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FOTOGRAFÍA Y PAISAJE
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COLECTIVO
FOTOGRÁFICO
ENGRUDO
FOTOGRAFÍA Y PAISAJE El caminar por nuestros territorios es un ejercicio de reconocimiento espacial de los lugares que habitamos. En éste, el paisaje se muestra dinámico, lleno de tensiones y también expresa su particularidad mediante aquellos elementos que lo componen y caracterizan. Por su parte la fotografía como extensión consiente del ojo es capaz de guardar en imagen la apariencia del paisaje, lo cual posiciona a la cámara como el objeto perfecto para acompañar este andar. De esta forma y asumiendo nuestra posición dentro de los procesos de defensa y valoración territorial es que como Colectivo Fotográfico Engrudo buscamos colaborar con instancias de encuentro para pensar nuestros paisajes desde la imagen fotográfica. Así, durante el mes de junio y con la ayuda de la coordinadora territorial hermana Penco-Lirquén, decidimos realizar un taller de fotografía destinado a pensar al paisaje como un proyecto en constante trasformación y como resultado de una construcción social. Cada territorio es un archivo en si mismo, contienen la acumulación de huellas, significaciones y valores que las comunidades asignan sobre los mismos. De esta manera el taller “PENSAR EL PAISAJE DESDE LA FOTOGRAFÍA” invitaban a sus participantes a agudizar la mirada sobre las tensiones y contradicciones que actualmente componen el paisaje de Penco y que pensaran la fotografía como soporte de apropiación visual y un elemento de valoración del paisaje. Cada fotografía es una enunciación de aquello que nuestro ojo valora. Es un acto de edición, selección y exclusión, estableciendo al acto fotográfico como un gesto estético que necesariamente es tambien político. A continuación se presentaran los resultados del taller, agradecemos a los participantes y les deseamos lo mejor a la Coordinadora Penco-Lirquén en su lucha por defender su territorio de los intereses trasnacionales.
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COORDINADORA
PENCO
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LIRQUÉN
CAMINATA FOTOGRÁFICA – PAISAJE Y TERRITORIO. Recorriendo el borde costero, caminando por el lugar que te vio crecer, te vas dando cuenta como se ha ido transformando con el paso del tiempo. Al igual que nuestro cuerpo va cambiando, se va fortaleciendo o enfermando, nuestro entorno resiste y sufre con las adversidades, ya sean naturales o artificiales. Así al identificar los elementos que componen nuestro paisaje vemos la “coexistencia” de mundos opuestos que se van mezclando. Desde la costa de Penco se puede apreciar ampliamente la forma de la bahía, el camino que recorre el río Andalién en su desembocadura y como continúa la gran extensión del humedal Rocuant hasta la costa vecina de Talcahuano, estos lugares han venido albergando la vida de aves migratorias y tantas otras especies. Años atrás en este lugar existía una plantación de pinos y otros matorrales, conocido popularmente como “los chochos”, estos se han visto afectados hasta su desaparición por la expansión de la industria de muelles Penco (ex cosaf) que ha rellenado el humedal de forma paulatina interviniendo el entorno de manera irreparable. Cuando observamos con detención la zona en que vivimos, intentamos reconocer estos lugares con una nueva mirada, inspirando sentimientos de protección y cuidado por lo que está en el ahora, si bien es cierto que es improbable que todo vuelva a ser como antes, en esos tiempos de antaño que recuerdan nuestros mayores, en donde abundaban los recursos naturales y con menos contaminación, aún queda la esperanza de seguir trabajando en la conservación y preservación de este presente para un mejor futuro. En esta labor de defender el territorio es donde nacen iniciativas de organización y trabajo comunitario para inculcar en la gente el valor de la tierra con el vínculo de vivir en ella. Despertar ese sentido de pertenencia, de recobrar esa identidad usurpada por el avasallante progreso impuesto por años.
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De esta manera ir fortaleciendo día a día un espíritu de resistencia en los/as pobladores/as que pueda hacer frente a esta invasión industrial, al saqueo de nuestros recursos, a este sistema perverso que no ha velado nunca por el bienestar de la gente y el medioambiente. En este sentido es importante generar propuestas y alternativas de cómo queremos vivir en nuestro territorio, incentivando el comercio e intercambio de productos locales o en otras palabras potenciar una economía sustentable y para esto tenemos la fortuna de proveernos directamente del mar para hacer posible estas iniciativas. Aunque no todo debe tener un valor monetario, hay cosas simples y hermosas en la vida que no tienen precio como disfrutar un atardecer, ver el flujo de las mareas, sentir la fuerza de una tormenta, deleitarse con el sonido de las aves, todo esto es parte de reinventar la forma en que queremos vivir. La transformación es inevitable en todos los aspectos y debemos ser parte de estos procesos de cambio, involucrarnos, tener opinión, sentido crítico pero por sobre todo voluntad, una voluntad presencial, activa, inquieta y contagiosa, para que como comunidad podamos fortalecernos y sigamos avanzando en este camino por la defensa del mar, la tierra, el agua y la vida.
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Portada: Colectivo Fotográfico Engrudo Editorial: Engrudo Ediciones 2018
Fotógrafos participantes: -
Edison Neira
pag. 10 y 11
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Siar Ponce
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Camila Arriagada
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Nicolás Beltrán
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Omar Gajardo
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Colectivo Fotográfico Engrudo
pag.13 pag. 14; 15; 24 y 25 pag. 18; 19; 20; 21; 22 y 23. pag. 28 y 29 pag. 7; 16; 17; 26; 27; 30; 31; 32 y 33
Colectivo Fotográfico Engrudo
colectivoengrudo@gmail.com @cf_engrudo FB: Engrudo CF/E
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