LA BRUJA COCINERA
Había de
una
madera
donde
gran
cabaña
en
bosque
todo
el el
mundo
decía que vivía una bruja muy mala, muy mala. Nunca
nadie
se
había
atrevido a entrar. Un día mientras para
un
escuela, acercó
recogía trabajo
se
se
la
cabaña.
La
le
llevó
jardín,
acercó
ventanas
su
chico
a al
de
un
curiosidad entrar
hojas
a
de
y
una la
a
luego
de
las
cabaña,
pero no pudo ver nada.
Como que le
quería
había,
pasaría
en
la
había
pensó nada,
casa.
estaba
saber que y
nadie.
no
entró
Parecía
vacía
lo
que
que
no
Pero
al
fondo divisó una viejecita que
removía
la
cuchara
junto al fuego. Se acercó con
mucho
cuidado,
y
la
tocó en el hombro. -Buenas tardes, señora. – Hola
muchacho
-
respondió ella. – ¿No tienes miedo de mi.?
La
pobre
anciana
estaba muy arrugada y no
tenía
dientes.
El
muchacho dijo que no. La
anciana
se
puso
muy contenta e invitó al muchacho a merendar. Le
contó
había
que
sido
de un
joven hada
buena, pero cuando se había todo
hecho el
mundo
mayor creyó
que era una bruja, y no podía ir a la ciudad. Ya se había acostumbrado a vivir sola en aquella
cabaña, le
pero
gustaba
algún
día
siempre
pensar alguien
que en-
traría a verla. Y
así
fue.
Como
muchacho
fue
el tan
amable con ella, le dijo que
le
pidiera
deseo,
pues
un
se
lo
concedería. Y el muchacho de buen corazon
viendo
anciana
tan
por que
su
visita
su
convirtiera
a
la
contenta le
jardín en
pidió se un
parque niños.
infantil
Y
asi
fue,
para todos
los niños jugaban allí y la anciana les hacia la merienda,
siendo
muy
feliz, muy feliz al saber que
la
gente
ya
no
le
tenía miedo. Y
todo
el
mundo
la
llamaba cariñosamente la bruja cocinera.