Palladianismo moderno
Rogelio Ruiz Fernández, dr. arquitecto
En L´Archittetura della Città Rossi cita un cuadro de Canaletto que representa el Puente de Rialto que presentó Palladio al concurso. Además, para completar este capricho, incluye a un lado el Palazzo Chiericati y al otro su Basílica de Vicenza. Pretendía mostrarnos cuantos niveles, palimseptos, tiene la memoria de la ciudad, incluso no construidos. Nosotros veremos aquí algunas capas palladianas ocultas en la obra moderna.
Para mi Palladio, cuya obra conocí en Vicenza muy joven, cuando el disco duro estaba virgen y más grabados quedaban los surcos de la memoria, es una presencia que me aparece, hojeando o visitando cualquier edificio, y aflora como un orden interno que te lleva a su reino. El mismo orden que Colin Rowe descubrió en su famoso artículo Las Matemáticas de la Villa ideal subyacente en la Villa en Garches de Le Corbusier (foto 2). Sin embargo, cuando visité la Villa Saboye, no tuve la sensación palladiana, a pesar de su implantación cuadrada, sus pilotes-columnas rodeando, casi totalmente, la planta baja, y su muro curvo en el toit-jardin que me podría recordar subliminalmente la curva que remata la Rotonda. Por un lado, cualquier villa (es decir, según la RAE: casa de recreo situada aisladamente en el campo) nos acerca a ese momento en el que los gentilhombres venecianos deciden irse a vivir a la terraferma. Casas las palladianas para hombres libres de ataduras, solo la Maser con capilla, y situados elevados sobre el terreno para disfrutar, desde este plano superior, la campiña.
Recuerdo a mi amigo Miguel A. Garnería diciéndonos bajo las bóvedas de ladrillo del sótano de una de sus villas: ¡Es un tecnológico, Palladio es un tecnológico! En realidad, este vaciado que suponía el sótano era una manera de eliminar el peso de su volumen en la cimentación para poder implantar las cargas del gran edificio en su sitio. La construcción, en ladrillo enfoscado, generó unas posibilidades de “exportación” muy grandes, siendo realmente enorme su importancia en los países anglófonos. Ruskin escribió Las piedras de Venecia 1851-53 y con sus textos incide en la mirada al Mediterráneo, pero más hacia el gótico. Todos los grandes arquitectos ingleses hicieron el Grand Tour.
1 Relación entre la Villa Foscari, la Malcontenta, de Palladio y la Villa en Garches de L.C., Colin Rowe.
Sobre esta importación cultural nos previenen algunos como A.W. Pugin (hijo de Auguste Charles Pugin). Escribe sin falta de razón: ¿qué hace una casa italiana en Inglaterra? ¿Hay alguna similitud entre nuestro clima y el de Italia? Ni la más mínima. (PUGIN 55). Pues bien, de poco sirvieron estas claras intuiciones de Pugin, lo cierto es que toda Inglaterra está llena de elementos italianizantes y Palladianos como nos mostró hace ya tanto tiempo John Summerson. Y del alquitarado de estos edificios clásicos aparecen elementos nuevos que respiran la sensación del maestro vicentino.
SERRALVES/ LEBORGNE
Cuando visito, por ejemplo, la fundación Serralves (foto 3 y 4) en Oporto o cuando estuve en la Villa Dirickx 1933 de Marcel Leborgne en Bélgica (foto 5 y 6) (gracias al SintLukasarchief), tengo una sensación muy agradable porque parece que se han abrazado dos amigos que son muy diferentes, irreconciliables. En ambos casos el lenguaje racionalista se mezcla con lo clásico de los jardines y con la simetría que les confiere una singular presencia (como la casa de Le Corbusier cuando aun no lo era, la villa Schwob 1916 en su Chaux de Fonds natal; curioso que la primera de Wright, la Winslow también es de una simetría atávica; sin mencionar la villa Karma de Adolf Loos que hasta
incorpora pórtico clásico…). Se juntan en los ejemplos racionalistas el acabado continuo que los relaciona con las villas del Véneto. Además esas, no dobles, sino triples alturas que recorren el edificio para mostrar la dimensión palaciega y también para darnos a nosotros una conexión palladiana. Algo parecido me pasa con algunas maravillosas “impurezas” de la obra de Mallet-Stevens, con la casa Cantarell de Pratmarsó (ya en los sesenta), con el clasicismo de Pantelleria, (Clotet Tusquets, en los setenta).
STIRLING-GOWAN
No sabemos si a través de la revisión de Palladio, o por una reinvención propia, pero vemos como The Architects Journal en 1958 advierte en la casa de Gowan y Stirling en Cowes (foto 7 y 8) esta manera de entrar y salir los ejes visuales tildándola de palladiana (McKEAN). Además, remarca su influencia en las proporciones de plantas y espacios en este edificio. Iago Seara hizo las casas para Adolfo Domínguez en Ourense en 1989, que son también un desarrollo similar a ésta. De todos modos, por el espacio abierto y abrazado (que también utilizaría Navarro Baldeweg en su casa de la lluvia, también dominando desde la colina) me parece más referencia de éstas la villa
SVERRE FEHN
Es evidente en Sverre Fehn, comparando la planta de la casa en Norrköping (foto 9 y 10) con la Villa Capra, la relación directa con el arquetipo. Genaro Postiglione, autor de su Obra Completa nos dice: La solución propuesta presenta un implanto compositivo aparentemente clásico, por la fuerte centralidad, en cambio extremadamente moderno al anticipar temas —como la flexibilidad de uso en relación a un orden compositivo riguroso— propios de la cultura arquitectónica europea de los años sesenta y setenta. Pero no menciona la evidencia de la relación con el italiano. En este caso, incluso el núcleo central se eleva sobre el resto, como en la Rotonda, pero si allí se trata del elemento más representativo el que culmina la composición volumétrica en tres dimensiones, aquí recibe los espacios sirvientes de la casa, creándose una circulación perimetral como también permiten las enfilades del modelo. Más tarde, más pobre, realiza la Casa Johnsrud (foto 11 y 12) (fíjense que a ésta la llama Casa en vez de Villa), en la que se vacía el centro, llevando los servicios a lugares centrífugos. En ambas propuestas los ejes centrales del ejemplo vicentino se hacen diagonales en las ventanas-puertas en esquina que giran la tensión espacial.
RIBA: UNGERS/ PENN
La Universidad de Yale hizo una exposición, Palladio Virtuel en 2012 de la mano de Eisenman, muy interesante desde el punto de vista del análisis compositivo pero
9 y 10 Villa en Norrköping, Suecia, 1963/64, Sverre Ferhn
11 y 12 Casa Johnsrud en Baerum, Suecia, 1968/70, Sverre Ferhn
13 y 14 Glasshutte, Francia, 1985 (foto Stephan Mueller) y Casa sin rasgos (House without qualities) 1995, Colonia, O. M. Ungers
más enfocada a la búsqueda que pretende este texto fue la celebrada en el RIBA de Londres (2015-16) a cargo de Victoria Wilson, RIBA, Palladian Design: the good, the bad and the unexpected, con la puesta en escena de Caruso St. John (cuya Brick House también se comparaba con el italiano, aunque a mí me cuesta ver esa relación). Además de los fondos de la propia institución, se analizaron otros arquitectos como Asplund (con su clasicismo nórdico), Rossi (con su destilación clásica) y otros más recientes y menos modernos como George Saumarez-Smith (de Robert Adam architects que hacen anacronismos contemporáneos, frecuentes en Inglaterra y Alemania, que aquí no vamos a tratar), Peter Märkli (suizo que en su Gatenbein house retoma, de manera forzada, las columnas clásicas en hormigón), Stephen Taylor… También aparecía allí la figura de Oswald Mathias Ungers, que tanta importancia tuvo en los ochenta en el ámbito alemán y que con su Villa Glasshutte (foto 13 y 14) toca de lleno el tema palladiano: abierta a los cuatro vientos, con el espacio a toda altura central… eso sí, a dos aguas. Es muy interesante, suya y propia, la Casa sin Rasgos en Colonia donde el tema que buscamos está muy presente, metiendo en las anchas paredes escaleras, con el espacio central a doble altura, los ejes de luz y también en esa ocupación de la naturaleza como objeto posado (me recuerda, precisamente por ese desnudarse hasta quedar sin rasgos, la propia de Wittgenstein). Pero el descubrimiento en esta exposición para mí fue John Penn, que tras trabajar con Neutra y S.O.M. en los Estados Unidos volvió a su Suffolk (foto 15 y 16) natal y realizó, alrededor de mediados de siglo, nueve viviendas principalmente de techo plano, varias en ladrillo, de una modernidad rotunda pero
siempre vinculadas a la simetría y relación con el paisaje que le hace aparecer en esta búsqueda palladiana. (recuerdan obras de algunos de los arquitectos de las Case Study Houses, como Craig Elwood, la Rosen por ejemplo, también simétricas que sin duda estudió en su etapa californiana).
CAMPO
Otras más recientes, nos recuerdan a Palladio por esa implantación del cuadrado en el paisaje, por ese contraste entre la geometría matemática elemental y su colonización del campo abierto, pero se nos alejan en varios puntos. Mientras que la Gaspar (foto 17) de Campo Baeza tiene ese vacio central a doble altura que concita
el resto de los espacios, y que correlaciona proporciones en altura, se aleja de nuestro protagonista por el carácter cerrado que motivan los muros y pierde así el infinito en los ejes que la cruzan para obtener una intimidad más al-Ándalus En la de Aires Mateus en el Alentejo (foto 18) y la Baron de Pawson (foto 19), el espacio central se vuelve negativo, en forma de patio, buscando el laberinto en la portuguesa y alejándose así de nuestra referencia. No así la sueca del inglés, propiedad de un neoyorkino, que como los venecianos, se va al campo, de Suecia, a pasar los veranos. En esta vivienda aislada, blanca, cuyos ejes devuelven siempre el verde (o el amarillo, depende) se nos aparece, de nuevo, Palladio…
Continuará.
15 y 16 Casa Longe Suffolk, Inglaterra, John Penn
17 Casa Gaspar, 1992, Campo Baeza
18 Casa en el Alentejo, 2000, Aires Mateus
19 Villa Baron en Suecia, 2010, John Pawson
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VANDENBREEDEN, JOS, director SINT-LUKASARCHIEF, “Red Het Modernisme !. Exposición 05-07,Dic.2003 Flagey-Studio 4 Brussels, en la Exporoom STUK en Lovaina 07-Sept-17 Oct-2004) entre otras salas.
WILSON, VICTORIA, RIBA, Palladian Design: the good, the bad and the unexpected, Exposición RIBA, Londres 2015 - 2016