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Sobre el fanzine El amor a distancia duele. Duele la carencia que se vive a diario y que se mitiga en forma de palabra. Duele el rostro que nos mira del otro lado de la pantalla. Duelen las manos vacías que buscan el sueño como placebo de la ausencia. El amor a distancia es una voz que dice te amo; es un cuerpo deseado a orillas del sueño que todavía no nos pertenece. La distancia es una frontera que separa nuestras manos de la patria del deseo. Es abstinencia, lágrimas, lujuria y un cuerpo solo que acaricia una pantalla. Una pantalla que es la cara de quien nos espera, después de tantos padecimientos. Este fanzine narra el amor a distancia que viven dos personas en el lapso de una semana. Un lunes a domingo en que humano y distancia han convivido y han dado a luz todos los sentimientos posibles e imposibles. Sin embargo, la distancia es bondadosa y nos regala un espacio, a veces parecido a la libertad, a veces parecida a la resignación. El amor en los brazos de la distancia es la indefensión más absoluta. Dedicamos estas letras a todos aquellos, que como nosotros, viven al lado de un cuerpo separado de sus manos. Bendita la lluvia sobre el río, las luces diurnas y los amantes distantes. Benditos por no dejarse morir.
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Yo, dentro.
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ODA A TU BELLEZA En torno a tu desnudez todo pierde un poco de vida. Hace noche porque traes infinito cabello suelto. Si tuvieses algo encima
¿Cómo saber que hay luna y llueve? Tus ojos incontenibles se disputan todo tu rostro. Solo tus senos podrían anteponerse a la inminencia. Una ensenada de luz sobrevivió sobre tu vientre. Quebranto tienen tus piernas. Perfumada estás de dolor. Vienes desde ti hacia mí. Adoras ir de lluvia en lluvia.
Hay días en que cantas. Días en que te lloras Días/noches que cantas por vos y por tus muertes Se descose tu voz, dejas hebras de llanto Dolor de telarañas que cuelgan de tu úvula Dolor entretejido en tus días de canto.
Yo sé cuando buscas mi amparo porque estás ebria de propósitos porque atrás dejaste una estela de muertos y de reencarnados. Estás tan harta de tus ecos y tan molida de tu nombre que vas en aras del olvido. Solo deseas ser aquello de aura autónoma y de sombra que se deshace y se rehace como agua que perfora el pez como pez que perfora el sol te niegas a salir de mí suplicas que yo no te muera
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