Fernández-Alba en el poblado de la central nuclear de Zorita de los Canes (1965-1968)

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Conocer un lugar y construir en él

Antonio Fernández-Alba en el poblado de la central nuclear de Zorita de los Canes 1965-1968 Texto: Enrique Sanz Neira. Imágenes: Servicio Histórico COAM, fondo Antonio Fernández-Alba G.R.C.: Personalmente, ¿te consideras un autodidacta? A.F.A.: Resulta difícil delimitar o excluir los agentes del magisterio. Te diré que no era época de maestros, aunque sin duda existían. De cualquier forma, no creo que mi referencia personal sobre este aspecto tenga interés alguno. Mi aprendizaje fue difuso, más inclinado al acontecer de los fenómenos artísticos, salpicado por los desafíos y las rupturas de esos acontecimientos. Y al mismo tiempo, por un afán de conocer el oficio del “constructor del lugar”, que yo creo que es donde reside la verdadera práctica de la arquitectura, y lograr una información de lo que acontecía fundamentalmente en Europa. Pienso que en esta actividad profesional uno es autodidacta por naturaleza, con el apoyo de la experiencia de la historia; tal vez la disciplina más difícil de leer y sobre todo, de interpretar. De “Preguntas a Antonio Fernández-Alba”. Gabriel Ruiz Cabrero. Catálogo de la Exposición “L´arquitectura i l´art dels anys 50 a Madrid”, edición Centre Cultural de la Fundació La Caixa (pág. 55-64). Barcelona, 1996.

Conocer un lugar y construir en él. Con este sencillo binomio definía Antonio Fernández-Alba su idea sobre la práctica de la arquitectura. En estas lineas habrá espacio para revisar otras consideraciones interesantes en su respuesta a Gabriel Ruiz Cabrero, en relación a la interpretación de la historia y a la experiencia. La publicación de estos dibujos, poco expuestos hasta ahora1, justificarían por si mismos este artículo. Si además sumamos el valor que aporta sobre la arquitectura española la labor de Fernández-Alba desde los años 60, es una buena oportunidad para mostrar su obra y sus proyectos con el mayor detalle posible. El fondo principal de sus dibujos, depositado en el Servicio Histórico del COAM, es una puerta al pasado intemporal, de la buena arquitectura. Éstos son los antecedentes de la obra de Zorita de los Canes: en 1965 Antonio Fernández-Alba recibe el encargo de Tecnatom2, para la realización de diversos proyectos en la futura central de esta localidad de Guadalajara. Entre otros, la instalación de un número de viviendas unifamiliares o habitaciones en bloque para los trabajadores de la central, esto es: un poblado de especialistas en La Alcarria. Las indicaciones del encargo eran las propias de un proyecto en el que el cliente era un ingeniero: precisión en las necesidades3, y también precisión en las progresivas evaluaciones del trabajo4. De éstas últimas, no afectaron a la arquitectura ciertos comentarios que provienen del análisis de Tecnatom y Unión Eléctrica Madrileña: como la energía eléctrica iba a resultar económica se pedían grandes ventanales al norte, y también, por ese mismo motivo, una economización de algunos elementos del anteproyecto utilizando carpintería de aluminio. Alguna otra observación desde un punto de vista arquitectónico, que tampoco llegó a cambiar el proyecto final, fue la de que los espacios ajardinados de las viviendas estuvieran “envueltos por la casa” mejor que “fuera de la casa y envueltos por muros”. Parece que esa imagen de poblado no era la que pedía la construcción del lugar. La planta general del asentamiento habla de dos tipos de trazas; mientras que las viviendas en una planta (aisladas o pareadas) y las colectivas en bloque de apartamentos, son claramente ortogonales, las plataformas donde se sitúan todas las construcciones son de planta circular. Se conforman sus límites mediante muretes que definen los jardines, los tendederos y los garajes de cada unidad. Las fachadas son estructurales de ladrillo de cara vista con un aparejo a la holandesa (a soga y tizón) y las cubiertas inclinadas de teja con muy poca pendiente sobre forjados. Ni en las viviendas unifamiliares ni en las colectivas hay volumen inclinado perceptible desde el interior; estas cubiertas funcionan mejor en cuanto al aislamiento necesario por las severas condiciones climatológicas: frío y calor extremos. 1 Salvo la publicación del año 1968, editada por Mariano Bayón en la revista Arquitectura (COAM), el poblado de Zorita ha pasado casi inadvertido en la bibliografía de Fernández-Alba. Fuera de España se publicó en el núm. 136 de L´Architecture d’Aujourd’hui (Paris: Airborne, 1968) y en el núm. 16 de Architecture Formes + Fonctions (Lausanne: Editions Anthony Krafft, 1971) 2 Tecnatom es una ingeniería española creada en el año 1957 con el fin de apoyar a las

En este proyecto, algo posterior al Colegio Montfort (1963) pero aun dentro de las obras que se conocen como el “primer Fernández Alba”5, se profundiza en algunas certezas ya probadas: volúmenes rotundos, cubiertas inclinadas Impluvium “hacia el interior” de patios abiertos o espacios privados, utilización sin adornos de materiales tradicionales, plantas sencillas, con direcciones principales bien marcadas por los elementos de distribución... Como se ha señalado más arriba, se combina este repertorio nórdico con otras geometrías circulares, sin duda más wrightianas. Los muretes, ajardinamiento, tendederos y aparcamientos de las viviendas tienen relevancia, pero, al margen de la efectividad para organizar la planta de esta manera son, sin duda, una referencia en busca de cierta poética. Por encima de referencias históricas, de “agentes de magisterio”, Antonio Fernández-Alba busca convertirse en un constructor de lugar. Los alzados son muy elementales, no compuestos, sino más bien definidos con naturalidad por la distribución funcional y un reducido número de soluciones constructivas: una decisión que busca tanto la agilidad para llevar a término la obra en los tiempos disponibles como la de poder contar con albañiles locales para su construcción. La tecnología tradicional al servicio de la más puntera industria nuclear. Cano Lasso recorrió el mismo camino conceptual para su instalación de Comunicaciones Vía Satélite en Buitrago de Lozoya (1966). Aunque la construcción se concluyó según los planes previstos6 no fue posible llevar a cabo el Centro de Información, ni la ornamentación que habría sido diseñada por Joaquín Vaquero. Volviendo sobre la respuesta de AFA a Gabriel Cabrero: “la experiencia de la historia; tal vez la disciplina más difícil de leer y sobre todo, de interpretar”, es evidente que, por complejidad y volumen, esta obra es un buen ejemplo de tal búsqueda. El arquitecto no trata de manejar repertorios estilísticos, adscribiéndose a una corriente, sino ser coherente con las herramientas más propias de esta actividad: construcción tradicional, conocimiento y respeto al lugar, creación de elementos de gran compacidad ambiental que faciliten la convivencia. Uno de los dibujos más abstractos del proyecto es el que cierra la página siguiente: la búsqueda del lugar. Una sección transversal del terreno dibujado a mano, como primer ejercicio de comprensión de su pendiente. También interesa, desde este punto de vista, el alzado desde el otro lado del rio Tajo, alejándose del sitio para ver lo que éste pedía…

empresas eléctricas propietarias de las centrales nucleares en su construcción, puesta en marcha y operación. En este caso, la propiedad de la central fue la empresa Unión Eléctrica Madrileña.

de unos 130 m2 en bloque. A este desglose (unas 40 unifamiliares y 24 en bloque) se sumaban unas 20 habitaciones en una residencia de solteros, seis de ellas en suite.

3 Las diferentes categorías de los futuros trabajadores preveían diferente tipo de vivienda. Los graduados, vivienda unifamiliar de unos 250 m2, con cuatro dormitorios más uno principal, los titulados y jefes especialistas, unos 180 m2 y 150 m2 respectivamente, también en vivienda individual. Especialistas con familia en viviendas

4 Informes en los que Tecnatom evaluaba de la mano de la compañía eléctrica, aspectos funcionales y presupuestarios, y que se conservan en el Servicio Histórico del COAM. 5 Leopoldo Uría delimita las obras de A. Fdez. Alba más orgánicas como el “primer Alba” y las

posteriores en las que las trazas geométricas y los volúmenes se endurecen como el “segundo Alba” en Un prólogo personal, en Antonio Fernández-Alba. Obra y traza, Consejo superior de los Colegios de Arquitectos de España, Madrid 2004 6 Jaime Mac-Veigh, responsable de Tecnatom, e intermediario ante la propiedad (Unión Eléctrica Madrileña) reconoció el éxito del trabajo de Antonio Fernández-Alba, según correspondencia de 9 de mayo de 1968.


conarquitectura

Vivienda para graduados de 250 m2

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Poblado C.N. Zorita

A

A. Residencia para solteros

Planta baja

Planta primera

Alzado este (versión inicial)

Sección longitudinal por acceso (versión inicial)

Planta de cubiertas


conarquitectura

Sección longtudinal

Sección transversal

Alazdo oeste

Alzado este

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Poblado C.N. Zorita

D

C

B

B Viviendas de graduados (250 m2). C Viviendas de titulados y especialistas (180-150 m2). D Viviendas en bloque para especialistas con familia (130 m2)

Vivienda para graduados. Planta de cubiertas

Vivienda para titulados y especialistas. Diversas soluciones de distribución y ajardinamiento y construcciones auxiliares de la parcela.


conarquitectura

Vivienda para graduados. Alzados

Vivienda para graduados. Detalles de chimeneas

Viviendas en bloque para especialistas. Debajo, el centro de información (no construido).

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