Entrevista a Rafael de La-Hoz
Armas de arquitecto: medicina del alma
Enrique Sanz Neira, arquitecto
Fotografías Miguel de Guzmán (retrato Rafael de La-Hoz)
Alfonso Quiroga (fotografías y edición)
Juan Ramón Maroto Alted (vuelo dron) www.rafaeldelahoz.com/es
El estudio de Rafael de La-Hoz ha realizado más de 500 proyectos en 20 países de todo el mundo. Escuchándole hablar sobre sus convicciones y dudas, recuerdo unas palabras de Jerónimo Junquera, cuando celebraba su centenario (doble 50) junto a Pérez Pita. Decía que habían terminado su “formación” y que parecía que ya entendían las claves del oficio de arquitecto. El entrecomillado es mío, porque está claro que llamar formación a la realización de proyectos y obras, a un ritmo vertiginoso, en unos 22 años, es valorar en mucho la experiencia. Rafael de La-Hoz (Córdoba, 1955) la acumula como pocos arquitectos en el mundo, pero, sin falsa modestia, como Tanis y Jero, sigue buscando las armas prácticas, intelectuales, emocionales y psicológicas para proponer, como profesional que ya domina las claves del oficio, una arquitectura positiva y optimista ante las circunstancias que, casi siempre, siguen poniendo las cosas muy difíciles.
La normativa y las regulaciones, la parálisis económica que llega por rachas y las malas decisiones políticas que afectan a la marcha del bien común son impedimentos para que la arquitectura aflore. Rafael suele decir que esta debe ser una medicina para el alma, que se ve acosada por diversos e intrincados avatares.
“Todo lo del cuerpo es un río; lo del alma, sueño y vapor; la vida, una guerra y un exilio, y la fama póstuma, olvido”.
Marco Aurelio, Meditaciones
Rafael, te he escuchado hace unos días un interesantísimo análisis sobre la limitación del cuerpo humano y su relación con la estructura convencional de vivienda. La máquina imperfecta que somos (necesitamos comer tres veces al día, dormir 8 horas, lavarnos, evacuar residuos de todo tipo) y que la vivienda siempre se ha definido espacialmente para satisfacer esas necesidades, pero poco para satisfacer el alma. Parece que en vivienda unifamiliar es más sencillo encontrar propuestas que cambien estas inercias. ¿Crees que se irá imponiendo un cambio de paradigma en vivienda colectiva o es una quimera arquitectónica?
Efectivamente, la “vivienda como máquina” fue un avance del siglo XX, para la calidad de vida de las sociedades europeas.
Viviendas mecanizadas, higiénicas, saludables… Para comer, dormir, lavarse, etc.
Tan eficaces que hemos superado una pandemia recientemente sin grandes contratiempos sociales, gracias a la eficacia higienista que las inspira.
¿Son también viviendas para encontrarse con los demás y consigo mismo? Me temo que no.
Tal vez esa nueva vivienda colectiva de encuentro esté ya emergiendo en África o la India. Allí, creo que se dan condiciones, que aquí no tenemos, para realizar el proyecto arquitectónico que precisa la vivienda como tipo.
Estudiaste en la ETSAM, ¿qué recuerdos guardas de esa época?, ¿de qué profesores de proyectos y de qué compañeros mantienes más viva la memoria?
Fue mi escuela y no conocí otra como alumno.
Es verdad que ya era una escuela técnica donde había comenzado la masificación, pero tenía algunas ventajas.
Era única porque no había otra en Madrid.
Era acogedora porque allí estaban todas las mañanas mis amigos, a los que sigo viendo.
Y era divertidísima porque la política engendraba algaradas.
Entre sus aulas y en sus patios se declaró inaugurada la Movida Madrileña. Nada menos. Pero, sobre todo, fue para mí el santuario donde profesaba una Santísima Trinidad: Fernández Alba, Sáenz de Oiza y Carvajal. Fe en la que sigo militando.
Tienes experiencia de trabajo en el extranjero. Los proyectos grandes son también de gran duración. ¿Has notado alguna convergencia en los plazos, sobre todo en proyectos que necesitan una tramitación por parte de la administración, o España sigue siendo diferente?
Mi experiencia es que la gestación de proyectos no está directamente relacionada con los procedimientos administrativos locales.
Madrid es la ciudad que lleva más de treinta años enredada en la Operación Chamartín, que es su expansión hacia el norte, pero es también la misma ciudad que construyó 7 hospitales y un cinturón viario subterráneo (la M-30) de más de 10 kilómetros en tan solo cuatro años.
En la mayoría de los países europeos tal hazaña sería impensable.
También he descubierto en estos años que la calidad arquitectónica suele ser inversamente proporcional al tamaño del proyecto.
Alguna vez hemos hablado del problema de que la arquitectura ya clásica del s. XX (entre las que podría citar varias obras de tu padre) no se haya protegido convenientemente. Paloma Sobrini empujó ya hace años en la Comunidad de Madrid la iniciativa de las primeras declaraciones como BIC de algunas incuestionables de los años 30 a 60. Hay un trabajo por delante muy largo; calculo que habrá miles de obras en toda España en condiciones de ser protegidas con esa figura. ¿Cómo ves este problema a corto plazo?
El Patrimonio: ese conjunto de bienes que creemos que nos pertenece a todos, pero cuya conservación recae sobre el propietario.
Un conflicto de intereses sobre el que el Derecho Romano no dejó nada dicho y de ahí las dificultades para resolverlo jurídicamente.
Tal vez si lo tratáramos como una herencia…Los ingleses –ahora caigo– lo llaman así: National Heritage.
A corto plazo hay que convencer a la Administración de que se precisa más criterio y centralización y menos legislación y Comisiones.
Es decir…, una propuesta inasumible.
Trabajas y vives en Madrid, disfrutas y sufres la ciudad. Hay un futuro inmediato de crecimiento por el norte, que ha pasado de ser una solución puntual por la existencia de la infraestructura ferroviaria de la estación de Chamartín que había que renovar, a una oportunidad para mejorar casi un octavo de la corona central (por dentro de la M-40) de Madrid. ¿Qué te gustaría que significase esta operación para Madrid?
Con relación a Chamartín me pregunto si no sería posible detenerse un instante y saber hacia dónde vamos.
No con datos que demuestren su eficacia, sino que me refiero a la idea.
¿Cuál es la idea arquitectónica de la Operación Chamartín?
Para terminar, una reflexión sobre el factor humano. En tu reciente charla con Paty Núñez (Rebuild, 30/03/2023), hablasteis de la aparición de la inteligencia artificial. Yo diría que los robots de cocina no le quitarán el trabajo a Dabiz Muñoz, porque entiendo que su trabajo encierra, en el fondo (como en la arquitectura) una actividad artística. ¿Cómo imaginas que se incorporará al ejercicio de la profesión de arquitecto?
No tengo conocimientos suficientes para elucubrar sobre cómo afectará, a la profesión del arquitecto, la inteligencia artificial, pero seguramente será apasionante asistir al proceso.
¿Sustituirá la inteligencia artificial a los jurados en los concursos de arquitectura?
¿O competirán diferentes franquicias de inteligencia artificial por el proyecto y los arquitectos nos limitaremos a ser el jurado?
En cualquier caso, y volviendo a la Escuela de Madrid de los años setenta, por el momento disfruto imaginándome un encuentro imposible entre un programa de inteligencia artificial arquitectónica, sometiendo su inteligente proyecto a una corrección por alguno de mis añorados profesores.
¿Podrá el programa asumir su falta de información y competencia?
Observatorio/refugio en el Valle de los Pedroches
Wildlife observatory
Villanueva de Córdoba (Comarca Los Pedroches)
Arquitectos
Rafael de La-Hoz
Cliente
O.F.A.
Colaboradores
Rafael Quintana (gerente), Francisco Arévalo (director de diseño), Carolina Fernández y Silvia Rodríguez (directoras de proyecto), Ángel Rolán (dirección facultativa de obra), Sigfried Burger, David Montero, Rafael Guillem, Beatriz Carreto (Equipo de Proyecto), Saúl Castellanos (arquitecto técnico), Macario Cristóbal (dirección de obra), Luis Muñoz, Carlos Ripoll y Daniel Roris (infografías), Victor Coronel y Fernando Mont (maquetas), Mónica F. Ferreras (publicaciones y comunicación), Laura Gioya (gráfica para publicaciones)
Consultores
IDI (Ingeniería de Estructuras), R. Úrculo Ingenieros Consultores (instalaciones)
Contratista
Salazar Fernández Maico, s.l. Superficie construida 1.063,83 m2
Presupuesto 913.546,29 €
Fotografías cortesía de Rafael de la Hoz
Alfonso Quiroga (fotografías y edición)
Juan Ramón Maroto Alted (vuelo dron)
Por tradición y sensatez popular los habitantes del Valle de los Pedroches –un enclave inmutable situado entre Extremadura, Andalucía y Castilla– han cuidado desde hace siglos de las encinas que cubren sus dehesas como si fuesen árboles sagrados.
Paradójicamente, tan radical protección arbórea ha condicionado más la arquitectura del valle que su paisaje, pues la carencia de madera para edificar propició la utilización del granito –Los Pedroches– como material de cubrición y, por lo tanto, de la cúpula de rincón como solución estructural, de forma que son las encinas las que caracterizan las dehesas y las cúpulas su arquitectura.
Por desgracia, estas cúpulas constituyen una especie en riesgo de desaparición ante la agresiva invasión de nuevas técnicas constructivas tal vez más rutinarias pero también más intrascendentes.
Con ocasión de la construcción de un observatorio de la fauna del valle, surgió la oportunidad en el año 2013 de revisitar la tradición, construyendo un rectángulo de cúpulas plementadas como techo protector desde donde observar las faunas protegidas.
La irónica suerte de una arquitectura en riesgo de extinción al servicio de una naturaleza sin amenazas.
Sobre un “solado de chicos” de 52x40 m, dimensiones determinadas por un claro en el encinar que proporciona el tamaño del edificio a la escala del paisaje, se dispuso un “rectángulo matriz” en el que se implementan dos corredores de distribución norte-sur y la trama reiterativa de 6x6 m que sustenta las cúpulas del observatorio.
La necesidad funcional de un patio de recibo y uno más reducido de iluminación introduce en la retícula de cúpulas la alteración precisa para evitar un exceso de literalidad geométrica.
No puede sorprender que las dimensiones del conjunto, tanto del “solado” y la planta de la casa, como de las cúpulas de 6 metros de base por 4,5 metros de altura, estén en proporción 1/3, denominada Proporción Cordobesa, y que se encuentra en toda la arquitectura de la comarca.
Guided both by tradition and common sense, over the centuries the people of Los Pedroches Valley – a protected area between Extremadura, Andalucía, and Castille – have cherished the holm oaks that cover the valley’s meadows as if they were sacred trees.
However, such radical protection of the trees has conditioned the architecture of the valley more than it has its landscape, because the lack of wood for construction led to the use of granite – Los Pedroches – as covering material and, therefore, to the cloister vault as structural solution. The result is that the oaks characterize the meadows, and the vaults the architecture in the region.
Unfortunately, these vaults are an endangered species under the agressive invasion of new building techiques, more standardized perhaps, but also less significant.
In the year 2013, the project to build a wildlife observatory brought the opportunity to revisit tradition with the construction of a rectangle of webbed vaults as a sheltering sky from which to observe the protected species.
The observatory somehow stands to represent the ironic fortune of an endangered architecture at the service of a protected landscape.
On a paved area of 52x40 meters, dimensions determined by a clearing in the oak grove that provides the size of the building at the scale of the landscape, rests a ‘matrix rectangle’ with two corridors running north-south and a repeated pattern of 6x6 meters that supports the observatory domes.
The functional need for an access courtyard, and a more reduced one for lighting, introduces in the grid a precise degree of alteration to prevent an excessive geometric literality.
It is no surprise that the dimensions of the complex, as much the flooring as the building’s plan and the domes of 6 meters at the base and 4.5 meters in height, follow a 1:3 proportion, denominated ‘Cordovan proportion,’ present in all the architecture of the region.
A continuous space of curved surfaces and groined vaults to perceive above us the solid and weighty freshness of the whitewashed domes.
Esta simulación de estructura artificial (refugio) a través de una industrialización constructiva y estructural recupera imágenes ligadas a la arquitectura sin arquitectos (cueva, cabaña, oasis, sombra, cal blanca, agua...).
Un espacio continuo de planos curvos y aristas cruzadas para percibir sobre nosotros el sólido y pesado frescor de las cúpulas encaladas.
Only a metal formwork has been used to raise the building, using concrete with local stone poured on site. And finally the domes have been left without covering, trusting that the exposure of their convexity will merge them visually and geometrically into the surrounding sea of oak trees that, like vegetal domes, reach the horizon.
Para levantar el edificio se utilizó tan solo una cimbra metálica, con un vertido de hormigón realizado in situ con árido de Los Pedroches. Y que se ha renunciado a la tradicional cubrición de las cúpulas, confiando en que la exhibición de su convexidad las integre visual y geométricamente en el oleaje esférico y arbóreo de encinas circundantes, que como cimborrios vegetales se extienden hasta el horizonte.
La necesidad funcional de un patio de recibo y uno más reducido de iluminación introduce en la retícula de cúpulas la alteración precisa para evitar un exceso de literalidad geométrica.
Madrid
Centro Cultural Daoíz y Velarde Daoíz y Velarde Cultural Centre
ARQUITECTO
Rafael de La-Hoz Castanys
ARQUITECTOS COLABORADORES
RAFAEL DE LA HOZ ARQUITECTOS
Directores de proyecto:
Silvia Villamor y Ángel Rolán
Equipo de proyecto:
Paola Merani, Concepción Cobo,
Susanne Forner y Margarita Sánchez
Aparejadores:
Elena Elósegui y Javier Fernández
Diseño gráfico: Luis Muñoz y Daniel Roris
Maquetas:
Fernando Mont y Víctor Hugo Coronel
DIRECCIÓN DE OBRA
Rafael de La-Hoz Castanys
INGENIERÍA DE ESTRUCTURAS
Ciete S.A.
Ubicado en el conjunto de los antiguos cuarteles de Daoíz y Velarde, el objetivo es preservar la arquitectura de este complejo que representa una buena muestra de la construcción industrial y cuartelaria madrileña.
Partiendo de la idea de respetar la geometría general del edificio existente, así como la estructura metálica en diente de sierra y la fachada de fábrica de ladrillo, se vacía el interior de la nave que pasa a ser una envolvente para el Centro Cultural que se configura en dos áreas diferenciadas con accesos y circulaciones separados pero con una fuerte conexión visual y espacial y con la posibilidad de adaptarse a diferentes tipos de eventos.
Se crea un espacio intermedio de separación entre la antigua nave y los nuevos usos que potencia el carácter del edificio existente y crea una zona de filtro y protección del exterior. Estos espacios intersticiales permiten establecer una conexión visual que propicia diferentes experiencias espaciales.
Se crea un amplio espacio común en los accesos. Un lugar de convergencia, orientación y exposición que funciona como un ágora protegida, una extensión de la plaza exterior en el interior del edificio. Se desarrolla una cubierta altamente tecnificada, capaz de aprovechar la luz y la ventilación natural.
Rehabilitación sostenible y ahorro energético / En esta vieja nave industrial, antiguo cuartel abandonado, se ha llevado a cabo una rehabilitación sostenible teniendo en cuenta la eficiencia energética e integrando sistemas de captación de energías renovables.
INGENIERÍA DE INSTALACIONES Teisen
CONSTRUCTORA
Férnández Molina Obras y Servicios S.A.
CLIMATIZACIÓN Microclima
GEOTERMIA Eneres
CONSULTORÍA DE ILUMINACIÓN
Antón Amán. Architectural Lighting Solutions
INICIO Y FIN DE OBRA 2007-2013
SUPERFICIE CONSTRUÍDA 6.850 m2
FOTOGRAFÍA
Alfonso Quiroga
Esta rehabilitación ha tenido en cuenta el valor expresivo de la textura de la fábrica de ladrillo existente, y contrasta, en interiores y cubierta, con otros materiales nobles, en el sentido de su utilización sencilla, sin intermediarios y mostrándose tal como son.
As part of the Daoiz y Verlarde complex of former barracks the objective is to preserve the architecture; a representative sample of Madrid’s industrial and military heritage.
From the start, the idea was to respect the basic geometry of the existing building, as well as its saw-tooth metal structure and the brick-built façade. The interior space has been emptied to create a container for the Cultural Centre, which is divided into two areas with separate entry points and circulation areas, but with a strong visual and spatial connection between them, and the possibility of their adaptation to different types of events.
A newly created intermediate space separates the former container from the new uses to bring the character of the existing building to the fore and set up a protective filter with the exterior. These intervening spaces establish visual connections that foster variations in the spatial experience.
A generous communal space has been created at the entry points; a place for meeting, information and exhibitions, which works as a covered agora, as if the square outside extended into the building.
A hi-tech roof has been developed to take the best advantage of natural light and ventilation.
Sustainable and energy saving refurbishing / The refurbishment of this former industrial building, and abandoned barracks, has been made in a sustainable way as regards energy efficiency and the integration of renewable energy capture systems.
Se utiliza la geotermia como energía renovable para la calefacción y refrigeración del edificio, y el intercambiador tierra-aire como elemento de pre-tratamiento del aire primario de renovación. El gasto final en energía del edificio, contando con este tipo de sistemas de climatización, es muy inferior al que se produciría utilizando sistemas convencionales.
Geothermal renewable energy is used to heat and cool the building, and the air-ground exchanger works as a pre-treatment mechanism for the primary renewal air. The final energy cost of the building, employing this type of HVAC systems, is far lower than it would be otherwise using conventional systems.
Por una parte, se ha respetado la fachada existente, de ladrillo, y la estructura de su cubierta construida con perfiles metálicos y, a su vez, se ha creado una nueva estructura de losas de hormigón, que se aprovechará para la climatización del edificio mediante su termoactivación. La cercha existente y sus pilares metálicos quedan suspendidos en el aire, mientras se va construyendo el resto del interior del edificio.
The existing brick façade has been respected, as has the structure of the roof built from metal profiles, and a new structure of concrete slabs has been created, which will be used for the HVAC of the building through its thermo-activation. The existing roof truss and its metal pillars remained suspended in the air while the rest of the interior of the building was completed.
CENTRO CULTURAL DAOÍZ Y VELARDE
La luz es esa materia intangible que, en arquitectura, pone en relación el espacio y su contexto: el medio con el que observamos la coherencia del lugar.
Cuando hablamos de coherencia se encienden todas las alarmas, todo el trabajo de la arquitectura es baldío si no es coherente. El mimo en la elección de los materiales y la lógica de las formas se vienen abajo sin una luz que los ponga en valor equilibradamente, por ello cuidar la iluminación siempre es una tarea determinante.
El espacio iluminado por la luz natural surge de la destreza de concederle paso a través de una envolvente y observar cómo se extiende e invade con naturalidad cada rincón de manera misteriosa, aparentemente casual y difícilmente manipulable. La atmósfera del lugar, es una consecuencia incontrolable. Por el contrario, la luz artificial permite una mayor manipulación, con lo que el resultado nunca debe ser casual sino buscado y realizado con el mismo cuidado que el de la arquitectura a la que sirve.
Ese reto, encontrar la iluminación más apropiada para un espacio, resulta si cabe más delicado en el caso de una rehabilitación porque conlleva un doble riesgo: plegarse demasiado a lo nuevo dejando lo preexistente como un marco o poner en valor excesivamente la reliquia del pasado dejando que lo nuevo quede en segundo plano.
El equilibrio estaría en iluminar adecuadamente el nuevo uso y además crear una conexión entre lo antiguo y lo nuevo de forma sutil. En este compromiso, tanto la forma de dar luz como la forma de los objetos que la dan se torna fundamental.
En el proyecto del Centro Cultural Daoíz y Velarde, obra de Rafael de la Hoz, el aire construye un espacio metafísico que se percibe de una manera muy acentuada. La relación entre los tres elementos básicos que componen el conjunto arquitectónico (muros, cubierta y cuerpo interior de servicios) es de una amable convivencia, pero distinguiéndose cada uno por separado. El resultado es un lugar armonioso y sereno, con unos espacios diáfanos y de geometría sencilla, en el que el vacío se convierte en un cuarto elemento. Darle materialidad al espacio vacío, mediante la luz en la noche, era un objetivo un tanto poético pero también alcanzable.
Sobre la base de las premisas anteriormente señaladas, para el proyecto de iluminación realizado por ALS Lighting, consultoría especializada en iluminación de arquitectura y paisaje, se planteó una solución de iluminación general que fuera muy sencilla y se integrara visualmente en la estructura de cubierta como un elemento más. Queríamos evitar en lo posible que el “sistema” en que se convierte la trama de luminarias tuviera un protagonismo propio, sobre todo motivado por una forma de las luminarias que fuera poco neutra.
La propuesta consistió en crear un sistema de iluminación discreto, de proporciones apropiadas en relación con la estructura y de formas simples. La luz producida debía ser extremadamente confortable.
Distribuido de forma matricial y respetando la modularidad de la estructura de jácenas y correas, el conjunto de luminarias de forma cilíndrica, muy sencillas, específicamente diseñadas para esta obra por ALS Lighting y fabricadas por la empresa B.Lux, se descuelgan mediante unas tijas de acero que ocultan el cable de alimentación eléctrica. Con este descuelgue se consigue que la cara inferior de los cilindros quede enrasada con el plano virtual que crea la estructura de cerchas.
La luz producida y reflejada por el suelo, invade el espacio y lo llena de una iluminación suave. Para darle un ligero carácter escenográfico al vestíbulo-foyer, los haces crean unas islas de luz en el suelo, de recorte suave, construyendo una geometría de sombras amortiguadas pero sin excesivo protagonismo. Este efecto se consigue apantallando la fuente de luz, retranqueándola dentro de la luminaria, lo que además mejora el confort visual del observador al ocultar parcialmente el brillo de la lámpara. La crujía que bordea el espacio vestibular central cuenta con una serie de pilares de acero roblonados, originales del edifico antiguo, que nos sirven de soporte para una serie de proyectores
que iluminan la escalinata de acceso a la planta inferior. La luz proyectada por éstos resalta los peldaños y además crea una luz indirecta, que por reflexión pone en valor el intradós del muro de fachada del antiguo edificio ahora rehabilitado. Esta luz reflejada de abajo hacia arriba por estos proyectores junto con la reflejada en planta superior por los botes cilíndricos de la estructura, construye una atmósfera que lo envuelve todo.
En cuanto al muro antiguo de la fachada, que enseña la fábrica de ladrillo original, se ha querido tener un gesto especial: dibujar con luz el rótulo con los nombres de los héroes del levantamiento del 2 de Mayo a los que se rinde homenaje con este edificio cultural. Así, las letras que componen el texto “DAOÍZ Y VELARDE”, se proyectan sobre la fábrica de ladrillo situándolas entre los huecos de los ventanales, creando un nexo de unión entre el edificio viejo y el nuevo mediante la luz.
La solución técnica consiste en unos proyectores especiales de gobos que van colocados en los pilares situados frente al muro, que mencionábamos anteriormente. Estos proyectores cuentan con un conjunto de lentes que permiten enfocar una imagen serigrafiada en un cristal, llamado gobo. Para una perfecta proyección y que todas las letras tengan el mismo tamaño, la posición relativa del proyector de gobos debería ser perpendicular al plano sobre el que incide, pero esto no sucede en este caso. La
alineación de pilares no es paralela al muro y los proyectores están situados más altos que el punto deseado de ubicación de las letras. Para resolver este problema, se recurre a un método llamado Diseño Anamórfico, que consiste en estudiar geométricamente la posición de cada una de las letras y deformarlas previamente en el gobo con lo que se corrigen los defectos al proyectarlas.
Por tanto, con sólo estos tres sistemas de iluminación descritos, al llegar la noche y ocupar el lugar del día, la luz natural da paso al artificio de la lámpara interactuando las luces entre sí y construyendo la atmósfera del lugar, silenciosa y por ello elegante. Una atmósfera propia de un espacio donde los ciudadanos entramos al encuentro de la cultura, de luz reflejada y sombras matizadas que de alguna manera han buscado poéticamente pintar el aire contenido entre los muros. Los muros que recogen el Centro Cultural Daoíz y Velarde.
Antón Amann Arquitecto Director Architectural Lighting Solutions
60 viviendas en el Encinar de los Reyes Urbanización “Encina Real” Madrid
Arquitecto: Rafael de La-Hoz Castanys
Arquitectos colaboradores: Francisco Gutiérrez de Cabiedes, Javier Lallana y Alejandra Mar tínez de Luco.
Aparejador: Jesús García
Fecha inicio de proyecto: Febrero de 2001
Fecha terminación de las obras: Noviembre de 2002
Superficie parcela: 34.170 m2
Superficie construida sobre rasante: 10.248,80 m2
Superficie construida bajo rasante: 6.157,50 m2
Empresa constructora: Noriega
Promotor / Propietario: Edamar S.A.
Fotógrafo: Eduardo Sánchez
60 viviendas en el Encinar de los Reyes
Urbanización “Encina Real” Madrid
El proyecto fundamenta su acier to en una aspiración y un recurso. La aspiración de alcanzar una disposición funcional como tipología a medio camino entre el bloque en altura y la residencia suburbana. El recurso es la sombra.
Para lo primero, las viviendas se disponen en un solo bloque urbano de tres alturas. Si la más baja alcanza sin dificultad un jardín propio a nivel como continuo espacial de la vivienda y la más alta en la planta tercera se vincula a una cubierta también jardín-solarium, solo el nivel intermedio carecería de espacio propio exterior.
Mediante una rotación de 90º de la planta de estas viviendas y gracias al desnivel existente se consigue vincular el espacio interior a un jardín exterior lateral.
Esta tipología de bloque mestizada de jardín privado se trata compositivamente con un recurso fundamental. Sombra como protección solar y sombra como definición del volumen tipológico que expresa al mismo tiempo el contraste meridional de la luz y el carácter de tipologías contrapuestas.
Emplazadas en la zona nor te de Madrid, en la parcela situada en el núcleo satélite de el Encinar de los Reyes, se proyectan las 60 viviendas que constituyen la urbanización “Encina Real”.
La parcela presentaba grandes desniveles, con una gran pendiente en dirección Norte-Sur y una vaguada central en sentido transversal. Se plantea desde el inicio la ejecución de bloques lineales en las dos direcciones definidas por los viales exteriores de la parcela en sus linderos Norte y Oeste. Los bloques, de uso residencial en vivienda colectiva, se desarrollan en tres alturas sobre rasante, con el garaje aparcamiento
común situado en sótano bajo rasante. Debido a la especial configuración del terreno, la planta baja de cada bloque se escalona en dos niveles independientes en función de su situación.
El sótano aparcamiento se sitúa bajo el nivel superior sin ocupar la totalidad de la anchura del bloque, lo que da lugar a dos tipos de secciones diferentes.
El primer nivel de cada bloque se compone de aparcamiento y tres viviendas de cuatro dormitorios, cocina y zona de servicio, aseo y dos cuartos de baño. Las viviendas poseen una gran terraza hacia la zona común de jardín.
En el segundo nivel de cada bloque las viviendas son de tres y cuatro dormitorios, con cocina y zona de servicio, aseo, dos cuartos de baño y terraza. En cada uno de los núcleos se disponen las dos tipologías, con un total de seis viviendas en este nivel.
En planta alta se sitúan las viviendas de cinco dormitorios, con tres baños y terraza. De esta planta parte una escalera que comunica con la planta de cubier ta, donde se dispone la zona de solarium.
En todas las viviendas se proyectan las cocinas, tendederos y núcleos de comunicación, hacia la fac hada donde se producen los accesos –es decir, hacia los viales perimetrales-, esto permite disponer los salones y dormitorios principales hacia el interior de la parcela, pudiendo dotar a cada vivienda de amplias terrazas de uso privado.
La edificación se concibe como un juego de volúmenes que crea contrastes de luces y sombras combinando paños de ladrillo, de
madera de IPE y aluminio que, en contraste con amplios huecos, realzan la calidad arquitectónica de las viviendas.
El contraste de luces se ve potenciado a su vez por los núcleos de escaleras, tanto por la transparencia buscada en ellas como por la esbeltez de las mismas, que hace que sean vistas como linternas que iluminan el conjunto.
Este recurso permite además disponer de un espacio accesible donde instalar los aparatos de aire acondicionados sin que ello afecte a la estética de la fachada.
Otro material destacable en la urbanización es el acero, en sus
variantes corten y oxidado, que se emplea en aquellos elementos que podríamos denominar ”secundarios”, pero no por ello de menor importancia. Es el caso de las pérgolas de los áticos, de las marquesinas de los portales, de la puerta corredera de acceso de los coches y de la valla perimetral que tiene su punto de encuentro en la caseta de entrada.
La luz de la citada viga permite colocar un gran vidrio sobre el que se coloca un vinilo con el nombre de la promoción, “Encina Real”, ofreciendo además unas vistas inmejorables desde la plaza exterior al interior de la parcela.
Rafael de La-Hoz Castanys
La disposición lineal en torno a los viales libera una gran zona libre unificada para toda la parcela, permitiendo que todas las viviendas se dispongan en torno a la zona común de jardín, de manera escalonada en altura, que permite un mejor soleamiento del espacio interior ajardinado y de la piscina.
La case ta de entrada se proyecta con el mismo criterio q ue el resto de la obra, combinando también la madera de IPE, los paños de ladrillo y el vidrio utilizado en las escaleras y tendederos junto con el acero “tratado”. Cabe destacar la viga de acero formada por 3 HEB 260 soldados, de 13 metros de luz, apoyada sobre 2 machones de hormigón, sobre la que se coloca la cubierta de la caseta, que a pesar de hacerse también con acero, parece una fina lámina de gran ligereza estr uctur al de 12 centímetros de canto.
Los núcleos de escaleras se van alternando con los tendederos, cuyo cerramiento exterior se ha tratado de un modo similar, combinando paños de vidrio con tramos de lamas fijas que permiten la correcta ventilación de las máquinas del aire acondicionado.