Cimiteri in Italia, Rogelio Ruiz Fernández en ca69

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Artículo Técnico

Reflexiones sobre arquitectura

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Cimiteri in Italia Rogelio Ruiz Fernández, dr. arquitecto

“... el olor de la muerte es un elixir potente para quien sabe que debe morir”. Giovanni Papini (Il libro nero, 1951)

El cuadro del Bosco de la Galería de la Academia de Venecia me trajo de pronto a la cabeza la imagen del lucernario del cementerio de Igualada1 que visité hace años con mi padre. No creo que fuese casualidad (con otros simbolismos como los troncos que hacen el surco río que nos llevan al mar de Manrique, o la forma de Z que ocupa el último lugar en nuestro alfabeto como la omega en el griego...). La muerte, esa luz al fondo del túnel, es lo único fijo que todos tenemos, pero ¿cómo vestimos este paso? Esto cambia de unas civilizaciones a otras. Nosotros somos tan similares, españoles e italianos, due popoli ma una stessa razza, nos entendemos tan bien, entendemos tan bien nuestras comunes miserias y nuestras grandezas, que los cementerios, como el comienzo de Volver de Almodóvar, son parte de la vida, más que de la muerte en nuestros países, y la tradición ha hecho de estos “barrios” de nuestras ciudades donde el cliente no se queja, donde las humedades no son tan importantes, una parte esencial de nuestra cultura. El higienismo a partir del siglo XVIII requiere de los cementerios alejarse de las ciudades, e incorporar, si cabe, alguna ermita próxima. Los primeros diseñados aquí por sacerdotes, algunos viajeros a Italia donde se inspiraban en los realizados allí. En el mundo mediterráneo se impone como modelo el de Pisa de 1277 de Giovanni di Simone (fig. 1). Quatremère de Quincy decía que este pisano era el único ejemplo a seguir si se buscaba la salubridad de los habitantes (Bermejo, 1998). Se encuentra tras un muro de mármol blanco que evita profanaciones.

La Ascensión al Empireo, El Bosco (general y detalle), Galleria dell´Accademia Venezia; y Lucernario en el Cementerio de Igualada, Enric Miralles-Carme Pinós (foto Álvaro Fontaneda) 1

Cementerio de Pisa tras el Duomo (foto Rogelio Ruiz)

Loos encontraba en un humilde enterramiento en el bosque, en el monumento funerario, el arte de la arquitectura2. La edilicia mortuoria es en realidad, donde el esfuerzo arquitectónico se une más sólidamente a la espiritualidad y por tanto, donde se aleja de lo prosaico, de lo contingente... Si la música es más sublime por no tener la servidumbre de la necesidad, el construir para el recuerdo, nos hace más humanos a todos. Mi visita al cementerio de Génova, el Staglieno, me impresionó muchísimo (con un amigo que dice que, después de tantos años, aún sueña con aquellas esculturas). Aquellos mausoleos y aquella iglesia no es ya capilla sino Duomo por su tamaño (25 metros de diámetro) que generan un esfuerzo ingente por recordar a gente, que nosotros vemos como nombres sin sentido. Pero es ese amontonamiento, ese sin fin el que te hace pensar en lo pequeños que somos todos, hasta los recordados con aquellos gestos pétreos en la capital de Liguria. Las catacumbas de San Calixto en Roma, las de San Gennaro en Nápoles, las de los Capuchinos en Palermo… Tristísimos, llenos de melancolía, esos de guerra, que repiten cruces o lápidas escuetas y no tienen ni tan siquiera letras… Triste hasta decirlo: “soldado desconocido”. Los de Lutyens en Francia y los países bajos (Geurst, 2010), 1 Elías Torres Tur en su tesis, Luz cenital, al hablar de los lucernarios que son conos truncados nos muestra este cuadro del Bosco y lo compara con uno de la capilla de la Tourette y otro de la Universidad Laboral de Gijón, pero a mí la imagen que me vino al verlo fue la del cementerio de Igualada. 2 When we find a mound in the Woods, six feet long and three feet wide, raised to a piramidal form by means of a spade, we become serious and something in us says: someone was buried here. That is architecture. ADOLF LOOS.

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el de Treptower en Berlin, Arlington… Interminable recuerdo la primera vez que fui a Nueva York desde el aeropuerto Kennedy a Manhattan pasas en Queens por el Calvary con aquel despliegue sin fin sobrevolándolo en el shuttle… Alucinante el crematorio de Baumschulenweg en Berlin, con aquel suelo curvo que no había percatado en las fotos y con aquellas columnas del Danteum, desmaterializadas arriba, recordando quizá el viaje de Dante. ¿Qué me dicen de los de Irlanda?, con las capillas en ruina (todas culpa de Cromwell…), que pasada la Rock of Cashel. Conozco el de La Habana, precioso, tan nuestro por los nombres, pero no he estado en el de la Recoleta de Borges, donde la muerte es pundonorosa… del que me hablaba Cristina Grau, la arquitecta borgiana (de Borges no de Borgia aunque valenciana). Más vida que muerte en los de México, aunque no tanta como en el de El Cairo. Tremendo el de Montparnasse y cómo no, en la agnóstica Francia, el Père-Lachaise de París que recibe alrededor de tres millones y medio de visitantes anuales por sus ilustres moradores. El judío de Praga pequeño, donde no cabe ya una laja. ¿Y qué me dicen de los ingleses, sin valla, abiertos ajardinados? He estado en el de Bournemouth, al costado de la Iglesia (como fueron los nuestros), y allí, sin conseguir levantarse como hiciera su creación, durmiendo el sueño eterno está Mary Shelley. Preciosos son los que ven el mar, como el de Luarca. De todos estos tipos tiene Italia, no son como el de Apslund, vaya, más bien con horror vacui. Vamos a centrarnos en recientes. Fosa Ardeatina, VV.AA.3, 1947 La fosa Ardeatina (fig. 2), que tanto admira mi admirado Arnuncio, deja ingrávida esa tremenda losa de hormigón, para cubrir debajo las tumbas de civiles asesinados en la segunda gran guerra europea, y a pesar de mostrar el nombre de cada uno, esa uniformidad de los volúmenes de piedra genera una sensación de angustia, porque al que mata en la guerra, mata a todos sin mirar su cara, los ve a todos iguales, como una caja. Como los bloques de Berlín de Eisenman. Y aquí, en esta fosa, se apoyan los yacidos en una cantera existente, y la cubren y esa grieta de luz que soporta el peso del concreto, anterior a la de Ronchamp, grave y severa como aquella, rompe contra los Pinos de Roma, que son música y vida... Brion Vega, Carlo Scarpa, 1970-1975 La visita del cementerio de Brion-Vega (fig. 3) de Carlo Scarpa en San Vito Altivole (1970-1975), es sencillamente una experiencia inolvidable, el peso de las puertas de la capilla al abrirse, el agua, las sombras, las formas, las texturas de los encofrados, su contraste contra piezas cerámicas, doradas algunas… Dijo el artista: Es el único de mis trabajos que vengo a ver de buena gana. Aquí la naturaleza es bella, un jardín, el pabellón lo he construido para mí: aquí vengo a menudo a meditar4. Scarpa explicaba acerca de este proyecto: Este lugar de reposo para los muertos tiene un cierto aspecto de jardín… ¡Los cementerios son ahora como amontonamientos de cajas de zapatos! Yo quería expresar lo natural del agua y del prado, del agua y de la tierra, el agua es la fuente de la vida...5. Cementerio de Urbino, Arnaldo Pomodoro, 1973 El proyecto para el Cementerio de Urbino (fig. 4) que no se llevó a cabo, del célebre escultor Arnaldo Pomodoro, 1973, muestra un concepto que

luego vimos en Igualada. En realidad un concepto que él desarrolla en muchas de sus esculturas, esferas doradas y bruñidas que presentan oquedades oscuras (como la del Vaticano o el Trinity de Dublín). Aquí el terreno permanece y la muerte queda en las calles excavadas, como surcos, un tanto como Eisenman, pero esta vez en Santiago. También como en ese mismo año, il Cretto di Burri en Sicilia deja la ciudad arruinada de Cibellina como una superficie rasgada por las calles, como los lienzos de Lucio Fontana… Cementerio de Modena, Aldo Rossi, 1971 Aunque quizá el que más vueltas dio por las revistas, el más abstracto, fue el de Rossi en Módena (fig. 5), de San Cataldo (ca67). Que no envejece bien, tenemos que decirlo, que no tiene la dignidad que veíamos en los planos. Sobre el gran cubo de ladrillo, el osario, Aldo Rossi nos decía: La construcción cúbica con sus ventanas regulares, tiene la estructura de una casa sin plantas y sin cubierta, las ventanas sin cristales ni contraventanas, simples agujeros en los muros; ésta es la casa de los muertos, que en arquitectura sería una casa abandonada, y por tanto, inacabada: el esquema por sí sólo, inacabado y abandonado recuerda a la muerte6. San Michele Venecia, Chipperfield, 1998 Uno de los que tuvo bastante difusión por ser un concurso por invitación al que fueron convidadas figuras conocidas del panorama internacional fue el de San Michele en Venezia (figs. 6 y 7). Este cementerio es una suerte de “Isla de los Muertos”, como la de Böcklin, en la que existen algunos edificios de ladrillo y donde se pretendía una importante ampliación. El segundo puesto fue para Enric Miralles con Benedetta Tagliabue y el tercero para Carlos Ferrater. El ganador fue Chipperfield, arquitecto que admiro pero que creo que en esta ocasión, a pesar de la preciosa maqueta del concurso, que nos remite a Terragni y su Danteum de nuevo, tiene una formalizacion final que no está a la altura de la ciudad del agua (quiza por ello se queja tanto de la construcción de sus edificios en el sur de Europa…). Desde luego la propuesta de Miralles tenía una expresividad que ponía en peligro la funcionalidad, y en Venezia donde el suelo es tan caro, tan querido también, la formalizacion ortogonal de Chipperfield parecía mas adecuada. Crematorio de Parma, Zermani, 2009 El edificio que valoramos como una obra increíble es el crematorio de Parma (figs. 8 y 9), obra que también parece una isla en la llanura padana, y que una vez dentro, gracias a un control de la simetría, de la dignidad que confieren esas columnas de ladrillo, sugiere la gravedad que precisa el lugar, es obra de Zermani, de quien hablamos en otras ocasiones (ca66). Nuevo cementerio de Cesena en Tipano, Paolo Portoghesi, 2011 En ladrillo también el Nuevo cementerio de Tipano (fig. 10), en Cesena, combinado con cobre y buscando asimismo la dignidad a través de la simetría y la volumetria elemental de la mano del renombrado y veterano Paolo Portoghesi con el apoyo de arquitectos locales (Farnedi, Miserocchi, Paolucci).

En agosto de 1945 se conceden dos premios ex aequo, y los dos grupos se unieron bajo el liderazgo de Giussepe Perugini y Mario Fiorentino (con M. Aprile, A. Cardelli y F. Coccia) (ARNUNCIO, 2007). É il solo dei miei lavori che vengo a vedere volentieri. Qui la natura é bella, un giardino, il padigione l´ho costruito per me: ci vengo spesso a meditare. SCARPA, CARLO, a cura di Ada Francesca Marcianò, Ed. Zanichelli Bologna 1984. Pág. 155. 5 SCARPA, CARLO, Taschen, Colonia, 1994. 6 ROSSI, ALDO, Arquitetture 1988-1992 por Alberto Ferlenga, Ed. Electa Milán, 1993. 3 4


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Fosa Ardetiana (foto Bolletino Santa Sede) Cementerio Brion Vega, Scarpa (foto RR) Propuesta Cementerio Urbino, Pomodoro, 1973 Aldo Rossi, Cementerio de Módena (foto RR) San Michele en Venecia, Chipperfield San Michele en Venecia, Propuesta de MirallesTagliabue 8 Crematorio de Parma, Zermani Architetti 9 Crematorio de Parma, detalle, Zermani Architetti 10 Nuevo Cementerio de Tipano, Cesena de Paolo Portoghesi (2011)

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OTROS CEMENTERIOS RECIENTES

tradicionalmente, en la proximidad de la costa, deben de estar mirando al mar. Skármeta cita la siguiente poesía del poeta Neruda moribundo: Yo vuelvo al mar envuelto por el cielo,/ el silencio entre una y otra ola,/ establece un suspenso peligroso:/ muere la vida, se aquieta la sangre/ hasta que rompe de nuevo el movimiento/ y resuena la voz del infinito. Clásico y precioso frente al mar también el de Luarca donde reposa el Nobel Severo Ochoa. Un ejemplo italiano de cementerio marino, muy publicado, es el de la ampliación de Santo Stephano al Mare (2003-2005) de Aldo Amoretti (fig. 18), Marco Calvi, Giancarlo Ranalli, que busca la seriación y va formando bloques, que nos recuerdan evidentemente al de César Portela en Fisterra.

También de Zermani, menos espectacular que el de Parma que nos parece soberbio, es el de San Sepolcro (fig. 11) que ciertamente comparte estética (funcionalidad) con el de Voghera (fig. 12) del arquitecto Monestroli. Ambos generan la armadura compositiva del recinto con muros de ladrillo sobre los que aparecen los nichos ordenados. El profesor de la Universidad de Bolonia Sandro Pittini ha publicado dos cementerios también muy geométricos y austeros: el Comunale Zianigo (fig. 13), en Mirano, Venezia (2015), con una seriación de sombras y luces que genera galerías interiores (en la foto) y también hizo el de Dosson di Casier (2012) que va creando cubos-panteones que ordenan el espacio exterior. Sistema compositivo que también utiliza por ejemplo Gianluca Saibene en la ampliación del de Giussano que fue mención especial del premio “Luigi Cosenza” en el 2002. Otros serían el de San Bartolomeo (2004) de Marco Angelini y Rinaldo Ciravolo (fig. 14), con líneas muy claras y en piedra y hormigón blanco usando los paños de césped como planos limpios. También en acabado pétreo el de Gubbio (2011) de Dragoni y Pes (fig. 15). Algunos buscan un mayor expresionismo, una sensación más oscura del tema de la muerte con la utilización de hormigones y geometrías menos claras que consiguen una formalización mas “tenebrosa” o romántica. Ejemplos son el de Busto Arsizio (ca. 1970) de Luigi Cappanella (fig. 16) y el de Favra (2016) de Antonio Besso-Marcheis (fig. 17). CEMENTERIOS MARINOS Además del que evoca Paul Valéry, Lezama Lima nos dice que “... cuando moría el monarca (Amon-Ra), todos anunciaban con igual plañido: se hundió, decían, en la línea del horizonte. La tumba natural de un rey era la línea del horizonte. Heracles desaparece también en una puesta de sol”. Pero no sólo en Occidente, los cementerios chinos

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CONCURSOS En los últimos años, además del de San Michele de Venecia que comentamos, ha habido muchos concursos en Italia para la ampliación o creación de varios cementerios que han dado la posibilidad de cierto debate y la creación de nuevos edificios de una importante dignidad y calidad como merece el asunto. Y muchas propuestas muy interesantes, aunque no siempre terminan como sus autores quisieran, como las del cementerio de Campi di Bisenzio (figs. 19 y 20), cerca de Florencia, en las que se presentaron soluciones interesantísimas como las de Am3 architetti associati y Tomaso Monistroli o también la de Babio Guarrera que buscan en la mudez de los testeros la monumentalidad y silencio del recinto. Otra propuesta, de Alberto y Giovanni Manfredini, es el nuevo cementerio de Covolo en Reggio Emilia (2012), que recuerda en la doble escala de la columnata los dibujos de Tessenov tan apreciado en la cultura arquitectónica italiana. Y tantos otros camposantos que nos quedarán por el camino, porque como han visto la difusión de nuevos cementerios, de concursos, de proyectos cuidados que han recorrido Italia en los últimos años merecían sobradamente que les dedicáramos estas líneas.


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20 BIBLIOGRAFÍA: ARNUNCIO, JUAN CARLOS: Peso y levedad. Notas sobre la gravedad a partir del Danteum. Ed. Fundación Caja de Arquitectos. Barcelona, 2007. BERMEJO, CARMEN: Arte y arquitectura funeraria, Los cementerios de Asturias, Cantabria y Vizcaya (1787-1936), Universidad de Oviedo, 1998. GEURST, JEROEN: Cemeteries of the Great War by Sir Edwin Lutyens, OIO Publishers, Rotterdam, 2010. SCARPA, CARLO: A cura di Ada Francesca Marcianò, Ed. Zanichelli Bologna ,1984. SCARPA, CARLO, Taschen, Colonia, 1994. SKARMETA, ANTONIO: El cartero de Neruda, Plaza y Janés, Barcelona, 1998. De MICHELIS, MARCO: Venecia, La Nueva Arquitectura, Ed. Skira Milán, 1999. LEZAMA LIMA, JOSÉ: La materia artizada, Tecnos, Madrid, 1996, p. 28. PAPINI, GIOVANNI: El libro negro (Il libro nero, 1951) en el capitulo “Visita a Salvador Dalí”, “Obras de Giovanni Papini”, Plaza y Janes, Barcelona, 1962. PIZZA, ANTONIO: Cementerio Municipal, Igualada, Barcelona, en ENRIC MIRALLES 1972-2000, Edita Fundación Caja de Arquitectos, Barcelona 2011. ROSSI, ALDO: Arquitetture 1988-1992 por Alberto Ferlenga, Ed. Electa Milán, 1993, y en Obras y Proyectos, Paperback GG. RUIZ FERNÁNDEZ, ROGELIO: La Arquitectura Atravesada por la Luz, Universidad Valladolid, 2017. TORRES TUR, ELÍAS: Luz cenital, Col.legi d’Arquitectes de Catalunya, Barcelona, 2005. VALÉRY, PAUL: El cementerio marino, Gallimard, París, 1922. VISITA DEL SANTO PADRE BENEDETTO XVI AL SACRARIO DELLE FOSSE ARDEATINE, Bolletino Santa Sede, Ciudad del Vaticano, 27, marzo 2011.

11 San Sepolcro, Zermani arquitectos 12 Voghera, Monestiroli arch. (Foto Marco Introini) 13 Cementerio Comunale Zianigo en Mirano, Venezia, Sandro Pittini 14 Cementerio de San Bartolomeo, Angelini y Ciravolo (2004) 15 Cementerio Gubbio, Dragoni y Pes 2011 16 Cementerio de Busto Arsizio (Foto Sandra Grampa) 17 Cementerio de Favra (Foto Beppe Guardino) 18 Santo Stephano al Mare (Foto Aldo Amoretti) 19 Ampliación del Cementerio en Campi Bisenzio, propuesta Am3 architetti associati y Tomaso Monistroli 20 Propuesta de Babio Guarrera para Campi Bisenzio también en ladrillo eterno


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