María Izquierdo: desafiar y decidir
Sólo porque las mujeres han estado oprimidas, y creo que muchas mujeres no desarrollan todo el potencial que tienen porque las consideran seres inferiores. Pero eso no significa que piense que las mujeres son mejores que los hombres, ni tampoco que los hombres son mejores que las mujeres. Lo que está claro es que la principal preocupación de los oprimidos es dejar de estarlo. Leonora Carrington
La pintura no solo le dio la facilidad de expresar a la jalisciense María Izquierdo (Fig.1) su propio espíritu también, la encamino a desarrollar y escribir una visión más crítica de las diferentes formas de discriminación que enfrentaba la mujer artista, en la primera mitad del siglo XX en México.
Fig.1
María Cenobia Izquierdo Gutiérrez nació el 30 de octubre de 1902 y murió en la Cd de México, D.F el 2 de diciembre de 1955. A ella le gustaba ser un elemento más de lo popular. Representa a la mujer con atavíos tradicionales, con rebozos y blusas bordadas, peinados con trenzas, moños y flores de colores fuertes o acompañados de frutos naturales. En 1945, María es contratada para pintar un mural de 200 metros cuadrados, en la escalera monumental del edificio sede del Gobierno del D.F, bajo el título de “La historia y desarrollo de la ciudad de México”. Ya con todo listo para comenzar con la obra, fue informada de la cancelación del proyecto argumentándole que se debía a razones técnicas pero que tenía la opción de realizar otro mural en una escuela o mercado público, pero no acepto. Izquierdo se vio obligada a retirarse del proyecto y fue atacada públicamente y en respuesta a la cancelación del mural, publicó una carta de inconformidad en donde manifestaba que su prestigio como artista estaba afectado por lo que exigía una indemnización económica. Y declaro ante la prensa acerca de un monopolio de la pintura mural. Pensando que al atreverse a denunciar que los proyectos murales estaban reservados a Rivera, Orozco y Siqueiros encontraría apoyo de otros artistas pero sólo algunos amigos personales lo hicieron, los demás empezaron a criticar su pintura. Curiosamente, antes de la suspensión de la obra, había aparecido en la prensa artículos que cuestionaban la inversión cerca de 35 000 pesos para decorar. Se decía que el gasto era improcedente cuando había problemas de transporte y servicio de limpieza en la ciudad de México. En esos artículos también se cuestionaba el mecenazgo estatal hacia los “tres grandes”. “Es un delito ser mujer y tener talento”, expresó en 1953, inclusive cuando gozaba de éxito comercial, lo que en aquellos años era un triunfo insólito. En 1942 redactó: El primer obstáculo que debe vencer la mujer pintora es la vieja creencia de que la mujer solo sirve para el hogar y sus obligaciones derivadas; cuando logra vencer a la sociedad que ella también puede crear, se encuentra con una gran muralla de incomprensión formada por la envidia o complejo de superioridad de sus colegas; después vienen los eternos improvisados críticos de arte que al juzgar la obra de una pintora casi exclaman: ¡para ser pintura femenina…no está tan mal!, como si el color, la línea los volúmenes, el paisaje o la geografía tuvieran sexo. Casi nunca los pintores ven a las pinturas como una colega mas, que se dedica con la misma seriedad que ellos mismos al trabajo creador; no por el contrario ven en ella una competidora estorbosa e inferior que ataca venenosamente. También la mujer que pinta encuentra increíble incomprensión en la mujer que no es artista, está es una enemiga poderosa como el colega masculino, porque se imagina (enfermiza imaginación) que la mujer pintora necesita crearse una aureola de descuidada bohemia (para la mujer que no es artista, bohemia significa: pereza, desorden, anarquismo, libertinaje).
En 1945 pintó La tierra, que es una mujer, con rasgos mexicanos, ojos cerrados con un puño en alto, y la otra mano tocando la tierra, un pie firme mientras la pierna izquierda está semi-arrodillada, quizá manifestando el cansancio que le significó esta lucha por conseguir la encomienda mural, mientras está obscureciendo. (Fig. 2) .
Fig. 2
La tierra, 1945, oleo sobre tela, 89.3x68.3 cm.
En relación a la condición femenina vivida en el patriarcado, reflexionó que la mujer debía abandonar la idea de ser un objeto de lujo y transformarse en un factor dentro de la lucha de clases, haciendo a un lado los romanticismos que se conceptuaban en la mujer, considerando que la maternidad no era una limitante para realizar otras metas distintas al hogar, sino una fuerza creadora que le permitiría construir una visión distinta sin perder el sentido de la autocrítica.
Fig. 3 Maternidad, 1943, oleo sobre tela.
Como mujer insurrecta, consideraba que había puesto un ejemplo para otras mujeres artistas que quisieran salir de la dominación, esto se reafirma al observar la obra de Izquierdo ya que pinta a la mujer en vía de superación. En 1953 María Izquierdo que inexplicablemente había tolerado la intromisión de Raúl Uribe, su esposo, en su vida profesional, decide romper con él después de darse cuenta que de que era culpable de la venta y lucro de unos cuadros que habían sido repintados sin su consentimiento.
Al final su obra se dedico a escribir una autobiografía, quizá para dejar constancia a futuras mujeres artistas de todos los problemas a los que se había enfrentado y de cómo los había logrado superar como mujer y como artista. Por si fuera poco, su obra tuvo que esperar 35 años para ser reconocida y para que se realizara una retrospectiva en 1988.
Autorretrato, 1940, oleo sobre tela, 140x 87 cm.
María Izquierdo es un ejemplo para cambiar las situaciones que enfrentan las mujeres a la hora de exponer, realizar un trabajo y difundirlo ya que existen cuestiones que frenan el desarrollo de las creadoras, sin duda alguna es importante que en México se reconozca a las mujeres que tuvieron presencia en movimientos artísticos, tendencias y vanguardias en donde se omitieron o que se les menciona muy brevemente e incluso se les llega a cambiar el nombre e inclusive el género, creado más dificultades a la hora de difundir y reconocer su trabajo.
Investigar sobre las mujeres creadoras en el arte de México del siglo XX resulta complejo, porque dentro de esta área, son muchas las que sobresalen, sin embargo la valoración de ellas en nuestro país pareciera no ser importante además, el apoyo que se brinda a la cultura es muy escaso e insuficiente, de ahí que no se cubren las necesidades culturales y mucho menos se brinda apoyo a las creadoras, por si fuera poco dentro del campo artístico existe una pelea de egos y de género que impide que se incluya a las mujeres y que lamentablemente empobrece el desarrollo pleno de la cultura artística, se debe comunicar aún más en el reconocimiento a la superación, al trabajo y a la identidad femenina, así como el financiamiento y difusión que se dio y da a la mujeres porque al abordar estos temas nos permiten cuestionar, reflexionar, interpretar y reinterpretar lo que sucede en nuestro entorno. Bibliografía Feria, Lince, María, Fernanda, “María Izquierdo y Lilia Carrillo en la vida cultural de México”, tesis de Maestría en Estudios Políticos y Sociales, México, FES Acatlán/UNAM, 2011. Mayayo, Patricia, Historia de las mujeres, historias de arte. Ediciones Cátedra, Madrid, 2003. Izquierdo, María, 1940, www.museocjv.com,acceso 28 de abril de 2015.