Dramatización: El Principito en La Jara

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EL PRINCIPITO Bienvenidos todos y todas a conocer a uno de los personajes más queridos de la literatura “El principito” (Voz en off) NARRADOR: Había una vez un niño al que le gustaba dibujar, pero cuando enseñaba sus dibujos nadie acertaba lo que estaba representado en ellos. (Se ve a un niño que está dibujando en un atril). NIÑO: Estoy haciendo un precioso dibujo. Ahora os lo enseñaré. (Enseña un dibujo) ¿Qué creéis que es? INFANTIL DE 3: Un sombrero. (El niño se va al atril muy serio y enfadado y sigue dibujando) NARRADOR: Eso parece, pero no era lo que él quería representar. Entonces volvió a hacer su dibujo NIÑO: (el niño dibuja). Ahora seguro que sabrán lo que es. (Se dirige al público) ¿Qué creéis que es? INFANTIL DE 4: Un elefante debajo de un sombrero. NIÑO: No, no, no (El niño se marcha de la escena con sus dibujos, muy triste y algo enfadado). NARRADOR: Las personas mayores que vivían con el niño, su madre, su padre, sus tíos, le decían que dejara de dibujar y se hiciera una persona estudiosa de geografía, matemáticas y lengua. Y… aunque él no comprendía a las personas mayores, dejó de dibujar y de mayor se hizo aviador. (Sale a escena un niño, con un gorro de aviador y se dirige a una avioneta de juguete) AVIADOR: ¡Qué mala suerte! Se me ha tenido que estropear la avioneta en el desierto. Tendré que arreglarla, me cueste lo que me cueste, porque aquí no hay nadie para ayudarme. (Aparece un niño vestido de principito) PRINCIPITO: ¡Eh, señor! Píntame un cordero. (El aviador sigue alrededor de su avioneta sin hacer caso y da tres golpes con un martillo) INFANTIL DE 5: ¡¡Aviador, aviador, escucha, te están hablando!! (El aviador está despistado, hasta que presta atención y escucha al Principito) PRINCIPITO: ¡Eh, señor! Píntame un cordero. AVIADOR: Yo no sé dibujar corderos. Hace mucho tiempo que dejé de dibujar. Pero lo voy a intentar. (Se pone a dibujar y le enseña el dibujo del sombrero) Mira aquí está. PRINCIPITO: Noooo. Yo no quiero un elefante dentro de una boa, quiero un cordero pequeñito. AVIADOR: (Con mucha cara de sorpresa) No me lo puedo creer, por fin alguien que me comprende. Te dibujaré un cordero. (Le enseña un cordero) PRINCIPITO: No, no no quiero un cordero enfermo. AVIADOR: Te dibujaré otro (se lo enseña) PRINCIPITO: Esto no es un cordero, es un carnero. Yo quiero un cordero. AVIADOR: A ver este (le enseña otro dibujo). PRINCIPITO: No, no, este es viejo y yo quiero uno que me dure mucho tiempo, que no sea viejo. AVIADOR: (Empieza a desesperarse porque tiene que arreglar su avioneta) ¡Ufff! Voy a hacerle este último dibujo y me pondré a arreglar mi avioneta. (Le da un dibujo de una caja). Toma esta caja, el cordero que quieres está dentro. PRINCIPITO: ¡Bieeeeenn! Por fin. (Se asoma a los agujeros) Este era justo el corderito que yo quería. Como es pequeñito no necesitaré tanta hierba para alimentarlo, porque en mi planeta hay muy poca hierba. ¡Mira aviador, mi corderito se ha quedado dormido! NARRADOR: Así fue como se conocieron el aviador y el principito de esta historia que hoy estamos contando. En los días que estuvieron juntos, el principito le cuenta al aviador varias historias sobre su planeta y sobre otros lugares que ha conocido. PRINCIPITO: Me encantaría ver una puesta de sol. AVIADOR: Tendremos que esperar a que el sol se ponga. PRINCIPITO: En mi tierra podía ver una puesta de sol con tal sólo moverme un poco. Un día vi 43 puestas de sol en una sola tarde. QUINTO Y SEXTO: ¿Sabéis? Cuando uno está demasiado triste es bueno ver una puesta de sol. AVIADOR: Pues sí que estuvo triste el Principito aquella tarde. (Música de transición)


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