Legados Ladrillo cara vista
116 Artículo Técnico
Color paisaje
Claves de la integración contextual en El Taray de Aracil en Segovia Esperanza M. Campaña Barquero, Dra. Arquitecta
La Unidad Vecinal de El Taray es un conjunto residencial de 114 viviendas repartidas en cinco bloques lineales proyectado por Joaquín Aracil en 1962. Fue encargado por la cooperativa de obreros Pío XII para una parcela con impresionantes vistas ubicada en el borde norte de la ciudadela de Segovia. El Taray pertenece a ese momento de la historia de la arquitectura en el que comienza a superarse el racionalismo y surge un interés renovado por la ciudad y la comunidad. Por su organización fragmentada alrededor de espacios colectivos y por el modo en que utiliza las conexiones aéreas y las galerías de circulación, el proyecto de Aracil ha sido habitualmente asociado con las experiencias del Team 10 [FIG. 1]. Su esquema de agrupación en sección es heredero del británico scissors block, un ingenioso sistema diseñado por los arquitectos del London County Council para obtener edificios compactos y eficientes con los que paliar la carestía de vivienda después de la Segunda Guerra Mundial [FIG. 2]. En lo que se refiere a su lenguaje material, crudo y sin concesiones, la Unidad Vecinal evoca para autores acreditados al neobrutalismo, el neorrealismo o al arte povera1. Pero, cuando se reconocen las señales de los “accidentes” que sufrió durante el proyecto y la ejecución, aparecen un conjunto de argumentos que amplían estas clasificaciones para llevar a El Taray al territorio de lo híbrido y lo atemporal. La arquitectura de El Taray se subordina a una imperiosa necesidad de adaptación. Su organización es consecuencia de un emplazamiento de condiciones extremas. Sus formas son resultado de la elevada densidad habitacional que la cooperativa de obreros demandaba. Su expresión es producto del sentido común y la sensibilidad que otorga el oficio de arquitecto puestos al servicio de la más absoluta escasez de recursos.
Piedrabuena, Ciudad Real
Para la composición de sus envolventes, termina escogiendo materiales que lo enlazan de un modo no literal con la tradición de la arquitectura rural castellana. Sin embargo, en la primera ordenación que Aracil propone al Ayuntamiento de Segovia en Septiembre de 1962, los bloques de El Taray irrumpen en la cornisa del casco antiguo de la ciudad como prismas blancos de cubiertas planas [FIG. 3]. Y es que hasta llegar a su lograda integración en el entorno, el proyecto inicial tuvo que pasar varias veces por el tamiz de la opinión pública, la burocracia y los altos estamentos encargados de velar por el patrimonio monumental. No solo eso, también tendría que sortear la obstaculización de algunos nobles y caciquillos locales, abiertamente afines al régimen, que desaprobaban que una de las posiciones urbanas más privilegiadas de Segovia se ocupara con casas subvencionadas para gente trabajadora. Fue en primera instancia el arquitecto municipal de Segovia, quien en su informe inicial acerca del citado anteproyecto, advierte sobre el criterio racional y excesivamente moderno para el emplazamiento2 que se había escogido para los edificios, lo que a su criterio modificaba el aspecto del conjunto históricoartístico de Segovia. Más tarde, es la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos la que accede a informar favorablemente sobre el anteproyecto aunque introduciendo varias advertencias. Primero, el bloque principal debía ver reducida su altura en dos plantas para no competir con las ruinas de la antigua girola de la Iglesia de San Agustín, que funcionaba como Monumento a los Caídos de la División Azul. Segundo, las fachadas debían modificarse para que no desentonaran excesivamente con el carácter del entorno. Y tercero, las cubiertas debían resolverse con teja curva y movidas para no presentar grandes superficies lisas que llamaran la atención desde la lejanía.
Casa con fachada de 2,40 m
En El Taray, Aracil va a producir avanzadas soluciones para el reto atemporal de la integración urbana y paisajística de lo nuevo en la ciudad histórica.
House with frontage of 2.40 metres
Arriba: En primer plano, la galería del bloque I de El Taray que se conecta con los bloques IV y V a través de la escalera-pasarela que sobrevuela el jardín. Al fondo, el paisaje de La Lastrilla. Maspons-Ubiña, Junio 1967. Legado Aracil.