Hacia una perspectiva de la enseñanza de la comunicación en el trienio 2015-2018 Claudia Benassini Félix1 Hace casi cuatro décadas se iniciaron las actividades del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC). Desde entonces, entre sus objetivos destacan su interés por lograr una óptima formación académica para los estudiantes de la Licenciaturas en Comunicación y afines y, para ello, desarrollar estrategias que permitan a los docentes un mejor desempeño de sus actividades. En estos cuarenta años el número de escuelas de comunicación ha crecido exponencialmente; asimismo, tanto los perfiles de ingreso y egreso de los estudiantes como los planes de estudio guardan semejanzas y presentan rasgos de obsolescencia. En este contexto el escenario se complica, dada la separación entre la formación de profesionales y las expectativas del mercado laboral, entre el cúmulo de conocimientos empleado para desarrollar competencias y habilidades entre los estudiantes, cuyas características son radicalmente diferentes a las que orientan los objetivos y metas de buena parte de las escuelas de comunicación. En consecuencia, si el CONEICC busca mantener su legitimidad es importante que propicie del debate sobre el tema, tendiente a buscar un cambio en los procesos de enseñanzaaprendizaje de las ciencias de la Comunicación. Las siguientes páginas de este ensayo pretenden acercarse a esta problemática; se pretende ofrecer a los interesados una mirada a un conjunto de transformaciones que inciden en nuestra práctica, que sirvan de guía para un análisis y reflexión individual que pueda incorporarse al análisis y reflexión colectiva del CONEICC.
Un nuevo modelo de comunicación. La primera década del siglo XXI se caracteriza por dar paso a un nuevo modelo comunicativo, con sus implicaciones en la recepción de contenidos mediáticos y tradicionales, y nuevas formas de intervención en los procesos de producción de contenidos digitales. El tradicional modelo emisormensaje-receptor ha sido reemplazado por las opciones que implica la comunicación muchos-amuchos en sus diversas modalidades. El cambio de modelo comunicativo es producto de un conjunto de variables cuyas constantes son la digitalización y la convergencia mediática. Las opciones comunicativas abiertas por Internet –sobre todo 2.0- han propiciado la participación de los sujetos en la producción de contenidos y modificado los procesos de intercambio de información y conocimiento. De acuerdo con Roberto Aparici y Marco Silva, “en este escenario sociotécnico ocurre la transición de la lógica informacional del modelo ‘uno-a-todos’ (modelo transmisivo) a la lógica de la comunicación ‘todos-a-todos’ (modelo interactivo). Esto significa un cambio profundo en el esquema clásico de la comunicación” (Aparici y Silva, 2008:53). Un esquema que, según los autores, se caracteriza por: a) un ecosistema de emisores que no difunden sus mensajes de manera unilateral; b) el mensaje ya no es cerrado e intocable; es un mundo abierto en red, modificable a partir de quienes lo utilizan; c) una transformación del papel del receptor clásico en
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Profesora-Investigadora, Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación, Universidad La Salle Ciudad de México. Correo electrónico: claudia.benassini@ulsa.mx. Trabajo presentado en la LXXX Asamblea Nacional del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC), 24 y 25 de septiembre de 2015. Forma parte de una investigación sobre Alfabetización Digital y Gestión del Conocimiento actualmente en desarrollo en la Universidad La Salle.
coautor, un sujeto que es invitado a la libre creación y, con su intervención, los mensajes adquieren y ganan sentido (Aparici y Silva, 2008:53-54).
Prosumidores y Cultura de la Participación. Las características del esquema arriba señaladas dan cuenta de la forma en que se desarrollan actualmente las actividades comunicativas, que fomentan la llamada cultura de la participación. Se trata, en palaras de Henry Jenkins (2009:163), de la cultura de la participación, misma que se configura en tres tendencias (Jenkins, 2009:163): Las nuevas herramientas y tecnologías permiten a los consumidores archivar, comentar, apropiarse y volver a poner en circulación los contenidos mediáticos. En consecuencia, a la lógica de producción mediática tradicional y vertical se suma una nueva modalidad producto de la evolución de Internet: los sujetos pueden producir y poner en circulación sus contenidos comunicativos. Una gama de subcultura promueven la producción mediática del “hazlo tú mismo”, un discurso que condiciona el uso de esas tecnologías por parte de los consumidores. Una gama que permite afirmar que vivimos en la cultura de los tutoriales, cuya diversidad nos permite poner en juego nuestras competencias y habilidades para la producción y consumo de mensajes comunicativos. Las tendencias económicas que favorecen los conglomerados mediáticos horizontalmente integrados fomentan el flujo de imágenes, ideas y narraciones a través de múltiples canales mediáticos y demandan tipos más activos de espectadores. De los puntos anteriores se infiere que, además de los cambios arriba enunciados, los mensajes pueden completarse en distintos procesos, muchos de los cuales diferentes al contexto al que se generó el mensaje original. Son manifestaciones de la cultura de la participación caracterizada por Jenkins. En este contexto, el nuevo escenario modifica su mirada hacia el receptor. Del sujeto que se exponía a los contenidos mediáticos, en la convergencia cultural los destinatarios asumen el rol de prosumidores activos, entre cuyas características sobresale la convivencia entre pantallas – convergencia mediática- que definen nuevos modos de consumo cultural. Nuevamente Jenkins: Un adolescente que está haciendo sus deberes puede hacer juegos malabares con cuatro o cinco ventanas: navegar por la red, escuchar y descargar archivos de MP3, chatear con amigos, escribir un trabajo con el procesador de textos y responder a correos electrónicos, cambiando rápidamente de tarea. Y los fans de una serie popular de televisión pueden seleccionar pasajes del guion, resumir episodios, debatir sobre algunos temas, crear ficción original de aficionados, grabar sus propias bandas sonoras, hacer sus propias películas y distribuir todo esto por todo el mundo mediante Internet (Jenkins, 2008:27).
Cultura de participación y actividad de los prosumidores son dos variables que se intersectan con la convergencia mediática, que encuentra en las multipantallas un importante exponente. Es decir, “se puede ver en otra pantalla lo que ha sido producido de manera original y transmitido en una distinta, como es el caso de la programación televisiva vista a través de Internet, teléfonos móviles, tablets o Ipods (Fernández, 2013:68). Para José Manuel Pérez Tornero (2008:16), la convergencia entre pantallas que origina la sociedad multipantallas tiene tres implicaciones: Las pantallas se han convertido en un elemento constante en casi todos los entornos artificiales de la vida humana, cambiando de este modo los tradicionales modos de ver.
Las condiciones de uso de las nuevas pantallas están creando nuevos marcos prácticos – desde el punto de vista físico- y pragmáticos –diversificados y novedosos- desde el punto de vista del discurso. De distintas maneras la televisión atraviesa las actuales pantallas. Pero además surgen nuevos servicios audiovisuales, competitivos entre sí o complementarios con el uso de la televisión. En resumidas cuentas los cambios en los procesos de producción y consumo mediático se han modificado radicalmente, se han complejizado de forma tal que a los medios de comunicación se suman los hipermedios, cuya principal característica es que se desarrollan en ambientes mediados por la computadora. Asimismo, el contenido adopta un papel central en ese proceso, toda vez que, a consecuencia de la cultura de la participación, la actividad del prosumidor se orienta hacia allá como fin y como medio. No podemos perder de vista que, si bien el perfil del prosumidor se deriva de los cambios arriba citados, los estudiantes de comunicación se insertarán en un mercado laboral contextualizado en la cultura de la participación, en un ambiente de hipermedios que demanda constantemente la actualización de contenidos y, que a diferencia de otros grupos sociales, habrán de enfrentarse a este proceso como producto de su actividad profesional.
De las mediaciones a las hipermediaciones: En el contexto previo, cabe destacar que en poco más de veinte años …hemos pasado de un modelo social donde los medios de comunicación de masas (el cine, la radio, la televisión, la prensa…) eran hegemónicos y controlaban los discursos informativos que llegaban a todos los ciudadanos o a otro modelo de producción y difusión de la información caracterizado por la gran variedad de procesos comunicativos personalizados mediante herramientas como Internet, PDA, email, telefonía móvil, GPS, MP3, Web 2.0, televisión digital, ebooks…, que no tienen ni siquiera una década de existencia. Estas transformaciones culturales son todavía más rotundas si retrocedemos nuestra mirada un siglo atrás, donde la cultura impresa en sus distintas manifestaciones –periódicos, libros, folletos, carteles- era exclusiva y poseía el monopolio de la información y la comunicación (Área, 2012:12-13).
Como ya se indicó más arriba, los cambios en el modelo comunicativo han traído consigo cambios en la producción y consumo de contenidos comunicativos. A su vez, los nuevos escenarios se han traducido en nuevas construcciones teóricas que pretenden contribuir al análisis y explicación de estos fenómenos comunicativos. Una de las más representativas es el paso de las mediaciones a las hipermediaciones. El primer concepto fue construido a principios de la década de 1990, en el marco de la búsqueda de alternativas para analizar la relación individuo-medios de comunicación, más allá del paradigma de los efectos preconizado por la Escuela Norteamericana de la Comunicación entre las décadas de 1940 y 1970. De acuerdo con Guillermo Orozco: Las audiencias televisivas están mediadas de múltiples maneras en su interacción o encuentro con el discurso televisivo. Por mediación entiendo –a la manera de Martín Barbero- el desde dónde se otorga significado a la comunicación y se produce el sentido. Las mediaciones provienen de diversas fuentes. Algunas del propio sujeto televidente en cuanto individuo con una historia y una serie de condicionamientos genéticos y socioculturales específicos. Las mediaciones provienen también del mismo discurso televisivo, al ser capaz de naturalizar su significación y anclarse en el sentido común. Otras mediaciones provienen de la situación en la que se da el encuentro y la negociación entre la audiencia y la TV. Otras más se derivan de factores contextuales, institucionales y estructurales del entorno en donde interactúan las audiencias (Orozco, 1991:116-117).
Un interés similar por acercarse al perfil de las nuevas audiencias lo encontramos en Brenda Focás (2014:357-358): …consideramos de importancia conocer las características del sujeto-audiencia contemporáneo que recibe constantemente emisiones mediáticas desde distintos dispositivos como la televisión, la radio, la prensa gráfica e Internet (las redes sociales y las versiones on line de los diarios y aplicaciones de los teléfonos móviles). Por otro lado, sabemos que los sujetos también reciben información de múltiples fuentes no mediáticas, como la que proviene de familiares, rumores, textos académicos, con lo cual es necesario asumir a la audiencia en toda su dimensión, es decir, no sólo como espectadores de noticias televisivas .
Paola Fernández completa esta mirada, a propósito de redefinir “las mediaciones entre las audiencias –cada vez más fragmentadas y las nuevas posibilidades de consumo que genera Internet y su relación con la televisión. (…) la convivencia entre pantallas”, es decir, manifestaciones de la sociedad multipantalla: Las pantallas, en tanto superficies de representación, muestran procesos activos y selectivos al mismo tiempo no sólo influyen en aquello que percibimos, sino también en aquello que en la práctica realizamos. En consecuencia, remite al uso social que cada sujeto le imprime a las tecnologías, que explica la razón por la cual los viejos medios no mueren sino que se transforman. En otras palabras, el medio en cuestión así como las mediaciones establecidas entre dispositivos y sujetos –individuales o colectivos- son alterados o modificados a través de distintas herramientas tecnológicas, cambiantes por las apropiaciones que realiza el hombre de éstas. Ergo la genealogía de la pantalla es la misma, pero cambia en su funcionalidad orgánica. Este recorrido es pertinente dada la convergencia entre las pantallas a la hora de plantear el proceso de los contenidos y las apropiaciones por parte de los usuarios, que son los que en definitiva cambian la relación en la tracción de la información (Fernández, 2013:70-71).
En otras palabras, una de las consecuencias del cambio de modelo comunicativo enunciado en el apartado previo es el paso de las mediaciones a las hipermediaciones. Según Carlos Scolari Al hablar de hipermediación no nos referimos tanto a un producto o un medio sino a procesos de intercambio, producción y consumo simbólico, que se desarrollan en un entorno caracterizado por una gran cantidad de sujetos, medios y lenguajes interconectados tecnológicamente de manera reticular entre sí. (…) Cuando hablamos de las hipermediaciones no estamos simplemente haciendo referencia a una mayor cantidad de medios y sujetos, sino a la trama de reenvíos, hibridaciones y contaminaciones que la tecnología digital, al reducir todas las textualidades a una masa de bits, permite articular dentro del ecosistema mediático. Las hipermediaciones, en otras palabras, nos llevan a indagar en la emergencia de nuevas configuraciones que van más allá –por encima de los medios tradicionales (Scolari, 2008:113-114).
Para los fines de este trabajo cabe reiterar que estos cambios se traducen en repercusiones teórico-metodológicas que es necesario incorporar al cúmulo de conocimientos propios de la formación de comunicadores puesto que, insistimos, estamos frente a los ambientes a los que se enfrentarán profesionalmente.
Implicaciones: nuevas modalidades de recepción, nuevos usuarios. Esbozar las hipermediaciones nos ha permitido abrir un espacio para reflexionar sobre las nuevas posibilidades que el tema ofrece para la investigación de la comunicación, para la construcción de
conocimientos y, eventualmente, para actualizar nuestras materias teóricas. Pero el tema también nos permite contextualizar los nuevos ambientes educativos en un entorno caracterizado por: a) cambios en el modelo comunicacional que implican que las audiencias se tornen usuariosprosumidores; b) una cultura de participación que abre oportunidades a estos sujetos para completar el mensaje comunicativo producido e insertado vía web 2.0, c) el complejo ambiente de los hipermedios y las hipermediaciones, que da cuenta del entramado en el que se realizan los procesos de intercambio simbólico y de construcción de sentido; y d) diferencias cualitativas en las plantas docentes en materia de relación con los medios digitales, actualización teórica e investigación vinculada a sus actividades.
El aspirante a estudiar Comunicación: En las páginas previas hemos intentado esbozar un complejo panorama que se relaciona con nuestro quehacer en el campo de la comunicación. En el contexto de estos cambios, cabe preguntarnos por las características de quienes en este momento pretenden estudiar una licenciatura en el campo, en el entendido de que los procesos de selección no necesariamente quedan en nuestras manos. ¿De qué instituciones proceden? ¿En qué condiciones llega a la universidad en materia de acceso a los medios de comunicación? ¿Cuál es su relación con los nuevos medios de comunicación y qué repercusiones tiene esta relación en sus actividades cotidianas? Manuel Área reflexiona sobre el tema: Poco a poco está abriéndose una brecha o distancia entre los comportamientos comunicativos y formas de ocio de estos niños, adolescentes y jóvenes con relación a las pautas culturales que poseían sus padres y abuelos. En este sentido, los adolescentes y jóvenes son conscientes de que su dominio de la tecnología es un tipo de conocimiento y habilidad que no poseen muchos adultos –bien sean sus padres, bien sus profesores-. Este hecho podemos sugerir que es único en la historia en el sentido de que los jóvenes saben más de un determinado dominio o ámbito relevante de la sociedad actual, como es la tecnología, que sus predecesores o educadores. Esto, guste o no, supone una cierta pérdida de “autoridad” del adulto sobre el joven. Y, en consecuencia, puede representar un relevante potencial de conflictos, incomunicaciones o desajustes generacionales (Área, 2012:18).
El mismo Área (2012:18), junto con Alfonso Gutiérrez Martín (2012:47) nos dan algunas pistas para delinear el perfil de los jóvenes, que pueden ser de utilidad para problematizar sobre el estudiante de comunicación: 1. Diversos estudios han mostrado que esta generación invierte gran parte de su tiempo de ocio en el uso de máquinas o recursos tecnológicos diversos: televisión, videojuegos, teléfono, equipo multimedia, computadoras etc., en detrimento de actividades de interacción social con otros seres humanos. 2. A diferencia de los procesos de socialización cultural de los niños que ocurrían a través del intercambio con otros iguales o adultos, actualmente este proceso se desarrolla a través de una doble vía: por una parte, la representación por las experiencias de interacción con la familia y en la escuela; por otra, la representada por el conjunto de experiencias derivadas del uso de múltiples medios y recursos tecnológicos2.
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Manuel Área destaca que en este proceso también influyen los cambios producidos en los modelos y pautas tradicionales de la familia (desaparición del clan familiar amplio, trabajo de la mujer fuera del hogar, familias monoparentales, hijos únicos) y por los movimientos migratorios hacia las zonas urbanas en donde, por razones de seguridad, los niños tienen menos oportunidades de jugar en la calle como sucedía hace algunas décadas. Se ha incrementado la tendencia a que los niños no tengan hermanos (o cuando mucho
3. Los alumnos utilizan bastante más las tecnologías digitales fuera del aula que en la enseñanza formal. Incluso, algunos autores advierten sobre la brecha que puede abrirse entre la forma en que los niños y jóvenes se relacionan con la información habitualmente fuera de la escuela, y la manera en que lo hacen en las instituciones educativas. Gran parte de estos aprendizajes se producen fuera del aula. 4. La educación informal cobra cada vez mayor relevancia en los procesos de alfabetización3 como preparación básica para la vida. El incremento del papel de las redes de información en la educación informal irá en detrimento de la importancia de ésta en el desarrollo de las personas y las sociedades, sobre todo en la medida en que la escuela siga anclada en el desarrollo en sus viejos presupuestos y, en consecuencia, se quede obsoleta y alejada de la realidad contemporánea. Por su parte Mark Prensky, reconocido por popularizar términos como “migrantes digitales” y “nativos digitales”, afirma que la exposición repetida a los videojuegos y otros medios digitales han mejorado habilidades como la competencia de representación, es decir, la lectura de imágenes como representaciones de un espacio tridimensional; destrezas espacio-visuales multidimensionales; el descubrimiento inductivo (hacer observaciones, formular hipótesis y determinar las normas que rigen el comportamiento de una representación dinámica); el despliegue de atención (la observación de varios lugares al mismo tiempo) y una rápida respuesta a los estilos esperados e inesperados (Prensky, 2001:4). Con respecto a la capacidad de concentración, Prensky señala que no es escasa para los juegos u otra actividad que realmente les interese. “Como resultado de sus experiencias los nativos anhelan la interactividad4: una respuesta inmediata a todas y cada una de sus acciones” (Prensky, 2011:4). Y en un trabajo posterior completa la idea: los jóvenes “han aprendido a centrarse sólo en lo que les interesa y en las cosas que les tratan como individuos más que como parte de un grupo o clase (…). En un mundo cada vez más poblado, la elección, diferenciación, personalización e individualización se han convertido para los jóvenes de hoy no sólo en una realidad, sino en una necesidad” (Prensky, 2011:12). No obstante, el autor reconoce que la reflexión –que sería el proceso de aprender por la experiencia- es un área clave que parece haber sido afectada, debido en parte a la velocidad con que transcurren los acontecimientos. Sin embargo, considera que las maneras de encontrar e inventar maneras de incluir la reflexión y el pensamiento crítico en el aprendizaje es uno de los retos más importantes que ofrece la enseñanza de Nativos Digitales “(ya sea incorporándolo en la formación o por medio de un proceso de análisis dirigido por el profesor), pero aun así hacerlo en el lenguaje de los Nativos Digitales y debemos hacer más en este ámbito” (Prenski, 2001:4). Pero lo peor, afirma, “es que las múltiples capacidades que las nuevas tecnologías han mejorado (por ejemplo, el procesamiento paralelo, la sensibilización hacia los gráficos y el acceso aleatorio), que tienen profundas implicaciones para su aprendizaje, son casi totalmente ignoradas por los
uno). Por ello televisión, videojuego, teléfono y computadora se convierten en los “amigos con quién jugar” (Área, 2012:18). 3 Nos referimos a las actividades que propician el desarrollo de competencias y habilidades para la formación de un espíritu crítico de cara a los contenidos de los medios –tradicionales y nuevos- así como a los nuevos procesos de producción. 4 Las cursivas son del autor.
educadores (Prensky, 2001:5). En este contexto, a través de casi un millar de entrevistas con casi mil jóvenes de diferentes estratos económicos, sociales, intelectuales y de edad en todo el mundo, Prensky (2011:13) proporciona las siguientes respuestas: No quieren charlas teóricas. Quieren que se les respete, que se confíe en ellos y que sus opiniones se valoren y se tomen en cuenta. Quieren seguir sus pasiones e intereses. Quieren crear, usando herramientas de su tiempo. Quieren trabajar con sus compañeros (iguales) en trabajos de grupo y proyectos (y evitar que los vagos viajen gratis). Quieren tomar decisiones y compartir el control. Quieren conectar con sus iguales para expresar y compartir sus opiniones, en clase y alrededor del mundo. Quieren cooperar y competir entre sí. Quieren una educación que no únicamente sea relevante, sino conectada con la realidad. Como puede observarse, no hemos hecho una descripción específica sobre el caso de los alumnos de comunicación. Se trata de una actividad a cargo de los responsables de la formación de comunicadores, que podría traducirse en cambios en los procesos de enseñanza-aprendizaje de la comunicación. En consecuencia, las opiniones recopiladas en este apartado son un primer acercamiento a un diagnóstico sobre el tema. Antes de continuar, a las observaciones de Prensky cabe añadir que la relación que los jóvenes han establecido con la tecnología es meramente empírica. Una parte de nuestra actividad docente debe orientarse hacia la alfabetización digital que propicie el desarrollo de competencias y habilidades que permitan a nuestros egresados ejercer su profesión en el marco de la Sociedad de la Información.
La planta docente. Un acercamiento a los cambios experimentados por los aspirantes a estudiar la carrera de comunicación nos lleva inevitablemente a la otra vertiente: el docente. Y, como en el caso de los aspirantes, no es el propósito de este trabajo poner a debate los criterios y políticas de cada institución para contratar al profesorado. También cabe precisar que no entraremos en el debate sobre la relación maestro-tecnología, particularmente en los casos de resistencia a su adopción a la práctica docente. Se trata de un debate global que muestra una situación similar en distintas instituciones educativas. Nuestro punto de partida es que, durante distintas etapas de su práctica, el profesor de comunicación atraviesa por procesos de alfabetización múltiple. La Unión Europea define este proceso como: “un concepto que engloba las competencias de lectura y de escritura para la comprensión, utilización y evaluación crítica de diferentes formas de información, incluidos los textos e imágenes, escritos, impresos o en versión electrónica”, e invita a los estados miembros a divulgar planteamientos innovadores para su mejora” (en Rodríguez López, 2013). Gabriela Bergomás añade que este concepto es adecuado para buscar una superación del actual centralismo de la cultura letrada como eje de la formación docente. La capacidad de interpretar y producir mensajes con otros lenguajes, la lectura crítica de los mismos y la posibilidad de analizar y potenciar las distintas formas de construcción, validación, circulación y acceso al conocimiento que hoy se plantean deberían conformar el núcleo conceptual para una propuesta curricular que permita resignificar la formación de los docentes (Bergomás, 2015)
De lo anterior se desprende que la capacitación tecnológica va más allá de la alfabetización múltiple que, según Alfonso Gutiérrez Martín, debe ser digital, mediática y multimodal, con tres referentes relacionados entre sí: la información, la persona y la sociedad. A partir de estos referentes, el autor considera tres dimensiones correspondientes y complementarias de la alfabetización múltiple (Gutiérrez Martín, 2012:45): Alfabetización lingüística e informacional, con la información como principal referente. Alfabetización ética o moral, centrada sobre todo en la formación integral de la persona. Alfabetización relacional o social, donde los fines sociales de la educación y las necesidades de cada época determinan la acción educativa y alfabetizadora. Antes de seguir adelante, es importante destacar que la alfabetización relacional o social es particularmente relevante en el contexto que nos ocupa, toda vez que se refiere a las necesidades de la época. Un factor a tomar en cuenta por los docentes del campo, desde la perspectiva de la actualización y de la vigencia de los contenidos seleccionados para armar un curso. En este contexto, Gutiérrez Martín destaca la importancia de distinguir entre el acceso a la información que permiten los nuevos medios, y la adquisición del conocimiento. Las TIC nos proporcionan la información, pero no el conocimiento. Y es precisamente la función de facilitar el aprendizaje y generar conocimiento lo que va a caracterizar al profesor en la era digital. El conocimiento, donde los protagonistas son los agentes educativos, no las tecnologías, es el resultado del procesamiento de la información, y en ese procesamiento, en esa actividad de aprender, es donde debe centrarse la labor de agentes educativos como el profesorado” (Gutiérrez Martín, 2012:46).
Más adelante, el mismo autor introduce otra variable: la importancia que se ha conferido a la llegada de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), podría ir en detrimento de la alfabetización mediática. Tanto en la educación básica como en la formación del profesorado, la llegada de las TIC y la importancia que se les ha dado no ha favorecido, sino que tal vez haya ido en detrimento de la alfabetización didáctica. Los nuevos medios como Internet o las redes sociales, no se han sumado a los tradicionales (prensa, radio y televisión) para formar parte de los contenidos básicos de la alfabetización mediática. El protagonismo social de los nuevos y múltiples dispositivos digitales ha desviado el foco de atención en el estudio de las relaciones entre educación y medios a favor de estos últimos y en detrimento de los aspectos más educativos. Se han creado desconexiones o dicotomías que en absoluto favorecen la educación global e integradora. (González Martín, 2012:50).
Este escenario nos permite plantear un importante punto de quiebre. En el apartado previo ofrecimos una mirada a las TIC desde la perspectiva del Nativo Digital, sujeto a procesos de interactividad vía su relación hipermedial, y al desarrollo de las habilidades esbozadas por Marc Prensky, incluyendo la concentración y la atención. El actual profesorado de comunicación, con todo y los procesos de actualización de sus alfabetizaciones múltiples, se enfrenta a procesos dicotómicos que complican la relación entre medios de comunicación tradicionales y digitales, así como entre estos últimos y los procesos educativos. Por lo que se refiere a los primeros, son frecuentes los debates sobre su eventual desaparición5, mientras que los segundos se caracterizan por reducir la actualización en materia educativa a 5
Por ejemplo, la muerte de la banda de Amplitud Modulada en radio, o la absorción de los contenidos televisivos, sobre todo ficción, por las nuevas plataformas en Internet.
procesos de adopción de nuevas tecnologías. En este rápido recorrido, no podemos dejar de mencionar la adopción mecánica de las TIC’S al modelo educativo tradicional. Continuamos con los mismos materiales para la enseñanza de nuestras materias, pero pasamos del pizarrón al Power Point y al Prezi. Permitimos que nuestros alumnos consulten Internet fuera del salón de clase, pero en el interior continuamos ejerciendo el mismo protagonismo, en detrimento del trabajo en equipo, la participación abierta del alumnado en clase y favoreciendo los contenidos no necesariamente conectados con la realidad. Para describir esta realidad Manuel Área y Teresa Pessoa recurren a la analogía de Zygmunt Bauman sobre las teorías líquidas y sólidas: …para caracterizar los procesos de cambio sociocultural actuales, impulsados por la omnipresencia de las tecnologías de la información y comunicación. La metáfora nos sugiere que el tiempo actual –su cultura digital- es un fluido de producción de producción y conocimiento inestable, en permanente cambio, en constante transformación, como contraposición a la producción cultural desarrollada – principalmente en Occidente a lo largo de los siglos XIX y XX- donde primó la estabilidad e inalterabilidad de lo físico, de lo material, de lo sólido (Área y Pessoa, 2012:14).
En suma, la enseñanza de la comunicación es una constante confrontación entre lo sólido y lo líquido. Entre el paradigma de Lasswell –que con todo y su obsolescencia sigue estando presente como hilo conductor de algunas materias- y los nuevos modelos de comunicación muchos-amuchos. Entre las mediaciones y las hipermediaciones que nos obligan a poner a punto el conocimiento, más acorde con la realidad actual. De hecho, la síntesis de ambos procesos proporcionad por Carlos Scolari da cuenta de los nuevos escenarios: MEDIACIONES HIPERMEDIACIONES Características del proceso Soportes analógicos Soportes digitales Estructuras textuales lineales Estructuras hipertextuales Consumidor activo Usuario colaborador Baja interactividad con la interfaz Alta interactividad con la interfaz Modelo difusionista uno-a-muchos Modelo muchos-a-muchos fundado fundado en el broadcasting (radio, en la colaboración (wikis, blogs, televisión, prensa) plataformas participativas) Confluencia/tensión entre lo Confluencia/tensión entre lo masivo y lo popular reticular/colaborativo y lo masivo Monomedialidad Multimedialidad/Convergencia Características de la investigación Se estudia la telenovela, el teatro Se estudia la confluencia de popular, los informativos, los lenguajes y la aparición de nuevos grafitis etcétera sistemas semióticos Mirada desde lo popular (se Mirada desde lo participativo (se investigan los procesos de investigan la convergencia de medios constitución de lo masivo desde las y la aparición de nuevas lógicas transformaciones en las culturas colaborativas subalternas) Espacio político territorial Espacio político virtual (constitución (constitución desviada de lo desviada de lo global-posmoderno) nacional-moderno)
Mediaciones e hipermediaciones (Scolari, 2008:116)
En este contexto, cabe preguntarnos hasta qué punto los profesores del área de comunicación han podido adaptarse a los nuevos escenarios que implican cambios en las miradas teóricometodológicas y el consecuente reemplazo de nuestros materiales. En qué estado está la actualización en las materias, que nos conduce a buscar nuevos materiales, disponibles en la red más allá de la búsqueda obligada a través del Google6. Qué tipo de investigación hacemos como profesores, o si nos manejamos en el esquema tradicional docentes-investigadores, cuando el trabajo de los primeros supone llevar a cabo procesos de investigación incorporables al quehacer de nuestros alumnos. Si publicamos, dónde y con qué fines, o si fieles a la dicotomía enunciada previamente evadimos escribir para no enfrentar las páginas en blanco. Si continuamos sometidos a la falacia del binomio teoría-práctica o reivindicamos nuevos esquemas más acordes con lo que implica la relación entre la realidad y el conocimiento.
Los nuevos perfiles tradicionales. Una reflexión como la que hemos propuesto a lo largo de este trabajo no puede pasar por alto la vinculación entre las escuelas de comunicación y los empleadores. Es decir, si continuamos considerando entre las opciones profesionales el extenso quehacer en los medios de comunicación –como se usaba desde las primeras licenciaturas en comunicación- o si buscamos establecer una correlación entre los planes de estudio y el mercado laboral de la región. Si consideramos que el egresado de comunicación cuenta con un perfil tan abierto que no se ajusta a las necesidades de la profesión, o si hemos incorporado en los planes de estudio los contenidos para los nuevos perfiles profesionales7, en tanto prosumidor, entre otros: Community Manager: Generador de contenidos, analista de información y especialista en redes sociales (Morales Hernández, 2012). Editor de Contenidos: El profesional que redacta, edita y publica contenidos –anuncios, comunicados, notificaciones, etc.- de su empresa o medio donde trabaja. Se centra en los contenidos, es el creativo de la palabra que habla el lenguaje de los clientes y la empresa (Rivera, 2011). Curador de Contenidos: Encuentra, organiza, presenta y comparte información valiosa (contenido) sobre un tema específico, de manera que proporciona al lector su visión sobre el tema, buscando el debate sobre el mismo (Carrió, 2013). Minería de datos: Es un proceso que busca descubrir, extraer y almacenar información relevante de amplias bases de datos, a través de programas de búsqueda e identificación de patrones y relaciones globales, tendencias, desviaciones y otros indicadores aparentemente caóticos que tienen una explicación y que pueden descubrirse mediante diversas técnicas (Larrieta y Santillán). Dircom: Se trata de un profesional con vocación al diálogo y la transparencia con todos sus públicos. Es el eslabón entre la empresa y sus públicos y, en consecuencia, el responsable de generar comunicación a fin de ganar su confianza (Zapata, 2013). Productor Transmedia: En el marco de la sociedad multipantalla, esbozada al principio de este trabajo, Andrés Barrios y William Zambrano afirman que “la generación digital requiere asimilar los conceptos junto con las interfaces que hacen parte de su campo de acción; espacios en los que la transcodificación de esquemas y procesos exige una práctica 6
Es creciente el número de sitios que pone a disposición de los interesados un número indeterminado de libros en PDF que pueden bajarse a la computadora, además de las opciones del libro electrónico, que abarata el costo del libro de papel. 7 Se trata de una breve descripción sobre cada uno.
guiada desde la academia (…) a través de plataformas virtuales en las que se potencian las características de los medios”. Supone partir de un proyecto que deberá colocarse en al menos tres plataformas. De aquí la importancia de que los especialistas en la materia desarrollen habilidades relacionadas con las narrativas y con las modalidades de producción en diversas plataformas con énfasis en Internet, como una opción que abre muchas posibilidades al desarrollo profesional. El proceso se ejemplifica a través de la siguiente infografía:
En Blog de Alfredo Vela: http://ticsyformacion.com/2013/11/16/que-es-la-narrativa-transmedia-infografiainfographic-socialmedia/ (30.IX.15).
Consideraciones finales: Este artículo no ofrece soluciones; más bien pretende dejar planteados una serie de retos que actualmente enfrentan las escuelas de comunicación en México. La presencia de un nuevo modelo de comunicación, propio de ambientes hipermediáticos, genera hipermediaciones de diversa índole que es necesario estudiar y analizar. Aprovechando la teoría líquida de Baumant, tenemos frente a nosotros un cuerpo de conocimiento generado y actualizable regionalmente sobre estos fenómenos, que podemos privilegiar por encima de los textos acabados y sólidos que rápidamente se tornan obsoletos. La enorme riqueza de los buscadores profesionales –más allá de la cultura del Google y los wikis- nos ofrece una colección de trabajos recientes que, si bien todavía no constituyen un cuerpo teórico, nos ofrecen la posibilidad de enfrentar a los estudiantes con la realidad que demanda su formación. En este contexto, cabe tener presente que nuestros alumnos son prosumidores analfabetas, a quienes es necesario alfabetizar mediante los métodos y las técnicas adecuadas para que su formación cumpla con las expectativas de un mercado laboral creciente, pero que hasta el momento no encuentra a los profesionales adecuados para incorporar a sus filas. Un profesional que se enfrenta a la complejidad creciente sintetizada en la siguiente ilustración:
En Jáuregui, Eloy, “Los prosumidores. Periodismo 3.1”, en blog Cangrejo Negro https://cangrejonegro.wordpress.com/2013/11/25/los-prosumidores-periodismo-3-0/ (30.IX.15)
En este proceso, no podemos pasar por alto la relevancia de tomar conciencia de que también somos prosumidores de distintas maneras, y que debemos incorporar este rasgo a nuestras prácticas educativas. La discusión sobre el cómo debe incorporarse a nuestras agendas institucionales, que podamos socializar en nuestras respectivas regiones y en las reuniones del CONEICC. En la medida en que encontremos estrategias creativas de cara a estos escenarios, contribuiremos a formar a los comunicadores que tengan cabida en un mercado laboral, en el que incluso pueden participar como generadores de nuevos perfiles profesionales además de los arriba descritos. Socializar estas estrategias contribuirá a enfrentar a uno de los más extendidos rivales contemporáneos: la Infoxicación o sobreabundancia de información. Una situación que, como ilustra la siguiente imagen, puede enfrentarse mediante los nuevos perfiles profesionales.
En https://groups.diigo.com/group/pleintef/content/tag/infoxicaci%C3%B3n%20infograf%C3%ADa (30.IX.15)
Finalmente, más allá de ser una dicotomía, debemos buscar espacios de mediación entre los Migrantes y los Nativos Digitales que se traduzcan en el desarrollo de intervenciones creativas para la formación de comunicadores. Ni todo lo que demandan las nuevas generaciones, ni la inercia que caracteriza algunas de nuestras prácticas docentes. El equilibrio de estos actores no tiene fórmulas unívocas; más bien es producto del trabajo colegiado y del desarrollo de estrategias que contribuyan a la difusión de estas experiencias. Tenemos frente a nosotros una tarea compleja que podemos abordar desde nuestras respectivas ópticas institucionales y regionales, cuya socialización de experiencias fortalecerá nuestras actividades como Consejo y nos ayudará a tomar decisiones con respecto a los rumbos de la Enseñanza de la Comunicación durante el trienio 2015-2018.
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