TRATAMIENTO
DE
LA
PROSTITUCIÓN
EN
LOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Cuestionario sobre la prostitución, para el estudio" El tratamiento de la prostitución en los medios de comunicación" Universidad Carlos III (Madrid) Entrevista a Mamen Briz, del Colectivo Hetaira
¿Cuál es la posición que defiende la asociación respecto a la cuestión y problemática de la prostitución? Hetaira exige el reconocimiento de derechos laborales para quienes ejercen la prostitución por decisión propia para acabar con el estigma, la marginalidad y la exclusión; protección y seguridad (no deportaciones, no expulsiones) para quienes son víctimas de trata de seres humanos; y empleo y formación para quienes deseen (por los motivos que sea) abandonar la prostitución.
¿Qué tipo de iniciativas impulsa la asociación sobre la cuestión de la prostitución y cuáles son sus actividades más destacadas? Realizamos mucha tarea de sensibilización social y denunciamos las situaciones discriminatorias que sufren las prostitutas, la falta de derechos (la última campaña es una ciberacción para exigir la retirada de imágenes de prostitutas de Google Street View, en colaboración con la Agencia Española de Protección de Datos, ya que se trata de imágenes robadas y para las que no se ha contado con la opinión de las mujeres). Además asistimos a conferencias, debates y talleres organizadas en nuestro país y fuera (tienes las listas completas de los lugares que hemos visitado en los últimos años, en nuestra web), fiestas en nuestro local para fomentar la solidaridad entre prostitutas y no prostitutas; comparecencias ante instituciones públicas (congreso, senado), actividades culturales para recaudar fondos y poder continuar adelante con la actividad, participación en proyectos culturales (rodaje de la película Princesas, del videoclip Me llaman calle, de Manu Chao, colaboraciones con el artista esloveno Tadej Pogacar, con Antoni Abad…), asesoramos a periodistas, escritores, fotógrafos y documentalistas para el desempeño de su trabajo, etc…. Además, contamos con talleres en nuestro local (webs, blogs, correo electrónico, Internet, idiomas, etc, según las necesidades de las mujeres) y realizamos trabajo de calle (información, asesoramiento y reparto de material
profiláctico) y contamos con una unidad móvil con la que recorremos las zonas más alejadas del centro de Madrid. Cualquier mujer puede acercarse a nuestro local para solicitar asesoría psicológica, social y legal.
¿Existe una coordinación entre asociaciones que tratan el tema de la prostitución o más bien podríamos hablar de una variedad de puntos de vista? Son tan escasos los recursos que existen para la atención y el trabajo en prostitución que sería absurdo que cada asociación fuera por su cuenta. Si una asociación ya ofrece un recurso derivamos a quien lo necesite allí. En nuestra guía de recursos, que repartimos entre las personas a quienes atendemos, figuran todas las organizaciones de Madrid (con sus direcciones postales y teléfonos): APRAMP, Médicos del Mundo, Proyecto Esperanza, Cogam, Fundación Triángulo, Transexualia… Además, Hetaira forma parte y trabaja dentro de las siguientes plataformas: - Plataforma Estatal por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo. - ICRSE, Comité Internacional por los Derechos de las Trabajadoras del Sexo en Europa. - TAMPEP, Red Europea para la Prevención de HIV/STI y Promoción de la Salud entre Trabajadores Migrantes del Sexo (European Network for HIV/STI Prevention and Health Promotion among Migrant Sex Workers). - ENAT, Red Europea de Cooperación a favor de Mujeres y Menores Víctimas de Tráfico - Comisión de prostitución y trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. Observatorio Municipal de Violencia de Genero del Ayuntamiento de Madrid. Con respeto a qué es la prostitución y qué soluciones aportar sí existen variedad de puntos de vista y determinan, evidentemente, la forma de trabajo de cada organización. ¿Creen que la prostitución debería ser considerada como una forma de trabajo más, con unas condiciones laborales adecuadas?
La prostitución debería ser considerada una forma de trabajo (con peculiaridades especiales a tener en cuenta). Es la falta de derechos lo que aproxima a quienes ejercen la prostitución a situaciones de desprotección y vulnerabilidad. Lo que sabemos es que la situación actual no es buena para quienes deciden en algún momento de sus vidas el ejercicio de la prostitución… y las cosas no deberían continuar así en las democracias occidentales. Ninguna persona ha de vivir sin derechos. Abogamos porque las mujeres se organicen en cooperativas para trabajar de manera que no sean sus propias empleadoras, pero si hablamos de trabajo en clubes, las leyes
no pueden contemplar sólo los aspectos de licencia, localización, aspectos sanitarios, etc... de los locales sino que deben defender los derechos de las trabajadoras del sexo. Entendemos que, en la actividad de prostitución, son las propias trabajadoras quienes han de decidir quiénes han de ser sus clientes (sin imposiciones que valgan) y quienes han de decidir qué servicios sexuales ofrecen, cuándo (la disponibilidad total no casa bien con los derechos de trabajadoras y trabajadores) y cómo... Y, por supuesto, es básica la libertad de movimiento para entrar y salir del local y libertad para romper el contrato laboral en cualquier momento, sabiendo que habrá una liquidación económica. ¿Hasta qué punto es cierta la afirmación de que la mayor parte de las prostitutas son extranjeras captadas por redes de tráfico de personas? ¿Se ha producido un cambio en el tiempo respecto al perfil de mujer que ejerce la prostitución? No existen estudios ni investigaciones lo suficientemente rigurosas (lo afirma el propio Gobierno central en sus conclusiones del congreso de 2006) como para saber con exactitud qué número de personas ejercen la prostitución, cuáles de ellas lo hacen por decisión propia; cuántas han utilizado redes de tráfico para entrar al país de forma irregular al país y después ejercer por su cuenta; cuántas lo hacen bajo situaciones de coacción y abuso de poder (víctimas de trata de seres humanos). Tampoco sobre el número de nacionales o extranjeras. Ni los lugares en donde trabajan. Las organizaciones que trabajamos con prostitutas y el propio Gobierno podría trabajar más y mejor si se supieran estos datos. Estamos a la espera. No obstante la población inmigrante dedicada al trabajo sexual en los últimos años ha aumentado mucho. El perfil de mujer que ejerce la prostitución es variable, según las circunstancias. Ahora mismo, por ejemplo, con la actual crisis económica, muchas mujeres nacionales que ya no ejercían han vuelto a encontrar en la prostitución su fuente de ingresos. ¿Creen acertada la prioridad del gobierno de combatir las redes de trata de blancas por encima de una posible regulación de la prostitución?
Es más correcto hablar de trata de seres humanos (trata de blancas se refería a la trata de mujeres europeas hacia América hace ya muchos años). La atención rápida y eficaz a las víctimas de trata de seres humanos no se está haciendo del todo bien. La lucha contra la trata de seres humanos se ha iniciado muy tardíamente en nuestro país, es decir, que tampoco ha sido una prioridad de los gobiernos hasta hace muy poquito. España tardó mucho en ratificar los convenios europeos. Incluso hay multas económicas al Gobierno español por parte de la UE por no haberse puesto a trabajar antes. La Sala Sexta del Tribunal de Justicia de Luxemburgo impuso una sanción económica al Gobierno español con fecha 14 de mayo de 2009, por incumplir: “Las obligaciones que le incumben en virtud de la Directiva 2004/81/CE del Consejo, de 29 de abril de 2004, relativa a la
expedición de un permiso de residencia a nacionales de terceros países que sean víctimas de la trata de seres humanos”. Hay que tener en cuenta las diferentes situaciones actuales de prostitución y poder darle a cada una de ellas las soluciones pertinentes. Si hemos de esperar a que no exista trata de seres humanos, las prostitutas que han decidido serlo, seguirán siendo excluidas de las políticas de este país para siempre. Pensamos que es posible trabajar para que ninguna mujer quedde sin derechos.
¿Creen que la prostitución sigue estando considerada como un tabú social o existe una mayor tolerancia al respecto? ¿Creen que esto influye en la posición actual del Gobierno de no entrar a legislar en el tema de la prostitución? Cada vez que hay debate social sobre la prostitución, los diferentes medios de comunicación lanzan encuestas dirigidas a la población. Alrededor de un 70 ó 80% de personas están a favor de la normalización de la prostitución. Existe tolerancia hacia la existencia de la prostitución y cada vez existe más conciencia de que estas mujeres no pueden continuar siendo las grandes olvidadas y que, por tanto, hay que darles derechos y garantías para que puedan ejercer con seguridad y tranquilidad. El Gobierno ha sido poco valiente, o como escribía Juan José Millás cobarde (1), a la hora de abordar el asunto de la prostitución. Hay un grupo de presión de feministas abolicionistas en las instituciones que está impidiendo que exista una interlocución entre el Gobierno y las organizaciones que trabajamos en la defensa de derechos.
¿Qué opina sobre la reciente iniciativa de ERC que fue rechazada en el Congreso de los Diputados sobre la regulación de la prostitución? ¿Es aceptable la situación actual del colectivo de prostitutas desde el punto de vista jurídico o conviene plantearse una revisión de la legislación? El principal problema es que ERC se lanzó a solas con la propuesta y además pretendía que se votase en bloque. Bajo nuestro punto de vista su iniciativa fue arriesgada y sin contar con otros partidos políticos, que sabemos habrían podido apoyar de haber negociado previamente sobre algunas cuestiones. Tal vez no era el momento oportuno de hacerlo. El Grupo de Estudios de Política Criminal (constituido en 1989 por unos doscientos penalistas -profesores de universidad, jueces y fiscales) se manifiesta en 2007 a favor de la regulación del ejercicio voluntario de la prostitución entre adultos y afirma: “El Estado acuerda negar la ciudadanía laboral a las personas que ejercen la prostitución impidiendo el reconocimiento de su existencia como sujetos de derechos. El reconocimiento de la dignidad humana como valor supremo recogido en nuestra Constitución exige el respeto a la voluntad de quien, siendo mayor de edad, decide
prestar servicios remunerados de carácter sexual. Negar de plano la posibilidad de que esa opción sea válida constituye un tratamiento paternalista de la mujer (y del hombre) como personas incapaces de tomar decisiones adultas. Supone relegarles, sin legitimidad alguna, a la condición de infrasujetos. Esta es una responsabilidad muy grave que una política criminal democrática no debería asumir”. Hay muchos profesionales que podrían asesorar sobre qué habría que legislar. La prostitución voluntaria no debería formar parte del Código Penal, sino que debería seguir la legislación laboral. Por otro lado, el actual Código Penal con respecto al proxenetismo no tiene en cuenta la opinión de las mujeres y dificulta el que se pueda hablar de trabajo en prostitución a cuenta de terceros. Además el delito de trata de seres humanos tampoco está aún contemplado y es urgente que se haga . ¿Consideran correcto el tratamiento que realizan los medios de comunicación sobre el tema de la prostitución o bien éste no refleja la verdadera naturaleza de la cuestión? ¿Considera que el tratamiento recoge la problemática en su conjunto o se centra en el aspecto morboso? Hay una diversidad enorme de medios de comunicación y profesionales muy distintos, también. Falta quizá gente especializada y que se exprese con el rigor suficiente que merecen éste y otros muchos temas. Esto unido a las prisas con que muchas veces se trabaja impide que las informaciones sean más rigurosas. Pero no ocurre sólo en prostitución. Es extensible a otros ámbitos. Por lo general hay mucho ruido pero se comenten errores que muchas veces tiene que ver con no contrastar las informaciones. Esto sucede especialmente cuando se dan cifras. Adjuntamos un ejemplo de ello (2). El diario rectificó y dio la razón a Hetaira. Hay ejemplos deleznables de reportajes y otros que han sido realizados con mucha profesionalidad, objetividad y sobre todo escuchando a las protagonistas. Estos son los imprescindibles. ¿Qué tipo de programas, periódicos o cadenas estima la asociación que realizan un tratamiento más exhaustivo y profundo del tema?
Es muy desigual y sería muy arriesgado dar nombres de empresas periodísticas. Tampoco merece la pena citar a aquellas cadenas o diarios que siempre se niegan a dar la voz a quienes trabajamos por la defensa de derechos. Muchas veces tiene más que ver con el buen hacer y la honestidad de los periodistas que se nos acercan o se acercan a otras organizaciones.
¿Estima que los medios de comunicación dedican el tiempo adecuado al tema de la prostitución o lo eluden y lo tratan de forma puntual?
Suele tratarse de forma puntual, sin tiempo para reflexionar. Todo va demasiado deprisa, pero no ocurre sólo en prostitución. Hay medios que prefieren esperar los primeros revuelos y tomárselo con más calma.
A la hora de tratar este tipo de temas es importante el lenguaje ¿creen que los medios de comunicación emplean un lenguaje adecuado a la hora de hablar de las prostitutas y del problema?
Hay de todo. No sirven las generalizaciones. Además depende de qué entendamos por “lenguaje adecuado”. Una cosa son los conceptos, que sí deberían usarse con rigor y otra cosa es que tratemos de “imponer” a los periodistas determinadas palabras o términos. No estaríamos de acuerdo. Insistimos en que hay muy buenos profesionales que están realizando muy bien su trabajo y que lo hacen desde la honestidad. Al igual que otros trabajan sin ningún criterio ético, por ejemplo, cuando roban imágenes de las chicas en la calle sin que les hayan pedido autorización para hacerlo. Otro problema sobre el que venimos llamando la atención desde hace mucho tiempo es con las grabaciones de redadas en clubes que la Policía después entrega a los medios de comunicación. Éstos no suelen manejarse con criterios y los emiten tal cuál. Es un error en primer lugar de la Policía y después de las televisiones, porque pone en peligro a las mujeres en situación de trata de seres humanos que puedan llegar a ser “testigos protegidos”. Además no entendemos por qué no sacan a los proxenetas y sólo sacan a las mujeres contra la barra del club, tapándose como pueden los rostros. Es intolerable. La imagen que se da de ellas tampoco ayuda porque inmediatamente la gente que ve esas imágenes asimila a las prostitutas con delincuentes.
¿Cuál es vuestra relación con los medios de comunicación? ¿La asociación se ha convertido en una fuente constante de información a los medios o bien el contacto con los mismos es más bien esporádico? Tenemos muy buena relación con los medios. Muchos periodistas han aprendido de nosotras y nosotras hemos tenido la oportunidad de aprender de grandes profesionales (Rosa Montero, Maruja Torres, Juan José Millás… entre otros) a quienes hemos asesorado y atendido siempre que nos lo han solicitado. Dedicamos mucho tiempo a la atención a los periodistas y lo saben, por eso suelen recurrir a nosotras con frecuencia. Tanto, que, a veces, nos resulta imposible atenderles tal y como quisiéramos. Además las actividades de calle siempre han contado con un numerosísimo grupo de periodistas
(manifestaciones en las calles, caceroladas frente al ayuntamiento, ruedas de prensa en nuestro local, la pasarela lumi fashion…)
¿En qué puntos considera vuestra asociación que puede ser mejorable el tratamiento que realizan los medios de comunicación con respecto a la prostitución? Cualquier profesional debería pensar bien en qué consecuencias tendrá aquello que dice, escribe o graba (en prostitución o en cualquier otro tema), y teniendo en cuenta que está hablando de mujeres que ya de por sí se encuentran en situaciones de bastante vulnerabilidad, debería, como mínimo, ser generoso con ellas y empatizar lo más posible. La mejor fuente para hablar de prostitución es hablar con las propias prostitutas y con quienes trabajan cada día, codo a codo, con ellas.
(1) Cobarde, cobarde, cobarde, de Juan José Millás. Reconozco a un cobarde a siete kilómetros porque soy uno de ellos. Por eso sé que el Congreso es cobarde y porque es cobarde no se ha atrevido a adoptar una postura clara frente a la prostitución. Cuando un diputado (o grupo parlamentario) dice que se trata de una cuestión "muy compleja" o "poliédrica", es un cobarde. Le da miedo tomar decisiones y en vez de luchar contra ese miedo, como es su obligación, acude al diccionario en busca de palabras con las que ocultar su susto. Cuando un diputado (o grupo parlamentario) asegura que la dicotomía regulación/prohibición no funciona, ese diputado está haciendo, además de una dejación de sus funciones, un ejercicio de cobardía. En otras palabras, sólo quiere salir de paso sin retratarse. Cobremos el salario, se dice, marchémonos a casa y mañana será otro día. Cuando un diputado (o grupo parlamentario) afirma enfáticamente que la única elección, en estos momentos, es combatir a las mafias, está diciendo una tontería tras la que se parapeta para no solucionar nada porque las soluciones (todas) le dan miedo. Cuando un diputado (o grupo parlamentario) evita decidir si los anuncios de prostitución deben o no deben prohibirse, es porque tiene la garganta seca del pánico que le da tomar partido. Cuando un Congreso al que se le ha encargado resolver una situación la deja como estaba por miedo a decir que sí o que no, ese Congreso es un cobarde. ¿A quién beneficia la cobardía de ese Congreso? ¿A las chicas que hacen la calle de forma voluntaria o no? ¿A los clientes que las contratan en contra de su conciencia o no? ¿A los transeúntes que salen a pasear al perro o a fumarse un cigarrillo y asisten de súbito a una felación? ¿A los niños que van al cole pisando preservativos? ¿Al conjunto de la sociedad, que asiste, perpleja, a unos debates absurdos que dejan todo como estaba? Nada de eso: la cobardía del Congreso hace un favor enorme a las mafias, porque donde las mafias se mueven como pez en el agua es en la alegalidad, en las situaciones que no son ni carne ni pescado, en la ambigüedad cobarde en la que el Congreso ha dejado el asunto. O sea, que el Congreso (cobarde, cobarde, cobarde) ha hecho una gran putada a las pobres chicas que tanto, dice, le preocupan.
(2) “Carta dirigida a Sebastián Serrano, defensor del lector de El País”, del Colectivo Hetaira, 22 de febrero de 2006. A la atención de Sebastián Serrano, Defensor del Lector del diario El País ( defensor@elpais.es): La palabra plaga, en su primera acepción en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua significa: “Aparición masiva y repentina de seres vivos de la misma especie que causan graves daños”, en otra acepción significa “calamidad grande”. “Plaga de prostitución” es el titular que eligió El País para uno de sus editoriales publicados el día 13 de febrero de 2006. Un titular desafortunado que asimila a quienes trabajan en esta actividad a un mal que hay que “tratar”, una calamidad grande para la sociedad. El titular lleva implícita la idea de que estaría bien acabar con esta actividad, con esta “plaga”. Sin embargo, la prostitución fue reconocida, en 2001, como “actividad económica” legítima por el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, tal y como se citaba, por cierto, en otro editorial de El País publicado el día 12 de abril de 2004 . Las trabajadoras y trabajadores del sexo -que han decidido conscientemente dedicarse al ejercicio de la prostitución- merecen algo más de respeto, algo menos de prejuicios y muchísimo menos estigma. A quienes viven sin derechos laborales, sociales ni de ciudadanía, a quienes no se les da voz, generalmente, ni se les escucha ni se les conoce bien. En el caso de que Vds. se refiriesen a quienes son extorsionadas, coaccionadas o secuestradas la denominación de “plaga” tampoco les acompaña para bien, en este caso son “víctimas” de un delito castigado por nuestro Código Penal y perseguido por las autoridades policiales y judiciales No es sólo el titular. Son también los datos que se manejan, se dan por válidas unas cifras que en los últimos meses todo el mundo baraja pero que nadie precisa cómo se obtuvieron y se afirma tajantemente que el 95% de las prostitutas que trabajan en nuestro país lo hacen de forma forzada. ¿Han podido Vds. contrastar esa información? El “periodismo de precisión”, que propugna e impulsa Philip Meyer, es algo más que copiar unos datos que alguien dio por válidos, datos imposibles de demostrar, porque no existe un solo estudio o investigación en nuestro país que arroje datos contrastados sobre el número de personas que ejercen la prostitución. Si existe, por favor, publíquenlo en sus páginas. Y recuerden que quienes ejercen la prostitución también se anuncian en su periódico y también leen prensa. Por eso nos dirigimos a Vd., porque su función es velar para que el tratamiento de las informaciones sea acorde con las reglas éticas y profesionales del periodismo.