El club de mi parroquia

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Suplemento deportivo El club de mi barrio - Año 1 - Núm. 4 - Julio/Agosto 2018 - Revista Comunicarnos - Arzobispado de Bs. As.

Número 4

Número 2

Staff Director

b u l c Pquia Virgen del carmen

Pbro. Adrián Bennardis

Secretaria de Redacción

Dalma Villalba

Colaboradores

Pbro. Nicolás “Tano” Angelotti Pbro. Damián Reynoso Pbro. José Lozzia Pbro. Gastón Colombres Pbro Marcos Espindola Gastón Zarza Carolina Marín Arturo Sosa Micaela Ramírez

Diseño

Florencia Laje

Pquia San Pablo Apóstol

Pquia Virgen de Caacupé

Pquia María Madre del Pueblo Pquia Virgen Inmaculada

Pquia San José

Pquia Cristo Obrero Pquia María Madre de la Esperanza

Iustración Catecismo deportivo Betina Spigariol

Corrección

Ricardo Rubio

aleja de las pandillas y de andar por el camino equivocado, más en nuestros barrios donde están tan a mano las cosas que pue-

Pquia Nuestra Señora de Fátima

Pquia San Juan Bosco

de la

El Club o los Centros Deportivos en las Parroquias y Capillas son parte del trabajo de prevención que hacemos en los barrios, camino de prevención que hacen nuestras parroquias villeras y que realmente es bastante ancho. El Club genera esa identidad, no solamente con el fútbol, sino con cualquier disciplina que se practique, porque abrimos el juego para todos los pibes y pibas, fundamentalmente con la capilla, con una mirada comunitaria, una mirada de esfuerzo, de trascendencia. Entonces el Club es algo que une, motiva y llega a la familia, y eso es lo que hace que un chico esté realmente apasionado por estar y compartir con gente que está haciendo el bien... y eso lo

den complicarle la vida a los pibes, el Club se transforma en el lugar ideal para que el chico se sienta atraído y aprendiendo valores que se los enseña el deporte. En la Argentina se decía que el deporte era la escuela de vida, y desde el año 1945 al 1955, fue el eje de la política de la niñez y la juventud, haciéndole mucho bien a los argentinos, y esto lo cuento como otro ejemplo más, donde ya se ha demostrado que en nuestro país

que el deporte logra vertebrar un montón de cosas que tienen que ver con la escuela, la salud, la comunidad, y cuanto más ahora, con todos los problemas que tenemos de violencia, de droga, porque todos los problemas que tenemos como sociedad, donde más impacta o los primeros que la sufren son nuestros pibes, entonces hoy hace falta más que nunca que los Clubes en nuestros barrios, en nuestras villas estén fuertes, y que representen realmente los valores que transmitimos en las Parroquias, que no son ni más ni menos que lo que nos trasmite Jesús. Padre Pepe Di Paola. Parroquia San Juan Bosco Villa La Carcova.


e a i c n e n e t r Pe D A D I T N E D I el corazón de los clubes parroquiales

Nuestros clubes parroquiales, que van naciendo y creciendo en las villas buscan ser espacios sanos y dichosos donde hoy hay cientos, tal vez miles de chicos y

chicas en actividades deportivas, educativas y culturales, todos los días de la semana. En esta oportunidad les compartimos lo que significa el club en cada parroquia, en cada barrio, desde la voz de algunos de sus protagonistas.

Estamos condicionados, no determinados Villa 20 - Villa Lugano

Talita me cambio la visión

CLUB Talita Kum

Micaela Ramírez se puso la camiseta de la Parroquia María Madre de la Esperanza desde que tenía 16 años, “primero fui ayudante de catequesis y luego catequista”. Pero el tiempo pasó, la vida pasó, pero no así las ganas de crecer, de apostar por la Parroquia, por los pibes y por el Barrio. Porque llegaron dos acontecimientos importantes: “Después de 10 años asumí como Coordinadora de la Catequesis de Comunión. Ese mismo

año comenzamos a formar lo que hoy es el Club parroquial “Talita Kum” con jóvenes de la misma Parroquia, donde nos adherimos a la veta de hacer prevención en los niños, para que no lleguen a las drogas. Nuestra ruta fue el deporte, armamos una escuelita de fútbol para los niños, y hándbol y

Micaela

fútbol para las niñas. Tengo el orgullo de decir que soy parte de esta gran creación que hoy es Talita Kum, nosotros elegimos el nombre y los colores”. Pero además de estos proyectos, ella reconoce que “la Iglesia me brindó no solo lo espiritual donde conocí a Dios y a nuestra

Madre, sino también conocí al otro, por eso sigo estudiando y formándome para poder seguir ayudando. Estudio logoterapia donde la frase que me cautivó fue “Estamos todos condicionados, pero ninguno determinado”, por eso sigo apostando a la vida, porque más allá que la hayamos pasado mal o de que las cosas no nos son fáciles desde que somos pibes, nosotros podemos transformar eso”. Además en este tiempo de vivir y compartir con la Parroquia, con los jóvenes y de compartir la vida como viene, puede resaltar afirmaciones que son la base de su día a día. “Talita me cambio la visión, más allá de que yo estudio algo relacionado con la psicología. A través del Club encontré hoy la carrera que buscaba

y sentía que iba con todo lo que había aprendido en la Iglesia. Hoy soy parte de la coordinación del grupo de jóvenes y puedo decir que me siento más capacitada, porque mi vocación la elegí en base a eso”. Dice que lo que trabaja en el Club con las chicas son los valores, “uno en la vida se va a manejar en base a sus valores, y si de chico no lo sabe interpretar le va costar de grande. Con los jóvenes también intento hacer lo mismo. Creo que un abrazo, una sonrisa, un ¿cómo estás? a tiempo, vale todo. Y eso es lo que intento con las chicas de Talita Kum”. Afirma con gran sonrisa y orgullo: “Talita Kum es una de mis mejores creaciones, no lo hice sola, pero estuve y sigo estando ahí”.

Ciudad Oculta - Villa Lugano

Club Atlético Virgen del Carmen

Arturo Sosa es un pibe de 18 años que está desde hace 6 en el Club parroquial de Ciudad Oculta, club que hoy conocemos como Club Atlético Virgen del Carmen pero que como muchos empezó a dar sus primeros pasos en el Centro Recreativo de la Villa 15 cuando el 2

Arturo

“El club me alejó de todo lo malo”

club era todavía un sueño lejano. Podríamos decir que en el partido de la vida “metió muchos goles decisivos” ya que desde muy corta edad se sumó al Centro Recreativo de Villa 15, gracias a la invitación del Profe China, pero no sabía todavía todo

lo que iba a venir después… Primero el cambio que hizo el Centro, al transformarse en un Club Parroquial, y a pesar de eso seguir entrenando, después que el profe los haya anotado en la “Liga del Potrero” que organizaba Boca Juniors, un encuentro entre clubes de las villas, donde ellos, los de Virgen del Carmen, salieron campeones. Arturo, como muchos otros pibes pudo jugar en la Bombonera, “el mejor estadio de todos”, según sus propias palabras; y no sólo eso, porque el premio era algo mucho más zarpado para un club del barrio, y más un club parroquial, porque el premio quedará en el recuerdo para siempre. Ellos ganaron y viajaron a conocer al Papa “con

el extraordinario grupo y equipo que viajamos a Roma creó un fuerte impacto, era increíble algo que nunca olvidaremos, nos quedará marcado en el corazón, todo ocurrió en una semana, para mí fue algo muy sorprendente y me di cuenta que en el club yo iba a ser feliz, y sé que ya soy parte de estos hermosos colores, me alegra mucho haber crecido en este club maravilloso rodeado de gente a quienes yo nombraría héroes del Barrio”. Pero no sólo es eso, porque Arturo hoy, además de seguir entrenando, como un pibe más, y de ir a la escuela como un pibe más, está trabajando, entrena en las inferiores y les enseña todo lo que él aprendió gracias a otros profes, a

las categorías 2005, 2006, 2007, y 2009. Gracias al Club tiene hermanos elegidos, tiene amigos, y creció muchísimo como persona, también tiene una familia que lo apoya y es feliz con sus decisiones, porque él sabe que no siempre las historias del barrio son así; también “hay chicos de mi edad que están metidos en la droga, en las calles o en la delincuencia y no tienen la posibilidad de todo esto que da el fútbol, el club me alejó de todo eso”, nos cuenta orgulloso, y por eso mismo afirma “siempre voy a estar agradecido a todas la personas que me apoyaron en el club y que me dieron la oportunidad”, pero sobre todo es feliz con los colores verde y blanco a los que lleva en el corazón.


Amar el club ser profe es una alegría Todos los que hemos pasado por la Parroquia como primer lugar de encuentro conocemos que eso nos marca a fuego, es como “un bautismo elegido”, un verdadero encuentro con el otro. A veces como le pasó a Gastón Zarza, el Melli, como lo conocen todos, le pasan estas cosas desde muy chico, donde al poco tiempo de solo venir a jugar a la pelota con amigos, antes de ser lo que hoy conocemos como CAVI, el Padre Gastón le propuso con 17 años empezar a vivir la experiencia de “ser profe” por y para su barrio. Él comenta: “La parroquia

influyó mucho en esto que hago hoy en día, primero me abrió las puertas con el grupo juvenil de exploradores donde acompaño a jóvenes dirigiendo desde lo recreativo y después con el CAVI. Estas dos cosas que me dio la parroquia fueron lo mejor que me pasó en la vida”. Él, en este momento además ser profe de fútbol en el baby, que son los chicos de 7 a 12 años, y de acompañar a los de fútbol de 13 a 18 años, de planificar las actividades y de acompañarlos a jugar, también está formándose como un “profe de verdad” en Educación Física.

Cuando le pregunto ¿Qué es el Club? ¿Qué es ser profe en el CAVI?, piensa y responde: “Al club lo veo como un espacio de contención para muchos chicos, donde tienen la posibilidad de hacer un deporte sin tener que pagar alguna que otra cuota. Para mí ser profe es una ale-

plo. Y lo más importante es que cuando estoy con ellos los veo sonreír, los veo dar la vuelta de campeón con alegría, o cuando volvemos de un partido y por más que hayamos perdido, empatado o ganado, los pibes cantan la canción del CAVI desde el corazón, porque tanto ellos como yo amamos al CAVI”. Para el futuro el CAVI solo quiere crecer, y que tener profes del mismo barrio enseñando, no sólo el deporte sino también valores, y que sirvan de ejemplos para seguir mostrando que en el barrio no sólo hay cosas malas sino que también hay cosas muy lindas como todo esto que pasa en la Parroquia”.

Villa Soldati

CLUB Atlético Virgen Inmaculada

Gastón

gría y es algo hermoso -que no puedo explicarlo-, ya con que los chicos te llamen Profe en el barrio o cuando los cruzás y te preguntan Profe ¿cuándo jugamos? o Profe ¿cuándo se entrena?, es muy lindo. También que te respeten y que te vean creciendo como persona o que te vean como ejem-

El trabajo de mis SUEÑOS el club es todo… es familia, amigos, es dejar la vida por esos colores Carolina CLUB padre pudo entrenar en ningún Club, pero de un tiempo a esta parte afirma, sonriendo y con orgullo: “Yo estoy todo el tiempo en el Club, estoy a full con todo. Si hay que estar los fines de

ir a su querido Club Padre Carlos Múgica. Incluso con el brazo roto quiere ir a entrenar, o al menos a mirar. Ella llegó, como casi todos, gracias a una amiga, empezó hace dos años más o menos, siempre le gustó la pelota, como a muchas pibas del barrio, pero nunca

semana, estoy, porque me encanta. El grupo es muy unido y más que un equipo somos una gran familia”. Todo es un proceso por eso comenta que “las charlas con las profes me ayudaron mucho, yo era una pendeja inmadura, que se enojaba por todo, capricho-

sa, y de a poco fui creciendo, presto mucha atención a todo lo que va pasando, soy de preguntar mucho, porque quiero aprender, trato de charlar con las profes, estoy muy interesada en el tema”. Y como si fuera poco toda esta “transformación”, Carolina, como otras pibas más tomaron la decisión de empezar con el profesorado de Educación Física. Pero sabe que esto solo es posible gracias a “todo el apoyo que me brindan acá es impresionante, es como mi segunda casa”. Esta casa, este Club esta familia que la ayuda a seguir sosteniendo estas decisiones. Y ella habla en representación de muchas Carolinas más, de tantos barrios más. Pero no solo es su segunda casa, también es como “el trabajo de sus sueños”, y al recordar cuando le llegó la propuesta de ser entrenadora, sin parar de sonreír, comenta: “Me encantó, y lo que dije fue ¡sí!, fue increíble, y estoy todo el día acá, es más, ahora debería estar

Carlos MUGICA

haciendo reposo, pero estoy acá, porque me encanta. A mí me gustan mucho los niños, y ahora que las nenas me digan “profe” es lo más lindo. También se sumó mi sobrina, así que mi cuñada está ¡chocha! Y cuando camino por el barrio y me saludan y me abrazan, es impagable. Los martes y jueves antes de las 17.30 ella pasa por las casas de las nenas, y

entrenan hasta las 19hs, y después las vuelve a llevar a sus casas “así los padres se sienten más seguros”, afirma. Las niñas que van a entrenar son de 4 a 7 años, y cada encuentro es algo planificado, los juegos son bien pensados, “nos tomamos muy en serio el trabajo”, comenta con una sonrisa que no puede ocultar. Además confiesa que el Club es “un espacio donde me siento cómoda, me hacen sentir parte, además ahora soy una chica más comprensiva, más sensible, que da todo por el club, tengo un poco de bronca por cómo era antes, pero es muy loco como la vida da vueltas, y me cambió para bien”. Ella está segura de que “El club transforma por las personas que lo integran, el club es todo, un apoyo incondicional, es familia, amigos, es dejar la vida por esos colores”.

Villa 31 - RETIRO

Cuando encontrás tu verdadero lugar, “cambiás para bien”, así como lo dijo Carolina Marín, que tiene 27 años, vive en el Barrio Inmigrantes de la Villa 31 y se cruza toda la villa para

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Un

deporte que rompe barreras

Muchas veces el prejuicio y las barreras culturales se rompen lentamente, con un trabajo sencillo, de hormiga, de esos que son lentos, pero seguros. Siempre se pensó que el hockey era un de-

porte de los que más tienen, y seguramente en algún momento se transformó en eso, pero ahora es mucho más común ver a cientos de niñas con su palo de hockey en los clubes parroquiales de los barrios, como pasa en Villa Soldati, en Bajo Flores, en Lugano y en Retiro, por mencionar algunos; donde no importa como sea el palo, ni la calidad sino “ese compartir con el otro, y caminar la vida juntos”, aunque siempre se trate de dar lo mejor a todas las que participan. Ver a cientos de niñas felices con ese deporte, sin el prejuicio que tenemos los

o m s i c e t a C rtivo depo Ponemos todo El equipo entró en crisis. Los partidos no salían como queríamos. Entrenábamos fuerte: penales, tiros libres, centros, mucho físico, pero no pasaba nada. Un día, el DT, miró cómo nos estábamos bajoneando porque los resultados no se daban. Nos juntó a todos en ronda y nos preguntó: -¿Hicieron todo lo posible para ganar? ¿Están poniendo todo? Nosotros, me4

“más grandes”, es hermoso. Y mucho más lo es, cuando el deporte rompe barreras simbólicas culturales, y lo único importante es la alegría de practicar lo que a uno le gusta, de compartirlo con amigos y sentir la bendición de Dios de pertenecer al Club

de la Parroquia, al Club de mi Barrio. Hoy en día Jorgelina Bertoni, una ex Leona apoya a los clubes parroquiales desde las Clínicas de Hockey, impulsadas por la Secretaría de Deporte de la Ciudad, que comenzaron en Los Clubes Carlos Mugica, el CAVI y Madre del Pueblo. De esto ella conoce mucho ya que pasó por un

club de barrio obrero en la Matanza, en donde en algún momento, en cierta forma, vivió las diferencias con otras compañeras, pero que se fueron superando con el tiempo, porque el deporte hace eso, rompe barreras. Jorgelina hasta el día de hoy deja todo por el hockey, incluso más allá de la

cancha y nos comenta el plus que le da que estos clubes sean parroquiales: “El sentido de pertenencia fuerte que hay y como trabajan, no sólo lo individual, sino lo importante que es todo el equipo; y lo que pueden hacer todos juntos. Además, en la oración notás que todos se alientan a transpirar la camiseta de la vida, y eso es una figura muy fuerte y simbólica de lo que significa el club parroquial en ese sentido”.

EL PADRENUESTRO

dio cabizbajos, dijimos que sí, que estábamos dejando todo. Que hasta hubo días que nos quedamos después de hora entrenando. Pusimos fuerza, tiempo, sacrificio,

voluntad… pero nada. El DT nos miró uno por uno y nos dijo: -Todavía no hicieron todo. Aún les falta lo más importante. Les falta rezar antes de cada práctica, an-

Liga

LIFFEBA

“Desde siempre las chiquitas quedaban afuera de los torneos, y eso generaba un poco de tristeza, pero este año

la nueva Liga LIFFEBA, (liga de fútbol femenino barrial) ayudó a que todas las niñas puedan competir, a usar sus camisetas, rodilleras, botines y dejar todo en la cancha. No importa ganar o perder, sino competir y compartir. Las nenas están re emocionadas, felices de ir a jugar a otro lado y los padres acompañan muy bien. Es muy importante estas actividades para las más chiquitas porque no hay muchas categorías de “Escuelita”, ellas, son sub 8, y la liga ayuda a salir del barrio y conocerse entre todas, además que las motiva a seguir entrenando”. Carolina Marín.

tes de cada partido, antes de dormir, antes de ir a la escuela. Todavía les queda poner a Dios en medio del equipo. Ese día aprendimos el Padrenuestro y lo rezamos en equipo.

Dios nos alienta Padre nuestro (Lc 11, 1-4) 1.

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan

enseñó a sus discípulos». 2. El les dijo entonces: «Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, 3. danos cada día nuestro pan cotidiano; 4. perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación».

Propuesta con fe: “La mejor jugada”. Es un buen momento para entregar el Padrenuestro e instalarlo en las prácticas.


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