción pertenece al reino de las momias. Una aquéllos que encuadernan sus diplomas de docnación no logra Sll rostro particular practicantwado, estropean el idioma ajeno, y no entiendo el particularismo, sino-(y he aqui Ja diaden ni la mitad de lo que leen(!) léctica de la Mente)-cultivando el cosmopo

En Puerto Rico donde los Doctores no se encuentran todavía en cada esquina de la calle, y donde hay que contentarse con grados menores, la situación "políglota" es aún peor, litismo intelectual en el mejor sentido de la palabra. Los inmortales escritores y poetas de varias naciones comprueban esta verdad con sus creaciones. y la actitud hacia los lenguajes, aún más saAhora bien, creo que el "sitio bajo el sol" perficial. Las poquisimas excepciones son coque ocupa Puerto Rico en Ja comunidad de mo gotas en el mar sin brújula. civilizaciones obtendría prestigio y luminosi

Partiendo de la presuposición de que la enseuad si la enseñanza superior hiciera el esfuerrianza de lenguas forma parte integrante y zo de transformar el pueblo puertorriqueño esencial de una instrucción pública que se en hombres y mujeres planetariamente inspropone desarrollar personalidades, el funtruidos. Para tal formación es imprescindirionamiEnto de la educación en esta isla no esble una divulgación e intensificación gene1·al tá a b nltura del ideal didáctico del noveciende la instrucción de los principales idiomas y tos. A IJenas existen escuelas gubernamen(Continúa en la página 30)

This article is from: