San Cayetano ayudanos a cuidarnos como hermanos

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REVISTA BIMESTRAL - AÑO 22 - Nº 191- JULIO/AGOSTO 2022 - COSTO $200

Declarada de Interés Social por la Legislatura - Cdad. Bs. As.

SUP

EL CLLEMENTO D EP UB D E MI ORTIVO BARR IO

Mensaje del Santo Padre Francisco por la VI Jornada Mundial de los Pobres / Videomensaje del Papa Francisco con motivo de la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina



Editorial

Sumario .1.

“Gracias San Cayetano por acompañarnos, ayudanos a cuidarnos como hermanos.”

.2.

Una mirada a San Cayetano o lo que fue haber mirado al Santo y a los peregrinos en el Santuario.

o n a t e y a C n a S s ia “Grac , s o n r a ñ a p m o c a r po cuidarnos ayudanos acomo hermanos.”

.4.

El Santo de la Providencia.

.6.

Con el Santo escrito en la piel.

. 12 .

San Cayetano, una comunidad y un colegio.

. 15 .

Una puerta más al Santuario.

. 17 .

Un largo peregrinar en la fe.

. 19 .

Economía Popular y San Cayetano.

. 21 .

La hora de la comunidad.

. 23 .

Hacia los 15 años de la Familia Grande del Hogar de Cristo.

Esta edición va acompañada de la 30va entrega del Suplemento Deportivo EL CLUB DE MI BARRIO y la UNDÉCIMA entrega de CURAR EL MUNDO

Este número de la revista centralmente trata acerca de San Cayetano. Ese santo tan popular, que es como el oído de Dios a esa necesidad tan concreta del pan y el trabajo. Nos preparamos para celebrarlo el 7 de agosto. Y si bien esta devoción se multiplica a lo largo y ancho de nuestra patria, tiene su corazón en el Santuario de Liniers. Allí cada año se propone un lema que marca el camino de la novena de preparación para la fiesta. Este año es: “Gracias San Cayetano por acompañarnos, ayudanos a cuidarnos como hermanos.” Y se elabora con un estilo sinodal, es decir se escucha, se discierne, se propone y se elige. Se leen los cuadernos de intenciones de los peregrinos –un verdadero tesoro del santuario-, y lo que los visitantes escriben en las redes del Santuario. Se toman palabras claves que se repiten. Y a partir de ahí se elaboran tres posibles lemas, entre los cuales por votación se elige uno. Esta elección la llevan adelante la comunidad de servidores del

Santuario y los peregrinos. Este año el lema oración comienza con una acción de gracias por el acompañamiento de San Cayetano en la vida de los peregrinos. Es un bello comienzo porque como dice el dicho popular: “Es de bien nacido ser agradecido”. Luego le sigue una súplica, un pedido de ayuda para que nos cuidemos como hermanos. Aquí aparece la necesidad de una mayor fraternidad en nuestra patria. El Papa Francisco –que fue peregrino al Santuario- nos regaló una hermosa carta sobre la fraternidad y la amistad social: Fratelli Tutti. Allí nos recuerda que para nosotros los cristianos la fuente de la fraternidad es el Evangelio de Jesús. Nos dice así: “Si la música del Evangelio deja de sonar en nuestras casas, en nuestras plazas, en los trabajos, en la política y en la economía, habremos apagado la melodía que nos desafiaba a luchar por la dignidad de todo hombre y mujer». Otros beben de otras fuentes. Para nosotros, ese manantial de dignidad humana y de fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo. De él surge «para el pensamiento cristiano y para la acción de la Iglesia el primado que se da a la relación, al encuentro con el misterio sagrado del otro, a la comunión universal con la humanidad entera como vocación de todos».” (FT 277) Padre Gustavo Carrara. Obispo Auxiliar de Buenos Aires. 1


Padre Jorge Martín Torres Carbonell Obispo de Laferre

O N A T E Y A C N A S Una mirada a regrinos en el Santuario pe los a y o nt Sa al do ira m r o lo que fue habe

Estamos allí para recoger del peregrino la oración, la ofrenda, la peregrinación que hasta el Santo realiza el Pueblo. Quiero citar, como a modo de un recuerdo que me dejó una huella, la ORACIÓN PARA REZAR CON EL AGUA BENDITA. Fue fruto de mirar los gestos de cómo rezan con el agua bendita los peregrinos, cómo se pide la bendición con el agua, tocándose las partes enfermas, refrescándose el cuerpo, la cabeza. Tomándola para pedir salud, llevándola en cantidades para tener suficiente hasta la próxima visita. Esta oración la recuerdo como una síntesis del camino en San Cayetano. Y no es que estoy declarando la autoría de la oración, porque esta fue fruto de haber compartido con otros una mirada abierta y contemplativa, maravillándonos de como Dios y sus santos forman la fe de los hijos. Enriquece el Señor el don que Él mismo ha otorgado y desde esa encarnación, orienta para que se multiplique en otros. Por eso la ofrenda, por eso los recuerdos benditos, por eso la bendición para cada uno, si es posible tocándolo, mejor, porque eso harán cuando regresen a su casa. Vi en mis últimos días en San Cayetano como una familia se plantó ante la tapa de la tolva de las ofrendas, hizo silencio cargando las bolsas que traían y luego de persignarse, fue introduciendo cada una en ese

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espacio que los conecta con los hermanos que viven una necesidad. ¡Por eso la ofrenda no se vende!

Cuanto se aprende al mirar y al no censurar. + Los santuarios son lugares sagrados donde uno aprende mucho a ocupar ese lugar oculto, donde pasamos a ser servidores del Santo y de la Virgen, creciendo en esa espiritualidad, pero también a hacer silencio para poder recibir y estar a tono con la necesidad del peregrino. Porque aprendemos a estar en ese lugar sagrado. Por eso el destino sacerdotal o de servidores, no se improvisa. No es un destino decorativo o para ocupar un espacio que nos define enor-

gulleciéndonos, que lo podrá ser, pero desde otro lugar, que está marcado por el silencio y la oración. Aprendemos a no estar de paso, aprendemos a detenernos, aprendemos a dejarnos agarrar por el que me reconoce como servidor que entrega su tiempo para ayudar a ese encuentro sagrado que ha venido a buscar el peregrino. Hay un camino de conversión a realizar para que el sacerdocio, en nuestro caso, nos defina. Esto que les comparto es lección para la vida. Porque tratamos de ser así, porque sino la vida pierde esperanza, pierde capacidad de sostener a otros. Es muy propio esto en el pueblo, porque las luchas ideológicas o de discusiones a la gente no la


distrae porque el impulso que no se distraen, menos nosotros. trabajo de la gente; el no saber llevan es otro, es sagrado. Traen ¡Gracias a Dios! La gracia de la que allí está el Santuario; o el sus problemas porque hay que fe vivida y compartida sosten- “no soy digno/a de entrar”. Ese comer, porque el dinero no al- drá la peregrinación que lleva lugar “apareció” porque hubo canza o la pérdida de trabajo siglos. Aquella que tuvo oríge- encuentros y bendiciones, en la es lo que se vive de verdad. Por nes en gestos: “con solo tocar calle también, como desde hace eso buscan estar sostenidos o su manto…” (Mc 5,28). años. Si recogimos un aprenpor una bendición con la visita La contemplación es la aper- dizaje pastoral, en no suponer al Santo en el santuario. tura y el cierre cotidiano del que todos saben todo, que hay La comunidad, yo la refiero servidor, del que ocupa ese lu- que ponernos junto al pueblo; al Santuario. Es una gran co- gar tan amplio y tan lleno de el que por ser un lugar clave munidad y por lo tanto trae Dios y de la fe de sus hijos. de ida y vuelta al conurbano, lo el desafío de la apertura, el silencio y la contemplación. Es aprender a ocupar un lugar que generó el santo. Nosotros aprendemos como servidores suyos para atender a los que llegaron a visitarlo y a rezarle. Esa comunidad, son instantes, momentos de silencio e intercesión, y que se prolongan en la comunión por las intenciones; las ofrendas, harán del Santo el que intercediendo por todos, ayudará a reconocer como se continua. Por eso la apertura al encuentro O de los que están en búsque- hace diría, único; y lo último, a y a dejarnos encontrar. da. Resulta que llevábamos a la veces a la gente, a los peregriPor eso es clave el silencio, Virgen y al Santo a la barrera. nos, a quien sea, los cargamos porque en ese ambiente re- Descubrimos tres razones que con cuestiones morales que ligioso, aprendemos a mirar. justificaron estar ahí: el paso adolecen de misericordia y por Creo que calma nuestra ansie- rápido de retorno al hogar o al tanto, de comprensión. dad, que suele llevarnos Este Lugar Santo, al a proponer lo que yo consagrarnos al encuenOración con el agua bendita quiero o lo que ya está tro con la fe del pueblo, “Señor bendecí mi vida, decidido. Esto hay que pasamos a llevarlo en la sana mis heridas y enfermedades, irlo corriendo, porque la oración como intercesores. protege mi familia, riqueza de la comunión Esta a su vez la memoria ayudame en mis preocupaciones y miedos. que con el Santo se viene de los “salmos del santuaDale paz a mi alma”. amasando por años, nos rio” que son una gracia enseña a todos. Que la que recibimos y que nos “Que seas siempre mi refugio distraeremos un tiempo moldea siempre. Diría, y me libres de todo peligro. quizás con propuestas, hasta el punto que genera Bendecí mi trabajo y esfuerzos de cada día. digamos muy instituciouna vocación, una dedicaBendecí mis pensamientos y palabras. nales, pero lo inexorable ción en este modo de ser Bendecí mi hogar en la fe del pueblo, hace en la Iglesia como lugar y a las personas que llevo en mi corazón”. que nada los detenga. Vide encuentro, amplio y Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén nieron al Santo y ese oben el que todos siempre jetivo es tan sagrado, que podrán ser recibidos.

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Comisión de Niñez y Adolescencia

a l e d o t El San Providencia

yetano en Liniers Ca n Sa de ria sto hi la r po do Un breve recorri el “Santo de la Providencia” y a él se encomendó en todas sus tareas. Al llegar a pie a la ciudad de Buenos Aires para iniciar su tarea religiosa construyó una pequeña capilla dedicada a San Cayetano, hasta el momento desconocido en América. Esta capilla original construida en Liniers, fue reem-

María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, nació en 1730 en Santiago del Estero. Siendo muy joven comenzó a trabajar con los jesuitas con los que se formó, colaborando en particular en la organización de ejercicios espirituales. Era una mujer de una cultura elevada para la época ya que sabía leer y escribir. Conoció a San Cayetano gracias a los jesuitas quienes trajeron diversas devociones de Europa, y la beata santiagueña, desde que partió de Santiago del Estero lo puso, como patrono de su empresa evangelizadora, ya que era 4

plazada en 1875 por una más grande, y en 1900 por una tercera que dio origen al actual Santuario. La devoción a San Cayetano fue creciendo, según la historia oral en un mal momento de sequía los chacareros del lugar recurren a San Cayetano ofrendando una espiga esperando que el San-

to realice un milagro, y este oye sus plegarias, es así como los lugareños lo comienzan a invocar como “El patrono del Pan y del Trabajo”. Y en el año 1930, en plena crisis internacional donde muchos trabajadores perdieron sus empleos la imagen de San Cayetano ya posee espiga, como se puede ver en las estampas correspondiente al año 1931 cuando el padre Domingo Falgioni, era recto del Santuario. A partir de ese momento comenzaron a elaborar la estatua de San Cayetano ya no solo con el niño en brazos, sino también con las espigas. En el Santuario de Liniers se reemplazó la antigua imagen por la nueva y renovada. El párroco siguiente, Juan Di Falco fundó una cooperativa con comerciantes, vecinos y fieles que sirvió para recaudar dinero para sostener la obra del Santuario y ampliar el templo. En la dictadura retomó un lugar prepondetante en la escena política, además de la escena social. El trabajo escaseaba y las persecuciones del gobierno eran terribles. El silencio era salud. El Santo se convirtió una vez más


en quien “intercedía por el pueblo” y “gritaba contra las injusticias”. Fue en 1981 cuando se produjo la gran manifestación política-religiosa convocada por Saúl Ubaldini, Secretario General de la CGT, con la consigna Paz, Pan y Trabajo. El 7 de noviembre de ese año se celebró una Misa en el campito detrás del Santuario, especial para los peregrinos obreros. Hubo más de 10.000 personas en el Santuario de Liniers ese día y fue la primera gran manifestación contra la dictadura. Los años siguieron pasando y San Cayetano seguía escuchando a sus fieles desde su casa de Liniers, pero la devoción ya se extendía por toda la república y por el Paraguay, donde lo llaman “San Cayé”. Cayó la dictadura, pero la economía seguía sin despegar y en el año 1984, fue la primera vez que el Santo salió de su iglesia. La segunda salida fue en 1987 para la Misa de los Obreros, oficiada por el Papa Juan Pablo II que se realizó en el Mercado Central. Entre los años 1980 y 1990 se funda La Casa del Santuario, destinada, entre otras actividades, a la bolsa de trabajo, atención de los pobres por profesionales sociales, jardín maternal, albergue temporario para madres y familias sin recursos, centro de Alcohóli-

cos Anónimos y grupos diversos de autoayuda. En el 2016 las organizaciones sociales y políticas -Barrios de Pie, el Movimiento Evita y la CCC junto con la UTEP y el Frente Darío Santillán- dieron origen a la marcha de San Cayetano que se organizó durante el gobierno de Mauricio Macri reclamando el derecho al trabajo digno para nuestro pueblo. Hoy, las capillas y templos dedicadas a San Cayetano se replican por toda la Argentina y Paraguay, y es considerado el patrono del “Pan y del Trabajo” por licencia especial de la Santa Sede. Mientras el Cardenal Bergoglio, estuvo como Arzobispo de Buenos Aires, nunca dejó de ir a la fiesta de San Cayetano en el Santuario de Liniers y en ese día de agosto, recorría la fila de punta a

punta acercándose a los peregrinos. En el año 2012, el último año que estuvo como Arzobispo, instó a los miles de fieles reunidos en el Santuario a pedirle al Santo que bendiga a todo el país con pan y trabajo. “San Cayetano, bendecí nuestra Patria con pan y trabajo para todos. ¿Y saben por qué es una bendición desear y luchar para que haya pan y trabajo para todos?”, nos interpelaba Bergolio, “Porque este buen deseo y esta lucha le hacen bien al corazón, lo alegran, lo ensanchan, lo hacen latir con felicidad. Jesús lo decía así: ‘Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados’, la justicia es la que alegra el corazón: cuando hay para todos, cuando uno ve que hay igualdad, equidad, cuando cada uno tiene lo suyo. Cuando uno ve que alcanza para todos, si es bien nacido, siente una felicidad especial en el corazón. Ahí se agranda el corazón de cada uno y se funde con el de los otros y nos hace sentir la Patria”. 5


Claudia Cabrera Periodista - Parroquia Cristo Obrero - Villa 31

Santeno la piel Con elescrito Testimonios de la fe en San Cayetano: peregrinos, servidores y sacerdotes Celebrar la fe, vivirla, expresarla y sentirla en el santuario adoptado como el lugar de encuentro entre Dios y el pueblo Argentino. Cada 7 de agosto el Santuario de San Cayetano, ubicado en el barrio de Liniers se viste de fiesta, para pedir trabajo, y principalmente, agradecer. En memoria de la pascua del Santo, miles de fieles se acercan, resisten el frío y las largas filas, algunos esperan hasta diez horas, otros acampan semanas antes, para encontrarse con su imagen, besar el vidrio que lo contiene, dejar aquello que cargan en sus hombros y en sus corazones a sus pies, sin contener la emoción, angustia, lágrimas, amor, esperanza y fe. Lucas Arguimbau actual párroco del Santuario San Cayetano, habla de una relación muy particular entre los fieles y el Santo Patrono del pan y del trabajo, “Los 7 de cada mes la gente se acerca, algunos hace cuarenta años que vienen, esperan horas, haciendo fila para poder verlo y hablar con él, es

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una relación de amistad, le piden y le agradecen”. En algunas familias incluso la fe marca sus destinos: Virginia Dib, colaboradora del Santuario desde hace años, y en especial del Servicio Social, expresa que siempre tuvo fe en San Cayetano porque lo tiene arraigado de familia: “mi abuela paterna era muy creyente de San Cayetano, tal es así que cuando le hicieron el documento, porque cuando llegó lo había perdido hacía

mucho tiempo, pidió que le pusieran como día de cumpleaños el 7 de agosto, emocionada agrega: “ella nos inspiró la fe”. Mons. Fernando Carlos Maletti, quien fue párroco del santuario San Cayetano, entre 1992

y 2001 expresó en su saludo del año pasado: “En los 10 años que estuve como párroco en el Santuario aprendí lo contundente del Evangelio y de la vida cristiana en el pobre, en el débil, en el necesitado, en el peregrino, en todo el arco de las realidades sociales. Aprendí que el Santuario de San Cayetano de Liniers es casa de todos, es el lugar que Dios y su pueblo eligieron para encontrarse, donde nadie queda afuera, donde todos estamos incluidos.” Esto se ve reflejado en la participación e importancia de todos al momento de organizar cada celebración, si bien los días siete de cada mes representan una gran caudal de peregrinos esperando acercarse al santo, en agosto este número se multiplica, personas que suelen acampar varias semanas antes, e incluso grupos de misioneros o fieles que llegan de distintas partes del país. Por esta razón hay grupo de coordinación de servidores, equipos de colaboradores voluntarios, que tienen en cuenta en qué lugar cada uno hace falta, con la intención de que todos puedan acompañar y asistir; hubo años en los que llegaron a inscribirse más de 2000 personas como servidores, y es


fundamental puesto que son 24 horas de servicios que hay que cubrir. Maletti, quien falleció en marzo de este año, nos deseaba “que el corazón de cada uno de ustedes, según los buenos ejemplos de San Cayetano, sea un corazón orante, fraterno y misionero, para que nutridos del amor de Dios podamos siempre llevar adelante una Iglesia

en salida, una Iglesia misionera, una Iglesia samaritana, como es precisamente la imagen del Santuario de San Cayetano de Liniers”. Amanda Micolucci, quien participa del Santuario hace más de sesenta años, cuenta: “colaboro junto a un equipo con todo lo relacionado al uso de la vía pública: cortes de calle, permisos, altar y audio de la calle, baños químicos, ornamentación, policía, mate cocido, etc.” Asegura que su fe en el Santo es de siempre, “amo su vida de cristiano ejemplar, su seguir a Cristo, su opción por los pobres” y enfatiza que el 7 de agosto “¡Es la Fiesta Grande! Esa fiesta que hacen los peregrinos fieles que saben que su santito los escucha”. Amanda resalta: “Cada día en el santua-

rio es algo especial, siempre es emocionante pararte a observar a los peregrinos, todo lo que traen sobre sus hombros, y también aunque tengan muchas necesidades, todo el mundo agradece y comparte”. Cayetano de Thiene falleció

el 7 de agosto del año 1547, dedicó su vida a ayudar a los desamparados y su trabajo y dedicación, lo convirtió en uno de los santos más respetados, venerados, cercanos y populares, tanto que el Santuario de San Cayetano es reconocido también como una oportunidad con la solidaridad, los fieles suelen

traer además de las tradicionales velas y flores, alimentos no precederos y ropa pensando en el frío, pero principalmente en compartir en las regiones más necesitadas del país. El Santuario cuenta con salones en los cuales se clasifica la ropa y se colocan los alimentos en cajas

para su mejor organización, los servidores también organizan este trabajo. Mónica Pérez, coordinadora de los servidores, asegura que llegó de casualidad al Santuario para bendecir unas cosas pero se fue quedando, su principal petición era que no falte el trabajo en su casa y a su vez agradecer el tenerlo, recuerda: “Le había prometido al Santo asistir a misa pero no los días siete, después de unos años comencé a ser una colectora de la misa de los domingos, luego pasé a ser la coordinadora de las colectas de los fines de semana y eventos, y un día nos pidieron ser servidoras los días festivos”, entre risas sostiene, “siempre es Él quien dispone”. Sus primeras tareas fueron las de hacer colecta y entregar estampitas, hasta

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convertirse en servidora de un sector, coordinando Cura Brochero que implicaba catequesis, estampas, colectas, y organizar el evento de los días siete y dirigir a quienes serían los servidores del santuario en ese sector. Explica: “Los turnos son cada dos horas pero la mayoría suele quedarse mucho más, de cuatro a seis horas, mi gran maestro fue el padre Eduardo Drabble quien me enseñó a ser coordinadora y trabajar de la mejor manera con los servidores”, resaltando una vez más la solidaridad y el tiempo compartido con los demás, es una fiesta compartida, al igual que la fe. El padre Alberto Carbone tiene 98 años y 68 como sacerdote, en referencia al Santuario de San Cayetano coincide en que la Parroquia se popularizó muchísimo, porque iba mucha gente. Recuerda de esos años (en la década del 70), “fui bastante tiempo confesor en el santuario, también iba todos los aniversarios y recuerdo un 7 de agosto, estando en la sacristía en San Cayetano, había muchísima gente, y había un grupo de sacerdotes que venían de Chile, recuerdo una frase que se dijeron uno el uno al otro, ‘cuánta gente, cuántos hombres’. Y eso lo he podido observar en otros mo-

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mentos en distintos lugares, donde el tema es el trabajo o las situaciones vivenciales hay mucha mayor frecuencia de varones y muchas familias”. También Carbone comenta que en esa época en que iba al Santuario cada semana, porque vivía en la Casa del Clero, el intercambio que se daba con los sacerdotes con los que hablaba de la diócesis, de la iglesia y de la vida general del país lo enriquecía “porque al final de cuentas uno se va confirmando en su vocación; porque si a uno le preguntan por qué es sacerdote con el tiempo va profundizando, afirmando la razón por la cual uno es sacerdote, que es difícil

saberlo porque es un misterio de fe indudablemente”. En línea con la celebración, Mónica Pérez explica: “El 7 de agosto es una festividad enorme, es ver al peregrino en un momento sagrado, cuando está delante y hablando con el Santo no se lo puede interrumpir, es lo más emocionante recibir a la gente que viene exclusivamente a ver a San Cayetano”. Por su parte Virginia Dib recuerda su experiencia y aclara: “Es el sentimiento de llegar a casa, esta-

mos cómodos, es una gran fiesta, la incesante llegada de las personas, las misas, oraciones en el campito, todo se trata de compartir, más que una celebración es un diálogo con los peregrinos y eso hace que sea muy natural y familiar”. Como Colaboradora, Mónica, destaca: “El trabajo es muy intenso, extenuante, meses antes ya se comienza a inscribir a los servidores, porque si bien están los servidores de siempre que son muchos y muy trabajadores, fieles, que hacen un trabajo increíble y son cumplidores, empezamos anotar aquellos que vienen solamente los siete y todos los años se vienen a anotar, y todos esperan esta fecha, especialmente este año, después de no haber podido celebrar a puertas abiertas por pandemia. Además agrega: “En agosto vuelvo a ser una de las coordinadoras, somos cuatro, y espero que este año, luego de ser coordinadora consigan un reemplazo, no porque no me guste sino porque también quiero volver a ser una servidora es otra responsabilidad, el padre Eduardo me decía ‘Moni tenés que disfrutar la fiesta’, y yo le respondía que yo disfrutaba el 8 cuando todo había salido bien y pudimos cumplir con los peregrinos que tanto sacrificio hacen, viniendo, haciendo esa fila y entregando su donación que es tan importante, es sagrada para nosotros”. Virginia resalta que los servidores están organizados en distintas tareas, las actividades propias de los días siete, como las de todo el año, estos días estamos todos a disposición para


colaborar, pero también están las áreas de catequesis, la liturgia, los servidores propios del día siete, y de los servidores, entre ellos los que están para misionar, normalmente los días pre pandemia los siete de agosto llegábamos a tener más de dos mil servidores. Por su parte el Padre Sebastián Sury, recuerda su paso por el Santuario como algo fundamental en su vida “Fui enviado al templo como diácono en el año 1992 y viví 4 años, uno de diácono y tres de sacerdote y sin duda marcó mi vida sacerdotal, de cristiano y de fe. No tengo más que agradecimiento,

buenos recuerdos y deuda para San Cayetano y toda su gente”. La fe se demuestra y se vive todos los días pero los siete son especiales, el siete de junio, día frío y lluvioso aún faltando dos meses para la Gran Fiesta, en el Santuario se podía ver la fila de peregrinos esperando entrar, entre ellos Alicia Silva quien contó: “Vengo a agradecer, siempre estoy pidiendo y teniendo presente a San Cayetano, ahora no suelo venir todos los siete pero siempre vengo a misa”. Virginia Dib recuerda del 2020 que cerraba el Servicio Social alrededor de las tres de la tarde y se iba al templo cuan-

do los peregrinos no podían entrar al Santuario, “luego con el tiempo, cuando nuevamente abrió sus puertas, el llanto de lo peregrinos por poder volver a entrar al templo a saludar al Santo era hermoso, una alegría. La emoción y el darte cuenta de la fe sencilla,

esa que nace del corazón, contemplarlo fue un gran regalo”. Elba Pujol, una señora con mirada tierna, muy abrigada, esperaba ansiosa entrar, y mientras estaba en la fila expresó: “Vengo siempre, desde el año ‘93, para mí es muy importante venir, porque siempre me sentí escuchada”. Reflejando este sentimiento

el padre Sebastián Sury expresa: “La fe de los peregrinos, el servicio que como Iglesia les debemos, la reparación que les debemos a tantos por haber sido mal atendidos en los sacramentos, en cuestiones de evangelización… los verdaderos milagros que Dios obra por medio de San Cayetano y de otros santos; la importancia trascendental del trabajo cotidiano en una familia, en una sociedad, y también el lugar en que los fieles nos ubican a los sacerdotes y nos enseñan a cumplir nuestra misión. Y muy especialmente el confesionario, otra inmensa escuela en la que somos testigos privilegiados de la gracia de Dios que obra en el corazón de la gente de un modo tan misterioso y maravilloso”. Virginia Dib expresa que los días siete son una fiesta, la cantidad de gente, el contacto con cada uno, los peregrinos vienen normalmente más a agradecer que a pedir, al menos esa fue la experiencia pre pandemia. “Que no nos falte el pan, la paz y el trabajo”, reza la oración del Santo que dedicó su vida a ayudar a quienes menos tenían y su devoción se esparció por el

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mundo. Virginia expresa que le pidió expresamente a finales del año ‘88 por la paz de su familia, para que su hermana volviera a tener salud, y una vez más San Cayetano la escuchó; y desde ese momento ella siente un compromiso muy personal con él, “si le devolvía la salud a ella yo siempre estaría para él, colaborando en lo que hiciera falta”. El Padre Martín Panatti asegura que su relación con San Cayetano se remonta a su infancia y adolescencia: “Vivía a tres cuadras. El jardín de infantes y la primaria los hice en el Inst. San Cayetano. Ver a personas haciendo largas filas para entrar al templo era algo que generaba curiosidad y asombro. Evidentemente era un fenóme-

tuve P. Bellone, P. Frassia. P. Maletti el valor y la importancia de consolar al Pueblo de Dios. San Cayetano es un lugar privilegiado de Dios.” Panatti quien primero estuvo

Aunque resalta que su mayor desafío como sacerdote fue confesar: “tengo que admitir que lo más grande fue el confesionario, la humildad pero al mismo tiempo conciencia para recono-

cer el pecado de las personas que venían a reconciliarse nunca más la viví. Eran y son seguros modelos”. El padre Gerardo Castellano, estuvo 14 años formando parte del Santuario, cinco años como vicario, acompañando al Mons. Maletti

no inexplicable. Cada 7 de mes el barrio se convertía en una gran Iglesia, Muchos jóvenes y muchos adultos. Personas que venían de todas partes del país”. Recuerda: “Era imposible que eso no conmoviera mi corazón de niño y adolescente. Dios me mostró en la entrega sacerdotal de los párrocos que

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como seminarista, en 2012 fue designado como sacerdote acompañando al P. Torres Carbonell. Destaca: “Fue un año privilegiado. Se cumplían los 100 años de la fundación de la parroquia, tuve el orgullo de organizar junto con la Comunidad la gran fiesta”

del 92 al 97 y en 2002 vuelve como párroco, nueve años hasta el 2011 Resalta: “Como sacerdote yo diría dos cosas, primero, como dijo una vez Bergoglio ‘la gente me hace más cura’; la gente tiene una profunda fe en


la intercesión del cura, que el cura trae la cercanía y la bendición de Dios. El 7 de agosto la fiesta siempre es con otros, comunitaria. Esa necesidad de la expresión comunitaria no quita para el peregrino su encuentro personal con Dios. Y si bien el cura representa lo sagrado, acerca a Dios y acerca su bendición, no van buscando palabras sino gestos de cercanía y de amor. Y esto es lo otro que pude aprender como cura, la oración que uno aprendió a hacerla de modo intelectual; el peregrino reza con su cuerpo, con su vida, reza cuando se arrodilla, cuando toca, cuando enciende una vela”. Castellano agrega: “Lo primero que mueve al peregrino es un agradecimiento, siempre lo expresan así, cuando les preguntas a que viniste te dicen a agradecer, agradecer por alguna intervención particular de San Cayetano en su vida, o en la vida de su familia, incluye también el pedido por las propias necesidades y tienen algo que es muy lindo que es la oración del peregrino que siempre abarca a todos, se pide por todos, que significa una conciencia muy fuerte de lo que es la oración, y lo que es la fe y lo que es la intercesión. Y el agradecimiento y la petición vienen

de una relación personal con San Cayetano, donde el santo empezó a formar parte de su vida

y forma definitivamente parte de su vida y de su familia”. Luego de dos años de no celebrar como siempre a causa de la pandemia, este año prometen volver abrir las puertas del Santuario, el párroco Lucas comenta que a raíz de la emergencia sanitaria el 2020 fue de modo virtual por el cuidado y la cuarentena estricta y el 2021 a pesar de la flexibilidad en cuanto a protocolos, la pandemia seguía presente por eso se hizo misa de forma híbrida: Se puso afuera la imagen del Santo, y si bien no podían tocarlo al menos podían acercarse; y también se transmitió la misa de forma virtual. Este año la Fiesta

volverá a vestirse de colores con la multitud, la celebración en comunidad, y el brillo de las velas encendidas compartiendo la fe como siempre y agradeciendo una vez más. Agradecer es sin duda la palabra que más se repitió con cada una de las personas con las que hablamos, pero principalmente los peregrinos y peregrinas que se acercaban a dejar su corazón a San Cayetano. Gracias, una simple palabra con una gran profundidad, y con mucho mas valor, y preeminencia, la gracia de la fe, esa fe sencilla vivida y expresada con el alma desde lo individual en una celebración compartida y en comunidad. Retomando las palabras del Padre Martín Panatti: “Bendito sea Dios que en San Cayetano de Liniers nos regaló un lugar de encuentro de Dios con su Pueblo”.

FM 107.1 Radio Pan y Trabajo @fmpanytrabajo Av. Rivadavia 413 Piso 5 CP Tel: 54-11-4342-3237

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Equipo de Conducción del Instituto San Cayetano

, o n a t e y a C n a S Colegio n u y d a d i na comun

u

Sin Dios, la patria deja de ser una casa para todos. (Card. Bergoglio 2012) San Cayetano es una de las devociones más populares que se encuentran en la Argentina, ligada al pedido y agradecimiento del pan, paz y trabajo en una realidad nacional cada vez más compleja. El barrio de Liniers recibe, todos los años para el 7 de agosto, desde la medianoche, a decenas de miles de peregrinos que habiendo realizado largas colas desean orar ante la imagen del Santo Patrono de la Providencia. Pero no fueron los inmigrantes italianos quienes trajeron la devoción a nuestro país sino María Antonia de San José, Mama Antula, una compatriota bien argentina. Ella, desde Santiago del Estero eligió a San Cayetano como patrono de su tarea evangelizadora ya que era el “Santo de la Providencia” y a él se encomendó siempre. Y san Cayetano le respondió con creces: a la Casa fundada por Mama Antula, en la Av. Independencia, nunca le faltó nada. Por eso la primera imagen del santo se veneró en la Santa Casa de 12

Ejercicios desde 1795. Luego de muchos años (1875) la Sra. Doña Mercedes Córdoba donará unos terrenos a la congregación de hermanas Hijas del Divino Salvador, quienes continúan con el carisma de Mama Antula. Allí levantan un colegio y una capilla con el nombre del Santo protector de su fundadora, San Cayetano. La zona de la capilla y los terrenos es el actual barrio de Liniers; por ese entonces lugar de quintas y campos. Con la declaración de Capital Federal a la Ciudad de Buenos Aires, su diagramación por medio de la General Paz hacía que, tanto la capilla como el colegio quedaran fuera de la zona capitalina. Por tal motivo en 1911 trasladan ambos lugares para que su localización fuera del lado capitalino. La primera capilla

de San Cayetano se ubicaba donde está, hoy día, el cementerio Israelita, donde era la casa de las Hermanas. Es así como las Hermanas fomentan la devoción al santo patrono de la Providencia con los habitantes del lugar, sobre todo en épocas de sequías para que los ayude y les bendiga sus tierras y su trabajo. El Santo responde y los lugareños comienzan a peregrinar pidiendo su bendición como “Patrono del Pan y el Trabajo”. Así nace y crece la devoción de San Cayetano todos los 7 de agosto; y el colegio, que lleva su nombre, no es ajeno a ello; por ello la escuela es la más antigua de la zona y está íntimamente ligada a los orígenes y al nombre del mismo barrio. Mama Antula, fiel al espíritu de San Ignacio de Loyola, toma el lema ignaciano que hoy día nos sigue inspirando la tarea formadora: “Todo por mayor gloria de Dios y el bien de las almas” (AMDG). Es así que, siendo contemplativos en la acción, buscamos, a través de toda nuestra propuesta educativa, la excelencia académica y humana


promoviendo un ambiente familiar donde cada persona se sienta valiosa en un espacio fraternal. En su ideario institucional, la formación para el mundo del trabajo desde una conciencia cívica, que hace patria para todos, se ve reflejado en el Ideario de la pedagogía Ignaciana. ¿Y qué quiere decir esto para nosotros educadores? el Paradigma Pedagógico Ignaciano es un proceso, consciente y dinámico, que se realiza en cinco etapas: • situar la realidad en su contexto, • experimentar vivencialmente, • la reflexión sobre la experiencia, • actuar consecuentemente y • evaluar la acción y el proceso seguido. Etapas que se presentan sucesivas, donde cada una de ellas se integra con las demás, de tal manera que se afectan e interactúan durante todo su desarrollo, respondiendo al modelo de aprendizaje de servicio. La relación del profesor acompañante y el estudiante es de confianza y res-

peto, además de los valores de comprensión, atención y consideración que dan calidad al contexto de aprendizaje. El estudiante va descubriendo desde su apertura al absoluto, la verdad por sí mismo. Con San Cayetano como Patrono y San Ignacio como

inspirador de su camino educativo, el Instituto de San Cayetano no es ajeno a este espíritu convocante de los argentinos. Desde el colegio cada 7 de agosto toda la comunidad participa, desde diferentes proyectos, en esta fiesta: desde servir y asistir a los peregrinos hasta organizar proyectos solidarios que impactan directamente en el

barrio mismo. Formar parte de una comunidad educativa con esta impronta de devoción popular, no solo es un desafío sino una esperanza. Cada alumno y alumna que la vida nos presenta con el desafío de acompañar su trayecto de formación, es un peregrino

sediento de Dios y una certeza de una reconstrucción nacional como hombres y mujeres, solidarios y responsables, insertos en la realidad con identidad propia y con un patrono que los bendecirá toda su vida y a través de ellos alcanzando su protección a muchos argentinos y argentinas.

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Entrevista a Gabriela Laschera y Pablo Felizia Radio Pan y trabajo

Una puerta más al

Radio Pan y Trabajo

o i r a u t n a s

Al Santuario de San Cayetano la gente entra por la puerta del medio, por la de un costadito o también por la puerta de la Radio. Para rezar, escuchar el Evangelio, la Misa del domingo o simplemente descansar un rato de la locura del día. Fue el 7 de agosto de 1994 cuando la radio nace en el Santuario de San Cayetano de Liniers de la mano de la revista Pan y Trabajo. Surge a partir del decreto que les da las concesiones a cinco radios de la Arquidiócesis; y una de esas licencias fue otorgada al Centro de Comunicación Pan y Trabajo. Ese año transmitió ese día y después llevó un tiempo equiparla. Gabriela y Pablo la llevan adelante desde hace muchos años, “entramos en el año 97, 98 donde se estaba dando el proceso para llegar a transmitir las 24hs”, recuerda Gabriela, “fue la pata radial de la revista y surgió con esa lógica de comunicar la realidad del Santuario. Una pastoral popular y cercana”. En los inicios de la radio la revista Pan y Trabajo llegaba a todo el país y tenía mucha aceptación, si bien el Santuario está en la ciudad de Buenos Aires la presencia del Santo está en numerosos santuarios en todo el país y la revista tenía ese espíritu, estaba vinculada con las diferentes realidades que se vivían en los diferentes santuarios, capillas y ermitas de San Cayetano;

después, con el tiempo se fue achicando la revista y creciendo la dimensión de la editorial, que también publicaba otras cosas. Tanto Gabriela como Pablo vivían muy cerca del Santuario, “yo soy locutora y una persona me invitó a participar”, comparte Gabriela “al principio era un rato por semana y después tuve la posibilidad de hacer un programa y estar más tiempo y así fueron pasando los años y me quedé”. Pablo por su parte también llega por su profesión “había empezado a estudiar operación de sonido, era parte de la comunidad y, como Gabi, empecé de a poco y después nunca me fui”.

¿Por qué eligieron quedarse? Gabi: Siento que no fue una elección mía sino que fue San Cayetano quien me pidió que haga esto, y así sin pensarlo se fue pasando el tiempo, siempre me sentí muy cómoda. Forma parte de mi identidad, de lo que quiero hacer, de lo que quiero contar. Pablo: Uno elige constantemente, pero a la vez se siente como elegido porque hacés

algo que te llena, que te completa y donde podés dar todo y brindar tu conocimiento para algo que realmente sirve. La decisión es para afirmar algo a lo cual uno fue elegido. Más que nada por el compromiso con lo que uno hace que va más allá de lo laboral. “El desafío, sobre todo para la radio es comunicar la pastoral del Santuario, la piedad popular, desde una realidad urbana”; coinciden ambos y Gabriela agrega “en eso nos diferenciábamos de la revista, y, si bien ahora con internet la radio se puede escuchar en cualquier lado, el área de transmisión por aire sigue siendo la misma y está arraigada en el Santuario; aunque nosotros ahora tenemos el estudio en el microcentro la planta transmisora sigue en Liniers como siempre y la identidad se mantiene”. La Radio Pan y Trabajo es 15


una radio de compañía, así fue pensada y así se mantiene en el tiempo. “Es una radio que no propone una alta participación del oyente, es abrir la puerta del Santuario a la casa de la gente a través de la radio”, comenta Gabriela, “de hecho un solo programa es en vivo; y es con la fiestas patronales cuando dimensionamos lo que representa la radio y cuanto quiere la gente a San Cayetano”. Pablo expresa que la propuesta es reflejar lo que es el Santuario a través del lenguaje radial. “Que las puertas siempre están abiertas. Y realmente sucede así, la gente llama y agradece por llevarle el Santuario, la palabra, una compañía. El Santuario es una casa donde hay lugar para todos”, afirma. “Hay mucha gente sola en la ciudad, gente de otra religión, o gente que no cree pero escucha la música y los mensajes que damos y se queda… gente que se alejó de la Iglesia pero recibe un mensaje que la invita a volver. Para muchos, somos una compañía diaria. Y con el tiempo se ven los frutos”, comparte Gabriela y en relación a la fiesta del 7 de agosto, que ya se viene acercando ambos coinciden que es un 16

tiempo muy intenso y gratificante. Todos los años, en el Santuario antes y ahora en los estudios que comparten con

Orbe21, para el 7 de agosto tienen la presencia del Arzobispo, recuerda Gabriela que “en su momento era Bergoglio quien sentaba en la mesa, compartía con los peregrinos y luego lo hacía por la radio,

y con el Cardenal Poli vivimos lo mismo”. Desde hace ya un tiempo ambos trabajan con el padre Lucas que es el actual párroco, desde el 2021, y con las otras áreas de la comunicación del Santuario que mane-

jan las redes y las personas que organizan las actividades de la fiesta. “Nos reunimos y vemos las necesidades, las prioridades y vamos trabajando todo el año, si bien estamos lejos geográficamente pero en lo cotidiano estamos cerca”. Pablo, agrega que “el contacto con los sacerdotes es una vía de comunicación que nos mantiene cercanos” El 7 de agosto del 2020 Gabriela estuvo transmitiendo desde el Santuario, un Santuario vacío y cerrado, si bien el Servicio Social siguió funcionando durante la pandemia y fue importantísimo porque las viandas se multiplicaron para dar respuesta a la necesidad de tanta gente, y también se multiplicó la providencia de San Cayetano con la ayuda que llegó durante todo ese tiempo. El año pasado el 7 de agosto el Santuario estuvo abierto pero no se podía entrar, fue todo afuera, y hubo menos presencia de gente. Desde Pan y Trabajo cubren la novena como todos los años y la fiesta del 7 de agosto. “Este año va a ser el año del reencuentro, una gran alegría y fiesta”, concluyen con entusiasmo.


María Mercedes Benites Secretaria Parroquial del Santuario San Cayetano Arquidiócesis de Corrientes.

Un largo

peregrinar en la fe Santuario de San Cayetano de Corrientes Nuestra Parroquia/Santuario de San Cayetano está ubicada en la provincia de Corrientes, departamento Capital en la localidad homónima, a 22km del centro de la Ciudad y cuya población aproximada es de 1200 habitantes. Es una comunidad nacida un 16 de junio del año 1934, fecha en que está registrada la primer Eucaristía celebrada por el sacerdote Gil Aranda Alfonso cura teniente; más tarde ya en un lugar propio se comenzó la construcción de su Capilla en el año 1937, alentada por el Padre Isidro Blanco Vega quien continuó acompañando a la nueva comunidad; el edificio aún conserva algunos elementos o rasgos característicos de su forma arquitectónica original de fachada y campanario. El 7 de agosto de 1939 se traslada la imagen que aún hoy se conserva, traída en procesión desde la Parroquia de la Santísima Cruz de los Milagros, a la cual pertenecía en ese entonces, bendecida por el Sacerdote Secundino Roubineau y entronizándose al Patrono del Pan y del Trabajo, celebrando la primer Misa el Padre Blanco y contando con la presencia de los vecinos del lugar. Ya en el año 1963 un 8 de

septiembre Natividad de Santa María Virgen, por medio de un decreto del Arzobispo de Corrientes en aquel entonces, Mons. Francisco Vicentín, quien crea la Parroquia de San Cayetano marcando los límites de su jurisdicción y donde asume como primer párroco el padre Adrián Sosa. Trasladándonos ya a este siglo, un 7 de agosto del año 2007, recibe el título de Santuario Diocesano a través de un decreto del Arzobispo hoy Emérito Mons. Domingo Salvador Castagna, quien anuncia públicamente durante la celebración central que presidía, nombrándose además al Párroco en ese momento

Pbro. Raúl A. Alcorta como su primer Rector. Como Santuario está próximo a cumplir 15 jóvenes años, pero que hasta la fecha lleva un largo peregrinar de fe. Si nos detenemos a pensar y a analizar observamos, a través de las historias de cada peregrino y sus intensiones de donde nace y se hace fuerte la devoción a San Cayetano. Tengamos en cuenta la historia de nuestro país, las diferentes crisis por las que fue pasando, muy parecido quizás a la época convulsionada en la que el Santo vivió, vemos como confió y se abandonó siempre a la providencia divina lo que lo vincula estrechamente a los pobres porque vivió como un pobre más, se entregó por entero a Dios y a los demás en cada una de sus obras. Dignificó al hombre a través del trabajo y ello se trasladó necesariamente a la dimensión de la familia en su sostenimiento diario. Vemos en cada persona que se acerca no solo al que pide, sino al que agradece su eficaz intercesión ante la necesidad que se le presenta, salud, trabajo, el pan de cada día. El rostro, la mirada agradecida o suplicante en la oración personal, observamos como depositan en Él el pedido y cada uno que se acerca 17


no es la misma persona que retorna a su hogar sino que lleva de regreso la serenidad, con la certeza y la confianza de que es escuchado, de que es atendido. ¿Cómo se vive cada 7 de agosto la celebración de San Cayetano? En realidad, tendríamos que decir que vivimos ya el clima de Fiesta desde el tiempo de Novena cada año, con dedicación las distintas pastorales preparan el Novenario con el cual se reza. Los servidores recibimos a muchos peregrinos y promeseros que en algún momento residieron en el lugar y que hoy viven en distintos puntos del país, como así de distintos puntos de la provincia siempre bien predisp ues tos en la acogida de los visitantes y atentos a sus distintas necesidades. La jornada general18

mente se inicia con la serenata y celebración de la medianoche, para recibir su día y ante la concurrencia de fieles que llenan el parque lateral del predio, donde se realiza y se recibe a la imagen que se abre paso entre la multitud que se estima en aproximadamente mas cinco mil personas. Luego de ello se descansa y se inicia desde las 6,30 el rezo del rosario, celebraciones de Misa a lo largo del día, procesión alrededor de la manzana que ocupa el Santuario y misa central, confesiones y se ofrece un festival folclórico con presencia de conjuntos tradicionales de música de chamamé y comidas típicas. Es constante el movimiento en la jornada del día 7, trabajando incansablemente los cocineros, santería, limpieza, liturgia, etc. haciendo hincapié en que el peregrino se sienta en su casa y pueda vi-

vir confortablemente la experiencia de su encuentro con Dios. Mientras ello acontece en el interior del templo se encuentra la imagen custodiada por los Scouts diocesanos y servidores donde se acercan las personas de manera ordenada para saludarlo y tomar la gracia ya sea acariciando con las espigas o estampas que luego llevaran a sus familias. La imagen a diferencia de otros lugares no está resguardada detrás de un vidrio y la cantidad de personas que pasan por allí llegan hasta casi dos cuadras. Este año estamos con la expectativa de recibir nuevamente el caudal de personas previo a la pandemia y nos preparamos para retomar ese ritmo. Durante dos años la fiesta estuvo reservada a la gente propia del pueblo, decimos que ese tiempo vivimos como más nuestro a San Cayetano. La idea es de festejar como en 2019, ofreciendo el mismo programa de actividades, junto con la peregrinación de los Trabajadores que se vio suspendida. Esperamos contar nuevamente con la presencia de toda la Arquidiócesis en sus movimientos y distintas pastorales. Sobre todo con la alegría en el Servicio de cada persona que está allí en el Santuario esperando a recibirlos.


Texto: Lucas Pedró Secretario de Cultos UTEP.

Economía Popular y

o n a t e y a c n a s

“Tímidamente los hombres llevando sombrero en mano se inclinan mordiendo un ruego llegando al viejo Santuario. Las mujeres y los niños en corrillos apretados se persignan y le rezan su amor a San Cayetano.” Como muy bien describe el querido Peteco Carabajal, cada 7 de agosto el Santuario de Liniers se viste de fiesta y religiosidad popular. Las calles se llenan de personas que piden y agradecen, que se congregan, que cantan y que rezan. Cada 7 de agosto es un día de esperanza, de dignidad, de lucha y alegría. Un día donde nos miramos y reconocemos como trabajadores y trabajadoras; un día donde el pueblo de Dios marcha y peregrina hasta la casa de San Cayetano. El Santuario de San Cayetano sabe ser anfitrión de masivas jornadas de fe y lucha. Fue allí, durante el año 1981, la CGT encabezada por Saul Ubaldini, realizó la primera movilización popular contra la dictadura. En aquella oportunidad se congregaron más de diez mil trabajadores en una misa al aire libre mientras comenzaba a escucharse un canto que entonaba: “se

va a acabar, se va acabar la dictadura militar”. Esta movilización fue el comienzo del fin para los años más oscuros de la historia argentina. A partir del 2001, tras el fracaso de las políticas económicas neoliberales, comienza a emerger un nuevo sujeto social: las trabajadoras y trabajadores de la economía popular. El sistema económico de los últimos cincuenta años tiene incapacidad para generar trabajo registrado y en plenitud de derechos. Basta con observar la cantidad de puestos registrados en 1970 para descubrir que es aproximadamente la misma que en nuestros días, aun habiendo duplicado la población. Algunas causas de este fenómeno podemos encontrarlas en la financiarización del modelo económico, así como también en la automatización de la producción.

Frente a esta realidad la economía popular comienza a organizarse e inventar su trabajo. Entre algunas ramas de la economía popular podemos encontrar el trabajo sociocomunitario, feriantes y artesanos, infraestructura social, el saneamiento ambiental, recolección y reciclado, agricultura familiar, entre otras. El Papa Francisco llamó a este sujeto “Poetas Sociales’’. La religiosidad popular siempre se manifiesta en el seno de nuestro pueblo, y fue en Liniers un 7 de agosto donde las organizaciones de trabajadores y trabajadoras de la economía popular decidieron peregrinar hasta plaza de mayo agradeciendo y pidiendo por trabajo. Como había ocurrido en a fines de la dictadura, y de una manera 19


mucho más masiva, ya es costumbre que en cada fiesta de San Cayetano la UTEP (Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular) realice la peregrinación por Paz, Pan Techo, Tierra y Trabajo desde el Santuario de Liniers con destino a Plaza de Mayo. Con la mística y alegría que caracterizan la peregrinación, la UTEP se convierte a partir de 2016 en un nuevo actor de la realidad. Miles de excluidos, que se organizan en comunidad para inventar su trabajo y salir adelante, se manifiestan uniendo en esta jornada la fe y el trabajo. En cada peregrinación se hacen presentes también ideas y propuestas sobre políticas públicas que acompañen el desarrollo del sector. Para comprender la economía popular hay que mirarla de cerca, visitar una cooperativa,

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un espacio de primera infancia o compartir un guiso en algún comedor. Muchas veces se intenta observar este fenómeno con los anteojos del siglo XX y oímos la muletilla de que hay que convertir la economía popular en “empleo genuino”. Frente a esto hacemos la invitación de repensar el mundo del trabajo y la empleabilidad. Según las cifras de la pandemia, nueve millones de argentinos y argentinas aplicaron para el programa de ingreso de emergencia familiar (IFE). Nueve millones de personas que no tienen un empleo registrado y que trabajan sin el derecho a

un salario digno, obra social y aportes jubilatorios. La economía popular es el trabajo que el sector público y privado no supieron o quisieron crear. Creemos humildemente que es la alternativa para que todos los argentinos y argentinas podamos vivir con dignidad. Falta mucho trabajo por organizar y aún muchos derechos por conquistar; es por eso que entendemos fundamental acompañar este proceso con decisión para lograr los ansiados derechos sagrados de Techo, Tierra y Trabajo para todos y para todas.


Gustavo García, comunicador y docente. Unión de Clubes Parroquiales

La hora de la

Cuando las historias se repiten, cuando tienen el mismo gusto, las mismas lágrimas y las sonrisas… ya no estamos en soledad. Cuando un sueño, un anhelo, es parecido a muchos otros y se va calcando en diferentes almohadas… hay una persona que se hace familia. Y si ese anhelo, esa historia, crece y se multiplica, esa familia se hace comunidad. La comunidad organizada es un sueño que comenzó hace más de dos mil años y que hoy más que nunca pervive en el corazón de nuestros barrios, de nuestras familias, de cada padre y madre que quieren un futuro mejor para sus hijos e hijas. ¿O podemos decir que ese no es el sueño de todas las almas que habitan nuestros clubes? Cuando la comunidad se organiza alrededor de “una fe activa en el amor”, todo se empieza a transformar y a llenarse de color y de vida. Si el amor desaparece, toda comunidad se divide, se posterga y sufre o desaparece. Si una familia queda sola, sin una comunidad que la sostenga, debe afrontar las más duras batallas, batallas que muchas veces también las rompen, las destruyen y les dan el peor de los sufrimiento. Y ahí, en ese mismo tiempo donde esto sucede, el dolor y la desilusión llegan al corazón de las personas. No es difícil encontrar esa desilusión y ese dolor en nuestros barrios. Cuantos herma-

comunidad Formación para referentes deportivos Unión de Clubes Parroquiales

las familias que más sufren como quienes pertenecen a las familias anfitrionas se encuentran en nuestras parroquias para hacer un barrio mejor. De ese encuentro nace el mundo que soñamos. Nadie solo, nadie afuera, todo el mundo adentro.

Nacer en la necesidad de ser protagonistas.

nos y hermanas que vagan a la deriva, en soledad, viendo a un mundo que les da la espalda diciendo que los méritos, los premios, los abrazos, las victorias y fracasos son cuestiones individuales. Una sola contra el mundo. Uno solo contra la montaña. La obligación de nuestras parroquias es salir a buscar a las personas rotas, a las familias que sufren, a la comunidad que se ha dividido. Y si el Hogar de Cristo va a buscar a los hermanos y hermanas que se perdieron en el camino por sufrir una soledad inmensa ante la injusticia, los Clubes Parroquiales son los que se construyen para unir a la comunidad primero y brindarles una oportunidad de vida mejor a los chicos y chicas que están en nuestros barrios. Tanto

“Padre, ¿sabe una cosa? Nuestros hijos son espectadores de la diversión de los demás. Ellos se la pasan mirando como los demás chicos y chicas se divierten en los clubes que están cerca de la villa. Son espectadores, no tienen un club para divertirse”. La frase esta es real, se la dijo una vecina a un sacerdote y es parte del inicio de uno de nuestros clubes. Hace años, los curas villeros entendieron que, para que el barrio sea un lugar de oportunidades, lo primero que tenían que hacer era abrazar y acompañar a las infancias y a las juventudes en cada capilla. Primero fueron jardines, movimientos de exploradores o juveniles, clases de apoyo escolar, talleres de música. Todo era puesto en marcha para ver cómo se podían encontrar propuestas que alegraran el presente y construyeran el futuro.

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Estas propuestas siempre fueron recibidas por la comunidad con entusiasmo, como demostrando que por fin había una respuesta para una necesidad. De alguna manera, los curas hacían realidad la frase del Papa Francisco que dice que un pastor “a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo —el pastor debe ir a veces adelante—, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados”. Y de esas propuestas, las capillas fueron por más. Se dieron cuenta que, si acompañaban un poco y ganaban tanto más tiempo de hermandad, daría mejores resultados. Acompañar y acompañar. Ir por más y volver a ir por más. Fue así que nacieron los Clubes, la propuesta de acompañar otros horarios, otros momentos de la comunidad. Y con la llegada de las escuelas se cerraba esa tríada que hoy conocemos como Capilla, Colegio y Club. Las Tres C muestran entonces donde se encuentra el sujeto de la comunidad. Donde está el protagonista, donde está la figura en donde depositamos el sueño y las ganas de ir por más: en la infancia y la juventud.

Los clubes de la unidad La comunidad se organiza de manera cristiana alrededor de los más débiles: Capilla, Colegio y Club antes de la tragedia construyen un nuevo presente y un futuro mejor; los Hogares de Cristo y sus centros barriales dan lugar y cobijo para que las almas más lastimadas puedan levantarse y mostrar que todo es posible.

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Si nos rebela esa frase de nuestra vecina que decía “nuestros hijos son espectadores de la diversión de los demás” y la sentimos cerca de los colores de nuestra camiseta. Si entendemos que la infancia y la juventud son el lugar para sembrar vida en abundancia. Si todo eso pasa, es porque nuestros clubes tienen dos cosas en común: la historia y la figura de quienes queremos que sean los protagonistas. Y esa organización ya no es sólo un lugar para “sacar a los chicos de la calle” o “dar oportunidades”. El club se va transformando en un lugar que es parte de nuestra vida, que nos da la alegría de estar juntos, de

necesidad, otros se van organizando y demostrando capacidad de crecimiento. Pero ¿qué pasa si esa comunidad nacienteno se organiza? Tal vez todo quede ahí, en pequeño, un tiempo y lugar determinados, en un tiempo de felicidad que puede caer en el olvido. Tal vez, la organización de la comunidad es entonces el tiempo de encuentro que nos tenemos que dar para darle fuerza institucional y duradera a nuestros Clubes, de sentar las bases de los principios de amor y fraternidad que nunca deben perderse, de comprometernos a siempre entender que el equipo es más que un jugador… y que un jugador, por más bien

saber que el fin de semana estaremos viendo a nuestras hijas jugando al fútbol, a nuestros hijos tocando la guitarra, a la niñez del barrio corriendo y gozando la vida. Y ahí nos juntaremos a compartir mates y sueños, a tejer gorros y uniformes, a coser camisetas y banderas. El club será una de las casas de la comunidad, que ya definitivamente se organiza para sí misma. Muchos de nuestros Clubes están naciendo al calor de la

que juegue, no podrá ser feliz si su equipo no da lo mejor. Como dice la oración, queremos ganar “el partido de la vida” para “vivir y construir comunidad como lo hizo Jesús”. En los talleres que estamos organizando buscamos ese tiempo en el que podamos pensar cómo organizar a esta comunidad para que nunca deje de dar frutos. Porque hasta que no haya justicia social, seremos siempre “el club de quienes no tienen club”.


María Elena Acosta Familia Grande del Hogar de Cristo

ia il m a F la e d s o ñ a 5 1 Hacia los

o t s i r C e d r a g o H l e d e d Gran

ros Barriales por los nt Ce s tro es nu a n já Lu de en Peregrinación de la Virg ntificado del Papa Francisco po de os añ 10 los y HC FG la 15 años de En marzo del 2023 cumplimos quince años como Familia Grande Hogar de Cristo, y es con un espíritu de fiesta agradecida que estamos organizando esta Peregrinación de la Virgen de Luján a nuestros Centros Barriales de nuestra Argentina; desde el 7 de agosto hasta el 30 de septiembre recorrerá la región AMBA, y con la Peregrinación Juvenil a Luján se empezará a recorrer el interior del país hasta marzo 2023 para terminar en la gran fiesta de los diez años del pontificado del Papa Francisco el 13 de marzo en Luján. Los quince años del los Hogares de Cristo nos convocan y la fe nos enlaza, nos teje, nos encuentra y peregrinamos por los rotos o descartados junto a misioneros que fortalecerán las comunidades. ¿Por qué peregrinar? Porque la peregrinación es un acto dinámico en el que la marcha no solo nos hermana sino que nos lleva hacia los lugares sagrados de la cultura popular. Y en los Hogares de Cristo ya estamos en marcha hacia el encuentro de los corazones que sufren, lugares sagrados si los hay. Frente a ellos nos arrodillamos, los escuchamos, los abrazamos, guardamos silencio.

Vamos a ir de ciudad en ciudad, de Centro Barrial en Centro Barrial con una réplica de la imagen de la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina y con la Cruz del Hogar de Cristo.

Trabajaremos y acompañaremos por la liberación de la esclavitud de nuestro pueblo ante las adicciones. Renovando la mística: nacimos como Hogares de Cristo un Jueves Santo del 2008, en aquel lavatorio de pies en el que el cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco, nos mostró con gestos cuál era el camino: el del servicio con humildad y alegría. “Recibiendo la vida como viene” y el “cuerpo a cuerpo”.

Con esta Peregrinación Nacional histórica renovamos la mística de ser misioneros itinerantes en salida permanente para acompañar el tema de las adicciones. La Iglesia en los barrios. Estamos despacito soñando también con el tiempo de pospandemia y en ese tiempo seguir siendo mensajeros de esperanza. Proyectamos continuar promoviendo la presencia de la Iglesia en los Barrios Populares desde nuestra mirada de las “3C”: CapillaColegio-Club. Pasando desde las “3C” de la muerte a la que lleva la droga (calle-cementerio-cárcel) a las “3C” de la vida. De la muerte a la vida en cada lugar. Recorreremos todas las provincias del país y pondremos la vida como viene al frente, para cuidarla del principio al fin. Será un tiempo de travesía por los Hogares de Cristo, nos reencontrará cuerpo a cuerpo con la vida de nuestros hermanas y hermanos. En barrios o villas de nuestra Argentina, la Iglesia estará presente desarrollando comunidad con Capilla- Colegio-Club. Bajo el lema “María, Madre Nuestra que visita y abraza”.

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Oración de la peregrinación

“María, Madre Nuestra, que visita y abraza” María, Madre nuestra, aquí estamos peregrinando, porque con tu abrazo somos impulsados a ir al encuentro de todos los Hogares de Cristo del país. Con tu abrazo somos alentados a recibir la vida como viene nos convoca a salir, para abrazar y dejarnos abrazar, y así crecer juntos en comunidad. María, Madre nuestra, tu visita en cada pueblo y ciudad nos hace arder el corazón porque en cada encuentro todos nos enriquecemos. Lo hemos aprendido de Jesús, tu hijo, nuestro hermano y maestro, gracias a Él nos reconocemos hijas e hijos amados por Dios, esa es nuestra dignidad.

María, Madre nuestra conoces los dolores, las injusticias, las luchas y las esperanzas de nuestra patria. Con vos decimos: Ni un pibe menos por la droga. Danos coraje, creatividad y ternura para sumar nuestras manos en la construcción de un mundo más humano,

Staff . director . Adrián Pablo Bennardis . asesor . Gustavo Carrara . secretaria de redacción . Florencia Laje . colaboradores . Claudia Cabrera . agradecemos la colaboración de . Fernando Maletti Jorge Martín Torres Carbonell Sebastián Sury Gerardo Castellano Lucas Arguimbau Alberto Carbone Martín Panatti Virginia Dib Amanda Micolucci Mónica Sabugueiro Elba Pujol Alicia Silva María Mercedes Benites Gabriela Laschera Pablo Felizia María Elena Acosta Gustavo García Lucas Pedró . propietario . Arzobispado de Bs. As. Av. Escalada 2858 - Capital cadenya@pastoralfamiliar.org.ar www.pastoralfamiliar.org.ar En caso de reproducción total o parcial de las notas que aparecen en esta revista, citar la fuente. Registro de la propiedad Intelectual N° 5164821 Queda hecho el depósito que dicta la ley N°11.723. . diseño gráfico . Florencia Laje

Jesús nos enseña a lavarnos los pies unos a otros, para decirnos: Vos sos importante y así poder seguir aprendiendo a hacernos hermanas y hermanos, siendo Iglesia fraterna y solidaria, desde los marginados.

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donde todos tengamos tierra, techo y trabajo. María, Madre nuestra, enséñanos a recibir el Espíritu, confiando que podemos nacer de nuevo, dando lo mejor de nosotros cada día, para que haya vida, pero vida en abundancia.

. impresión . Gráfica Pittelli Chivilcoy -Prov. de Bs. As.



transformar la mirada y el

corazón

Comunicarnos busca ser espejo de tantas realidades injustas de las que son víctimas nuestros niños, niñas y adolescentes. Deseamos hacernos eco de la presencia de la Iglesia comprometida con transformar la mirada y el corazón, una Iglesia que es familia y abraza amorosamente a todos sus hijos.

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