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Arquitectura irlandesa Rogelio Ruiz Fernández Pensando en la razón que me hace sentirme tan atraído por los arquitectos irlandeses, podría decir que aquí, en el Norte de España, hemos estudiado a menudo la carrera de arquitectura en otras regiones, con la vista puesta en el Mediterráneo. Pero cuando corres por las praderas irlandesas junto al mar, fácilmente puedes pensar que estas en el Cabo Peñas en Asturias. Algunos de sus escritores, especialmente Seamus Heaney, que incluso escribió poemas sobre nuestra tierra, apuntaron esta idea. Y cuando lees a muchos de ellos, sus costumbres, no importa si regadas por sidra o por cerveza, ¡son tan cercanas! Puedes ver en Ulises como uno le da a otro la tarjeta para echarla en un funeral y no ir…, u otras veces leyendo a Seamus Deane vuelve a ti el olor de la madera pálida de las escaleras, limpiada, cepillada con sumisión, o el penetrante “aroma” del vinagre que limpia la chapa de la cocina de carbón, como mi abuela solía hacer. Yendo más lejos, también nosotros tenemos momentos muy tristes en nuestra historia local: familias con tantos hijos que tenía que buscar al otro lado del océano una vida mejor…o las muchas muertes políticas. Nosotros, al menos los asturianos, conocemos bien todo esto, aunque no nos demos cuenta, somos muy irlandeses.
1. Escuela Multiconfesional de Ranelagh, uno de los finalistas in los premios Mies 1999. (O´Donnell-Tuomey) Fotografía OpenHouse Dublin
Volviendo a la Arquitectura, que es de lo que se trata -disculpas por mi cabeza dispersa- muchos de los arquitectos irlandeses que conocemos también fueron emigrantes. La Casa Blanca, por ejemplo, fue diseñada por el irlandés James Hoban; o Kevin Roche al que todos creemos americano y es de origen Irlandés. O Eileen Gray, inevitable en cualquier historia del movimiento moderno, o Peter Rice, que fue uno de los pilares de Ove Arup y después de Renzo Piano. Pero hoy, en realidad desde hace varios años, hay una serie de estudios creando una arquitectura que tiene un espíritu y unas caracteristicas comunes que podrían hacernos llamarla “la moderna arquitectura irlandesa de la tierra”. Porque, y creo no equivocarme, el profundo amor por su tierra que todos ellos profesan, le da a sus obras una suerte de modestia (en su actitud, no en su valor), que impregna sus proyectos. Encontramos, como dije, una precisión en el detalle, una atenta mirada al lugar, un uso crudo y sincero de los materiales, una partición de la escala para nunca imponer el edificio a la ciudad… También es importante, y mucho, la apreciación social de nuestro arte, que hace que, generalmente en Octubre (este año ha sido el fin de semana del 17 al 19 de Octubre), se celebre el Open House Dublin que permite ver, desde dentro, los edificios más interesantes de Dublin y puede que algún día llegue a competir con el Bloomsday (bromeo). Hay, como digo, muchos estudios importantes, algunos de ellos con una importante fama internacional, y otros luchando con lo cotidiano y consiguiendo a veces una chispa de lo excepcional. Queremos en este artículo confirmar los más grandes, y también encontrar aquí un lugar para aplaudir a aquellos que felizmente consiguieron llevar a fin un buen trabajo. Apreciarán que, como los apóstoles predicando su verdad, son en muchas ocasiones parejas. Me gustaría, parafraseando a Yvonne Farrel hace unos días en Pamplona, dar más bien una visión que un punto de vista, pero éste es el escrito de un amante más que de un pensador, así pues, supongo y lo siento, que olvidaré muchos ejemplos y, probablemente, haya escogido algunos que ustedes no destacarían. De todos modos, empecemos...
2. Timberyard Housing, Cork Street Dublin (O´Donnell-Tuomey) Fotografía Dennis Gilbert
O´DONNEL-TUOMEY / Creo que fue con ellos, con quienes entró en España la nueva arquitectura irlandesa con fuerza al resultar su Escuela Multiconfesional de Ranelagh (foto 1) finalista de los sextos premios Mies Van der Rohe al final de los noventa. Esta humilde arquitectura buscaba insertarse en el área, rompiendo su volumen para no luchar contra las casas Georgianas de alrededor. Lo hace además usando ladrillos viejos (como Dolgast hiciera en la Alte Pinakotek de Munich por otras razones), para así coser el edificio a la zona, para hacernos pensar, que incluso siendo tan moderna, la escuela siempre estuvo allí. Ahora le han hecho una ampliación. Esta fuerte atadura al lugar es una cualidad común a estos arquitectos que vamos a ir viendo. En las casas de Timberyard en Cork Street de Dublin (foto 2) usan de nuevo la naturaleza del ladrillo para encontrar la unión con los otros viejos edificios de la calle, descendiento incluso en escala para encontrarse con ellos, y no buscando ninguna discordancia con el deseo de “no abusar” de los otros. Una vez acabado su trabajo, toda la calle entona una nueva canción, o la misma de nuevo todos juntos. Obviamente su excepcional trabajo no pasó inadvertido y proyectos mayores vinieron después como el Lyric Theater de Belfast (foto 3) donde alcanzan de nuevo esa poesía desde la contención. Del último trabajo de O´Donnel and Tuomey que vamos a hablar es de la London School of Economics (foto 4) donde finalmente desataron la coleta y usaron los materials con asombrosa destreza, pero, puede ser, con un protagonismo lejos de sus trabajos iniciales.
3, Lyric Theater, Belfast (O´Donnell-Tuomey) Fotografía Dennis Gilbert
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