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Se ha centrado todo en el
Los peruanos poco o nada conocíamos de la enfermedad. Estábamos más empeñados en la solución de nuestros problemas de subsistencia diaria hasta que la enfermedad es declarada como pandemia, al gobierno no le queda más que declarar la cuarentena, la economía se paraliza, nadie podía desplazarse. Los bolsones de miseria se quedan sin trabajo diario, no tienen beneficios como el sector formal.
Lo poco que tenían se agota, agudizándose las necesidades. Los bonos del gobierno no llegan a todos. Un buen sector social se encuentra al margen de los beneficios y a duras penas soportan el mes decuarentena.Como esta se extiende, a muchas familias no les quedamás que planificar elretorno asu sitio de origen y optan por una medida radical: caminar con la finalidad de sensibilizar al gobierno clamando ayuda. Niños, jóvenes, adultos se ven sometidos a las inclemencias climáticas de altas temperaturas y a condiciones tristes de subsistencia y abrigo.
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Esta migración de retorno en busca demejorcondición de vida para el caso de la región Ancash ha significadoque aproximadamente 2 mil personas hayan ingresado a la región. Los registros no son muy clarosniseha tomadoen consideración cuantos ingresaron con el apoyo de las autoridades y sin ellas, lo que refleja el poco interés hacia la población necesitada trasluciéndose la marginalidad social si lo comparamos con los que retornaron del extranjero a quienes selesdierontodas las facilidades de transporte alojándolos en hoteles 3 estrellasycon una comida adecuada para pasar la cuarentena; en cambio a los mal llamados“caminantes” en forma despectiva se les ha tenido en lozas deportivas, estadios, y en lugares insalubres como si fueran campos de concentración con total hacinamiento como si fueran personas apestadasalos que había que tenerles miedo. Peruanos como si fueran de segunda clase cuyo único pecado dentro desupaísera retornar a su terruño que los vio nacer quienes a duras penas lograron el retorno, pero la pregunta es ¿Y qué será de ellos cuanto termine la pandemia? ¿Intentarán retornar a la capital o a una ciudad intermedia? ¿Enqué condiciones se van a desarrollar? ¿Cuáles el destino que les depara? si precisamente la insatisfacción de necesidades los forzó a salir ¿qué piensan las autoridades regionales? Los que han retornado a nivel de país son miles de personas. ¿Cuál es la planificación para que las personas se queden y puedan satisfacer sus necesidades o los vamos a condenar a la miseria y el abandono? Señores del gobierno, la pandemia va a pasar y es hora de pensar en las personas desplazadas y en todos los peruanos, es la oportunidad de planificar el desarrollodelasregiones:dotarles de autonomía administrativa económica, educativa, política legal, sin que se dependa del centralismo que tanto daño le ha hechoal país. Sentemos las bases para una auténtica descentralización regional eliminando las trabas burocráticas al que estamos sumidos, que las regiones seautogobiernen y puedan planificar economías regionales en base a sus recursos naturales y humanos. No los condenemos a un desarrollo mediatizado y dependiente alos países europeos y algunos latinoamericanos.
El mismo Estados Unidos ha logrado despegar gracias a la autonomía de sus regiones. A las regiones nos consideran como desvalidos, insuficientes comopara no tomar las riendas de nuestro destino.
Que algunos sujetos se hayan y se sigan portando mal no significa condenar a los pueblos a reproducir su pobreza y vivir a expensas del centralismo. Los pueblos, las regiones quieren su plena participación en la toma de sus decisionesmás sabias que los lleven a una clara y transparente competencia de desarrollo interregionalsin que esto signifique desligarse de un país unitarioconsentimiento patrio.
Ya es hora de ponerse a planificar el futuro pensando en los millones de peruanos y peruanas y miles de personas que han retornado a su sitio de origen. No podemos desperdiciar esta magnífica oportunidad que nos da la coyuntura que estamos viviendo. Pensemos en las nuevas generaciones que se van
ACTUALIDAD SOCIOLÓGICA / Boletín digital del Colegio de Sociólogos del Perú incorporando a la patria, no los condenemos ala incertidumbre de sus vidas.
Biopolítica y comportamiento social
Carlos Rafael Suárez Sánchez (autor)
Sociólogo de la Región Cajamarca
El comportamiento social en contra de la norma gubernamental relacionada a la cuarentena, a quedarseen casa, a las amenazas de multa y a las nuevas formas de convivencia, como mecanismo de control y vigilancia, es un cambio en la vida cotidiana, efecto de la pandemia del coronavirus en el Perú. El estado de excepción biopolítico[1] instala la restricción de libertades y produce apatía y miedo hacia los demás, ya que cualquiera esunpotencial portador del virus. También es un daño irreparable a nuestra capacidad afectiva hacia el prójimo. La “tanatopolítica” como norma sobre los cuerpos valorizados en tanto que mercancías absolutas [2]. En acelerada marcha de cosificación moderna o en competencia descomunal con los más grandes zoológicos del mundo. Muchos de nosotros o no pensamos o pensamos poco en la muerte no como fatalidad final, sino como posibilidad de seguir viviendo, y entonces, para muchos también, damos rienda suelta al oxímoron de nuestros comportamientos en esta época de pandemia: vivir muriendo.
Foucault utilizó la noción de “biopolítica” y de las técnicas gubernamentales para referirse a una relación que el poder establecía con el cuerpo social en la modernidad.El coronavirus opera y se convierte en estrategia política de gestión gubernamental, de manera que cada sociedad se definiría por la epidemia que la amenaza y por el modo de organizarse frente a ella. En este contexto global, la nueva frontera es la mascarilla y la epidermis, el aire que respirasdebe ser solo tuyo por el confinamiento de cada cuerpo en cada casa como estrategia mundial. Esta crisis sanitaria es también un gran laboratorio de innovación social, con ocasión de una reconfiguración a gran escala de las técnicas del cuerpo y las tecnologías del poder. Las máquinas portátiles de telecomunicación son los nuevos carceleros y los interiores domésticos se han convertido en la prisión blanda y ultraconectada del futuro[3].
El confinamiento y el estado de alarma tienen el obvio peligro de suponer, por la situación de excepción,terrenoabonado para el autoritarismo estatal, pero corremos el peligro de no mejorar en nuestros hábitos inmunitarios sino empeorar, y que se imponga la actitud autoritaria y de inmunidad en la sociedad civil [4]. Si por naturaleza los pobres son los más vulnerables, “encerrados” disminuirían sus defensas sanitarias. La calle, como centro de trabajo, es la “vacuna” para la “inmunidad” de los grupos informales.
Ante la encrucijada por la salud y la economía, la población desapasionadamente decide actuar y buscar trabajo en la adversidad porque su sustento es diario. Como un desborde popular del antropólogo José Matos Mar [5], configurando el nuevo rostro peruano del siglo XXI,resiliente, de acuerdo alas circunstancias actuales sui generis. En este dilema, tiene más valor la sobrevivencia familiar, anteponiéndose sobre los riegos de contagio y de muertes latentes. Nos referimos a la heterogénea informalidad laboral (mercados de abasto y comercio, ambulantes, transporte público y trabajo en el hogar) que antes de la crisis la cifra de informales seencontraba en 72% de la PEA a nivel nacional [6], y que ahora se suman los miles de desocupados. Esta población grande, mayormente pobre, opera por necesidad y por costumbre; es decir, ya es parte de nuestra cultura su comportamiento social.
Lamentablemente, el país está ocupando el segundo lugar, en América Latina, después de Brasil, así como el octavo en el mundo, con número de infectados, situación que amenaza con colapsar el sistema de salud en nuestro país. No menos importante son las cifras de las muertes, así como el número de subregistro deambos[7].
A nivel mundial ya ascendimos al noveno puesto, junto con las potencias europeas y americanas. Deducimos y evidenciamos que, en el contexto global, la economía es más importante que la salud y la vidadelaspersonas por el reinicio delaslaboresdiversasencasitodos los países.
No creemos que la decisión tomada por los grandes grupos humanos implique una falta de temorporsus vidas,sinoque son grupos sociales mucho más vulnerables por su situación socioeconómica,y esa es la “fortaleza” queloslleva a desafiar la pandemia. No son “bárbaros” ni “incivilizados”sino ciudadanos que expresan a través de su comportamiento social, físico y simbólico, la resistencia a sobrevivir. Los seres humanos menos “civilizados”, dice el sociólogo Norbert Elías, suelen
verse acosados por miserias y angustiasqueanosotros ya no nos atormentan de igual modo que a ellos; también es distinta la modelación de la racionalidad y de lasemocionesentre pobres y ricos. Las manifestaciones humanas concretas sólo son comprensibles cuando se observan dentro del contexto general de este movimiento continuo[8]. Y, además, en “obediencia” a la política de reactivación de la economía peruana.
La equidad en la condición humana permite comprender las diferencias sociales de los individuos. El mundo común es el lugar de reunión de todos, afirma la filósofa Hannah Arendt, quienes están presentes ocupan diferentes posiciones en él. Si los hombres no fueran iguales, no podrían entenderse ni planear y prever para el futuro las carencias de los demás, tampoco necesitarían el discurso y la acción para entenderse[9]. Hombres y mujeres que no solo comunican que es vital alimentarse y alimentar a sus hijos, sino que, además, comunican su propio ser. Todos somos seres humanos, todos queremos vivir, o seguir viviendo: unos en sus casas, con dinero, “apertrechados” con alimentos y tecnologías de comunicación para trabajar o informarse de lo que sucede en el mundo, y otros, saliendo de sus casas en busca de trabajo y el soporte cotidiano para subsistir.
Los seres humanos están “motivados” vivencialmente, “internalizan” e “interiorizan” ya no coaccionados por la estructura social a través del Estado y sus instituciones, sino mediante una “autocoacción” por el derecho a la vida, expresión también de su autonomía relativa. Son individuos diferenciados socialmente, pero integrados humanamente. Expresiones de nueva civilización en estos tiempos de crisis, producto de la razón y del sentimiento. Podríamos decir, que los pobres también son héroes, tanto como el personal de saludy de seguridad que enfrentan a la pandemia, porque también arriesgan sus vidas para defender más vidas: las de sus familias.
El proceso civilizatorio supone una transformación del comportamiento y de la sensibilidad humanos en una dirección determinada. Nada en la historia, continúa Elías, demuestra que esta transformación se haya llevado a cabo de modo “racional”, por ejemplo, por medio de la educación adecuada de personas concretas o de grupos de personas. Los planes y las acciones, los movimientos emocionales o racionales de los hombres se entrecruzan de modo continuo en relaciones de amistad o enemistad. De esta interdependencia de los seres humanos se deriva un orden de un tipo muy concreto que determina la marcha del cambio histórico, fundamento del proceso civilizatorio y la historia misma. La civilización no es “racional” ni “irracional”, solo se pone y se mantieneen marcha a través de la dinámica propia de una red de relaciones, mediante cambios específicos en la forma en que los hombres están acostumbrados a vivir. Sin embargo, es posible que podamos hacer de ella algo “más racional”, algo que funcione mejor en el sentido de nuestras necesidades y de nuestros objetivos [10]. Con el propósito de esta reflexión sobre el comportamiento social de los individuos, es conveniente una gestión eficiente gubernamental más responsable que impida violentar los protocolos de bioseguridad contra la pandemia. El bárbaro es el sistema capitalista que evidencia, por su propia naturaleza, el alza de precios descomunal de los medicamentos con los que se combate la pandemia y de los insumos como el oxígeno medicinal, tan vital para los pacientes en cuidados intensivos; así como el servicio mezquino de laboratoriosy clínicas privadas. Los préstamos a los acreedores financieros internacionales para combatir el coronavirus es otro signo de barbarie. La informalidad también es una creación del propio sistema, que expulsa a los pobres a trabajar, y que no permite, por diversas formas, el desarrollo y la competencia con grupos económicos pequeños y medianos.
El sistema emotivo del individuo se transforma de acuerdo con los cambios de la sociedad y la transformación de las relaciones interhumanas. En el individuo se convierte en costumbre la capacidad de prever las consecuencias de prolongadas cadenas de acciones. De allí que toda investigación, “socio-genética”, precisa Elías, que quiera entender la conciencia de los hombres, su razón o sus ideas sin considerar la estructura de los impulsos y los sentimientos sólo conseguirá resultados limitados para la comprensión de los seres humanos[11]. Valga este fenómeno de la pandemia para una mayor comprensión a través del análisis y la interpretación desde la teoría de la civilización en la propia escena cotidiana y en sus dimensiones humanas; aunque este sea solo un enfoque a tener en cuenta, pero creemos que es el más apropiado para esta “situación”.
[1] La biopolítica es la consideración de la vida por parte del poder; un ejercicio del poder sobre el hombre en cuanto ser viviente, una especie de estatización de lo biológico. La biopolí-
tica, tecnología de poder, se refiere a la población como problema político, biológico y de poder. Foucault, Michel (2001). Defender la sociedad. Curso en el Collège de France (1975- 1976). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, pp. 217 y 222. [2] Yañez, Gustavo. (2020). Fragilidad y tiranía (humana) en tiempos de pandemia. En Sopa de Wuhan. Pensamiento contemporáneo en tiempos de pandemias, pp. 141 y 143. ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio). https://www.elextremosur.com/files/content/23/23684/sopa-de-wu… · Archivo PDF. [3] Preciado, Paul. (2020). Aprendiendo del virus. En Sopa de Wuhan. Op. Cit., pp. 164-183. [4] Manrique, Patricia. (2020). Hospitalidad e inmunidad virtuosa. En Sopa de Wuhan. Op. Cit., p. 158. [5] Cfr. Matos, José. (2004). Desborde popular y crisis del Estado. Veinte años después. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú. [6] Manky, Omar. (2020). Los trabajadores informales. En POR UNA NUEVA CONVIVENCIA. La sociedad peruana en tiempos del COVID-19: escenarios, propuestas de política y acción pública, p. 23. RUPO TEMÁTICO DE CIENCIAS SOCIALES –MINSA. Lima: Fondo Editorial PUCP. [7] Según el Ministerio de Salud, hay 199,696 casos confirmados de contagio y 5,571 decesos a consecuencia de la Covid-19 (lunes 8 de junio de 2020). El Centro Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud afirma que los fallecidos serían 14 mil, incluidos los casos sospechosos que registra el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef). [8] Elías, Norbert. (2011). El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas. Madrid: Fondo de Cultura Económica. pp. 52 y 489. [9] Arendt Hannah. (2012). La condición humana. Barcelona: Paidós, pp. 77, 205 y 206. [10] Elías, Norbert. Op. Cit., pp. 449-451. [11] Ibíd, pp. 484, 494 y 496. …………………………………………………………………………………………………….. COVID-19: Reflexiones proactivas frente a un virus cabezón y despeinado
Iván Salas Rodríguez (autor)
Sociólogo de la Región Cajamarca
“El pensamiento que creó el problema no puede ser el mismo que lo solucionará” Albert Einstein
"Una cosa se puede decir: nunca habíamos sabido tanto de nuestra ignorancia ni sobre la presión de actuar en medio de la inseguridad"
Jürgen Habermas.
Covid-19nosmuestraelladosimple yfrágildelavida,un pequeño virus cabezón y despeinado (mide la milésima parte de un cabello humano) ha puesto al mundo desarrollado y subdesarrollado de cabeza, un virus “democrático” que puede infectar a ricos, clase media y al inmenso bloque de población en estado de pobreza y pobreza extrema.
Élites observan sus yates, palacios, rolex, autos y desbordante lujo alrededor; otros contemplan sus autos, motos, polos, casacas, celulares, zapatos, camisas, pantalones, computadoras, televisores, tablets; que son: ¡lo último de lo último brother! Los demás soportan el desempleo, subempleo, pobreza, racismo y exclusión social. Memes y “fake news” dominan las redes. Covid-19 ríe a carcajadas, nos uniformizó a todos en tareas elementales, para niño obediente: LÁVATE LAS MANOS, NO SALGAS DE CASA Y SI SALES PONTE MASCARILLA Y MANTÉN DOS METROS DE DISTANCIA, punto. Vemos en la televisión las playas llenas de aves y delfines saltando como niños felices. ¿Querrán dar algún mensaje al homo demens?
¿Será el momento clave en la historia de nuestra alocada y acelerada “civilización” para una autognosis profunda como individuos, familia, Estado y sociedad?
¿Hemos llegado al día ‘D’en que se juega nuestra sobrevivencia como especie? La locura del mercado libre, el Estado ausente y el supermercado como el gran templo sagrado, ¿serán los paradigmas sólidos del futuro? ¿Es la salud pública un negocio para laindustria farmacéutica y clínicas privadas? ¿Política y comunidad científica seguirán separadas, se puede seguir abandonando la inversión del Estado en ciencia y tecnología? El científico Dr. Luis Enjuanes advierte: “Hay que ser muy torpe para no internalizar que nos vendrán otros virus” ¿Será posible un enorme esfuerzo de reprogramación neuronal partiendo de una premisa vital: sobrevivir? Los riesgos son una bomba de tiempo permanente: las pandemias continuarán (según informa el Dr. Luis Enjuanes, quedan 300 milvirus por descubrir); calentamiento global, huracanes, incendios forestales como el reciente en Australia y nuestra Amazonía, inundaciones y desbordes por los cuatro puntos cardinales. Crisis financieras producto de la ambición desmedida y el egoísmo tanático descontrolado. Deforestación, desertificación antrópica, contaminación de agua, aire y suelo; invasiones militares por todo lado para saquear recursos estratégicos (petróleo, gas, minerales). Vendrán luego por el agua y biodiversidad, a nombre de “¡la democracia y libertad tío, nada menos!” ¿Seguirán Naciones Unidas y organizaciones mundiales en sus reuniones de café de tías con papers fabulosos, declaraciones y objetivos milenarios que casi nadie cumple? ¿OEA continuará en su terco y obsesionado rolderodillainclinada incondicional a los caprichos del gran Imperio Trump? La Unión Europea y su sálvese quien pueda, entrampada en reuniones ocasionales de amigos en un bar al atardecer, ¿podrá salir del hoyo mortal? En América Latina se debilitaron los intentos de
integración soberana, queda “El grupo de Lima”, marionetas del señor Trump y pandilla, como es públicamente conocido.
Del gobierno norteamericano no esperamos mayores iniciativas humanistas, tiene a un presidente orate sentado en un misil dispuesto a destruir todo lo que es ajeno a sus caprichos patológicos. Actualmente, políticos de Alemania y Francia cuestionan al gobierno norteamericano por utilizar métodos ilícitos de piratería moderna, para acaparar la compra de mascarillas al estilo del salvaje oeste.
No olvidemos el informe enviado al News York Times por 35 expertos sobre la salud mental de Trump, afirman que el mandatario estadounidense sufre una “grave inestabilidad emocional” que le hace “incapaz de servir con seguridad como presidente”[1].
Su perfil de hombre malvado, me hace recordar el pasaje de Salman Rushdie en su novela ‘La decadencia de Nerón Golden’: “A veces cuando yo lo miraba, me acordaba del monstruo del doctor Frankenstein, un simulacro de ser humano que jamás conseguía transmitir humanidad” En fin, por ahora cuidarnos es la tarea central,cuidar nuestra familia, barrio, entorno laboral, ciudad, nuestros entornos más cercanos frente a esta pandemia mortal, respetando las recomendaciones médicas (lavado de manos esencialmente) y sociales (aislamiento, espacio de dos metros en comunicación con el prójimo estresado). Esta coyuntura exige además retomar con mayor rigurosidad y seriedad el debate de siempre: la organización de un Estado y Economía más solidaria, la reingeniería social e institucional necesaria para sobrevivir en un mundo más racional, justo y solidario, condiciones elementales si aspiramos a la denominación “mundo civilizado”. El otro camino es la obsesión cavernícola del individualismo rentista, consumista, frívolo, de retorno acelerado hacia la cueva y su encierro egocentrista por los siglos de los siglos.
[1] https://www.lavanguardia.com/internacional/20170214/4220860760/35-psiquiatras-firman-carta-alertando-problemas-mentalestrump.html ……………………………………………………………………………………………………..
Estado débil, fórmulas vacías, discursos que polarizan
Eduer Bernilla Rodríguez (autor)
Sociólogo de la Región Lambayeque
Romper elorden social en el Perú se ha convertido en una regla, es una construcción histórica, social y cultural. El orden social se rompe por parte del Estado, la empresa yel ciudadano. El Estado rompe éstas reglas cuando incumple con las acciones para alcanzar sus fines, cuando incumple lo que Ley exige en favor de sus ciudadanos y cuando aprovecha “la autonomía para agredir” [1] de modo sutil al ciudadano; la empresa transgrede estas normas cuando en plena pandemia desarrolla una “mentalidad de aventurero que busca ganancias desmesuradas, no sujetas a norma alguna” [2]; el ciudadano atenta contra estas normas cuando descuida su obligación social y jurídica con los otros (familia, prójimo), el cual debe cumplir por adherencia y no por coacción. En estos días el Estado, la empresa y el ciudadano se han visto involucrados en un conjunto de hechos que implican la salud, el bienestar, la vida. Hay un hecho que corresponde a la empresa, especialmente a las clínicas privadas que ha resultado ser injusta, innegable e indefendible, tiene que ver con el elevado costo por los servicios que ofrecen frente a la COVID 19, ésta cuestión de hecho o “quit facti”, exige una solucióndesde el“quitiurisocuestióndederecho” [3]. Después de 101 días de cuarentena, el anuncio hechopor el Presidente de la República parece ir en esa línea. El titular de la Presidencia de la República ha sostenido su interés con respecto a lo que debería ser un cobro debido o justo de tarifas por parte de las clínicas: “No podemos esperar indefinidamente las negociaciones y vamos a esperar 48 horas y de no ser el caso, pensando por la salud de la población,invocaralartículo 70 de la Constitución de la República”. Previo al anuncio de la apelación a este artículo el gobierno ha debido cumplir con la aplicación de las herramientas legales como la Ley No 26842.
La Ley General de Salud o Ley N° 26842 en el artículo 82° ha dispuesto que “En la lucha contra las epidemias, la Autoridad de Salud queda facultada para disponer la utilización de todos los recursos médico-asistenciales de los sectores público y privado existentes en las zonas afectadas y en las colindantes”, de lo cual se puede colegir la siguiente regla: siempre que el gobierno esté en lucha contra las epidemias, está permitido utilizar los recursos médicos y asistenciales de las clínicas. Incluso esta Ley podría haberse acompañado por el artículo 72° de la Constitución Política, la cual refuerza la facultad del Gobierno
ACTUALIDAD SOCIOLÓGICA / Boletín digital del Colegio de Sociólogos del Perú para poder utilizar los recursos de las clínicas temporalmente con la finalidad de proteger la vida como parte de la seguridad nacional, así mismo se puede apelar y dar cumplimiento a los artículos 1°, 58°, 43° de la Constitución, ya “que reclama la intervención del Estado y tal intervención viene exigida por el cumplimiento del deber esencial que le da sentido a su existencia: promover la plena vigencia de los derechos humanos”[4].
La Constitución, en el artículo 70° ha precisado el cumplimiento de algunos requisitos para intervenir las clínicas privadas: 1) la necesidad de una Ley para poder intervenir en las clínicas, 2) pago en efectivo de indemnización justipreciada, 3) acudir al Poder Judicial para contestar el valor de la propiedad que el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio. Conviene estudiar, aunque brevemente, la seguridad nacional, el interés público, la necesidad de una ley y la indemnización justipreciada.
Sobre la seguridad nacional, ésta ha sido utilizada por los gobiernos para reprimir a los ciudadanos: “los gobiernos de entonces pretextaban razones de seguridad nacional para ir en contra de sus opositores”[5]; las exigencias de los nuevos escenarios ha cambiado el contenido conceptual del mismo, ahora se asocia a temas de amenaza contra la salud, porlo cual es entendida como “procesos que ayudan a un país a enfrentar una amenaza” [6]; es posible sostener que en la práctica según declaraciones del Jefe de Estado no hay una configuración que atenta contra la seguridad nacional, pues la pandemia está controlada, los hospitales no están colapsados, los contagios son insignificantes. El interés general, según la Constitución exige una Ley, si bien “El estado hace leyes, éstas demandan que en ella se refleje exigencias éticas y aspiraciones de mejora social”[7], visto las cosas de ese modo el interés nacional exige unidad ante la pandemia y consenso sobre el intercambio prestacional, por ende exige un tiempo determinado desde la elaboración hasta la puesta en vigencia de la Ley. El discurso se aleja de tal pretensión, ya que desde las primeras semanas el Gobierno ha tratado de identificar culpables a los cuales se le ha responsabilizado del poco éxito de la gestión pública: gobiernos anteriores (no puedo resolver en 100 días lo que no han resuelto en 100 años), población irresponsable (piuranos, lambayecanos, ahora son los ambulantes), poderes distintos al ejecutivo y otros entes (Congreso, gobiernos regionales, gobiernos locales), empresas.
Por otro lado la expropiación exige el pago equivalente al valor de la cosa expropiada, lo cual demanda que el Estado tendrá que hacer un gasto o inversión millonaria, previa valorización de cada una de las clínicas, las cuales por cierto no son cajas vacías, sino que implican trabajadores, honorarios, equipos, instalaciones, etc.; una complejidad de cosas que el Estado debe garantizar que va a manejarlos de modo adecuado, ha de ser sostenido que esta garantía está muy lejos de ser cumplida porque en cada región o pueblo donde hay un centro de salud no hay equipamiento necesario, personal médico especializado, medicamentos, etc., ello exige que investigaciones científico-racionales ayuden a elucidar las siguientes interrogantes: ¿Qué intereses hay detrás de la intención de querer gastar dinero en cubrir los gastos de las clínicas bajo la figura de indemnización justipreciada? ¿Por qué no invertir ese dinero en la implementación de hospitales, postas médicas, centros de salud, puestos de salud?
El ultimátum debe estar acompañado de la aplicación inmediata de la Ley General de Salud, pretender aplicar el artículo 70°, expone al gobierno. Si se exige, desde los grupos políticos y ciudadanía el cumplimiento de éstas medidas populistas, entonces las consecuencias podrían ser lamentables no para los gobernantes sino para la ciudadanía, porque el Estado débil no garantiza y nunca ha garantizado servicios públicos de primera calidad. En el discurso siempre hubo mejoras, buen servicio; pero en la práctica el ciudadano desconfía de las instituciones públicas sobre todo de salud. El discurso y el hecho tienen sus distancias; el discurso del gobierno está desbordando el populismo lo cual es riesgoso, ya que “al pueblo es fácil convencerlo, pero es difícil mantenerlo convencido” [8].
Un hecho importante es que el gobierno se ha negado aaprobar la autógrafa de la Ley que modifica los artículos 8° y 9° del Decreto Legislativo N° 1156, aprobada el 21 de mayo del 2020, la cual en el artículo 8° pretendía incluir de forma clara y precisa que los recursos de las clínicas pasaran a disposición del MINSA. El Gobierno ha dicho que el Decreto Legislativo No 1466 es suficiente para tomar esas medidas por lo cual no era necesario acudir a otro mecanismo legal.
Diversos factores han impulsado a que la ciudadanía empiece a tejer soluciones solidarias, así en Iquitos un miembro de la Iglesia resolvió el tema del oxígeno financiando la
JUNIO, 2020 misma conla venta de rifas; muchos lambayecanos y piuranos hacen frente a esta pandemia con jarabes preparados a base de miel de abeja y plantas medicinales; en los andes se empieza a rescatar la medicina tradicional con tal de enfrentar este mal. La solución de los problemas de salud, problemas educativos y económicos se ha dejado en manos de las familias, son éstas las que día a día buscan mecanismos sociales de sobrevivencia. El gobierno tiene las herramientas constitucionales, legales para solucionar diversos problemas, no usarlos y apostar por discursos populistas lo único que genera es odio entre ciudadanos, por lo tanto, en una democracia compete al Estado actuar con “tolerancia, lo cual es exigencia de buena voluntad para comprender las concepciones de los demás, aun cuando no se comparta” [9], es momento de reflejar acuerdos entre gobierno, partidos, ciudadanos, empresas.
[1] RAWLS, John. El derecho de las gentes y “una revisión de la idea de razón pública”. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2001, p. 38. [2] WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Editorial Gradifco, Buenos Aires, Argentina, 2007, p. 54. [3] GURVITCH, Georges. Elementos de Sociología Jurídica. Editorial Comares, Granada, España, 2001, p. 3. [4] CASTILLO CÓRDOVA, Luis. Persona, Estado y mercado en situación de pandemia. ¿Está justicada una intervención estatal sobre los precios de los medicamentos? Publicado por La Ley el 20 de mayo de 2020. [5] SALAZAR SLACK, Ana María. Seguridad nacional hoy. El reto de las democracias. Editorial punto de lectura, México, 2013, p.128 [6] Ídem, p. 129 [7] POSADA, Adolfo. La nueva orientación del derecho político, estudio preliminar al texto de DUGUIT, León. La trasformación del Estado. Universidad de Oviedo, España, 1909, p. 99. [8] MAQUIAVELO, Nicolás. El Príncipe. Alianza editorial, Madrid, España, 2016, p.68 [9] KELSEN, Hans. ¿Qué es la justicia? Ediciones Fontamara, México, 2003, p. 79, 80. ………………………………………………………………………………………………………
PUBLICACIONES
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