Rodrigo Cabrera Blume Visita una comunidad peruana que superó su riesgo hídrico La Comunidad San Pedro de Mosoccallpa se ubica sobre los 3000 m.s.n.m. en el distrito de Tambillo, provincia de Huamanga, Ayacucho. Más conocida como Musoccallpa, la comunidad de la sierra sur peruana fue el escenario donde se implementó el proyecto piloto SABA PLUS por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación - COSUDE en coordinación con CARE PERÚ y la Dirección Regional de Vivienda Construcción y Saneamiento Ayacucho. La iniciativa buscó promover estrategias para mejorar la calidad de los servicios de agua y saneamiento en el ámbito rural a partir de la aplicación de un modelo de saneamiento básico integral para como contribuir a la institucionalización de la gestión sostenible del agua. Cesarina Quintana, Oficial Nacional de Programa Senior de COSUDE comenta que “el marco de nuestra intervenciones es justamente a contribuir con un enfoque integral que basado en una estrategia de fortalecimiento de capacidades a todo nivel y que intenta aportar a la clara definición y roles y competencias que tiene cada uno de los actores de agua y saneamiento rural, es una labor que nunca se acaba, más aún con las grandes brechas que tiene nuestro país” (COSUDE 2013). Es preciso mencionar que el Perú tiene el desafío de adaptarse al cambio climático teniendo altos niveles de pobreza y desigualdad, especialmente en el sector de agua y saneamiento. En Latinoamérica, es el país con menor acceso de la población a servicios de agua potable con un déficit 57% (COSUDE 2013), situación que se intensifica en los pueblos más pobres. Musoccallpa era uno de esos casos y su historia de superación merece ser conocida – ver video anexo. En el año 2012 Musoccallpa era una de las comunidades campesinas más pobres del departamento de Ayacucho. Con menos de 60 familias, la comunidad vivía del cultivo de secano -método altamente dependiente de las precipitaciones- para fines de subsistencia y micro comercio, siendo su principal producto agrícola la quinua, cultivo tradicional apreciado por la alta cocina internacional. Además, los pobladores tenían que enfrentar una serie de condiciones que dificultaban sus actividades económicas: temperaturas nunca antes sentidas y sequías inesperadas, crisis de salud y barreras en su competitividad comercial. Si esto fuera poco, probablemente, el vacío más grande de la fragilidad socioeconómica era la seguridad hídrica por la ausencia de un sistema eficiente de gestión y reserva de agua, especialmente potable, en un territorio donde no existen cuencas hidrográficas cercanas. Para ofrecer una solución ¿qué dicen las lecciones aprendidas de experiencias internacionales? Según el mecanismo inter-agencias de agua de Naciones Unidas, “el agua es el principal medio a través del cual el cambio climático afecta a los ecosistemas de la Tierra y, por tanto, a la vida y al bienestar de las personas” (UN WATER 2010). En este sentido, la buena gestión del agua de una comunidad es un factor crítico de éxito en proyectos de desarrollo rural porque implica compartir, consumir y administrar el agua de manera racional, lo cual aumenta la capacidad adaptativa de la comunidad. Por esto, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza-UICN recomienda empoderar a las comunidades, autoridades de cuencas y comités locales de gestión de agua, enfocado en fortalecer las capacidades de los tomadores de decisión. Musoccallpa apostó por esta forma de trabajo que fue, más que un enfoque, una visión aplicada a través del liderazgo colectivo con ambición en modificar el estilo de vida de las personas.
Rodrigo Cabrera Blume El proyecto SABA PLUS inició con la consigna de impulsar un trabajo multiactoral en lo referido al agua y al saneamiento básico rural; posteriormente, se complementaría con temas de salud y alimentación. Los resultados poco visibilizados en Musoccallpa siguen sorprendiendo por haberse obtenido en tiempo récord: en menos de dos años 56 familias beneficiarias cuentan con mayores ingresos anuales por la comercialización de productos agrícolas en el mercado interno, están empoderadas en el manejo hídrico y conocen las relaciones entre agua y saneamiento, salud pública, salud infantil, sistemas de cultivo y vivienda. Actualmente, la comunidad cuenta con su primer reservorio comunal que purifica el agua por la captación de lluvias, baños con arrastre hidráulico, lavaderos familiares, micro rellenos sanitarios, alacenas, refrigeradoras ecológicas y biohuertos diseñados para el autoconsumo. Lo que se inició como un proyecto de gestión sostenible de los servicios de agua potable a través de cloración por goteo- se convirtió en un imán de oportunidades que ahora integra a más instituciones bajo un sistema de trabajo sistémico, dialogante, de alto involucramiento y de confianza. Sin querer un proyecto de transferencia de tecnología fue el engranaje para alentar a otros liderazgos, como el de CARE PERÚ, para que se sumen a la promoción de un desarrollo humano. Es decir, el proyecto SABA PLUS sirvió como una suerte de promotor de otros temas importantes relacionados el cambio climático y la seguridad hídrica. Por esta razón no sorprende que se hayan realizado actividades de salud y limpieza con un control detallado sobre la cantidad de niños saludables o desnutridos y de madres embarazadas. Hoy en día, el salón comunal anuncia la visión de la comunidad hacia el 2017: “familias con acceso a una buena educación y salud, libres de violencia, con niños sanos y nutridos; con buenos ingresos económicos, donde las viviendas estén ordenadas y limpias, que tengan servicios básicos completos”. Es claro que la visión no se podría alcanzar sin un buen manejo de agua que permita la supervivencia de la población y una producción económica sostenida, así como el aumento de la capacidad adaptativa ante desafíos complejos como el cambio climático, la desertificación y la degradación de suelos. El agua, tal vez, no solo es un medio y fin, sino una condición habilitante de desarrollo. En cierta medida, la historia de Musoccallpa no es más que un reflejo de lo que pasa en pocos proyectos de desarrollo en zonas rurales de algunas regiones, provincias y países latinoamericanos. De ellos aprendemos que se debe diseñar proyectos que integren el liderazgo de actores en diferentes niveles, que tengan una visión en común, una ruta estratégica clara para operar, aspiraciones a lograr cambios a mediano y largo plazo, capacidad de integrar otras iniciativas de desarrollo y pensamiento sistémico que respete la diferencias culturales. Esta buena experiencia de adaptación al cambio climático es una de muchas que, una vez más, nos indica que los desafíos globales que enfrentamos nos exigen cambiar el lente con el cual leemos el mundo. Dicho de otro modo, la historia en cuestión nos muestra que tenemos que aprender de nosotros mismos para mejorar el bienestar humano, reduciendo riesgos ambientales y gestionando con cierta flexibilidad la escasez del agua. ¿Cuántas historias como la de Musoccallpa existen en el Perú pero aún no son reveladas?
Video: https://www.youtube.com/watch?v=0SAhz_OJoyY
Rodrigo Cabrera Blume Fuentes consultadas
COSUDE 2013 “Proyecto SABA Plus”. Dirección de Vivienda Ayacucho. Disponible en línea: http://www.cooperacionsuizaenperu.org.pe/cosude-proyectos/proyectos-programa-globaliniciativas-agua/saba/proyecto-noticias/1724-12%20de%20diciembre%20de%202013%20
COSUDE 2013 “Proyecto SABA Plus”. Video. Dirección de Vivienda Ayacucho. Disponible en línea: https://www.youtube.com/watch?v=0WMVpO6SooQ DIRECCIÓN REGIONAL DE VIVIENDA, CONSTRUCCIÓN Y SANEAMIENTO AYACUCHO 2014
“Comunidad de Musoccallpa”. Video. Dirección de Vivienda Ayacucho. Disponible en línea: https://www.youtube.com/watch?v=0SAhz_OJoyY
UN WATER 2010 “La adaptación al cambio climático tiene que ver, sobre todo, con el agua”. UN WATER. Disponible en línea: http://www.unwater.org/publications/publications-detail/en/c/206476/