200 AÑOS DE IDENTIDAD EN LA FOTOGRAFÍA
ACERVO FOTOTECA NUEVO LEÓN | CURADURÍA VÍCTOR CAVAZOS
Las modas y los estilos
A lo largo de estos dos siglos la forma de vivir y el entorno se han transformado en múltiples ocasiones. Las fotografías evidencian cómo en particular la vestimenta femenina, la arquitectura y los medios de transporte son un testimonio muy evidente de los detalles que identifican el estilo y carácter de cada época.
La etapa soberana de Nuevo León inicia como parte de una serie de movimientos revolucionarios, de fines del siglo XVIII, que libera de la opresión monárquica y religiosa a muchas naciones, en ese contexto de nuevos gobiernos y fronteras se definen conceptos alegóricos como Patria, Independencia y Libertad, es el mismo tipo de ideas que inspiraban a crear poemas o himnos con representaciones triunfalistas de la historia, ese espíritu triunfalista se extendió tardíamente en nuestro país e impregna monumentos como el Arco de la Independencia y la columna del Centenario de Nuevo León, ambos ubicados en la Avenida Madero. Los adelantos tecnológicos que trajo la Revolución Industrial a Nuevo León, a fines del siglo XIX fueron las primeras industrias y el ferrocarril que dotaron a la localidad de positivismo y modernismo mismas filosofías que se ven reflejadas en edificios como la Estación del Golfo, la Reinera y el Banco Mercantil. Tras la Revolución Mexicana la arquitectura transitaría a las formas aerodinámicas del Art Decó y luego a los lineales parámetros del funcionalismo y del estilo internacional.
A mediados de siglo XIX las mujeres portaban ostentosos vestidos holgados de abundantes detalles ornamentales, con tocados de gran volumen; esta vestimenta de reminiscencia romanticista e imperial fue moldeándose ante nuevas influencias extranjeras como el modernismo afrancesado que privilegiaba la refinada sociedad porfirista. La comunicación e influencia con los Estados Unidos en la década de 1920 favoreció que la mujer se incorporara al ámbito laboral, y para su comodidad se eliminan los antiguos corsés vistiendo prendas más ligeras de corte rectangular, así se liberaba su silueta, se lucía el cuello acortando el cabello y su rostro se acentuaba empleando maquillaje. Hacia mediados de siglo XX la industria del vestido a nivel mundial creó una plataforma de difusión que promovió modas cuya vigencia se extinguía con gran rapidez, de este modo se transita por una galería de prendas entre las que se distinguen las airosas faldas que marcaban la cintura como un reloj de arena, la elegante sobriedad de los trajes sastre; el colorido y la jovialidad de los años 60 y 70 que identificó a los movimientos estudiantiles, la igualdad de género y una gran diversidad de personalidades que no cesan hasta la actualidad, donde el vestir es una de las formas de expresión más auténtica y testimonial del dinámico mundo al que hemos transitado mediante las tecnologías de comunicación e interacción social.