Restauro & Insertio. Británicos versus continentales / Caso de estudio: Cambridge

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Rogelio Ruiz Fernández Restauro & Insertio Británicos versus Continentales Caso de CambridgeEstudio:

PrimeraIntroducciónÍndice.................................................................................................................................................................8parte:Restauración....................................................................................................................................20 Culpable 23 La lámpara de la verdad y la no-restauración. Ruskin 24 Restauro arqueológico, anastilosis. Stern y Valadier 27 Intervención, restauro estilístico. Viollet Le Duc 28 Jovellanos. Sobre la Arquitectura Inglesa y la llamada Gótica, 1805 (Ferri de Saint-Constant) 28 James Hall. Essay on the Origin, History, and Principles of Gothic Architecture, 1813 (relación Laugier) 30 Pugin, A. Welby. The True Principles of Pointed or Christian Architecture, 1841 30 Edward Auguste Freeman. Principles of Church Restoration, 1846 (relación Viollet Le Duc) 30 Edward Auguste Freeman. Conservación y restauración de monumentos antiguos, 1852 (relación Alois Riegl) 33 Horace Walpole. Anecdotes on Painting in England, 1849 34 George Gilbert Scott (relación con viollet Le Duc) 35 Atkinson. Sobre la Capilla de St John’s College de G. G. Scott 38 La Rrestauración del Santo Sepulcro de Cambridge 39 Sir Howard Montagu Colvin. Ackermann’s Notes, Oxford, 1954 42 Sir Edmund Street. Revival 44 Reúso. Camilo Boito 44 Clonación. Luca Beltrami y el Restauro Storico 47 In(ter)vención Sir Arthur Evans, Cnosos 50 El nuevo The Globe 50 Agresivos con el patrimonio 51 Reversibilidad. Pane, Brandi, Carta de Venecia 52 Geoffrey Scott. The Architecture of Humanism, 1914 54 Completamientos estilísticos 54 El clasicismo como lenguaje intemporal. Lutyens 56 Anacronismo contemporáneo 58 Segunda parte: Las llaves de la arquitectura británica 66 Creemos que creamos 69 Tiempo. Jünger, Kandinsky, Kubler 70 Sobre la mesura en los tratados 72 Las herramientas del proyecto en Inglaterra ....................................................................................................................................................... 73 Lo vernáculo como llave 74 The historical sense (C. St John Wilson) y la analogía (A. Capitel/Solà-Morales) 76 Lo industrial como llave 81 High-tech, manierismo industrial y (no) integración del cristal 82 Arquitectura moderna como tradición 84 El material como llave. Morris .................................................................................................................................................................................. 85 Ejemplos de integración por material 86 Reúso de material. Raptando arquitectura gastada por el tiempo 89 La escala como llave 94 Tercera parte: La ciudad como patrimonio ............................................................................................................ 96 Ciudades precipitadas 99 Ambiente urbano. Giovannoni .................................................................................................................................................................................99 Las dos cartas de Atenas: la del restauro y la de los CIAM 100

Turismo y la ciudad, gentrificación 102 Resiliencia. Quousque tandem? 104 Elogio de la suciedad 104 El mercado aliado de la ciudad 106 Punti fermi en la ciudad. Aldo Rossi 110 La obra arquitectónica como pieza de un todo urbano 111 La ciudad como ave fénix 111 Espectáculo en la ciudad. Debord 112 Agresivos con la ciudad 116 Evanescencia 117 Poemas públicos. La calle como lienzo 117 La implicación social y la implicación del Príncipe 118 Caso de estudio: Cambridge .................................................................................................................................. 126 Plano de Cambridge 128 Cambridge, llegando desde los Fens 131 Urbanismo en cambridge. Movilidad 132 Cambridge verde 132 Cambridge, la vivienda en la ciudad 133 Cambridge, el tipo colegial 135 Cambridge en madera 137 Cambridge en piedra 139 Cambridge en ladrillo 140 Cambridge en hormigón 144 Cambridge moderno 147 Cambridge en los sesenta 148 Cambridge contemporáneo 150 Miscelánea ................................................................................................................................................................154 Sir Christopher Wren y el plano de luz sobrenatural 157 Arquitectura patrimonial blanqueada. Otra moda 158 Palladianismo moderno 160 Whig Hall, confrontación 162 El gusto por las ruinas en Irlanda 163 Edimburgo .................................................................................................................................................................................................................. 168 Restaurando lo propio 170 Moneo, Soane Medal 173 Traducción / Restauración 177 Vientos del norte. Las Jornadas de Patrimonio de Bruselas 178 Recuerdos de Italia 181 Desastres .................................................................................................................................................................. 188 La memoria incómoda 191 Teorías temblorosas para después del caos 194 Los desastres de la guerra 196 Calme, Notre Dame, calme. La flecha 203 Textos originales ..................................................................................................................................................... 209 Bibliografía 226 Obras del autor (Estudio Rogelio Ruiz y Macario G. Astorga) ............................................................................ 232 Agradecimientos ..................................................................................................................................................... 234

Restauro &

Primera Restauraciónparte:

insertio

Catedral de Salisbury (1220-1266). Vigas de atado en el crucero por Christopher Wren. Restaurada por James Wyatt en 1790 utilizando hierro y demoliendo la torre de la campana.

Horace Walpole. Anecdotes on painting in England, 1849 Horace Walpole era Earl of Oxford (conde), nació en 1718 y fue educado en Eton y luego en King’s College, Cambridge. Este libro de Walpole que nos aconseja Jovellanos es realmente enriquecedor por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Evidente y básicamente se refiere a pintores y Walpole trata con cierta dureza prácticamente a todos los arquitectos. Es especialmente crítico con la utilización del neogótico, que siempre ve fuera de lugar. Y nos interesan sus comentarios desde el punto de vista de la restauración, ya que, cuando se mezclan diversos lenguajes como por ejemplo en la intervención de Inigo Jones en St Paul (Fig. 19), lo critica sin piedad. En cualquier caso, las opiniones de Walpole siempre son más benévolas cuando los arquitectos utilizan lenguajes clásicos que cuando tratan de incorporar neogótico donde existe ya un gótico anterior. Es evidente que no sería tan exigente con su propia Strawberry Hill House (Fig. 20). Quizá la razón sea que, al estar más interesado en el gótico y ser mayor conocedor, arremete contra su mal uso con mayor vehemencia (más tarde comentaremos su casa en el apar tado aRquitectuRa patRimoniaL bLanqueada). Reconoce cierta grandeza en Gibbs en el Quadrangle de All-Souls, Oxford, pero siempre tratándolo desde un desvarío pintoresco. Tampoco, como en el caso de Jones en Winchester, tiene aprecio por el lenguaje clásico cuando, como dice, se empotra contra una iglesia gótica Estamos, una vez más, ante la aplicación del uno intiero e ben finito corpo de Palladio y del entendimiento del organismo arquitectónico de una manera unita ria que más tarde aplicaría con tanta intensidad Viollet le Duc. O de la búsqueda de la armonía en el conjunto por encima de la oportunidad o no de una actua ción Vamosconcreta.aanalizar esas referencias en Inigo Jones como hemos visto anterior mente hablando de sus viajes a Italia, sobre quien escribe con admiración pero también con crítica: (T.O.49) En el mismo año (1620) se le apuntó para el encargo de la reparación de St Paul, pero no se comenzaría hasta 1633, cuando Laud, entonces obispo de Londres, puso la primera piedra, e Inigo la cuarta. En la res tauración de la catedral cometió dos grandes errores. (Nota: Prime ro renovó los laterales con un gótico muy malo, y entonces añadió un pórtico romano que, aunque magnífico y bello incluso, pero que no tenía afinidad con la parte antigua que quedaba, e hizo aparecer su propio gótico diez veces más pesado). Cometió el mismo error en Winchester, empotrando una pantalla, de estilo romano o griego, en el medio de la catedral, Jones no era bajo ningún concepto bueno cuando intentaba el gótico. (Nota: La gran reparación o restauración de la cate dral por Jones, presentada como una pila masiva de fealdad, que nunca ni antes ni después, haya sido imaginada o ejecutada; recordando las pi rámides egipcias, en estilo, mucho más que cualquier otro edificio eclesial en Europa. Quizás debería haber intentado que tan pesada fealdad se contrastara más fuertemente con el pórtico, que era el gesto redentor de todo el diseño, y que, por la grandeza y extensión, debería ser considerado un ejemplo admirable de su talento. No queda nada para ver, (N. del T.: ya que se quemó en 1666) pero una idea muy precisa nos la da el grabado de Hollar en Dugdale’s History. (Walpole 1849, pp. 405-406) (Fig. 19) St Paul pre-incendio, grabado de Hollar en Walpole 1849. (Fig. 20) Strawerry Hill House de Horace Walpole antes y después de blanqueada (foto Girlee / Foto Killian O’Sullivan-Getty Images)

34 Restauro & Insertio

El profesor Freeman, ciertamente bastante desconocido en el ámbito de la restauración de la Europa continental, fue un verda dero precursor de la Teoría del Restauro como hemos comprobado en estos textos suyos aquí traducidos y analizados.

Sobre James Gibbs y los edificios de Cambridge: (T.O.51) Otro de sus trabajos fue el nuevo edificio en King’s College, Cambridge, y la casa del Senado allí (Fig. 21), la última de las cuales no era tan mala como para justificar erigir el edificio del medio en un estilo tan disonan te. La Biblioteca Radcliffe es más excepcional (Fig. 22), y parece que se ha hundido en el suelo o, como Sarah, duquesa de Marlborough, dijo de otro edificio, parece que está haciendo una reverencia. (Walpole op. cit. p. 692)

Sobre Wren en St Paul (hecha tras el incendio): (T.O.50) Tres años antes de que visitase Francia -y por desgracia no fue más lejos; el gran número de dibujos que hizo allí tuvo demasiada influencia visible en algunos de los suyos, pero fue una suerte para Sir Christopher, que Luis XIV hubiera erigido solo palacios, no iglesias; St Paul escapó, pero Hampton-Court fue sacrificado al dios del gusto falso. (Walpole ibid.)

Rogelio Ruiz Fernández

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Probablemente Walpole quiere decir que St. Paul es un diseño más original (aun que habría que ver las comparaciones que se establecen en el mismo Parenta lia con San Pedro), y que Hampton Court tiene una inspiración más claramente versallesca

Viollet Le Duc (1814-1879) y la figura de George Gilbert Scott (1811-1878) son prácticamente contemporáneos y sus carreras son parecidas. Si bien la obra teórica de Viollet es muy superior en extensión, no son desdeñables las profundas ideas que va desgranando Scott en sus escritos y menos aún lo son sus numerosas intervenciones en el patrimonio inglés. Sus textos fueron publicados por su hijo en 1879: Recopilaciones Personales y Profesionales (Personal and Professional Recollections). Es (Fig. 21) Senado, Cambridge, Gibbs (Fig. 22) Radcliffe Camera, Oxford. James Gibbs

Como decimos, es grande la dureza con la que Walpole trata a los arquitectos o, mejor dicho, a sus obras, especialmente en el uso del gótico, estilo en el que él parece encontrarse más fuerte para su crítica. Realmente los edificios de Gibbs de Cambri dge, el Fellows de King’s College y el Senado a pesar de no seguir el estilo “gotizante” general, tienen una buena relación de vecindad (aunque se pase de la caliza dorada, tipo Ketton, general en la zona, a la blanca de Portland) y, el caso de la Biblioteca Radcliffe, es un edificio soberbio, una joya en la ciudad de Oxford (Fig. 22), independientemente de sus críticas. Pasemos a ver otros apologistas del estilo apuntado.

Como vemos, Walpole admira el pórtico clásico mientras que ataca con inten sidad al neogótico planteado por Jones, pero parece claro que lo que más le inquieta es la yuxtaposición de un gótico digamos real, con el revival. A quien esto escribe le pasa algo parecido en estos tiempos de cerámicas que imitan madera, aluminios que también la emulan..., muchas veces vemos con desa grado estas imitaciones en restauración, junto a materiales nobles, y esta sensa ción de incoherencia es la misma que le produce a Walpole el neogótico junto a un edificio gótico en origen, o una arquitectura neoclásica en yuxtaposición con una realmente clásica.

George Gilbert Scott (relación con Viollet Le Duc)

Y continúa con sus críticas: (T.O.52) Gibbs, aunque sabía poco de la arquitectura gótica, fue más afortunado en el patio de All-Souls, que había desvariado en un escenario pinto resco no falto de grandeza, especialmente visto a través de la puerta que viene de las escuelas. (Walpole op. cit. p. 693)

66 Restauro & Insertio Nueva Escuela de Arquitectura de Greenwich (Heneghan and Peng) desde St Alphege de Hawksmoor. Segunda parte: Las llaves de la británicaarquitectura

La nueva Escuela de Arquitectura en Greenwich, de Heneghan and Peng, nos enseña sus grandes juegos de volúmenes a la calle donde no se encuentran ejemplos de arquitectura importantes que se puedan alterar por su proximidad, apareciendo hacia St Alphege de Hawksmoor como una pantalla neutra de igual tono que la iglesia (Seleccionado en los RIBA Awards 2015) (Portada SEGUNDA PARTE)

De los mismos arquitectos en Dublín, se trata de un estudio irlandés (Ved eL gusto poR Las Ruinas en iRLanda), la ampliación de The National Gallery (Fig. 86), guardando estas premisas de fragmentación, de unión de material, de respeto por el edificio que va a crecer. (Nota 8) Iglesia Obispo St Edward, Cuddesdon, Oxfordshire (Fig. 87) (Fig. 71)

Su volumen concita en su forma curva todos los edificios que la rodean consiguiendo una tranquila integración, no solo por el material sino también por la textura que forma la piel exterior de piedra colocada en ángulo sobre la directriz elíptica. Los edificios vecinos de Edmund Street, neo-vernáculo del siglo XIX, se encuentran a gusto con la nueva inquilina. Es un proyecto de Niall McLaughlin. También vuelve a mostrar esta sensibilidad recientemente en St Cross College en Oxford, incluso evocando el edificio de enfrente en el alzado a la calle, además de la unión por material. (Fig. 84) St Paul's Choir School, Londres, 1965, Leo de Sylla (foto Miguel Garnería) (Fig. 85) Escuela de Arquitectura Greenwich, Heneghan and Peng (Fig. 87) Capilla en Cuddesdon, Oxfordshire, Niall McLaughlin(Fig. 86) Berkeley Library, Dublin, Koralek

El edificio de St Paul’s Choir School se hizo tras ganar Leo de Sylla de The Archi tect’s Co-Partnership un concurso restringido. Proyectado en 1965, recibió el premio RIBA en 1968 por su delicadeza con el entorno. Evidentemente el uso de piedra Portland como Saint Paul y el uso del plomo, unido a la utilización de las calles verticales que crean sombras que dialogan con las pilastras de la cate dral, suponen un ejercicio temprano e inestimable de arquitectura claramente moderna, que además se integra perfectamente ante su importantísimo vecino, mediante las llaves del material y la analogía.

Evidentemente la utilización de estos materiales tradicionales, cuyo envejeci miento conocemos y llamamos pátina, mostrando nuestro aprecio, es una de las llaves fundamentales a la hora de introducirnos en contextos históricos. Vamos a estudiar varios ejemplos que cumplen esta aserción.

St Paul’s Choir School, Londres (Fig. 84)

86 Restauro & Insertio

Ejemplos de integración por material

Nueva Escuela de Arquitectura, Greenwich (Fig. 85)

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Grimshaw es el autor de esta intervención en los laboratorios del Dulwich College en el que el edificio se realiza con piezas cerámicas de distinta coloración que además se disponen, por medio de un programa de ordenador, siguiendo las pautas formales de un árbol y sus hojas. La contención de tamaño y remate hace asimismo que el nuevo edificio pase a un segundo término, voluntariamente, con discreción elogiable.

También realizó The Maritime Museum de Greenwich, que se vuelca tranquila mente al gran verde, hacia el edificio del Meridiano y que, como vimos en otro apartado, cierra el patio con una cristalera que lo hace utilizable todo el año.

En el East Ham Civic Centre, se encuentra al lado de un edificio histórico, y el material vuelve a ser la llave de conexión con aquel, sin olvidar el tamaño, que le hace replegarse ante el edificio preexistente. Astley Castle (Fig. 91) La restauración del Castillo de Astley, realizada por Witherford-Watson-Mann tras ganar concurso, nos parece muy notable y sobre todo respetuosa. Los for jados en madera, la utilización de un ladrillo con un tono muy aproximado al color de la piedra de la ruina (lo cual permite discernir perfectamente la inter vención del edificio inicial, pero sin distorsión cromática), así como la utilización de grandes claraboyas que llenan de luz el interior (manteniendo así una de las características más reconocibles en las ruinas, que es la reconquista por la luz de su espacio), son cualidades que llevan este proyecto al éxito. Para conseguirlo no dudan en dar la vuelta al programa y situar zonas de día arriba y los dormito rios abajo. Y, por supuesto, el carácter contemporáneo del proyecto que lo hace tremendamente atractivo siendo ganadora del Stirling Prize en 2013. Resaltar aquí, de nuevo, que en Inglaterra se premia la restauración, la buena restaura ción. El proceso llevado a cabo por un equipo multidisciplinar supuso una pri mera consolidación de la ruina y la eliminación de los escombros (en los años setenta se había hecho un hotel neogótico que se incendió y quedó todo lleno de desechos y en franco peligro de desaparecer). Se introdujeron unas vigas de hormigón prefabricadas que atan por arriba la estructura en ruina y luego se rellenan con la ligera estructura de madera. Se utilizaron además técnicas de refuerzo de los muros con la introducción de productos consolidantes en su interior mediante tubos de plástico que los llevan hasta lo más profundo. (Fig. 89) The laboratory, Dulwich College, Grimshaw (foto (Fig. 91)estudio)Snape Maltings Concert Hall, Suffolk Philip Dowson- Ove Arup, 1967 (fuente Wikimedia) (Fig. 90) Astley Castle, 2013, Witherford-WatsonMann (foto estudio) (Fig. 88) The Whitworth in Manchester MUMA (foto estudio)

East Ham Civic Centre (Fig. 90) Rick Mather era otro de los arquitectos ingleses cuyas intervenciones nos encon tramos en muchos edificios históricos. Él firmó la ampliación del Ashmolean Museum en Oxford, con el espacio imponente de la escalera que recorre verti calmente el edificio, con gran altura, y recogiendo al final al nuevo restaurante.

En la ampliación del Whitworth Museum en Manchester, una vez más, el mate rial, ladrillo rojo, sirve como nexo de conexión con el edificio histórico, pero sin dar una concesión a lo clásico, utilizando huecos vidriados horizontales y otros paños acristalados con soportes finos verticales que permiten una conexión total exterior-interior, y una inequívoca lectura de la parte nueva. Los autores MUMA, formado por los escoceses Stuart Mc Knight, Gillian Mc Innes y Simon Usher, son los responsables de varias intervenciones delicadísimas y complejas de las que han salido airosos, como el museo de las cubiertas de Westminster Abbey, la Sala del Renacimiento del Victoria & Albert Museum y, en la que están inmersos, la ampliación del Fitzwilliam Museum de Cambridge, ganada en concurso. Dulwich College, The Laboratory (Fig. 89)

Rogelio Ruiz Fernández Whitworth Museum, Manchester (Fig. 88)

96 Restauro & Insertio (fotoÁmsterdamJorgeRuiz) Tercera parte: La ciudad patrimoniocomo

114 Restauro & Insertio

Visitando la Habana, todas las distintas fases de la ciudad (la Habana antigua, Forestier, el Vedado, los nuevos hoteles...) hacen crecer la población, pero sin tocar la ciudad anterior (ya comentado en notas del eLogio de La suciedad). Es como si las diferentes tramas de urbanismo permanecen como patrimonio y los nuevos estilos se van añadiendo sin destruir los viejos tejidos. Desa fortunadamente esto no suele pasar así, y los nuevos edificios suelen buscar el centro como el lugar más adecuado para mostrar su poder. Hay intentos como La Défense en París para crear nuevos focos externos, pero lo habitual es ver esta nueva arquitec tura de diferente escala entrando en la vieja ciudad como un toro en una cacharrería. Por cierto, el Bull Ring en Birminghan o también en esa ciudad la nueva Biblioteca llegan como edificios más pendientes de un contexto internacional que del entorno en el que aterrizan, brillando más en su novedad por la opresión del casco histórico, como Lloyd’ s o Swiss Re lo hicieron en su momento, o la Tour Montparnasse junto a los jardines de Luxemburgo, o la torre junto al Jardin Botanique en Bruselas...

Londres, como parque temático que ya es, está superpoblado, superpoblado para pasar el día, pero el país está lleno de zonas de baja densidad donde no ves ni un alma. Zonas en las que los Folk Festivals no tienen emigrantes, carreras de caballos donde tampoco existe la presencia del “otro” y que han generado, posiblemente, esa realidad inexplicable para nosotros continentales que fue el Brexit. Terminemos este apartado con apreciaciones, desde los dos lados, sobre los rascacielos. Por Europa el escritor español Antonio Muñoz Molina (que vive en Nueva York) y por las islas británicas el conservador, recientemente fallecido, Sir Roger Scruton:

Debemos constatar que la calle como lugar de vida social está en declive, mientras internet se convierte en el sitio donde la gente y los mercados viven (y suponemos que más a partir de ahora en la sociedad postpandemia). Es una fase posterior, que Guy Debord no detectó en su libro aún y que es la contraria, grandes empresas que no tienen visibilidad en la ciudad, sino en la red. Amazon tiene unas enormes y feas naves que no se ven, Google, Microsoft..., se encuentran físicamente en edificios bastante modestos para sus posibilidades y las empresas que más mueven en turismo, transporte y compraventa no tienen nada más que páginas en la red...

Swiss Re, The Gherkin, London City, Norman Foster

La ciudad de Londres que un día gritó por la inserción del Lloyd’s Building, incluso con un gran número a favor y en contra (por supuesto estos últimos apoyados por el Príncipe Carlos), finalmente lo aceptó por su singularidad como inevitable. Y hoy se está haciendo un Nuevo Londres de muros cortina, de cristal y metal que no tienen mucho –o nada– que ver con la vieja ciudad. Una ciudad nueva que comienza con edificios destacables como el Gherkin (Fig. 122) o el tan preciosamente diseñado Lloyd’ s que citábamos, y acaba por sufrir proyectos infantiles que aparecen en las noticias por quemar un coche concentrando los rayos del sol, en vez de por su arquitectura, como es el Walkie Talkie, o como el reciente Tulip que pretende hacer Norman Foster... Edificios cuyo único valor es su tamaño, tamaño impuesto a los demás. “Thamess!” (Fig. 123) Tamaño conse guido a base de utilizar edificabilidad que pertenece a todos.

Otra agresión a la ciudad, en este caso social, en países en desarrollo es que la alta sociedad, la que trabaja en estos elementos verticales de cristal y tiene su familia en una urbanización cerrada que se escapa y aísla del resto de la población, va en un coche (si es posible todoterreno para ir más alejado del suelo), entra en el parking de esos rascacielos y desde él sube por ascensor a su planta X, donde trabaja para volver en su cápsula-coche a su condominio privado… La clase alta desaparece de la ciudad y se ve pasar tras cristales tintados. La clase alta de los rascacielos y condominios desconoce, no quiere conocer, la situación del resto de la sociedad, ya que nunca se relaciona con ella. Sin embargo, en las islas británicas las torres se utilizaron en muchas ocasiones como “contenedores de masa obrera”, y así algunas como las Red Road Flats en Glasgow se empezaron a demoler en 2012 simbolizando para algunos esta destrucción una nueva visión del urbanismo (en cierto modo, lo que supuso la elimi nación del Pruitt-Igoe de Yamasaki en 1972, pero al nivel del Reino Unido).

Vulgaridad lujosa de la arquitectura corporativa en cualquier sitio del mundo, prismas o cilindros de cristal oscuro, idénticos entre sí, firmados por arquitectos plutócratas, siempre los mismos, los tres o cuatro nombres preceptivos, los que viajan como divos de ópera en aviones privados y solo visitan un rato y distraídamente la obra que ungen con su firma. (Muñoz Molina, Todo lo que era sólido 2013, pp. 33-34) (Fig. 122)

También está el caso de Canary Wharf (Fig. 124), tema que aparece reflejado en el último libro de Deyan Sudjic, El lenguaje de las ciudades, donde comenta cómo los promotores de estos rascacielos llega un momento en que se sorprenden de que el Ayuntamiento acepte las propuestas desproporcionadas que hacen esperando un recorte.

115Rogelio Ruiz Fernández (Fig. 123) Esto no es un collage, Thamess!!! (Fig. 124) Hospital de Greenwich de Chistopher Wren afectado de manera importante por el lejano Canary Warf

126 Restauro & Insertio The Gate of Honour under Snow, William Nicholson (1924). Fitzwilliam Museum. Caso de Cambridgeestudio:

128 Restauro & Insertio 1 16 2519 1315 20 40 47 45 46 44 42 43 49 48 41 14 295 22 2330 3638 37 31 32 3335 3934 282724 2 4 6 12 118 21 7 17 26 10 18 3

129Rogelio Ruiz Fernández 9 1 Accordia Housing 2 Great Kneighton 3 Aura Housing 4 Train Station Housing (Ceres) 5 New Court 6 Sidney Sussex College 7 Robinson College 8 Queens’ College 9 Anglesey Abbey 10 Jerwood Library 11 Clare College 12 Churchill College 13 Emmanuel College 14 Trinity Hall 15 Saint Catharine’s College 16 University Centre 17 Mill Pound 18 Gonville & Caius College St Michael’s Court 19 Queens Building 20 Pembroke College 21 Sidgwick Site 22 St John’s College 23 Churchill College 24 Spring House 25 Faculty of Architecture 26 William Stone Building 27 Fitzwilliam College 28 Lancelot Fleming House 29 The Fisher Building 30 Møller Institute 31 Centre for Mathematical Science 32 Newham College 33 Ley’s School 34 Homerton College 35 Corpus Christi College 36 Boulton House 37 Trinity College, 38 Herrick House 39 Anglia Ruskin University Cambridge Campus 40 New Museums Site 41 Darwing College 42 Murray Edwards College 43 Impington Village College 44 Cambridge Union Society 45 Clare Hall 46 Michael Stoker Building 47 Radcliffe Court 48 University Technical College 49 Storey’s Field Nursery and Community Centre Cambridge

MJP Sir Richard Mc Cormack, Jamieson & Prichard firmaron algunos edificios para Tri nity Hall del tipo aislado, al lado de Fitzwilliam College. Primero hacen una suerte de villas en un parque, en Burrel’s Field (1989), buscando una mayor integración en el sitio, pero se alejan del tipo de colegio de patios y, en cierto modo, se acercan más a una tipología de vivienda en altura más habitual en España. Más tarde en el Lan celot Fleming House, este en Huntingdon Road, los arquitectos buscan de nuevo una apariencia exterior de “villa”, usando tejado inclinado incluso, y reduciendo la escala por el uso de diferentes materiales, pero es menos interesante (añadiendo a esto la vecindad de la fantástica y todavía moderna pieza de Ove Arup, siendo en realidad muy anterior). MJP también diseñaron, con mucho cariño, edificios de viviendas en West Cambridge, pero la pieza que más apreciamos del estudio de Sir Richard Mac Cormack en arquitectura de colegios es St John’s College en Oxford. Veremos de MJP en Fitzwilliam College (Fig. 162) ejercicios más vinculados a los quadrangles Fitzwilliam College (Fig. 161)

En los ochenta hay una ampliación del Fitzwilliam College, esta vez bajo las líneas de Sir Richard Mc Cormack MJP, que es realmente interesante: sobrio pero rico en el uso del ladrillo y las líneas de piedra y, como broche de oro, la Capilla que deja entrar la luz y la naturaleza dentro (Fig. 162). Hemos visto ya en este cole gio, en madera, la Biblioteca Olisa de Cullinan (Fig. 150)

La importancia de toda obra que hacían Leslie Martin o Colin St John Wilson, como director y adjunto de la School of Architec ture, era tremenda, y se difundía por todo el mundo y en la propia ciudad, ya que edificios como la Wesley House de Jesus bebía evidentemente de Gonville & Caius (Nota 5). Vemos también que Martin aparece como director en la época de las propuestas del Erasmus, es el que indica a Selwyn College que Stirling debe hacer su ampliación…, es decir, que fue una personalidad terrible mente influyente en el avance de la arquitectura moderna en Cambridge. Cuando trabajan para Gonville & Caius respetan su tipología, cuando está junto a Saint Pancras se une con el material, en la Faculty of Architecture se diluye en la medianera… Sir Leslie Martin y Sir Colin St John son ejemplares en la inserción de arqui tectura que, siendo claramente moderna, busca ser amable con el contexto. Más adelante analizamos otras obras suyas como las Casas Pareadas en Grantchester Road y la Spring House Ahora bien, Colin St John sorprende con proyectos como el Bishop Library (Fig. 74) que, como ya comentamos, se relaciona de manera tan obvia con la Iglesia Redonda de Cambridge. Puede ser que estos grandes arquitectos necesiten a veces, como Schinkel o Inigo Jones, hacer un decorado o escenografía de vez en cuando para relajar sus ordenadas cabezas.

142 Restauro & Insertio

Muy rigurosa, asimismo, la nueva entrada al Fitzwilliam College de Allies & Morri son de 2003 (ganador de un RIBA Award en 2005 y edificio del año ex aequo de la BDA, Brick Development Association) (Fig. 163) (Fig. 161) Vista Fitzwilliam College, master plan de Lasdun (foto de panel exposición en Fitzwilliam College (Fig. 163)2014)

Fitzwilliam College Gatehouse Court, Allies & Morrison, 2003 (Fig. 162) NewCourt en Fitzwilliam College, MJP Architects, Richard Mac Cormack, 1983-1986

El edificio para Gonville & Caius que acabamos de ver puede ser comparado con otro: Fitzwilliam College de Denys Lasdun. Allí el ladrillo es también el tono de fondo para crear todos los patios y pastillas de habitaciones, pero sorprendente mente en el comedor (Fig. 69) introduce un espacio tan alto y especial, y aparece de manera tan formal con arcos de hormigón, que realmente impresiona. Cual quiera que haya estudiado en un college conoce la importancia de la hora de comer, cómo la soledad de tu habitación se convierte en fiesta social cuando te unes al resto de los compañeros para la comida. Esta es probablemente la razón por la que, no solo aquí, sino en muchos colleges, el comedor se crea con la mayor dignidad. Sin embargo, este edificio, cuando se hizo, no tuvo demasiada aceptación social (Nota 6).

The Fisher Building (Fig. 165) ya había sido construido en 1936 al otro lado del Mathematical Bridge, imitando la forma de la arquitectura tradicional. Pero en los años cincuenta había un proyecto de Stephen Dykes Bower (Fig. 166) que era ciertamente historicista y que continuaba de alguna manera con la línea fijada por el Fisher Building, pero esta vez hubo un clamor popular, especialmente de estudiantes de arquitectura que reclamaban la introducción de Nueva Arquitec tura en el corazón de la ciudad. El proyecto cayó en manos de Basil Spence, que presentó este proyecto que podemos ver hoy. En realidad, propuso previamente otro más alto que fue denegado y recortado. De todos modos, Sir Basil Spence fue muy bueno en su intervención en Coventry, aunque en esta de Cambridge no estuvo tan sutil. Long y Thomas, hagiógrafos de Spence, cuentan así el episodio: (T.O.133) En 1957-58, la Universidad de Cambridge también empezó a abrazar la Arquitectura moderna. Una pequeña pero prestigiosa comisión para diseñar una nueva residencia para Queen’s College le concedió el encar go a Spence, y la publicidad resultante ayudó a reforzar su imagen de modernizador y conciliador, tan atractiva para los estudiantes, para los alumni (que iban a pagar la mitad del coste del nuevo edificio) y para los College Fellows. La llegada de Leslie Martin como profesor de la School of Architecture (Escuela de Arquitectura) en 1956 había alentado y ele vado el concienciamiento de la importancia de la Arquitectura contem poránea en Cambridge, encabezada por los estudiantes del Grupo por la Arquitectura y el Planeamiento, que eran vociferantes en su condena de los edificios nuevos tradicionalistas. Como el celebrado Grupo de Acción contra lo Feo, que organizaba demostraciones contra nuevos edificios. Los estudiantes de Cambridge empezaron a apuntar contra diseños que no aprobaban. Entre estos estaba el diseñado por el arquitecto tradi cionalista Stephen Dykes Bower para la residencia en Queens (Fig. 167), que ellos atacaron por su carácter historicista. Profundamente ofendi do, Dykes Brower se retiró del trabajo, dejando una vacante para la que Spence parecía una opción obvia con la fuerza de su reciente trabajo (N.T.: se refiere a la Catedral de Coventry). El diseño de Spence para Queens’ iba a ser “un test para la Arquitectura moderna” en los colegios de Cambridge. (Louise Campbel en Long, P. /Thomas J., 2008) No obstante, más tarde vinieron Powell & Moya con una decidida Arquitectura al Queens’: el Cripps Court (1972), aunque no seamos optimistas, seguro que se admitió bien porque tapaba el Erasmus desde los jardines y la Queen’s Road... (Nota 7) Churchill College (Fig. 167)

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Rogelio Ruiz Fernández Queens’ College

Otro momento importante para la nueva arquitectura en la ciudad fue en 1958 cuando hubo un concurso para crear uno de los más importantes colegios en la ciudad: el Churchill College. Se hizo inicialmente con el apoyo, no solo emocio nal, de Sir Winston Churchill. Fue muy importante, ya que alentó a los mejores estudios de la época a pensar de nuevo en el concepto de College, en un ejer cicio enorme. La cuestión de abrir o cerrar los espacios estaba en el tablero, y (Fig. 164bis) El Erasmus Building desde el Cam (Fig. 164) Erasmus Building Queens’ College, Basil Spence, 1959 (Fig. 165) Edificio Fisher, Queens’ College, 1936 (Fig. 166) Proyecto de Stephen DykesBower para la residencia en Queens’ (Fig. 167) Churchill College, Richard Sheppard, 1968

El Queens’ College Erasmus Building (Fig. 164), en el centro de la ciudad, fue rea lizado por el gran arquitecto Sir Basil Spence. Es este un caso muy trascendente en la inserción de nuevos edificios en la ciudad antigua, y fue seguramente una batalla ganada, pero mal negocio a la larga, para los intereses de la nueva arqui tectura. Muy interesante es, pues, toda la discusión generada entonces entre posturas conservadoras y progresistas, y por ello le dedicamos un espacio en estas líneas.

154 Restauro & Insertio Escaparate en Oxford Miscelánea

Por un lado, el templo jónico aparece medio en ruinas, ruinas sobrevenidas por el fuego, que le dan el aspecto inacabado de los templos originales griegos. Por otro lado, la actuación de Gwathmey, que ya tiene medio siglo, parece una solución temporal, lo que le da un permiso de residencia adecuado para el lugar dañado, como si fuera una obra de Christo y Jeanne Claude que en unos meses se eliminará. En el actual Whig Hall el edificio alterado se convierte en una instantánea congelada que muestra la provisionalidad de la nueva actuación, pidiéndonos que no la valoremos hoy, ya que su presencia será efímera.

Nos interesa especialmente porque nos quita la razón: es una actuación en la que el lenguaje nuevo, orgulloso y prepotente, se despliega, sin encontrar analogía posible con el edificio que rellena, como las viviendas que colmataron el Anfiteatro de Arlés o el Teatro Marcelo. Casi parece hecho descuidadamente, sin una valoración desde la teoría de la restauración, eso sí, con la frescura de un lenguaje nuevo y falto de pretensión material (que no intelectual). Y, en realidad, lo que acaba sucediendo es lo que nos decía Capitel: “el choque frontal de la forma puede ser en ocasiones conveniente”; pero, añadimos nosotros, en con tadísimas ocasiones como esta que, cuando se da, no se nos caen los anillos por reconocerla como ejemplar (aunque, como (Fig. 207) Whig Hall, Charles Gwathmey, 1971 (fuente: Manfredo Tafuri, La Esfera y el Laberinto) (Fig. 206) Villa Baron, Suecia, John Pawson, 2010. (fuente John Pawson, Allison Morris 2010)

La restauración o, mejor dicho, la inserción de un edificio nuevo en las ruinas del Whig Hall en Princeton, obra de Charles Gwathmey, aparecía fotografiada (Fig. 207) en el libro de Manfredo Tafuri, La Esfera y el Laberinto (1980). Este teórico italiano tuvo gran predicamento en los años setenta y ochenta.

El Whig Hall, junto con el Clio Hall, son dos templos jónicos gemelos, realizados como piezas neoclásicas en 1895 por A. Page Brown, que, como en el desarrollo de la primegenia arquitectura griega, sustituyeron a dos pabellones anteriores similares, pero más pequeños, hechos en madera. El desastre llega cuando en 1969 el fuego arrasa el Whig Hall. Curiosamente, como veíamos en la arquitec tura de los templos sintoístas, hay un momento en el que tenemos a su hermano gemelo, el Clio Hall, y al lado, destrozado entre humo, al que nos ocupa.

162 Restauro & Insertio

tres dimensiones, se aleja de nuestro protagonista por el carácter cerrado que motivan los muros y pierde así el infinito en los ejes que la cruzan para obtener una intimidad más Al-Ándalus. En la de Aires Mateus en el Alentejo y la Baron de Pawson (Fig. 206), el espacio central se vuelve negativo: patio, buscando el laberinto en la portuguesa y alejándose así de nuestra referencia. No así la sueca del inglés, propiedad de un neoyorkino que, como los venecianos de la época del vicentino, se va al campo, pero este al de Suecia, a pasar los veranos. En esta vivienda aislada, blanca, cuyos ejes devuelven siempre el verde o el amarillo, depende… Palladio de nuevo, una vez más, se nos aparece. Y así continuará... Whig Hall, confrontación

La actuación sobre la parte quemada y demolida del “templo clásico” es deci dida, con un lenguaje moderno, pero, por otra parte, el contraste y la humildad de los materiales funcionalistas hacen que en la lectura de los dos organismos arquitectónicos se produzca una sinergia muy positiva.

Se le encarga su reconstrucción a Charles Gwathmey y en 1971 se termina la intervención. Este arquitecto, como recordarán, era uno de los Five Architects que tanto gustaban a Tafuri y a todos nosotros en aquella época. Los Five supu sieron la revisión del movimiento moderno, y eran en sí mismos un revival de la arquitectura maquinista de Le Corbusier, Terragni... Pero si la arquitectura del Movimiento Moderno empieza como una arquitectura social, la de los Five es una revisión desde la bonanza del capitalismo. Es, pues, una revisión estética, más que filosófica, que supuso una de las páginas más brillantes y vanguardistas de la arquitectura norteamericana del siglo XX.

El Whig Hall, por un infortunio que fue su incendio, con la actuación de Gwathmey, que quiere ser impositiva del nuevo lenguaje, pero que, una vez terminado, recibe de nuestro criterio, su apreciación por efímero (por fácilmente reemplazable, que luego vimos que no lo es tampoco), genera una paradoja final: deviene intemporal, eterno. Y seguimos con otras ruinas, las de Irlanda. El gusto por las ruinas en Irlanda (Nota 10)

163Rogelio Ruiz Fernández pasaba con el talento de Viollet le Duc, difícil de trasladar o enseñar como receta a sus seguidores que no siempre tendrán la misma destreza). Vemos que la ruina favorece la lectura clásica del neoclásico. Se producen, a veces, situaciones curiosas en esta línea del tiempo, por ejemplo, el “Partenón” que se iba a construir en Calton, la “Acrópolis” de Edimburgo, no se llega a ter minar y nos parece una ruina lo que, en realidad, nunca llegó a ser completado. Queremos remarcar en este punto cómo todos los que se creyeron imperios después del Romano buscan en el clasicismo y su ruina el futuro, la permanencia de su propio Imperio. Napoleón es el neoclásico, Speer se preocupaba, en su arquitectura también desarrollada desde la imagen romana, por las ruinas que iban a dejar Mussolini y Franco... Y el Imperio más importante del siglo XIX, el Imperio británico, también quería con el clasicismo buscar ese prestigio, y tam bién con la valoración de las ruinas, el elixir de la eternidad. No en vano, cuando el arquitecto y gran dibujante Joseph Michael Gandy (1771-1843) hace la lectura del Bank of England de Soane (Fig. 207bis), la realiza en ruinas, sí, para que se vieran los distintos espacios, pero también para que el edificio clásico, recién acabado enton ces, adquiriera la pátina del Tiempo, con mayúsculas, sin esperar más (Nota 9). No deja de ser curioso que, cuando estudiamos a Viollet le Duc, buscaba en un sentido de la dirección del tiempo, el momento inicial puro sin decadencia ruinosa, que el edificio pudo no haber tenido jamás, mientras que en este dibujo de Gandy, lo que le interesa al artista es seguir el sentido contrario de la dirección del tiempo, es decir, desde hoy no buscar el origen, sino el futuro destrozado. ¿Y qué Imperio hay más “grandonista” que el norteamericano? (Que se llama a sí mismo “americano”, despreciando el resto de los países de su continente). Pues, del mismo modo, este país añora y repite a Roma. Quien esto escribe no conoce ciudad más clásica que Washington, y ya vimos el último decreto de Trump referente a la arquitectura...

Las palabras de Edmund Street sobre los gallegos e irlandeses que hemos visto al principio, hablando de su situación paupé rrima, las entendemos bien. Tan pobre era Galicia en el siglo XIX como Irlanda, y nuestras sociedades, tanto la irlandesa como la del noroeste de España, vienen de la austeridad. Y esto está enraizado en las almas, y aflora como humildad, adustez y mesura, todas ellas cualidades muy apreciables en tiempos de recesión y siempre buenas para acometer una restauración, escapando de los fuegos artificiales de la arquitectura.

Pensando en la razón que nos hace sentirnos tan atraídos por los arquitectos irlandeses, podríamos decir que cuando corres por las praderas irlandesas junto al mar, fácilmente puedes pensar que estas en el norte de España. Algunos de sus escritores, especialmente Seamus Heaney, que incluso escribió poemas sobre Asturias y Compostela, apuntaron esta idea. Y cuando lees a muchos de ellos, sus costumbres, no importa si regadas por sidra o por cerveza, ¡son tan cercanas! Puedes ver en Ulysses cómo uno le da a otro la tarjeta para echarla en un funeral y no ir…, u otras veces leyendo a Seamus Deane vuelve a ti el olor de la madera pálida de las escaleras, limpiada, cepillada con sumisión, o el penetrante “aroma” del vinagre que limpia la chapa de la cocina de carbón, como aquí se solía hacer. Yendo más lejos, también nosotros tenemos momentos muy tristes en nuestra historia local: familias con tantos hijos que tenían que buscar al otro lado del océano una vida mejor… O las muchas muertes políticas. Nosotros conocemos bien todo esto y, aunque no nos demos cuenta, somos en el norte de España muy irlandeses. Volviendo a la arquitectura, muchos de los arquitectos irlandeses que conocemos también fueron emigrantes. La Casa Blanca, por ejemplo, fue diseñada por el irlandés James Hoban; o Kevin Roche, que todos creemos americano, es de origen irlandés. O Eileen Gray, inevitable en cualquier historia del Movimiento Moderno, o Peter Rice que fue uno de los pilares de Ove Arup y des pués de Renzo Piano. Pero hoy, en realidad desde hace varios años, hay una serie de estudios creando una arquitectura que tiene un espíritu y unas características comunes que podrían hacernos llamarla “la moderna arquitectura irlandesa de la tierra”. Porque el profundo amor por su tierra que todos ellos profesan les da a sus obras una suerte de modestia (en su actitud, no en su valor) que impregna todos sus proyectos. Encontramos, como decimos, una precisión en el detalle, una atenta mirada al lugar, un uso (Fig. 207bis) Bank of England, Londres, John Soane

188 Restauro & Insertio

muerte (foto Jaime Ruiz) Desastres

Et in Arcadia ego, la belleza de Oxford y su Museo de Historia Natural contienen esqueletos que recuerdan la

Warren plantea la disquisición que venimos observando, la postura de la “réplica” finalmente seguida (tras 20 millones de libras), o la tabula rasa (Fig. 274) Uppark, incendio de 1989, restauración posterior (fotos National Trust) (Fig. 273) St Michael’s, Dun Laoghaire, intervención moderna

La Iglesia de Saint Michael en Dun Laoghaire, Dublín, sufrió un terrible incendio que acabó con su interior en 1965 y dejó maltrecho el resto del edificio (se puede ver un vídeo sobre este incendio en los archivos de la RTÉ). Las fotos de la época muestran aún de pie las paredes laterales, sin embargo, en su restauración en 1973 (Mc Carthy-Rothery-Mc Kenna-O’Dowd) solo se mantuvo una de las torres, haciendo tabula rasa del resto y proyectando un edificio –magnífico, eso sí– que exteriormente se fracciona creando por analogía una partición clásica en la que se apoya la torre. Se utilizó la misma piedra gris de mampostería rugosa que con formaba la antigua destruida del siglo XIX y también, y mucho, se trabajó con el hormigón, generando vigas que cruzan perpen dicularmente todo el espacio, dejando la luz pasar entre ellas. Por tanto, el interior surge como una moderna arquitectura que refulge al atardecer. Desde el punto de vista histórico-riguroso, probablemente se pudo rehacer la iglesia decimonónica, pero se optó por dejar solamente el campanario y partir del solar. En cierta manera, la restauración de St Michael es conceptualmente similar a la propuesta de los Smithson para la Catedral de Coventry, en la que permanecía la torre y el resto era nuevo, o también como la decisión de Le Corbusier con la capilla que había en Ronchamp anterior, aún en pie, pero muy dañada por la guerra, de la que solo se conservó una imagen de la Virgen (proyecto de Le Corbusier de 1950-55) (Berger et al. 2015).

Y si nos rasgamos las vestiduras por la no reconstrucción de la antigua, ¿qué hizo Wren sobre la Catedral de San Pablo incen diada en Londres? Borrón y cuenta nueva Desastre Uppark (Com’era e dov’era) (Fig. 274)

John Warren lo cuenta así: (T.O.158) Una mansión inglesa llamada Uppark. Hace unos veinte años esta mansión del siglo XVIII se quemó desastrosamente en un incendio ocurrido, durante las obras de reparación. La mayoría del importantísimo mobiliario se salvó. La casa, sin embargo, se redujo a una mera envolvente de chimeneas y muros de piedra ennegrecidos. El problema fue cómo reconstruirla. Parece obvio que la reconstrucción era el mejor método de restauración, por la sencilla razón de que el mobiliario y objetos originales podrían ser expuestos mejor al replicar su entorno original. Esto significaba la recons trucción de la histórica mansión con la mayor precisión posible, y así se hizo. Pero hubo un importante movimiento de opinión que sostuvo la idea de que los restos de la mansión debían demolerse, ya que habría sido deshonesto replicar el edificio que había sido destruido. No sería auténtico. Esto ilustra muy bien el problema. Se criticó que el edificio sería una réplica. El argumento contrario defendía que la reconstrucción restauraría los interiores históricos. Y este argumen to fue el que ganó. (Warren 2015) (T.O.158)

202 Restauro & Insertio

devastadora, dejando prácticamente solo los muros exteriores. En estos momentos debaten si es mejor restaurarla como era (lo cual suponen unos 100 millones de libras), dejar solo los muros exteriores (que amenazan ruina) o tirarlo todo y hacer uno nuevo. ¡Qué incertidumbre! Dun Laoghaire (Fig. 273)

Si bien es cierto que la flecha de Notre Dame que acabamos de perder fue una interpretación de Viollet Le Duc (inspirada en la presencia de una anterior demolida durante la revolución), su presencia continuada y la destreza de su autor hacen de ella un valor patrimonial en sí mismo que debemos conservar. La estructura catedralicia que ya vio caer dos flechas al menos. El peso añadido es de 500 toneladas, según nos apunta Viollet le Duc, con desplazamientos de 20 cm con ráfagas de viento. Otras como la de León tuvieron que ser desmontadas por añadir, también en el crucero, una bóveda barroca (aunque no es comparable el peso de una bóveda de piedra con el de una flecha de madera). La de Burgos también vio caer una vez el cimborrio. El Crucero de Ely se cayó en 1322 y Walsingham lo reconstruyó como un octógono. En Rouen en 1540, se construye una aguja de madera, recu bierta de plomo (como la que hizo Viollet Le Duc en Notre Dame) y en 1822 ardió por un rayo La flecha de la Sainte Chapelle (Fig. 24) habia desaparecido asimismo cuando Pugin la dibujó en 1828, y también Viollet-Le Duc y Lassus le añadieron la que hoy vemos. En 1452, cuando Jean Fouquet dibuja París, ambas flechas, la de la Catedral y la de la Capilla Santa, son visibles y a mediados del siglo XIX ambas se habían perdido (Fig. 275). En 1561 se incendió la flecha y la techumbre de St Paul de Londres (el St Paul anterior al gran incendio de Londres), y se reparó y emplomó antes de 1566. (Fig. 275) Notre Dame en 1850 sin flecha (foto Edouard Baldus)

Por tanto y resumiendo, varios niveles:

2. Convivencia: Coventry (Fig. 106) (o, más decidido, Eiermann en Berlín (Fig. 107), que mantiene la ruina y el recuerdo de la guerra, e introduce la nueva iglesia y la nueva arquitectura con gran protagonismo). Aunque mejor, David Chipperfield en el Neues Museum de Berlín; el edificio histórico ha sido terriblemente dañado, sin embargo, ese daño, esos balazos, son parte de su historia y debe permanecer patente la destrucción sufrida. Las nuevas intervenciones son visiblemente contem poráneas, pero son más discretas. O Dun Laoghaire en Dublín, donde lo mantenido es anecdótico, y se retoma el tema con modernidad.

3. Reedición: directamente en muchos casos se opta por la reedición, la réplica. Uppark, Hampton Court o Castle Howard (incendiado en 1940 con el desplome de la cúpula) se trataron como remake absoluto (“¡aquí no pasó nada!”). En la Frauen kirche en Dresde se siguió la reedición total, asimismo, utilizando piedras originales que quedaron in situ (anastilosis).

4. Abstracción: otras veces, como St. Moritz, Augsburgo, Böhm mantiene el espíritu desvistiendo anécdotas. Lo mismo en Santa Chiara en Nápoles. Y luego vendrían los edificios agresivos, la modernidad mal entendida, que diría Max Dvořák, la destrucción de patrimonio por una contemporaneidad agresiva: Anfiteatro Fréjus, Torre Matrera, Puerto Amberes... (ved agResivos con eL patRimonio). Para resolver estos casos, solo cabe la des-restauración, la retirada de lo hecho, que no siempre es reversible. Una restauración agresiva no puede enmascarar y tapar la necesidad de una buena restauración posterior. Calme, Notre Dame, calme. La Flecha (Nota 10)

203Rogelio Ruiz Fernández Cutty Shark

1. Dejamos ruina: St Luke Liverpool mantiene el carácter de ruina y el recuerdo de la guerra constante, como exposición del “crimen cultural de guerra”, sin uso –que se liga también al amor por las ruinas de Ruskin (o la Katherinenkirche en Núrem berg (Fig. 268) desde el otro lado)–.

El caso del Cutty Shark, en Greenwich, que asimismo fue rehecho después de que ardiera, con una intervención integral de Nicholas Grimshaw, nos hace plantearnos si es lícito rehacer, después de ver edificios deshechos o barcos que han sido des truidos. Pero claro, para un país como Inglaterra, que dominó los mares tantos años, perder un bergantín como el Cutty Shark es prácticamente impensable. Actuación tras los desastres

Restauro & Insertio tiene dos puntos de vista: el de los británicos, que verán en él cómo ve sus actuaciones en patrimonio un profesor del otro lado del Canal de la Mancha y cómo se sorprende ante intervenciones que, probablemente, ellos consideran apropiadas; y, por otro lado, desde la Europa continental, da una visión de los puntos de vista teóricos sobre restauración en Inglaterra (que fre cuentemente aquí se quedan en Ruskin).

También se analizan inserciones concretas, y se van desgranando las distintas fuentes del diseño e intervención en las islas británicas, valorando los materiales como llave de concordia, lo vernáculo, lo industrial, la tradición histórica… Más tarde, en una escala mayor, se analizan las nuevas obras en la ciudad patrimonial, el impacto en los cascos antiguos del espectáculo de la arquitectura y, tam bién, recogiéndolo como caso de estudio, se profundiza en la ciudad de Cambridge, que es la que el autor mejor conoce. Se añaden al final unos textos como Miscelánea y Desastres, que se componen de diversos artículos relacionados con la restauración, la creación arquitectónica, la arquitectura británica, las consecuencias de la guerra en el patrimonio, la memoria...

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