Reflexiones sobre arquitectura: BERLÍN, cielos rojos sobre el paraíso In memoriam Miguel Álvarez Gar by conarquitectura ediciones

Reflexiones sobre arquitectura

BERLÍN, cielos rojos sobre el paraíso In memoriam Miguel Álvarez Garnería Rogelio Ruiz Fernández, dr. arquitecto

1 Paseos por Berlín, de Franz Hessel nos muestra los años veinte de la ciudad y comienza con una cita de DÁurevilly que dice así: “A pesar de que se descubrieran las ruinas de Herculano bajo las cenizas, unos pocos años sepultan las costumbres de una sociedad más rotundamente que todo el polvo de los volcanes”. La ciudad de Berlín no avanza, gira sobre sí misma, va reinventándose, destruyéndose y reconstruyéndose a través del tiempo. Su animal no debería de ser el Oso, sino el Ave Fénix. Si vemos los mapas primeros de aquella pequeña población de pescadores1, ya aparece dividida en dos: Berlín y Cöln, siendo Cöln coincidente con la actual Isla de los Museos. Más tarde vemos que la ciudad se protege con un muro del exterior, otro muro ya demolido hace muchos años. Ahora, estos últimos tiempos de euforia se están reconstruyendo la Baukunst Academie de Schinkel, que ya no existía, coméra e dovéra2. Y el Forum Humboldt, repite volumétricamente el gran Schloss que siempre representó a la realeza e imperio alemán (y prusiano), que había sido destruido, durante y tras la SGM. Mirando la ciudad a través de los cuadros de Eduard Gaertner, el Canaletto berlinés, vemos una ciudad plácida que vive entre monumentos y edificios que marcan el eje que va del Berliner Schloss hasta el Tiergarten a través de Unter den Linden. En muchas de sus vistas la cúpula del Schloss real (e imperial) sobrepasa las casas marcando su poder. El cercano Potsdam, donde un palacio se llama Sanssouci, nos da una idea de la vida que llevaban estos nobles. Toda esta parte de Berlín que citamos es la ciudad clásica, en la que destaca la figura de Schinkel y las manzanas prusianas que tras una fachada ordenada van enhebrando patio tras patio. Nada tiene que ver con la ciudad de hoy.

Cada ciudad es una sólo en el momento en el que el visitante la ve, una distinta en cada viajero y cada viaje. La imagen de Cabaret y el Kit Kat Klub berlinés es una visión más reducida y divertida (y manida también), agridulce, que muestra ya las nubes negras que se acercan. Para Julio Llamazares, que perdió su pueblo natal bajo las aguas de un pantano, Berlín era esa montaña de escombros que formaba una colina durante años recordando lo que pasó allí. Berlín está en mi cabeza formada por islas de ciudad que se distancian por mares de verde que son los impresionantes y vastos parques. Tiergarten, el de las fieras. Era una prueba más de la universalidad del Occidente en este escaparate contra la otra política. Sólo pasar el muro para ir a ver el Altes Museum, que se había quedado en el Berlín Oriental, era una experiencia que pocos podrán olvidar. Volví otras veces, pero ya saben: jamás verá como antes la catedral quién ya estuvo en ella. Una de las ocasiones fue cuando aquel montón de grúas bailaban sin cesar por un nuevo frenesí edificatorio tras la caída del muro. Porque Berlín no es su arquitectura, que siempre bebe de lo mejor del mundo, sino su historia. La iglesia reconstruida por Eiermann, destrozada por la guerra, con sus volúmenes de vidrio prensado recuerda cada día en el centro (si hay un centro) la desgracia. Los edificios viejos con agujeros de bala en la carga. El museo judío y las ayudas para que vuelvan a vivir allí. El Kreuzberg, el monte de la cruz, hoy de la media luna de los turcos. El Reichstag como una alfombra hermosa, y ahora moderna, con basura barrida debajo. La Topografía del Terror, el edificio que iba a hacer Zumthor, junto al macabro edificio de la Gestapo (que incluso empezó gastando un buen número de millones de euros y que finalmente precioso también, hizo Úrsula Wilms). Los adoquines de bronce con los nombres judíos grabados, la

con arquitectura

6 Monumento al Holocausto, Peter Eisenman (Foto R. Ruiz). 2 Baukunst Academie, Schinkel, pintado por Gaertner. 3 Gendarmenplatz, Gaertner. 4 Altes Museum, Schinkel (Foto R. Ruiz). 5 Espacio de Tessenov (1931) dentro de la Neue Wache de Schinkel. Pietá Kollwitz (Foto R. Ruiz). 6-7 Edificio cine Universum, Erich Mendelsohn 1926-28, y viviendas dentro de la misma operación (Fotos Miguel Álvarez Garneria en viaje con el autor). 8 Viviendas diseñadas por los hermanos Wassili y Hans Luckhardt 1928 (Foto Miguel Alvarez Garneria). 9 Hilberseimer, propuesta para Friedrichstadt1927 (fuente Ilse Wolff, revista Arquitectura n310-1997). 10 Gerhard Richter, Stadtbild PL1970 “Cuando miro los paisajes urbanos, me parecen algunas imágenes de Dresde devastada”.

biblioteca vacía y enterrada de la Bebelplatz de Micha Ullman 2010 que recuerda la quema de libros del 1933... Hablo de mis berlines, que quizá no tengan nada que ver con los suyos. Antes, para llegar allí, pasábamos por una autopista rodeada de alambradas y garitas de control, atravesando la Alemania Democrática. Un área de servicio no nos vendía casi nada, a nosotros que, en vez de comunistas, éramos ya consumistas consumados. Y al final del túnel la ciudad bullía. Una ley trataba de evitar el despoblamiento producido por la sensación de vivir en una isla rodeada del enemigo, haciendo que si vivías dos años allí librabas el servicio militar. Las cuentas te salían bien si estudiabas la carrera en Berlín. Por tanto, una población jovencísima y viva (aún hoy el porcentaje de solteros es elevadísimo) hacía que no se distinguieran los lunes de los sábados. Las personas beben para olvidar, las ciudades viven para olvidar. UNA NUEVA ARQUITECTURA Momentos cumbres, como la AEG de Peter Behrens de 1909 que, a pesar de su modernidad, recoge aún los resabios clásicos: “el Templo”. Para Hessel, el flaneur que citábamos antes: no hay edificio más bello que la monumental nave de cristal y hormigón armado que construyó Peter Behrens para la fábrica de turbinas de la Huttenstrasse. En el estudio de Behrens alrededor de 1908 trabajaron Walter Gropius, Mies van der Rohe y, por poco tiempo, también Le Corbusier. Se estaba fraguando una nueva arquitectura: una Neues Bauen. La Bauhaus prácticamente se solapa con los años de la República de Weimar, es allí precisamente en Weimar3, donde se funda la primera (1919-28), dirigida y diseñada por Walter Gropius, cuyo lema era “empezar de cero”; la segunda, la de Dessau (1928-30), que fue pilotada por el también arquitecto Hannes Meyer; y la tercera, aquí en Berlín, que la dirigió el increíble Mies van der Rohe entre 1930 y 1933. La arquitectura blanca fue una fuerza tremenda, con la que empujaron arquitectos como Mendelsohn, los hermanos Taut, los hermanos Luckhardt... Una autocon-

fianza que sirve para diseñar barrios, siedlungen, increíbles en esos años4, pero también para hacer propuestas tan devastadoras como la que Hilberseimer plantea, emulando a Le Corbusier y su Plan Voisin, para Friedrichstad en 1927. De gran importancia aunque no aquí, sino en Stuttgart, la Weissenhoff reúne a los arquitectos más destacados del movimiento moderno y, a pesar de la reacción popular, da fuerza a la arquitectura blanca. Walter Gropius visita la Residencia de Estudiantes en Madrid en 1930, como fundador de la Bauhaus (¡y da la conferencia en español!). Erich Mendelsohn también imparte la suya en ese año y además se reúne con Feduchi y Luis Gutiérrez Soto, con las consecuencias formales que sabemos en el edificio Capitol y el Barceló respectivamente. ESCAPARATE DE ARQUITECTURAS Después del final de la Gran Guerra, la industria de Berlín se recuperó increíblemente rápido de la destrucción (los cambios de fronteras hicieron que recibiera muchísima inmigración de las zonas que pasaron a ser de otros países habitadas en gran número por alemanes que se sentían alemanes), y el Berlín del Oeste se convirtió en cierto modo en un escaparate de arquitecturas para mostrar al Berlín que se mantenía bajo el manto comunista. KULTURFORUM 1956-63 En el 56 se inicia el Kulturforum, al lado de Tiergarten, pero lo suficientemente cerca del límite de la ciudad para que pudiera ser admirado (¡y envidiado!) por el Bloque del Este. El Kulturforum recogió unas obras maestras, tan distintas y tan soberbias como fueron la Philarmonie de Scharoun y la maravillosa Nationale Gallerie de Mies. En aquellos años, estas obras respiran rigor y esfuerzo, nada es banal. El acabado metálico brillante que hoy vemos en la Philamonie (y en la Biblioteca del mismo autor, frente a la obra de Mies) estuvo durante muchos años con enfoscado, esperando por el dinero suficiente para acabarse... La arquitectura se hacía con esfuerzo.

Aunque se tiene por fecha de origen de Berlín 1237 (de ahí que el IBA se hizo como celebración de los 750 años de la ciudad), vemos en algunos mapas interesantes de la ciudad (la Carta de Memhardt, Berlín-Cöln 1652, Carta de J.M.F.Schmidt, 1688, Carta de J. Schneider 1798), que hasta tiempos recientes no fue una ciudad grande. Se hizo más veces, la iglesia de Fritz Höger (el expresionista de la Chile Haus de Hamburgo), la kierche am Hohenzollerdamn, que era de 1930-33 fue destruida durante la guerra en el 1943 y la que vemos hoy es una reconstrucción de 1965. 3 Luego hay un tema que me inquieta muchísimo y es las dicotomías de la cabeza, Buchenwald, campo de concentración nazi, donde hubo hasta un prisionero de Mieres, Avelino Álvarez Gutiérrez, hermano de mi abuela, se encuentra a ocho kms.de Weimar, sí del Weimar de Goethe, del Weimar de la gran Bauhaus. ¿Cómo puede estar tan cerca la grandeza de la mayor de las miserias...? 4 Memorables son Britz, de Bruno Taut, “la herradura” entre 1925-31, Oncle Toms Hütte de B. Taut, , H. Haring, G.R. Salvisberg 1926-31 o Siemenstadt , Charlottenburg Nord, PaulHert-Siedlung de varios autores. 1

Reflexiones de arquitectura

HANSAVIERTEL 1957 En 1956, tan solo 11 años después de la derrota, Berlín sorprende al mundo con el Hansa Viertel, una exposición de viviendas del más alto nivel en la que participan arquitectos de la talla de Niemeyer, Aalto, Jacobsen... el propio Le Corbusier realiza una de sus unités (eso sí, fuera del ámbito de los demás, en Grunewald). Buenísimas las piezas de arquitectos locales como los adosados de Paul Baumgartem o la Escuela de Artes de Werner Düttmann. En un artículo reciente sobre Carme Pinós en esta revista, escribí una idea suya que propone que la arquitectura es acción y que a toda acción sigue una reacción. La reacción del Este no se hizo esperar y en el 1961 se realiza el muro que partió la ciudad. BERLIN DEL ESTE Antes, al ver el Kulturforum, recordábamos que hay dos vertientes en la mentalidad alemana, por un lado el Orden Alemán, esa vocación irrefrenable de rigor, en la neue sachlichkeit, la nueva objetividad, pero en la vida diaria, esas cestas en las playas perfectamente ordenadas, y por otro lado el expresionismo. Si Scharoun es lo incontenible, Mies es el contenedor. O el expresionismo de la torre Einstein de Mendelsohn, que también se quedó en Potsdam, en el Este. La política y las fronteras no marcan los pueblos, y en el Berlín comunista, contrastaba el gran prisma que era el Palacio de La República de Heinz Graffunder 1976 (demolido tras la unificación con la disculpa de la aluminosis), pero que en realidad había sido construido en el mismo lugar que el gran Palacio de los reyes y káiseres alemanes y, por tanto, tras la destrucción (eso sí, estaba muy dañado) del gran Schloss. La

nueva situación política necesitaba cargarse este edificio que a mí me impresionó muchísimo cuando lo vi, por sus cristales tintados metálicos, dorados, que no había visto muchos en aquella época. Pues bien, frente a este ordenado edificio, al otro lado del Ayuntamiento Rojo (el Rothaus, que era entonces un restaurante increíble), ya cerca de Alexanderplatz, se encuentra la Torre de Telecomunicaciones, Fernsehturm, y a sus pies un edificio tremendamente expresionista que recogía las aguas de su tejado en formas angulosas, este sí se conserva5. IBA Hablamos ahora del 1987 cuando se celebró el IBA berlinés, una selección internacional de arquitectos de nuevo fueron llamados para reconstruir varias áreas de la ciudad, una vez más visibles desde el Este. Berlín (del Oeste) estaba en ebullición. Josef Paul Kleihues era el director de esta tremenda actuación urbanística, y era además fundamental en la reconstrucción crítica de la ciudad, intervenciones como la de la Haus Max Liebermann y la Haus Sommer recuperaron el entorno de la Puerta de Brandenburgo, pero esta vía de recuperación de tejidos urbanos no siempre es posible. Rossi, que ya había hecho en este IBA un edificio de ladrillo interesante junto al Tiergarten, más tarde, en el 1994 hace una manzana en la calle Schützenstrasse en la que recupera la densidad de las manzanas prusianas pero realizando, de nueva planta, edificios como si fueran hechos en distintas épocas, llegando al paroxismo que supone el introducir en uno de los alzados la fachada interior del Palazzo Farnese de Roma. En realidad, la continuidad y orden de la ciudad se vio rota, destruida, tras la guerra; y el IBA aportó más bien individualidad de los distintos arquitectos internacionales que en aquel momento llegaron a la

Según la manera en la que el bloque del Oeste ridiculiza al del Este, al Palacio de la República lo llamaban la fábrica de lámparas de Erich (por Erich Honecker). También se burlaban de los que ahora llaman Ossis, porque la tremenda bola de la Torre de Telecomunicaciones, por un efecto óptico, refleja en su interior una cruz, y los del Este, que habían prohibido la religión, habían metido una cruz en su mayor símbolo urbano...

con arquitectura

23 11-12 Philarmonie de Berlin, Han Scharoun, exterior e interior. (Foto E. Sanz). 13 Biblioteca Scharoun, EI cielo sobre Berlín, W. Wenders. 14 National Gallerie, Mies Van der Rohe 196568. (Foto E. Sanz). 15 KongreShalle 1958 Hugh Stubbins (Foto R. Ruiz). 16 Edificio en el Hansaviertel, Alvar Aalto (Foto Miguel A. Garnería). 17-19 COMPARATIVA, tradición moderna (R. Ruiz). Georg Muche und Adolf Meyer, Bauhaus 1923 (tomada de DROSTE 1984). Laubenganhaus. Mebes/Emmerich/Brenner. Berlín 1929-30 (tomada de RAVE, KNÖFEL 1964). Hansaviertel Berlín Alvar Aalto 1957 (tomada de ALVAR AALTO, Obras completas). 20 El autor de espalda mirando la Fernsenturm desde la embajada Holandesa de Koolhaas (Foto Javier Izquierdo).

24 21 Pabellón Fernsehturm, :Arquitectos: Hermann Henselmann, Jörg Streitparth, Fritz Dieter, Günter Franke, Werner Ahrendt with Walter Herzog, Gerhard Kosel and Herbert Aust (Fotos Jim Cooper y BACU). 22 Palacio de la República, arquitecto Heinz Graffunder 1976 (demolido tras unificación). (Foto Istvan CC). 23 Bon Jour Tristesse, de Alvaro Siza. 24 Esquina de Eisenman en el contexto del IBA 1987 (Fotos Miguel A. Garnería). 25 Edificio en Checkpoint Charlie de Zenghelis, Koolhas, Sauerbruch, en el contexto del IBA 1987 (Fotos R. Ruiz). 26 Cancilleria Federal, Axel Schultes-Charlotte Frank (Foto E. Sanz). 27 Oficinas GSW, Sauerbruch-Hutton (Foto R. Ruiz). 28 Embajada de México, Teodoro Glez. de León et al (Foto R. Ruiz). 29 Embajada Suiza, Diener und Diener (Fotos R. Ruiz).

ciudad. Viendo, El cielo sobre Berlín de Wim Wenders me doy cuenta de que Peter Falk (Colombo) come muchas veces en Imbiss, es decir, en lo que ahora llamamos Gastronetas o Foodtrucks, y me doy cuenta de que nosotros en aquel año del IBA hacíamos lo mismo, yo creía que por economía, pero pienso ahora que una inversión en un local podía perderse si al día siguiente entraban los tanques del otro lado... Vamos, una muestra más de la incertidumbre que se vivía. Es tanto así que hay varios proyectos en este experimento urbanístico para parques, junto al muro del 1987, que luego no se llevaron a cabo porque el muro cayó, aunque nadie contaba con ello. Es decir, que una vez más una acción, el IBA, motivó una reacción, la propia caída del Muro (con muchas otras razones sociales y políticas). CAÍDA MURO 1989 Todo fue muy rápido. Si durante el IBA la figura destacada fue Kleihues, y también Ungers, quien nos dejó, junto a Friedrichstrasse y Gendarmenplatz, edificios rigurosos y ordenados; tras la caída del muro, Hans Kollhoff (que casi siempre trabaja con Helga Timmermann) es el que lleva el timón. Kollhoff había ya realizado en el IBA edificios estupendos como el de Luisenplatz o gran parte de la manzana de Sudliche Friedrichstadt. Miren lo que dice en un primer momento: “Si el muro de Berlín ha sido de alguna utilidad, ésta ha sido indudablemente la de contener fuerzas centrífugas de la expansión capitalista de las ciudades. Ahora Berlín puede considerarse afortunada en comparación a cualquier metrópolis occidental por tener un entorno intacto”. (Hans Kollhoff, 1991)

25 EL BERLÍN TRAS LA CAÍDA Pero poco después Kollhoff se rinde a la evidencia y comenta: “Alexanderplatz y Potsdamerplatz debido a su óptima situación respecto a los medios de transporte públicos, tendrán que ceder ante la creciente demanda de superficie de oficinas en la city, en gran parte para poder descargar el centro. Por lo tanto, se ha de replantear la función de ambas plazas y desarrollar su auténtico genius loci metropolitano. (Hans Kollhoff, 1991) LAS EMBAJADAS Y OTROS EDIFICIOS PÚBLICOS Y así fue... En primer lugar, al asumir la nueva capitalidad, se hicieron las nuevas embajadas de todos los países, se hicieron los edificios de los estados federales, las nuevas oficinas públicas, la nueva estación central... Pero si bien los edificios de la época del Kulturforum se hacían con tiempo y sudor (¡a fuego lento!), estos se hicieron con mucho dinero, sin tiempo y con arquitectos que ya ahora se llamaban estrella (fast food!). Se puede decir que en muchos casos Berlín contó con las peores obras de los mejores arquitectos del mundo. Pero también hay, y muchos, edificios destacables. El Reichstag se remodela entero (perdiéndose la actuación anterior de Paul Baumgarten que era excelente, sobria y elegante), para introducir un espacio semiesférico con una pasarela exterior que recuerda a otra obra del autor, Foster, que son las oficinas para el Ayuntamiento de Londres, junto al London Bridge. En este proyecto, Calatrava queda segundo y estuvo muy ofendido, y al final le dieron dos puentes, uno más tranquilo cerca del Reichstag y otro de gran importancia histórica, el puente de ladrillo restaurado de Oberbaum, porque es el que separaba el Kreuzberg de la zona de Friedrichschain en el Este, sin duda un punto firme de la memoria berlinesa. La Cancillería Federal es una obra de Axel Schultes y Charlotte Frank (con una obra de Chillida a la entrada). Estos dos arquitectos tienen un proyecto sencillamente magistral que es el Tanatorio de Tempelhoff, que ustedes no se deberían perder (inspirado en el Danteum de Terragni). Otra pareja brillante en la ciudad es la que forman el alemán Matthias Sauerbruch (que ya firmaba con OMA uno de los edificios de viviendas más interesantes del IBA, cerca de Checkpoint Charlie) con la inglesa Louisa Hutton; destaca cerca de aquí en la época del Este otro proyecto suyo, uno de oficinas GSW colorista, como suelen ser sus obras. Tienen otro edificio que es como una ameba bamiben con estores de colores, unos laboratorios de fotónica, que recuerdan el Parador Ariston de Marcel Breuer en Mar de la Plata. Von Gerkan, cuyo estudio visité en Hamburgo, fue el encargado de la estación central (que supuso un espaldarazo a los arquitectos en cuanto a la propiedad intelectual, ya que, al no encargársele la dirección de obra, denunció al estado por incumplir su idea de proyecto y lo ganó). También hay obras de Jean Nouvel (almacenes Lafayette Friedrichstrasse), de Perrault (palacio deportes), de Philip Johnson (flojo), de Arata Isozaki, de I. M. Pei (que me encanta, pero aquí, tras la Neue Wache, su museo no está a su altura), de Frank Gehry (DZ Bank), de Eisenman (que ya había hecho unas viviendas en el IBA y repitió con el Monumento a los caídos en el Holocausto)...

Reflexiones de arquitectura

Dentro de las embajadas, la de Holanda, de Rem Koolhaas (Premio Mies), es una pasada, sobre todo recorriéndola por dentro en su espiral exterior, esta vez cuadrada. La de México lleva, entre otros, la firma del gran arquitecto Teodoro González de León (autor del Museo Rufino Tamayo). Suiza lleva orden a Berlín (¡hierro para Bilbao!) con una obra de Diener und Diener. Las embajadas de los países escandinavos llevan, entre otros, la firma de Snohetta. Portzamparc, que yo no le acabo de coger el punto, hace la de Francia, lógicamente en la Paritzerplatz.

30 Galería “Am Kupfergraben 10” Chipperfield (Foto E. Sanz). 31 James Simon Galerie, Chipperfield (Foto R. Ruiz). 32 Neues Museum, Chipperfield (Fotos R. Ruiz).

33 Maqueta recogiendo todas las propuestas de la Museumsinsel en la Bienal de Venezia 2019 (Foto R. Ruiz). 34 Orden Alemán: Playa de Warnemunde, Mar Báltico, comparad con Benidorm (Foto R. Ruiz).

Desde nuestro país, que recuerde ahora, Pastrana, Artengo y Menis con Gilbert Wilk y la artista Susanne Lorenz ganaron en 2004 el concurso de las piscinas en el Spree (la cubierta es de Wilk-Salinas Architekten). Martorell Bohigas y Mackay también proyectaron un edificio de viviendas para el IBA, y en esta última tanda, Moneo proyectó un hotel. Y, por supuesto, Nieto-Sobejano, que hasta tienen oficina allí. TRES GRANDES CONCURSOS Potsdamerplatz, vecina del Kulturforum, se desarrolló con una intensidad y rapidez muy grandes, y supone, a pesar de la presencia de arquitectos como Renzo Piano, que hizo un lago para separarse de la Biblioteca de Scharoun, pero entre todos, crean una sensación de Centro Comercial, que lo es, Sony Center, de no lugar, de “vulgaridad lujosa”, que diría Muñoz Molina, que a mí me decepciona. El concurso para la Alexanderplatz es de 1993, y como para dar pábulo a todos, quedan finalistas unos ossis (KNY und Weber), un wessi (el inefable Hans Kollhoff) y un judío (Libeskind). A la postre vencedor el alemán del Oeste, Kollhoff (y que de haberse construido no conocería la plaza ni Alfred Döblin). La película Last Exit Alexanderplatz, de Hans Christian Post, 2016, muestra las vicisitudes y las distintas maneras de pensar de los dos berlines. Para los del Oeste se trata de una oportunidad de sobreedificar, para los del Este, supone la pérdida del valor como ágora del Berlín Oriental que siempre fue esta plaza, presidida, por cierto, por los ordenados edificios de Behrens. Kollhoff llega a decir que el museo judío de Libeskind (edificio al que no se le pueden negar momentos arquitectónicos muy intensos) “que podría ser cualquier cosa, que no está ligado a la ciudad, un centro comercial, por ejemplo...”. En esta película el historiador Bruno Frierl dice que mistakes that are not build are the better ones... y así, tras una votación popular no se ha hecho nada, lo cual agrademos los que lo conocemos desde antes de caer el muro y que también conocemos lo que supuso Potsdamerplatz, también dirigida por Kollhoff. La participación ciudadana (los verdes, los no nucleares...) es muy importante y así se ha votado, y permanece como una bolsa sin intervención nueva el aprovechamiento del Aeropuerto de Tempelhof. Acabo en la misma islita que empezaba el texto y que ahora es la Isla de los Museos, y fue objeto de un concurso en 1994 que ganó Giorgio Grassi, aunque, no sé por qué razón, acabó llevando todas las obras Chipperfield que había quedado segundo (también premiados fueron Francesco Venezia, Frank Gehry y Schultes-Frank). He ido visitando los distintos edificios del inglés y me parecen realmente intervenciones soberbias, incluso la galería Am Kupfergraben 10, que está enfrente y que cuando la vi inacabada (2007) no sabía que venía de su mano y me pareció increíble, por su acabado y composición. No he visto terminada la James-Simon Galerie. Y claro, dentro de estos edificios también hay otros berlines, para ver la pintura de Caspar D. Friedrich y los románticos, o la, esa sí, eterna e invariable Nefertiti, o el Pergamon (también en la Museumsinsel), o el de la Bauhaus (Gropius demasiado bien acabado), los Expresionistas (edificio buenísimo de Düttmann en hormigón), la Galería Nacional de Pintura o emocionante, como vimos: la Nueva Galería Nacional de Mies que para mí siempre expondrá aquellos Giacometti de pasos perdidos, o la Philarmonie de Scharoun donde disfrutar de la música...

BIBLIOGRAFÍA: ALONSO DE ARMIÑO/PÉREZ IGUALADA, Unidades Residenciales 1945-1981, Ed. E.T.S. VALENCIA 1988. DROSTE, MAGDALENA, Bauhaus 1919-1933, Ed. Taschen 1991. HESSEL, FRANZ, Paseos por Berlín. (Spazieren in Berlin 1929) Ed. Tecnos, Madrid 1997. IBA, Internationale Bauausstellung Berlin 1987. IMHOF, M./KREMPEL, L., Berlin Architektur 2000, Führer zu den Bauten von 1989 bis 2001, Michael Imhof Verlag, Berlín, Petersberg 2001. KOLLHOFF, HANS, Hans Kollhoff, Ed. Gustavo Gili, Barcelona 1991. RAVE, R./KNÖFEL H. J., Bauen seit 1900 in Berlin, Verlag Kieper Berlin, Berlín del Oeste 1968. RUIZ FERNÁNDEZ, R., Berlín a vista y memoria de Rogelio Ruiz, SCALAE Barcelona, 26 Junio 2015. VV.AA. Two German Architectures 1949-1989, Institut für Auslandsbeziehungen e. V. Stuttgart. 2003. VV.AA. Die Weissenhollsiedlung. Karl Krämer Verlag, Stuttgart 1984. ZADOW, MARIO, Karl Firedrich Schinkel, Rembrandt Verlag Berlin 1980. AGRADECIMIENTOS: Al Catedrático de la Cátedra Hilberseimer de la Universidad de Valencia, José María Lozano, (y a Miguel Garnería, Toño Solorzano y Javier Soler) por el viaje para ver el IBA de 1987. Al CSCAE por enviarnos a Szczecin (próximo a Berlín donde tomábamos aeropuerto) a representar a España en concurso de la SARP (Consejo Arquitectos Polacos) que ganamos el Grand Prix 1994 (Rogelio Ruiz, Macario G. Astorga, Carlos Casero). A la SARP (Consejo Arquitectos Polacos) por invitarme como jurado de un concurso en Szczecin de nuevo en 1995. A Rosa Izquierdo, Instituto Cervantes de Berlín (y a Thorsten, Javier y Cristina) por la estancia en el Kreuzberg (2007). Al embajador José Cienfuegos (y a Pablo) por la estancia en el Consulado de Stuttgart (1997). A la arquitecta Natalia Valdés por la estancia en Hamburgo (1999). Al profesor de la U.P. Madrid José Palacios por Kölhn y Aachen (2004). A Susana, por tantos viajes (el último a Berlín en 2018).