Declarada de Interés Social por la Legislatura - Cdad. Bs. As.
REVISTA BIMESTRAL - AÑO 20 - Nº 179 - JULIO- AGOSTO 2020 - COSTO $85
16va E ENNTTRRE EGGAA
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EL CLLEMENTO D UB D E E MI PORTIVO BARR IO Decimoctava entrega de la Colección “La Patria al hombro - Iglesia y Emergencia”. Mensaje del Papa Francisco IV Jornada Mundial de los Pobres “Tiende tu mano al pobre” (cf. Si 7,32); y Documento de los sacerdotes de Villas de CABA y GBA “La imperiosa necesidad de la ambulancia en las villas y barrios populares”.
Editorial
Sumario .1.
Nadie se salva solo, el camino es en comunidad…
.2.
El celular y nuestra vida interior.
.4.
Un Dios que no nos suelta la mano.
.6.
A cinco años de la Encíclica Laudato Sí.
.8.
La educación y los derechos de los más chicos en cuarentena.
. 12 .
Acompañar la salud de las infancias y adolescencias en tiempos de pandemia.
. 15 .
Comunidad y derechos en pandemia.
. 18 .
El rostro joven de la Iglesia.
. 20 .
Cuanta poesía tiene la vida que no se ve.
. 24 .
Nadie se salva solo.
. 26 .
La madre de todos.
Esta edición va acompañada de la DECIMOSEXTA entrega del Suplemento Deportivo EL CLUB DE MI BARRIO y la DECIMOOCTAVA entrega de La Patria al hombro.
, o l o s a v l Nadie se sa comunidad... n e s e o n i m a el c
Resulta difícil pensar el después de la pandemia, cuando estamos entrando tal vez en lo más duro de la misma, por lo menos en el AMBA. Pero a la vez es muy necesario hacerlo. Por eso resulta valiosa la compilación de textos del Papa Francisco, que hace la Editorial Vaticana bajo el título: La Vida después de la pandemia. En estos textos se resalta que nadie se salva solo, que el camino es en comunidad, que sólo si actuamos como un solo pueblo solidario y fraterno, podremos hacer frente a las distintas “epidemias” que nos acechan. Francisco nos aconseja: “Prepararnos para el después es importante. Ya se notan algunas consecuencias que deben ser enfrentadas: hambre, sobre todo para las personas sin trabajo fijo (changas, etc.), violencia, la aparición de los usureros, (que son la verdadera peste del futuro social, delincuentes deshumanizados), etc.”(pág. 28) Hay que hacer entonces un registro de las consecuencias de esta pandemia y también de aquello que ha puesto de manifiesto. A modo de ejemplo diremos algo de las villas y barrios populares. Está pandemia dejó ver al descubierto en carne viva, la injusticia social histórica que viven nuestros barrios, que esperan y luchan por la integración socio urbana. Las características habitacionales de las villas y los barrios populares están marcadas por un gran hacinamiento, en el que la relación entre la cantidad de habitantes, el espacio y los servicios públicos esenciales (luz, agua, cloacas) es verdaderamente preocupante. El Covid 19 pone de manifiesto esta situación cuando se vuelve necesario disponer de agua para lavarse las manos, o de espacio para hacer aislamiento. Ahora bien, la pandemia no sólo puso a la luz la iniquidad que existía, sino que profundizó y aumentó la brecha. Y eso se verá nuevamente en el tema educativo, mientras algunos sectores sociales encontraron nuevas modalidades de aprendizaje, los sectores populares
que no tienen conectividad ni equipamiento, se quedaron dónde estaban o retrocedieron, en consecuencia la brecha educativa aumentó. Muchas veces escuchamos acerca de la necesidad de volver a la normalidad. ¿Que sería volver a la normalidad? ¿Vivir como anestesiados e indiferentes ante el dolor de nuestras hermanas y hermanos? Es importante comprender que no puede quedar todo igual. No podemos volver a lo mismo como si nada hubiera pasado. Francisco nos dice: “La misericordia no abandona a quien se queda atrás. Ahora, mientras pensamos en una lenta y ardua recuperación de la pandemia, se insinúa justamente este peligro: olvidar al que se quedó atrás. El riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente, que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mí, que todo irá bien si me va bien a mí. Se parte de esa idea y se sigue hasta llegar a seleccionar a las personas, descartar a los pobres e inmolar en el altar del progreso al que se queda atrás. Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro. Es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad… Aprovechemos esta prueba como una oportunidad para preparar el mañana de todos, sin descartar a ninguno: de todos. Porque sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro.” (pág. 52-53) Este es un tiempo en el que hay que sostener especialmente la esperanza en medio de nuestras comunidades, para ello frente a la tentación del desánimo, tenemos que redoblar el tener las manos extendidas en oración a nuestro Padre celestial y tender nuestras manos a los más pequeños y pobres. Padre Gustavo Carrara. Obispo auxiliar de Buenos Aires. Vicario para la Pastoral de las Villas CABA.
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Padre Quique Bianchi Párroco en la parroquia Santa Ana de San Nicolás
R A L U L EL cE
yuna nuverdad estra central vida inde terlaiofer
En las primeras décadas del siglo pasado se comenzó la fabricación en serie de automóviles y esto cambió para siempre el modo en que la humanidad se desplazaría. El
entusiasmo general ante esta maravilla de la técnica pronto encontró una sombra: Los accidentes de tránsito. Cuentan que las primeras muertes, a la asombrosa velocidad de 7 km/h, causaron una gran impresión en la sociedad. Seguramente no faltó quien declamara que todo el progreso del mundo no vale una vida. Pero la historia siguió su curso y la relación costo beneficio resultó ampliamente favorable para los vehículos a motor. Hoy son el principal medio de desplazamiento en todo el planeta y convivimos con el hecho de que -según la OMScada año mueran 1,25 millones de personas en siniestros viales o que en un país como Argentina sean la primer causa de
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muerte de jóvenes. Tal vez algo análogo esté sucediendo en nuestro tiempo con la irrupción de internet en nuestras vidas. No pasó un cuarto de siglo desde que se popularizó en nuestro país y ya hace tiempo que sentimos que nos cambió para siempre. Diariamente llevamos en el bolsillo la posibilidad de conectarnos con quien sea, de escuchar cualquier música, de leer cualquier libro, de mirar cualquier película, de hacer cualquier pregunta. En la actual crisis sanitaria mundial esa capacidad de conectarnos resultó una verdadera bendición. Cuesta imaginarnos una cuarentena sin internet. Pero nada es perfecto. Y el brillo de un beneficio innegable no nos dispensa de analizar sus costos. Un ejemplo muy actual en tiempos de pandemia es el teletrabajo. A la vez que mostró enormes posibilidades dejó ex-
puesta una tendencia a invadir la intimidad de la vida familiar. Tanto que en las regulaciones que están apareciendo se contempla el derecho a la desconexión digital. Pero ahora queremos llamar la atención sobre otra cosa: ¿Cómo influye internet en nuestra vida interior? O mejor: si su uso transformó nuestra subjetividad, ¿qué espacio tiene la vida interior en el naciente homo interneticus? Al hablar de vida interior nos referimos a esa dimensión de lo humano en que se vive para adentro. No es sólo el recogimiento de los sentidos, ni lo que percibe la conciencia. Es todo lo que se da en el corazón. Es el núcleo de sentido, la fuente de energía, el espacio donde maduran las convicciones que conducen nuestra vida. Es también el lugar donde nos religamos con Dios, en el que buscamos contemplar -como diría San Juan de la Cruz- los ojos tan deseados que tengo en mis entrañas dibujados. El papa Francisco en su encíclica Laudato Si’ explica que el daño que le estamos haciendo al planeta tiene una de sus raíces en la globalización del paradigma tecnocrático. En palabras sencillas: Nos acostumbramos a tratar a la naturaleza como si fuera una máquina. La vida
tiene sus ritmos, la tecnología otros. Un robot puede trabajar las veinticuatro horas, una persona no. La tierra nos ofrece sus frutos, pero necesita tiempo. Algo parecido nos puede pasar con el arraigo del uso de internet en nuestro ritmo vital. Nos acostum-
bramos a una velocidad de vértigo y nuestro espíritu necesita su tiempo para asimilar lo que recibe. La sabiduría va madurando en un lento proceso de acumulación de sentires y vivencias. Vivir en un torbellino de distracciones nos hace seres superficiales y -por tanto- fácilmente manipulables. No hay que ser ingenuos y olvidar que el fin principal de internet es comercial. Google antes que un fabuloso oráculo es una enorme empresa de publicidad. La lógica comercial se lleva mejor con personas que deciden, no según convicciones profundas, sino impulsados por sus emociones. Se propone como ideal de felicidad el vivir saltando de
La vida humana tiene sus
ritmos. Y necesita cuidado para su desarrollo.
una distracción en otra. “Hay que divertirse, la vida es corta” se dice, y no reparamos que con ese eslogan además de corta se la hace estrecha. La vertiginosa estimulación que recibimos de internet ayuda a que -desde pequeños- naturalicemos la lógica de consumo (“niños de pantalla bienvenidos al mercado” cantan Ciro y los Persas). Estas consideraciones podrían extenderse y presentar matices, pero con lo dicho hasta aquí alcanza para entender el punto que queremos destacar:
La tecnología -hoy omnipresente en nuestras vidas- no favorece la vida interior y eso, que tantos riesgos nos trae de vivir una vida menos humana, tiene también sus peligros para nuestra vida de fe. La fe es ante todo una entrega a Dios. A un Dios que nos amó primero, sin ningún mérito de nuestra parte. Es una fuerza que nos impulsa a dar un salto hacia Dios en un movimiento de respuesta a su amor y que lleva a amar a los que Dios ama, a todos. Ese encuentro y ese movimiento de amor toma toda la persona, pero nace de lo más íntimo del corazón. Tener sepultada la vida interior por una saturación de estímulos deja a la fe sin raíces. Vivir corriendo tras los impulsos emocionales nos condena a una fe superficial, a buscar permanentemente emociones religiosas, a vivir con apenas un barniz de cristiano. La vida humana tiene sus ritmos. Y necesita cuidado para su desarrollo. Es muy útil viajar a 120km/h, pero esa velocidad me puede costar la vida si no me cuido. Lo mismo vale para mi espíritu. Mi vida interior necesita que la cuide y en el bolsillo llevo un enchufe a un ritmo que puede empobrecerme como persona y como cristiano. Los evangelios cuentan que Jesús después de atender a una multitud y alimentarlos con cinco panes y dos pescados se retiró a la montaña a rezar. Como le escuché decir a un joven amigo, Jesús sabía ponerse en modo avión…
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Entrevista al padre Joaquín Giangreco Párroco de Nuestra Señora de Itatí - Villa Trujuy, Moreno.
s o n o n e u q Un Dios
suelta la mano
Joaquín Giangreco tiene 37 años y es sacerdote desde el 2008. Su primera parroquia ya ordenado fue Santa María Madre del Pueblo en Bajo Flores, donde fue junto con el padre Gustavo Carrara y compartió con él una época muy fecunda en el barrio. Luego estuvo en el Monte Santiagueño y, desde hace cuatro años, está en la Parroquia Nuestra Señora de Itatí en Villa Trujuy, Moreno. La misma comprende varios barrios: Barrios más periféricos a orillas del río, tipo asentamiento, y otras barriadas más tipo conurbano, la mayoría de calles de tierra y algunas pocas con asfalto. Las viviendas van desde casillas de cartón hasta lugares que son tipo conventillo. Joaquín es el único cura en la parroquia que a su vez tiene nueve capillas.
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“Cuando vine al barrio”, recuerda Joaquín “estaba el padre Juan Isasmendi, que hoy está en Bajo Flores, y él fue quien empezó el cambio profundo que hoy vivimos. En algunos lugares no sabían lo que era un cura, y eso trajo que la gente buscara mucho otras cosas, entonces acá está lleno de ritos de cualquier tipo, algo muy negativo para los barrios porque las personas quedan muy atrapados en eso. La religiosidad popular estaba muy huérfana, la gente no tenía devo-
ción a las imágenes, no prendían velas, se había dejado de rezar por los difuntos. Y en estos años, ya hace tres que estoy como párroco, la verdad que hay un resurgir muy interesante de la fe y de las devociones. Los primeros viernes se llenan las capillas por el Sagrado Corazón, los días 19 por San Expedito... hay una necesidad de la fe muy fuerte y esto ayuda en lo social, porque ahora con la cuarentena en las ollas populares son casi 2000 personas por día que comen, y realmente hay un voluntariado muy renovado espiritualmente. Todo este resurgir hizo posible que la gente se liberara muchísimo, cambió profundamente la manera de vivir y de relacionarse de los vecinos. Y si bien son 2000 personas por día que comen, lo que más tiempo me lleva a mí es el acompañamiento espiritual, los sacramentos, el bendecir las casas. Es mucho más la demanda por bendecir una casa o un hijo que por un plato de comida. Hay muchos casamientos, muchísimos bautismos, muchas primeras comuniones. Desde que yo llegué siempre fue más fuerte la demanda espiritual, cuando se encontraron que la iglesia tenía las puertas abiertas se llenaron, bautismos he llegado a hacer treinta en un fin de semana”. Joaquín cada fin de semana da nueve misas, una en cada capilla,
“y a veces en alguna llegó a celebrar dos misas” comenta. “Ahora con la cuarentena hago la misa por Facebook y es impresionante la cantidad de gente que está conectada, y todo el tiempo pidiendo bendiciones… Con el aislamiento trato de seleccionar, lo que puede ser postergable lo postergo, lo que se puede charlar por teléfono lo charlo por teléfono y donde necesitan mi presencia voy teniendo los recaudos necesarios.
No estoy generando demanda. No estoy llevando la comunión a los enfermos porque me la pide todo el mundo y sería lo mismo que vinieran todos a misa… sino terminaría haciendo delivery de Jesús. También tenemos un grupo folclórico con nuestras letras propias que hacen a nuestra espiritualidad y con eso también vamos acompañando por las redes y así le vamos buscando la vuelta. La gente está tranquila, con paz, se siente acompañada y colabora. Y me asombra que la gente reza mucho por mí, la gente reza con una fe muy auténtica, hay un buscar a Dios y la Virgen muy grande, sanamente y eso es de una gran fecundidad”. Los jóvenes en la parroquia
En la parroquia está presente el movimiento juvenil “liberarse en Jesús” que se junta semanalmente (ahora no obviamente) a
formación y son unos 100 jóvenes aproximadamente, de todos los barrios, y a la vez ellos llevan adelante los merenderos de todas las capillas. Joaquín los acompaña en la formación desde lo humano, lo antropológico, lo espiritual, incluso lo musical que tiene un acento muy fuerte. “Ellos están presentes en todo en la parroquia pero por propia iniciativa”, comenta Joaquín. En palabras de los mismos jóvenes pertenecer al Movimiento significa “intentar ser mi mejor versión, para mí y para otros, es decir, estar al servicio de los demás sin esperar aplausos”; “ser barro en las manos del Dios alfarero y este ser barro es parte de un ir creciendo y madurando mi vida en Dios también”. Uno de ellos recuerda “cuando empezamos el grupo sabíamos que de alguna u otra forma íbamos a hacer cosas grandes y en esta cuarentena me dí cuenta que ayudando, en la organización de la mercadería y poniéndonos al servicio de muchas cosas ya estábamos haciendo cosas grandes pero siempre pensando en el más pequeño, en el que no piensa nadie, que son las personas de nuestros barrios, por eso pienso que vale y sigue
valiendo la pena el Movimiento liberarse en Jesús, porque no solo nos cambia a nosotros sino que a través de nosotros Dios sigue cambiando a muchas personas más a partir de lo que seguimos haciendo como grupo”. Ellos hoy ayudan con las ollas populares en las capillas, hacen los inventarios, buscan merca-
dería piden donaciones, se están haciendo todo terreno. Algunos están con los materiales digitales para los jóvenes y la parroquia, otros en la parte musical del Movimiento están haciendo videos para los chicos para que puedan seguir practicando desde sus casas y se acompañan permanentemente por las redes para saber como están y como están llevando este tiempo de cuarentena.
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Mons. Jorge Lugones sj Obispo de la Diócesis de Lomas de Zamora.
e d s o ñ a o c í S o t A cin auda
L a c i l c í c n la E
En este V0º aniversario de la promulgación de la Encíclica “Laudato si” que estamos celebrando, un primer elemento para reflexionar y realizar es: Una actitud de gratitud y gratuidad. Gratitud, agradecimiento por el mundo creado como don del amor de Dios con su belleza y armonía, y de la gratuidad, gracia gratuita del Creador, como deseo del respeto y cuidado de la naturaleza y la persona humana. Por esta razón habla esta Encíclica social de ECOLOGÍA INTEGRAL como actitud de toma de conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar un universo con los demás seres del planeta en una preciosa comunión universal que se agradece. Propone desarrollar las propias capacidades de cada uno como expresa el Papa, pero no de dominio sino de hacer crecer su sentido de responsabilidad y contemplación porque cada creatura refleja algo de Dios.
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Se nos regala un don y se nos propone una tarea, el don de lo creado que Dios nos ofrece y la tarea que nos toca CUIDAR: como HOMOCURANS (cuidador)). Los cuidadores y cuidadoras de la Casa Común, basan su actividad y capacitación desde la ESPIRITUALIDAD DEL CUIDADO. Somos cuidadores y cuidadoras de esta “Casa Común”, como subtitula la Encíclica, proponiéndonos la actitud de austeridad, humildad y sobriedad que puede vivirse con libertad y es liberadora. Humildad, necesaria para toda transformación o conversión capaz de disminuir las necesidades insatisfechas y reducir el cansancio y la obsesión. La conversión ecológica implica diversas actitudes individuales a partir de nuestra espiritualidad: La cura o el camino de sanación interior pasa por la actitud básica de autotrascenderse, rompiendo la conciencia aislada y la autorreferencialidad, (dejar de lado el individualismo o “pupismo”: mirarse el ombligo, egocéntrico) es la raíz que hace posible todo cuidado de los demás y del medio ambiente… me ocupo, me importa, me hago cargo, me arriesgo por el otro/a… San Francisco era un místi-
co y en él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior. El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión. Jesús nos recordó que tenemos a Dios como nuestro Padre común y que eso nos hace hermanos. Como expresa LS: El amor fraterno sólo puede ser gratuito, nunca puede ser un pago por lo que otro realice, ni un anticipo por lo que esperamos que haga. Pero deseamos que esta actitud de fraternidad sea también humanitaria y no fratricida (mató a su hermano) como la de “Caín y Abel” (Gn.4) Sin esta autotrascendencia no se reconoce a las demás criaturas en su propio valor. No interesa cuidar algo para los demás, no hay capacidad de ponerse límites para evitar el sufrimiento o el deterioro de lo que nos rodea. Por ello el centro es el amor, que se demuestra en pequeños gestos de cuidado mutuo… es también civil y político, y se ma-
nifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor. El amor a la sociedad y el compromiso por el bien común son una forma excelente de la caridad, que no sólo afecta a las relaciones entre los individuos, sino a «las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas». La persona humana se dignifica por el trabajo. Estamos llamados al trabajo desde nuestra creación. El trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal. Jesús trabajaba con sus manos, tomando contacto cotidiano con la materia creada por Dios para darle forma con su habilidad de artesano. No es este el carpintero el hijo de María (Mc 6,3). No debe buscarse que el progreso tecnológico reemplace cada vez más el trabajo humano. Más allá de los intereses limitados de las empresas y de una cuestionable racionalidad económica, es necesario que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por
parte de todos. Dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad. Deseamos que el mundo de hoy valore más -a pesar de la crisis de la pandemia- que el aire esté más limpio, que el cielo esté más azul, que los animales del campo visiten la ciudad, que los ciudadanos cumplan lo que se les pide, que la fraternidad, la solidaridad se hayan multiplicado, que pese al dolor y la muerte, se valore más la vida y queramos entre todos cuidarnos más, respetarnos más y tomar conciencia: conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de NUEVAS CONVICCIONES, ACTITUDES, FORMAS DE VIVIR que serán fundamentales para un futuro con esperanza. Porque no será posible comprometerse en cosas grandes sólo con doctrinas sin una mística (mística popular: Viene de misterio, de la unión trascendente con Dios y su pueblo) que nos anime, sin unos móviles interiores que impulsan, motivan,
alientan y dan sentido a la acción personal y comunitaria. Un ejemplo ha sido la organización vecinal, barrial en este tiempo de Pandemia: conciencia social, solidaria, fraterna y comunitaria. La espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, La educación ambiental debería disponernos a dar ese salto hacia el Misterio, desde donde una ética ecológica adquiere su sentido más hondo. Itinerarios pedagógicos, que ayuden efectivamente a crecer en la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado basado en la compasión; esta educación, llamada a crear una «ciudadanía ecológica», a veces se limita a informar y no logra desarrollar hábitos que nos comprometan y ayuden a la realización de todos. Finalmente nuestro deseo de trascender, de saber que hay algo más allá de nuestra propia existencia nos anima a una gran esperanza. Dice Francisco: “La vida eterna será un asombro compartido, donde cada criatura, luminosamente transformada, ocupará su lugar y tendrá algo para aportar a los pobres definitivamente liberados”.
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s o l e d s o h c e r e d educación y los
a n e t n e r a u c n e s o c i h c s á m
La
Una de las primeras medidas que se tomaron en nuestro país para evitar la propagación del Coronavirus fue el cierre de los centros educativos en todos sus niveles lo que produjo numerosos interrogantes: ¿Cuán preparados estaban, estudiantes, docentes e instituciones, para zambullirse en la educación a distancia? ¿qué produce la ausencia de escuela, del aula como espacio físico?¿qué quedará del uso de las tecnologías en la educación cuando todo esto pase? Inés Dussel pedagoga y doctora en educación, quién ha escrito numerosos artículos sobre los usos de las nuevas tecnologías en las aulas y las formas de enseñar y aprender con ellas, sostiene que si bien antes de esta nueva situación estaban los que veían la escuela como una institución obsoleta y defendían las tecnologías como la “educación del futuro”,
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sin espacios escolares específicos y sin tiempos programados, también están los que tienen la visión opuesta, donde este es un escenario distópico, que llevará a la pérdida de la dimensión pública y común de la escolarización y tendrá graves consecuencias en sociedades profundamente desiguales. Lo que viene pasando muestra un ‘borramiento’ de fronteras entre la escuela y la casa cuestión que Dussell considera como algo que no es beneficioso ni para las escuelas, ni para las familias, ni para los chicos: “Las familias se ven obligadas a asumir tareas que pueden confundir y complicar los vínculos (lo vemos todos los días en las peleas de los padres con los hijos para que hagan la tarea), y los chicos pierden la posibilidad de un tiempo autónomo y de construir redes de conocimiento y afectivas fuera de su núcleo familiar, ya sean maestros o compañeros, de manera sostenida. La escuela no es el edificio, si no un tipo de vínculo con el conocimiento. Pero el edificio tiene que estar; necesitamos un espacio tiempo distinto al de casa, que tenga un umbral de entrada y salida”. “Los medios no logran reemplazar a la escuela”, comenta Emilio Tenti Fanfani, reconocido especialista en educación y consultor
del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de la Unesco. “En este contexto, se ha echado mano a todos los medios de comunicación para llegar a los alumnos y ofrecer una ocasión para que exista una continuidad en los procesos de aprendizaje. Por lo menos de ciertas prácticas culturales como la lectura y el cálculo. En ese sentido”, señala Tenti Fanfani “Nadie aprende espontáneamente a leer y escribir, o a calcular o el concepto de probabilidad o porcentaje. La capacidad de aprender es una capacidad formada. Tiene que ser el resultado de una acción pedagógica. Por eso es que preocupa tanto por estos días el déficit de escuela: porque los medios y los sustitutos no reemplazan totalmente lo que hace la escuela”. Desigual acceso a medios tecnológicos y a internet
“No es lo mismo hablar de escuelas y familias de clase media que de escuelas públicas y de barrios con menos recursos”, advierte Dussel “donde la desigualdad vuelve a aparecer como tema central y se cruza en todas las reflexiones, porque aparece muy palpable y muy visible en las historias que se van escuchando. Por un lado son las enormes desigualdades sociales respecto a la conectividad digital, la comodidad del espacio de trabajo, las posibilidades de las familias de sostener y acompañar los aprendizajes de los chicos. La desigualdad en el acceso es gravísima y quizás una de las mejores medidas en este mo-
mento sería dar conectividad a los sectores más excluidos“. “Seguramente saldremos con más desigualdad”, asegura Tenti Fanfani, “todas las situaciones de catástrofe caen más sobre los más pobres, y la pandemia de Coronavirus no será la excepción: Los que más pierden, los que más sufren son los que ya venían sufriendo desde antes, los que menos tienen. Esto llega a los hogares de
sumo, entonces tenemos que ir en contra de eso”. Belén es profesora en un Bachillerato popular y nos comparte que muchos de los estudiantes viven en barrios populares y bastante complicados con temas económicos. “viven en espacios pequeños donde todos y todas comparten el mismo lugar, entonces les
hace que todo sea un poco más complejo en cuanto a continuar con la escuela” comparte Mariano, director de la escuela parroquial primaria de Madre del Pueblo en el barrio Ricciardelli (ex villa 1-11-14) , “porque surgen un montón de otras necesidades de índole mucho
La escuela es el lugar donde los niños
pueden encontrarse con otros niños. La fal-
ta del aula produce una ausencia de otras voces infantiles para aprender juntos.
forma despareja y depende de las capacidades de las administraciones educativas, los ministerios y los propios docentes que han desarrollado en forma individual mucha creatividad y diferentes respuestas”. Katy que es directora del nivel primario en el proyecto educativo de la Parroquia San José en Puerta de Hierro, La Matanza, si bien comparte que la parte pedagógica es muy difícil de sostener “porque la mayoría de nuestras comunidades en todos los niveles no tienen acceso a las tecnologías, a eso se le suma otra dificultad, de que no hay un adulto responsable que acompañe a las infancias. Entonces como estrategia, y poniendo el cuerpo, decidimos organizarnos con un grupo de maestros e ir casa por a casa alcanzando actividades, propuestas, más que nada para no perder el vínculo con los chicos. Nuestras comunidades están muy atravesadas por el consumo y la violencia, y si en estos meses no sostenemos el vínculo, va a ser muy difícil que quieran volver a las escuela, sobre todo los que están en los últimos años de primaria, a los nenes de 11,12 años los capta muy fácilmente el con-
cuesta concentrarse para trabajar o tener un espacio propio para estudiar. Muchos de ellos y ellas viven con sus hijos e hijas que también van a la escuela y hay problemas de conectividad, tal vez hay un celular en una familia muy numerosa, entonces la conectividad es complicada y las condiciones complejas. Con la cuarentena muchos de ellos y ellas decidieron volcarse al trabajo de reparto, lo vieron como una salida laboral pero estuvieron muy expuestos al virus y ahora cada vez son más los casos de estudiantes nuestros que estuvieron internados con Covid. Hay que pensar multiplicidad de estrategias porque los recursos al no ser presenciales son otros y es prioritario el acompañamiento, porque si bien algunos lograron conectarse con la escuela notamos muchísima deserción escolar en estos tiempos” afirma Belén. “La desigualdad que está presente en los barrios populares
más básica, y la escuela va asumiendo también estos lugares, que los asumía antes pero ahora quizás con más intensidad. El movimiento de las familias y de los chicos y chicas siempre era hacia la escuela y en este tiempo fuimos aprendiendo, la dimensión misionera de salir, porque tuvimos que salir de la escuela y llevar esa escuela a cada casa. Salir al encuentro de otras formas nuevas que fuimos creando y construyendo sobre la marcha, porque nadie nos había anticipado este escenario. Y creo que eso es un valor porque cuando termine este tiempo y empiece uno nuevo hay cosas que van a quedar y esta es una de ellas”.
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Contenidos y evaluación
¿Cómo cambian los contenidos de la escuela con esta nueva situación? ¿De qué tenemos que dar clase hoy? “Hay un debate entre los especialistas sobre si la escuela tiene que seguir enseñando el programa ya establecido o si tiene que adaptar sus contenidos a lo que está sucediendo”, explica Inés Dussel a lo que agrega “podemos abrir muchos proyectos de conocimiento sobre esta crisis, los saberes valiosos no se reducen al programa escolar”. Emilio Tenti Fanfani señala que si bien “hay ciertos conoci-
la organización del trabajo doméstico… pero no como lecciones sino como una transmisión que ocurre mientras cocinamos y limpiamos la casa o mientras escuchamos las noticias. Él sugiere cosas simples que pueden hacer los padres con sus hijos. Cocinar Según Unicef, el 81% de
los hogares con niños y niñas recibe actividades escolares
en la cuarentena. Pero el 18% de los adolescentes del país
no cuenta con Internet en su hogar y el 37% no tiene una computadora disponible
para hacer trabajos escolares .
juntos, explicar cómo funciona el sistema eléctrico de la casa, construir muñecas o pelotas de trapo, reconstruir la historia familiar revisando un álbum de fotografías, leer juntos un diario o un cuento, etc.) Hay
mientos, especialmente los primeros, que requieren de una institución especializada y de agentes especializados como los maestros, la escuela no tiene el monopolio del aprendizaje porque en la vida aprendemos cuando vemos televisión, cuando viajamos, cuando vamos de compras, cuando se nos muere un familiar porque la vida es aprendizaje”. Es interesante lo que sostiene el reconocido pedagogo Francesco Tonucci, de hacer de esta experiencia una oportunidad de aprender sobre el mundo, sobre
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cosas que “educan” más allá del curriculum escolar cuyo cumplimiento tanto desvela a muchos pedagogos formalistas. El error es seguir como antes de la crisis: con lecciones y deberes para casa. La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados”, expresa Tonucci. “Respecto a los contenidos fuimos repensando cuales son los más adecuados para trabajar con las familias”, comenta Mariano “porque muchas no están alfabetizadas y no estamos nosotros mediando, ayudando a entender, entonces luego de un tiempo empezamos a mandar cuestiones del mundo cultural que la familia pueda poner en juego, sus anécdotas, hablamos de los juegos, de los números que hay en las casas, en los alimentos que compran, en el dinero, buscando que las familias también puedan ayudar a su hijo o hija y no se frustren. Repensamos los contenidos en función de las familias. También desde las familias hay muchísima preocupación por esta situación. Todas tienen algún familiar o alguien que tiene o tuvo Coronavirus o está aislado. Muchas están agotadas de estar en casa todo el tiempo, todos juntos; y también se da la situación que en algunas casas no sabemos bien que pasa, algo que nos preocupa bastante. Empezamos sosteniendo la escuela por sostenerla, pero ahora nos damos cuenta que es mucho más importante de lo que nosotros creíamos y para muchos chicos y chicas no es una carga sino un poco de aires fresco en ese clima de tanto agotamiento”. Para las instituciones con modalidades técnicas con talleres y prácticas profesionales es todo un desafío el no contar con clases
presenciales comparte” Gustavo Canavesio supervisor de las escuelas técnicas de CABA “hay algunos aprendizajes del ámbito taller que se pueden trasladar al hogar y que pueden favorecer los aprendizajes futuros, sobre todo en los primeros años: por ejemplo a partir de cajones de verdulería que se tiran se puede aprendan a medir, a trazar, a desarmar, a clavar clavos equidistantes, hacer cambios de escalas de centímetros a pulgadas. Mantener ese espíritu técnico de habilidades y destrezas propias, respetar consignas y cumplirlas, son cosas importante para aprender un oficio”. En las técnicas están simulando procesos que se hacen en el taller que se puedan asimilar en
cos, donde están las dificultades. La nota es completamente secundaria hoy. Hay que volver al sentido de la evaluación que tiene que tener un buen maestro para ir afinando la puntería en función de los logros de cada uno de sus chicos. El día después
y después esos trabajos se entregan. Vimos que el WhatsApp nos permite una cercanía dentro de la distancia que no podemos evitar. Tiene algo del vínculo que nos une. No hay educación sin vínculo. Y sostener así las clases es una manera de sostener
Dussel considera que hay que animarse a pensar en el día después. “Tenemos muchas ganas y muchos miedos de salir. Se está viendo cómo muchos chicos no quieren salir de sus casas porque están llenos de miedo. Hay que trabajar esto también a escala pedagógica.
La escuela debería aprovechar esta paradójica
situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma.
la casa, usando videos tutoriales y en algunas escuelas sumando plataformas un poco más avanzadas que otras para contenidos específicos. En el Instituto Virgen Inmaculada en Soldati, en el turno noche, que es un bachillerato acelerado de tres años para adultos optaron por la dinámica de dar clase en vivo por WhatsApp. “Los y las estudiantes cursan la materia como si estuvieran en el cole pero por WhatsApp, donde reorganizamos los horarios para que los chicos tengan una materia por día” nos cuenta Natalia, una de las profes del Instituto. “Les proponemos un acercamiento al tema, con un video, un texto, audios, PowerPoint, o nos filmamos los mismos docentes. Luego una actividad, un PDF con un texto por lo general. Hay momentos de puesta en común entre todos
nuestros vínculos”. Katy comenta que “en los barrios populares los chicos salen del cuarto donde viven a la calle. Y esa es nuestra oportunidad de estar ahí con ellos. Hace poquito en un mural pintamos un abecedario como estrategia para acercarnos. Obviamente las tomando todas las precauciones y los protocolos para cuidarse pero tratando de sostener la educación y el derecho a la educación ante esta situación. El acompañamiento uno a uno en cualquiera de los niveles, desde inicial hasta el secundario. Si tomamos el tema de la evaluación como herramienta pedagógica, no para promocionar sino para evaluar, si han aprendido que han aprendido, en qué situación están los chi-
Un primer punto a trabajar con las y los estudiantes es cómo están, cómo pasaron este tiempo. Un segundo punto es qué aprendieron. También indagar qué extrañaron y qué no. Qué les gustaría que cambie de la escuela”. Estos no fueron meses perdidos, sino que fue un tiempo excepcional en el que estuvimos dispuestos, contra viento y marea, a seguir aprendiendo y construyendo algo juntos. Que sepan que ellos nos importan, que nos importa lo que a ellos les pase. Ese es un gesto político fundamental: “a mí sí me importa lo que te pasa y no desisto de enseñarte”.
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Dra. María Lourdes Molina Licenciada en psicología, Doctora en Ciencias Penales, fundadora de Asociación Civil Nuestras Manos. Equipo de Infancias y Adolescencia de la Familia Grande Hogar de Cristo. escuchapandemia@hogardecristo.org.ar ora.
Acompañar la salud de las infan
cias y
adolescencias en tiempos de pand La pandemia del coronavirus Covid-19 nos enfrentó a una situación extrema que nos obligó a tomar medidas recomendando el aislamiento de la población y la restricción de la circulación, con la suspensión de las clases en los distintos niveles educativos y la mayoría de las actividades recreativas, deportivas, culturales y/o terapéuticas. En este contexto, se agravaron las problemáticas pre-existentes y se activaron malestares propios del momento que estamos transitando. Esto se profundizó a medida que el tiempo se fue extendiendo. Y ya pasados los 100 días se acentúan las manifestaciones emocionales y psicológicas que dan cuenta de necesarias intervenciones en salud mental, en la población en general, pero más aún en las infancias, adolescencias y sus vínculos. La restricción de atenciones psicológicas y/o psiquiátricas presenciales -salvo urgencia acreditada como en los casos de violencia-, planteó a los equipos terapéuticos la necesidad de generar alternativas de atención individual a distancia (tele-terapia) y talleres terapéuticos que funcionaron con algunos sectores de la población, aunque con serias dificultades a la hora de la primera infancia y la adolescencia, más allá de ciertas
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problemáticas mentales asociadas a las violencias y cuadros con trastornos del desarrollo o del espectro autista.
La preocupación de las/los adultos con funciones de cuidado junto a la incertidumbre que se fue profundizando a lo largo de los días, incidió también en el contexto en el cual las infancias y adolescencias crecen. Un daño más de esta pandemia. Un aporte interesante para el análisis es el estudio realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (UBA, Facultad de Psicología), que realizó ocho estudios sobre el impacto del Coronavirus hasta la fecha (www.psi.uba.ar/opsa). La organización sanitaria centrada en el Covid-19, postergó las intervenciones asociadas a necesidades psicológicas y de espacios terapéuticos acorde a los cuadros de ansiedad, angustia, irritabili-
emia
dad e impulsividad que fueron manifestando nuestros niños, niñas y adolescentes y nos planteó la necesidad de organizarnos en los equipos terapéuticos y ofrecer diferentes maneras de estar cerca de dicha población y sus grupos familiares convivientes. El soporte de los espacios comunitarios, articulando con algunos equipos de salud mental de organizaciones de base, llevó a superar los temores iniciales y a asumir los riesgos con todo el cuidado necesario para reducir los riesgos de contagio. Fue necesario evaluar situaciones a distancia y acercarse a observar ciertos comportamientos y/o manifestaciones de niños, niñas o adolescentes junto a sus vínculos y realizar intervenciones a modo de evaluación para decidir la necesidad de derivar a una interconsulta médica psiquiátrica o generar un ámbito de atención psicológica individual y/o vincular parento-filial o fraterno como así también proponer talleres con sentido terapéutico -más allá de lo recreativo del momento. Es así que se vio la necesidad de ofrecer alternativas terapéuticas utilizando el trabajo con masas, armado y posterior diálogo con títeres y/o con máscaras, e implementar el abordaje a través de la música y herramientas
de la pedagogía Montessori. Al igual que muchos educadores y personas de otros ámbitos, en el camino se vio prioritario generar la motivación y atención de los niños, niñas y adolescentes con videos cortos y dinámicos, con muchos colores y propuestas accesibles para que los chicos y chicas puedan realizarlas en sus domicilios. Fueron pasando los días y esto ya no alcanzaba. Estalló la necesidad de que puedan salir en una franja horaria a un lugar aireado acorde... Espacio / Corredor saludable que en los barrios populares no existe aún y ellos circulan entre los pasillos y las escasas plazas o playones que se fueron construyendo hace un tiempo. Porque esa salida para ellos no es “recreativa” sino “saludable”. Las cinco cuadras que se les permite caminar a los chicos y chicas de CABA no aplican a los chicos y chicas de las villas de la ciudad. La escasez de recursos de ciertas áreas del Estado se visibilizó más en pandemia, dado que la mayoría de los agentes de salud mental atienden “a distancia”... De allí que viendo los cuadros que se iban agravando -ya desde los primeros 30 días- generamos con integrantes de Centros Barriales de CABA y Gran Buenos Aires una red de apoyo telefónico – primera línea de evaluación- que nos permitiera luego decidir la necesidad o no de ir al territorio. Teníamos la convicción de que era necesario acercarles a las familias con escasos recursos y dificultades en torno a su vinculación algo de alivio para facilitarles el aislamiento. ¿Cómo entretener a los/as niños/as?, ¿cómo ayudarlos/as con las tareas, cuando los adultos no conocemos los temas o no aprendimos como ellos/as?, ¿cómo convivir todos juntos en un espacio no del todo
adecuado ni equipado?, ¿cómo pasar tanto tiempo con quien ya tengo problemas de convivencia?, ¿qué hacemos ante manifestaciones cada vez más frecuentes de ansiedad, miedo, angustia, trastornos del sueño, impulsividad, irritabilidad, entre otros?, Frente a situaciones de violencias ¿cómo pedimos ayuda y a quienes? Y a partir de estas situaciones, nos propusimos organizar un espacio de escucha desde integrantes de la Familia
Grande del Hogar de Cristo que no estaban en la primera línea de organización alimentaria y de los paradores. Del intercambio surgieron tres niveles de escucha y acompañamiento frente a la demanda de intervenciones específicas en salud. Primer nivel: las llamadas y mensajes de los/as pibes/as se han incrementado significativamente. Necesitan hablar más que nunca, compartir el día a día con alguien, contar lo que hacen,
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lo que extrañan, sentirse cerca. Es necesario profundizar esa escucha, que estuvo siempre, que nace de la confianza mutua, del conocimiento, de los vínculos construidos. Prestar atención al modo de escucha tecnológica al que nos obliga este contexto: siempre que se pueda realizar una video llamada en lugar de sólo telefónica para sumar a la comunicación el poder vernos y poder ver todo lo que expresamos con el cuerpo. En función de las necesidades detectadas, aprovechar los espacios barriales de entrega de mercadería para preparar y acercar materiales de otra índole (ej. actividades recreativasterapéuticas, tareas, fotocopias, útiles, elementos para pintar, juegos, etc.) Segundo Nivel: Contar con un recursero de teléfonos de orientación de la Familia Grande del Hogar de Cristo que estén funcionando realmente. Es muy importante tener chequeada la calidad de la atención para no generar falsas expectativas. En algunas ocasiones, la problemática planteada por quienes acompañamos, o el tiempo que exige la escucha en
esta etapa, excede nuestras posibilidades, y necesitamos articular con personas que cuenten con ciertas herramientas específicas. Ello no implica que uno se desentienda del acompañamiento como vínculo de confianza. Las problemáticas centrales que encontramos fueron: dificultades de crianza e implementación de pautas de crianza inadecuadas, manifestaciones de irritabilidad, ansiedad, impulsividad y/o angustia, violencias interpersonales o situaciones de abuso sexual, crisis adolescentes con conductas de riesgo autolesivo y orientaciones legales específicas vinculadas a violencias y/o infancias, entre otras. De esa manera, quienes vienen acompañando en el pri-
mer nivel, saben a quién pueden recurrir para: a) dar respuestas a quienes acompañan; o b) poner en contacto de manera directa a quienes necesitan ese apoyo o recurso determinado con quien puede resolverlo. Tercer nivel: Intervención territorial. Se implementa cuando no resulta suficiente la escucha telefónica o a la distancia y se requiere un contacto presencial. En estos días nos hemos encontrado con situaciones de abandono de niños/as, cuadros de ansiedad e irritabilidad de cierta gravedad en niños o depresión adolescente, violencia de género, intentos de suicidio. Cuadros que requirieron la intervención en territorio y la articulación con otras instituciones. Para ello siempre ha sido el vínculo previo, de confianza, cercano que acompañó y sostuvo todo el proceso. Confiamos en que la red de acompañamiento se sostenga y aumente, a los fines de ahondar la entrega que este tiempo de ofrenda requiere. No somos esperanzadas/os por pura terquedad, sino por un imperativo existencial e histórico. Paulo Freire.
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Texto: Norberto Liwski Médico Pediatra Social
Comunidad y derechos en pandemia Gran parte de la humanidad atraviesa la difícil experiencia de convivir con un virus desconocido al que reconocemos con el nombre de Coronavirus y Covid19. Desde que llegó a nuestro país se multiplicaron situaciones de solidaridad y compromiso de la comunidad, grandes esfuerzos de los trabajadores de la salud, múltiples iniciativas humanitarias de organizaciones sociales especialmente de mujeres y jóvenes, religiosos y religiosas, laicos, procurando asegurar entre otros aspectos de la vida cotidiana, el alimento básico o ayudando a una mejor convivencia en el hogar y entre los vecinos. En este contexto el Estado debe asumir la indeclinable responsabilidad de garantizar los Derechos Humanos de toda la población con prioridad en los sectores más vulnerables y destacando en sus acciones el interés superior de niños, niñas y adolescentes. Como dijera el Papa Francisco: “Asiste a los líderes de las Naciones para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad...”. Se tomaron medidas sanita-
rias que hicieran lo más lento posible las circulación del virus, que enfermara la menor cantidad de gente, que mejorara y fortaleciera el sistema de salud y consecuentemente que proteger la vida fuera un propósito superior en el marco del Estado de Derecho y de procurar aliviar los graves efectos económicos y sociales de la pandemia en amplios sectores de la sociedad. En este aspecto es preciso reafirmar la vigencia de los valores democráticos incluyendo el Derecho a respetar las opiniones y voces disidentes. Recordemos que el coronavirus ingresó en el mes de marzo a la Argentina; luego comenzó a circular por gran parte del país de manera diferente y en el último tiempo se concentró fundamentalmente en la Ciudad de Bs As, el Conurbano y en la Provincia de Chaco. Los niños, niñas y adolescentes vieron cerrar sus aulas y se
inició una modalidad de continuidad en los cursos educativos en sus propios hogares. Para maestros, profesores/as, padres y los propios chicos y chicas se puso en marcha un auténtico desafío socio pedagógico, especialmente para responder a la modalidad virtual complementado con cuadernillos didacticos procurando de este modo atenuar las desigualdades en el acceso a los sistemas digitales. Las chicas y chicos de nuestros barrios populares, viven este tiempo con mucha inquietud, a veces miedo, casi siempre incertidumbre, y muchas veces con el malestar que genera la frustración, acompañado de una penosa sensación que no se los tiene en cuenta, no se los escucha y quedan como invisibles en este difícil panorama. Las desigualdades y las injusticias en la pobreza se transforman muy rápidamente en pérdida de Derechos básicos. Sin embargo nuestros niños, niñas y adolescentes no son invisibles a la esperanza y a la fe, como no son invisibles para quienes silenciosamente luchan, peticionan, se organizan para defender todos y cada uno de sus derechos. Defendemos sus derechos y el de sus familias a reclamar que los organismos del Estado en cada jurisdicción asuma su
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responsabilidad de garantizar básicamente, la alimentación adecuada, el suministro de agua potable la salubridad ambiental, la protección de su salud, la protección contra toda forma de violencia dentro y fuera del hogar, incluyendo la que puedan ejercer personal de las fuerzas de seguridad bajo el pretexto de custodiar la cuarentena, asegurando también el Derecho a la educación asumiendo que mientras no se pueda volver al aula se deben seguir construyendo vínculos que no se vean afectados por la ausencia de tecnología. En correspondencia con el enfoque que estamos expresando se manifestó durante el mes de abril el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas; resumiendo expresó: 1. Considerar los impactos sanitarios, sociales, educativos, económicos y recreativos de la pandemia en los derechos del niño reconociendo que, en situaciones de crisis pueda haber medidas excepcionales que restrinjan el disfrute de ciertos derechos humanos para proteger la salud pública. Sin embargo, tales restricciones deben imponerse solo cuando sea necesario, ser proporcionadas y mantenerse al mínimo absoluto. 2. Explorar soluciones alternativas y creativas para que los niños disfruten de sus derechos de descanso, ocio, recreación y actividades culturales y artísticas. Dichas soluciones deben incluir actividades supervisadas al aire libre que respeten los protocolos de distancia física y otras normas de higiene, y ac-
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tividades culturales y artísticas para niños en la televisión, la radio y en línea. 3. Asegurarse de que el aprendizaje en línea no exacerbe las desigualdades existentes ni reemplace la interacción alumnomaestro. El aprendizaje en línea plantea desafíos para los niños que tienen acceso limitado o nulo a la tecnología o Internet o que no cuentan con el apoyo adecuado de los padres. Deben estar disponibles soluciones alternativas para que estos niños se beneficien de la orientación y el apoyo brindado por los maestros. 4. Activar medidas inmediatas para garantizar que los niños reciban alimentos nutritivos durante el período de emergencia, desastre o encierro, ya que muchos niños reciben su única
comida nutritiva a través de esquemas de alimentación escolar. 5. Mantener la provisión de servicios básicos para niños, incluyendo atención médica, agua, saneamiento y registro de nacimientos. 6. Definir los servicios básicos de protección infantil como esenciales y asegúrese de que sigan funcionando y disponibles, incluidas las visitas a domicilio cuando sea necesario, y proporcionar servicios profesionales de salud mental para niños que viven en confinamiento. 7. Proteger a los niños cuya vulnerabilidad se incrementa aún más por las circunstancias excepcionales causadas por la pandemia: niños con discapacidades; niños que viven en la pobreza; niños en situaciones de calle; niños migrantes, solicitantes de asilo, refugiados y desplazados internos; niños de minorías e indígenas; niños con afecciones de salud subyacentes, incluido el VIH/SIDA; niños privados de libertad o internados en centros de detención policial, cárceles, centros de atención segura, centros o campos de detención de migrantes; y niños que viven en instituciones. 8. Liberar a los niños de todas las formas de detención o encierro, siempre que sea posible, y proporcionar a los niños que no pueden ser liberados los medios para mantener un contacto regular con sus familias. Muchos Estados han adoptado medidas para restringir las visitas y las oportunidades de contacto para los niños que viven en instituciones o que están privados de
su libertad. 9. Prevenir el arresto o la detención de niños por violar las directrices y directivas del Estado relacionadas con COVID-19, y garantizar que cualquier niño que fue arrestado o detenido sea devuelto inmediatamente a su familia. 10. Difundir información precisa sobre COVID-19 en formatos amigables y accesibles. 11. Brindar oportunidades para que las opiniones de los niños sean escuchadas y tomadas en cuenta en los procesos de toma de decisiones sobre la pandemia. Los niños deben comprender lo que está sucediendo y sentir que participan en las decisiones que se toman en respuesta a la pandemia. Recogiendo el reciente informe del Comité de Ética y Derechos Humanos del Ministerio de Salud de la Nación destinamos una singular atención al sector adolescente. La Encuesta COVID-19 de UNICEF (abril 2020) comunica que el 22% se siente asustado, el 15,7% angustiado y el 6,3%
deprimido, aunque el mismo estudio señala que el 97% de los adolescentes aprueban las medidas de aislamiento social. Por ello habrá que evitar soluciones simplistas a dilemas complejos, desde la perspectiva ética y de derechos humanos a la hora de modificar la estrategia sanitaria o reducir el aislamiento sin condiciones de apoyo y contención al sector adolescente. Estimamos necesario fortalecer aquellas medidas que se inspiren y motiven en valores y conductas que identifican a la adolescencia con el mundo creativo, innovador y de inten-
sidad en la comunicación social buscando la participación de la familia y la inclusión de los protagonistas en un sistema de devolución participativa en la estrategia global, actual y próxima. Por último es importante fortalecer políticas de cooperación y articulación de acciones territoriales con organizaciones sociales, comunitarias e iglesias potenciando la capacidad de las mismas en su conocimiento y relación con los niños, niñas y adolescentes, particularmente de las barriadas populares de los grandes conglomerados.
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Vicaría de Jóvenes
e d n e v o j o r t s o r El
la iglesia
Ser Comunidad
La Vicaría de Jóvenes es un espacio donde convergen las distintas realidades de los jóvenes de nuestra Ciudad: Camina y hace camino escuchando con oído atento el clamor de sus diversas realidades, buscando abrazar a todas ellas. Es una comunidad atravesada por el dinamismo propio de la juventud que no se aferra a estructuras sino que las desafía constantemente. Por eso, tal vez, su cualidad más sostenida en el tiempo es el dinamismo de sus características porque el joven es así. Es una comunidad que escucha, se compadece, atiende, reza, trabaja, proyecta, y celebra el HOY del paso de Jesús por nuestra historia sabiéndose protagonista. Es una comunidad que está atenta a los signos del camino y de sus tiempos: Para proyectar a largo plazo, consolidar las bases, celebrar, salir al encuentro y seguir soñando juntos. Camino de discernimiento
Las reuniones presenciales no son posibles pero no dejamos de trabajar por Jesús y los jóvenes de la Ciudad. Los dos principales objetivos a corto plazo fueron
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momentos. Si bien este camino fue de mucho trabajo, estamos convencidos de que era el modo que nos proponía el Espíritu para el momento que transitamos. En el medio del arduo trabajo descubrimos una gran riqueza: La importancia de los detalles. En esas cosas chiquitas que ajustábamos y en la que nos deteníamos, Jesús se hacía presente. Los Vivos de Instagram
armar la Vigilia de Pentecostés y la Marcha Virtual del Corpus Christi. Ideamos una misma dinámica de trabajo: El esqueleto y las líneas generales eran definidos entre todos y nos dividíamos en equipos. Cada equipo pensaba al detalle algún momento y en la próxima reunión comentaba los avances que había logrado. Así proponíamos ideas superadoras o afinábamos detalles para cada uno de los
Como rostro joven de la Iglesia buscamos la forma de reinventarnos y de salir al encuentro de los jóvenes en esta realidad que nos atraviesa; de ir a buscarlos en donde están. Los Vivos de Instagram fueron una de las herramientas que nos ayudó a llegar a los jóvenes de la Ciudad y generar un espacio de encuentro e intercambio. Cada Vicaría Zonal se encargó de buscar diversas herramientas, y además, plantear distintos objetivos: Según los diversos contextos, el camino que venían recorriendo y la realidad de los jóvenes de esa parte de la Ciudad. La mayoría de los equipos,
debido a los preparativos de los vivos, tenían reuniones semanales y esto afianzó la relación entre ellos. Se hicieron desde lo lúdico hasta entrevistas, buscando tejer redes entre las distintas comunidades. Pentecostés
Todo nuestro año de trabajo está basado en las Bodas de Caná. Desde ése pasaje los jóvenes nos vimos como servidores. Nosotros, aún sin saberlo, aportamos el agua, pero lo aportamos al 100%: hasta que la tinaja
desborde. Y ahí se da el milagro: cuando Jesús logra transformar el agua en vino, es decir, en fiesta. Lo hace Él, pero nos pide a nosotros aportar agua hasta que las tinajas desborden. Convencidos de que los jóvenes no estamos llamados a ser el futuro de la Iglesia sino el ahora de Dios, nos pareció oportuno poder convocar distintos jóvenes que nos den su testimonio respecto a cómo ellos se encuentran trans-
formando alguna realidad, desde labores “extraordinarias” como en lo “ordinario”. Este momento tuvo siempre un objetivo claro: Los jóvenes debían sentirse protagonistas, no espectadores. El testimonio debía servir para que ellos pudiesen pensar cómo podían transformar su realidad. Después de estos testimonios
se invitó a los jóvenes a una oración comunitaria para vivir lo que nos dice Francisco: Los jóve-
nes somos el ahora de Dios. Tenemos que aportar al mundo lo que tenemos para convertir en fiesta tantas realidades donde no la hay. Corpus - #modojesús
Este año, donde nada fue como lo pensamos originalmente, tuvimos el desafío de mantener la Marcha de Corpus Christi,
evento que a tantos jóvenes convoca año tras año. Después de haber llevado a cabo la Vigilia de Pentecostés y, al tener más experiencia en “lo virtual”, nos animamos a adaptar la Marcha a estos tiempos. Este desafío implicaba replicar cada momento que originalmente tiene la Marcha. No queríamos que se perdiera su esencia ya que la vivimos como una de las mayores expresiones de fe de los jóvenes de nuestra Ciudad: El juntarse con la comunidad antes
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de salir a marchar, el encontrarse con tu vicaría, encontrarnos Arquidiocesanamente y compartir la Misa en la Catedral. Para esto dividimos la propuesta en tres momentos englobados por el #MODOJESÚS. Un momento por parroquia o grupo, pensado para trabajar sobre la pregunta de San Alberto Hurtado “¿Qué haría Jesús en mi lugar?”. Un momento zonal, donde compartimos la riqueza de cada parroquia y un momento Arquidiocesano donde se invitaba a los jóvenes a vivir la Misa. Otras experiencias: cuentros de formación
En-
Allá por febrero, nos encontramos para repensar la propuesta de formación que la Vicaría estaba brindando. Esto nos llevó en su momento a plantearnos un espacio de formación apuntado a los agentes pastorales, con especial atención a lo que plantea el Documento Juntarnos (2017) y ahora adecuado al contexto de la pandemia. En el marco de la Pascua hubo varias propuestas virtuales y, respecto a la formación, surgió la necesidad de encarar
tres espacios que en el marco de la Semana Santa nos ayudaran no sólo a transitar ese tiempo sino también que tuvieran que ver con nuestra realidad de todos los días. Pensamos que la palabra COMPARTIR expresaba la propuesta que buscábamos desarrollar. Compartir nos exigía tres actitudes que vimos necesarias de abordar: recibir, comprometerse y escuchar. Tres palabras que fuimos desarrollando en encuentros en Zoom donde cada expositor asumió la propuesta desde un taller. Los jóvenes en Cáritas
Ya desde hace el año pasado, comenzamos a trabajar junto a
Cáritas en reconocer una realidad palpable: los jóvenes se comprometen con su realidad social, y cómo dice el Papa Francisco, hacen así Política -la forma más elevada de la Caridad-. Esto, en el contexto de la Pandemia, ha significado visibilizar los emprendimientos que las cáritas parroquiales han encarado (con los jóvenes como protagonistas sabiendo que no son el grupo de mayor riesgo) en una enorme de tarea de organizarse comunitariamente para responder a las necesidades: El Pueblo más pobre es siempre el que más sufre las diferentes crisis que vivimos como sociedad, y en medio de la cuarentena, la falta de trabajo y alimentos se hizo sentir con mayor fuerza.
FM 107.1 Radio Pan y Trabajo @fmpanytrabajo Av. Rivadavia 413 Piso 5 CP Tel: 54-11-4342-3237
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e n e i t a í s e o Cuanta p
e v e s o n e u q a s u ir d v i a n v o r o c l la e ritas ante de Cá jo a b a r t o s n e El inm
Frente a la pandemia que nos llena de incertidumbre Cáritas ha incrementado en estos últimos meses todo su trabajo en el territorio que ya viene realizando históricamente cada vez con mayor creatividad y compromiso. Para dar cuenta de la inmensa tarea que se realiza en todo el país conversamos en esta oportunidad con tres referentes de distintas diócesis del Gran Buenos Aires: Merlo- Moreno, Lomas de Zamora y San Isidro. Son miles los gestos solidarios que se realizan día a día para responder a esta emergencia sanitaria, para sostener a las familias y comunidades, para cuidar la vida de las personas más frágiles y vulnerables. Cada gesto cuenta para cambiar la realidad y transformarla. La diócesis de Lomas de Zamora en el sur del Gran Bue-
nos Aires cubre seis partidos: San Vicente, Presidente Perón, Almirante Brown, Esteban Echeverría, Ezeiza y Lomas de Zamora. Laura, la referente de Cáritas nos cuenta que “alrededor de dos millones de personas viven en esta diócesis”. Laura, que pensaba estudiar ingeniería nuclear y terminó en derecho y trabajo social, arrancó en Cáritas muy joven mientras estaba en el secundario y ya era parte de la Acción Católica, durante unos años su desarrollo labo-
La impronta de Cáritas
es el acercamiento, la cercanía y la presencia para la promoción.
ral estuvo en Capital y después cuando volvió a provincia, empezó a tener una participación más activa tanto en Acción Católica como en Cáritas, a nivel parroquial y después diocesano. “Mi abuela fue una de las promotoras de Cáritas, siempre que llegaba a su casa había una persona mayor que ella alojaba o un chico que criaba, sin tener mucha conciencia lo viví de chica”, recuerda, y luego nos comparte del trabajo en la diócesis “en Lomas trabajamos básicamente la asistencia directa y la promoción a través de iniciativas que tienen que ver con la educación, la inclusión laboral, mejoras habitacionales, micro-
créditos para emprendedores y el acompañamiento en cuanto a seguridad alimentaria. En los últimos años aumentaron los lugares donde Cáritas asistía con entrega de alimentos y hoy, con la emergencia estamos casi en 200 lugares donde vamos compartiendo lo que recibimos” comenta Laura. “Casos de covid positivo tenemos en casi en todos los barrios y, si bien no hay ningún foco importante, porque hay una respuesta rápida del sistema sanitario se agudiza la situación de aislamiento. Con las personas en situación de calle, realidad con la que ya venimos trabajando desde hace unos años, ampliamos los espacios de hospedería para que la gente haga su aislamiento, y las acompañamos con los trámites para el IFE, DNI o lo que se necesite.
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Hay mucha diferencia en cómo perseverando aún con pocos re- es que la realidad se impuso y se van resolviendo las cosas para cursos y conectividad. cuando mucha gente quedó sin los más castigados cuando la coAlgo que ya veníamos desarro- salir los más jóvenes tomaron la munidad ya tiene un ejercicio de llando era una red de jóvenes, y posta. Este proceso nosotros lo ida y vuelta con el resto de las a partir de la pandemia inaugura- leemos desde la fe, poder coninstituciones y se organiza que mos un voluntariado de proximi- tar con la capacidad el servicio y con las comunidades más cerra- dad, coordinando entre los jóve- el amor de los chicos es genial” das” reflexiona Laura. nes de Cáritas, de pastoral social concluye Laura. “A las personas que están en y sectores de Acción Católica. De programas de becas educativas esta manera contamos con refeRealidades similares pero con ahora con la pandemia todo eso rentes zonales para evitar una distintos matices se viven en la se viene reconvirtiendo a un plano circulación innecesaria de los diócesis de San Isidro, ubicavirtual pero vemos que hay mu- voluntarios, porque nos llegaban da al norte de la Pcia. de Buenos cha desigualdad en el acceso a los muchas situaciones de los ba- Aires comprendiendo cuatro pardispositivos. Estamos fortalecien- rrios para acompañar, de perso- tidos: Vicente López; San Isidro; do la entrega de útiles y materia- nas mayores, ir a buscar recetas, San Fernando, Tigre. “Implica un les escolares a las familias, sobre muchas escuelas de capital nos montón de lugares y barrios con todo a las que no tienen acceso a convocaron porque sus alumnos situaciones muy diversas, quizás internet”, nos cuenta la referente son de los barrios periféricos, los la característica más fuerte sea y continúa con las acciones más padres changueaban en la Capi- la diversidad, y así como hay significativas: “En este contexto tal y ahora no se pueden acer- sectores que tienen más posibialgo para celebrar que está dando car a buscar las viandas. Mucha lidades hay sectores que tienen frutos es la nueva carrera univer- gente con dificultad para conti- situaciones complejas y con mesitaria de acompañamiento tera- nuar los tratamientos médicos; nos recursos” nos comparte Ana péutico en la universidad nueva de y si bien en algunos espacios de directora de la diócesis. Ella emBrown. Surgió a raíz de un trabajo Cáritas hay resistencia a los jóve- pezó en la Cáritas parroquial en en uno de los barrios el año pasa- nes algo bueno de la pandemia el 2001, en San Fernando y con do, y si bien tuviel tiempo se fue incorpoFrente a esta emergencia que nos toca vivir mos que planifirando al decanato y más car nuevamente vemos como dos situaciones extremas, gente que tarde la convocaron para contemplando está paralizada por el miedo y no sale, mucha por- la Comisión Diocesana y la modalidad vir- que tiene alguna fragilidad de salud; y por el otro luego, hará unos cinco tual un grupo im- lado gente que niega la situación, hasta el punto años aproximadamente, portante, donde que cuesta que use el barbijo. Dos situaciones que como directora junto muchos de los trabajamos mucho con los voluntarios para tratar con Judith Acuña. alumnos son de “El trabajo de Cáritas de comprender y acompañar. los barrios viene en San Isidro es generar cotidianamente igualdad de oportunidades. Nuestra tarea más fuerte es en los Centros Educativos, ya sea jardines maternales, de infantes, apoyos escolares, centros de jóvenes, centros de formación profesional. Tenemos diferentes centros con actividades diversas para diferentes edades, además de toda la tarea que se hace en las parroquias con la atención directa a las familias. Algo que empezó muy chiquito, una guardería un apoyo escolar o ver qué
mayor respuesta con los municipios aunque de manera diversa. Eso es algo bueno de la pandemia, articular mejor y trabajar más en conjunto para llegar a todos”, reflexiona la directora. “También contamos como
que no hay horarios, ni días ni nada. Hoy más que nunca decimos Cáritas somos todos, todos podemos ayudar y desde nuestro lugar colaborar, y es importante que todos se sientan parte, la Colecta Anual es un gran momento para esto” afirma Ana con seguridad. Una situación que se re-
pite en muchísimos lugares
es la franja de familias que quedó desprotegida de
los pequeños trabajos que
hacíamos con los jóvenes para que no estén en la esquina, a lo largo del tiempo se fue armando y se convirtieron en estos espacios que hoy son los distintos Centros”, nos comenta Ana, “y hoy desde los Centros Educativos hemos tenido que reconvertir la tarea, ya no podemos estar con los chicos en los espacios, y se hace todo de manera virtual con las herramientas que haya, compu, teléfono celular, vamos adaptándonos a la realidad de cada familia y acompañando desde lo pedagógico y lo lúdico, entregando materiales didácticos, materiales para jugar y útiles escolares. Lo importante es seguir el vínculo que es lo que más se extraña, desde los docentes y desde los chicos también; y además estamos entregando alimentos según las posibilidades, semanal o quincenalmente a las familias de los chicos y chicas que asisten. Estamos más atentos a los adultos mayores, vamos mejorando nuestra articulación y una
tenía y que nunca tuvieron
la necesidad de acercarse a Cáritas.
Rosa María está a cargo de la coordinación de la Cáritas diocesana
en muchos lugares con el apoyo del proyecto de ‘Seamos uno’ que son cajas completas de alimentos y elementos sanitarios que se están repartiendo. Esta es una iniciativa conjunta de Cáritas Nacional, AMIA, CIAS-Compañía de Jesús, Banco de Alimentos, el Consejo de Pastores Evangelistas de CABA, ACIERA-Alianza Cristiana de Iglesias Evangelistas de la República Argentina y otras organizaciones empresarias y sociales. Es mucho lo que se va haciendo, cada semana se reparte entre nueve mil y dieciséis mil viandas, es mucha la necesidad y es mucha la ayuda, mucha gente que pone el cuerpo y el corazón especialmente en este tiempo, en
Merlo
Moreno
desde el año 2012, pero en la tarea pastoral lleva más tiempo desde la animación y la coordinación de otros proyectos y en este tiempo de pandemia más a full todavía. “La diócesis de Merlo Moreno son cerca de 13 localidades, tiene una población bastante numerosa, hace 10 años llegaba a el millón de habitantes y hubo muchos asentamientos en los últimos 10 años, sobre todo en Moreno”, comparte Rosa “las estructuras estatales de los dos municipios son muy diferentes: Merlo tiene otro sistema de atención al vecino, está más cercano, otro potencial a desarrollar a través de programas para las personas que más necesitan. Moreno siempre está muy endeble, hace como más de 20 años que ‘no puede levantar cabeza’ como se dice, tiene mucha pobreza, no hay infraestructura. Cuando hay una catástrofe climatología la que más sufre es Moreno. Tiene muchas personas migrantes, sin documentos, mucha población carece de todo
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tipo de recurso. Con el tema de la pandemia desde Cáritas venimos sosteniendo la ayuda alimentaria con bolsones y a través de programas del PNUD que son programas de Naciones Unidas que tienen que ver con comedores y merenderos, estos son históricos desde 2004 -2007 pero se han incrementado ahora con la emergencia. Cuando comienza la cuarentena vemos que lo que recibimos de Nación es muy poco, alcanza para 1000 bolsones. El obispo Fernando Maletti ya en el 2013 hizo un pedido al gobierno por el tema de alimentos secos para la diócesis pero solo tuvimos respuesta en ese momento puntual después que una lluvia tremenda había dejado todo devastado, nunca hubo continuidad”. Rosa continúa comentando “el problema es que cada vez es más la gente que necesita porque ya se gastó sus ahorros y porque no pudo seguir trabajando. Se suman los barrios de nuestros propios partidos, la clase media que donaba para los que necesitaban. Y lo otro que nos preocupa mucho es el tema psicológico y mental de las personas, algunas voluntarias mayores se aislaron por ser personas de riesgo, la soledad daña y mucho. Y en el voluntariado hay gente nueva que se acercó y también ve en el territorio y palpa la pobreza y les afecta muchísimo. También hay familias que vienen arrastrando situaciones de enfer-
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El pobre sigue siendo pobre
hasta que el país no le dé una oportunidad de superarse a sí
mismo, porque no se trata de tener o no tener ganas de trabajar, acá el albañil o la empleada doméstica viaja dos horas para ir a trabajar.
medad, muchas personas quedaron sin atención. Nos aflige el tema de la salud. Y también está presente el tema de violencia de género e intrafamiliar, desde ese lugar estamos acompañando con diferentes psicólogos desde hace años, y hoy en la capacitación a los voluntarios para atender estas temáticas, ahora seguimos de manera virtual acompañando a las personas en la diversidad de problemas emocionales, sentimentales y de angustia que se están viviendo”. Hay muchos contagiados en
Moreno, pedimos que el testeo pueda bajar a los barrios, sabemos que cuando testeen el número de casos va a ser mayor. Con respecto a la seguridad alimentaria en Merlo Moreno apostaron a las ollas: “Porque podemos garantizar los nutrientes por lo menos una vez por semana a la familia, carnes y alimentos frescos”, asegura Rosa María. “Decidimos reforzar eso, y la merienda, y empezamos a hacerlo con algunos sacerdotes que están en las zonas de más necesidad, empezamos con 9 ollas y hoy tenemos 55 a las que vamos sosteniendo a pulmón, con un desgaste impresionante del equipo, consiguiendo algunos aportes, sumando un poquito de cada lado, con fundaciones que consiguieron los sacerdotes que ayudan e incluso sueldos de sacerdotes que están poniendo para la olla, un capellán de cárcel que acompaña siete ollas dona todo su sueldo para la compra de alimentos. Ponemos todo en común, se hace la compra y se reparte en toda la diócesis una vez por semana con todo lo que esto implica. Con las ollas en el mes de abril entregamos 271.000 viandas. Todas las semanas estamos con ese circuito. Un poco cansados pero cuando vas y la gente te lo agradece y tiene un plato de comida garantizado recobras fuerza y seguís”, concluye Rosa.
Daniel Cuicchi Coordinador Centro Solidario San José
a v l a s e s e i d a N
solo
Los Hogares de Cáritas Buenos Aires para hombres que terminan viviendo en situación de calle están compuestos por varias comunidades: San Francisco de Asís, San Martín de Porres, Año Santo y Negro Manuel; y hasta el momento en que comenzó el aislamiento social funcionaban con dos modalidades: están aquellas personas que son autónomas y pueden salir, a trabajar, y aquellas que tienen algún tipo de discapacidad o enfermedad y necesitan de cuidados particulares y están todo el día en el Hogar. Conversamos con Daniel Cuicchi coordinador del Centro Solidario San José, donde funcionan algunas de las comunidades y donde hoy día están viviendo 289 personas. Han adherido plenamente al aislamiento poniendo el acento en la gente que está dentro de los hogares, donde hay unas 60 personas con problemas de inmunodepresión, tratamientos oncológicos, diabetes junto con unas 90 personas mayores de 60 años. “no podíamos tener gente que entre y que salga y muchos buscaron donde irse, ya que cuando empezó la cuarentena había 400 personas”, nos comenta Daniel.
Una gran complicación fueron los tratamientos que se vieron interrumpidos al no poder acceder a los consultorios y se hacía más complejo contar con la medicación, entonces tuvimos que empezar a buscar consultas telefónicas, porque las consultas médicas en los hospitales se hacían muy difíciles. La cuestión sanita-
ria fue cambiando, al principio no había respuesta ni atención cuando llamabas al 107, entonces tenías todos los problemas y ninguna solución real, después eso fue mejorando, ahora responden. Hay una atención mejor a la que teníamos cuando empezó la cuarentena en cuanto a la emergencia relacionada al Covid. En cuanto a las medidas que tomamos, el tema de la higiene se hizo prioritario. Reorganizamos los turnos con quienes vienen, animadores, trabajadores sociales, coordinadores. Cuando entran al Hogar rociamos a la persona que ingresa con alcohol a 70%, se cambia la ropa dentro de la institución, usa barbijo en todo momento, y cuando se va se vuelve a cambiar la ropa y desinfectar para salir. Cuatro veces por día se limpian todas las superficies, las mesas, las barandas, las puertas picaportes. Insistimos con el lavado de mano de las personas, con el distanciamiento, con el uso del barbijo. Las personas que viven en el Hogar el barbijo de a ratos lo usan, de a ratos no, si en los momentos de reunión, de la oración, de una asamblea. Algunos lo usan todo el tiempo pero si insistimos con mantener una distancia social y le llamamos la atención cuando no la cumplen. Tratamos de concientizar sin imponer del todo, como
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en una familia dado que estamos en un lugar de mucho riesgo. A los mayores de 60 años y quienes tienen enfermedades preexistentes se les toma la fiebre todos los días, la oxigenación en sangre y la prueba del vinagre y agua para ver si lo huelen, porque uno de los síntomas es la pérdida de olfato. Eso lo hacemos diariamente, con las personas de riesgo y con los que están aislados por algún motivo, para tener una detección precoz. Muchas de estas medidas las hace la misma gente que vive en el Hogar, acá los voluntarios son los residentes. Eso es lo lindo. Cuando los lugares no alcanzan hacemos dos turnos de comida para que se dé el distanciamiento y estamos usando muchos lugares de aislamiento distintos, por ejemplo las personas que acompañan a la gente al hospital duermen en un lugar aparte, los que van seguido al hospital o han estado en la guardia por algún motivo duermen en otro lugar, los febriles en otro lugar, cuando hay un ingreso, siempre por causas excepcionales esa persona queda 14 días aislada. Esta como atomizado el lugar en distintos espacios para
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distintas características. Ahora estamos dentro de un esquema más “cotidiano”. Los primeros dos meses fueron muy movidos, de adaptarnos. A las cuatro semanas que empezó el aislamiento tuvimos un caso positivo lo cual generó 18 personas aisladas como contactos estrechos por 14 días y eso se fue llevando adelante, el hombre superó la cuarentena bien a pesar de que tenía antecedentes cardíacos. Para mediados de junio ya hubo varios casos positivos de Covid, por ahora son leves y los muchachos de salud están bien, tuvimos un hisopado general y estamos esperando los resultados. Si el primer caso que tuvimos hubiera sido la primera semana y no al mes como fue cuando
difícilmente te atendían el teléfono hubiera sido muy complicado porque no había respuestas. Desde el Estado lo que se ve es que el sistema en algunos lugares está muy debilitado, que se podrían reasignar los recursos. Cada vez que hay un foco de infección el Estado tiene que estar ahí con todo para asistir a la gente, porque no todos tienen las condiciones mínimas para aislarse, a veces no tenés agua o comida o elementos de higiene como sucede en muchos barrios populares. En esas condiciones el aislamiento se transforma en una condena. Hoy en el Hogar en general hay buen ánimo, mucho servicio, mucha entrega de la mayoría. Algunos están muy limitados por la enfermedad, algunos están ansiosos, otros impulsivos, depende de la personalidad de cada uno, pero en su mayoría hay muy buena predisposición. Semanalmente se hace una oración con el evangelio del domingo para los que quieren y en grupos, tomando las medidas de distanciamiento social. Con mucha fe, con muchas ganas. Muy lindo la parte de la fe como la solidaridad y el servicio de la gente. Tenemos voluntarios que llevan a la gente a la consultas previas que tenemos en hospitales, o que van a buscar la medicación, que bañan a los que no pueden bañarse solos, los asisten. En este momento bien, siempre esperando que Dios nos siga cuidando, poniendo su mano para que no nos pase nada… nosotros haciendo nuestra parte. Muy agradecido a Dios y a la gente que tienen una entrega increíble, mucha gente que en los peores momentos pone lo mejor y eso es algo invaluable.
La de
madre
todos
Cada año visitan la Basílica Nuestra Señora de Luján entre 8 y 9 millones de personas, y si bien desde el 19 de marzo las puertas del Santuario de la patrona de los argentinos se cerraron debido a la pandemia, la devoción de tantos hombres y mujeres que peregrinan a la casa de nuestra Madre sigue firme, porque Ella, con su gran amor, siempre nos recibe, y nos acompaña en el camino de la vida. Conversamos en esta oportunidad con el padre Lucas García, que junto con el padre Daniel están a cargo del equipo sacerdotal y de toda la pastoral de la Basílica de Luján para ver como se viven estos tiempos de aislamiento social desde la Basílica. Lucas, que se ordenó hace 11 años como sacerdote, estuvo dos años en la Basílica de Luján, desde el 2013 al 2015, y volvió nuevamente en el 2017, y, hace unos meses fue designado como rector adjunto por el obispo. “Para vivir la fe en estos tiempos de virtualidad es lindo el término de reinventarse, si bien los medios de comunicación estaban nos tuvimos que reinventar para poder llegar, tuvimos que crecer muy rápido en el tema de las redes sociales porque la pregunta era cómo llegar a aquellos fieles que querían, sobre todo a la Virgen. Si bien tenemos la página web del Santuario en donde uno tiene en vivo la virgen las 24hs, el coronavirus nos dio un impulso y generamos un canal de Youtube para el tema pastoral de las mi-
Padre Lucas García Rector adjunto - Basílica de Luján
eblo La fe de mi-pVuirgen de Luján 8 de mayo
sas y poder llegar a la gente, donde hoy hay más de 20.000 personas que están dentro del canal y sigue creciendo. Creo que es un modo de ser cercano en este tiempo tan particular y hacerlo desde Luján nos parece muy interesante porque nos mira gente de todo el mundo, es impresionante como nos ven de toda Latinoamérica y de algunos lugares de Europa incluso. Y más aún el 8 de mayo una fiesta tan tradicional y querida por todos. En esta oportunidad el 8 de mayo hicimos gestos que generalmente hacemos distanciados en el tiempo; desde el año 2000 es característico ese día entregar la estampita con el pedacito de manto de la Virgen de Luján. Cada año, antes de esa fecha se cambia el manto y con el manto que se retira se corta en 70.000 pedacitos y se hacen estampas que se distribuyen entre los peregrinos que van a Luján. Como eso no se pudo hacer, el mismo 8 de mayo hicimos el cambio de manto de la Virgen y las estampitas quedaron para cuando podamos abrir la iglesia. Fue una misa muy particular, el obispo quiso bajar la imagen original y abajo tuvimos la posibilidad de poder participar todos desde nuestras casas por el canal de Youtube y fue muy conmovedor ver juntos través de este modo
virtual como está la imagen original de la Virgen, hecha en terracota, de manera muy cercana. La imagen de barro cocido en 9 años va a cumplir 400 años, en el 1900 para cuidarla un poco más se le puso un chapón de plata, lo que se ve de la imagen original es la cara y las manitos, todo lo demás está recubierto por este chapón para preservarla. Y todos los años el vestido lleva como un motivo, este año tiene el logo del año mariano, hermanándonos con la Virgen del Valle de Catamarca que cumple 400 años. Y también fue muy lindo en esos días una carta muy sentida que recibimos del Papa Francisco donde él recordaba Luján y nos decía “la miraré una vez más y me dejaré mirar por ella”. Este 8 de mayo fue hermosa esta experiencia de mirarla juntos, a Ella, nuestra Madre, y se transmitió a través de otras redes y fue una fiesta muy cercana para todos. Y la novena también fue diferente, porque todos los años se
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hace con el peregrino y nunca había sido algo muy fuerte, y lo virtual nos permitió que la novena la podamos hacer todos juntos e incluso participaron los obispos de Argentina que se han sumado con sus reflexiones, teniendo en cuenta el tema de la pande-
mia y fue una respuesta preciosísima de nuestros obispos y de la gente. Todo el mes de mayo hubo actividades desde la virtualidad divididas por franjas etarias, para chicos, para jóvenes, adultos y gente mayor. Pensando en la pastoral y en la evangelización, las crisis sirven para crecer, esto también nos ha enseñado que podemos llegar desde otro lugar, no dejar de hacer lo que hacíamos porque queremos que la gente venga, falta las expresiones de los rostros y las oraciones y la fe de cada una de las personas que pasan en torno a la imagencita de Luján. Uno siente la ausencia del peregrino en el Santuario. No es que esto va a suplir el hecho de la presencia concreta, lo va a complementar para que nos ayude a llegar a todos. Porque la Virgencita se quedo acá para que podamos rezarle y sentirnos siempre protegidos por ella. Una historia que tiene su propia historia
Adrián Melo es fotógrafo hace tiempo y en el año 2015 se enteró de la exis-
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tencia del Hospice Madre Teresa, en Luján, lugar que brinda cuidados paliativos a enfermos con cáncer en la etapa final de su vida. Adrián pensó la manera ayudar a este lugar desde la fotografía que es su pasión “se me ocurrió hacer una foto de la Virgen distinta y donarla para que el Hospice pudiera recaudar fondos”, nos cuenta. Al poco tiempo de esa idea conoce al jefe de compras de la Basílica que quería estudiar fotografía junto con su hija “esto me lo manda Ella” pensó en ese momento. “A los dos meses le cuento mi idea, me dice que presente una carta, y luego de eso logro poner una escalera de 8 metros frente a la Virgen, en el altar de la Basílica, y mostrar con las fotos detalles que en general no se advierten”comenta. “Ese día conozco a Lucas que ahora es rector, y estaba haciendo la página de la Basílica y no tenía fotos y me pide algunas. Al otro día le lleve dos mil fotos en un pendrive y ahí empecé. Fue Lucas, con el que hoy somos amigos, quien me invita a hacer la prueba del cambio del manto, subí al lado de la virgen, hice dos muestras de fotos y junté 250.000 pesos que doné al Hospice Madre Teresa”. Adrián nos cuenta que el año pasado su padre murió de cáncer y pasó sus últimos días en el Hospice. “La primera idea de fotografiar la imagen original de la Virgen de Luján para esa institución me abrió y me sigue abriendo puertas.” A partir de esas primeras imágenes hace casi seis años, Adrián Melo empezó a registrar numerosos detalles de la Virgen, su rostro sencillo, su significativo manto, así como fotos de la Basílica, los vitrales, la puerta, su hermosa arquitectura y fotos de los fieles y las peregrinaciones, imágenes que ahora recopiló en un libro cuyo prólogo fue escrito por el arzobispo de MercedesLuján, monseñor Jorge Scheinig. La obra “Virgen de Luján. La madre de todos. Retratos inéditos de María” publicada por El Ateneo presenta un recorrido en imágenes por todos los rincones del santuario y detalles poco conocidos de nuestra Madre.
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La
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hombro Iglesia y emergencia
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La imperiosa necesidad de la ambulancia
en las villas y barrios populares.