CARTA DE BIENVENIDA
Amigos y amigas pescadores:
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Ya entramos en el verano y con esto viene un nuevo cambio climático que seguramente afectará el comportamiento de las especies, en algunas las activará y entrarán en plena actividad y por el contrario a otras las afectará negativamente y su actividad descenderá, haciéndolas lentas y difíciles de atrapar. Pero así es la pesca y es parte de lo interesante, pues nos presenta retos constantes que debemos de resolver. Así como a los humanos nos afecta el cambio climático y nos adaptamos a ellos, modificando nuestras costumbres, así los peces y todas las especies de animales y plantas lo hacen también, por lo que mantenernos al día en los comentarios que otros pescadores hacen sobre esto, s importante para nuestro arcén al de conocimientos y ponerlos en práctica cuando así lo necesitemos. En este número encontrarán artículos muy interesantes sobre Jigging, un sistema muy efectivo sobre las especies de mar, pero que cada día es más popular también en las lobinas. Germán Toledo nos escribe su historia sobre la pesca de un Marlín espectacular y también un artículo sobre el robalo, sofrito por José Antonio Ruelas, un buen pescador Tampiqueño. Bueno espero que se número sea de s agrado y como siempre no dejen de mandarnos sus fotos y sus comentarios. Hasta la próxima Marea. Pedro Sors.
Director General. Pedro Sors García. Dirección Editorial. Pedro Sors García. Contabilidad & Administración Gral. Illse Carolina Espinosa. Arte & Marketing Digital. Azucena Barrera. Torneos & Sistemas. Miguel A. Olvera Briceño. Guillermo García. Producción. Abraham Sánchez. EDITORAL DEPORTIVA MEXICANA S.A. de C.V. Publicidad & Ventas. Tel.: (833) 228 18 65 comentarios@apescar.net
Cartas al Editor & Comentarios.
comentarios@apescar.net
Colaboradores: Armando González. José A. Ruelas. German Toledo. Victor Ortega. Raúl Rodríguez. Mika Mahlamaki.
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ÍNDICE
Captura de Marlín sin anzuelo Página 49 05
Tiempo Atras
Página 67
Pescando Robalos Página 09
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Página 39
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Pesca Vertical Página 55
CON CAÑA Y CARRETE Revista Mensual, Mayo 2018 Editor Responsable: Lic. Pedro Alfredo Sors García. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2004-120613033900. Número de Certificado de Licitud de Título 13038. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 10611. Número de Socio de la Delegación Tamaulipas Sur de la Cámara de Artes Gráficas: 080. Domicilio de la Publicación: Veracruz #410 Colonia Guadalupe, Tampico, Tamaulipas. CP 89120. LAS OPINIONES EXPRESADAS EN LOS ARTÍCULOS DE ESTA PUBLICACIÓN SON RESPONSABILIDAD DIRECTA DE LOS AUTORES, ASÍ COMO LA PUBLICIDAD DE LOS DIFERENTES ANUNCIANTES DE LA REVISTA.
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Por: Armando Gonzรกlez
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escar Robalos en el Mar no es tan difícil, lo realmente duro es buscarlos. Hablo de los peces de la familia Centropomidae y no de las lobinas (Mycropterus Salmoides) que en muchas partes son llamados “Robalos”. Las técnicas de pesca para capturar estos trompudos va a variar según la latitud en que se encuentren. Lo primero que hay que conocer es en qué época del año tienen su corrida. Por ejemplo, en la costa Tamaulipeca empiezan a correr los “tempranos” en Agosto, hasta los tardíos en Enero. En ello influye la temperatura del agua y lo complementan los fenómenos meteorológicos. El tamaño de las manchas va en proporción a la cantidad de alimento y la temperatura del agua ideal. Por eso es recomendable buscarlos cerca de las bocas de lagunas o de ríos al mar, donde se estacionan para comer. Tragan “churras”, camarones, mojarras blancas y algunas variedades de anguilas o viboritas de mar, entre otras especies. Tenemos entonces que los podemos pescar con carnada viva y con señuelos artificiales. 10 10
Para castear en la playa se necesitan tres tipos básicos de señuelos. Las gomas, curricanes de superficie y las cucharas. El momento de tragar del robalo lo marca la luna aunque sea en fase de nueva. Pero quiero dejar claro que hay ocasiones en que allí están los robalos y no tragan, por lo que los pescadores siguen de largo. Pero una vez ubicada la zona, la experiencia hace el resto. Ahora hay que ir a buscarlos, madrugar, exponer el vehículo 4x4; aguantar moscos, polvillos, tábanos y jejenes; fríos, lluvias, Trifulcas, mordidas de jaibas, piquetes de mantarrayas, etc… y todavía hay quien pregunta ¿Dónde los sacaste? ¿Con qué? Tengo más de cuarenta de haberme iniciado en el mundo de la pesca deportiva y en todo ese tiempo he tenido grandes maestros de pesca, amén por ser “adoptado” por ellos de buena gana. Con ellos aprendí muchos secretos como el modificar señuelos o las mismas cañas de pesca para obtener veinte metros más de distancia en el lanzamiento. Gracias a ellos hoy escucho la misma frase que otro ya pronunciaba: “¿Por qué nomás le jalan a él? Tampoco hay que confundir las cosas. Como dijo uno de mis maestros: “a veces el mas menso saca el más grande y empieza a dar clases y por menores de cómo… yo llevo ya varias toneladas en lo que llevo pescando y no me interesa dar clases ni siquiera decir que saque” También pensé lo mismo que ustedes y me reí cuando dijo “toneladas”. Hoy compruebo que tenía razón.
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Carlos Rafael Aguilar Zarate en las Higueras, Veracruz.
David A. Quijano Lozano y Charles Cervantes.
David Arturo Quijano Lozano.
Equipo los tercos, desde el mirador de la presa el Cuchillo.
Erick Duran en la presa de la Amistad
Ernesto y Pedro Sors.
Aldahir Moya Alanis.
Borrego Castillo Presa el Granero, Chihuahua.
Carlos Leal Presa el Cuchillo, China, N. L.
Eutimio Palacios desde Ensenada, Baja California.
Fabb Castillo Estrada Zimapán, Querétaro.
Francisco Ruíz desde Rio Bravo, Piedras Negras, Coahuila.
Gaston Graillet desde Carolina del Norte
Geño Treviño Desde Detroit Michigan.
Gute Tijerina desde la Isla del Padre.
Jerry en la presa el Cuchillo, China, N.L.
Jesús A. de la Torre y Jesús jr. en la presa Emilio Portes Gil, Xicoténcatl, Tam.
Jesús Rivera Romero presa el Mahone, El Fuerte, Sinaloa.
José Gallegos desde la Presa la Cinta, Aguascalientes.
Juan Gera Rogelio y Dani presa el Cuchillo, China, N.L.
Juan Pablo Canales García Presa cuchillo China, N.L.
Luis Portillo desde Guatemala
Margarito Hernández Elías.
Mario López en la puntilla El Dorado, Culiacán, Sinaloa.
Jorge Aguilar en Topolobampo, Sinaloa.
Jorge A. Barbosa Ochoa.
Jorge Ruíz presa Calderón en Zapotlanejo, Jalisco.
Juan S. Alcala desde la presa Calderón.
Lobo Castañeda desde Jiménez, Chihuahua.
Luis Enrique Rios Thomas en presa Sanalona, Culiacán.
Migue Rojo.
Santos pescando en Saint Petersburgo.
Mike Aparicio desde Addis, Louisiana.
Nandito Cruz.
Octavio Lavida en el Rio Bravo tramo el Moral, Piedras Negras.
Omar Carlín Cerón.
Osvaldo Valenciano presa Plutarco Elías Calles, Ags.
Querubin Sánchez y Migue Rojo.
Querubin Sánchez.
Ricardo Duran desde el lago de Chapala.
Rito Montoya en la isla del padre en Texas.
Rolando Elizondo.
Orel Aran Robalito en estero de milpas, Tamiahua, Ver.
Óscar Suárez Romero en playa fundadores, Tam.
Osvaldo Merla desde Nuevo Laredo, Tam.
Rafael Pérez.
Ramón Vázquez desde la barra de Morón, Aldama, Tam.
Ricardo Calderón presa Oviachic Obregón, Sonora.
Ruben Gtz.
Salvador Milian Jiménez desde Necaxa, Puebla.
Salvador Quintero Rodríguez desde Zacatecas.
Sergio Calderón desde Rio Grande, Zacatecas.
Sergio Tijerina.
Tadeo Cavazos en la presa las Animas.
Osvaldo Valenciano presa Plutarco Elías Calles, Ags.
Querubin Sánchez y Migue Rojo.
Wero Torres desde la Presa Peña del Aguila, Durango.
Daniel Leal.
Francisco Javier Loredo Felix.
Héctor Aguilera.
Tony Granados Chiwuas Lake, Chihuahua, México.
Tony Napoles desde Valle de Guadalupe, Jalisco
Ulises González.
Yair Velázquez a las orillas de la presa Vicente Guerrero.
Yuro Jr. Padilla.
Daniel Betancourt de Matamoros, Tamaulipas
Hugo Montalvo en el Rio Bravo.
Julio A. Martínez Balderas. Río Guayalejo, Llera, Tam.
Urielito Márquez García en la presa Vicente Guerrero.
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Receta PO
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ORVENIR
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Por: VÃctor Ortega Mexicali, B.C.
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i hermano Marcos Ortega, mi amigo Pedro González y yo estuvimos pescando el día 30 y 31 de octubre del 2004 en la presa “el carrizo” ubicada en Tecate, B.C. Es una vaso de agua artificial llenado mecánicamente por un acueducto que sube el agua del rio colorado utilizando varias estaciones de bombeo en su recorrido por la sierra llamada «la rumorosa» la presa alimenta las necesidades principalmente de la ciudad de Tijuana. Últimamente hemos encontrado mejor pesca en la noche que en el día y estábamos pescando cerca de la cortina en un lugar rocoso con declive a 45 grados terminando a 16’ en suelo arenoso y arcillas con una ligera capa de zacate de 10 a 12”. Traíamos puestas chamarras rompe vientos con sudadera abajo y el frio se sentía duro en las manos y la cara, cabe decir que la presa se encuentra en la sierra y es zona de frio y nevadas. Nuestro bote parecía tianguis, cañas por aquí, redes, cajas, hieleras, bolsas, comida por allá y cenamos un suculento pollo asado frio. Saque un bocón (lobina) como a las 11:30 p.m. de 2.5 lb con una lombriz negra con puntos rojos con anillos y de 8” de la Lake Fork usando bala de ¼ oz. Pintada de negro, pues en esas estábamos cuando tire la lombriz en diagonal al muro a una distancia del bote como de 20 mt. y cayo como a 1 mt. De la orilla (lo cual nos da una profundidad inicial de 4’) , la deje caer y reposar por tres segundos y le di un brinco como de 1 metro (lo cual nos da otros 4’ dando un total estimado de 8’ de profundidad), cuando se supone que debía de tocar la próxima roca sentí un pequeño jalón y pensé que la bala había tocado piedra y resbalado hacia atrás
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pero también pensé que podía ser un bocón así que empecé a levantar la caña lentamente y sentí presión en la línea pero sin movimiento entonces me dije, más vale que digan aquí corrió que allá se fue y «catapablum»... Le jale con todas mis fuerzas a la caña (mis hermanos me dan carrilla que hasta casi me caigo cuando le doy el jalón) y cual no es mi sorpresa que mi brazo se detuvo a la mitad del recorrido acostumbrado hacia atrás, como diciendo ¡Epale no tan rápido! y a continuación mi brazo derecho y la muñeca se flexionaron con gran fuerza hacia abajo (regularmente utilizo un spinning Daiwa SS con Braid spider 20lbs y empate de 17 lb de 4’ trilene
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y lo manejo con una mano), tómala gallito, el animal empezó a jalar como cochi, primero hacia abajo ganando profundidad y empezando el subyugante canto de las sirenas (el drag empezó a aullar frenéticamente) en ese momento y en un segundo hice un análisis completo del equipo, la caña: quantum: ok, el carrete: ok, último servicio al carrete: ok, edad de la línea braid: ok, empate recién puesto: ok, nudos del empate y anzuelo: dos bocones chicos atrás hecho= ok, anzuelo: mustad 4/0 mega bite:: ok, epale el empate probablemente se ha rozado con alguna de las muchas piedras= a temblar. Se sentía una pequeña brisa, la suficiente para mo-
ver el bote sin uno darse cuenta, la cual corría en el sentido este-oeste que nos impulsaba hacia la orilla, la luna (en todo su esplendor) iluminaba la presa, no había ningún otro bote en el agua y la presa era de nosotros. A Pedro le dolía la espalda y marcos se estaba congelando porque aunque traía una sudadera, su chamarra se había mojado de abajo y solo la traía puesta en la espalda. De tal suerte que ya se había dejado oír en más de una ocasión las dos palabras que más molestan: «ya vámonos». Cuando menos cuenta me di, el bote estaba a escasos 2 metros de la orilla y pensé «la línea se va a rozar con una piedra y adios cochi, recordé aquí los testimonios de amigos, conocidos y del propio guardia de la presa en el sentido de que se habían capturado bocones de 14 y 16 lbs. Ya desde hacía 10 años y mis matemáticas animadas y emocionadas, calcularon que al ritmo de crecimiento eran probables bocones en el rango de las 20 lbs. Sí señor, veinte libras, y que fuera sacando uno de 20 lbs, pensé, entonces con la mano derecha aguantando el empuje del cochi hacia el fondo y la caña formando una “u”, me dije ”debo alejarme de la orilla”, tome con la mano izquierda el mango del trolling (un motor guide 54 lbs montado en la parte de atrás del bote), lo prendí y le di hasta el 5 para enfilarme lejos de la orilla, el cochi continuaba su huida hacia el fondo y pensé «epale que tal si se revienta la línea por alguna rozadura», entonces sin pensarlo solté el manubrio sin apagar el motor y afloje la tensión en el drag, lo que provoco dos cosas que el bote perdiera dirección hacia la izquierda comprometiendo que la línea rozara el bote y que el drag chillara más fuerte por la velocidad que ganaba el cochi. Marcos y pedro alertaron: abusado flaco
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trabajalo, trabajalo es un «mostro» (manera rápida y curada para decir monstruo). Pedro inmediatamente se olvida de su lastimero dolor de espalda, se le sube la adrenalina y brincando hacia un costado del bote, toma la red y dice «acércalo flaco» (hum.. Como si estuviera tan facil, pensé yo), marcos al frente del bote solo miraba la acción con la normal curiosidad de ver de qué tamaño es cuando salga a flote. Una vez que tuve control del bote con la mano izquierda, me aleje aproximadamente 5 mts de la orilla, entonces tome la caña con las dos manos y empecé a jalar levantando la caña sin darle al carrete, pero todo era en vano, solo seguía saliendo línea con intermitentes chillidos del drag más fuertes por el jaloneo que el cochi hacía en su intento de internarse cada vez más profundo, en eso estaba cuando pensé “como me gustaría tener un cigarro en la boca, espero que a pedro se le ocurra prenderme uno” pero mis pensamientos se esfumaron cuando de repente deje de sentir el jaloneo del cochi y ni para arriba ni para abajo, epale, que pasa? En la torre este cochi ya se enredó en alguno de los arbustos del fondo, ya valí, pensé yo, estuve asi sosteniendo la tensión en la línea por espacio de 10 segundos aproximadamente, marcos y pedro, en una especie de mezcla de alarma, ansiedad y desesperación trinaron ¿qué onda flaco, se pelo? ¿Se fue? ¿qué pasa?, Las mismas preguntas, con pánico, ya me las había yo hecho, entonces empecé a bajar la caña lentamente (en alguna revista leí que cuando un animal se enreda en alguna rama, contrariamente a jalarle más duro tiene uno que aflojar la tensión bajando la caña y el animal al sentir esto, el solo sale de entre las ramas) y ándale que así paso, empecé a recuperar línea y me
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dije «ahora si va a saltar, va a saltar, agárrate y baja la caña» , pero naranjas que, el cochi volvió, como locomotora, a correr hacia el fondo como diciendo «yo no voy pa’ lla». Esta mendiga presa me tiene obsesionado un día las aguas están tan claras que puedes ver el fondo a 14’ y otros una ligera turbiedad, pero siempre con un tranquilizante tono verde, los bocones parecen sabérselas todas; este lugar no es para echarse un rápido y sencillo juego de damas chinas sino para competir en un complicado y concentrado juego de ajedrez en el que tu contrincante parece adivinar
El jaloneo del cochi me dio tiempo para darle un repaso a todas esas tonterías y así fui ganándole línea, un compadre me había dicho: «en la presa, un bocón grande parece como un ring de carro, pues no pelea, pero cuando siente cerca la superficie agárrate porque pega la carrera», cuando según yo, por la línea que traía en el spool, faltaban unos dos metros para que saliera a flote, el cochi pego la carrera pa’bajo del bote, metí la punta de la caña al agua y le volví a ganar línea entonces
cuál va a ser tu próxima jugada, ¡rayos! Y pa’cabarla el tablero tiene recovecos por todos lados pues el fondo y las orillas tienen piedras de 30, 60, 80 cms y rocas de 1.50, 2.00, 4.00 mts y eso sin contar con arbustos, ramas y zacate. Unos dicen que el gusano negro, rojo, pumkinseed, café con anaranjado, de 4” motor oíl, que el senko watermelon, que el rapala quebrado de 8’, el excalibur fat free shad, la verdad todos en una momento dado funcionan, la pregunta de siempre es cuando y donde. Rayos otra vez, es difícil toparse con un buen bocón en esta presa y luego, si te topas, lograrlo.
le digo a Pedro: «mete la red al agua, ahí va, ahí va», Pedro con entelerida rapidez mete la red, el cochi asoma el fabuloso y enorme costado, pasa a escasos 10 cms de la red (o Pedro se hace bolas y no atina a meterlo, el muy g...) Con lo cual pedro se gana una serie de calificativos no muy elogiables por cierto, el cochi chacualea en la superficie, se sumerge, da una vuelta, lo vuelvo a acercar, el chillido del drag, pedro gime por el esfuerzo de estirar más su brazo, el bote se ladea, Marcos -agarralo
g..., Agarralo que no se vaya es un mostro- Pedro -otra vez flaco, tráelo-, vuelve a aparecer, mete la red, la red no alcanza a abarcarlo, la red se queda a la mitad del cochi, se resbala, se va, se va, el drag chilla, se sumerge, «que paso, pedro ya era nuestro, ponte abusado g...», Le gano línea, «mete la red y espéralo», «viene de frente» alguien grazno, entra un poco más de la mitad en la red, pedro trata de levantarlo y entre pugidos y gemidos atina a decir «ayudame g... Está muy pesado»
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con la mano derecha sostengo la caña sin aflojar tensión y poniéndome de rodillas, me estiro para tratar de agarrar con la izquierda el aro de la red, el bote se ladea aún más, atónito veo como la red se aleja, inclinándome todo lo que puedo alcanzo el aro con los dedos, le pego un jalón, la sostengo y entre Pedro y yo, elevamos el cochi y lo subimos al bote, gritos, risas, aullidos de triunfo, jadeos, ojos pelones, euforia pura. Sacamos la balanza y lo pesamos, toma chango tu birote: 21 lbs es definitivamente un mostro, lo devolvemos o nos lo llevamos, «lo dejamos ir» dije yo, «estás loco o que, nos lo llevamos» dijeron los otros, «bueno y que hacemos con el» dije yo, «pues nos lo refinamos (comerlo)», sale pues, «acuérdate que ventura, así se llama un compa, hace un caldazo que, hmmm, hmmm, para chuparse los dedos», alego Marcos. Dos días después y ya en Mexicali llega mi compa con un ollon de caldo y me dice «Arqui, aquí esta lo que te toca, mi familia, amigos y vecinos ya comieron y yo sé que no es precisamente lo que más te gusta, pero no hay nada como un nutritivo y concentrado caldo de bagre»
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REFLEXIÓN
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Necesitamos Preservar las especies.
na de las especies más buscadas deportivamente, no solo en México sin o también en Texas «la trucha pinta y la curvina». Esta especie, que se encuentra principalmente en la parte norte del Golfo de México, pero que se extiende también hasta la península de Yucatán, se encuentra seriamente afectada por la pesca comercial y deportiva, al grado de que sus números han bajado considerablemente. La curvina y la trucha, miembros de la misma familia (el tambor, nombre que adquirieron por el peculiar sonido que hacen con su vejiga natatoria) tienen un ciclo de vida muy definido, pero en esta reflexión me quiero centrar en lo que en México llamamos «Tambor», por su gran tamaño y que son muy buscados por los pescadores de playa y barras. Estos bellos ejemplares no alcanzan la madurez sexual sino hasta los cinco años, cuando alcanzan entre 27 y 30 pulgadas y llegan a pesar más de 7 kilos. Entre Julio y Septiembre, grandes cantidades de estos peces salen por las barras a buscar su reproducción, soltando cada hembra varios de millones de huevos varias veces durante el verano para que los machos los fertilicen. Los alevines una vez fuera del huevo, regresan a buscar las barras para internarse en las lagunas de agua salobre y permanecerán ahí hasta llegar a su edad adulta, momento en el que nuevamente saldrán al mar ha renacer su ciclo de vida. Es ahí donde los tambores, las curvinas y las truchas hacen grandes escuelas para el ritual
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de apareamiento y se vuelven muy vulnerables a todo tipo de pesca. En nuestro país, donde su pesca comercial está permitida, se ha abusado (como en otras especies) a tal grado que es raro encontrar una buena temporada de curvinas y menos de bulles. Texas redujo el límite en estas especies y con medidas muy estrictas para asegurar su conservación y repoblamiento, en México nos estamos quedando atrás en estas medidas de prevención, no soy fanático de muchas de las políticas de nuestros vecinos del norte, debo admitir que nos falta mucho tramo por recorrer para conservar nuestros recursos naturales. Con la cala y el anzuelo también hacemos mucho daño si no respetamos los límites. Nos debería de basta con ver el daño causado por los pescadores americanos a estas especies, pescándolas deportivamente para aprender que, rápidamente para aprender que debemos de imponernos reducciones en nuestros límites de captura. Si lo que queremos es filetear muchos peces, bueno pues consigamos empleo en el departamento de pescados y mariscos de algún Centro Comercial. Siempre hemos estado de acuerdo en más vigilancia y supervisión por parte de la autoridad en nuestras pesquerías, siempre estaremos a favor de más medidas de conservación, al menos hasta que los números de poblaciones de peces nos demuestren los contrario. Hasta la próxima marea. Pedro Sors.
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