Año 15 - Número 35
julio 2015 /
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Contenido EDITOR
Mario Munive
REDACTORES
4 breves /Logros y actividades de la Especialidad de Periodismo.
Miguel Ángel Ala Paolo Benza Carlos Portugal Hernán P. Floríndez Lucero Ascarza Maira Flores Rodríguez Hanguk Yun B. Rosa Laura G. Paloma Verano Eduardo Prado Diego Tirado D. Elvis Jáuregui Claudia Chávez
6 entrevista / Rosa María Palacios. “Los noticieros son un recuento de fallecidos en accidentes o asesinatos. ¿Para qué quiero ver eso?” Por Miguel Ángel Ala.
COLABORADORES
Por Rosa Laura G. y Hanguk Yun B.
Juan Gargurevich Abelardo Sánchez León Hugo Coya
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reportaje / Lo que vemos según Ibope.
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entrevista / Fernando Vivas. “Jamás sostendré que en televisión todo
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reportaje / A lavar la pantalla.
Por Paloma Verano y Eduardo Prado. tiempo pasado fue mejor”. Por Miguel Loayza.
25 opinión / La chispa de Kiko. Por Abelardo Sánchez León.
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
26 entrevista / Eduardo Adrianzén. “Tiene que haber regulación porque si los dejas, ponen asesinatos de niños a las once de la mañana”. Por Lucero Ascarza.
ILUSTRACIONES
30 entrevista / Beto Ortiz. “La mediocridad consiste en creer que la televisión es una extensión de internet”. Por Paolo Benza.
Carolina Arredondo Tania Quintana Área de diseño FCAC-PUCP Cecilia Herrera
FOTOGRAFÍA
Giovani Alarcón Paloma Briceño Leonardo Cuito
CORRECTOR
Víctor Manriquez
COORDINACIÓN
Sofía Vásquez Miguel Ángel Ala
IMPRESIÓN
36 entrevista / Milagros Leiva. “Jamás he tenido presiones. Ni en
El Comercio ni en Canal N”. Por Hernán P. Florindez.
40 opinión / Tealdo, periodista para recordar. Por Juan Gargurevich. 42 perfil / Ricardo Bedoya. El cinéfilo como voyeur.
Por Diego Olivas.
Grambs Corporación Gráfica Av. Augusto Salazar Bondy N° 1317 Urb. San Juan-Lima Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2009-04713
46 entrevista / Jaime Pulgar Vidal. “Si no argumentas no eres periodista, eres un hincha más con un micrófono en la mano”. Por Elvis Jáuregui.
AGRADECIMIENTOS
marcadas por la mejor época del fútbol peruano”. Por Diego Tirado D.
Caretas, La República, El Comercio, Dirección de Comunicación Institucional (DCI), Punto Edu.
50 entrevista / Daniel Peredo. “Mi niñez y adolescencia estuvieron 54 opinión / Los nuevos desafíos del periodismo televisivo. Por Hugo Coya. 56 entrevista / Juan Carlos Orderique. “Quisiera un programa que me mantenga en la televisión de por vida”. Por Maira Flores Rodríguez.
60 perfil / Ricardo Bonilla. Timoteo ya no puede ser Timoteo. Av. Universitaria 1801 San Miguel Lima 32 - Perú. T (511) 626-2000 / F (511) 626-2805 www.pucp.edu.pe
Por Carlos Portugal.
66 perfil / Alejandro Benítez. Zumba es una ficción.
Por Carlos Portugal.
en este número...
Carta del editor
L
anzar una mirada crítica sobre los contenidos de la televisión peruana es el propósito del número 35 de esta revista. Presentamos un conjunto de textos que analizan la programación local sin complacencias. Incluimos en principio un bloque de entrevistas a “gente de televisión”; unos dedicados a la crítica especializada y otros al periodismo de actualidad, la ficción o el entretenimiento. No todos comparten los mismos juicios sobre una industria cultural tan zarandeada en los últimos meses; se trata de voces disímiles, como las de Rosa María Palacios, Fernando Vivas, Eduardo Adrianzén, Beto Ortiz y Milagros Leiva. Creemos, sin embargo, que desde la coincidencia o la discrepancia, el análisis y los testimonios que ellos exponen en las siguientes páginas ilumina un panorama a menudo confuso, signado por visiones fragmentarias y por intereses comerciales.
cias estatales que desde el poder se aplican para ejercer un control político de la televisión en Venezuela, Ecuador, Bolivia o Nicaragua. Lo que planteamos es ensayar algún tipo de regulación independiente, que frene los excesos y marque pautas mínimas de programación, como ocurre en Chile, Colombia o Brasil.
La televisión es el medio con más alto grado de inserción en la vida cotidiana de las audiencias: su influencia es notoria en los discursos, identidades y los valores que los televidentes construyen. Si reparamos en su importancia, no podemos soslayar una tendencia cada vez más acentuada en las últimas décadas, sobre todo a nivel regional: el empobrecimiento de los contenidos. Por eso pensamos que discutir la necesidad de mecanismos de regulación no es una intrascendencia. Por el contrario, resulta un imperativo en medios académicos y en ámbito del quehacer profesional de los periodistas. Este es justamente uno de los temas que se aborda en un exhaustivo reportaje que encontrarán en esta edición. No nos entusiasman, por cierto, las injeren-
No podemos ignorar, además, la presencia de empresarios y productores que conservan estándares éticos muy próximos a los de aquella generación de broadcasters y periodistas que negoció la línea editorial de sus medios con el poder político, a fines de los noventa. La libertad de expresión que estos alegan, desde los switchers de sus realities, no es un derecho absoluto, tiene límites y no puede vulnerar el derecho de las audiencias. Ciertamente, los realities figuran arriba en el ranking de los contenidos más vistos de la televisión. ¿Qué tan cierto será eso? ¿Son rigurosos los procedimientos que se siguen para llegar a estos resultados? Casi veinte años han transcurrido desde la llegada al
país de la empresa que nos dice qué es lo más visto por los televidentes peruanos cuando se sientan frente a una pantalla. Una pregunta continúa sin absolverse: ¿cómo se mide el rating en el Perú? La respuesta a esta interrogante aparece desarrollada en otro reportaje de esta edición. El número que tiene en sus manos ofrece mucho más: una prospección sobre el periodismo televisivo en la era de la alta definición; semblanzas de figuras legendarias, como Alfonso Tealdo y Kiko Ledgard; entrevistas de corte humano a periodistas deportivos que ahora destacan en la televisión por cable, la señal abierta o incluso en las aulas universitarias. Finalmente, esta edición contiene un abanico de perfiles sobre personajes dispares en cuanto a sus intereses y trayectorias. Arranca con Ricardo Bedoya, sin duda el hombre que más sabe y más ha escrito sobre cine en el Perú; continúa con Timoteo, el adorable y ahora olvidado personaje de un programa infantil que duró casi veinte años en la programación comercial y cierra con Zumba, el carismático ex integrante de un reality inmerso en el desafío más estresante de su corta carrera: mantenerse vigente en la pantalla chica para no volver a la precariedad económica de la que un día escapó. Esperamos que la lectura les sea propicia. Esta revista es el fruto de un puñado de alumnos y alumnas de la Especialidad de Periodismo que ya han empezado a dar sus primeros pasos en la profesión. El esfuerzo colectivo desplegado en esta tarea se puede apreciar sin duda en la calidad de los textos que escribieron para este número. Un abrazo grande para ellos. g julio 2015 /
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somos periodismo \ logros y actividades
JUANMA CON LIBRO BAJO EL BRAZO Juan Manuel Robles, profesor del curso Periodismo Cultural y autor del conjunto de perfiles Lima Freak (Planeta, 2007), dejó por un tiempo la crónica para aterrizar en la ficción con su primera novela: Nuevos juguetes de la guerra fría. Guiado por los recuerdos de su infancia, Iván Morante, un mesero en Nueva York, reconstruye una historia secreta de espías y líderes comunistas. Como señaló Juanma en la presentación del libro, “es una novela de aprendizaje que se convierte en una de espías”.
CONVERSACIONES CON SANTIAGO “Conversaciones con ojos del siglo XX es un libro de revelaciones humanas”. Así lo considera Alejandro Neyra en el prólogo de la obra de Santiago Pedraglio, profesor del curso Periodismo y Coyuntura. Este libro es un compendio de entrevistas a peruanos del siglo XX. Sus protagonistas narran parte de la historia del país desde diferentes oficios, profesiones y artes. El autor se reunió con los alumnos del taller de Entrevista Periodística, y en una amena charla pasó de entrevistador a entrevistado.
CHICHAPOLITIK Y PRENSA Jacqueline Fowks, periodista y profesora de la Especialidad de Periodismo, presentó su libro Chichapolitik. La prensa con Fujimori en las elecciones 2000 en Perú. Mediante un seguimiento exhaustivo de la cobertura de los medios, este libro recoje el comportamiento mediático que expresó complejas relaciones de propiedad y poder político, y señala maneras de explorar la comunicación en el Perú.
LOS NUESTROS…
EDMUNDO CON CARTA ABIERTA
Sharún González “Las brechas son mucho más pequeñas de lo que pensamos y tener la oportunidad de conocer el otro lado del mundo nos permite también desmitificarlo”.
Elvira Gálvez Límaco “Esta es una oportunidad inmejorable para ampliar mi horizonte cultural. El rigor de la vida académica fue un desafío del que creo haber salido airosa”.
Alumna de periodismo, 22 años, accedió en septiembre de 2014 a una beca de intercambio en la Universidad de Coimbra, Portugal. La tendremos de regreso en el segundo semestre.
Alumna de periodismo, 22 años, hace un semestre de intercambio en la Universidad de Génova, Italia. Por estos días, recorre Europa y el norte de África, tras culminar sus estudios.
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La agrupación de comunicadores sociales Carta Abierta presentó el sexto número de su revista digital. Los muchachos de este colectivo, que pronto cumplirá cuatro años, invitaron al lanzamiento de esta nueva edición a Edmundo Cruz, uno de los más importantes periodistas de investigación del país. En el evento, realizado en el auditorio de Estudios Generales Letras el viernes 8 de mayo, los coordinadores de Carta Abierta contaron su experiencia y hablaron sobre otros espacios que promueven, como el programa de radio Carta Abierta y el programa virtual Carta Escénica.
¡AGUANTE COMUNICA! Los cuervos de Comunicación en la inauguración de los XXIII Juegos Deportivos Interfacultades. A ritmo de batucada y coreando los estribillos característicos de nuestra facultad, la comparsa de cuervos desfiló hasta el Polideportivo y se lució ante las barras de otras unidades académicas de la universidad. En la foto, El Cuervo delante de la banderola llevada por las autoridades de la Facultad.
PARA CONTARLO TODO Alonso Cueto, Abelardo Sánchez León y Jerónimo Pimentel conversaron con Jeremías Gamboa sobre el proceso de creación de su novela Contarlo todo. En esta obra Gamboa se descubre a través de Gabriel Lisboa, un atribulado joven que comienza a trabajar en una revista limeña a mediados de los años noventa. “El encanto de la novela está en la capacidad del lector para identificarse con el personaje”. Así lo cree el autor, quien comentó que el mérito más grande de un escritor reside en despertar sensaciones y sentimientos en sus lectores. Fue el último 22 de mayo en el Salón de Grados de la Facultad de Humanidades.
LAS HISTÓRICAS PORTADAS DE CARETAS El 1 de octubre de 1950 apareció el primer número de Caretas. 65 años después, la revista se ha convertido en sinónimo de independencia, audacia y compromiso con la verdad. La revista seleccionó las 60 portadas que despertaron mayor impacto a lo largo de su historia y las expuso durante dos semanas en el Pabellón Z. El último 4 de junio, día del natalicio de Enrique Zileri, director histórico de la revista fallecido en agosto de 2014, la Especialidad de Periodismo realizó una charla con la participación de los colegas Marco Zileri, Enrique Chávez, Maribel de Paz y Óscar Medrano. julio 2015 /
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entrevista
Rosa María
PALACIOS
“Los noticieros son un recuento de los fallecidos en accidentes o asesinatos. ¿Para qué quiero ver eso?” foto giovani alarcón
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Inteligente, incisiva y frontal, su nombre es sinónimo de prensa libre. Rosa María Palacios es una voz autorizada para opinar sobre la calidad de los programas que ofrece hoy la televisión peruana. Por Miguel Ángel Ala
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ntes de trabajar como periodista, Rosa María Palacios tenía una carrera prometedora como abogada: a los 24 años egresó de la Facultad de Derecho de la PUCP, a los 26 terminó una maestría en jurisprudencia comparada en la Universidad de Texas, en Estados Unidos. Pero a los 35 incursionó en el periodismo, específicamente en televisión, y decidió abandonar el derecho. “¿Sabes por qué?”, me dice, “porque me cansé de escribir sobre lo que debía pasar en el Perú y empecé a ser parte de lo que estaba pasando. Esa diferencia fue importantísima en mi vida”. Fue a fines de 1998 cuando Rosa María apareció por primera vez en televisión y ahora diecisiete años después me dice que el periodismo resultó su verdadera vocación. -¿Qué te sedujo de la televisión? -Entré a la televisión por un error. -¿Cuál fue el error? -Reemplazar a Pedro Salinas. A él le habían ofrecido un magnífico trabajo en señal abierta y necesitaba que alguien lo reemplace por unas semanas. Pedro conducía un pequeño programa de entrevistas municipales en Cable Canal de Noticias (CCN), un canal que después se vendió a Montesinos. Yo había investigado mucho sobre municipalidades, conocía el tema a fondo y Pedro me dijo que el programa era fácil. Acepté y fui por dos semanas. Nunca hubo un piloto, y tampoco un ensayo. No me pagaron al principio hasta mucho tiempo después. Yo conducía en la misma escenografía que utilizaban Juan Carlos Tafur y Jaime de Althaus. -¿Por qué aceptaste? -El atractivo era que Pedro Salinas y Juan Carlos Tafur eran muy amigos míos, desde muchos años antes y si me equivocaba no pasaba nada. Además tenía la gran ventaja de que el canal repetía todo el día las entrevistas. Prendías el televisor a cualquier hora y podías verte. El aprendizaje para hacer televisión es verte una y otra vez. Es espantoso. Ya no me
gusta verme. Pero eso te corrige todos los errores, tú mismo te das cuenta de las muletillas, de la ropa que no debes usar, de la postura, de cómo hablarle a la cámara. -¿Tenías algún referente de entrevistador político? -No, lo que yo hacía era copiar, copiar y copiar. -¿A quiénes copiaste? -A Raúl Vargas, Chema Salcedo y Jaime de Althaus. Son las tres primeras personas con las que trabajé, sobre todo a Raúl Vargas porque lo tuve sentado a mi lado cinco años. Aprendí mucho por imitación.
ñana va a ser su responsabilidad”. En cinco minutos ordenó al aire que abran el almacén para que la niña reciba el antídoto. ¡Eso es poder para hacer el bien! -¿Te gustó acaso el poder que te da aparecer en la televisión? -No. Me gustó hacer el bien, en ese caso fue por una razón puramente altruista. Mucha gente cree que sus problemas se pueden resolver en un medio de comunicación y eso no es verdad. Yo se los he explicado como cien veces. Tú puedes quejarte cuando hay un problema de interés público, pero eso no significa que el medio te lo va a resolver.
*** Ha pasado por muchos medios y formatos. En televisión trabajó en CCN, Canal N, Antena 3, América Televisión, Espacio 360, Red Global, ATV, y ATV +; en radio estuvo en RPP, Capital y Exitosa; y en prensa escrita en Correo, Diario 16, Perú 21, La República, y diario Exitosa. De esa inmensa experiencia periodística la gente la recuerda por el programa Prensa Libre en América TV. Un día Rosa María Palacios llegó a las diez de la noche a la puerta del canal 4, como era
El 28 de junio de 2011, tras permanecer siete años en Prensa Libre, el directorio de canal 4 decidió no renovar su contrato a pesar de que su programa político era el más visto en el horario nocturno. Luis Miró Quesada, miembro del directorio del canal, salió a explicar que iban a renovar la programación. “Eso de abolir la política a las once de la noche porque el Perú necesita entretenimiento es absurdo”, dijo Rosa María en una entrevista para Panorama. Ella recuerda ahora que fue la primera vez que la botaron de un medio y lo dice con
“Los espacios de prensa se han ido reduciendo para ceder al entretenimiento. Los espacios de prensa hoy son los noticieros y están llenos de policiales y farándula”. habitual en los años de Prensa Libre, y se encontró con una pareja de esposos que cargaban una niña en brazos. “Estaban desesperados porque a su hija le habían diagnosticado la enfermedad de Kawasaki, un mal violentísimo que solo ataca a los niños; los vasos sanguíneos se van hinchando hasta que afecta el corazón y los niños mueren. Pero tiene cura, y no solo tiene cura, tiene un antídoto”. -Debía costar carísimo. -No, no es tan caro, era posible comprarlo. Se tenía que pagar como 1500 soles. El problema era que el único lugar del Perú que tenía el antídoto era el Almenara. Y ellos no les vendían el antídoto porque el almacén estaba cerrado. La niña tenía horas, ¡solo horas!, ¿Te puedes imaginar? -Es duro. -Durísimo. Los papás me dejaron la foto de la niña y empecé el programa llamando al presidente del seguro social con la foto en la mano y le dije: “Si la niña muere en la ma-
orgullo: “Hice un trabajo decente. Si no me renovaron fue porque defendí a mi directora y es algo que todo periodista debería hacer”. -Te refieres a Laura Puertas. -Sí. Yo he perdido muchos trabajos por defender principios pero no me arrepiento. A Laura Puertas la querían botar por algo que no había hecho. Es más, ella hacía buen periodismo. Sospecho que tenían razones políticas. Yo mandé una carta al directorio diciendo que si la botaban a ella me botaban a mí. Y por supuesto, también me botaron a mí. -¿Prensa Libre fue el último espacio de política en la televisión de señal abierta? -Fue el último programa político de lunes a viernes a las once de la noche. Prensa Libre les ganó a todos en rating. Me pueden decir lo que quieran pero es la verdad. Fue durísimo competir con César Hildebrandt, que en los primeros seis meses me ganó, pero luego nunca hubo problema. Ahí comenzaron sus ataques por supuesto. Con el resto de compe-
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tidores siempre mantuvo el rating de diez u once puntos. -¿En algún momento se sintió censurada por el directorio del canal? -Nunca. Nunca se habían metido con el contenido del programa aunque sabía que les disgustaba. Cada vez que entrevistaba a
García fabricó, inventó “pruebas” contra ella y Alberto Varillas, su esposo, para involucrarlos en el caso Petroaudios, uno de los escándalos de corrupción más sonados del segundo gobierno de García. Cree que Jorge del Castillo y Cecilia Valenzuela se prestaron para ello: “Son personas que han hecho mucho daño
“Mis principales fuentes de información son páginas web de noticias porque además puedes escoger lo que quieres leer con un dedo”.
PRENSA LIBRE. Programa político que condujo entre 2004 - 2011
Ollanta Humala me decían: “¿Otra vez?”. Yo me reía y respondía: “Ollanta va a venir las veces que quiera porque es un personaje público, tiene relevancia y además puede ganar la presidencia”. Rosa María entrevistó dieciocho veces a Ollanta Humala. La última fue en el verano de 2011, a pocos meses de las elecciones presidenciales. “Yo creo que Luis Favre le aconsejó ya no venir conmigo. En serio, nunca más me dio una entrevista y está por terminar su gobierno”. -En una ocasión dijiste que ibas a hacer un documental con esas entrevistas. -Tengo tantas que puedo hacerlo. ¿Y sabes sobre qué? Sobre la evolución del pensamiento de un candidato, el cambio de sus ideas es bien interesante. El Ollanta Humala que yo entrevisté en ese periodo no es el Ollanta Humala que está ahora en el gobierno. Es otra persona en ideas. Sus discusiones ideológicas conmigo fueron duras: él no entendía lo que hoy está haciendo. Todo lo que le decía que no podía hacer es lo que está haciendo ahora. ¡Es increíble! Rosa María afirma que el gobierno de Alan 8/
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a mi familia. Son autores de calumnias muy serias y jamás han pedido disculpas”. -¿Le tienes rencor a Alan García? -No le tengo ningún rencor pero creo que ese señor tiene que pedir disculpas públicas. Alan García le hizo mucho daño a mi esposo y a mí. Acusó en falso a personas honorables y esas personas merecen una disculpa. *** Rosa María es muy amiga de Juan Carlos Tafur y Augusto Álvarez Rodrich. Han trabajado juntos en más de un medio pero su amistad nace mucho antes de encontrarse en el periodismo. A Augusto Álvarez lo conoció cuando ella trabajaba de abogada para Apoyo hace más de 20 años. Y su vínculo con Juan Carlos Tafur es aún más antiguo. “Lo conocí cuando yo tenía 17 años. Él era presidente del Centro Federado de Estudios Generales Letras cuando yo era cachimba en la Universidad Católica”. -¿Compartieron vida partidaria y política? -Muchísimo. En esa época había un movimiento neoliberal dentro de la universidad que enfrentaba a la izquierda, era una cosa
muy rara. Yo estaba metida ahí con él, no fue una militancia muy activa pero los dos años en Letras sí fueron intensos. -¿Qué profesores recuerda de esa época? -Marcial Rubio fue un excelente profesor y no lo digo porque sea rector y quiera “sobarlo”. Él me enseñó Introducción a las ciencias jurídicas en el primer ciclo de derecho. Nos enseñó a discernir críticamente un problema de lo que no es, eso es valiosísimo para los que estudian derecho y para cualquier persona. Es una de las cosas más importantes que aprendí en la universidad -Los tres no estudiaron periodismo. Juan Carlos estudió psicología, Augusto economía, y tú, derecho. -Y los tres somos fervientes creyentes de que no hay que estudiar periodismo. Estudia filosofía, literatura, lingüística, que sé yo, alguna humanidad y además periodismo. -¿Por qué? -Porque con el periodismo solo aprendes la forma y lo que te falta es fondo, y el fondo es muy importante. Creo que si no hubiera estudiado derecho me hubiera sido imposible hacer periodismo, y si no hubiera ido a Letras peor todavía. -¿Y no se interesó en estudiar periodismo? -Siempre he querido matricularme en la facultad pero nunca me aceptaron, querían que enseñe. -En noviembre del 2013 presentaron una acción de amparo contra la compra de Epensa por parte de El Comercio. ¿En qué situación está ese tema? -Lamentablemente Enrique Zileri murió, y ahora somos siete periodistas, pero ahí seguimos. Hasta ahora el juez no resuelve. Yo quiero que me diga que no y así apelo a la Corte Interamericana pero sigue detenido el proceso. Presentamos esta acción hace un año y siete meses. ¡Estamos 19 meses esperando la sentencia! -¿Crees que va a resolver? -Nosotros estamos dispuestos a ir hablar con el juez y decirle resuelva lo que usted quiera, no nos dé la razón, si usted considera que estamos equivocados, no nos la dé, pero ¡resuelva! Nos va tener detenido el proceso por dos años, y eso le conviene al abogado de El Comercio, dilatar el proceso lo más que se pueda. -¿Tuvo que ver tu posición contra la concentración de medios con tu salida de Espacio 360? -Sí. El dueño del 50% de ese proyecto es hijo de Luis Miro Quesada, uno de los denun-
foto giovani alarcón
SIN PAUTA. Con Patricia del Río en TVPUCP, todos los jueves a las 5 p.m.
ciados en la acción de amparo y uno de los que votó en contra de mi renovación de contrato en América TV. Él le pidió a su hijo que me botarán, y me botó, es así de fácil. *** Rosa María Palacios nació el 29 de agosto de 1963 en la Clínica Angloamericana, en San Isidro. Poco después la llevaron a la hacienda de su familia en el valle de Jequetepeque, en Lambayeque. Allí vivió hasta los tres años. En 1966, la tímida reforma agraria iniciada por Belaunde, obligó a su padre a dejar el campo. “No recuerdo nada de esa hacienda, pero tengo fotografías”. Luego de ese breve lapso de estancia rural, ha residido toda su vida en El Olivar de San Isidro. “Puedes decir que pertenezco a una élite oligárquica”. -¿Se considera caviar? -Me considero solidariamente caviar porque considero que es un insulto que honra a las personas que lo reciben. Si Mario Vargas Llosa es un caviar entonces a mucha honra yo también lo soy. Rosa María admira a Mario Vargas Llosa. Ella conserva una frase de una columna en El País en la que Vargas Llosa habló de su despido de Prensa Libre: “Periodista expulsada por ser excesivamente independiente”, dice la cita que Rosa María colocó en la descripción de su cuenta de twitter. “Si un Nobel te menciona en una columna que se lee en todo el mundo, entonces ¿por qué no ponerla?” -A Vargas Llosa le critican su postura ideológica. -Él es un hombre liberal. -¿Y cuál es su postura ideológica? -Exactamente igual, no tengo ninguna discrepancia ideológica con Mario Vargas Llosa.
Él es un hombre que cree en la democracia y que combate las dictaduras donde las ve, las detesta. *** Si bien la televisión fue una etapa importante en su trayectoria, dice sentirse más
-Mucho, pero si fuera solo espectacularización de la noticia, bestial. Yo creo que hay espectacularización de la espectacularización. Los noticieros promueven los programas de espectáculos de su mismo canal con historias armadas de sus personajes. Y esto se repite todos los días. Y mientras eso traiga publicidad todo va a seguir. Sería maravilloso, como en la época de Laura Puertas, que programas del corte de Cuarto Poder y Prensa Libre vendan tanto que sea imposible no tenerlos en la programación. -Sospecho que ya no ves televisión. -Los noticieros son un recuento diario de los fallecidos en el día, en accidentes de tránsito o de alguna forma violenta, entonces para qué quiero ver eso. ¿Qué aporta a mi trabajo profesional? Absolutamente nada, prefiero leer en internet y me informo muchísimo más de lo que me informo en televisión. Mis principales fuentes de información son páginas web de noticias porque además puedes escoger lo que quieres leer con un dedo. -¿Cuál es el balance de tu experiencia en
“No le tengo rencor a Alan García pero creo que ese señor tiene que pedir disculpas públicas. Le hizo mucho daño a mi esposo y a mí”. cómoda en radio. “Todos los que han hecho radio te lo van a decir”. Por ahora no tiene pensado volver a la pantalla chica. Desde que renunció a radio Exitosa dedica su tiempo a los dos cursos que dicta en la PUCP, a escribir en su página web personal, a su columna en La República y a Sin Pauta, programa de TV PUCP que conduce junto a Patricia del Río. -¿Cuál es su visión del panorama actual de la televisión peruana? -Mira, la televisión peruana de señal abierta necesita mezclar dos cosas: entretenimiento y prensa. Pero los espacios de prensa se han ido reduciendo para ceder espacio al entretenimiento. Los espacios de prensa hoy son los noticieros, esos que están llenos de policiales y farándula. De lunes a viernes no hay espacios políticos. Los domingos en la noche se pueden considerar Panorama, Cuarto Poder y Punto Final. En las mañanas Sin peros en la lengua y Sin Medias Tintas pero ambos tienen ratings muy bajos, no han tenido primicias, para que levanten el rating las unidades de investigación tienen que estar detrás. -Hay una tendencia a la espectacularización de las noticias.
televisión, qué errores y aciertos reconoces? -Mira, en la televisión todo el mundo se vuelve loco. Siempre se los digo a los estudiantes que van a televisión. Es un espacio muy competitivo, ves al otro canal como un enemigo al que hay que ganar, hay una rivalidad fuerte. No es fácil vivir en una realidad donde el triunfo dura cinco minutos y el resto del día te la pasas pensando cómo vas a volver a ganar. El triunfo más que una satisfacción es un alivio porque tu sobrevivencia depende del rating. -¿Y tú también viviste la locura del rating? -Sí, mi ansiedad era enorme. -Es el poder del rating. -Sí, hay una relación directa entre ansiedad y rating. -¿Y caer en eso acaso no es un error? -Es una adicción, sí, es una adicción. Y esa fue mi respuesta a Hildebrandt cuando empezó a insultarme, le dije usted es un adicto al rating y yo le he quitado parte de su dosis diaria, le he reducido la dosis, entonces ese es su problema conmigo.
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reportaje / sintonía
LO QUE VEMOS SEGÚN IBOPE ¿Qué es lo que le gusta ver a la gente cuando se sienta frente al televisor? ¿Quiénes se encargan de medir lo que los peruanos sintonizan? Solo una empresa lo sabe. Esta nota explica cómo se establecen las preferencias de una audiencia que bordea los 30 millones de habitantes. Por Paloma Verano y Eduardo Prado 10 /
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xiste una empresa que conecta pequeños dispositivos en los televisores de algunos hogares para saber cuáles son los programas de mayor sintonía en la televisión local. Esta medición se enfoca tanto en los espacios más populares como en los que reciben escasa atención del público y a partir de estos reportes las agencias de publicidad deciden en qué canal y en qué horario colocan sus anuncios, y los canales de televisión prolongan la vida de unos programas o matan a otros porque si el público que atraen es escaso no habrá publicidad que los
ses de América Latina y su nombre, a pesar de permanecer casi veinte años en el mercado local, y en un negocio tan importante como lo es el rating, sigue sonando extraño para la mayoría de peruanos. El aparato que Ibope conecta a los televisores de sus colaboradores se llama People Meter. En Perú solo 780 hogares lo tienen instalado: 480 en Lima, y 300 en seis ciudades del interior del país. Si tomamos en cuenta que Ibope estima que hay cuatro personas en promedio por hogar en Lima, entonces las preferencias televisivas de 1,920 personas, aproximadamente, definen lo que ven diez millones de limeños día a día. Una muestra que para muchos puede resultar insignificante, pero que Miluztka Bueno, gerente de marketing y comercialización de Ibope, afirma que sí es representativa estadísticamente. “Hay muchos criterios estadísticos que se pueden manejar cuando se trata de universos de personas. Entonces, dependiendo de qué cosa vas a proyectar y estudiar, hay muestras mínimas”, explica. “Para un tema poblacional, si no me equivoco, la muestra mínima es de 200 o 250 hogares. Nueva York, que es una ciudad más grande y más poblada que la nuestra, lo hace con 250 hogares. Entonces con 480 estamos muy por encima de lo mínimo y es totalmente representativo”.
1992
CPI deja de medir el rating con planillones y utiliza métodos electrónicos. repisa. El aparato está protegido por cuatro lunas a su alrededor y, en un pequeño borde se lee: Tevemetro 1971. Lo exhiben como si se tratase de un trofeo, uno que nunca pudieron conseguir ya que CPI recién fue capaz de acceder a la tecnología brasileña a inicios de los noventa. En aquella década, el aparato ya poseía la forma de un módem y su tamaño no implicaba apoyarlo sobre otro mueble al lado del televisor. Manuel Saavedra, fundador de CPI, recuerda que cuando su empresa empezó a comprarle los People Meters a Ibope, estos costaban alrededor de 200 dólares. A partir de 1992 CPI dejó atrás las encuestas con planillones y empezó a medir electrónicamente el rating de la televisión local. Luego, en 1996, cuando Ibope continuaba con su política de posicionarse en el mercado -ya lo había hecho antes al fusionarse con la
El aparato que Ibope conecta a los televisores de sus colaboradores se llama People Meter. En Perú solo 780 hogares lo tienen instalado: 480 en Lima, y 300 en seis ciudades del interior del país. Una historia no tan conocida
financie. Esta empresa llegó al Perú a mediados de los noventa. Y lo primero que hizo fue conectar censores en los dos o tres televisores de algunas familias peruanas. Las elegidas conformaban una muestra (supuestamente) representativa de la audiencia local. La finalidad de los dispositivos colocados en casa era registrar el tipo de programas que sintonizaban los miembros de cada una de esas familias. El nombre de la empresa es Ibope Media -hasta hace poco llamada Ibope Time- y sus siglas significan “Instituto Brasileiro de Opiñao Pública e Estatística”. Su sede está en Brasil y no tiene competencia en los demás países donde opera. Hoy está en otros 16 paí-
La empresa brasileña no fue siempre la que se encargó de medir el rating en el Perú. Antes de ella fueron otros los que se dedicaban a contabilizar el número de personas que se sentaban frente al televisor a determinada hora para sintonizar un canal. El método del planillón era usado por la Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI) desde 1973. Consistía en ir a los hogares y encuestar a las personas acerca de sus preferencias. Al otro lado del continente, en Brasil, ya existía un People Meter en 1971; entonces era un aparato arcaico que se asemejaba más a un carrete de película colocado encima de un VHS antiguo. En la oficina del directorio de CPI se exhibe uno de aquellos sobre una
empresa chilena Time- le compró a la empresa de Saavedra esa parte de su negocio. Desde ese momento, CPI dejó de medir el rating televisivo. Cuando se le pregunta acerca del monto que Ibope le pagó a la CPI, Saavedra dice que no es algo relevante para este reportaje y que, además, lo ha olvidado. Lo que sí recuerda Manuel Saavedra es la razón por la cual decidió realizar la venta. “En ese momento había un elemento negativo en la televisión: el gerente de un canal muy influyente, muy poderoso. Y eso fue negativo para todo lo que es la parte de investigación en el país”, señala. “Yo, como dueño de CPI, preferí desligarme totalmente del negocio y vender todo”. Sin embargo, hubo un tiempo en el que Ibope sí tuvo competencia. La firma Nielsen,
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con sede en Nueva York, ingresó al mercado peruano en 1998. Si uno hacía una comparación entre ambas empresas, Nielsen utilizaba una tecnología más sofisticada, pero no duró más de cinco meses en el mercado. Ibope, la empresa brasileña, se había consolidado como líder en medición de rating. “Incluso se dio una suerte de debate entre los clientes y finalmente quedó Ibope seleccionada para quedarse en el mercado. Tiempo despúes, Ibope y Nielsen se fusionaron y hasta el día de hoy conviven: Nielsen en el Norteamérica e Ibope en América de Sur. Hay un acuerdo de no competencia”, explica Miluztka Bueno.
Los elegidos
La sede oficial de Ibope en el Perú se camufla entre las casas de la avenida Santa Cruz, en Miraflores. Ubicada frente a la Universidad Alas Peruanas, no hay un letrero que anun-
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personas equivalen a un punto de rating, según Hugo Coya. La tabla tiene cuatro secciones: desde la izquierda, se muestran los minutos que van pasando (8:37- 8:38 - 8:39); a la derecha, una sección que tiene de título “Base”. En este momento, la base es de 429. Al otro lado, el Total Rating es de 36.7. Luego la pantalla se subdivide en los canales que Ibope mide: Latina, América TV, Panamericana y ATV. En este instante, Latina tiene 7.7 puntos de rating, América TV 10.1, Panamericana 1.3 y
Cada People Meter se instala en uno de los televisores del hogar. No se puede colocar más de cuatro por casa. Luego se asigna un control remoto que lleva programado un botón para cada miembro del hogar. cie su existencia. En la parte exterior, una reja gris protege el edificio rojo de dos pisos: allí opera la empresa que todos los días registra, minuto a minuto, qué canales se ven en nuestro país y quiénes lo hacen. Ibope Media procura mantener un perfil bajo que libre de la exposición mediática a los hogares que son objeto de su estudio. De esta forma, la identidad y ubicación de las personas y hogares seleccionados para la muestra es un secreto que la empresa brasileña guarda celosamente. Para Hugo Coya, periodista, docente universitario y autor del libro El periodista y la televisión, el motivo es claro. “Si se supiera la ubicación de los People Meters, los canales de televisión podrían ir a esos hogares y ofrecerles dinero a las personas para que sintonicen su programación”, asegura. La entrada de Ibope nos lleva inmediatamente a una escalera que culmina en la recepción. El ambiente es pequeño. Al lado de la recepción, dos televisores gigantes cuelgan de la pared, uno encima de otro. El primero emite 90 matinal, el noticiero de Latina. El segundo es una pantalla que muestra la tabla de medición del rating minuto a minuto. El reloj dentro del televisor marca las 8:36 am. 12 /
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ATV 3.0. En un minuto, todo eso cambiará. Miluztka Bueno trabaja hace más de diez años en Ibope. Nos recibe en la sala de reuniones de la empresa. Después de aclarar que ella no puede emitir ningún juicio de valor sobre qué programa es mejor en la cartera televisiva, explica cuál es la labor de su empresa. Afirma que la muestra de hogares no es escogida arbitrariamente -detalle que Hugo Coya también señala en su libro- y que existe un proceso que siempre se ha realizado. Entonces cuenta que en primera instancia Ibope Media realiza una selección de 3000 hogares en Lima para proyectar el número de hogares que tienen televisor en la ciudad. “Cada año hacemos un estudio para Lima y cada dos para ciudades del interior del país. Le llamamos la “muestra maestra” y es un conjunto de encuestas que realizamos. En este caso estamos estudiando 3,000 hogares para Lima, y otros 3,000 en ciudades del interior, lo cual nos permite tener las características de cada uno de los hogares”, asegura Bueno. Para hacer esta primera selección, Ibope afirma que utiliza procesos estadísticos regulados y, además, usa la información que el
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) recopila cada año. En los primeros meses del 2014, el INEI publicó que en el Perú, de cada 100 hogares, 80 tiene al menos un televisor. “Nosotros tomamos como base esta información y la actualizamos cada año para proyectar correctamente los universos globales con televisión, que es nuestro marco inicial”, agrega. De esa muestra maestra parten para establecer las características de la población: número de hogares, personas, rango de edades y niveles socio económicos. Luego, de los 3,000 hogares se seleccionan finalmente 480 que formarán parte de la muestra operativa: aquellos que tendrán los People Meters conectados a sus televisores. Esta selección, según Miluztka Bueno, se realiza de forma aleatoria. Primero se eligen determinadas manzanas y luego se visitan algunas de las casas. No se reparten volantes ni se aborda a la gente en las calles. Ibope, luego de realizar todo ese análisis, va y toca la puerta de la casa elegida para ofrecerle formar parte de su muestra operativa. Cada People Meter se instala en uno de los televisores de la casa. No se puede colocar más de cuatro por casa. Luego se asigna un control remoto que lleva programado un botón para cada miembro del hogar. Cuando uno de ellos prende el televisor tiene también que presionar el botón que lo identifica; es decir, Ibope ya tiene registradas las características que le son de interés: edad, sexo, rol en el hogar, preferencias. Esta información le llega minuto a minuto y de esta forma son capaces de reconocer la audiencia de determinados programas. “Es un solo producto, todos tienen exactamente lo mismo. Tanto agencias de publicidad, medios de comunicación, anunciantes que eventualmente puedan tener acceso al estudio”, asegura Miluztka Bueno y añade: “Después de la data que le suministramos, el uso que cada empresa le dé dependerá mucho de la audiencia a la que apunten”.
El pasado que condena
Carlos Paredes, periodista y actual director de 90 central en Latina, realizó un reportaje televisivo para Panorama sobre Ibope en 1998, dos años después de la llegada al país de esta empresa. Fue a Los Olivos y allí encontró una familia que pertenecía a la muestra operativa de aquella época. Después de ingresar a la casa, Paredes habló con sus integrantes. Quería saber qué tan confiable era este sistema. Por aquel entonces existía un cuestionamiento serio a la cantidad y vulnerabilidad de las
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muestras que evaluaba Ibope. Lo primero que encontró fue que el sistema no era muy amigable para la familia seleccionada. Le comentaron que no lo entendían y que muchas veces se olvidaban de registrar su usuario al momento de cambiar de canal. Pero lo que más sorprendió a Paredes fue enterarse que uno de los miembros de esta familia trabajaba, precisamente, en un canal de televisión, un indicio de que los métodos de Ibope, dieciocho años atrás, no eran los más rigurosos. “La muestra tenía que ser lo más limpia
bros les explican el motivo por el cual han cambiado sus hábitos de consumo. Las familias tienen el compromiso de decirles si tienen un televisor nuevo, un miembro nuevo en la familia o si se van de viaje. “Nos podemos enterar al día siguiente si el consumo de la familia varía, y si sintonizan más un canal que otro. La misma lógica te dice que hay algo distinto cuando suceden determinadas cosas. Si los canales están influenciando, y lo verificamos, el hogar sale de la muestra al instante”, sostiene Milutska Bueno.
Esto es guerra, Combate y Amor, amor, amor son los programas más vistos de la parrilla televisiva y también son los más criticados dado que sus contenidos altamente cuestionables se difunden en horario que no respeta la protección al menor.
posible y no contar con algún posible interés que pudiese contaminar la data. Una de las condiciones para que la familia colabore era que no debía tener ningún contacto con ningún canal que estaba siendo medido”, cuenta Paredes. “Al día siguiente de la emisión de reportaje sacaron el People Meter de la casa de esta familia”, recuerda. Miluztka Bueno no admite la posibilidad de un error. Asegura que ellos se dan cuenta al instante si es que existe una variación en el modo de ver televisión en un hogar. Al poseer el registro diario del hábito de consumo de cada miembro de la familia, se establece un código de alerta cuando este se sale de los parámetros regulares. Entonces, afirma que Ibope consulta con el hogar, y que sus miem14 /
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Sin competencia
Una de las dudas en relación a los reportes que emite Ibope es que se trata de la única empresa que mide el rating en el Perú, lo cual la convierte en un monopolio. Paredes asegura que todos los operadores la respetan, que algunos la critican y que otros insinúan que hay manipulación, pero, al final de cuentas, la aceptan debido a que es la única disponible. Es aquí donde la pregunta se hace obvia: ¿por qué Ibope no tiene competencia en el Perú? La respuesta oficial de la empresa brasileña es que, por el tipo de servicio que manejan, no sería conveniente que existan varias empresas medidoras de rating. Lo que explica Milutska Bueno es lo siguiente: con el
costo que implica tener un servicio como el que brinda Ibope, no hay mercado que pueda pagar dos o tres medidoras de rating. “El mercado se tendría que dividir en tres y pagarle a cada una por separado”, explica. El problema con esto es que, como la medición de rating se basa en estimaciones y no en un censo, si es que hubiera más de una empresa, los números serían diferentes. “En el tema comercial se utiliza el costo de punto por rating. El cliente, o sea los anunciantes, le paga al canal dependiendo de cuántos puntos de rating haya tenido un comercial”, explica Bueno. Esto quiere decir que, por ejemplo, si un canal contrata a dos empresas para que le midan el rating, una le puede entregar 10 puntos de rating en un comercial y la otra 9. El anunciante va a querer pagar por los 9 puntos, mientras que el canal va a intentar cobrar por los 10. “La medición del rating funciona como una moneda de cambio, debe haber un solo valor”, puntualiza Bueno. Sin embargo, esto no quita que la empresa que realice la medición tenga que hacerlo correctamente y sin generar dudas. En países como Argentina, Paraguay y Uruguay, Ibope tuvo serios cuestionamientos, y hasta una citación fiscal en este último, por haber cometido fraude en el 2002. En Argentina el gobierno creó una competencia para Ibope y contrató a la empresa uruguaya Transix. El motivo fue la escasa credibilidad de las mediciones de rating de la empresa brasileña. Ese fue el primer paso que impulsó la creación del Laboratorio de Análisis Social de la Ciudadanía Audiovisual, que impulsa el gobierno argentino, y que está representado por la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). “Un claro ejemplo para crearle competencia a Ibope es Argentina con el proyecto de la Unsam. Acá podríamos hacer algo así también, un observatorio, un grupo independiente. El asunto está en que Ibope es un monopolio, y bajo ese modelo se ha trabajado casi siempre”, afirma Hugo Coya. Según Ibope, el encargado de regular que la medición se realice bajo los estándares adecuados es el Consejo de Usuarios de Estudios de Audimetría (Cusea), comité que pertenece a la Asociación Nacional de Anunciantes (Anda) y es integrado por canales de televisión, agencias de medios y anunciantes. En su página web, lo que propone Cusea es supervisar la objetividad y veracidad de los datos de audiencia en los diferentes tipos de medios y garantizar que dicho servicio se cumpla con la mayor precisión y al costo más razonable.
azar, y solo a 480 hogares en Lima. La probabilidad de que dentro de estas mil personas exista alguna que tenga el People Meter en su casa, es bastante baja. El hecho que un programa tenga alto rating no significa que sea bueno, o que uno que tenga rating bajo sea malo. Un ejemplo muy claro de esto fue el caso del programa “Periodistas”, dirigido por Gustavo Gorriti, y que salió al aire por Latina en el 2001. En una época en la que el país volvía a la democracia después del gobierno de Alberto Fujimori, y en la que la prensa trataba de despojarse de las malas prácticas a las que se había sometido, este dominical hacía periodismo de investigación y presentaba reportajes en profundidad. “El programa ‘Periodistas’ tenía todo lo que quisiera tener un equipo de periodistas para hacer un programa de televisión: absoluta libertad, presupuesto y ninguna presión comercial. Sin embargo, al cuarto mes, el rating estaba en rojo y se terminó cerrando el programa”, recuerda Carlos Paredes. Y, es verdad, lo que sin duda era un buen proyecto periodístico, no fue bien recibido por las familias que tenían el People Meter en sus casas. Lo que queda claro es que aun con un buen contenido, el rating se impuso al momento de decidir si seguía en la programación o no. “Como productor de un programa de televisión abierta debes tener en cuenta que el Perú ya tiene un rasgo y una definición. Lo importante es que la gente tenga opciones a la mano para decidir qué ver”, explica Paredes. “Fuera de hablar de una dictadura del rating, la idea es hablar de la dictadura del control remoto; que la gente lo use mejor”.
¿La dictadura del rating?
Hugo y Mariano van a la cabeza del concurso, representan al grupo de los “Hombres” con 27 puntos. Melissa y Angie también están en la cabeza, ellas representan al grupo de las “Mujeres” con 32 puntos. Pero hoy todo puede cambiar, tendrán una última oportunidad. “Un error podría sacarlos de la competencia”, sentencia la voz en off de Esto Es Guerra, el programa de concursos más visto de la televisión peruana en lo que va del año. Mientras Mathias Brivio y María Pía Copello, conductores del programa, anuncian que el viernes 15 de mayo es el último día para acumular puntos, el rating que va alcanzando este programa no baja de los dos dígitos: ese día hizo 24 puntos. Según Hugo Coya, un punto de rating equi-
vale a 91,662 personas. Este dato lo obtuvo de la versión oficial de Ibope Perú. Si hacemos cálculos, aproximadamente dos millones de personas vieron quién se iba de la competencia ese día. Mientras que Esto es Guerra, Combate y Amor, amor, amor, son los programas más vistos de la parrilla televisiva, también son los más criticados por no respetar el horario de protección al menor y emitir contenidos con alta carga erótica Pero, ¿qué es lo que está pasando? Si estos programas son tan criticados al punto de convocar a una marcha en contra de ellos, ¿por qué siguen siendo los más vistos? La respuesta puede ser la siguiente: el tamaño de muestra que recoge Ibope no incluye a las mil personas que fueron a marchar en contra de estos programas. La muestra se realiza al
Un nuevo competidor
Dentro de la dictadura del rating, una empresa ha decidido irrumpir en la aparente tranquilidad con la que Ibope maneja todo. Se trata del gigante alemán GFK (Nürnberg Gesellschaft für Konsumforschung), una compañía de investigación de mercados que es la quinta más grande del mundo en su rubro. Se fundó en 1934 y desde entonces se ha convertido en una máquina de medir audiencias. GFK ya lleva un par de años en el Perú realizando estudios de mercado; sin embargo, pronto empezará con la medición de audiencias de televisión en esta parte del continente. Será el momento, pues, de corroborar nuevamente si es que el mercado nacional es capaz de soportar a dos empresas del mismo rubro o no.
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entrevista
Fernando
VIVAS SABROSO “Yo jamás sostendré que en televisión todo tiempo pasado fue mejor”
foto el comercio
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A Fernando Vivas no le cae bien el discurso pesimista sobre la televisión peruana. Su postura va contra la corriente que demoniza la programación local. Mira la tele con ojos de crítico y exhibe argumentos para sostener sus ideas. Es autor de En vivo y en directo, texto imprescindible para estudiar un medio que hegemoniza discursos e influye sobre las audiencias. Aquí su defensa de una oferta televisiva tan criticada por estos días. Por Miguel Loayza
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l prestigio de esta pluma, dotada de rigor académico y del registro preciso y mordaz, que demanda el buen periodismo, elevó la figura del crítico de televisión. Pasó de ser el chismoso comentarista de cotilleos al observador e intérprete certero de fenómenos mediáticos y culturales. Esta cualidad le ha otorgado a Fernando Vivas Sabroso el respaldo necesario para hacerse escuchar en medio del debate sobre la calidad de los contenidos de la televisión peruana. Ha conversado sobre el tema con una gama de personajes que van desde los organizadores de las protestas contra la llamada TV basura hasta el hipercrítico cultural Marco Aurelio Denegri. Ante todos ha dejado en claro una postura polémica: hay muchas, muchísimas cosas que destacar en la televisión que se hace en este país. -¿Qué programas nacionales podemos rescatar hoy en día de la televisión? -Bueno, creo que son varios. Tenemos una tradición dominical de programas que llaman políticos porque tienen una mayor incidencia en temas políticos que los noticieros. Estos exploran temas de fondo y desarrollan las noticias buscando a los protagonistas con discursos más interesantes. Muestran cómo se construye el discurso sobre la nación a través de primicias y revelaciones que debemos rescatar. También se podría rescatar la fusión de tradiciones narrativas que hay en Al fondo hay sitio. Esta serie es una mixtura de sitcom con telenovela. Hay, en general, muchas cosas que se pueden rescatar de la televisión peruana. -En su libro En vivo y en directo uno puede leer sobre los programas de los inicios de la televisión peruana, sobre personajes como Pepe Ludmir o Pablo de Madalengoitia, y a partir de esa narración uno observa fórmulas que sabían combinar bien el entretenimiento puro y fresco con aportes culturalistas, que lograban atrapar muy bien la atención del público y de
los que nadie se quejaba. -Sí, pero ojo, yo resalto que en ningún momento digo, porque me parecería muy prejuicioso, que la televisión de antaño era mejor que la de ahora: ese es un discurso que a mí me apena y aterra, y que he encontrado en mis conversaciones con los líderes de las marchas contra la televisión basura, porque es un pensamiento acomplejante y académicamente pobre. Hoy en día, el entretenimiento y la cultura se siguen combinando en la televisión, y nadie me puede decir que un
discutir con él en una entrevista que me hace y circula en las redes. ¿Por qué la protesta sostiene que hay un empobrecimiento de la tele? No es porque lo sientan necesariamente. No es un asunto de crítica a la televisión. Es un asunto de reclamar a la televisión que haga el servicio de ser más provechosa para los intereses propios de los jóvenes, porque hay un poder que ellos no comparten, un poder que no interactúa con los jóvenes… Se trata más de pedir una televisión que les presente rostros más cercanos, de una meditación alrededor de “quiero medir mi poder con otro poder”. Es un asunto de política, de identidad, de empoderamiento, algo que nos han dado las redes y la tecnología, y que se quiere expresar de una forma contra el sistema que está encajado en la pantalla, antes que una crítica específica a este tipo de programas. Por eso, a la hora de buscar una agenda, se pusieron de acuerdo en una vaga y muy débil: que la televisión cumpla la ley. Una exigencia muy soft, increíblemente soft. Si haces una marcha con esa exigencia, entonces no
“Nadie me puede decir que un programa como el de Pablo de Madalengoitia era distinto a los concursos de preguntas y respuestas que hay ahora en la televisión”. programa como los de Pablo de Madalengoitia, de preguntas y respuestas, sea esencialmente distinto a los concursos de preguntas y respuestas que hay ahora en la televisión peruana. Se trata de juegos que se combinan con otros juegos, y los hay en El último pasajero, como los hay en los realities de la tarde, como los que tuvo Raúl Romero. ¿Podríamos decir que los programas de Pablo de Madalengoitia eran más cultos que los de ahora? La máquina del millón (programa conducido por Beto Ortiz), cuya temporada ya terminó, que preguntaba sobre distintos ámbitos de la cultura, y estimulaba el razonamiento y la comprensión lectora con preguntas cerradas sobre los temas que uno escogía, tipo balotario, demuestra que ha habido una evolución. Yo jamás sostendré que todo tiempo pasado de la televisión fue mejor. -La principal denuncia de las protestas contra la televisión basura apuntaba a un empobrecimiento general de la televisión. -Yo no podría conversar seriamente con alguien que sostenga que hay un empobrecimiento de la televisión. Ni siquiera con Marco Aurelio Denegri, el gurú de muchos de los jóvenes que protestan, eso que he intentado
sabes lo que estás pidiendo. Era obvio que no sabían qué estaban pidiendo. ¿Qué la televisión cumpla la ley? Nadie marcha para que la televisión cumpla la ley. -¿Dice que el problema con la protesta era que no había una propuesta concreta? -Se trataba más de una cuestión de empoderamiento, de ánimos de reclamar. ¿Quién encarna el sistema ante el descrédito de los políticos?. La televisión. Hay que analizar el contexto de estas marchas luego del éxito de protestas anteriores como las movilizaciones contra la Ley Pulpín. Entonces los jóvenes dijeron: queremos marchar y no tenemos agenda, pues busquemos un tema. En este caso la protesta se dio primero que el tema. Quiero marchar ¿Contra qué marcho? ¡Contra la televisión basura! Ya está. -Si comparamos la televisión local con la que se hace en países vecinos, ¿no hay razones para decir que la peruana ofrece una menor calidad? -No, para nada. Sí es más pobre que la de Brasil, que tiene un mercado muy grande; que la de Colombia, que ha tenido un despegue de creatividad tremendo; que la de Chile y Argentina; pero de ninguna manera
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visión blanca, libre de excesos. A Al fondo hay sitio, sin embargo, se le acusa de perpetuar estereotipos. -Sí, pero no tanto. De hecho, las protestas contra la televisión basura no hablan de Al fondo hay sitio, tampoco ha habido multas ni pronunciamientos políticos contra la serie. No hay una corriente de opinión crítica contra Al fondo hay sitio como sí la hay contra Esto es Guerra. Ahora mismo el debate popular sobre la televisión se concentra en los realities y en los programas de espectáculos. Cuando conversé con los dirigentes de la marcha y del Colegio de Periodistas me dijeron que no había problemas con Al fondo hay sitio, y es que además la protesta es muy conservadora, no surge de una vanguardia: en las redes hay un empoderamiento muy heterogéneo, y a veces quienes más se manifiestan son los más conservadores. Yo conversé con Omar Suriel Chacón (uno de los organizadores de la marcha contra la televisión)
foto: verónica salem
más pobre que la de Ecuador y Bolivia. Eso refleja también un poco el nivel de desarrollo de cada uno de los países. Pero midámonos con Colombia. ¿Por qué la televisión colombiana es mejor que la nuestra? Porque esta sí se ha convertido en productora de ideas, éxitos continentales y mundiales que son comprados por otros, que van desde telenovelas como Betty, la fea hasta géneros como la “narconovela”, definida prácticamente por Colombia, y que se basa en una realidad que nosotros también vivimos, inclusive de manera más intensa, y a partir de la cual no hemos sido capaces de generar una ficción con rasgos de estilo distintivos. Ellos en la ficción han llegado más lejos que nosotros. Y eso, como un interesado en la ficción, me acompleja un poco, porque la ficción es de lo más creativo que hay en la televisión; entonces ahí sí hay un signo de pobreza. Si además de Colombia nos comparamos con Chile, nosotros hemos pasado por un trance
“Hay que analizar el contexto de esta marcha. Los jóvenes dijeron: queremos marchar y no tenemos agenda. Busquemos un tema: ¡la televisión basura!”. histórico que no han pasado ellos y que ha sido terrible. La televisión peruana se vino abajo a fines de los noventa e inicios del 2000 y terminó en una insolvencia económica y moral, ha tenido que ser reestructurada y de ese trance no acaba de salir, eso genera mucha desconfianza en el público. La televisión todavía está arrastrando varios problemas de su historia reciente, sin los cuales estaría en un mejor nivel. -¿Qué hace falta para convertirse en productores de ideas y exportar modelos? -Falta, sobre todo, hacer más ficción. Falta más autorregulación en la prensa televisiva, que está muy salvaje. Falta que pase la fiebre de los formatos comprados para empezar a producir formatos propios. Pero sobre todo, repito, yo apostaría por la ficción, de la cual hay poquísima; su espacio está siendo llenado por otras cosas: Latina ya no produce ficción por el éxito de las novelas turcas; América solo produce dos ficciones: una de ellas, Pulseras rojas, es la copia de una serie catalana. -Hablando de las series, cuando se estrenó Mil oficios, se habló en el momento del surgimiento de un nuevo tipo de tele18 /
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y le pedí que por favor quitara del muro del evento que convocó a la marcha en Facebook una serie de publicaciones homofóbicas que hacían los participantes; él me decía que no podía hacer eso porque las personas se iban a molestar, entonces yo les decía que por lo menos se pronuncien tomando distancia de tales comentarios, porque son manifestaciones horrorosas de un conservadurismo tremendo. -¿Por qué los realities están en el centro de los reclamos? -Se trata, sobre todo, de la entronización de la apariencia física como motivo de éxito. Ese es un mensaje terrible en un país como el nuestro. En gran parte de las protestas contra la televisión, en la marchas, uno podía observar la división entre los nerds fofos contra los regios y bonitos. ¿No te provoca romper la pantalla cuando ves a Porcella como un modelo que la televisión pone para ti? Si uno siente eso, puede entender mejor por qué esos programas joden. -Dijo que la prensa televisiva está muy salvaje. Si hay tantos temas importantes que tratar, ¿por qué poner tanto contenido policial en los noticieros matutinos?
-Porque son los dramas más intensos los que más convocan a la población. Y porque algunos de esos dramas son de gente dispuesta a brindar su testimonio. Y porque hay una válvula de escape de la sociedad ahí que considero valiosa. Siempre estoy a la espera de que un sociólogo recoja esa idea y la trabaje. ¿No se dan cuenta de que el noticiero peruano tiene un gran papel democratizador? Incluso hay un estudio cuyas conclusiones estadísticas arrojan que, más allá del sensacionalismo de los noticieros, gran porcentaje de las notas están protagonizadas por gente de extracción popular, niveles socioeconómicos bajos. Ellos están frente a la pantalla, y tienen a cientos de miles viendo, escuchan-
do sus dramas; tenemos al frente a la gente desplazada del crecimiento, del desarrollo económico, expresando sus necesidades, reclamando, y eso es importante. ¿Los noticieros le dan voz a los que normalmente no la tienen? -Sí, por supuesto. Y son gente que ha desarrollado una narrativa, que en medio de su drama se dirige al presidente, a la primera dama. En unas páginas de Zapping, el paisaje de la tele latina, un libro que presenta un análisis de la televisión a nivel regional, Omar Rincón, el mejor teórico sobre la televisión en el continente, plantea algunas claves para entender las narrativas de la televisión actual. En la actualidad, son las personas que aparecen en los noticieros, no las que los hacen, quienes exponen su manera de hacer las cosas. El noticiero peruano tiene un gran papel en el desarrollo de las narrativas populares, entonces, desaparecer esas notas implica contribuir a que la televisión sea más excluyente. -Pero más allá de mostrar situaciones o dramas, ¿Poner imágenes, si bien no explícitas, de piernas de cadáveres o sangre no es jugar con el morbo? -Tú no ves televisión… -He visto los matutinos... -Hay cada vez más esfuerzos por no mostrar esas cosas, se están autorregulando. En el 2 y el 4, que llevan la voz cantante, cada vez se ve menos sangre, están cambiando; se pixelea o en muchos casos no se pasa. Antes veías más imágenes sin editar y ahora muy poco. En la mañana vi una nota sobre un carro que se pasó la luz roja y atropelló a una señora que iba con su carretilla, la cual le quedó encima; tú veías a la señora de lejos, pero no veías sangre ni nada. Entonces, sí hay esfuerzos, la situación está cambiando. Ahora estamos entrando en una etapa electoral y el aumento de las notas políticas va a llevar necesariamente a una reducción de las notas “rojas”, pero al margen de eso hay una preocupación, tardía e insatisfactoria, por moderar los noticieros. En todo caso, en estos momentos, como te decía, el debate sobre la televisión pasa en tercer lugar por los noticieros: las principales quejas son los realities y los programas de espectáculos, que también son prensa, y ahí yo veo más salvajismo. ¿Es válida la excusa de darle al público lo que quiere ver? Eso es algo que existe; sin embargo, es cierto que si uno tiene la sartén por el mango puede trabajar más creativamente y ensayar
otras cosas con el público sin perderlo. Hay muchas cosas que uno no le da al público y con las cuales probablemente este se encariñaría más y se volvería más fiel. A veces se dice “esto no funciona” sin antes haberlo probado, porque no hay voluntad de probar algo nuevo. Esas son cosas que diferencian a un profesional de alguien que no lo es. Un reclamo mío es que deberían hacer realities con gente normal y obesa, en los que los juegos no se centren solo en la destreza sino en otro tipo de competencias. Creo que algo como eso significaría un quiebre y no perderías rating. La vez pasada conversé sobre eso con Marisol Crousillat, productora de Combate, que ahora está de capa caída pero fue precursora de ese tipo de realities, y me decía que su combatiente de mayor recordación era Zumba, y que Zumba no era guapo, o en todo caso no el más guapo. -Bueno, no será el más atractivo pero sí es muy carismático…
culo, lo ha sido. En una temporada del reality de Gisela la pareja de más jale estaba conformada por un gordo sudando, y que además estaba moribundo: Micky Rospigliosi, justamente el hijo de Pocho Rospigliosi, quien patentó la frase “hay que darle a la gente lo que le gusta”. Los productores saben que mostrar personas con otro tipo de patrones físicos puede ser un espectáculo rentable, pero su respuesta en estos días es: “lo que estoy haciendo funciona bien”. Cuando les refuto que lo que les propongo también les puede resultar, responden que (el cambio) representa un costo que no están en condicionar de afrontar. Ahora que Combate ha perdido tanta audiencia, quizá es momento de probar otras cosas. Es algo parecido a lo que le reclamo a Gisela: “quiero que baile una pareja gay en El gran show; si tú quieres polémica, ahí tienes un gran motivo”. Ninguna persona de televisión negaría que eso le traería rating. Gisela sabe que nadie ve su programa porque
“No hay una opinión crítica contra Al fondo hay sitio como sí la hay contra Esto es guerra. Tampoco ha habido multas o pronunciamientos políticos contra la serie”. -Entonces la pregunta que se deben hacer es de dónde proviene su carisma si no es de su atractivo. Esa es lo que se debe explorar y explotar, traer a gente que es más carismática quizás porque se parece más a la gente de la calle. Había otras discusiones en torno a Zumba, por ejemplo si servía para incidir en el estereotipo del afroperuano que baila como mono, pero lo que no se puede negar es que posee otro tipo de carisma que el que pueda tener Nicola Porcella, y, repito, eso es algo que los productores deben explotar. Hay una especie de discriminación de los realities: siendo estos tan populares, imagínate el giro que significaría poner personas con otros rasgos físicos. Eso es lo que yo le reclamo a la televisión: no le des a la gente solo lo que está acostumbrada a ver, dale algo más, y probablemente vas a tener igual o más espectadores. -Quizás ven menos probable que el televidente se enganche viendo a una persona obesa correr y sudar que a una atractiva haciendo lo mismo. ¿Hay falta de atrevimiento para el cambio? -Un hombre de televisión sabe que un obeso corriendo puede ser un gran espectá-
la gente baile bien, sino porque la gente sea simpática, haya comidilla, hay eco, lo que llaman rebote intertextual; eso te daría una pareja gay, por ejemplo, pero ella es conservadora, no quiere arriesgar. Entonces, he aquí un ejemplo de que la televisión le da a la gente lo que le gusta, pero con otros instrumentos podría arriesgar y ser creativa sin perder su público. -¿El tipo de televisión que se hace hoy en el Perú va a dejar escuela de alguna manera? Bueno, hay una tradición, claro que sí. Al fondo hay sitio es una serie modélica, está en horario estelar no solo en Perú sino en Bolivia, Ecuador y algún lugar más, es un producto de exportación. Esto es guerra también, está en Bolivia y ha llevado los elementos de los realities juveniles de competencia a niveles de eficacia que han superado a los programas que plagió. Entonces sí, claro que hay una escuela, y lo digo sin hablar de productos del pasado que están en el top de lo mejor que se ha hecho en la televisión en el continente, como Pataclaun, que es magistral. Tú ves Pataclaun de hace diez años o quince años y lo siguen pasando porque es un producto vigente.
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reportaje / autorregulación
A LAVAR LA PANTALLA El sistema de regulación de televisión comercial hace agua: la participación ciudadana mediante quejas es escasa y limitada. Entre 2006 al 2011, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) sancionó por contenidos a tres canales y el año pasado solo a uno. Mientras que en otros países los consejos de regulación autónoma aparecen como la opción más viable, aquí los gremios prefieren seguir con este sistema. Dicen temer que se pongan límites a su libertad de expresión, pero sus contenidos son constantemente infractores. A diez años de la Ley de Radio y Televisión, ¿qué tan efectivo es este sistema? Por Rosa Laura G. y Hanguk Yun B.
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a escena está fresca en la memoria: una chica del colegio Melitón Carvajal participa de un concurso en el que debe comer una ensalada con cucarachas para que ella y sus compañeros puedan ir de viaje de promoción a Cancún. A su lado, la participante del colegio adversario trata de disuadirla con gritos y gestos de repudio. Su promoción y su novio la aclaman desde la tribuna. Con mucho esfuerzo, la chica come mientras los conductores, las modelos y el público comentan el acto y ríen. El tenedor se mueve nervioso sobre el plato. Por momentos, sus ojos se quedan fijos mirando a la cámara, prolongando el momento en que tendrá que dar el próximo bocado. Ella se retuerce sobre la silla: su sacrificio es espectáculo. -Pongo la lechuga sobre el tenedor para no verlas- dice la chica. -¿Y cuando las masticas no las sientes?pregunta el animador con una sonrisa morbosa. La escena bien podría formar parte de una comedia corrosivamente satírica, que condene los extremos de los contenidos de la televisión comercial, pero es real: ocurrió en el programa El último pasajero del canal Latina, en señal abierta y para miles de personas. Su método, participantes dispuestos a todo por un premio, no era nuevo. La escena trajo recuerdos de los días en que la conductora Laura Bozzo, pagada por la dictadura de Fujimori y Montesinos, ponía ante cámaras a concursantes que debían lamer axilas para ganar un puñado de billetes. Si bien se diferencian en que uno de los
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programas fue espontáneo y el otro era un montaje pagado por la dictadura, se asemejan en que ambos aprovechan una necesidad. Para un adolescente, el viaje de promoción puede ser tan imprescindible como para un adulto de bajos recursos pagar la cuenta del agua. En los diez minutos que duró, el segmento violó la Convención sobre los Derechos del Niño, el Código de los Niños y Adolescen-
el estado les da en concesión por unos años. Por usar un bien público deben rendir cuentas, pero no es el Estado quien los fiscaliza, sino los ciudadanos. La denuncia contra “El último pasajero”, por ejemplo, la hizo el periodista Cesar Alfredo Vignolo a través de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRTV), gremio que agrupa a las televisoras comerciales más importantes del país. El proceso comenzó el
¿Es eficaz el sistema que regula y sanciona a los programas? ¿Por qué los canales de televisión pueden transmitir espacios que claramente violan la ley? tes, la ley de radio y televisión, el código de ética del canal y el derecho a la integridad de la menor. El caso nos conduce a algunas preguntas: ¿Es efectivo el sistema que regula y sanciona a los programas? ¿Por qué los canales de televisión pueden transmitir programas que claramente violan la ley?
Agujeros de la regulación
En nuestro país opera desde el 2005 la ley de radio y televisión: un sistema de quejas para los ciudadanos que cuenta con dos etapas. La primera es manejada por los medios (denominada autorregulación), regida por sus propios plazos y procesos. La segunda instancia de apelación manejada por el Estado a través del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Para transmitir su señal, las televisoras emplean el espectro radiofónico que
20 de marzo y tuvo varias complicaciones: la queja en la SNRTV no prosperó en el tiempo previsto y Vignolo tuvo que apelar al ministerio, que lo devolvió a la instancia anterior. Al final, dada su insistencia y la gravedad del caso, tuvo éxito: Latina deberá pagar S/.38.500. Este desenlace, sin embargo, no es común en el sistema de regulación. Según Miriam Larco, directora del Consejo Consultivo de Radio y Televisión (Concortv), entidad adscrita al MTC, “las quejas han sido mínimas debido a la falta de información de la ciudadanía, pero también debido al mismo mecanismo que parece más judicial que de autorregulación. Desalienta a la gente”. Hace tres meses, miles de personas en Lima y en nueve ciudades del país se movilizaron en contra de los contenidos de la televisión. Su reclamo principal fue el respeto del
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horario familiar, pero su movilización abrió un debate más amplio: ¿Por qué los canales transmiten programas que vulneran leyes? ¿Qué tan eficiente es la regulación que los rige? La reacción de los canales fue cerrada: para ellos, la autorregulación es un sistema eficiente. Las cifras, sin embargo, les dan la contra. Según la web de la SNRTV, se han hecho 27 quejas en ocho años de autorregulación. Esta información contradice a la que difundieron en agosto del 2014. Entonces la SNRTV informó que en los últimos tres años hubo 84 quejas por infracción del horario familiar que se resolvieron mediante coordinaciones telefónicas.
EL ÚLTIMO PASAJERO. Cena con cucarachas.
Lo cierto es que al llamar a la SNRTV, no pudieron corroborar ninguno de los datos antes mencionados: la información no está sistematizada, sostuvieron. “No hay un registro de las quejas. No sabemos si las quejas que se han hecho por teléfono se toman en cuenta”, dice Larco. No existe tampoco registro de cuál es el total de multas que han pagado los canales, pero hay una pista: los S/.38.500 que pagará Latina por El último pasajero son el monto más alto en toda la historia de este sistema. En cinco años, del 2006 al 2011, el MTC solo resolvió con multas tres quejas por contenido. El año pasado, según el reporte del Concortv, la cifra fue de solo una multa. Si sumamos pocas quejas, falta de transparencia en 22 /
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el sistema y multas reducidas, no es difícil imaginar por qué las televisoras no respetan las leyes. Los canales juegan a autorregularse. Por desgracia, esa es solo una parte del problema. Hasta el 2013, en nuestro país existían 447 radios y televisoras que poseían un mecanismo de solución de quejas y otros 661 que se acogieron al código del MTC. Estas cifras equivalen a decir que hay 448 formas distintas de formular una queja. “Este es uno de los puntos clave que limitan la participación ciudadana en la mejora de la radio y Televisión”, dice Alexander Chiu Werner, experto en comunicaciones. El otro gran bolsón de medios, más de dos mil según Concortv, no
proceden. “Es terrible. Es un sistema perverso porque no establece un mecanismo fácil. No hay en ningún país una figura de este tipo en la que el usuario debe denunciar o sino no pasa nada. Eso es único acá y no debería darse”, critica Larco.
En otra órbita
En ningún otro país del mundo la responsabilidad de fiscalizar a las televisoras cae solo en los ciudadanos. En Chile, Argentina y Colombia consejos de regulación conformados por las empresas, la sociedad civil y el Estado, supervisan y sancionan a las televisoras que no respeten la ley. Estos consejos autónomos poseen un sistema único y sencillo de que-
ESPECTÁCULO. Conductor Adolfo Aguilar exacerba el morbo.
poseen un mecanismo, lo que en la práctica significa que no podrían recibir quejas o denuncias por su programación. El sistema de quejas, además, exige tiempo y competencias. Los procesos son complicados y poco conocidos. En un informe reciente, el Concortv reportó que el 60% de sus encuestados no estaban enterados de la existencia de los códigos de ética y los mecanismos de quejas. Si los ciudadanos, encargados de quejarse, no saben cómo hacerlo y además existen 448 formas distintas: ¿cómo podemos esperar que el sistema sea efectivo? Una última deficiencia es que el sistema está judicializado: hay procesos técnicos que el común de ciudadanos no conoce y si no se respetan estos formalismos las quejas no
COMBATE. ATV recibió s
jas y pueden actuar por cuenta propia. Son, según el estudio de Chiu, una regla cada vez más extendida en países de la región y del mundo. Menos aquí. Liliana Burga, quien desde su asociación ha realizado los trámites de quejas innumerables veces, lamenta que el sistema de regulación en Perú está judicializado. “Se necesita contar con un abogado a fin de redactar los escritos, presentar las apelaciones, hacer el seguimiento de los plazos, informar oralmente, etc. Se está limitando el derecho del ciudadano común y corriente para efectuar una denuncia”. En otros países, esto no sucede. El consejo de Chile, por ejemplo, pasó de haber tramitado 285 denuncias en 2008 a 1057 al año siguiente, de las cuales el 55%
(582 denuncias) derivaron en sanciones. Según Larco, el consejo de ese país recibe mil quejas mensualmente. En Argentina, el Comité Federal de Radiodifusión tuvo un promedio de 2,100 en el 2010. No se trata, como suelen decir los defensores de nuestro sistema, de prohibición, sino de un sistema de sanción efectivo. Los números son claros. La participación de los ciudadanos sumada a la defensa de entes autónomos le da soporte a la regulación. Larco identifica cuatro pilares para fortalecer el sistema: un procedimiento rápido, eficiente y unificado de quejas, una entidad autónoma de control, campañas informativas para que los ciudadanos participen de la regulación e información
sanción por excesos en este programa.
en una entrevista Abraham Zavala, presidente de la SNRTV. Todos los bienes y servicios, públicos o privados, están regulados en nuestro país. De ellos se ocupan entidades autónomas como Indecopi u Osiptel, que garantizan que las quejas de los ciudadanos sean efectivos. Cuando hace falta, estas entidades actúan por cuenta propia y multan a las empresas infractoras. El contenido de las televisoras, en cambio, no lo sanciona el Estado. El temor, sostiene Zavala, es que “los mecanismos de regulación estatal, sobre todo en un tema de medios y en un país como el Perú donde no existen instituciones fuertes, pueden derivar en un control político”.
NEGRO MAMA. Refuerza prejuicios raciales en la población.
Miriam Larco: “Tenemos un Estado muy pasivo que se limita a ver temas técnicos para no ser tildado de intervencionista y censurador. Hay un gran temor sobre el tema de la influencia y presión de los medios”. transparente de los canales y gremios. Ninguna de estas condiciones se cumple en el Perú. Las autoridades de los canales comerciales poseen ideas distintas. «El principal desafío para la SNRTV es fortalecer nuestro sistema de autorregulación (…) El éxito va a ser que en algún momento ya no se presenten quejas, eso va a significar que el sistema de autorregulación realmente está funcionando», dijo
Para Jorge, profesor especialista en temas de regulación de medios,el momento político que vivimos no favorece esa hipótesis. “Llevamos varios años de democracia. Las condiciones no indican que los gobiernos vayan a seguir este camino”, dice. De todos modos, el Estado no parece tener una posición firme. “Tenemos un Estado muy pasivo que se limita a ver temas técnicos para no ser tildado
de intervencionista y censurador (…)Hay un gran temor sobre el tema de la influencia y la presión de los medios de comunicación”, cuestiona Larco. El temor al control político es la mejor coartada para desaparecer. Con las marchas contra los contenidos de la televisión, al menos por un momento, los ojos de los ciudadanos se posicionaron sobre este punto, por lo demás inexistente en la agenda de los canales. La protesta tuvo cierto eco en la SNRTV. En dos semanas, buscaron mejorar su sistema de regulación y sancionaron al El último pasajero y Combate. “Eso nos da indicios de que cuando hay participación ciudadana y quejas encontramos respuesta”, afirma Larco. Esta actitud, sin embargo, es
PAISANA JACINTA. Se emitió hasta el año pasado por Latina.
inusual y lo más probable es que se apague cuando la presión social termine. Por ahora, como reclama Larco, por lo menos hace falta una revisión del sistema. “Después de diez años es hora de hacer modificaciones y de seguir con campañas informativas para que la gente sepa sus derechos”, concluye.
Epidemia
No son pocos las televisoras que actúan como si la ley de radio y televisión fuera letra muerta. Hay tres claves en el Pacto de Autorregulación firmado por los principales canales de señal abierta: veracidad, respeto a la dignidad de las personas y responsabilidad social. Basta tomarse unos minutos para
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Por las noches vuelve la sangre y se expande un híbrido que hasta hace poco era monopolio de los diarios chicha: noticias hechas sobre ficciones de los propios canales. Noticias que no son noticias: son publicidad. comprobar que estos pilares son rarezas de la programación. Liliana Rocha de Blume, de la Asociación Valores Humanos, entidad que ha realizado numerosas denuncias ante la SNRTV, señala que no se cumplen los plazos estipulados en el pacto para la admisión de la queja ni para la expedición de la resolución, tanto en primera como en segunda instancia. “En el caso de nuestra denuncia por el programa Amor, Amor, Amor, el Comité de Solución de Quejas de la SNRTV (primera instancia) emitió su resolución en diciembre del 2013 y recién dictaminó en octubre del 2014, casi diez meses después, no obstante que el plazo que este Tribunal tiene para resolver es de diez días hábiles”. Los representantes de la SNRTV alegan que muchas de las quejas se solucionan mediante conciliación y sin necesidad de que haya multas. Sin embargo, para Liliana Rocha esto
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es muy poco frecuente. “En algunas oportunidades los representantes de los medios denunciados ni siquiera asisten a las audiencias de conciliación, lo cual demuestra el poco interés por llegar a un acuerdo”, afirma. La sanción máxima acordada en el Pacto de Autorregulación es de 10 UITs. Ese monto, según un reciente informe del diario Gestión sobre publicidad televisiva, los medios lo pueden cubrir con lo que perciben por cinco minutos de anuncios en horario estelar. “Lo real y concreto es que, a pesar de la normativa existente, en la televisión peruana no existe autorregulación”, indica Rocha, y la programación que existe actualmente parece darle la razón. A primera hora de la mañana al espectador lo recibe un espectáculo de difícil digestión: noticieros que se limitan a exacerbar el ya complejo problema de la seguridad ciudadana. Su propuesta no es la responsabilidad social de criticar un asunto serio, sino,
como se suele decir, la comercialización de la sangre. Por las tardes, su apuesta va por la transmisión de noticias de farándula que muchas veces faltan al horario de protección al menor. Por las noches, vuelve la sangre y se expande un híbrido que hasta hace poco era monopolio de los diarios chica: noticias hechas sobre ficciones de los propios canales. Noticias que no son noticias: son publicidad. “Es la televisión hablando sobre sí misma. Lo que hay es un interés por maximizar su beneficio económico”, cuestiona Acevedo. La mayoría de los contenidos de humor se asientan sobre estereotipos racistas, sexistas y homofóbicos. Dos de ellos, La paisana Jacinta y El negro mama, estuvieron hace poco en el centro de las críticas: uno tuvo que ser reformulado y el otro desapareció. El fin les llegó luego de más de quince años. ¿Qué defensa de la dignidad de las personas puede haber cuando la regla de los programas cómicos es exacerbar estos prejuicios? Los defensores de estos programas aducen que es difícil saber qué contenidos son racistas y cuáles no. Para el canal que lucra con estos contenidos, puede que resulte difícil encontrar esa diferencia. Esa discusión, precisamente, es la que tomarían los consejos de regulación: entidades especializadas en esta tarea.
opinión
La chispa de Kiko Por Abelardo Sánchez León Jefe del Departamento Académico de Comunicaciones PUCP
E
nrique Ledgard Jiménez fue uno de los primeros peruanos en crear un personaje mediático: Kiko Ledgard. Cuando boxeaba, como amateur, se hacía llamar, más bien, Enrique Jiménez. Era un boxeador de pegada potente y ninguna de sus peleas llegó a durar los tres rounds reglamentarios. En la televisión, en cambio, era conocido como Kiko Ledgard, el gran animador de los programas de concurso más sintonizados en la historia de la televisión en el Perú. La creación de su personaje iba más allá de la pantalla televisiva. Toda su vida estaba teñida de su personaje al punto de vivir con dos o tres personalidades a la vez. El personaje público, televisivo, era estrafalario, exótico, cómico, siempre buscando un punto de equilibrio y cordura. Llevaba una media roja y otra amarilla, llevaba tres o cuatro relojes, su vestimenta era siempre deportiva y le puso los nombres más raros del mundo a casi todos sus hijos. Y eso que tuvo diez u once hijos. Vivía en Los Cóndores, en las afueras de Lima, rumbo a la sierra, en una casa que daba justo a una de las vueltas de la subida al club, y todos los domingos, religiosamente, se sentaba a leer los diarios en su pequeña terraza del segundo piso, pero lo hacía con el solo propósito de saludar a cada uno de los autos que pasaba delante de su casa. Kiko Ledgard cuidaba a su audiencia. La quería tener cerca, conocerla, y hacerse querido por ella. Su gran virtud era el trato con la gente, un trato abierto, democrático, deportivo, podría decirse, y lograba granjearse la simpatía de la mayoría. Kiko era así: de sonrisa fácil, de personalidad chistosa, de genio gracioso, de temperamento travieso. Ese fue su personaje al que le dijimos adiós cuando se marchó a tentar suerte en España, a raíz de la llegada del gobierno de Velasco al poder, y cuando se cayó, décadas más tarde, más viejo, pero con las mismas medias dispares y los dos relojes en cada muñeca, por hacer una de sus travesuras en el segundo piso del Hotel Country, en Lima.
En España fue un éxito total. Su personalidad vistosa, su gracia innata, su talento para las pruebas y los concursos llenó un vacío que el franquismo jamás podría haberlo hecho. España era, en aquellos años setenta, un país sumido en la tristeza y su color preferido era el negro de sus mantillas. No había motivo para el juego, no había ningún vínculo con la noción del espectáculo proveniente de los Estados Unidos, porque el show time llegó a la televisión de España con Kiko Ledgard. El peruano se ganó el afecto de todos y así como en Lima era reconocido en todas las calles, igual situación llegó a vivir en las calles de Madrid. Kiko Ledgard, en el fondo, solo se comportafoto ellos
& ellas
1978. Kiko Ledgard baila Tango Hustle con sus hijas Jet y Anette.
ba como Kiko Ledgard, una persona talentosa que no tuvo educación superior porque su padre, un hombre austero, un banquero que conocía la estrechez económica desde muy joven por la prematura muerte de su padre, no le dio una segunda oportunidad una vez que desaprobara el año en sus estudios de ingeniería. Kiko era bueno con los números, era hábil en los juegos, era astuto y de inteligencia despierta. No era profundo, no era lector, no era un intelectual. Todo lo contrario: la ligereza de su personalidad iba de la mano con la ligereza de los programas de la televisión. Kiko y la televisión tuvieron un
romance a primera vista, porque lo suyo era la televisión. En esa medida se anticipó a Jaime Bayly, otro monstruo del set, dos décadas antes. Como todo en la vida, Kiko tuvo su contrario: Pablo de Madalengoitia, el animador serio, de saco y corbata, culto, crítico de ballet, de teatro, del buen cine, de personalidad cosmopolita y refinada. En aquellos años trabajaban los dos en la televisión y el público debía escoger cuál de los dos estilos gustaba más, cuál de las dos personalidades era la preferida. El consenso estuvo dado desde un principio: Kiko era más simpático, más popular, más querido, y Pablo era más respetado, más serio. A diferencia de Pablo, no fue locutor, no fue animador de programas culturales, no trabajó en los programas de noticias. Kiko era el concurso, la gente, el diálogo, la chispa, el ingenio. Kiko, sin duda, le quitó el saco y la corbata a la televisión; le llevó la sonrisa, la mirada viva, la agudeza; la noción del concurso y del dinero: Kiko andaba con miles de billetes en sus manos, en sus bolsillos, y los mostraba y los ocultaba, era el capitalismo, el mercado, la ganancia, la osadía, el atrevimiento. Con Kiko no se paraba nunca. Era un súper activo. Era un torbellino. Seguirlo no era fácil. Hasta que se cayó del segundo piso del Hotel Country por hacer una de sus gracias, uno de sus chistes, por repetirlo, más bien, porque ya lo había hecho, y después del accidente vivió muchos años en un mundo extraño, desmemoriado, sin saber bien dónde estaba o quién era. Cuando venía a Lima, fuera ya de los reflectores, sus familiares le ponían en un bolsillo del saco su nombre, su dirección y el teléfono. Si se perdía, alguien, siempre alguien, lo reconocía, lo trepaba a su auto y lo dejaba en su casa. Así era Kiko: un ser querido por su audiencia a la cual le dedicó sus mejores habilidades envueltas en un corazón generoso.
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entrevista
Eduardo
ADRIANZÉN
“Tiene que haber regulación porque si tú los dejas, ponen asesinatos de niños a las once de la mañana” foto leonardo cuito
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Estudió derecho en San Marcos y se licenció en educación en la PUCP. Más de veinte años después no ejerce ninguna de las dos carreras. Hoy trabaja haciendo lo mismo que recuerda haber hecho desde que tenía cinco años: escribir. Sentado frente a la pantalla de su computadora escribe doce horas al día y dice poder concentrarse en medio de un bombardeo; o en la cafetería de la librería El Virrey en Miraflores, donde suele ir a trabajar cuando se siente saturado en casa. Allí lo encuentro, enfrascado en el solitario y fascinante oficio de escribir. Por Lucero Ascarza
R
ecuerda que su infancia estuvo signada por tres hábitos: leer mucho, ir al cine y sobre todo escribir. Historias, cuentos, guiones. Imposible determinar en qué momento decidió que era eso era lo que quería hacer en la vida. Escribir era lo natural y podía hacerlo durante horas. Llenaba pequeños cuadernos que nunca ha enseñado, pero que conserva para reírse de vez en cuando y recordar las inquietudes y vivencias de su yo infantil. A los 23 años, Adrianzén ya dirigía un equipo de guionistas. Saber hacer algo que en ese momento nadie más sabía hacer, le dio la ventaja en una industria que difícilmente admite novatos. Los de Arriba y los de Abajo quizá sea la más memorable de sus primeras producciones. En parte por el rating que alcanzó y en parte por la temática: la fusión o el choque entre los inmigrantes y los capitalinos. La historia de Ulises y Gloria, la pareja protagonista, era una representación de la Lima de inicios de los noventa, una época recordada por el resurgimiento del género de la telenovela, que ya se encontraba ve-
nido a menos. En ese proceso, Adrianzén es considerado un precursor, si consideramos que el tema social continúa siendo centro de producciones actuales, como es el caso de Al fondo hay sitio. Pero no se trató sólo de una nueva temática. Adrianzén también es un pionero es un pionero de un formato que hoy mantiene su vigencia: las teleseries. Él ha sido gravitante en la producción de historias originales con personajes que, reales o ficticios, reflejaban la situación actual del Perú. -En una ocasión usted dijo que desde la ficción se podían contar más verdades que desde un reality… -Totalmente. El reality es mentiroso, tiene de realidad lo que yo tengo de sueco. Al final lo único honesto en este momento es la ficción porque no miente, dice lo que es. La reina de las carretillas y Mi amor el wachiman son cuentos pero no te dicen “esto es verdad”. Y claro, la ficción es un lugar maravilloso para hablar de un montón de cosas disfrazaditas o parodiar. Se habla de mucho más de lo que se cree. -¿En qué ficción trabaja actualmente? -En una serie para canal 7. Es una historia que transcurre entre 1978 y el año 2000. Recoge la historia más reciente del Perú en esos 22
con la sociedad? -Lo que él hace será visto por millones de personas y esa es una responsabilidad enorme. Ah claro, eso les importa un pepino en esta época, pero yo soy de una época que cree que es un privilegio tener acceso a los medios y hay que ser muy responsable con eso. Hoy hay mucha gente a la que no le interesa y solo quiere hacer plata. Bacán, que la hagan pues pero luego no esperen que nadie tenga piedad de ellos. Eduardo Adrianzén ciertamente no la tiene. El ser “un pesado contestón”, como él se llama, es fruto de su paso por San Marcos, donde conoció lo que considera el Perú real. El entorno cultural de esta universidad le dio una dosis de ubicaína que es la que le permite ejercer su oficio de la forma en que lo hace. Quizá lo más importante fue el conocimiento que obtuvo en la calle. Los libros le hablaban sobre la migración andina, pero él conoció más sobre la vida de los migrantes cuando visitó a amigos que eran hijos de migrantes. Ellos vivían en sitios que reunían a grupos de la primera generación de personas que llegaron a Lima en busca de nuevas oportunidades. San Marcos sólo había potenciado una postura que él ya había conocido en casa, con una familia politizada a la que describe
“El reality es mentiroso, tiene de realidad lo que yo tengo de sueco. Al final lo único honesto en este momento es la ficción porque no miente, dice lo que es. La ficción es un lugar maravilloso para hablar de un montón de cosas disfrazaditas o parodiar”. años. Toda la ficción que he trabajado con TV Perú ha sido buenísima en el sentido de poder hablar de cosas con más realismo y libertad que la televisión comercial curiosamente. -Se refiere al programa Conversando con la Luna. -Sí, ahí yo no podía tener licencias porque tenía que vender historias que fueran verosímiles. Me gustan esas cosas. También lo que hago ahora: nadie hace una historia sobre los años ochenta en el Perú, con Sendero y la hiperinflación; les da pavor, les da pánico. Tiene una intención también pedagógica, la gente paga impuestos al canal 7 y tiene derecho a ver un producto que tiene algo más que entretenimiento simple. -¿Qué responsabilidad tiene el guionista
como “unos caviares horribles”. Ciertamente, uno es producto de su época, cuándo nació, en dónde vivía y qué comía, dice Adrianzén. Y da gracias por haber tenido la suerte de nacer en una casa donde la guía telefónica no era el único libro. Hoy puede leer diez cosas a la vez, ya sean libros de sociología o historia, un estudio sobre Salazar Bondy o el último libro de Juan Manuel Robles. En los años setenta veía películas para mayores escondido debajo del asiento del auto en el autocine. Su papá lo llevaba al cine y al teatro. Así es como fue criado, con un trato similar al que se da a un adulto. Y ello lo convirtió en un tipo particularmente crítico con la industria en la que trabaja hace más de 30 años. -En los últimos meses ha habido una
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fuerte crítica hacia la denominada “televisión basura”… -No me gusta ese término, yo le llamo mala televisión. Tengo un problema con todo lo que son radicalismos y me preocupa porque me parece que tienen una agenda represora que va más allá. Hay mala televisión que es racista o misógina, pero no me gusta cuando ponen en un saco a todos. Entonces ¿no está de acuerdo con quienes piden que se retire esos programas del aire? -Yo estaba de acuerdo con que retiren La Paisana Jacinta porque es una representación falsa y con mala leche de un sector grande de la población; pero cuando entramos al terreno de “no me gusta porque me parece feo” ya estamos en otro tema. A mí no me molestan tanto los chicos de Esto es Guerra. No
Eduardo Adrianzén declaró alguna vez: “La televisión es el único trabajo en el cual gente con problemas psiquiátricos graves es estrella”. No quiere mencionar nombres para evitar juicios por difamación pero aclara que se refiere más que nada a las personas que se dedican a la conducción. “Esta tarea conlleva tal grado de histrionismo que es fácil perder la perspectiva y creer que sólo existe en la medida que otros hablan de ellos. La gente que hace ficción, en cambio, es gente bastante normal y tan sana como nos podamos imaginar”. Es difícil contradecirlo. Ahí en la cafetería, nos pide que le tomemos fotografías en el sitio en que está sentado. Hay personas que voltean al ver la cámara y él no quiere llamar la atención. Una actitud que podría considerarse poco común para alguien que trabaja en televisión.
“La autorregulación es un cuentazo, una fábula. La única regla de la televisión comercial es “si me da dinero, bacán”. Y cuando regulan es porque los auspiciadores amenazan con quitarles la plata”. creo que porque veas unas chicas ahí que se chapan a su enamorado a las 5 de la tarde debas escandalizarte. Hay mala televisión pero de ahí a que la prohíbas…esa palabra siempre me da miedo. -¿Cree que es válido el reclamo por una regulación? -A mí lo que me preocupa es quién regula a los reguladores. Si va a regular el Opus, nunca. Le tengo mucho miedo a la ofensiva religiosa conservadora en este país y lo digo con todas sus letras. También es algo que puede utilizarse para beneficio de un partido político. Depende de las personas. Si hay un consejo de comunicadores que sea gente que trabaja en educación y en medios…habría que ver. Tiene que haber regulación porque si tú los dejas, ponen asesinatos de niños a las once de la mañana. -¿Y la autorregulación? Ese es un cuentazo, una fábula. La única regla de la televisión comercial es “si me da dinero, bacán”. Entonces la regulación se la hacen los auspiciadores que ven su marca asociada a contenidos por los que la gente protesta. Ahí sí la regulan porque les quitan la plata. Es así. O hay un código claro o en todo caso esperamos la buena voluntad de los auspiciadores, a quienes puede también importarles un pito.
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-¿Qué consejos les daría a los guionistas que quieren empezar a trabajar en la televisión? -Primero, que tienen que capacitarse muchísimo porque la competencia es feroz. Segundo, que sepan producción. Tercero, ver productos de manera analítica. Un comunicador no puede decir “ay, qué tontería esto”. Su opinión tiene que ser no de televidente sino de analista del producto. El cuarto, enfocarse en lo que quiere hacer. Si quiere o pretende conseguir un trabajo escribiendo ficción, que vea muchas telenovelas y muchas series, que vea mucho de lo que quiere hacer. A mí me parece absurdo que alguien quiera escribir telenovelas y no ha visto ninguna. El quinto sería mucha paciencia porque escribir para televisión es el último escalafón, yo creo. No creo que ninguna persona que empieza debe empezar escribiendo televisión. Bueno, y uno más, ser organizadísimo. Cero juergas, cero vagancia, cero irresponsabilidad. Guionista irresponsable que no tiene el trabajo a la hora que se necesita desaparece en tres minutos.
captura
FICCIONES. Izquierda: 1985, Adrianzén como ‘El Esclavo’ en La ciudad y los perros. Abajo: La Perricholi y Los de arriba y los de abajo, dos de las teleseries que dirigió en los noventa. el comercio
la república
archivo caretas
“Tengo un problema con los radicalismos. Y me preocupa porque me parece que tienen una agenda represora que va más allá. Hay mala televisión que es racista o misógina pero no me gusta cuando ponen en un saco a todos”. -Sobre el tercer consejo, ¿qué quiere decir “ver productos de manera analítica”? -Entre otras cosas, preguntarse por ejemplo: cuál es el concepto del producto, qué cosa busca, cuál es el estilo del producto, a quiénes va dirigido, por qué se hace de esta manera. Un buen producto es algo que está bien pensado. Las novelas de Televisa no son una porquería porque no te gusten; son buenas porque están dirigidas a un público al que le interesa o le gusta ese tipo de actuación, de temas y funciona. La prueba es que se venden en todo el mundo. Los productos
exitosos no están hechos al azar o por chiripa. Nunca un buen concepto va a tener un mal producto. Aunque tenga bajo rating, entonces puede ser un buen producto con un bajo rating pero va a ser un producto sólido, eso es lo que importa. -¿Esa es una de sus motivaciones al momento de escribir? -Yo escribo como si estuviera escribiendo para la Globo de Brasil. Pienso que escribo para gente a la que le gusta cierto grado de verosimilitud. A veces eso lleva más tiempo. Escribir Eva del Edén, por ejemplo, recuer-
do que me tomó más tiempo que escribir otra cosa liviana. Pero bueno, eso me gusta. Otras personas pueden pensar diferente y les puede ir mejor que a mí. No importa tanto la cantidad de esfuerzo que pongas, con el mínimo esfuerzo te puede ir muy bien en la televisión. Ya es una cuestión de amor propio que lo hagas de otra manera. -Si el esfuerzo no es lo más importante, ¿qué garantiza la entrada al mundo de la televisión? -El olfato comercial. Si juntas olfato comercial con ganas de hacer buena televisión…, allí tienes a la Globo que son genios para vender y para hacer sus productos. Pero puedes tener sólo olfato comercial y te puede ir muy bien. Finalmente, es un negocio para mercachifles. Pero no es malo ser mercachifle, es malo ser mercachifle vendiendo algo malo.
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entrevista
Beto
ORTIZ
“La mediocridad consiste en creer que la televisión es una extensión de internet” foto giovani alarcón
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De él se puede decir de todo, pero nunca que es uno más, uno del montón. Desde hace tres años figura en la Encuesta del Poder como el periodista televisivo más influyente del país. Es el mismo número de años que dedicó a hacer sesudas entrevistas políticas por las mañanas y a ser partero de intimidades faranduleras durante las noches de fin de semana. ¿Qué tiene que decir de la televisión el periodista que compara su experiencia frente a cámaras con una erección? Por Paolo Benza
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n una esquina del despacho ubicado en el segundo piso del búnker de Latina hay un perchero del que cuelga la máscara negra y cornuda de una oveja. A su costado, el escudo de Alianza Lima. En la pared opuesta, una pizarra garabateada con lo más variopinto de la política peruana, desde Alan y Keiko, hasta Urresti y Malzón Urbina. Y a un extremo de esa pizarra, las iniciales de su nuevo programa: LNR, La Noticia Rebelde. Beto Ortiz, el hombre cuya gigantesca imagen cuelga en la puerta del canal, entra a la oficina con el gesto de desdén de quien quiere acabar rápido con un trámite. Y además, espera dejarlo en claro. “Te escucho”, dice sin mirarme. Nos quedan más de noventa minutos de conversación por delante. -¿Cómo combates el media training que reciben los políticos cuando entrevistas? -No siento que ninguno haya recibido eso. Todos caen redonditos. -Entonces, ¿no existe el media training? -Sí existe, pero no creo que sirva mucho. Me parecen muy respetables los colegas que se ganan los frejoles haciéndole creer a los políticos que los pueden preparar para una entrevista, pero creo que salir airoso de una depende más de tu personalidad, de tu inteligencia y de tu preparación que de los truquitos que un periodista te pueda dar. Un periodista te va a decir “si te hacen una pregunta difícil, responde con una pregunta”. Una clásica de Alan García es que le haces una pregunta dura y te dice “¿quiere que le diga la verdad?”. -¿Realmente te parecen respetables los periodistas que se dedican a hacer media training o comunicación corporativa? -Es que no todos tenemos la vocación, pues. Yo prefiero que cada uno haga lo que su vocación le dicta. Si tu vocación es hacer billete y eres periodista, pero te dedicas a ge-
rente de imagen del BCP, chévere, porque lo que quieres es hacer billete y el lugar perfecto para hacerlo es un banco. No me parece mal. Me parecería mal que alguien hiciera lobby o dobleteara haciendo creer que es periodista cuando en realidad es el representante de un candidato o de un banco. Eso sí me parece despreciable. Pero tengo amigos que son grandes periodistas y que luego decidieron trabajar en una ONG, en UNICEF, en el Minis-
-Cuando hiciste El Valor de la Verdad, ¿no te aprovechaste de las situaciones jodidas que vive la gente? Ruth Thalía, por ejemplo, era prostituta. No tengo ningún dilema moral con la prostitución, pero no creo que haya sido el sueño de su vida. -Digamos que tú eres prostituta. Yo te hago una pre entrevista, me lo cuentas, y te digo que vas a pasar por un polígrafo que va a decir si es verdad o no, y que voy a hacerte preguntas respecto a tu actividad prostibularia. ¿Estás de acuerdo? Sí. ¿Puedes firmar un documento? Sí. Lo firmas, haces el programa y vuelvo a preguntarte lo mismo. ¿Dónde está el aprovechamiento? Sería distinto que te dijera que si me cuentas que tiraste con el congresista tal, te pago más. Eso es otra cosa, que también existe. Lo que pasó con Ruth Thalía fue que acabó el programa y semanas después la asesinaron. Si yo salgo de acá, cruzo la pista y me pasa una Orión por encima, ¿cuánta responsabilidad tienes tú? De repente salí ofuscado por las preguntas horribles que me hiciste, estaba ensimismado en
“A mí no me obsesiona la plata de la misma manera que a muchos de mis colegas televisivos. Últimamente veo a mis amigos conductores que tienen esta compulsión de diversificarse y sacarle jugo a su éxito”. terio de Vivienda y bueno, si les gusta, si les pagan bien, si están felices... -¿Tú no tienes vocación de hacer billete? -A mí no me obsesiona la plata de la misma manera que a muchos de mis colegas televisivos. Últimamente veo a amigos conductores que tienen esta compulsión de diversificarse y de sacarle el jugo a su éxito, y empiezan a hacer stand up comedy, teatro, cine, circo, panetón, línea de polos, spa, peluquería, clínica. Yo no tengo tanta angurria. Soy una persona sola, tengo pocas necesidades. Abres mi refrigeradora y hay huevos, queso, Inca Kola light: no hay nada. Me gusta ganar bien como a todo el mundo y me doy buenos gustos a veces. Normalmente a fin de año hago un viaje chévere muy lejos, a Turquía, a Marruecos, y ese es mi lujo. Pero no estoy pensando en cambiar mi carro, que ya tiene tres años. Mis amigos con trabajos mucho menos pagados que el mío en este canal tienen carros del año. Yo estoy contento con el tamaño de mi pene, no necesito tener carros bonitos.
mis pensamientos y no vi la cúster. ¿Tú tienes parte de la culpa? No jodas, pues. -¿Realmente no te sientes responsable? -En absoluto. No seguiría haciendo televisión. Si yo en mi actividad periodística indujera a una persona a su propia muerte, dejo de hacer lo que estoy haciendo. Y ha habido casos. Sin ir muy lejos, el mejor amigo de Marco Antonio era productor de Amor, Amor. Él fue a La Cachina y compró el teléfono ensangrentado de Marco Antonio para mostrarlo en televisión, y leyó los mensajes. -Pero perdón, ¿en ese caso revelar una intimidad sí es condenable y en el caso de El Valor de la Verdad no? -Yo no estoy hablando de revelar la intimidad, sino del delito de comprar un objeto robado de un cadáver que, da la casualidad, es de tu amigo. Alguien, tu productor, tu enamorada, te tiene que decir “fíjate lo que vas a hacer, aterriza”. En mi caso es Martín (Suyon), mi productor. Y si una entrevista es mala, la producción también me lo dice.
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Cuando le he hecho malas entrevistas a Alan García, me han preguntado por qué no le hice tal pregunta. Y la respuesta es que Carla (García) me estaba mirando. Ella viene a las entrevistas porque sabe que ejerce una pre-
-Sí, es la más interesante que me ha tocado, porque el país se jugaba la vida. La responsabilidad de tener un programa pequeñito en señal abierta empezó a crecer porque la gente demandaba una información que no existía.
MEDIÁTICO. Junto a Magaly Medina. Con Ruth Thalía en El Valor de la Verdad.
“Por eso es que desprecio tanto a los pendejitos de Twitter y a los palomillas de Facebook, porque me parecen unos cobardes de pacotilla. ¿O sea, tú te pones de nombre Acuario37 y le sacas la mierda a todo el mundo? Eso no tiene ningún valor”. sión psicológica. Solución: cuando entrevistes a Alan, que no venga Carla. -¿Alguna vez has traicionado a una fuente? -Laura Bozzo, en su época más hardcore, me contó delante de una cámara que la plata que supuestamente le pagó Montesinos a Lucrecia Orozco, por haber aparecido en plena campaña electoral hablando de Zaraí, fue enviada en una caja de zapatos que mandó Crousillat a Laura. Ella luego se arrepintió y me llamó a rogarme que no saliera, porque iba a tener repercusiones en su proceso. Es la figura del entrevistado que te da una primicia y luego se arrepiente es bastante frecuente. El programa terminó y, mucho tiempo después, Laura y yo nos enfrascamos en una guerra mediática pública de lo más torpe y autodestructiva. Dentro de ese intercambio de misiles yo presenté el video. -Beto a saber, tu programa en Canal A fue el único de señal abierta que retransmitió el primer vladivideo. ¿Qué significó para ti hacer periodismo en los últimos años de Fujimori? ¿Era una coyuntura mucho más interesante que la actual? 32 /
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Beto a Saber adquirió una importancia inusitada, que no estaba ni siquiera en mis fantasías más salvajes cuando comenzamos a hacerlo. Era un programa ligero, de conversación, jodón pero que no pretendía convertirse en el estandarte de la resistencia o algo por el estilo. Y terminó siendo algo así, porque el cable no estaba tan difundido entonces como ahora. -Leí que una de las entrevistas que le hiciste a Vargas Llosa la preparaste “como tu examen de admisión a la universidad”. -Es que era una responsabilidad enorme, es un personaje enorme. Y si te vas a enfrentar con una persona que tiene más talento que tú, que sabe más que tú, hay que tener la precaución de prepararse para estar a la altura y no quedar como un imbécil. -¿Alguna vez quedaste como un imbécil? -Seguramente, pero no seré yo quien diga cuándo. -¿Cuán difícil era preparar tus entrevistas para un programa matinal (Abre los Ojos)? -Muy sacrificado, muchas veces me iba a dormir sin saber quién venía al día siguien-
te. Yo me entrené para dormir como escolar: ocho y media de la noche. Y a veces a esa hora no teníamos invitado; los políticos son gente muy escurridiza. Entonces, muchas veces tenía que levantarme a las tres en punto, entrar a la computadora, enterarme quiénes eran mis invitados, y ponerme a investigar y leer a esa hora absolutamente indecente para llegar al set con algo en la cabeza. Cuando recién empezaba en la televisión, a fines de los noventa, Beto Ortiz fue acusado de pedofilia. El caso es bastante conocido e involucraba a varios menores de un albergue de San Bartolo. “Es un tema al que ya no le tengo miedo. El tiempo hace que puedas enfrentar este tipo de leyendas negras y fantasmas”, me dice. “Tú vienes aquí, veintitantos años después, a preguntarme la misma pregunta que me hacen todos los estudiantes, coleguitas, entrevistadores y periodistas de aquí a la eternidad. Entonces, ¿tú crees que me voy a poner de mal humor o voy a decir “otra vez preguntando la misma mierda?” No, porque es inevitable, la duda ya está sembrada”. Desde hace un tiempo, Beto dicta talleres de escritura creativa en el penal de Piedras Gordas. La idea, dice, es que los presos aprendan a contar sus vidas para liberarse de la culpa y el rencor. “¿Qué buscas al hacerlo”, le pregunto. “Hacer algo útil, que me llene”, responde. “¿Lo que haces acá (en Latina) no te parece útil, no te llena?” “La televisión es entretenida, pero tiene sus límites”. -¿Cuándo un periodista deja de ser periodista y se transforma en un simple presentador de noticias lector de teleprompter? -Las cadenas norteamericanas hacen que los periodistas escriban sus propios prompters, porque los tienen que decir con naturalidad. Hay periodistas como Anderson Cooper, que es uno de mis role models, que pueden leer noticias, viajar y hacer reportajes, y sentarse delante de Vladimir Putin. Lo que pasa es que, claro, hay gente que llega tres minutos antes, se sienta y lee whatever cosa le pongan en el prompter como robot. Eso es un extremo de mediocridad. También hay reporteros que llegan a la redacción, escriben un gorrito, una conclusión, van, locutan, dejan el texto y se largan. No saben si en su casete hay un asesinato en vivo, una violación, o si su camarógrafo consiguió captar algo que no vieron. Llegas, paporreteas qué, quién, dónde, cuándo, cómo, y sale cualquier huevada al aire con tu firma. Eso me parece mediocre,
foto giovani alarcón
pero es la manera como trabaja el 98% de noticieros de este país. Si no te das la chamba de visionar tu propio material y de pensar qué nuevo recurso visual vas a emplear para que tu reportaje no sea la misma huevada que hacen todos, entonces mejor haz otra cosa. Es lo que he dicho muchas veces cuando he botado gente porque no tiene pasión por lo que hace. Este es un trabajo básicamente de pasión. Si no eres un reportero obseso, si no te mueves por la primicia, si no estás con el cuchillo en la boca, no trabajes conmigo, porque me voy a poner de mal humor. ¿Y 90 mediodía, o 90 central no ejemplifican la mediocridad del periodismo que acabas de mencionar? Bueno, yo tengo públicas discrepancias con la onda de este y todos los canales de llenar el noticiero con videitos de Youtube, bloopers de pingüinos que se resbalan por el hielo y cojudeces por el estilo. Me vuelve
“Este es un trabajo básicamente de pasión. Si no eres un reportero obseso, si no te mueves por la primicia, si no estás con el cuchillo en la boca, no trabajes conmigo, porque me voy a poner de mal humor”. loco, pero da rating. ¿No? Esa es la excusa que se escucha en los comités: “funcionó, nos fue súper”. Claro, huevón, porque vas después de la novela turca. Si yo me pongo a bailar huayno después de la novela turca, también hago rating. -Bueno, 90 mediodía no tiene el colchón de la novela turca. -La mediocridad consiste en creer que la televisión es una extensión de internet. Porque algo funciona en internet, ¿lo tengo que poner en el noticiero? Entonces, ¿por qué no ponemos porno? Hace más rating. Es una lógica
realmente idiota. Y lo peor es que desvirtúa por completo la razón de ser del periodismo. El periodismo puede ser frívolo, farandulero, a veces bobo, pero no puede convertirse en un apéndice de otro medio. ¿Cómo puede ser que gente que supuestamente ha ido a la universidad termine rebotando a todos los pajeros que cuelgan huevadas en Youtube? La gente que llega, desgraciadamente, es la equivocada. Quienes están haciendo los noticieros ahora son la huevona con buenas tetas, la hembrita que se quiere tirar el conductor del programa. Mostro, pero no podemos
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vivir dependiendo de eso. O sea, luego de los muertos en Tía María regresamos porque parece que Alexandra Horler terminó con Antonio Pavón. ¿Y a mí qué mierda? Ahora Mónica Cabrejos hablando durante hora y media en televisión nacional de que Ivan Thays se la tiró en Huancayo. ¿Y a mí que me importa? -Hablas del bloque de espectáculos que es parte de la oferta informativa de Latina. -Claro, ¿pero hora y media? ¡Hello! Es televisión nacional. Me parece bien que lo cu-
to con ella. Ya, qué lindo. Pero yo no soy un caballito de mar, ¿por qué me voy a obligar a ser algo que no soy?”, ironiza. -¿Por qué Beto casi siempre escribe crónicas o relatos en primera persona? -Porque es lo más honesto. Es la manera más directa de decir lo que quiero decir: lo afirmo yo, con mi nombre. Me parece que eso es un requisito de honestidad elemental. Los reporteros tienen la manía de decir ‘hay quienes dicen que usted tendría un hijo fuera
“Cuando le hecho malas entrevistas a Alan García, me han preguntado por qué no le hice tal pregunta. Y la respuesta es que Carla (García) me estaba mirando. Ella viene a las entrevistas porque sabe que ejerce una presión psicológica”. bras, pero tiene que haber un director o un productor que diga “aguanta choche”. ¿Hora y media? Y tienes al pobre ‘Tomate’ (Barraza), que más allá de sus esteroides no puede, que le dice “es que ese señor insultó la comida peruana”. Amigo, acaba de decir que tuvo un aborto, ¿por qué le estás hablando de la chanfainita? Cuando habla, Beto lo hace con tono irónico y maneras burlonas. Antes de entrar a nuestra entrevista, estaba en una reunión con el equipo de su nuevo programa. Allí enfatizó cada uno de los errores ortográficos del spot que le habían hecho para promocionarlo. Sin embargo, cuando algo parece no agradarle, neutraliza la expresión de sus ojos y deja que su nariz aguileña caiga aún más sobre el candado que forma su barba entrecana. Es la expresión que precede a un comentario afilado, a una pregunta punzante. Beto Ortiz es homosexual y ha invertido su dinero en promocionar el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero no se quiere casar. “¿Para qué voy a someter a una persona a mi compañía obligatoria? ¿Por qué las personas deberíamos ser entendidas como posesiones, como objetos? Tú eres mío, yo soy tu dueño, pichula, yo no soy de nadie”, dice. Hace cuatro años que terminó su última relación exclusiva y entendió que no formaba parte de una especie monógama. “El caballito de mar tiene su pareja y se muere de vieji-
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del matrimonio’. ¿Hay quienes dicen? ¿Dónde hay? ¿Quiénes dicen? Digo yo, yo creo, yo opino, soy yo. Ahí está mi nombre y mi cara en la página. Por eso es que desprecio tanto a los pendejitos de Twitter y a los palomillas de Facebook, porque me parecen unos cobarde de pacotilla. ¿O sea, tú te pones de nombre Acuario37 y le sacas la mierda a todo el mundo? Eso no tiene ningún valor. -En el primer capítulo de Maldita Ternura, el personaje principal, que incluso se llama como tú, describe a la televisión como una experiencia orgásmica. Después de tantos años, ¿te sigue pareciendo así o ya no te excita tanto? -Bueno, tampoco dice orgasmo, solamente una erección. Sí me excita, claro. En el momento en que dejé de excitarme, dejaré de hacerlo. De verdad que la vida es tan corta que yo trato de hacer solamente las cosas que me representan un desafío y un vacilón. Y esa es la razón por la que he abandonado programas que la gente hubiera preferido que sigan. -¿Por ejemplo? -Hasta ahora me preguntan en la calle cuándo vuelve El Valor de la Verdad. Nunca. La gente lo extraña, yo no. O sea, amiga, yo no me quiero seguir levantando tres años más a las tres de la mañana para que tú puedas desayunar viéndome. Ya hice mi servicio militar obligatorio. -Te vi en una marcha por la Unión Civil.
¿Es la única causa política que apoyas activamente? -No, lo que pasa en el caso de la Unión Civil es que es una cuestión de ser minoría dentro de la minoría. Dentro de la minoría gay, yo formo parte de los cuatro gatos que están fuera del clóset, que tenemos que salir a pelear por todos los que están debajo de la cama. Y si no pasa eso, salen tres travestis que quieren un poco de espacio en el Trome. Además, tengo la ventaja de ser una figura pública y aparecer de vez en cuando en la Encuesta del Poder. Toda esa mezcla hace que yo sienta que es obligatorio hacer activismo, no solamente dedicándole tiempo, sino también gastando un poco de plata en campañas como Parejas Imaginarias. -Hay muchos personajes públicos homosexuales que están fuera del clóset en su círculo íntimo, pero que decidieron no ventilar esos temas en medios. ¿Te parece criticable o respetable? -A estas alturas me parece cada vez menos respetable, porque la gente que quiere estar escondida tiene cada vez menos pretextos. O sea, si vivieras en Irán o en Uganda, lo entiendo; pero nadie te va a apedrear, nadie te va a escupir por la calle, nadie te va a botar del trabajo porque sería mucho roche. ¿Cuál es tu excusa? Si estás viendo que el grupo de gente al que perteneces está hecho mierda y no haces nada porque te da vergüenza que tu abuelita se entere: fuck you. De verdad, vete a la mierda. -¿Cuál es la diferencia entre medirse y censurarse? -Es una enorme diferencia. Medirse es una cuestión de estrategia. El hecho de que tengas libertad de expresión no quiere decir que tengas que salir a vomitar todo lo que te pasa por la cabeza. -La última: ¿quién es imprescindible en tu vida? -¿Quién es imprescindible en mi vida? Mira, la gente imprescindible en mi vida se ha ido muriendo, o sea que puedo llegar a la conclusión de que yo soy el que es imprescindible en mi vida. Algunas de las personas que más he querido han muerto. Uno dice “si se muere mi mamá, me muero; si se muere mi enamorada, me muero; si se muere mi mejor amigo, me muero”. Y no te mueres, sigues. Si me hubieras hecho esta pregunta hace cinco años, te hubiera dicho que mi madre. Y mi madre ya murió. Y estoy acá. Entonces, creo que nadie. Yo.
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entrevista
Milagros
LEIVA
“Jamás he tenido presiones. Ni en El Comercio ni en Canal N”
foto leonardo cuito
En el 2014 Milagros Leiva apareció en el cuarto lugar en el ranking de los periodistas de televisión más influyentes del país. Desde sus inicios en prensa escrita demostró talento y pasión por las entrevistas; género al que exprime de lunes a viernes en No culpes a la noche de Canal N, y los domingos en Sin peros en la lengua de América Televisión. Su carrera está marcada por la necesidad de escribir, de escuchar y de incomodar; pero hoy, después de 21 años dedicados al periodismo, confiesa que pronto dejará el oficio. Por Hernán P. Floríndez
H
uancayo, 1978. Ella tiene ocho años y está sentada sobre las rodillas de papá, la luz se apaga y la película comienza. Es el estreno de Tiburón, la sala probablemente está llena. A media película Milagros se asusta, se tapa la cara con las manos y deja escapar algunos alaridos. Cuando la cinta termina, pide a papá volver a verla. Doce años después, cuando aún no enrumbaba su vocación,
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Milagros Leiva le dijo que ella no estudiaría medicina en la Cayetano Heredia, tampoco neurocirugía en San Marcos, ni educación especial en la Unifé. Milagros quería estudiar cine en la Universidad de Lima. A las dos primeras carreras no ingresó y de la última se retiró al cuarto ciclo. Papá venía de una tradición de batas blancas, nunca había escuchado que las comunicaciones podían ser una carrera universitaria. Fue difícil, pero él aceptó su vocación. Solo le dejó un consejo parecido a un lamento: “No pierdas tu cerebro Mili…no lo pierdas”. *** “Buenas noches, son las 11 y un minuto y esto es No culpes a la noche”, repite Milagros
Leiva todos los días de esta semana al mismo tiempo que acomoda los papeles de la mesa del set. La cámara deja de enfocarla y presenta al entrevistado: Marco Arana, líder de Tierra y Libertad. Lapicero en mano. Primera pregunta. Milagros quiso hacer televisión desde sus primeras entrevistas en El Comercio para que la gente contraste en vivo los balbuceos, y los gestos que no lograban salir en la edición de papel. Ahora lo ha conseguido. Todo queda registrado, no hay marcha atrás, las palabras que salgan de sus bocas podrán ser sus mejores amigas o enemigas. *** - De alguna forma no has renunciado al sueño del cine y del guión. -No, nunca. Siempre estoy escribiendo y viendo películas. Yo quiero ser guionista. Sé que ya pronto me voy del periodismo. - ¿Me estás diciendo que te vas a retirar del periodismo? - Sí. Es una decisión clara. Son más de 21 años haciendo periodismo, pero debo escribir. Yo tengo que hacer mi película. Ya hice lo que yo quería en periodismo. Que quede claro, en 5 años yo debo tener listo mi guión de cine. *** ¿Señor Arana, es verdad que ahora Tierra y Libertad, es Tierra con Lentejas? Arana ríe. Milagros se refiere al nombre del partido de Arana y las vinculaciones de sobornos a uno de sus militantes. Ya hemos tomado acciones políticas, no podemos negar la presunción de inocencia. La entrevistadora igual hinca, no coge carne pero los pinchazos al aire son divertidos. Insiste en lo mismo. Quiere que Arana sentencie a uno de sus militantes. Quedan solo unos minutos más con Arana, y Milagros manda una pregunta directa al cuello: ¿De qué vive usted señor Arana? Da muchas vueltas pero admite que hace consultorías ambientales. Milagros aprovecha. ¿Solo vive de consultorías? Y… ¿A quién las hace, señor? ¿A Grufides? Arana no lo puede negar. Recibe dinero de la ONG Grufides, que es financiada con dinero español y opositora al proyecto Conga. Mientras más conflictos, más consultorías para Arana.
Amor y periodismo
Milagros entró al periodismo “porque no tenía plata”. Ella quería contar historias desde el cine pero los autores de periodismo narrativo convencieron a Leiva que las grandes historias
no necesitan de producciones millonarias. -Descubriste que no solo el cine puede tener buenas historias. -Sí pues, es que yo no creo en la pirámide invertida, creo que hay que tener el lead, tener el quién, qué, cómo, cuándo y dónde, pero sobre todo hay que narrar. Creo que la noticia es una historia, y tiene que estar bien contada para que todos la lean. -¿Cómo llegaste a El Comercio? -Como en PC World y Ruedas y Tuercas no me querían contratar en planilla decidí irme. A los días mi profesor Mario Cortijo me dijo que en El Comercio se necesitaban redactores, yo quería probar. Me presentó a Roberto ‘Pato’ Almandoz, el editor de todo lo inactual. -¿En qué sección empezaste? -En la entrevista de trabajo, toda soberbia le dije que solo quería hacer culturales. El ‘Pato’ me miró un rato en silencio y me preguntó “¿A quién quieres entrevistar?” Le dije que quería entrevistar a Eco, Bryce, García Márquez, Saramago. Él me dijo “ah, mira, qué bien, que bien”. Y me dijo que no había sitio en culturales pero podía entrar a la sección Mascotas. Fue una cachetada a mi soberbia. -Un año de solo mascotas, ¿cómo sobreviviste? -Le saqué la vuelta. Empecé a escribir historias pero desde los animales. Cuando un perro salvó la vida de una familia en una captura de un emerretista, salí a buscarlos. La familia no quería recibir a ningún periodista, pero les toqué la puerta y pedí que me hablen de su perro. Por primera vez en El Comercio mi nota salió en portada con toda mi narración en la sección Mascotas. (Cuando Milagros llegó a ser editora de Contracorriente, dirigió un grupo de narradores de lujo -Toño Angulo, David Hidalgo, Miguel Ángel Cárdenas, Jimena Pinilla, Gonzalo Galarza- dedicados a crónicas políticas incisivas). -Si Contracorriente era una de las páginas más leídas del diario. ¿Por qué cerró? -Es una pregunta que algún día Alejo Miro Quesada y yo tenemos que resolverla en un café. Y me tendrá que contar por qué la cerró. En esa época Alejo se fue del periódico y entró Paco Miro Quesada. Creo que le comieron el coco a Alejo. Imagino que pisamos callos. Para mí, fue una de las mejores páginas que se han hecho en El Comercio. En Contracorriente se habían publicado piezas literarias. -Es un contenido que ya casi no se ve. Hay crónicas para distraídos, pero muy pocas con abordaje político.
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-Requiere mucha investigación, irreverencia, incomodar al poder y que el medio respalde eso. Pisas callos, te ganas enemigos. Pero es obvio no te haces periodista para ser amigo de los poderosos. Si quieres hacer crónicas políticas tienes que atenerte a las consecuencias. -¿Cómo te enteraste de que cerrarían tu sección? -Yo estaba en un velorio. Una persona se
bre, y Joaquín fallece el 16 de ese mismo mes. Nos separamos solo dos horas, salí a comer con mi mamá y él se quedó en casa porque se sentía cansado. Cuando regresé, ya estaba muerto. Había sido un infarto. -Pero no entiendo...a pesar de su muerte no dejaste de hacer el programa. -Joaquín era 5 Minutos y No culpes a la noche. Parar, hubiera sido volver a matar a Joaquín. Pero sí fue duro, hay cosas que no
“Nos separamos solo dos horas, salí a comer con mi mamá y Joaquín se quedó en casa, se sentía cansado. Cuando regresé, ya estaba muerto”. acercó y me dijo: ‘Ahora, ¿qué vas a hacer?’. Yo no entendía, ¿hacer qué? Y me explicó que cerrarían Contracorriente. Fue un golpe muy duro.
recuerdo. El cerebro se pone en piloto automático y bloquea el dolor. A veces, antes del programa, sólo lloraba. No recuerdo casi ninguna de esas entrevistas.
*** Joaquín Hastamorir fue un hombre decisivo en la vida sentimental y en la carrera profesional de Milagros. Tres años después de su muerte, Milagros ya puede hablar de él sin llorar. Su historia comienza en un avión: Joaquín se acerca a la chica linda y desconocida. Es correspondido. Él pronto quedó impresionado por la conversación de Milagros. Cuando se entera que ella es periodista suelta una pregunta con sabor elogio: “¿Por qué no tienes un programa de televisión? ¡Me has sacado mi vida en 5 minutos!”. -¿Cómo influyó Joaquín en tu carrera periodística? -Joaquín me impulsó para hacer 5 Minutos. Yo hice los videos para mi blog, 27 capítulos sin auspicios, y se los mostré a Fabricio Torres del Águila (editor web de El Comercio y Canal N), para ver si me daba la autorización de colgarlo en mi blog de El Comercio. Cuando lo vio, quedó encantado. Él abrió los ojos y me dijo que esto era para la televisión, para Canal N. Yo me abalancé a abrazarlo. Estaba sorprendidísima, pero para Joaquín era obvio que eso iba a pasar. -¿Cómo pasas de un programa de 5 minutos a uno de una hora? -Joaquín me dijo que con el programa al aire bastaría un par de meses para que cualquier productor del Perú me diera un programa de entrevistas largas. A las dos semanas, Fabricio me propuso hacer No culpes a la noche, yo no lo podía creer. 5 Minutos salió en agosto, No culpes a la noche el 03 de octu-
El infierno de Milagros
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Milagros es la misma entrevistando en papel, en televisión o conversando en una banca como ahora. ¿Muy suave? Las críticas a Milagros son duras. Tanto tiempo en el grupo Miro Quesada ha servido para que la señalen como su interlocutora. Además, un sector de sus televidentes la ve con desconfianza cada vez que entrevista a Alan García o a alguien
del APRA. Algunos suspicaces creen que hay una especie de pacto entre la periodista y el expresidente. La televisión y el twitter le han dado a Milagros una exposición que por momentos carga como una condena. -Cuando Paco Miro Quesada te llama para que te turnes con Mariela Balbi las entrevistas políticas. ¿Cómo manejaste el tema de las presiones de la dirección en las entrevistas políticas? -Jamás he tenido presiones de la dirección. Nunca las he tenido ni en El Comercio, ni en Canal N, ni en América Televisión. Clara Elvira Ospina o Ronald Velarde jamás me han llamado a presionarme. Pero claro, los entrevistados los elegía el director. El periodista propone, pero la última palabra la tiene el director. -¿Nunca te han llamado de parte del anunciante? ¿No hay una posición del canal que tú debas obedecer? -¡Jamás! ¿Qué te pasa? Si hubiese pasado, yo me habría ido. - Hildebrandt habla del garrote y de la zanahoria para las entrevistas. De golpear, y al mismo tiempo ser bueno con tu entrevistado ¿Cómo manejas tus armas? - Yo no voy con “la pata en alto” porque sé que voy a cerrar a mi entrevistado. Yo sé que tengo mis garrotes, pero yo no te voy a abrir la puerta para darte un puñetazo, aunque sé foto leonardo cuito
foto ellos
& ellas
- El entrevistado más difícil de todo el Perú. Por eso es divertido ver a esa gente criticando tanto, me gustaría verlos entrevistando a García, a ver qué tal les va. García es un hombre muy inteligente, es un personaje que estudia a los periodistas. - ¿Sientes que has podido ponerlo contra las cuerdas? -Varias veces, se ha enojado conmigo también. La última entrevista que tuve con Alan García en América sentí que él no quería que
el show, eso lo reconozco. No sé entrar a este juego pues. Es bien jodido. (Milagros fue tendencia en twitter cuando en el programa Sin peros en la lengua presentó un reportaje a astrólogos y cosmobiólogos para hablar sobre Nadine Heredia y dijo que iniciarían una lectura de las cartas astrales de los candidatos a la presidencia). -Me dan risa las críticas. Por un reportaje quisieron barrer y destrozar mi carrera. Todos los periodistas en época de elecciones hace-
“García fue un patán igual que Urresti. Pero ¿qué quieren? ¿que se lo diga al aire? Lo que pasa es que no estoy preparada para el show, eso lo reconozco”.
que te mereces varios. Porque el entrevistado merece dar su versión. -¿Y alguna vez has sentido que has sido demasiado amable? - Yo no pienso eso, soy respetuosa, bromeo; pero soy una periodista y hago preguntas que algunos nunca se atreverían a hacerlas. Pero como no entro pegando mil patadas me descalifican ¿qué puedo hacer? - Y tus críticos se vuelven más severos cuando se trata del Apra. - Cuando se trata de Alan García me han dicho cosas bastante obscenas. Yo les diría que revisen las entrevistas que le he hecho, lo de su bipolaridad lo resolví en la entrevista de El Comercio. Lo de Pilar Nores en Canal N. Pero también entiendo de quién vienen las críticas, como Daniel Urresti, que dio luz verde para que me insulten de la peor manera. Urresti fue el primero en hacer referencias de mi trabajo periodístico con Alan García. Eso fue bastante canalla. (Cuando Urresti era Ministro del Interior y vivía obsesionado por dejar improperios a través del twitter, compartió una imagen en la que se entendía que Leiva estaba “en la banca” de amantes de Alan García). - Imagino que García debe ser uno de tus entrevistados más difíciles.
lo entrevistaran. Sentía que todo era calculado. A veces los políticos no quieren ser entrevistados. Como el caso de Juan Jiménez, cuando dijo que la inseguridad era una percepción, y le echaba la culpa a los medios. - Sin embargo son resultados muy distintos, ¿no? Con Jiménez logras que trastabille, mientras que con García, por momentos, pareciese que él era el conductor. Él mandando al corte, haciendo bromas, robando cámara. - Yo estaba muy incómoda. Quería mandarlo al diablo, pero era el expresidente de la República. ¿Para qué haría eso? Para tener titulares al día siguiente de ¡Uy! Milagros cuadró al presidente... ¡Por favor! ¿Qué debía hacer? ¿El show de la televisión? - ¿Quizá sí debiste? -Es muy fácil ser general después de la guerra. A mí personalmente no me gustó esa entrevista. Encima se atrevió a bromear con esa estupidez de la banca. Yo estaba muy molesta y opté por ignorarlo. Ese programa fue muy malo. - Hay momentos en que hay que sacar chispas, ¿no? - Lo hice con él cuando le dije que deje de bromear, pero no es fácil que a una periodista le digan que es amante de un hombre que ha sido dos veces presidente del Perú. No es fácil. Después de lo que dijo Urresti, me han hecho las peores bromas sexuales de mi vida. - Y al invitarlo, ¿No se te ocurrió que ese tema se iba a tocar? - Yo lo iba a tocar. Pero él lo sacó primero, y mal ¿no? García fue un patán igual que Urresti. Pero ¿qué quieren? ¿Que se lo diga al aire? Lo que pasa es que no estoy preparada para
mos eso. Me parece bien, me encantaría leer cartas astrales. - ¿Crees que es un recurso periodístico válido y legítimo? - Claro, por supuesto, se hace todo el tiempo… sólo que ¡oh! nos metimos con Nadine Heredia, la intocable. Yo voy a defender el reportaje toda mi vida. - ¿No tienes ninguna autocrítica respecto de este tema? - Creo que no debió aparecer en el primer bloque. El cosmobiólogo no se equivocó al decir que a Nadine le gusta el dinero. Fue bien acertado en su carta astral. - ¿Y tú crees que necesitábamos de un cosmobiólogo para saber que a Nadine Heredia le gusta la plata? -No - ¿Entonces? - ¿Entonces qué? ¡Es un recurso! De lo contrario no debería existir la cosmobiología, no debería existir la astrología, ni la lectura del tarot, no debería existir nada de eso. Yo a Rubén Jungbluth, el cosmobiólogo, lo he entrevistado en No culpes y nadie se rasgó las vestiduras. - Bueno, hay gente que cree en eso, es cierto. Justamente tiene sentido porque este tema de lo oculto, de energías y el tarot es parte de tu cosmovisión ¿verdad? - Cosmovisión... no sé si es burla o ironía. Pero sí es parte de mi personalidad, yo creo en todo eso, creo en la energía, en que todo regresa, creo en el karma, en la reencarnación, creo que lo que haces aquí, aquí se paga. -¿Crees en un cielo y en un infierno? - Nada más allá de la muerte. Aquí vives tu cielo, y aquí vives tu infierno.
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opinión
Tealdo, periodista para recordar Por Juan Gargurevich Decano de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación
A veintisiete años de su partida, una semblanza del primer y más notable entrevistador de la televisión peruana.
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lfonso Tealdo fue por medio siglo el indiscutible rey de la entrevista del periodismo criollo. Yo lo entrevisté una vez, allá por 1985, en su pequeña oficina de Panamericana Televisión, en la avenida Arequipa; charlamos brevemente y luego salimos a tomar café al cercano Berisso. Durante la escasa hora que conversamos sobre la historia de Pulso, su gran programa de panel y otros, Tealdo tomó dos expresos y se fumó una docena de cigarrillos. Delgado, cabeza grande y frente amplia, muy blanco, lentes gruesos, daba la impresión de ser un manojo de nervios, o quizá lo hallé en mal momento. Se atropellaba un poco para hablar, como impaciente por la charla (en algún momento temí que saliera corriendo), pero él quería seguir hablando… de él mismo, por supuesto, su principal personaje. Tealdo nació en Lima en 1914 y estudió en el colegio Anglo Peruano. En la secundaria ya escribía y animaba la revista colegial Leader, donde publicó una nota sobre Mahoma, que marcó su debut en el periodismo. No pudo ingresar entonces a la Universidad de San Marcos para estudiar Letras porque estaba clausurada y, como muchos de su tiempo, enrumbó hacia la Universidad Católica, la única privada de entonces y que mantenía y defendía su estabilidad por encima de los avatares políticos. Cuando Tealdo estudia Letras en el antiguo local de la Plaza Francia, en 1935, un militante aprista mata al director de El Comercio y a su esposa; suceso que conmueve al país y acentúa la persecución contra el APRA y su líder, Haya de la Torre. En 1937 Tealdo empezó a publicar algunos artículos en El Comercio. Luego escribió ensayos e hizo entrevistas para la revista Turismo. En 1944 ganaría su primer galardón, nada me-
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nos que el Premio Nacional de Periodismo. No se alejaría más del oficio, incluso en su etapa de diplomático. Durante el gobierno de Luis Bustamante y Rivero (1945-1948) fue nombrado agregado cultural en México y luego retornó a Lima para fundar la famosa revista Gala.
PULSO. Con César Hildebrandt y Genaro Delgado Parker. Debajo, entre Diez Canseco y Alan García.
En Gala las relaciones con el alto mundo las pondría Jorge Holguín de Lavalle y la publicidad la conseguiría Doris Gibson. Finalmente la lanzaron a circulación en mayo de 1948 al inconcebible precio de doce soles cuando los diarios costaban 15 centavos y las revistas un sol. Fue un suceso periodístico y social pero un fracaso comercial. Tealdo decidió luego pasar a la zona informativa y política con el semanario ¡Ya!, que circuló desde febrero de 1949. En su primera
carátula se lucía la foto del fakir brasileño Urbano. Este, por coincidencia, eligió el mismo día del lanzamiento para abandonar la urna en donde presuntamente había batido el récord mundial de ayuno. Se suponía que ¡Ya! sería independiente, pero a las pocas semanas Tealdo proclamó su adhesión a la candidatura de José Quesada Larrea, quien compitió con Manuel Prado en las elecciones de 39 y fue embajador en Argentina del gobierno de Bustamante. Las elecciones estaban previstas para el 2 de julio del año siguiente. Pronto Tealdo abandonó ¡Ya! y al poco tiempo inició la campaña publicitaria de Pan, su nueva revista: “Pan: será como el pan, estará en la mesa de todos. En la del pobre y en la del rico”. Pan tuvo un comienzo auspicioso debido a una ingeniosa campaña publicitaria. El día de la salida, el 8 de julio de 1949, un avión de la empresa Faucett sobrevoló Lima arrojando vales para premios (ternos, plumas fuente, etc.) y ejemplares de la revista. Pan no se libró de la persecución. La policía notificó a Tealdo que debía cerrarla, y éste acusó a La Prensa: “Ravines no ha triunfado. Mi clausura significa su derrota. Su derrota definitiva (…) Ya lo veré vendiendo algodón azucarado en las calles”. Los años siguientes son de bohemia intensa, algo de publicidad, de colaboración en periódicos que le aceptan sus ensayos y entrevistas y de algunas aventuras editoriales de poca envergadura como Dedeté, cuyo lema era: “Un semanario contra toda clase de parásitos”, o de sociedad para editar el humorístico Loquibambia, un programa de radio de gran éxito con libretos de Freddy, un talentoso argentino. En 1958 Tealdo incursionó en la radio re-
CRESPUSCULAR. Alfonso Tealdo Simi en los ochenta. Fue su última década. La dedicó a escribir columnas de opinión y semblanzas.
dactando La Voz y la Pluma para Radio Nacional, texto que leía el conocido locutor Guillermo Lecca. Luego pasará su programa a Radio Central y más tarde a Radio Panamericana, ambas emisoras de la familia Delgado. Serán los Delgado quienes lo lancen a la televisión con un éxito probablemente inesperado. En 1960 se inicia Ante el Público en el Canal 13. El programa empezó bajo la conducción de Jorge Luis Recavarren, pero poco después sería sustituido por Tealdo. A este, sin embargo, le esperaba más aventuras en la prensa escrita. La siguiente fue como editor. En 1961, y con el auspicio de Pedro Beltrán y La Prensa, lanzó el vespertino El Diario, un buen tabloide que tuvo una historia fugaz. Todo indicaba que las elecciones de 1962 serían muy reñidas; se enfrentaban Fernando Belaunde Terry, de Acción Popular, y Víctor Raúl Haya de la Torre, líder histórico del APRA. Fue la primera vez que la televisión tuvo la oportunidad de cubrir un gran evento electoral. Como se recordará, la era comercial del nuevo medio recién se inició con Canal 4, en 1958 . Cuatro años después, en 1962, apareció
el programa Las cartas sobre la mesa, conducido por el redactor de La Prensa, Luis Rey de Castro. Los años siguientes fueron de colaboración plena con la televisión, unido a los Delgado Parker. Tealdo dirigió el noticiero El Pana-
sabía, interrumpía constantemente a sus ‘víctimas’ y no les permitía desarrollar conceptos completos. El programa fue suspendido hacia 1973. Solo quedó la secuencia de Ferrando Trampolín a la Fama y Tealdo debió esperar hasta la
Impuso la entrevista-ataque en la que trataba por todos los medios de poner en apuros, implacablemente, a sus entrevistados. mericano hasta 1965, año en que fue reemplazado por Julio Estremadoyro. Carlos Paz Cafferata lo convocaría más tarde para el programa sabatino Perú-67. Este cambiaba de nombre cada año. Allí se hizo cargo de la secuencia de entrevistas llamada “Tealdo Pregunta”. Fue el momento de gloria de Tealdo en la televisión, aseguran colegas que trabajaron con él o recuerdan sus programas. Según ellos, impuso la entrevista-ataque en la que trataba por todos los medios de poner en apuros, implacablemente, a sus entrevistados. Para ello Tealdo investigaba a fondo los temas y como consideraba que las respuestas ya las
fundación del nuevo noticiero 24 Horas. Allí le ofrecieron un espacio para entrevistas. En marzo de 1976 el gobierno militar decidió renovar a los directores de los diarios en vías de expropiación y llamó a Tealdo para dirigir El Comercio, cargo que ejerció hasta junio de 1978. No colaboró más con el gobierno militar y regresó a la televisión para una última etapa caracterizada por la acentuación de la bohemia que finalmente le provocó una enfermedad terminal. Murió el 31 de junio de 1988. Los medios que dieron cuenta de su desaparición lo recordaron como el mejor entrevistador de la historia del periodismo peruano.
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EL CINÉFILO COMO VOYEUR
Profesor, investigador académico, crítico de cine y conductor de un programa televisivo de divulgación cultural, Ricardo Bedoya es considerado uno de los hombres que más sabe de cine en el Perú. Su erudición y capacidad para explicar la ficción cinematográfica lo han convertido en un referente insoslayable. Este es un retrato del conductor de El placer de los ojos, programa sabatino que se transmite por TV Perú desde hace una década. Por Diego Olivas foto revista asia sur
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icardo Bedoya está sentado en el café del Centro Cultural de la PUCP, junto a un joven que trabaja de asistente en la Muestra de Cine Independiente Peruano del MALI. Es agosto del 2013 y Bedoya, que había estado ausente en parte de la proyección, había pactado un encuentro con él para adquirir los cortometrajes que se había perdido una semana antes del 17 Festival de Cine de Lima. Mientras departía brevemente y auscultaba el DVD, recibe la llamada que estaba esperando y le pide al asistente que lo acompañe afuera. Santos Demonios Visuales, quien se hizo conocido como el antiguo vendedor de Mondo Trasho -en el pasaje 18 de Polvos Azules- lo esperaba en la entrada. Era el tiempo en el que acababa de iniciar su servicio de películas por delivery. Bedoya y el asistente permanecieron los minutos posteriores colocando en su vehículo alrededor de una decena de cajas llenas de DVD, de una infinidad de películas. En Pulpotting, episodio de la micro-comedia web Los Cinéfilos, vemos a Santos Demonios Visuales entrar apremiado al departamento de los cinéfilos excusándose “disculpen la demora, tenía un pedido urgente de Ricardo Bedoya”. Acaso la referencia se acercaba mucho a la realidad. Santos afirma ser un dealer de la droga visual. Bedoya cerró una transacción de una gran cantidad de películas en la calle. Un verdadero cinéfilo se las agencia como puede. ¿Qué relación tiene Bedoya con el cine? ¿Cuál es el alcance de su pasión?
*** De pronto esta pasión tiene un reflejo fundamental en El placer de los ojos, espacio de TV Perú dedicado al séptimo arte que cumplirá quince años el próximo noviembre, dirigido y conducido por Ricardo Bedoya. El programa, planteado como un proyecto de crítica cinematográfica en el 2000, ha devenido en una suerte de magazine audiovisual tanto para cinéfilos como para espectadores corrientes que tienen cierto acercamiento al cine. Cada sábado a las nueve de la noche, el programa presenta informes especiales sobre los más afamados directores, cinematografías o temas; reseñas y comentarios de los exponentes de la cartelera y los festivales; su intensa labor en la difusión de la producción local con proyecciones de cortometrajes nacionales; y entrevistas a realizadores o gente relacionada al cine. El discurso del programa va más allá de la mera mención de la carte-
lera, acaso aditivo publicitario de las distribuidoras. La idea del programa surgió en el 2000 como una propuesta del canal 7, entonces Televisión Nacional del Perú. El país vivía el breve mandato transitorio de Valentín Paniagua. El canal buscaba purgarse de cualquier mácula fujimorista o imagen de lo que fue durante la dictadura. Bedoya recibió la oferta de Bernardo Cáceres, por ese entonces Asesor de la Presidencia del Consejo Directivo. Quería hacer un programa de cine peruano. Bedoya rechazó la propuesta. No pasó más de una semana para que Cáceres arremetiera nuevamente, planteándole la dirección de un programa de cine en general, que sería parte de una franja cultural. Bedoya estaba inmer-
que les interesa el cine como acontecimiento cultural”. Ricardo Bedoya afirma que El placer de los ojos no es en definitiva un programa de crítica de cine. “En la televisión peruana es muy difícil, casi imposible, concebir algo como un programa de crítica cinematográfica. Ello supone otro tipo de acercamiento a las películas. Si bien tiene opinión -pues sí decimos que existen películas buenas y malas-, lo que tenemos es un espacio informativo”. Si El placer de los ojos se ha posicionado como un programa de gran trayectoria, generando una fuerte fidelidad a través de los años, es en gran medida por la erudición y simpatía de su conductor, y su incontenible entusiasmo al charlar sobre cine, lucubrando foto diego olivas
CINÉPATA. Bedoya en su oficina de la Universidad de Lima. Detrás, afiche de una película alemana.
so en otro contexto: las clases que dictaba en la universidad, su faceta de investigador, las discusiones sobre cine. Nunca había contemplado la posibilidad de trabajar en la televisión. “Era una oportunidad ajena a mi quehacer, interesante. Terminé aceptando”. Así nació El placer de los ojos, como parte de un bloque de programas culturales dirigidos por Javier Protzel, Iván Thays, Antonio Zapata y Luis Peirano. Ese fue el inicio. Hoy solamente sobrevive El placer de los ojos. La concepción del programa, según Bedoya, no está enfocada en un público cinéfilo, sino uno que tiene al cine como referente, mas no como especialización. Se trata de un público difícil de determinar. “No diría que el programa está dirigido a una audiencia específica, creo que es muy abierto, para aquellos
acerca de diversos temas, esclareciendo conceptos, comentando referencias. ¿Quién es Ricardo Bedoya? *** Ricardo Bedoya se desempeña como docente en la Universidad de Lima, donde dicta cursos de cine. Curiosamente, Bedoya no estudió cine, sino derecho -en la PUCP, donde mucho después haría también una Maestría en Antropología Visual-, carrera que ejerció durante doce años. Pero la cinefilia siempre moraba en sus pensamientos. Así, cual Bruce Wayne, llevaba una doble vida: su performance jurídica diurna y, caído el crepúsculo, se imbuía nuevamente de la ficción, transformándose en un cinépata -como propone Fuguet-, una “persona de cine” nocturna,
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Se proclama un coleccionista compulsivo de películas. En su departamento hay miles de DVD y Bluray, acumulados a través de los años, tanto piratas como originales. El cine ha sitiado literalmente su hogar. yendo de filmoteca a filmoteca, discutiendo películas con otros cinéfilos hasta rayar el alba. León Frías, un amigo suyo, todavía recuerda la tarde en la que recibió una llamada telefónica de Bedoya, en la que le revelaba su retiro del derecho, hace aproximadamente veinticinco años. “Voy a dejarlo. Me dedicaré a la crítica. A la cultura cinematográfica. Lo haré”. Su determinación fue absoluta. No había vuelta atrás. Bedoya nunca pensó articular su carrera con su pasión. “Mi relación con el cine es previa al derecho. No es una relación profesional. Es una relación emocional, de afición y convicción. No recuerdo ninguna época de mi vida en la que haya dejado de ir al cine o ido con menos frecuencia
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y obsesión”. Bedoya tiene toda una bibliografía publicada sobre cine, además de la próxima entrega El cine peruano en tiempos digitales. Entorno, memoria y representaciones (2015). Por si fuera poco, es fundador y editor del blog de cine Páginas del diario de Satán, que se ha vuelto un referente en la actualidad. *** Una tarde de 1970, Ricardo Bedoya tocó la puerta de la oficina de la revista Hablemos de cine para preguntar por algunas ediciones que le faltaban. Era su último año escolar. Tenía dieciséis años. León Frías lo atendió y, aunque casi no conversaron en aquella
ocasión, fue el inicio de las visitas del novel Bedoya, quien pasaría a formar parte de la nueva generación de críticos de la legendaria Hablemos de cine. Nacida hace cincuenta años, significó la primera aventura editorial dedicada a la crítica y comentario de cine, y originó una suerte de cofradía que duró hasta el último número, veinte años después, en 1985. Fue fundada por cuatro cinéfilos de la PUCP: Juan Bullita, Federico ‘Fico’ de Cárdenas, ‘Chacho’ León Frías y Carlos Rodríguez Larraín; con Desiderio Blanco como mentor. Sus primeros números, ahora inhallables, eran mimeografiados. Melvin Ledgard, docente y crítico de cine, recuerda en un artículo publicado en el número 157 de Quehacer. “Cuando llegué a la revista, Ricardo Bedoya era un tercer mosquetero que conformaba su núcleo más permanente e indestructible con Chacho y Fico. En realidad, ellos tres siempre han hablado sobre cine y hoy, cuando me los encuentro, juntos o por separado, siguen haciéndolo”. Las reuniones, como recuerda Bedoya, suce-
dieron todos los miércoles en la noche durante veinte años, en casa de León Frías -quien también las dirigía-, en San Isidro. Esta congregación de cinéfilos se instalaba a hablar de la revista y especialmente a conversar sobre cine, lo que León Frías denomina “debate cineclubístico”. Muchos críticos se formaron en esas reuniones. Tras la experiencia de otras revistas de cine, como La gran ilusión o Tren de sombras, Bedoya pasaría a formar parte del equipo de La ventana indiscreta, que continúa hasta ahora, donde forma parte del comité editorial. *** Ricardo Bedoya se autoproclama un coleccionista compulsivo de películas. En su departamento hay una indecible cantidad de discos de DVD y Blu-ray, acumulados a través de los años, tanto piratas como originales. El cine ha sitiado su hogar, al nivel de tener que poner un estante de películas en la repostería. Hace algunos años, Fico de Cárdenas estaba buscando la versión completa de Out 1, noli me tangere, una película del francés Jacques Rivette, célebre por ser una de las más largas de la historia del cine, con 760 minutos de duración -casi trece horas-. No es fácil de encontrar. Al enterarse, Bedoya no vaciló en prestársela, pues la tenía en su colección. “Lo que siempre me ha fascinado es que lee todo, ve todo, y además escribe sobre lo que lee y ve. ¿Cómo lo hace? ¿En qué momento?”, sostiene el crítico José Carlos Cabrejo. Ricardo Bedoya ve películas a un nivel desenfrenado. Calcula que ve alrededor de cuatrocientas películas al año. Por lo general, suele ver al menos una diaria. Muy pocas veces ninguna. A veces muchas. “El cinéfilo más abarcador y tenaz que conozco. Está al tanto de casi todo lo que se hace en todas partes”, asevera León Frías. Jamás ve películas dobladas. “Creo que el doblaje es una distorsión y, sobre todo, una mutilación”. Ricardo Bedoya aprecia la vasta diversidad del cine, fluctúa entre la densidad del cine de autor hasta la banalidad de la taquilla. Puede comentar la última película independiente de Apichatpong Weerasethakul y el mismo día escribir una reseña sobre Guardians of the Galaxy. “Actualmente la cinefilia se ha parcelado. Hay cinéfilos que les gusta solamente el terror o solamente el cine experimental, que ahora está de moda. Yo quiero verlo todo. Y es un problema. Un problema serio. Porque no paro”.
Ricardo Bedoya fue al cine por primera vez con su padre. Era muy pequeño. La película deviene nebulosa en su evocación: la imagen de un tropel de caballos desbocados, a toda velocidad, levantando polvo hacia la pantalla. El pavor devino en un alarido desconsolado y la posterior salida del cine, tras romper en llanto. Bedoya desconfía de su recuerdo. Podría, quizás, ser una ficción, un artificio de su memoria. Pero esa es su construcción, es lo que tiene grabado. Luego recuerda claramente Ben Hur (1959), de Wyler, también con su padre, en el cine Metro. Tenía cinco o seis años. En esa ocasión, salió del cine sonriendo. *** Murnau, Laughton, Mizoguchi, Ford y muchos más. Bedoya tiene una considerable lista de cineastas predilectos. Siente que sus películas favoritas van cambiando de acuerdo a distintas circunstancias: sus emociones, el cielo gris de algunas mañanas, el abrazo amable de ciertas noches. “Sus preferencias tienen en común esa poesía de los umbrales a partir de las fuerzas del deseo desatado”,
perfecto, que tiene qué ver con el recuerdo, la memoria, la educación del pasado, incluso la necrofilia; y la reconstrucción de algo que ya no puede ser: una mujer muerta que él trata de recrear”. Pero también se puede ver como esa búsqueda de un fin perfecto. Y la cinefilia tiene mucho de eso. “Uno va al cine con la intención de encontrarse con una historia, una película, mejor que la anterior. Que te satisfaga absolutamente. En el fondo sabes que no es verdad, que cada película tiene sus propias características, que ese ideal no existe, pero lo vas a buscar y lo seguirás buscando en cada película. Esa es la cinefilia”. Vemos a Scottie en constante stalking, siempre observando. “Él es un mirón, un voyeur, un cinéfilo”, sostiene el crítico. ¿Es el placer de los ojos un placer voyeur? Para Bedoya, el cinéfilo es un mirón además por la funcionalidad del cine mismo en su dispositivo, es decir, la oscuridad en derredor, verlo a través de la pantalla, ya sea la del cine o tu televisor. “La pantalla encuadra, recorta un espacio, algo típico del fetichismo: demarcar, ajustar algo que conviertes en un objeto no
Una tarde de 1970, Bedoya tocó la puerta de la oficina de la revista Hablemos de cine para preguntar por algunas ediciones que le faltaban. Tenía dieciséis años. Pronto se incorporaría a la legendaria publicación. sostiene su colega León Frías. Acaso podría decirse, quizás, que su película preferida es Vertigo (1958), de Hitchcock. La cinta narra la historia de Scottie, un detective de San Francisco que sufre de vértigo y acrofobia y decide retirarse del servicio. Una tarde, recibe la llamada de Gavin, un viejo amigo de la adolescencia, quien lo contrata para vigilar y seguir a su esposa Madeleine. Ello deviene en una serie de oscuros y extraños sucesos que tornan a Scottie al borde de la confusión y la demencia, obsesionándose profundamente con ella. Bedoya la vio por primera vez en un VHS de pésima calidad. Afirma haberla visto más de diez veces. Ha logrado comprender sus muchos matices, conectarse emocionalmente con la película. Comparte, además, la fobia a las alturas, los vuelos y los abismos. Según Bedoya, existen muchas maneras de ver Vertigo. Una es como una reflexión o ensayo a la mirada y la obsesión de mirar. Otra es como un reflejo a la creación. “Scottie es un creador, trata de acercarse y crear un modelo
solamente de contemplación, sino de deseo. El cine siempre propició eso. La imagen ofrecida de aquello que tú puedes contemplar a través del ojo de la cerradura o mirando indiscretamente a través de la puerta entreabierta”, cual Peeping Tom (1960), de Michael Powell. El cine permite al espectador observar lo prohibido. “Nos convierte en crueles, excitados, soñadores, románticos, culpables, llorones. El cine te construye. Detrás de la mirada hay un estilo, una personalidad, una escritura, el cine te propone formas de mirar”, agrega Bedoya. “La cinefilia es un estilo de vida. Hace poco vi una película muy buena sobre un cinéfilo portugués. En un momento define la cinefilia como la forma de organizar tu vida en relación con las películas. Vas definiendo tu tiempo, tus decisiones, tu modo de ser, todo lo organizas en torno al cine. Construyes tu vida en relación a lo que tienes, y lo que tienes es el cine. Eso hago todo el tiempo. Es mi vida”.
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entrevista
Jaime
PULGAR VIDAL
“Si no argumentas no eres periodista, eres un hincha más con un micrófono en la mano” foto giovani alarcón
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Periodista, historiador y docente universitario, Jaime Pulgar Vidal combina su sólida formación académica con una vasta experiencia como reportero, comentarista y productor de programas deportivos. En las siguientes líneas recuerda sus inicios y lanza una mirada panorámica sobre el fútbol local. Por Elvis Jáuregui Siempre hay una sonrisa recurrente en el rostro de Jaime Pulgar Vidal. Es un gesto que lo caracteriza desde los días en que lucía delgado y sobre todo pelucón. Es una mañana soleada de mayo y Jaime viste elegante: en unas horas visitará a su madre. Ella está internada en un hospital de EsSalud y hoy es su cumpleaños. La preocupación no borra su sonrisa. En la sala de su departamento destaca un enorme anaquel de madera diseñado especialmente para exhibir una colección de botellas y latas de cerveza de la más diversa procedencia. Es el fruto de sus viajes como reportero. “Cada botella contiene en su diseño la identidad propia y la historia de cada lugar”, explica Jaime. Al lado, un estante lleno de libros de historia ocupa la pared más ancha de la sala. El televisor está encendido y trasmite un partido entre Juventus y Fiorentina por la Copa de Italia. Estamos en el lugar idóneo para hablar de sus convicciones profesionales y de sus aficiones de coleccionista. Detrás de esos anteojos que resaltan su mirada, hay un analista agudo, profundamente observador y dotado de un singular espíritu crítico. Jaime es de aquellos que no deja nada al azar. Está pendiente de todo, aunque a veces tarda un poco en acordarse de algunos detalles. El historiador admite con ironía: “Siempre se me van los nombres”. Su temprana afición por las letras alimentó desde pequeño el sueño de convertirse con los años en un académico. Hoy enseña en tres universidades y estudia el fútbol como un fenómeno cultural. Si bien su padre estimuló en él las inquietudes intelectuales, trató de disuadirlo cuando Jaime le reveló su primera vocación. “No vas a poder vivir como historia-
EN VIVO. 1995. Cristal en Copa Libertadores con Alberto Beingolea.
“Cuando pasa algo malo en el fútbol, el periodista deportivo no está al nivel del periodista político, su información no ayuda a mejorar el fútbol”. dor”, sentenció papá. Mientras trataba de sobrellevar los estudios de economía en la Universidad Católica, conoció a Gustavo Barnechea, periodista deportivo y estudiante de Literatura. Fue Barnechea quien lo llevó a la redacción de la revista Todo Fútbol, que era dirigida por la persona con quien hasta el día de hoy mantiene una amistad a prueba de balas: Alberto Beingolea. -¿Siempre pensaste hacer periodismo deportivo o meterte en temas políticos, económicos o sociales? -En el Perú el periodismo deportivo de esa época (fines de los setenta) era mucho más radial. Escuchaba Ovación, el programa de Pocho Rospigliosi. No había periódicos deportivos, como los hay ahora. Y a mí siempre me gustó escribir. Ya en los ochenta Emilio Lafferranderie tenía una columna titulada La
esquina del Veco en El Comercio. Yo empezaba a leer el diario por esa columna. Él escribía maravillosamente bien. Sus técnicas literarias y metáforas eran geniales. A mediados de 1988, mientras Jaime iniciaba su carrera en una revista deportiva, Pocho Rospigliosi, el principal periodista deportivo del país, se iba de este mundo. El historiador lamenta no haber podido conocerlo. “Me hubiese gustado conversar con Pocho para discutir en persona sobre aquella selección peruana de 1959, de la que él hablaba maravillas. -¿Cómo se hacía periodismo en una época tan convulsionada como los noventa? -Los periódicos que se editaban en los noventa surgían con la idea de apoyar a determinado candidato. En ese tiempo trabajé en Página Libre con Guillermo Thorndike. El diario
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REPORTERO. En el estadio de River. Copa Libertadores 1996. Con Peredo, Barnechea, Jara, Maraví, Salazar y Beingolea. Abajo: Copa América 1995. Al lado del maestro Miguel Company, en Tacuarembó, Uruguay. Izquierda: comentarista radial en el partido Perú-Brasil. En la siguiente página, a fines de los noventa, visita a la Bombonera, emblemático estadio del club Boca Juniors, en Buenos Aires.
“El hincha puede decir lo que quiera desde el sentido común, el periodista debe hablar desde el conocimiento. Muchos periodistas de TV parecen hinchas”. cerró cuando terminó el proceso electoral. Nos pagaban tarde y al final nos quedaron debiendo tres meses. Y si te pagaban lo hacían con un billete de 200 soles. Caballero nomás tenías que recibir ese dinero calladito. -¿Y en qué momento distes el salto a la televisión? -Alberto Beingolea vio una entrevista que me hicieron en canal 7 y me pidió que vaya a su programa en Red Global. Alberto no sabía que yo tenía la capacidad de enfrentarme a una cámara. Descubrí que ese aparato es como una licuadora: un artefacto eléctrico más. Dices lo que piensas argumentando y no sabes si estás ante diez o mil personas. Siempre debes hablar con conocimiento de causa. Pero también 48 /
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debes callar cuando no sabes de lo que se está hablando. Es una regla fundamental. En 1997, cuando Goles en acción, el programa deportivo conducido por Beingolea y transmitido por Red Global, cubrió la final de la Copa Libertadores, entre Sporting Cristal y Cruzeiro, Jaime tuvo la responsabilidad de editar el reportaje de aquel partido. “Yo siempre pienso mis notas a partir de la música que voy a emplear. Para ese partido se me ocurrió terminar con el Aleluya de Handel enfocando en cámara lenta la cara de tristeza de los jugadores de Cristal. Sergio Markarián -entrenador de Cristal- estaba esa noche en el set al lado de Beingolea. Era nuestro invitado. Cuando
terminó de transmitirse el informe Markarián se puso a llorar. No había pensado que una escena así podría afectarlo tanto”. -¿Es Alberto Beingolea el mentor de tu carrera periodística? -Él me permitió mostrar lo que a mí me gustaba hacer. Lo que aprendí de Beingolea es que cuando un equipo gana o pierde, lo que debe decir un futbolista no lo debe manifestar en palabras. Lo que se busca es su expresión y es la que te dice todo. Cuando terminó el partido de Cristal y Cruzeiro le dije a mi camarógrafo, Marco Chávez ‘Perleche’, “grábate los rostros”. No les metí el micrófono para preguntarles que sentían. Era obvio. Esa es una de las tantas preguntas tontas del periodismo. -¿Cubriste partidos de la selección? -Algunos, no muchos. Para las eliminatorias de Francia 1998 siempre se consideró que nosotros, el equipo de Goles en acción, vendíamos las cosas positivas en torno a la selección peruana. Y cuando el equipo de Oblitas per-
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La FPF sigue funcionando de la misma forma y nadie dice nada. -¿Los exfutbolistas están sustituyendo la labor del periodista deportivo? -En las transmisiones de partidos de los años setenta el comentarista repetía lo mismo que decía el relator. Beingolea se da cuento de eso y comienza a comentar desde una perspectiva más de director técnico. Entonces dio pie a que si un periodista va a comentar como un entrenador, mejor trae al entrenador o al ex jugador que lo puede hacer mejor. Bajo esta lógica, el periodista debe encontrar una nueva manera de comentar.
“¿Sabes cuál es la diferencia entre escribir y estar en la TV? La pantalla es efímera, se apaga y se va. Los textos perduran en el tiempo, es decir, dejan huella”. día, la audiencia estaba con Micky Rospigliosi porque él era el principal crítico. Entonces estábamos en esta dicotomía: Si Perú ganaba se veía a Beingolea, pero cuando perdía todos estaban sintonizando a Rospigliosi. Por aquellos años, en el mismo canal, César Hildebrandt tenía un programa político que incluía un bloque deportivo conducido por Jaime Pulgar Vidal. La intemperancia del veterano periodista político cruzó más de una espada con él. Fiel a su estilo de discutir siempre con argumentos, Jaime recuerda una anécdota. “César me interrumpe cuando yo comentaba un partido de selección sub17 entre Perú y Costa Rica. “Muy bien Costa Rica, así hay que protestar”, dijo César. Yo le respondí: “César, la FIFA tiene canales para hacer un reclamo. Esa forma de protestar de los ticos es patear el tablero. Te pregunto ¿A ti te gustaría tener un 5 de abril (autogolpe de Fujimori) todos los días? Entendió perfectamente y se quedó callado”.
La realidad del periodismo deportivo
-¿Las transmisiones de los partidos de la selección en los setenta tenían menor incidencia que ahora? -Antes, en los tiempos del gobierno militar, había toda una preparación para que la cobertura de un partido de la selección fuera amplia. En aquellos años transmitía Telecentro, la compañía del Estado que unió a los canales
expropiados (4 y 5). La señal salía por los dos canales. El primer tiempo lo relataba uno y el segundo tiempo el otro. Incluso, se contrataba a músicos criollos para que compusieran canciones alusivas a la selección. En medio de huelgas y protestas contra el gobierno, se pretendió usar el fútbol para tratar de enganchar a la gente con el presidente Morales Bermúdez -¿De qué manera influye el periodista deportivo en las transmisiones en vivo? -El hincha puede decir lo que quiera desde el sentido común, el periodista tiene que hablar desde el conocimiento. Muchos de los periodistas que salen en la TV parecen hinchas. El apasionarse en un partido de fútbol evita que uses la razón, y es esta la que debes emplear si tu trabajo es argumentar. Si no argumentas no eres periodista, eres un hincha más con un micrófono en la mano. -¿El periodista deportivo le añade valor a un fútbol peruano que siempre pierde? -Cuando hay problemas en la política, el periodista político fiscaliza y muchas cosas cambian. Cuando hay un problema de situaciones locales, el periodista asignado informa y algunas cosas podrían modificarse. Sin embargo, cuando pasa algo malo en el fútbol, el periodista deportivo no está al nivel del periodista político, su información no ayuda a mejorar el fútbol y seguimos en lo mismo. Edwin Oviedo no ha cambiado en relación a Manuel Burga.
En el último programa de Goles en acción, Beingolea dedicó palabras de agradecimiento a cada uno de los miembros del equipo. Comenzó por los reporteros, camarógrafos y asistentes. La última mención fue para Jaime. “Me dijo que yo era un maestro nato. Y comencé a pensar. Sí pues, me encanta enseñar. Toda la vida me encantó. Antes no tuve la oportunidad de enseñar porque no tenía un título. En el 2007 obtengo mi licenciatura en historia en San Marcos y a partir de allí se me abren muchas puertas para la docencia”, recuerda con nitidez. -¿Qué buscas en la docencia universitaria que no encuentras en el periodismo? -A los estudiantes de periodismo trato de despertarles el espíritu crítico. Con el público no tengo ese derecho, con el estudiante sí. La universidad no debe dejarle repuestas a nadie, debe dejar preguntas. El día que creas que la universidad te ha dado todas las respuestas, ese día deja el mundo académico porque vas a creer saberlo todo. -¿Qué puedes aportar a la nueva generación de jóvenes periodistas deportivos? -Creo que para ser periodistas deportivos tenemos que entender la sociedad en la que estamos trabajando. Si no somos capaces de mirarla con un ojo crítico, jamás vamos a poder decirle a la gente lo que está pasando en el fútbol peruano. Y eso es lo que el periodista deportivo en el Perú no hace. -¿Consideras esta nueva etapa académica como un nuevo proyecto de vida o piensas regresar a la televisión? -Proyecto de vida sí y me gustaría volver a escribir. ¿Sabes cuál es la diferencia entre escribir y estar en la TV? La televisión es efímera. Se apaga y se va. Los textos perduran en el tiempo, es decir, dejan huella. Y la única manera de convertirnos en inmortales es dejando huella.
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entrevista
Daniel
PEREDO
“Mi niñez y adolescencia estuvieron marcadas por la mejor época del fútbol peruano” foto paloma briceño
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Más de veinte años de carrera periodística en medios de comunicación dan cuenta de su experiencia y versatilidad: narrador, locutor, columnista, comentarista, presentador y sobre todo, un apasionado del fútbol, Daniel Peredo es un todo terreno del periodismo deportivo. Aquí pasa revista por su largo trajinar frente al micrófono. Por Diego Tirado D.
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ran las ocho de la noche de un viernes cuando Daniel Peredo apareció en un lobby de Media Network.Después de los saludos protocolares y antes de que termináramos de acomodarnos en el sofá, disparó esta advertencia: “De todos los perfiles que me han hecho, ninguno me ha gustado, así que espero que este sí”. Luego dejó su celular en modo silencioso y preguntó cuánto tiempo teníamos para la entrevista ya que dos horas después deberá conducir el programa Versus de CMD. Me pregunta por el enfoque de esta revista y la fecha de publicación. Es natural. Daniel es un periodista y no puede ocultar ese instinto de preguntar como si él fuera el entrevistador. Ahora será mi turno de preguntar, entrevistar a un entrevistador nunca es fácil. -¿Cómo nació el interés por entrar en el mundo del periodismo? -Desde que tengo uso de razón yo siempre quise ser periodista deportivo aunque en mi familia no hay antecedentes de alguien que lo haya sido o que me haya incentivado a serlo. Desde chico me gustó el fútbol. Me apasionaba jugar pero más me apasionaba informarme sobre lo que era este deporte. Yo estaba en primaria y ya sabía que quería ser periodista deportivo. En mis test vocacionales de secundaria salía lo mismo, estaba súper claro. -¿Por qué el fútbol? -No sé qué me habrá llamado la atención del fútbol. Me jalaba mucho lo que hacía Pocho Rospigliosi en la radio, sus transmisiones, su manera de conducir, de animar, de informar. Mi niñez y adolescencia estuvieron marcadas por la mejor época del fútbol
peruano. Entre 1970 y 1982 clasificamos tres veces a los mundiales y ganamos una Copa América. Todo eso influyó mucho, además que seguía mucho el fútbol por la radio. Ahí se generó un vínculo y nacieron las ganas de estar informado. En mi casa compraban La Prensa y este era el único diario que en su página deportiva calificaba a los jugadores. Me encantaba revisar qué puntaje le ponían a cada uno y compararlo con lo que yo pensaba. Todo eso pasaba sin ser yo una persona que iba mucho al estadio. Mi papá no me llevaba, salvo cuando jugaba el Aurich, ya que mi familia es de Chiclayo. En dos ocasiones fui a ver las finales de la Copa Perú, pero a la selección no la vi. -¿ Y cómo llegaste a la televisión? -Yo jamás pensé que iba trabajar en televisión. Cuando inicié mi camino en el periodismo lo que quería era hacer radio y sin embargo, es lo que menos he hecho. Comencé
la farandulalización del fútbol, se puede hacer una entrevista de una hora y que esta se emita completa. Tuve propuestas para regresar a la televisión abierta y cubrir mundiales o sudamericanos; sin embargo, prefiero quedarme en el cable. Cuando entré a CMD hubo mucha seriedad, me hablaron de un proyecto a largo plazo conmigo. Consistía en tener una cantidad de programas determinados cada año y todo eso se ha cumplido. Una de las cosas planteadas fue que, en el momento en que Alberto Beingolea se fuera, yo sería la imagen del canal. Me sentí muy cómodo por la forma tan profesional con la que se abordaron las cosas y respetaré si es que, así como me prepararon a mí para ser la nueva imagen del canal, preparan a un chico para que sea la próxima cara de CMD. -¿Es el mundo de la televisión deportiva un ambiente cerrado para gente nueva? -No, no lo creo. Desde mi experiencia te
“Entre 1970 y 1982 clasificamos tres veces al mundial y ganamos una Copa América. Ahí se generó un vínculo con el fútbol y nacieron las ganas de estar informado”. haciendo prensa escrita; estuve seis años en Ojo y El Bocón. Luego, en marzo de 1996, surgió la posibilidad de trabajar en televisión. Me llamaron de Goles en acción, Alberto Beingolea dirigía el programa. Él no era de los recurre a periodistas de otros medios para que se sumen a su equipo de trabajo. Él era más un formador que un comprador, le gustaba educar a su propia gente dentro de sus convicciones antes que buscar a alguien que estaba en otro medio y llamarlo. Así es que me llaman a mí y empieza esta experiencia que yo jamás imaginé. Nunca pensé tener esta clase de exposición que se tiene en la televisión. -¿Cómo es trabajar para un canal de televisión por cable? ¿Qué lo diferencia de la televisión abierta? -Cuando entré al cable hablé con algunos amigos que habían estado siempre en señal cerrada y tenían expectativas de ir a la señal abierta. En mi caso era distinto, cuando trabajaba en señal abierta quería ir al cable y cuando finalmente se dio, dije: ‘Esto es lo mío’. Siempre me he sentido mucho más cómodo en la señal cerrada. Por cierto, todo esto tiene que ver mucho con el medio, con lo que es canal, el enfoque de los programas, las prioridades de los contenidos, se puede opinar del juego en sí mismo, se deja de lado
puedo decir que todo lo que he logrado se ha dado sin necesidad de una recomendación o de que un amigo influya a mi favor. No he sufrido eso que quizás mucha gente comenta respecto al medio. Quienes me llamaron a la televisión fue porque revisaron mis trabajos en prensa escrita y decidieron darme una oportunidad. -¿Quiénes han influido en tu estilo de narración? -No sé si decir una influencia pero a mí me gusta leer y escuchar a todos. Trato de ser lo más original posible, no preparo nada, no imposto la voz. Reconozco que tengo algunas limitaciones: no soy locutor, soy un periodista que narra. En mis transmisiones trato de plasmar todo lo que siento al momento de ver el partido. Cuando veo un encuentro con mis amigos grito al emocionarme con algunas jugadas. Mariano Closs (Fox Sports) me parece el mejor narrador. Lamentablemente su problema es Niembro, un personaje que es muy cerrado y que le termina salpicando esa resistencia a Closs. Sin embargo, cuando Mariano Closs trabaja junto a Diego Latorre me parece la mejor dupla sudamericana en la actualidad. -¿Te cuidas la voz? -Tengo algunos cuidados pero no es que mi voz esté trabajada. Yo suelo narrar con
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*** La noche del 10 de setiembre de 2008 Perú enfrentó a Argentina por las Eliminatorias a Sudáfrica 2010. Perdíamos 1 a 0 hasta que en el minuto 93 Vargas y Fano se encargaron de cambiar la historia. Peredo, ganado por la euforia al momento de narrar ese gol, fue la voz que acompañó, sin desentonar, a los millones de hinchas que vieron el partido por
televisión, sino para radio, pero que me gustó mucho, y fue la del gol del ‘Beto’ Carranza en Cerro de Pasco, que le valió el título del Apertura 2000 a Universitario. Recuerdo ese gol porque, más allá de la importancia que tuvo, pude anticiparme a la jugada y decir “Carranza y el gol del año” en el momento que pasó la mitad de la cancha a toda velocidad. Finalmente, termina siendo el gol del año y bueno, es una transmisión que recuerdo mucho. -¿Cuánta euforia hay en los relatos que haces? -Hace poco alguien me preguntó cómo hacía para aguantarme las lisuras en las narraciones y la respuesta fue que no lo hago porque sé que está mal. Ahora, no hay nada como relatar un partido de la selección. Es el único equipo que te permite una identificación, pero siempre manteniendo la capacidad de análisis. Lo más exagerado que pude haber
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la garganta y no con el estómago, como debería ser, una situación que provoca que mi garganta termine lastimada y tenga que tener un cuidado muy especial con ella. Eso sí, no fumo, no tomo y trato de beber mucha agua. -Se puede decir que la audiencia ya identifica tu voz… -Sí, mucha gente me dice eso, que se han acostumbrado a mi voz, más allá del tono o del timbre de la misma.
“Luego del gol que Farfán le metió a Chile, eran las 4 de la mañana y no podía dormir debido a la adrenalina que había sentido al narrar ese encuentro”. televisión. “Gol peruano, con el corazón de Vargas, con los huevos de Vargas, con el empuje de Vargas, con el pundonor de Vargas, con el corazón de todos. Lo hizo Vargas, la metió Fano”. Fue un relato para la historia. -La narración del famoso gol de Fano contra Argentina en el último minuto, luego de la corrida de Vargas, marcó un precedente en tu estilo de narración. -No sé si marcó un precedente, no quiero ser pretencioso; sin embargo, en mi carrera televisiva sí hay un antes y un después de ese gol y yo lo agradezco. Por esa narración luego me llamaron para hacer comerciales, los chicos en la calle me relataban el gol tal cual lo había hecho yo e incluso me pedían que vuelva a hacerlo. Ahora, la jugada de ese gol fue el ideal de cualquier narración. Vargas arranca desde su área y conforme se va acercando a la jugada de peligro te permite acompañarlo, crecer con él en el relato. Luego, meses más tarde, Fano me diría en broma que por mi narración todos le atribuyen el gol a Vargas cuando en realidad fue de él (risas). -¿Es la narración del gol de Fano la que más atesoras en tu memoria? -Al menos es la que más me recuerda la gente. Ahora, hay una narración que no fue para 52 /
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dicho fue los huevos de Vargas, pero no más que eso. Hace poco el ‘Pollo’ Vignolo (relator de Fox Sports) dijo que en la narración que hizo de un Boca-River él estaba conmocionado luego de que Boca metiera el primer gol en el súper clásico. Eso es algo que yo comparto, el narrador muchas veces queda conmocionado cuando termina de relatar un gol importante. Por ejemplo, hace años, luego del gol de Farfán a Chile, eran las 4 de la mañana y no podía dormir debido a la adrenalina que sentí al narrar ese encuentro. -¿Qué tan difícil es ser presentador y narrador a la vez? -Es algo que me sienta bien y por eso te comentaba lo cómodo que me siento aquí en CMD, ya que tengo la posibilidad de transmitir los partidos y también de comentarlos luego en un programa. Te cuento que cuando yo entré a la televisión, lo que quería era comentar más que relatar. Actualmente, estoy identificado más con la narración que con el comentario, pero esa no era la idea que tenía cuando comencé. El tema de la narración nace cuando integré el equipo de transmisión de ATV para el mundial de Corea y Japón 2002. Me llamaron para comentar los partidos pero ahí ya estaban Phillip (Butters), Eddie (Fleischman) y Diego Rebagliati. Y a esos tres
nadie los movía (risas), así que Mariella Ostolaza, productora en ese entonces de ATV y hoy de CMD, me dice que existe la posibilidad de narrar y acepté. Luego del mundial, Mariella me dice que me quede narrando y así es como decido dedicarme a la narración. ¿Cómo es trabajar con un panel de exdeportistas tanto para la narración como para la presentación de un programa? En ese caso a mí me toca encargarme de la parte netamente televisiva. Es un trabajo en equipo y la idea es siempre tratar de ayudarse unos con otros. Si hay una situación inicial de mucho respeto que por el bien de la transmisión tienes que ir rompiendo, pese a que ellos sean nuestros ídolos. La idea es hacer una transmisión más fluida, si hay que discrepar se discrepa, si hay que gastar una broma se hace, siempre con respeto. La idea es que a la hora de hacer la transmisión todos participemos como un equipo. -¿Cuál fue el momento más difícil que te ha tocado vivir como periodista deportivo en la televisión?
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nido encuentros así con Markarián, con Reynoso, con Mosquera, con ‘Chemo’, con Autori. -¿Eso te ha dado algún beneficio? -Yo creo que sí y respeto la opinión de aquellos a los que le molesta eso. A mí me suma el poder tener acceso a los entrenadores, me ilustra, me sirve de mucho, siempre y cuando no haya una relación de invasión al trabajo de cada uno. No le veo nada de malo y mientras eso me ayude a enriquecer mi trabajo periodístico, voy a mantener mi posición. -¿La exclusiva que tuviste con Markarián en el 2011 fue producto de la amistad que tenías con él? -No, no creo que tenga que ver con eso. La federación decidió que Markarián conversara exclusivamente con los medios que tenían los derechos de televisión. Eso pasa en todas partes del mundo.
MUNDIALISTA. Daniel Peredo en Brasil 2014. A la izquierda, a principios de los noventa, bisoño reportero de Ojo y El Bocón. Al lado de Juan Carlos Oblitas.
-Creo que fue el 6 a 0 de Uruguay a Perú. Me acuerdo que ese día era mi cumpleaños... En general, puedo decir que las derrotas feas de nuestra selección son siempre los momentos más complicados y tristes para mí. -¿Te has peleado con otro periodista? -Yo creo que no. Quizás hay algunos periodistas que creen que sí las hubo; sin embargo, yo opino que no. Lo que pasó con Phillip en radio Capital no lo tomo como una pelea, ya que, a mi parecer, fue un debate y no una discusión. -¿Y con Micky Rospigliosi? -Con Micky nunca tuvimos relación, nunca trabajamos juntos y no fuimos amigos. Hubo críticas de él pero más hacia al medio donde yo trabajaba y no tanto hacia mí. Realmente, jamás me pelearía con un periodista que tuviera una opinión distinta a la mía. Sin ir más lejos, Erick Osores casi siempre tiene una opinión distinta a la que yo tengo pero respeto mucho lo que piensa, somos muy amigos y lo admiro como profesional. *** Suele discutirse si es correcto que un periodista tenga buenas relaciones con los técnicos, especialmente con los de la selección. Mu-
chos consideran que es un arma para sacar beneficios, tales como entrevistas exclusivas o tener información que no suele revelarse en una conferencia de prensa. Otros defienden estos vínculos, aseguran que no es malo con-
*** La vida de un periodista deportivo en televisión implica, la mayoría de veces, estar fuera de casa los fines de semana e incluso viajar constantemente para las transmisiones. Los partidos estelares se dan casi siempre los domingos por la tarde y se prolongan hasta la noche. No solo eso: el Día del Padre, el Día de la Madre y otras fiestas también se celebran los domingos por ser un día de descanso. -¿De qué forma este ritmo de vida afecta a tu familia? -Bastante. Te diría que afecta mucho más a la familia que a mí, ya que finalmente yo
“Ese gol de Fano a Argentina en 2008 fue ideal para la narración. Vargas arranca desde su área y conforme se va acercando a la jugada de peligro te permite acompañarlo, crecer con él en el relato”. versar fuera de cámaras con los seleccionadores y que estas situaciones son un aprendizaje para los periodistas. Lo cierto es que Daniel siempre ha sido un nombre recurrente a la hora de tocar este tema. -Tus buenas relaciones con los técnicos de la selección siempre son motivo de críticas… -Yo valoro mucho el poder sentarme a tomarme un café con un entrenador y conversar de fútbol sin la necesidad de que sea una entrevista. Muchos ven esto como algo malo; sin embargo, no veo nada de malo en tener una buena relación con los técnicos y charlar sobre un tema que nos apasiona a ambos. He te-
salgo a hacer lo que me gusta. En el domingo del Día de la Madre tengo transmisiones a la una de la tarde y no puedo almorzar con mi esposa o ver a mi mamá; sin embargo, me gusta esto, decidí esto y lo hago con pasión. Para mis hijas y esposa es siempre complicado pero lo aceptan y me apoyan. -¿Tal situación te ha hecho pensar alguna vez en renunciar a ese ritmo de vida? -No, nunca. Al contrario, siento que mis familiares son las primeras personas que me apoyan. Mi esposa sabe que esto es lo que me gusta, que esto elegí, así me conoció. A mis hijas conforme crecen les voy explicando cómo es la situación.n
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opinión
Los nuevos desafíos del periodismo televisivo Por Hugo Coya Profesor del Departamento de Comunicaciones
Tal como ha ocurrido en otros países, el avance de la televisión de alta definición conducirá al fin de las audiencias masivas.
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a llegada de la alta definición a nuestro país está provocando una serie de cambios en la televisión y, específicamente, en el periodismo televisivo. Quizás se trate de las más importantes modificaciones en este medio de comunicación desde la llegada del color al país en 1982. Y esto, como es lógico, genera grandes expectativas y no pocas dudas. Así se constata un reordenamiento de la forma en que se recopila e informa en televisión. Surgen nuevos paradigmas para la labor periodística que van desde la reconfiguración de la cultura y la rutina en los canales de televisión hasta televidentes que demandan noticias más ágiles y relacionadas con el presente y lo cotidiano. Como siempre ocurre en estos casos, los cana54 /
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les de televisión buscan reducir los costos de producción para responder, al mismo tiempo, a las nuevas necesidades del mercado televisivo. Este nuevo escenario obliga a los periodistas a replantear el modo en que llevan a cabo su labor y los mensajes que transmiten a los televidentes. Destaquemos en principio los aspectos técnicos, como los encuadres de las imágenes, el color, la iluminación, los ángulos, la captación de audio, la producción y la transmisión. Quizás el mayor cambio tiene que ver con las habilidades y capacidades profesionales: el periodista televisivo debe ser ahora multimedia o multitask, es decir, aquel que puede cumplir diferentes funciones que incluyen ser camarógrafo y reportero al mismo tiempo,
además de editar, manejar redes sociales y transmitir datos. Las nuevas condiciones van en detrimento de los profesionales tradicionales, los cuales salían de las universidades con apenas una especialización Otro aspecto crucial es que la televisión en alta definición modifica la tradicional relación entre el público y el periodista, dado que enfatiza su carácter bidireccional. El incremento de la interactividad mejora la participación del público en los contenidos periodísticos y en la selección de los mismos, puesto que el televidente ya no es solo un receptor pasivo sino que puede aportar (y aporta) información. La proliferación de los dispositivos móviles o portátiles permite acceder directamente a los contenidos informativos de los canales o de las redes sociales. De este modo se incentiva
la personalización y, por ende, a una mayor segmentación del público. Veo lo que quiero, a la hora que quiero y del modo que quiero. La mayor facilidad para las transmisiones en directo es que produce imágenes en alta definición sobre un evento en particular. Se puede salir al aire en directo en muy poco tiempo, desde algunos lugares que antes eran inaccesibles por la complejidad de nuestra geografía. Hoy los reporteros de televisión no tienen que regresar al canal para redactar, editar y transmitir un reportaje. Ahora lo pueden y deben hacer desde el lugar de los hechos, aunque no se trate de un enlace en vivo a través de las microondas o el vía satélite. La inmediatez, la calidad de los contenidos audiovisuales, la movilidad y la interactividad (debido a esta personalización de la audiencia) condicionan la labor periodística al multiplicar la oferta de imágenes y sonido, incrementar la competencia y redoblar la presión por los índices de audiencia dentro de este universo de televidentes cada más segmentado.
Los canales nacionales y los cambios
A pesar de la resistencia inicial al cambio, los grandes canales de televisión están introduciendo modificaciones para responder a la nueva realidad: un entorno marcado por la atomización y el gran acceso del público a las redes sociales. Los cambios en el periodismo televisivo local son sustanciales en la forma en cómo se informa, se produce y se emiten los programas periodísticos. Observamos también modificaciones en la producción y presentación de los programas periodísticos en función del uso de la convergencia de medios y de las combinaciones de texto e imagen realizadas para obtener las noticias. Los noticieros modifican sus estrategias para producir un efecto de continuidad espacial entre el estudio y la calle. Muestra de ello son el desplazamiento de uno de los presentadores en exteriores, la construcción de nuevos puntos de conducción y la incorporación de escenarios para monitorear noticias en televisión desde pantallas táctiles en los sets y la mayor exposición durante la transmisión de informes. La conversación es más fluida entre reporteros y presentadores en diferentes lugares de la ciudad, el país y el mundo gracias al uso de múltiples pantallas en los estudios de televisión que sugiere una mayor interactividad.
La inserción de información periodística sobre hechos no necesariamente relacionados con las imágenes de las noticias es incluida en la misma transmisión. El atractivo del enlace en directo colabora con la tarea de facilitar la transmisión de noticias en tiempo real. De este modo enfatiza el efecto de ubicuidad de las noticias, lo cual satisface las demandas de novedad de la audiencia. Además, al utilizar el contenido audiovisual de diferentes fuentes, se puede presentar noticias sin que los periodistas estén necesariamente en el lugar del evento. Un televidente, por ejemplo, reduce las limitaciones geográficas y culturales al usar su teléfono inteligente y transmitir imágenes. Hay un diálogo más fluido con ellos. Hoy se les ofrece la oportunidad de revisar, contribuir y hasta profundizar en un tema a través de chats, correos electrónicos y boletines informativos. El espectador es invitado a contar su historia a través de fotos, videos, tuits, mensajes en Facebook o visitas a sus blogs, convirtiéndose incluso en una fuente de información. Se le
les de noticias. Quienes enfrentan mayores problemas dentro de este complejo panorama son los productores independientes y los canales de provincias, obligados a invertir mucho dinero en la compra de equipos para adaptarse a la nueva tecnología. Todo indica que esas diferencias disminuirán en breve con la llegada de la Red Dorsal Nacional. Esta permitirá que se cuente con internet de alta velocidad en todas las regiones. Se espera que disminuya así el predominio de los medios tradicionales y se logre una apertura para nuevos espacios de divulgación de noticias y de exposición de otras realidades, culturas e identidades. No obstante, hay otros problemas que trae la alta definición: la cantidad y velocidad del flujo de la información no garantizan el acceso a la ciencia ni producen una mejor la calidad de los textos o imágenes. El rating, que ahora se mide y se recibe cada minuto en tiempo real, presiona más sobre aquello que los productores colocan al aire.
Al dejar de lado a los periodistas para explicar lo que está sucediendo, la frontera entre el periodismo y el entretenimiento se vuelve cada vez más tenue. Hoy importa más seducir a las audiencias que informar. La imagen impactante prima sobre el valor noticioso. pide que participe, cuestione y comente sobre los hechos narrados e incluso se le invita a que envíe preguntas al personaje que está siendo entrevistado.
Los riesgos y los problemas
Esta participación aún es limitada e incluso arriesgada, pues la información tendenciosa y no correctamente verificada puede salir al aire debido a la inmediatez que la televisión de alta definición exige. Sin embargo, eso tiene una implicancia mayor: al dejar de lado a los periodistas para explicar lo que está sucediendo realmente, la frontera entre el periodismo y el entretenimiento se vuelve cada vez más tenue, ya que importa más seducir a la audiencia que informar. Así prima la imagen impactante sobre su valor noticioso. Otro aspecto que se está abriendo paso es la multiprogramación, ampliando la oferta televisiva al promover el acceso a nuevos contenidos y el impulso en la creación de más cana-
Resulta difícil predecir completamente qué ocurrirá en el futuro, pero si podemos anticipar que la función principal del periodismo en la televisión será diferente en el mundo con las flamantes tecnologías que permitirán la creación de nuevas posibilidades para la construcción de relatos periodísticos. Tal como ha ocurrido en otros países, el avance de la televisión de alta definición conducirá al fin de las audiencias masivas. También se espera que nuestra televisión pueda usar los elementos de hipertextualidad, para proporcionar al televidente una mejor comprensión de las noticias. Los especialistas estiman que toda la producción de las grandes cadenas de alcance nacional se transmitirá en HDTV, lo que provocará un cambio en el consumo de los contenidos de la televisión. La transmisión en tiempo real dejará de ser tan importante porque se recibirán videos y audios a pedido. Sin duda, nuevos desafíos y un nuevo escenario para el futuro del periodismo televisivo.
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entrevista
Juan Carlos
ORDERIQUE “Quisiera un programa que me mantenga en la televisión de por vida”
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Ha pasado de ser un humilde reportero a estrella de la televisión peruana. Su trabajo como reportero en La Previa de Fútbol en América lo ha hecho famoso dentro y fuera de los estadios. Frases como: ¡Tu saludo no va a salir!, ¡Me siento extasiado! o los apanados a los hinchas, le han permitido acercarse cada vez más a la hinchada. Aquí una nueva previa del exburbujito de Yola Polastri.
tre de lo cotidiano, del pícaro doble sentido que encandila tanto a los hinchas. Cuando camina por la calle la gente se detiene a saludarlo. Es muy difícil que este patita pase desapercibido. Le quieren dar la mano o lanzarle un par de palmadas en el hombro. Una que otra chica le roba un beso en la mejilla. Y los más chibolitos se acercan a él para pedirle autógrafos y tomarse una foto que luego mostrarán con orgullo a los amigos del barrio o del colegio. En los estadios los hinchas lo rodean y andan pendientes de sus palabras. Es allí donde se escenifica el ritual de los saludos que nunca saldrán al aire, de los chistes malos que son castigados con un rotundo “apanado”, del piropo faltoso a la muchacha que feliz se presta al flirteo con vueltecita incluida, de las chapas hilarantes que Orderique clava al primero que aparece frente a su micrófono
Por Maira Flores Rodríguez
“Yo trabajo con hinchas. Imagínate que diga que soy hincha de Universitario; no podría ir a los partidos de los demás equipos a interactuar con su gente”.
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l momento clímax de todo partido de fútbol es la ejecución del gol. Y si es un gol peruano en una competencia internacional pues qué felicidad. Tocamos el cielo. Soñamos que eso ocurrirá pronto; aunque por dentro tengamos la certeza de que se trata de una quimera más. La realidad del fútbol local es para llorar. A estas alturas son muy pocos los que creen que el Perú clasifique al mundial. Los hinchas se aburren a menudo contemplando partidos para el olvido. Dar cuenta de esos encuentros es para muchos periodistas deportivos una labor poco gratificante. Será quizás por eso que la atención de algunos se ha desplazado de lo que pasa en la cancha a lo que ocurre en las tribunas o en el acceso a los estadios. Allí el hincha conserva el entusiasmo y vive una fiesta aparte. Es la llamada “previa” cuyo registro ocupa cada vez más espacio en los segmentos deportivos de los noticieros y en los programas dominicales. De todos los reporteros de televisión que cubren estos momentos, uno ha destacado en los últimos años por su desenfado y sentido del humor. Hay quienes incluso van a los estadios con la secreta esperanza de encontrarlo y ser “víctimas” de sus bromas. Es Juan Carlos Orderique. Pocos hombres de prensa pueden exhibir una sonrisa tan coqueta y maliciosa como la suya. Él hace un tipo de noticia que apunta al entretenimiento. Lo suyo no es el análisis táctico de los equipos que se la juegan en la cancha; su oficio se nu-
con pinta de lorna. Estamos en Matute, un domingo de fútbol y Orderique busca escabullirse de la gente. Nos va a contar algunos pasajes de su vida. Aquí va. Trabajar en la tele fue una ilusión que surgió en su infancia; se imaginaba en la pantalla, aunque no necesariamente de periodista. Fue su experiencia como corresponsal escolar de El Comercio lo que definió su vocación por este oficio. Entonces tenía diez años. Hoy tiene 36, luce una incipiente pancita bajo una camisa lila con la insignia del programa para el que trabaja, viste jeans ceñidos y sus zapatillas son de colores fosforescentes. Diarios como Líbero, El Bocón y Trome lo han entrevistado varias veces. En 2013 recibió el premio Personaje Revelación de América Televisión. Su aparición como burbujito en el inolvidable programa para niños ¡Hola Yola! y la versatilidad que demostró luego al convertirse en locutor y reportero del Americanito, han marcado su vida. Ese niño que aparecía en las pantallas, leía las noticias y entrevistaba, muy seriecito a personajes famosos como Rubén Aguirre, el Profesor Jirafales del recordado programa El Chavo del 8, es quien ahora alegra los domingos nocturnos de los fanáticos del fútbol. Orderique recuerda que los directivos del canal 4 y la propia Yola Polastri enviaban
cartas al director de su colegio para pedirle que le permita faltar los miércoles y poder grabar las ediciones tranquilamente. Así fue durante diez años, hasta que la magia, los colores y canciones que marcaron la infancia de miles de peruanos culminaron en 1994 con la salida del aire del programa de la Poslatri. La misma suerte corrió el Americanito. -¿Dónde te metiste después de esa etapa con Yola Polastri? -Estuve en canal 33, pero allí sólo me veían mi papá y mi mamá. Trabajé en canal 32 de UHF, también en el canal 4 en un programa llamado Deporte de Primera y en CMD en el programa Deporte espectacular. Después de varios años, salí de la televisión y me dediqué a estudiar teatro en la PUCP y en la Universidad San Martín. Luego armé una empresa que da servicios de animación de eventos deportivos y corporativos hasta que el 2010 me
convocaron para trabajar en América Televisión, donde estoy actualmente. -¿Cómo surge esta idea de La Previa? -Antes sólo eran imágenes, sonido de los hinchas y los partidos que se jugaban en los estadios. Pero en 2004 Erick Osores me convoca para hacer una previa diferente y aprovechar la Copa América de ese entonces. Así empieza la alegría que se respira actualmente en las tribunas. La primera vez que hice una previa tenía un poco de temor. Era algo nuevo no sólo para nosotros sino también para el público, pero poco a poco el mensaje fue calando, lo recibieron bien y se ha convertido en lo que ahora es. -¿Eres en realidad el pionero de las previas? -Quien empieza esta idea de hacer una previa al partido esperado es Alan Diez. Él inicia este tema del color, la algarabía y la alegría en las tribunas. Su segmento se llamaba La fiesta del fútbol en el programa deportivo Goles en acción. -En las previas identificas con mucha rapidez a varios personajes, ¿eso está planificado? -Todo es espontáneo y fluye. Son muy pocas las ocasiones en las que llegas a los estadios y dices que harás esto o tal cosa. Solo ocurrió con la venta de mis muñecos. Les decía a los niños “mis ratoncitos” que los compraran y
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nunca se vendieron. Y con la aparición del muñeco de espuma Gorderique, con el que se busca armar una historia. Más allá de esto, las previas se dan de forma natural. -¿Admites que las bromas que le hacen a las chicas en las previas son sexistas? -No es lo que normalmente hago. La vueltita que hace Vladimir Vicentelo a las chicas es pura diversión. No pasa por un tema de agravio, ni de molestar a nadie. Si ella se te
-¿Y la risa del perro Patán? -Yo no quería que los hinchas vieran que me estaba riendo de ellos cuando estaban hablando, pero el momento es demasiado gracioso. Poco a poco la gente comenzó a darse cuenta del gesto y lo asociaron. Es curioso ver cuánta fama ha adquirido este gesto de repente. Hasta los futbolistas, que antes no me hacían caso, ahora me ven y se acercan. -¿No tienes miedo a que la gente te tilde
“Ahora estoy grabando unos pilotos por encargo de Samsung para la Copa América, ya que soy la imagen de sus televisores. Y la marca Adidas me ha elegido como embajador”. fotos revista velaverde
acerca y sabe que saldrá en la televisión, que hay un camarógrafo y un reportero, y le pides una vueltita es para mostrar su belleza. -¿Y se han molestado contigo por alguna broma? -En algún momento, no a todos les gustan los chistes. Por ejemplo, en la edición pasada, Erick Osores se molestó por uno de los chistes que salieron en el programa. En realidad se hace con muy buena onda. -¿Y cómo es el trabajo con tus compañeros del programa? -Para nosotros es un trabajo muy bonito. Cuando uno hace o desempeña una labor y te gusta, todo se hace más fácil. Los domingos, a pesar de que es un día de descanso, nosotros trabajamos más. En mi caso, continúo animando eventos corporativos, ahora estos han aumentado por mi exposición en la televisión. Los horarios no existen, los tiempos son cortos, pero cuando a uno le gusta lo que hace, se divierte haciéndolo. -¿Cómo surge la frase “tu saludo no va salir”? -Fue en abril del 2013, en el partido Perú-México, en San Francisco. Allá hay una gran colonia de peruanos. Recuerdo que cuando vieron la cámara, todos querían mandar saludos a su familia y a los amigos; pero el productor me decía que se gastaría mucha cinta en eso y que al final ni siquiera saldría al aire. En eso un joven me dice que quiere mandarle un saludo a su mamá y yo me sincero con él diciéndole que en realidad su saludo no va a salir, que es por las puras. La gente escuchó esto y no paró de reírse. Al ver que esto “pegaba” muy bien, lo apliqué en Lima y también funcionó. Así nace la frase, más por un momento de sinceridad. 58 /
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RECUERDOS DE INFANCIA. Superior: Juan Carlos trabajando de reportero del Americanito. Inferior derecha: desfila como policía escolar de su colegio Gastón María de S.J.M. Inferior izquierda: Orderique junto a su familia
de payaso por tu actuación en La Previa? -Mientras la gente se divierta con mi trabajo no hay ningún problema. A algunos les gusta y a otros, no. No puedo gustarle a todo el mundo. Mientras sienta que mi trabajo sirve como aporte para que el fútbol tenga alegría, sea fiesta como en otras partes del planeta, yo feliz. La previa no es un invento nuestro, es cierto que tiene un toque criollo peruano, pero hay este tipo de secuencias en Chile, Argentina y en Europa. Nosotros no hemos descubierto nada. Que me digan payaso, en realidad, no me afecta. -¿Cómo has sentido la transición de reportero que sólo pone el micrófono a reportero que se convierte en protagonista? -Normal. Lo único que ha cambiado en mi vida, además de la parte económica, es el tema de los tiempos. La gente se comporta bien conmigo; yo trato de mantener siempre un perfil muy tranquilo fuera de cámara y los pies sobre la tierra. Lo que destaca del cambio es el factor tiempo. Por ejemplo, un fin de semana tenía el cumpleaños de un familiar y no estuve ahí, tenía trabajo. A parte de esto,
todo ha seguido igual. -¿Por qué sacaron del aire tu programa propio Puedes con 100? -En primer lugar, no pensé tener un programa propio, es como un sueño hecho realidad. Me da mucho aplomo y seguridad. Sin embargo, en el canal los programas se hacen por temporadas de dos meses y medio. En mi caso, era imposible continuar pues se cruzaba con los partidos del mundial Brasil 2014. Por ejemplo, para el programa Edición limitada, en el que conduzco, se han programado solo 10 ediciones porque de ahí viajo a Chile para la Copa América 2015. -Además de La Previa, el programa Edición limitada y los show corporativos, ¿Qué otros proyectos estás realizando? -Ahora estoy grabando unos pilotos para Samsung con motivo de la Copa América, ya que soy la imagen de sus televisores. Además, debo responder a la marca Adidas porque me han elegido como embajador. En serio, me sorprende que una marca como Adidas me auspicie porque no soy deportista y tampoco soy físicamente muy atractivo. Es un logro.
foto leonardo cuito
MOMENTO CUMBRE. Juan Carlos solicita un voluntario para contar el chiste y apanarlo en La Previa.
Por eso digo que en mi vida ha cambiado más el tema de los tiempos. Queda poco tiempo para el tema personal. -¿Todo este exceso de trabajo no ha generado momentos de estrés? -Hay una carga, hay menos tiempo para dormir y descansar, pero creo que las cosas hay que tenerlas claras. La televisión es muy efímera: en algunos momentos, estás y en otros desapareces. Lo que hago es aprovechar las oportunidades que se me presentan y trabajar duro. Las oportunidades no se vuelven a repetir y ahí es donde debemos estar atentos. Considero que esa es la clave para seguir progresando. -¿Cómo surge la idea de hacer el videoclip el baile del chicle? -A la gente le gusta mucho que yo baile en las previas. Tenía solo dos o tres pasos, llegaba a los estadios y me pedían en coro que bailara. Entonces para cerrar el año, decidimos darle al público una música y su letra para que se divirtiera. -¿Esto no es muy figuretti? -Yo nunca quise incursionar en la música ni que el baile suene en las radios ni sea el hit del verano. Solo lo hice para que la gente tenga con que divertirse. Era más como un juego. Es similar a lo que ocurre con el muñeco de espuma Gorderique, es como un plus.
-Siempre estás alegre, ¿no hay algo que te moleste? -Siempre hay algo que nos molesta, pero normalmente estoy de muy buen humor, esa es mi clave para poder asumir mi día. Mi soporte y medicina más grande son mi familia, mis padres, los que me siguen y una gran sonrisa. Así asumo mis problemas con mayor facilidad. -¿Consideras que el periodismo deportivo sigue sectorizado más a los hombres que a las chicas? -No. Ahora hay muchas chicas que han ingresado a estudiar periodismo deportivo. Incluso hay institutos que se dedican a eso. Creo que se ha abierto mucho más la posibilidad para que ingresen más mujeres al periodismo deportivo. -La pregunta que no le respondes a nadie: ¿de qué equipo eres hincha? -En realidad, de ninguno. Sería exponerme al decir que soy hincha de algún equipo. Yo trabajo con ellos, pero nada más. Si bien me gusta ver fútbol, lo disfruto, lo analizo, sé qué equipos están arriba y cuáles no, el nombre de los jugadores; no me inclino por algún equipo. No es un tema para conversar precisamente por lo que significa mi trabajo. Yo trabajo con hinchas. Imagínate que diga que soy hincha de la U; no podría ir a los demás equi-
pos a interactuar con ellos. Yo tengo claro el tema de la hinchada. Me divierto y me la paso bien sin necesidad de decir de qué equipo soy. -¿Cómo te ves en los siguiente diez años? -Dios quiera, ojalá pueda tener una familia establecida y formal. Además, me gustaría seguir conduciendo un programa propio, pero del tipo concurso, donde las personas muestren sus talentos, incluyendo el estilo de la previa: interactuar con ellos y que las tribunas muestren su talento y habilidades. Quisiera un programa que me mantenga en la televisión de por vida. La gente continúa intentando acercarse a este personaje que ya se ha ganado un lugar propio en la televisión peruana. El partido de fútbol entre Alianza Lima y León de Huánuco ya va a empezar. La noche se ilumina con las bombardas rojas que encienden los hinchas aliancistas para anunciar su llegada al estadio de Matute. Juan Carlos tiene que cumplir con su trabajo. Junto a su camarógrafo, corre hasta la entrada principal para animar a las tribunas que no cesan de alentar a sus equipos con banderolas, chicharras y cánticos. De esta manera, la previa de Juan Carlos Orderique se pierde entre la multitud, sin mandar un saludo y ningún chiste que desencadene el famoso apanado.
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perfil / ricardo bonilla
TIMOTEO
YA NO PUEDE SER
TIMOTEO
Después de casi veinte años, le anunciaron que su programa ya no iba más. Los espacios para niños no vendían en la televisión, el dinero estaba en los realities. Hoy tiene prohibido utilizar el disfraz del dragón porque los derechos son del canal. Debe aprender a ser él mismo. Por Carlos Portugal
H
ace un año que no ve su traje de Timoteo. Lo tiene guardado en un almacén lejos de su casa. El hombre que bajo ese muñeco gigante hizo reír en la televisión por casi veinte años sale de un taller de teatro en Miraflores en el más completo anonimato. Hace un año que América Televisión lo invitó a retirarse. Timoteo ya no era rentable para el canal, le dijeron. Los niños ya no son como los de hace veinte años, han cambiado. El dinero está en los realitys, no en los programas infantiles. Los niños que coleccionan álbumes de Combate o Esto es Guerra quieren ser Nicola Porcella y sueñan con Alejandra Baigorria. Nadie quiere ser Timoteo. Su excompañera María Pía Copello es conductora de Esto es Guerra, el tema es claro: en estos tiempos Yola no tendría burbujitas sino a un grupo de combatientes. Timoteo ya no puede ser Timoteo. Puede, digamos, hablar o reír como él, pero en público tiene prohibido utilizar el disfraz. Eso es propiedad del canal. Intentó que no fuera así, incluso ofreció que no le paguen la indemnización de todos sus años de trabajo con tal de seguir siendo Timoteo. Pero no le aceptaron. Desde entonces no ha visto el traje. Su abuela le ha pedido que por su cumpleaños se lo ponga, que sea ese Timoteo que hacía reír a su familia y al país. 60 /
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foto sanyin wu
Ricardo Bonilla no sabe si lo hará. Cuando se lo ponga es probable que no pase nada, que se divierta y sea Timoteo. El problema está en lo que va a sentir cuando se lo vuelva a sacar. *** Si no fuera por su hijo lo más probable es que Ricardo Bonilla no hubiese sido Timoteo. La decisión era simple: ser Timoteo le aseguraba más ingresos. No es tan difícil perseguir lo sueños si nadie depende de uno, pero si esto cambia, se suele decidir por lo práctico. Cuando le ofrecieron ser Timoteo, su esposa Cecilia Namoc estaba embarazada. Antes de todo eso, Ricardo Bonilla había soñado con ser actor desde niño. En casa lo llamaban el artista, era seguidor de los cómicos de Risas y Salsa, e imitaba el andar de su tío que llevaba una pierna ortopédica. En el colegio siempre salía a todas las actuaciones junto a Carlos Carlín. Entró a su primer taller de teatro a los dieciséis, y poco después actuó en su primera obra. Era un inicio auspicioso. Así estuvo durante diez años combinando la actuación con la labor de tramoyista en el teatro Canout. Fue ahí, mientras hacía una obra para niños, que conoció a la directora de un programa de América y le ofrecieron el puesto de coordinador de televisión; tenía que manejar el estudio. Además era mimo en el programa de Gisela. Se sentía cómodo. Entonces le pidieron ideas para un nuevo segmento infantil, pensó en un niño-grande que narraba noticias y era cuentacuentos. Lo rechazaron, pero le dijeron que tenía talento para improvisar. Le propusieron un dragón como el que salía en el show del argentino Marcelo Tinelli. La diferencia estaba en que este dragón peruano hablaría. Había algo con lo que Ricardo no contaba: su papel sería dentro del muñeco. Lo contrario a la búsqueda de reconocimiento de los actores es estar atrapado en un personaje en el que no te muestres. Si aceptó fue porque le ofrecieron el dinero que necesitaba. “Pensé que sería por menos tiempo”, dice. Era 1995 y había nacido Timoteo. En un comienzo no le parecía divertido ser Timoteo. Estar dentro de un muñeco, con sudor, con visión limitada y tener que forzar la voz, no parece ser el sueño de ningún actor. David Joyner, el tipo que hizo de Barney por diez años decidió dejar de estar debajo de ese personaje, para intentar una carrera en las tablas. En el programa lo acompañaba Karina Rivera, una exmodelo de Gisela en
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foto sanyin wu
América. La dinámica entre ambos funcionó unas semanas después, cuando Ricardo decidió que si iba a ser Timoteo lo haría de la mejor manera. Entonces se fue soltando y aparecieron las improvisaciones. La famosa frase de la refurinfunflay no fue otra cosa que un escape a no decir una lisura. Karina: ¿Cómo te sientes? Timoteo: ¡¡¡Deee la ree…!!! Karina: Timoteo, ¿qué estás diciendo? ¿De la reeee? Timoteo:¡¡¡Deeelaaa reeefuuurinfunflay!!! El programa empezó a pegar. Se grabó un spot donde Karina y Timoteo iban a dormir con una canción pegajosa. Ricardo Bonilla aprendió a ser Timoteo, a utilizar un buzo dentro del muñeco para no sudar ni malograrlo, a cambiarse de ropa luego de cada segmento del programa, a meterse en el personaje. Inclusive empezó a utilizar a Timoteo a su favor. Una vez, cuando su esposa estaba molesta por una discusión, fue al trabajo de ella con una rosa en la mano, vestido como Timoteo y pidiendo disculpas en nombre de Ricardo. En los bancos cuando le preguntaban su trabajo y él contaba que era Timoteo, le pedían que haga la voz, y conseguía un trato más amable. A su hijo cuando tenía cinco años lo molestaban en clase porque decía que su papá era Timoteo y no le creían. La profesora citó a Ricardo para decirle que su hijo tenía mucha imaginación y que estaba diciendo cosas que no eran. Ricardo le explicó que sí, que él era Timoteo. Ya había aprendido a disfrutar serlo. Estar en la televisión es también sacrificar ciertas cosas. En el caso de Ricardo, la tranquilidad nunca fue una de ellas. Mientras los demás personajes debían esconderse de las cámaras, él podía pasar cerca de una sin ser reconocido. Su sacrificio estaba más relacionado al tiempo. Ser Timoteo generaba una agenda de viajes por todo el país, de circos en julio, de presentaciones aquí y allá, incluyendo Navidad. En uno de esos diciembres, su hijo enfermó y Ricardo estaba obligado por contrato a viajar. Salir de la ciudad en Navidad y dejar a un hijo enfermo, suele de por sí ser un problema, tener que subir a un escenario y hacer reír a la gente mientras uno está preocupado, es una de esas complicaciones que se acepta al decidir ser actor. Cuando Ricardo se ponía el traje dejaba de ser Ricardo. “Una vez que entraba al traje,
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“En un comienzo no le parecía divertido ser Timoteo. Estar dentro de un muñeco, con sudor, con visión limitada y tener que forzar la voz, no parece ser el sueño de ningún actor”. me olvidaba de quien era. Tenía una especie de transformación interna. Me convertía en el personaje”. El problema era cuando estaba preocupado, entonces empezaba a sentir su cuerpo. Los brazos, la piel, su boca. Esa
Navidad con el hijo enfermo fue cuando más lo sintió. Aunque fue por solo unos minutos. Tenía que seguir, porque el espectáculo jamás se detiene. “Son pocas veces las que tomaba conciencia. Empezaba a mirarme debajo del
disfraz, ver mi nariz, mis pómulos, sentir mi respiración, ver dónde estoy, y entonces descubrir que estoy encerrado”. Cuando regresó a Lima, su hijo no había mejorado. Lo habían internado en el hospital. Ricardo prometió que regresaría al hospital a ayudar si su hijo se curaba. No dejó sin cumplir esa promesa. Después de unos años, regresaba disfrazado de Timoteo para hacer reír a niños enfermos. Es difícil entender la fuerza de dos imágenes. Una: la sonrisa de un niño con cáncer terminal. Dos: hacer reír a un grupo de niños que están detrás de un vidrio porque no pueden exponerse debido a una enfermedad. Timoteo era entonces una figura que los niños querían cerca. Una vez lo llamaron para que conozca a una pequeña con leucemia. Durante dos años, Timoteo iba a su casa regularmente para que ella riera al verlo entrar. Hasta que un día lo llamaron para avisarle que había fallecido. Ricardo notó que su hijo crecía cuando dejó de querer a Timoteo para sus fiestas de cumpleaños. Notó que él también envejecía y que el tiempo pasaba bajo el disfraz cuando Karina quedó embarazada. En un principio, por recomendación de la productora, ella no contó nada sobre su embarazo, pues sabían que era peligroso. Era muy probable que los directivos del canal tomaran la decisión de separarla. Lo ocultó bien hasta que por una amenaza de aborto, empezó a faltar a algunas presentaciones y tuvo que confesarlo. El primero en enterarse de las decisión de despedir a Karina fue Ricardo. “Cuando me dan la noticia, yo no sabía qué hacer, me dijeron que no le diga a nadie ni a Karina. Mi hijo tenía cuatro años, no sabía qué hacer, tenía miedo”. Era difícil para él: después de cuatro años y medio, Karina no era solo su compañera, sino su amiga; sin embargo, el miedo pudo más y se quedó callado. Después de tantos años de pensar en eso, hoy sabe que actuaría distinto, que le advertiría a Karina y que renunciaría si a ella la despedirían. “Todo ocurrió tan rápido. Terminamos de grabar y la llamaron a la oficina principal. Fue una inmadurez mía. Debí contarle. Debí prepararla. Debí decirle que yo me iría con ella. En un principio, con justa razón, yo sentía que Karina estaba molesta conmigo”. No se hablaron por un año, hasta que gracias a un amigo pudieron reencontrarse. Karina lo perdonó, volvieron a juntarse y conversar seguido. Pero Karina y Timoteo jamás volverían a llamarse Karina y Timoteo. Ella ya no estaba en el programa. La verdad es que
Timoteo nunca pudo olvidar que le falló a Karina. En la televisión los personajes se reemplazan con castings. Eso hizo el programa los días siguientes. En un principio, en un casting donde desfilaron Daniela Sarfati o las gemelas Antuané y Anabel, la elegida fue Ana Karina Copello. A Ricardo le habían pedido su opinión para la selección, y Ana Karina era con quien se sentía más cómodo. Sin embargo, después de grabar el piloto con Ana Karina, el canal cambió de decisión y llegó la otra hermana Copello, María Pía. El programa continuó, en el último con Karina, ella se vestía de astronauta y explicaba que tenía que irse presentando a María Pía. En la ficción, María Pía y Timoteo funcionaban perfectamente, pero el engranaje de complicidad que había con Karina nunca
infantiles, ningún niño las entiende hasta que empieza a crecer. Parte de una verdad: los desarrolladores, guionistas o actores, son grandes que trabajan haciendo cosas para niños. Ni la cinematografía de Disney, ni Bob Esponja han estado exentos de esta culpa. En todo caso, Timoteo tuvo que aprender a regularse. El problema era que la llegada de María Pía había creado una nueva relación con el personaje. “En la historia de Timoteo, Karina era como un amor platónico, pero para el personaje María Pía era más cercana”. Esta cercanía hacía que Timoteo tenga más posibilidades de chistes con María Pía, situaciones de conquista, bailes propuestos por Timoteo, bromas de doble sentido, abrazos. Incluso hace unos meses, uno de los videos de Timoteo bailando muy cerca a María Pía fue compartido por redes sociales
“Entonces se fue soltando y aparecieron las improvisaciones. Por ejemplo, la famosa frase de la refurinfunflay no fue otra cosa que un escape para no soltar una lisura al aire”. pudo superarse. “Con María Pía tuvimos una muy buena relación laboral. Pero el proyecto de Timoteo nació con Karina”. Es un tema sencillo: el programa había empezado de una forma y acostumbrarse a todo cambio era difícil. Lo que Ricardo había ganado con el tiempo era mucho más libertad, de la que empezó a abusar. La primera vez que lo notó fue cuando en un aniversario del programa aún con Karina llamó el gerente del canal a felicitarlos en pleno programa en vivo, y como a Karina le obsequiaban flores, Timoteo preguntó por su regalo. Gerente del canal: Lo que tú quieras Timoteo. Puedes pedir lo que quieras. Timoteo: ¡¡¡Quieeeero, quieeeeero, quieeero…!!! (Pausa) Timoteo:¡¡¡Quieeeero una muñeeeeca inflaaaable de Kariiiina!!! Todos se quedaron mudos. Ricardo Bonilla miró por esos ojitos del disfraz que solo dan vista directa y volteó a ver a Karina muerto de vergüenza. Todos rieron. Que el disfraz sea de un dragón no quitaba que el que estaba debajo no era un niño. Aunque en definitiva no es lo correcto, las bromas de doble sentido suelen suceder en los programas
bajo el nombre: Infancia Destruida, con más de 32 dos mil vistas. “Por momentos me daba cuenta. No podía ser, pensaba. El personaje ya se estaba poniendo muy pícaro”. No ocurría solo en la televisión, a las fiestas infantiles que lo invitaban, los papás esperaban que Timoteo sea gracioso para todos, que soltara algunas de esas ocurrencias que uno no esperaría en un dragón. Por supuesto todo esto cambió cuando su hijo le pidió que dejara ese tipo de bromas. Permanecer dentro de un disfraz en una fiesta infantil es lo más cercano que se puede estar de saber de cuánta paciencia uno es capaz. Timoteo tuvo que sortear a niños que le jalaban la cola, o le tiraban puñetes, inclusive en una oportunidad se levantó la cabeza para pedirle a un niño que dejara de molestarlo. Pero más allá de esos detalles, la verdad es que en general lo disfrutaba. Ricardo es del tipo de hombre que se siente cómodo rodeado de niños. Cuando se casó, pensó con su esposa que tendrían una familia numerosa, pero esto se complicó por el ritmo de su trabajo. Tenía shows infantiles uno tras otro. Animaba cumpleaños. Iba a presentaciones del canal. Cuando María Pía renunció, no fue una sorpresa. Ya se sabía que ella quería buscar su propio rumbo en otro
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lado. En el 2007 nació un nuevo compañero, el profesor Otto, un divertido científico con pinta de excéntrico. Ricardo decidió que debía perfeccionar a Timoteo como personaje, crearle más personalidad, más historia, más motivaciones. Estaba en eso cuando en el canal empezó a correr un rumor: era muy probable que cancelen el programa. Le dijeron que ya no era rentable. La ley de publicidad infantil prohibía anunciar ciertos productos en programas para niños, y el rating ya no era el de antes. Los niños habían cambiado. Fue una larga agonía. A Ricardo lo despidieron en 2014, el mismo año en que Combate cumplió tres temporadas y Esto es Guerra dos, con los ratings más altos de la televisión, y con numerosos productos de
Días después de cancelado el programa, Ricardo Bonilla puso una fotografía en Facebook con el traje, en la que mostraba su cara. Ahí escribió: “No es romper ilusiones ni mucho menos el encanto. Siento que ahora empieza una nueva etapa y a luchar por lo que quiero, tanto en lo profesional y mucho más en lo sentimental junto a mi familia. De cualquier forma, Timoteo continúa como un disfraz que ya no puede ser utilizado. Este año será el primer año en que Ricardo tendrá vacaciones de julio. Luego de veinte años de circos y presentaciones por Fiestas Patrias, dejar de ser Timoteo hace que deba encontrar su propio espacio. Por suerte, fundó una empresa productora e invirtió en negocios. Ahora se matricula en todos
“Ricardo notó que su hijo crecía cuando dejó de querer a Timoteo para sus fiestas de cumpleaños. Notó que él también envejecía y que el tiempo pasaba bajo el disfraz cuando Karina quedó embarazada”. merchandising, como posters o álbumes que se vendían principalmente entre colegiales de primaria. En muchas fiestas infantiles ya no se escuchaba música para niños, sino reggaetón. Los niños, el público de Timoteo ya era el mismo de antes. En el momento en que le pidieron su salida, Ricardo ganaba once mil quinientos soles por ser Timoteo y estaba en planilla. Ofreció que no le pagaran la indemnización con tal de seguir utilizando el disfraz, pero se lo negaron. Pidió que al menos alguien más lo utilice, que alguien herede el disfraz. “Lo que yo realmente no entendía era por qué dejar al personaje sin vida”. Los derechos de Timoteo pertenecían al canal, sin embargo, era Ricardo quien le había dado la personalidad. Este no es un debate extraño. Carlos Villagrán y María Antonieta de las Nieves estuvieron años en disputas legales con Roberto Gómez Bolaños por esa razón; la discusión es: ¿el personaje es de quién lo crea o de quien lo personifica? Lo cierto es que en la televisión, después de tantos años, los personajes terminan definiéndose por sus actores “Sí, me jode. Me jode que ya no continúe Timoteo. Que ya no siga el personaje. No es importante que yo esté, sino que el personaje no muera. Me hubiera gustado darle la posta a alguien. Pero no, el canal es como el perro del hortelano” 64 /
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los talleres que puede. Comparte clases con alumnos que tienen la mitad de su edad. Hace poco reapareció en el teatro con un breve papel en un musical que él producía. En realidad, a Ricardo no le faltan oportunidades para trabajar, pero la prioridad actualmente está ahora en su familia. Desde que no es Timoteo, tienen un día, además del fin de semana, para la familia, para poder conversar y pasar el rato juntos. Últimamente las conversaciones se centran en el viaje de julio. Están definiendo si las vacaciones transcurrirán en un crucero por el Amazonas o si se van a Marruecos. Hace unos meses, Ricardo tuvo que elegir entre la familia o volver a ponerse el disfraz. Era finales del 2014, y el canal organizaba una fiesta de aniversario, en la que le pidieron que vaya disfrazado de Timoteo y le pagarían una buena cantidad de dinero. El problema era que ese mismo día tenía una reunión con toda la familia de su esposa, planificada hace varios meses de anticipación; así que tuvo que negarse. Ahora, tras dejar a Timoteo, la prioridad estaba en ser Ricardo Bonilla. Como Timoteo no puede ser Timoteo, no habrá circo de Timoteo. En estos tiempos -salvo que seas el Cirque du Soleil- la supervivencia de un circo se basa en tener una imagen principal que aparezca en la televisión, como son el de la Chilindrina, el de Yola, o el de
Esto es Guerra. El año pasado como Timoteo tampoco podía ser Timoteo alquilaron todo para un personaje de Combate. *** El parque Kennedy es uno de los espacios públicos más concurridos de la ciudad. Ubicado en el corazón de Miraflores, está a unas cuadras del Centro Cultural Ricardo Palma. De ahí sale con ropa deportiva -un short y una sudadera- Ricardo Bonilla. Es un tipo de mediana estatura, de cuerpo fuerte como de futbolista en retiro, ojos negros intensos y cabello entrecano. Acaba de terminar un taller para actores, y camina hacia el parque, es horario de almuerzo y el lugar se llena de trabajadores que buscan un lugar para el refrigerio. Mientras cruza la pista, se escucha un nombre que suena al suyo y un carro para. Ricardo voltea como para ver quién lo llama, pero no es para él y sigue avanzando hasta un semáforo donde se detiene. Al frente suyo una docena de personas van a cruzar. Si Ricardo llevara el traje en el que estuvo cerca de dos décadas, todos se detendrían a verlo, pero Timoteo ya no puede ser Timoteo, y Ricardo se sienta en una cafetería y empieza a contar sobre esos años que vivió bajo el disfraz. Empieza a contar sobre el sudor, sobre las mudas de ropa, sobre los niños, sobre los viajes. Entonces dirá que este año está tranquilo, relajado, que disfruta de su familia, que mira teatro, que camina con su esposa, que conversa con su hijo. “A Timoteo le di el alma. Le di voz, personalidad, movimiento. Pero no se puede patentar el alma”, dirá, y en su voz se sentirá nostalgia, hasta que unos segundos después sufrirá una transformación, y volverá a ser Timoteo. Timoteo: ¡¡¡Yo soooy Timoteooo de la Refurinfunflay. Jujuy Jujuy!!! En el café las personas voltean, la mesera se detiene y los que pasaban por la calle lo miran. La voz de un personaje se ha vuelto una atracción. Timoteo: ¡¡¡Bueeeenas noooooches. Haaaasta mañanaaaaa. Que descansen y que duerman bien, Karina y Timoteo se van a la caaaaaama y túuuuuu taaaaaambién!!! Al momento que termina la canción la transformación acaba, y regresa a ser Ricardo Bonilla. El hombre que estuvo improvisando por más de veinte años bajo el disfraz de un dragón, tiene ahora, a los 46, el reto de hacer su improvisación más difícil. Debe aprender a ser él mismo.
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perfil / alejandro benítez
ZUMBA ES UNA FICCIÓN Cuando nació, su mamá tuvo que escaparse del hospital para dar a luz porque no tenía para pagar. Aprendió a bailar por su hermana en un cuarto de Breña. Empezó a presentarse con el cuerpo de baile de Guajaja, y probó suerte en Bollywood donde participó en series y películas. Luego se hizo famoso en Combate, creando a Zumba. Desde entonces fundó una empresa de raspadillas, una academia de baile y vende muñecos con su figura. El miedo de Alejandro Benítez es que por alguna razón el personaje que construyó se derrumbe. Por Carlos Portugal foto paloma briceño
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*** Alejandro Benítez nació el 24 de julio de 1987. Después del parto, su mamá escapó con él en los brazos. No tenía para pagar el nacimiento de Alejo, su último hijo. “Así nací yo. Así me escapo ahorita de los problemas”, dice y se ríe. Eran siete hermanos que vivían en un cuarto ubicado en la Calle C, del barrio 28 de Julio, en Breña. Cuando su hermana
foto paloma briceño
Z
umba es una ficción. El que existe es Alejandro Benítez. El mismo que en este instante conversa sobre geografía hindú en un restaurante paquistaní donde siempre viene a almorzar y conversar con sus amigos -un refugiado iraquí, un palestino y un emprendedor de Paquistán-. Alejandro Benítez se acomoda la vincha con el pelo trinchudo que le peinan durante media hora y empieza a hablar de lugares, música y cine hindú. El restaurante en la calle Berlín de Miraflores parece su oficina. Lleva una camisa amarilla con dibujos de elefantes que le queda pegada al cuerpo, un short blanco y angosto, y unos lentes oscuros que ocultan una operación en los ojos. El tipo que alcanzó la fama bailando con la hiperactividad de un macaco en televisión, habla con absoluta seriedad de su periplo de un año en Bollywood. -¿Hacemos algo hoy? ¿Ya comiste? Pídete un falafel -le dice a un tipo de nombre árabe. El excombatiente prefiere alejarse de ciertos grupos de la televisión y pasar el rato con quienes conoce gracias a su estadía en la India. No es un tipo que disfrute las reuniones de la farándula peruana. Su círculo de amigos tienen profesiones distantes de las cámaras. Y aquí una breve lista de Alejandro Benítez cuando no es Zumba: 1. Actuó en Bollywood. 2. Fundó una empresa de raspadillas que dirige su familia. 3. Lleva clases privadas para aprender actuación, improvisación, locución de radio y televisión, e inglés. 4. Le da temor sacar a bailar en una reunión. 5. Tuvo una academia de baile. 6. Hace coreografías que ensaya todos los días desde temprano. 7. Mira una obra en el teatro casi todas las semanas. 8. Acaba de viajar al Caribe para grabar su musical. 9. Estará a mitad de año desfilando en Nueva York en la famosa semana de la moda.
“He tenido cuatro enamoradas. Ninguna funcionó. ¿Te imaginas a Zumba con enamorada caminando por la calle? Nadie lo imagina”. limpiaba, ponía música y le pedía a Alejandro que la acompañara. Ella fue enseñándole desde pequeño a bailar. En el colegio Mariano Melgar era un estudiante zalamero con sus profesores que se esforzaba hasta la exageración por hacer que se rían. Durante esos años actuaba en obras como Grease en el colegio y otras en la parroquia de su barrio. Empezó a llevar clases de actuación que acompañaba limpiando carros en las calles y lavando platos; su mamá, para apoyarlo con el pasaje repartía balones de gas a delivery. “Mi mamá se compraba balones de gas y los instalaba en cuatro, cinco pisos, a pesar de tener miomas, y con eso me ayudaba a pagar los pasajes de las clases de actuación. Siempre que me preguntan, respondo: ¿creen que no debería merecer más de todo lo que yo pueda darle?” “Mi mamá se merece el mundo” “El mundo entero” Cuando creció empezó el ir y venir por castings, sucesivas apariciones para ser seleccionado. Fue elegido para formar parte del elenco de baile de Guajaja y el de Maricarmen Marín. A bailar se aprende con la práctica, con la cantidad de horas de dedicación. Lo de Alejandro Benítez fue practicar por años en estos elencos, ahí también empezó a crear su
personaje: ese de los cabellos trinchudos y la vincha; el apodo Zumba le venía por estar en constante movimiento. También comenzó a dedicarle tiempo a la actuación. Apareció en miniseries como Los jotitas, La gran sangre, La muñequita Sally, hasta que tuvo un casting para una película en Machu Picchu, una producción hindú llamada Endhiran (que en su momento fue la película más cara de Bollywood con 36 millones 500 mil dólares de presupuesto), donde actuaban actores de renombre como Aishwarya Rai o Rajinikanth. Se hizo amigo de los productores y le ofrecieron trabajar en la India. Estuvo en películas, series, programas de televisión. Pero para seguir en ese mercado necesitaba saber inglés; no en todas las producciones aceptaban que su voz fuera doblada por un actor local. Tuvo que regresar por sus limitaciones con el idioma. Volvió para un casting en Bolivia donde lo estafaron, y terminó durmiendo en la Plaza de Armas de La Paz envuelto en una frazada y pidiendo al cura de la parroquia dinero para comer. Cruzó la frontera caminando con sus maletas. Entró por Desaguadero. Buscó una oportunidad en Chile, a donde fue también para un casting, pero terminó de vendedor de tomates en un mercado para poder regresar.
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Ya en Lima, se enteró de Combate. -A los que se la dan de bacancitos, me los bajo en una -dice Alejandro Benítez, flaquísimo, con bividí negro y un collar huachafo en un video del 27 de junio del 2011. Es de su casting, su primera presentación en este programa. Entonces nacía Zumba. Digamos, la ficción.
2012 una firma de videojuegos coreana que trabajaba con Tomy quiso lanzar publicidad por internet para el mercado peruano. Investigaron cuáles eran los personajes de Combate más famosos entre el público, y Zumba era uno de los que lideraba el ranking. Ese fue el primer trabajo entre Tomy y Zumba. Ahora están trabajando en la época de circos que se viene por Fiestas Patrias. El año pasado alquilaron la carpa al circo de Timoteo. Tras
*** Combate es también una ficción. Un reality. Pero Zumba ya no está ahí. Es un jueves al mediodía y, desde afuera, las oficinas del canal Latina parecen la edificación de un bunker, con torres de seguridad, color gris y guardias. La puerta de metal se abre ruidosa y aparece Zumba vestido de blanco y con polvo en la cara. A su lado Tomy Reyes, su productor, es el encargado de organizar su agenda de presentaciones. Zumba ya no está en Combate, y ha presentado Macaco,
“Combate está poblado de participantes atractivos que aparecen en revistas sonriendo en fiestas a las que Zumba no asiste. Prefiere a los amigos barbudos del restaurante árabe”. su nuevo musical en Latina. La calle entonces parece un patio de universidad y Zumba el chico popular que camina. Un micro para y el chofer grita. -Eseee Zummmbaaa. -Habla, mi hermano -contesta. Cuando lo saludan deja de ser el tipo serio que no ha almorzado y sonríe moviendo su peinado. No es un tipo al que tantos saludos lo sorprendan, se comporta como si llevara años siendo reconocido por las calles. -Zumba seeelfie -le dice una chica con su novio. Ella posa. El novio toma la foto. -¡¡Zumbaaaaaa!! -y el sonido del claxón de un taxista. A cada saludo, Zumba hace una pose, una mueca, camina tranquilo, hasta que lo saludan de vuelta y cambia de nuevo. Alejandro Benítez se vuelve Zumba y luego regresa a ser Alejandro conforme camina. Hoy tendrá cuatro presentaciones en distintos programas. Su productor no deja de ver el celular y va tomando el tiempo impaciente como un temporizador humano. Tomy Reyes trabaja desde hace tres años con Zumba. Empezó trabajando como productor de orquestas, hasta que saltó al éxito en Combate. En 68 /
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dejar Combate, quieren dedicarse de lleno a producciones para niños. En Combate, Zumba estuvo cuatro años. Ese fue el reality que le dio fama. La historia es simple: un día caminas sin ser conocido, sin dinero, y al día siguiente te saludan por la calle y tienes un buen contrato. La televisión así como el boxeo suele ser un efectivo vehículo de ascenso social (se compró un departamento, invirtió en empresas). Pero existe una verdad: participar en un reality como Combate requiere aprender a sobrevivir. “Es un ambiente contaminado”, sostiene Zumba. (Imagine que está en una versión con poca ropa de Los Juegos del Hambre, pero sin muertes). En todo caso, la permanencia en un entorno agresivo de eliminaciones constantes y riñas personales, debe ser considerado, aunque no quisiéramos, como algo más elaborado y cerebral que simple destreza física. Y esta rivalidad es tan fuerte que, luego de cuatro años, Zumba solo ve como amigos a cinco combatientes. “Los demás viven en su mundito”, dice. Combate está poblado de participantes atractivos de cuerpos trabajados que aparecen en revistas sonriendo en
fiestas de fines de semana, a las que Zumba no asiste. Prefiere juntarse con los amigos barbudos del restaurante árabe. Existen dos formas de continuar por más de una temporada en un programa como este: crear un personaje o crear escándalos. Sin embargo, para que los escándalos funcionen es necesario un cierto atractivo físico, del que Zumba sabe no dispone. “No puedo. Me miro al espejo y digo: no, no soy ese. Yo soy un personaje. Los adolescentes buscan a los chicos con más pinta, yo voy a los niños. No soy guapo. Lo que yo quería era hacer que los niños se rían con Zumba”. El personaje que creó no ha sido estático. Del chico de barrio medio faltoso con el que empezó se transformó en un bailarín hiperactivo que trataba de timar a los conductores y al juez del programa. El problema, en realidad, empezó cuando en el reality le pidieron que siguiera la fórmula efectista de los romances armados, los mismos que luego eran noticia en tabloides y en programas de espectáculos. “Las relaciones que he tenido televisivamente eran adrede y yo lo decía, pero la prensa no lo mostraba así. No comparto cómo se están manejando los realities hoy en día. Mi vida la comparto, pero como personaje. No mi vida personal. No voy a salir con una chica para que luego diga que Zumba la utilizó”. Zumba además tenía una vida fuera de la ficción que se podía ver afectada. En este caso una novia con la que tuvo problemas por las relaciones armadas en televisión. “Me decía: pero Zumba ¿por qué dicen que estás con esta o con la otra si tú estás conmigo?”. La diferencia entre una serie y un reality es que este parece una continuación de la realidad. El espectador no diferencia lo que es ficción de lo que no. El personaje que uno muestre es la manera en que los espectadores lo verán. En el caso de Combate era mostrarse de una forma ante uno de los más altos ratings de la televisión nacional. Alejandro Benítez nunca más sería Alejandro Benítez, ahora sería su personaje, y eso también afectaba sus relaciones. “He tenido cuatro enamoradas. Ninguna funcionó. ¿Te imaginas a Zumba con enamorada caminando por la calle? Nadie lo imagina. Pero ¿te imaginas a Alejandro Benítez? La relación que más duró fue la última, con esa chica estuve dos años, pero los romances que me creaban en televisión complicaban todo. Además, piensan que soy así como Zumba… muy infantil… muy niño, el programa no me permitía mostrarme más, el público quiere a Zumba, prefiere ver-
foto paloma briceño
me así y no a un tipo centrado. Y no quiero una relación con alguien de la televisión. Eso es para mí una relación chatarra, no sabes si eso alimenta o te hace daño. Mi mamá me pregunta: ¿Por qué no te enamoras?, ¿cuándo te vas a enamorar? Pero ya entiende. Con el tiempo cada vez entiende mejor”. Zumba sabe que en el Perú, él es su personaje. Por eso una vez que tenga el dinero necesario, no se ve viviendo con su familia aquí sino afuera, donde pueda ser simplemente Alejandro Benítez. El miedo está en que la ficción se termine antes de lo planeado. El temor de una relación es que los problemas personales se vuelvan públicos. “Tengo miedo de que la persona con la que yo esté salga a decir que soy así o que asá, y diga cosas personales, como se ha visto en muchos casos. Tengo miedo de un escándalo. Un escándalo me afectaría. Podría derrumbar todo”. Cuando dice todo se refiere a Zumba, al personaje. “Tengo miedo de que todo esto se acabe”. Al día le escribe más de una chica desconocida para acercársele, aunque negarse también requiere esfuerzo, nunca contesta. Sabe que es un riesgo. La diferencia entre otros participantes de Combate y él, es que un escándalo derrumbaría sus productos infantiles, como el circo de Zumba o la venta de sus muñecos. “No quiero resaltar por mi vida personal. Quiero resaltar por mi trabajo. Sé que no tengo algunas cualidades. Pero quiero mejorar. Me autocritico en muchas cosas. Quiero aprender más. Me da miedo muchas cosas, tengo temor, de que esto se destruya, siento que voy caminando en una línea, y tengo que caminar en esa línea. Si ven a un Zumba borracho, esa ficción se cae, y esto requiere ganas, esfuerzo; no puedo arriesgarme por cosas tan simples. Lucho contra mí mismo. No puedo aparecer en una discoteca tomando. Eso quemaría todo. He comido mierda como para quemar todo con una tontería así”. La salida de Combate era una manera de proteger al personaje. Apostar por producciones infantiles no va de la mano con tener romances de televisión que se permitan escándalos. Ahora, el reto está en ver si la ficción podrá sobrevivir fuera de su entorno. Por lo pronto, un canal de la competencia está apostando por eso. De eso conversa Zumba mientras muestra en su smartphone videos de todos sus nuevos proyectos y parece un niño que regresa a casa emocionado con una buena nota en un trabajo de pintura. “Fuera de Zumba soy un aburrido de mier-
“Tengo miedo de que la persona con la que yo esté salga a decir cosas personales, como se ha visto en muchos casos. Tengo miedo de un escándalo. Un escándalo me afectaría. Podría derrumbar todo”. da, lo ves”, dice y se queda viendo uno de los videos. *** Lo siguiente no es una ficción: 1. Las células madre que se aplicó para tener ese cabello abundante. 2. Su temor a que todo se acabe. 3. El video de Alejandro Benítez abrazando a su mamá en el departamento que compró para ella. 4. Los consejos que da sobre el uso de Twitter, resumidos en: “Tienes que usarlo. Como comunicador tienes que utilizarlo. Noticias. Información. Es importante para tu carrera. Agregar medios. Leer noticias” 5. El choque de su auto. De esa vez que tuvo un accidente y por coincidencia, en el mismo instante, llamó su mamá, y le preguntó si todo estaba bien, y él, lleno de sangre y con el carro chocado, solo respondió que bien, que todo tranquilo. No quería preocuparla. Alejandro Benítez está sentado en el restau-
rante árabe donde pasa las tardes, conversando de ese accidente que tuvo, hasta que una niña lo ve desde afuera y corre a abrazarlo. Entonces deja de estar preocupado y sonríe. A veces a Alejandro Benítez le gustaría ser Zumba, las veinticuatro horas, todos los días, y olvidarse que es Alejandro Benítez. A veces, le gustaría ser esa ficción ingenua, nada compleja y extremadamente facilista que ha construido para la televisión. A veces a Alejandro Benítez le gustaría ser Zumba. Pero Zumba es una ficción, y la niña regresa a donde su mamá. “Zumba es una nube que construí», dice sonriendo como Zumba y deja de sonreír y aparece Alejandro Benítez. “Es una mochila que cargo también. Una mochila pesada”, dice y se pone serio, muy serio. “Me gustaría ser Zumba todo el tiempo. Con Zumba creo un mundo que da miedo que se acabe. Pero es una nube. Un mundo. Es como soñar despierto”. Entonces se calla, me mira a los ojos y pregunta: “¿Y para ti quién soy?”
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S TA F F LUCERO ASCARZA 21 AÑOS, LIMA Alumna de periodismo, cursa el noveno ciclo. Este año hizo un semestre de intercambio en la Universidad de Génova. Ha hecho prácticas en Travel Update, en la Facultad de Gestión de la PUCP y en la actualidad es practicante en Alide. “El periodismo es un oficio que debe hacerse bien o no hacerse. Yo espero hacerlo bien y vivir de él, viajando y registrando siempre lo que ocurre a mi alrededor”.
MIGUEL ÁNGEL ALA 20 AÑOS, AREQUIPA Alumno de periodismo, cursa el quinto ciclo. Practicante en la oficina de coordinación de nuestra especialidad. Le gusta el periodismo narrativo. Por ahora lee crónicas y perfiles. Pronto empezará a escribirlas.
G I OVA N I A L A R C Ó N 24 AÑOS, CHICLAYO Alumno de periodismo, cursa el noveno ciclo. Exreportero de Latina, actualmente es fotógrafo en PuntoEdu. “Me gustaría hacer periodismo de investigación en un canal de televisión. Creo que la imagen es más potente para dar cuenta de ciertas historias. También me gustaría dedicarme a la fotografía; por lo pronto es mi forma alternativa de mirar y registrar el mundo”.
PAO LO B E N ZA 22 AÑOS, LIMA Alumno de periodismo, cursa el noveno ciclo. Trabaja en Semana Económica y es coordinador general de la revista Carta Abierta. “Me interesa tanto el periodismo económico como el narrativo, aunque solo le tengo fe al formato online. Me gustaría especializarme en economía o dedicarme a la crónica, pero siempre publicar en un medio online”.
PA LO M A B R I C E Ñ O 22 AÑOS, MADRID Alumna de periodismo, cursa el noveno ciclo. Es fotógrafa freelance. Va especializarse en fotoperiodismo deportivo. Le fascina comprobar como la belleza de deportes como el fútbol y el tenis se puede transmitir a través de la fotografía. Tiene dos sueños: formar parte del plantel de reporteros gráficos del Real Madrid y entrevistar a Rafa Nadal.
LEONARDO CUITO 22 AÑOS, AREQUIPA Alumno de periodismo de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Este semestre hace una pasantía en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación. Cursa el noveno ciclo. Es un apasionado de la fotografía documental. Cree que la imagen y el color tienen un poder inigualable para transmitir mensajes y contar historias.
C L AU D I A C H ÁV E Z 21 AÑOS, TRUJILLO Alumna de periodismo de la Universidad Nacional de Trujillo. Este semestre hace una pasantía en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación. Cursa el séptimo ciclo. “Me gustaría especializarme en periodismo narrativo y en interculturalidad”.
MAIRA FLORES RODRIGUEZ 21 AÑOS, LIMA Alumna de periodismo, cursa el octavo ciclo. Le gusta escarbar en todo aquello que trata de ocultarse y descubrir historias que otros prefieren soslayar. Se inclina por el periodismo de investigación, pero al mismo tiempo le gustaría incursionar en el periodismo deportivo.
H E R N Á N P. F L O R Í N D E Z 22 AÑOS, LIMA Alumno de periodismo, cursa el noveno ciclo. Es practicante del programa No culpes a la noche de Canal N. No cree que el periodismo desaparezca; nunca faltarán lectores y locos dedicados a este oficio. Está convencido de que orden social en que vivimos es una mentira; el reto es revelarla.
ELVIS JÁUREGUI
22 AÑOS, LIMA Alumno de periodismo, cursa el octavo ciclo. Eligió esta carrera porque cree que es uno de los pocos oficios que permite: uno, cultivar un sentido crítico de la realidad; dos, sumergirse en un continuo aprendizaje y tres, desarrollar una capacidad de asombro. Le gusta el periodismo deportivo y la política.
ROSA LAURA G. 22 AÑOS, LIMA Alumna de periodismo, cursa el noveno ciclo. Es redactora de la agencia de prensa ambiental Inforegión. Cree que el periodismo debe asumirse como un servicio público. En cinco años se imagina viviendo en la Amazonía; viajará mucho y vinculará el periodismo con la antropología.
M I G U E L LOAYZA 23 AÑOS, LIMA Cursa el séptimo ciclo. Desde niño siempre quiso ser periodista. Es un lector apasionado de crónicas. Le interesa el periodismo narrativo y la investigación. Le gustaría trabajar en medios especializados en derechos humanos y política.
D I E G O O L I VA S 26 AÑOS, LIMA Alumno de periodismo. Décimo ciclo. Transita mundos con una infantil capacidad para el asombro. Colecciona historias en personas, juguetes, libros y cine. Le interesa el periodismo narrativo. Actualmente anda en busca de los cinco tomos de la obra periodística de Gabo, editada por Mondadori.
CARLOS PORTUGAL 23 AÑOS, LIMA Egresado de periodismo. Devoto lector y aplicado militante de la crónica periodística. Ha publicado en las revistas Regatas, Velaverde, Asia Sur, Carta Abierta y el portal Sin Etiquetas. Finalista de Etecom y Lucha Libro. Lleva un año escribiendo el perfil de un perro.
EDUARDO PRADO 22 AÑOS, LIMA Alumno de periodismo, cursa el octavo ciclo. “Estudio periodismo porque me gusta escribir sobre aquellos que no suelen protagonizar la noticia. Creo que el periodismo narrativo es capaz de retratar una generación en una historia”.
DIEGO TIRADO D. 24 AÑOS, LIMA Alumno de periodismo, cursa el noveno ciclo. Fue asistente de producción en TV Perú. Le interesa el periodismo internacional y los conflictos sociales en el mundo. “Estudio periodismo por dos razones: La primera, porque es una carrera que te permite conocer lo que sucede en otras realidades (Medio Oriente, Europa del este y África), y la segunda, porque creo que a través del periodismo puedo desarrollar mi vocación de servicio social a la comunidad”.
PA LO M A V E RA N O 22 AÑOS, LIMA Alumna de periodismo, cursa el noveno ciclo. Fue practicante en Sin Medias Tintas de Latina y ahora es redactora en Punto Edu. Le interesa el Periodismo documental y de investigación. Temas de política, culturales y derechos humanos. Quiero lograr contar historias que nadie sepa, que sean importantes y que nos demuestren que hay algo más allá de nuestro entorno.
HANGUK YUN B. 25 AÑOS, LIMA Cursa el décimo ciclo. Es redactor en la revista Ideele y en Carta Abierta: “Investigar es la parte de producir un texto que más me interesa. La segunda, por supuesto, es escribirlo. De ese proceso emerges convertido en un pequeño experto. Ese es uno de los encantos del periodismo. Si tuviera que escoger un libro, no lo dudaría ni un segundo: Hiroshima, de John Hersey, por su estilo y contenido uno de los mejores que2015 he leído”. / 71 julio /
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