El ladrío invierno 2005

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Año IV - Número 14. El Ladrío

El Coloquio de los perros es la Novela Ejemplar cervantina en la que aparecen Montilla y la Camachas. Sus protagonistas, dos canes, Cipión y Berganza, también pretenden serlo de nuestra revista. En cada número, a través de sus reflexiones y posturas en páginas centrales, uno a favor y otro en contra, iremos tratando temas de interés para nuestra sociedad. Esta sección, junto al editorial, los resúmenes de nuestros coloquios, el cómic, los artículos de opinión (ladridos perrunos de nuestros socios), el comentario especializado de un invitado y el cuestionario montillano son los que irán rellenando de contenido, número tras número, y esperemos que por muchos, este Ladrío nuestro y vuestro.

sumario Imagen de Portada: Alegoría navideña mane

Editorial..............................3 El coloquio y sus lectores............4 Recomendaciones literarias...........6 Déjame que te chupe la sangre......7 Boicot al boicot......................8 Cartas del pierrot....................9 Cipión y Berganza...................10 Cómic...............................12

El Ladrío

Necesarios..........................13 El rincón del... Estatut.............14

Año IV, Nº 14 Invierno 2005 Depósito legal: CO-1.182-2004 Tirada: 500 Ejemplares

Me estoy quitando..................15 Monólogo cómico....................16 Dulce memoria......................17 Lunes, 10 de octubre de 2005.....18 Hueso de oro y Mordisco...........19 Cuestionario montillano..............20

El Ladrío es una publicación plural y abierta que no hace necesariamente suyos los artículos y comentarios que en ella puedan aparecer.


Editorial Pese al frío, los anuncios de colonias y los papás noeles que escalan por el balcón (la Policía Local ya ha registrado algunas denuncias por allanamiento de morada) llega la fiesta por excelencia del comer y el gastar y, con ella, una nueva edición de El Ladrío que es ya el número 14. Para el Coloquio de los Perros estas fechas son motivo de júbilo al cuadrado pues no solo celebramos la Navidad como el resto de los mortales (qué remedio nos queda) sino que, además, nos congratulamos por el cuarto aniversario de nuestra asociación. Hace ya cuatro años que comenzamos nuestra andadura con ilusión y compromiso, con unos objetivos humildes pero muy claros: hacer de la cultura un bien accesible a los jóvenes. Por eso, todos los perr@s del Coloquio damos las gracias a los montillanos por haber recibido nuestras actividades de buen grado. Asimismo queremos dar las gracias a los nuevos perros que se han unido al Coloquio; ellos nos aportan nuevas ideas y renuevan nuestras ganas de trabajar en busca de nuevas actividades que lleven el nombre de Montilla por el mundo. Nuestro agradecimiento también a todas las entidades que han prestado su ayuda para que dichas actividades sean posibles: Excmo. Ayuntamiento de Montilla, Diputación Provincial de Córdoba, Instituto Andaluz de la Juventud, Fundación Social Universal, al sector bodeguero y a cada vez más empresas montillanas (la lista de las cuales haría necesario incluir más páginas en la revista), pero especialmente a todas las personas cuyo trabajo se encuentra detrás de estos nombres. Desde estas líneas queremos avanzar que en breve se pondrá en marcha un clásico ya del Coloquio, el IV Concurso de Relato Corto y, este año, de Fotografía. El tema, “Humor social: me río por no llorar”, quiere mantener el espíritu reivindicativo y solidario de ediciones anteriores, pero con una saludable mezcla de sonrisa. Animamos a todos los lectores de El Ladrío a participar con sus relatos e imágenes originales ayudándonos así a superar las cifras de las ediciones anteriores: más de 90 relatos. Las bases, pronto estarán disponibles. Solo nos queda desearos lo mejor para estas fiestas, que El Gordo alivie nuestras hipotecas, que los Reyes Magos se estiren con una de esas V.P.O. y que el 2006 traiga todo lo bueno que olvidó este 2005 al que ahora, por fin, decimos adiós.

Edita:

Asociación Cultural “El coloquio de los perros”

Colaboran:

Juan Antonio Prieto, Juan Pérez Cubillo, David Lara, Sonia Zurera, Martín León, Antonio Jesús Torres, Soledad Delgado, Salva Loriguillo, José Manuel Márquez “mane”, Valeriano Rosales, Antonio Soriano, Lucas Carpio, José Antonio Pérez, José Alfonso Rueda elcoloquio@yahoo.es elcoloquio@yahoo.es


El coloquio y sus lectores ¿POR QUÉ ES EL QUIJOTE UN LIBRO DE LIBROS?

La pregunta ha quedado resuelta de una forma superficial, pues se basa en el hecho integrador de los diversos modelos existentes de las novelas idealistas -pastoril, bizantina, morisca, sentimental y de caballerías-, inequívocos antecedentes de los reality shows actuales y los interminables culebrones. Y es que a un autor de mucho mundo como Cervantes, que hubo de ser soldado, preso por diversos motivos, perseguido por el Tribunal de la Inquisición, del que Lope de Vega formaba parte como “familiar”, demandante de favores para dar sus libros a la estampa, titular de diversos cargos públicos y con una sólida formación académica, bien pudo producirle rechazo semejante apartamiento de las gentes de quehaceres más del día a día. La obra se convierte, pues, en un alegato contra los libros de caballerías y –sin que lo diga– frente a otros tipos de novela que pueblan básicamente las páginas de la edición que finaliza en 1604 y adquiere pública difusión en 1605; mas la estrategia es muy cuidada, pues muestra los comportamientos de estos personajes y deja abierta la posibilidad de opinión favorable o contraria. Se convierte El Quijote en un libro de libros porque retoma la más pura tradición miscelánea medieval de acumulación de saberes, como sucede en El Libro de Buen Amor y hace una labor de abstracción con los comportamientos alocados o sensatos de nuestra especie hasta conseguir que se identifiquen con ellos en diversas latitudes. La forma que adopta es la humorística, en consonancia con la más pura tradición española del distanciamiento (Juan Ruiz, Danzas de la Muerte, picaresca, Góngora, Quevedo y más tarde Valle-Inclán), pues tal vez piense que es un error tomar en serio la vida y las costumbres

españolas. Eso no desdice su profundidad en la reflexión sobre el idioma y cómo ha de ser, probablemente heredado de un ilustre profesor de la universidad salmantina, Fray Luis de León, que produjo páginas luminosas acerca del uso de la lengua; máxime si se tiene en cuenta que bien pudo pasar por las aulas de esta Universidad (Javier Salazar Rincón, Fray Luis de León y Cervantes. Ínsula, 1980) y tiene en común con él la clara acusación de heterodoxia. Cervantes se contradice ex profeso cuando dice que es poco dado a las citas eruditas y con sutileza nos manda una retahíla de ellas, y también cuando afirma que los personajes han adquirido vida propia y controla su evolución a pesar de los evidentes descuidos, motivados por la conveniencia del editor de ir imprimiendo cuanto Cervantes va escribiendo, con lo cual la memoria le gasta malas pasadas. Resulta evidente la conducción gradual de la novela y el invento de situaciones nuevas que explican el porqué de una historia inacabada o cómo reflexiona acerca del propio proceso metaliterariamente. Juega continuamente con la técnica y llega a establecer hasta tres textos simultáneos–Cervantes, Cide Hamete y el supuesto comentarista arábigo– so pretexto de que él no es su autor sino el historiador morisco. Cervantes llega a situarse como personaje de la novela misma, como hace Millás con su autor protagonista en El desorden de tu nombre, Cela en la adaptación al celuloide de La Colmena o Hitchcock en sus películas; el autor del Quijote es un hábil manejador de la ironía y del distanciamiento (cap. 6, I): —La Galatea, de Miguel de Cervantes— dijo el barbero. Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en


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desdichas que en versos. Su libro tiene algo de buena invención; propone algo, y no concluye nada: es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la enmienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega; y entre tanto que esto se ve, tenedle recluso en vuestra posada, señor compadre. Las reflexiones que Cervantes propone son de una gran actualidad, como nos muestra Marcela en su alegato sobre la libertad de la mujer en el capítulo XIV de la Parte I, y el enfrentamiento entre dos concepciones distintas en torno al amor adquieren plena vigencia en el triángulo amoroso planteado entre Basilio –pobre escudero–, Quiteria –joven mujer– y el rico labrador Camacho; este triángulo es resuelto por Cervantes con una estratagema de gran sutileza que muestra cómo ha de prevalecer el sentimiento sobre la razón. Algo así haría más tarde Moratín en El sí de las niñas, en una obra teatral prerromántica que va consagrando la libertad del individuo sobre los corsés familiares o de las llamadas “razones de Estado” y serviría de base para la zarzuela Doña Francisquita. Es indudablemente el capítulo XXIII de la Parte II un ejercicio consumado de reflexión por parte de Cervantes, una prueba más para mostrar en qué consiste la originalidad. Y es que los materiales ya existen en la tradición literaria desde los romances de ciclo carolingio y bretón, ya que escoge a personajes cortesanos como Durandarte; mas pone a su servicio al escudero Guadiana y a Ruidera, con sus hijas y sobrinas correspondientes, transforma en río y lagunas el

desconsuelo de escudero y ama. Con ello utiliza un procedimiento común entre los griegos –eso sí, sin mediación de los dioses–, explica de una forma muy bella el porqué de los ocultamientos del río y deja serias dudas acerca de sí era o no un adelantado en las ciencias del ocultismo. Añade a lo anterior reflexiones acerca del sueño barroco, cuando más tarde se refiera al hecho del que no sabe a ciencia cierta si le ha sucedido realmente. Serias diferencias le separan del dogma calderoniano en La vida es sueño, porque no parece interesarle tanto la salvaguarda de una ortodoxia que, como todas, las preconizan los que en román paladino “tienen la sartén por el mango”.

Por Juan Pérez Cubillo

Profesor de Lengua y Literatura en el IES Góngora de Córdoba


Recomendaciones literarias Memorias de Adriano

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escubrir a Marguerite Yourcenar fue tan grato como revelador para mí, solo comparable a mi encuentro con el autor de Las cruzadas, Amin Maalouf (sin duda mi escritor favorito) y del que en próximos números les revelaré algunos secretos de su obra. Gran conocedora de la historia a través de la intrahistoria (la historia basada en las leyendas y la tradición oral), especializada en Oriente Medio, amante del crisol de las culturas, vinculada al Mediterráneo como lugar de encuentro de distintas civilizaciones y religiones. Hoy, es Memorias de Adriano el título que ocupa un lugar en mi mesilla de noche concediéndome una vez más el grato placer de la lectura. Marguerite, historiadora y escritora francesa de principios del siglo XX, nacida en Bruselas, escribió Memorias de Adriano, quizás una de sus obras más reconocidas por la crítica. Se trata de una biografía del emperador romano Adriano, que administró el Imperio Romano en el siglo II; la sabiduría de este hombre se puede apreciar a través de sus reflexiones e inquietudes, transmitidas en primera persona, desde las tardes de sus últimos días. Pues Marguerite nos muestra en este libro a un viejecito encantador, experto en estrategia y en el dulce arte amatorio. Será Antinoo la persona que ocupa su corazón durante su vida y su muerte, llevándole a dedicarle sus más bellas obras. Quizás el título a priori les lleve a pensar en una lectura bélica, ya que al pensar en Roma, en su vasto imperio, siempre recurrimos a la venganza, el odio y las rencillas de algunos de los políticos mandatarios del poder universal. Nada más lejos de la realidad, en Memorias de Adriano aparece el lado más humano de un emperador. Incluso se ha dicho que refleja el perfil femenino del que fue uno de los hombres más sabios

de la historia de Roma. La autora ha sabido plasmar perfectamente los miedos e inquietudes del que en su momento dirigía el Imperio. Personalmente me ha llevado a pensar en una filosofía de vida, pues este adorable señor ostentaba una sensibilidad enriquecedora para cualquier lector receptivo. Nos lleva a través de sus pensamientos a repasar nuestros valores y principios, ya que no solo era un hombre íntegro sino coherente en sus planteamientos y acciones. Llama la atención, entre otras cosas, la homosexualidad del protagonista o, si he de ser fiel a la realidad, diría correctamente bisexualidad. Nuestro querido emperador gustaba de la compañía masculina; como buen epicúreo y hedonista, sabía sacar el jugo a cada momento sin hacer distinciones en cuanto al sexo de sus acompañantes, siendo Antinoo quien centró sus máximos esfuerzos. Tampoco pueden resultar tan extrañas estas prácticas en Roma, pues a través de múltiples lecturas sobre el Imperio y sus días, coincidirán conmigo en que reyes y plebeyos disfrutaban de su sensualidad y sexualidad sin límites. Al menos de género. Para terminar y en contraposición con el éxito inexplicable de El Código da Vinci (como novela pseudohistórica) señalar que ya en el XX, en 1951, Yourcenar, con exactitud, se dedicó a explicarnos el origen de los distintos cismas que conformaron el actual mapa religioso occidental como contrapunto a la cultura oriental. A diferencia de las divagaciones que nos ofrece Dan Brown en El Código da Vinci, en Opus Nigrum, M. Yourcenar lo hace realmente con datos históricos, documentada, sin hermenéutica y aplicada a una realidad veraz, por lo que al final concluyo invitándoles también a la lectura de este título.

Sonia Zurera lópez


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Dejame que te chupe la sangre

A

nte todo quisiera dar las gracias a todos los amigos perrunos que me han permitido desparramar algunas letras en esta nuestra revista cervantina (me parezco a Juan Cuesta, ¡Dios mío!), sobre todo después de comerle la oreja a más de uno en la barra libre del Loriguillo, que por cierto se portó como un campeón y logró embriagarnos no precisamente con perfume. Tras conseguir el sí, quedaba lo más difícil, escoger el tema del que hablar. No me ha resultado fácil, sobre todo después del accidente de Rajoy con el Trueno Azul, pero ya tenía un tema autobiográfico en buena parte sobre la mesa, que espero les guste y les haga pensar, así que sin más les dejo con una pequeña reflexión mitad irónica y mitad panfletaria. Espero poder seguir visitando Montilla de vez en cuando. Una nueva especie de vampiro amenaza seriamente la integridad del ser humano, más concretamente a aquellos que utilizan el despertador cada mañana, horrible invento por cierto. Esta especie es más poderosa que las que hasta ahora nos ha mostrado la industria del cine. El ajo no puede con ellos (encontraron un aliado perfecto en el jamón y en el tomate), la plata… ni cosquillas, al contrario, cuanto más mejor. La luz solar no les intimida en absoluto porque se levantan ya con las gafas de sol y empiezan a dar por culo con el telefonito móvil, otro invento fatídico, heredero del látigo, y lo que más me preocupa de todo es que no te convierten en uno de ellos por más veces que te chupen la sangre; quizá la única solución sea recurrir al viejo y expeditivo estacazo que, aunque no los mate seguro, los deja un poco atontados. Esta nueva especie es en realidad el resultado de miles de años de explotación del pueblo llano,

pero que en este nuevo milenio ha encontrado el ecosistema perfecto para hacerse cada día más fuerte, aun sin el PP en el gobierno. Resulta que en España hay cada vez más inmigrantes de todos los rincones del mundo, la mayoría desesperados por el hambre, la pobreza, la imposibilidad de promoción social, cultural, etc. con lo cual llegan dispuestos a hacer cualquier cosa y lo más indignante, a cualquier precio. Esto parece lógico y, por supuesto, respetable pero el hecho de que estas personas trabajen mucho por poco se está convirtiendo en la fuente de riqueza de muchos “chupópteros” sin escrúpulos que, tras comprobar lo fácil que es abusar de estas personas, deciden abusar de los obreros españoles también. Y quién se lo impide, si lo quieres así bien, si no a la puta calle que ya me buscaré yo algún rumano que me haga lo mismo por una miseria. No es que yo esté en contra de la inmigración, pero sí de que no exista un poco de organización y comunicación entre estos grupos para que esto no ocurra o por parte de la Administración para con estas personas. Creo que es necesario que todos trabajemos en igualdad de condiciones. El mundo obrero no debe diferenciar rumanos, marroquíes, ecuatorianos o como se les diga a los habitantes de la Antártida si es que hay alguno; solo debe entender de personas y en este caso concreto de obreros, jornaleros o agricultores, trabajando todos por los mismos objetivos que no son otros que unos sueldos dignos y, sobre todo, un poco de respeto, que parece que escasea también en ciertas empresas, al menos en la otra orilla del Guadalquivir.

Martin Leon Cepas


Boicot al boicot

L

eyendo los periódicos, viendo los telediarios y escuchando la radio a veces uno se pregunta hacia qué mundo vamos y si todavía somos dueños de encauzar su destino o si, por el contrario, ya nos hemos convertido en marionetas de los tres o cuatro titiriteros que juegan con los hilos del globo. Es un momento en el que uno parece rendirse a la sopa boba y encerrarse en el ensimismamiento de que uno nada puede hacer. Pero es entonces cuando de repente el vulgo despierta, sale a la calle y responde gritando aquello de “¡el pueblo unido, jamás será vencido!”. No hace falta remontarse a la Revolución Francesa de 1.789 para enmarcar escenas de esta naturaleza. Para los menos pretenciosos encontramos episodios más contemporáneos y cercanos, como el masivo “No a la guerra”, el polémico “¡Pásalo!” del 13M o, más recientemente, el boicot a los productos catalanes, que empieza a atemorizar a empresarios de la tierra de la sardana. Estos días es noticia el boicot a productos de manufactura catalana como protesta a la propuesta del nuevo Estatut de Cataluña, acusado de anticonstitucional. El boicot se ha extendido como la pólvora por todo el país gracias a los rápidos medios de comunicación con los que actualmente cuenta la sociedad: el correo electrónico y los mensajes a móviles. Sin embargo, este boicot a los productos catalanes no es ningún mantra. No es ninguna de esas anodinas cadenas que amenaza a uno con una dudosa maldición si rompe el eslabón, sino algo muy serio. El boicot pretende torpedear a la economía catalana, y ya sabemos bien que la pela es la pela. Es otro ejemplo más de lo que puede llegar a conseguir la sociedad cuando pone los medios de comunicación a su servicio (ese cuarto poder). Los radicales “antiestatutarios” han sabido escoger estos medios para sembrar de crispación el panorama político nacional dando inicio a una campaña de dudoso patriotismo. Y es aquí donde comienza mi crítica a este boicot, que he denominado como un boicot al boicot, con la esperanza de cambiar de opinión a aquellos partícipes anónimos de esta descabellada trama, y sin el menor ánimo, sin embargo, de abordar temas tan complejos como el nacionalismo o la legitimidad constitucional de la propuesta del Estatut.

Primeramente, este boicot es infundado porque surge como una respuesta popular e irracional a algo que todavía no está aprobado por las Cortes españolas. A día de hoy el Estatut es sólo una propuesta que se está negociando entre las fuerzas políticas responsables, y el mismo Gobierno ya ha anunciado que habrá cambios en su contenido. Posturas enfrentadas sólo pueden alcanzar un acuerdo por medio del diálogo, en un escenario templado. Este boicot es además antipatriótico puesto que atenta contra la economía catalana y, por consiguiente, contra la economía española, amén de acrecentar aún más la brecha ideológica que separa a nacionalistas y no-nacionalistas. Nuestro país ya tiene la experiencia demostrada de que las cuestiones nacionalistas no se resuelven imponiendo la fuerza bruta. Y por encima de todo, este boicot es totalmente incoherente consigo mismo, pues si bien su objetivo es disuadir a los independentistas catalanes, nada puede alimentar más sus ideales que el verse víctimas de un ataque de tal índole proveniente de “los centralistas”. En resumen, este boicot no aporta sino mayor crispación a un panorama ya de por sí enojado a manos de nuestros políticos, más preocupados en desacreditar que en aunar ideas constructivas. Este boicot no ayuda a resolver la cuestión de los nacionalismos en España sino que colabora a agrandar el conflicto. El nacionalismo es una cuestión que ha de resolverse con dosis de diálogo, tolerancia, solidaridad y concordia, y no con medidas radicales, irrespetuosas y viscerales. Tanta satisfacción me produce comprobar cómo el pueblo todavía es capaz de manifestarse en defensa de sus derechos como aflicción el ver que esa misma iniciativa colectiva se malgasta en fines demagógicos. Basta ya de anti-catalanismos y rencores irracionales que nos hacen retroceder a los tiempos difíciles del pasado. “Por una convivencia sin odios donde haya lugar para todos. Boicot al boicot de los productos catalanes. ¡PÁSALO!”.

David Lara Casas


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Cartas del Pierrot La Luna, 17 de noviembre de 2005 No hay gallegos en la luna, porque allí, no hay soles, ni estrellas, porque nadie responde y nadie pregunta.

Allí solamente hay gente. Algunos sueñan con un balón aunque llevan tiempo sin meterle un gol a su portera.

Otros simplemente sueñan… Pocos, pero sinceros…

También hay corazones grandes, rapaces del alma que parecen cetreros en busca, solo, de una mirada.

Hay quien no para de un lado para otro, levantando el polvo ingrávido de una luna lejana que parece guiñar un ojo para dejarte una sonrisa serena y acrisolada.

Están los justos y los capaces, los violentos y los olvidados, los incombustibles, los desorientados, los increíbles, los miserables.

Los que han llegado a serlo todo, los que nunca llegarán a nada.

No hay gallegos en la luna, nadie que responda a una pregunta con una pregunta.

Los hay sinceros pero hirientes, de los que no pueden vivir con excusas, torerillos sin capote que viven permanentemente en la continua lucha de lo propio y lo inalcanzable.

No hay gallegos en la luna, y menos caballeros en la tierra, tampoco, nadie que mire el cielo.


Sí a la ley del tabaco

Cipión

A

migo Berganza, al fin la nube cegadora que salía de tu boca ha desaparecido y me permite hablar contigo sin tener que aguantar la respiración, para evitar que el humo asesino que ya ha pasado por tus pulmones termine por matarme un poco a mi también. Casi lloro de emoción al pensar que mis ojos ya no se enrojecerán y lagrimearán por estar en un sitio tan cargado de humo que no te permita ni respirar. Cada vez que vaya a un restaurante no tendré que salir de allí con la sensación de haberme gastado el dinero en comerme un cenicero lleno de colillas. Al fin una ley justa que nos proteja de esos intolerantes fumadores. Sí, intolerantes. Ya sé que esa es una etiqueta que siempre se nos ha puesto a los que no fumamos pero, ¿hay alguien más intolerante qué un fumador? Cuántas veces, Berganza, te he pedido que apagaras el cigarrillo y tú, con mirada desafiante, me has echado todo el humo en la cara. ¿Quién te podía a ti prohibir fumar? Entiendo que intentes defender tu derecho a fumar donde te plazca, porque para eso eres libre de hacer con tu salud lo que quieras. Pero, cuándo alguien va a decir la cosas tal y como son: fumar en presencia de otras personas

constituye una agresión física a los demás. ¿No es ilegal, acaso, darle puñetazos en la cara a otra persona? Pues eso es lo que me haces tú, amigo Berganza, cada vez que te fumas un cigarro en mi presencia; golpearme con tu alquitranado humo mis todavía sanos pulmones. Yo no quiero volver del trabajo oliendo a tabaco. Tengo ya la ropa gastada de tanto lavarla y aun así no sale del todo ese olor. Pero ya no es sólo la salud lo único importante. El fumar o no fumar en el trabajo, en los bares o en cualquier otro lugar cerrado implica más cosas. Mi opción, amigo Berganza, es no fumar. ¿Acaso mi derecho a no tragar un humo asqueroso es menor que el derecho de los fumadores a hacerlo? El problema está en que los no fumadores siempre hemos permitido que, ante la igualdad de derechos de unos y otros, se haya salido con la suya aquel cuya postura es más perjudicial para ambos: el fumador. Te recuerdo amigo que tu libertad termina donde empieza la mía y, mientras yo he te he respetado, tú ya llevas muchos años saltándote impunemente la barrera. Pues no, ya basta. Y ahora tú y otros tantos como tú os echáis la manos a la cabeza hablando de la persecución a la que os veis sometidos los fumadores. No, amigo mío, no es persecución, es que al fin se ha hecho justicia para todos. Míralo por el lado positivo, esto te va a obligar a elegir entre aguantarte las ganas de fumar o arriesgarte a coger una pulmonía, al tener que salir en pleno invierno a fumar a la puerta de un bar. Aunque no sé, creo que a ti no te importará la pulmonía. De todos modos, si ya te arriesgas todos los día con el cáncer cada vez que fumas, ¿acaso te vas a asustar tu por una pulmonía de nada?


No a la ley del tabaco

Berganza

U

n teléfono que no para de sonar, un ordenador que espera impávido sobre la mesa a que teclees todo el trabajo atrasado, una pesadilla de la noche anterior que no se te va de la cabeza, unos imprevisibles resultados que mi Yoli debe recoger dentro de media hora en el hospital, un mail que me pide explicaciones sobre una cita que aplacé de forma unilateral y sin previo aviso. Y un vicio, Cipión, que me lo han prohibido. Llevo una mañana de perros, amigo de ladríos. Y aquí me ves, sin poder echar un cigarro que haga borrón y cuenta nueva en mi atascado cerebro. Supongo que este es el precio que tenemos que pagar los fumadores por seguir los pasos de un gobierno que se ha propuesto –perdónalos, porque no saben lo que hacen– poner puertas al campo. Quiero imaginar que esta dichosa ley no va a derivar en una estúpida guerra civil, pero si te digo la verdad, por la oficina hay un humor de perros. Las caras que se ven últimamente por aquí se han puesto de huelga cuando de ser educado se trata. Anoche, a la luz de la luna de la sierra, me hablabas de los derechos de los no fumadores, de su salud y de mi salud. No comparto este arrebato de compromiso social que le ha entrado a nuestros gobernantes. Hay tantas cosas que son perjudiciales para el físico y la psique del individuo que no sé por qué se empieza por el tabaco. Podían haber comenzado por la emisión de humos de los coches, por los vertidos tóxicos de algunas empresas, por la comida basura, por la seguridad vial, por la investigación en tratamientos para los seropositivos, por los empresarios que eluden la seguridad en el trabajo, por los transgénicos. Qué sé yo, Cipión, existen tantas lagunas que sufro por no saber parar el tiempo.

Permíteme, Cipión, una última reflexión perruna. Conociendo el personal que habita desde Gibraltar hasta la frontera gabacha, esta ley se va a resumir en perro ladrador, poco mordedor. Antes de entrar en vigor, mucho hemos hablado de esta historia, pero resulta que el control y la vigilancia queda en manos de la Administración y de los ciudadanos. Sobre la primera, te muestro mis reticencias por su ineficacia e ineptitud, y sobre los segundos, bueno, pues qué quieres que te diga. ¿Denunciamos al empresario que tiene a sus trabajadores sin contrato? ¿Damos el nombre del joven que pasa a toda velocidad por la calle en una moto sin silenciador? ¿Señalamos con el dedo al vecino que vive el fin de semana pasando cocaína, pastillas y derivados? Todo esto está prohibido, pero nunca hacemos nada. Al final, todo se queda en un “me cago en sus muertos” y a otra cosa, mariposa. Cipión, sinceramente espero que el nivel de exigencia con los fumadores no sea asfixiante porque mientras te escribía estas líneas, me he zampado una bolsa de gusanitos naranjas que saben a plástico, dos gominolas y ahora mastico un chicle con sabor a arroz con leche. A este paso dejaré de fumar, pero cualquier día de estos el de la mesa de al lado me dirá con sorna: Berganza, te veo más gordo. El muy cabrón.



necesarios

Año IV - Número 14. El Ladrío

L

a inmigración ya está aquí. Parece obvio pero es una situación que ha cambiado enormemente con el paso de unas décadas. Por ejemplo, para nuestros abuelos ver a una persona de color les resultaba exótico y lejano; para los jóvenes de la Transición los extranjeros les sonaban a turismo. Finalmente, los que hayan nacido con el cambio de milenio verán cómo los inmigrantes pasarán a tener pasaporte español suponiendo un crisol de culturas y sociedades dentro de nuestro propio país. ¿Somos conscientes de ello? Para quien no lo sea, que sepa que esto no ha hecho nada más que empezar. La inmigración en España supone un 8,37% de la población total y en el 2010 será de un 10,39%. Esta realidad imparable ya se está dando en los países de nuestro entorno con no pocos problemas (turcos en Alemania o hindúes en Reino Unido) y de ello debemos aprender. Debemos aprender, porque no es justo ni para ellos ni para nosotros. Ellos, al igual que nosotros, tienen en su haber las ganas de mejorar su vida mediante el trabajo y nosotros porque sin ellos nuestro sistema económico se vendría abajo ¿Estaría usted, estimado lector, dispuesto a sufrir una merma en su nivel de vida? La respuesta contundente es un ¡NO! No querríamos dejar de permitirnos la compra de lo último en móviles o la prenda de vestir más acorde con una celebración. La inmigración para los países desarrollados es como el hambre y las ganas de comer. Los inmigrantes quieren comer (tener un futuro próspero) y los ciudadanos queremos seguir comiendo (vivienda, coches o viajes) Para alcanzar su objetivo los inmigrantes tienen que enfrentarse a trabajos con horarios excesivos por un sueldo ínfimo y con unas garantías laborales prácticamente inexistentes. Por nuestra parte lo más importante que debemos hacer es fomentar la integración para llegar a una convivencia en armonía. Si ni siquiera somos capaces de avanzar

en el camino de la normalización de la inmigración podríamos estar condenados a pasar por los mismos conflictos que se han venido produciendo en Francia durante los últimos meses. Por ello planteo este problema y sus posibles soluciones desde tres ejes: 1. Una gestión de los flujos migratorios. No un papeles para todos, pero tampoco la solución es llevar al ejército a la valla de Ceuta y Melilla. Europa necesita la incorporación de inmigrantes debido en gran medida al descenso de natalidad del viejo continente. 2. Apostar por el desarrollo de los países de origen de los inmigrantes. Si lo hiciésemos por Marruecos, como potencia conseguiríamos mejorar la situación de miles de súbditos marroquíes y crearíamos un colchón que frenaría la inmigración subsahariana. 3. Por último, articular mecanismos de integración con el objetivo de evitar que se creen espacios de marginación y exclusión social. Ahora bien, no nos llevemos a engaño, la verdadera integración empieza por uno mismo. Nuestra forma de ser y actuar hacia los inmigrantes es la que hará que se sientan más a gusto entre nosotros, que dejemos de verlos como enemigos, usurpadores de nuestro trabajo y empecemos a verlos como personas que contribuirán a que nuestras cotas de progreso sean más altas que las que poseemos en la actualidad.

Valer iano R osales aleriano Rosales


El rincon del... Estatut

EN MI CASA HEMOS DECIDIDO QUE SOMOS UNA NACIÓN Genial texto de Albert Boadella a propósito de la situación política. He hecho una encuesta en mi casa, el resultado es el siguiente: Tanto por ciento de la población encuestada........ 100% Hablan la misma lengua........................................ 5 Tienen la misma cultura......................................... 5 Viven en el mismo territorio (los lindes de mi casa)... 5 Después de observar el resultado, creo que somos una nación, por lo tanto tenemos derecho, como mínimo, a un nuevo Estatuto. Hemos empezado su redacción, nos hemos puesto de acuerdo, tenemos el 100% de los votos a favor de él. Pasado mañana voy a ir a entregárselo al Sr. Benach y espero que no se recorte ni reforme nada, porque me respalda el 100% de la población de mi territorio, y se podría liar una guerra civil.

Entre otras cosas, pedimos que no se vaya tanto dinero de mis impuestos fuera de la valla de mi casa, porque entonces no puedo comprarme el Mercedes rojo que me gusta; tampoco puedo comprarle a mi hijo la moto, que lleva tanto tiempo pidiéndome. ¡Ah! he encargado a mi hija que si viene alguien a casa y habla otro idioma distinto al nuestro, que lo apunte, que le pediremos que pague una multa por herir nuestros sentimientos. Se me olvidaba, cuando esto era un descampado mi tatarabuelo, de paso hacia Francia, se sentó debajo de un árbol que había en la que ahora es casa de mi vecino a descansar. Es por eso que también reivindico, en este nuestro nuevo Estatuto, una parte de su jardín como mío, aunque él se opone, pero yo le tiro la pelota a su jardín y le mando al pequeño, para dejar constancia que seguimos pisando su suelo. En fin, no quiero cargaros más con nuestros problemas. ¿Creéis que tengo posibilidad de que se apruebe sin retoques en el Parlament?


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Me estoy quitando

S

oy consciente de que ya se ha hablado mucho sobre este tema y que hay en torno a él posiciones encontradas de difícil conciliación. Pero a pesar de ello, a través de estas líneas me gustaría explicar como veo esta adicción. Hace tanto tiempo que no sé muy bien ni como empecé. Imagino que ver el hecho de que estuviera presente en casi todos los lugares y, a la vez, que casi nadie parecía poder resistirse, tuvieron mucho que ver. Luego, lenta y sigilosamente, fue aumentando la frecuencia y el tiempo que me acompañaba, hasta que cualquier momento era bueno para encenderlo. Por la mañana, después de comer (ese es el momento que más me cuesta quitarme, porque me relaja…) acompañando un café, etc… las situaciones se iban multiplicando, aunque para ese momento ya apenas si lo disfrutaba, y solo buscaba calmar la ansiedad que me causaba su ausencia. Así, me vi atrapado en una espiral que se retroalimentaba, ya que cuando no lo tenía, sentía que me faltaba algo y la intranquilidad iba en

aumento hasta que, finalmente, entregaba la toalla y lo encendía. Y era precisamente ahí, cuando al calmar esa intranquilidad que me causaba su falta, me tranquilizaba, pensando que era él, el motivo de mi sosiego. Además de mis vanos intentos, nuestros gobernantes han propuesto iniciativas que regulen su consumo, las cuales tendrán una difícil aplicación si no van precedidas de un cambio en la educación de los más pequeños y un cambio de actitud de sus progenitores. No se trata de restringir libertades sino de que nos lo encendamos alegremente en cualquier sitio y comprendamos que los demás, no tienen por qué sufrir las consecuencias de nuestra decisión. A veces, de vez en cuando, me pongo a prueba y trato de no encenderlo automáticamente, como normalmente hago, y me observo, sintiendo cómo una especie de fuerza invisible me empuja a no resistirme y seguir actuando como siempre. Y es que, no lo neguemos, resulta difícil resistirse y no encenderlo, aunque solo sea para “ver que ponen”. Sí, el televisor, omnipresente en los salones y salas de estar (y cocinas, dormitorios, etc.; quizás sea el baño, el único sitio aún sin conquistar de la casa), se está convirtiendo en el cuidador y educador principal (por número de horas al menos) de los más pequeños y en quién más habla y escuchamos de la familia. Las consecuencias son evidentes: niños/as que se aburren, que no imaginan, pasivos, que quieren ser “famosos”, etc. y familias que apenas si hablan o cuando lo hacen, es con el sonido de fondo del televisor. Por todo ello, amigo lector, te reto a unirte a esta cruzada, te lanzo un guante y te exhorto a que la próxima vez, te hagas un favor a ti, a los que te rodean y no lo enciendas…

Antonio Soriano


La canción de los payasos monólogo cómico eencotrado ncotrado eenn internet

Resulta curioso, pero si Nostradamus dice “Marte y su cólera graznarán”, de entrada no tenemos ni puta idea de qué quiere decir, ¿no? Pero te lo crees y dices, ¿por qué? Porque Nostradamus impone, es un tío con prestigio. En cambio hay muchos profetas que, por no tener nombre en latín, no los conoce ni Cristo y pasan desapercibidos, y yo creo que ha llegado el momento de anunciar quiénes son los grandes profetas de nuestro tiempo. Y señoras y señores, los grandes profetas de nuestro tiempo son Gabi, Fofó y Miliki. No, yo sé que de entrada cuesta. A ver, yo cuando lo descubrí también me quedé acojonado. Primera prueba: fueron los primeros que preconizaron el orgullo gay. Mucho antes que Boris, ¿eh? Y si no... Don Pepito y don José. Don Pepito y Don José eran gays. “Eran dos tipos requetefinos, eran dos tipos medio chiflaos, eran dos tipos casi divinos, eran dos tipos desbarataos...” Vamos, eran dos locas, claro, clarísimo... No, pero es que la canción seguía: “y si se encuentran en una esquina...” Bueno, yo aquí lo dejé. Quien quiera que investigue por su cuenta. Te puedes encontrar cualquier cosa. Después predijeron perfectamente cuáles serían las lacras de nuestra sociedad: “¡cómo me pica la nariz!, ¡cómo me pica la nariz!” Bueno, ¿por qué le pica la nariz a este tío? Yo no quiero decir nada, pero, hombre, estos sabían que más de un niño de treinta años se metía de bareta. Vaya, está claro. Además es que la canción continuaba: “ya no lo puedo resistir, ¡cómo me pica la nariz!” ¡Coño, que el tío tenía el mono! Enganchadísimo estaba el pavo. Pero qué grandes eran Gabi, Fofó y Miliki, ¿eh? Hace 20 años predijeron perfectamente que los inmigrantes iban a tener problemas : “un barquito de cáscara de nuez”. ¡Coño, esto es una patera! Pero es que ahí no se quedaba la cosa. Los tíos continuaban... Explicaban perfectamente lo que les iban a decir los cabrones de las mafias a los inmigrantes para engañarles. Decían: “navegar sin temor en el mar es lo mejor, no hay razón de ponerse a temblar” ¡Pues móntate tú, cabrón! Y después continuaban: “y si viene negra tempestad, a reír, a remar y a cantar”. Remar, vas a remar tú con los cuernos. Hombre, es que es verdad.

Además, los payasos eran unos tíos que dijeron: “sabemos perfectamente cuál va a ser el estado de España”, el actual. Y empezaron a definirlo por el Congreso: “había una vez un circo”. Vamos, no hay mejor manera de definir el Congreso, ¿eh? “Un circo, pleno de alegría y de ilusión”. Vaya, que solo les faltó cantar: “España va bien... jodida con la vaca loca, el Tireless...” Y ya lo hubieran bordao. Entonces, lo bordan. Lo que pasa es que los tíos eran muy lúcidos; dicen “no, mira, ¿sabes qué? Lo de las vacas locas, vamos a hacer un tema aparte; esto tendrá importancia, tendrá peso,... le dedicamos una canción, venga”. Y los tíos, ni cortos ni perezosos, se pusieron a escribir: “la gallina turuleta está loca de verdad”. Vale, se equivocaron en el bicho, pero por poco, ¿eh? Estaba Milikito ahí con el cencerro “tolong tolong, tolong tolong,...”. El tío, como disimulando, les iba diciendo, como queriendo decir... ¡que es una vaca, que es una vaca! Lo que pasa que los otros, ni caso. Claro, como el tío era nuevo... Tampoco eran infalibles, porque de vez en cuando la cagaban, como todo el mundo. Para eso somos humanos. Con lo de la gallina turuleta no estuvieron muy finos, es verdad, pero vaya... “yo conozco una vecina que ha comprado una gallina que parece una sardina enlatá”. No hay nada que se parezca menos a una gallina que una sardina enlatá. De entrada. A no ser que los tíos fueran unos avanzados y estuvieran hablando de clonación. Claro, y que la gallina fuera una cagada...”nos ha salido mal y tal”. Esto también explicaría la cantidad de huevos que ponía la gallina turuleta, porque estarán conmigo que eso no era normal, ¿eh? “Ha puesto 7, ha puesto 8, ha puesto 9”. Y es que encima saltaba un capullo y decía: “¡déjala que ponga 10!”, impresionante... Tú te preguntas: bueno, ¿esto qué es, una gallina o la fábrica de huevos Kinder? Es que lo de las predicciones, cuando lo has hecho, parece sencillo, pero es muy complicado, ¿eh? Realmente, hay canciones que te encuentras que no sabes bien de qué están tratando. Ahora, me ha tocado la canción de... Susanita. Es que claro, vete tú a saber lo que quieren decir con eso de que “Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín”. Yo es que me he quedado acojonado y ya lo he dejado.


Dulce memoria

N

taladran la pupila. Himnos putrefactos despiertan sórdidas danzas. Los hechos son contundentes; la realidad demasiado cruda al otro lado de cualquier alambrada.

La capital del mundo ruge como un león, vocifera. Alguien busca la playa levantando sucios adoquines bajo la atenta mirada de un señor con canas. Una oreja cosida de piercing resta romanticismo al asunto.

La historia repite curso, año tras año, sin aprender la lección. De nuevo a septiembre. Alguien, nervioso, intenta enterrar las evidencias con las manos manchadas de cuerpos aún calientes, pero… ¿Quién sepulta la memoria? El espejo nos mira a los ojos, unos ojos llenos de amnesia y rubor. Un suceso imparte clases magistrales desde el atril de lo objetivo, pero nuestra cabeza vuela ya fuera del aula: un gol en el recreo, aquella falda, los avioncitos de papel…

En un diáfano loft, próximo a los Campos Elíseos, un televisor de plasma bombardea cifras a diario: Bagdad agoniza. La voz conocida tararea, adormece, disimula. Cerca de las orillas del Rubicón bíblico una plaga de estrellas celestes perfora de nuevo ilusiones con su implacable metralla. Muere la Marsellesa con pantalones de campana. 1968.

Ser prudente es lo único que queda en tan tibias latitudes. Una vacuna todos los años de muertes gratuitas, el gimnasio de la duda tres veces por semana y una píldora de imaginación para levantar barricadas de adoquines o entonar, con cierto desatino, ese hip-hop del gueto. Toda precaución es poca para no contraer ese virus tan letal e ingrato, que se hace llamar, olvido.

El erudito del hecho, con boina calada, fuma marihuana en la Bastilla. Los Beatles deshojan una margarita de petróleo, con el vaivén de la duda de la existencia de armamento… Un brote de violencia inunda las calles mientras miles de jóvenes franceses, hijos de la miseria, se encaran con el dueño del burdel. La tristeza de no llamarse Laurent es una espinosa tarjeta de visita. Una guillotina afilada prende carromatos de diseño. Delacroix inmortaliza los horrores del Vietnam. 2005.

Lucas Carpio

o olvidadizos sino olvidadotes, matizaba Benedetti.

Crujen los cimientos del viejo París. Arden los arrabales, dejando tras de sí una estela de humo y un triste olor a neumático calcinado. Centenas de tanques aplastan la esperanza de Praga mientras un hip-hop combate la escarcha de la noche en el suburbio. 1789.

París de nuevo. Es difícil abanderar la paciencia cuando la razón es de plomo –murmura en voz bajita mi lustrosa torpeza histórica. Días feroces de aniversarios, banderas y proclamas


Lunes, 10 de octubre de 2005 L

unes 10 de octubre de 2005

Estaba conduciendo tranquilamente hasta que el locutor de la SER tuvo que soltar uno de esos comentarios que me cortan el rollo. Era sobre el huracán de Guatemala y el terremoto de Pakistán: “Podemos pensar que hay que ver qué puñetera es la Naturaleza. Aunque yo creo que los puñeteros somos nosotros, que permitimos que hechos así causen tragedias si se dan en unas determinadas zonas y pasen poco más que desapercibidos si ocurren en otras”. Ahora todos nos sentimos apenados por esto pero, ¿acaso nos acordábamos ya del tsunami? YO NO. España ha mandado un avión a Pakistán con material humanitario. ¿Sirve esto de algo? NO. Es una auténtica mierda. Mentira, no alcanza ni siquiera la categoría de una cochina mosca de esas que revolotean alrededor de la mierda. Ni mucho menos somos una superpotencia, pero creo que podríamos aportar muchísimo más. ¿Por qué tantas personas en el mundo viven en la miseria? Esa gente no son un puñado de vagos. Estoy seguro de que un niño de 10 años en Guatemala trabaja más horas al día que muchos de nosotros, que nos creemos que estamos salvando el mundo por currar ocho cochinas horas al día. Esa gente no son idiotas, son incultos. Y son incultos porque no han tenido acceso a la más mínima educación. En España menos mal que la educación básica es obligatoria, que si no, mucha gente renunciaría a ella. Tampoco puede decirse que esa gente no tiene lo que hay que tener. Ya quisiera yo tener la mitad del coraje que tiene un subsahariano de esos que recorren a pie cientos o miles de kilómetros para llegar a Ceuta, con la intención de saltar el maldito muro que separa el cielo del infierno. Luego acaban

en el desierto, con el cuerpo mutilado por los pinchos de la alambrada, esposados, sin pan ni agua, medio muertos. Tan solo de pensar lo que puede pasar por la mente de esos desdichados después de tan estrepitoso y humillante fracaso se pone uno a llorar. Por eso prefiero no pensarlo. En realidad, y aunque cueste reconocerlo, el dolor ajeno nos da lo mismo. Estamos inmunizados. La prueba es la importancia que nuestros políticos dan a estos temas en campaña electoral: ninguno. Lógico, porque saben que no da votos. Saben que el problema de la miseria en el mundo nunca ha estado en el ránking de los 10 temas que más preocupan a los españoles. A nosotros lo que realmente nos preocupa es el estatuto catalán, la asignatura de religión, la unidad de España… y dejo de contar por no vomitar en mi flamante ordenador portátil que, por cierto, me ha costado 1.100 euros, cantidad con la que una familia guineana podría vivir un año entero. Pero para qué engañarme, en el fondo paso del padre, de la madre, de los hijos y de la abuela de la familia guineana ¡Qué se mueran de una vez y dejen de amargarnos el telediario! Que yo vivo del carajo y su vida no es asunto mío. A veces, cuando se me enciende la lucecita de ciudadano cívico, pienso que la fuente de todas estas desigualdades que asolan al planeta es el CAPITALISMO. Porque en el capitalismo, como su nombre indica, lo que manda es el capital, y donde no hay capital… que les zurzan. Pero hay que reconocerlo, con el capitalismo nos va de puta madre. Sí, nos va de puta madre, A NOSOTROS. En fin, me tranquiliza pensar que en un par de semanas, ¿horas?, todo esto se me habrá olvidado. Volveré a pensar en el Betis, en el curro, en los pisos de 30 kilos, en mis relaciones personales… En fin, volveré a hacer mía la típica filosofía occidental: la del YO, YO, YO y YO.

José Antonio Pérez Serradilla


Año IV - Número 14. El Ladrío • • •

Debido a la calidad del spot y a que por fin parece haber una campaña publicitaria medianamente organizada, ambiciosa y en la que todos los sectores de la Denominación de Origen colaboran, nuestro hueso de esta revista va para el anuncio publicitario del Pedro Ximénez, que estas últimas semanas hemos podido disfrutar en televisión. • Porque ya era hora de que el sector vinícola comprendiera la verdadera importancia de la publicidad y del darse a conocer, tras muchos años de vivir anclados en el pasado. • Porque puede ser el principio de una nueva visión comercial, moderna y adaptada a los tiempos. • Porque siempre nos hemos jactado de tener los mejores vinos y hemos dado por hecho que esa era una verdad universal, conocida en el mundo entero, y a la que, por lo tanto, no hacía falta dar publicidad. • Porque puede ser el principio de una gran amistad entre todos los sectores representados en la Denominación de Origen Montilla-Moriles, tan poco dados a ponerse de acuerdo en lo más mínimo. • Porque por fin se va a intentar llevar nuestros vinos al gran público con campañas más ambiciosas, y no solo con presencias en actividades especializadas. • Porque el anucio mola, está bien hecho y el actor que hace de Pedro Ximénez se parece al Viggo Mortensen. • Porque Teruel existe y de una vez por todas van a poder saber allí que Pedro Ximénez es un vino que está muy bueno y que cuando te lo tomas te hace parecerte al capitán Alatriste.

Año IV - Número 11. El Ladrío Porque hay formas más bonitas y originales de decir te quiero. Porque clama al cielo que encima tengan faltas de ortografía. Porque quien quiera opinar sobre cualquier tema (la cuadratura del círculo, tauromaquia, iluminación de recintos religiosos, etc) tiene otros lugares donde poder expresarse libremente, como por ejemplo las páginas de esta nuestra/vuestra revista. Porque puestos a decorar una pared (o cualquier superficie apta para que estos impresentables plasmen sus obras), seguro que los grafitis montillanos no pasarán a la historia del arte por su factura técnica. Vamos que no son más feos porque no pueden. Porque al precio que está hoy el metro cuadrado de ladrillo debería ser de cárcel que venga el tonto del bote de turno a pintarrajearte la pared. Porque si los que usan CDs grabables (para copias legales o no) deben pagar un plus que compensa a los autores por las pérdidas que origina la piratería, ¿se podría hacer lo mismo con los botes de pintura en spray, y que se compense así a quienes sufren las pintadas? Porque no creo que haga falta decir nada más. Bueno sí, que si pillan a los autores los obliguen a borrar sus pintadas con la lengua.

En definitiva, que quienes quieran hacer pintadas las hagan en la fachada de sus casas, para que todo el mundo pueda ver lo que quieren a sus novi@s, lo poco que les gusta el fútbol, y ... lo idiotas que pueden llegar a ser. ¡Un mordisco para ellos!


Cuestionario Montillano Club de Salto de Comba

1. Motivo que hace nacer la asociación: El club nace con la idea de regularizar una actividad totalmente novedosa en España, el salto de comba, y que lo hace con el esfuerzo de unos pocos deportistas montillanos. De esta manera pasábamos a ser un club y no un grupo de chicos y chicas que se dedicaban a saltar a la comba. Fue una manera de dotar a ese grupo de seriedad, formalismo, llámalo como quieras, a lo que estábamos haciendo. 2. Objetivos principales: Recuperar un juego popular que, con la inclusión de las nuevas tecnologías, se estaba perdiendo con el paso de los años. Promocionar el salto de comba como un deporte con autonomía propia y no como un juego arraigado a lo largo de la historia como un juego de niñas. 3. Perfil de sus asociados: Existen de todo tipo: desde niños hasta personas mayores, pasando por adultos. Socios patrocinadores, familiares, de número, de honor, etc. En cuanto a los deportistas, son principalmente mujeres aunque poco a poco se está incrementando la ratio masculina. 4. Actividades próximas: La actuación más inmediata será para el mes de febrero, donde realizaremos el I Campeonato Nacional de Salto de Comba aquí en Montilla. En el mes de julio participaremos en el Campeonato del Mundo de Salto de Comba que se celebrará en Toronto, Canadá. Posteriormente, en noviembre tendrá lugar la participación de algunos de nuestros deportistas en el Campeonato de Europa Master en Dinamarca. Todo esto sin mencionar algunas de nuestras exhibiciones en el Pabellón Municipal de Deportes y colaborar con algunas asociaciones como puede ser el AMPA del Colegio San Francisco Solano.

Desde El Ladrío queremos realizar una serie de cuestionarios montillanos dedicados a los colectivos de nuestra ciudad, a conocerlos mejor y saber quiénes los forman. En esta edición de nuestra revista, continuando con el propósito de la sección, contamos con las respuestas de David Redondo, presidente del Club de Salto de Comba de Montilla. 5. Un deseo que conseguir en el futuro desde la Asociación: Crear la Federación Española de Salto de Comba. Esto supondría 9 comunidades autónomas implicadas en este proyecto y más de 50.000 deportistas realizando esta actividad. 6. El mejor recuerdo como presidente: Han sido muchos ya que, aunque corta es la vida de nuestro club, muchos han sido los actos que hemos realizado. Pero me quedaría con el momento en el que finalizó el primer espectáculo de luz negra que presentamos aquí en Montilla. 7. Principal obstáculo con el que se han encontrado: Como pueda ocurrir en la mayoría de los colectivos sin ánimo de lucro, el económico. Es el principal inconveniente con el que nos encontramos, ya que el resto pueden subsanarse con mayor o menor esfuerzo. 8. Alguna colaboración o ayuda: Tenemos que agradecer la colaboración a todas aquellas personas, montillanos y de fuera de nuestra población, que de alguna manera u otra han colaborado con nuestro club, ya que gracias a dicha colaboración el club ha conseguido grandes éxitos y está en el nivel que se encuentra ahora mismo. 9. Otro colectivo o asociación de Montilla: Todos y cada uno desde su ámbito están desempeñando una labor excelente. Unos desde el deportivo, otros desde el cultural, otros desde el humanitario. No podría decantarme por ninguno de ellos. Creo que todos están haciendo un trabajo digno de mención. 10.Un personaje al que admiran: Todas esas personas que están involucradas en la junta directiva o de gobierno, ya que gracias a esas personas se realizan multitud de actividades que de no ser así no se podrían llevar a cabo.


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