REVISTA 62 by Con Caña y Carrete

Carta de Bienvenida Amigos Pescadores:

Lic. Pedro Sors DIRECTOR GENERAL

Con mucho gusto me dirigió a ustedes en esta temporada de pleno invierno en la que la verdad de invierno no ha tenido nada. Pocos frentes fríos que no fueron my fríos y mucha lluvia, algo poco usual en esta temporada. Sin embargo, esta combinación producida por el efecto de “la niña” nos ha beneficiado con más días de pesca, con climas estables y agradables y las lobinas han empezado a asomarse a los lugares bajos, como preparándose para la temporada de reproducción. Por otro lado las Curvinas y Truchas se han hecho presentes de manera más o menos constante y también con buenos tamaños, allá en toda la costa de Tamaulipas y Sur de Texas. Los robalos tanto del sureste de México, Veracruz, Campeche y Tabasco, como en el pacífico, desde Yameto en Sinaloa hasta Salina Cruz Oaxaca han estado presentes en los esteros y las barras. Tenemos informes de célebres capturas de Curvinas en la Baja así como de muy buenos piques de fondo con Garropas y colas de escoba que mi amigo Julio Meza y compañía han estado pescando. En fin, esto y mucho más podrán ustedes encontrar aquí en esta edición número 62 que con mucho orgullo les llevamos hasta ustedes. ¡Que la disfruten! Pedro Sors

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Contenido

Caña y Carrete 07

Portada:

Fotografía Antonio Varcasia

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Febrero 2017 / Edición 62

Cincuenta años de Recuerdos y Emociones en el Pacífico

Lobina Record

por Lic. Diego del Río

por Antonio Varcasia

Director General PEDRO SORS GARCÍA Dirección Editorial PEDRO SORS GARCÍA Contabilidad & Administración Gral. ILSE CAROLINA ESPINOZA MÉNDEZ Arte & Mercadotecnia SUSY BARRERA Torneos & Sistemas DANIEL R. HURTADO RAMOS MIGUEL ÁNGEL OLVERA BRICEÑO

Manda tu Foto

Fotos de Fans.

Regresando a Champayan por Pedro Sors

por Caña y Carrete

Producción ABRAHAM SÁNCHEZ ÁNGEL R. HERNÁNDEZ ALVARADO Producción EDITORIAL DEPORTIVA MEXICANA S.A. de C.V. Publicidad & Ventas Tels: 01 833 228 18 65 mercadotecnia@concanaycarrete.com

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Las Encantadas

por Alberto Tapia Landeros

Pesca Ecológica un deber del Pescador Deportivo por Raúl Moctezuma

Cartas al Editor & Comentarios comentarios@concanaycarrete.com Colaboradores: Antonio Varcasia Pedro Sors Lic. Diego del Río Alberto Tapia Landeros Raúl Moctezuma H.

CON CAÑA Y CARRETE Revista Mensual, Febrero 2017 Editor Responsable: Lic. Pedro Alfredo Sors García. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2004-120613033900-102. Número de Certificado de Licitud de Título 13038. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 10611. Número de Socio de la Delegación Tamaulipas Sur de la Cámara de Artes Gráficas: 080. Domicilio de la Publicación: Veracruz No. 410 Col. Guadalupe; Tampico, Tamaulipas. CP 89120. LAS OPINIONES EXPRESADAS EN LOS ARTICULOS DE ESTA PUBLICACIÓN SON RESPONSABILIDAD DIRECTA DE LOS AUTORES, ASI COMO LA PUBLICIDAD DE LOS DIFERENTES ANUNCIANTES DE LA REVISTA.

ra el 25 de septiembre de 1513 cuando un joven explorador español, Vasco Nuñez de Balboa, guiado por algunos indios atraversó el istmo centroamericano y descubrió por primera vez las aguas de un gran océano hasta ese momento desconocido. El nuevo mar fue llamado “Mar del Sur” y Balboa entró en la historia como el primer europeo en haber descubierto la inmensidad del que varios años después Ferdinando Magellano bautizó como el Océano Pacífico. El militar español fue por poco tiempo gobernador de Darién, región interna y no explorada de esa parte del istmo que luego fue llamada Panamá. La descripción de los históricos de esa época describen este lugar como cubierto de una exuberante vegetación tropical, lleno de mariposas y orquídeas y con aguas con peces abundantes, de aquí el origen del dicho que el nombre del país centroamericano signifique “muchos peces”.

Debido a su posición geográfica y al hecho de estar circundada por dos océanos, un canal interoceánico y varios lagos, Panamá todavía hoy justifica este nombre y lo hace valer. Sobretodo en la costa del Pacífico, en la región del Darién, surge el lodge que en ambito saltwater es de hecho el que tiene la tradición más antigua y que este año celebra sus 50 años de actividad, el tropic star!

¿Porqué? El Tropic Star es un lugar único en el mundo por varios motivos, in primis por el hecho que es un destino al que se puede llegar solo en avión o en mar, ya que representa la frontera extrema de la salvaje floresta tropical de Darién, a pocos kilómetros de la frontera con Colombia. El segundo motivo esta relacionado con la prohibición de pesca profesional en las aguas circunstantes al lodge, que han creado un ecosistema único y en el cual la gestión de los recursos en manera mirada por parte de los pescadores deportivos (C&R obligatorio para Billfish y Roosterfish, pero también para pargo cubera de talla) ha contribuido a conservarlo hasta nuestros días. El tercer motivo por el cual el Tropic Star es un lugar único en el mundo es debido a su posición. La pesca inshore es fantástica por millas y millas hacia el norte o hacia el sur. La pesca offshore es espectacular pero a diferencia de otros spot, los capitanes de su numerosa flota (16 Bertram de 31 pies siempre en perfecto estado) no tienen porque llevarnos a la caída continental (drop-off) para capturar pelágicos o rostrados como sucede casi en todas partes en el pacífico oriental. Esto porque a pocas millas de Piñas bay surge una impresionante seca que esta dedicada a Zane Gray, popular escritor de western americano. La Zane Grey reef es una formación rocosa volcánica que surge sobre una extension de fango de 100 -120 metros de profundidad, a unas 7 millas (20 minutos) del Lodge. La seca tiene una estructura piramidal o mejor dicho recuerda un volcán con tres puntas: las cumbres norte y oeste alcanza los 48 metros, mientras que la punta este llega a 44 metros conectada a una estructura “the bridge” a casi 64 metros. Quien lee estos números o mire la representación gráfica de la seca entiende muy bien como en las aguas del

Océano Pacífico, en un lugar prohibido a la pesca profesional, encontrar una estructura del tipo equivale realmente al paraíso sumergido! De hecho en este spot se puede practicar el troleo a la búsqueda de grandes pelágicos y rostrados, pero tambien con un hundidor ir detrás de pargos cubera y otros predadores de fondo. De hecho el Black Marlín y los pargos cuberas que se miran en las fotos fueron capturadas en el mismo lugar, obviamente con técnicas diversas.

El Equipo Para el troleo costero y en altura el Lodge cuenta con un equipo cuidado digamos en manera maniacal con fuste (30 y 50 lbs para vela y Marlín respectivamente) Cape Fear Custom y carretes top class Shimano (Tiagra), así que no se preocupen por nada.

Mientras para el spinning, como todos los apasionados prefiero llevar mis propias cañas, por lo general un número indeterminado con un libraje de 20-30 libras y una potencia de tiro de por lo menos 2 onzas (60 gramos). Con el tiempo he aprendido que lo mejor cuando se pesca es poder pescar mucho y por mucho tiempo, usando cañas de spinning medio para la gran parte de los peces costeros y equipo más potente y XXL dedicados fundamentalmente solo al popping para pargo cubera y Yellowfin tuna de talla. Mientras

los carretes es preferible llevar carretes confiables de talla medio alta con una buena fricción, de medidas 5000 con ratio rápido para la pesca inshore para pelágicos y para las tallas “fuertes” de 8000 a 14000 para pargo cubera y atunes. La cura de los detalles en la preparación del terminal es una parte esencial de este “oficio”: es necesario contar con un buen trenzado o braided, por lo general escojo una trenza de entre 30-50 libras para el spinning inshore y una entre 65-80 libras para la pesca más pesada. Con respecto a los artificiales, por lo general prefiero una pesca veloz con skipping lures, pencil poppers y otros señuelos mas rápidos, esto porque soy un fan de Roosterfish y Carángidos varios. Sobre los señuelos la verdad es que todo lo que nada en superficie y en aguas libres son muy interesantes con el Dorado y Yellowfin tuna, se vuelven literalmente locos por estos artificiales, que les sugiero de dressar con anzuelo en la cola potente (VMC 7266TI;VMC 7560 TI) y split rings adaptos. Si por el contrario pertenecen al gran grupo de fans de pargos cuberas y otros snapper, entonces grandes popper, WTD y stickbaits son para ustedes, es una pesca que talvez da menos satisfacción en términos de cantidad y es mucho mas fatigosa, pero cuando se molesta uno que otro dentón XXL uno se recupera de prisa! También aqui vale lo mismo de antes, senuelos y split se cambian cuando nos encontramos en “zona roja” con ganchos 4X o 6X y split de 200 libras. En estos casos es mejor eliminar también cualquier grillete o clip del leader y efectuar una montura solid rign+split rings como se hace en el vertical jigging. No hay que olvidarse obviamente de llevar tambien unos minnow y unos cuantos casting jigs, como los óptimos Iarfish, que muchas veces resuelven la situación cuando el pez esta particularmente abùlico.

Il Tropic Star Lodge En 1961el tycoon de la Industria petrolera texana, Ray Smith, construyó el lodge como su refugio personal donde pasar el tiempo libre con sus amigos, lejos del trabajo. Luego en 1965 fue abierto al publico con el nombre de Club de pesca de Panamá; desde el inicio el lodge se dió a conocer muy bien, regalando a Smith el primer record mundial de pesca del Marlín con sedal de 12 libras: “ahora que se comienza a pescar seriamente muchos record mundiales serán quebrantados en este lugar” afirmo Ray Smith, y su

profecia, hoy se ha cumplido: de hecho son mas de 300 los record realizados en el lodge de Piñas Bay, de los cuales 40 todavía invictos; la mayoría de estos records han sido pescando marlin de todas las especies: blu, black, striped, ademas de los sailfish del pacífico, presentes durante todo el año. El Tropic Star Lodge ha contado entre sus huéspedes a los mas famosos angler provenientes de todo el mundo desde Raleigh Werking (65 record en equipo liviano) y Larry Dahlberg, Del Brown pero también personajes famosos como John Wayne y Guy Harvey, que sumergiéndose y pescando en estas aguas le llegó la inspiración para sus cuadros y sus famosas imáge-

nes. Hoy luego de cincuenta años el lodge administrado magnificamente, mantiene en alto su standing ya sea desde el punto de vista organizativo que, sobretodo, lo que mas nos interesa, la abundante presencia de todas las especies gracias a una intensa política de catch and release y del apoyo del gobierno panameño: ha sido prohibida la pesca comercial en toda la zona de pertinencia de la estructura turística. El Lodge es realmente acogedor, todos los bungalow cuentan con aire acondicionado, una piscina de agua dulce recibe a los pescadores al regreso de la jornada de pesca, también la comida es muy buena, de calidad y el personal muy profesional y discreto.

Como llegar: Para llegar a Piñas Bay es necesario quedarse en Panamá City por lo menos una noche, les recomendamos las salidas desde Europa con vuelos directos via Francoforte o Amsterdam (Lufthansa, KL), con escala a San Juan de Costa Rica en vez de pasar por Miami: de este manera se evitan largos trámites americanos. Piñas Bay esta a unas 150 millas al sur de Panamá City, y el único modo para llegar al lodge es a través de un vuelo, a bordo de un pequeño turbohélice desde el aeropuerto de Albrook en Panamá, el viaje dura unos 40 minutos y se aterriza en Pinas bay en un pequeño campo de vuelo, luego a través de pangas rápidas a motor se llega al Lodge.

Para mayor información: http://www.tropicstar.com Antonio Varcasia / www.varcasia.com

Por: Lic. Diego del Río

sta anécdota ocurrió en los primeros días del mes de marzo del presente año, cuando todo pescador de lobina, tiene presente que podría ser el día en el cual romperá su propio record e incluso el de la presa misma, obteniendo un muy buen ejemplar, debido al desove de dicha especie que inicia aproximadamente entre los meses de Marzo a Mayo, por lo cual se activa considerablemente el piquete y mordida de dicho pez.

Tal es el caso del Dr. Fernando Valdez vara y su servidor el Lic. Diego del Río, los dos de ciudad acuña, quienes frecuentamos la internacional presa de la amistad, la cual está localizada a 20 km de la Ciudad de Acuña, frontera con la ciudad de del Río Texas siendo sede de grandes eventos y cuna de grandes pescadores de la región.

Nuestra historia sucede un sábado (día de pesca para nosotros) como cualquier otro sábado de la temporada con un día en el cual el sol pintaba para salir en todo su esplendor y con el aire típico de esta presa, haciendo una parada obligatoria para cargar gas a la embarcación de 19 pies marca Ranger de la serie comanche

gularmente tenemos buenos ataques de lobinas, no sin antes haber recorrido una gran parte de nuestra hermosa presa que se caracteriza por sus aguas muy cristalinas y gran atractivo turístico para la ciudad. Ya detenidos en el punto conocido como la zorra, iniciamos con arreglos Texas el Dr. Fernando Valdez con una lombriz color Pumkensed de la marca Power Bait y yo con mi señuelo preferido un color Cherry Seed de la misma marca en 7 pulgadas de tamaño, plomo de ¼ para que tenga una caída lenta y

con un potente motor Mercury de 300hp así como también comprar algunos alimentos y bebidas, para después emprender nuestro viaje de no más de 40 minutos para que al fin la embarcación tocara agua. Alrededor de las 9:00 am inicia nuestra jornada de pesca, arrancando directamente a nuestros puntos preferidos en los cuales re-

un sedal de monofilamento de 18 lb, tirando a lomas hundidas, recodos hechos por la naturaleza y piedras que la lobina utilizan como nido para sus crías. Iniciamos nuestro día muy activo rápidamente las lobinas aparecen y comienzan a dar esos pequeños y tan anhelados jaloncitos que caracterizan a la lobina, obteniendo capturas de buen tamaño de entre 1 y 2 kg, por lo que nuestros puntos nuevamente nos vuelven a funcionar.

Lic. Diego del Río en la Presa de la Amistad

Pasadas las horas escucho a mi compañero de pesca con su tradicional frase de “esta bueno” luchando con un buen ejemplar, por lo que el Dr. Fernando decide trabajarlo hasta cansarlo y así poder tener la confianza de subirlo con la mano, experiencia que ha logrado con el paso de los años y horas que ha pasado en diversas presas de la republica pero siendo la amistad la cual lo vio nacer y crecer como pescador, cual al fin logra subir esa lobina a nuestra embarcación nos saludamos de alegría ya que aquella lobina era de muy buena talla dando un peso de 3.8 kg, hasta el momento la más grande del día, más sin embargo nada comparable con los 4.900 kg de su record obtenido en esta misma presa. Cuando pensamos que nuestro día había terminado teniendo alrededor de 30 capturas de diverso tamaños, lanzo mi señuelo (lombriz Cherry Seed) a unos palos que sobre salían aproximadamente 50 cm del agua (recordando aquellas palabras de que mi padre siempre menciona, donde hay un palo muy seguro hay una lobina) deje que mi señuelo tocara fondo alrededor de 9 a 12 pies de profundidad y al primer movimiento que realizo con mi señuelo siento un tremendo estirón a mi lombriz, por lo que no dudo en dar un buen tirón sujetando firmemente mi caña, intentando enganchar a la lobina, teniendo la certeza que aquello que se encontraba al final de mi sedal sería una muy buena captura por la fuerza con que aquella lobina jalaba mi sedal tratando de soltarse y refugiarse en las profundidades de la presa, por lo que puse a prueba mi caña dejándola trabajar así como a mi carrete los dos de acción rápida pero a

la vez resistente, con un poco de paciencia recogiendo mi sedal de poco en poco, trabajando aquella lobina para que no saltara, tratando en todo momento que viniera en el fondo, por lo que nunca pudimos ver su tamaño, hasta el momento que estaba muy cerca decido meter mi mano al agua y agarrar aquel grandioso ejemplar, dando de gritos mis compañero y yo, al ver el tamaño de ese bonito pez, mi compañero gritaba rompiste tun record diego y efectivamente pasada la euforia, pesamos y medidos esa lobina dando un peso de 4,100 y un largo de 23” siendo ese mi record personal y con esto terminando nuestro día de pesca en esta presa que tantas alegrías ha dado a muchos pescadores de la Región.

Me despido de ustedes amigos pescadores no sin antes desearles buena pesca.

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CHAMPAYAN Por: Pedro Sors / www.apescar.com

uchos años han pasado desde que pesque en el sistema lagunario del río Támesis en Tampico de manera constante. Me inicié en la pesca de Lobinas en una pequeña laguna conocida como La Herradura, prácticamente a la orilla de la ciudad, en donde nos metíamos con él agua hasta el pecho y con los señuelos en el sombrero, recorríamos toda su orilla casteando en busca de Lobinas Negras.

Sacábamos muchas, al menos unas 10 y las atábamos en una ristra que nos colgábamos del cinturón y las traíamos vivas hasta que terminábamos el recorrido, el cual duraba como unas tres horas, para reunirnos en la orilla y ver quién había sacado la más grande. Después dejábamos ir el resto.

Años después, ya cuando regrese de la Universidad compre mi primera lancha (Alumar de 10 pies con un 14 HP Evinrude ) y me aventuré a pescar en aguas más lejanas, como siempre en busca de mejores y más grandes lobinas. Es así como descubrí el famoso pozo 1001 frente a Altamira. En aquellos entonces había hasta robalos en la laguna. Prácticamente no existía la pesca comercial y ya se había sembrado Lobina, por lo que las tallas aumentaron hasta llegar a los 4 kilos o más. Las sacábamos básicamente con señuelos d superficie, Hula Poppers y torpedos, lucky 13 y también hawaianas, siempre blancas o verdes. Así me pase los años 80s y el inicio de los 90s, hasta que en el 95 iniciamos el programa de televisión y este me llevó a conocer prácticamente todas las presas del país, pero el precio fue que deje de pescar en Tampico.

Con el firme propósito de regresar a mis orígenes, compre una lancha Mako 18 pies con la cual puedo pescar lobinas como puedo pescar robalos en el río o la puedo llevar a los estuarios de las muchas barras e incluso entrar a la laguna madre en busca de curvinas y truchas. Desde que me llegó, me lance a pescar a Champayan y de entrada

fracase, pues el sistema lagunario había cambiado totalmente. Ya no había nada de vegetación en la que se escondían las lobinas y esto me descontrol totalmente, al grado que no atinaba que hacer. El contorno y forma del sistema lagunario seguía igual, todo estaba ahí igualito después de 20 años, solo faltaba la vegetación.

Fue entonces que recordé que un gran amigo y pescador, el Ing. José Manuel Díaz Treviño había estado subiendo fotos de grandes lobinas que había estado capturando en Champayan, así que lo invite a pescar para que me enseñara los trucos que se utilizan el día de hoy y vaya sorpresa que me lleve.

De entrada su equipo era de cañas heavy, línea trenzada de 65 lbs y gusanos de 10 pulgadas, mientras yo lleve a puro finesse, ya saben 8 libras, spinning y puros Shake Heads, plásticos de 4 pulgadas y muchos Poppers y hawaianas. Con su conocida paciencia me platicó de cómo había cambiado la pesca debido al cambio de las condiciones ecológicas del sistema lagunario. Al acabarse la vegetación las lobinas encontraron como único refugio los tulares y se metieron hasta adentro de ellos, saliendo poca hacia el centro de la presa pues así quedan puestos a muchos depredadores como: aves, nutrias, cocodrilos o caimanes y por supuesto nosotros. Así que la onda es pichar plásticos de al menos 6 pulgadas con plomos de 3/16 lo más pegado posible de la orilla y también buscar zonas donde las orillas tenga la mayor profundidad posible y el agua más clara. Bueno me da gusto reportar que dos o tres salidas más fue lo que me tomo afinar bien la técnica y hoy ya estamos capturando buenos ejemplares de 2.5 kg con razonables números de 20 a 30 lobinas por salida. Así que si me quieren encontrar de ahora en adelante, búsquenme en Champayan.

Hasta la próxima marea Pedro Sors 43

Por: Alberto Tapia Landeros / CICMuseo, UABC.

media costa del Golfo de California en mi estado natal Baja California, hay un archipiĂŠlago casi desconocido. Pocos lo nombran, pocos lo conocen. Para los viejos pescadores del siglo pasado, nombrar a Las Encantadas era nombrar el paraĂso de la pesca, la casa de la tremenda totoaba . Y tenĂa ese encanto porque eran casi inaccesibles, por tierra y por mar. Apenas hoy se pavimenta el camino que nos lleva a ellas, al sur de Puertecitos, B.C.

Algunos intrépidos llegaban en lancha por mar, otros, como mi padre, jalaban una panga ligera desde Mexicali, en jornadas de 10 horas entre crueles y afilados pedregales, hasta llegar enfrente de la primera de sus islas, El Huerfanito. Sus otras islas se llaman: El Muerto (Miramar), Lobos (Salvatierra), Encantada, Isla Poma y la mayor de todas, San Luis, frente a Punta Bufeo, al norte de la encantadora Bahía de San Luis Gonzaga, B.C.

En los 30°07” de Latitud Norte, El Huerfanito es un islote casi blanco, debido al guano de las aves marinas. Y como está muy apartado del resto del archipiélago golfeño, su padrino le puso El Huerfanito,

por estar solito. A menos de un kilómetro de la costa, el islote es muy visitado por pangas de pescadores con cimbras, redes y anzuelos. Su cercanía lo hace alcanzable hasta para pequeños botes inflables y kayaks a remo. Frente al huerfanito está un campamento de pescadores que recibe con gusto a los que casualmente acudimos a pescar de playa y embarcados. La ventaja es que el dueño del campo, el popular Tano, tiene un vehículo doble tracción muy oxidado con el que mete y saca del mar, botes de pescadores. Cuenta con baños y lugar para acampar. Eso resulta una verdadera ayuda en medio de la nada. Pero si eso es hoy, ¿cómo sería hace 471 y 264 años?

La primera expedición española por mar enviada por el conquistador Hernán Cortés, navegó la costa bajacaliforniana del Mar de Cortés en 1539, hace 471 años al momento de escribir esto, en noviembre de 2010. Fue la exploración de Francisco de Ulloa, que con tres naves salió del puerto de Santa Cruz (La Paz) en busca de un pasaje hacia la Mar del Sur (Océano Pacífico), porque todavía se creía que la California era una isla. Aunque la relación de Francisco Preciado, escribano de Ulloa, no da cuenta de

haber sido sorprendidos por la abundancia de peces, el siguiente párrafo de su relación pone en evidencia ambas cosas: “Pescaban (los indígenas) con anzuelos de hueso. Les encontramos tal cantidad de peces, que les quitamos tres o cuatro docenas. En cuanto se vió en nuestras manos el indio prisionero, no hacía otra cosa sino llorar; pero el capitán lo llamó y lo acarició mucho (?) dándole algunas cuentas con un sombrero y algunos anzuelos de los nuestros y luego lo

dejó irse” Octubre de 1539. (Lascano, 2008:102). Es posible que esos anzuelos sean históricos, quizá los primeros hechos de metal, que los nativos bajacalifornianos tuvieron en sus manos, para compararlos con los suyos de hueso y espinas de biznaga. Me pregunto, ¿qué pasaría por la mente de los cochimíes al comparar ambos artefactos, producto de diferentes culturas pero para un mismo fin, pescar? La modernidad llegó temprano a estas aguas. El pasaje, además de dar cuenta de un indio chillón, es testimonio de la desnudez del californio. ¿Sería acaso por el calor? En 1746, hace 264 años al momento de escribir esto, en noviembre de 2010, el padre Fernando Consag

desembarcó en esta costa el día 2 de julio. Fue el primer “hombre blanco” o europeo que pisó esta playa (Ulloa no dice haber desembarcado frente a El Huerfanito). Pero no estaba sola, pues había muchos gentiles. De sus mujeres, Consag escribió en su diario: “Las mujeres se puede decir que absolutamente están desnudas, pues carecen de todo, aun de aquel insuficiente abrigo que usan las más australes, en defensa y velo de la honestidad. En este recodo termina la cordillera de islas que comprende esta ensenada” (Consag en Lazcano, 2001:179). Consag daba cuenta de su periplo de sur a norte. El Huerfanito sigue siendo la primera isla de norte a sur, de la llamada “cordillera” (marina) por Consag:

Las Encantadas . Como vemos, el jesuita no se molestó en bautizar al islote huérfano, por lo que tendré que buscar otro padrino. Por el contrario, al llegar a la pequeña y hermosa bahía hoy de Puertecitos, el misionero lo bautizó como Santa Isabel, tres días después de haber estado en El Huerfanito. El topónimo de “Santa Isabel” no se perdió como muchos otros, fue heredado a una punta y a la sierra desértica que corre paralela a la costa 25 kilómetros tierra adentro.

Siempre que leo este derrotero de Consag realizado en 1746, me pregunto ¿porqué no daría cuenta de la riqueza pesquera de las aguas del golfo? Quizá no era para sorprenderse. Quizá no gustaban mucho del pescado. Pero en un lugar donde la carne roja es prácticamente inexistente, el pescado debería de haber sido importante. El fraile dejó asentado en su diario cómo los indígenas cazaban el berrendo en estos desiertos costeros. (Ver El berrendo que se fue. En Baja California. Uso y abuso de su biodiversi-

dad. 2006. P. 125-156). El testimonio de Preciado referente a que los indios traían mucho pescado y les quitó tres docenas nos dice tres cosas. Primero, que aún con anzuelos de hueso y sin red, los cochimíes podían capturar mucho pescado, de lo cual deduzco los había y en abundancia. Segundo, el haber regalado “anzuelos de los nuestros” confirma que los españoles pescaban para comer, aunque no lo refieren en sus diarios. Tercero, desde entonces estaba claro que el pescado es para el poderoso, no para el débil. De muchos es sabido, que el célebre capitán y oceanólogo francés Jack Costeau, llamó al Golfo de California “El acuario del Mundo”, en referencia a su abundancia y diversidad de especies biológicas, entre ellas 890 especies de peces, con 77 casos de endemismos (Enríquez-Andrade, et. al., 2005). Con estos antecedentes de abundancia Ictia veamos ahora cómo nos fue Con caña y carrete en dos días de “muestrear” peces en las mismas aguas que lo hicieron los personajes históricos citados. Estuvimos en El Huerfanito del 15 al 17 de septiembre de 2010, y todavía estaba muy caliente. Apenas a las diez de la noche llegaba una brisa fresca desde lo alto de Matomí, la punta sur de la Sierra de San Pedro Mártir. Según mi amiga, la arqueóloga Julia Bendímez Paterson, “matomí” es un vocablo cucapá y significa “donde llora la tierra”. ¿Qué andaban ha-

ciendo los cucapá tan al sur de su Gran Nación? Tengo la sospecha de que ellos viajaban hasta el desierto central, en territorio cochimí. En la colección arqueológica del Instituto Smithsoniano de los EE.UU., existe una muestra de anzuelos hechos de espina de biznaga recolectados de los cucapá a principios del siglo XX, por investigadores estadounidenses. Pero la biznaga que habita el territorio cucapá es la especie Ferocactus acanthodes, la cual tiene espinas rectas, no curvas como anzuelos. En cambio la biznaga de tierras cochimíes, 200 kilómetros al sur, reconocida por la Botánica como Ferocactus gracilis, sí tiene las espinas como anzuelos naturales bien formados (Tapia en Navarro, et. al. 2010:61).

Espinas curvas de la biznaga de territorio cochimí.

Espinas rectas de la biznaga de territorio cucapá.

Entonces el hecho de que en los 32°20” de latitud Norte, a la altura de Puertecitos precisamente haya un lugar con nombre en cucapá y que éstos pescaban con anzuelos hechos de espina de biznaga, cuyo hábitat queda cientos de kilómetros al sur de su tradicional e histórico territorio, me lleva al atrevimiento de insinuar que esta tribu del delta del Río Colorado, visitaba para recolectar espinas de biznaga gracilis o las intercambiaba con los cochimíes del centro peninsular ya desaparecidos. Entonces me pregunto: ¿Qué tan válidos son los mapas que hacemos hoy sobre los supuestos territorios indígenas?

Pero nosotros, visitantes de estas aguas en pleno siglo XXI, usamos anzuelos metálicos de acero o acerados. Y para atrapar un pez con ellos en este archipiélago bajacaliforniano, es necesario cebarlos. Cebar significa cubrir la punta del anzuelo con una carnada o cebo, pero con la delicadeza de dejar la punta ligeramente afuera o a punto de aflorar de la carnada, para que

en el menor intento por comerla un pez, podamos “sentir” su presencia y dar el jalón para ensartar el anzuelo en su cartílago bucal. Una vez “anzueleado” y gracias a dos cosas: al arpón del anzuelo que impide que el pez se suelte; y a mantener la línea tensa para evitar lo mismo, estaremos en condiciones de subir a bordo un reluciente, resbaloso y más tarde sabroso

miembro del género Pisces. Llevamos de carnada calamar congelado. Pequeño entero y lonja del grande de Humbolt. Tradicionalmente atamos dos anzuelos, uno arriba del otro pendiendo de la línea principal. Algunos ventajosos atan hasta cuatro. Dos son suficientes sobre todo cuando se pesca a profundidad: si se comen una carnada, hay otra disponible sin tener que subir a veces cientos de metros el arreo, para cebar de nuevo. El arreo también es útil para probar dos carnadas distintas y averiguar la preferida por los peces en ese espacio y tiempo. Pero en estas aguas ese no era el caso. Cuando mucho había 20 metros de profundidad y los peces eran de menores a medianos. Después de reparar el motor fuera de borda de los hermanos Ortega, Marcos y Alberto, nos hicimos a la mar el primer día. Luego de horas de intentar, la ilusión del “bi-

gfish” se disipó. Solamente mordieron el anzuelo cabrillas pintas y cochis, como llamamos al pez gatillo, Balistes polylepis, llamado así porque al alarmarse levanta sus filosas espinas de la aleta dorsal para evitar ser comido. Y la única forma de plegar la espina principal y poder asirlo es oprimiendo “el gatillo” que es la tercera espina. Una vez tocada, todas se pliegan dócilmente hacia atrás, quedando el pez inofensivo. No sé porqué en el Golfo de California le llaman “cochi”, quizá porque sus dos filetes laterales y triangulares son de carne blanca, exquisita en ceviche y empanizados. O porque comen de todo, como puercos en chiquero. A éstos les encantó el calamar, y a nosotros ellos.

La otra especie que pescamos fue la cabrilla pinta. Un pez de silueta y apariencia similar a la lobina de agua dulce, pero que a la vez tiene rayas y puntos en su piel. La Taxonomía la bautizó como Paralabrax maculatofasciatus, donde su apellido significa “con manchas en la cara”, supuestamente porque eso la distingue de otras cabrillas. En inglés la llaman unos “sand bass”, otros “rock bass”, es decir, lobina de arena o de roca. En mi libro Pandión, El arte de pescar, propongo llamarla cabrilla “pintarayada”, atendiendo a la característica de sus manchas. Pero nadie me ha hecho caso y la especie sigue teniendo a veces, hasta más de cuatro nombres. Alrededor de la Isla de El Muerto, llamada así porque desde la playa su silueta asemeja la de un hombre tendido con las manos en el vientre, intenté buscar alguna curvina. Para ello até un curricán de cuchara niquelada, pero con aspas giratorias enfrente y cola de filamentos de plástico atrás. Ninguna curvina la atacó, a pesar de estar en pleno hábitat curvinero, pero quizá el calor aún no desencadenaba su dinámica alimenticia. Mis lances no fueron en vano pues varias cabrillas menores mordieron mi curricán. Aunque sólo conservé una de ellas y las demás las regresé vivas al mar con la súplica de que crecieran un poco más para el año próximo. El 17 de septiembre de 2010 amaneció con estruendo de explosiones y caliente. Los constructores de la nueva carretera San Felipe-Laguna Chapala dinamitaban piedra para abrirse camino. Una vez terminada esta vía muchos pescadores llegarán a estas otrora

Isla El Muerto vista desde la playa. Se supone que su silueta semeja a un hombre tendido con la cabeza a la derecha de la foto (Sur), y las manos en el abdomen.

El Tano, anfitrión en El Huerfanito.

aisladas y limpias playas, para contribuir con su basura a degradar el ecosistema marino más rico del Pacífico, según Costeau. Pero la verdad es otra en esta primera década del siglo XXI. Ese segundo día sacamos los mismo: cabrillas y cochis, aunque de mayor tamaño. Deducimos: “La curvina todavía no iniciaba su corrida anual a la desembocadura del Río Colorado para desovar”. Pero estas aguas también es hábitat de la fabulosa totoaba, el gigante del alto golfo que llegaba a medir más de dos metros y pesar más de 135 kilogramos. El acuerdo entre nosotros es que si incidentalmente pescamos a una de ellas, inmediatamente la regresamos viva al mar. El simple hecho de tenerla en el bote cons-

tituye un delito federal ambiental. Pero no apareció ninguna a pesar de navegar sus aguas. Más tarde en el campamento de El Tano, un pescador narró su odisea cuando fue sorprendido con totoabas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, PROFEPA, y fue encarcelado. Tardó meses en recuperar su libertad pero el juicio sigue. Estoy seguro que al final, el Juez si se apega a Derecho, obsequiará la orden de aprensión y la pena de prisión que puede ir de 3 a 9 años. Si esas totoabas fueron capturadas en aguas de un área natural protegida, la pena puede elevarse a tres años más de prisión. Así de serio es poseer una totoaba o su despojo.

El intenso y sofocante calor húmedo nos hizo regresar rápido a la sombra de la ramada de El Tano y recuperarnos con cervezas heladas. Como es tradición en todo pescador bien nacido, una noche cenamos exquisito caldo de cabrilla. Para ello, el “limpiador” oficial sólo descamó y evisceró las cabrillas dejando cabeza y cola. Con los cochis fué distinto. Desprendió sólo los dos filetes triangulares laterales y los pasamos por harina condimentada. Luego a la disca, para salir dorados y sabrosos. La disca es una bandeja, un wook, hecho originalmente con una disca de arar, hoy en día muy popular en Baja California.

La noche del 15 nadie dio el grito a pesar de contar con bandera. A media noche solamente se escucharon ronquidos guturales en varios tonos y desde distintas profundidades traqueales. En mi larga vida de visitar estas aguas he observado un cambio gradual con disminución en la abundancia pesquera. Lo que sacamos esos días desde un bote con motor fuera de borda, antes lo sacábamos desde la playa sin necesidad de embarcarnos y arriesgarnos. Quienes pescaron desde la playa, sacaron peces todavía de menor tamaño, pero los conservaron para comer. Sigue presente el vicio que se sintetiza en esta expresión: “Quédeselo, compa, con otro de esos hace un taco”. Con esta anti-ecológica filosofía, no se permite a la especie llegar a madurar y reproducirse, contribuyendo a la disminución de

su población. Paradójicamente, mientras navegábamos veía pintada de fábrica (en calcomanía), a estribor y babor de la lancha de los Ortega, una regla en pulgadas, con marcas de tamaño mínimo legal para cada especie de la costa de California, EE.UU. El pescador saca y confronta con la regla, si no dá el mínimo para ser conservada, la regresa viva al mar a que madure y contribuya genéticamente a la viabilidad de su especie. Esa es cultura ambiental, que quizá nunca vea en mi país. La luna estaba en cuarto creciente y el calor es así casi todo el verano, por lo que no son motivo de escases piscícola. Lo triste del asunto es que si hoy sin carretera e invasión urbana tenemos pobres resultados, ¿qué será a mediados del siglo con desarrollos turísticos en esta costa?

Para no dejar solamente mi testimonio, cito a Ángel Bassols Batalla, quien como miembro de la expedición que la Sociedad de Geografía y Estadística llevó a cabo a mediados del siglo XX, sintetizó respecto a estas aguas: “…un mar extraordinariamente rico” (Bassols, 1961:64). Mi memoria recuerda otras especies que pescamos en ese extraordinariamente rico mar el siglo pasado. ¿Dónde están los jureles, sierras, pámpanos, lenguados, cazones, pargos y hasta gallos de las aguas costeras de antaño? Quizá una respuesta esté en que aquí se pesca el camarón con barcos y redes de arrastre. Esa pesquería saca del mar, además de camarón, 100 especies de peces y 114 de invertebrados, que por pequeños y desconocidos, se mueren y se tiran al mar. A los camaroneros que hicieron su propia Ley, les basta declarar ese crimen

como “pesca incidental” y se lavan las manos. Científicos ya calcularon la biomasa de esa pesca incidental, que suma ¡200 mil toneladas¡ ¿Y sabe usted cuánto camarón capturan mediante tal crimen, solamente 30 mil toneladas (Carvajal, et. al., 2004). Entonces… ¡Cómo no van a faltar peces en todo este tiempo que se sacrificaron inútilmente 10 millones (en medio siglo) de toneladas que ya no podremos pescar más los pescadores de Con caña y carrete ¡ Los pescadores deportivos no podemos seguir solamente observando la depredación que hace la pesca comercial. ¡Debemos actuar ya! La bibliografía contiene nombres de científicos también preocupados, que nos pueden ayudar. El propósito de este texto es dejar evidencia de cómo está la situación en 2010. Reconozco la insuficiencia de datos para asegurar una tendencia negativa en la abundancia pesquera, por lo tanto, se trata de sólo una percepción personal. En mi libro mencionado doy cuenta cómo era la pesca en estas aguas hace medio siglo. No sé si alguien hará la misma comparación a fines de la vigésima primera centuria, con el fin de comparar y obtener conclusiones válidas sobre nuestro concepto de “aprovechamiento marino sustentable”. Espero que alguien lo haga.

Bibliografía

Bassols Batalla Ángel. Segunda exploración geográfico-biológica en la península de Baja California. Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. México. 1961. Carvajal M.A., Exequiel Ezcurra, A. Robles. The Gulf of California: Natural resource concerns and the pursuit of a vision. En: L.K. Glover and S. Earle, editors. Defying Ocean´s End. An agenda for action. Island Press, Washington. 2004. Enriquez-Andrade R., et. al. An analisis for critical areas for biodiversity conservation in the Gulf of California region. Ocean and Coastal Manegement. 48:31-50. Lazcano Sahagún Carlos. Fernando Consag. Textos y Testimonios. Colección de documentos sobre la historia y la geografía del municipio de Ensenada. Vol. 4.Ensenada. 2001. Navarro Smith Alejandra, Alberto Tapia Landeros, Everardo Garduño Ruiz. Navegando a contracorriente. Revista Culturales, vol. VI-núm. 12/ julio-diciembre de 2010. UABC. Mexicali.

Un deber del Pescador Deportivo Por: Rรกul Moctezuma H.

ste término, es alusivo al Catch and Release, en inglés o en español, pescar y soltar, que es la filosofía que identifica al pescador deportivo y de la cual nosotros somos promotores. Sería irracional que queriendo incursionar en un deporte campirano, nosotros mismos cometeríamos un abuso de explotación; llevándonos a un agotamiento de los recursos que nos brindan los elementos necesarios para hacer posible la práctica de nuestro deporte favorito.

Un pescador deportista del lobina, desde sus inicios debe de hacer conciencia de la responsabilidad que tiene al practicar este fascinante deporte, y de la obligación moral de reprofesar esta filosofía de pescar y soltar; para que cada día seamos más los pescadores conscientes de uso racional de nuestros recursos naturales y veamos florecer este deporte con la finalidad de poderles heredar embalses en mejores condiciones a las futuras generaciones.

Los deportistas no pescamos por hambre, más bien lo hacemos por diversión y esparcimiento como un deporte al aire libre; por lo que somos nosotros los directamente responsables del cumplimiento y difusión de los lineamientos de la práctica de pescar y soltar, es menester tratar a nuestro amigo de una manera tal, que sufran el menor daño posible, y asegurar de esa manera su supervivencia posterior a la captura. A continuación damos una serie de consejos que nos van ayudar a practicar de la mejor manera esta buena costumbre.

1.- Tratar gentilmente la captura, reduciendo al mínimo posible el tiempo de la pelea, ya que de lo contrario se debilita, y lo condenamos inexorablemente a la muerte. Tampoco debemos de traerlo completamente en rastra, como si lo trajéramos esquiando. 2.- Evitar golpearlo contra los troncos, ramas o suelo. 3.- Manipularlo lo menos posible, procurando humedecernos las manos antes de tocarlo, para evitar dañar el LIMO, o capa mucosa que la protege.

4.- Retirar el las anzuelos con sumo cuidado, evitando desgarrar los tejidos, ya que si rompemos el hocico, se le dificultará alimentarse por varios días. 5.- Preparar el demente recuperarlo con una red de mano, buen su defecto tomarlo por el hocico, del labio inferior, lo que lo inmoviliza y nos facilita las maniobras de de censarte. 6.- Nunca lo tomes por las agallas, ya que estos son muy frágiles y sangran fácilmente, lo que lo debilita y lo expone a ser devorado por sus congéneres, que son atraídos por la carne. 7.- No debemos mantenerlo demasiado tiempo fuera del agua. Efectúa lo más rápido posible las maniobras de pesar, medir o fotografiar. 8.- Al regresarlo no lo avientes, deposítalo lentamente en el agua, trátalo como la joya que es, ya que los golpes lo perjudican mucho. La forma correcta es abrirle el hocico, agarrándolo de la cabeza y cola y moverlo varias veces de atrás hacia adelante, para que pase una corriente de agua por las agallas y se oxigene, recuperando sus fuerzas, esto es principalmente valido si se libro una pelea muy larga; cuando esté recuperado, el mismo tratara de soltarse y es el momento adecuado para liberarlo. 9.- En algunas ocasiones cuando es mantenido mucho tiempo fuera del agua, aumenta la presión en la vejiga natatoria. Lo que impide que la lobina se pueda hundir por lo que en esos casos se tendrá que

puncionar dicho órgano. Haciendo uso de una aguja hipodérmica del numero 20 o 21, introduciéndola en el punto donde se unen las coordenadas A) y B) la primera desciende de la cuarta espina de la aleta dorsal, y la B) parte en sentido del caudal (hacia la cola), del vértice de la tapa de las agallas situada por delante y arriba de la aleta lateral y una vez hecha la punción se sumerge la lobina en el agua, para verificar la salida de aire, indicado por la presencia de burbujas, esperamos unos 20 seg. y retiramos la aguja, para proceder a reanimarlo de la forma antes mencionada en el apartado numero 8, y que final-

mente lo podamos dejar ir libremente una vez que se haya recuperado. Se trata de una medida heroica que da buenos resultados en un 60 o 70 % de los casos, por lo que es muy recomendable traer por parte del equipo de pesca, la mencionada aguja. 10.- Es preferible no tratar de retirar los anzuelos que hayan quedado muy adentro, para no dañar mas a la lobina, y la conducta correcta, sería dejar el anzuelo en el sitio, aumentando así las probabilidades de sobrevivir, pues hay estudios que indican que se librara del anzuelo en un lapso de 5 días.

Procura siempre tener un buen estado tus anzuelos, ya que el anzuelo oxidado es potencialmente perjudicial para nuestro amigo, y aunque lo hayamos liberado quizá pueda enfermar o hasta morir por una infección en la herida.

A) B)

Y recuerda que entre más lobinas deposites en tu cuenta del lago, se incrementan las probabilidades de capturar un ejemplar con valor de Trofeo, mismo que si liberas, en un futuro no muy lejano puedes volver a capturarlo, con un peso y tallas mayores, superando tu record personal; por eso no olvides tu cámara fotográfica. 60

s el mes de febrero y estamos en la mitad del invierno. A mis 57 años puedo decir que definitivamente el clima está cambiando, no se si para mejor o para peor, pero los inviernos ya no son lo que fueron en los años 80´s y para atrás, con marcados inicios y finales de temporada, con fríos intensos, heladas muy frecuentes y las clásicas secas de invierno y primavera.... El clima ya sido bastante benigno y como les decía en el editorial la verdad es que esto nos ha permitido estar más días en el agua, se la necesidad de pasar semanas resguardados de los fuertes nortes que nos aferran a nuestras casas y le hacen la vida imposible a uno y a nuestras esposas. Y es por esos extra Dios que he estado sacando en La Vicente Guerrero y El Azúcar que les puedo decir que la temporada que viene de desove será excelente, que creo que veremos lobinas de arriba d 13 lbs con frecuencia en los torneos del norte y centro del país, pues habrá más días de pesca, con más pescadores buscando a esas boconas que durante el desove estarán más vulnerables... Todo esto me hace reflexionar que nunca estamos satisfechos con lo que tenemos. La temporada es regular, es decir, el clima se comporta como debería, entonces criticamos el que los frentes fríos entren un tras otro, casi siempre en fin d semana y nos destruyan nuestros planes para salir a pescar. Y si nos regular como esta, entonces criticamos a el cambio climático y lo poco que los gobiernos del mundo hacen por cambiar esa situación. La cosa es que si es China quiere ser lacia y si Lacia quiere ser China. Hoy yo tomo los días como me vienen, un a uno.., despacio sin prisas y tatuando de disfrutarlo a conciencia, pues lo único que si se es que no se repetirá. No se repite el ayer como tampoco el mañana. Así que basta de quejidos y congojas, tomemos nuestros arreos de pesca y lancémonos a sacar a donde sea y como este el clima, total lo más probable con este maldito cambio climático es que si hay norte no sea tan fuerte, si hay frío no sea tan intenso y si hay lluvia sea ligera. Hasta la próxima marea Pedro Sors