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Reconstrucción de memoria histórica 2000 – 200

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Editorial

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En las siguientes ediciones empieza a modelarse ese medio de comunicación propio que, además, aporta a la memoria histórica de un programa que ya alcanzó 21 años formando profesionales: Comunicación Social.

Las áreas del conocimiento y la ocupación profesional, los egresados destacados, las actividades internas, la fotografía y la caricatura como otras formas de hacer periodismo, formaron los contenidos que nacieron desde ese mes de mayo –hace 8 años- y que han ido creciendo paso a paso con el apoyo en redacción y arte gráfico de profesionales como Fabián Molinares, Zully Andrea Velazco, Catalina Pardo, William Gómez, Johanna Rozo, Diana Rojas, Dimelsa Villamizar y la profesora Adriana Vega Guerrero quien desde el comienzo, asumió su liderazgo editorial, luego su dirección, hasta el año 2019.

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Luego de pertenecer al Comité Editorial, la profesora Adriana Lucía Vega Guerrero, se vincula como directora de la Revista y se gesta una transformación de fondo y forma. “Cambiamos el logo y el diseño de la Revista como tal, ya con el apoyo del profesor Alban Blanco y al tiempo, fuimos creando otras secciones. También se hizo el Manual de Estilo propio, para establecer la normativa y que hubiese una unidad tanto gráfica como en contenidos y otro de los logros, es que vinculé Ágora a la Red Colombiana de Periodismo Universitario donde de la zona Norte de Santander es el único programa que tiene asiento allí con dos medios, tanto la revista como el programa radial Miradas y Voces”, manifiesta con orgullo esta docente.

La revista entonces, de entrega quincenal, continuó las labores periodísticas hacia el horizonte del buen periodismo universitario, que tanto ha ganado terreno en el país como ejercicio independiente, ético y riguroso en esa búsqueda de la verdad. La profesora Adriana se comprometió con fortalecer Ágora y proyectarla incluso, más allá del trabajo académico, con la forma y el estilo que dieran un tratamiento serio y responsable de la información, al tiempo que compartiera otros ángulos sobre hechos importantes para la sociedad colombiana.

Para ella el tiempo libre dejó de serlo, para pasar a dedicarse de lleno en la organización, revisión de textos, fotografías, diagramación, que, en incontables ocasiones sacrificaron el espacio personal, pero, debían asumirse para lograr lo que hasta ahora ha consolidado un medio como Ágora, de creación, innovación y modelo periodístico.

Desde su perspectiva, vincular a las estudiantes, practicantes y egresados del programa, es un plus que abre otros caminos, nuevas ideas, diversos aportes y que acerca a la comunidad de comunicadores sociales, a ese espacio público, común, de encuentro, tal cual como el Ágora griego.

En esta lógica, el compromiso con la revista redunda en otros triunfos, como obtener el código ISSN, que identifica a las publicaciones seriadas como número internacional normalizado, “eso también ha permitido fortalecer y posicionar a la Revista y cumplir con los parámetros de publicación y visibilidad a través de los diferentes medios institucionales del programa y de la Universidad”, agrega Vega.

Cabe resaltar, que el camino no ha sido fácil pero sí provechoso; muchos medios universitarios han nacido sin lograr mantenerse en la esfera informativa, por supuesto, el nuestro no ha sido ni será el caso, porque llegar a las 100 ediciones también conlleva la responsabilidad de continuar vigentes en el campo de la comunicación, tan amplio y tan creciente, con retos cada vez más grandes para no caer en los promedios, en los estándares, en ‘más de los mismo’ porque, como asegura el periodista francés Jean-François Fogel “hemos pasado de un mundo de medios de masa a una masa de medios, que además son cerrados”.

8 AÑOS DE LABOR ININTERRUMPIDA EN LA ACADEMIA

EL PERIODISMO UNIVERSITARIO UNA OPCIÓN INFORMATIVA QUE NECESITA EL PAÍS

Es plenamente satisfactorio pensar la Revista Ágora como escenario e instrumento de un periodismo universitario que amenaza en credibilidad a las grandes industrias informativas, siendo así, evidencia de que el trabajo se está haciendo bien. “Es otra forma de contar no solamente el quehacer de las universidades, sino la manera de demostrar que también desde la academia se puede investigar y hacer productos periodísticos que tengan que ver con la ciudad, el país, temas coyunturales”, indica Adriana Vega.

Esto representa un reto más en el que ya se trabaja, para perfilar la revista como “un espacio donde se pueda debatir sobre temas de la esfera pública; en esta coyuntura en la que está atravesando el país por qué no empezar a escribir artículos sobre qué está pasando en Colombia hacia dónde va, el paro nacional (…) temas de análisis, opinión sobre los medios de comunicación y las distintas áreas y todo lo que permea a la sociedad”, según lo manifestado por la docente.

Para la profesora Rosy Reyes, el momento actual es clave para “volcarnos a mirar precisamente lo que los jóvenes piensan, lo que el cuerpo docente piensa y lo que desde una pequeña provincia como Pamplona consideramos que está pasando y cómo la realidad nacional nos afecta, ¿qué sentimos?, ¿cómo la vivimos?”. Y agrega: “el compromiso de los medios de comunicación universitarios es presentar la voz de los jóvenes y los docentes que hacen periodismo”, desde la óptica de la transformación social como motor de cambio que proponga, plantee y ejecute alternativas sostenibles para un país mejor. Si el programa de Comunicación Social cuenta entonces con un horizonte tan claro como hacer periodismo desde la universidad en escenarios reales, relatando historias desde el contacto directo con sus protagonistas, analizando, debatiendo, asumiendo nuevos propósitos, explorando otros ángulos informativos, seguramente aportará a la sociedad profesionales más capacitados, integrales y diferentes, en síntesis, un nuevo periodismo para un país que lo exige a gritos.

A este reto se le suma la voluntad desde el Programa de Comunicación Social, por realizar varios sueños, uno de ellos el de convertir a Ágora también en una revista profunda, analítica, investigativa y de consulta en otros escenarios como el científico-académico. Llegar a los premios nacionales de periodismo como un elemento valioso, destacable y que demuestre el trabajo serio y comprometido que corresponde a su sello editorial. De último, pero no menos importante, ampliar la cobertura de participación y lectura hacia la audiencia nacional e internacional.

En febrero de 2020, para la edición número 90, la profesora Lola Viviana Esguerra Villamizar, asumió la dirección de Ágora, sin aún sospechar que estaba por llegar una coyuntura trascendental para la humanidad: la pandemia por Covid-19.

Desde su gestión se empezaron a desarrollar mensualmente los consejos de redacción, se inició haciendo el primero de manera presencial en Pamplona, concretamente en La Casona, y ya luego han sido una decena de consejos editoriales virtuales. Es así como los productos periodísticos se han amoldado a la nueva realidad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, TICS, y Ágora ha continuado ofreciendo diversas temáticas en distintos estilos y géneros.

EN LA ACTUALIDAD

En lo corrido de la emergencia sanitaria y social, tanto estudiantes como docentes han sorteado las restricciones, el confinamiento y hasta el temor de ejercer periodismo con un enemigo microscópico, pero también las TICS han significado un apoyo fundamental al que se le apuesta desde la Revista, eso sí, sin disminuir la rigurosidad periodística en la búsqueda de información y contraste de fuentes.

Con la orientación de la docente nortesantandereana, Lola Viviana Esguerra Villamizar, se han publicado las últimas 10 ediciones que hoy nos tienen celebrando el primer centenar de publicaciones, con lo bueno lo malo, lo fuerte, lo que se debe mejorar, pero con ese ánimo intacto del 2013 por hacer de la práctica periodística un Ágora que convoque, reúna y genere conocimiento.

Es complaciente notar el entusiasmo con el que la profesora Lola Viviana habla de la Revista, con el cariño que deriva, por supuesto, de su experiencia y trayectoria como periodista en distintos medios de comunicación nacional y también como reportera y jefe de gabinetes de prensa en materia de Derechos Humanos.

Es importante aprovechar el espacio para destacar y agradecer la contribución profesional de los docentes que han participado en todas las ediciones de la Revista, que conformamos en el presente el Comité Editorial, de quienes ya no están y de aquellos que continúan. Enviamos igualmente un fuerte abrazo a los estudiantes y egresados que han dejado huella en cada página con sus textos y experiencias periodísticas.

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