En 1959, Luis Cubillo de Arteaga proyectó un conjunto de viviendas de realojamiento en la periferia de Madrid, utilizando tanto las reflexiones aprendidas del concurso de viviendas experimentales, que promovió 3 años antes el Instituto Nacional de Vivienda, como los resultados del desarrollo de las tipologías del proyecto (1956) del Poblado Dirigido de Canillas (fotografía superior). Aunque se trataba de viviendas y ordenaciones construidas con carácter de urgencia, en el proyecto de Vallecas se confirman una serie de invariantes de la arquitectura residencial social que se mantuvieron durante los primeros años del desarrollismo.
Poblado mínimo de Vallecas, Madrid 1959 Luis Cubillo de Arteaga 1 Los sucesivos planes de posguerra para el régimen de viviendas sociales (1939, 1943, 1944, 1948, 1954…) no pudieron evitar el fenómeno del chabolismo. En la publicación Gran Madrid 1948, num. 2 se valora un censo de 9 personas por infravivienda y una cuarta parte de la construcción anual mínima necesaria para satisfacer las necesidades de la población emigrante en Madrid capital. 2 Carlos Sambricio formula la hipótesis de la responsabilidad de las bases de este concurso en dos arquitectos del INV, Fonseca y Vallejo, que disponían de un criterio fundamentado y profundo sobre el análisis de las necesidades de la vivienda social en España. Contemporaneidad vs. Modernidad. El concurso de vivienda experimental de 1956. Fundación COAM 1997. 3 El mismo Sambricio lo explica en la introducción del texto citado: el caracer “oficial” de la prensa de aquellos años hace que las mismas fotos y planos se reprodujeran en todos los medios, con lo que se reduce y empobrece la información sobre la arquitectura residencial social de esa época.
El Ministerio de la Vivienda convocó un concurso para la construcción de viviendas experimentales en 1956. El objeto del concurso era establecer los equipos de arquitecto y constructora que fueran más adecuados para la difícil tarea que se avecinaba. Construir unas 550.000 viviendas de renta limitada en el plazo de cinco años debido, a una cruda realidad: casi un tercio de la población de las ciudades vivía en condiciones precarias en su tránsito del campo a la ciudad1. Para solucionar el acceso a la vivienda social en la década de los años cincuenta, la iniciativa oficial recurrió a la Obra Sindical del Hogar y el Instituto Nacional de Vivienda, pero su labor no fue muy fructífera debido a la escasez de suelo municipal urbanizado. También desde la comisaría del Plan Nacional de Vivienda y las de ordenación urbana de las capitales se organizaban, debido a la acuciante necesidad, “poblados” de absorción. En el aspecto técnico, la falta de mano de obra medianamente cualificada para la realización de estructuras basadas en muros y bóvedas cerámicas (que Luis Moya había definido como la solución más natural para una tecnología autárquica en la década de los años cuarenta) aconseja incorporar nuevos planteamientos en la unidades de vivienda que se habrían de construirse en los siguientes años. Es por esta razón que el concurso de viviendas en 1956 se le aplica el adjetivo de “experimental”. Sin renunciar a la definición de una distribución concreta en metros cuadrados
útiles y tipos de agrupación de las unidades, se buscaba un esfuerzo extra para poner de paso en marcha una incipiente industria de la construcción. Un nuevo modelo productivo para la construcción de vivienda a gran escala. Las bases de este concurso fueron promovidas por técnicos del INV, que valoraron y fallaron la convocatoria2. La novedad de este concurso es que todos tuvieron la oportunidad de construir una maqueta 1:1 de sus proyectos. Se ejecutaron en una ubicación del barrio madrileño de Carabanchel (Puerta Bonita), que permitiría contrastar las estimaciones de costes y plazos. La repercusión de la ejecución de estos prototipos tuvo también un importante sesgo propagandístico3. Las pronosticadas futuras viviendas a construir en España tendrían como referencia las imágenes de estas viviendas-piloto, que se publicaron ampliamente en las revistas profesionales españolas y en algunas extranjeras. No obstante el aspecto de renovación técnica que pretendía el concurso no tuvo el alcance deseado; las soluciones constructivas eran una simplificación de la construcción de muros de carga cerámicos encajados en una distribución de vivienda mínima, más basada en la reducción de luces, y por lo tanto en la posibilidad de ejecución de forjados que no exigían grandes resistencias. El verdadero esfuerzo intelectual del proyecto fue llevado a la depuración de la distribución en planta que rentabilizaba hasta el último centímetro.
Ladrillo cara vista / STRUCTURA / sistema GHAS
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Retrospectiva, Poblado mínimo de Vallecas, Madrid. 1959
Viviendas unifamiliares agrupadas en bloque. Tipo B. Poblado mínimo de Vallecas, 1959. En la fotografía, el prototipo de la misma tipología, proyectado por Luis Cubillo para el concurso de viviendas experimentales en 1956.
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Los arquitectos que participaron en el concurso4 trabajaban activamente en las promociones de la Obra Sindical del Hogar (que nace como un servicio de la Delegación Nacional de Sindicatos para concentrar las iniciativas en el campo de la vivienda de la posguerra), en promociones del INV o del Hogar del Empleado. Ésta fue una sociedad benéfica fundada por el jesuita Tomás Morales en 1946, que llegó a realizar unas 6000 viviendas entre 1952 y 1966.
respondían a las ya ensayadas en el concurso de viviendas experimentales del 56. Dos tipos de módulos que deberían ser agrupables: uno multifamiliar (tipo “A”) en bloques de 24 viviendas de cuatro plantas y otro unifamiliar de dos plantas (tipo “B”) que aunque se basaban en una vivienda con patio y huerto anexo, se podía agrupar también en bloque. conarquitectura. Documentación: Archivo del Servicio Histórico COAM, Legado LCA
El arquitecto Luis Cubillo de Arteaga desarrolló para el INV en 1958, y dentro del Plan de Urgencia Social (de noviembre de 1957) 672 viviendas concebidas para alojar provisionalmente en el barrio de Vallecas, a un conjunto de familias, que se terminaron instalando definitivamente. Las tipologías que adoptó Luis Cubillo para esta promoción
4 El primer premio fue para Romay y Sánchez Lozano, el segundo para Capell, el tercero para Luis Cubillo y Álvarez Castelao, pero también participaron Sáenz de Oiza, Carlos de Miguel, Fisac, Sobrini…
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Retrospectiva, Poblado mínimo de Vallecas, Madrid. 1959
Viviendas en bloque de cuatro alturas. Tipo A. Poblado mínimo de Vallecas, 1959. En la fotografía, el prototipo de la misma tipología, proyectado por Luis Cubillo para el concurso de viviendas experimentales en 1956.