Cuento
LOS FAUNOS DEL ‘SAQ’RA – KANCHA’ -Los Faunos Del Sajra Kancha-
(Cuento para jóvenes y adolescentes)
Lima – Perú 2016
© LOS FAUNOS DEL ‘SAQ’RA – KANCHA’ (Los Faunos Del Sajra Kancha) © Ismael Augusto Sulca Velásquez Coronel PNP (r) © Copyright - Ismael Augusto Sulca Velásquez
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Ediciones ‘LUCERO’ Domicilio legal: Calle Ayacucho 618 La Perla, Callao
Teléfono: Celular 989178250 Correo-e: tribunal_cuarta_sala@hotmail.com Edición: Diciembre del 2016
Producido en Lima Perú
Se permite copia parcial del contenido sólo con fines educativos, de comentario y de difusión indicando referencias del autor y de la obra.
Para: Andrea y Diana
“Yo acarreo para mi vida los residuos de mi existencia. Lo hago con paciencia y sin que nadie me lo diga. Total, para mi dicha lo mismo da que yo viva mientras tanto exista�. (El vivir y el existir no son almas gemelas) Ismael Augusto
LOS FAUNOS DEL ‘SAQ’RA – KANCHA’ -Los Faunos Del Sajra Kancha‘Saq’ra – Kancha’ había sido ya abandonado hacía muchísimos años por sus antiguos ‘tenientes’ (de tenencia) o sus más acendrados ‘tenedores’ (de tener), tal vez porque no supieron legar a sus descendientes la estoica manera de vivir en saber cultivar la tierra o tal vez aquellos sí supieron librarse de la tragedia de vivir en los andes, entre cerros y quebradas, caminos y truenos, y un confín de encrucijadas. Todo parecía hacer entender que aquella comarca enclavada en los dominios de Concepción, del aún lejano Ayacucho allá por
los años cincuenta, no se había olvidado el origen de aquellas palabras de los antiguos habitantes y descendientes Incas. Mencionar las palabras
‘Saq’ra – Kancha’ aludía a las
divinidades, los demonios, los hechiceros de las suertes, los verdaderos conocedores
del mundo de las ánimas y los
pensamientos, cuyas voluntades se canalizaban a través de los escogidos, los Faunos de aquellas tierras, los denominados ‘Shullkas’, porque los ‘Mallquis’ estaban destinados sólo para acompañar, cuidar, proteger y rendir ofrendas a los espíritus de los grandes señores. Los últimos Faunos conocidos en aquella comunidad fueron los hermanos
Augusto
y
Roberto,
verdaderos
‘Shullkas’
por
antonomasia, quienes supieron dar todo de sí en la sapiencia del cultivo de la tierra, a la que trataban con sumo respeto, haciéndola descansar cuando ya no producía como sabía. De ellos se decía que hacían ‘parir a la tierra’ pero sin agotarla, sin que le cause anemia. En ella sembraban y cosechaban sabrosas papas,
tonificantes
habas,
apreciadas cebadas, refulgentes
ollucos, arenositas ocas, dulces ‘mashuas’, hasta la fortificante quinua, todas en forma magníficamente alternada. De lo que se supo de estos antiguos Faunos (Augusto y Roberto) era que trabajan las tierras del
‘Saq’ra – Kancha’ con
dedicación y esmero hasta que las fuerzas le dieran, y de alguna manera se olvidaron de efectuar los ‘pagos’, pues por ello tuvieron que pagar con sus propias vidas. Al primero le llegó
como unos cólicos en las entrañas que le obligó a orinar sangre cuando se bañaba en el río; y en cuanto al segundo le vino como pérdidas de memoria, precedida por los delirios de un alma robada. Cuando los ‘Saq’ras’ no estaban conformes con el ‘servicio’ y el ‘pago’ que le ofrecían sus protegidos, la forma más común de remplazarlos era el de enviar una tremenda granizada a los sembríos con lo que se perdía la cosecha, y prontamente ‘los tenientes’ eran sustituidos por el alterno o el que esperaba en un prolongado turno. A cierto día del año e inicio de Agosto –cambio de temporadaes común escuchar el mugido de un toro negro, como dando las clarinadas para que otros Faunos decidan correr su propia suerte, en saber sacar provecho de aquellas tierras con el ‘pago’ insólito que ésta solía reclamar. ‘Saq’ra – Kancha’
fue desolada, llegaron nuevos habitantes,
con nuevos pensamientos sobre la propiedad de las tierras, hubieron intentos de posesionarla pero de a poco se dieron cuenta que era algo especial, que hasta su mismo nombre le sonaba terrorífico. Los descendientes de estos antiguos Faunos, los verdaderos ‘Shullkas’ habían querido regresar a esas tierras ya olvidadas, pero habían perdido también la condición más preciada como el
de saber cultivar la tierra, saber protegerla, también el de ‘alimentarla’, hacerle sus ‘pagos’ y estar al sustento y pendiente de ella. Distanciados de sus orígenes habían aprendido nuevas formas de
ganarse
la
vida,
desde
ser
panaderos,
comerciantes,
marineros, ferrocarrileros, aduaneros, dentistas, ingenieros, agentes de policía, libreros, historiadores, maestros, abogados, administradores,
literatos,
hoteleros,
artistas,
y
hasta
bandoleros. Pueda que aquí termine el cuento pero la historia aún continúa. Quizás la narrativa del cuento no haya sido tan claro pero en el fondo es la historia de dos hermanos que heredan unas tierras para dedicarlas especialmente para el cultivo, en una zona tan eriaza y propenso al friaje al que sus ancestros y los ancestros de ellos supieron llamarlo ‘Saq’ra – Kancha’. Eran los hermanos Augusto y Roberto, llamados ‘Los Faunos del ‘Saq’ra – Kancha’ que dedicaron toda su vida a sembrar y producir la tierra, al que deberían efectuar ciertas ofrendas, llamados ‘pagos’ como retribución a los beneficios de ella, y en el que supuestamente residían ciertas deidades, divinidades, demonios, que en el antiguo Perú, desde la época de los Incas, los llamaban ‘‘Saq’ras’.
Existe una ambigüedad para con los descendientes de los ‘Faunos’ del ‘Saq’ra – Kancha’. Por una parte negativa, por no haber dejado relevos en aquellas tareas y continuar con la tradición de saber sembrar la tierra. Y por otra, positiva al haber, de algún modo, librado a sus proles de la sujeción del hombre con el campo duro y difícil. Así como este ‘Saq’ra – Kancha’ terrenal de este cuento en el aspecto mental de todo niño, adolescente y joven se ha ido creando y guardando pensamientos que son nuestros dioses, nuestros enigmas, nuestras suposiciones creadoras, que nos dan vida, nos la sustentan, así también nos la reclaman en nuestra forma de ser o de actuar cotidianamente y aquellos nos utilizan como ‘Faunos guardianes de sus conocimiento y necesidades’. Y como para que sirva de alguna explicación este cuento fue escrito durante el tratamiento de una enfermedad (llamada de los pobres) que afectó a su autor e involuntariamente le hizo formar parte del ‘Club Amigos de Cáncer a la Sangre’ en el que los virus y los bacilos lo estaban ‘vacilando’ a él, que bajo los efectos de los abundantes fármacos de la quimioterapia –como para no tener que olvidarlos- y de la ‘fiebre medicamentosa’ que estos le producían tuvo quizás la alucinación de recordar aquellos pasajes que había pasado en su niñez en la que su propio abuelo (Augusto) y su tío Abuelo (Roberto) trabajaban la tierra, y era precisamente el famoso ‘Saq’ra – Kancha’. Era en esas
circunstancias
en
que
su
cuerpo
exudaba
un
olor
característico como a una galleta de soda recién abierta invadida por los aromas de un vellón de carnero recientemente degollado, así huelen los viejos que están escogidos por la edad, aún no lo quieren saber. Por la ruta de aquellos ‘Faunos’ aún resuenan los nombres de ‘CCoyllo
Cocha’
(Joillo
Jocha),
‘Pejoybamba’,
‘CCochayoc’
(Jochayoc), así como ‘Hatun Urccu, aquella casa de piedra a prueba de los vientos, de Máximo Sulca en Tauribamba, y más allá Chachas Pata, Cullcuncha, Yana Machay por la lejanía del Distrito de Concepción, Ayacucho; que si hoy luce rústica y abandonada es por los designios que en este cuento se ha revivido.
SIGNIFICADOS
‘Saq’ra
–
Kancha’:
Lugar donde residen divinidades relacionados con la naturaleza o por el esfuerzo de labrar la tierra que los conectaba a las creencias de los hombres en los tiempos de la cultura Warpa, Huari, Chanka e Inca. Proviene de dos voces quechua-chanka: ‘Saq’ra’ –Sajra- : Divinidad, deidad, demonios o seres mitológicos de las profundidades terrenales o mentales, y ‘Kancha’: terreno, pampa, pampón, lugar destinado para ciertos fines. Lo más parecido y conocido es el ‘Q’ori Kancha’ del Cusco, lugar donde se podía apreciar el oro. Según la versión de Samuel Elías Sulca Fernández se denomina ‘Saq’ra’ “al que se manifiesta con un ronquido tenebroso” produciendo ecos en los barrancos o quebradas. Persona guturalmente ronca. ‘Pagos’ : Ofrenda, retribución que con suma devoción se hace a deidades o divinidades para seguir contando con sus favores o protección. En la lógica de la reciprocidad andina, los pagos (o ‘pagapus’), son la forma de agradecer a los espíritus asociados con las fuerzas naturales, las bondades o beneficios que les otorgaban. Las ofrendas que se entierran en la Madre Tierra incluyen hojas de coca (para la cosmovisión andina son las mediadoras entre la naturaleza y lo humano) variedad de semillas de cereales, plata no trabajada, ‘sullus’ (fetos de llamas, vicuñas u ovejas), chicha de ‘Ccora’ (Aja), grasa de animales, panecillos dulces y
huairuros (semillas rojinegras con poderes simbólicos y mágicos) y cuando no había éstos se utilizaban los ‘Suyru’kus’ semillas negras, comúnmente conocido como el Choloque. Hermanos Augusto y Roberto: Descendientes directos de Martín Sulca Paredes y doña Jacoba Oré Loayza, quienes tuvieron hijos como Máxima, Julio, Augusto, Donato, Roberto, Patrocinia, Honorata y Constanza Sulca Oré. Eran rudos para los trabajos de labranza. Parecían mellizos por lo prieto de sus cuerpos y el uso de la barba larga. Se ayudaban bajo los efectos del ‘chacchado’ de la coca para trabajar mejor la tierra. Y por esos se les llamaba ‘Los Faunos del Sa’qra Kancha’, descendientes directos de los verdaderos ‘Shullkas’. Fauno: Los faunos son, para la mitología romana, divinidades menores responsables de proteger los cultivos y los rebaños. El gran dios del campo y los pastores que a menudo era también un espíritu de los bosques responsable de hacer fértil el ganado y los campos Es común que se les confunda con Pan y con los Sátiros pues, al igual que los faunos tienen características tanto humanas como animales; a diferencia de los sátiros, los faunos tienen patas peludas, cola y orejas de ciervo, el resto de su cuerpo y cara es de humanos; e incluso son más amigables y tratables que los sátiros. Dado que protegían los cultivos y ejercían influencia sobre las cosechas, para algunos agricultores no estaba de más tener a un fauno en sus campos.
Se les considera amos de la agricultura, el ganado y la naturaleza.
‘Shullkas’ Denominado así a los últimos descendientes de un linaje familiar. (Como José de Egipto, el Benjamín de la familia. Lo mismo se decía del poeta universal César Vallejo que también era un ‘Shullka’, por ser el último de los hermanos)
‘Mallquis’ Destinados a cuidar y honrar los restos funerarios (momias) de los altos jerarcas Incas, como el de Wiracocha, Pachacútec y otros.
Hermoso río de Concepción
Dolores Bellido Llamojha con un verdadero representante de las alturas
Ismael Augusto Sulca Velásquez Poeta, escritor, representante honorable de la Gloriosa Benemérita Guardia Civil del Perú, posterior unión en las Fuerzas Policiales del Perú (FFPP) y luego en la Policía Nacional del Perú (PNP). Autor de ‘Para Cuando Hablen de Amor’ (Lima 1987) con el que ganara del Premio Internacional de poesía “Alfonsina Storni” 1986 en la República de Argentina. Ha publicado en Poesía: ‘Amor en Soledad’ (Lima 1988) y ‘Transfigurando’ (Lima 1991) siendo catalogado como el ‘Jack London’ de la Policía Nacional, o simplemente ‘El Poeta Policía’ Tiene inéditos en poesía: ‘A Tiempo Completo’ (Reflexiones del Minotauro) (Chimbote 1997); ‘Entre Tanta Espera’ (El amor y las estrellas) (Lima 2006) Ha culminado cuentos: ‘Los Dominios del Tayta Orcco’ (Lima, 2010) participante en la XVI Bienal de Cuento Premio Copé Internacional 2010; ‘La Bruja ofendida’ y ‘Aja Junjarin’ –La Chicha del olvido- (Lima 2010); y ‘Poemas de vida’ (Entre la rima y el olvido) (Lima 2010). Ganador del premio la ‘Anecdoiga de la Semana’ promovido por la Revista ‘Oiga’ del Perú, con la anécdota ‘Justicia Divina’ en 1988. En el 2009 ganó el Segundo Premio en el certamen promovido por la International Police Association IPA (filial Perú), con la anécdota titulada ‘¡Que tal mecánico!’ Actualmente tiene para su publicación: Cuatro Tomos de ‘Historias y Anécdotas de Humor Policial’, con un recuento de sus vivencias en su largo trajinar en la vida policial.