ENERO DE 2019 Volumen 1, nº 1
PROPUESTAS DE POLÍTICA Sección: Fronteras y Movilidad Humana Hacia una institucionalidad fronteriza Por Haroldo Dilla Alfonso Las fronteras internacionales siempre han sido lugares complejos en teé rminos políéticos y de seguridad. Pero con la globalizacioé n dejan de ser simples “confines” para devenir pasos de intensos intercambios econoé micos y culturales. En consecuencia, tambieé n se transforman en un recurso vital para el desarrollo local y regional. Y sus aprovechamientos en este sentido dependen en buena medida de la manera como sean organizadas institucional y normativamente.
Temas de interés:
Chile es, en el contexto latinoamericano, uno de los paíéses maé s rezagados en este aé mbito. A ritmos diferentes, pero de manera creciente, los paíéses del continente avanzan en la promulgacioé n de leyes especíéficas y la creacioé n de instituciones que reconocen el desarrollo fronterizo como prioridad, distinguen a las comunidades ubicadas en las franjas fronterizas y acuden a la dimensioé n transfronteriza es decir a la interaccioé n con las comunidades al otro lado del líémite como condicioé n para el pleno aprovechamiento de las oportunidades presentes y futuras que brindan la proximidad geograé fica y los desafíéos de un mundo global.
Propuestas de institucionalización
En ocasiones, ello ha estado motivado por la existencia de pactos integracionistas que impulsan este tipo de relacioé n, como ha sido la Comunidad Andina de Naciones, cuyos miembros Colombia, Perué , Ecuador, Bolivia reportan los mayores avances en este sentido. Pero tambieé n hay paíéses que por otros motivos, han prodigado atenciones privilegiadas a sus fronteras, como son los casos de Nicaragua, Brasil y Uruguay. Cualquiera de estos paíéses puede mostrar deé ficits en sus gestiones fronterizas, pero es indudable que han alcanzado loables avances que abren caminos para pasos superiores de los que Chile se encuentra aué n muy distante.
Regímenes fronterizos en América Latina Chile y sus fronteras
El Dr. Haroldo Dilla Alfonso, es investigador del Instituto De Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat. Doctor en Ciencias, mención Sociología Urbana del Instituto Politécnico Federal de Lausana. Últimas publicaciones: Haroldo Dilla. (2019). Arica entre tres fronteras. Estudios atacameños, (57), 221-238; Economía, política y sociedad en el complejo urbano transfronterizo Tacna/ Arica , RIL , Santiago (en prensa) Contacto:hdillaalfonso@gmail.com
Las comunidades chilenas han logrado beneficiarse de estas relaciones. Arica, por ejemplo, seríéa impensable sin la relacioé n con Tacna, como tambieé n lo seríéa el progreso material de Iquique.
Chile y sus fronteras Histoé ricamente el paíés presenta cierta precariedad en la atencioé n a sus fronteras, excepto cuando se ha tratado del establecimiento de demarcaciones y controles. En consecuencia, no hay mencioé n constitucional de eé stas, no se dispone de una ley especíéfica sobre el tema, las leyes accesorias son omisas y la institucionalidad parece insuficiente para desarrollar una políética integral de fronteras. Algunas zonas –Arica y Magallanes- son beneficiadas por programas especiales de asignaciones presupuestarias en cuanto zonas extremas, pero eé stos no implican enfoques fronterizos especíéficos, ni políéticas estables a largo plazo.
“En muchos lugares las comunidades chilenas han logrado beneficiarse de estas relaciones.
Este panorama contrasta con la omnipresencia de las fronteras en la vida nacional. Chile tiene 7.801 kiloé metros de fronteras terrestres internacionales contra solo 756.102 Kms. de superficie. Esta líénea fronteriza es compartida con tres paíéses: Argentina (6691 Kms.), Bolivia (942 Kms.) y Perué (168 Kms.). Y comportan formas muy diferentes de relaciones que implican regiones de intercambios muy intensos como sucede en el Norte Grande y en particular en Arica; de relaciones maé s distendidas con fuertes contenidos comunitarios como en el sur; o de paé ramos despoblados. En ocasiones, la frontera es perforada por flujos de mercancíéas de paíéses vecinos (comercio binacional o mercancíéas en traé nsito hacia o desde puertos del Pacíéfico) como ocurre en los pasos de Tambo Quemado en Arica, Colchane en Tarapacaé , Los Libertadores en Valparaíéso y Pino Hachado en La Araucaníéa, entre otros.
Arica, por ejemplo, sería impensable sin la relación con Tacna, como también lo sería el progreso material de
En muchos lugares las comunidades chilenas han logrado beneficiarse de estas relaciones. Arica, por ejemplo, seríéa impensable sin la relacioé n con Tacna, como tambieé n lo seríéa el progreso material de Iquique sin tener en cuenta que maé s de la mitad de las operaciones de la ZOFRI satisfacen requerimientos de paíéses vecinos. En la parte sur, aunque menos intensas, las relaciones con las comunidades vecinas en Argentina son vitales para la sobrevivencia de las contrapartes chilenas. Tambieé n, en la ué ltima deé cada, han emergido instancias de municipalismo transfronterizo junto con un interesante activismo ciudadano al alero de los Comiteé s de Integracioé n y Desarrollo Fronterizos (CIDF). Se han producido contactos interesantes con Argentina y Perué , que incluyen enfoques fronterizos maé s avanzados. Pero la escasa institucionalidad sume estas relaciones en aé mbitos informales e inciertos, y no permite aprovechar de forma consistente las oportunidades que estas relaciones ofrecen.
Iquique” Dr. Haroldo Dilla
*Agradecemos a Maríéa Ineé s Ruz, ex embajadora de Chile en el Salvador, por sus valiosos comentarios y aportes.
Alfonso
2
Propuestas para una institucionalidad fronteriza: Para revertir lo anterior resulta imprescindible un ordenamiento legal e institucional que estimule los intercambios econoé micos, culturales y políéticos de las comunidades fronterizas, priorizando el involucramiento de los actores locales, gubernamentales, empresariales, de la sociedad civil en la dimensioé n transfronteriza. 1. Se requiere una mencioé n constitucional especíéfica de las zonas fronterizas como prioridades de desarrollo, lo cual ocurre en la mayoríéa de las cartas magnas en el continente. 2. Se necesita una ley especíéfica de desarrollo fronterizo que aborde las siguientes materias:
Una definicioé n de lo que se entiende por franja fronteriza que puede estar remitida a aquellas comunas limíétrofes o, excepcionalmente, a las que sin tener esta condicioé n, muestran una fuerte vocacioé n fronteriza. Estíémulos fiscales para las empresas que se involucran en el comercio formal transfronterizo y en actividades de cooperacioé n productiva y de servicios dentro de la franja definida. Participacioé n de las comunas definidas como fronterizas en la captacioé n fiscal derivada de las actividades de intercambio. Definicioé n de una políética de asignaciones especiales que facilite la formacioé n y entrenamiento de recursos humanos e infraestructura para facilitar el desarrollo transfronterizo.
Leyes e iniciativas de esta naturaleza, que existen en muchos paíéses del continente, muestran ser efectivas en la atraccioé n de inversiones e involucramiento de actores econoé micos locales. 3. Se requiere evaluar la creacioé n de una institucioé n rectora con mayores atribuciones que las que actualmente tiene la Direccioé n de Fronteras y Líémites (DIFROL). Su rol prioritario seríéa gestionar la Ley de Desarrollo Fronterizo, que orgaé nicamente podríéa situarse en la Subsecretaríéa de Desarrollo Regional (SUBDERE), lo que facilitaríéa la instalacioé n de sedes locales en regiones en las que la intensidad de los víénculos transfronterizos asíé lo amerite. 4. Resulta conveniente una adecuacioé n de otras leyes incidentes. Esto debe ser objeto de una atencioé n pormenorizada, pero en principio, y a modo de ejemplo, se sugiere:
El establecimiento en la ley orgaé nica municipal de la figura de municipios fronterizos, con ciertas normas particulares tales como la participacioé n fiscal y el derecho al ejercicio paradiplomaé tico.
La distincioé n en la legislacioé n migratoria del “migrante transfronterizo” entendido como una persona que habita en la franja fronteriza y viaja al otro lado con fines legales diversos diferentes a la radicacioé n habitacional que elimine la informalidad y le amplíée su radio de accioé n en las zonas fronterizas, incluyendo el derecho al trabajo.
El objetivo planteado precisa, en primer lugar, un consenso legislativo y el apoyo decidido de los parlamentarios que representan zonas fronterizas. Tambieé n se requiere la presencia de grupos teé cnicos con conocimientos sobre estos temas. Un elemento clave es el consenso de los actores locales, estatales, empresariales y comunitarios, lo que implicaríéa contactos que enriquezcan las formulaciones legales en beneficio de las regiones fronterizas y sus habitantes. La experiencia latinoamericana, a veces para bien y otras para mal, demuestra que este tipo de esfuerzo de construccioé n institucional y normativa solo prospera y es perdurable cuando involucra a la mayor cantidad de actores.
Director de Publicaciones: Dr. Cristián Ovando Editor de Publicaciones: Dr. Gonzalo Álvarez Periodista: Paola Fernández