Declarada de Interés Social por la Legislatura - Cdad. Bs. As.
REVISTA BIMESTRAL - AÑO 18 - Nº 169 - NOVIEMBRE / DICIEMBRE 2018 - COSTO $60
s ú s e J revela la ternura
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de Dios
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SUPLxta EN E EL CLMENTO TREGA UB D DEPO R E MI BARRTIVO IO
Novena entrega de la Colección “La Patria al hombro - Iglesia y Emergencia”. Mensaje del santo padre Francisco - II Jornada Mundial de los Pobres
Sumario .1.
Navidad .
.2.
Jornada Mundial de los Pobres.
.5.
Movimientos populares: el pueblo que camina y lucha.
.7.
Movimientos populares, emergencia alimentaria y trabajo .
.9.
Movimiento Misioneros de Francisco.
10 .
“Acá los pobres ya no esperan, estudian, trabajan y se organizan”.
. 12 .
Integrar y dar protagonismo para transformar.
. 14 .
Un luchador de la vida.
. 16 .
Los colores de nuestros sueños.
. 20 .
Una mesa compartida desde hace muchos años.
. 21 .
Y vuelve a llover Esperanza.
. 23 .
El amor en acción. Cáritas una Iglesia de puertas abiertas.
. 25 .
50 años caminando con los pobres abrazando la vida.
. 29 .
Los movimientos sociales y su compromiso por una Patria para todos.
. 31 .
Caminando en familia... caminando como hermanos.
Esta edición va acompañada de la SEXTA entrega del Suplemento Deportivo EL CLUB DE MI BARRIO. y la NOVENA entrega de La Patria al hombro
pequeño y Jesús a os revela l
Editorial
cercano n
ternura de Dios
“En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre». (Lc 2, 8-12)
sebre de animales. Y, sin embargo, de esta nada brota la luz de la gloria de Dios. Desde aquí, comienza para los hombres de corazón sencillo el camino de la verdadera liberación y del rescate perpetuo… Y el relato sigue con los pastores, que supieron escuchar, supieron ver en la señal de ternura la presencia liberadora de Dios. Frente al misterio de Jesús, no se escandalizan por su pobreza, sino que, como María, confían en la palabra de Dios y contemplan su gloria con mirada sencilla. Y luego, no se quedan indiferentes, sino que salen a anunciar. Dios no es mudo, Dios no perma“Al César lo que es del César y a neció callado, encerrado en su mis- Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21). terio, lejos del hombre y del mundo. No hay que dar a ningún César de Dios quiso y quiere comunicarse. turno, lo que sólo es de Dios: La La paradoja de la fe cristiana, es la vida de sus hijos e hijas. Como lo de un Dios que quiere dialogar con repitió tantas veces Jesús, los ponosotros, y para eso se mete en la bres son de Dios, los pequeños son sus predilectos, el Dios hizo de la pequeña historia cotidiana de reino de Dios les pertenece. No se ha de una familia, una historia de Salvación. sacrificar la vida, la historia de una forma especial, o tal dignidad o la felicidad de las pervez, sea incorrecto decir especial, sonas a ningún poder. Y sabemos porque en realidad se mete en la que hay un poder que sacrifica vihistoria de una manera tan sencilla, das y causa sufrimiento, hambre y tan cotidiana que nos cuesta verlo y destrucción. Ese poder es la “dictaparticipar de este diálogo. dura de una economía sin rostro y sin En la Nochebuena del año pa- un objetivo verdaderamente humano” sado, el Papa Francisco nos dijo que han logrado imponer los poderosos “Cuando oigamos hablar del naci- de la Tierra (Papa Francisco). Pero lemiento de Cristo, guardemos silen- jos de vivir resignados y de rodillas cio y dejemos que ese Niño nos ha- ante un sistema que descarta vidas, ble; grabemos en nuestro corazón nuestro pueblo sencillo construye sus palabras sin apartar la mirada caminos de humanidad, brinda resde su rostro. Si lo tomamos en bra- puestas encarnadas ante cada prozos y dejamos que nos abrace, nos blema y necesidad. En esta Navidad, dará la paz del corazón que no co- dejemos que ese Niño nacido en un noce ocaso. Este Niño nos enseña lo pesebre pobre nos vuelva a hablar que es verdaderamente importante a lo profundo del corazón, donde la en nuestra vida. Nace en la pobreza ternura se hace acción que toma en del mundo, porque no hay un pues- sus brazos la vida del más débil y se to en la posada para Él y su familia. vuelve liberación para todos. Encuentra cobijo y amparo en un establo y viene recostado en un pePadre Adrián Bennardis
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Mons. Jorge Carbonell Obispado de Lomas de Zamora.
s e r b o p s o l e d l a i d n u M raterno rnadad
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f r i t r a p m o c llamado a
Francisco concluyó el Año santo de la Misericordia con una carta apostólica que orienta el rumbo para todo un camino que se nos abre. Esta carta brota del encuentro entre la miseria y la misericordia del pasaje del evangelio de Jn 8,1-10, que está envuelto en el silencio de cómo Dios nos busca para que vivamos su misericordia, con miradas que solo quieren contemplar y recibir, como Padre que se abraza con el hijo que herido, ha retornado. Percibimos pasos para dar y encuentros para poder seguir, con la claridad que inspira la gracia. Por eso el silencio tan
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personal y tan íntimo que vive la mujer del pasaje del evangelio de Juan, lo vivimos también al confesarnos y al confesar: que Dios nos da su paz, nos quita miedos, nos anima, porque nos recupera como hijos que retornamos a Él con el perdón.
Y como dice el salmo 83: “encontramos las fuerzas en Él al preparar la peregrinación”. El Papa nos está proponiendo un desafío, que es profético para que nos sumemos a un camino sin saber hacia dónde ni cómo, pero con la confianza de quien miró “una tierra prometida” y nos invita a ir hacia ella. Y esta invitación se concreta en lo cotidiano y en la Iglesia, con los problemas, injusticias y conflictos, proponiéndonos ser más solidarios. Y no quedarnos en lo opinable o solo en lo reflexivo, perdiendo el tiempo, que tiene que ser para los otros y hacia ellos nos está llevando desde hace tiempo: refugiados, postergados, los sin techo, los flagelados por la droga, los sometidos a la trata, la falta de trabajo, etc. “Quiero una Iglesia pobre, para los pobres” (EG 198). Creo que al pronunciar esta frase, ya surgía en el Año Santo de la Misericordia un rumbo, cuyo mensaje es contenido para lo que hacemos: ser fermento en la masa, ser la levadura del evangelio (Mt 13,31-35), que necesita la Iglesia para ser luz en el mundo, con una “pre-
dicación creíble por lo que vive” to de ayuda sea sentido no como limosna humillante, sino como un (MV 12). Porque en las periferias se re- compartir fraterno. Por eso tenesuelve la misión en el mundo de mos que actuar de tal manera hoy. Allí encontramos la gente que los pobres, en cada comunicon sus problemas y la misión dad cristiana, se sientan como « seria, el dejarnos encontrar por en su casa ». Que la caridad de las obras corrobore la caridad los que viven necesidad. En esos lugares aprendemos de las palabras”. (Juan Pablo a acompañar, estando y cami- II NMI 40-50). Al momento de pensar nando al ritmo del pueblo, que un gesto para la Jornada, una vez delante, otras en el mecreo que hay que hacer dio y muchas detrás. (EG 31). Y aprender a ocupar el últi- un esfuerzo para tratar de mo lugar, el de Cristo. Lugar que salir de expresiones muy puede implicar Es la hora de una nueva “imaginación estar solo, ningude la caridad”, que promueva no neado, postergado. tanto y no sólo la eficacia de las Pero con cercanía, para estar disponi- ayudas prestadas, sino la capacidad bles para dejarnos de hacerse cercanos y solidarios con agarrar.
santuarios, allí el silencio que hacemos al mirar, que nos abre a compartir la fe, nos ayuda porque genera comunión. Creo que por aquí puede despuntar el gesto.
quien sufre,
“Comunidades que sean casas y escuelas de comunión” “El panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente, si a las antiguas añadimos las nuevas pobrezas. Es la hora de una nueva «imaginación de la caridad», que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el ges-
habituales o que broten de lo institucional, cosas clásicas que en algún punto no terminan de abarcar la verdadera necesidad de los hermanos y expresen fraternidad. Esto desde una mirada que sepa o pueda, pero que quiera asumir el recorrido de la vida de los otros que padecen necesidades y que en el ámbito de la fe, quizás tengan otro recorrido. Esto lo aprendemos muy bien en los
Creo también que la “Primera Jornada” nos abrió a la novedad, para que bien dispuestos “coronemos un año de gracia” (Is 61,1). Porque después de haber reflexionado con el evangelio de Mateo, llegaremos al pasaje: “cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicieron”. Palabras estas que brotaron de la boca de Jesús, de su corazón! Y que nos expresan su ofrenda. Entonces este itinerario hecho con la reflexión de la Palabra en las celebraciones, nos prepararon y nos seguirán preparando para tener un gesto, siendo éste, expresión de la gracia. El recorrido de la fe del Pueblo de Dios tiene la riqueza propia de no tener los típicos vicios de lo que está demasiado arma-
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do, o que vamos direccionando mucho. Por eso nos hace tanto bien el contemplar y percibir los gestos que brotan de la fe compartida, que hablan de Dios, que ayudan en la reflexión, dándonos contenido. La vida de los pobres nos desinstala, porque aparece con sus urgencias en los momentos inesperados, imponiendo sus necesidades, surgidas de las limitaciones. Y si respondemos de corazón a sus requerimientos, nos subrayaremos que la opción preferencial por los pobres es sincera y verdadera. Nos resonarán con firmeza estas palabras de Pablo, que vive la salida hacia el hermano como expresión del llamado recibido: “Nos recomendaron que nos acordáramos de los pobres, lo que siempre he tratado de hacer” (Gal 2,10). O esto otro: “San Francisco, porque mantuvo los ojos fijos en Cristo, fue capaz de reconocerlo y servirlo en los pobres” (Mensaje jornada 1ra. n°4). Pero precisemos las resistencias que nos mantienen en nuestra visión cerrada de la Iglesia para vencerlas, si no las riquezas
de la gracia no aparecerán en su total dimensión y seguirán siendo solo buenos enunciados. Hablar de la misericordia, es hablar de apertura al encuentro con el otro. Ojalá se imponga como camino en la pastoral, para que lo organizativo tenga ese fermento que está en el amor a Dios y a los hermanos (Mt 22). Asumamos y recorramos el camino de Jesús que estuvo signado por los encuentros. Salgamos de los cálculos, que nos quitemos los miedos que los suelen refrendar y pongamos la seguridad en Dios: “poniendo en Él la confianza” (2 Tim 1,12). Evitemos los encierros, abriéndonos para que aparezca esa “alternativa desconocida”, que Dios hace surgir en el encuentro con quien seguramente no se dará a conocer si no lo voy a buscar. Experimentemos las riquezas
de la fe compartida y así vivida, que nos hace crecer como hermanos y nos ayudará a “conocer otros horizontes” que el Espíritu nos anunciará, porque a los otros se los inspiró. Asumiendo para la segunda Jornada que «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Sal 34, 7). “Aquí las palabras del salmista se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación por quien tiene experiencia directa de la pobreza y, sin embargo, la transforma en un canto de alabanza y de acción de gracias al Señor. Este salmo permite también a nosotros hoy comprender quiénes son los verdaderos pobres a los que estamos llamados a volver nuestra mirada para escuchar su grito y reconocer sus necesidades, respondiendo con gestos que ayuden a restituir la dignidad”. «Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, para que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo» (EG 187).
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Entrevista a Juan Grabois Militante social referente de la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular)
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“Ustedes, las organizaciones de los excluidos y tantas organizaciones de otros sectores de la sociedad, están llamados a revitalizar, a refundar las democracias que pasan por una verdadera crisis.(...) En estos tiempos de parálisis, de desorientación y propuestas destructivas, la participación protagónica de los pueblos que buscan el bien común puede vencer, con la ayuda de Dios, a los falsos profetas que explotan el miedo y la desesperanza, que venden fórmulas mágicas de odio y crueldad o de un bienestar egoísta y una seguridad ilusoria”. Palabras de Francisco a los Movimientos Populares - Roma 2016. Juan Grabois, un líder social que se escapa de los cánones tradicionales de un militante, es difícil de encasillar, pero su trabajo desde muy joven siempre fue cercano a los más pobres y excluidos, lo que hace de él una persona que invita a reflexionar y accionar. Se lo conoce por su rol como organizador de las cooperativas de cartoneros y por su amistad con el Papa Francisco a quien escuchó en 2005 en una misa que Bergoglio daba por los cartoneros. Luego, en 2007, se conocen personalmente cuando preparaban la misa en plaza constitución con los cartoneros del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) y los costureros vinculados a la Asociacion Alameda: “su mensaje era muy revolucionario, y una denuncia muy fuerte a lo que estaba pa-
sando en la sociedad”. Nos encontramos con Juan cerquita de la estación de trenes de Constitución, en la sede central de la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), donde también nos recibe Lucas quien fue el que hizo posible este encuentro. ¿Cómo comienza tu camino, tu compromiso social? “Fue a partir de la crisis de 2001, y gracias a esa interpelación que nos generaron a los sectores medios esos cartoneros, que venían del conurbano donde veías familias enteras revolviendo la basura. En la esquina de mi casa había pibes de mi edad que buscaban y que vivían de lo que yo descartaba y tiraba. El trabajo de revolver y separar la basura todavía era ilegal, a pesar de que lo ejercían más de 120 mil personas solo en la Capital y en ese momento la discriminación era mucho más que ahora y vivían una situación de exclusión y de explotación que me conmovió mucho y me llevó a meterme con un grupo de amigos en la organización de esos compañeros, sin experiencia política ni organizativa previa, simplemente en el contacto con los compañeros, que era un grupo de cartoneros que venía de Villa Caraza. Y pocos meses después fundaban el MTE, Movimiento de Trabajadores Excluidos, con ese primer
núcleo que serían unos 60 cartoneros y 3 o 4 militantes externos al sector”. ¿Qué son los movimientos sociales? Nosotros hablamos de movimientos populares entre otras cosas por algo que decía Bergoglio, que el concepto social es un concepto de aplicación universal, mientras que la idea de pueblo es una categoría mítica e histórica. Los movimientos populares es la iniciativa de los sectores más humildes del pueblo, que se pone en movimiento para lograr mejorar su situación en esta sociedad de descarte. Son los agricultores familiares, los campesinos, los pueblos originarios, los vecinos de los barrios populares e informales y los trabajadores de la economía popular. Las tres T: Tierra, Techo y Trabajo, nos hablan de un sujeto social que es el que aspira a la Tierra, al Techo y al Trabajo, porque no lo tienen o lo tienen en
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una cantidad y calidad insuficientes para una vida digna. Y también es un programa de transformación sociopolítica que implica la reforma agraria integral, la reforma urbana y la integración urbana de los barrios, y el desarrollo de una economía popular comunitaria y digna desde el punto de vista de los derechos. ¿Qué rol cumplen los movimientos populares en el territorio y en los barrios? Podríamos resumirlo en tres acciones, la organización comunitaria, el trabajo auto gestionado y la lucha social. La organización comunitaria es porque en general nuestras organizaciones tienen un arraigo territorial fuerte y realizan un montón de acciones que no son sólo generadoras de trabajo, sino que crean un espíritu de unidad comunitaria
¿Cómo ves la situación en los barrios? Dramática, con algunos puntos de continuidad y otros de diferencia con la crisis del 2001, la diferencia sustancial es que existe una red de seguridad social mucho más amplia que son las asignaciones universales y la inclusión jubilatoria, que hace que el 70% de los hogares pobres tengan algún tipo de transferencia de ingresos del Estado, mientras que en el 2001 había mucha gente que En los pobres y sus organizaciones no tenía absolutamente nada; y en segundo luno solamente está su propio gar, el enorme desarrollo destino sino también el destino de de los movimientos pola humanidad es muy esperanzador. pulares que en el trabajo, que afianza el tejido social. El en la organización y en la lucha, trabajo autogestionado, que es el logran enfrentar la desesperanza trabajo que nos vamos inventan- y la desesperación que generan do, cartoneo, venta ambulante, el deterioro socio económico tan las ferias y que los movimientos grande que hay. populares intentan darle un cauSe aprobó en estos días en el ce organizativo y mejorar en términos de ingresos, de derechos senado la ley de barrios populares. laborales y de producción. Y la ¿Qué significa eso para los vecilucha social, que es que el Estado nos? La ley es un marco normativo y la sociedad en general puedan visibilizar este sector, visibilizar, que permite que con decisión poempoderar y darle capacidad de lítica se pueda avanzar en la urnegociación a esta creciente mi- banización y en la regularización noría de descartados, que hoy es dominial de los barrios relevados un 35, 40% de la población debi- donde viven entre 3 millones y do a la crisis a la que nos llevó medio y 5 millones de personas, la política neoliberal del actual para realizar obras tan elementales como luz, agua, cloacas, gobierno.
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desagües, veredas sin que existan los argumentos que han tenido los gobiernos para no garantizar el acceso a los servicios públicos y condiciones de habitabilidad mínimas. Es una herramienta de lucha que los vecinos deberán embanderar. Nos faltan 4 leyes de nuestro programa de lucha que son la de emergencia en adicciones, la de emergencia alimentaria, la de acceso a la tierra y la del 25% en la obra pública que está muy relacionada a la de barrios populares; pero aun si tuviéramos esas leyes tenemos un problema económico que es que el gobierno mandó discutir al congreso un presupuesto que es miserable, producto de un pacto de ajuste entre el presidente y el FMI, y que en la práctica deja como letra muerta gran parte de las propuestas que llevan las leyes que nosotros estamos presentando. ¿Qué es lo que más te conmueve del mensaje de Francisco? Cuando él dice que en los pobres y sus organizaciones no solamente está su propio destino sino también el destino de la humanidad, es muy esperanzador. Porque el capitalismo globalizado no solamente excluye sino que destruye la naturaleza, la propia posibilidad de subsistencia del ser humano, y que, de alguna manera, en nuestras manos y en nuestras organizaciones, aunque nos toque vivir momentos oscuros en el trazo grueso y en el largo plazo; en los movimientos populares, en las organizaciones sociales, en los pobres que no se resignan a sufrir la injusticia y se rebelan contra ella y luchan, está la clave para un mundo más solidario y más justo.
Martín Navarro y Lucas Pedró Analistas económicos y misioneros de Francisco
M O V IM IENTOS POPULARES emer gencia alimentaria y
Nuestra querida Argentina es capaz de producir alimentos para 400 millones de personas; sí, casi diez veces la población actual. Podemos estar seguros, entonces, que todas las familias que habitan el suelo de la patria tienen el problema de la alimentación resuelto. ¿Ah no? ¡Pará! Distintos estudios vienen enviando alertas sobre el hambre en nuestros barrios. A principios del año pasado (2017), el Instituto de Investigación Social Política y Ciudadana (ISEPCI), en un trabajo conjunto a la organización Barrios de Pie, informaba lo siguiente: Casi la mitad de niños y adolescentes que viven en villas y barrios populares del país presentan signos de malnutrición. “Este relevamiento se llevó a cabo en el conurbano bonaerense, la ciudad de Mar del Plata y las provincias de Tucumán, Chaco, Corrientes, Misiones, Santiago del Estero, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Salta y Santa Fe. Se pesaron y se midieron 27.226 niños y adolescentes de vulnerabilidad socio-económicasanitaria-ambiental, explicó Laura Lonatti al diario la Nación en Mayo del 2017. Estos resultados confirman las denuncias que los movimientos populares venimos realizando hace tiempo: en la dieta de los más humildes ya no hay carnes, frutas ni verduras. Este estudio doloroso data de Marzo y Abril del año pasado; todos sabemos que la situación
trabajo
ha empeorado gravemente. El estudio trimestral Septimbre18 del CEM (Centro de Estudios Metropolitanos) nos muestra: “Más de la mitad de las personas de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires disminuyeron las racio-
gina12, Octubre 2018.) Al mismo tiempo, la Organización Internacional del Trabajo exhibió a principio de año datos tan alarmantes como peligrosos, 1400 millones de trabajadores en el mun-
nes de comida durante el último año, con situaciones dramáticas en el segundo cordón de la zona sur del conurbano: Quilmes, Florencio Varela, Berazategui, Almirante Brown. Allí, dos de cada tres personas bajaron las raciones de comida. El Monitor es realizado por el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), un centro interuniversitario que integran la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET); la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham. La medición se realiza cuatro veces por año y en este caso se consultaron 1.524 personas, tanto en CABA como en cada una de las zonas del primer y segundo cordones del Gran Buenos Aires”. (Cita Raul Kollman, Pá-
do hoy poseen un trabajo vulnerable y precarizado, con una tendencia difícil de revertir, se estima que en 2019 este dato crecerá en 20 millones. Si además le sumamos que cerca de 200 millones de personas (4 Argentinas y media) no tienen acceso a ningún tipo de trabajo o empleo, la situación hacia donde se encamina el mundo es dramática. El Papa Francisco, denuncia las falencias del mercado, el daño que genera la carrera por el consumo y la veneración del “Dios Dinero”. En su prédica nos dice: “Una economía justa debe crear las condiciones para que cada persona pueda gozar de una infancia sin carencias, desarrollar sus talentos durante la juventud, trabajar con plenos derechos durante los años de actividad y acceder a una digna jubilación en la ancianidad.
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Una economía donde el ser humano en armonía con la naturaleza, estructura todo el sistema de producción y distribución para que las capacidades y las necesidades de cada uno encuentren un cauce adecuado en el ser social.” Es en estos tiempos donde se hace imprescindible la Economía Popular, una economía que muchos la definen como la de los “Trabajadores sin patrón”. Algunas definiciones señalan que a la economía popular la hacen los propios trabajadores en el barrio: “desde uno que fabrica pan y sale con una canasta a venderlo hasta quien en la ventana de la casa se puso un kiosquito”. En este sentido, destacan dos cualidades de la Economía Popular: 1. No tiene a la productividad como eje de la producción sino la posibilidad de generar trabajo. “Esa es una definición antagónica con la economía de mercado”. 2. Es una economía con una intensidad más humana, en definitiva de baja intensidad. Utiliza poca materia prima y mucho trabajo. Por lo tanto es mucho más saludable para el medio ambiente y el desarrollo de la humanidad. Además tiene características en general solidarias”. Otro enfoque complementario destaca que la economía popular está compuesta por: “una inmensa cantidad de trabajadores jurídicamente autónomos pero económicamente dependientes. Recicladores, vendedores ambulantes, micro emprendedores y una gran diversidad de oficios que se realizan por cuenta propia, en una inmensa mayoría sin ningún derecho, integrados en muchas
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ocasiones a las cadenas de valor de las grandes empresas”. Los Movimientos Populares son uno de los principales promotores de esta economía, en los últimos años se han organizado conformando un sindicato llamado CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), que tiene como primer gran objetivo agrupar a todos los trabajadores que están por fuera del mercado tradicional. En segundo lugar entienden que el camino para transformar esta realidad, que aún margina a millones de personas, se dará a medida que estas ideas tengan un mayor volumen de trabajadores organizados y políticas concretas para el sector. En Argentina, muchos dirigentes políticos sociales y representantes barriales nucleados en el trío San Cayetano (CTEP, Barrios de Pie y CCC) comenzaron por proponer la necesidad de darle institucionalidad a los reclamos de la Economía Popular. En ese marco nació la ley de Emergencia
Social, bautizada la Ley San Cayetano. Esta ley, no solo busca destinar fondos del presupuesto a través del Salario Social Complementario, aunque parezca un tema semántico, el cambio de paradigma es muy importante, dejar de ser tratados como beneficiarios para ser reconocidos como trabajadores de la Economía Popular. La ley pide crear el Registro de Trabajadores de la Economía Popular que busca institucionalizar al estatus de trabajador. En segundo lugar fija que el salario social complementario signifique el 50% del salario mínimo vital y móvil quedando atado a su movilidad, incorporando a todos estos trabajadores a las primeras paritarias de la Economía Popular. Y la tercera institución es el Consejo de la Economía Popular, que en los hechos funciona como el ámbito que promueve la paritaria social, permitiendo canalizar de manera oficial los reclamos y las exigencias del sector. Es claro y evidente que ninguna propuesta puede surgir y tener éxito si los trabajadores no están organizados y politizados, por supuesto la ley de emergencia social genera obligaciones al Estado, pero son los trabajadores y la lucha de todos los compañeros, día a día, la que sirve para seguir dándole visibilidad a los sectores para postergados.
https://www.lanacion.com.ar/2023843-entregan-a-stanley-unduro-informe-sobre-malnutricion-en-el-pais https://www.pagina12.com.ar/147055-el-hambre-es-una-realidad
Enrique Palmeyro Movimiento Misioneros de Francisco
s o r e n o i r iento mis ral popula
Movim
o c s i c n de Fra Desde el inicio de su pontificado, el querido Papa Francisco, con su comunicación cercana, la coherencia de una vida austera y la infinidad de gestos de ternura y cercanía, hizo reverdecer la fe de muchos, sobre todo en los barrios más populares. A partir este (re)encuentro, fue germinando la iniciativa de constituir un espacio para misionar a partir de sus palabras y gestos evangelizadores. En esos diálogos, entre experiencias eclesiales y movimientos populares, se constató que en muchas barriadas humildes, existía allá por el 2013 una doble realidad; por un lado la ausencia de una presencia pastoral visible de parroquias y movimientos eclesiales, y por el otro la comunidad organizándose para vivir la fe, sosteniendo capillas abandonadas, armando espacios de oración comunitaria y al mismo tiempo atender las necesidades más urgentes. Desde estas vivencias, se fueron construyendo las bases del Movimiento de Misioneros de Francisco (MMFco), cuyo eje práctico y más visible al inicio fue apoyar la construcción de capillas o espacios comunitarios donde fortalecer las experiencias de cristianismo popular. A partir del primer encuentro realizado el 25 de abril de 2014 en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), el MMFco comenzó a constituirse como un espacio de vinculo entre la fe y las necesidades sociales, ambas presentes en el corazón de la cultura popular. Desde esta perspectiva el MMFco retoma la
to s a p e d o Un mod
histórica vinculación de la cultura y pastoral popular, expresada en la teología del pueblo y el magisterio de la Iglesia latinoamericana, desde Medellín (1968), hasta Aparecida (2007) con fuerte participación de nuestro actual Papa. El Padre Tello decía que uno de los principios clave de la pastoral popular es “El pueblo evangeliza al pueblo”, a partir de la convicción de que Dios se revela no sólo a través de la Sagrada Escritura y el Magisterio sino también en la fe vivida por el pueblo (Tradición). Así es que el modo de pastoral popular que encarna el MMFco se concreta en actividades tales como: -La presencia en barriadas humildes, con capillas o centros comunitarios, procurando cuando es posible cultivar la comunión con las realidades eclesiales existentes. -Misiones de la Virgen en barrios, plazas o estaciones de trenes. -Participación en peregrinaciones y marchas. Los eventos fuertes de la religiosidad popular, tales como las peregrinaciones a Luján. Desde esta realidad, el 7 de agosto de 2016, el MMFco invitó a la CTEP, la Corriente, Clasista y Combativa y el Movimiento Barrios de Pie, para realizar una marcha desde el Santuario de San Cayetano a la Plaza de Mayo. Con una multitud de fondo y las imágenes religiosas a la cabecera, esa marcha constituyó un aporte al encuentro entre las orga-
nizaciones sociales. Haciéndose eco del mensaje del Papa que integra fe y vida, MMFco también acompaña las luchas de los organizaciones sociales en la búsqueda de las tres T (Tierra, Techo y Trabajo) hoy ya es cotidiano ver la presencia de la Virgen y las banderas del MMFco en cada evento de reivindicación de derechos de los más humildes. La mejor síntesis la hizo en un encuentro, Juan Miguel, un joven misionero de Francisco de Boulogne, San Isidro, cuyo testimonio trascribimos. “Misioneros desde mi punto de vista es básicamente una respuesta el planteo que nos hace el Papa Francisco de apostar a la periferia y en contra de la cultura del descarte. Es un espacio que pretende, desde la religiosidad popular de los más humildes de nuestro pueblo, acompañar los procesos de lucha social, por tierra, techo y trabajo. Y esto se da desde una pastoral que va a tres periferias: La periferia territorial en los barrios más alejados. La periferia social con los trabajadores de la economía popular, el sector más marginado Y la periferia eclesial, es decir yendo a esa religiosidad que se vive cotidianamente en nuestro pueblo, no tan institucionalizada quizás, pero sí con profundos gestos animados por el Espíritu Santo, en su devoción de Fe”.
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Entrevista a Esteban “Gringo Castro Secretario General de la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular)
“Acá los pobres ya no esperan estudian, trabajan y se organizan” Nos encontramos con Esteban “Gringo” Castro, Secretario Gral de la CTEP, para conversar con él sobre la organización y la lucha de los movimientos sociales y su compromiso desde muy joven con los más humildes. “Lo mío no fue muy ideológico, mi viejo era metalúrgico y yo era un peronista sin más definiciones”, cuenta el Gringo que tiene 52 años cuando habla de su infancia. “Cuando tenía 10 años llegó la dictadura y cuando vuelve la democracia acompañamos el peronismo pero desde nuestra simpleza, no éramos militantes políticos. Lo que más me impactó en esa época fue ver a los pibes en la calle, antes era una sociedad industrial asalariada, no había pibes en la calle porque no había la pobreza que se generó después. Y ahí empecé a dar una mano en un hogar de chicos en Paso del Rey y a hacer trabajo en el barrio de tipo territorial, primero en Moreno Sur y después en Cuartel V, donde es el trabajo más fuerte del cual soy fundador. Y siempre fue trabajar desde lo educativo, lo cultural y lo deportivo, para sacar a los pibes de la calle”.
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Desde ese proceso de construcción territorial es desde donde el Gringo habla, y desde donde forma parte junto con su compa-
ñera Mariel del Movimiento de Trabajadores Desocupados Evita, que después fue el Movimiento Evita. “Siempre la preocupación era qué hacer con los que quedan afuera de la formalidad de trabajo, porque no hay una teoría para los nuestros, para los que quedan afuera, porque siempre el tema fue darle trabajo a la gente mediante la industria. Y esa sociedad no existe más y no va a volver. ¿Qué es la CTEP? La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) es el sindicato de los trabajadores de la economía popular. Las ramas son: cartoneros, vende-
dores ambulantes, trabajadores de la tierra, campesinos. Si bien con el kirchnerismo se incorporaron cinco millones de puestos de trabajo, otro tanto estaba fuera del modelo y se generó un desfasaje entre lo que ganaban unos y otros. Y la situación siempre era en el marco de la precariedad… entonces dijimos “vamos a emprender una organización gremial de nuevo tipo con distintas características, porque no tienen un patrón visible, pero tiene que ser un sindicato. Queríamos construir un sindicato de la economía popular con sus distintas ramas que pusiera los derechos de los trabajadores sobre la mesa, y es la pelea diaria que tenemos. ¿Cómo ves la situación de los Trabajadores de la Economía Popular? Si bien en el 2016 se logró un triunfo de tipo reivindicativo con la Ley de Emergencia Social y el Salario Social Complementario, políticamente no había unidad; y cuando se pierde en el 2017, el gobierno dijo ‘vamos por todo’ y fueron por las tres reformas, ellos dicen leyes, que son para ajustar y fragmentar a la clase trabajadora. El ajuste fue mucho más brutal y se debilitó fuertemente el ingreso de los trabajadores. Y al bajar el
salario real y aumentar tanto los precios, sobre todo de los alimentos, nos hace retroceder en el planteo, nosotros hacíamos un planteo en relación a mejorar el trabajo y tener más derechos como trabajadores de la economía popular, y hoy estamos haciendo un planteo que tiene que ver con la falta de comida concretamente. Hoy hay diez grandes empresas, entre las productoras de alimentos y los hipermercados, que deciden quién come y quién no come en la Argentina. Nosotros tenemos que empezar a discutir que los Movimientos Populares son los que pueden garantizar la soberanía alimentaria en el país, para lo cual hay que democratizar la economía y la tenencia de la tierra. Necesitamos tierra para producir. Y creo que es uno de los ejes de la pelea que tenemos que dar ahora, aunque nos lleve la vida. Porque sabemos a qué nos enfrentamos. Hoy la situación está muy difícil, dramática en algunos casos. Porque nos hicieron retroceder pero a la vez te obligan a hacer un planteo más profundo… “ahora hay que
ir por la tierra” y hay que lograr que varios millones de personas puedan volver al campo. ¿Cómo viven las organizaciones sociales la marcha/ peregrinación que se hace en agosto para el día de San Cayetano desde el santuario en Liniers a Plaza de Mayo? En esa marcha se ve claramente la unidad entre la religiosidad popular y la lucha social reinvindicativa. Y el siete de agosto del 2016 fue la demostración de que los trabajadores de la economía popular llenábamos una Plaza de Mayo y ahí fuimos a plantear todas nuestras reivindicaciones. Hasta ese momento no lo habíamos logrado como Movimiento. Y es una marcha en
la que no tenés que explicar mucho, como que todo el mundo sabe a que va. El pueblo no separa la fe de la lucha porque no separa la fe de la vida, esto es algo que ya hablábamos con el padre Farrell. Y el Papa ya en el primer Encuentro de Movimientos Populares dijo: “Acá los pobres ya no esperan, estudian, trabajan y se organizan”. Poniendo fichas en que éramos nosotros los que teníamos que avanzar. Que un Papa reivindique esto es muy importante. Francisco profundizó esta idea de que el futuro está en nuestras manos, en los Movimientos Populares y en los trabajadores más pobres, y es la lucha en la que se nos va la vida.
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Cynthia López
Integrar y dar
protagonismo para transformar
“Por una sociedad sin es-
clavos ni excluidos”
“Es preciso que nosotros llevemos esta vida de compromiso, para poder continuar sembrando esperanza entre los pobres. Es preciso que nuestro amor se derrame sobre cualquiera. Es nuestra única manera de expresar nuestro amor a Dios. Dios da lo que hace falta. Lo da a las flores y a los pájaros, y a todo lo que ha creado en el universo. Y los pequeños y últimos son su vida”. M. T. de Calcuta El viernes 28 de septiembre se celebró en Plaza Constitución, la “11º Misa en solidaridad con todos los excluidos y las víctimas de tráfico y trata de personas”, convocada por las parroquias del Decanato Boca-Barracas, equipo de sacerdotes para las villas, Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, Red Kawsay, Departamento de Migraciones del Arzobispado de Buenos Aires, Hogar de Cristo, Fundación La Alameda, Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Equipo NO a la trata de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, Comisión Católica Argentina para la Campaña mundial de lucha contra el hambre, Acción ProDesarrollo La Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes. La Misa fue presidida por el Mons. Gustavo Carrara, obispo para la pastoral en la Villas de la Ciudad y estuvieron presentes varios curas de las parroquias del Decanato Boca-Barracas, como así también el padre Toto de Vedia,
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Párroco de Virgen de los Milagros de Caacupé de la Villa 21-24. Este día el espacio público de la plaza se convierte desde hace años en un humilde santuario muy sencillo y contundente, con una gran imagen de Nuestra Señora de Luján, donde Dios se hace visible y siempre quiere hacerse presente. Percibimos la alegría de la gente sencilla que se acerca para cantar, rezar y atender las palabras del cura. Nos llega la sabiduría de toda esa gente que pone cuerpo y alma en lo esencial: la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, el techo y el abrigo, la comida y el hambre, la soledad, el dolor, la fiesta.“…La gente se sorprende y se alegra de ver a la Iglesia en la calle. Hace bien encontrarse con una Iglesia que comparte con sencillez la Vida que viene de Dios”. (Padre Toto de Vedia) Al comienzo, como introducción, Lucas de “Fundación La Alameda” manifestó: “La situa-
ción de la esclavitud, laboral y sexual implica más de 30 millones de personas en el mundo y en la ciudad de Bs As hay cerca de 1000 prostíbulos, en su momento Bergoglio, después de la primer misa que fue en la Iglesia de los Migrantes en el barrio de La Boca, dijo de salir a la calle, que la gente vea ‘una Iglesia en salida’ esa idea se puso en práctica con estas misas. Esa Iglesia en salida la vemos hoy en esta plaza…”. En oportunidad de su homilía, el Mons. Carrara expresó que “Jesús ante los discípulos que se estaban peleando por decidir quién era el más importante buscando lugares de poder, trae al niño para enseñar que hay que ser humilde por sobre todas las cosas, la soberbia no tiene que entrar en el corazón, porque lo que les hacen a ellos se lo hacen a Jesús. En primer lugar los niños son preferidos de Jesús y tienen que ser los
preferidos en nuestra patria (…) “Todos los que sufren de una u otra manera son pequeños para Jesús y son los preferidos. Aquellos que son víctimas de trata y de la exclusión (…) tienen que ser los preferidos de todo hombre y mujer de buena voluntad que sueñe con una patria para todos. Hace once años esta misa la celebró el Papa Francisco, sus palabras y su testimonio hacían vibrar esta Plaza Constitución, su clamor por los pobres y excluidos. Ese clamor hoy llega desde donde esté a cada rincón del mundo. El Padre Carrara invitó a la Comunidad a que “pongamos manos a la obra, que nuestro corazón se acerque y que nuestras manos empiecen a trabajar para transformar esas situaciones de injustica en situaciones de dignidad. El Papa siempre apunta a lo concreto, los verbos que él utiliza siempre invitan a la acción, a poner manos a la obra. Y en este caso, el Papa habla de acoger, de recibir. La primera actitud como ciudadanos que tenemos que tener es recibir, ser hospitalarios, abrir la puerta…” El Papa también dice que es
muy importante estar atentos, no pasar distraídos ante situaciones de marginalidad, eso es el caldo de cultivo para las distintas formas de trata y explotación (…) Hay que ir a cosas bien concretas, a cosas que ayuden a cambiar la vida, ayuden a poner de pie y promover de manera sencilla y a la vez eficaz (…) Lo que queremos y deseamos es integrar, como iglesia tenemos que ser una familia que reciba, que abrace y acompañe y que también integre, que se siente a la mesa, que sepa que todo aquel que está excluido, es un hombre o una mujer que se pone de pie y que puede aportar mucho a nuestra iglesia, ciudad o patria. Somos testigos de esto porque muchos chicos y chicas tirados
en los pasillos de las villas sin esperanzas y a través del Hogar de Cristo se pusieron de pie y hoy son ellos y ellas los que ayudan a ponerse de pie a otros que están tirados, son los protagonistas. Integrar para dar protagonismo…”. Luego de haber vivenciado esta experiencia, me quedo con la certeza de que la situación actual está muy difícil para todos, no obstante todos unidos podemos hacer mucho por aquellos que sufren y que están en peores condiciones. Ayudarlos a que se pongan de pie, darles esperanzas de vida, compartir nuestro pan, allí en ese lugar, invisible para la sociedad en la que vivimos, pero visible para Dios, podemos dar lucha. No todo está perdido sólo es cuestión de darles lugar al comprender que mientras nosotros vivimos una vida medianamente feliz hay millones de seres humanos hijos de Dios que sufren hambre, que sufren frío, en definitiva, como dijo el Mons. Carrara al finalizar su homilía: “Integrarlos, ya que son el mismo Jesús en medio de todos nosotros”.
@fmpanytrabajo FM 107.1 Radio Pan y Trabajo Av. Rivadavia 413 Piso 5 CP Tel: 54-11-4342-3237
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Entrevista a Nicolás Cantero Comisión de Niñez y Adolescencia
a d i v a l e d
r o d s a o i h c c a u p s l e un e me den u q o t i s e c “Yo ne
Nicolás tiene 22 años y pasó los últimos siete privado de su libertad. Es el más chico de cuatro hermanos, vivía con su familia en Villa Caraza, en Lanús, y recuerda que tuvo una infancia muy violenta. “La violencia era en el barrio, en mi casa, en la escuela. Mi viejo laburaba todo el día y yo estaba solo con mi hermano y él me hostigaba siempre a que yo pelee. A los 8 años me hacía pelear con pibes de 12, 13 en la calle, y hasta que el otro no sangrara o cayera al piso no paraba, si no, era un cobarde, un cagón. Y peleando en la calle me di cuenta que tenía un potencial, y que era bueno para pelear, empecé a practicar boxeo con mi hermano, primero en mi casa, peleando con los pibitos del barrio y después de un gimnasio a otro. Empecé a boxear y a los 14 me saqué la licencia amateur para pelear. Metí cuatro peleas en las cuales me fue bien, y 10 días des-
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” D A T R E DE LIB
pués de haber cumplido 16 años caí detenido por homicidio y tentativa de homicidio. Yo no entendía nada lo que estaba pasando. Me pasearon cuatro, cinco horas en el patrullero, y a la mañana siguiente me dicen: “Usted señor está imputado por homicidio”, yo lo único que quería era estar con mi mamá. Cuando apenas entré sentí que me tragó un monstruo gigante, no sabía en qué estómago había terminado. Había dejado la escuela secundaria hacia unos seis meses. Recuerdo que mi defensor antes de ir a juicio me dice ‘si vas a juicio te van a dar 17, 18 años, por lo que hiciste. Te conviene firmar el abreviado ahora (es un juicio en el que te hacés cargo del hecho y se evita un montón de pasos, no hay investigación y se cierra todo ahí y es más fácil para ellos, y en un año más estás en la calle’, me decía. Yo tenía 16 años y no me acompañaba nadie, estaba solo, y el flaco, que era la única persona en la que podía confiar me decía eso. Pero me salió del alma ‘no, yo no tengo nada que ver, yo voy a juicio, yo no te voy a firmar nada’. De las cuatro causas por las que me detuvieron, de dos me hago cargo pero nunca maté a nadie, nunca le disparé a nadie, yo robaba con ellos, lo reconozco.
Pero a mí me condenan porque hay vecinos en el barrio que dicen que yo tenía una remera clarita los días cercanos al hecho y un testigo ocular que pasó declara que uno de los cuatro tenía una remera clarita, se basan eso… Tuve el juicio y me absuelven de los homicidios porque no hay pruebas y me queda la condena por las otras dos causas a tres años y cuatro meses. Ahí yo tenía 17. Empiezo a sacar cuentas, llevo un año, al año y ocho tengo la salida transitoria, a los dos y pico me voy con la condicional. Y a los siete meses recibo una resolución de cámara que decía que yo debía ser imputado por las causas que me sobreseyeron. No entendía nada, si yo no tenía nada que ver. Empezaba todo de nuevo. Hay vericuetos en las condenas. Muchos me decían “vos no podés tener dos juicios por la misma causa”, es relativo e injusto. Y yo en mi cabeza seguía que a los tres años y cuatro meses me iba a ir porque no tenía más condena que esa. Y cuando llega ese día me dijeron que no, porque la condena que yo tenía era ficticia, no era concreta (el tiempo que iba a estar era indefinido porque no había una condena, estaba preso por una presunción de delito ,pero nunca fui condenado) y así estuve sin condena cinco años y medio hasta que tuve juicio. Mi defensor siempre me dice ‘nadie, y menos un menor está encerrado cinco años y medio sin condena’; y durante todo ese tiempo no
sabía que iba a ser de mi vida, si me iban a absolver a dar 20 años, si el Estado me iba a indemnizar por todos los años que estaba… no sabía nada. Hoy Nico vive en el Almafuerte, residencia de régimen semiabierto y le faltan siete meses para la condicional “Y después mi vida.” Y no sólo consiguió seguir boxeando sino que está en la selección nacional, estudia derecho en la UBA, la tecnicatura en boxeo y tiene una novia y una casita llena de sueños que lo están esperando en San Marcos Sierra, en Córdoba. ¿Cómo conseguiste llegar a la selección nacional? Surgió ahora, fue todo muy rápido. Yo siempre sentí que era bueno boxeando, entrenaba solo, corría en el patio, tenía una sola bolsa y la usaba todos los días. Y como este año se me abrieron un poco las puertas para salir afuera, aproveché y pedí estudiar para ser técnico de boxeo, porque si pido para boxear me lo van a negar. Porque en el juzgado ven mejor lo que es para educación que el deporte o el trabajo. Me anoté con la idea de que eso me iba a abrir puertas, que si iba por ahí iba a estar en el boxeo de vuelta. Y cuando voy al curso, ahí están los directivos de la federación argentina de box, me tiré un lance, me acerqué a uno de ellos le dije “a mí me gusta boxear, soy bueno”, venite el lunes me dijo. Pedí permiso al juzgado, tardaron como un mes en responder y cuando fui el entrenador, sin conocerme, me dijo “vos tenés futuro”, y me vio boxear y le “recabió” como boxeaba. Fui cuatro clases y me dice “estoy haciendo una mo-
vida para que vayas a la selección argentina”, y quedé para entrenar con el seleccionado. Cuando me dieron el permiso arranqué en el Senard. Y de esto hace dos semanas. De mis viejos yo aprendí lo que es el esfuerzo de levantarte todos los días cuando tenés una tarea.
Creo que eso me hizo perseverar en la educación que creo que es lo más fuerte que podés sacar de acá. Y te proponés metas: “dentro de tres meses me voy, pensaba”… y no pasó, ni al año, ni a los tres, cuatro, cinco, seis, siete. Y son siete años ya. ¿Cuál es la mayor enseñanza de estos años? Creo que la perseverancia, todas las cosas que logré, las salidas que empezaron siendo un día por semana, y hoy son cinco, fue por gestión mía. Si yo me hubiese quedado sentado no hubiese pasado nada… no hubiese hecho la tecnicatura de boxeo que estoy haciendo, no hubiera empezado la facultad, no hubiese ido a la Federación Argentina de Boxeo, no estaría en la selección de boxeo. Muchos pibes se quedan apachados esperando que el tiempo pase
y que el tiempo va a traer la respuesta, nada. ¿Qué mensaje les daría a pibes que viven como vivías vos? Me acuerdo que a los 15 que caí en el San Martin los 40 pibes que estábamos jugábamos a que éramos presos más grandes. Uno juega a que es tumbero. Y se te va pasando el tiempo y te das cuenta que no es un juego. Salir a chorear lo tomaba como un juego, y nunca me puse a pensar que me podrían haber matado. Hay un montón que salen a robar y no vuelven nunca más. Creo que las cosas no se deberían tomar por juego. Y después están las consecuencias que trae al cuerpo y a la vida. Y a los pibes que están en los clubes de los barrios y les gusta el deporte, ¿qué les dirías? Que tienen que creer en lo que ellos sienten. Cuando fui al Senard querían que peleara de la manera que tiene el común de los boxeadores y yo sentía que volvía a empezar. Y la primera clase me llenaron de piñas. Y después me dije yo tengo que hacer lo que siento y quien soy, a mí me gusta pararme de zurda, derecho bufonear un poco, bajar la guardia. Y cuando empecé a pelear como yo peleaba, con mi esencia, las cosas fluían. Y yo le decía al entrenador: “Yo necesito que me den espacio de libertad, yo boxeo de esta manera y necesito boxear como sé y a mí me genera seguridad confiar en mí mismo. Cada uno tiene que elegir lo que verdaderamente siente y cree”.
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Palabras Isasmendi en el Encuentro “No más Chicos descartables, ComisióndeldePadre Niñez Juan y Adolescencia construyendo Esperanza”.
Los
colores os
r t s e u de n
s o ñ sue
arte y r
esilienc
ia
ios populares rr a b y s la il v las rte Joven de Festival de A
Es sábado y el día recién comienza… amaneció lluvioso y como pasa siempre en esos momentos surgió la pregunta “¿se hace igual a pesar de la lluvia?” “¡Sí, obvio!”… no hay lluvia que nos detenga ni mal tiempo que disminuya la expectativa que todos, y especialmente los chicos y chicas que vienen de las distintas villas y barrios a mostrar su arte, pueda frenar. Nos recibe nuevamente un patio salesiano, como hace un año en el encuentro No más chicos Descartables, pero esta vez la fiesta es en la casa del León XIII. Y de a poquito el colegio empieza a despertarse y se ven los primeros indicios de que algo grande se está gestando. Llegan las ollas gigantes donde se va a cocinar el guiso del almuerzo para todos, están los muchachos desde temprano arman-
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do el escenario, se van acomodando los espacios de los talleres que se van a desarrollar por la mañana y los primeros chicos y chicas van llegando con sus referentes: del Centro de Referencia para Niños, niñas y Adolescentes de Luján, del Centro Educativo Comunitario San Marcelino Champagnat de Tigre, del colegio Jesús Obrero de Merlo.
Cuando los chicos entran en acción, con su frescura lo renuevan todo. Cada barrio tiene mucha vida y esa vida se fue expresando de distintas maneras a lo largo de todo la jornada.
Llegan en dos micros todos los que se vinieron desde la Parroquia San José de Puerta de Hierro, San Petesburgo, los 17 de marzo y 17 de marzo bis, llegan también los jóvenes de San Judas Tadeo del Barrio Rivadavía del Bajo Flores con sus instrumentos, con los tambores y redoblantes los de la Murga que se vinieron desde Villa Palito en La Matanza. Vienen de las parro-
quias Virgen del Carmen en Ciudad Oculta, de la villa 2124 de la Parroquia Virgen de Caacupé de Barracas, de Virgen Inmaculada de Soldati y La Boca también presente a través de Casa Rafael, por mencionar algunos de los barrios de donde vinieron la mayoría de los que
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participaron. Son cerca de 200 los adolescentes y jóvenes que han venido. Y los pasillos y los rincones se llenan de vida; y se empieza a escuchar la Radio Abierta a cargo de los chicos y chicas de Mundo Villa, que nos va contando de los talleres: fotografía, malabares, graffitti, baile folclórico, percusión, video y edición, sonido y radio. Empiezan los talleres, los chicos se van mezclando. Los barrios se confunden y así comparten las propuestas de la mañana animándose a probar y conocer experiencias nuevas. Avanza el día y después de
los talleres nos esperaba el almuerzo compartido entre todos, un abundante guiso de lentejas hecho por las manos laboriosas de gente de Ciudad Oculta que siempre está dispuesta a colaborar cuando de cocinar se trata.
La soledad no le suma a nadie. Se es, se vive, se crece junto a los otros. 18
En pocas horas el Festival, con toda su potencia, demuestra la fuerza que tiene lo comunitario. La música lo invade todo. Los tambores de percusión de los chicos abrieron la muestra de la tarde que contagia un entusiasmo increíble con toda la polenta que sale de esos ritmos. Como buen festival mientras unos actuaban, otros estaban ensayando pero incluso así escuchaban las presentaciones y muy respetuosos de cada grupo. El clima y como lo vivieron los chicos y chicas fue hermoso por donde lo mires. “El arte salva vidas y hoy nos une”, nos decía Guido de Barracas, que dio una mano inmensa con la animación junto con Gustavo de Soldati, “y también es un punto de partida para decir “por qué yo no lo puedo hacer, por qué yo no puedo estar bailando, o cantando tocando algún instrumento. No hay que ponerse barreras, no hay
que bajar los brazos nunca. La vida es descubrir lo que a uno le hace bien, ojalá este encuentro sea un punto de partida”. Guido hace radio hace cinco años y forma parte de Mundo Villa. Y por la tarde hubo de todo, danza paraguaya, jazz, folclore, orquesta, rap, murga, acrobacia con telas… seguramente algo nos estamos olvidando, como también fueron muchos los que ayudaron, imposible mencionar a todos y todas los que desde algún lugar dieron una mano. Y frente a esa idea siempre presente de que en los barrios y las villas todo lo que pasa es malo y los jóvenes están perdidos, hoy quedó bien claro que todos los días en cada comunidad los chicos y chicas enfrentan los problemas con los que se encuentran y la pelean. Esta jornada de convivencia, música,
danza, rap, ritmos de tambores, palabras de vida y acrobacias fue una claro mensaje de las propuestas positivas que la Iglesia lleva adelante en nuestras villas y barrios populares de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos. Aires. “Y es lo que hoy queremos mostrar”, nos dijo nuestro obispo Gustavo Carrara sobre el cierre del día, “hemos visto mucha vida que se expresó de distintas maneras, hemos bailado, hemos dibujado, hemos escuchado... Se expresó ese deseo de familia, de caminar juntos. Se expresaron, me parece a mí, espacios de salvación comunitaria; en la vida
no nos arreglamos solos, podemos bien poco si queremos hacer las cosas solos. Me parece que si encontramos camino de hacernos familia, de ser comunidad, vamos a encontrar espacios de salvación, espacios de alegría, espacios de paz, y espacios llenos de vida como el que hoy vivimos junto a nuestros jóvenes”.
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Nilda Boscaro
, a d i t r a p m o c a s s e o ñ m a a s n o U h c u m e c S a E R h B O e P d s s de e lo d L A I D N U M Cayetano n a S e d o antuari a
II Jornad
en el S
Sin duda el Señor escucha el clamor de los pobres que buscan ser oídos, porque necesitan refugio, consuelo y ayuda. Pero nosotros, para poder escucharlos es necesario, que estemos atentos, detenernos, mirar, callar, hacer silencio. A cada paso que damos, nos encontramos con ellos, en las calles, en los barrios, en los medios de transporte como vendedores ambulantes. ¿Cómo celebraremos este año la II JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES en el Santuario San Cayetano de Liniers? Comenzaremos con una procesión recorriendo las calles del barrio con música y bailes típicos acompañados por las imágenes de Jesús, la Virgen y San Cayetano. En el camino podremos recibir la bendición. Después de celebrar la Eucaristía (al mediodía) nos sentaremos juntos en el descanso del peregrino para compartir el almuerzo. De modo que podamos sentirnos en familia y participar del “Banquete”. No porque el menú sea lujoso, sino por el clima familiar que será posible vivir y disfrutar. Y para que sea una verdadera fiesta familiar el terminar el almuerzo pensamos continuar la celebración con juegos para los niños y los adultos. No podrán faltar tampoco las canciones, el baile, la música, la percusión con la presencia de artistas de las distintas comunidades.
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Seguramente podremos reír, bromear, escuchar frases ocurrentes y divertidas. Porque ese ambiente amable y festivo es sin duda, un gesto de confianza y amor. Y el amor hace familia. Armaremos un afiche para presentar como ofrenda. Acercando al altar frase por frase.
Es posible que no siempre podamos vivir todas estas cosas, pero qué lindo y bueno es tenerlas muy presentes y celebrarlas cuando descubrimos que son posibles de realizar. Y no será ésta la primera vez que nos sentamos juntos a compartir la mesa, porque en el Santuario San Cayetano, desde hace más de 30 años, compartimos la “Cena de Navidad”. En los primeros tiempos esperá-
bamos alrededor de 800 personas. Ahora entre 400 y 500, porque, gracias al compromiso cristiano que fue creciendo, muchas Parroquias y Capillas celebran en sus propios barrios la cena de noche buena abierta a todos y todas. Desde aquel entonces todos los años celebramos el 24 de diciembre la Misa de Nochebuena a las 20.30 y al finalizar nos dirigimos al lugar preparado para la fiesta. El menú será sencillo, empanadas como primer plato. Pollo asado con ensalada de arroz con atún y mayonesa como plato principal. Bebida: gaseosas. El postre será un helado “palito” de crema. A las 12, la bendición con el Niño Jesús y un sencillo brindis con una copa de sidra, pan dulce, turrones y garrapiñadas. Allí estaremos todos. Mujeres y varones, servidores del Santuario, religiosas y sacerdotes, fieles y peregrinos, y todo aquel que quiera participar. Al finalizar la cena, todos llevarán un presente para compartir en familia el día 25. Un pan dulce, un budín, maní con chocolate, turrón. Es tan linda la fiesta que hasta se llevan, como recuerdo de este grato momento, los centros de mesa, los globos y banderines que se usaron para ornamentar el lugar. Que la Sagrada Familia nos acompañe en nuestro camino y el Niño Jesús nos colme de alegría para compartir y muy especialmente amor para ofrecer.
Gustavo Escobar gescobar@editorialsantamaria.com
r e v o l l a e v uel
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ESPERANZA
2do Encuentro Familia Grande del Hogar de Cristo
Ruta a Ezeiza un día sábado y cargado de ciertas expectativas que siempre surgen cuando se participa de esta experiencia de encuentro. Los bosques de Ezeiza y una inminente llovizna que amenaza con un día gris y luego de muchas vueltas por los bosques, llegar al lugar. Movimiento, muchos preparativos, un gran desorden tremendamente ordenado, se ven los primeros gazebos y la sensación de mucho esfuerzo realizado por los que allí ya estaban. ¿Cómo describir la sonrisa y el abrazo que comienza a hacerse permanente? ¿Cómo poder escribir ahora la alegría de ir armando esta llegada de gente de tantos lugares del país? ¿Cómo no emocionarte cuando sale el primer ofrecimiento de ayuda de uno de los pibes que hace años conociste y la va peleando para servir, salir y re-
producir con el otro lo recibido con amor? Y así, desde el primer momento donde la feria se va armando, comienza a denotarse algo que tiene historia y nombre propio: los Hogares de Cristo, no como unidades aisladas de un proyecto que surge desde un escritorio, sino como partes vitales de una problemática que, visibilizada, se abraza, y ante la cual, simplemente arremangándose, muchos curas, laicos, viejos y jóvenes pusieron manos a la obra hace ya más de diez años dando vida a esta realidad. Las preguntas son interminables, pero los rostros claros y concretos con sus respectivas historias comienzan a ser las respuestas que dan energía para comenzar a ser un lugar donde se pueda seguir acuñando este concepto que no es teórico: Ser parte de una familia, una familia grande como el corazón de Cristo. Una parrilla llena de tareas, los lugares de charlas donde se intentaba compartir e iluminar, los espacios de compartir fueron aplacando la incipiente tormenta y aunque el cielo estaba nublado, se veía el sol en cada uno de los rostros que allí estábamos. La producción de los talleres, los espacios de compartir experiencias, el escuchar decir con un sentido de pertenecía profundo: “soy de…”, “pertenezco a…”, “vamos caminando con…”,
todas estas expresiones tienen en común algo que suena como una voz alentadora que seguramente alienta y dice: “abrazamos la vida como viene”. Hablar de adicciones, de dependencias que hacen mal a tantos hermanos suena gris y horroroso, pero esta experiencia de Familia Grande es un verdadero aprendizaje de “vida nueva” y mucho menos pesada cada carga personal. “El método, es recibir la vida, de la cual podemos descubrir que brota la alegría y es allí donde redescubrimos el misterio de la encarnación; es Dios mismo a quien abrazamos en cada hermano”. (Padre Charly) “Descubrí en el medio del dolor al llegar a pedir ayuda una mirada, una sonrisa, y eso fue más terapéutico que muchos intentos por los que había pasado”. (César 53 años) “Nos consideramos una gran familia, que va creciendo, que no se cuida, que va teniendo cada vez más hijos. Luego de un tiempo y por mérito de todos, una renovación espiritual para la Iglesia argentina nos replantea a mirar de una manera diferente a nuestras comunidades”. (Padre Pepe) Una familia grande que se encuentra para poder saber qué hace el otro y qué experiencias se van desarrollando. El modo de afrontar las dificultades fue la riqueza compartida. Y en el centro del encuentro
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aparece el proyecto de la Federación donde se pone en común el trabajo de muchos para poder acompañar en forma más organizada todos estos esfuerzos, dejando de lado tanto chamullo (sic) y proponer el trabajo cotidiano real y concreto ante cada problemática. Comedores, talleres, arte, campamentos, son miles las acciones que se realizan en cada centro, tantos como centros son en todo el país. Hoy hay más de 94 Hogares de Cristo en Argentina. Entregamos junto a Cáritas dos libros de la Familia Grande y comenzamos a generar más espacios de encuentro diverso y
con una mirada de poder ir registrando y dando a conocer a esta familia grande desde una colección propia. Y todos ya reunidos comenzamos a vivir este Encuentro de la Familia Grande del Hogar de Cristo cantando:
“Te quiero contar esta gran noticia, de poder luchar contra la injusticia, te quiero pedir que salgas corriendo, para ayudar al que está sufriendo…” Lloviznó y estuvo gris, pero lo que realmente cayó en ese fin de semana fue una nueva lluvia
de esperanza, una familia estaba reunida. Ya en el cierre un gesto pleno, el del bautismo, y no de cualquier bautismo sino la vida nueva que rescata a Flavio y la Rucu, hoy parte vital de esta gran familia, como a cientos de hermanos que la pelean en todo nuestro querido país. Lluvia de emoción, lluvia de experiencias, lluvia de amor encarnado al estilo de Jesucristo.
Más Información: https://hogardecristo.org.ar info@hogardecristo.org.ar Facebook: Familia Grande Hogar de Cristo
Escuelita Categoría 2005 a 2012
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Entrevista a Mónica Caropresi, Sara Corbalán y Daniel Cuicchi Cáritas Buenos Aires
El amor en acc
ión es servia cin o os
Cáritas,deurneachos hum Iglesia de
PUERTAS ABI El Papa Francisco nos dice que “una Iglesia sin la caridad no existe” y Cáritas es una de las expresiones de la caridad de la Iglesia, del servicio, del amor preferencial por los pobres. Organizada en el ámbito local en las parroquias, luego en las vicarías y diócesis; y a nivel nacional, regional e internacional; Cáritas lleva adelante su misión desde la asistencia, la promoción humana, la asistencia y la caridad transformadora que busca tener incidencia sobre las causas de la pobreza y el conflicto. En esta oportunidad nos acercamos al centro Solidario San José en el barrio de Parque Patricios, edificio donde funcionó la fábrica de lapiceras Parker hasta que fue donado en el año 2000 a Cáritas Buenos Aires. Allí nos encontramos con Daniel, Mónica y Sara quienes son algunos de los referentes de Caritas, para conocer un poco más de cerca la tarea pastoral que realiza Cáritas en nuestra ciudad de Buenos Aires. Podríamos resumir que Cáritas es ayudar al otro; “uno no se imagina todo lo que es Cáritas y muchas veces sólo lo relaciona con la colecta, la ropa y la comida”, comenta Mónica “con esa imagen de un cuartito en la parroquia y dos señoras grandes
ERTAS
dando ropa y alimentos; y es verdad que hay parroquias que con todo el amor y dedicación del mundo cubren esa necesidad, porque sabemos
que nadie puede aprender o ir a laburar si no comió. Esto no puede faltar. Y si bien es muy marcado y la ayuda inmediata es lo que más se conoce, eso es sólo una parte, y Cáritas es mucho más que esa ayuda material”. Cuando una familia llega a Cáritas es porque, con toda la vergüenza del mundo, ya no les alcanza para comer. Y ahí lo menos que podés encontrar es alguien que te escuche, que pueda dedicarte un rato. Muchas veces en esa primera entrevista, en que la gente viene por la bolsa de alimentos o un medicamento, es donde a través de la escucha se van descubriendo otras necesidades, es recibir la vida como
viene, como dicen en el Hogar de Cristo. Y en ese espacio, de diálogo y de encuentro, ofrecer todo lo que la parroquia puede ofrecer”, resume Mónica y Daniel lo confirma “hay un montón de cosas que están hechas en el marco de lo asistencial pero que a quien lo recibe le es muy importante, y esa ayuda material es un mimo que te ayuda a arrancar o seguir”. También es función de Cáritas acercar aquellas cosas que por ahí se necesitan y no se conocen o solos no pueden. En eso las cuatro Casas de la Caridad, una en cada Vicaría tienen objetivos comunes más allá de sus particularidades en cuanto a lo territorial. En todas hay servicio social y oficina de empleo junto con la atención a la gente que se acerca. En dos funciona un dispensario (entrega de medicamentos) y después todo lo que tiene que ver con el acompañamiento a las Cáritas parroquiales. Y también Cáritas Buenos Aires ofrece a través de su Centro de Formación Profesional el acceso a capacitación gratuita en oficios con el objetivo de facilitar la obtención de un trabajo y
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promueve la Educación No Formal en Oficios como un proceso de inclusión social y laboral de adultos de sectores vulnerables. Daniel hace memoria “con la crisis del 2001 empezó una gran demanda de cursos, había mucha necesidad y muy poco laburo. En ese momento los índices de pobreza daban alrededor del 50% y si bien llegamos al 25% hoy la pobreza es alrededor del 36%, y
den salir a trabajar y otras para los que tienen algún tipo de discapacidad o enfermedad y están siempre en el Hogar. “Los muchachos en el Hogar recuperan su dignidad, tienen un techo, tienen comida y además hay gente que está alrededor de ellos, recuperan los vínculos que muchas veces en la calle se pierden. Recuperan la vida”, expresa Mónica. Sara también comenta del tra-
por intermedio de Cáritas nacional y nosotros los recibimos, los vamos a buscar, se ubican en un hotel con el que articulamos, sencillo pero cómodo, y les damos alimentos. Las personas no saben cómo agradecer, el lugar sobre todo. Agradecen que sean escuchados y acompañados. Esa es la clave”. Después de una larga charla, queda mencionar dos ideas fuertes que surgieron en varios momentos de la tarde; la primera, el desafío que se les presenta de poder pensar una “Cáritas Joven”, cómo abrir el camino y generar en los jóvenes el compromiso y que se animen a descubrir que hay un montón de cosas que ellos pueden hacer. Y lo segundo es el agradecimiento de los donantes, grandes y pequeños. “Hay cosas que sistemáticamente ya vienen llegando de hace muchísimo tiempo, y hay cosas pequeñitas, chiquititas, que también llegan va creciendo; aunque nunca, es- bajo que se hace acompañando a porque cada persona hace el bien tuvimos bien. Y cuando estas sin familias que vienen del interior con lo que puede y con todos hay laburo sentís que no servís para cuando tienen un familiar, que que ser agradecido”. nada, que sos un inútil”, afirma en general son chiquitos con siDaniel recuerda y se emocioDaniel desde la experiencia, “y la tuaciones severas, y vienen a Bue- na el día que una señora muy capacitación laboral cuando in- nos Aires por algún tratamiento humilde se acercó cuando ya hacluye una tarea manual y ves el médico “se comunican con noso- bían cerrado al patio de alimenresultado de tu obra te devuelve tros desde las diócesis del interior tos de San Cayetano, en la época que vos sos alguien, que de la inundación en la valés la pena, y que pociudad de La Plata dondés hacer algo, por más de laburaban a destajo Cáritas Bs. As. - Mansilla 2446 que el mercado hoy no juntando cosas: ‘¿Acá te dé lugar, porque la es donde ayudan a los Tel: 4962-0922/2968 lun a vie de 9 a 17 hs. sociedad mide todo en inundados?’, preguntó Cáritas Vicaría Flores - Fernández 253 éxito o fracaso. Es crear la mujer, y frente a la Tel: 4671-9295/4672-8339 lun a vie de 13 a 19 hs. un mientras tanto, larespuesta afirmativa Cáritas Vicaría Centro - Quinquela Martín 1271 burar juntos, hacernos sacó un paquetito con Tel: 4302-1891 lun a vie de 10 a 13 y 14 a 18hs. la gamba. dos pañales: ‘esto es Cáritas Vicaría Belgrano Conde 792 Y en el Centro Solilo que pude traer’, dijo Tel: 4553-9425 lunes a viernes 9.30 a 16.30hs. dario San José, donde mientras los dejaba. Cáritas Vicaría Devoto - Argerich 3718 funciona del CFP, tamEsa acción, invisible a bién están los hogares los ojos del mundo, esa Tel: 4503-6223 lun a vier de 9 a 13 hs. para hombres que conacción de amor donde Ctro. Solidario San José - Guaraní 272 templan dos modalidase entrega lo que se Tel: 4911-0301/4912-4048 lun a vie de 9 a 16 hs. des. Una para los que tiene, es la que define son autónomos y puetodo.
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Comisión de Niñez y Adolescencia
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do n a n i m a c años a zando l
a r b a s e r b o con los p El equipo de sacerdotes para la pastoral de las villas cumple 50 años, y, en distintas entregas, fuimos caminando humildemente ese camino, recuperando la historia y testimonios de aquellos que han conocido a sus primeros integrantes. Y así fuimos abriendo el corazón a los padres Rodolfo Richardeli y Carlos Mugica, luego le siguieron los padres Daniel de la Sierra, Jorge Vernaza y Hector Botán, finalmente nos acercamos a la vida de Jorge Goñi, Carlos Bustos y Pedro Lephaille. Para completar con el testimonio en primera persona de Enrique Evangelista, que con sus 80 años de edad y 53 de sacerdote estuvo durante muchos años al frente de la Parroquia Cristo Obrero en la villa 31. Fueron cambiando los momentos históricos, fueron cambiando los nombres, pero no cambió la opción pastoral, el compromiso, el corazón abierto a los pobres para descubrir el tesoro escondido en sus corazones sencillos. Ese manantial de vida, que brota del Cristo Crucificado de nuestras villas. Por eso, en esta 4ta entrega queremos asomarnos al hoy de los “curas villeros”. El testimonio es ahora en primera persona, nos abren sus corazones Mons. Jorge Ignacio García Cuerva, ordenado obispo en marzo de este año y al padre Fabián Belay de Villa La Lata de la querida ciudad de Rosario.
vida
(4ta entrega)
Mons. Jorge Ignacio García Cuerva (Obispo de Lomas de Zamora). No te apartes del rostro del pobre
Si bien Jorge nació en Río Gallegos vivió desde pequeño en Vicente López. Estudió en el colegio San Román, iba de vez en cuando a misa y militaba en política. “Era mediados de los 80 y un compañero del local partidario me invita a un retiro espiritual e insistió tanto que terminé yendo, y allí lo que descubrí fue a un Jesús vivo que tenía mucho que ver con mi vida y con lo que me pasaba y eso me movilizó mucho”. Y luego cuando conoce “Villa Garrote” en Tigre, un barrio muy pobre donde un sacerdote lo invita a dar catequesis: “Fue como mi segundo bautismo, porque si bautizarse significa sumergirse, creo que me sumergí en Cristo en mi primer bautismo y me sumergí en la realidad de los más pobres en el segundo. Y ahí se me dio vuelta la vida, porque descubrí a Cristo, que estaba vivo, en los más pobres. Y que me llamaba a hacer algo. Empecé a replantear toda mi vida, ca-
rrera, noviazgo, trabajo, militancia. Y así entré al seminario, con un bagaje vital muy diferente a mis compañeros. Yo venía del palo más social, político, de una experiencia de trabajo en una villa, en barrio muy carenciado. Eso por un lado significó una riqueza pero me costó, me hizo ampliar la mirada y ver que las experiencias en los caminos de Dios son todas muy distintas”.
Continúa compartiendo: “En el ‘97 me ordené de diácono y fui a Villa La Cava donde me quedé 8 años (como seminarista y después como cura). Después fui al barrio San Pablo, en Talar, como párroco y después volví a La Cava, como párroco 4 años más. Gracias a Dios, siempre pude vivir mi consagración entre
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los más pobres de los barrios del conurbano, donde descubrí a Jesús. A mí, Jesús me llamó desde la realidad de la pobreza con rostros y personas concretas que no olvidaré jamás en cada una de las parroquias que estuve.” ¿Cómo vivías tu sacerdocio en el barrio? Básicamente es ser padre, hermano, vecino y amigo. Ser padre, sentirse pastor de la comunidad, acompañarla… a veces detrás como dice Francisco, confiando en el olfato de las ovejas. A veces en medio y otras veces por delante. Ser vecino, porque uno vive lo que vive la gente, todas las cuestiones ligadas a los problemas con el agua, la luz, la inundación. Yo vivía en una casa más en el medio del barrio. Amigo porque a la Cava llegué con 28 años. Hay gente con la que compartí casi la mitad de mi vida; y hemos pasado por todas. Hemos llorado juntos, nos hemos reído juntos. Y hermano porque yo digo que en algún momento nos corre la misma sangre, la sangre del espíritu que nos unió, y que hace que vibremos juntos, que nos entendamos profundamente. Uno de los chicos que me sacó en andas de la catedral el día de la ordenación, a los pocos meses le descubrieron un tumor muy avanzado y acompañándolo los últimos días me dice “gracias por estar acá”. “Como no voy a estar si vos me cargaste alguna vez, como yo no voy a estar ahora cargándote a vos un poco”. Hay un vínculo que hace que sea entrañable que sea único, hay un vínculo que involucra corazones, que involucra vidas. Creo como dice Francisco que tenemos que “complicarnos la vida maravillosamente tocando las llagas del Señor”, al lado del que sufre, acompañar
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e involucrarnos de lleno. En los barrios la vida se vive sin maquillaje, crudamente. Entonces las fiestas son fiestas, donde nos gastamos todo, y los sufrimientos son sufrimientos donde no disimulamos, no se hacen velorios rápidos para sacarnos de encima rápido la muerte, sino que a cada cosa que vivimos le damos su tiempo porque en definitiva todas son parte de la vida. Yo soy un eterno agradecido a la experiencia de vida que pude tener con la gente y lo que sigo aprendiendo, ahora como obispo, lo que la gente te enseña todo el tiempo. ¿Cómo viviste tu nombramiento como obispo? Al principio fue muy traumático, no estaba ni en mi cabeza ni en mi corazón, fue un momento muy complicado, como un huerto de los olivos, porque había que decirle que sí a Dios, pero podría haber dicho que no y me quedaba en La Cava feliz. Mi confesor me dijo: “Jorge vos le estás pidiendo a Dios seguridad y Él te ofrece confianza, pero le vamos a pedir a la Virgen un signo sensible de que esto es de Dios. No lo sabía nadie más que mis padres o algún cura amigo. A los dos días en una reunión de liturgia por la noche una chica entró con una bolsa de verdura que había comprado. Cuando terminamos me adelanté a prender las luces del pasillo, y en un momento sacan una hoja de un repollo morado y me la ponen en la cabeza de atrás: “Mirá, Jorge, si algún día sos obispo, qué lindo te va a quedar”, me dicen. La Virgen me regaló el signo. Cuando lo conté en el barrio todos lloraban y aplaudían. Aplaudían porque estaban orgullosos de que su cura fuera
obispo y lloraban porque me iba. Y Toto, uno de los pibes que yo acompañé en un montón de historias jodidas que tuvo, me abrazó y me dijo: “Jorgito, no te olvides nunca de los más pobres”, que sé que es algo que al Papa le dijeron en el cónclave, con lo cual eso fue para mí otro de los signos sensibles, por eso mi lema episco-
En Evangelii Gaudium Francisco dice “la inequidad es la causa de todos los males” y en La Cava, enclavada en uno de los tres distritos más ricos del país, con un muro que no es sólo de ladrillos sino un muro psicológico, económico, cultural esto se vislumbra de manera patética.
pal es “No te apartes del rostro del pobre” del libro de Tobías. El Papa le dijo a los obispos de Perú que sean obispos callejeros que tengan la suela gastada de tanto andar. Así quiero ser. Cuando estuvimos en Roma, con Gustavo Carrara y con los otros obispos nuevos, Francisco nos dijo que estemos cerca del sagrario y cerca de la gente, y yo lo asumí como mi gran parámetro de vida episcopal. ¿Pensás que Francisco influye en Argentina? Influye en los que dejamos influirnos. Siempre digo que el corazón y la cabeza tienen una sola puerta con una manija del lado de adentro, si yo tercamente quiero criticar al papa y no entender su mensaje tengo la libertad de hacerlo. Lo que corroboramos en este viaje a Roma es que el Papa es una figura mundial que está llevando adelante una transformación muy
profunda, que tiene por supues- necesitamos mucho de audacia cómo fue su experiencia y como to sus detractores pero él tiene y mucho de alegría, transmitir está hoy la Pastoral de Barrios Pomucha paz, y la tuvo desde el que Jesús resucitó, que nuestros pulares. Desde el 2009, año en que primer día de su nombramien- rostros transmitan esa alegría; se ordenó, Fabián empezó a trabato y no la perdió nunca más. A y la audacia, el jugarse, el ser jar junto con un grupo de laicos veces me gustaría que por ser cristianos arriesgados, que se con los jóvenes en situación de del país del que el Papa es na- animen, que se metan de lleno, calle. “En el 2011 abrimos un Hogar tivo estuviésemos más adheri- que “naveguen mar adentro” di- para gente de la calle con problemas de adicciones, “Hodos a su magisterio, a su Padre Fabián Belay - Villa La Lata - Rosario gar Padre Misericordiomodelo de Iglesia. El Papa, so”. Para mayores de 18 en Evangelii Gaudium, La Iglesia cercana, como años. Después en el 2013 dice que tenemos que ser una madre con rostro villero. abrió un centro de día evangelizadores de este para jóvenes adolescennuevo tiempo “sin asco, tes con problemas de sin miedo y sin demora” consumo, eso funciona y creo que en nosotros en Rosario; y en 2016 se hay mucha demora, muabrió otro Centro de Día cho asco y mucho miePadre Misericordioso en do. El Reino se empieza la ciudad de Granadero a construir acá en la Baigorria que esta pegatierra, es el proyecto de dita a Rosario y el año paDios que ya está y que sado comenzó a funciotodavía falta. Que ya nar un Centro de Día de está porque hay signos mujeres y un Centro para del Reino en cada gesla comunidad trans. to de solidaridad, de Y un poco a partir de compromiso, en cada la experiencia que conocimirada, en cada pibe mos en Buenos Aires del que quiere salir adeHogar de Cristo y el tralante. En lo pequeño bajo que venían haciende las parábolas de do los curas villeros hace Jesús, de la levadura, unos tres años, el obispo de la semilla. actual, Eduardo Martínez Pero que falta, falta ría Jesús. con algunos sacerdotes surge la mucho… por eso hay tanta inEn la década del ‘70 en la intención de volver a una pastojusticia, violencia, dolor. Pero la fuerza del Reino es impara- ciudad de Rosario, el obispo de ral orgánica. Al Hogar de Cristo lo ble, es la que nos sostiene, más entonces empezó a fundar vica- conocimos a través de la Pastoral allá de que se vea o no. “Somos rías en los barrios periféricos y Nacional de Adicciones y para nocaballeros derrotados de una comenzaron a funcionar escuela, sotros eso fue un quiebre donde causa invencible”, el Reino es dispensario, parroquia. Ese era el pasamos de un modelo más de invencible, la causa de Dios es esquema. Funcionó durante toda tratamiento, de un abordaje más, invencible, en el camino somos una camada de curas que em- si se quiere, de una institución de caballeros derrotados porque la pezaron abrir sus comunidades rehabilitación a un abordaje más vida nos golpea todos los días y y a trabajar en los barrios, pero comunitario, en el territorio, en este vigor del comienzo se per- el barrio con esta lógica de que no es tan fácil. El Papa plantea en la exhor- dió cuando se cortó este trabajo la parroquia es el barrio y el batación para la santidad ciertas pastoral y no hubo un proceso de rrio la parroquia, y recibir la vida notas, me llaman la atención pastoral villera orgánico sosteni- como viene y ser familia. Y todos los dispositivos que teníamos de algunas: la paciencia, la man- do en el tiempo. El padre Fabián que hoy está la Comunidad Padre Misericorsedumbre, la audacia y la aleen la Parroquia María Madre de dioso empiezan a entrar en esta gría, en comunidad y en estado permanente de oración. Hoy Dios, en villa La Lata nos cuenta de lógica.
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Y comenzamos esta experiencia de curas que nos empezamos a reunir cada 15 días atravesados con las inquietudes de las parroquias de barrios populares. Lo primero que comenzamos fue la experiencia de los Hogares de Cristo, que acá los llamamos “Centros de Vida”. Empezamos con siete. El Hogar de Cristo está en el mismo barrio, porque esa es la lógica. La mística es la misma, recibir la vida como viene, el camino de ser familia, de ser comunidad, de la contención, de acompañar el proceso de fe de cada uno de los jóvenes que se acercan, poder generar en ellos una dinámica de vida alejada del consumo de sustancias. Al recibir la vida como viene intentamos ser puentes entre los jóvenes y los brazos de Dios, para que puedan hacer camino con Él y llegar a recibir el abrazo amoroso de Padre. Y en la comunidad, hoy estamos haciendo cooperativas de trabajo en cada uno de los barrios y de los dispositivos más específicos en donde buscamos que las personas tengan también la oportunidad de una salida laboral.
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En nuestra parroquia está el Centro de Vida, que es el Hogar de Cristo, un Centro de Niñez entre 6 y 14 años, una Escuela primaria para adultos, la Escuela de enseñanza media para adultos (EEMPA), y desde hace dos años y medio el “Club Atlético María Madre de la Lata”, donde funciona fútbol de salón, taekwondo, tenis de mesa, y natación que nos prestan un club cercano. En el EEMPA hay talleres de carpintería, serigrafía y electricidad. Y esos talleres funcionan también para otra gente del barrio aparte de los alumnos de la escuela. Algunos están haciendo micro emprendimientos con el tema de serigrafía. En nuestro barrio viven unas 20.000 personas, los hay más grandes, Ludueña, Las flores y Tablada donde viven alrededor de 50.000 personas respectivamente.
¿Cómo vivís tu sacerdocio como cura de la villa? La experiencia más hermosa es la de ser padre, en esta gran familia que se va formando en el barrio, donde lo que pasa en el barrio pasa en la parroquia y lo que pasa en la parroquia pasa en el barrio. Nosotros caminamos con la gente y vamos aprendiendo y creciendo mutuamente. Los curas somos los testigos de la obra de Dios. Y eso es hermoso. Y a su vez el trabajo constante en cuanto que uno todo el tiempo tiene que estar como ensanchando el corazón, todo el tiempo, Dios te desafía a agrandar el corazón. Lo más fecundo de todo esto es ver cómo la Iglesia, como madre, se vuelve cercana y adquiere este rostro villero, que es la gente… que es un rostro nuevo que expresa de la Iglesia una riqueza hermosa, que es la riqueza de la pobreza. Porque hay todo un modo de vivir y expresar la fe. De vivir la relación con Dios de un modo muy específico. Y en esto el Papa Francisco nos marcó un rumbo a seguir en lo pastoral y fue muy claro en ese sentido. A la hora de nuestra experiencia pastoral, en realidad somos los instrumentos y todo lo que Dios va haciendo nos sorprende, en cuanto que ponemos un granito, cinco panes y Dios hace el milagro.
Documento del Equipo de Sacerdotes de la Pastoral de Villas
s e l a i c o ientos s
m i v o m s o l
o s i m o r p m o c u s y
por una PATRIA PARA TODOS
Si queremos trabajar por la paz social tenemos que reconocer en primer lugar el valor del otro en cuanto otro y su aporte al bien común. En esta perspectiva quisiéramos destacar algunos de los aportes de los movimientos sociales. Lo creemos conveniente porque a veces se escuchan distintas voces que los descalifican. Estos movimientos están integrados mayoritariamente por personas humildes y pobres. Y todo lo que de alguna manera fomente el rechazo a los pobres duele en el alma. Los movimientos sociales con distintas acciones han contribuido a que salga la ley de emergencia social, proceso que ha sido muy valioso porque ha logrado visibilizar al pueblo pobre trabajador. Los trabajadores y trabajadoras que luchan diariamente por sobrevivir y lo hacen en el marco de la economía popular. El salario social complementario que reciben estos trabajadores y trabajadoras va rápidamente a la economía real: se invierte en alimentos, en algo de ropa para su familia o en algunos ladrillos para mejorar la propia casa. Obviamente no se especula con ese poco dinero, ni se deja de pensar primero en el pan para los hijos. El deseo de la inmensa mayoría es tener acceso a un mejor trabajo, por ejemplo, en la obra pública o en el ingreso
en alguna pyme –que son las que mayoritariamente dan más puestos de trabajo-. Por otro lado han posibilitado con su compromiso la ley de integración socio urbana. Es decir han relevado en un trabajo coordinado con el Estado, junto a otras organizaciones –como Caritas-, las villas y barrios precarios de nues-
tra patria. Los ha movilizado esa sabiduría popular que sabe que la tierra es nuestra casa común. Y que toda familia tiene derecho a un pedazo de tierra. Y en ese terreno tener su techo, ya que familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar, debe tener una dimensión comunitaria, y esta es la preocupación por el barrio.
En estos barrios relevados, en perspectiva histórica, prácticamente no hubo presencia del Estado, y en muchos de ellos se instaló el narcotráfico. Los vecinos y vecinas son los primeros en padecer las consecuencias, en aquello más sagrado que tienen, en sus hijos e hijas. Eso los ha empujado
a organizarse y a pensar no sólo en sus hijos sino en los de los vecinos. Al encontrar un espacio de participación comunitaria en distintos movimientos sociales, empezaron caminos de prevención y de asistencia directa. Donde la mano invisible del mercado con su teoría del derrame nunca termina llegando, porque la copa siempre necesita crecer más, donde el Estado a duras
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penas hace pie y a veces le falta inteligencia para resolver temas concretos, son muchas veces los movimientos sociales, a través de sus integrantes, los que terminan tendiendo la mano en situaciones de la vida diaria y fortalecen con su presencia el tejido social. Es imprescindible valorar todo lo que el pueblo pobre trabajador realiza para vivir con dignidad. Su no bajar los brazos, su no renunciar al bien posible en medio de grandes dificultades. Esto merece nuestro compromiso de construir puentes de projimidad, apostando por la cultura del encuentro. Que la Virgen de Luján nos inspire los caminos para cuidar a nuestra Patria empezando por los más pobres. 16 de octubre de 2018. (Aniversario de la canonización del Santo Cura Brochero) Mons. Gustavo Carrara. Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Vicario para la Pastoral en Villas de CABA P. José María Di Paola. Villa La Carcova, 13 de Julio y Villa Curita. Diócesis de San Martín. P. Lorenzo de Vedia, P. Carlos Olivero, P. Gastón Colombres. Villa 21-24 y Zavaleta. Arquidiócesis de Buenos Aires.
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P. Guillermo Torre, P. José Luis Lozzia, P. Marco Espínola. Villa 31. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Juan Isasmendi, P. Eduardo Casabal, P. Ignacio Bagattini. Villa 1-1114. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Sebastián Sury, P. Damián Reynoso. Villa 15. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Domingo Rehin: Villa Lanzone. Diócesis de San Martín. P. Basilicio Britez. Villa Palito. Diócesis de San Justo. P. Nicolás Angellotti. Puerta de Hierro, San Petesburgo y 17 de Marzo. Diócesis de San Justo. Carlos Morena, Mario Romanín, Alejandro León, Juan Carlos Romanín, Salesianos, Don Bosco. Cecilia Lee, misionera franciscana. Bea GmiItrowicz, misionera franciscana, Villa Itatí. Diócesis de Quilmes. P. Rodrigo Valdez. Villa Playón de Chacarita. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Martín Carroza. Villa Cildañez. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Pedro Baya Casal, P. Adrián
Bennardis. Villa 3 y del Barrio Ramón Carrillo. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Juan Ignacio Pandolfini. Villa la Cava. Diócesis de San Isidro. P. Juan Manuel Ortiz de Rozas. San Fernando. Diócesis de San Isidro. P. Joaquín Giangreco. Villa Trujuy. Diócesis Merlo-Moreno. P. Nibaldo Leal. Villa Hidalgo. Diócesis de San Martin. P. Franco Punturo. Villa 20. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Alejandro Seijo: Villa Rodrigo Bueno. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Andrés Tocalini. Villa los Piletones. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Omar Mazza. Villa Inta. Arquidiócesis de Buenos Aires.
Padre Nacho (Sacerdote vicario de Madre del Pueblo, Bajo Flores)
. . . a i l i m a f n e Caminando s o n a m r e h o m o c o d n a n i cam blo La Fe de mi Pue
La anécdota con la que arranco es una experiencia que seguramente nos ha pasado a muchos que, a lo largo de años, nos hemos animado a peregrinar a pie a Luján. Recuerdo que el año pasado me largué a caminar nada más y nada menos que con un calzado nuevo, algo que siempre nos repiten una y otra vez que jamás hay que hacer. Los últimos kilómetros llegando a Luján fueron de terror, me dolía todo y podía sentir la presencia incómoda y molesta de muchas ampollas a lo largo de ambas plantas y talones de los pies. Pero como siempre sucede, llegar a la casa de la Virgencita con la parroquia Madre del Pueblo de Bajo Flores donde vivo como sacerdote, fue una fiesta que no olvido, y encontrarse con la Madre, rezarle, te deja sin palabras, es un encuentro de corazones con un silencio sagrado que lo dice todo. Sin embargo buscar el micro después, volvernos con un sueño demoledor y el dolor del pos Luján recuerdo que me llevó a decirme a mí mismo: “el año que viene voy con el apoyo”. Pero como siempre pasa con la experiencia de caminar a Luján, pasa un año y sólo recordás los momentos lindos del camino, los compañeros y amigos con los que charlaste, rezaste, cantaste, saltaste, te emocionaste y por eso se enciende en el interior el deseo de volver a ponernos a caminar. Porque además surgen si-
En esta peregrinación el punto de encuentro
nuevamente fue el abrazo de la Virgen que nos
sostiene y llena el corazón.
tuaciones personales, familiares, comunitarias lindas y dolorosas que nos estimulan a querer ir a pie como signo de ofrecimiento, amor y sacrificio. La vida entera la queremos consagrar a la Virgen de esta manera tan especial. Y este año particular, 2018, nos puso nuevamente en camino acompañados por el lema “Madre, danos fuerza para unirnos como hermanos”. En un año tan particular donde pensamientos, criterios, puntos de vista distintos nos han hecho enfrentar, qué bueno que desde la oración y del Corazón de la Virgen surja la intención de volver a unirnos como hermanos, la Virgen María no quiere que sus hijos estén divididos, peleados. Intención des-
de el lema que busca dejar de lado diferencias para encontrar aquellas cuestiones que nos enriquecen a todos y nos animan a vivir en fraternidad. Porque en toda familia siempre hay diferencias, sin embargo, dichas diferencias no deben llevarnos a la intolerancia que genera falta de respeto. Por eso pedimos a la virgencita que nos dé fuerzas, que nos dé voluntad, inteligencia para generar puentes que unan y nos recuerden que somos hermanos en la gran familia de la Iglesia y de esta bendita Patria Argentina. Y caminar a Luján es una muestra clara de que somos una gran familia. Vamos juntos a la casa de Nuestra Madre. Somos millones de hermanos muy distintos, únicos e irrepetibles, con miradas distintas pero con tantos puntos de encuentro… y en esta peregrinación el punto de encuentro nuevamente fue el abrazo de la Virgen que nos
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Staff . director . Adrián Pablo Bennardis
sostiene y llena el corazón. Caminar este año por segunda vez a Luján con mi parroquia Madre del Pueblo fue recordarme que estamos llamados a ser familia. Porque en lo personal caminamos casi 70km cantando con el famoso carrito como instrumento, rezando, escuchando música, dando testimonios de por qué caminás, sosteniendo y alentando al que está cansado y triste. Y somos tan distintos, pero ¡ahí está la riqueza! Todos tenemos la misma meta, todos tenemos las ganas de llegar y vamos descubriendo que cada uno posee una riqueza que anima al hermano que está al lado. Porque así es la vida, caminamos a la Casa del Padre, al encuentro de la Virgen, nuestra Madre, de los santos y
de aquellas personas que hoy no están físicamente acá pero confiamos ya llegaron al Cielo. Y este recorrido terrenal, como cuando caminamos a Luján, no lo hacemos solos, porque solos no podemos, lo hacemos acompañados y con actitudes positivas que fortalecen el camino cuando muchas veces aparecen esas “ampollas” que nos hacen perder el sentido último de la vida y las metas que tenemos. Es por eso que fortalecer el camino es fortalecer el deseo de unirnos desde todo lo que nos encuentra dejando de lado diferencias que sólo quitan fuerzas y frenan el caminar. Es por eso que cuando caminamos a Luján queremos llegar y sabemos que el esfuerzo es grande, inclusive cuando nos cuesta asumir que no podemos más y tenemos que subir a algún vehículo o llegar en tren. Sin embargo llegamos a la Basílica y ese momento es sagrado, es personal, es un momento de una felicidad increíble. Que el fruto de esta nueva caminata, tanto para quienes fuimos y para quienes acompañaron con la oración y el afecto desde sus hogares, sea como reza el lema, que tengamos la fuerza para unirnos como hermanos, es decir, que cada uno ponga su granito de arena para tender puentes de encuentro y recordarnos que somos familia grande.
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transformar la mirada y el
corazón
Comunicarnos busca ser espejo de tantas realidades injustas de las que son víctimas nuestros niños, niñas y adolescentes. Deseamos hacernos eco de la presencia de la Iglesia comprometida con transformar la mirada y el corazón, una Iglesia que es familia y abraza amorosamente a todos sus hijos.
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novena entrega - revista
II JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES
La
Patria al
hombro Iglesia y emergencia Mensaje del Santo Padre Francisco Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario
Este pobre gritó 18 de noviembre de 2018 y el Señor lo escuchó 1.
«Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Sal 34, 7). Las palabras del salmista se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de “pobres”. Quien escribe tales palabras no es ajeno a esta condición, al contrario. Él tiene experiencia directa de la pobreza y, sin embargo, la transforma en un canto de alabanza y de acción de gracias al Señor. Este salmo permite también a nosotros hoy comprender quiénes son los verdaderos pobres a los que estamos llamados a volver nuestra mirada para escuchar su grito y reconocer sus necesidades. Se nos dice, ante todo, que el Señor escucha los pobres que claman a Él y que es bueno con aquellos que buscan refugio en Él con el corazón destrozado por la tristeza,
la soledad y la exclusión. Escucha a cuantos son atropellados en su dignidad y, a pesar de ello, tienen la fuerza de alzar su mirada hacia lo alto para recibir luz y consuelo. Escucha a aquellos que son perseguidos en nombre de una falsa justicia, oprimidos por políticas indignas de este nombre y atemorizados por la violencia; y aun así saben que en Dios tienen a su Salvador. Lo que surge de esta oración es ante todo el sentimiento de abandono y confianza en un Padre que escucha y acoge. En la misma onda de estas palabras podemos comprender más a fondo lo que Jesús proclamó con las bienaventuranzas: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5, 3). En virtud de esta experiencia única y, en muchos sentidos, inmerecida e imposible de describir por completo, nace por cierto el deseo de contarla a otros, en primer lugar a aquellos que son, como el salmista, pobres, rechazados y marginados. En efecto,
nadie puede sentirse excluido del amor del Padre, especialmente en un mundo que con frecuencia pone la riqueza como primer objetivo y hace que las personas se encierren en sí mismas.
2.
El salmo caracteriza con tres verbos la actitud del pobre y su relación con Dios. Ante todo, “gritar”. La condición de pobreza no se agota en una palabra, sino que se transforma en un grito que atraviesa los cielos y llega hasta Dios. ¿Qué expresa el grito del pobre si no es su sufrimiento y soledad, su desilusión y esperanza? Podemos preguntarnos: ¿cómo es que este grito, que sube hasta la presencia de Dios, no alcanza a llegar a nuestros oídos, dejándonos indiferentes e impasibles? En una Jornada como esta, estamos llamados a hacer un serio examen de conciencia para darnos cuenta si realmente hemos sido capaces de escuchar a los pobres.
2
El silencio de la escucha es lo que necesitamos para poder reconocer su voz. Si somos nosotros los que hablamos mucho, no lograremos escucharlos. A menudo me temo que tantas iniciativas, aunque de suyo meritorias y necesarias, estén dirigidas más a complacernos a nosotros mismos que a acoger el clamor del pobre. En tal caso, cuando los pobres hacen sentir su voz, la reacción no es coherente, no es capaz de sintonizar con su condición. Se está tan atrapado en una cultura que obliga a mirarse al espejo y a cuidarse en exceso, que se piensa que un gesto de altruismo bastaría para quedar satisfechos, sin tener que comprometerse directamente.
3.
El segundo verbo es “responder”. El Señor, dice el salmista, no sólo escucha el grito del pobre, sino que responde. Su respuesta, como se testimonia en toda la historia de la salvación, es una participación llena de amor en la condición del pobre. Así ocurrió cuando Abrahán manifestaba a Dios su deseo de tener una descendencia, no obstante él y su mujer Sara, ya ancianos, no tuvieran hijos (cf. Gén 15, 1-6). Sucedió cuando Moisés, a través del fuego de una zarza que se quemaba intacta, recibió la revelación del nombre divino y la misión de hacer salir al pueblo de Egipto (cf. Éx 3, 1-15). Y esta respuesta se confirmó a lo largo de todo el camino del pueblo por el desierto: cuando el hambre y la sed asaltaban (cf. Éx 16, 1-16; 17, 1-7), y cuando se caía en la peor miseria, la de la infidelidad a la alianza y de
la idolatría (cf. Éx 32, 1-14). La respuesta de Dios al pobre es siempre una intervención de salvación para curar las heridas del alma y del cuerpo, para restituir justicia y para ayudar a retomar la vida con dignidad. La respuesta de Dios es también una invitación a que todo el que cree en Él obre de la misma manera dentro de los límites de lo humano. La Jornada Mundial de los Pobres pretende ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío. Probablemente es como una gota de agua en el desierto de la pobreza; y sin embargo puede ser un signo de compartir para cuantos pasan necesidad, que hace sentir la presencia activa de un hermano o una hermana. Los pobres no necesitan un acto de delegación, sino del compromiso personal de aquellos que escuchan su clamor. La solicitud de los creyentes no puede limitarse a una forma de asistencia – que es necesaria y providencial en un primer momento –, sino que exige esa «atención amante» (Exhort. ap. Evangeliigaudium, 199) que honra al otro como persona y busca su bien.
4.
El tercer verbo es “liberar”. El pobre de la Biblia vive con la certeza de que Dios interviene en su favor para restituirle dignidad. La pobreza no es buscada, sino creada por el egoísmo, el orgullo, la avaricia y la injusticia. Males tan antiguos como el hombre, pero que son siempre pecados, que
involucran a tantos inocentes, produciendo consecuencias sociales dramáticas. La acción con la cual el Señor libera es un acto salvación para quienes le han manifestado su propia tristeza y angustia. Las cadenas de la pobreza se rompen gracias a la potencia de la intervención de Dios. Tantos salmos narran y celebran esta historia de salvación que se refleja en la vida personal del pobre: «Él no ha mirado con desdén ni ha despreciado la miseria del pobre: no le ocultó su rostro y lo escuchó cuando pidió auxilio» (Sal 22, 25). Poder contemplar el rostro de Dios es signo de su amistad, de su cercanía, de su salvación. «Tú viste mi aflicción y supiste que mi vida peligraba, […] me pusiste en un lugar espacioso» (Sal 31, 8-9). Ofrecer al pobre un “lugar espacioso” equivale a liberarlo de la “red del cazador” (cf. Sal 91, 3), a alejarlo de la trampa tendida en su camino, para que pueda caminar expedito y mirar la vida con ojos serenos. La salvación de Dios toma la forma de una mano tendida hacia el pobre, que ofrece acogida, protege y hace posible experimentar la amistad de la cual se tiene necesidad. Es a partir de esta cercanía, concreta y tangible, que comienza un genuino itinerario de liberación: «Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo» (Exhort. ap. Evangeliigaudium, 187).
5.
Me conmueve saber que muchos pobres se han identificado con Bartimeo, del cual habla el evangelista Marcos (cf. 10, 46-52). El ciego Bartimeo «estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna» (v. 46), y habiendo escuchado que pasaba Jesús «empezó a gritar» y a invocar el «Hijo de David» para que tuviera piedad de él (cf. v. 47). «Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más fuerte» (v. 48).
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El Hijo de Dios escuchó su grito: «“¿Qué quieres que haga por ti?”. El ciego le contestó: “Rabbunì, que recobre la vista!”» (v. 51). Esta página del Evangelio hace visible lo que el salmo anunciaba como promesa. Bartimeo es un pobre que se encuentra privado de capacidades básicas, como son la de ver y trabajar. ¡Cuántas sendas conducen también hoy a formas de precariedad! La falta de medios básicos de subsistencia, la marginación cuando ya no se goza de la plena capacidad laboral, las diversas formas de esclavitud social, a pesar de los progresos realizados por la humanidad… Como Bartimeo, ¡cuántos pobres están hoy al borde del camino en busca de un sentido para su condición! ¡Cuántos se cuestionan sobre el porqué tuvieron que tocar el fondo de este abismo y sobre el modo de salir de él! Esperan que alguien se les acerque y les diga: «Ánimo. Levántate, que te llama» (v. 49). Lastimosamente a menudo se constata que, por el contrario, las voces que se escuchan son las del reproche y las que invitan a callar y a sufrir. Son voces destempladas, con frecuencia determinadas por una fobia hacia los pobres, considerados no sólo como personas indigentes, sino también como gente portadora de inseguridad, de inestabilidad, de desorden para las rutinas cotidianas y, por lo tanto, merecedores de rechazo y apartamiento. Se tiende a crear distancia entre ellos y el proprio yo, sin darse cuenta que así se produce el alejamiento del Señor Jesús, quien no los rechaza sino que los llama así y los consuela. Con mucha pertinencia resuenan en este caso las palabras del profeta sobre el estilo de vida del creyente: «soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; […] compartir tu pan con el hambriento, […] albergar a los pobres
sin techo, […] cubrir al que veas desnudo» (Is 58, 6-7). Este modo de obrar permite que el pecado sea perdonado (cf. 1Pe 4, 8), que la justicia recorra su camino y que, cuando seremos nosotros lo que gritaremos al Señor, Él entonces responderá y dirá: ¡Aquí estoy! (cf. Is 58, 9).
6. Los pobres son los primeros capa-
citados para reconocer la presencia de Dios y dar testimonio de su proximidad en sus vidas. Dios permanece fiel a su promesa, e incluso en la oscuridad de la noche no hace faltar el calor de su amor y de su consolación. Sin embargo, para superar la opresiva condición de pobreza es necesario que ellos perciban la presencia de los hermanos y hermanas que se preocupan por ellos y que, abriendo la puerta del corazón y de la vida, los hacen sentir amigos y familiares. Sólo de esta manera podremos «reconocer la fuerza salvífica de sus vidas» y «ponerlos en el centro del camino de la Iglesia» (Exhort. apost. Evangeliigaudium, 198). En esta Jornada Mundial estamos invitados a hacer concretas las palabras del Salmo: «los pobres comerán hasta saciarse» (Sal 22, 27). Sabemos que en el templo de Jerusalén, después del rito del sacrificio, tenía lugar el banquete. En muchas Diócesis, esta fue una experiencia que, el año pasado, enriqueció la celebración de la primera Jornada Mundial de los Pobres. Muchos encontraron el calor de un una casa, la alegría de una comida festiva y la solidaridad de cuantos quisieron compartir la mesa de manera simple y fraterna. Quisiera que también este año y en el futuro esta Jornada fuera celebrada bajo
el signo de la alegría por redescubrir el valor de estar juntos. Orar juntos y compartir la comida el día domingo. Una experiencia que nos devuelve a la primera comunidad cristiana, que el evangelista Lucas describe en toda su originalidad y simplicidad: «Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. […] Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno» (Hch 2, 42. 44-45).
7.
Son innumerables las iniciativas que diariamente emprende la comunidad cristiana para dar un signo de cercanía y de alivio a las variadas formas de pobreza que están ante nuestros ojos. A menudo la colaboración con otras realidades, que no están motivadas por la fe sino por la solidaridad humana, hace posible brindar una ayuda que solos no podríamos realizar. Reconocer que, en el inmenso mundo de la pobreza, nuestra intervención es también limitada, débil e insuficiente hace que tendamos la mano a los demás, de modo que la colaboración mutua pueda alcanzar el objetivo de manera más eficaz. Nos mueve la fe y el imperativo de la caridad, pero sabemos reconocer otras formas de ayuda y solidaridad que, en parte, se fijan los mismos objetivos; siempre y cuando no descuidemos lo que nos es propio, a saber, llevar a todos hacia Dios y a la santidad. El diálogo entre las diversas experiencias y la humildad en el prestar nuestra colaboración, sin ningún
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tipo de protagonismo, es una respuesta adecuada y plenamente evangélica que podemos realizar. Frente a los pobres, no es cuestión de jugar a ver quién tiene el primado de la intervención, sino que podemos reconocer humildemente que es el Espíritu quien suscita gestos que son un signo de la respuesta y cercanía de Dios. Cuando encontramos el modo para acercarnos a los pobres, sabemos que el primado le corresponde a Él, que ha abierto nuestros ojos y nuestro corazón a la conversión. No es protagonismo lo que necesitan los pobres, sino ese amor que sabe esconderse y olvidar el bien realizado. Los verdaderos protagonistas son el Señor y los pobres. Quien se pone al servicio es instrumento en las manos de Dios para hacer reconocer su presencia y su salvación. Lo recuerda San Pablo escribiendo a los cristianos de Corinto, que competían ente ellos por los carismas, en busca de los más prestigiosos: «El ojo no puede decir a la mano: “No te necesito”, ni la cabeza, a los pies: “No tengo necesidad de ustedes”» (1Cor 12, 21). El Apóstol hace una consideración importante al observar que los miembros que parecen más débiles son los más necesarios (cf. v. 22); y que «los que consideramos menos decorosos son los que tratamos más decorosamente. Así nuestros miembros menos dignos son tratados con mayor respeto, ya que los otros no necesitan ser tratados de esa manera» (vv. 23-24). Mientras ofrece una
enseñanza fundamental sobre los carismas, Pablo también educa a la comunidad en la actitud evangélica respecto a los miembros más débiles y necesitados. Lejos de los discípulos de Cristo sentimientos de desprecio o de pietismo hacia ellos; más bien están llamados a honrarlos, a darles precedencia, convencidos de que son una presencia real de Jesús entre nosotros. «Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25, 40).
8.
Aquí se comprende cuánta distancia existe entre nuestro modo de vivir y el del mundo, el cual elogia, sigue e imita a quienes tienen poder y riqueza, mientras margina a los pobres, considerándolos un desecho y una vergüenza. Las palabras del Apóstol son una invitación a darle plenitud evangélica a la solidaridad con los miembros más débiles y menos capaces del cuerpo de Cristo: «¿Un miembro sufre? Todos los demás sufren con él. ¿Un miembro es enaltecido? Todos los demás participan de su alegría» (1Cor 12, 26). Del mismo modo, en la Carta a los Romanos nos exhorta: «Alégrense con los que están alegres, y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros, no quieran sobresalir, pónganse a la altura de los más humildes» (12, 15-16). Esta es la vocación del discípulo de Cristo; el ideal al cual aspirar con constancia es asimilar cada vez más en nosotros los «sentimientos de Cristo Jesús» (Flp 2, 5).
9. Una palabra de esperanza se con-
vierte en el epílogo natural al que conduce
la fe. Con frecuencia son precisamente los pobres los que ponen en crisis nuestra indiferencia, hija de una visión de la vida en exceso inmanente y atada al presente. El grito del pobre es también un grito de esperanza con el que manifiesta la certeza de ser liberado. La esperanza fundada sobre el amor de Dios que no abandona a quien en Él confía (cf. Rom 8, 31-39). Santa Teresa de Ávila en su Camino de perfección escribía: «La pobreza es un bien que encierra todos los bienes del mundo. Es un señorío grande. Es señorear todos los bienes del mundo a quien no le importan nada» (2, 5). Es en la medida que seamos capaces de discernir el verdadero bien que nos volveremos ricos ante Dios y sabios ante nosotros mismos y ante los demás. Así es: en la medida que se logra dar el sentido justo y verdadero a la riqueza, se crece en humanidad y se vuelve capaz de compartir.
10.
Invito a los hermanos obispos, a los sacerdotes y en particular a los diáconos, a quienes se les impuso las manos para el servicio de los pobres (cf. Hch 6, 1-7), junto con las personas consagradas y con tantos laicos y laicas que en las parroquias, en las asociaciones y en los movimientos hacen tangible la respuesta de la Iglesia al grito de los pobres, a que vivan esta Jornada Mundial como un momento privilegiado de nueva evangelización. Los pobres nos evangelizan, ayudándonos a descubrir cada día la belleza del Evangelio. No echemos en saco roto esta oportunidad de gracia. Sintámonos todos, en este día, deudores con ellos, para que tendiendo recíprocamente las manos, uno hacia otro, se realice el encuentro salvífico que sostiene la fe, hace activa la caridad y permite que la esperanza prosiga segura en el camino hacia el Señor que viene. Vaticano, 13 de junio de 2018 Memoria litúrgica de San Antonio de Padua Francisco