Número 23
Suplemento deportivo El club de mi barrio - Año 4 - Núm. 23 - Septiembre - Octubre 2021 - Revista Comunicarnos - Arzobispado de Bs. As.
de mi Barrio Staff Director
Pbro. Adrián Bennardis
Secretario de redacción Nicolás Soria
Diseño
Florencia Laje
Catecismo deportivo ilustración
Betina Spigariol
En este número:
Magia olímpica Día del Niño Contanos tu historia Catecismo deportivo
Este año dio lugar en la tierra del sol naciente, uno de los eventos deportivos más importantes y antiguos de la historia. Los juegos emblema del amateurismo, donde grandes deportistas de las más variadas disciplinas se entrenan durante casi cuatro años para demostrar su máximo esplendor en pruebas que pueden durar menos de diez segundos. Es un sacrificio, algo que hasta por momentos llega a parecer injusto, pero también es un reflejo de lo que es la vida, y el aprender a vivir de los sueños. Muchas veces relatamos historias fantásticas de chicos y chicas de nuestros barrios que superan las adversidades para llegar a cumplir sueños, que a priori serían una utopía, y sin embargo ellos logran lo imposible. Los deportistas suelen ser ídolos, superhéroes terrenales que logran odiseas y levantan estandartes de gloria. Como ese glorioso 2004, donde la delegación argentina brilló en los deportes por equipo con. Manu Ginóbili y la fantástica generación dorada. Lograron lo impensado: arrebatarle de las manos la preciada medalla dorada a la selección de los
Estados Unidos, al Dream Team, que desde muchísimos juegos ostentaba la hegemonía del oro olímpico. También recordamos la medalla dorada conseguida por el fútbol en
olímpicos de Helsinki. Según los antecedentes se ve evidenciado que la Argentina logra mayores resultados en los deportes por equipo, como el fútbol, el básquet, el hockey, el voley, etc. Aquí cobra una gran importancia los
Magia Olímpica
Atenas de la mano de Leo Messi, un logro inédito para el fútbol de nuestro seleccionado, ya que nunca lo había conseguido, y fue la primera medalla en 52 años, ya que la Argentina no ganaba una desde 1952, cundo los remeros Tranquilo Cappozzo y Eduardo Guerrero ganaron la prueba de doble par de remos sin timonel en los juegos
clubes, nuestros clubes de los barrios, en donde cada uno de los chicos y chicas puede encontrar el cobijo y ese primer empujón para meterse en el mundo del deporte, y si tienen constancia, y mucha fuerza de voluntad, pueden llegar a grandes logros y a cumplir cada uno de sus sueños. Los juegos olímpicos son increíbles, bañados
en un halo de magia y fantasía, donde se expone la caballerosidad y ese sentido de juego amateur al máximo esplendor. Los juegos olímpicos de Japón 2020 no fueron la excepción, en ellos se vio una demostración de caballerosidad y respeto hacia el contrincante como muy pocas veces antes. En la prueba de salto en alto se perfilaban dos deportistas a llevarse el oro, el italiano Gianmarco Tamberi y el qatari Mutaz Essa Barshim, y así fue, ambos atletas lograron la mejor marca de 2 metros 37 centímetros en una apasionante prueba, digna para alquilar balcones. Al no haber un ganador definido el juez de la prueba se acercó y les dijo que podían seguir saltando para poder desempatar y de esa manera llegar a conseguir un ganador, a lo que el qatari le consultó que si no saltaban el oro sería para ambos, ante la respuesta afirmativa del juez ambos atletas se miraron y decidieron compartir el primer puesto, la medalla plateada quedó vacante y la de bronce fue para el bielorruso Maksim Nedasekau completando de esta manera el tan inusual podio. Este fue un hecho que no se registraba dentro del atletismo en los juegos olímpicos en 133 años de competencia.