Catequistas: servidores de la Palabra en nuestras comunidades

Page 1

REVISTA BIMESTRAL - AÑO 21 - Nº 184 - JULIO - AGOSTO 2021 - COSTO $100

Declarada de Interés Social por la Legislatura - Cdad. Bs. As.

SUP

EL CLLEMENTO D EP UB D E MI ORTIVO BARR IO

Con la Colección “Curar el mundo” - Mensaje del Santo Padre Francisco V Jornada Mundial de los Pobres.



Editorial

Sumario .1.

Catequesis kerigmática y mistagógica.

.2.

Catequistas: servidores de la Palabra en la comunidad.

.4.

Los clubes parroquiales nacieron para cuidar la vida.

.7.

Catequesis del buen pastor.

.9.

La propuesta sinodal del papa Francisco.

. 11 .

¿Cómo es una catequesis escolar?

. 13 .

Dejarte mirar por Jesús.

. 15 .

Llamados a ser y hacer discípulos.

. 18 .

Feminismo Popular: Fe, Valores y trabajo colectivo.

. 20 .

En tiempos difíciles, compartamos más.

. 22 .

Carlos Mugica sigue cantando en la voz de los Curas Villeros

Esta edición va acompañada de la 22va entrega del Suplemento Deportivo EL CLUB DE MI BARRIO y la quinta entrega de CURAR EL MUNDO

a ic t á m ig r e k is s e u q e t a C y mistagógica

El 10 de mayo, El Papa Francisco nos regaló la Carta ANTIQUUM MINISTERIUM, que comienza así: “El ministerio de Catequista en la Iglesia es muy antiguo.” (Nº 1) Y en esta carta, por iniciativa propia, instituye oficialmente el Ministerio del Catequista. Es así que: “recibir un ministerio laical como el de Catequista da mayor énfasis al compromiso misionero propio de cada bautizado, que en todo caso debe llevarse a cabo de forma plenamente secular sin caer en ninguna expresión de clericalización.” (Nº 7) La catequesis es muy importante en la vida de nuestras comunidades, por eso este número de la revista lo tiene como tema central. El tratar acerca de la catequesis, nos da la oportunidad de volver a releer la Exhortación Evangelli Gaudium, que como quiso Francisco, es un documento programático para la pastoral de este tiempo (Cf. EG 25). En el capítulo tercero en el marco del anuncio del Evangelio, se plantea la evangelización como profundización del Kerigma y es allí que aparece la propuesta de una catequesis kerigmática y mistagógica. Leamos entonces algunos párrafos: “En la catequesis tiene un rol fundamental el primer anuncio o «kerygma», que debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial. El kerygma es trinitario. Es el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre. En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte»… No hay que pensar que en la catequesis el kerygma es abandonado en pos de una formación supuestamente más «sólida». Nada hay más sólido, más profundo, más seguro, más denso y más sabio que ese anuncio. Toda formación cristiana es ante todo la profundización del kerygma que se

va haciendo carne cada vez más y mejor, que nunca deja de iluminar la tarea catequística, y que permite comprender adecuadamente el sentido de cualquier tema que se desarrolle en la catequesis. Es el anuncio que responde al anhelo de infinito que hay en todo corazón humano.” (EG 164-165) La catequesis principalmente debe llevar al encuentro con la persona de Jesucristo, y el catecúmeno de alguna manera, de acuerdo a su edad debe confesar: “Vivo en la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí” (Gal 2,20) Tiene que tener experiencia de saberse amado y salvado por Jesucristo. A su vez Francisco señala que: “Otra característica de la catequesis… es la de una iniciación mistagógica, que significa básicamente dos cosas: la necesaria progresividad de la experiencia formativa donde interviene toda la comunidad y una renovada valoración de los signos litúrgicos de la iniciación cristiana… El encuentro catequístico es un anuncio de la Palabra y está centrado en ella, pero siempre necesita una adecuada ambientación y una atractiva motivación, el uso de símbolos elocuentes… Es bueno que toda catequesis preste una especial atención al «camino de la belleza». Anunciar a Cristo significa mostrar que creer en Él y seguirlo no es sólo algo verdadero y justo, sino también bello, capaz de colmar la vida de un nuevo resplandor y de un gozo profundo, aun en medio de las pruebas. En esta línea, todas las expresiones de verdadera belleza pueden ser reconocidas como un sendero que ayuda a encontrarse con el Señor Jesús. (EG 166167) Una catequesis mistagógica centrada en la Palabra y que siga el camino de la belleza, puede suscitar en el catecúmeno adulto la pregunta: “¿Qué belleza salvará al mundo?” Y acompañarlo en el camino que lo lleve a responder en su comunidad de fe: “Cristo, no hay otra belleza en el mundo que pueda salvarlo, sino nuestro Señor Jesucristo” (F. Dostoyesvski) Padre Gustavo Carrara. Obispo auxiliar de Buenos Aires. Vicario para la Pastoral de las Villas CABA.

1


Monseñor Gabriel Mestre Obispo de Mar del Plata

s e r o d i v r e s : s Catequista la comunidad

de la Palabra en

comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis (nº 8). Todo un programa de vida que ya realizan nuestros queridos catequistas y que ahora es distinguido especialmente con la institución de este ministerio laical. Dentro de las muchas apreciaciones y puntos que el Papa analiza y propone, quiero concentrarme en dos para compartir con ustedes: 1) el catequista y la Palabra; 2) el catequista y la comunidad.

Muchos catequistas capaces y constantes están al frente de comunidades en diversas regiones y desempeñan una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe. Francisco, Antiquum Ministerium nº3. El Papa Francisco siempre nos sorprende. A veces con “cosas nuevas” y, otras veces, renovando algunas antiguas. En este caso, quiero detenerme, en la hermosa vocación del catequista. El Santo Padre el 10 de mayo de este año nos ha regalado una “Carta Apostólica” llamada en latín Antiquum Ministerium (“Antiguo ministerio”),

donde, justamente busca revalorizar el tan fecundo e importante servicio de los catequistas, como desde antiguo lo ha hecho siempre la Iglesia.

2

No se trata de un documento largo. Tiene solo 11 puntos y 20 párrafos. Sin embargo, tiene mucho contenido condensado. El centro está en la institución laical del ministerio del catequista donde Francisco propone para esta hermosa vocación a hombres y mujeres de profunda fe y madurez

El catequista y la Palabra

humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser

La importancia que Francisco le da a la Palabra de Dios y la vida del catequista queda reflejada, en primer lugar, a la luz de los textos bíblicos que se citan y se comentan. En la primera parte, en la fundamentación sobre la necesidad y centralidad del ministerio catequístico desde los inicios de la Iglesia, insistirá particularmente en algunos pasajes que vale la pena releer y meditar siempre: 1Co 12,4-11.28-31; Lc 1,3-4 y Gal 6,6 (nº 1-2). En segundo lugar, es interesante constatar que el Papa invita al catequista a una formación integral donde destaca la preparación bíblica como uno de los elementos esenciales (cf. nº 8). Del conocimiento y, sobre todo


de la oración con la Palabra de Dios, brotarán los mejores impulsos de cada catequista para que sea un entusiasta comunicador de la fe en el primer anuncio, en el kerigma y en la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo (nº 6). Es el encuentro con Cristo que es la Palabra, donde realmente se va a transformar la mirada y el corazón. Así la vida del catequista será fecunda y será un verdadero comunicador de la fe para transformar para bien la vida de sus hermanos. Desde Cristo que es Palabra, el catequista se abre a

todos sin distinción, mirando de manera particular a los pobres, débiles y sufrientes. Atendiendo y buscando siempre a los más marginados, a los que están en las periferias geográficas e existenciales de la historia.

El catequista y la comunidad En el ministerio del catequista es central la vida de la comunidad. Son varias las expresiones de Francisco que van en esta línea en el documento: ...una diaconía indispensable para la comunidad (nº 2); …muchos catequistas capaces y constantes están al frente de comunidades (nº 3); …el desarrollo de la comunidad

cristiana (nº 4); …estar llamado a realizar la propia misión en la comunidad (nº 5); …participación directa en la vida de la comunidad (nº 6); …con arraigado sentido de comunidad (nº 7); …que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana (nº 8); …para el crecimiento de la propia comunidad (nº 11). Además, el Papa pone como fundamento de este tema el modelo de las primeras comunidades cristianas cuyos relatos los tenemos en varios textos del Nuevo Testamento. De la totalidad de los datos podemos descubrir que no se puede entender a un catequista sino es salido “de” la comunidad, si no está en vínculo “con” la comunidad, si no trabaja “en” la

comunidad y si no está sirviendo “a” la comunidad. Quiero resaltar las cuatro preposiciones que conectan al catequista con la comunidad: “de”, “con”, “en” y “a”. La comunidad no es un accesorio de la vida del catequista sino que es parte de su identidad, tiene que ver con ser Iglesia, ser familia, ser Pueblo de Dios. Dentro de la comunidad, se generará el camino de la formación permanente del discípulo misionero, y se pondrá particular empeño en la iniciación cristiana para niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos que busquen encontrar en Cristo la vida en abundancia (cf. Jn 10,10). Para concluir, simple y profundamente, damos gracias a Dios por nuestros catequistas que son comunicadores atentos de la verdad de la fe (nº 8), desde Cristo, en la Iglesia y para todas las personas sin distinción. Que siempre podamos valorar su hermosa vocación ahora distinguida por el Papa Francisco como ministerio laical instituido. ¡Gracias queridos catequistas por comunicarnos la vida de Cristo que es Palabra! ¡Gracias queridos catequistas por ser verdaderos servidores de la comunidad!

3


Comisión de Niñez y Adolescencia

Los CLUBES parroquiales

nacieron para cuidar l a

vida

Primerear para acercar. Acercar para atraer. Atraer para acompañar.

(o reinscripciones) flexibles, con indumentaria sumamente económica o incluso gratuita para quienes no pueden pagarla. Con propuestas deportivas inclusivas, para que todos encuentren un lugar para participar, aportar a su equipo y sentirse parte. No surgen de una idea o de un deseo, sino del trabajo en el territorio, impulsados por la misma comunidad que se orga-

Los clubes parroquiales que han nacido en los últimos años en las villas y barrios populares, tanto del AMBA como de muchas de las periferias de otras ciudades en el interior del país son parte de la pastoral villera de las 3 C: Capilla, Colegio y Club. Basados en el sistema preventivo de Don Bosco y en el espíritu de “la Iglesia en salida” que promueve el papa Francisco buscan llegar con proEl constituir un club es puestas de vida antes que otros que llevan propues- un proceso, que comienza desde el territorio y la tas de muerte. Primerear a aquellos que están más lejos comunidad con iniciativas o en una situación de vul- simples y sencillas, y luego nerabilidad. Los clubes pava profundizándose cada rroquiales apuntan fuertevez más a medida que la mente a la prevención: son gratuitos, con inscripciones realidad lo demanda.

4

niza para dar respuestas más complejas y profundas a las necesidades. Y así, donde se armaban entre los chicos o las chicas pequeños “picaditos” de fútbol empieza la escuelita de este deporte. O en algún salón de la capilla, junto al apoyo escolar, comienza a funcionar una escuelita de boxeo o una clase de baile. Y esas actividades se van afianzando y se suman otras nuevas y más chicos y chicas participan. “Cuando armamos un club parroquial en un barrio, lo que queremos es llegar a todos los chicos y chicas del barrio con esta propuesta para cuidar la vida” expresa Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Bs As y Vicario para la pastoral de las villas.


“Y es doblemente pastoral, porque cuida la vida pero también sirve el espacio del club para anunciar a Jesús y los valores del Evangelio; porque muchas veces el club llega a sectores a los que antes no se llegaba.”

La diferencia del Club Parroquial El Club fue una gran puerta de acceso a quienes no se podía llegar para acompañar. “Nuestros clubes son parroquiales”, remarcan los curas cuando comparten esta experiencia “pertenecen a nuestras familias parroquiales, a nuestras comunidades. No son una mera propuesta para ocupar el tiempo libre o un espacio donde entrenar y perfeccionarse. Son un espacio para encontrarse y compartir. Para cultivar nuestros vínculos. Para no dejar a nadie por fuera, para hacernos cargo de cuidar la vida de los que nadie estaba pudiendo cui-

Un Club es un lugar privilegiado para descubrir a Dios dar. Para ser presencia de Jesús a través de una pelota, de un entrenamiento, de una canchita, en los rincones más oscuros de nuestros barrios.” Donde antes estábamos solos, sin ocupación, sin actividad, sin nadie que nos mire, nos escuche, nos eduque, nos enseñe, nos aconseje, nos ponga límites o nos abrace, ahora tenemos a nuestra familia de la parroquia. Y el catecismo deportivo que se pone en práctica en los clubes nació en la misma cancha del barrio. Fue el padre Damián Reynoso, quien, hace ya más de tres años, recopiló en un libro lo que se iba viviendo en el

Club y que hoy se publica bajo el título “El Club de mi Barrio, catequesis para escuelas deportivas y clubes de barrio”. El propio Damián, que hoy es párroco en San Francisco de Asís, en Soldati comparte como surgió este catecismo “nace como parte de todo lo que fuimos viviendo en el mismo barrio, en esa época yo estaba en la parroquia Virgen del Carmen en Ciudad Oculta, y los mismos chicos y los profes nos fueron mostrando por dónde. Muchos de los encuentros tienen que ver con lo que viví en el barrio. Hoy el catequista es el profe, una madre, un vecino; no hablamos tanto del catequista sino de catequizar en el barrio que muchas veces es la presencia, el acompañar, el ser ejemplo. El libro está destinado al catequista, no solo el que estudió en seminario sino al profe que cada día se pone al hombro treinta chicos y los hace rezar, jugar… que por ahí se cruza con el pibe en el barrio y le dice ‘¿por qué no vi-

niste a entrenar?’… hay una mística que se da en el barrio que es impresionante y el libro apunta a eso”. El catecismo deportivo está pensado en tres partes, donde la más larga abarca los misterios de la vida de Jesús y tiene 20 encuentros, donde Jesús se muestra a veces como director técnico, a veces como jugador “Jesús va formando su equipo de jugadores-discípulos que lo van acompañando. Así esa breve catequesis de Jesús hablando de fútbol -de los valores que

5


transmite el deporte- resulta irresistible para los pibes. A continuación del cuento la catequesis sigue con el pasaje del Evangelio y una propuesta simple para hacer con los chicos, rezar, agradecer, entregar una oración”, cuenta Damián en la entrevista. Y si bien el catecismo deportivo hoy está en su totalidad en el libro, editado por Santa María, a lo largo de estos tres años fue publicándose un encuentro en cada número del suplemento deportivo “El Club de mi Barrio” que sale con cada edición de la revista Comunicarnos. En este camino ya se ven algunos frutos de lo que se ha ido sembrando, uno de ellos es la conformación, hace más de un año, de la Unión de Clubes Parroquiales, UCP

“Conformar una Unión de Clubes Parroquiales nos permite enriquecer nuestras propuestas preventivas pastorales y deportivas y compartir las experiencias comunes” expresa el documento de la UCP. Muchos son los espacios que se han sumado en este último tiempo y hoy son parte de la Unión de Clubes, en total hay 46 espacios, entre escuelitas, pre-deportivas y culturales, de las cuales 31 son clubes constituidos. La Unión de Clubes Parroquiales quiere promover y contagiar este trabajo preventivo a todas aquellas comunidades parroquiales que deseen organizarse para construir espacios que sean propuestas de Vida, para cuidarla y celebrarla. En

este sentido y con esta mirada nacional, el deseo es acompañar a parroquias del interior, “sabemos que a veces, por falta de recursos propuestas que surgen en las villas de capital cuesta replicarlas en el interior, porque no son lo mismo las distancias y los lugares,… por eso también una de las finalidades del libro es llevar una mística a lugares nuevos”. “Si pertenecés a algo bueno lo contrario es no pertenecer a algo malo”, remarca Damián. Eso ambiciona el Club: pertenecer a la gran FAMILIA que conforma la comunidad Parroquial y ganarle el partido de la vida a todo lo malo, a la violencia, al odio, a la muerte, Y son partidos que se juegan todos los días”.

FM 107.1 Radio Pan y Trabajo @fmpanytrabajo Av. Rivadavia 413 Piso 5 CP Tel: 54-11-4342-3237

6


Adriana Gazza Consejo de Pastoral Educativa -Vicaría Pastoral de Educación Arquidiócesis de Buenos Aires

l e d s i s e u q e t ca

r o t s a p n bue

La Catequesis del Buen Pastor nació de la alegría de los niños en el encuentro con Dios. Siempre, donde quiera que esté presente, se alimenta de dicha alegría. Los niños desde la más temprana edad buscan la experiencia religiosa con avidez, se satisfacen en ella sólo si son ayudados a vivirla en sus elementos más profundos y esenciales. Los niños por su esencialidad y por el gozo con el que acogen el Kerigma, el anuncio, fueron quienes guiaron a los adultos hacia la selección temática. La misma responde a las exigencias vitales y evolutivas de cada edad, y los atrae a participar en los encuentros de Catequesis. La Catequesis del Buen Pastor se inicia en 1954, en Roma, con Sofía Cavalletti y Gianna Gobbi. Hoy la podemos encontrar en los cinco continentes. Esta Catequesis es un proceso de Iniciación Cristiana que abarca las edades de 3 a 12 años. Teniendo como fuentes la Biblia y la liturgia, y fundamentada en los principios de María Montessori, despierta en los niños el deseo y la posibilidad de conocer a Jesús, el Buen Pastor. En el mundo catequístico de la Iglesia, la Catequesis del Buen Pastor es considerada por mu-

chos como una inspiración del siglo XX, que presagia un aporte importante a la Catequesis de la Iglesia del tercer milenio, como “un don para la Iglesia”.

Testimonios

Los siguientes testimonios son de familias, niños y catequistas de la Catequesis del Buen Pastor de la Parroquia San Andrés Avelino (Villa Adelina. Buenos Aires).

“Sinceramente estamos muy contentos de poder acercar a Juan a la Iglesia y poder brindarle contenido acorde para su edad. Está super motivado y espera todos los viernes con ansias para poder ir a la “casa de Jesús”, como dice él, a compartir juegos y experiencias con amigos. Estamos muy agradecidos por este espacio para los niños”. Luisina y Pablo Gradin, padres de Juan Pedro (4 años).

“Llegamos a la Catequesis pensando en nuestra hija mayor, ya que se acercaba el momento de prepararla para la Primera Comunión. Pero también teníamos ganas de que la menor, Erika, pudiese asistir. Hacía tiempo que habíamos escuchado de un grupo especial para niños pequeños, y nuestra hija comenzaba a preguntarnos sobre Jesús, y Dios. Inquietudes para las que queríamos darle la más sensata de las respuestas. Me acerqué a la parroquia y me encontré con un cálido lugar preparado para niños. El entusiasmo que mostró mi hija al ver el atrio, con todos los elementos representativos del templo, fue el cierre para mi elección. Cada vez que la retiro de su encuentro sale contenta, y la última sorpresa que me dio fue verla dibujando mientras cantaba Esta es la luz de Cristo”. Noel, madre de Erika (5 años). “Conocimos la Catequesis del Buen Pastor a través de una familia amiga nuestra que estaba viviendo en Australia, y llevaba a su hijo a esta Catequesis. Ellos nos contaron cómo era y nos gustó mucho. Tiempo después el padre Juan Ignacio Ibáñez nos invitó a llevar a nuestro hijo mayor, Juani. Enseguida decidimos probar qué tal era. Desde el primer día le encantó y nos pedía llevarlo y no faltar. Ya es el tercer año


en el que va, está en el nivel 2 y el año pasado tomó su Primera Comunión. Este año empezó nuestra hija menor, Sofía, en el nivel 1. Lo que más nos gusta de la Catequesis del Buen Pastor es que impulsa la fe que ellos ya traen dentro desde muy chicos, los ayuda a vivirla desde la más temprana edad. Un día Juani, con solo 2 años, se acercó a la cocina donde estaba su mamá, le agarró la mano y la llevó hasta el cuarto donde había una cruz colgada. Señalando la cruz le dijo muy sonriente: ¡Jesús! A los 4 años, un día mirando las estaciones del Vía Crucis le dijo a su papá: pobre Jesús, le duele. Seguramente todos los padres tienen anécdotas como estas. De hecho nuestra hija de 5 años en cada momento de la Consagración en la misa, sabe claramente que Jesús está presente en la Eucaristía. Al elevar la hostia y el cáliz ella dice en voz alta: ¡Jesús te quiero mucho! Por eso comprobamos que no es necesario esperar a los 9 o 10 años para que un chico descubra en la Eucaristía a Jesús. Con esto se ve claramente cómo tienen la fe dentro, y con ayuda de la pedagogía Montessori logran desarrollarla, con material adecuado para su edad y desarrollo. También es lindo contar cómo vivimos la Primera Comunión. Nos gustó cada detalle: todos con albas blancas, bien sencillos, mostrando su pureza de corazón. La misa fue muy linda, se notaba que los chicos vivían el momento a ple-

8

Buscando una educación con una metodología diferente descubrí un colegio Montessori. Como el colegio no tenía formación cristiana comencé a buscar opciones en diferentes lugares y descubrí que existía una Catequesis con los lineamientos Montessorianos, y además los encuentros se llevaban a cabo en una parroquia cerca de mi casa. Por supuesto que las casualidades no existen y todo es obra de Dios, y Él con tanto amor y cariño me estaba mostrando la misión que tenía para mí. Anoté a mis tres hijos en la catequesis. Quedé fascinada a medida que la iba conociendo a través de los ellos y las reuniones de padres. Finalmente, tomé el curso de formación. No puedo describir con palabras lo que fue para mí participar. Fue de un gozo tan inmenso que no quería que se termine nunca. Cuando terminé me di cuenta de que todo lo que había aprendido tenía que compartirlo, y así iniciamos los encuentros en esta parroquia, que son momentos que vivimos todos con una inmensa alegría y mucha paz”. Malena Gaviña, Catequista del Buen Pastor. “La Catequesis del Buen Pastor me hizo ver el mundo de otra forma. Antes no creía en nada y ahora sí creo en Jesús. Me encantó poder tomar la Primera Comunión, fue hermoso. Me hizo conocer aún más a Jesús y compartir ese momento con mis amigas”. Pía (11 años).

no, conscientes de que iban a recibir a Jesús por primera vez. Todas las familias salieron muy conmovidas. Juani vivió ese día muy feliz, muy sonriente. Suele ser inquieto pero ese día estaba súper tranquilo y viviendo plenamente cada instante”. Patricio y Virginia Dondo, padres de Sofía (5 años) y Juani (8 años). “Me gusta cantar el amigo que me ama, me ama, me ama, su nombre es Jesús. Estar con mis seños y rezar con mis amigos”. Jazmín (3 años). “Lo mejor de mi vida fue la Catequesis del Buen Pastor. Aprendí nuevas cosas que Dios nos quería decir, como parábolas y más cosas que se tratan de Dios. Fue lo que más me gustó, y fui muy feliz al tomar mi Primera Comunión. Disfruto estar ahí con las seños y el Padre”. Camila (9 años). “Me formé como catequista de la Catequesis del Buen Contacto Pastor gracias a mis hijos. argentinabuenpastor@gmail.com


Monseñor Enrique Eguía Seguí Obispo Auxiliar de Buenos Aires

La propuesta sinodal del La sinodalidad y la convocatoria de una Asamblea Eclesial del Celam

La Asamblea Eclesial del CELAM, que ha sido convocada en este tiempo, está en sintonía con el gran deseo del papa Francisco de avanzar cada vez más hacia una Iglesia de estilo sinodal. La centralidad del estilo sinodal fue expresada durante las sesiones del Sínodo de la Familia desarrollado en octubre del año 2015 cuando se cumplieron 50 años de la creación del Sínodo de Obispos. En un discurso conmemorando esa fecha, dijo Francisco que “la sinodalidad es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” y que en la palabra “sinodalidad” está contenida todo lo que Dios espera: caminar juntos. Entendemos la “sinodalidad” a partir de esta dinámica: unos a la escucha de otros y todos a la escucha del Espíritu Santo, dejando en claro que quien guía a la Iglesia es el mismo Espíritu. Se puede ver cómo los apóstoles tomaban sus decisiones, diciendo así: “el Espíritu Santo y nosotros, hemos decidido”. (Hech. 15, 28) Queda claro que la sinodalidad no es una metodología para desarrollar una eficaz programación pastoral, sino que es una invitación a retomar con mucha fuerza un estilo y un modo de ser Iglesia que, en nuestro tiempo histórico, ha sido dada a conocer en el modelo eclesial propuesto por el Concilio Vaticano II. A partir de aquel discurso de octubre de 2015, la propuesta del Papa comienza a desplegarse. Al-

papa francisco gunas diócesis, como la nuestra, empezaron con algunas experiencias de animación sinodal o convocatorias para la realización de Sínodos Diocesanos. El mismo Francisco avanzó en este estilo sinodal con las convocatorias del Sínodo de Obispos sobre la familia y los jóvenes, y también con el de Amazonia y ahora con la propuesta del Celam de una Asamblea Eclesial de estilo sinodal con una amplia participación de todo el pueblo de Dios.

La convocatoria del CELAM

El Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM) es un organismo episcopal y viene haciendo un servicio de comunión desde la década del 50 del siglo pasado. Podemos recordar encuentros de obispos latinoamericanos promovidos por el CELAM que hicieron historia en la vida misionera y evangelizadora de América Latina. Un primer encuentro y documento en Río de Janeiro en la década del ‘50, en los ‘60 el documento de Medellín, en los ‘70 el documento de Puebla que toma fuertemente las temáticas de la evangelización de la cultura y de la religiosidad o devoción popular como nota propia de la fe de América Latina, con un fuerte impulso misionero. En el año 1992 en Santo Domingo, vinculado a los 500 años de evangelización del continente

americano. Y finalmente, Aparecida en al año 2007 donde se anima a vincular estrechamente la evangelización con la misión: discípulos y misiones de cristo, entendiendo esto como una sola vocación. Cuando, el año pasado, el Papa recibe el pedido del CELAM de convocar una nueva Conferencia General constituida por obispos, al estilo de las anteriores, responde que hay que buscar otra forma de reunión, consulta y discernimiento. Al mismo tiempo menciona que la propuesta pastoral de Aparecida todavía tiene mucho para dar, de hecho el Papa le propone a la directiva del CELAM que profundicen las temáticas de Aparecida iluminadas

9


con “Evangelii Gaudium”, “Laudato si” y “Fratelli tutti”. De allí entonces, el CELAM se embarca en la organización de este acontecimiento: una Asamblea Eclesial. No es una Conferencia General de obispos del CELAM, es una Asamblea Eclesial donde a través de distintas herramientas -hoy ayudados por la tecnología- se invita a una participación amplia del pueblo de Dios. Esta Asamblea culminará en la ciudad de México a los pies de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América Latina, donde una pequeña delegación se reunirá presencialmente conectada con asambleas simultáneas, presenciales y virtuales, a lo largo y ancho del continente. Se espera animar la participación de todos aprovechando las facilidades que ofrece la tecnología. Se puede participar a nivel personal o comunitario como parroquia, diócesis, consejo pastoral, Movimiento laical, familia religiosa, etc, etc. En la página https://asambleaeclesial.lat uno dispone de todas las herramientas para participar.

La sinodalidad, tema del próximo Sínodo de obispos.

Podemos ver esta insistencia del Papa en la convocatoria al próximo Sínodo de Obispos que se realizará en el año 2023, cuyo tema es “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. La presentación hecha desde

10

la Secretaría General del Sínodo de Obispos ha dejado en claro que este Sínodo 2023 comenzará en cada Iglesia particular a fines del 2021 y se llevará adelante con un amplio proceso de participación. El papa Francisco modifica la metodología dándole una fuerte impronta sinodal de escucha al pueblo de Dios. Por eso este Sínodo, que tendrá su Asamblea en octubre de 2023, se inicia en octubre de 2021 con una etapa de escucha y participación de las iglesias particulares, es decir de cada una de las diócesis. La sinodalidad implica escuchar al pueblo de Dios que va viviendo su fe a partir del impulso del Espíritu Santo. Por lo que escuchar al pueblo de Dios, es descubrir la presencia del Espíritu conduciendo a la Iglesia.

no fue posible. Este año se ha retomado el proceso que debe culminar en la realización de esta Asamblea, definiendo así el Ier Sínodo Arquidiocesano de Buenos Aires. La espera provocada por la pandemia con su consecuente aislamiento comunitario se llevó adelante con varios encuentros por medios digitales que permitieron reflexionar sobre la tarea evangelizadora en un momento histórico tan particular a partir de sus notas propias: servicio en la caridad; misión evangelizadora; culto y espiritualidad; y comunión en el “caminar juntos”.

Estos cauces evangelizadores

El proceso sinodal en Bue- serán los temas de referencia nos Aires para el debate y las propuestas En nuestra Arquidiócesis de Buenos Aires el Cardenal Mario A. Poli, después de haber escuchado al Papa Francisco en aquel Sínodo del 2015 dando ese discurso histórico sobre la sinodalidad en la Iglesia, en el año 2016 ya propuso a la arquidiócesis porteña realizar un evento sinodal con un proceso prolongado de participación y escucha. El año pasado tendría que haberse realizado la Asamblea Sinodal conformada con los delegados elegidos en diversas instancias y organismos, lo cual

durante la Asamblea, sabiendo que el desafío más grande es cómo renovar y actualizar la misión evangelizadora en la ciudad con un modo sinodal y de encuentro. Es gratificante notar que la Iglesia en Buenos Aires camina en esta perspectiva que el Papa desea. De alguna manera este camino realizado busca responder a lo que nos recuerda y enseña el Papa Francisco desde el 2015: “la sinodalidad es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”.


Francisco del Campo Consejo de Pastoral Educativa -Vicaría Pastoral de Educación Arquidiócesis de Buenos Aires

¿Cómo es una

catequesis escolar?

“Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo (Mt 29, 19-20). Así concluye el Evangelio de Mateo: enviándonos a predicar, a bautizar, a transmitir la fe con la Palabra, los sacramentos, y sabiendo que Él va a estar con nosotros. La vocación del catequista es una respuesta a este llamado y misión que Jesús nos encomienda. Y esta misión adquiere aspectos propios dentro del ámbito escolar. Mercedes Alonzo es catequista hace 23 años; desde su experiencia comenta que “la catequesis no es una materia más”, porque el objetivo propio de la catequesis no es enseñar algo, sino buscar el encuentro con ALGUIEN (con mayúscula), y tiene como objetivo entrar en comunión con Jesús y con los demás. Toda la catequesis está en función de eso, y no nos sirve nada aprender de memoria -añade Mercedes- si no podemos encontrarnos ahí con la Palabra viva, que nos interpela, nos cuestiona y llena de sentido nuestra vida. Por otro lado -agrega- eso no significa que no haya contenidos

propios y conceptuales de la fe: es propio del amor querer conocer al que se ama. En la catequesis escolar hay ciertas reglas -de evaluación, por ejemplo-, y en este sentido la catequesis es transmisión de la fe de una manera orgánica y sistemática. Hay un orden, una planificación, los distintos contenidos tienen que ir en función de la mente y las etapas de la fe, y sobre todo de lo que el grupo está necesitando.

¿Una materia más? Vemos, entonces, que se genera una cierta tensión entre la vocación a transmitir a Jesús y responder al formato escolar. Pero esta tensión no debe verse como algo negativo; más bien es el encuadre propio de este modo de evangelizar dentro de la escuela, y al mismo tiempo de dar un marco escolar a la transmisión de la fe. San Juan Pablo II nos dice: “Donde es posible dar,

dentro del marco escolar, una educación en la fe, la Iglesia tiene el deber de hacerlo de la mejor manera” (Catechesi Tradendae, 69). La catequesis no puede estar en el ámbito escolar como una materia más. Toda escuela pretende educar. Educar (de educere, “sacar de adentro”) implica acompañar y ayudar al alumno a que saque lo mejor de sí. Implica formarlo, ayudar a “darle forma”, y que cada persona que pasa por la escuela crezca según la nueva criatura que ha sido hechos por el bautismo, según anima el Concilio Vaticano II al hablar de las escuelas católicas (cfr. Gravissimun Educationis, 8). ¿Y qué mejor forma o modo de moldear a los alumnos que ir asemejándolos a Jesús a través de su Palabra y de los sacramentos? Este anuncio de la fe en la escuela no debe ser tímido, sino con parresía, con valentía, como muchas veces señala el Papa Francisco. Dice San Juan Pablo II: ¡Y no se diga que ésta [la catequesis] se dará siempre implícitamente o de manera indirecta! El carácter propio y la razón profunda de la escuela católica, el motivo por el cual deberían preferirla los padres católicos, es precisamente la calidad de la enseñanza religiosa integrada en la educación de los alumnos (Catechesi Tradendae, 69). Belén Olivera ha dado clases

11


de catequesis en varios colegios, desde hace 11 años, principalmente en Nivel Inicial y en el primer ciclo de Nivel Primario. “Creo que surgen un montón de cosas muy lindas presentando no un contenido, sino a una persona: la persona de Jesús”. Belén destaca cómo los chicos van entrando en esa dinámica de amistad con ALGUIEN que los llama amigos y los invita a caminar con Él. “Una de las cosas más lindas que me pasó en estos años -comparte Belén- fue ayudar a rezar a los más chiquitos”. Destaca que en ese momento de oración, acompaña a los alumnos con distintos recursos -como una canción, etc.-, para después dejar que Jesús sea el que actúe. “Ese momento permite que salgan un montón de cosas muy hermosas, como también muy tristes, donde los chicos van y ponen al descubierto lo que les va pasando”. Belén señala que, si bien uno tiene que planificar, y tiene que saber qué ver en primer grado y segundo, la catequesis debe generar un momento de oración, y tenerlo en la planificación. “En la catequesis se da ese momento, ese encuentro, que creo que es un plus; gusta mucho y también es dinámico, porque va surgiendo de la dinámica misma de los chicos”. Además, continúa Belén, “esto también nos renueva como catequistas, y nos anima a seguir caminando con Jesús, que es lo principal”.

La catequesis escolar es transformadora “La fuerza del Evangelio es en todas partes transformadora y

12

regeneradora. Cuando penetra una cultura ¿quién puede sorprenderse de que cambien en ella no pocos elementos?” (Catechesi Tradendae, 53). “Jesús está pasando por aquí… y cuando pasa, todo se transforma…”. Muchas veces cantamos con los jóvenes esta canción, y así la enseñamos a los niños. ¡Cuánto necesitamos convencernos los adultos, muchas veces con el corazón un poco más endurecido, de este poder transformador del Evangelio! Así hablaba Francisco a los jóvenes argentinos, poco tiempo después de haber asumido el Pontificado: “La fe en Jesucristo no es broma. Por favor, no licuen la fe en Jesucristo” (25 de julio de 2013). A veces nos cuesta la transmisión del Evangelio por el contexto, a veces necesitamos mayor formación… pero cuántas veces lo que nos falta es fe en el poder de Dios, que hace nuevas todas las cosas (cfr. Ap 21, 5). Y aquí encontramos muchas veces el trasfondo de ese licuado que terminamos volcando en la catequesis. Respecto a esta transformación que trae la catequesis, Micaela nos cuenta que actualmente estudia en el profesorado de Ciencias Sagradas, y hace dos años que es catequista. Señala que la centralidad de la catequesis pasa por el anuncio de Jesús, y que este anuncio no tiene que ver con cosas teóricas, o con que

los chicos puedan memorizarlas, sino con que aprendan a vivirlo, que puedan descubrir a Jesús en su corazón y en sus vidas. Remarca también el impacto que tiene en ella la catequesis escolar, porque “al compartir con los chicos, escucharlos y que además sientan a Jesús cercano en sus vidas, nos terminamos llevando muchas más cosas quizás los docentes -los catequistas- viendo cómo los chicos descubren a Jesús y manifiestan ese amor”. En este sentido, la catequesis transforma al catequista mismo. Y este amor de Dios que cada persona descubre en el anuncio del Evangelio, se traduce en un “amor en salida”, remitiéndonos al Papa Francisco. Mercedes Abásolo es catequista en 5 colegios y siente gratitud “al acompañar a tantas almas de las cuales aprendo todos los días”. “La Providencia nos lleva por lugares que no imaginábamos -señala Mercedesy para mí lo fue el aula, ese espacio de cambio y muchas veces menospreciado por la sociedad donde hay treinta almas que todos los días pueden descubrir un amor más grande, un sentido”. Mercedes resalta que este encuentro con Jesús anima a salir al encuentro de los demás, y cuenta que un alumno de 4to grado, luego de escuchar la historia de Mario -un conocido de Mercedes de una noche de caridad al que le habían robado su bicicleta-, consiguió una de su tía que no usaba, y se la llevó a Mario junto con su familia. Como sociedad, necesitamos esta transformación. Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Por eso necesitamos de la catequesis en la escuela.


Comisión de Niñez y Adolescencia

r o p r a r i m e t r a j De La catequesis no es una lección; la catequesis es la comunicación de una experiencia y el testimonio de una fe que enciende los corazones, porque introduce el deseo de encontrar a Cristo. Papa Francisco.

Santa Agripina - Rosario La parroquia Santa Agripina, en la ciudad de Rosario, es una comunidad de puertas abiertas, donde todos tienen lugar, el que llega, el que está de paso, el que se queda, es una comunidad que escucha y acompaña a todos sin dejar a nadie afuera. En ella existe desde hace 15 años, un grupo de catequesis para personas con discapacidad, que si bien es mayormente de jóvenes y adultos abraza a todos y todas más allá de las edades. Conversamos con Marisa Bonghi, casada, madre de tres hijos y abuela. Ella forma parte esta comunidad desde chica y nos compartió un poco de los comienzos de este grupo “fue gracias a la llegada de el padre Jorge Aloy, quien impulsó esta catequesis dentro de la comunidad, él llega con una historia de vida compartida y celebrada en la catequesis con personas con discapacidad, y fue quien nos renovó y nos animó a formar este grupo”. Marisa también habla de su propia historia como catequista “el llamado de Jesús estaba, el

JESÚS

nos llama siempre, está en cada uno poder escucharlo. En mi caso me llamó durante muchos años, insistentemente, pero no lo escuchaba, hasta que llegó un momento en que no me pude hacer la tonta y fue un desafío iniciarme en este camino nuevo.

Las capacidades de cada uno son diferentes pero la catequesis es una”, afirma Marisa, “en este caminar lo fui descubriendo; solemos hacer esta separación entre la catequesis tradicional y la catequesis especial pero la catequesis es una sola, adaptándola con las capacidades y las limitaciones de cada uno. En los primeros tiempos, me preguntaba como transmitir lo que quería, hasta que me di cuenta que me tenía que correr y dejar en el centro al que tenía que estar: Jesús; una vez que lo puse a Él en el centro todo fue mucho más fácil. Lo importante es que lleguen a la cercanía y al encuentro con Dios, y que se sientan valorados, que todos tenemos dones para

compartir. Cuando te podes adentrar en el corazón del otro es cuando lo haces con amor, no hay otra manera. Uno acompaña y va transmitiendo lo que tiene en su corazón, explicar la fe es imposible, la fe se vive, se siente. No hay otra. La charla sigue y Marisa nos comparte momentos del grupo y anécdotas: “una vez nos visitó un cura italiano y todos dieron por sentado que por vivir en Roma era amigo de Francisco y le pidieron que le hiciera llegar sus palabras a través de una carta. “El cura se llevó la carta, nunca supimos si llegó, pero tenemos una hermosa bendición sobre una foto del grupo que nos hizo Francisco”, nos dice emocionada Marisa. “Hemos compartido algunos viajes, campamentos, jornadas, es un encuentro de catequesis pero es un encuentro de amigos, donde se preocupan de uno por el otro. La mayoría ya recibieron los sacramentos y lo lindo es que siguen, esas ganas y el deseo de seguir caminando juntos y darse cuenta que la catequesis te acompaña toda la vida.

Pastoral carcelaria - CABA Matías De Martini, tiene 41 años y es sacerdote hace 9 años. Hijo de una familia profundamente cristiana ingresó

13


al seminario a los 23 años, y fue allí donde fue por primera vez a un penal, “había entrado con todos los prejuicios que se tienen respecto a la cárcel y después de pasar la primera reja me arrepentí de haber elegido ese lugar como obra de misericordia. Tuve miedo. Sentía que era como una muestra del infierno en la tierra... Pero al mismo tiempo, por un instante, VI y CREÍ con absoluta claridad que no todo estaba perdido... que la Misericordia de Dios llega hasta el rincón más oscuro... NADA NI NADIE ESCAPA A SU AMOR. Y en el momento en que fui consciente de eso, cuando entendí que Dios NO DA A NADIE POR PERDIDO, como a la oveja de la parábola... entonces entendí que ya no podía mirar para otro lado, que si Él había querido que yo estuviera ahí, viera y creyera, era porque algo tenía que hacer...

Y Matías siguió yendo a la cárcel. “En la cárcel Dios ocupa un lugar central. Cuando se toca fondo suelen surgir dos gritos… ‘¡Señor, salvame, protegeme, cuidame!’ o ‘¿Por qué me abandonaste?’. Y esos dos sentimientos son la base desde donde comenzamos a acompañar, a caminar juntos.

14

“Una característica de la catequesis en la cárcel, y de un modo especial en la cárcel de Devoto, es el tiempo de duración”, comparte Matías “Devoto es una cárcel de procesados, por lo cual los ingresos y egresos son continuos. Entonces se piensan procesos de catequesis breves. El actual proceso (frenado en este momento por la pandemia) propone un camino de aproximadamente 12 encuentros semanales que finaliza con un retiro espiritual de dos días. Todo se desarrolla en la capilla, que es el único espacio con el que contamos donde pueden ingresar los voluntarios. En este contexto toma principal relevancia los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía. En cuanto a la reconciliación muchos me plantean que seguro en la cárcel todos dicen que son inocentes. Lejísimo de lo que sucede en la realidad. Y por eso es continuo el pedido de reconciliación. Cuando aviso que voy a estar confesando, sé que por delante me esperan horas de confesión. Solo se termina cuando los tienen que reintegrar a los pabellones, y quedan varios ‘para la próxima’. Respecto a la Eucaristía”, afirma Matías “ocupa un lugar primordial en la pastoral; y en esta pastoral, como en otras, donde es tan fuerte el componente social (porque el preso tiene hambre, tiene frío, tiene dificultades legales, dificultades con el servicio penitenciario, entre los pre-

sos, violencia, etc) puede ser una tentación abocarse de lleno a acompañar esa necesidad, dejando un poco de lado esto que sólo nosotros podemos dar: la Eucaristía. Y no se trata de una cosa u otra. Son ‘como dos caras de la misma moneda’. Pero me centro especialmente en la celebración eucarística porque creo que es el propósito de este compartir… Está claro que la Eucaristía en sí misma es el mayor don que pueden recibir. Y por sí misma bastaría para el crecimiento de su unión con Cristo. Pero esto no quita que podamos aprovechar más y mejor lo que se nos brinda. Algunas ideas que intentamos vivir: -Profundizar el sentido del ‘ya pero todavía n’ tan propio de la Eucaristía. Resaltamos esto porque es en definitiva lo que el preso está viviendo respecto a su propia vida y libertad. Va descubriendo que ya puede ser libre y vivir en paz, aunque no hay dudas de que el día en que salga en libertad lo va a poder vivir más plenamente. El ‘ya pero todavía no’ de la Eucaristía es luz de esperanza en su camino. Le recuerda que el ‘ya’ es absolutamente real, y lo sostiene la esperanza de que el ‘todavía no’ va a llegar en algún momento. No hay dudas de que la celebración de la Eucaristía y la vida eucarística son un medio para vivir la plenitud de la vida humana en prisión. Ahí deben estar puestos los esfuerzos de los que fuimos llamados a servir en este espacio. El deseo final de la pastoral carcelaria es que aquel hermano con el que nos encontramos en una cárcel pueda vivir plenamente su vida. Porque es así como podrá experimentar la verdadera libertad. Y sabemos que esta plenitud sólo será alcanzada con una vida eucarística.


Fernando Daniel Rodríguez Vicario general de la diócesis de San Carlos de Bariloche

r e c a h y r e s a llamados Llevo 50 años andando. En este caminar a veces me da ganas de parar y orillar un tiempo. En esos momentos se me da por pensar… ¿Cómo llegué hasta acá? ¿Qué viene ahora? ¿Para dónde encaro?... Y a veces me da por mirar hacia atrás. Veo el camino recorrido y simplemente veo la mano de Dios formando mi corazón desde el comienzo, reconozco la compañía de un Dios fiel, su cariño y tozudez en su trabajo conmigo. Descubro a un Dios Padre que me fue haciendo tomar conciencia de ser hijo, descubro a un Dios Maestro que me fue haciendo, aún sin yo darme cuenta, su discípulo. Recuerdo la parroquia de mi adolescencia, los campamentos y las misiones, al cura y los amigos. Reconozco a Dios que salió a mi encuentro: su llamada, los primeros años. Fueron tiempos para descubrir, valorar y atesorar la oración de cada mañana. Recuerdo mi llegada a Liniers, un lugar distinto, el ruido, gente por todos lados… El santuario, el murmullo… los peregrinos, las miradas, los rostros. Creo que a partir de ahí fui aprendiendo a involucrar más el corazón. Recuerdo mi partida al sur, enfrentarme ahora a la estepa y el desierto… los caminos y el silencio…, amigos nuevos, gente distinta, rostros distintos, mira-

s o l u p í disc

das distintas. Creo que ahí comencé a descubrir lo importante del estar, del contemplar, del salir al encuentro, del hospedar, del escuchar, de perder tiempo.

La vida me trajo después a orillas del río Limay… un nuevo murmullo, ahora del río, la transparencia, la serenidad, su constancia y fuerza. Me encontré con una comunidad maravillosa. Y acá estoy… con una certeza en el corazón: quiero ser discípulo, seguir caminando junto a Jesús, quiero que sea, ahora más concientemente, mi Maestro. Siento que debo seguir intentando vivir la fe de una forma distinta, buscar cada día vivir la fe desde un encuentro real y sincero con Jesús, tengo que buscar cada día la fidelidad a mi discipulado, tengo que renovarlo, tengo que convertirme. Siento la necesidad de una nueva espiritualidad, de una renovación profunda, de apasionarme de una forma nueva por Jesús y su proyecto del Reino.

Y surge otra certeza: Quiero poder hacer nacer en otros el deseo de ser discípulos. Pero ¿cómo hacer discípulos? ¡Qué gran desafío! Nos lo hemos planteado con la comunidad. Llegamos a la conclusión que para eso necesitamos como primer paso redescubrir la fe como Buena Noticia. Hacer de nuestra parroquia un lugar al que la gente del pueblo se sienta atraída, esperada, recibida, hospedada, escuchada. Hemos charlado y reflexionado bastante. Nos hemos dado cuenta que vivimos muchas veces una fe muerta, ritualista, de costumbres, de recuerdos, una fe que no dice nada y nos dice muy poco. No vivimos una fe viva y encarnada. Yo tiendo siempre a volver a eso. Es una de mis grandes tentaciones, muchas veces me acostumbro y vuelvo a una rutina sin vida. A veces pienso si no he vivido la fe de una forma muy estructurada, de hacer y repetir cosas sin entender mucho. En una parte del evangelio Jesús compara al Reino de Dios con una fiesta, un banquete. El organizador del banquete mandó las invitaciones, ya conocemos la historia. A los campesinos, a la gente sencilla que escuchaban a Jesús no les entraba en la cabeza por qué alguien podía rechazar la invitación a una fiesta como esta ¿Quién podría hacerlo? ¿Por qué lo harían? Seguramente lo hacían porque no terminaban de entender el sentido de esa fiesta, para ellos

15


no era una fiesta, era una carga. Estaban en otra cosa. Gastaban su tiempo, invirtían sus mejores energías en otra cosa, la fiesta no los atraía. Habrán pensado: voy si no me queda otra, si puedo me borro. Jesús con esta parábola cuestiona la forma de vivir la fe de aquella época. Pocos vivían su encuentro con Dios como una verdadera fiesta, como algo que los llenaba de vida, era una forma de vivir la fe, la relación con Dios muy ritualista, desencarnada. El desenlace de la parábola fue desconcertante para la gente que lo escuchó. El organizador de la fiesta dijo: Se va a hacer igual la fiesta. Llamó a todos y se abrieron las puertas para todos menos para los primeros. Estas palabras del Maestro también cuestionan nuestra forma de vivir la fe hoy, muchas veces inentendiblemente deshumanizada y sin vida alguna. Nos hemos preguntado bastante con mi comunidad ¿cómo hacemos para despertar fe viva, despertar el deseo del encuentro con Jesús, despertar el deseo del discipulado? ¿Cómo hacemos para que la fe de nuestra comunidad diga algo a la gente de hoy, les hable de Dios? El proyecto de Jesús, su propuesta es humanizar el mundo, humanizar la vida, humanizar la fe. La propuesta para cada uno de nosotros es humanizar nuestra vida, nuestras relaciones, nuestra mirada a la luz de la fe para humanizar el mundo, comenzando por lo más chiquito. Humanizar la vida es en definitiva hacerla más humana, más vivible, más agradable, más fiesta. Ciertamente necesitamos humanizar nuestra vida de fe. Repensar como la vivimos y como la presentamos. Jesús se encarnó, se humanizó (podríamos decir)

16

y nosotros hemos deshumanizado la vida de fe, llena de ritos y de cosas que no terminamos de entender, donde no nos encontramos con Dios. La fe que viven muchos, la fe que presentamos ya no dice mucho. Si queremos llevar adelante la misión que nos dejó Jesús de hacer discípulos, necesitamos renovar nuestra fe, humanizarla. Para hacerlo, el primer paso es volver a encontrarnos con Jesús. Necesitamos recuperar y reavivar nuestro discipulado, porque no tiene sentido nuestra fe hoy sin un vínculo asiduo con Jesús que nos transforme la vida. Hoy redescubro el llamado a ser discípulos para hacer discípulos ¿Qué es un discípulo? Aquel que acepta y sigue a Jesús como maestro y Señor, aquel que se pone en el rol de alumno, de dejarse enseñar. En el tiempo de Jesús la educación era distinta a la de hoy. El que quería aprender se buscaba un maestro y se iba a vivir con él. El maestro enseñaba fundamentalmente a vivir. Jesús era un maestro con muchas características de la época y otras novedosas. Los alumnos elegían a sus maestros, Jesús, el Maestro, eligió a sus discípulos para que estuvieran con Él. La primera vocación de un discípulo es estar con Jesús, acompañarlo; porque para vivir como el maestro, se debe vivir con él, invirtiendo el tiempo en aprender su estilo de vida. Los discípulos viviendo con él vieron a quiénes se acercaba, como trataba a los más débiles, como humanizaba la vida, las relaciones, los vínculos. Vieron como sembraba gestos de cercanía, ternura y de perdón. Vieron y experimentaron como formaba una comunidad.

¿Qué convirtió a aquellos hombres y mujeres en discípulos? Un encuentro. Resuena en mi memoria y en mi corazón la invitación de Jesús a los primeros discípulos: “¿Qué buscan? ¿Dónde vives? Vengan y lo verán…” Jn 1,35-39 Dice el documento de Aparecida …Quienes se sintieron atraídos por la sabiduría de sus palabras, por la bondad de su trato y por el poder de sus milagros, por el asombro inusitado que despertaba su persona, acogieron el don de la fe y llegaron a ser discípulos de Jesús… El Evangelio continúa“…y se quedaron con él toda esa tarde…“ Hubo un encuentro que no olvidaron jamás, que los apasionó, que los hizo discípulos. Al parecer el encuentro a solas indica que Jesús quiere hablarles al corazón. El encuentro cara a cara con Jesús, el dejarse cautivar por su persona y su Palabra es el único camino al discipulado. Dice el documento de Aparecida …su vida adquirió una plenitud extraordinaria: la de haber sido enriquecida con el don del Padre. Vivieron la historia de su pueblo y


de su tiempo y pasaron por los caminos del imperio romano, sin olvidar nunca el encuentro más importante y decisivo de su vida que los había llenado de luz, de fuerza y de esperanza: el encuentro con Jesús, su roca, su paz, su vida. La naturaleza misma del cristianismo consiste, por lo tanto, en reconocer la presencia de Jesucristo y seguirlo. Ésa fue la hermosa experiencia de aquellos primeros discípulos que, encontrando a Jesús, quedaron fascinados y llenos de estupor ante la excepcionalidad de quien les hablaba, ante el modo cómo los trataba, correspondiendo al hambre y sed de vida que había en sus corazones. El evangelista Juan nos ha dejado plasmado el impacto que produjo la persona de Jesús en los dos primeros discípulos que lo encontraron, Juan y Andrés. Todo comienza con una pregunta: “¿Qué buscan?” (Jn 1,38). A esa pregunta siguió la invitación a vivir una experiencia: “Vengan y lo verán” (Jn 1,39). Esta narración permanecerá en la historia como síntesis única del método cristiano. Hoy también el encuentro con Jesús en la intimidad es indispensable para alimentar nuestro discipulado, la vida comunitaria y la misión. Debemos recordar para siempre ese primer encuentro con el Maestro que nos cambió la vida y nos hizo discípulos. Pero ¿hemos tenido ese encuentro? Y si lo tuvimos ¿lo atesoramos en lo más íntimo de nuestro corazón? Surge en mí el deseo de redescubrir la fe desde el discipulado. Necesito renovar mi fe en torno la persona de Jesús. Tengo que recuperar la fe de los

primeros discípulos, una fe fundamentada en el encuentro real con Jesús. Necesitamos Volver a Jesús, reavivar nuestra relación con él. Dejarnos alcanzar por su persona. No solo por una causa, un ideal, una misión, una religión, sino por la persona de Jesús, por el Dios vivo encarnado en él. Dejarnos transformar poco a poco por ese Dios apasionado por una vida más digna, más humana y dichosa para todos, empezando por los últimos, los más pequeños, indefensos y excluidos. He corrido y corro el peligro de pretender «ser cristiano sin Jesús». Juan ha cuidado mucho la escena en que Jesús va a confiar a sus discípulos su misión. Quiere dejar bien claro qué es lo esencial. Jesús está en el centro de todo, llenando a todos de su paz y alegría. Pero a los discípulos les espera una misión. Jesús no los ha convocado solo para disfrutar de él, sino para hacerlo presente en el mundo. Jesús los envía. No les dice en concreto a quiénes tienen que ir, qué tienen que hacer o cómo deben actuar: «Como el Padre me envió, así también los envío yo». La tarea de los discípulos es la misma de Jesús, no tienen otra:

la que Jesús recibió del Padre. Tienen que ser en el mundo lo que él fue. Jesús los envía ahora para que «reproduzcan» su presencia entre las gentes y los hagan sus discípulos. ¿Cómo hacemos discípulos hoy? Tenemos la misma misión que los primeros seguidores de Jesús: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”. Para llevar adelante esta misión, Jesús fue llamando a hombres y mujeres que se fueron sumando al proyecto. Vivieron con Jesús, aprendieron de él, se apasionaron y se entusiasmaron con su proyecto. Entablaron un vínculo tan fuerte con su Maestro que cambió sus vidas para siempre. Pareciera que para llevar adelante la misión de hacer discípulos el único camino es ser primero discípulos apasionados por Jesús y su proyecto. Muchas veces he invertido tiempo y mis mejores energías en enseñar una doctrina, en transmitir una religión, en enseñar a cumplir ritos y en hacer cosas pero no he sabido apasionarme por Jesús, no me he encontrado con él, no le he hablado con el corazón, no he terminado de entender su proyecto y su propuesta y no he sabido hacer discípulos, contagiar a otros, apasionar a otros. …Ya llevo 50 años andando, a veces me detengo y me pregunto ¿para dónde ahora?... y confío en este Jesús que me apasiona, sigue moldeando mi corazón de discípulo y me sigue enviando. Seguiré andando, seguiré intentando hacer discípulos.

17


Claudia Cabrera Periodista - Parroquia Cristo Obrero - Villa 31

: r a l u p o P o o v m i t s c i e l n o i c o j a Fem b a r t sy e r o l a V , e F

Ellas, las protagonistas, eligieron no aislarse, no podían quedarse en sus casas haciendo cuarentena, no al saber que había familias que dependían de las ollas populares y los merenderos estaban repletos. Ellas encarnan el trabajo colectivo. El Feminismo Popular se construye todos los días, “lo más importante de este feminismo es que tenemos un reconocimiento del barrio y de nuestros territorios, sabemos los recur-

sos que tenemos y los que no, esa es nuestra fortaleza y es así que podemos dar respuesta ante cualquier emergencia”. Así lo explica Perla Chávez, una joven de 25 años, que forma parte del Movimiento Misioneros de Francisco y reafirma, sus creencias y la importancia de servir a los demás desde la Fe. En la pandemia las demandas aumentaron debido a la falta de trabajo, las largas filas en los comedores, y, tristemente, también aumentaron los casos de violencia de género. Es por esta razón que desde el Movi-

18

miento quisieron dar una respuesta y cuentan que el principal objetivo es: Acompañar, capacitar, tejer redes, y fortalecer el rol de las mujeres tanto en la iglesia, como en las organizaciones sociales. En este contexto el Movimiento fue convocado, junto con otros espacios, a formar un espacio de formación, contando con el espacio de La Casa Feminista, que si bien surgió en la localidad de Tres de Febrero “la idea era poder replicarlo en otras comunidades ya que durante la cuarentena se agravó

mucho la problemática de violencia de género”, explica Perla. En plena pandemia decidieron comenzar, junto a La Casa Feminista, y el Movimiento Evita, a acompañar y asesorar a las víctimas. “El principal motivo para comenzar la formación en todo lo que refiere al tema: tipos de violencia, cómo accionar, e incluso la importancia de cómo hacer la primera escucha”; comparte Perla “fue la experiencia previa en territorio, dar a conocer las dificultades que surgen cuando se acompañan estas cuestiones. Nos encontramos con muchas trabas desde que vamos a la comisaría, o al juzgado de paz y no nos brindan una medida de protección. La idea es poder capacitar a las compañeras que todos los días reciben casos en los merenderos, en los comedores, y que quizás cuando van hacer una denuncia al escuchar un ‘NO’ se van y no pueden concretar el trámite, ni el pedido de alguna medida para proteger a la víctima”. Comenzaron el espacio de


formación, todos los lunes a las 17 horas, se encuentran, vía zoom, con María Fernanda Silva, embajadora argentina en el Vaticano, para las capacitaciones. “con ella empezamos a tratar los tipos de violencia, temas de liderazgo de las mujeres dentro de los movimientos sociales y dentro de la iglesia”. La joven reconoce la importancia de este espacio, explica que muchas veces las mujeres son las encargadas de los proyectos y de los principales trabajos pero no tienen el reconocimiento que se merecen. Desde el Movimiento realizan encuentros en provincia de Buenos Aires “recorriendo las comunidades con otras organizaciones realizando charlas y actividades con las compañeras de los territorios que están más cercanos, la idea también es poder ir, cuando se levanten un poco las restricciones, al interior del país para seguir formando acompañando, asesorando”, comenta muy entusiasta Perla. Según el primer documento del Movimiento, su misión es “acompañar la religiosidad y la cultura popular en las barrios humildes facilitando la creación de capillas para cultivar la fe y el espíritu comunitario” afirmando así los valores que contribuyen a la construcción del colectivo. “Estamos con las compañeras de

En cuanto a lo productivo también cuentan con una cooperativa formada por compañeras que sufrieron violencia y por compañeras trans. La necesidad no hace, ni hizo cuarentena, es por eso que ellas tampoco. Protagonistas de las ollas populares, de los merenderos, de los comedores; escenografía conocida y repetida en muchos barrios populares.

nuestros barrios en los comedores, en los merenderos, acompañando a las víctimas de violencia, las víctimas de abuso, las problemáticas de consumo… es el quehacer colectivo es lo que todos los días hacemos las compañeras que estamos en la base bancando en el barrio y acompañando, conteniendo”. Perla recuerda: “Yo siempre remarco lo que tenemos ahora en el merendero de Tres de Febrero, que nosotras podemos hacer un montón de actividades pero lo más importante es la formación para que el día de mañana todas cuenten con el conocimiento”.

Los encuentros fueron cambiados por el barbijo, el alcohol y la desinfección; aunque el aroma invite y tiente a los vecinos, ahora solo hay tapers y recipientes, pero pronto volverán los encuentros y los ruidos no serán solo de envases o bolsas, serán de charlas compartidas y ellas seguirán ahí, firmes como siempre, con la lucha a flor de piel, con la esperanza de un mejor mañana y con la fe como motor.

19


Nicolás Meyer Director Ejecutivo de Cáritas Argentina.

, s le i c í f i d s o p m e i t En

compartamos más

Cáritas es amor en obras. Creemos en la solidaridad, en la educación y en la cultura del trabajo como elementos centrales para superar las situaciones de pobreza y las desigualdades sociales, que se han profundizado aún más por la pandemia. Para sostener la enorme labor que llevamos adelante en todo el país, en junio realizamos la Colecta Anual. Es una invitación concreta a compartir, no sólo nuestros bienes, sino también nuestros anhelos de construir un futuro pleno de esperanza para muchos hermanos y hermanas. El dinero que recaudamos en la Colecta nos permite desarrollar, durante todo el año, numerosos programas de educación, primera infancia, economía social y solidaria, adicciones, autoconstrucción de viviendas y asesorías legales. También acompañamos con asistencia sanitaria y ayuda inmediata las distintas realidades de pobreza, emergencias climáticas o situaciones emergentes de la pandemia y las implementamos gracias a nuestros 32.000 voluntarios en más de 3.500 comunidades de Cáritas en las 66 diócesis del país. La Colecta Anual, que este año estuvo animada por el lema

20

“En tiempos difíciles, compartamos más”, se focalizó en el fin de semana del 12 y 13 de junio, pero los medios electrónicos de donación permanecen habilitados para que puedan sumarse quienes aún no pudieron hacerlo o quie-

nes decidan colaborar durante todo el año con nuestra misión. Cabe destacar que, a raíz de las restricciones sanitarias vigentes, potenciamos fuertemente los canales de donación digitales, a fin de compensar la menor actividad en templos y parroquias y facilitar que quien desea colaborar pueda hacerlo sin salir de su casa. No obstante, en algunas localidades con menores restricciones, los voluntarios realizaron acciones presenciales y las alcancías de Cáritas pudieron verse en plazas, avenidas, frente a locales comerciales y en

Colecta Anual de Cáritas

otros espacios públicos de numerosas ciudades del país. Miles de voluntarios, respetando las normas sanitarias de cada localidad, salieron a las calles con su habitual alegría y entusiasmo, haciendo visible la acción solidaria de Cáritas de manera muy variada y creativa. En este sentido, y refiriéndose a esta instancia fundamental de la vida de la Iglesia, Mons. Carlos Tissera, presidente de Cáritas Argentina, recordó que “aportar en la Colecta, con la plata que podamos, es una manera concreta de hacernos cargo de esta crisis. No sólo estamos ayudando a familias que ven truncado su futuro, también nos estamos ayudando a nosotros mismos como sociedad”.

Radiografía de la Pobreza En el marco de la Colecta, junto al Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el 9 de junio pasado presentamos el informe “Un rostro detrás de cada número. Radiografía de la pobreza en Argentina”, un análisis exhaustivo de la grave situación social que atraviesa el país y las políticas sociales


desplegadas para atender la emergencia. La presentación, por parte del Observatorio, estuvo a cargo de Agustín Salvia (director); Ianina Tuñón (coordinadora del programa Infancia) y Solange Rodríguez Espínola, coordinadora del programa Desarrollo Humano. Mientras que por Cáritas Argentina estuvimos presentes junto a Mons. Carlos Tissera y Macarena Sarmiento Peretti (integrante de Cáritas Buenos Aires). Mons. Tissera destacó que Cáritas Argentina aumentó en más de dos millones de personas la asistencia durante la pandemia e hizo un llamado a la unidad y la generosidad para enfrentar los momentos difíciles que vive el país: “Pedimos a todos, a los dirigentes políticos, empresarios, a los sindicatos, que nos podamos unir ante la necesidad. Se trata de un gesto de solidaridad y de comunión, para que realmente podamos aportar eso que no encontramos en la farmacia ni en el banco, la solidaridad y la fraternidad. Y eso nace de los corazones. La colecta es la oportunidad para poner el corazón a esta situación de miseria, de dolor y de pobreza que vive la Argentina”, expresó. Este importante espacio de diálogo que compartimos con la UCA nos permitió mostrar con números y rostros concretos, una realidad por demás dolorosa que afecta a muchísimas personas y es necesario visibilizar. La pobreza creció muchísimo y la situación es cada día más compleja. Las estadísticas son importantes, pero en Cáritas insistimos en que detrás de cada porcentaje hay familias, hay personas con nombre y apellido, hay historias de vida;

por eso necesitamos ponerle un rostro humano a los números de la pobreza. En este sentido, la colecta anual es una gran oportunidad de asumir la corresponsabilidad que tenemos

el informe son las consecuencias de las interrupciones de las clases presenciales en menores en edad escolar y los efectos psicológicos que la situación de

todos como ciudadanos. El informe del ODSA de la UCA muestra un claro aumento, no sólo en los niveles de pobreza, sino también en los de indigencia. El informe pone en evidencia que muchas familias que siempre tuvieron trabajo hoy han caído debajo de la línea de la pobreza, incluso conservando esos empleos. Según advierte, la infancia se ve particularmente afectada por esta situación. Hoy, en Argentina, más de la mitad de los chicos son pobres, porcentaje que alcanza casi el 75% en el Conurbano bonaerense y otras zonas del país. Del estudio se desprende además que, en un contexto de caída del empleo formal, las medidas sanitarias adoptadas por la pandemia de COVID-19 afectaron con mayor fuerza a quienes contaban con empleos precarios y a los trabajadores de la economía informal. Otros elementos que analiza

pobreza ha generado en las familias. Junto a la pobreza material crecieron considerablemente las múltiples consecuencias psicológicas y afectivas, provocadas por la enorme presión emocional que se genera tanto por la enfermedad, como por las medidas asumidas para afrontarla. La presentación completa se encuentra disponible en nuestro canal https://www.youtube.com/ user/caritasARGoficial

¿Cómo colaborar? Existen diversas maneras de sumarse a Cáritas con un aporte concreto, ingresando al sitio www.caritas.org.ar donde se puede colaborar a través de tarjeta de crédito, débito, CBU, pagomiscuentas, Mercado Pago y también transferencias. Toda colaboración suma y hace posible que sigamos adelante con nuestra misión.

21


Maduque Baya Casal

Carlos Mugica

quia Cristo Obrero - Villa 31 11 de mayo de 2021 - Parro

Sigue cantando en la voz de los

curas villeros

Cumpliendo con las restricciones por la pandemia, el Equipo de Sacerdotes de la pastoral villera conmemoró un nuevo aniversario del martirio del Padre Carlos. Este 11 de mayo no hubo festival ni invitados en la conmemoración por el aniversario 47° del martirio del Padre Mugica, que suele ser una multitudinaria fiesta del pueblo de los barrios que se acerca al santuario de la villa 31 para rezar y compartir la mesa. Acompañando la propuesta de cuidarnos entre todos, la celebración se realizó con una misa íntima presidida por el vicario episcopal Mons. Gustavo Carrara y los sacerdotes miembros de la pastoral villera que celebraron a solas la Eucaristía, a los pies del sepulcro del fundador del equipo de Curas Villeros, el Padre Mugica. Fue concelebrada por el párroco de Cristo Obrero Guillermo Torre y por el párroco de San Juan Bosco (villas de San

22

nas esenciales que tanto han hecho y hacen para hacer frente a esta pandemia. Pedimos de modo especial por los vecinos y vecinas fallecidos” inició la Misa Mons. Carrara, que también rogó por el eterno descanso del Padre Basilicio “Bachi” Brítez -muerto por Covid en agosto de 2020- y “por la salud del hermano Guillermo Cejas” que es sacerdote salesiano de Don Bosco (villa Itatí, Quilmes) miembro del equipo de curas villeros (que ya está recuperado de Covid). Rezar por nuestros vecinos y vecinas esenciales de los barrios fue la clave del encuentro: antes de la Misa el equipo dio a conocer un comunicado que es un homenaje a los hombres, mujeres y jóvenes de las parroquias villeras que, siendo comunidad organizada, vienen trabajando sin descanso ni vacunas para Martín) José María “Pepe” di Paola, asistir a ancianos, cocinando en las capillas convertidas que dijo la homilía. En el altar se desplegó una en comedores comunitarios y gigantografía de Mugica, tam- dando un ejemplo de solidaribién estuvo presente una ima- dad conmovedor. “Hoy, delante de la tumba gen de la Virgen de Luján y la de Carlos Mugica, renovamos reliquia del Padre Carlos -un pedacito de su pantalón, man- nuestro compromiso. Así como chado con sangre, que llevaba el jueves santo renovamos nuestro compromiso como sacerdopuesto el día de su asesinato-. “En esta Misa, aquí en la casa tes, hoy renovamos sin duda dedel Padre Carlos Mugica, unidos a lante de él nuestro compromiso él en su presencia, queremos re- como curas de las villas y de los zar por nuestros vecinos y veci- barrios populares” dijo Pepe en


El legado de Mugica sigue presente su homilía. “Reconocemos en Mugica al mártir de nuestro equipo, a alguien que dió su vida hasta el extremo. Cuando al Padre Rodolfo Ricciardelli le preguntaban “¿cuál es la diferencia entre todos los miembros del equipo de los Curas Villeros” él respondía: “Y, Carlos es el mártir del equipo”. Y lo decía con claridad, como que había algo mucho mayor en la vida de Carlos para entregar a la Iglesia. Él es el mártir de la fe, el mártir de la Iglesia, el mártir de nuestro equipo” dijo Pepe. La Misa continuó a pura música y palmas: “Señor que nuestra vida sea/ leñita humilde siempre seca/ para que Tú puedas quemarla, quemarla para el pobre”. En el momento de la Comunión los sacerdotes fueron acercándose al altar a tomar el Cuerpo y la Sangre de Cristo mientras cantamos el himno de la pastoral en los barrios: El Cristo de los villeros. Esta canción -del año 1986- fue escrita por Ramón Zitto Segovia.

Opción por los pobres: “Los que pertenecemos al equipo de sacerdotes de las villas y barrios populares no podemos decir que este es un destino cualquiera. Ya en el origen de la fundación los curas decidieron ir a vivir a las villas, donde se vivía una cultura diferente, y se quería estar al lado de la gente.(…) La característica de nuestro grupo es no vivir de nostalgias sino de traer a ese Mugica presente en el momento que nos toca vivir ahora. Y en este camino lo estamos haciendo: ese paso que dimos de unir Capital y Gran Buenos Aires, de fortalecer nuestra identidad para poder caminar los mismos pasos de Mugica en un tiempo diferente. Asumiendo que la realidad que nos toca vivir es diferente, más allá de la pandemia, que es algo que atraviesa a toda la humanidad, los tiempos que nos tocaron son diferentes y necesitan respuestas para este momento”. Queremos ser curas de las villas y de los barrios populares, y queremos tener esa luz que nos da Carlos Mugica de entrega para nuestra gente, y ese gran amor por la Iglesia y ese gran amor por lo que nos toca vivir aceptando los desafíos. Y lo hacemos con mucho respeto porque sabemos que quizá para muchos de nosotros es más difícil ser cura en un hospital, o ser cura en una misión ad gentes. Valoramos mucho a esos grupos de sacerdotes que entregan su vida y que a lo mejor nosotros no seríamos capaces de hacer. Palabras del Padre Pepe durante la homilía. Sigue la Misa sin vecinos pero está presente el Pueblo de las villas en los vozarrones entonados de los curas, en este lugar santo que inspiró a Carlos Mugica a escribir su Misa musi-

cal cantada con ritmos latinoamericanos, censurada en 1974 y estrenada aquí mismo 40 años después. Luego de cantar, finalmente el anfitrión Willy Torre invitó al equipo a rezar la meditación del Padre Carlos (“Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo) y a que cada miembro encendiera una vela en representación de cada parroquia de cada barrio para ser colocada sobre su sepulcro “y en esa velita está la luz del Padre Carlos que nos ilumina a nosotros y a cada comunidad nuestra, a todos esos esenciales Carlos Mugica presente en el equipo actual de los Curas Villeros, que cada día crece más. Abajo que bien conocemos, a la derecha hay un espacio entre los sacerdotes, porque Bachi también está presente.

23


Staff que son invisibles a muchos pero que a los ojos de Dios, de la Virgen y del Padre Carlos son los esenciales, para que nos siga iluminando y podamos seguir sirviendo a los que más nos necesitan”. “Cada velita encendida en la tumba del Padre Carlos es cada barrio que está iluminado por la misma fuerza que tenía el Padre Carlos, que era la fuerza del amor. Porque a él no lo movía otra cosa a hacer lo que hacía sino era el amor, el amor por Jesús y por su gente, por el pueblo” dijo Willy en la misa vespertina. Porque por la tarde en la parroquia Cristo Obrero continuó la conmemoración, ya que cada 11 de mayo es vivido aquí por las familias de la villa 31 como sus Fiestas Patronales. A las 17,30 frente a un grupo reducido de vecinos el Padre Willy -con la estola de los Mártires Riojanos- celebró la Misa, musicalizada por un coro de niños con 4 guitarras y 3 cajones peruanos. “Vamos a cantar el Gloria en este día de fiesta”. Luego dijo en su homilía -mientras las velitas sobre el sepulcro seguían ardiendo a esa hora de la tardedijo Willy: “Hay una frase muy fuerte del Padre Carlos que dice: el amor es la respiración del corazón. Si dejáramos de amar estaríamos como muertos, no tendría sentido, no habría vida. Y esa capacidad de amar hizo que el Padre Carlos -como dice el Evangelio- diera la vida por los amigos, por su pueblo, con su vida, con su ejemplo, con su testimonio, con su palabra, con todo lo que vivió. Y al celebrar en este tiempo en la

24

pandemia este nuevo aniversario, queremos pedirle a él que nos siga iluminando -como dice su canción- para seguir trabajando y dar a luz tantas cosas que no se ven si el pueblo no las visibiliza”. Luego Willy se refirió a un antiguo miembro del equipo de sacerdotes de las villas, de la generación posterior a la de

. director . Adrián Pablo Bennardis . asesor . Gustavo Carrara . secretaria de redacción . Florencia Laje . colaboradores . Claudia Cabrera Gustavo García . agradecemos la colaboración de . Gabriel Mestre Enrique Eguía Seguí Matías De Martini Fernando Daniel Rodríguez Francisco del Campo Maduque Baya Casal Adriana Gazza Nicolás Meyer Perla Chávez Marisa Bonghi

Mugica, que estuvo en la villa 31 en la época en la que el Padre Rodolfo Ricciardelli misionaba en el Bajo Flores y de Daniel la Sierra en Barracas: el Padre Héctor Botán. “Y como dijo el Padre Botán hace ya un montón de años cuando trajimos acá las reliquias de Mugica: El Padre Carlos está acá entre nosotros no solo porque trajimos su cuerpo, sino porque en cada uno y cada una de los que trabaja en el barrio y da la vida por sus hermanos en un comedor, en el club, en la Iglesia, en cada uno está el Padre Carlos. El que hace con amor y entrega sigue haciendo presente el legado de Carlos Mugica”. “Por eso creo que hoy todos tenemos que renovar este compromiso y pedirle que sigamos ese legado. En estos tiempos tenemos que repetir más que nunca esas palabras que él dijo cuando estaba por morir: Ahora más que nunca hay que estar junto al pueblo. Eso es lo que tenemos que hacer, y tenemos que seguir. Que el Padre Carlos nos ilumine, la Virgen nos bendiga y nos acompañe y sigamos trabajando con fe y esperanza sabiendo que todo va a pasar, pero para ser mejores -como dijo el Papa Francisco-. Hoy se nos pide eso. Que el Padre Carlos nos ayude a vivirlo. Que así sea”.

. propietario . Arzobispado de Bs. As. Av. Escalada 2858 - Capital cadenya@pastoralfamiliar.org.ar www.pastoralfamiliar.org.ar En caso de reproducción total o parcial de las notas que aparecen en esta revista, citar la fuente. Registro de la propiedad Intelectual N° 5164821 Queda hecho el depósito que dicta la ley N°11.723. . diseño gráfico . Florencia Laje . impresión . Gráfica Pittelli Chivilcoy -Prov. de Bs. As.



transformar la mirada y el

corazón

Comunicarnos busca ser espejo de tantas realidades injustas de las que son víctimas nuestros niños, niñas y adolescentes. Deseamos hacernos eco de la presencia de la Iglesia comprometida con transformar la mirada y el corazón, una Iglesia que es familia y abraza amorosamente a todos sus hijos.

Revista bimestral Suscripción anual

$800

Contactanos:

011-4982-4611

WhatsApp: 15-3574-6742 comunicarnos@pastoralfamiliar.org.ar

(consultar el costo por envío al interior)


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.