XVIII ANUARIO DE INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN CONEICC

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ANUARIO

DE INVESTIGACIÓN DE LA

CONEICC XVIII

COMUNICACIÓN


UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA Dr. Felipe Cuamea Velázquez Rector

Lic. Ricardo Dagnigno Moreno Secretario General

Dr. Óscar Roberto López Bonilla Vicerrector Campus Ensenada

Mtro. Miguel Ángel Martínez Romero Vicerrector Campus Mexicali

Dr. José David Ledezma Torres Vicerrector Campus Tijuana

Dr. Hugo Edgardo Méndez Fierros Secretario de Rectoría e Imagen Institucional

Anuario de investigación de la comunciación CONEICC XVIII / Ángel Manuel Ortiz Marín, coord. -- Mexicali, Baja California : Universidad Autónoma de Baja California : CONEICC, 2011. 336 p. ; 21 cm. ISBN 1.Comunicación --Investigaciones--México. 2.Medios de comunicación de masas -- México. I.Ortiz Marín, Ángel Manuel. II.Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (México). III. Universidad Autónoma de Baja California. IV.t. P91.5.M6 A58 2011

© D.R. 2011 Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación Las características de esta publicación son propiedad del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación. Esta publicación fue auspiciada por la Universidad Autónoma de Baja California. Av. Álvaro Obregón y Julián Carrillo s/n. Col. Nueva. Mexicali, Baja California, México. www.uabc.mx

ISBN


CONSEJO NACIONAL PARA LA ENSEÑANZA Y LA INVESTIGACIÓN DE LAS CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

ANUARIO DE INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN CONEICC XVIII Ángel Manuel Ortiz Marín COORDINADOR



DIRECTORIO INSTITUCIONAL CONSEJO NACIONAL PARA LA ENSEÑANZA CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

Y LA INVESTIGACIÓN DE LAS

Comité Coordinador 2009-2012 PRESIDENCIA María Concepción Lara Mireles VICEPRESIDENCIA Zoyla Hernández Blanco SECRETARIA DE ACTAS Marisol Tello Rodríguez TESORERA Yulieth Delgado Sánchez COORDINACIÓN DE ASUNTOS ACADÉMICOS Mauricio Ortiz Roche COORDINACIÓN DE DOCUMENTACIÓN Alma Gloria Reyes Perales COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN Ángel Manuel Ortiz Marín COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN Eva María Pérez Castrejón VOCALÍA VALLE DE MÉXICO María de Lourdes López Gutiérrez VOCALÍA GOLFO-SURESTE Juan Carlos Pérez Durán VOCALÍA NORESTE Karla A. Tijerina Sánchez VOCALÍA CENTRO OCCIDENTE


Vanesa del Carmen Muriel Amezcua VOCALÍA NOROESTE Adolfo Soto Curiel DIRECCIÓN REGIONAL DE MÉXICO ANTE FELAFACS Luis Miguel Bueno Sánchez


ANUARIO DE INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN CONEICC XVIII

COORDINADOR Ángel Manuel Ortiz Marín Universidad Autónoma de Baja California

COORDINADORA EDITORIAL Rosa María Espinoza Universidad Autónoma de Baja California

ASISTENTES DE LA COORDINACIÓN Luz Carmina Ortiz Márquez Cristal Palencia Santana Universidad Autónoma de Baja California

CORRECCIÓN DE ESTILO Tomás Di Bella Martínez Rosa María Espinoza Galindo Universidad Autónoma de Baja California

DISEÑO Juan Carlos Pérez Durán Carlos Alberto Robles Tapia Universidad del Altiplano, Tlaxcala

DISEÑO DE PORTADA Juan Carlos Pérez Durán



CONSEJO EDITORIAL XVIII ANUARIO DE INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN CONEICC

Aceves González, Francisco de Jesús Universidad de Guadalajara Aguilar Edwards, Andrea Universidad Autónoma de Coahuila. Unidad Saltillo Alanís Ramírez, Juana María Universidad Autónoma de Coahuila. Unidad Saltillo Alva de la Selva, Alma Rosa Universidad Nacional Autónoma de México Becerra Villegas, Jesús Universidad Autónoma de Zacatecas Benassini Félix, Claudia Universidad Simón Bolívar Bueno Sánchez, Luis Alberto Universidad de Colima Cardona Stoffregen, Diana Universidad Intercontinental Casas Pérez, María de la Luz Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Cuernavaca Castellanos Cerda, Vicente Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa Collingnon Golibar, María Martha Instituto Tecnológico y de Estudios Superior de Occidente Cornejo Portugal, Inés Universidad Iberoamericana, Campus Ciudad de México


Esteinou Madrid, Javier Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco Fuentes Navarro, Raúl Instituto Tecnológico y de Estudios Superior de Occidente Gómez Vargas, Héctor Universidad Iberoamericana, Campus León Hidalgo Toledo, Jorge Alberto Universidad Anáhuac, México Norte Islas Carmona, José Octavio Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Estado de México León Duarte, Gustavo Adolfo Universidad de Sonora López Landeros, Ruth Ildebranda Universidad Loyola del Pacífico Martell Gámez, Lenin Universidad Autónoma del Estado de México Martínez Garza, Francisco Javier Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Monterrey Mass Moreno, Elisa Margarita Universidad Nacional Autónoma de México Méndez Fierros, Hugo Edgardo Universidad Autónoma de Baja California, Campus Mexicali Meyer Rodríguez, José Antonio Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla Muriel Amescua, Vanesa del Carmen Universidad Autónoma de Querétaro


Orozco Gómez, Guillermo Universidad de Guadalajara Ortega Villa, Luz María Universidad Autónoma de Baja California, Campus Mexicali Padilla de la Torre, María Rebeca Universidad Autónoma de Aguascalientes Paláu Cardona, Sofía Instituto Tecnológico y de Estudios Superior de Occidente Ramírez Beltrán, Rafael Tonatiuh Universidad Anáhuac, México Norte Ramírez Espinoza, Marco Universidad Autónoma de Baja California, Campus Mexicali Ramírez López, Martha Universidad Autónoma de Querétaro Rebeill Corella, María Antonieta Universidad Anáhuac, México Norte Rizo García, Martha Universidad Autónoma de la Ciudad de México Rocha Silva, Ma. Alejandra Universidad de Colima Robles Irazoqui, Yadira del R Universidad del Valle de Atemajac Sánchez de Armas, Miguel Ángel Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla Sánchez Uribe, Clemente Universidad Anáhuac, México Norte Solís Leree, Beatríz Universidad Autónoma Metropolitana- Xochimilco


Trejo Delarbre, Raúl Universidad Nacional Autónoma de México Valero Vilchis, Janeth Universidad Autónoma del Estado de México Zermeño Flores, Ana Isabel Universidad de Colima


Tabla de contenido 19 / LOS ESCENARIOS DEL CONEICC. A MANERA DE INTRODUCCIÓN María Concepción Lara Mireles Ángel Manuel Ortiz Marín 29 / ENTRAMADOS DISCURSIVOS DE LOS PRODUCTORES DE CAFÉ ORGÁNICO EN EL MÉXICO, A TRAVÉS DE LA RED DE INTERNET Elizabeth Bautista Flores José Luis Susano García Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua

SUR DE

45 / PRÁCTICAS Y CONSUMO MEDIÁTICO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS América Tonantzin Becerra Romero Universidad Autónoma de Nayarit 63 / COMUNICACIÓN ELECTORAL Y DELIBERACIÓN CIUDADANA. UNA EVALUACIÓN NORMATIVA DE LOS SPOTS DE LAS CAMPAÑAS ESTATALES DE 2009 Y 2010 Martín Echeverría Victoria Universidad Anáhuac Mayab Julio Juárez Gámiz Universidad Nacional Autónoma de México 83 / EL PODER MEDIÁTICO EN LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO EN MÉXICO Javier Esteinou Madrid Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco 103 / LA INVESTIGACIÓN SONORA: DE LA SIGNIFICACIÓN DEL ESPACIO A LA CONSTRUCCIÓN DE LAS IDENTIDADES. EL CASO DE LA SONOTECA DE MÉXICO Santiago Fernández Trejo y Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal Universidad del Claustro de Sor Juana 117 / JÓVENES EN EL MUNDO PLAY. IDENTIDADES PROYECTABLES Y UN ACERCAMIENTO Héctor Gómez Vargas Universidad Iberoamericana, Campus León

REALIDADES

AUMENTADAS.

137 / ANDAMIAJES INSTITUCIONALES: EL CANAL DEL CONGRESO FRENTE A LOS RETOS DE LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA DE UNA NUEVA DISCURSIVA POLÍTICA MEDIÁTICA

Roy González Padilla Universidad Autónoma de San Luis Potosí


155 / EDUCACIÓN EN LOS TIEMPOS DE INFORMACIÓN. UN EJERCICIO DE COMPRENSIÓN DE LOS PARADIGMAS ÉTICOS DEL PROCESO DE COMUNICACIÓN EN LA ACTUALIDAD POSTMODERNA

Jolanta Klyszcz Gasz Universidad del Claustro de Sor Juana 173 / IMÁGENES DEL CUERPO, ALIMENTACIÓN Y ACTIVIDAD FÍSICA EN LA TELEVISIÓN INFANTIL MEXICANA: UN ANÁLISIS DE CONTENIDO

María del Roble Mendiola Delgado Gabriela de Lourdes Pedroza Villarreal Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey 193 / LA FORMACIÓN Y PRÁCTICA PROFESIONAL DEL COMUNICADOR EN QUERÉTARO Vanesa del Carmen Muriel Amezcua Universidad Autónoma de Querétaro 209 / CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA CULTURA A TRAVÉS DE LAS TIC EN MIGRANTES A EU. EL CASO DE YOUTUBE EN UN PUEBLO DEL SEMIDESIERTO QUERETANO José Juan Olvera Gudiño Universidad Regiomontana 229 / ERROR DE CONEXIÓN: ALEGATO POR UNA POLÍTICA DE LAS ARTES ELECTRÓNICAS Y EN LÍNEA

Carlos Prieto Acevedo Universidad del Claustro de Sor Juana 247 / APUNTES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN ESTÉTICA

Vivian Romeu Aldaya Universidad Autónoma de la Ciudad de México 267 / NUEVAS FUNCIONES Y USOS SIMBÓLICOS DEL TELÉFONO CELULAR ENTRE LOS JÓVENES

Consuelo Yarto Wong Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey 287 / LA OPORTUNIDAD RETÓRICA Y EL DEBATE SOBRE LA AUTORIZACIÓN MEXICANA A LA INTERVENCIÓN MILITAR EN IRAK Arturo Zárate Ruiz El Colegio de la Frontera Norte. Oficina de Matamoros


RESÚMENES DE TESIS DE GANADORES DEL PREMIO NACIONAL CONEICC 2010 CATEGORÍA LICENCIATURA PRIMER LUGAR 309 / ENCICLOMEDIA COMO USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA EN EL ESTADO DE QUERÉTARO Karla Belém Negrete Huelga Universidad Autónoma de Querétaro SEGUNDO LUGAR 315 / CREACIÓN, DESARROLLO Y APLICACIÓN DE UN PLAN ESTRATÉGICO DE COMUNICACIÓN PARA EL MUNICIPIO DE TEPEYAHUALCO DE HIDALGO, PUEBLA Martha Paola Ponciano Hernández Francisco Javier Miranda Gómez José Ma. Argüelles Ávila Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla TERCER LUGAR 321 / “LOS MUERTOS MEXICANOS" IDENTIFICACIÓN DEL JOVEN METALERO DE ENTRE LOS 20 Y 24 AÑOS DE EDAD EN LA ZONA METROPOLITANA DE GUADALAJARA CON LAS COSTUMBRES Y FESTIVIDADES QUE CONFORMAN LA IDENTIDAD MEXICANA TRADICIONAL

Rodolfo Carlos Torres Gutiérrez Universidad del Valle de Atemajac CATEGORÍA MAESTRÍA PRIMER LUGAR 327 / LA COMUNICACIÓN POLÍTICA DE LOS OPINÓLOGOS EN LA ESFERA PÚBLICA. LA POST ELECCIÓN DE 2006 EN MÉXICO José David Calderón García Universidad de Guadalajara



Introducción Los escenarios del CONEICC. A manera de Introducción María Concepción Lara Mireles y Ángel Manuel Ortiz Marín1 ○

El CONEICC es un espacio académico interinstitucional de reflexión y de diálogo sobre el papel de la comunicación en la historia viva de México. Es un espacio de compromiso colegiado, que desde la academia busca incidir en las políticas comunicacionales regionales y nacionales y en el establecimiento de la agenda del país que queremos construir. La “ciencia con conciencia” es entonces el referente que permea todos los esfuerzos para consolidar nuestro campo de estudio desde la docencia, la investigación, la búsqueda de pertinencia social. Siempre en el respeto a las múltiples voces institucionales que conforman el Consejo, a la pluralidad regional que representan, a los diferentes criterios y enfoques de búsqueda que coralmente plantean. El Anuario de Investigación CONEICC, que hoy llega a su XVIII edición, da cuenta del trayecto recorrido. Sistémicamente hay una interrelación constitutiva entre las partes y el todo. De ahí que el análisis científico de la problemática social que se ha ido plasmando en los anuarios, encuentra su matriz en el trabajo docente en las aulas, porque también en la interrelación alumnos-maestros-autores-programas-prácticas-productos profesionales se construye el conocimiento y las competencias comunicativas. El Premio Nacional CONEICC que por años se ha otorgado a los trabajos recepcionales de licenciatura y maestría es expresión de esta convicción. 1

Presidenta y coordinador de investigación del CONEICC, respectivamente.

Los escenarios del CONEICC. A manera de introducción • 19


Por eso el esfuerzo en CONEICC para impulsar la calidad de los programas educativos en comunicación va a la par del proyecto de consolidación científica del campo disciplinario. Vamos a reseñar sólo algunos de esos pequeños y grandes pasos que hemos dado en estos últimos tres años: Hemos respaldado el trabajo intra-vocalías, propiciando los seminarios de formación docente y de diálogo estudiantil a nivel regional, así como la conformación de redes radiofónicas universitarias, verdaderos altavoces para estudiantes y maestros. La novedosa realización de los talleres de formación de jóvenes investigadores en las diferentes vocalías empieza a dar sus primeros frutos, entre los que destacan la creación de observatorios de medios, algunos ya integrados a los planes curriculares de comunicación y la publicación de un texto colectivo. Los dos primeros encuentros nacionales de directores de escuelas y facultades de comunicación, auspiciados y llevados a cabo en la Universidad Anáhuac del Norte (2010 y 2011) representan un significativo avance respecto a la atención específica al sector directivo de nuestras instituciones. La promoción de la cultura de la excelencia académica y de la mejora continua es parte de nuestro ideario y se ha visto reflejada en el impulso a los procesos de acreditación por parte de nuestras instituciones. A la fecha han sido acreditadas 21 carreras de comunicación por el Consejo para la Acreditación de la Comunicación, Conac con quien trabajamos en forma coordinada. Nos hemos acercado también a organismos acreditadores internacionales como CLAEP y ACEJMC. El CONEICC es la casa de la comunicación donde se convive, se celebra, se reflexiona, se escucha y se tiene voz. Por eso fuimos actores del XV Encuentro Nacional CONEICC convocado, organizado y realizado bajo el lema: “La comunicación que necesitamos, el país que queremos”. Ambiciosa declaración que se convirtió en la tarea, el reto, el compromiso, no sólo para esos cuatro intensos días de octubre de 2010, sino para el futuro, en el cotidiano hacer de la academia y quehacer ciudadano, desechando posturas y relatos caducos y renovando procesos comunicativos para ventilar el enrarecido clima social. La reseña y reconocimiento del esfuerzo conjunto de tantas escuelas y facultades de comunicación, de sus académicas y académicos, de sus estudiantes, que en múltiples formas participaron activamente en la planeación y en la realización de este foro, no es posible agotarlo en un corto espacio. El XV Encuentro Nacional CONEICC ha sido el ejemplo hasta ahora más acabado de colaboración entre toda una vocalía, la del

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Centro de México, la institución sede: la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, el Comité Coordinador del Consejo y las 76 instituciones miembros que participaron con sus estudiantes, sus profesores, sus investigadores, en esa gran mesa de diálogo. Gracias a todas y a todos. Hay mucho camino por andar, juntos lo vamos haciendo.

EL ANUARIO Durante estas tres últimas ediciones del Anuario de Investigación del CONEICC se han expresado las diferentes tendencias temáticas en las cuales se desarrolla el campo académico de las ciencias de la comunicación en México. La reflexión teórica, y el ejercicio empírico expresado en los 29 textos publicados, en los cuales los académicos e investigadores que participaron como autores, de universidades públicas y privadas, al igual que de centros de investigación, han quedado plasmados en las páginas de las ediciones XVI, XVII y XVIII de los anuarios respectivos. Sin olvidar las nueve reseñas de tesis de licenciatura y tres de maestría, cuyos textos fueron reconocidos por la calidad de sus trabajos mediante el Premio a la Tesis Recepcional de los años 2008, 2009 y 2010, y cumpliendo uno de los propósitos del CONEICC: el de divulgar la obra de nuevos autores. Resalta por supuesto la procedencia de las instituciones de adscripción de los autores, así lo expresa el siguiente cuadro (ver cuadro 1): Cuadro 1. Institución de adscripción de los autores Instituciones/textos

Anuarios

Tesis

Instituciones públicas Instituciones privadas

15 14

5 7

Las temáticas son de lo más diversas, lo cual refleja la polisemia de la comunicación, pero también las preocupaciones teóricas y problemas a los cuales los autores dedicaron su atención en las tres ediciones del Anuario. Pobreza, salud, educación, economía, las tecnologías, el arte, la política, los medios y la cultura en general; en niños, jóvenes y adultos, ya fueran hombre o mujeres, abordados como sujetos, grupos o públicos, ya sea en la ciudad o el campo, fueron referenciados por los autores de los diversos capítulos del Anuario en el 2009, 2010 y 2011. ¿Cuáles fueron las temáticas referidas en las ediciones del Anuario? Estas se expresan en el siguiente cuadro (ver cuadro 2), para ello se Los escenarios del CONEICC. A manera de introducción • 21


utilizaron los descriptores del Tesauro de la Unesco (1995) referido al tema Información y comunicación. Cuadro 2. Tipo de temáticas. Temáticas

Cantidad

Anuario

Investigación de la comunicación Planificación de la comunicación Política de la comunicación Procesos de comunicación Total de trabajos

3 2 8 16 29

XVII/ XVIII XVIII XVI/XVII/ XVIII XVI/XVII/ XVIII

En este laborioso trabajo destaca la tarea en ocasiones no siempre reconocida, de los dictaminadores. Participaron un conjunto de 105 evaluadores de los textos propuestos para publicar en el Anuario, distribuidos de la siguiente manera. Cuadro 3. Cantidad de dictaminadores participantes Anuario XVI XVII XVII

Número de dictaminadores 29 34 42

Sirvan estas líneas para agradecer a tod@s y cada un@ de l@s dictaminadores su invaluable colaboración con la coordinación del Anuario. Sus puntos de vista y opiniones expresadas en los dictámenes sobre los textos, no siempre coincidentes como suele ser la tarea intelectual, fueron respetados y acatados; de tal forma que la coordinación sustentó su trabajo a partir de la valiosa experiencia de este conjunto de académicos de casi todas las universidades miembros del CONEICC. Sin embargo, destacan algunos de los comentarios externados por varios de los dictaminadores en torno a los trabajos presentados. La preocupación por la disminución en la calidad de algunos de los textos, la obsolescencia en las fuentes referenciales utilizadas, incluso la mala redacción aunada a la desatención a las normas de publicación que la convocatoria anual que el CONEICC divulga para la publicación de los trabajos en el Anuario. Así lo demuestra el siguiente cuadro (ver cuadtro 4) que indica la cantidad de trabajos presentados, los rechazados, los aceptados con modificaciones y los aceptados sin modificación alguna.

22 • María Concepción Lara Mireles y Ángel Manuel Ortiz Marín


Cuadro 4. Condición de los trabajos presentados para publicar en los Anuarios Anuarios/textos

Anuario XVI

Anuario XVII

Anuario XVIII

Textos presentados

18

17

29

Textos rechazados

11

10

14

Textos aprobados

4

3

11

3

4

4

7

7

15

con modificación Textos aprobados sin modificación Textos publicados

Ahora bien, la edición XVIII del Anuario de Investigación del CONEICC presenta un total de 15 textos de diferente factura. Los autores, algunos académicos de amplia trayectoria y con varios trabajos publicados en el Anuario y otros que se inician en la publicación de su labor intelectual, pero todos con la calidad suficiente para merecer ver publicado sus textos, a decir de los dictaminadores, en este número. El primer trabajo, corresponde a Elizabeth Bautista y José Luis Susano García y se intitula “Entramados discursivos de los productores de café orgánico en el sur de México, a través de la red de internet” refiere cómo las organizaciones de agricultores vinculados al café han creado una red de comercialización que se beneficia del internet para divulgar su producción pero también, y como valor agregado, incorporan elementos étnico-culturales donde hacen una defensa de su cosmovisión y re-construcción de su origen. “Prácticas y consumo mediático de estudiantes universitarios de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Nayarit” es el segundo texto cuya autora, América Tonatzin Becerra Romero, aborda un tema importante dentro del estudio del consumo cultural, para ello realizó un ejercicio de corte cualitativo para indagar las prácticas mediáticas de estudiantes de licenciatura y los simbolismos vinculados a ellas y cuyos resultados mostraron que sus prácticas mediáticas están vinculadas a elementos simbólicos que derivan principalmente de las actividades y necesidades que tienen los jóvenes y estudiantes de Nayarit. Le sigue el trabajo de Martín Echeverría Victoria y Julio Juárez Gámiz, llamado “Comunicación electoral y deliberación ciudadana. Una evaluación normativa de los spots de las campañas estatales de 2009 y 2010” el cual hace referencia a un análisis de la calidad de la información que los medios ofrecen al electorado; los autores realizaron un ejercicio de análisis de contenido a los spots de campañas electorales Los escenarios del CONEICC. A manera de introducción • 23


de 16 entidades federativas, tanto de 2009 como de 2010. Y los resultados obtenidos indican que las tendencias de personalización, reduccionismo temático y apelación emocional son predominantes, lo que pudiera dificultar un voto razonado y deliberado de parte de los electores. Javier Esteinou Madrid presenta un texto en este Anuario con el nombre de “El poder mediático en la transformación del Estado en México”. El autor plantea la pertinencia de examinar el fenómeno del nuevo Estado mestizo que ha emergido en México con su correspondiente nueva república mediática que surgió en el país a partir de los cambios estructurales que introdujeron las tecnologías electrónicas de difusión colectivas desde mediados del siglo XX en el México contemporáneo. Por estas razones Esteinou demanda que se precise intelectualmente cuáles son sus características, sus procesos de acción, las consecuencias sociales que provoca y la dirección auténtica hacia dónde conduce el futuro del país. El quinto texto se denomina “La investigación sonora: de la significación del espacio a la construcción de las identidades. El caso de la Sonoteca de México”, elaborado por Santiago Fernández Trejo y Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal, representa un trabajo inusual dentro de la ediciones anteriores del Anuario, pues los autores proponen la generación de conocimiento a partir de la revisión de los modelos epistemológicos que suelen aplicarse tradicionalmente al campo del estudio audiovisual y por tal motivo consideran pertinente la revisión del proyecto Sonoteca de México para ahondar sobre las posibilidades de la investigación sonora y sus implicaciones para la comprensión del entorno como espacio acústico. “Jóvenes en el Mundo Play. Identidades proyectables y realidades aumentadas. Un acercamiento”, de Héctor Gómez Vargas es el sexto trabajo, cuyo contenido plantea el comprender lo que acontece en los tiempos recientes con muchos colectivos juveniles, con la finalidad de acceder a la manera cómo se han gestado transformaciones culturales a partir de una creciente conversión civilizatoria hacia lo digital. Para ello, el autor realiza una nueva exploración a través de algunos acercamientos con jóvenes fans de algunas de las nuevas manifestaciones de la cultura mediática, aquellas con las que se llegó y comenzó a mover en la primera década del siglo XXI. Roy González Padilla presenta su texto llamado “Andamiajes institucionales: el Canal del Congreso frente a los retos de la construcción democrática de una nueva discursiva política mediática”. El texto plantea que una de las limitantes del desarrollo democrático de un país lo constituye la deficiencia de la cultura política en su sociedad, de su

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cultura política participativa, la cual a su vez se encuentra en cierta medida condicionada por los espacios mediáticos creados desde el poder público. De ahí la importancia que adquiere el Canal del Congreso para el desarrollo democrático del país. El octavo trabajo es de Jolanta Klyszcz Gasz y se denomina “Educación en los tiempos de la información. Un ejercicio de comprensión del proceso de enseñanza-aprendizaje en la actualidad postmoderna”, y su propuesta es promover una educación significativa para los estudiantes de la comunicación. El pensamiento de la autora es que los jóvenes formados en las condiciones de la comunicación directa y virtual, en cuyo efecto su costumbre moral es distinta comparada con la generación anterior, informada por los medios masivos. El siguiente texto lleva por nombre “Imágenes del cuerpo, alimentación y actividad física en la televisión infantil mexicana: un análisis de contenido” de María del Roble Mendiola Delgado y Gabriela de Lourdes Pedroza Villarreal, para lo cual las autoras realizaron un análisis de contenido de la programación infantil mexicana en 2010 para revisar qué tipo de imágenes del cuerpo, de la alimentación y el ejercicio se presenta con el objetivo de encontrar evidencias de estas temáticas en los programas y comerciales dirigidos a los niños. Y los resultados de su análisis muestran que la televisión dirigida a los niños al estar en horarios en los que ellos pueden exponerse más fácilmente, tiene algunas referencias a la imagen del cuerpo, la alimentación y la actividad física, pero estas menciones son pocas y son mayormente positivas, muy pocas negativas y casi ninguna neutral. El décimo trabajo se intitula “La formación y práctica profesional del comunicador en Querétaro” de Vanesa del Carmen Muriel Amezcua, en el cual plantea un primer acercamiento al estatus que guarda la formación de comunicadores y las prácticas profesionales que desde las instituciones se privilegian y una de sus conclusiones significativas, es la importancia de nuevos perfiles profesionales a partir de la estructuración de prácticas emergentes como por ejemplo: comunicación y salud, comunicación y ecología, comunicación y organizaciones no gubernamentales, entre otras. También abordando la contextualidad queretana, pero desde otra perspectiva, José Juan Olvera Gudiño el autor del undécimo texto denominado “Construcción social de la cultura a través de las TCIS en migrantes a EU” aborda el caso de YouTube en un pueblo del semidesierto queretano, explorando las representaciones sobre cultura e identidad que aparecen en 228 videos obtenidos de la plataforma YouTube, bajo el ancla nominal de “Villa Progreso”. Se propone un esquema conceptual de la cultura

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para describir realidades multiculturales de sus pobladores: quiénes viajan a Estados Unidos como trabajadores migrantes y quiénes se quedan. Para ello se apoya del análisis de contenido como técnica para identificar temáticas recurrentes de su vida cotidiana y festiva. Un ámbito singular a partir del desarrollo mediático es la vinculación de lo tecnológico con el arte, por ello el duodécimo texto es de Carlos Prieto Acevedo y lleva por nombre “Error de Conexión: alegato por una política de las artes electrónicas y en línea“, mediante el cual realiza una revisión crítica del net-art como forma de expresión, pero particularmente a partir de su entorno comunicativo. Una autora que con frecuencia publica en el Anuario es Vivian Romeu Aldaya ahora con el texto “Apuntes para la construcción de una teoría de la comunicación estética“, cuyo objetivo es articular conceptualmente el campo del arte y al campo de la comunicación a partir de la revisión del concepto de diálogo. Dicho concepto se aborda desde lo comunicativo como condición ontológica de la comunicación, y gnoseológicamente desde un enfoque comunicológico; para el arte, el abordaje al diálogo se realiza desde el concepto de práctica artística en tanto suceso creativo y el concepto de experiencia estética. Arturo Zárate Ruiz presenta su trabajo sobre “La oportunidad retórica y el debate sobre la autorización mexicana a la intervención militar en Irak“ mediante el cual se ilustra con el debate sobre la posible autorización mexicana a la intervención militar en Irak, en 2003. En ese momento México tuvo entonces la oportunidad de sentar las bases para acuerdos más fructíferos con Estados Unidos, con ello el autor ilustra el principio retórico de las oportunidades en las que el orador y el tomador de decisiones, deben cumplir con su responsabilidad de descubrir y atrapar las oportunidades cuando se presenten. Y finalmente, el décimo quinto texto es de Consuelo Yarto Wong con el nombre de “Nuevas funciones y usos simbólicos del teléfono celular entre los jóvenes“, aparato de comunicación fuertemente asociado a nuevas funciones y sentidos relacionados con aspectos de seguridad, vigilancia, autonomía y estatus. A partir de 160 encuestas y seis grupos de discusión entre hombres y mujeres jóvenes se exploran los usos simbólicos del aparato, y la manera como éstos promueven nuevas formas de interacción y de construcción de la identidad personal. Los hallazgos sugieren diferencias fundamentales a partir del nivel socioeconómico de los usuarios. A estos trabajos debemos agregar los resúmenes de las tesis ganadoras del Premio Nacional CONEICC 2010. En la categoría de licenciatura los trabajos fueron:

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En el primer lugar, el texto de Karla Belem Negrete Huelga, se denomina “Enciclomedia como uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la educación primaria en el estado de Querétaro“. El programa Enciclomedia nace como complemento de la integración de las nuevas tecnologías de la educación básica, conformando una iniciativa de cambio en el proceso enseñanzaaprendizaje que busca mejorar la calidad educativa. Su investigación se apoya en un ejercicio metodológico de corte cualitativo, y con ello demuestra que los objetivos del programa no son cumplidos en su totalidad; además la tesista afirma que la presencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en los salones de clase no garantiza que su uso sea eficaz, ni asegura que los métodos de enseñanza sean de mayor calidad. En el segundo lugar, se ubica el texto de Martha Paola Ponciano Hernández, Francisco Javier Miranda Gómez y José Ma. Argüelles Ávila, cuyo título es “Creación, desarrollo y aplicación de un plan estratégico de comunicación (PEC) para el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla“. El interés de la tesis de los autores responde a la necesidad de divulgar los atractivos turísticos, generar una imagen y mejorar en materia de comunicación de dicho municipio. El objetivo de la implementación de un PEC consistió en elaborar estrategias de comunicación basadas en un diagnóstico previo, que contribuyeran a la comunicación interna y externa de Tepeyahualco. Y como consecuencia de la realización de este proyecto, el Ayuntamiento de ese municipio realiza los trámites necesarios para poner en marcha las estrategias propuestas y en un año, estar en condiciones de aplicar para el programa Pueblos Mágicos. Rodolfo Carlos Torres Gutiérrez, ganador del tercer lugar con la tesis “Los muertos mexicanos, identificación del joven metalero de entre los 20 y 24 años de edad en la zona metropolitana de Guadalajara con las costumbres y festividades que conforman la identidad mexicana tradicional”. El autor señala que la identidad es el resultado de un proceso de comunicación constante, siempre distinto, en el cual los individuos actúan como emisores y receptores de distintas series de mensajes en los contextos en los que se desarrollan; para ello realizó entrevistas a profundidad a siete jóvenes, y concluyendo que la identificación del joven que se autodefine como metalero hacia lo mexicano es posible cuando toma conciencia de aquellos elementos que le son agradables; así mismo, cuando puede verse reflejado en los otros por medio de ciertas prácticas socioculturales que como el Día de Muertos, le permiten reafirmar modelos comunes en la expresión metalera y en la mexicana tradicional.

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Y en la categoría de maestría el trabajo premiado con el primer lugar fue por José David Calderón García con la tesis “La comunicación política de los opinólogos en la esfera pública. La post elección de 2006 en México“. La investigación establece que una vez concluida la jornada electoral del 2 de julio de 2006, los géneros de opinión mostraron en las planas de los diarios distintas “formas de argumentar”, y se planteó como supuesto que dichos argumentos estaban diferenciados por las estrategias retóricas utilizadas por los productores de estos textos para convencer, persuadir o manipular a sus lectores al publicar opiniones de las más diversas posturas, que no corresponden necesariamente con las directrices ideológicas del diario y que en ese sentido la prensa coadyuva a la construcción de la democracia. El tesista concluye afirmando que los géneros de opinión de la prensa escrita deben ser mirados bajo una óptica deliberativa, y aunque no es la panacea que resolverá la inflexión democrática del sistema político mexicano, es un componente esencial, al facilitar un gobierno legitimado por opiniones sostenidas en argumentos persuasivos, con todo y los riesgos de que existan discursos manipuladores En su conjunto estos 15 trabajos y tres reseñas de tesis representan la perspectiva que de la comunicación es atendida en los distintos espacios académicos, producto de la problemática que la comunicación manifiesta y que permite explorar, estudiar e investigar desde los referentes que las diversas disciplinas facilitan para su abordaje teórico-metodológico. Lo anterior también representa nuevas rutas para avanzar en una mayor comprensión de los fenómenos sociales para las generaciones futuras, ya que lo cierto es que los trabajos publicados en el Anuario de Investigación del CONEICC sirven de plataforma para novedosas exploraciones en el campo de la comunicación. Esta Coordinación de Investigación y quienes colaboraron en las tres ediciones del Anuario, agradece la oportunidad invaluable de hacer posible estas obras y con ello cumplir con uno los objetivos del CONEICC, ser el espacio de manifestación y divulgación del pensamiento de los académicos mexicanos. Mexicali, Baja California, octubre de 2011

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Entramados discursivos de los productores de café orgánico en el sur de México, a través de la red de internet Elizabeth Bautista Flores* José Luis Susano García** UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ, DIVISIÓN MULTIDISCIPLINARIA EN NUEVO CASAS GRANDES, CHIHUAHUA ○

Resumen: En México, algunas organizaciones agrícolas de café orgánico continúan con una construcción discursiva para referir a su historia, validar su labor agrícola y dar énfasis a su origen étnico como pueblos indígenas; la diferencia es que se superó la oralidad y actualmente se utiliza la red de internet como un medio de comunicación para brindar mayor difusión. Este análisis se basa en la selección de páginas electrónicas para evidenciar los entramados discursivos que algunas organizaciones de agricultores de café orgánico tejen y que se debate entre el mercado alternativo, la política y la cultura. Palabras clave: Acción, discursos, red de internet, productores de café orgánico, sur de México. Abstract: In México several agricultural organizations of organic coffee continue to ponder the construction of discurse to narrate their history, validate their agricultural labor and emphasize their ethnic origin such as indigenous towns; the difference is that they have been able to surpass their own patois and currently use the internet * Dra. en ciencias sociales. Profesor investigador en la División Multidisciplinaria de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua., correo electrónico: elizabeth.bautista@uacj.mx, ** Mtro. en mercadotecnia. Profesor investigador en la División Multidisciplinaria de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua., correo electrónico: jose.susano@uacj.mx

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as a communication media to provide a bigger diffusion. This paper it’s based on the selection of electronic pages to make evident the discourse that some agricultural organizations of organic coffee weave and that is debating between the alternate market, politics and culture. Keywords: Action, discourses, world wide web, organic coffee producer, Southern Mexico.

INTRODUCCIÓN A finales de la década de 1980, productores de café en el sur de México, en su mayoría de origen indígena, optaron por organizarse para hacer frente a la crisis mundial del aromático. Desde entonces a la fecha se ha conformado una red de agricultores certificados para exportar café orgánico a países como Alemania, Estados Unidos, Japón y España, por mencionar algunos; de esa forma también se promueven eficientes formas de organización y producción. Si bien pudiera resultar una historia de éxito comercial, es conveniente considerar que este tipo de colectivos de productores de café encontraron en la red de internet una herramienta que les ha servido como puente de comunicación para difundir discursos donde relatan su historia como organización de diversidad étnica, productora y comercializadora de café orgánico certificado. En esos discursos son frecuentes las menciones a un origen mítico, heredado de “los abuelos”, además de referencias a una profunda relación con la naturaleza. El estudio se realizó a partir del análisis de narrativas que circulan en la red de internet de diferentes organizaciones de productores de café orgánico en entidades como Chiapas, Oaxaca y Puebla, México. La perspectiva teórica será desde la importancia del análisis del discurso, como una actividad política y de existencia que estimula la acción, a partir del uso y apropiación de las tecnologías de información y comunicación (TIC), a través de la red de internet. Actualmente, los pueblos indígenas construyen nuevas narrativas que no sólo ofrecen alternativas de comunicación y difusión, sino que también abren opciones para impulsar la exportación de productos cultivados bajo la modalidad orgánica, del cual también dependen otros proyectos productivos y se diseñan estrategias de producción alternativas para atender a un segmento de consumidor particular. De esa forma se consideró analizar a las páginas electrónicas de la red de internet como la expresión más tangible entre lo que se dice por

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parte de los productores de café orgánico, y lo que se trata de proyectar, como intención de hacer evidente un esfuerzo de visibilidad política, que implica la diversidad de los pueblos indígenas y el compromiso por difundir sus valores y cultura. Cada una de las páginas electrónicas seleccionadas contiene tres características básicas, a saber: 1. El cultivo de café orgánico y certificación para mercado internacional. 2. El desarrollo de proyectos productivos. 3. La referencia a la diversidad étnica en México. En resumen, desde la crisis del café en los años ochenta, agricultores de café decidieron trabajar conjuntamente, así marcaron distancias con los organismos de los gobiernos federal y local. Además, las organizaciones agrícolas respondieron a la necesidad de hacer frente a “coyotes” e intermediarios que acaparaban grandes cantidades de café para vender en el mercado a altos precios y castigar los costos para los productores. De ahí que las interrogantes que se formulen son: qué elementos incluyen a esos discursos y cuáles son los referentes que retoman para la argumentación; de esta forma se podrá analizar el diseño de estrategias de comunicación, para así entender los alcances de la elaboración de discursos que circulan en la también conocida red más ancha del mundo.

LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN (TIC), UNA REVISIÓN BREVE

A lo largo de este apartado se sentarán las bases para la discusión en torno a la definición y usos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), lo cual nos permitirá comprender las formas de apropiación de éstas como herramientas para la construcción de otras estrategias de organización y participación política-económica por parte de algunos productores de café orgánico. No obstante, ser un concepto de difícil ubicación histórica, los estudiosos de este tema han coincidido en que las TIC se hallan integradas por la informática, los medios de comunicación y sistemas de (tele) comunicación en general. Cada uno de ellos tiene como principal característica el auxilio en la administración y sistematización de la información. De ahí que sea importante el desarrollo de programas y ordenadores para identificar, ordenar, almacenar, clasificar y transmitir datos. Tales acciones son necesarias para el desarrollo de la sociedad de la información (Gómez-Mont, 2005, p. 33). En ese sentido puede entenderse que una de las características de las TIC no sólo es el procesamiento y transmisión de datos en periodos

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de tiempo cada vez más breves, sino es la composición tecnológica de máquinas, básicamente la computadora, que es propiamente el objeto donde convergen numerosos medios de comunicación para fomentar una sociedad interconectada e interactiva. CUADRO 1 Dimensiones de las tecnologías de la información y la comunicación

Tenologías de la información y comunicación

Herramienta tecnológica

Objeto técnico/uso de función dominante

Comercialización

Oferta de servicios (libres o por pagos)

Recursos Básicos

Proveedores de acceso a Internet

Punto de competencia derivado de la digitalización a) Oferta económica b) Acciones comunes c) Recursos adicionales d) Capacidades financieras, y cognitivas del usuario e) Nivel simbólico

Fuente: Elaboración propia. (Cuadro realizado por la autora con base en el artículo de Françoise Paquienséguy “Las tecnologías de información y comunicación y sus usos hoy: constantes, cuestionamientos e hipótesis”. http://www.sociedadconocimiento.unam.mx/ LecturaFrancoisePaquienseguyEspanol.pdf)

La función primaria de las TIC es cubrir necesidades básicas de comunicación para intercambiar o difundir información; mientras las funciones más complejas se encuentran en la acumulación de información, la integración y complementación mediática de las TIC para generar una lógica de producción e información de manera individual, privada o corporativa de contenidos, así sufren una recomposición al llegar a un número indeterminado de usuarios de las TIC. Como se muestra en el cuadro 1, las TIC contienen tres dimensiones, que de acuerdo con Paquienséguy (2007), se encuentran los elementos

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que ayudan a entender parte de esta propuesta de análisis. En el primer caso son una herramienta tecnológica que refiere a una función dominante, muy característica de la sociedad de la información. Herramientas que se promueven en un marco comercial y de consumo, donde la transferencia de datos se oferta como una necesidad del usuarioconsumidor de los equipos multimedio. En segundo lugar, para la comercialización es necesaria la participación de proveedores que permitan la mayor interactividad entre las terminales y las conexiones de las TIC y el usuario, de ahí la presencia de sistemas de información donde la red de internet es uno de los más grandes y complejos sistemas de conexión a nivel mundial. Los recursos básicos, en tercer lugar, se integran de las competencias que se consideran en cinco niveles: el primero de ellos es la oferta de las tic en el mercado tanto por precio, como por modelo; en segundo, las opciones de las TIC como particulares y formas diferenciales del producto propio de una marca. El tercer nivel refiere a los recursos adicionales que permiten personalizar y tener acceso a la TIC individual. El cuarto, se ubica en las capacidades financieras y cognitivas del usuario, las cuales se apegan a la temporalidad para el manejo del usuario (habilidades), así como a las ofertas que se tengan para sustituir y/o renovar el equipo en cuestión. Por último, el quinto nivel contempla el nivel simbólico de las representaciones del usuario, ya que éste se dimensiona a partir de la adquisición, utilidad y los usos de los usuarios. Por lo tanto, las TIC tienen una interactividad de terminales, redes y servicios. Además, el contenido expresa mayor movilidad, derivada de la portatibilidad con que pueden ser desplazadas, pues se considera la personalización de las TIC por parte del usuario. Por lo anterior, puede decirse que la información obedece a formas de conectividad y de intercambio en diferentes modalidades y niveles, mientras que la comunicación refleja cambios en la construcción narrativa, principalmente por la manera en cómo se cuenta o informa de algún suceso o acontecimiento, ya que ésta puede ser una mercancía, un testimonio o bien materia prima por la cual se toman decisiones. Un ejemplo fue la estrategia de comunicación utilizada por los simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), donde se mostró el poder de comunicación y la amplitud en el manejo de la información para superar incluso la oficialidad informativa y los sesgos que algunas empresas de comunicación de México trataron de desarrollar. Con la internet, el movimiento del EZLN fue llevado a nuevos caminos de comunicación e información que le permitieron llegar a espacios de corte internacional.

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EL DISCURSO Y LA ACCIÓN COMO ELEMENTOS DE PODER En este apartado se expondrán los conceptos de discurso y acción, para que de esa forma se pueda comprender el abordaje del análisis de las páginas electrónicas que se seleccionaron en la red de internet. Para la filósofa Hannah Arendt (2005), la identidad de las personas se encuentra entre el discurso y la acción, ya que es una manera de hacer evidente la presencia de grupos o colectivos que permanecieron ocultos o sin representación política. Aunque aclara, el discurso y la acción remiten en principio a la identidad física, que se obtiene a través de la corporalidad y la sonoridad de la voz, en ello puede omitirse la actividad del ser humano. De cualquier forma, la presencia del “quién” es la contraparte del “qué”, así se evidencia a un “alguien” que “dice y hace”. Las acciones son derivadas de decisiones en las cuales estimulan interacciones con aquellos que se desea compartir; en ese sentido, el ser humano puede tener su alteridad en relación con todo aquello que le rodea: el mundo y el mismo universo (Arendt, 2005). El aporte proporcionado por (Arendt, 2005), es que tanto el discurso como la acción (referencia al hablar y al actuar) son dos elementos políticos que necesita el ser humano para, en primer lugar, insertarse en el mundo humano y, luego, entenderse, pues “muestran quiénes son, revelan activamente su única y personal identidad” (p.208). En medio de ambos, añade (Arendt, 2005), hay un punto de relación y unión, de donde se desprenden dos segmentos, uno son las palabras y los hechos (como parte mínima de expresión), que se refieren a “una realidad mundana” y objetiva, y otro está integrado por palabras y hechos que necesitan de otros objetos para hacerse comprensibles y solidificarse en el pensamiento. Es decir, en un discurso existen hechos y palabras que se refieren a algo o alguien y son esas mismas palabras y hechos que requieren de otros elementos o hechos para hacerse evidentes. …esas historias pueden registrarse en documentos y monumentos, pueden ser visibles en objetos de uso y obras de arte, pueden contarse y volverse a contar y trabajarse en toda clase de material. Por sí mismas, en su viva realidad, son de naturaleza diferente por completo a estas reificaciones. Nos hablan más sobre sus individuos, el ((héroe)) en el centro de cada historia, que cualquier producto salido de las manos humanas lo hace sobre el maestro que lo produjo y, sin embargo, no son productos propiamente hablando. Aunque todo el mundo

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comienza su vida insertándose en el mundo humano mediante la acción y el discurso, nadie es autor o productor de la historia de su propia vida… Alguien la comenzó y es su protagonista en el doble sentido de la palabra, o sea su actor y paciente, pero nadie es su autor. (Arendt, 2005).

Tanto el discurso como la acción crean un espacio de visibilidad; es decir, el protagonista se “aparece” ante los demás y éstos también se hacen visibles ante el protagonista de tal manera que necesitan tiempos específicos para encontrarse, pues el discurso y la acción son una dualidad que tiene como eje al poder. Ese poder permite crear realidades al momento de usar la palabra y actuar en consecuencia, aunque de manera paradójica también es un poder en el que se alberga el silencio (Calveiro, 2003). De esta manera podemos entender que el poder es el elemento de unidad y de actividad para el trabajo que permite establecer objetivos y metas comunes, de manera continua mantiene cohesionada a la organización. De esa forma Ricoeur (2004) menciona que en contextos de reivindicación las narraciones surgen y se amparan en el punto de saldar una deuda para aquellos que habían quedado en silencio, pues se debe reconocer la herencia oculta, que aún existe; más enfatiza Ricoeur eso no es por culpa de los otros es, en el mejor de los casos, por la responsabilidad de retomar aquello olvidado y reincorporarlo como parte de un pasado. Dado que la intención es discutir sobre el discurso para analizar un caso particular como las narraciones expresadas en páginas electrónicas por parte de productores de café orgánico resulta relevante comprender que el pasado al que se hace referencia por las acciones emprendidas ante problemas derivados de la crisis mundial del café, donde México vivió una fuerte caída en los precios y con ello se agravaron las oportunidades para cultivar sin ayuda de los programas de gobierno. Bajo ese marco, es importante considerar que hasta aquí es evidente la relación que se guarda entre el discurso y la acción como la base de una composición directa con los productores de café que a través de las TIC pueden re-construir parte de su historia inmediata como organización productiva de café orgánico, pero también se construyen discursivamente como actores políticos y punto de referencia para la toma de decisiones con otros colectivos, con la intención de formar una red de comunicación e intercambios mutuos.

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LAS ESTRUCTURAS NARRATIVAS: EL ANÁLISIS Es pertinente aclarar que el problema de fondo no está en cómo se ordenan las redes de comunicación o cómo se comunican los agricultores de café; la discusión es comprender cómo los agricultores de productos orgánicos, principalmente el café, se han apropiado de las TIC para difundir un discursos donde narran su historia reciente como agrupación de cultivos orgánicos y, de manera conjunta, muestran los beneficios y avances económicos, políticos e incluso culturales. En el caso que nos ocupa, los productores de café orgánico de Chiapas, Oaxaca y Puebla, han encontrado en los usos de las tecnologías de la información y la comunicación, superar ese ocultamiento al grado de mostrarse y decir quiénes son, qué hacen, cuáles son las cualidades y qué les distinguen de otros productores de café. Ahí de nuevo la importancia de la discursividad y algunas de sus expresiones en los agricultores de México. En las páginas electrónicas seleccionadas, se identificaron, como parte del armazón, las siguientes secuencias narrativas en las exposiciones de su origen y conformación de la misma. Propiamente en la liga de quiénes somos y qué hacemos se explica la forma en la cual han trabajado, el año de inicio y el tipo de organización, por ello se consideró la siguiente clasificación: A. Narración inicial 1. La comunidad de productores cafetaleros. i. Origen de la organización. ii. Forma de organización. iii. Quiénes participaron y cuáles fueron las consecuencias iv. Ubicación (territorio/regiones). 2. Problemas derivados de la crisis de café en México. B. Narración clímax 3. La participación de los indígenas (héroes). 4. Decisiones transformadoras (contra quién se enfrentan). 5. La estructura de la comunidad y proyectos productivos desarrollados. C. Narración final 6. Comercialización de la producción de café orgánico en el mercado mundial. Cabe señalar que en todo este trabajo también se sumó la presencia de secuencias narrativas mismas que buscan una prueba principal de la

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narración; ésta tiene relación con un antes y después, pues a partir de ella se expresa una prueba calificadora y una prueba principal, la cual debe ser superada por los héroes. Luego le siguen las funciones, que son aceptaciones o rechazos entre las obligaciones de las partes opositoras, por lo que a cada acción hay nuevas distribuciones y redistribuciones entre los roles. Dada esa distribución de roles, se puede resolver el problema y entender las relaciones. Dichas acciones, que bien pueden ayudar a construir un sujeto político y activo en la toma de sus decisiones, implican el eje semántico de la participación, donde el poder manifiesta la relación bajo tensiones, es decir, aquellos que están en apoyo o auxilio del héroe o personajes principales, quien debe superar las pruebas o problemas a los que se someta por parte del oponente. De esa forma se alteran o pueden cambiar los roles de los personajes principales y actores externos, pues sólo se explican con base en las circunstancias o problemas a los que se enfrenta.

ALGUNOS DATOS REFERENCIALES SOBRE EL CAFÉ En México, la mayoría de los predios cafetaleros se trabajan “bajo sombra” (99%) y más de 70% con sombra diversificada. Esto quiere decir que se incorporan varios tipos de cultivos que cohabitan, lo cual propicia una condición ambiental de suma importancia al proteger la biodiversidad y ofrecer benéficos servicios de índole ecológica al país. Los estados con mayores volúmenes de cultivo de café, son: Oaxaca, Veracruz y Chiapas. En menos de un lustro (2002-2006) se registró un incremento relativamente significativo en el cultivo de cafetales, aunque no fue el esperado respecto del alcanzado por otros países, especialmente de Asia, donde han introducido muy rápidamente mejor tecnología y cuidados más acuciosos durante el proceso de producción de los cultivos orgánicos. En 2007, Chiapas concentró 33.2 % de la producción al contabilizar 565 mil toneladas; sin embargo, esta cifra tiene un reporte negativo ya que en 1997 alcanzó los 655 mil toneladas de café, lo que es igual a un decremento de 1.5 %. A Chiapas le sigue Veracruz con una participación del 24 %, Puebla con 19 % y Oaxaca con 14 %; entre las cuatro entidades suman más del 90 % de la producción nacional del grano (SIAP, 2010.) En cuanto a población, oficialmente en México se reconocen 56 pueblos indígenas, distribuidos a lo largo del territorio nacional. A decir

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de la Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad (Conabio), la relación entre presencia de pueblos indígenas y puntos de concentración de riqueza, en lo que a recursos naturales se refiere, es muy estrecha. Es decir, en los territorios donde las comunidades indígenas se han asentado, es donde se encuentran los yacimientos biológicos y genéticos más grandes del país. Esta situación se reconoce en entidades como Oaxaca y Chiapas, principalmente, ambos con gran población indígena.

LOS DISCURSOS DE LAS ORGANIZACIONES DE AGRICULTORES DE CAFÉ ORGÁNICO EN LA RED DE INTERNET

El discurso de los productores de café orgánico funda su objetivo en la comercialización del grano, siendo la base una clara adscripcion étnica donde se robustece la diversidad cultural de la región sur en México mientras como génesis narra el comienzo de la organización de agricultores que debido al empeño y coordinación de acciones pudieron exportar los productos orgánicos a países de Europa, Asia y norte de América. Si se apega al modelo propuesto puede decirse que en la Narración inicial tiene un comienzo común: muchos problemas y ninguna opción. La página electrónica de la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), en Oaxaca menciona que: Siempre habíamos tenido problemas en la venta de nuestro café. Antes no teníamos brechas y lo vendíamos a marchantes y acaparadores que vinieron con sus bestias a la montaña y nos lo pagaban barato y como no había más compradores, ni teníamos medios para llevarlo a la ciudad de Ixtepec, se lo teníamos que vender a ellos. (www.uciri.org)

La también oaxaqueña organización Unión de Comunidades Indígenas de la Zona del Istmo (Ucizoni), hace un recuento “A fines de los años setenta, se vivía mucha injusticia, ya que dominaban los caciques y nuestros pueblos eran despojados de sus tierras y bosques y las gentes eran atropelladas en sus derechos. Había mucho sufrimiento y también mucha violencia”. (www.redindigena.net/organinteg/ucizoni.html). Esos problemas son lo que hacen emerger a los héroes, en la Narración clímax, el punto o problema que tenía por resolver es enfrentado por el colectivo.

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En Chiapas la situación no era distinta, según la Sociedad Campesina en Camino S.S.S. la necesidad por organizarse fue a causa de que Los intermediarios regularmente explotaban a los pequeños productores a quienes les compraban su producto a un precio bajo y lo vendían a un precio mucho más alto…[así que] los grupos comenzaron a formar tiendas comunitarias para vender sus productos ellos mismos. Éste era el principio del compartir y del trabajo cooperativo que forma la espina dorsal de las CCC. Con un activo proceso, el proyecto comenzó a crecer (www.biocafe.org.mx/)

Por su parte, en la página electrónica de los agricultores de café orgánico en Chiapas de la Unión de Ejidos y Comunidades de Cafeticultores del Beneficio Majomut mencionan que deben “…recuperar el conocimiento de nuestros padres mayas” (www.majomut.org). De esa forma es evidente el enlace entre el pasado con el futuro, pareciera que al hacer frente a los problemas se tiende a mirar al conocimiento anterior como la idealización pasada o esperanzadora que dará rumbo a un futuro. Con ello se fortalece la idea casi inherente al cuidado de la naturaleza. Así prácticamente, los agricultores de café orgánico se asumen los herederos de la protección al ambiente. En la página electrónica de la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), ubicada en Oaxaca, se dice: “lo que la tierra será dolor para sus hijos; sus gozos y bienestar serán la dignidad de los humildes…” (www.uciri.org). De esa manera se añade la esperanza hacia un mejor futuro, de un pasado difícil y con pocas oportunidades, así los agricultores recuerdan los avatares a lo que enfrentaron y se proyectan al futuro como ejemplo de fortaleza. No fue fácil seguir adelante, pero lo hicimos con la esperanza de llegar a tener personalidad jurídica sacando nuestro registro y así poder exportar directamente nosotros mismos (www.uciri.org)

Así continúa una narración sobre los aprendizajes para comprender la dinámica de producción y de comercialización del café orgánico en el mercado internacional, por lo que debieron aprender a catar y pesar el café, así como a participar en labores administrativas como elaborar recibos de venta, conseguir costales para los granos e incluso contratar camiones o trailers para bajar la producción. Por último, en cuanto a la Narración final son muy enriquecedores los discursos de Ucizoni y STAAC h se centra básicamente en el

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señalamiento de tensiones políticas y de enfrentamiento con formas de gobierno e instituciones particulares. Magnifican, de hecho, las actividades que realizan siempre con un acentuado la labor de resistencia y enfrentamiento. En ese sentido, la STAACh llega a decir, por ejemplo: Siempre luchando al lado de las comunidades campesinas e indígenas se lograron importantes conquistas, formación de muchos ejidos y nuevos poblados así como el combate contra los caciques. (http:// www.laneta.apc.org/staach)

Tosepan Titataniske, una cooperativa en Puebla, recupera en su historia la presencia de actores externos como técnicos y académicos. … los técnicos decidieron hacer un cambio de estrategia. Siguieron promocionando la organización campesina, pero ya no con el fin de que recibiéramos los servicios institucionales, sino como un medio para lograr nuestra autonomía como productores... Lo anterior nos alentó a emprender otras actividades como la construcción de nuestros beneficios húmedo y seco de café, así como de numerosas bodegas y patios de secado. (http://www.uniontosepan.org/)

En cuanto a las referencias míticas, es común encontrar un trenzado de referentes sobre la presencia de la madre naturaleza y la relación con los agricultores, como los herederos temporales de la tierra que les brinda alimento. En cada una de las propuestas aquí analizadas es frecuente encontrar fragmentos con ese estilo, por ejemplo, la UCIRI señala: Del fruto de sus entrañas nace y crece el fruto que nos da vida y las hierbas que nos dan salud. A nosotros nos corresponde cuidarla y cultivarla y defenderla, ya que es una herencia que tenemos prestada de nuestros hijos. (www.uciri.org)

La organización de Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla (Ismam) menciona la utilización de “técnicas agro-ecológicas de sabios de la cultura maya, quienes se conocen como los artistas del café” (www.ismam.org), sin duda una desproporción discursiva con rasgos estereotípicos, pero que en el contexto justifican y fortalecen la invención del indígena siempre arraigado a la tierra y vigilante de la naturaleza. Los ejemplos pueden continuar, pero es necesario dar por concluida la revisión. Resulta por demás interesante la postura que adoptaron al

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momento de justificar la modalidad de producción orgánica, pues hacen hincapié en los beneficios que habrá de aportarles la recuperación de su saber ancestral, en clara oposición al tema de la tecnología moderna, al cual se le considera como un depredador que daña y maltrata no sólo la herencia de sus antepasados, sino también el futuro de las próximas generaciones indígenas; de esa manera el producto que ofertan en el mercado es cargado con costos mayores. Nuestro café no proviene de grandes plantaciones comerciales, ni es cultivado con tecnología "moderna"… Las plantaciones de café de cada uno de los miembros de la Unión Majomut son parte de un sistema de cultivo heredado de nuestros antepasados mayas… manteniendo una gran diversidad ecológica y una estructura muy parecida a la vegetación original de nuestros parajes. (www.majomut.org)

Ese momento es clave para que se comenzara de forma colectiva otras formas de organización y comercialización de café en la modalidad orgánica. Es común que la narrativa de este colectivo se haga a partir del uso de pronombres personales en plural, como un sentido de inclusión y solidaridad con los miembros de la organización; así en la página de los productores de la Unión Majomut se menciona que: …estamos aprendiendo y trabajando las labores culturales de lo orgánico, para lograrlo, nos ayudamos con los métodos y los cultivos y trabajos orgánicos porque para nosotros la tierra es la madre, que nos nutre y fortalece. (www.majomut.org)

En Chiapas, por su lado, se expresan ideas similares, tal es el caso de la Comunidad Campesina en Camino S.S.S. menciona que …rescatando el conocimiento campesino e indígena y aprovechando las técnicas de la agricultura y ganadería ecológica …nuestra producción se hace conservando, respetando y usando los recursos de la naturaleza, sin explotación de la madre tierra ni de nuestros hermanos campesinos. (http://www.ccc-ecotierra.org)

En resumen, a lo largo de esta exposición se pudo observar cómo en las páginas electrónicas se expone la presencia de un elemento importante de cohesión para las organizaciones agrícolas, así lo muestran las formas de organización entre los diversos grupos étnicos en México, que permiten alternativas de comercialización a nivel mundial.

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REFLEXIONES FINALES Del anterior análisis se desprende que los productores de café orgánico han creado una narrativa con profundas intenciones por evidenciar las acciones y los personajes que han participado en la integración de organizaciones agrícolas, en más de 30 años de trabajo, con los grupos étnicos de México. Es de subrayar que como característica discursiva se antepongan los problemas, para luego ser resueltos por el colectivo agrícola; esto como evidencia el fuerte sentido de comunidad entre los miembros. Otra característica puede estar vinculada con la idea de que la unidad es el espacio para encontrar la libertad. Así como había acaparadores, también existía la violencia u otras formas de represión económica o política. De cualquier manera, la idea de organizarse para trabajar por proyectos comunes es también un sentido de resistir a factores externos. Sin embargo, la estrategia se cambia; se deja el silencio y toma la narrativa como una forma de evidenciar las diferentes dinámicas de los grupos indígenas. Ahora con la presencia de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), hay evidencias de acciones que realizan dentro de su comunidad, pero también se muestran los lazos extendidos fuera de ella. Es ahí, con las TIC, donde se ubica el espacio de visibilidad, para estos pueblos indígenas, tanto al interior de la organización, pero más para espacios ajenos a su grupo étnico. Al hacer uso de las tecnologías de información y comunicación se incluye a los agricultores en una etapa de registro y de formación de elementos para integrar la historia inmediata de diferentes colectivos, con lo que se supera la idea de oralidad, al tiempo que se deja evidencia del recuerdo; es decir, las palabras se fundamentan en lo visible y significativo para una agrupación. Como en su momento lo mencionó Paquienséguy (2007), es pensar en los recursos básicos en su nivel simbólico, pues es ahí donde la herramienta de comunicación se fundamenta por los diversos usos que se puede hacer de ella. Con las TIC, los agricultores de café orgánico van más allá de la simple utilidad para comercializar el grano de café; los productores de café orgánico se han apropiado de una forma narrativa particular, al tiempo que crean desde sí una nueva autoreferencia que además les valida para defender la riqueza natural que, si se continúa con el discurso, se les ha conferido por herencia. En cuanto a las estrategias de comunicación que mencionaron tanto Arendt (2005) como Paquienséguy (2007), se puede referir una eficaz difusión de la narrativa, debido a que la apertura que se brinda no sólo es por la rapidez mediática, sino también por la libertad con que se

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envuelve en otras narrativas no controladas ni limitadas; ahí la importancia porque los discursos de los agricultores de café orgánico hablen de sí mismos. Al discurso hay que incluir la acción, la acción de los productores, pues en todas las páginas electrónicas analizadas se muestra un personaje activo, un agricultor con pasado que ha enfrentado una amplia cantidad de dificultades y por eso en el presente se encuentra activo y decide sobre su futuro. Esta nueva construcción de los pueblos indígenas implica más que una historia de alta rentabilidad en la producción de café orgánico, es en gran medida la forma en cómo se proyectan al futuro, pero también es la apropiación a la historia de sí mismos; ahora son algunos pueblos indígenas quienes son dueños de sus palabras; son dueños de sus discursos y sus acciones; es decir, dueños de su existencia. Por otra parte, en cuanto a la formación de redes que se tienden a partir de conocimientos en la producción y venta de café directamente al mercado mundial, la integración de redes en comunicación y el intercambio de información permiten una mayor extensión en cuanto a los derechos como sujetos y ciudadanos, pero también de manera particular como productores y competidores en un mercado mundial. En las páginas de internet, los productores de café fijan la postura política y con ello puede entenderse la intencionalidad en el diseño de sus estrategias de comunicación, así que es evidente que la utilización de las TIC es para difundir el principio de acción. En la forma como narran su historia se muestra un ejercicio consciente sobre el poder que asumen al dejar el silencio y la invisibilidad, para tomar la palabra y hacer un ejercicio de escritura en la red de redes.

FUENTES REFERENCIALES Arendt, H. (2005). La condición humana. Paidós. Barcelona. Casas Pérez, M. (2002). Comunicación, redes electrónicas e identidad en Béjar, Raúl y Héctor Rosales. La identidad nacional mexicana como problema político y cultural. Los desafíos de la pluralidad. UNAM-CRIM, Morelos. Calveiro Garrido, P. (2003). Redes familiares de sumisión y resistencia. Universidad de la Ciudad de México. México. Greimas, A.J. (1997). Análisis estructural del relato. Diálogo abierto, México. y Jacques Fontanille. (2002). Semiótica de las pasiones. De los estados de las cosas a los estados de ánimo. Siglo XXI-BUAP México. Gómez-Mont, Araiza, C. (2005). Tejiendo hilos de comunicación: los usos sociales de internet en los pueblos indígenas de México. Tesis

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doctoral en ciencias de la comunicación. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. UNAM. Paquienséguy, F. (2007). Las tecnologías de información y comunicación y sus usos hoy: constantes, cuestionamientos e hipótesis en Revista Educación, Comunicación, Tecnología. Universidad Pontificia Bolivariana. Vol. 1, núm 2. Enero-junio, Medellín, Colombia. Ricouer, P. (2004). La historia, la memoria, el olvido. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina. Sandoval Salazar, R. (2006). Sociedad del conocimiento, razón y multiculturalismo. Una mirada desde el pluralismo epistemológico. Primer Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología, Sociedad e innovación. 19-23 de junio, México. http://www.ismam.org/. Consultado en Junio de 2010 http://www.redindigena.net/organinteg/ucizoni.html. Consultado en junio de 2010 http://www.biocafe.org.mx/. Consultado en junio de 2010. http://www.majomut.org/introduccion/introduccion.html Consultado en junio de 2010. http://www.laneta.apc.org/staach Consultado en junio de 2010. http://www.siap.gob.mx/ Consultado en Junio de 2010. http://www.uniontosepan.org/ Consultado en junio de 2010. http://www.uciri.org/ Revisado 19 de junio de 2010. http://www.ccc-ecotierra.org/ Revisado 19 de junio de 2010. http://dev.ico.org/documents/icc98-6c.pdf. Consultada en marzo de 2008.

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Prácticas y consumo mediático de estudiantes universitarios América Tonantzin Becerra Romero* UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NAYARIT

Resumen: No obstante la importancia de los medios de comunicación masiva para los jóvenes actuales, los diagnósticos institucionales de las universidades no suelen abordar este tema. Por ello, se realizó una investigación cualitativa orientada a indagar las prácticas mediáticas de estudiantes de licenciatura y los simbolismos vinculados a ellas. Los datos se obtuvieron a través de grupos de enfoque con estudiantes de ciencias sociales de la Universidad Autónoma de Nayarit. Los resultados mostraron que sus prácticas mediáticas están vinculadas a elementos simbólicos que derivan principalmente, de las actividades y necesidades que tienen como jóvenes y estudiantes de Nayarit. Palabras clave: Consumo mediático, prácticas mediáticas, jóvenes, estudiantes universitarios, Universidad Autónoma de Nayarit. Abstract: Despite the importance of the media for for contemporary young people, the institutional diagnoses of the universities usually do not approach this aspect. For this reason, a qualitative researchy was done with the purpose of analyzing the media practices of students and the symbolism tied to them. Data were obtained through focus groups with students of Social Sciences of the Universidad Autonoma de Nayarit. The results demonstrated that their media practices are tie to symbolic elements that derive mainly, from the activities and needs that they have as young people and students of Nayarit.

* Doctora en ciencias sociales. Docente investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit. Correo electrónico: americabr01@gmail.com

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Keywords: Media consumption, media practices, young people, undergraduate students, Universidad Autonoma de Nayarit.

INTRODUCCIÓN Los jóvenes de hoy tienen características que los distinguen de generaciones anteriores y viven un mundo distinto del que existía, debido, en parte, al desarrollo en las tecnologías de información y comunicación. Durán y Nieto (2006) explican que los jóvenes actuales tienen mayor información que consiguen de la televisión, internet, la radio o el periódico, y al tener esta posibilidad se sienten más libres para interpretar la realidad de manera personal y asumir posiciones, lo cual les ayuda a depender menos de su familia para tomar decisiones. Los medios de comunicación masiva han contribuido a que los jóvenes vivan un mundo erotizado, lúdico e individualista, así como a ser impacientes, buscar lo inmediato y tener una visión fragmentada de la realidad; esto ha sido definido por algunos autores como zappingcultura, entre ellos De Garay (2006 y 2008) y Morduchowics (2008a y 2008b). Asimismo, las nuevas generaciones están insertas en una cultura de la simultaneidad: emplean en un mismo momento diversos medios de entretenimiento, información y comunicación (por ejemplo, escuchan música mientras navegan en la web y conversan en el chat). Son por ello, según Morduchowics (2008a), la generación multimedia. Lo anterior denota el papel que juegan los medios en la vida de los jóvenes. Sin embargo, los grupos juveniles son desiguales y, por lo tanto, también lo son las relaciones que establecen con los medios de comunicación. El trabajo que se reporta en este documento se centró en estudiantes universitarios. Una investigación realizada por Adrián de Garay (2006) mostró que estos jóvenes invierten más tiempo en mirar la televisión, escuchar la radio, hacer uso de internet para la diversión, que el tiempo que emplean para estudiar, leer y hacer trabajos escolares fuera del aula. El apego que tienen los jóvenes por los medios suele ser criticado por docentes universitarios. De manera específica, en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) se detecta un marcado pesimismo respecto a la relación que establecen los estudiantes con los medios. Algunos profesores suponen que los hábitos de estudio y conocimientos transmitidos en la escuela se desaprovechan ante los mensajes mediáticos. Estas declaraciones se exponen a pesar de carecer de información sobre el consumo mediático de los alumnos.

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En forma general, los diagnósticos de las instituciones de educación superior sobre el perfil de sus estudiantes no abordan este aspecto o lo hacen de manera somera. Si bien el consumo cultural (que incluye el de los medios de comunicación) ha sido un tema de estudio recurrente en América Latina, el que efectúan los jóvenes universitarios no ha sido objeto prioritario de investigación. A partir de lo anterior, en este trabajo se propuso indagar ¿cuáles son las prácticas que realizan los estudiantes a través de los medios? y ¿qué simbolismos encierran dichas prácticas? La indagación se llevó a cabo de manera concreta con estudiantes de licenciatura de la unidad académica de Sociales y Humanidades de la UAN. A través de este estudio se trata de aportar información que permita conocer mejor a nuestros alumnos, a la juventud actual y su relación con los medios de comunicación masiva.

¿ESTUDIOS DE RECEPCIÓN O CONSUMO CULTURAL? La perspectiva teórica desde la cual se realizó esta investigación fue el de estudios culturales. En América Latina este enfoque ha generado dos grandes vertientes sobre el análisis de las audiencias: los estudios de recepción y los del consumo cultural. Los estudios de recepción emergieron con las aportaciones que reconocen la capacidad de las audiencias para interpretar de diversas formas los mensajes de los medios, de manera que pueden negociar los contenidos o, incluso, rechazarlos. Por lo tanto, las audiencias no sólo son consumidoras de mensajes, sino también productoras de significados. La pluralidad de significados está vinculada a los contextos sociales de las audiencias; aunque, este análisis no toma en cuenta las estructuras económicas y políticas prevalecientes. Su interés fundamental es “cómo las audiencias específicas difieren en la producción social de significados” (Lozano, 2007, p. 184). De manera paralela a los estudios de recepción, se desarrollaron los del consumo cultural. Estos emergieron ante la necesidad de explicar los procesos de apropiación de objetos a partir de los cambios generados por la modernización. Era palpable que los motivos que llevan a las personas a realizar determinados consumos, no sólo dependía de su capacidad económica, sino también de simbolismos sociales. A principios de los noventa, Néstor García Canclini (1995) replanteó el concepto de consumo para ubicarlo como escenario donde se desarrolla

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la reproducción social, la expansión del producto nacional así como la competencia y diferenciación entre grupos. A su vez Jesús, Martín-Barbero (1987) sugirió el análisis del consumo cultural como una forma para explorar la capacidad de las clases populares para construir sentidos diferentes a los propuestos por la cultura hegemónica. De esta manera el consumo mediático queda inserto dentro del consumo cultural, y éste, con frecuencia, se emplea como sinónimo de consumo popular. La definición de consumo más citada es la de Néstor García, quien lo considera como “el conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la apropiación y los usos de los productos” (García, 1995, p. 43). Lo que se pretende con esta definición es evitar el dualismo entre lo material y lo espiritual, entre lo económico y lo simbólico. Néstor García (2004) explica que esta definición se respalda, por una parte, en las aportaciones de Douglas e Isherwood (1990), quienes definen al consumo por su capacidad para generar sentido; y por otra, en la propuesta de Jean Baudrillard (1974), quien plantea la existencia de cuatro tipos de valor: de uso, de cambio, signo y simbólico. Los dos primeros derivan del esquema marxista; el valor signo se refiere a las connotaciones que van asociadas a los objetos (por ejemplo, el prestigio), y el simbólico está vinculado a rituales o actos particulares que ocurren dentro de una sociedad (por ejemplo, las bodas). Los valores de uso y de cambio tienen que ver con la base material de la vida social (materialidad del objeto); en tanto, el valor signo y el simbólico, con procesos de significación, por ello se vinculan con la cultura. Estos procesos se desarrollan en la historia social, por lo que no aparecen siempre de la misma forma. El significado de los objetos puede transformase al pasar de un sistema cultural a otro o al insertarse en nuevas relaciones sociales, y no hay razón para pensar que un uso sea más legítimo que otro (García, 2004). Winocur plantea que “no existe un acto de consumo, por modesto o suntuario que sea, que no lleve implícito un universo de sentidos, que lógicamente cambia de una cultura a otra, e incluso, de un grupo social a otro” (Winocur, 2002, p. 30). Al insertarse dentro de procesos socio-culturales, el consumo adquiere dos rasgos particulares: que es diferenciado y selectivo. No todas las personas hacen los mismos consumos y sólo algunos productos son seleccionados y apropiados por cada individuo. Dicha apropiación constituye un momento importante dentro del consumo, ya que es la base para integrar los productos culturales en la vida personal. La selección no sólo depende de los significados sociales que los productos tengan, sino también de los asignados por los individuos. 48 • América Tonantzin Becerra Romero


La apropiación es un proceso que no se da de manera súbita o en el momento de la recepción. Con frecuencia los contenidos son interpretados y reinterpretados a partir de nuevas vivencias o circunstancias, o por su narración en lugares distintos y con diferentes personas. "El mensaje es visto desde distintos ángulos, está sujeto a los comentarios y críticas de los otros, y queda gradualmente engarzado en la fabricación simbólica de la vida cotidiana" (Thompson, 2003, p. 67). En el ámbito de la comunicación hablar de consumo en lugar de recepción no significa un simple cambio de palabras, sino una transformación en la manera de concebir y estudiar las relaciones que las audiencias establecen con los medios en las últimas décadas. MartínBarbero precisa que se trata de sacar el estudio de la recepción del espacio acotado por una definición de la comunicación en términos de mensajes que circulan, de efectos y de reacciones, para reubicarlo en el campo de la cultura. La variedad de dimensiones que atraviesan el consumo cultural y mediático, han obligado a que en su análisis se integren elementos antropológicos (identificación de la esencia de cada grupo social), de comunicación (al abordar la circulación de mensajes y cambios de significados) y de relaciones de poder (reconocer quiénes disponen de mayor fuerza para crear o modificar el significado de los objetos) (García, 2004). Hablar de consumo mediático significa acotar el consumo cultural, al que realizan las audiencias con los medios de comunicación masiva; este trabajo se enfocó de manera específica al consumo de la televisión, la radio, el cine, los periódicos y la web de internet. Con base en estos fundamentos y precisiones se realizó el trabajo empírico de la investigación.

METODOLOGÍA La metodología siguió la visión cualitativa, en particular al método fenomenológico, para rescatar la experiencia de los jóvenes tal como es vivida y percibida por el sujeto (Martínez, 2004). Edmund Husserl, señaló la importancia de dar mayor fidelidad al “mundo de vida” y al “mundo vivido” de las personas. Con el tiempo se ha desarrollado y modificado la propuesta original, de manera que en la actualidad existen diversas vertientes de este método, aunque todas comparten premisas básicas: que la experiencia vivida es un elemento fundamental en las personas y que los comportamientos humanos se contextualizan por las relaciones

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con los objetos, las personas, los sucesos y las situaciones (ÁlvarezGayou, 2005). Para obtener la información requerida se crearon dos categorías de análisis: prácticas mediáticas (que abordó los hábitos de recepción de los estudiantes) y simbolismos (apoyada en el concepto de consumo propuesto por Néstor García Canclini). Estas corresponden a cada una de las preguntas de investigación expuestas en la introducción. La recolección de la información se hizo a través de grupos de enfoque con estudiantes de la unidad académica de Sociales y Humanidades de la UAN, de las licenciaturas de ciencias de la educación, ciencia política, filosofía, psicología y comunicación y medios. En total se realizaron diez grupos donde participaron 51 estudiantes; la cantidad de sesiones se delimitó a partir del criterio de saturación de información por repetitividad de los datos. La discusión dentro de las sesiones partió de dos preguntas detonadoras, una para cada categoría. Para abordar las prácticas mediáticas se les preguntó a los estudiantes ¿para qué o cuándo usan los medios de comunicación masiva? y para hablar de los simbolismos se les planteó ¿qué tan importantes son los medios de comunicación en su vida? El análisis de la información se realizó con base en la propuesta de Miles y Huberman (1994), la cual integra tres tareas: reducción de datos, presentación de datos y verificación de conclusiones. Las dos primeras fases integran la identificación y clasificación de las unidades de análisis, la creación de subcategorías y su representación en esquemas para reconocer la estructura de los datos y sus relaciones. Para verificar la calidad del trabajo, se recurrió a la revisión repetida y contrastación de las declaraciones obtenidas en los diferentes grupos de enfoque, así como al examen de la coherencia estructural de las subcategorías. Asimismo, se constató que algunos de los datos obtenidos coincidían con los reportados en otras investigaciones, como las de Winocur (2006a y 2006b) y Morduchowics (2008a y 2008b). La exposición de los resultados se presenta de acuerdo con las categorías de análisis establecidas: las prácticas mediáticas y los simbolismos vinculados a dichas prácticas.

LAS PRÁCTICAS MEDIÁTICAS DE LOS ESTUDIANTES A través de los datos se notó que los estudiantes han convivido con los medios desde su infancia. Esto corrobora los planteamientos de García (2004) y Morduchowics (2008b), quienes indican que los jóvenes de

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hoy han crecido dentro de un universo mediático. Además, han aprendido a usar los medios desde pequeños y han integrado las innovaciones tecnológicas conforme llegan a su vida. Las prácticas y las preferencias cambiaron conforme fueron creciendo y surgieron nuevos intereses y necesidades, así como nuevas tecnologías. En general, los medios representan para los estudiantes instrumentos de consulta, de distracción, para obtener información, estar al tanto de los acontecimientos, ver estilos de vida diferentes al suyo, ocupar ratos de ocio, escaparse de la realidad, estar en contacto con otros puntos de vista y crear uno propio. Los diversos motivos que los llevan a usar los medios masivos pueden agruparse en cuatro: entretenerse, informarse, con fines académicos y de comunicación.

PARA ENTRETENERSE El medio más empleado para entretenerse es la televisión. Esto se debe, en parte, a que es el medio al que tienen más acceso. Es común que enciendan la televisión mientras realizan otra actividad como prepararse para ir a la escuela o comer, o como indica una alumna: “nada más por tenerla prendida” (Susana). Los programas preferidos son las series, sobre todo las de suspenso, drama o acción; entre las más mencionadas estuvieron Dr. House y Mentes criminales. En menor grado también buscan programas documentales y de debate o análisis político, aunque no señalaron alguno en particular. Las posibilidades de selección dependen del sistema de televisión que posee: abierto o de paga. En la selección de los programas a veces influye el perfil académico de los estudiantes. Por ejemplo, un estudiante de ciencia política señaló que trataba de ver programas que “aporten y nutran mi perspectiva de la realidad, por ejemplo el canal del Congreso” (David). Otro medio al que recurren para entretenerse es el cine; no obstante, varía la frecuencia con que acuden, hay quienes tratan de ir cada semana, aunque la mayoría van una o dos veces al mes o cada dos meses. Las razones por la que no lo frecuentan más son: el costo que representa (al menos la entrada y el transporte), la falta de tiempo libre, las películas que llegan a Tepic les parecen poco atractivas y la incomodidad de las salas cinematográficas. De hecho, es notorio que los estudiantes ven más películas fuera del cine que dentro de él. Los géneros cinematográficos preferidos son los de terror, drama, acción, comedia y romance.

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PARA INFORMARSE El rubro de información fue el menos mencionado de los usos que hacen los estudiantes de los medios de comunicación masiva. Son escasos los alumnos que tienen el hábito de leer periódicos impresos y en pocas ocasiones los compran; quienes los revisan es porque de alguna manera llega un ejemplar a sus manos: lo compró algún amigo, porque en su casa o el trabajo lo compran o tienen alguna suscripción. Una razón por la que lo adquieren y leen es por cumplir con alguna tarea. Una forma usual de estar informados es a través de los noticiarios de televisión, entre los que destacan los de Televisa y TV Azteca, a pesar de que en general desconfían de la información que les presentan. La revisión de noticias se hace con mayor frecuencia en internet porque las opciones se amplían: pueden acudir a los sitios propios de los periódicos o a portales informativos. Pero la mayoría de los estudiantes dijeron que se enteran de los acontecimientos a través de los titulares de los portales de internet a los cuales acceden. Ello implica que se enteran de los acontecimientos más en forma accidental que deliberada y no profundizan en la información, a menos que alguna noticia les interese. Otro de los atractivos de la lectura de noticias en internet es la posibilidad de revisar la información en el momento en que quieren o pueden, además de los recursos que ofrece el medio, como la posibilidad de comentar las noticias. Un alumno indicó: “Porque a veces la noticia no dice todo, entonces en los blogs aparecen más datos y eso me ayuda a tener completa la información” (Pedro). Los alumnos de ciencia política en particular, recalcaron la necesidad de estar al tanto de los acontecimientos como parte de su formación profesional. Ello implica que en el acercamiento que tienen los jóvenes con los medios para mantenerse informados también influye su condición de estudiantes universitarios, ya sea porque lo consideran necesario o porque los maestros les solicitan revisar las noticias.

PARA FINES ACADÉMICOS Como estudiantes, los jóvenes usan los medios con frecuencia para atender aspectos académicos. Este tipo de uso se da dentro y fuera del aula; la última es más empleada y depende de las tareas asignadas por los profesores: investigaciones, elaboración de ensayos, lectura de artículos, seguimiento de noticias o análisis coyunturales, entre otras. Para resolverlas, los alumnos acuden básicamente a dos medios: los libros e internet.

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Ellos confían en la información que obtienen en los libros, pero los usan con menor frecuencia que a internet. Las razones de ello son las siguientes: la mayoría carecen de recursos para adquirir los libros o sacarles fotocopias; algunas veces les es difícil obtener información disciplinar en la biblioteca de la Universidad debido a su limitado acervo, y les es más fácil localizar información en la red que en la biblioteca, donde requieren ubicar los libros y revisarlos uno por uno. Además, internet les evita ir a la biblioteca, lo cual es importante para quienes viven lejos de ella. En suma, la preferencia de la red no tiene que ver con cuestiones de calidad en la información, sino con la facilidad, rapidez y comodidad con que la obtienen. Los estudiantes usan los medios con fines académicos en la medida y forma en que los profesores lo indican, como señaló una alumna: “A los jóvenes no nos gusta estar investigando e investigando, entonces lo usamos [académicamente] sólo cuando nos dejan algo en la escuela” (Cindy). En ocasiones los maestros piden el empleo específico de algún medio de comunicación; por ejemplo, en ciencia política les solicitan a los estudiantes la revisión de periódicos para mantenerse actualizados. Los estudiantes de comunicación y medios son los únicos que recurren a diversos medios de comunicación masiva para atender las tareas que les solicitan los profesores; es una cuestión propia de la disciplina. Algunos docentes les indican no sacar información de Wikipedia sino de páginas certificadas; no obstante, para muchos alumnos esta enciclopedia es su principal fuente de información. Asimismo, los estudiantes reconocen que algunas veces no revisan o tratan de aprender de la información disponible, sino que sólo la utilizan para cumplir con las tareas.

PARA COMUNICARSE Este rubro está ligado con las posibilidades de sociabilidad que propician los medios de comunicación mediante el intercambio de mensajes entre personas; de hecho, uno de los principales motivos por los que los jóvenes estudiantes recurren a los medios es para establecer comunicación con otras personas, generalmente sus amigos o compañeros de clase. El medio que emplean para este fin es internet, a través de los recursos de comunicación“uno a uno” como el messenger y el correo electrónico; así como recursos de “uno a muchos”, principalmente las redes sociales en línea. Entre los estudiantes de la Universidad, la red social más empleada es Facebook. En ella suelen “subir” fotografías y videos o “pegar” en-

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laces. Pero lo que más les gusta es intercambiar mensajes con otras personas y agregar nuevos amigos a su cuenta. Al igual que en las indagaciones de Winocur (2006b) y Morduchowics (2008a), en este trabajo se encontró que a través de internet los jóvenes están cambiando las formas de sociabilidad y socialización tradicionales; son nuevos canales, con reglas y modalidades propias que en lugar de reducir, amplían sus vínculos sociales, pero de manera virtual.

SIMBOLISMOS EN LAS PRÁCTICAS MEDIÁTICAS Los alumnos consideran a los medios de comunicación masiva como elementos propios de su tiempo, de una época que se caracteriza por el desarrollo tecnológico y el flujo de información, de ahí que la presencia de los medios no sea sólo natural y cotidiana, sino necesaria. Una alumna indicó que “como parte de una sociedad en el siglo XXI, es imposible prescindir de los medios” (Briseida). Asimismo, advierten que los medios participan significativamente en su forma de actuar, pensar, sentir y, en general, de vivir.

UNA FORMA DE MANTENER LAZOS SOCIALES Una de las prácticas mediáticas más valoradas por los estudiantes es interactuar con otras personas. Esta práctica está vinculada con la necesidad de mantener los lazos sociales de los jóvenes, principalmente con sus amigos y sus compañeros de universidad. Los estudiantes viven situaciones que limitan su convivencia social: horarios académicos extendidos, tareas, actividades laborales, compromisos familiares o distancias geográficas. Ante estas condiciones, la red se convierte en uno de los mecanismos principales para mantenerse reunidos. Es posible que el conectarse a través de redes sociales o el messenger cubra la necesidad emocional de los jóvenes de sentirse integrados a un grupo y genere la ilusión de ser parte de un ente mayor, una comunidad formada por múltiples personas que se encuentran enlazadas entre sí, a través de “amigos”. Estar “conectados” a la red implica extender la convivencia que de ordinario tienen en el mundo real; la “desconexión” significa estar indispuesto o distanciado de la dinámica que da vida a los grupos a los que pertenecen. Como una alumna indicó: “Tengo más comunicación con mis amigas; aunque las veo en la escuela, por la tarde nos escri-

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bimos en el chat, así estamos en contacto y sabemos las cosas de manera inmediata” (Brisa). A diferencia de otros grupos como los adultos, los estudiantes ven de manera natural interactuar a través de internet; de hecho, algunos no perciben de otra manera las relaciones sociales actuales. Si anteriormente los medios de comunicación eran espacios de información y entretenimiento, para los jóvenes actuales representan además, la llave para estar comunicados y el soporte que los mantiene unidos a sus grupos de convivencia. No se trata de un simple intercambio de mensajes; para ellos estar “conectados” equivale a estar integrados a su entorno; de ahí que el uso de internet no sea sólo una cuestión instrumental sino emblemática, como dijo una alumna, es “para reforzar los lazos entre nosotros” (Guadalupe). Seleccionar un recurso o cierta red social, depende más de quiénes se encuentran inscritos en ella, que de las características del propio recurso. El uso del Facebook en los estudiantes de la UAN es una evolución que inició con el empleo del correo electrónico, las salas de chat y el messenger, recursos que han perdido importancia debido a las posibilidades de interacción y formas de entretenimiento que encuentran en las redes. A pesar de la frecuencia de uso de la comunicación virtual, los estudiantes prefieren la comunicación y convivencia directa. Una alumna precisó: en forma directa “me divierto mucho más, me río mucho más” (Socorro). En este sentido la comunicación a través de la red es una respuesta ante el escenario actual de rutinas agitadas, inconexas y fragmentadas, y no un cambio en las inclinaciones de socialización de los jóvenes.

EN BUSCA DE ESPACIOS DE LIBERTAD Uno de los fines que persiguen los jóvenes al usar los medios se vincula con la necesidad de ampliar su autonomía y cuotas de poder. La televisión de paga les permite mayores posibilidades de selección de contenidos, lo cual lo identifican como mayor libertad de acción. Dicha posibilidad se amplía en internet por las características propias del medio: disponen de diversos recursos y formatos, navegan por sitios donde pueden acceder a múltiples temas y puntos de vista e interactúan con diferentes personas y en los horarios que más les convengan. Un alumno precisó: “A mí no me gustan los periódicos, la radio y la televisión porque ellos deciden qué mostrar y uno tiene que ver lo que ellos deciden mostrar, no lo que uno quiere, por eso prefiero internet” (Javier).

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Además, la red les permite pasar de espectadores a emisores con mucha mayor facilidad que el resto de los medios de comunicación masiva. Los blogs y las redes sociales constituyen espacios donde los jóvenes se insertan como emisores que gozan de mayor autonomía y libertad sobre los tiempos, contenidos y formatos de los mensajes. Un estudiante aficionado a los blogs indicó: “Me gustan mucho las posibilidades tan grandes que da de poder manipularlo […] su diseño, su forma, sus colores, hasta si quieres que te contesten, si no quieres […] es como tener el poder en tus manos” (Armando). De esta manera internet constituye un espacio de afirmación de la autonomía de los jóvenes aunque, como indica Winocur (2006a), sean cuotas de poder limitadas. Esta libertad se amplía para los estudiantes que poseen televisores y/o computadoras en su cuarto, que los aíslan del consumo grupal y crean espacios personales e íntimos, donde ellos deciden qué hacer y cómo hacerlo. La recámara representa un territorio propio, de uso personal, donde gozan de mayor libertad en comparación con los espacios comunes que deben ser compartidos. La autoridad de los padres merma en el cuarto por lo que en este espacio el empleo de los medios es menos controlado. Disponer de equipo en estas condiciones significa tener mayor libertad de uso, no sujetarse a los cánones familiares o lidiar por tener el control de los aparatos o por los contenidos. Pero este beneficio es escaso porque pocos gozan de una recámara con equipos propios.

MEDIOS “BUENOS” VS MEDIOS “MALOS” El apego a internet y a los medios en general se acentúa por su condición universitaria, no sólo porque recurren a ellos para realizar sus tareas, sino por la representación que se han hecho del papel que juega la tecnología en el desarrollo del conocimiento. La educación universitaria, como espacio simbólico de superación personal y profesional, se ha ligado al manejo de tecnologías, sobre todo de la computadora e internet; lo que deriva en un imaginario que vincula a los universitarios con su uso (Winocur, 2006a). Aunado a ello, en el entorno académico se ha difundido la idea de vivir en un mundo globalizado, que obliga al uso de las tecnologías de información y comunicación. Estas ideas, en menor o mayor grado, han sido incorporadas por los alumnos de Sociales y Humanidades de la UAN, con algunos rasgos específicos: en ellos existe un imaginario sobre los medios y contenidos mediáticos adecuados e inadecuados para los universitarios. Por ejemplo, 56 • América Tonantzin Becerra Romero


todos los estudiantes ubican a Wikipedia como un sitio inapropiado para sus tareas académicas, aunque varios la emplean por la facilidad para encontrar información. Una alumna con risa apenada señaló: “… de hecho todas mis investigaciones son de internet, de Wiki” (Citlalli). Asimismo en un grupo de enfoque cuando un estudiante manifestó que sus programas de televisión preferidos eran las caricaturas, particularmente Pucca, los compañeros rieron, él también y se mostró apenado. Una sensación parecida se tuvo cuando una alumna dijo que le gustaban las telenovelas, y cuando otra compañera expresó preferir los reality shows: Todo el mundo me regaña por verlos, me gusta I love Money, no sé, me gustan mucho [risa]. […] Yo ya no voy a ver reality shows [risa]… me están traumando [risas de todos]… porque nada más pudre la mente. Pero es que no puedo dejar de verlos… me gustan verlos, pero sé que no traen nada productivo, pero están divertidos porque están bien tontos [risa]. (Citlalli).

Es posible que las caricaturas sean reprobadas por orientarse al público infantil, no a jóvenes; mientras que las telenovelas y los reality shows, porque son constantemente cuestionados en el ámbito académico. En contraste, consideran como “buenos” los programas que transmite el Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional, canal que señalan como “muy cultural”, aunque lo frecuentan poco. De manera semejante, la mayoría de los estudiantes tienen la idea de que los únicos medios confiables para realizar sus trabajos académicos son internet y los libros impresos; aunque estos últimos los están reemplazando por textos virtuales. Si anteriormente tener acceso a los libros era signo de cercanía a la información, ahora internet se ha convertido en la clave para acceder a ella. Para los jóvenes no hay distinción entre obtener la información a través de un texto impreso, que de uno electrónico. El reemplazo se debe en parte, a que consideran a la red como un medio práctico: todo se puede hacer en forma más rápida y cómoda, aunque esto no siempre conlleva eficacia o calidad.

LOS MEDIOS: VENTANAS DE INFORMACIÓN Independientemente del apego que tengan hacia los medios, todos los estudiantes los conciben como primordiales fuentes de información. Los medios representan escaparates que les permiten mirar más allá de

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su ámbito doméstico y del contexto local, salir de las fronteras sociales y culturales que impone la geografía física y política para entrar a un entorno más extenso y diverso. Estos vistazos contribuyen a conformar una idea del espacio en que viven; como indicó un alumno, sin los medios “cambiaría mucho el universo en el que estamos viviendo porque realmente estuviéramos enfocados tal vez no'más a la universidad y donde vivo” (Omar). El valor que tienen los medios como difusores de información cobra relevancia en la actualidad debido a que la seguridad individual se ve amenazada por el incremento de la violencia social. Los medios constituyen una especie de brújula que les advierte de situaciones o lugares riesgosos que es preferible evitar. Un alumno comentó que si no fuera por los medios “no me diera cuenta que las balaceras y eso, y tal vez no me dijeran: ‘sabes qué, no vayas’, o no saliera con pendiente o algo así” (Omar). Los estudiantes acuden a los medios porque han aprendido que son vías donde pueden hallar información de manera práctica. Pero esto no implica que estén de acuerdo con el tratamiento, el contenido de los mensajes, o con los propósitos que poseen los medios como instituciones sociales; es decir, no conlleva una aceptación automática de lo que son los medios y de lo que producen. Una alumna indicó: “Los medios están llenos de contradicciones, los detesto por reducir mi imaginación y robar mi tiempo, enajenándome, pero constituyen una ventana a un mundo, que en una ciudad como Tepic, sería imposible acceder de otro modo” (Briseida).

CONCLUSIONES A través de la indagación se observó que para los jóvenes estudiantes de Sociales y Humanidades de la UAN, los medios de comunicación masiva son ventanas de acceso a todo tipo de información, sobre todo a aquella que no pueden conseguir de primera mano desde su localidad; son lugares donde pueden resolver uno de sus deberes principales: las tareas académicas; pero también son espacios de goce y disfrute, de unión con sus grupos de convivencia y de práctica de su independencia. Estas prácticas ponen en evidencia que lo que determina el uso de los medios son las actividades y necesidades propias de los jóvenes. La estrecha vinculación que tienen con la tecnología haría suponer que el aspecto técnico es lo que fija los usos que los jóvenes les dan a los

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medios, pero no es así. Los jóvenes emplean los medios para apoyar sus actividades ordinarias y realizar los fines y deseos que persiguen, algunos de los cuales no son recientes ni han sido generados por las nuevas tecnologías. La búsqueda de autodeterminación, libertad de acción, elección y de cuotas de poder frente a las instituciones de autoridad, son pretensiones que vienen de generaciones anteriores; el empleo de los medios sólo constituye un recurso de los jóvenes actuales para canalizarlas. Tampoco es nueva la intención de socializar con pares, de ampliar su círculo de amigos y tratar de mantenerse en contacto con ellos el mayor tiempo posible. De igual forma, los jóvenes han incorporado los avances tecnológicos a sus estrategias para resolver las labores escolares. La típica práctica de “copiar y pegar” información de internet para cumplir con la tarea, tiene sus antecedentes en la trascripción textual de libros a documentos escritos a mano o, en el mejor de los casos, en máquina de escribir. Al igual que ahora, esta práctica por lo común carece de reflexión o análisis de la información a la que se tiene acceso. Los cambios en la actividad se vinculan con la rapidez y comodidad que implica hacerlo a través de la red, pero también a un aspecto simbólico: si antes poseer libros representaba tener acceso al conocimiento, ahora lo es el contar con internet. Esto no quiere decir que la juventud sea estática, ni implica una reproducción exacta de las prácticas juveniles anteriores, sino que hay una reconstrucción de ellas: surgen nuevos lenguajes, códigos, protocolos y tácticas que se van extendiendo en los grupos de convivencia. Por otra parte, en el ámbito teórico, el trabajo puso en evidencia que la recepción mediática no es solamente una cuestión instrumental sino también simbólica, como lo planteó Néstor García Canclini (1995). De ahí la necesidad de abordar no sólo los hábitos y preferencias de los públicos (qué ven, cuándo y dónde lo ven, qué les gusta y con quién lo ven), sino de revisar su dimensión simbólica: modos de vida, imaginarios, universos simbólicos y formas de apropiación. No obstante, habrá que resaltar la escasez de aportaciones teóricas relacionadas con el consumo, lo cual ha propiciado el uso indistinto de nociones como recepción, consumo, exposición, hábitos y preferencias, así como una falta de precisión y alcance del concepto. Mantecón (2002) ha señalado que desde una perspectiva antropológica y social no existen mercancías que los individuos no invistan de una dimensión simbólica, lo cual puede llevar a un universo ilimitado en donde todos los objetos, siendo culturales, pueden convertirse en motivo de estudio.

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A pesar de las limitaciones teóricas y metodológicas relacionadas con este concepto, su empleo en esta investigación corroboró que los jóvenes estudiantes analizados permanecen expuestos a los medios una elevada cantidad de horas de manera cotidiana. Pero sus prácticas mediáticas no pueden reducirse a una mera degradación cultural ni a una simple pérdida de tiempo, porque la relación que los jóvenes tienen con los medios es más compleja: en ella intervienen elementos simbólicos derivados de imaginarios y representaciones sociales, que están ligados a los roles sociales que juegan y al contexto históricosocial en que viven. Sería conveniente que las instituciones de educación superior indagaran más sobre los consumos mediáticos de sus estudiantes y sus prácticas culturales, no sólo como información sobre su perfil, sino para ampliar el conocimiento que tenemos de los jóvenes actuales. Como señala García Canclini “preguntarse qué significa ser joven hoy no es sólo preguntar por las características de una edad, es también una pregunta por el tiempo: es la sociedad que trata de saber cómo comienza su futuro” (García, 2004, p. 167).

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Prácticas y consumo mediático de estudiantes universitarios • 61



Comunicación electoral y deliberación ciudadana. Una evaluación normativa de los spots de las campañas estatales de 2009 y 2010 Martín Echeverría Victoria,* UNIVERSIDAD ANÁHUAC MAYAB

Julio Juárez Gámiz,** U NIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO ○

Resumen: El spot político ha sido criticado por su fragmentación, apelación emocional, personalización y reduccionismo, a pesar de lo cual es el formato más utilizado en las elecciones mexicanas. A fin de evaluar la calidad de la información que ofrecen al electorado y utilizando para ello criterios normativos provenientes del concepto de democracia deliberativa, sometimos a un análisis de contenido a 359 spots de 16 campañas a la gubernatura celebradas entre 2009 y 2010. Encontramos que las tendencias de personalización, reduccionismo temático y apelación emocional son predominantes, lo que pudiera dificultar un voto razonado y deliberado de parte de los electores. Palabras clave: spots políticos, democracia deliberativa, análisis de contenido, personalización, elecciones

* Martín Echeverría Victoria, maestro en comunicación política (Universitat Pompeu Fabra, España), investigador del Centro de Investigación en Comunicación Anáhuac Mayab, Universidad Anáhuac Mayab. Correo electrónico: echevemartin@yahoo.com.mx. ** Julio Juárez Gámiz, doctor en comunicación política (Universidad de Sheffield, Reino Unido), investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM. Correo electrónico: jjuarez@servidor.unam.mx.

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Abstract: Political advertising spots have been criticized for their emotional and personalization strategies, and the scarce information they convey, though are highly used in Mexican elections. To asses the quality of the information that those sports deliver to the voters, from the perspective of deliberative democracy, we content-analyzed 359 ads from 16 state campaigns wich ran from 2009 to 2010. We found that the tendencies of personalization, thematic reductionismo and emotional appeal are extensive, which could deprive the citizens from a thoughtful and deliberative vote. Keywords: Political advertising, deliberative democracy, content analysis, personalization, elections.

INTRODUCCIÓN Los procesos de renovación del poder en forma de elecciones entrañan contradicciones de parte de políticos y ciudadanos. Por parte de los ciudadanos, la teoría democrática asume que los electores ejercerán la responsabilidad de hacerse competentes para elegir informándose acerca de sus alternativas, y que por lo tanto pueden ser racionales en el uso de los medios de información para incrementar su habilidad para tomar decisiones siempre de tipo racional (Nimmo & Sanders, 1981, p. 8). En este sentido, los principales modelos sobre toma racional de decisiones dentro de la ciencia política hacen énfasis en la importancia para los votantes de información sobre temas públicos durante las campañas electorales (Boiney & Paletz, 1991). En contraparte, para que los ciudadanos puedan ejercer de manera interesada, atenta e informada sus derechos políticos, el sistema político debe proporcionar datos suficientes y relevantes para que aquellos se inclinen y confíen en dicha información para tomar decisiones (Freedman, Franz, & Goldstein, 2004, p. 8). Tanto el sistema político como las instituciones de la sociedad civil tendrán que actuar en correspondencia a la ciudadanía para proporcionarle elementos que le permitan ejercer su responsabilidad. Ni los ciudadanos ni los sistemas políticos parecen ajustarse a este ideal. A cada elección se observa una declinación en la participación de la gente en las urnas; en caso de que lo hagan, los ciudadanos se manifiestan poco informados acerca de las decisiones que toman, atendiendo a su consumo promedio de información electoral y política (Segob, 2009). Aún si existiera una ciudadanía bien formada y participativa, el sistema político no utilizaría los recursos de los que

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dispone para informar adecuadamente al electorado, porque los contenidos y formatos que implementan hacen una contribución dudosa al discernimiento de los ciudadanos. El dominio del spot político parece ser el pináculo de esta problemática: una parte importante de la “dieta” de información electoral es suministrada por un formato de propósitos comerciales, fragmentario, de alto impacto y bajo contenido argumentativo, y diseñado para un ciudadano —convertido en consumidor—, renuente a recibir mensajes políticos, de modo que se hace necesario interrumpir la programación a la que se expone para hacérselos llegar. Tal concepción del ciudadano es un tanto paternalista porque presupone la inacción del mismo para consumir por motu proprio la información necesaria para acudir a votar —de tal manera que es indispensable suministrársela aún a costa de su voluntad— y es un tanto esquemática respecto a cómo los ciudadanos procesan información política, al equiparar la cantidad de repeticiones con la profundidad de las adhesiones que provoca el mensaje. Estas presuposiciones son sintomáticas de un modelo de comunicación electoral diseñado por y para las élites políticas y a espaldas de las necesidades informativas de los ciudadanos, mucho menos inactivos como suponen los políticos y mucho más complejos de lo que creen los gurús del marketing electoral. El presente trabajo explora los problemas de los spots políticos a la luz de los preceptos normativos ya mencionados y utilizando los criterios de un modelo de comunicación electoral, el deliberativo, que proporciona elementos más ricos de reflexión al ciudadano, acorde con los preceptos de la democracia deliberativa; tales parámetros normativos nos permiten establecer con más precisión qué tipo de información requieren los ciudadanos para realizar una elección responsable bajo parámetros de razón. Adicionalmente se pretende analizar la calidad de la información que el modelo electoral actual ofrece, mediante el análisis de contenido de los spots políticos emitidos durante las elecciones gubernamentales de 2009 y 2010, que resintieron inmediatamente los efectos de la reforma electoral de 2007-2008. Realizamos una interpretación normativa de nuestros datos empíricos con relación a un conjunto de valores cívicos y democráticos, traducidos en prescripciones comunicativas, que se esperarían de un emisor político en campaña. De esta manera se presupone que hay una comunicación electoral funcional o disfuncional en la publicidad política, cualidades determinas de acuerdo con criterios normativos inherentes al compromiso de los emisores políticos con los ciudadanos y a lo que se espera de ellos para que el sistema democrático, como utopía necesaria y proceso deliberativo, sea viable y funcional.

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EL IDEAL DE LA DELIBERACIÓN. PRECONDICIONES COMUNICATIVAS Sostener la inadecuación del modelo actual de comunicación electoral necesita el señalamiento de uno más de adecuado ante el cual pueda criticársele de forma comparada y no en sus propios términos. Recurrimos por lo tanto al concepto normativo de democracia deliberativa del que se desprende el modelo de comunicación propuesto por John Gastil, (2008) que sirve mejor a los intereses de los ciudadanos y no sólo de las élites. La opción por la conceptualización de Gastil no implica que ésta sea la más acabada o representativa —hay numerosas propuestas de democracia deliberativa en otros autores (Elster, 1998; Fishkin, 1995)— sino que pretende dar cuenta de su más reciente adaptación al campo de la comunicación. Su modelo parte del planteamiento de Robert Dahl acerca de la democracia, que postula la observación de tres criterios que definen en qué medida un grupo, sociedad o nación son democráticos: el criterio de inclusión, que generalmente se cumple abriendo las elecciones a los ciudadanos mayores de 18 años; el criterio de la participación efectiva, que se delega a través de representantes parlamentarios; y el criterio de “comprensión ilustrada” (enlightened understanding). Este último punto entraña un componente comunicativo más directo. Se argumenta que “…todos los miembros de una democracia deben tener las mismas oportunidades para averiguar cuáles temas les conciernen, qué piensan de esos temas y cómo deben votar cuando se les da la oportunidad de hacerlo”. (Gastil, 2008, p. 7) Este criterio separa a una “democracia deliberativa de una irreflexiva. Un sistema incluyente que le da a todos la oportunidad de hablar pero no le proporciona el tiempo o las herramientas para pensar será un sistema fallido, lleno de discursos vacíos y voto impulsivo - o desinformado” (Gastil, 2008, p. 7). Los ciudadanos necesitan tener la oportunidad de reflexionar sobre los temas para entender cuáles son importantes y explicar sus puntos de vista sobre ellos. De una manera ideal una comprensión ilustrada implica que la gente no sólo comprende sus propios puntos de vista, sino también los puntos de vista y las emociones de temor o esperanza de aquellos con los que disiente. Para que tales condiciones sean procuradas, entra en juego la práctica de la deliberación. “Cuando la gente delibera, examina cuidadosamente un problema y arriba a una solución bien razonada después de un periodo de consideración respetuosa e incluyente de diversos puntos de vista” (Gastil, 2008, p. 7). Mientras más deliberativo sea un sistema es más capaz de cumplir los tres criterios previamente citados de la democracia. La deliberación requiere de cuatro pasos: primero, se crea una base

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sólida de información para asegurar que se entiende el problema en cuestión. Segundo, se identifican y priorizan los valores centrales en juego en tal tema. Tercero, se identifica una cantidad amplia de soluciones que pudieran atender el problema. Y cuarto, se sopesan los pros, contras, ventajas y desventajas de las soluciones aplicando el conocimiento y los valores a cada alternativa. De esta manera el grupo termina tomando la mejor decisión posible a la luz de lo que ha sido aprendido a lo largo de la discusión (Gastil, 2008, p. 8). Bajo estas consideraciones un modelo de comunicación electoral que satisfaga las condiciones informativas necesarias para la deliberación, implica que éste provea toda la información necesaria acerca de un rango considerable de candidatos, enfatice las características de cada rival y contraste a cada uno en esos términos, revelando los pros y contras del apoyo a uno u otro (el proceso se asegura de que cada candidato tenga oportunidad de presentar sus propios puntos de vista). Los mensajes producidos por los comunicadores deben de ser comprensibles y libres de dispositivos engañosos e invectivas irrespetuosas que muestren una fútil falta de civilidad; un proceso deliberativo requiere intercambios directos, honestos y relevantes, muchos de los cuales involucran crítica legítima y agudos desacuerdos. Las personas “sólo pueden elegir entre opciones claras entre varias alternativas si se les presentan mensajes que les ayuden a entender las más relevantes fortalezas, debilidades y compromisos de los candidatos, y tal discurso debe a su vez ayudar a los votantes a hacer elecciones informadas y reflexivas” (Gastil, 2008, p. 89). Los planteamientos arriba enunciados, en el plano ideal complementan las posturas normativas que insisten en que el electorado necesita información racional acerca de temas y soluciones para llegar a juicios responsables; en ese sentido el modelo pone como precondición de la democracia la comprensión ilustrada de lo que está en juego en una elección, mediante la construcción de una base informacional accesible, directa y clara al ciudadano a partir de la cual sea posible deliberar. El modelo de comunicación electoral actual, y particularmente el formato rey del spot, bien pudiera representar la antítesis de estos aspectos, tal como se examina a continuación.

LA “ESPOTIZACIÓN”. EL MODELO DE COMUNICACIÓN ELECTORAL BASADO EN SPOTS POLÍTICOS

Al procedimiento dominante en el que discurre el modelo de comunicación electoral actual se le ha endilgado el mote de “espotiza-

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ción”, para designar el predominio del formato spot en la comunicación electoral, no sin cierta connotación peyorativa acerca del mismo. Este se define como “cualquier mensaje principalmente bajo el control de una fuente, usado para promover candidatos políticos, partidos, problemáticas políticas, y/o ideas a través de canales masivos” (Kaid, 2004, p. 156); las características de control y promoción, aunado al predominio de la TV, se han encontrado en una decena de países en donde se implementa dicho formato, configurando un modelo aparentemente universal, a pesar de su origen estadounidense (Berrocal, 2003, p. 140). Si bien hay una corriente creciente en la opinión pública acerca de la inconveniencia de entronizar al spot como principal formato con el que los partidos se comunican con el electorado —155,857 de ellos fueron emitidos en la campaña presidencial de 2006 (Trejo Delarbre, 2010)— las razones de su rechazo tienen larga data en la academia, dirigidas en primera instancia a la mediatización televisiva de la política. A la “captura” de la política por parte de la televisión se le acusa de una representación mayoritaria mediante imágenes, la eliminación de los contenidos abstractos y argumentativos de la comunicación política y la información periodística, la decantación hacia los elementos espectaculares y dramáticos de la realidad conforme con la identificación de la información con el entretenimiento (infotainment), así como la personalización de la política y sentimentalización de los análisis y las reacciones políticas (Dader, 1998). Aunada a una brevedad fuertemente reductora de contenidos, los spots retienen los aspectos mencionados y presentan otros más. La capacidad de los spots para vehicular aspectos emotivos y la forma en que esto es aprovechado por los emisores es una primera imputación. Para la retórica clásica un mensaje persuasivo es predominantemente emotivo cuando sus contenidos “pretenden afectar los sentimientos de la audiencia, despertando en ella cierta satisfacción o insatisfacción, temor o deseo, o propiciando en ella la expectativa de que se obtendrán tales o cuales satisfacciones o insatisfacciones” (Barthes, 1995, p. 45). Trabaja, pues, a nivel de las pasiones humanas, limitadas y previsibles. En contraste un mensaje persuasivo es predominantemente racional cuando presenta descripciones, explicaciones o previsiones sustentadas en datos de la realidad para demostrar que una cosa es verdadera o falsa (Barthes, 1995). Por los códigos visuales que maneja la TV ésta es más apta para hacer apelaciones persuasivas emocionales en lugar de racionales. La publicidad política “en lugar de instruir a los consumidores de los méritos de la mercancía, invita a sentirse bien e identificarse con

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los productos” (Ward & Cook, 1992), dirige a la gente a realizar decisiones políticas con bases no racionales. “A los votantes se les inquiere a sentirse bien (o mal) con los partidos e identificarse con los líderes políticos, y no a informarse de los méritos de las políticas que promueven” (Ward & Cook, 1992). En el límite los críticos llegan a afirmar que la “afectivización” aísla la inteligencia de la misma manera que la intelectualización aísla el afecto (Dader, 1998). Diversos trabajos empíricos describen el papel de la argumentación emocional en la persuasión. Se ha demostrado que las emociones afectan las preferencias y pensamientos de los ciudadanos, y moderan lo que es recordado de ellos (Boiney & Paletz 1991). Los spots que preferentemente son emocionales tienden a ser mejor recordados (Thorson & Friestad, 1989) incluso de manera retardada (Lang, 1991) y parecen incrementar la atracción por una determinada narrativa en la medida en que sean más excitantes (Lang, 1995). La emoción influye en el involucramiento, satisfacción y credibilidad cuando se solicita a los televidentes que evalúen la publicidad política (O´Cass, 2002). Los electores atribuyen las sensaciones positivas creadas por estímulos emocionales —escuchar música, ver símbolos emotivos— a los propios candidatos que se presentan de manera simultánea a dichos estímulos (Gastil, 2008). Otra imputación a los spots es la capacidad que tienen de personalizar el mensaje. Los líderes televisivos aparecen de manera fragmentaria a través de los spots, de modo que sólo pueden comunicar mensajes breves y simples; en este contexto la argumentación racional verbal — la que permite la deliberación pública— por cuestiones de tiempo está restringida. Luego entonces una de las principales fuentes de información y persuasión es el propio cuerpo del político, tanto por su kinésica (movimiento) como por su gestualidad: “el cuerpo del político se torna altamente significante y activa en el televidente los modos de lectura y desciframiento de la gestualidad” (Martín Barbero, 1996, p. 23). Los gestos se convierten en elementos desde los cuales las audiencias decodifican atributos de personalidad de los líderes. En efecto, la investigación empírica ha encontrado que las actitudes de los votantes hacia un político son influidas por el tipo de emociones que son evocadas por su comportamiento en pantalla, en particular a partir de los aspectos no verbales que despliega (Englis, 1994). Los votantes responden al atractivo físico del candidato para juzgarlo, especialmente en ambientes de pobreza informativa o ambigüedad (Gastil, 2008). Cuando dos candidatos son percibidos como similares en relación a sus propuestas de campaña, la diferencia en cuanto a la experiencia emocional de los

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votantes puede ser suficiente para influir en sus decisiones, especialmente en el caso de electores ambivalentes e indecisos (Englis, 1994). Todo esto sucede al tiempo que los partidos pierden relevancia, tienden a converger en el centro ideológico como partidos “atrápalo todo” —con un discurso difuso y centrado que no moleste a electores de ningún sector— y también se personalizan (la imagen de cada partido se asocia ya no sólo con una tradición ideológica, estilo político o programas de actuación, sino también con ciertos dirigentes o figuras concretas). No obstante, puesto que la identificación partidista es aún significativa para alrededor de una tercera parte de los mexicanos (Juárez, 2009), las menciones a partidos dentro de la publicidad es una manera de activar filiaciones o animadversiones partidistas que pueden ser importantes para la decodificación de un spot. Asimismo, entran en juego los aspectos de manipulación y demagogia característicos de la actividad política, que en los spots disponen de mayores recursos para manifestarse y magnificarse: sintaxis confusa —o engañosa—, sofística elaborada y palabras ambiguas o cargadas de sentido. “El lenguaje tiene una ambigüedad inherente, pero los actores políticos explotan los significados mezclados o escondidos de nuestro léxico o sintaxis, de modo que socaban lo deliberativo de una elección” (Gastil, 2008, p. 92). Si bien la retórica política es un recurso legítimo de deliberación, ésta se vuelve antidemocrática cuando sobrepasa ciertos límites inherentes a los principios de la ética democrática (Dader, 1998). Aunque desde el punto de vista instrumental hay trabajos que demuestran la eficacia de los spots para influir en las preferencias electorales de campañas mexicanas (Sánchez & Aceves, 2008), desde sus consecuencias cívicas los spots —dicen los críticos— contribuyen a la simplificación del entendimiento de la realidad política circundante y la pérdida de comprensión de la complejidad de la política misma (Manheim, 1978, en Dader, 1998, p. 108). En el fondo de estas discusiones subyace una preocupación normativa hacia la “emotivización” de la comunicación política y de la política en extenso. De acuerdo con Sartori, el riesgo se encuentra en la conformación de una opinión pública menos regida por el logos (razón) que por el pathos (emoción), un elemento que imprime serias dificultades para la toma de decisiones políticas responsables. La contradicción inherente de este fenómeno es que nuestro sistema político está diseñado para una educación cívica que faculta a los ciudadanos para tomar decisiones políticas en el óptimo uso de la razón. La “emotivización” de la política no encaja en el sistema político tal como se planteó (Sartori, 2002, p. 39). Ciertos trabajos afirman que hay alguna riqueza informativa en los spots y que éstos fomentan el

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interés y el entusiasmo de los receptores por la campaña, particularmente en aquellos más desinformados y alejados de estos procesos; ante un escenario en el que la cobertura noticiosa y la lectura de medios arrojan menos información que nunca, la contribución de los spots televisivos se muestra como inusitadamente relevante para la democracia (Freedman et al., 2004, p. 735). Aunque demostrables en sus datos, estas afirmaciones connotan cierta actitud conformista que observa las limitadas bondades del formato respecto a las críticas que recibe, para desdemonizarlo, en lugar de observar la distancia de sus efectos respecto a lo deseable en una democracia. Más allá de estas reacciones observamos la profunda incompatibilidad entre los requerimientos comunicativos de un modelo de comunicación deliberativo, como el descrito anteriormente, y el modelo actual que pone a este formato en el centro de su actuar con elementos potencialmente desfavorecedores para el debate: a los juicios de razón, con elementos probatorios, se le oponen los recursos emotivos. A las propuestas sopesadas por pros y contras se opone la personalización de los mensajes, en donde los rasgos individuales apelan a una adhesión por carisma. A la claridad de la exposición de las problemáticas y propuestas, tan cara a la “comprensión ilustrada” de la que hablamos, se opone el fragmento reduccionista, la retórica y la demagogia audiovisual efectista. Es difícil construir a partir de ello una base de información sólida con la que puedan ser jerarquizados los valores, analizados los temas, y valoradas las propuestas. Un proceso deliberativo de elección que funcione a partir del uso hegemónico de tal formato queda así trunco. Las características descritas previamente se presentan en los spots con mayor o menor frecuencia en distintos sistemas políticos: en qué medida aquellos emitidos en México adolecen de estas características es algo que habrá que comprobar empíricamente más que inferirlo de sus potencialidades o de la crítica hacia los mismos; en suma, habrá que sentar la distancia entre lo que el modelo comunicativo actual ofrece a los votantes y lo deseable. Tal es el cometido de la siguiente sección.

METODOLOGÍA El objetivo del análisis es describir aquellos elementos de contenido y estructura de los spots políticos que robustecen o debilitan procesos deliberativos de toma de decisión electoral; en cierta medida es una evaluación de qué tan “deliberativo” es el modelo actual de comunicación. Las variables a medir emergen de la investigación en

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psicología cognitiva y de modelos de comportamiento electoral provenientes de la ciencia política, sólo que aquí éstas se definen e interpretan desde el punto de vista normativo mencionado líneas arriba. Todas las variables se aglutinan en torno a las categorías generales de spot, candidato, tema y estrategia, aunque en la exposición que sigue las hemos reunido alrededor de los aspectos problematizados en la exposición previa. Los mensajes fueron codificados siguiendo el protocolo del proyecto “Competitividad electoral y comunicación política: análisis comparativo de los spots televisivos de las campañas locales”, del que se han tomado los datos aquí presentados. Se realizó un análisis de contenido de 359 spots políticos recopilados de las campañas a gobernador de los estados de Puebla, Hidalgo, Sinaloa, Zacatecas, Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas, San Luís Potosí, Quintana Roo, Durango, Aguascalientes, Oaxaca, Tlaxcala, Colima, Campeche y Sonora, 51 de ellos del proceso electoral del 2009 y 309 del proceso electoral de 2010 (ambos procesos resintieron el impacto de las reformas electorales del 2007-2008). De aquellos, 169 correspondieron al PRI, 69 al PAN, 61 al PRD y 61 a la alianza PAN-PRD (los demás partidos fueron excluidos por no ser contemplados en los objetivos del protocolo original). Partimos de la premisa de que el contenido de los spots determina la fuerza y la dirección de su impacto en los votantes y que su estructura y contenidos pueden ayudar a predecir cómo reaccionarán los televidentes ante determinado mensaje (Biocca, 1991).

RESULTADOS Dividimos la evaluación normativa que ofrecemos en los ejes de la personalización, la emotividad y los temas – particularmente respecto a su profundidad. Puesto que la reforma electoral del 2007 suprime la publicidad negativa no incluimos una descripción de la misma. Personalización vs. Institucionalización. Medimos en primer lugar si el objetivo de la proposición desplegada por el spot había sido el candidato o el partido que patrocina el mensaje. Los resultados confirman la tendencia hacia la personalización de las campañas, la promoción central del candidato por encima del partido, puesto que en 85.8% (N=318) de los spots se centra en los primeros a diferencia de 11.4% (N=41) que se centra en los segundos. Aunque las cifras no implican que el partido haya sido excluido del mensaje —más bien reflejan quién tuvo el papel central— sí es de observar una aguda desproporción entre

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aquellos spots cuyo objetivo es la persona respecto a aquellos cuyo objetivo es la institución (casi septuplican los primeros a los segundos). En un sistema electoral partidista se esperaría que los partidos aprovechen la plataforma de spots para promoverse, si bien no en una proporción similar a la del candidato, sí con una frecuencia un tanto mayor a la aquí reportada. En un sentido ideal, la promoción de partidos es relevante porque representan simbólicamente a grupos de ciudadanos con determinados valores e intereses, a diferencia de las personas que representan más bien a grupos acotados dentro de los propios partidos. Adicionalmente la alta concentración del mensaje en figuras y no en instituciones implica un tácito reconocimiento del debilitamiento de los partidos como opción política y una lectura implícita acerca de su rentabilidad electoral. La variable referencias al partido refuerza las tendencias encontradas; ésta registra la presencia de menciones partidistas dentro de los spots independientemente de si al final de ellos hubo alguna alusión al partido que identificara políticamente al emisor del mensaje. Observamos que sólo en una cuarta parte del corpus (25.3%, N=91) tal alusión está presente, mientras que el resto (74.7%, N=268) tal alusión está ausente, lo que indica cierto desaprovechamiento por parte del emisor de la oportunidad de fijar mejor la asociación del partido con el mensaje; también nos reenvía a la tendencia de un menor peso de los partidos en las campañas y sus mensajes, a favor de los candidatos o la retórica misma de los mensajes. Para detectar la vinculación de candidatos y partidos con determinados grupos sociales, medimos la proporción de spots en donde hubiera algún grupo presente; en este sentido la naturaleza de los spots como formato diseñado para alcanzar a audiencias amplias e indiferenciadas se hace notar en estas cifras, porque sólo 25.1% de los mensajes (N=269) se dirige a algún grupo social en específico, mientras que 74.9% (N=269) de ellos no lo hace. Al no apelar a los intereses específicos de determinados grupos, dicho resultado hace eco de la caracterización de los partidos como agrupaciones “atrápalo todo” (catch all party), más que en la difuminación de las ideologías —que también pudiera estar presente, aunque no lo medimos— en la tendencia a un mensaje de apelación universal. Por otra parte, establecimos variables que pudieran medir diversos aspectos acerca de la centralidad de los candidatos en los mensajes así como sus estrategias de presentación. En primer lugar observamos hacia qué aspecto se enfoca la proposición del spot (cuadro 1). En su conjunto los atributos personales del candidato se presentan como centrales en

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40.4% (N=145) de los mensajes —27.6% (N=99) alrededor de los características personales o profesionales y 12.8% (N=46) alrededor de la experiencia del candidato—. Se presenta así un balance entre lo personal y lo temático, puesto que en 45.1% (N=162) de los spots la proposición se centra en la mención de posturas sobre un tema de la agenda pública. Este balance actúa en descargo de variables anteriores que configuraban un síndrome de alta concentración de la propuesta en la figura política, en detrimento de las ideas de su institución de adscripción o incluso de las propias. Por su parte la baja proporción de mensajes centrados en una filosofía política en particular (6.1%, N=22) termina por difuminar el sustrato ideológico distintivo de cada partido y a los mismos partidos como organizaciones que aglutinan valores políticos y adoctrinan a grandes grupos sociales en ellos. Detallando un tanto más la estrategia del candidato, medimos a quién se dirige durante sus intervenciones. En la mayoría de las ocasiones (69.6%, N=236), el candidato interpela directamente al receptor televisivo entablando un vínculo más cercano con el elector, a través del cual su discurso tendría una atención mayor. En este caso la efectividad del spot depende de manera más estrecha de las capacidades de despliegue personal del candidato, su elocuencia y presencia física, además de los atributos personales que son mejor ponderados culturalmente en un líder político —juventud, carisma, fluidez, carácter, etcétera—, cuya presencia se presupone impacta en la aceptación y elegibilidad del mismo. CUADRO 1. Enfoque de la proposición

Enfoque proposición

N

N%

Tema Personalidad Experiencia Otro Filosofía

162 99 46 30 22

45.1% 27.6% 12.8% 8.4% 6.1%

Total

359

100.0%

Fuente: Elaboración propia.

El hecho de que la gran mayoría de los spots utilice la interlocución directa con el votante implica la confianza en este recurso para crear adhesión con el televidente. Es notoria también la proporción de spots, casi la cuarta parte (24.5%, N=83), que despliegan la presencia física 74 • Martín Echeverría Victoria, Julio Juárez Gamiz


del candidato sin reproducir su discurso (el candidato no habla), destinando por entero aquellos spots a promover la imagen del candidato, su persona en lugar de sus ideas. Esta es una decisión contraproducente respecto a la potencialidad multicanal del audiovisual y los elementos discursivos que los votantes necesitan para tomar decisiones racionales. Estrategias emotivas y racionales de persuasión. Tomando en cuenta que los spots involucran proposiciones de parte de los candidatos a ser demostrados con recursos ya sea racionales —datos o premisas lógicas o bien emocionales, narraciones, aspectos sentimentales—, observamos que se recurre casi en igual medida a ambas estrategias, 54.0% en el primer caso (N=194) y 46.0% en el segundo (N=165). Si bien es cierto que los dos recursos abren posibilidades demagógicas por igual, de modo que desde el punto de vista de sus resultados ninguno es potencialmente menos manipulador que el otro, también es de considerar la preferencia normativa de la argumentación racional para nutrir el debate , los aspectos emocionales difícilmente aportan el análisis de los temas en disputa para el electorado. No obstante, al evaluar estos resultados desde el punto de vista de la exposición de temas, las repercusiones normativas se acentúan. En la mitad de los spots los temas son expuestos de manera sentimental, cuando éstos formalmente se presentan en los mensajes para ser analizados racionalmente. Si bien al momento de personalizar o dramatizar las problemáticas los mensajes ganan en atractivo e implicación para la audiencia —porque despliegan sus consecuencias “humanas” o materiales— pierden en complejidad, detalle y potencial explicativo. Así la deliberación pública pudiera girar en torno a las consecuencias sensibles de las problemáticas colectivas, y no en sus causas o su naturaleza. CUADRO 2. Estrategia emocional y argumento racional N

N%

Enfoque emosional

Bienestar No aplica Malestar Miedo Humor

171 163 17 5 3

47.6% 45.4% 4.7% 1.4% .8%

Argumento racional

No aplica Opinión Hechos Otro

193 99 61 6

53.8% 27.6% 17.0% 1.7%

Fuente: Elaboración propia.

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Casi todos los spots que utilizan una estrategia emocional se dirigen a crear sensaciones positivas respecto a los contenidos representados (cuadro 2). Fincan la aceptabilidad de los contenidos en las predisposiciones positivas que crearán en el receptor a partir del agrado de los mensajes mismos, más que de los contenidos que ahí se vehiculan. Notamos que la neutralidad inducida por la reforma del 2007 introduce dos exclusiones respecto a las estrategias emocionales: las sensaciones de miedo prácticamente desaparecen por su asociación a la publicidad negativa e incluso negra, y el humor, un género que pudiera ser atractivo para capas populares despolitizadas y renuentes a participar en las elecciones, también se retira, posiblemente por las lecturas que recibiría de parte de la oposición en clave de ironía o sarcasmo , y luego entonces tachadas de calumniosas o difamatorias, según sanciona el reglamento electoral. Respecto a los argumentos racionales, esta categoría diferencia los mensajes elaborados a partir de acontecimientos, datos duros y/o información verificable (hechos), en contraste con la información que parte de apreciaciones personales, creencias y puntos de vista subjetivos del presentador (opinión). Como se observa en el cuadro en poco menos de la quinta parte de los spots predominan los hechos. Casi en la tercera parte de los spots es la opinión la que prevalece. Aquí adquiere una relevancia mayor la tendencia a las opiniones subjetivas en lugar de los datos duros para apoyar las proposiciones de los spots; la cantidad de mensajes que contiene opiniones es casi del doble de la de hechos. Independientemente de su potencia persuasiva, los argumentos que utilizan datos para apoyar sus aseveraciones ofrecen evidencia de lo que afirman, nutren una discusión razonada acerca de la validez y conveniencia de los hechos mismos, más allá de una conversación sobre la base de pareceres o intuiciones con una base tenue de información de respaldo. Esto no implica que los argumentos informados no sean utilizados con fines demagógicos, pero sin duda tienen mayor valor deliberativo que las meras opiniones, aún si éstas son articuladas de manera consistente. Con base en estas premisas, las cifras ofrecen un panorama poco halagador acerca de la altura del debate en y desde los spots electorales, al proporcionar una ventana electrónica más a la palabrería cotidiana de las campañas, con actores poco acostumbrados a probar con datos sus afirmaciones. Temas y tratamiento. Desde un punto de vista formal, las campañas políticas tratan sobre la discusión de problemáticas o temas que afectan a una colectividad acompañados de posiciones y propuestas de parte

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de los partidos y candidatos acerca de cómo solucionar los mismos. Diversas variables nos permiten aproximarnos al tratamiento de los mismos en las campañas observadas. En primer lugar determinamos si los temas se manifiestan como una mera declaración de los mismos, como una forma de resolver la problemática o bien como una solución en forma de política pública (como se observa cada una tiene un nivel mayor de complejidad). Esta última incluye implícitamente a la anterior, y ésta a la primera. Aquí observamos que la mayoría de los spots están centrados en la sola mención de los temas (70.2%, N=272), y una tercera parte (28.1%, N=101) avanza hacia la exposición de alguna solución. Sólo una minoría ínfima de mensajes (1.7%, N=6) incluye aspectos más comprehensivos de política pública. Estas cifras hablan de bajos niveles de especificidad de los argumentos. Por la estructura del formato o por estrategia estos mensajes parecen eludir propuestas explícitas y se concentran en la enumeración de temas. Si una decisión electoral es una opción por las mejores propuestas —porque los temas básicamente son los mismos— los datos descritos revelan que los spots cumplen una función limitada ante el electorado. De manera complementaria medimos el grado de detalle con el que se exponen los temas; en 85.2% de los casos (N=306) éstos se mencionan solamente, y sólo en el 14.8% (N=53) se describen con cierto nivel de profusión. La superficialidad en el manejo de los temas es confirmada en estos datos porque los temas casi no se describen —ofreciendo una explicación mínima— sino que mayoritariamente sólo se mencionan. Dos consecuencias potenciales se vislumbran en este sentido: puesto que los emisores no dibujan a través de los spots los contornos de los temas, el electorado no puede comprender adecuadamente la pertinencia o eficacia de las propuestas. En segundo lugar la vaguedad o ambigüedad con la que se comunican los temas los abre a una polisemia interpretativa en los receptores, reduciendo el grado de consenso acerca de los problemas a los que se enfrentan colectivamente los ciudadanos. En esta indefinición se deja de lado uno de los aspectos clave de las contiendas electorales: los candidatos más atractivos para el electorado son los que entienden mejor los problemas públicos, tienen las propuestas más adecuadas para solucionarlos y son los más aptos para llevarlas a cabo. Los spots aquí presentados prácticamente omiten este primer factor, reducen en consecuencia la relevancia del segundo y parecen concentrarse en el tercero sin los elementos de base que le darían sustento. Finalmente analizamos los temas específicos que se trataban a lo largo de estas elecciones (cuadro 3). La jerarquía de temas aquí expresada

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revela una determinada lectura que los partidos hacen de las preocupaciones principales del electorado puesto que la economía es una preocupación recurrente para la opinión pública en un país de amplia desigualdad, los temas en esta materia se presentan en 24.5% de la muestra, y son los más mencionados en sus distintos impactos —empleo, crecimiento económico, cargas impositivas, etcétera—. Destaca también en esta lista la relativa ausencia de temas relacionados con la inseguridad o el crimen organizado: tales tópicos están presentes en su conjunto en solamente 10.3% de los spots analizados, y particularmente este último tema mereció únicamente cuatro spots (en una muestra de cerca de 360 de ellos). Previsiblemente la ausencia del tema apunta a disociarlo del ámbito estatal y sus gubernaturas, dejándolo implícitamente en manos del gobierno federal. Al mismo tiempo se retira un tema que produce cierta ansiedad en la opinión pública y que introduciría un tono negativo —en cuanto a estado de ánimo— en los mensajes de campaña. Asimismo, llama la atención la proporción de spots dedicados a convencer al ciudadano de la probidad de partidos y de candidatos. En su conjunto los emisores dedican casi la tercera parte de los spots (28.1%) a hablar de su honestidad (24%, N=86), de la manera en que combatirán la corrupción que el mismo sistema político causa (2.2%, N=8) y de sus propias estrategias (1.9%, N=7). CUADRO 3. Temas de campaña

Tema

Honestidad Social otros Educación Empleo Economía varios Sistema judicial Salud Crecimiento económico Seguridad varios Corrupción Estrategias de partidos Crimen organizado Impuestos Migración Total

Fuente: Elaboración propia.

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N

N%

86 73 42 37 33 25 17 14 8 8 7 4 4 1

24.0% 20.3% 11.7% 10.3% 9.2% 7.0% 4.7% 3.9% 2.2% 2.2% 1.9% 1.1% 1.1% .3%

359

100.0%


Esta operación apunta al parecer a contrarrestar la percepción popular negativa hacia la clase política y los cuestionamientos recientes acerca de la solvencia moral de los gobernadores, precedida por el poder que han concentrado en sus entidades.

CONCLUSIÓN. EL CIUDADANO AL CENTRO DE UN NUEVO MODELO DE COMUNICACIÓN ELECTORAL

Además de proporcionar insumos de evaluación normativa, el análisis precedente confirma tendencias generales de publicidad política a un nivel estatal. En efecto existe en los spots de candidaturas gubernamentales un proceso de personalización política en detrimento de los partidos que manifiestan transformaciones importantes: hay una proporción muy significativa de spots centrados en candidatos, en lugar de partidos y éstos se mencionan escasamente dentro de los mensajes. El perfil de los partidos mismos como organizaciones “atrapa todo” también se reafirma en los datos, junto con la tendencia de los mensajes a la apelación universal —y no sectorizada— así como la difuminación de la ideología (o filosofía política). A pesar de estas tendencias de personalización, que se refuerzan al observar la proporción de spots en donde el interlocutor es el espectador mismo, las propuestas manifiestan un equilibrio entre lo temático y lo personalizado. Respecto a la “emotivización” de los mensajes, en los datos se manifiesta un balance entre las estrategias emotivas y racionales, aunque la inclinación hacia lo emotivo pudiera ser mayor porque los temas en la mitad de los spots son expuestos de manera emotiva. Lo que sí es evidente en los datos es la superficialidad de la información emitida: la mayoría de los argumentos racionales no sustentan con hechos sus aserciones, los temas se mencionan en lugar de describirse y se enuncia la problemática más no una solución. Finalmente la agenda de temas es poco sensible de las problemáticas de mayor presencia en la agenda ciudadana, tales como la inseguridad y el narcotráfico que ocuparon durante el 2010 el segundo y quinto lugar respectivamente de entre las preocupaciones de la opinión pública (Consulta-Mitofsky, 2010). Con los datos obtenidos es posible afirmar que el modelo de comunicación electoral no favorece procesos de deliberación electoral, puesto que la base de información es tenue, escueta e insuficiente para la comprensión y valoración de lo que está en juego en la elección, y para su adecuada deliberación en el espacio público. Asimismo, incluye procedimientos retóricos como la personalización y la emotividad en

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una buena parte del corpus analizado, aspectos que enturbian en cierta medida la claridad necesaria de las proposiciones. Investigaciones empíricas posteriores pudieran inquirir con mayor precisión en los aspectos de evaluación normativa que ponemos sobre la mesa. Como hemos sostenido en otros espacios el modelo actual de comunicación electoral desaprovecha las potencialidades discursivas, narrativas y participativas de la televisión a cambio de una comprensión simplista del electorado, fundamentada en el impacto y la redundancia como estrategias nodales (Juárez, 2009, 2011). Es conveniente una revisión a tal modelo que parta del ciudadano —y no de las élites políticas— para su confección, si se pretende que México transite a mecanismos deliberativos de elección más sofisticados y democráticos como el aquí descrito.

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El poder mediático y la transformación del Estado en México Javier Esteinou Madrid* UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA, UNIDAD XOCHIMILCO ○

Resumen: Para entender la nueva etapa de evolución en la que se encuentra el Estado mexicano heredado desde los movimientos de la independencia y de la revolución mexicana, ahora es indispensable examinar el fenómeno del nuevo Estado mestizo que ha emergido en México con su correspondiente nueva república mediática que surgió en el país a partir de los cambios estructurales que introdujeron las tecnologías electrónicas de difusión colectivas desde mediados del siglo XX en el México contemporáneo. Sólo así comprenderemos que estamos ante otra fase de desarrollo histórico del Estado-nación que ya no corresponde a la filosofía ni a los ideales de los movimientos emancipadores que le dieron vida en siglos pasados; sino que a principios del siglo XXI, estamos frente a la acción de un nuevo Estado mediático mestizo que es el nuevo paradigma histórico real que domina la gobernabilidad cotidiana de la nación. Por consiguiente, es urgente que precisemos intelectualmente cuáles son sus características, sus procesos de acción, las consecuencias sociales que provoca y la dirección auténtica hacia dónde conduce el futuro del país. Palabras clave: Transformación del Estado, poder mediático, Estado mestizo, estado mediático, república mediática. Abstract: The Mexican State, whose origins are found in the movements of Independence and Mexican Revolution, faces today a new evolution phase. To understand this new stage of development of the State in Mexico, it is necessary to analyse the new phenomena of the Mestizo State and its corresponding Media Republic. These emerged from the structural changes that the electronic technolo* Investigador titular del Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, D.F, correos electrónicos: jesteinou@prodigy.net.mx; jesteinou@gmail.com

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gies of collective diffusion introduced in the country since the mid20th century. This analysis allows understanding that we are living a new phase of the State-nation; which does not correspond anymore to the dreams and philosophy of those emancipatory movements that gave life to the State-nation in the past two centuries. In contrast, at the beginning of the 21st century we are facing a new Mestizo Media State that is the new historic paradigm that dominates the everyday governability of the nation. For this reason, it is urgent to determine intellectually what are its characteristics, its action processes, the social consequences the it brings and the ideological direction in which this drives the future of our country. Keywords: Transformation of the State, media power, mestizo State, media State, media Republic.

EL ORIGEN HISTÓRICO DEL ESTADO MEXICANO A lo largo de los últimos 200 años de su evolución histórica, la sociedad mexicana luchó incansablemente para conquistar condiciones de mayor autonomía y humanidad que le permitieran vivir con más independencia, equidad, dignidad y paz social. Con este fin, la comunidad nacional decidió enfrentar a través de la guerra de la independencia de 1810 la dominación del poder imperial de la corona española que se había instalado violentamente desde hacía muchos siglos en México y mediante el levantamiento de la revolución mexicana de 1910 encaró al poder autoritario terrateniente del porfiriato, para formar otro nuevo orden nacional más justo y equilibrado que posibilitara la coexistencia sana y pacífica de los diversos conjuntos sociales que componían al país. De esta forma, a través de dichos procesos sociales emancipadores, paulatinamente se crearon en México novedosas jerarquías políticas, acuerdos colectivos, instituciones de estabilización y nuevos marcos jurídicos que le permitieron conseguir la edificación de un nuevo orden de paz y convivencia comunitaria más equilibrado para las mayorías sociales. Dentro de las nuevas innovaciones estructurales que se introdujeron para estabilizar a la sociedad, la realidad histórica más trascendente que se construyó en estos últimos dos siglos fue la edificación de la figura del Estado-nación mexicano como la instancia rectora que creó un nuevo sistema de estabilidad y dirección nacional. En el proceso civilizatorio de su consolidación el Estado mexicano no emergió a priori desde su origen a la fecha como una realidad jurídicopolítica totalmente acabada, definida o cerrada; sino que se conformó

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homeopáticamente a través de una progresiva dinámica de construcción histórica, mediante la cual adquirió su sentido, personalidad y funciones civilizatorias específicas que ejerció en cada fase por la que atravesó hasta llegar al período de la modernidad nacional. De esta forma, el proceso histórico convencional de edificación del Estado mexicano cruzó por tres etapas históricas fundacionales, cada una de las cuales, se materializó con la aprobación de una constitución jurídico-política o marco normativo específico con el cual se consolidó un tipo de república exclusiva para cada ciclo de su evolución civilizatoria y sus diversos instrumentos estructurales de poder político con los cuales gobernó a la sociedad. Dichas etapas históricas centrales fueron la fundación de la primera república nacional, la edificación de la segunda república nacional y la conformación de la tercera república nacional. Así, en un primer momento, la conformación del Estado-nación emergió lentamente en México como producto del movimiento de insurrección civil que explotó en 1810 contra la dominación del poder absoluto del imperio español que reinaba en nuestro territorio. En esta fase emergente el Estado cobró vida como una nueva fuerza política derivada del movimiento de la independencia a través del cual se liberó de los poderes tiránicos coloniales e integró a la población peninsular, criolla e indígena, en un mismo proyecto de desarrollo económico, político, cultural, lingüístico, educativo, etcétera, que le dio más autonomía, justicia, estabilidad, integración e identidad colectiva que la que tenían como colonia de la corona española. Para apuntalar ideológicamente esta etapa fue esencial la aportación de la filosofía de los Sentimientos de la nación de José María Morelos y Pavón en el Congreso de Chilpancingo, Guerrero en 1813 a través de los cuales se conformó el espíritu de la primera república nacional que contribuyó a proporcionarle a la sociedad mexicana un primera atmósfera de derecho jurídico para la convivencia colectiva armónica. Con ello, se reorganizaron a las comunidades sociales del momento alrededor de un nuevo proyecto de desarrollo nacional soberano que ofreció un nuevo futuro de esperanza colectiva para el país y no de explotación esclavista para la población. En un segundo momento, en 1821 continuó el movimiento de liberación nacional y Agustín de Iturbide proclamó el Acta de Independencia frente al imperio español que cristalizó con la elaboración de los principios de la Constitución del 5 de octubre de 1824. Este proceso se perfeccionó políticamente cuando en 1836 el Congreso Federal prefiguró la Constitución de las siete leyes que sirvieron de base para

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que en 1857 se jurara la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos que le dio el triunfo definitivo al sistema federal y congresional sobre los movimientos internos desintegradores (Nuestras constituciones, 2000; Morelos, 2001). Dichos procesos dieron origen al establecimiento de la segunda república nacional que le dio al país un segundo nuevo orden normativo de convivencia nacional más civilizado. En un tercer momento, después de funcionar el Estado-nación en las fases históricas anteriores como la jerarquía rectora del desarrollo de la población mexicana, la acción de éste no fue capaz de resolver democráticamente la enorme cantidad de contradicciones estructurales que se acumularon durante más de 100 años en México, especialmente en el sector rural. Esto provocó gradualmente la emergencia de multitud de revueltas campesinas masivas que generaron en 1910 el estallido de la revolución mexicana como un segundo movimiento emancipador que luchó por liberarse del sometimiento del modelo autoritario porfirista concentrado en el poder terrateniente de los hacendados y en sus órganos despóticos de poder político aliado. Concluida la revolución mexicana en 1917 quedó un gran desastre social en todos los ámbitos internos de operación del país y fue indispensable la construcción de un nuevo orden hegemónico que organizara el caos que dejó el movimiento insurgente. Para ello, fue necesario refundar la fuerza rectora del poder público fortaleciendo con mayores capacidades regentes al Estado-nación, y así se creó un nuevo pacto nacional de paz, de gobernabilidad, de ejercicio político y de crecimiento social que se concretizó en la Constitución Política Mexicana de 1917 que fue el fundamento jurídico para el surgimiento de la tercera república nacional. Además de contar con los diversos elementos constitutivos de poder central, para alcanzar sus fines rectores como Estado-nación mexicano, éste diseñó su forma de gobierno autónoma bajo la modalidad de la tercera república nacional. Dicha nueva república quedó conformada con un nuevo modelo o paradigma jurídico-político provisto con la acción de tres poderes públicos federales soberanos, complementarios y divididos entre sí, para autoregularse y ejercer una gobernabilidad más virtuosa que resolviera los fuertes antagonismos acumulados durante tanto tiempo en el país: El Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. En este sentido, la tercera república quedó estructurada histó-ricamente bajo el paradigma tripartita compuesto por el Poder Ejecutivo para darle dirección política firme al devenir de la comunidad nacional; con el Poder Legislativo para formar una representatividad social plural que creara el

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entramado jurídico de derechos y obligaciones básicos para normar la convivencia de los conjuntos sociales; y con el Poder Judicial para aplicar correctamente el sistema de justicia en todos los niveles. Dichos poderes públicos republicanos quedaron sólidamente legitimados con los postulados centrales de la Constitución Política Mexicana de 1917, las diversas leyes que posteriormente se anexaron, los decretos emanados del Poder Ejecutivo y los múltiples reglamentos que posteriormente se derivaron de ella para operacionalizar cotidianamente el nuevo gran acuerdo de concordia y de crecimiento social que requería el país para despegar hacia otro modelo de desarrollo colectivo. Así, el modelo formal más acabado del Estadonación mexicano es el que cobró vida a través del dibujo jurídico que la sociedad mexicana realizó sobre la naturaleza de la tercera república mediante el contenido de la Constitución mexicana de 1917 y los cambios normativos que posteriormente se introdujeron para que ésta se actualizara periódicamente. De esta forma, después de muchos años de enfrentamientos internos entre fracciones liberales y conservadoras del poder nacional, con objeto de establecer la paz interna y alcanzar otro proyecto de desarrollo, se creó un nuevo consenso nacional declarado en la Constitución política mexicana de principios del siglo XX, que son los fundamentos jurídicopolíticos del paradigma dominante que formalmente imperan hasta nuestros días. Después de un largo proceso de luchas, deterioros, anarquías, reconstrucciones y profundos cambios en el ámbito del poder público que dejó el paso violento de los movimientos libertarios durante los siglos XIX y XX, la comunidad nacional conformó paulatinamente al Estado mexicano como una nueva fuerza pública hegemónica que, desempeñó entre otras las siguientes siete funciones orgánicas: Enfrentó a los poderes dominantes que durante siglos esclavizaron a la gran mayoría de los habitantes para defender a la población. Gestionó un proyecto con diversas posibilidades de desarrollo integral para la mayoría de los mexicanos. Creó un nuevo pacto político-social de equilibrios más justos para vivir en concordia colectiva y superar el clima de inestabilidad e inseguridad prevaleciente. Fundó un nuevo orden jurídico para definir los derechos y las obligaciones básicas de los individuos, siguiendo los principios de los derechos universales del hombre. Innovó las instituciones necesarias para darle estabilidad a la vida social. Aglutinó a los individuos alrededor de un novedoso proyecto de justicia y de garantías ciudadanas fundamentales que les aportó otro estatus civil, estableciendo un avanzado sistema de derecho que los elevó al grado de ciudadanos. Finalmente, estableció otro modelo de cultura e identidad nacional

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basado en la integración de todos los grupos sociales alrededor de la mitología posrevolucionaria. Así, el Estado-nación mexicano encabezó el resurgimiento de diversos procesos económicos, políticos, sociales y culturales, que dieron origen a la emergencia de un nuevo proyecto de desarrollo colectivo, una economía con absorción intensiva de mano de obra, un sistema político con mayor representatividad ciudadana, una flamante Constitución política plural, una democracia liberal en formación, una moderna existencia urbana, una atmósfera cultural abierta, una educación oficial incluyente, una calidad de vida más completa, etcétera; es decir, una nueva sociedad nacional moderna emancipada de los poderes despóticos que la habían subordinado durante varios siglos en el pasado, y cuyas bases se convirtieron en los fundamentos para el crecimiento del México moderno del siglo XXI.

ELEMENTOS HISTÓRICOS DE PODER QUE CONSTITUYEN AL ESTADO-NACIÓN EN MÉXICO En el proceso histórico de formación del Estado-nación a través de sus diversas fases de evolución histórica fue definitivo que éste se consolidara maduramente con sus respectivos instrumentos de poder, pues “la actuación del Estado lleva consigo necesariamente la existencia de órganos de poder sin los cuales no le es posible darle la vida” (Jellinek, 2004, p. 16). En este sentido, el autor indica que “el poder es un supuesto del Estado, al punto de que no hay Estado sin medios de poder” (Jellinek, 2004, p. 28); en otros términos, un Estado sin órganos de poder es una representación incompleta que equivale a la anarquía, lo cual significa una contradictio in adjecto (Jellinek, 2004, p. 36). Por consiguiente, todo ello, exigió que el Estado mexicano gradualmente se dotara de los elementos de poder rector necesarios para conducir exitosamente a la sociedad mexicana a lo largo de las décadas. En este sentido, para darle concreción y fuerza al Estado mexicano éste se conformó gradualmente con los elementos estructurales de poder necesarios para ejercer su naturaleza como un órgano rector central del resto de la sociedad. Por ello, los factores históricos propios que constituyeron al Estado mexicano a lo largo de sus diversas etapas de evolución por la que atravesó su consolidación histórica fueron, entre otros, los nueve siguientes: contar con un territorio, una población, una forma de gobierno, una organización jurídica, una capacidad de aplicación de la fuerza o de la coerción, una lengua o idioma, una cultura o ideología, una identidad, una moneda de intercambio económico, etcétera con

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los cuales se produjo una forma histórica de soberanía, de integración, de identidad y de hegemonía política para gobernar al país. De esta forma, a través del afianzamiento de cada una de las diversas realidades constitutivas de la naturaleza y de la estructura del Estadonación mexicano, éste cobró forma histórica específica en las distintas fases de evolución por las que éste osciló. Así, retomando los elementos tradicionales constitutivos del Estado en general, constatamos que históricamente a partir de 1917 el Estado mexicano de la tercera república nacional quedó conformado con los anteriores nueve elementos estructurales que paulatinamente le dieron vida específica, en cada uno de los ciclos por los que evolucionó. La conjunción de todos estos elementos de poder histórico-estructural creó una república nacional independiente con capacidades de soberanía y autonomía que pudo enfrentarse a los poderes imperiales externos y gobernar al país bajo otra perspectiva más democrática y justa. Dicha nueva gobernabilidad nacional se caracterizó por ejercerse dentro de un moderno orden jurídico que estableció la sociedad mexicana para contar con un nuevo pacto social de convivencia colectiva que le permitió alcanzar otro modelo de desarrollo nacional De esta manera, emergió el paradigma jurídico-político formal del Estado nacional que con diversas características y procesos gobernó a la sociedad mexicana durante las últimas décadas del siglo XX y se convirtió en la figura legítima de referencia del poder dentro de la cultura en México.

EL SURGIMIENTO HISTÓRICO DEL ESTADO MESTIZO No obstante la conformación histórica de la realidad estatal de la tercera república convencional en México con sus diversos elementos de poder constitutivos para gobernar al país, dicha realidad no fue estática, ni rígida, ni definitiva, sino se transformó activamente en base al ritmo de surgimiento de los nuevos fenómenos de poder que emergieron en el país y que modificaron la estructura hegemónica tradicional de ésta mediante la transformación de cada uno de sus elementos de fuerza conformadores de la gobernabilidad. En consecuencia, para entender con claridad la realidad del Estado-nación mexicano en el siglo XXI es necesario abandonar las posiciones ideológicas oficialistas sobre el mismo y reconocer que éste no es una realidad acabada, sino que es un producto social histórico en constante mutación que se ha edificado de forma distinta según han sido los diversos momentos de evolución por los que han atravesado las fuerzas de poder dominante de la sociedad.

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En este sentido, siguiendo la lógica constitutiva del Estado moderno podemos decir que en la medida en que un sector o grupo social de poder son capaces de crear los mismos elementos básicos que conforman al Estado clásico, como son su territorio, su población, su aparato de gobierno, su organización jurídica, su capacidad de aplicación de la fuerza o violencia, su lengua, su cultura, su identidad, su hegemonía, su moneda, etcétera; ya sean reconocidos doctrinariamente o no por la teoría tradicional establecida sobre el Estado, en la realidad cotidiana tales entidades de fuerza pasan a formar parte de facto del Estado concreto que funciona todos los días en nuestras vidas. Dicha nueva transformación puede darse bajo dos modalidades: por una parte, en la medida en que sólo se modifican algunos de sus elementos constitutivos la nueva entidad de poder que surge se convierte en una nueva área o faceta del Estado concreto; y por otra parte, en la proporción en que se transforman la mayoría de sus factores conformadores dan origen a otro nuevo tipo de Estado concreto con sus propios elementos de fuerza y funciones propias dentro de la estructura del Estado jurídico convencional. La contundencia de la acción del nuevo Estado o la nueva rama postiza del Estado concreto dependerá del grado de consolidación que alcancen cada uno de los elementos estructurales que configuran al Estado como entidad rectora del conjunto social; es decir, del nivel de afianzamiento que obtenga la realización de su territorio, de su población, de su capacidad de aplicación de la violencia genuina, de su legitimidad jurídica, de su aparato de gobernabilidad, de su cultura, de su ideología, de su moneda, etcétera. Este fenómeno significa que en la medida en que evolucionen sólidamente en conjunto tales elementos de poder público, estaremos ante el surgimiento de un nuevo Estado concreto o frente a un nuevo rasgo estructural del mismo que impactarán relevantemente sobre el proceso global de la dirección del país, de la formación de la hegemonía y de la gobernabilidad nacional colocando en cuestión la existencia del Estado jurídico convencional. Por lo tanto, en la etapa de la modernidad tecnológica el Estado nacional mediante un fenómeno histórico de hibridación o cruzamiento institucional de poderes sufrió nuevas modificaciones que cambiaron su naturaleza y sus funciones rectoras básicas. Así, las transformaciones graduales que a lo largo de varias décadas experimentó el Estado-nación posrevolucionario en cada uno de sus elementos estructurales constitutivos, dieron origen a un nuevo fenómeno de naturaleza híbrida o mixturada o cruzada que generó un nuevo tipo de “Estado mestizo”, con su correspondiente nueva república histórica de naturaleza altamente mediático-política en México que modificó el escenario del Estado

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contemporáneo en el país. De esta forma, el “Estado mestizo” nació en México como aquel fenómeno histórico hibrido de poder rector nacional que surgió en la etapa moderna de evolución de la sociedad mexicana con la suma de la estructura jurídico-política del “Estado formal” tradicional creado a través de los movimientos de la Independencia de 1810 y la Revolución de 1910 y el agregado de los modernos procesos mediáticopolítico-culturales que afloraron desde 1950 con la introducción de las tecnologías electrónicas de difusión colectivas en el país y sus derivados interactivos de sociedad de redes en México. Este trascendental cruce o mixtura de poderes rectores nacionales generó una nueva realidad histórica mezclada que produjo al “Estado mestizo” compuesto por la conformación del Estado jurídico-político convencional más la fuerza del poder mediático avanzado en el país. En este sentido, la realidad mestiza del Estado contemporáneo no la entendemos desde la conceptualización antropológica o histórica tradicional del término que lo define como la fecundación que se produce por la mezcla de la cultura española con la cultura indígena o entre la población blanca y la negra, originando otra situación racial combinada; sino regresando al origen del proceso mixturante del mestizaje lo asimilamos en un sentido sociológico como la suma de diversas fuerzas totalmente distintas que se amalgaman entre sí, dando origen a una nueva realidad hibrida con diferentes características y funciones, que repercuten de manera diferente sobre la conformación y dirección de la sociedad. En este sentido, a nivel de gobernabilidad de los poderes rectores nacionales, el fenómeno del mestizaje lo comprendemos como el hecho que se genera en México por la mezcla de la tercera república nacional con el poder mediático electrónico contemporáneo alumbrando una nueva realidad de poder dominante hibrido que puede denominarse como “Estado mestizo”. Una de las formas de repercusión de esta nueva realidad histórica fue la generación de la hegemonía mestiza y de la gobernabilidad hibrida que son aquellos hechos de dirección colectiva que ya no son sólo creados por la acción dominante del Estado jurídico convencional derivado de la tercera república nacional que se fortaleció después de la posrevolución mexicana; sino que se gestaron por la conjunción de las acciones del Estado jurídico tradicional más las acciones derivadas de las mediaciones políticas que introdujo o impuso el nuevo poder mediático. Es decir, son un conjunto de fenómenos político-socialesideológicos vinculados con la rectoría nacional que posen las mismas características rectoras que le corresponden al Estado convencional, pero con los agregados mediático-políticos que introdujo el avance de las tecnologías de comunicación avanzadas en México.

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Es por ello, que para entender la nueva etapa de evolución en la que se encuentra el Estado mexicano heredado desde los movimientos de la Independencia de 1810 y de la Revolución de 1910, ahora es indispensable examinar el fenómeno del nuevo Estado mestizo que ha emergido en México con su correspondiente nueva Republica mediática que surgió en el país con los cambios estructurales que introdujeron las tecnologías electrónicas de difusión colectivas en la vida cotidiana del México contemporáneo. Sólo así comprenderemos que estamos en otra fase de desarrollo histórico del Estado nacional que ya no corresponde a la filosofía ni a los ideales de los movimientos emancipadores anteriores que le dieron vida en siglos pasados; sino que en México a principios del siglo XXI, estamos ante la acción de un nuevo Estado mestizo que es el nuevo paradigma histórico real que domina la gobernabilidad cotidiana de la nación, y que por consiguiente, es urgente que precisemos intelectualmente cuáles son sus características, sus procesos de acción, las consecuencias sociales que provoca y la dirección auténtica hacia dónde conduce el futuro del país.

EL PODER MEDIÁTICO Y LA TRANSFORMACIÓN HISTÓRICA DEL ESTADO MODERNO La comprensión de la nueva realidad histórica que alcanzó el Estado mexicano a principios del tercer milenio, desde el punto de vista de la concepción pragmática o sociológica del mismo, exige contemplar el desarrollo y la actuación de las grandes redes de medios de difusión colectivos y de las nuevas tecnologías de información a lo largo de las últimas décadas como factores de transformación radical del espacio público en el país. Es decir, para descubrir al nuevo Estado que se conformó en el México contemporáneo del siglo XXI es indispensable reconocer el lugar privilegiado que han alcanzado las herramientas de transmisión de información masiva para construir y dirigir a la sociedad mexicana moderna. Por consiguiente, si no consideramos la nueva realidad mediática que ha emergido en la fase de la modernidad nacional, no descubriremos el nuevo panorama de la mutación del Estado-nación en México, pues se continuará arrastrando al siglo XXI como todavía vigente la vieja concepción de la estructura y dinámica del Estado tradicional que operó durante los siglos XIX y XX en la historia nacional, pero que ya es inoperante sostenerla para el periodo de la posmodernidad contemporánea en la que se desenvuelve éste, pues emergió otra realidad mediática que lo ha

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modificado radicalmente. Ahora, es indispensable reconstruir la nueva realidad del Estado concreto o Estado real que ha brotado en México desde los nuevos vectores de macro poder que han emergido en los albores del siglo XXI y actúan con todo ímpetu en la sociedad contemporánea del tercer milenio. Dentro del conjunto de nuevas variables históricas que han conformado al Estado moderno en México figuran los medios masivos de difusión social como trascendentales fuerzas de poder transformadoras del espacio público que construyen cotidianamente el conocimiento colectivo, la afectividad comunitaria, las interacciones sociales, el ánimo masivo, los procesos de representatividad social, la distribución de la energía humana, los comportamientos civiles, como se ha anotado en otras ocasiones, etcétera, de los grandes grupos sociales en la República, impactando medularmente sobre el proceso de edificación del Estado nacional en nuestro país. De aquí, la importancia de analizar la nueva centralidad que han alcanzado las industrias culturales contemporáneas sobre la reproducción cotidiana de la sociedad mexicana para comprender cómo su acción cotidiana ha modificado las viejas estructuras del Estado, de la República y de la nación tradicional dando origen a nuevos fenómenos de poder en el ámbito público-estatal que dirigen el corazón del siglo XXI.

LA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO ESTADO MEXICANO: DE LA TERCERA REPÚBLICA NACIONAL A LA CUARTA REPÚBLICA MEDIÁTICA Pese a que se constituyó el Estado-nación a lo largo de más de dos siglos como la principal cabeza rectora de la sociedad y a que la presencia de este le dio una nueva estabilidad y desarrollo histórico a las comunidades mexicanas; con la existencia del nuevo espacio público mediático de naturaleza netamente virtual que lentamente construyeron las industrias culturales electrónicas, particularmente audiovisuales, a lo largo del siglo XX y principios del XXI, se modificaron las reglas y las dinámicas tradicionales con las que nuestra sociedad nacional antaño se articulaba, organizaba y participaba colectivamente. Mediante ello, se produjo un profundo cambio en la jerarquía de poderes y fuerzas que conformaban el esqueleto del poder y de la movilización cotidiana de nuestra sociedad convencional donde los medios de difusión masivos ahora cotidianamente son el centro del poder político, cultural, mental, emocional energético y espiritual cotidiano de la República: Los medios se transformaron en los grandes sistemas nerviosos y los cerebros colectivos

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edificadores de la nueva plaza pública y las principales redes neuronales centrales edificadoras de la conciencia diaria que organizan y dirigen diariamente a la sociedad. De esta manera, a través del nuevo posicionamiento estratégico que alcanzaron los medios de difusión colectivos, especialmente los electrónicos, dentro del conjunto de fuerzas que inciden y luchan para edificar la dinámica de poder y para dirigir a la comunidad nacional, estos se convirtieron en instituciones nodales para conformar al Estado real, a la República cotidiana y a la sociedad mexicana ordinaria. Es decir, a diferencia de las etapas históricas anteriores —en las que el tradicional Estado-nación mexicano se formó a partir la realización de sistemáticos procesos políticos, ideológicos, jurídicos, movilizaciones de masas, realización de grandes consensos colectivos, legitimaciones históricas, formación de fuertes clientelismos, etcétera—, a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, además de seguir operando las dinámicas anteriores para consolidar al Estado mexicano, la construcción de éste también se dio paralelamente a través de la expansión de las tecnologías de información electrónicas y cibernéticas masivas y de sus respectivas culturas mediáticas específicas que se introdujeron en nuestro territorio. Ello debido a que mediante el desarrollo de dichos recursos tecnológicos modernos se gestó la construcción de un nuevo conocimiento colectivo que dio origen a un nuevo espacio público o plaza pública virtual que permitió el funcionamiento de una otra forma de participación social, en primera instancia, vía el nuevo espacio público mediático, y en segunda instancia, a través del ciberespacio del internet. Esto generó el surgimiento de nuevas zonas ampliadas de poder que impactaron sustancialmente en las estructuras y dinámicas tradicionales de los procesos de reproducción cotidiana de las comunidades mexicanas. Así, a partir del crecimiento de estos nuevos espacios virtuales, las estructuras de poder del antiguo Estado burocrático posrevolucionario de principios del siglo XX entraron en períodos de crisis estructurales, y vía las novedosas tecnologías de información masivas que se incorporaron al territorio de lo público, emergieron nuevas dinámicas de expansión, complementación, oposición, o incluso, anulación de las tareas tradicionales que ejecutaba el Estado-nación. Esto significa que paralelamente al desarrollo de la televisión, la radio, los satélites, las redes informáticas, la banda ancha, el cuádruple play, la fibra óptica, los celulares, los sitios web, los derivados interactivos, etcétera que introdujo la presencia de la revolución de la Sociedad de la Información en el país, lo que se produjo no solo fue la creación de un nuevo tejido tecnológico comunicativo de las comunidades, sino que en el fondo lo que se constituyó 94 • Javier Esteinou Madrid


fue la ampliación o formación de un nuevo entramado de poder mediático colectivo que alcanzó una eficacia muy relevante para dirigir y organizar diariamente a la sociedad, y en consecuencia, para construir el nuevo Estado real contemporáneo real. Esta transformación histórica —basada en la modernización de las tecnologías de difusión— fue sumamente vertebral, pues en última instancia, lo que introdujo fue la renovación de los Aparatos Ideológicos del Estado-nación moderno que actualizaron los mecanismos del poder rector tradicional. En consecuencia, el cambio y la innovación tecnológica no sólo significó la introducción de mecanismos de eficiencia, rapidez, abundancia, intensidad, versatilidad, actualización, etcétera para ejecutar las dinámicas informativas, sino fundamentalmente representó la metamorfosis del esqueleto y de la mecánica de operación del Estado republicano convencional, de sus formas de poder y de las vías para dirigir a las comunidades. De esta forma, la profunda transformación histórica de la estructura y esencia del Estado mexicano tradicional se dio por el surgimiento del fenómeno del Estado Ampliado que se generó a partir de la expansión de los medios electrónicos de difusión sobre el tradicional tejido social que articulaba a las células sociales y de la proyección del resto de las instituciones a través de nuevas infraestructuras virtuales de representación de la realidad y de interacción comunitaria. En este sentido, a partir de la expansión de la nueva realidad mediática, después de la Revolución Mexicana de 1910, la historia cultural y mental del siglo XX en México, particularmente en las ciudades, se dividió en dos períodos: antes y después de la existencia de los medios colectivos de información, particularmente electrónicos. Ello provocado por que desde la presencia de los canales de difusión masivos, se introdujeron colectivamente múltiples mediaciones tecnológicas y culturales en nuestro funcionamiento social que modificaron radicalmente nuestra forma personal, grupal e institucional de informar, recibir, escuchar, ver, conocer, sentir, pensar, desear, soñar, imaginar, decidir, actuar, organizarnos y proyectarnos comunitariamente en nuestro país. Es decir, transformaron profundamente nuestros hábitos de conocer, de interactuar y de ser, individual y colectivamente. La transformación que experimentó la esencia del Estado mexicano y el esqueleto del espacio público, con la actuación de las tecnologías de difusión colectivas en México, fue tan sustancial que modificó la estructura y funcionamiento de los poderes públicos que se heredaron de las etapas anteriores de la historia nacional. Así, reinterpretando la historia de la formación del Estado y de la conformación de la república nacional de

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los últimos 200 años, constatamos que con la gradual inclusión de la nueva variable mediática en el ámbito superestructural de la sociedad mexicana, encontramos que al concluir la Revolución Mexicana en 1921 se alcanzó el establecimiento de un nuevo pacto social colectivo con los acuerdos posrevolucionarios y se fundó la tercera república nacional que se conformó con la presencia y acción del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial para crear un nuevo orden público de fuerzas equilibradas con contrapesos institucionales que permitieron la convivencia social en concordia. En esta etapa, el poder ideológico independiente de la Iglesia ya no significó un problema o peligro para la estabilidad del Estado-nación porque la fuerza persuasiva de ésta ya estaba desmantelada con la instrumentación de las reformas juaristas que desacralizaron el poder público gubernamental y crearon una nueva realidad de gobierno y cultura laica. Es necesario recordar que en esos períodos la Iglesia buscó crear otro país distinto al que pretendían construir los movimientos emancipadores del siglo XIX, y en ese sentido dicha institución se convirtió en el principal obstáculo para el avance de la democracia de esa época. Por ejemplo, la Iglesia controlaba la economía, la política, las elecciones, la cultura, la moral, la educación, etcétera que conformaron a la sociedad mexicana durante muchas décadas Con dichas reformas juaristas la dirección ideológica de la sociedad mexicana se le arrebató a la Iglesia y pasó a manos del aparato educativo, los átenos culturales, y otros organismos formadores mentales de la época que estaban modelados por las directrices que se establecían desde los tres poderes públicos constitucionales que conformaban la estructura de la república mexicana. Así, durante el principio del siglo XX las diversas comunidades de la sociedad posrevolucionaria estuvieron gobernados por las mediaciones políticas, administrativas, coercitivas, educativas e ideológicas de los tres poderes públicos de la tercera república nacional: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Dicha tercera república funcionó durante el siglo XX en México creando un nuevo orden estabilizador que integró al país alrededor del proyecto de crecimiento como República nacional federada y que alcanzó su éxito con la fase de desarrollo estabilizador conocida como el “milagro mexicano”. Sin embargo, no obstante la consolidación histórica del Estado nacional durante muchas décadas como la máxima entidad rectora del país, con la gradual introducción de las tecnologías electrónicas de información de masas en México, con la radio en 1920 y la televisión en 1950, paulatinamente el poder ideológico de las industrias culturales crearon nuevas mediaciones tecnológicas de carácter virtual que impactaron

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drásticamente sobre las anteriores estructuras económicas, políticas, sociales y mentales que anteriormente había creado el poder estatal en la sociedad mexicana y lentamente se desbordó la esfera de acción, de control y de orientación político cultural formada por el Estado posrevolucionario tradicional para gobernar al país. En pocas décadas éste moderno poder empresarial-tecnológico-informativo entró en una nueva fase de desarrollo vertiginoso que rebasó los límites de los controles jurídicos y políticos convencionales creados durante la tercera república por el Estado mexicano y gradualmente se fue conformando paralelamente como un poder ideológico independiente que adquirió tanta fuerza que le permitió competir y enfrentarse a los otros tres poderes republicanos formales que constituían al Estado nacional convencional, e incluso, en algunos casos, los reformuló, los desafió, los superó y en otros, hasta los substituyó. De esta forma, fue a partir del momento histórico en que los medios ocuparon el lugar central en la conformación de la estructura del poder ideológico contemporáneo de nuestro país, que se constató que si a mediados del siglo XX el Estado mexicano estaba constituido por los tres poderes formales autónomos y divididos entre sí que fueron el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial; a principios del siglo XXI, en términos reales, el Estado mexicano cotidiano quedó compuesto por cuatro poderes concretos: tres poderes formales tradicionales que son el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, y un reciente poder fáctico, que es el nuevo Poder Mediático. Este último poder, cada vez más, debido a sus nuevas y grandes capacidades tecnológico sociales, silenciosamente frente a nuestras narices, conquistó grandísimas cuotas de poder e influencia que lo convirtieron ideológica y políticamente en el poder del poder que progresivamente subordinó y presionó al resto de los tres poderes constitucionales del Estado-nación para someterlos a su voluntad mediático empresarial e imponer su proyecto de construcción de sociedad, de economía, de política y de seres humanos. En éste sentido, con la consolidación del nuevo poder mediático, especialmente de 1960 en adelante, se conformó lentamente en el país el fenómeno de la cuarta república que dio origen a la nueva República Mediática en el siglo XXI con su respectiva mutación estatal y social. Así, con el surgimiento de los medios de difusión colectivos en el siglo XX —la radio en la década de los años veintes y la televisión en la década de los cincuenta— y la aplicación del marco jurídico a modo que les permitió su expansión monopólica empresarial, se facilitó, la super concentración de un nuevo poder ideológico-político informativo

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de naturaleza oligopólica. Dicha acumulación de fuerza comunicativa se transformó en un sólido poder político alternativo que gradualmente fue disputando las funciones rectoras del Estado tradicional y fundó paulatinamente de manera informal el fenómeno histórico de la nueva cuarta república mediática, especialmente en las urbes del país. La emergencia histórica de la cuarta república mediática no brotó por azar, sino surgió debido a que el poder mediático gradualmente fue conquistando los mismos factores medulares de gobernabilidad que componían al Estado-nación de la tercera república nacional. De esta manera, durante el siglo XX el poder tecnológico-organizativo-empresarial de los medios de difusión colectivos, de manera informal y silenciosa, fue construyendo su propio territorio, población, capacidad de aplicación de la violencia, organización jurídica, lengua, cultura o ideología, identidad, moneda de intercambio, etcétera, que le permitieron operar como un nuevo Estado virtual paralelo que constituyó la moderna cuarta república mediática a través de la cual participó en el proceso global de rectoría de la sociedad mexicana. De esta forma, fue a partir del funcionamiento privatizado y monopolizado del espacio público mediático —a través de la presencia y acción de las tecnologías de difusión colectivas que conformaron el Estado Ampliado en México desde mediados del siglo XX— que surgió otra faceta histórica del tradicional Estado derivado de la tercera república nacional que fue la emergencia informal de la cuarta república mediática a finales del siglo XX y principios del siglo XXI.

HACIA UNA NUEVA TEORÍA MEDIÁTICA DEL ESTADO CONTEMPORÁNEO A pesar de haberse edificado al Estado-nación como instancia rectora para conducir el crecimiento de la sociedad mexicana a lo largo de muchas décadas, éste se transformó sustancialmente con la presencia de los medios electrónicos de difusión colectivos y con la introducción de las posteriores nuevas tecnologías de información colectiva en nuestro territorio. De esta manera, la estructura, dinámica y procesos de acción cotidiana del Estado nacional mexicano gradualmente se modificaron en forma esencial dando origen a nuevas realidades de gobernabilidad mediática que compitieron con la tradicional labor estratégica de dirección colectiva que antaño había concentrado el Estado-nación mexicano convencional. En este sentido, en los últimos 200 años de evolución de la comunidad nacional ésta no únicamente se transformó de ser una sociedad religiosa

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a una sociedad laica liberal, de una sociedad rural a una sociedad urbana, de una sociedad analfabeta a una sociedad alfabeta, de una sociedad de grupos a una sociedad de masas, de una sociedad religiosa a una sociedad liberal, de una sociedad autocrática a una sociedad semi democrática, de una sociedad cerrada a una sociedad abierta, de una sociedad local a una sociedad globalizada, etcétera; sino que también se evolucionó de una sociedad con un Estado-nación tripartita republicano fuerte de la tercera república, a una sociedad con un Estado mediático inmaterial de la cuarta república mediática en México. Por esta razón, al principio del nuevo siglo, la sociedad mexicana y los poderes públicos de la república, especialmente del Congreso de la Unión, están ante la disyuntiva histórica de aceptar caminar en los próximos años hacia un proyecto de sociedad regido por la cabeza mediática autoritaria de los oligopolios comunicativos privados que se han formado en el país el reinado del Estado mestizo con su correspondiente cuarta república mediática o aceptar caminar hacia un proyecto de sociedad dirigido por el cerebro de un moderno Estado-nación ciudadano para la sobrevivencia colectiva, reformado con la creación de un nuevo consenso nacional jurídico de equilibrio virtuoso entre medios de comunicación colectivos, Estado y sociedad. La evolución de la rotunda realidad mediática contemporánea obliga a repensar necesariamente el entendimiento, la conformación, la definición jurídica, la centralidad, la fuerza, la legitimidad, la autoridad, las acciones, la eficacia, las prácticas, los límites, las transformaciones, las crisis, etcétera, del Estado contemporáneo, en pocas palabras, su esencia histórica. De aquí, la gran importancia que significa actualmente revalorar y rescatar las contribuciones que pueden aportar al análisis social y a la teoría del Estado los estudios de la comunicación colectiva, especialmente en nuestro país, pues a partir de las reflexiones fragmentadas que se han desarrollado a lo largo de muchas décadas sobre los diversos ángulos de esta realidad, al sistematizarlas y reinterpretarlas bajo una nueva perspectiva totalizadora de la economía política, nos permiten repensar y enriquecer la teoría del poder y del Estado en México. Así, ahora es necesario elaborar una nueva teoría del Estado moderno mexicano a través del reconocimiento de la presencia de la gran nueva fuerza mediática que lo atraviesa, lo recompone y lo redefine en el siglo XXI. Es decir, tenemos que reconocer que una parte de la naturaleza del Estado mexicano en la etapa avanzada de la modernidad comunicativa a principios del siglo XXI ya no sólo es una simple estructura jurídicopolítica formal que se elaboró con las diversas constituciones nacionales

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derivadas de los procesos políticos emancipadores de los últimos 200 años; sino que ahora es una nueva estructura híbrida mediático institucional que se ha transformado por la presencia de las tecnologías de comunicación y sus formas político administrativas de organizarse y ha generado al “Estado mestizo” en México. Por ello, en la fase de evolución histórica en la que se encuentra la sociedad mexicana en la primera década del siglo XXI, es indispensable replantear conceptual, política y prácticamente las realidades que conforman la estructura del Estado mexicano, pues no podemos seguir arrastrando la visión mítica de la teoría del Estado posrevolucionario de principios de siglo XX que lo definió desde la concepción de la doctrina jurídica tradicional de la República tripartita y no desde los factores obvios de fuerza que experimenta la nueva reestructuración del poder moderno que surgió a finales del siglo XX y comienzos del tercer milenio, particularmente con la fuerte acción de los poderes fácticos mediáticos. Hoy estamos ante una nueva fase de transfiguración de la historia de los poderes rectores que actúan diariamente en la sociedad mexicana que para entenderlos y conducirlos bajo la filosofía del bien común, estamos obligados a reconcebir la visión “naturista” del Estado mexicano del siglo XX para rearmarla nuevamente con mayor claridad desde los nuevos elementos del poderío mediático que por la fuerza se han instalado como poderes fácticos en la esfera del poder público nacional.

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La investigación sonora: de la significación del espacio a la construcción de las identidades. El caso de la Sonoteca de México Santiago Fernández Trejo* y Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal** UNIVERSIDAD DEL CLAUSTRO DE SOR JUANA ○

Resumen: El texto hace una revisión del proyecto Sonoteca de México para ahondar sobre las posibilidades de la investigación sonora y sus implicaciones para la comprensión del entorno como espacio acústico. Se hace especial énfasis en la reflexión sobre el espacio y el significado, así como en la necesidad de definir marcos conceptuales concretos para el estudio del sonido de manera independiente a los estudios sobre la imagen. Palabras clave: entorno, espacio, percepción, significado, sonido Abstract: The article consists of a review of the Sonoteca de México project, in order to deepen on the possibilities of sound research and its implications for the understanding of the environment as acoustic space. It gives a special emphasis on the reflection about space and meaning, as well as in the necessity for defining concrete conceptual frames for the study of sound as an independent research field from image studies. Keywords: environment, meaning, perception, sound, space.

* Santiago Fernández Trejo es licenciado en comunicación social por la Universidad Autónoma Metropolitana, profesor de tiempo completo del Colegio de Comunicación de la Universidad del Claustro de Sor Juana, y coordinador del proyecto Sonoteca de México. Correo electrónico: sfernandez@ucsj.edu.mx ** Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal es doctor en estudios del desarrollo global por la Universidad Autónoma de Baja California, y director del Colegio de Comunicación de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Correo electrónico: agutierrez@ucsj.edu.mx

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El presente trabajo propone la generación de conocimiento a partir de la revisión de los modelos epistemológicos que suelen aplicarse tradicionalmente al campo del estudio audiovisual. Primeramente se ha hecho una distinción entre dos formas de lenguaje que, si bien suelen complementarse a nivel perceptivo, responden necesariamente a estructuras cognitivas diferentes. De esta forma, se ha apelado a una diferenciación no necesariamente atendida entre espacio visual y espacio acústico, a fin de redefinir la manera en que se genera significado a través de la experiencia del mundo y la conceptualización del espacio. Se toma como estudio de caso el desarrollo del proyecto Sonoteca de México, constituido como el primer banco de sonidos mexicano, con registros sonoros realizados y editados para tal fin, y cuya estructura de clasificación ha supuesto un particular reto de significación en relación con la manera en que se construyen las nociones de entorno acústico y paisaje sonoro, frente a la necesidad de adecuar nociones generales a la particularidad de la sonoridad de México. Asimismo, se han retomado diversas posturas teóricas para sintetizar, en mayor o menor medida, las implicaciones de distinción entre oído y escucha en relación con los procesos en que construimos nuestra noción de realidad y en la naturaleza del sonido como mediación entre el individuo y el mundo. Ulteriormente se propone que la complejidad de todo proceso de documentación sonora implicaría necesariamente una revisión exhaustiva de los supuestos teóricos considerados para el estudio de lo acústico, permitiendo construir nuevas líneas de investigación a partir de la reflexión profunda sobre el entorno directo en que los sonidos son generados, percibidos e interpretados.

CONOCIMIENTO, PERCEPCIÓN Y DISCURSO SONORO Y AUDIOVISUAL Construir conocimiento en torno a la cultura audiovisual supone la revisión de un modelo epistemológico que no siempre da cuenta de la naturaleza de los lenguajes. En este sentido, cualquier apuesta de investigación implica necesariamente la formulación de una metáfora apropiada que posibilite la aprehensión de algo que socialmente se asume, en un sentido tradicional, como evidente. Por parte del discurso sonoro, las bases para este trabajo serán en principio, la noción objeto sonoro propuesta por Pierre Schaeffer (1966), en la que revalora el fenómeno físico del sonido para hacer del mismo un vehículo de expresión ya separado del objeto que lo

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ha producido. A partir de esto, la construcción teórica alrededor del sonido ha crecido y permite, como se ha dicho antes, ubicar la sonoridad de lugares o cosas en un ámbito de estudio para entender su significación. La primera intención de crear un sitio web con sonidos de México, tiene que ver con la parte de la producción audiovisual que demanda el apoyo y correspondiente lógica entre lo que se ve y lo que se escucha e incluso sea capaz de representar una realidad a partir de la escucha acusmática. Para continuar este análisis y propuesta, retomamos la clasificación de los tipos de escucha que propone Michel Chion: La causa es visible y el sonido confirma, o mejor, no desmiente su naturaleza, al tiempo que aporta eventualmente acerca de ésta una información suplementaria (escucha identificada y visualizada). Por ejemplo, en el caso de un recipiente opaco y cerrado, el sonido que produce cuando se percute puede informarnos de si está vacío o lleno. La causa es invisible para el oyente, pero se identifica mediante un saber o un cálculo lógico respecto a ella (escucha identificada y acusmática). Aquí también, la escucha causal, que rara vez parte de cero, “borda” sobre este saber. La causa es a la vez invisible y no nombrada (escucha acusmática y no identificada), y el sonido constituye sobre ella nuestra única fuente de información (Chion, 1999, p. 155).

La propuesta es entonces, constituir al sonido, y a los contenidos de Sonoteca de México, como elementos con posibilidades autónomas de expresión y comunicación. La parte más importante en esta etapa del trabajo será documentar y proponer los elementos y fundamentos teóricos para que los sonidos de México sean precisamente eso: elementos de identidad sonora mexicana. Pensar en términos de lo audiovisual, supone entonces un juego de doble articulación a partir del cual resulta fácil caer en la trampa de los contenidos; incluso trabajos cuyo sustento aparente es la forma, suelen devenir en un intento por explicar lo escrito sin atender del todo a la naturaleza estructural de los soportes. En términos convencionales, solemos asumir que lo escrito y lo visto son la misma cosa, bajo el supuesto de que el lenguaje se fundamenta en una forma de pensamiento signada por traspolación de imágenes mentales. Asumimos también que el lenguaje como norma, es decir, la sintaxis, supone un recurso epistemológico válido para delimitar nuestras posturas acerca de lo visto.

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En este sentido, indagar sobre lo audiovisual supone necesariamente la consideración de que aquello que llamamos espacio visual y espacio acústico, no son otra cosa sino dos reducciones, particularmente convenientes, de dos formas de percibir y significar nuestra relación con el lenguaje y el espacio. Desde esta perspectiva, el discurso se espacializa en función de la especialización de nuestros sentidos y las formas cognitivas que ello supone. De modo que tan erróneo sería pensar que el espacio visual se construye necesariamente a partir de las normas del lenguaje, como considerar que el espacio acústico estaría determinado necesariamente por la intuición. Un error tal vez mayor implicaría considerar que aquello referente al espacio acústico es inaprensible desde el lenguaje, porque en esencia constituye una forma de lenguaje otro. Aprehender el espacio en función de lo acústico implica mucho más que la mera percepción sonora, y constituye uno de los fundamentos ocultos de nuestro software cultural. De acuerdo con Derrick de Kerckhove: A causa de las propiedades secuenciales de nuestro acondicionamiento alfabético, la mente occidental ha sido entrenada para dividir la información en pequeños fragmentos y reagruparlos en un orden de izquierda a derecha. El alfabeto ha aportado la inspiración básica y los modelos para los códigos más poderosos: la estructura atómica, la cadena genética de aminoácidos, los bits de las computadoras. Todos estos códigos tienen un poder de acción, un poder de creación, y todos provienen del modelo básico del alfabeto (De Kerckhove, 1999, p. 61-62).

¿Cómo asir entonces la naturaleza del espacio acústico? Del mismo modo en que asumimos que lo visual no está del todo supeditado a lo euclidiano, podemos considerar que lo acústico no necesariamente se circunscribe sólo a aquello a lo que hace referencia, y en tanto la materia misma del sonido está constituida por ondas electromagnéticas, vale la pena considerar que la misma metáfora resulta válida para nociones como color, forma, tonalidad y textura. La sonoridad de un lugar, entonces, tiene distintas capas de información que son capaces de describir tamaños, texturas, materiales, formas y un largo etcétera. Una cosa es el pulso electromagnético y otra distinta la percepción que tenemos sobre su relación con nuestros referentes de significación y el espacio. Cuando reducimos las funciones del oído, nuestra percepción se ve reducida en el sentido en que la comprensión del espacio se vuelve incompleta. El gran dilema de la cultura audiovisual deviene precisamente de ese reduccionismo. Según De Kerckhove:

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El paisaje acústico de la cultura urbana constituye un rico terreno baldío. Grandes cantidades de energía humana son absorbidas por el agujero negro de la ciudad, que la regurgita en forma de ruido blanco. Este ruido blanco nos devuelve energía en estado crudo, pero perdemos en el cambio nuestra sensibilidad al sonido. Por supuesto no nos damos cuenta de que hayamos perdido nada porque hace mucho tiempo que estamos acostumbrados a otorgar al oído un papel auxiliar. Cuando toda la sociedad sufre pérdida de oído, no queda nadie para advertir del daño infringido (De Kerckhove, 1999, p. 126).

Pese a lo que pudiera pensarse, el sonido implica una forma de lenguaje que no es necesariamente imitativa; por lo menos no lo es a nivel de código básico, como tampoco lo es si se le aborda desde el punto de vista de la fonética o la música. Hay un alto nivel de abstracción en el sonido, y ello no necesariamente lo opone a la imagen como componente del entorno natural. De modo que lo mismo pudiera pensarse en una ecología acústica que en una antropología acústica, y es precisamente a partir de esta dicotomía, que podemos construir un marco epistemológico para el estudio del sonido de manera independiente al discurso visual.

CONSIDERACIONES SOBRE EL ENTORNO Y LA SIGNIFICACIÓN De acuerdo con Kendall Wrightson (2000, p. 12), el deterioro del paisaje sonoro implica, si no una desensibilización del sentido del oído, por lo menos una paulatina reducción en la capacidad de las personas para establecer diferencias cualitativas en aquellos sonidos que constituyen su entorno acústico (Figura 1). Desde su perspectiva, el sonido constituye una mediación entre el individuo y su entorno, de ahí que semejante proceso de interiorización resulte fundamental para la construcción de significados diversos. El modelo de Truax (1984) retomado por Wrightson (2000) supone un mecanismo de doble mediación a través del cual el sonido constituye una suerte de estímulo moderadamente controlado, lo que depende esencialmente de dos formas de relación; a saber, la relación con el medio ambiente y la relación con la cultura. Se trata, por lo tanto, de dos modelos de realidad que no son necesariamente excluyentes; tanto la realidad natural como la realidad social operan de manera indistinta en términos perceptivos, debiendo echarse mano de sistemas concretos de diferenciación, significación e interpretación.

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Como información EL SONIDO como variables físicas

Significado escuchar /emitir

directo/reflejado coloración CONTROL

EL INDIVIDUO realidad interna - sonidos internos; pensamientos, memoria

EL ENTORNO geografía, clima, agua, viento, personas animales, insectos, etcétera

Figura 1. La mediación entre el individuo y su entorno. Variación de Wrightson (2000: p. 12), sobre el modelo de Truax (1984)

¿De qué manera significamos el espacio a través de la percepción sonora? La sola relación entre el individuo y su entorno genera una serie de procesos de información que en esencia constituyen dos tipos de construcción elementales para el desarrollo de procesos comunicativos. Por un lado, la experiencia (directa o indirecta) del mundo permite la construcción de la realidad, en tanto la experiencia interna; es decir, aquello que resulta de la cognición de lo percibido se transforma en sentido y significado. De modo que cuando hablamos desde una perspectiva relacional entre el individuo y el entorno, construido o no, estamos hablando de un proceso de identificación, pero cuando nos referimos a la posición relativa del individuo respecto a los conceptos derivados de su cognición, se trata a todas luces de un proceso de construcción de identidad. Para Mario Camacho Cardona: El concepto de realidad contrasta con lo real, según la connotación de que lo real es tanto la existencia de las cosas y hechos sin variación existencial como el producto de interpretaciones y operaciones, que modifican sus condiciones de existencia originales fuera del concierto universal. El proceso de conversión a la realidad parte de la existencia de operaciones e interpretaciones de lo real, modificando las condiciones de cosas y transformando los hechos; convirtiéndose, finalmente, en realidad. En la realidad ecológica los seres biológicos operan sobre lo real, convirtiéndolo en un ecosistema que difiere de lo

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real. El hombre, como individuo socializado, varía lo real e interpreta creando la realidad. Esta realidad se aborda desde tres categorías: universalidad, particularidad y singularidad (Camacho Cardona, 2002, p. 82-83).

Sobre lo anterior, se puede deducir que de esas tres categorías (dimensiones) es posible definir la posibilidad de construir conocimiento desde la percepción sonora, en tanto opera como una mediación básica entre el sujeto y el mundo. A cada dimensión correspondería, entonces, un nivel de aproximación específico sobre el cual deberíamos poder generar una serie de recursos de documentación e investigación que, invariablemente, estarían dando cuenta de cómo las comunidades construyen su identidad a partir de su identificación con entornos determinados. La relación entre identidad e identificación resulta particularmente útil para definir aquellos aspectos del entorno susceptibles de ser estudiados en conjuntos más o menos homogéneos; es decir, como categorías constitutivas de una forma de conocimiento más o menos válida en términos de aquello que puede ser captado de manera empírica. Una cosa es la escucha, aislada o integrada al entorno, y otra muy distinta la construcción social del sonido como una forma concreta de significación. De ahí que el proyecto Sonoteca de México constituya un ejemplo singular en el campo de la investigación sonora; se trata, efectivamente, de un banco de sonidos, una base de datos, pero también representa un esfuerzo de registro, catalogación y conservación de la identidad acústica de la Ciudad de México. En este sentido, el hecho de definir categorías para agrupar distintos sonidos, atmósferas, ambientes y paisajes sonoros, implica trabajar bajo el supuesto de que oír y escuchar son momentos distintos de un solo proceso de significación. Según De Kerckhove: El escuchar, en contraste con el simple oír, es un resultado de la atención selectiva. Está guiado por procesos externos, no internos. Como proceso selectivo, la escucha está encendida o apagada. Encendemos el modo de escucha para obtener información y tomar control sobre nuestro entorno. Incluso hay diferentes tipos de escucha: para las palabras, para el significado manifiesto, para el significado oculto, para las emociones, para el entretenimiento, para uno mismo, para una situación global, para Dios, para la meditación, etc. (De Kerckhove, 1999, p. 130).

Si bien no resulta sencillo inferir que dicha distinción está implícita en el proceso de documentación de los materiales auditivos que componen

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la Sonoteca de México, es importante destacar que el proyecto asume que el mero determinismo supuesto por el registro y la catalogación sí contribuye a la diferenciación entre lo que se oye en el entorno y lo que se escucha a partir de la estructura propuesta a través del catálogo. En tanto los sonidos registrados se distinguen entre sí tanto por su función como por el espacio y el contexto en que se ubican, podemos asumir que la Sonoteca responde al Cuadro de interrelación categorial de la realidad (Tabla 1) propuesto por Camacho Cardona (2002, p. 83): TABLA 1 SISTEMA SOCIAL Conocimiento científico, sistema político, tradiciones ACCIÓN HUMANA

REALIDAD Conceptual

UNIVERSALIDAD Del sistema, leyes de composición, hábitat regional-urbano

SITUACIÓN OBJETIVA Costumbres, vida cotidiana, praxis y poiésis, arte ACTIVIDAD HUMANA

REALIDAD OBJETIVA

PARTICULARIDAD Objetivos, obras de arte, y situaciones objetivas del arte, hábitat comunal

INDIVIDUO SOCIALIZADO Hábitos, experimentación, urgencias, individuales CONDUCTA HUMANA

REALIDAD INDIVIDUALIDAD

SINGULARIDAD Hábitat singular, investigaciones, experimentaciones Actos libres de sujeto/objeto

LA SONOTECA DE MÉXICO, PROYECTO DE INVESTIGACIÓN Y DIVULGACIÓN La falta de recursos tecnológicos para el registro sonoro, tanto en interiores como en exteriores, y el alto costo de los existentes hace unos diez años, hacían prácticamente imposible tener a la mano sonidos específicos. Durante el primer lustro del presente siglo, las innovaciones tecnológicas han cambiado radicalmente la posibilidad de registro sonoro, de tal manera que es posible hacerlo en dispositivos tan comunes como teléfonos móviles (algunos incluso con capacidad de grabar en formatos no comprimidos). También hay dispositivos que pueden realizar grabaciones con calidad óptima y a precios accesibles. A cambio de ello, la producción para medios, principalmente radio, utilizaba sonidos pregrabados que invariablemente formaban parte de colecciones generadas en países como Canadá y Estados Unidos, lo que

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resultaba evidente al momento de la escucha: no resulta lógico lo expuesto contra lo que se desea representar. La sonoridad de un parque con voces de niños hablando en otro idioma es un ejemplo recurrente. Otro factor a considerar es el acceso reducido a las colecciones de sonidos mencionadas anteriormente: el costo de los derechos de transmisión es caro y la exclusividad en el uso todavía lo es más. A esto se debe que podamos escuchar una constante repetición de efectos de sonido (un ejemplo evidente son las risas) en todo lo ancho del cuadrante radiofónico. La repetición constante de un efecto de sonido en distintas producciones opera en contra de la identidad sonora, y la exclusividad lo hace en contra de los costos de producción. Un impulso importante para el proyecto Sonoteca de México, es el creciente desarrollo de la internet. Las posibilidades de conexión en la actualidad hacen que las descargas de contenidos o el streaming de los mismos sean prácticamente inmediatas, por lo que la posibilidad de acceso a contenidos exclusivos y de calidad a través de internet es una realidad; de ahí que se haya pensado en esta plataforma como el espacio idóneo para la distribución de sonidos generados y registrados en nuestro país, de manera directa y libre de derechos. El hecho de que el primer sitio web mexicano, con sonidos de calidad profesional y originales, distribuidos de manera gratuita, se haya propuesto desde la Universidad del Claustro de Sor Juana, no es un asunto aislado. Desde hace años la Universidad ha demostrado una preocupación particular por la educación sonora, lo que se ha evidenciado en el hecho de que en el plan de estudios se contemple al sonido como objeto de estudio durante prácticamente todos los semestres del programa de licenciatura en Comunicación Audiovisual. Por fortuna, al paso del tiempo, se han ido sumando más instituciones al estudio o preservación del sonido. A ello habría que agregar el impacto que sus egresados han tenido en la transformación del manejo del sonido en el campo laboral, así como la creciente participación de alumnos y exalumnos en la Bienal Internacional de Radio, o de manera reciente en las actividades que realiza la Fonoteca Nacional, pues hay grandes coincidencias ente la labor de la misma, y los intereses del proyecto Sonoteca de México.

TIPOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN DE LOS SONIDOS DE LA SONOTECA DE MÉXICO La clasificación de la base de datos para su disposición en el sitio web ha comprendido una serie de etapas que se han adaptado a las

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necesidades tecnológicas, a los distintos tipos de sonidos, y a la proyección del crecimiento a mediano y largo plazo. La premisa, en todo caso, se basa en la oportunidad de ofrecer sonidos de México, extraídos de la sonoridad cotidiana de nuestro país en cualquiera de las actividades que realizamos. Lo importante, es representar la realidad sonora de México. Respecto a la tecnología de registro y procesamiento, todos los sonidos han sido grabados con microfonía y equipo profesionales, de acuerdo con la norma internacional para audio de disco compacto: 16 bits, 44100 hertz. La edición de los mismos se ha realizado bajo las mismas condiciones en estaciones de trabajo digitales, y la compresión a .mp3 se ha realizado en monoaural, 64kbs con el códec Lame, por ser el que mayor calidad ofrece, además de ser de código abierto. De cualquier forma, toda la base de datos se encuentra respaldada en formato .wav sin compresión. El equipo también ha trabajado en un modelo de fichas de clasificación que permite organizar mejor la base de datos cuando esta llegue a cantidades mayores de archivos, esta parte del proyecto implica el diseño y organización de todos los datos correspondientes a cada archivo. Las clasificaciones de las bibliotecas de efectos de sonido nombre genérico que se les da en prácticamente todo el mundo ofrecieron, en un primer tiempo, una posibilidad de inicio. Categorías tan generales como “gente” se han adaptado para dar lugar en la nuestra a “personajes” o “vendedores” o “músicos” debido a que este tipo de manifestaciones se encuentran a diario por las calles de la Ciudad de México, y la representan e identifican como sucede, por ejemplo, con la sonoridad característica de la plancha del Zócalo capitalino. Esta necesidad de adecuar las categorías a las expresiones locales, tan evidente en “personajes” también se ha implementado en otras, para alojar a ciertas expresiones características de nuestra cultura. Así, quedaron en la misma los despachadores de transporte público, vendedores y sus pregones, policías de tránsito, etcétera. De gran ayuda para esta clasificación, ha sido Murray Schafer y sus conceptos de soundscape y tunning of the world que proponen una sintonía variable y adaptable para la escucha: Denomino soundscape (paisaje sonoro) al entorno acústico, y con este término me refiero al campo sonoro total, cualquiera que sea el lugar donde nos encontremos. Es una palabra derivada de landscape (paisaje); sin embargo, y a diferencia de aquélla, no está estrictamente limitada a los lugares exteriores. El entorno que me rodea mientras escribo es un

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soundscape, un paisaje sonoro. A través de la ventana abierta de mi cuarto escucho el viento haciendo susurrar las hojas de los álamos. Como estamos en junio, los pichones acaban de salir de los cascarones de sus nidos y el aire se llena con sus trinos. Adentro de la casa, el refrigerador de pronto se pone en evidencia con su quejido chillón. Respiro profundo y sigo fumando mi pipa que produce ruiditos mientras fumo. Mi pluma se desliza suavemente sobre la página en blanco con un sonido arremolinado que de pronto hace un “click” cuando escribo la i o cuando pongo un punto. Tal es el soundscape de esta tarde tranquila en la granja donde vivo. Deténgase un momento para comparar su propio soundscape mientras lee estas notas. Los paisajes sonoros del mundo son increíblemente variables y difieren con la hora del día y la estación, el lugar, la cultura. En todas partes del mundo en la actualidad el paisaje sonoro está cambiando, los sonidos están multiplicándose aun con mayor rapidez que las personas a medida que nos vamos rodeando de más y más artilugios o aparatos mecánicos (Schafer, 2005, p. 13).

La decisión sobre la clasificación toma en cuenta lo anterior, aunque de modo inverso: partimos de las “generalidades sonoras” propuestas en el conjunto del paisaje sonoro, se tomaron cada uno de los elementos que componen el paisaje lejos de la clasificación del propio Schafer, para readecuarla a lo que él mismo propone al mencionar en la cita anterior: “Los paisajes sonoros del mundo son increíblemente variables y difieren con la hora del día y las estación, el lugar, la cultura” (Schafer, 2005, p. 13). Mención aparte deben tener aquellos sonidos cuya desaparición es posible o inminente, y que el propio Schafer (2005) integra dentro de su concepto ecología acústica. Nuevamente, se hace necesaria una clasificación adecuada para nuestra sonoridad y condiciones sociales y desarrollo tecnológico, integrar a la base de datos de Sonidos de México registros de ceremonias cívicas y sociales, manifestaciones populares y de protesta, folklor, etcétera. Al realizar registros de ciertas categorías, no solamente se conserva la grabación de dichos eventos, también se documenta una pequeña parte de la memoria sonora de nuestro país.

INVESTIGAR A TRAVÉS DEL SONIDO ES PROFUNDIZAR EN LA REALIDAD Al recolectar, a través de grabaciones digitales, la sonoridad del entorno, hemos encontrado elementos que denotan la localidad de los sonidos, parte de la preocupación que da base al sitio web. Explorar y rescatar

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la sonoridad local desde las acciones comunes, pero que deben dar cuenta de nuestra realidad; por ejemplo, los sonidos de transportes automotores, que definitivamente se escuchan distintos a los de cualquier lugar del mundo, pues hay factores que intervienen para que así sea: la motorización, el tipo de combustible, e incluso la sonoridad del interior con rasgos tan característicos del idioma y acento de los capitalinos (en nuestro caso, debido a que la mayoría de los archivos han sido registrados en el Distrito Federal). Según escriben Cristina Palmese y José Luis Carles: Gran parte de la experiencia de los sujetos a lo largo de su existencia está relacionada con el sonido; cada situación, cada época de nuestra vida va acompañada de un fondo sonoro. Los sonidos forman parte de nuestra experiencia y su escucha puede desencadenar asociaciones inconscientes y hacer surgir de la memoria impresiones e imágenes, ayudando a recuperar vivencias del pasado (Carles, 2004, p. 2).

Es debido a lo anterior que se justifica el rescate de la sonoridad propia de nuestro entorno para poder obtener una correspondencia lógica, por una parte con la producción audiovisual, pero también con la lógica sonora en unitario, más demandante en términos de constituirse como una unidad de sentido sin el apoyo de imagen. Al tener una historia de escuchas podemos identificar, incluso sin una preparación especializada, el sonido del motor del Volkswagen Sedán, tan característico durante cierta época en nuestro país, en tanto el servicio de taxis se componía mayoritariamente por automóviles de dicho modelo. Por otra parte, la que corresponde al rescate y preservación de estos sonidos, la posibilidad de que ciertas fuentes sonoras desaparezcan, otorga la oportunidad de hacer un registro de la iconicidad de dicho automóvil. Es así que como a partir de la disección de los paisajes sonoros, hemos realizado la clasificación de cada uno de sus elementos para obtener las categorías necesarias para englobar la sonoridad de México, del Centro Histórico, y de los lugares más representativos de la Ciudad de México. Las categorías serán adaptadas en todo momento a las necesidades de nuestra base de datos, en tanto no son excluyentes. También se ha trabajado en el registro y edición de paisajes sonoros, lo que conlleva un trabajo más demandante en cuanto a la cantidad de registros y los tiempos de edición. Los paisajes que representan lugares específicos, deben ser preparados sin los “accidentes” que pueden rodearlos en un momento dado: el paso de una sirena de policía, algún transporte pesado con su correspondiente estruendo de motor, e incluso

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ciertas cuestiones que no apoyen la sonoridad característica del lugar en cuestión. De acuerdo con Tom Sherman: In this age of digital multimedia, human perception is often challenged by dense, multilayered audio-visual-data information displays often more perceptually demanding the two predominant media environment of our time, cinema and television. This is certainly true of the multisensory approach toward making art. The density and power of simultaneous, multisensory messages is complicated further by demands of interaction and strategies for environmental integration (installation). In other words, the multisensory approach seeks to fill (or overload) the human perceptual apparatus while integrating the audience with the work (interactivity) and in connecting the work (and audience) with the immediate environment (installation) (Sherman, 2002, p. 270).

La edición del paisaje sonoro se ha cuidado de manera especial, atendiendo a la idea de representatividad que supone cada uno de los elementos que lo componen. De modo que el proyecto de la Sonoteca de México ha abierto distintas posibilidades de trabajo que han comenzado a traducirse en experiencias de investigación aplicada y de indagación teórica. Debemos construir el sustento teórico que valide la sonoridad local, que le otorgue la calidad de representación sonora a un lugar, o hecho específicos. En tanto podemos reflexionar sobre la propia naturaleza del espacio acústico, así como sobre su contribución al desarrollo cognitivo de nuestro sentido de realidad y a la construcción de las identidades, consideramos que la investigación en torno al sonido como fuente y recurso comunicativo, aún supone retos mayores de consolidación. Por lo que corresponde a Sonidos de México, la base de datos en la red crecerá hasta abarcar categorías a profundidad, las dos partes del proyecto son igualmente importantes: la sonoridad de México a detalle, y la explicación de la identidad que genera o provee cada uno de los registros. De modo que el proyecto derive en dos formas bien definidas de hacer investigación; por un lado está la concepción del sonido como un valor patrimonial estrechamente ligado al entorno cultural de los sujetos, y por otro la noción de que la realidad es aprehensible a través del sonido en forma similar, por lo menos en términos de validez epistemológica, a cómo tradicionalmente percibimos a través de otros estímulos y lenguajes.

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FUENTES REFERENCIALES Camacho Cardona, M. (2002). Hacia una teoría del espacio. Reflexión fenomenológica sobre el ambiente, Puebla, Universidad Iberoamericana. Carles, J. L. & Cristina Palmese (2004). Identidad sonora urbana. Recuperado el 12 de abril de 2010, de http://www.eumus.edu.uy/ ps/txt/carles.html Chion, Michel (1999) El sonido, Madrid Paidós. De Kerckhove, D. (1999). La piel de la cultura. Investigando la nueva realidad tecnológica, Barcelona, Gedisa. Schafer, M. (2005). Hacia una educación sonora, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Schaeffer, Pierre (1966) Traité des objets musicaux, Paris, Ed. Seuil Sherman, T. (2002). Before and after the i-bomb. an artist in the information environment, Banff, The Banff Centre. Wrightson, K. (2000). An introduction to acoustic ecology. En Soundscape. The Journal of Acoustic Ecology. Volume 1, number 1, Spring, 2000.

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Jóvenes en el mundo play. Identidades proyectables y realidades aumentadas. Un acercamiento Héctor Gómez Vargas* UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA, CAMPUS LEÓN ○

Resumen: Para comprender lo que acontece en los tiempos recientes con muchos colectivos juveniles, se considera necesario acceder a la manera cómo se han gestado transformaciones culturales a partir de una creciente conversión civilizatoria hacia lo digital. Se hace una serie de exploraciones alrededor de la cuestión de la identidad sobre la idea de que uno de los resultados de la modernidad fue la presencia de nuevas dimensiones de lo subjetivo como la identidad, pero que ahora el diseño de la identidad es lo que impulsa las transformaciones culturales. El primer momento se realizó a través del modelo comunicativo emanado de la cultura de lo impreso, pero con la cultura que proviene de lo digital, la ampliación de los ámbitos de lo real, las identidades culturales se mueven hacia ámbitos virtuales desde los cuales se diseña y se moviliza la identidad. Palabras clave: Identidad, realidad aumentada; identidad virtual; videojuegos; convergencia de medios. Abstract: To understand what is happening in recent times with many youth groups, it is necessary to observe how cultural transformations were born from an increased conversion to digital civilization. A series of explorations are made around the issue of identity on the basis of the idea that an outcome of modernity was the presence of new dimensions of subjectivity and identity, but now the identity design is what drives the design is the cultural transformations. The first stage was conducted through the communicative * Doctor en ciencias sociales. Profesor-investigador del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Iberoamericana León. Correo electrónico: hector.gomez@leon.uia.mx.

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model emanated from the culture of print, but with the culture that comes from digital, expanding the areas of reality, cultural identities move towards domains from which design and mobilized identity. Keywords: Identity; augmented reality; virtual identity; videogames; media convergence.

PARA COMENZAR. ANTES Y AHORA Al final de la introducción de su libro, La pantalla global, Gilles Lipovetsky y Jean Serroy (2009: 28), expresan: Desde siempre se ha dicho que no podemos reflexionar sobre el cine sin remitirnos a la aventura de los tiempos modernos; pues ahora estamos en los tiempos hipermodernos y no se puede reflexionar sobre su proliferación de pantallas sin el prisma del cine. (2009, p. 28).

La visión que desarrollan Lipovetsky y Serroy es similar a la que plantean en otros textos (Lipovestsky y Serroy, 2009), en relación a que estamos dentro de un nuevo periodo del tiempo que en mucho se mueve a través de ritmos y procedimientos inéditos, y lo sintetizan bajo la nominación de la hipermodernidad. Junto con esa sensación de haber ingresado en una nueva onda de novedad del tiempo, igualmente se comienza a pensar que tiene alcances civilizatorios. El filólogo Milad Doueihi (2010, p. 21-22) reflexiona sobre los impactos en el cambio cultural que atraviesa el mundo por causa de una cultura que se desenvuelve a través de lo digital, y su punto de partida es que se trata de un proceso civilizatorio con el poder de ser un agente de cambio cultural a escala planetaria que “no se reduce a la emergencia de normas sociales que tienen el poder de conferir sentido a jerarquías establecidas… también es el agente de una gestión de los “afectos” “ y, lo que más nos interesa aquí, de nuevas reglas que aseguran el autocontrol, pero también el control y la vigilancia de las expresiones individualistas, en particular disidentes”.

Visiones como las de Doeihi llevan a considerar que la civilización impulsada por lo digital, es, en términos de Charles Taylor (2006), una nueva fuente del Yo, una experiencia individual y colectiva para la edificación de la identidad, y que mucho de lo que está emergiendo en los estratos subjetivos e intersubjetivos proviene de una mutación en la 118 • Héctor Gómez Vargas


cultura que deviene de una nueva matriz tecnológica-comunicativa, el motor de un nueva experiencia de lo social en el tiempo. El proyecto de investigación se ha abocado a pensar el cambio de dirección de las aguas de la cultura, lo que se está gestando ante una creciente cultura mundial que tiene como atractor hacia el futuro una convergencia digital, la mutación hacia una nueva experiencia civilizatoria. Los antecedentes se remontan al 2004 cuando se conformó el Programa de Investigación que se ha denominado, “Gente joven, mundos mediáticos y ambientes culturales”, con varias líneas de investigación. Lo realizado durante varios años de exploración llevó a comprender los tránsitos culturales a través de las experiencias de vida de algunos jóvenes en la ciudad, pero al caer en la cuenta de que no se había estudiado el caso de las generaciones que nacieron en la última década del siglo XX, o en la primera del XXI, esto llevó a pensar que para comprender a esas generaciones era necesario entender las transformaciones culturales, en particular por aquellas que han provenido por la convergencia digital. Dentro de los antecedentes de los estudios de las culturas juveniles se ha trabajado con la idea de que el estudio de los jóvenes permiten entender los cambios culturales, la “metáfora del cambio”, pero de un tiempo reciente a la fecha quizá habría que pensar que las fracturas en lo cultural y en lo comunicativo son metáforas de lo que acontece con los jóvenes, por lo que igualmente habría que acceder a entender las matrices ontológicas, metafísicas y epistemológicas de lo cultural-comunicativo. En ambos casos, el reto es ver lo que se construye, lo que está emergiendo, pues ahí están las pautas para pensar lo que se está gestando con los jóvenes y en las transformaciones culturales. A partir de lo anterior, se tomó la decisión de realizar una nueva exploración a través de algunos acercamientos con jóvenes fans de algunas de las nuevas manifestaciones de la cultura mediática, aquellas con las que se llegó y comenzó a mover en la primera década del siglo XXI. El proyecto de investigación se ha venido desarrollando alrededor de varios sustentos y orientaciones teóricas y metodológicas. Sintetizamos tres de las más importantes. Primera. Lo cultural tiene una doble dimensión en los entornos generales y globales: es parte de lo que dinamiza a la economía, la política y la vida social; es una dimensión que funda lo colectivo y lo dinamiza en un nuevo régimen simbólico que conforma las subjetividades y las realidades materiales (Lash y Lury, 2007), que son parte de los entornos y marcos de experiencia, de los imaginarios, que conforman la identidades y subjetividades de los jóvenes.

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Segunda. Lo anterior tiene una serie de implicaciones para el estudio de los jóvenes. No solamente se reconoce que hay una nueva generación de jóvenes que han crecido alrededor de una ecología post medial desde la cual han conformado sus subjetividades, sino que igualmente, por vía de su propia actancia dentro de una cultura popular mediática, han venido conformando sus identidades mezclando pautas culturales diversas, mediante las cuales se expresan, viven sus experiencias y sus propias reivindicaciones dentro de la vida social. Es lo que se ha venido llamando las post subculturas, una propuesta donde la categoría de subculturas ha sido cuestionada y es necesario llevarla a la consideración de lo “after” (Bennett, y Kahn-Harris, 2004), lo cual implica rebasar las pautas primeras de concebir a las subculturas juveniles, de aceptar la diversidad de formas que tienen los jóvenes de crecer y de conformar la identidad en cada cultura local del mundo y en relación orgánica con una cultura global juvenil (Maira y Soep, 2005). Tercera. Tres elementos son básicos para acceder a algunas manifestaciones de este tipo en lo juvenil: las neo-tribus urbanas, el nomadismo, las puesta en escenas y escenarios concretos, urbanos y mediáticos, de las prácticas y subjetividades de distintos colectivos. Distintas agrupaciones juveniles son propicias para entrar en estos territorios, uno de ellos es a través del fenómeno de los fans (Gelder, 2007). El presente texto es parte de un documento mayor del proyecto de investigación, “La condición after de la juventud. Neo-tribus, fans y la cultura postmedial: subjetividades, prácticas culturales y la puesta en escena de lo translocal”, que se viene realizando desde febrero del 2010 en la Universidad Iberoamericana León, México. Se presenta a continuación es una síntesis de una serie de reflexiones más amplias realizadas con miras a ganar perspectiva para colocar la mirada en la vida de los nuevos jóvenes, y a partir de ello ganar en serenidad y distancia para ser sensibles y poder distinguir aquello que está cambiando ante una nueva socialidad. Se considera que si bien se conserva una realidad histórica y estructural que delimita las realidades juveniles, las condiciones de vida y de desarrollo en gran parte de este sector poblacional (Reguillo, 2010), igualmente es necesario poner la atención en aquello que está emergiendo a partir de la conversión de lo digital, ya que muchas cosas en la vida de los jóvenes no se podrán comprender. En este caso se expresan una serie de reflexiones sobre la emergencia en la experiencia moderna en el mundo de aquella dimensión de la conciencia intersubjetiva que es la identidad, la cual no sólo fue un resultado de una serie de transformaciones culturales amplias y generales, sino de la manera como se constituyó una matriz cognitiva y

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expresiva, a partir del modelo comunicativo que se desarrolló a través de la cultura de lo impreso, la aparición de una primera cultura mundial desde el siglo XIX, como una respuesta de la creciente complejidad de las sociedades, la necesidad de introducir una dimensión de lo realsimbólico para mediatizar la experiencia de los individuos con lo social y cotidianamente. Con la llegada y generalización de un nuevo modelo comunicativo que proviene por la conversión de la cultura digital, y la ruptura del modelo heredado de la cultura de lo impreso, sus narrativas, estéticas y textualidades de inmersión y de simulación igualmente introducen nuevos órdenes de la identidad en los seres sociales, principalmente cuando lo digital se abre a otras dimensiones que conforman el espectro de lo real, las realidades aumentadas que comienzan a ser habitadas a través de las identidades digitales que las personas van despertando y aprendiendo a poner en funcionamiento.

EMERGENCIAS EN EL TIEMPO: LA REALIDAD INTERSUBJETIVA Y LA IDENTIDAD

La identidad ha sido una categoría de la modernidad para explorar la conciencia humana encarnada en el tiempo y en el espacio, el resultado de una diversidad de fluctuaciones radicales dentro de la onda de la historia humana que implicó la necesidad de recurrir de una serie de constructos cognitivos que permitieran realizar observaciones de segundo nivel para dar un orden al lugar del sujeto en un mundo que estaba perdiendo el centro de un equilibrio conformado en el pasado. En la visión de Niklas Luhmann (2008, p. 33), lo que aconteció fue un proceso de transformación que alteró un estado de diferenciación social estratificada a otra de índole funcional y que “produjo una diferenciación más fuerte entre el sistema personal y el sistema social” (2008, p.33). Uno de los resultados de ese entorno de crisis sistémica, fue la modificación de la concepción del sujeto, de su mundo subjetivo por la emergencia de un nuevo campo semántico que fungió como una interfaz constructiva entre la exploración de los ámbitos cognitivos y de la conciencia individual, la construcción de un entorno civilizatorio como resultado de esos procesos de construcción perceptual y cognitiva. Estos campos semánticos se distinguen de los anteriores en el sentido de que ante el aumento de las interacciones sociales que crecían y mostraban un aumento de complejidad en la esfera de lo social, una intensificación de la interpenetración humana mediante una ampliación del tipo de

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relaciones entre los individuos, esto develo la necesidad de un nuevo sistema operativo de las comunicaciones discursivas que permitieran observar las observaciones de los sujetos y poder acceder a la nueva sociogénesis de los procesos de individualidad (Luhmann, 2008), con lo cual la cultura y lo social se establecen como uno de los sistemas que permitieron estructurar las transformaciones socialmente generalizadas que acontecieron desde entonces (Luhmann, 1999). Las estructuras de conocimiento que emergieron fueron una reacción para configurar el nuevo orden de vida y simbólico ante las transformaciones. La ciencia, las ciencias sociales y las humanidades conformaron una matriz epistemológica y ontológica que fungieron como aparatos de inteligibilidad desde las cuales se conformaron las matrices de comprensión del sujeto dentro de la totalidad social, pero igualmente del mundo subjetivo, la cognición y la vida mental. Por ejemplo, el filósofo Charles Taylor (Varela ), en relación al individuo, señala el deslizamiento del término “yo” como una descripción y un pronombre para definir una ubicación dentro de un orden cósmico o espiritual, a una forma de manifestar una condición de identidad humana. Taylor expresa al respecto: Ahora hablamos de nosotros mismos como “yoes” porque existen dos formas de concentración y reflexión en el yo que se han convertido en algo fundamental para nuestra cultura, y que también están en tensión entre sí en la vida occidental moderna: el autocontrol, o control del yo, y la autoexploración, o exploración del yo. (2006, p. 35).

La modernidad, entonces, fue una etapa de transformación en el cual el proceso civilizatorio se abrió a una diversidad de herramientas y tecnologías discursivas para la representación de la subjetividad, del diseño de lo corporal, emocional y mental dentro de ámbitos más amplios en el tiempo y en el espacio, y la identidad, junto con otras categorías, fue uno de los constructos para explorar de la constitución de la persona dentro de los marcos normativos delimitados y dinamizados por lo social. Los cuestionamientos alrededor de la identidad circunscrita se pueden entender debido a una nueva transformación en la articulación de los sistemas de representación que permiten la sociogénesis de los individuos, la relación con los subsistemas de lo social, que igualmente se han modificado, alterado y entrado en un proceso de emergencia autogenerativa. El tránsito de un sistema estratificado a otro de corte funcional, ha ido declinando para abrirse a otro más que comienza apenas a mostrar sus perfiles, la manera como lo individual se desenvuelve dentro de las

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distintas esferas amplias donde se mueve la vida simbólica y social (Gergen, 1997). Dentro de estos nuevos entornos, la teoría social clásica declina en un punto tal que la concepción misma parece disolverse (Outhwaite, 2008), y la mirada gira hacia la manera como los individuos se mueven y se reconfiguran a partir de sus acciones individuales, comunales y colectivas, y en ese punto no sólo se modifica la concepción sobre las identidades, sino que cobran una matriz especial como la base de una vida social en movimiento, expansión en sus procesos de diversificación y de escenarios emergentes que transforman el mundo en general, los procesos de individuación, los marcos de referencia para ubicarse, constituirse y desplegar las nuevas subjetividades. Lo cultural se torna no sólo nicho ecológico, sino que se construye y se desenvuelve continuamente, a través de los procesos de virtualización que favorecen las nuevas tecnologías de información, la convergencia de medios, los universos de sentido de las imágenes y narrativas que circulan y mediatizan las experiencias individuales y colectivas (Morley, 2008). Dos elementos fundamentales se hacen visibles bajo los nuevos entornos. En primer lugar, otra vía para conformar la subjetividad, a través de la manera como se amplía el espectro de la intersubjetividad, y esto simultáneamente abre el espectro de la complejidad del sujeto y de la sociedad, la manera como se auto organizan y se autogeneran (Morin, 2006), donde el sujeto no es un objeto constituido, sino la pauta para la constitución de un objeto modal llamado sociedad, y los individuos se manifiestan como sujetos modales que al explorar las diferentes maneras de integrar la dimensión objetiva y la subjetiva de lo real, de lo social, tanto el mundo como el sujeto, se constituyen a partir de las interacciones (Maturana, 1999). Esta es, en cierto modo, la pauta de la visión de la sociología que se concentra en la socialidad, más que en la socialización, y con ello se hace patente la pauta reflexiva del sujeto, la manera como la conciencia del sujeto es fundamental, como sus proyecciones se abren a diversos modos de abrir experiencias, desde las cuales se integran y alteran lo intersubjetivo (Morin, 1988). El sujeto modal se visualiza como un fractal dentro de un holograma social (Navarro, 1994), la sociedad, con lo cual el paradigma arcaico de lo medial se hace patente, es decir, la capacidad de reconocer los acontecimientos mentales de otros cerebros (Johnson, 2008), pero igualmente que la conciencia, por la actividad mental que se desarrolla en la integración del cuerpo con el cerebro reaccionando a condiciones exteriores concretas, construye la realidad, y el eje que permite organizar y crear las nuevas condiciones de la realidad social es el Yo del individuo

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(Castells, 2010). El lenguaje es la pauta como el yo se auto-constituye y auto-genera, una pauta auto-genética, y las narraciones que crea o en las cuales se involucra son la manera como puede reconocerse y actuar en el holograma de lo social (Bruner, 1988). En segundo lugar, una singularidad en la transición del vínculo de la tecnología como una extensión del hombre, donde se asumía que el sujeto activo le corresponde al hombre frente a un objeto pasivoautoconformado, la tecnología, pero ahora el vínculo se ha invertido, y con ello la manera como el sujeto individual se autoconstituye como un tipo de sujeto reflexivo, cuyo modelo histórico ha sido la del lector, la subjetividad interiorizada como marco de constitución de la identidad individual y como pauta de exploración de la identidad personal y social para actuar en lo cotidiano, que se construyó y se conservó a lo largo de los últimos siglos (Sibilia, 2008), que ha de ingresar a una serie de entornos autogenerados-en proceso y en emergencia continua, es decir, el modelo de un internauta, que implica no solamente el vínculo de una mente con otra mente maquínica, sino que su subjetivación se asemeja a la de un explorador de la conciencia, un psiconauta, continuamente en procesos de ensamble, ajustando sus experiencias y re modelando sus sustratos de identidad a un entorno social y cultural igualmente cambiante, es decir el proceso de individuación donde el sistema de la persona se integra al sistema social y cultural más amplio (Beck, 2001).

REALIDAD AUMENTADA Y MUNDO PLAY: TIMESCAPES Lo que aparece al considerar ambas transformaciones es la posibilidad de una temporalidad y fenomenología peculiar: el tiempo del play, en el cual no necesariamente se vive en un presente continuo, que se extiende y diluye, sino que se reformatea disolviéndose una y otra vez mediante un sujeto modal que puede explorar lo explorable, lo que queda por explorar no solamente al mundo, lo social y lo humano, sino lo real. Una pauta para ingresar a esos modos de habitar lo real puede ser con la alteración del modelo del lector (De Certau, 1996) que entra a otra pauta de transformación ante la integración, síntesis y expansión de estéticas, narrativas y lenguajes ante la convergencia de medios. Ante la proliferación de ecosistemas de medios de comunicación, Néstor García Canclini (2008) expresa que toca hacerse la pregunta: ¿cómo se modifican los modos de leer y de ser espectador en una época digital? Dice García Canclini:

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Quizá una de las diferencias más notables ente lectores y espectadores sea la escala de relación con los bienes culturales y comunicacionales. Mientras los lectores tienden a agruparse en el ámbito de la propia lengua, los espectadores se mueven en un espectro más globalizado, especialmente en música y cine. La digitalización incrementa los intercambios de libros, revistas y espectáculos, pero sobre todo está creando redes de contenidos y formatos elaborados a partir de la circulación mediático-electrónica. Modifica así, los estilos de la interactividad. (2008, p.31).

Esto conforma una diferencia de acción dentro de distintos entornos mediáticos donde las pantallas facilitan o posibilitan distintos grados de interactividad y de expresión, pero también de incorporarse a sectores y circuitos sociales y culturales, como es el caso de la escuela o de la industria del entretenimiento (García Canclini, 2007). Las pantallas digitales e interactivas parecen alterar la capacidad de percibir las configuraciones del tiempo, la manera de leer, interpretar y actuar dentro de las realidades que se textualizan y modalizan por sus superficies. Los procesos de interpretación tradicionales, basados en un proceso horizontal de acceso, análisis y evaluación, se torna en un proceso heterárquico donde hay la posibilidad de un elemento adicional: la creación de contenidos, la expansión de relaciones por vía de la interactividad (Livingstone, 2003). La cultura que emana de lo impreso ha sido la conformación histórica de un modo específico de producir, distribuir y consumir lo cultural, y ello, entre otras cosas, implicó la conformación de una narrativa que se ha movido por distintos órdenes de representación de la realidad mediante distintos códigos y procedimientos de diferenciación y articulación de la ficción con lo real. Es por ello que se parte de que la narrativa en la comunicación digital e interactiva no sólo va a modificar el acto de la escritura y de lo narrativo, la conformación y presencia del productor y la del lector, sino la constitución de las subjetividades y sus formas de subjetivación dentro de entornos post masivos ante la convergencia de medios. Marcelo Urresti (2008) habla de que las transformaciones tienen un impacto “decisivo sobre el proceso de articulación de la subjetividad, en el que la adolescencia desempeña un rol central”, y cuando habla de la subjetividad, expresa: La subjetividad es la dimensión de los fenómenos sociales que se relaciona con las formas en que los sujetos se apoderan de —y son apoderados por— las estructuras sociales, las incorporan y las ponen en juego, haciendo posibles los diversos procesos de reproducción —mecánica,

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ampliada o transformada— del orden social. En esa dimensión toma forma concreta el proceso de socialización: la subjetividad es aquello que permite apreciar la singularidad y la diferencia de los sujetos en el interior de las estructuras generales, esto es, la forma diversa y puntual dentro de procesos de socialización y herencia que pueden dar la falsa idea de la uniformidad. (2008, p.39).

Urresti expresa que la subjetividad es el ámbito de la intimidad, un espacio donde transcurren, por lo menos, dos experiencias de corte temporal: “a forma que adquiere la experiencia histórica, la pertenencia a una época determinada en el devenir de la historia personal” (2008, p. 40), y ello es vital en los tiempos actuales que se mueven por transiciones súbitas, aceleradas, continuas porque: … la estructuración temporal interna de la subjetividad se condice con una superposición de planos evolutivos cambiantes, de rupturas y escisiones que se acumulan unas sobre otras, algo que en las sociedades estáticas o de cambio lento es altamente improbable que suceda. De acuerdo con ello, las subjetividades tienden a diversificarse internamente en la sucesión temporal, pero especialmente en forma exterior, como camadas de sujetos, cunado los cambios radicales veloces escinden la experiencia social de las generaciones y las colocan en mundos con menos elementos compartidos, de acuerdo con las formas primordiales que adquiere en distintos momentos ese tiempo común. (Urrusti, 2008, p. 40-41)

La temporalidad de la subjetividad comienza a moverse por la modalizaciones varias en el tiempo y en el espacio de los dispositivos tecnológicos, las narrativas, textualidades e imágenes digitales, de los formas y formatos comunicativos con los que operan en su interior, las tecnicidades que se inscriben y facilitan en los diversos contextos en los cuales se instalan, en los ritos que se desarrollan a su alrededor, y a través de ellos, y los procedimientos para su acceso, uso y manejo. Pero igualmente se ha de considerar que los nuevos dispositivos tecnológicos digitales e interactivos han alterado no solamente la relación del productor y del lector, sino que han introducido una nueva “estructura semántica” de aprendizaje que se manifiesta en nuevas formas mediante la interacción del texto con su lector, donde cada texto es un sistema semiótico que implica su propio proceso de aprendizaje, y cuya principal manifestación ha sido el caso de los videojuegos (Murray, 1999). Las reflexiones que proceden del hipertexto van reflexionando a partir de

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preguntar qué es un texto entre los complejos entornos que separan y distinguen a un texto impreso del electrónico. Las visiones de algunos teóricos de la cultura y de los lenguajes de lo audiovisual digital y de la cultura de los juegos, es que el elemento fundamental es, en el caso de los videojuegos, que estos se configuran a partir de un entorno digital (Sánchez, 2005), en donde su arquitectura es eminentemente espacial para configurar temporalidades varias, sin que necesariamente haya historias a la manera de tradicional, y, aunque se reconoce que existen traslapes, influencias, interrelaciones e intertextualidades con la producción literaria y audiovisual tradicional (cine, televisión), igualmente se reconoce que hay la tendencia a generar una nueva base de narración a partir de los videojuegos. El juego conlleva una serie de sucesión de posibilidades que se ramifican, se interrelacionan, se expanden, se sobreponen, y esto implica, entre otras cosas, que el juego se desenvuelve por la actancia del jugador, se mueve a través de los marcos de temporalidad que el juego enmarca a través de los tipos de acción por desarrollar, tanto en lo que el mismo demanda de tiempo para jugar, play time, como el tiempo que discurre a través del juego, un “event time”, (Juul, 2004). Las narraciones ambientales son las condiciones previas para poder tener una inmersión en la experiencia que posibilita la historia, y el ambiente se convierte en un espacio informado para poder moverse, actuar, experimentar, y esto permite algunos elementos que serán fundamentales para la jugabilidad: la creación de espacios evocativos, de historias de actuación, narrativas inmersivas a la misma acción del juego. Dentro de las reflexiones sobre los mundos de los videojuegos, es interesante la propuesta de Maribeth Back (2003) en relación que el acto de diseñar productos digitales interactivos y la base para su lectura es debido a que son diferentes dispositivos multisensoriales, es decir, múltiples modalidades sensoriales para desarrollar una historia, y esto altera la forma de leer un texto digital interactivo porque los textos en sí mismos son inherentemente multisensoriales (sistemas inmersitos, objetos inteligentes, realidades intensificadas que se convierten en textos legibles) que implican un set complejo de filtros culturales por los cuales los símbolos pueden ser interpretados. Lo multisensorial presente en los dispositivos tecnológicos post mediales, hacen que el sujeto deba sumergirse en su propia sensibilidad como un todo, que pueda poner en acción, en ejecución, las habilidades adquiridas a lo largo de su biografía como jugador, pero igualmente, que pueda leer, como lo hace en la vida ordinaria, una diversidad de patrones y modalidades visuales, sonoras, textuales, icónicas, que ha adquirido en su experiencia aprendida en su vida.

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La mayoría de las reflexiones sobre los videojuegos hacen ver una serie de tendencias que se pueden ver tanto en la evolución de los videojuegos como en la manera que sus historias se diseñan y producen para que el jugador la ponga en acción. Es un tanto la tendencia a crear soportes en los cuales la impresión de la realidad pierda distancia respecto a la visión y a la inmersión de la realidad que propone a los sujetos que la manipulan, como el que el tránsito de un dispositivo tecnológico a otro pueda borrar las huellas de la impresión visual y su régimen visual, generando una continua renovación de la mediatización y de la percepción mediatizada (Bolter y Grusin, 2002). El mundo de lo impreso parece ser un modelo desde el cual se desarrolla el diseño del videojuego, pero igualmente está la presencia de lo visual, principalmente el cine, como el canon de lo visual, como el origen de un nuevo régimen de experiencia del tiempo en la cognición y la percepción que informa a lo social y altera lo simbólico colectivo, con lo cual se entra a unos entornos narrativos donde la temporalidad discurre como la realidad misma (Deleuze, 1984), la imagen-tiempo, y va conformando una experiencia del tiempo “granulado”, como lo expresan algunos teóricos del videojuego, y que recuerda la visión del tiempo "puntillista" de la modernidad líquida que se desenvuelve en una vida de consumo de acuerdo con Zygmunt Bauman (2009), pero que tiene impactos mucho más profundos de lo que se puede expresar a simple vista, la emergencia de nuevas emanaciones ontológicas y metafísicas que organizan lo simbólico colectivo. Varias cosas se pueden expresar al respeto, entre ellas apuntamos solamente tres. En un primer momento, la introducción de un cuarto vector de la realidad, la luz que se genera a través de la presencia de electricidad pura, información configurada por la conciencia, y cuya emanación es un ser permanente, un flujo de auto-transformación continua, una experiencia que se mueve a partir de continuas emergencias del presente, emanaciones y variaciones, permutaciones des-diferenciadas y desdiferenciándose, un work-in progress, aceleración, velocidad pura (Virilio, 1997). Producto de una nueva configuración de la realidad que proviene d e las ciencias físicas y naturales, el tiempo no sólo se abre a una visión nueva del cosmos y de la vida, sino que igualmente es la base de una realidad constructiva y creativa, donde el cosmos y las partículas se mueven en una danza de continua creación, de sistemas emergentes de información, y cuyos principales modelos de aplicación y experimentación son algunos dispositivos tecnológicos basados en sistemas de información, digitales e interactivos. Es por ello que hace algunos años Sherry Turkle (1997) manifestaba que un sujeto navegando por

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internet o jugando un videojuego era un encuentro entre dos cerebros, el flujo de dos mentes que se encuentran. En segundo lugar, la emergencia y consolidación de un nuevo holón en la mediásfera, la videoesfera como una nueva matriz de organización de lo simbólico y de la materialización de lo simbólico, donde el vector temporal dominante es el presente. De ahí que podamos comprender que la vida social, animada por una temporalidad del tiempo presente, se introduce como parte de los procesos de individuación social en los nuevos tipos de agrupamientos colectivos, las afinidades y afectividades colectivas que los dinamizan y los congrega, que, como menciona Michel Maffesoli (2004), donde el protagonista principal es el “niño eterno”, quien vive dentro de las esferas y entornos cotidianos que semejan más a un entorno virtual de sensaciones, afectividades y ficciones, un capitalismo de consumo ficcional (Verdú, 2006). Un desdoblamiento del presente a través de una alma de niño que experimenta continuamente el mundo en un estado play de la vida, que tendrá como su sombra, su lado sombrío, una nostalgia por el pasado, por un mundo que se ha perdido y que se recrea continuamente a través de experiencias mediatizadas a través de prácticas continuas de consumo de cultura, pero igualmente son pautas para la reconstrucción de un pasado que se ensamblada a las circunstancias del presente. En tercer lugar, son las transformaciones en la subjetividad que provienen a partir de la presencia de los distintos dispositivos tecnológicos de información, como la propuesta del historiador Donald Lowe (1986, p. 11) sobre la historia de la percepción, es decir, “el estudio de la interacción dinámica entre el contenido del pensamiento y la institucionalización del mundo”, un trabajo fenomenológico sobre la percepción como parte de la experiencia humana, y donde proponía como necesario estudiar a los medios de comunicación “como factor determinante en la percepción” (1986, p. 13). Esto nos lleva a considera algunas pautas importantes. La concepción del tiempo “puntillista” está concebida a partir de un flujo intermitente y lineal de la temporalidad, una flecha en el tiempo donde ocurren los fenómenos, y deja de lado dos circunstancias. En primer lugar, la acción de la conciencia en un patrón temporal, dentro del cual el yo de la persona tiene la impresión de ser real y unificado, pero esta autoconcepción se genera en una condición cambiante momento a momento, fluctuante y borrosa, en procesos de diferenciación continua donde el yo individual continuamente integra el espectro de sus sub individuos dentro de situaciones específicas y concretas. Esto implica ver a un sujeto en acción cuya consciencia se desarrolla a

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partir de procesos de interacción en su interior y en relación a entornos exteriores, algo de lo que se comienza a pensar sobre una base de acción cuántica de la conciencia (Flores Valdés, 2007), y a partir de lo cual podemos concebir la acción del yo en cada momento (Zohar, 1997, p. 116). La función que han tenido las narrativas para la integración del yo dentro de una concepción de su concreción en el tiempo y en el espacio, bajo el cual, la llegada de los entornos virtuales introduce un elemento diferencial importante: el diseño de entornos de inmersión para actuar en el tiempo, y a partir de ello, las manera como el presente se integra de diversas maneras a flujos de conciencia con el pasado, la proyección de futuros posibles (Ryan, 2004). Si la llegada de la fotografía y del cine hicieron evidente la manera como sus procedimientos maquínicos conformaban un "inconsciente óptico", es decir, la posibilidad de percibir y actuar una realidad expandida a través del flujo del tiempo que emanaba de sus dispositivos tecnológicos, con dispositivos como los virtuales, que permiten una inmersión generalizada integrando el cuerpo, la emoción y la cognición, podríamos pensar en una “consciencia inmersiva” que se mueve a partir de la emergencia de nuevas manifestaciones del yo al estar en situaciones de enacción dentro de entornos virtuales, de una realidad aumentada que cruza fronteras hacia entornos de la virtualidad que igualmente se aumenta, y donde la manera subjetiva de moverse es a partir de los dispositivos espaciales y temporales que las tecnologías, narrativas y estéticas virtuales e interactivas diseñan, configuran, promueven (Jull, 2004; Murray, 2004), y que se mueven en distintos grados de intensidad, los cuales configuran los desdoblamientos del tiempo hacia un ámbito de existencia y movilidad del presente, que, como la luz, es un espacio para habitarlo y poblarlo en su interior mediante distintos vectores y configuraciones del tiempo, que al fluir conforman y modelan sus propios timescapes (De Jesús, 2010). Desde las matrices de una realidad ampliada por y en lo virtual, el tiempo granulado del presente es un mundo play, es decir, un proceso incesante de integrarnos al mundo que nos rodea en cada momento donde la actividad de la conciencia se pone en acción y “debemos crear nuevamente nuestro mundo de experiencia” (Zeman, 2009, p. 109), una fenomenología de vivir y construir la realidad que bien puede ser expresada por la campaña de las consolas Wii, la vida como experiencia, que permite la interfaz de la actuación de las personas dentro de los entornos virtuales con los escenarios y temporalidades de la vida cotidiana (Goffman, 2006), re modelando la percepción al tomar la realidad situada

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de los sujetos a partir de los códigos y textos que simbólicamente se han generalizado por la inmersión dentro de lo virtual, y la vida y la experiencia personal se torna en un objeto de experimentación de la propia conciencia, en la constitución de un objeto modal que es su propia vida.

REALIDADES JUVENILES: IDENTIDADES PROYECTABLES Y REALIDAD AUMENTADA

En su libro, Crítica de la información, Scott Lash (2005, p. 42) se pregunta, “¿Qué pasa cuando las formas de vida se convierten en tecnológicas?”. La pregunta es importante porque, siguiendo de los razonamientos de Lash, si se ha transitado a la sociedad de la información, tocaría entender las “cualidades primarias” de la información. Dice Lash: Esta debe interpretarse aquí en marcada distinción de otras categorías socioculturales anteriores, como la narrativa, el discurso, el monumento o la institución. Las cualidades primarias de la información son el flujo, el desarraigo, la comprensión espacial y temporal y las relaciones en tiempo real. En este sentido, no excluyente pero si fundamental, vivimos en una era de la información (Lash, 2005, p. 22).

Visiones como las de Lash (2005) sobre las transiciones culturales, a partir de la conversión de lo digital en lo social, llevan a pensar algunas de las propuestas que se han venido desarrollando alrededor de las condiciones y realidades juveniles que han nacido y crecido a partir de entornos como lo global y lo mundial, y la creciente convergencia de medios de comunicación, específicamente aquellas que tienden a ver que muchos de los factores que definen a las generaciones de jóvenes se gesta a través de lo mediático (Buckingham, 2006), la experiencia compartida diseñada por el mercado, la cultura mediática, las tecnologías de información, que les llevan a conformar una estructura cognitiva, un punto de vista y una sensibilidad para percibir y moverse por distintos eventos en el tiempo y en el espacio, alrededor de los marcos posibles de su vida (McCrindle y Wolfinger, 2009). Junto con estas condiciones, no ajenas a debates varios, están aquellas visiones emergentes como la de James Gee (2007) sobre la manera como se está modificando las formas de leer y de pensar a partir de las tecnologías digitales y los espacios de inmersión y simulación, y desde la cual se puede pensar que el mundo, la vida, es un juego colectivo para múltiples jugadores y desde lo cual no solamente emergen

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numerosas identidades por poner en movimiento, sino nuevas emanaciones de la identidad, como es el caso de la identidad proyectible, que es parte de la interfase tanto de moverse en lo digital, como de la articulación entre la vida real y la vida digital, ya que en ambas condiciones el individuo ha de responder quién es y quién se moverá entre lo virtual y lo material, cual es la misma matriz tecnológica que se mueve a partir de los sistemas dinámicos de simulación, que pretende encontrar de manera predictiva nuevas dimensiones de la estructura de la realidad por explorar. Dentro de estos marcos, entornos y sistemas de operación, las identidades adquieren dimensiones ampliadas más allá de la interrelación de lo social con lo personal, y llevan a ver algunas de sus pautas de conformación a través de metáforas que señalan el movimiento, las errancias, los tránsitos como una pauta del reciclaje continuo que la sociedad requiere en los procesos de individuación de sus sujetos (Bauman, 2003), lo cual tiene implicaciones en cuanto a la manera como se erosiona las pautas y marcos tradicionales de la identidad personal, pero igualmente se abre a entornos potenciales ante la virtualización aumentada del self (Buckingham, 2008), donde los límites de diferenciación Yo se difunden y se abren a otras emanaciones: un Yo que se mueve en el tiempo a través de una identidad que se proyecta y es proyectable, un Yo análogo que se mueve en diferentes emanaciones del tiempo y del espacio, en una continua forma de ser (Leary, Estrada y Batts, 2009), sus identidades digitales o identidad avatar, la emergencia de toda una nueva cultura mediática para los jóvenes, y la manera como los jóvenes lo incorporan a su vida como parte de sus entornos de vida, de sus relaciones sociales e identidades personales (Burnett y Reinhardt, 2000).

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Andamiajes institucionales: el Canal del Congreso frente a los retos de la construcción democrática de una nueva discursiva política mediática Roy González Padilla* UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ ○

Resumen: El mayor límite que se interpone frente al desarrollo democrático de un país lo constituye la deficiencia de la cultura política en su sociedad, de su cultura política participativa, la cual a su vez se encuentra en cierta medida condicionada por los espacios mediáticos creados desde el poder público. En tal virtud, podemos admitir que la importancia mayor del Canal del Congreso para el desarrollo democrático del país reside en su capacidad catalizadora de una actitud receptiva-participativa de los ciudadanos, si advertimos la imperiosa necesidad existente de re-generar el andamiaje institucional de aquella vieja discursiva mediática dominante. Palabras clave: Democracia, comunicación, medios, instituciones, Congreso. Abstract: The main limit standing in the democratic development of a country is constituted by the deficiency in the political culture of its society, of its participative political culture, which at the same time is conditioned by the mediatic spaces created from the public power.

* Abogado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, maestro en asuntos políticos y políticas públicas por El Colegio de San Luis y doctorante en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México Actualmente se desempeña como asesor en la LIX Legislatura del Congreso del Estado de San Luis Potosí, y doctorante en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico stfua@hotmail.com.

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Thus, we can admit that the most important feature of the Mexican Congress broadcasting channel for the development of the country rests in its catalyzing ability to create a receptive-participative attitude of the citizens, if we notice the impending need for regenerate the institutional scaffold of that old dominant mediatic discursive. Keywords: Democracy, communication, media, institutions, Congress.

INTRODUCCIÓN Desde el inicio de la tercera ola democratizadora (Huntington, 1991) en América Latina se ha venido desarrollando un intenso y rico proceso de reforma política que ha contribuido radicalmente a reconfigurar la región: las diversas democracias que se instauraron en la región comenzaron a desarrollar una importante agenda de reformas constitucionales, políticas y electorales que repercutieron invariablemente en un mayor nivel de estabilidad política; sin embargo, a pesar de los avances evidentes, aún en estos días, diversos países latinoamericanos han tenido que lidiar con crisis de diversa índole, entre las que se destacan crisis de representación, de participación y de gobernabilidad. Dicha agenda de reformas que acompañaron a la “tercera ola” se caracterizó principalmente por un fortalecimiento de la institucionalidad democrática para la elección de representantes, transformaciones en el sistema de partidos políticos y, en algunos países, la inclusión de reformas de segunda generación que buscaron ampliar los márgenes de participación política de nuevos sectores de la ciudadanía en general. Y uno de los resultados visibles de esta evolución es el hecho de que hoy todos los países latinoamericanos celebran elecciones libres, en un ambiente de paz social y seguridad política (Orozco Henríquez & Zovatto, 2008). No obstante ello, parece ser que estos esfuerzos democratizadores vinieron a fragmentar aún más a una sociedad que no contaba con una tradición participativa, es decir, una sociedad en la que imperaban las decisiones gubernamentales al margen de lo que los electores hubieran querido decidir al momento de delegar en ellos la responsabilidad de gobernarlos. Para decirlo con claridad, los casos de América Latina —y México en particular— ilustran que la sola trasmisión pacífica del poder, vía la celebración periódica de elecciones libres, justas y competitivas, sigue sin resolver cuáles son los límites del poder, toda vez que se siguen privilegiando la convivencia simultanea de pautas de libre acceso al 138 • Roy González Padilla


poder, escasa eficiencia o nulidad de mecanismos e instituciones que limiten su ejercicio, escapa a nuestra atención que otra de las características de la expansión democrática de esta “tercera ola” es, de manera muy significativa, el incremento de las dudas relativas a la categorización de estos “nuevos regímenes” que se venían a instaurar en la región, discusión de la que Dahl (1992; 1997) resulta una referencia insoslayable, puesto que fue quien propuso una distinción por demás pertinente al utilizar, por un lado, un parámetro normativo para definir la democracia como un tipo ideal, y por el otro, al realizar una tipología empírica para mensurar su congruencia respecto al tipo ideal: la Poliarquía. Lo anterior, no obstante su importancia, no resulta relevante para efectos de lo que aquí se discutirá. A pesar de ello, tanto en América Latina como en México —ampliamente documentado por Guerrero (2004)—, la instauración de la democracia no ha disipado numerosas dificultades institucionales que, ligadas al Estado de Derecho, lesionan la efectividad de las garantías civiles de sus respectivas sociedades —donde destacan la aplicación diferenciada de la ley, abuso de autoridad, opacidad y secretismo de la información pública, entre otras—; un hecho que, a decir de Munck (2003), pone en entredicho la efectividad de las democracias alcanzadas. Si bien dicha situación ha permitido constatar que la libertad política puede guardar distintos y complejos equilibrios, se debe advertir, como indican O'Donnell (1996) y Diamond (2003), que el advenimiento y persistencia de la democracia en contextos que no se ajustan a los descritos por las teorías tradicionales del cambio de régimen, revela que existe un amplio campo de temas pendientes por estudiar si se desea que la promesa libertaria de la democracia constituya una conquista efectiva. Por ello, más allá del entramado institucional necesario y de las restricciones connaturales que todo régimen político enfrenta en su camino hacia la constitución de una democracia plena al interior de sus fronteras, el mayor límite que se interpone frente al desarrollo democrático de un país tal vez lo constituya la deficiencia de la cultura política en su sociedad, y aún más, de su cultura política participativa. Y desde ya coincidimos con Pedroza de la Llave cuando menciona que “el proceso de democratización del espacio público en México bajo el contexto no sólo de una transición a la democracia, sino de una transición jurídica, exige abrir espacios y canales para la participación ciudadana” (2000a, p. 323). Corriendo el riesgo latente de caer en el bache de los lugares comunes, podríamos aventurar una afirmación inicial, la cual trataremos de condensar a lo largo del presente documento: la democracia, si bien necesita de la diversidad y de la pluralidad para poder subsistir (Merino,

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2003, p. 185), precisa también de la creación de espacios por parte del poder público que llamen a los ciudadanos para que éstos puedan adoptar una actitud receptiva ante esa convocatoria, en suma, de un andamiaje institucional que sostenga una nueva discursiva política mediática, y al decir esto nos circunscribimos en la corriente de pensamiento formulada por Martín-Barbero (2000) quien toma como punto de partida el señalamiento de que el objeto de la cultura en una sociedad dada se modifica cuando la mediación tecnológica de la comunicación deja de ser tan solo un instrumento para convertirse en estructura.

PREMISAS FUNDAMENTALES: DEL ESPACIO PÚBLICO A LA MASSMEDIATIZACIÓN DE LA POLÍTICA

A decir del filósofo alemán Habermas (1998), en el núcleo de toda sociedad democrática encontramos aquel lugar que denomina espacio público entendido como aquel ámbito de nuestra vida social desde el cual toda opinión pública —en tanto “red para la comunicación de contenidos y tomas de postura, es decir, de opiniones, y en él los flujos de comunicación quedan filtrados y sintetizados de tal suerte que se condensan en opiniones públicas agavilladas en torno a temas específicos” (1998, p. 440)— surge y, aunque ésta pueda ser moldeada, manipulada y deformada, “se constituye como el eje de la cohesión social, de la construcción y legitimación —o deslegitimación— política” (Boladeras Cucurella, 2001, p. 50). En términos políticos, resulta por demás relevante la importancia de este campo social, pues dicho espacio político es en donde tienen lugar las discusiones relacionadas con aquellos objetos que dependen de la praxis del Estado, el cual requiere ante todo de la publicidad para su tarea, a saber, lo público, es decir, cuidar del bien general de todos los sujetos de derecho (Boladeras Cucurella, 2001, p. 50) y, siguiendo a Habermas (1998), es precisamente cuando el ejercicio del dominio político se subordina efectivamente a la demanda pública democrática donde logra el espacio público político una influencia institucional en el gobierno por la vía del cuerpo legislativo, por lo que la “opinión pública” tiene que ver con tareas de crítica y de control, que el público de los ciudadanos de un estado ejercen de manera informal frente al dominio estatalmente organizado. Existen cinco rasgos descriptivos e identificadores de los medios de comunicación que se constituyen como su raison d'être en toda sociedad democrática: 1) la generación de información, cultura, educación y

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entretenimiento de calidad —lo que en su conjunto “contribuye a la creación y sostenimiento de una cultura cívica” (Blesa Aledo, s/f, p. 4)—; 2) la supervisión y control de aquellos asuntos de interés público —sobre todo aquellos “relativos a la gestión gubernamental de esos intereses y la acción del Estado” (Blesa Aledo, s/f, p. 4)—; 3) su función delegada —la cual se entiende, en principio, delegada “en el interés de los ciudadanos (Blesa Aledo, s/f, p. 4)—; 4) la substanciación de la libertad de expresión —como “uno de los derechos más importantes que caracterizan a la sociedad democrática” (Blesa Aledo, s/f, p. 4) y 5) la suministración de una información accesible al público en general —“atractiva para las audiencias y asequible económicamente” (Blesa Aledo, s/f, p. 5)—; los cuales se corresponden con aquellos expresados por Habermas (1996), pues a su parecer los medios de comunicación en las sociedades democráticas, abiertas y libres, actúan como gatekeepers, llevan a cabo funciones de agenda-setting (McCombs & Shaw 1972), acercan a la audiencia a los asuntos de mayor trascendencia y generan un espacio público, o un ágora pública, “en la qué discutir e intercambiar información sobre los asuntos de interés general” (Blesa Aledo, s/f, p. 5). Evidente es que estos rasgos no se excluyen, sino más bien pueden ser completadas con aquellas funciones clásicas de los medios de comunicación de masas esbozadas por Lasswell (1948) en relación con la sociedad —vigilancia, correlación y transmisión de la cultura—; aquellas identificadas por Gurevitch & Blumer (1990) —identificación de problemas sociopolíticos, provisión de plataformas, transmisión de contenidos, análisis y control de la actividad de las instituciones políticas y provisión de información—; o aquellos papeles sustantivos señalados por Vallés (2000), eco, comparsa y protagonismo. Sin embargo para el objetivo del documento presente creemos más acertada la clasificación arriba indicada. En paralelo a esta línea argumentativa, tenemos que ha sido comúnmente aceptado, y sin duda lo seguirá siendo, el hecho de que tanto la política como la democracia (en tanto binomios indisolubles) dependerá cada día más de una construcción activa por parte de los medios de comunicación, de manera preponderante los televisivos. Esto resulta así puesto que, como lo refiere Martín-Barbero (1999), el régimen político conforma las demandas ciudadanas a su manera, condicionándolas a través de la omnipresencia de los medios, donde tienen lugar además y se hacen presentes las contradicciones de la modernidad latinoamericana. No obstante ello, no pocos han sido quienes han puesto el dedo en la llaga del latrocinio que pueden llegar a significar los medios de comunicación: Bourdieu (1999), por un lado, ha considerado que,

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en general, los medios —y en mayor grado la televisión que la prensa escrita— con un factor de despolitización que actúa por su puesto con mayor efecto sobre aquellos grupos desfavorecidos políticamente —en mayor medida sobre mujeres que varones y en menor grado sobre los más ricos e instruidos que sobre los menos instruidos y más sobre los pobres—, ya que proponen al gran público una visión aséptica e incolora del mundo que arrastra a la prensa hacia la demagogia; y por su parte Nun (2000), bajo una perspectiva conductista, ha señalado que sería ingenuo no darse cuenta de que los pretendidos deseos de los electores son fabricados por la propaganda, de manera que la voluntad del pueblo es producto y no la fuerza propulsora del proceso político. Bastaría entonces, tan solo con estas afirmaciones, para demostrar que los medios, siguiendo a Bourdieu, (1999, p. 102), “en tanto un espectáculo más de la arena pública, atentan irremediablemente contra el desarrollo pleno de la democracia, puesto que favorecen a la generalización del desencanto sobre la política”. Esto es evidente ya que, tal como lo menciona Martín-Barbero (1999), la fusión del discurso político con el mediático resulta posible gracias a la combinación de dos recursos, a saber 1) el privilegiar el medio sobre el mensaje (la forma sobre el fondo, al vaciar de la política su discurso y sustancias, convirtiéndola en puro espectáculo) evitando el debate ideológico y la deliberación, y 2) el convertir la política en espectáculo por medio de la hegemonía del mensaje; así la video-política sustituye a la vida política en el mismo proceso y en el mismo ritmo en el que el ciudadano va siendo reemplazado por el consumidor, lo que fagocita la sociedad civil convirtiéndola en instancia de legitimación de sus propias lógicas discursivas. Si bien no es reciente el uso de los medios de comunicación por parte de los actores políticos, sí lo es en cambio la forma en que lo hacen y el escenario en que se desarrolla, ya que desde el Renacimiento la comunicación de masas ha sido el principal instrumento que sirve a la voluntad de una clase social en ascenso para apropiarse del mundo sometiendo a todas las manifestaciones del entorno al control de la razón (Martin Serrano, 2004). Los medios de comunicación, no obstante las ideas precedentes indicadas, resultan imprescindibles en un proceso discursivo, ya que si bien por una parte son agentes que modelan e incluso manipulan la opinión pública, por otra parte también la transcriben; esto es que, amén de las innumerables consecuencias negativas que los medios pueden traer consigo —pues por una parte, a decir de Althusser (2008), además

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de aquellos aparatos represivos del Estado (como lo sería la policía o el ejército), los medios de comunicación resultan ser una suerte de aparatos ideológicos capaces de condicionar no solo las acciones de los individuos, sino además su forma de pensar, pues a través de ellos el Estado moldea ideas, pensamientos, modos de ser, etcétera; y por otra, a decir de Sartori (1997), la sociedad de la información anega a la sociedad en un mar de información trivial e insuficiente que conlleva al advenimiento de una serie de subciudadanos, a saber aquellos totalmente carentes de una información útil, además de desinteresados e ignorantes—, documentan continuamente el malestar social frente a la política, la economía y la cultura, pues no hay discursividad democrática sin recurrencia medial (Mires, 1997); esto sumado a la gran diferencia que constituye el hecho de que, según las estadísticas de los países desarrollados, “la televisión es el medio más seguido por el público [y la] mayoría no recibe más información política que la que le llega por la pequeña pantalla” (Muñoz Alonzo, 1999, p. 18). Por una parte, vistas así las cosas, la comunicación de lo político resulta una herramienta indispensable que moviliza la sociedad para ganar las batallas por la significación sobre lo que es y debería ser el buen orden —fenómeno conocido como massmediatización de la política (Álvarez, 1989; Ferry & Wolton, 1992; Schmucler & Mata, 1992), política de la imagen (Debray, 1995; Balandier, 1994) videopolítica (Landi, 1991; 1992), televización de la política (Rincón, 2002) o política informacional (Castells, 1997: 341-391), entre otras denominaciones—, como discurso político y política comunicativa que mezcla agentes y escenarios clásicos de la representación política con otros agentes, discursos y espacios otrora al margen del juego político, produciéndose así una interfaz entre el tradicional discurso político y los discursos y géneros provenientes del periodismo y el entretenimiento. (Rincón & Bonilla, 2004). Así, esta massmediatización —término que junto con el de globalización (Bauman, 1999) aparecen con mayor frecuencia entre quienes pretenden dar cuenta, por un lado, de la fase actual del “capitalismo tardío” (PRIGEPP-FLACSO, 2002), de la “sociedad de la información” o de la “sociedad post-industrial” (Fernández Hasan, 2007, p. 2)— de la política, en términos de Fernández Hasan, “aparece como fenómeno relacionado con la instantaneidad y simultaneidad en los contenidos de los mensajes, imponiéndose el predominio de la imagen, la fragmentariedad, el alto impacto y la deshistorización” (2007, p. 3); dejando, por un lado, el enfriamiento —es decir, su “desdramatización por desacralización de los principios, destotalización de las ideologías y reducción de la distancia entre programas políticos y experiencias cotidianas de la

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gente” (Fernández Hasan, 2007, p. 3)— de la política, y por el otro, la formalización —o sea el “predominio de la dimensión contractual sobre la capacidad de crear identidad colectiva, con el consiguiente debilitamiento del compromiso moral y los lazos afectivos, la diferenciación y fragmentación del espacio” (Fernández Hasan, 2007, p. 3)— de la esfera pública (Martín-Barbero, 1995). En síntesis, esta interpretación teórica de la massmediatización de la política resulta valiosa porque permite trazar las huellas históricas de producción, circulación y recepción desde donde nos habla e interpela el discurso político del gobierno —en tanto discurso producido aquella institución que ejerce la función predominante de la política—, mediante la cual pretende refundar un orden social y ganar las batallas por la significación, no sólo en el plano de la enunciación, sino en el de la escucha, aunque se trate, como lo sostiene Oliet (1994), de una construcción artificial de la esfera pública.

ANDAMIO INSTITUCIONAL: EL CANAL DEL CONGRESO DE LA UNIÓN Hay que convenir, como lo menciona López (2001, p. 72), en que “la única manera de que los ciudadanos puedan ejercer los derechos de información en el ámbito político [es fomentando] la existencia y desarrollo de medios de comunicación que cumplan adecuadamente la misión de difundir información política”. Sobre todo si, como lo mencionamos anteriormente, ese entorno común que se constituye a través de la incesante transmisión de opiniones e información por parte de los medios de comunicación en las sociedades contemporáneas, resulta ser el único foro posible en las democracias modernas: “el ágora de nuestros tiempos” (López Noriega, 2007, p. 50). Tal parece ser que así lo entendieron los legisladores del Congreso de la Unión cuando, mediante una reforma a su Ley Orgánica [LOCGEUM] publicada en el Diario Oficial de la Federación el viernes 3 de septiembre de 1999, trajeron a la luz de la novísima democracia mexicana un canal de televisión con el objeto sí de reseñar y difundir la actividad legislativa y parlamentaria de las Cámaras que lo integran para contribuir a informar, analizar y discutir pública y ampliamente la situación de los problemas de la realidad nacional vinculadas con dicha actividad, según se establece en el artículo 131 de la LOCGEUM vigente, pero también más allá de toda lógica jurídica positiva, siguiendo a Pedroza de la Llave, quizá lo más importante sea que está destinado “a ampliar el conocimiento y la reflexión sobre la problemática nacional, propiciar la

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participación civil, fortalecer la opinión pública [y en consecuencia de ello] elevar la conciencia ciudadana” (2000a, p. 323). Es evidente, no obstante la aparente simpleza del enunciado, que la LOCGEUM vigente ha sido resultado de un devenir político importante cuyos antecedentes relevantes se remontan incluso al siglo pasado (Paoli Bolio, 2000; Pedroza de la Llave, 2000b; Sánchez Escobar & Hernández Labastida, 2009; y Muro Ruiz, 2008), sin embargo las modificaciones introducidas a la nueva LOCGEUM de 1999, en términos de Paoli Bolio, “son de fondo y tienen una gran amplitud” (2000, p. 146), entre las que se encuentran, para el caso de la Cámara de Diputados: 1. La instalación de la Cámara de Diputados por medio de una mesa de decanos, a efecto de subrayar la experiencia en los procedimientos y acciones legislativas, y no las cuotas de partidos. 2. La instalación de una mesa directiva con siete diputados introduciendo en la nueva Ley el criterio de la experiencia y del sentido profesional con que deben operar los integrantes de la Mesa. 3. El replanteamiento de los grupos parlamentarios. 4. La creación de nuevas figuras: la Junta de Coordinación Política —cuyo antecedente inmediato fue la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política—, la Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajos Legislativos y la Secretaría General. Amén de dichas modificaciones estructurales y adecuaciones funcionales llevadas a cabo en la nueva LOCGEUM, fueron introducidos en la misma, en referencia a la anterior publicada en el Diario Oficial el viernes 25 de mayo de 1979, dos títulos adicionales —el título IV dedicado a la Comisión Permanente, y el V que se ocupa de la difusión y la información de las actividades del Congreso (Paoli Bolio, 2000, p. 156)—, en el que destaca, para efectos del presente documento, el título quinto, mediante el cual se establecieron “una serie de innovaciones para impulsar la difusión de la información del Congreso [insertando] al Congreso de la Unión en la era de la información, con el propósito de que la ciudadanía y la opinión pública en general tengan acceso a las tareas que desarrollan ambas cámaras” (Paoli Bolio, 2000, p. 156-157). Esta nueva figura jurídica del Canal del Congreso tiene que encontrar su sustento no sólo de forma legal o axiomática, sino también principios fundamentales —básicamente nos referimos a aquellas funciones del Canal del Congreso establecidas en el artículo 5 del Reglamento del Canal de Televisión del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos [RCTCGEUM] vigente— que se

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constituyan en principios rectores (Esteinou Madrid, 2010), entre los cuales podemos mencionar: A. Colocar en el espacio público los intereses de la Nación por encima de los intereses particulares o de grupo, en el marco de la pluralidad democrática y la tolerancia; B. Considerar a la información y al conocimiento de la realidad nacional como un bien y un derecho público a las cuales han de acceder y ejercer todos los mexicanos y mexicanas; C. Informar a la sociedad mexicana bajo los principios de objetividad, veracidad, imparcialidad, ética, pluralidad, equidad y oportunidad; D. Fomentar que la difusión, el análisis, la discusión y el debate de los problemas nacionales, para fortalecer la opinión pública, se realice con plena libertad y tolerancia; E. Contribuir al fortalecimiento educativo y cultural que requiere el avance del país y fomentar el desarrollo de la cultura cívica y política en la sociedad; con énfasis, en la población infantil y juvenil; F. Fomentar la paz, los valores humanos y sociales universales garantizados por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; G. Construir un vínculo entre el Congreso, los órganos que lo integran y la sociedad, que permita establecer una mutua, sólida y fluida relación de información entre ambos; H. Informar, analizar y discutir pública y ampliamente los diversos aspectos de la realidad nacional en los términos de la fracción c; I. Promover la libre expresión de las ideas y fomentar un permanente debate político ciudadano sobre los temas vinculados con la actividad legislativa; J. Coadyuvar a difundir el pensamiento, la cultura, las ciencias y las artes en sus diversas manifestaciones; y K. Contribuir a difundir la actividad legislativa y parlamentaria de los órganos legislativos de las entidades federativas. Puede parecer que las muchas intenciones plasmadas en los diversos ordenamientos jurídicos relativos al Canal del Congreso, llegarán a convertirse en un catálogo de buenas intenciones que no sean satisfechas jamás, sin embargo, a decir de la evidencia empírica con la que se cuenta, podríamos decir, en términos de Esteinou Madrid (2010), que el Canal ha avanzado en su proceso de consolidación institucional por su capacidad de transmisión y cobertura medial de los diversos tópicos que se abordan en el Congreso de la Unión, los tipos de sistemas en los que se transmite —pues el número de televidentes potenciales —audiencia— resulta un

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universo sustancial (Canal del Congreso, 2009)—, la calidad de su programación, la respuesta del auditorio —la cual ha demostrado que el Canal del Congreso se encuentra colocado en la opinión pública como una institución vinculante—, el contenido cualitativo de los mensajes, el tipo de auditorio y su evolución, así como el creciente apoyo, simpatía e identificación de la sociedad con este proyecto. Evidente resulta de igual forma —y en contraparte de lo antes mencionado— que no todo marcha estrictamente como previsto, sobre todo cuando se trata de prácticas novísimas que precisan de su afinamiento con el devenir del tiempo. Villanueva, (2004) precursor en el país de la investigación académica respecto de la agenda de intereses relativa al derecho de acceso a la información pública, ha señalado recientemente que dicho medio de difusión se ha convertido en la manzana de la discordia partidista, además de que, como pocas, la Comisión Bicamaral del Canal del Congreso ha dejado tan pocos resultados desde su creación. Ante dichas eventualidades, resultan atendibles las ideas propuestas por el entonces diputado Luis Medina, otrora integrante de dicha comisión, las cuales fueron propuestas en su momento en forma de iniciativa de reforma, y que se resumen de la siguiente forma: 1. El establecimiento de la figura del defensor del televidente como interlocutor entre el canal de televisión del Canal del Congreso y la audiencia el cual tendría como funciones principales: a) atender las quejas y sugerencias de los usuarios del canal sobre los contenidos de la programación, velando por la aplicación de las normas vigentes, así como los principios de objetividad, veracidad, imparcialidad, ética, pluralidad, equidad y oportunidad; b) promover el conocimiento de los derechos que asisten a los ciudadanos como usuarios del canal de televisión; c) velar por el cumplimiento de las normas básicas de programación aprobadas por la Comisión Bicamaral y; d) velar por el correcto funcionamiento del Canal de Televisión del Congreso, en estricto apego al reglamento y al Estatuto del Defensor del Televidente (Villanueva, 2004). 2. La democratización del nombramiento del director del Canal del Congreso en la medida en que se propone que el proceso del nombramiento pase por un comité integrado por expertos y legisladores, el cual, a partir de una convocatoria pública emitida por la Comisión Bicamaral, seleccionaría a los cinco mejores candidatos con base en su currículum debidamente comprobado [los cuales] serían sometidos a un examen de oposición sobre la materia y el aspirante que obtenga la mayor calificación sería designado como director del canal (Villanueva, 2004).

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3. El establecimiento el servicio profesional de carrera en el Canal del Congreso. La primera de ellas, según lo expresa Villanueva, (2004) se trata de una propuesta que se compadece con las mejores expresiones de los medios públicos en la experiencia comparada, en virtud de que sometería a una estricta vigilancia el mandato reglamentario y legal del Canal del Congreso con lo efectivamente realizado por el medio, además de generar ese espacio autónomo entre el canal y la audiencia que por ahora no hay en México; la segunda, en los mismos términos, acotaría el margen de discrecionalidad y el ejercicio de criterios políticos de los legisladores y priorizaría el conocimiento objetivable como parámetro rector para el nombramiento del titular de ese medio —con un impacto insoslayable en los medios por ahora gubernamentales que existen en el país (Villanueva, 2004)—; y la tercera de ellas coadyuvaría a reducir al mínimo la posibilidad de recomendaciones y acomodos políticos en perjuicio del conocimiento del canal, además de que se otorgaría la seguridad laboral de la que ahora carecen quienes desempeñan sus labores en ese medio, a la vez que propondría un activo mecanismo para asegurar la operación de la Comisión Bicamaral. Desde luego que si el proceso de la elaboración de políticas públicas sobre los medios de comunicación no se encuentra abierto al escrutinio público, “son propensas a representar los intereses de los grupos políticos y económicos en el poder” (Luna Pla, 2003, p 37); sin embargo dichas externalidades negativas señaladas por Villanueva (2004), no podrían llevarnos todavía al grado de considerar que esta recién instaurada práctica democrática informativa genere una crisis de credibilidad de dicho medio de comunicación, pues precisamente el Canal del Congreso resulta, como ya lo hemos adelantado líneas arriba, un interlocutor real entre Estado y sociedad constituyente de un espacio público abierto y plural, habilitando una agenda útil lejos de la caza furtiva del televidente. En suma, se deduce que existe una clara tendencia —y de aquí la importancia primordial que le otorgamos al Canal del Congreso para el desarrollo democrático del país— que demuestra que mediante el Canal se está abriendo una nueva franja de participación social en el campo de la esfera pública, especialmente en el ámbito de la cultura política, que está contribuyendo a ciudadanizar la comunicación en México [puesto que] los hechos demuestran que el Canal del Congreso está contribuyendo a formar ciudadanos y no sólo espectadores o consumidores de información (Esteinou Madrid, 2010).

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APUNTES FINALES: LOS RETOS DE LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA DE UNA NUEVA DISCURSIVA POLÍTICA MEDIÁTICA

Es verdad que en la actualidad se le ha dado la una importancia mayúscula al poder ejercido por la massmediatización, como si fuere un absoluto, “sin tomar en cuenta que el lado humano es tan importante y es lo que cuenta y que […] desde los individuos se pueden evidenciar otras maneras de percibir los consumos mediáticos” (Márquez Martínez, 2007, p. 6). En este sentido, si llegamos a convenir que el mayor límite que se interpone en el desarrollo democrático de un país tal vez lo constituya la cultura política, y aún más, la cultura política participativa —pues, siguiendo a Luna Pla, hoy más que antes “las democracias actuales requieren de una cultura cívica sólida que participe y se interese por los asuntos públicos” (2003, p. 38)—, y que ésta a su vez se encuentra en cierta medida condicionada por los espacios mediáticos creados desde el poder público —sobre todo si convenimos en que cada vez más los medios están ocupando funciones que le corresponden a las instituciones, con lo cual usurpan temas y tareas que no les competen (Muñoz Alonzo, 1996, p. 32 & Rospir, 1999, p. 32) quedando supeditadas la difusión de la cultura, la defensa de la democracia y la libertad, la formación ética de los ciudadanos y la neutralidad de las informaciones, a la lógica del beneficio (Álvarez Puga, 1996)—, llegaremos a admitir sin lugar a dudas que la importancia mayor del Canal del Congreso para el desarrollo democrático del país reside en su capacidad catalizadora de una actitud receptiva-participativa de los ciudadanos, aún más si advertimos la imperiosa necesidad existente de re-generar el andamiaje institucional de aquella vieja discursiva mediática que tan solo se desempeñaba como operadora de paradigmas minimizadores de una cultura social que no requería de intelectualidad para circular —en cierta medida esta concuerda con lo manifestado por García Canclini en el sentido de que “la ciudadanía ya no se constituye sólo en relación con movimientos sociales locales, sino también en procesos comunicacionales masivos” (1997, p. 90). Así, resulta evidente la necesidad de edificar una nueva visión de la democracia participativa, lo que conlleva en consecuencia la elaboración de un nuevo discurso que sea capaz de “establecer nuevas pautas que no excluyan o sean autoritarias sino al contrario que construyan formas de inclusión, de integración, donde se asuman nuevos retos a favor de la sociedad como una unidad capaz de desempeñar conjuntamente visiones de interrelaciones continuas y sobre todo compartidas” (Márquez Martínez, 2007, p. 8); en suma, de un nuevo espacio común del cual

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participemos en verdad todos y cada uno de los ciudadanos que convivimos en esta aldea, que valdrá la pena construir si se quiere desterrar el eterno mito de “atraso histórico” frente a las democracias dominantes aun y cuando existan todavía voces que pongan en duda las potencialidades democratizadoras de la aplicación de las nuevas tecnologías, como lo sostienen Owen & Davis (1998). Por último, siguiendo a Martín-Barbero (1978), cabría resaltar una consideración relacionada con la función última de la televisión como producción social de comunicación: La televisión como producción social de comunicación, es una dinámica circular y compleja cuya reflexión e interpretación no puede agotarse en el aprendizaje de técnicas ni en el análisis de mensajes y menos en los supuestos efectos causados en el receptor. Se hace necesario invertir el proceso y contextualizarlo en los ámbitos culturales de nuestro país, instalándonos en el lugar natural de su consumo que es la cotidianeidad familiar y desarrollar desde allí, desde los que ven, sufren y gozan la TV, una reflexión pedagógica, teórica, técnica, histórica, narrativa, política y cultural de lo que significa la televisión, lo televisivo y el televidente en nuestro país y desde allí construir la posibilidad de crear, innovar y transformar una televisión nacional. (p. 1).

Sin embargo, a menudo se prescinde de reparar en este tipo de consideraciones siempre que se pretende “unificar criterios” y concebir como única e indivisible la función de los medios de comunicación en tanto simples informadores y su relación para con el gran público al que tratan de llegar, lo que trae consigo que aquellos esfuerzos informativos vinculados a su labor porten más confusiones que los que de ordinario conlleva dicha actividad, haciendo que ésta desaparezca y sea extinguida toda pasión por el comunicar pleno.

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Educación en los tiempos de información. Un ejercicio de comprensión de los paradigmas éticos del proceso de comunicación en la actualidad postmoderna Jolanta Klyszcz Gasz* UNIVERSIDAD DEL CLAUSTRO DE SOR JUANA ○

Resumen: El objetivo del texto es explorar las condiciones contemporáneas de una educación significativa. Hoy, los jóvenes están formados como resultado de la comunicación directa y virtual, en cuyo efecto su costumbre moral es distinta comparada con la generación anterior, informada por los medios masivos. Se reporta una investigación de los alumnos sobre Anonymous; en sus conclusiones, la incongruencia entre los juicios morales pone en manifiesto el surgimiento de los divergentes paradigmas éticos. Palabras clave: cambio social, ética, investigación, objetivos educativos, realidad virtual Abstract: This paper's goal is to explore the contemporary's conditions of a significant education. Today, the young people are formed as a result of virtual and direct communication, and as an efect of it, their moral habit is different compared to the previous generation, informed by mass media. Here, a research by students is reported, deling with Anonymous; reported an investigation by students of

* Doctora en artes por la Academia de Bellas Artes de Varsovia. Es profesora de tiempo completo en la Universidad del Claustro de Sor Juana y catedrática de la Universidad Iberoamericana. Correo electrónico: jolanta.klyszcz.g@gmail.com

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Anonymous; in its conclusions, the inconsistency between the moral judgments manifests the emergence of divergent ethical paradigms. Key words: educational objectives, ethics, research, social change, virtual reality

PRINCIPIOS: DOS NOTAS SOBRE LA ÉTICA. PLANTEAMIENTO DEL CONFLICTO

El 3 de marzo de 2011, los doctores invitados Johannes Britz (Johannes Britz es profesor y rector de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee. Es dos veces doctor por la Universidad de Pretoria y profesor extraordinario en la escuela de Tecnologías de la Información de la misma institución. Es coeditor de The International Review of Information Ethics (IRIE), y el autor de más de noventa publicaciones académicas. Ha sido consultor y colaborador para la Unión Europea, la UNESCO y varios gobiernos africanos) y Rafael Capurro (doctor en filosofía por la Universidad de Dusseldorf y profesor emérito de ciencia de la información y ética de la información en la Universidad de los Medios de Stuttgart. Sus líneas de investigación incluyen la bioética, la gestión de la información y del conocimiento, la filosofía de los medios y la hermenéutica) ofrecieron en la Universidad del Claustro de Sor Juana la conferencia titulada Encuentros con la ética de la información. En dicha conferencia se encontraron alumnos del octavo semestre de la licenciatura en comunicación audiovisual, quienes complementaron un ejercicio de investigación sobre Anonymous, un grupo en la internet, que aunque nunca organizado, desde finales del año 2010, y especialmente desde inicios de 2011, surgió como una fuerza importante en la política internacional. Los alumnos fueron invitados a explorar diferentes aspectos que se pudieran delimitar, observando la historia y la trascendencia de las acciones tomadas por Anonymous. No se planteó un problema que unificase las indagaciones individuales. Pues el objetivo del ejercicio fue buscar lo desconocido, por lo mismo tampoco se exigió el formato de una investigación que abrazase los paradigmas modernos de construcción del conocimiento, considerando que éstos, en luz de su universalidad, siempre llevan a afirmar sus propios preceptos. En víspera de la conferencia, a los alumnos, sólo les faltaba definir las conclusiones.

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Nota 1 El Dr. Britz concluía su presentación acerca del impacto de Wikileaks afirmando que el balance entre lo mantenido en secreto y lo revelado frente a la opinión pública era la tarea de quienes administran las noticias. Por su parte, el Dr. Capurro tomó la palabra preguntando ¿qué es el secreto? y ¿cuál es su rol? Explicó que el secreto sirve para salvaguardar la vida misma, porque la información que revela las condiciones de uno puede ser usada en su contra, entonces vulnera cada organismo o institución; lo expone frente de sus agresores, que siempre están compitiendo por el mismo nicho. Desde esta perspectiva se concluyó que la tarea de los medios informativos se delimita a dar con libertad la información que el receptor, un ciudadano, puede usar; por lo tanto, se piensa excluida la información que expone la vida privada de las personas, secretos de Estado o asuntos de las empresas. El paradigma ético de esta afirmación aparece en el concepto de la dignidad. Ésta se construye desde un secreto guardado tan íntimamente, que quizá queda oculto hasta para uno mismo, olvidado en su inconsciente. De este modo, el secreto yace en la base de la constitución como individuo, funda su autonomía y ésta, a la vez, lo compromete como responsable, asimismo moral. Leemos a Kant (2003): “La autonomía es, pues, el fundamento de la dignidad de la naturaleza humana y de toda naturaleza racional”, (p. 53). Encontramos en aquel texto las fórmulas que definieron la ética como ciencia moderna, sin embargo, también traen al día de hoy los presupuestos antiguos de orden religioso. Éstos velan el secreto que yace en fondo de las ideas que precisan el propósito de la vida y de todo el universo: La moralidad es la condición bajo la cual un ser racional puede ser fin en sí mismo; porque solo por ella es posible ser miembro legislador en el reino de los fines. Así, pues la moralidad y la humanidad, en cuanto ésta es capaz de moralidad, es lo único que posee dignidad (Kant, 2003, p. 54).

Igual, si nos asomamos a las confesiones de Jung (2004), aquí de distinta perspectiva, ya no teórica, sino de la experiencia personal razonada, encontramos un potente rol del secreto constitutivo para la autonomía de un ser. Ofrece una transformación, un acto o rito de transición hacia la individuación de una persona: En su extremo tallé un pequeño hombrecillo […] Lo coloqué, además, un guijarro del Rin liso […] Ésta era su piedra. Todo ello era para mí un

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gran secreto del cual, sin embargo, no comprendía nada. Llevé en secreto el estuche con el hombrecillo al vedado ático (vedado porque las tablas del piso estaban carcomidas y podridas y por ello resultaban peligrosas) y la escondí en una viga del techo. Con ello experimenté una gran satisfacción, pues nadie lo vería. Sabía que allí nadie podría encontrarlo. Nadie podría descubrir mi secreto ni destruirlo. Me sentí seguro y desapareció la penosa impresión de estar en desacuerdo conmigo mismo (Jung, 2004, p. 36).

En el reciente análisis de David Tacey (2010), que incluye el mismo recuerdo de Jung, leemos sobre el secreto. No obstante, aquí se observa el cambio que sufre su rol en la sociedad moderna: Vivir con una idea de sí mismo secreto es sinónimo de aislamiento. En las sociedades tribales, los ancianos y la tradición revelaban a cada quien el secreto de su identidad; en la moderna, el secreto ya no nos lleva al ritual público, sino que nos excluye del orden secular: Jung estaba convencido de que era importante que la gente tuviera sus secretos y no cediera a la presión de la conformidad. Pensaba que muchísimas personas pierden su sí mismo secreto porque “no pueden soportar el aislamiento” implícito en él (Tacey, 2010, p. 11).

(Vale recordar una constatación del mismo autor sobre la lectura de Jung en los tiempos postmodernos: En nuestros tiempos hay más simpatía por él, porque vivimos en una época posmoderna en la que se han cuestionado, puesto en tela de juicio o revertido muchos de los supuestos de la ciencia y la modernidad. Nuestra época está hambrienta de significado y Jung habla directamente a esta sed posracionalista o postilustrada [Tacey, 2010, p. 44]).

Encontramos, entonces, que la secularización de la vida social produce que el secreto que individualiza, ya no tiene un lugar en la vida social. Se delimita la expresión del individuo como tal, a favor de su representación social. Se reconoce dentro de la sociedad a través de sus roles y, por ende, en la sociedad de la red virtual, por medio de su ajuste como un nudo de la transmisión de información en el contexto de la misma red. Este hecho afecta la costumbre moral que actualmente ya no percibimos como un logro de la madurez individual, sino como una consumada dependencia de las condiciones sociales. El compromiso social del individuo se entreteje como una negociación constante con los demás, cual como resultado pro-

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duce vínculos. Estos se vuelven el foco de las determinaciones de la costumbre del individuo. Amasarlos, mantenerlos o discriminar dichos vínculos no depende del individuo interesado, sino de la red vinculante y la transmisión de la información en ella. Por lo tanto, tampoco se puede decir que depende de otros individuos, porque la individualidad no se expresa en una red social, en razón de que el objetivo de la red es de formar lazos, y no el desarrollo de una persona. Esto ocasiona que el proceso de relación se observe en sus formas, sólo en referencia con los conceptos de la política, que aquí condiciona el comportamiento. A la vez, no podemos apreciar la ética como la forma de reflexión sobre el mismo comportamiento, pues sus términos definen la postura del individuo en la sociedad, sin embargo, siempre partiendo de él mismo: de sus pulsiones de la vida a fin de mantenerla y reproducirla. Hoy el individuo tiene que mantener a diario su balance entre los distintos intereses de las relaciones que lo vinculan en la sociedad red, prescindiéndose de las proyecciones hacia futuros fines o pasado origen. Recogiendo lo anterior, esclarecemos la noción del secreto, visto como constituyente del individuo, cuando, la mesura entendemos como fórmula política de su supervivencia. Entonces la ética, igual como la subyacente psicología corrompe la libertad del ser humano. En tanto, los vínculos establecidos por la información transmitida o guardada, no dejan más que una tensión de la constante negociación, que mantiene la integridad de la persona fuera del foco de atención. Se convierte en una entidad permeable, transmisora de información, integrada a la forma abierta de la red. Para concluir, podemos sumar una respuesta a la pregunta formada en el preámbulo. Apreciando el secreto que constituye la autonomía del individuo, de una persona o una institución, y, a la vez, entendiendo los lazos sociales en las redes que desatienden la individualidad a favor de la función vinculante, reconocemos el retiro de la comprensión ética de la persona o institución, mientras prevalece la razón política de las relaciones. Si recobramos la información explorando las redes sociales, podemos observar el mencionado privilegio a favor de la funcionalidad de la red, que desestima lo individual, hasta promueve el anonimato. Nota 2 La investigación de los alumnos del octavo semestre de la licenciatura en comunicación audiovisual partió de la lectura de un texto dictado a finales de enero por Ulises Kentros, quien inició así:

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El 15 de enero de 2011, Ben Alí, presidente de Túnez durante más de 23 años, escapó de su país perseguido por una ola de protestas en contra de su régimen, que consumieron el país. En todo el mundo los manifestantes fueron apoyados por un grupo de personajes sin nombre, difundiendo su causa y lucha por la internet, y presionando al gobierno tunecino por medio de hackear sus sitios. Este grupo es llamado Anonymous (Kentros, 2011, p.1).

Después, introdujo a la historia del grupo de nuestro interés, relatando sobre Habbo Hotel, juego en línea que cuenta con muchos usuarios jóvenes, y que fue victimado el 12 de junio de 2006 por el primer “gran raid” de Anonymous. La intervención inutilizó el sitio por varias horas, y con ello consolidó la manera propia de operar del grupo. Partiendo del juego y de la travesura, los integrantes de Anonymous, al igual que otros jóvenes, están adquiriendo las habilidades de supervivencia, a la par, en el mundo tangible y el virtual. Habbo Hotel es uno de los innumerables juegos que constituyen un mundo virtual donde “robar”, “matar”, cometer todo tipo de “fraudes”, se integran como la manera de operar para la supervivencia de los avatares. Es fácil encontrar que la gran mayoría de los juegos, permiten o hasta requieren semejante conducta punible en el mundo no virtual. Mientras, para sus maestros, los mayores, cuya comprensión se formó en el mundo tangible, informado por los medios de la comunicación masiva, el “yo” es único y habita en un solo mundo. Es el universo que unifica lo dispar y lo divergente. Durante el uso de la internet, dentro de su imaginario, uno conserva la integridad personal. Aunque emplea distintos avatares de su participación en línea, igual, en el mundo tangible completa diferentes roles, siempre se compromete consigo mismo. Es aquel sí mismo que ha resultado de la corrupción por un secreto velado, y que da el origen a la conducta responsable y moral. Para conservar la integridad personal, los divergentes avatares y roles que jugamos tienen que ser comprendidos como útiles, nada más que herramientas para lograr objetivos, y no como los fines en sí. De este modo se manifiesta que no reconocemos el estatus moral de las vinculantes estructuras sociales, aunque dan forma a nuestras relaciones interpersonales e intrapersonales; entonces: a pesar de que construyen nuestras costumbres de estar en la sociedad —también de tratar a nosotros mismos— sea o no, en el mundo virtual. Para usar los vínculos interpersonales en dicho modo, primero necesitamos comprenderlos: significa que usamos la razón de la

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deducción que los refriere sólo a nuestra personal causa. De este modo, la comprensión resulta en toma de poder. Mientras la ética kantiana también dice que siempre el ser humano debe ser el fin de toda acción, por lo tanto, cada vínculo con el otro es necesariamente moral. Marc D. Hauser (2008) comenta al respecto la validez universal de esta ley, la que resulta cuando sigamos el método racional: El imperativo kantiano muestra que, en un universo racional, la única vía para llegar a un conjunto imparcial y universal de principios es garantizar que éstos se apliquen a todo el mundo, sin excepciones. El imperativo categórico, por consiguiente, cierra teóricamente la puerta a posibles mundos en que robar, mentir y matar formen parte de la ley universal (Hauser, 2008, p. 39).

El ser moral kantiano —o los que de el surgen o se educaron según el mismo paradigma— no se adapta a la complejidad de la comunicación y variedad de los lazos en la cotidianidad actual. La razón aceptada como regla universal incapacita a uno para asumir la pluralidad. Y como lo revisamos, la comprensión de diferentes clases de vínculos según el mismo paradigma universal cual asegura la coherencia individual, lleva a simplificar los vínculos sociales y manejarlos como herramientas. Lo que expone al ser kantiano que vive en el contexto de hoy, quien enfrenta prácticas de una compleja comunicación, como contradictorio y en conflicto, en luz de sus propios conceptos éticos. Nota 2: Coda Por la misma causa, llegó tarde el reconocimiento de la pluralidad interna de la persona humana. Llegó a través de unas ciencias que apenas son integradas: la del psicoanálisis freudiano, y la de la psicología profunda de Jung, la cual todavía queda bajo sospecha de converger en una fe. Además, ambas, más bien, ofrecen el análisis aplicado en lugar de privilegiar resoluciones teóricas, pues éstas, observando los métodos de búsqueda según preceptos metafísicos, fácilmente someterían la incongruencia de la complejidad de la práctica de vida a una ley universal. O, al contrario, llevarían la teoría a su colapso. Por lo mismo, ninguno de los jugadores de Habbo Hotel se pueden nombrar a sí mismos “ladrón”, “asesino” o “pervertido”, aunque cometa actos parecidos en el mundo virtual. Aquí, los dos mundos de nuestra experiencia se separan. Sin embargo, Anonymous, una asociación sin órganos en la internet, infiere en el mundo tangible, forjando los lazos entre distintos mundos virtuales y tangibles. Compartiendo la información, une pueblos, une

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ideas, une acciones. Respalda a Wikileaks, pero al mismo tiempo promueve la libertad de información al reservar el anonimato de las personas. Aquí se pronuncia una obvia contradicción, que nos recuerda problemas éticos y legales de los protagonistas del discurso de la cultura, que expone Foucault, al cuestionar ¿qué es un autor? (1998). De la misma manera, Foucault, diagnosticando el postmodernismo, defiende el derecho “de no tener rostro” (Morey, 1986, p. 11); o Marc Augé (2005) describe lo que experimentamos con gusto: las vacaciones, los viajes y visitas turísticas, cuando descansamos de la antes mencionada constante negociación que nos asegura una posición en nuestra sociedad. Dice que tales escapadas se resumen como nolugares, sitios, no sólo desconocidos, sino utópicos, donde gracias al anonimato creemos no tener ninguna obligación moral. Manteniéndonos en movimiento no conservamos ninguna raíz que nos ate a la tradición, la costumbre, la moral. De este modo creamos una posibilidad de libertad. La cuestión que promovió las dos notas sobre el estado de la ética en la condición de la comunicación actual, y en referencia a las presentaciones del Dr. Britz y del Dr. Capurro, nos enfocó en la información que podemos recobrar observando las formas de administración de las redes sociales, o de otro modo, la sociedad red. De igual manera nos llevó ahora a la segunda contestación: enfrentando la incoherencia de la integridad ética de un individuo que esta sometido en las condiciones contemporáneas de la comunicación social, argumentamos que el anonimato es bienvenido porque el individuo no desea negociar continuamente su posición. El escape de dicha situación lo priva de su identidad y al mismo tiempo de la obligación moral, como vacaciones, o sitios Web como 4chan, que alberga a Anonymous. Así logra su libertad como una posibilidad de lo distinto a la vida cotidiana, comprendida como sedentaria. Por otra parte, su estatus de excepción de lo moral en una conducta sin costumbre ni tradición no puede ser asumido en términos de la ética de la persona responsable. El mismo estado de excepción moral, lo encontramos en los mundos virtuales, pero no sólo en los juegos que favorecen las conductas "ilícitas"; porque de modo semejante a un juego, el mundo real abarca, por igual, lo tangible y lo virtual. El concepto de lo real lo reservamos aquí para dar el nombre a la experiencia de los usuarios, pues para ellos tanto en el mundo tangible como en el virtual, se consolidan las experiencias significantes.

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EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO Exploraremos entonces la posibilidad de comprender los paradigmas del proceso de comunicación que incluye el de la enseñanza-aprendizaje, y que se construye en las condiciones de sostenido movimiento entre los mundos y en constante cambio de avatar utilizado. Su discurso lo vamos a ver no tanto en sus formas, sino en sus preconceptos y creencias que manifiesta y, ante todo, las que inducen en el estatus ético de uno. En este sentido, el aprendizaje significativo es definido por un solo objetivo, lograr un cambio moral en quien aprende. El maestro apenas ordena la información en la luz de que la esperada reforma moral se basa en el desarrollo de la responsabilidad en el joven, la cual condiciona su autonomía en la madurez. Quizás sólo durante los quinientos años de la modernidad se esperaba que el maestro proveyera la información, apoyando su capitalización: mientras siempre, en primer orden, el maestro responde a los alumnos, asimismo por su aprendizaje. Por un tiempo es el cómplice en sus caminos. La historia del proceso de enseñanzaaprendizaje es la de los aprendices, y no de los programas de las materias. Por lo mismo apreciamos que el método propio para el estudio es la investigación, la cual permite que los alumnos aprendan según sus necesidades y capacidades; que hoy en día transitan entre los mundos tangibles y virtuales, entre lo moral y lo fuera de la costumbre. Como dice Sócrates, y cuenta Platón en República: Porque el hombre libre no debe aprender ninguna disciplina a manera del esclavo; pues los trabajos corporales que se practican bajo coerción no producen daño al cuerpo en tanto que en el alma no permanece nada que se aprende coercitivamente. -Es verdad. -Entonces, excelente amigo, no obligues por la fuerza a los niños en su aprendizaje, sino edúcalos jugando, para que también seas más capaz de divisar aquello para lo cual cada uno es naturalmente apto (Platón, 2008, p. 370).

(También recordamos que el Liceo fundado por el alumno de Platón, Aristóteles, fue llamado “peripatético”, que deviene de “pasear”, porque los jóvenes se instruían estando en continuo movimiento, que como un juego, es liberador). La cita y las concepciones de Sócrates o Platón no son consistentes con los de Kant, los cuales reconocemos como referente básico en términos de la ética moderna (cuya caminata: “tenía que efectuarse bajo estricta vigilancia; no se trataba de vagar

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por los cerros de Übeda…Cuando caminaba, Kant regulaba con cuidado su respiración, su paso y su transpiración” [Botul, 2004, p. 78]). Más bien, los recordamos para evidenciar el contraste entre los modernos y los antiguos; mientras los segundos, los encontramos semejantes a las ideas recientes, formadas en las condiciones de la abundancia, incongruencia, variedad y ignorancia, y ante todo, la privatización de la costumbre moral. Hoy, los jóvenes enfrentan la inmensidad de la información que los rodea en el mundo tangible, y la otra inmensidad, en el mundo virtual. Como navegar en realidades atiborradas de los sucesos e informes sobre ellos, se resuelve en la elección o construcción del método. De hecho, no importa el tema que uno logra delimitar, sino el procedimiento tejido acerca del método que lleve a construir el conocimiento. Si la investigación es sistemática, rigurosa y pública nos conducirá indudablemente a reencontrar los preconceptos metafísicos. Aunque parece una decepción al no encontrar algo novedoso, tenemos que recordar que es la transformación moral que se promueve en el aprendizaje. La forma redundante del método lo asegura, llevando siempre a las conclusiones, sin importar si el relato pertenece a las artes o es un tratado científico. Ofrece una lección que comprime lo dicho en unidades simples y por lo tanto comprensibles; de ellos concluye una constante que resulta en una regla ética, que es universal. Por lo tanto afecta a todos, también sus recipientes que la asimilan en resultado de su comprensión. Concluyendo: en el procedimiento de la investigación basada sobre los preconceptos modernos, la comprensión se consolida en cumplir el rigor de la redundancia del método científico, en cuyo efecto la búsqueda siempre desemboca en la afirmación de la metafísica misma y sus preconceptos centrados en la fe en un “reino de los fines”. Éste afirma el compromiso ético. La sumisión a esta tradición no responde a las condiciones contemporáneas, ni al tema de nuestra indagación realizada con los alumnos. Sin embargo, por estas vías, la comprensión establece el estatus ético de lo razonado. El compromiso, que también nombramos como la corrupción, a pesar de que esta palabra carga con la sombra del desprecio, es uno de los objetivos del aprendizaje significativo. A la vez, se manifiesta que la pluralidad de vínculos no puede ser consolidada como el objeto de comprensión, ni de la ética. Porque no podemos comprender la variedad de realidades que dictan las distintas reglas de juego. Por esta causa no tienen un referente universal, por lo tanto, ético, dado que en la realidad compleja uno no se consolida como un individuo, sino como variadas funciones en un sistema abierto.

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Además, nuestro tema es Anonymous, que forma una estructura de relaciones abierta y anónima. En su inicio, entrelazados en un juego en los sitios de la internet con pobre moderación y escasas reglas de uso, pero desde el año 2008 están comprometidos con una causa del hacktivismo, que entre sus postulados se encuentra la libertad de información. Por una información que se volvió un meme, sufrieron un cambio importante en su costumbre. Ahora las tácticas de juego sirven a un fin avalado por la doctrina ilustrada. Aunque parece un logro de maduración que tomasen el compromiso ético en vez de jugar a los ladrones, fue un regreso a una postura tradicional; cual, sin embargo, los abrigó con el respaldo popular y así, el día de hoy, algunos jugadores de Habbo Hotel propagan los movimientos contra los regímenes autoritarios, que por su forma y para conservarla, censuran la información. Aquí, de nuevo, encontramos una inconsistencia, porque la libertad es un concepto con una larga tradición, por lo mismo la lucha por ella no es un ejercicio liberador. No puede promover un pensamiento novedoso, que ofrece otras posibilidades de los que nos ataron y atan a una razón arraigada y corrompida. A nivel de la reflexión sobre las vías alternativas de comunicación, la transmutación moral de Anonymous es una regresión. Su manera de operar que exploraba las novedosas formas de relaciones sociales, antes de 2008 ofreció una posibilidad, una alternativa en el desempeño del ser. (En la fase formativa del grupo, el individuo no se establecía, sino como partícipe de un juego de adivinación y apuestas sobre el número asignado para su intervención, su post). Después, el grupo abandonando sus objetivos de intervención en los países democráticos, se enfocó en los problemas de los pueblos oprimidos por autócratas. En estas condiciones, sus acciones adquirieron un tono moralista y una importancia política apreciable: la causa moral le dio identidad y poder social. La coincidencia entre la ética y el poder se distinguió como un subtema importante de la investigación amasada por los alumnos de Comunicación Audiovisual. También porque presenciamos los reclamos políticos en la mayor parte del norte de África, donde las ideas ilustradas no se completaron todavía. Anonymous ganó una razón moral, perdiendo a la vez la posibilidad de apostar a un nuevo desarrollo de ser que deviene de la experimentación de las relaciones novedosas posibles en la red, construidas en un juego. Recordamos: “no obligues por la fuerza a los niños en su aprendizaje, sino edúcalos jugando” (Platón, 2008, p. 371) para indicar que el juego, igual, una investigación exploratoria no comprometida con el método de la construcción de conocimiento moderno, forma el aprendizaje significante. Éste que desarrolla la madurez del adepto.

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A fin de cerrar la reflexión anterior, reconocemos que el aprendizaje significativo no solo se cumple en las concepciones modernas de la razón, sino en la incorporación del joven con madurez a la vida social. En vez de los discursos de la razón se usan otros medios: el miedo frente al peligro y necesaria valentía, las habilidades de supervivencia en las condiciones adversas, fe en el destino y sus amos. Hoy se privilegia la comprensión del individuo por medio de la razón, sin embargo el efecto moral de la comprensión es comparable con los métodos anteriores, a pesar de todas las diferencias. Pues, en la experiencia personal, la comprensión no es más que un sentir de dominio y plenitud, del equilibrio recuperado, de una simetría entre lo sabido y lo experimentado. En términos de Jung, (2004), es el encuentro con los arquetipos que nos permiten representar el universo como ofrenda a los seres sagrados, cuyo símbolo es el mandala. Mientras lo mismo resulta en la indagación con los métodos de la razón, la comprensión sucede cuando se puede resumir lo encontrado en simples figuras geométricas. Gaston Bachelard dice en las primeras palabras de su libro: “Tornar geométrica la representación, vale decir dibujar los fenómenos y ordenar en serie los acontecimientos decisivos de una experiencia, he ahí la primera tarea en la que se funda el espíritu científico” (Bachelard, 2004, p. 7). Y continúa: […] desde que accede a una ley geométrica, se realiza una asombrosa inversión espiritual, suave y viva como una concepción: la curiosidad da lugar a la esperanza de crear. Puesto que la primera representación geométrica de los fenómenos significa esencialmente poner en orden, esta primera ordenación nos abre las perspectivas de una abstracción alerta y conquistadora, que nos lleva a organizar racionalmente la fenomenología como una teoría del orden puro (Bachelard, 2004, p. 8).

HABLAMOS LENGUAS Habitar en el mundo virtual de cualquier manera —juegos, activismo político, demás— provee una experiencia de igual importancia que las experiencias en el mundo tangible. En él no opera el método de la indagación con paradigmas científicos: la metafísica estipula que existe un mundo sensible y otro de las ideas, inteligible, según Kant (2003); y ambos coinciden en nuestro conocimiento. Siguiendo la misma tradición, los semiólogos reconocen el significado y el significante, los dos elementos que forman un signo, y de los que el

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significante es el elemento ideal y activo. A la vez, se reconoce la posibilidad de que los significantes se desprendan de sus significados: de ahí vienen los significantes flotantes. Éstos no mantienen un vínculo con su origen —el autor— quedan anónimos y llenan el mundo virtual. El anonimato servía y sirve para poder actuar contra la costumbre o hasta contra la ley y estar impune, incluso frente a la ley divina. Pero cuando el mundo pierde su razón moral, su ancla en la realidad se merma: el rey juega el rol del mendigo y viceversa. Juegan como los niños, aprendiendo de sus vagancias y errores. Fijar un método eficiente para alcanzar el “reino de los fines” en una ruta corta e inteligible pero no concuerda con: “edúcalos jugando”, recordando otra vez a Sócrates y Platón. En su tradición de pensamiento, dike y areté no se asumen como las abstracciones universales; más bien, refieren a la costumbre y la habilidad en la práctica cotidiana; no son vías de trascendencia humana o de superación de la muerte, como en la tradición moderna; sino maneras eficientes de llevar la vida común y diaria. Esta misma postura se revela en la obra de Pekka Himanen, (2002), La ética de hacker y el espíritu de la era de la información, desde las similitudes entre las formas alternativas que tiene un hacker de aprender y trabajar, porque ambos se confunden en un apasionado juego. En esta postura, se toma como el bien único a la vida cotidiana, y no se tiene ningún afán por el triunfo de la verdad o la belleza, o de cualquier fin absoluto. Sin la fe en el rol salvador de las virtudes que encarnan los ideales (la fe que afectó la modernidad usaba la razón para probarlos) hoy se juzga a la misma razón como una herramienta comprometida con estos prejuicios. Por esta causa hoy nos estamos desprendiendo de Kant (2003), reconocemos que el privilegio de un solo método en la construcción del conocimiento revela un presupuesto monoteísta, evidentemente religioso; y en la época actual de vertiginosa secularización, queda bajo crítica. La secularización de las culturas coincide y origina una avalancha de voces que reclaman su causa: la vida cotidiana decente. Se suman en las páginas de Twitter y Facebook e innumerables otros espacios, donde hablan de sus ocurrencias diarias, juegan, opinan, buscan novios, trabajo, compran, venden, intercambian. Revelan gran parte de sus actividades diarias como carentes de ideologías o grandes ideales que los guíen (a la salvación). Lo único que requieren es la libertad de la información, porque es la “materia” del mundo virtual. Parece un requerimiento justo y humilde, mínimo para que todo el mundo se abrace en una sola comunidad plenamente democrática. (Por paradoja, la causa política surge aquí como un idealismo: otra vez entra en escena la salvación).

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Esto se revela desde la guerra de Kosovo en 1999, que Himanen nombra “la primera guerra por Internet” (Himanen, 2002, p. 70) porque, aunque los poderosos no difundían las noticias, éstas penetraban por medio de ciertas personas con acceso a la internet, en la forma de sencillos e-mails. Uno de ellos dice: […] no sabes qué suerte tienes de llevar una vida normal. Nosotros sólo queremos ser libres y vivir como tú vives, ejercer nuestros derechos, y no estar ya cada vez más oprimidos (Himanen, 2002, p. 73).

El 20 de marzo de 2011, se desató una nueva guerra: los aliados contra la dictadura de Gadafi, que ya hace varios días atacaba con medios militares a su pueblo en el intento de suprimir las protestas. Muchos libios ya se refugiaron en Túnez, país que muy recientemente se liberó de su propio opresor y que inició la ola de reclamos civiles por sus derechos. Recordemos que Anonymous reconoció su injerencia en la rebeldía en Túnez; la comunicación vía internet se estableció como un factor determinante en el desarrollo de la opinión pública, la sociedad civil, y la sociedad red. Pero, como lo que los libios y otros de la región piden —apenas— es la libertad, el básico valor de la Ilustración; entran entonces en la escena armas de fuego, que se asocian con el combate de la razón, la dialéctica de sopeso ente el bien y el mal, de la salvación, del poder de la verdad, de la miseria de la mentira: todo frente a nuestros ojos. La razón es un lenguaje de dominio, poder y enfrentamiento; apoya nuestra solidaridad con nosotros, discrimina a otros, sirve para hacer justicia, es combatiente y eficiente. Las matrices de la razón práctica son las mismas que fundamentan la ética (kantiana); por esto, la paz y la razón no coinciden. Hoy el discurso de la ética ilustrada cobra sus más recientes, y ojalá últimas, víctimas. La inquietud inicial fue: ¿cómo la revisión de la información consolidada en efecto de una investigación exploratoria, sin un planteamiento de problema dominante ni el método obligatorio de una investigación, se puede producir un aprendizaje significativo? Mientras recordamos, que el aprendizaje significativo cuyos efectos buscamos, se construye gracias a la redundancia ideal de la metafísica que anhela lograr “el reino de los fines”; su efecto sobre el crecimiento ético de los adeptos parece ser un resultado lógico. Por lo que toda la conclusión, en cualquier discurso con paradigmas metafísicos, se construye a partir de establecer la referencia entre el tema desarrollado en búsqueda y la ciencia de la ética. Por la misma razón, nos pareció muy afortunada la visita del Dr. Britz y Dr. Capurro cuando los alumnos de octavo semestre concluían sus búsquedas.

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Nos permitió, entonces, tomar en cuenta discutida aquí referencia entre los temas de la comunicación contemporánea que enfoca Anonymous y los conceptos fundadores de la ética en el discurso de la red. Resumimos, que el tema de Anonymous se cuestionó en luz de los tópicos de la ética: primero, acerca de cómo se construye la identidad moral partiendo de un secreto que forja la autonomía y responsabilidad, y de qué manera este primitivo proceso no se completa en el mundo de la internet penetrado por la lucha a favor de la libertad de información; el segundo, discutió la diferencia entre el concepto moderno del individuo visto como un ser íntegro, ya inadaptado en el mundo complejo, y la siguiente generación que acepta la complejidad y discrepancias en los mundos que explora; tomando roles y avatares según la conveniencia, de tal manera, mostrándose sin definir su vocación moral. La retirada de los preceptos metafísicos, incluyendo de la ética, abre paso al renacimiento del discurso moral pre metafísico, que favorece una libre búsqueda individual de la felicidad o del conocimiento. Entonces no se separa la investigación constructora de conocimiento del entretenido juego, como lo pensaba Sócrates y lo describe, veinticuatro siglos después, la Ética del hacker. Sin embargo recordamos, que la satisfacción y recreación del juego deviene del estado de excepción moral que este induce: uno pierde su identidad jugando roles, de tal modo pierde su raíz ética y todo se vuelve posible. Lo que también abre el paso a una posibilidad, o al descubrimiento de algo nuevo: la novedad que no es accesible en trámite de la indagación moderna que nos alecciona con una moraleja cual afirma sus preconceptos. Lo mismo ocurre en ambos mundos, virtual y tangible, porque la experiencia del receptor los iguala en el sentido de la realidad de su vivencia. En referencia a lo anterior, el aprendizaje significativo puede partir de la experiencia en cualquiera de los mundos tangibles o virtuales, (incluyendo sueños). Es suficiente que se logre un cambió moral de crecimiento hacia la madurez, quizás, al enfrentar lo desconocido. La madurez, a la vez, se comprende, como la incorporación del joven a la responsabilidad social, pero también, como en el proyecto socráticoplatónico, del desarrollo de la libertad personal. Hoy ambos compiten evidenciando la distinta educación de dos generaciones seguidas, la de los maestros que crecieron con los medios masivos y la de sus alumnos que usan medios que favorecen la comunicación peer-2-peer. El primer método de comunicación permite la comprensión racional porque construye una imagen del mundo unificada y comunitaria, mientras el segundo, aprecia la diversidad y complejidad de las experiencias, pero no construye una imagen del mundo compartida ni su comprensión, en

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consecuencia, tampoco el conocimiento en sentido tradicional. Las formas de los imaginarios, la comprensión, hasta la construcción del individuo, aparentan muy diversificados en la sociedad actual. En el último capítulo, que aquí concluimos, reconocimos los diferentes paradigmas del mundo contemporáneo que surgen de discrepantes éticas que relacionan al individuo con su mundo, y que aparentan no tener otro punto de encuentro que la experiencia directa —cuyo conocimiento la sometería a un sistema que se afirma a sí mismo— entonces para experimentar el mundo sin conocerlo nos queda sólo el asombro. Así, en la investigación exploratoria de los alumnos de comunicación audiovisual sobre Anonymous, realizada en tiempo real del desenvolvimiento de los eventos políticos a que aportó el mismo grupo —y cual partió del tema de la importancia de la internet en la formación de la nueva sociedad— el desarrollo de los hechos en el norte de África, nos dejó conmocionados. Más, porque la discusión sobre los paradigmas nos dejó sin fe que cobija por igual a la razón y la ética; entonces sin la esperanza de la salvación de la muerte o por la muerte: así quedamos aferrándonos al día que nos tocó vivir.

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Imágenes del cuerpo, alimentación y actividad física en la televisión infantil mexicana: un análisis de contenido María del Roble Mendiola Delgado* y Gabriela de Lourdes Pedroza Villarreal** INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY, CAMPUS MONTERREY ○

Resumen: Las imágenes presentadas en la televisión dirigida a niños en México parecerían ser estereotipos, muchos de ellos negativos, entre ellos los relativos a la salud y hábitos alimenticios. Se realizó un análisis de contenido de la programación infantil mexicana en 2010 para revisar qué tipo de imágenes del cuerpo, de la alimentación y el ejercicio se presenta con el objetivo de encontrar evidencias de estas temáticas en los programas y comerciales dirigidos a los niños. Palabras clave: estereotipos, televisión infantil, análisis de contenido. Abstract: The images presented on Mexican television, specially those directed to children seem to be stereotypes, many of them negative, including those relating to health and eating habits. A content analysis Mexican children’s programming in 2010 was conducted to review what kind of body image, diet and exercise is presented, with the purpose of finding evidence of these topic in programs and commercials aimed at children. Keywords: stereotypes, children's television, content analysis. * Estudiante del doctorado en estudios humanísticos, especialidad en comunicación y estudios culturales. Instituto Tecnologico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Monterrey. Correo electrónico: mmendiol@itesm.mx ** Profesora e investigadora del Departamento de Comunicación y Periodismo. Instituto Tecnologico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Monterrey. Correo electrónico: gpedroza@itesm.mx

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OBESIDAD Y TELEVISIÓN EN MÉXICO La obesidad infantil es en México un problema de salud pública que ha cobrado importante visibilidad recientemente por las consecuencias que acarrea y que ha provocado la adopción de medidas y políticas públicas como la de la prohibición de la venta de productos genéricamente llamados “chatarra” en las escuelas en nuestro país. La situación de la población infantil en México con este problema es alarmante: la más reciente encuesta sobre el tema realizada en 2006 muestra que “el sobrepeso y la obesidad en niños de escuelas primarias aumentó 1.02 puntos porcentuales por año” (Meléndez, 2011), lo que significa que para niños de 5 a 11 años la prevalencia de sobrepeso y obesidad aumentó entre 1999 a 2006 de 18.8% a 26%. De hecho, este padecimiento provocado entre otras causas por la ingesta excesiva de alimentos inadecuados se considera una epidemia global y la OMS reporta que aproximadamente hay 1500 millones de adultos (mayores de 20 años) con este padecimiento. Además, se calcula que en 2015 habrá aproximadamente 2,300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad. Agrega que en 2010 había en todo el mundo unos 43 millones de menores de 5 años con sobrepeso (OMS, 2011). Las consecuencias de este padecimiento son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, enfermedades del aparato locomotor, y en particular la artrosis, y algunos cánceres, como los de endometrio, mama y colon. La obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte prematura. Aunque antes se consideraba un problema exclusivo de los países de altos ingresos, el sobrepeso y la obesidad están aumentando espectacularmente en los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en el medio urbano. Siguiendo los mismos datos de la OMS no es raro que la subnutrición y la obesidad coexistan en un mismo país, una misma comunidad e incluso un mismo hogar, causada por una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la primera infancia, seguida del consumo de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y con escasos micronutrientes, combinada con la falta de actividad física. Entre los factores o aspectos sociales que inciden en la aparición de este problema está el ambiente en el que se desarrollan los infantes, siendo el hogar el centro de este factor. La aparición de videojuegos y el consumo de televisión, aunados a la falta de actividad física y patrones de alimentación inapropiados provocan el ambiente obesogénico.

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En una revisión de estudios acerca del tema de obesidad infantil y exposición a medios se llegó a la conclusión de que existe una relación evidente entre la exposición del niño a diversos medios de comunicación y el desarrollo de la obesidad y que, cuanto más tiempo le dedique a los medios, más notorias son las posibilidades de desarrollar la obesidad y que la misma permanezca en la adultez si no se atiende a tiempo. Se deduce que los mecanismos participantes en este proceso pueden ser tanto la inactividad física que promueve el uso de los medios, como también el papel de los anuncios de publicación (sic) que apuntan a niños cada vez más pequeños y promueven el consumo de alimentos hipocalóricos a través de diversos caminos (Rodríguez, 2011) . Por lo anterior la urgencia de estudiar el tipo de programación infantil a la que se expone la población mexicana es evidente, por ello este trabajo tiene como objetivo central revisar la oferta tanto de contenidos de entretenimiento como los publicitarios que pueden contribuir a este ambiente obesogénico.

ESTUDIOS ANTERIORES En términos generales y de acuerdo con O´Donnell (2005), uno de los factores que influye dramáticamente es el medio ambiente en el cual viven, que se ha tornado cada vez más obesogénico, con mayor oferta de comida y sedentarismo estimulado por el temor a la violencia y a las drogas con la complicidad de la televisión y de la computadora que han hecho al ocio sedentario ameno y divertido. Según Chueca (2002) un factor ambiental que ha provocado un aumento de la obesidad en nuestra sociedad, es ver la televisión durante muchas horas. Datos del National Health Examination Survey han demostrado que en Estados Unidos el número de horas que se ve la televisión tiene una relación directa con el riesgo de obesidad. Diversos estudios han puesto en evidencia el alto consumo de televisión entre los niños. Según Reyes-Gómez (2006), los niños de dos y siete años de edad de Estados Unidos, pasan cerca de 2.5 horas en promedio cada día viendo la televisión, videocintas y videojuegos, los niños de ocho a 18 años de edad lo hacen un promedio de 4.5 horas al día, dedicando un 25% de sus horas de vigilia a estar frente al televisor. Los niños son un segmento de la población que pasa muchas horas atendiendo los contenidos de la televisión. En nuestro país, existen 30 millones de niños, de los cuales cada uno ve la televisión unas mil 800 horas anuales; es decir, cinco horas diarias (García, 2002). Asimismo, la

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investigadora Olga Bustos Romero señala que las cifras del INEGI determinan que la niñez en México invierte aproximadamente dos mil horas en promedio frente a la televisión anualmente, mientras que asiste a la escuela sólo 700 horas (Bustos, 2002). Es importante reconocer la penetración que la televisión puede llegar a tener en los niños, muchas veces las transmisiones televisivas se convierten en la compañía más permanente de este grupo poblacional y los contenidos llegan a tener una influencia muy importante en su forma de pensar y actuar. Según una investigación realizada en la ciudad de San Luis Potosí (Aradillas-García, 2008), en donde se evaluó el impacto de la televisión sobre la salud, se encontró que más del 55% de los niños que participaron en ese estudio ven entre dos y tres horas de televisión al día, lo cual reafirma la penetración que tiene este medio en la población infantil. O´Donnell (2005) y Chueca (2002) coinciden en que la televisión tiene presencia universal en los hogares independientemente del nivel socioeconómico lo que puede producir efectos sobre la actividad física y el peso (masa del cuerpo en kilogramos) de los niños, y se explica en tres vertientes: La primera tiene que ver con la asociación entre horas de mirar televisión con la disminución de actividad física, en la que se encontró correlación significativa entre horas frente a la pantalla e índice de masa corporal. La segunda es el remplazo de actividades físicas por horas ante el televisor, ya que en general los niños con sobrepeso prefieren actividades sedentarias sobre actividades que implican gasto energético. La tercera vertiente se refiere a que hay estudios que señalan que mientras se ve televisión hay una tendencia a consumir alimentos de alta densidad energética (galletas, dulces, golosinas, chocolates y bebidas azucaradas) sobre todo en los intervalos publicitarios. O´Donnel (2005) menciona que el efecto de la televisión sobre el sobrepeso y la inactividad de los niños es difícil de aislar de influencias ambientales y sociales y coincide con los estudios citados al afirmar que los niños de ocho a 12 años de edad ven televisión más de dos horas diarias, siendo la población que pertenece al nivel socioeconómico medio bajo en donde la obesidad es más prevalente. Este autor precisa que esta población es la que tiene mayor acceso a comidas de elevada densidad energética por ser las de menor costo y de mayor facilidad de preparación. Sus padres suelen tener un bajo nivel de escolarización y tienen menos disposición hacia otras formas de recreación y tiempo libre. Por su parte Ulises Reyes-Gómez (2006) indica que en México la exposición a anuncios de comida puede producir creencias nutricionales

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incorrectas. Niños de tres a ocho años de edad, muestran que el tiempo dedicado a ver televisión se acompaña por peticiones de compra a los padres de los alimentos más anunciados y de mayor ingesta calórica. Este autor afirma que reducir el tiempo dedicado a ver televisión es una estrategia promisoria para prevenir la obesidad en la infancia. Como se puede apreciar, existe una multiplicidad de factores que sugieren la relación entre la exposición a la televisión y la obesidad en los niños; la complejidad de este fenómeno deriva en varias posibilidades metodológicas, teóricas y conceptuales, todas ellas con diferentes formas de aproximación.

OBJETIVO Y METODOLOGÍA EMPLEADA EN EL ESTUDIO En este estudio se ha decidido emplear como pregunta central de investigación la siguiente: ¿Qué tipo de imágenes sobre el cuerpo, la alimentación y la actividad física son presentadas en los programas y comerciales dirigidos a audiencias infantiles de la televisión mexicana? Para lograr obtener datos que permitan responderla se han fijado los siguientes objetivos para este trabajo: • Identificar y describir las características de la programación que predomina en la oferta regular de televisión enfocada a audiencias infantiles. • Identificar y describir las características de los contenidos televisivos enfocados a audiencias infantiles respecto a cuerpo, alimentación y actividad física. Con este estudio se pretende contribuir con evidencias a la investigación de este complejo problema que reclama atención de los estudiosos de la comunicación masiva. Esto se hace a través del empleo de la técnica de análisis de contenido para revisar la programación dirigida a las audiencias infantiles en la ciudad de Monterrey, y se llevó a cabo en el 2010. Para analizar mensajes dirigidos a audiencias infantiles que se presentan en la televisión se decidió emplear la técnica de análisis de contenido para luego elaborar inferencias y conclusiones respecto a la manera cómo son presentadas las imágenes sobre el cuerpo, la alimentación y la actividad física en los programas y comerciales dirigidos a audiencias infantiles de la televisión mexicana. La unidad de análisis que se eligió para este estudio es el personaje, buscando la incidencia de temáticas relacionadas con salud, apariencia

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física y alimentación. La muestra para realizar el análisis de contenido está basado en estudios de IBOPE (2008) que reportan que los canales aéreos son los que cuentan con mayor penetración en la población mexicana, mostrando la siguiente distribución: Televisa 51.2%, TV Azteca 21% y canales locales en cada estado 7.5%, atribuyéndose así un porcentaje de audiencia 79.9% a la televisión abierta. Según este mismo instituto de investigación los horarios más vistos por la gente son aquellos que se encuentran en los horarios AA (de 16 a 19 horas) con 13.7 puntos de rating y AAA (de 19 a 23 horas) con 18.8 puntos, contra el horario A (de seis a 16 horas) con 8.1 puntos de rating. Al ser esta una investigación relacionada con audiencias infantiles se tomará como base el horario AA ya que es el lapso de tiempo en que los niños están más disponibles para atender mensajes televisivos. El tipo de muestreo y tamaño de la muestra empleado en este estudio se hizo siguiendo los siguientes criterios: en la selección de fechas para el muestreo se siguió el método de muestreo aleatorio, el cual consistió en agrupar todos los días lunes, martes, miércoles, etcétera. en diferentes grupos y, en cada uno de ellos, se seleccionó al azar una fecha haciendo esto para las cuatro semanas de febrero del 2010. Este mismo procedimiento se hace para cada uno de los canales de televisión nacionales a analizar disponibles en la ciudad de Monterrey, de esa forma que se obtuvo aleatoriamente un día, dando como resultado siete días representativos de todo un mes. Esto se hizo con la finalidad de que las fechas en las que se seleccionó la programación a analizar fueran totalmente aleatorias y que los programas que se encontraron fueran representativos de la oferta de televisión en ese mes específico. Una vez obtenidas las fechas, se procedió a grabar la programación de cada canal en el horario indicado del mes de febrero de 2010. Se analizan aquí 78 horas de programación, equivalentes a tres horas diarias durante los 28 días de febrero del 2010. Estos programas y comerciales fueron analizados por estudiantes de comunicación participantes en el proyecto, auspiciados por el Programa Delfín de Verano de Investigación 2010. Se hicieron las correspondientes pruebas de confiabilidad para verificar el acuerdo y homogeneidad en la aplicación de los criterios de codificación. El instrumento de codificación se construyó con base en las siguientes categorías: origen del programa, género del programa, referencias al peso/aspecto, referencias a la alimentación/comida, referencias al ejercicio/deporte, elementos de identificación del personaje, rol del personaje, actividades, complexión y hábitos alimenticios. Los datos

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fueron capturados empleando el programa SPSS y procesados para obtener la información que se presenta en el siguiente apartado.

HALLAZGOS Los resultados se presentan partiendo de dos esquemas, en el primero se analizarán variables referentes a los programas en general, como son: país de origen, género, referencias (positivas, negativas y neutrales) respecto al peso/aspecto, alimentación/comida y ejercicio/deporte. En un segundo momento se analizarán variables relacionadas con los personajes que aparecen en los programas, estas son: rol, complexión, imagen respecto a la salud, hábitos alimenticios y referencias (positivas, negativas y neutrales) entre personajes respecto al peso/aspecto, alimentación/comida y ejercicio/deporte. Las alusiones positivas al peso/aspecto se dan cuando hay referencias de que una persona es agraciada físicamente o que tiene el peso ideal, las negativas se dan cuando se refieren despectivamente a una persona respecto a cómo se ve o a cuánto pesa. Por último, las referencias neutrales son aquellas alusiones que se hacen sobre cómo se ve una persona sin emitir un juicio de valor. Las alusiones positivas a la alimentación/comida se dan cuando en la trama del programa se come saludable o se conmina a tener hábitos de alimentación saludables, las negativas se dan cuando no se come saludablemente o se promueve tener hábitos de alimentación no saludables. Por último, las referencias neutrales son aquellas alusiones que se hacen cuando se presenta comida pero no se hace referencia a ella. Las alusiones positivas al ejercicio/deporte se dan cuando se hace referencia a éste como bueno, necesario, recomendable o saludable, las negativas se dan cuando se refieren al ejercicio como malo, innecesario, no recomendable o no saludable. Por último, las referencias neutrales son aquellas alusiones que se hacen sobre el ejercicio sin adjetivos calificativos, juicios de valor o sin indicar realizarlo. El rol lo determina qué importancia tiene el personaje en la trama del programa o comercial, puede ser positivo (si sus acciones van encaminadas a resolver lo que se plantea como conflicto principal), negativo (si sus acciones van encaminadas a dificultar la resolución de lo que se plantea como conflicto principal) o neutral (si no apoya ni dificulta las acciones). La complexión del personaje se determina tratando de calcular su peso y masa muscular y puede ser regular (cuando no presenta grasa corporal evidente pero no se ve que le quede grande la ropa), delgado (cuando

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pueden verse los huesos del cuello o las piernas se ven muy delgadas respecto al resto de los personajes), obeso (cuando hay grasa evidente en su cuerpo y se ve más grande o ancho que el resto de los personajes), atlético (cuando no hay evidencia de grasa y no tiene marcados los huesos del cuerpo) o musculoso (cuando es evidente la presencia de músculos desarrollados en su cuerpo). La imagen respecto a la salud se determina buscando evidencias en sus actitudes y actividades que determinen que si está sano o enfermo. Por último, los hábitos alimenticios, que se catalogan en buenos y malos, se determinan revisando que es lo que los personajes comen. Los hábitos buenos se relacionan con la ingesta de frutas, verduras y carnes, combinadas con agua y jugos, mientras que los malos se demuestran si el personaje consume alcohol, comida chatarra, grasa o azúcar en exceso. En términos generales se obtuvo que del tiempo total de la muestra estudiada, es decir, 78 horas de programación, el 62% de ellas o 48 horas son contenidos de entretenimiento o lo que se conoce como programas, mientras que el 38% son comerciales lo que equivale a 14 horas. Dentro de estos contenidos publicitarios se analizaron los referentes a comida, productos de belleza, productos para la salud y para bajar de peso y productos relacionados con el ejercicio o deportes. Dentro de las variables referentes a programas, se observa que de los 737 analizados se reportó que el 44.6 % no se sabe qué país de origen tiene al tratarse de comerciales o programas que no hay suficiente información para detectar el país de origen. El 48.7% de los programas analizados provienen de México y 6.6 % fueron producidos en Estados Unidos, lo que quiere decir que la mayor parte de la programación que vemos en la barra infantil de la muestra analizada es mexicana. Sobre el género del programa el valor más importante es de los 737 programas analizados, el 85.2% son comerciales, seguidos por el 6.2% que son programas series (programas en donde los personajes prevalecen y hay una sub trama que se resuelve en cada capítulo) seguido por los programas unitarios (contenidos televisivos dramatizados en donde no hay personajes ni trama que perdure) con 4.9 %. El 2.2% de estos contenidos corresponden a Noticieros. Las telenovelas y películas son las que menor porcentaje de incidencia reportaron con un 0.8 % y 0.7 % respectivamente. Es destacable acotar que la mayor exposición que tienen los niños que ven la televisión en este horario es a comerciales, en consecuencia puede inferirse que sería lo más recordado por la audiencia. En la parte cualitativa del proyecto de investigación se analizará la relación que existe entre tipo de contenidos y su recordación entre los niños.

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Sobre las referencias positivas al peso/aspecto que es la primera variable que arroja el análisis, se destaca el 60.4 % de los programas analizados no hace mención en general a ningún aspecto positivo sobre peso/aspecto, el valor que sigue es el 36.1 % en donde al menos hay una mención, dos menciones alcanza el valor de 2.6 %, tres menciones solamente el 0.7%. En uno de los casos hubo cuatro menciones positivas reportando un 0.1%. La duración de estas 292 referencias es regularmente de uno a 10 segundos que alcanza un valor de 46% con 134 casos reportados, seguida por las menciones de 11 a 20 segundos que alcanzan un valor de 27.2 % con 79 casos. Hay 67 menciones de 21 a 30 segundos dando un porcentaje de 23%. Con relación a las referencias negativas al peso/aspecto, destaca que el 97.4 % de los programas analizados no hacen ninguna mención, solamente hay una mención en el 2.4 % de los programas analizados y más de cuatro menciones alcanza el valor de 0.2% lo que significa que solamente un programa de 737 hizo muchas referencias negativas al peso/ aspecto. La duración de estas 19 referencias es menor comparada con las positivas ya que el 58.8 % son de uno a 10 segundos, el 11.8 % corresponden a menciones de 11 a 20 segundos, las menciones de 21 a 30 segundos alcanzaron un 23.5 % y las de más de un minuto solo tienen un 5.9%. La tercera posibilidad de análisis de esta variable es con respecto a las referencias neutrales sobre el peso/aspecto y se encontró que en el 97.6 % de los programas analizados no hay ninguna mención de esta naturaleza, solamente en 17 de ellos, es decir, el 2.3% se hace una mención y solo en un programa hay cuatro menciones al respecto, alcanzando un valor de 0.2%. La duración de estas 18 menciones es mucho menor en comparación con las positivas y las negativas, ya que con una duración de uno a 10 segundos hay 12 menciones, seguidos de menciones de 11 a 20 segundos que son cinco y solamente hay una mención neutral que dura de 51 a 60 segundos. Esto quiere decir que los contenidos más frecuentes en la muestra analizada hacen referencias positivas al peso/aspecto y estas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Se puede decir, entonces, que la programación infantil analizada en esta muestra hace mayor énfasis en menciones positivas con referencia al peso/aspecto. En la tabla 1, a continuación, se muestran los resultados de las menciones. Sobre las referencias positivas a la alimentación/comida que es otra de las variables que estamos analizando, se destaca que el 61.8 % de los programas analizados no hace mención en general a ningún aspecto positivo sobre la forma de comer o alimentarse, el valor que

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TABLA1 Referencias peso/aspecto. POSITIVAS Frecuencia Ninguna 1 mención 2 menciones 3 menciones 4 menciones Total

Porcentaje

445 266 19 6 1 737

60.4 36.1 2.6 0.7 0.1 100

NEGATIVAS Frecuencia

Porcentaje

718 18 0 0 1 737

97.4 2.4 0 0 0.2 100

NEUTRALES Frecuencia 719 17 1 0 0 737

Porcentaje 97.6 2.3 0.2 0 0 100

Fuente: Elaboración propia.

sigue es el 35.1 % en donde al menos hay una mención, dos menciones alcanza el valor de 2.5 %, tres menciones solamente el 0.6%. En ningún caso hubo cuatro o más menciones positivas. La duración de estas 282 referencias es regularmente de uno a 10 segundos que alcanza un valor de 61.8 % con 173 casos reportados, seguida por las menciones de 11 a 20 segundos que alcanzan un valor de 21.7 % con 61 casos. Hay 35 menciones de 21 a 30 segundos dando un porcentaje de 12.2 %. En relación con las referencias negativas a la alimentación/comida, destaca que el 96.3 % de los programas analizados no hacen ninguna mención, solamente hay una mención en el 3.5% de los programas analizados y dos menciones alcanza el valor de 0.2% lo que significa que solamente un programa de 737 hizo más de una referencia negativa a la alimentación/comida. La duración de estas 27 referencias es menor comparada con las positivas ya que el 60.9 % son de uno a 10 segundos, el 17.4 % corresponden a menciones de 11 a 20 segundos, las menciones de 21 a 30 y las de 31 a 40 segundos alcanzaron un 4.3 % respectivamente, las de 41 a 50 segundos alcanzaron un 8.7% y solo hay una mención de más de un minuto dando un 4.3%. Las referencias a la alimentación/comida en los programas analizados pueden manifestarse también en forma neutral y se encontró que en el 97.9 % de los programas analizados no hay ninguna mención de esta naturaleza, solamente en 12 de ellos, es decir, el 1.7% se hace una mención y en cuatro programas hay 2 menciones al respecto, alcanzando un valor de 0.5%. También en este caso, igual que con las referencias neutrales al peso/aspecto, la duración de estas 16 menciones es mucho menor en comparación con las positivas y las negativas ya que de uno a 182 • Roy González Padilla


TABLA 2 Referencias alimentación/comida. POSITIVAS Frecuencia Ninguna 1 mención 2 menciones 3 menciones 4 menciones Total

Porcentaje

455 259 19 4 0 737

61.8 35.1 2.5 0.6 0 100

NEGATIVAS Frecuencia

Porcentaje

710 26 1 0 0 737

96.3 3.5 0.2 0 0 100

NEUTRALES Frecuencia 721 12 4 0 0 737

Porcentaje 97.9 1.7 0.5 0 0 100

Fuente: Elaboración propia.

10 segundos hay 10 menciones, seguidos de las menciones de 11 a 20 segundos que son tres y solamente hay una mención neutral que dura de 31 a 40 segundos, una de 41 a 50 segundos y una más de 51 a 60 segundos. Esto quiere decir que los contenidos más frecuentes en la muestra analizada hacen referencias positivas a la alimentación/comida y éstas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Se puede decir, entonces, que la programación infantil analizada en esta muestra hace mayor énfasis en menciones positivas con referencia a la alimentación/ comida. En la tabla 2, a continuación se resumen estos resultados. Además del peso y la alimentación, también se analizaron las referencias al ejercicio/deporte en la programación destinada a audiencias infantiles y se encontró que sobre las referencias positivas al ejercicio/deporte se destaca que en el 89.5 % de los programas analizados no hace mención en general a ningún aspecto positivo sobre la forma de hacer algún deporte o ejercitarse, el valor que sigue es el 10.2 % en donde al menos hay una mención y dos menciones alcanza el valor de 0.3%. La duración de estas 78 referencias es regularmente de uno a 10 segundos que alcanza un valor de 83.6 % con 65 casos reportados, seguida por las menciones de 11 a 20 segundos que alcanzan un valor de 11.9 % con nueve casos. Hay una mención de 21 a 30 segundos dando un porcentaje de 1.5 % y 3 menciones de más de un minuto lo que nos da un 3%. En relación con las referencias negativas al ejercicio/deporte, destaca que el 99.7 % de los programas analizados no hacen ninguna mención, solamente hay una mención en el 0.3% de los programas analizados lo que significa que solamente en tres programas de 737 se hizo una referencia negativa al ejercicio/deporte. La duración de estas tres Educación en los tiempos de la información. Un ejercicio de • 183 comprensión de los paradigmas éticos del proceso de comunicación en la actualidad postmoderna


referencias es menor comparada con las positivas ya que el 100% son de uno a 10 segundos. Las referencias al ejercicio/deporte en los programas analizados pueden manifestarse también en forma neutral y se encontró que en el 98.9 % de los programas analizados no hay ninguna mención de esta naturaleza, solamente en nueve de ellos, es decir, el 1.1% se hace una mención. También en este caso, igual que con las referencias neutrales al peso/ aspecto y a la alimentación/comida, la duración de estas nueve menciones es mucho menor en comparación con las positivas y las negativas ya que de uno a 10 segundos hay siete menciones, seguidos de las menciones de 21 a 30 segundos y más de un minuto con una sola aparición respectivamente. Esto quiere decir que los contenidos más frecuentes en la muestra analizada hacen referencias positivas al ejercicio/deporte y éstas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Se puede decir, entonces, que la programación infantil analizada en esta muestra hace mayor énfasis en menciones positivas también con referencia al ejercicio/ deporte. La tabla 3, a continuación resume los resultados anteriores. TABLA3 Referencias ejercicio/deporte. P OSITIVAS Frecuencia Ninguna 1 mención 2 menciones 3 menciones 4 menciones Total

Porcentaje

659 75 3 0 0 737

89.5 10.2 0.3 0 0 100

N EGATIVAS Frecuencia

Porcentaje

734 3 0 0 0 737

99.7 0.3 0 0 0 100

NEUTRALES Frecuencia 728 9 0 0 0 737

Porcentaje 98.9 1.1 0 0 0 100

Fuente: Elaboración propia.

Los resultados presentados a continuación son los relativos a los personajes que aparecen en los comerciales y en los programas de televisión revisados. Cabe destacar que no en todos los contenidos analizados aparecen personajes ya que en algunos comerciales se presenta la información en texto o es solo audio con música y tomas de apoyo. Este análisis se hizo con base en el rol que desempeñan, la complexión, su imagen respecto a la salud y sus hábitos alimenticios. Cuando se trate de los resultados sobre las referencias positivas negativas o neutrales que se hacen del peso/aspecto, la alimentación/comida y el ejercicio/

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deporte, en este caso serán las que se enunciaron entre personajes, es decir, cuando uno se refería a otro respecto a estos aspectos. Sobre el rol de los personajes el valor más importante es que de los 1580 personajes el 23.9% son positivos lo que corresponde 377 caracteres y el 6.4% son negativos. Un 69.7% de los personajes encontrados tiene un rol neutral en la temática de los programas, es decir que 1102 personajes no se muestran con características positivas o negativas respecto a la trama del comercial o programa; en la tabla 4 se concentran estos resultados. Esto sugiere que aunque en la mayoría de los casos no se hace explícito el rol del personaje, cuando se hace éste se muestra como positivo. TABLA 4 Rol de los personajes. ROL

FRECUENCIA

Positivo/Héroe Negativo/Villano Neutral Total

377 101 1 102 1 580

PROCENTAJE

23.9 6.4 69.7 100

Fuente: Elaboración propia.

En relación con la complexión de los personajes encontrados se destaca que de los 1580 revisados, 1069 o sea el 67.7% tienen complexión regular, seguido por el 21.6% de personajes que son delgados o sea 341. En tercer lugar se presentan los personajes obesos, con una frecuencia de 128 lo que sería un 8.1%, el 1.7% de los personajes son atléticos es decir 27 de ellos, y por último quedaron los personajes musculosos con un 0.9% con 15 incidencias. La tabla 5 presenta estos hallazgos. Se puede destacar que la mayoría de los personajes presentados son de complexión regular y los que menos aparecen en la programación son personajes atléticos y musculosos. TABLA 5 Complexión de los personajes. FRECUENCIA

Regular Delgado Obeso Atlético Musculoso Total

1 069 341 128 27 15 1 580

PROCENTAJE

67.7 21.6 8.1 1.7 0.9 100

Fuente: Elaboración propia.

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Sobre la imagen que presentan los personajes respecto a la salud se encontró que el 86.1% de ellos muestra una imagen saludable, es decir 1361 de los 1580 personajes revisados, por otra parte el 4.3% de los personajes muestran una imagen no saludable, o sea 68 de ellos. Hubo 151 caracteres que no se pudieron tipificar ya que no había evidencia suficiente para catalogarlos como saludables o no saludables, este porcentaje corresponde al 9.6%. Con base en estos datos se puede decir que la mayoría de los personajes presentados en los programas de televisión dirigidos a audiencias infantiles muestra una imagen saludable. En esta investigación se buscó también información sobre los hábitos alimenticios de los personajes y resultó que en el 24% de los casos se muestran buenos hábitos mientras que en el 6.6% de ellos se muestran malos hábitos alimenticios. En 1086 personajes, o sea el 68.7% no es posible afirmar si muestran buenos o malos hábitos ya que, o no aparecen teniendo interacción con comida o la comida que se presenta no se puede ver y por consiguiente no se puede saber si están comiendo algo saludable o no. Sin embargo, con base en estos hallazgos podemos decir que hay muchos más personajes que tienen buenos hábitos alimenticios que los que tienen malos hábitos. Sobre las referencias positivas entre personajes al peso/aspecto que es la primera variable que estamos analizando se encontraron 36 en total, se destaca que el 97.7% de los personajes analizados no hace mención a ningún aspecto positivo sobre peso/aspecto, el valor que sigue es el 2 % en donde al menos hace una mención y dos, tres y cuatro menciones alcanzan un valor de 0.1%, respectivamente. La duración de estas 36 referencias es regularmente de uno a 10 segundos que alcanza un valor de 63.9% con 23 casos reportados, seguida por las menciones de 11 a 20 segundos que alcanzan un valor de 13.9% con 6 casos. Hay una mención de 21 a 30 segundos y otra de 41 a 50 segundos dando un porcentaje de 2.8% cada una. En relación con las referencias negativas entre personajes respecto al peso/aspecto se encontraron 28 y se destaca que el 98.2% de los programas analizados no hacen ninguna mención, solamente hay una mención en el 1.5 % de los personajes analizados, el 0.2% de los personajes hace dos menciones y hay un caso de cinco menciones y uno de 10 menciones negativas por parte de un personaje. y lo que significa que solamente dos personajes de1580 hicieron muchas referencias negativas al peso/aspecto. La duración de estas referencias es menor comparada con las positivas ya que el 71.4 % son de uno a 10 segundos, el 10.7 % corresponden a menciones de 11 a 20 segundos, las menciones de 21 a 30 segundos alcanzaron un 7.1 %,

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las de 31 a 40 segundos tuvieron un 3.6% y las de más de un minuto solo tienen un 7.1%. La tercera posibilidad de análisis de esta variable es con respecto a las referencias neutrales entre personajes sobre el peso/aspecto encontrándose seis en total y se reporta que el 99.6% de los personajes analizados no hace ninguna mención de esta naturaleza y solamente en seis de ellos, es decir, el 0.4% hace una mención. La duración de estas seis menciones es mucho menor en comparación con las positivas y las negativas ya que de uno a 10 segundos hay cinco menciones, seguido de una mención de 51 a 60 segundos que representa el 16.7%. Esto quiere decir que los personajes analizados hacen referencias positivas más frecuentemente al peso/aspecto y éstas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Se puede decir, entonces, que los personajes de la programación infantil analizada en esta muestra hacen mayor énfasis en menciones positivas con referencia al peso/ aspecto aunque no con tanta diferencia entre ellos como se encontró en las referencias generales por programa. Sobre las referencias positivas entre personajes a la alimentación/comida que es otra de las variables que estamos analizando y se tuvieron 42 menciones en total, se destaca que el 97.6% de los personajes analizados no hace mención a ningún aspecto positivo sobre la forma de comer o alimentarse de otro personaje, el valor que sigue es el 2.6 % en donde al menos hay una mención y tres menciones alcanza solamente el 0.1%. En ningún caso hubo cuatro o más menciones positivas. La duración de estas 42 referencias es regularmente de uno a 10 segundos que alcanza un valor de 73.8 % con 31 casos reportados, seguida por las menciones de 11 a 20 segundos que alcanzan un valor de 11.9% con 5 casos. Las menciones de 21 a 30, 31 a 40 segundos y más de un minuto tienen una incidencia del 4.8% cada una al presentar dos casos respectivamente. En relación con las referencias negativas a la alimentación/comida entre personajes se encontraron 12 casos y se destaca que el 99.2% de los personajes analizados no hacen ninguna mención, solamente hay una mención en el 0.6% de los programas analizados y dos menciones alcanza el valor de 0.1% lo que significa que solamente dos personajes de 1580 hicieron más de una referencia negativa a la alimentación/ comida. La duración de estas 12 referencias es menor comparada con las positivas ya que el 75% son de uno a 10 segundos, el 16.7% corresponden a menciones de 11 a 20 segundos y solo hay una mención de 21 a 30 segundos dando un 8.3%. Las referencias a la alimentación/comida en los personajes analizados pueden manifestarse también en forma neutral y en total se encontraron

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seis de ellas, destacando que el 99.6% de los personajes analizados no hacen ninguna mención de esta naturaleza, solamente seis de ellos, es decir, el 0.4% hacen una mención. También en este caso, igual que con las referencias neutrales al peso/aspecto, la duración de estas seis menciones es mucho menor en comparación con las positivas y las negativas ya que el total de las menciones duran de uno a 10 segundos. Esto quiere decir que los contenidos más frecuentes recurridos en el discurso de los personajes de la muestra analizada hacen referencias positivas a la alimentación/comida y estas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Se puede decir, entonces, que la programación infantil analizada en esta muestra hace mayor énfasis en menciones positivas con referencia a la alimentación/comida. Además del peso y la alimentación, también se analizaron las referencias al ejercicio/deporte dichas entre personajes que aparecen en la programación destinada a audiencias infantiles y se encontró que sobre las referencias positivas al ejercicio/deporte se destaca que el 99.1% de los personajes no hacen mención a ningún aspecto positivo sobre la forma de hacer algún deporte o ejercitarse, el valor que sigue es el 0.9% en donde al menos hay una mención. La duración de estas 15 referencias es regularmente de uno a 10 segundos que alcanza un valor de 66.7% con 10 casos reportados, seguida por las menciones de 11 a 20 segundos y más de un minuto que alcanzan un valor de 13.3% con dos casos respectivamente. Hay una mención de 21 a 30 segundos dando un porcentaje de 6.7%. En relación con las referencias negativas al ejercicio/deporte, destaca que el 99.7 % de los personajes analizados no hacen ninguna mención, solamente hay una mención en el 0.3% de los programas analizados lo que significa que solamente tres personajes de 1580 hacen una referencia negativa al ejercicio/deporte y un solo personaje hace dos menciones. La duración de estas cuatro referencias es menor comparada con las positivas ya que el 50% son de uno a 10 segundos y el restante 50% es de 21 a 30 segundos. Las referencias al ejercicio/deporte en los personajes estudiados pueden manifestarse también en forma neutral y se encontró que el 100 % de los personajes no hacen menciones neutrales en este sentido. Esto quiere decir que los contenidos más frecuentes en los personajes de muestra analizada hacen referencias positivas al ejercicio/deporte y éstas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Se puede hace mayor énfasis a través de los diálogos de sus personajes en menciones positivas también con referencia al ejercicio/deporte.

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RESULTADO FINAL: POCA EVIDENCIA En general los resultados de este análisis muestran que la televisión dirigida a los niños al estar en horarios en los que ellos pueden exponerse más fácilmente tiene algunas referencias a la imagen del cuerpo, la alimentación y la actividad física. Sin embargo estas menciones son pocas y son mayormente positivas, muy pocas negativas y casi ninguna neutral. También, que los personajes son presentados como positivos y con complexiones normales y hábitos regulares de alimentación y deporte. Esto demuestra que el tema no es relevante para la televisión al no ser central o siquiera presentado repetidamente. Los contenidos de la televisión infantil analizada más frecuentes hacen referencias positivas al peso/aspecto y son más largas que las referencias negativas o neutrales. Se puede decir, entonces, que los contenidos de la televisión analizada hacen mayor énfasis en menciones positivas con referencia al peso/aspecto. Esto pone en evidencia que en los contenidos infantiles se destacan las características de un cuerpo y peso ideales lo que puede ser ventajoso para reforzar hábitos que lleven a desear ser así, pero por otro lado puede tener la desventaja de mostrar como ideales figuras corporales que no son las que presentan los niños mexicanos promedio. En relación con las temáticas de alimentación/comida, en la muestra analizada se hacen más referencias positivas y éstas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Así la programación infantil analizada en esta muestra hace mayor énfasis en menciones positivas con referencia a la alimentación/comida. Esto significa que los niños reciben más información que les dice que deben comer de forma saludable, sin embargo, mucha de esta información se les da en publicidad de productos que no necesariamente son saludables como alimentos chatarra y bebidas con azúcar, lo que en un momento dado puede causar discrepancia entre lo que se dice se debe comer y el resultado que se obtiene al comerlo. Respecto a las referencias al ejercicio/deporte se encontró que los contenidos más frecuentes en la muestra analizada son menciones positivas y son más largas que las referencias negativas o neutrales. Esto puede hacer presuponer que incitaría a los niños a que llevaran una vida más activa, sin embargo, es importante recordar que el simple hecho de ver televisión es una forma de distraer a los niños de dedicar su tiempo a labores al aire libre y por ende a practicar algún deporte. En relación con los personajes, el estudio sugiere que aunque en la mayoría de los casos no se hace explícito el rol del personaje, cuando

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se hace se muestra como positivo. Esto reafirma la idea de que los contenidos presentan modelos positivos con la intención de lograr una identificación de los niños con los personajes presentados y por ende se puede presumir que los tomarán como figuras modelo posibles de imitar comportamientos, compararse con ellos y en un momento dado sentirse en desventaja respecto a lo que se le presenta. Se puede destacar que la mayoría de los personajes presentados son de complexión regular y los que menos aparecen en la programación son personajes atléticos y musculosos, casi no hay personajes obesos o extremadamente delgados, esto significa que en las tramas de los programas se dejan fuera estas figuras para no destacar complexiones no deseables y tratar de llevar a los niños a un estado aspiracional de estar conforme con su cuerpo y su peso. Esto puede ser una ventaja ya que no provee de patrones de conducta indeseables como pueden ser burla o desprecio pero tiene la desventaja de pasar por alto situaciones problemáticas que de ser conscientes podrían ser erradicadas. Lo mismo puede suceder con la evidencia de que la mayoría de los personajes presentados en los programas de televisión dirigidos a audiencias infantiles muestran una imagen saludable, ya que esto podría significar que los emisores de contenidos buscan no presentar deliberadamente la problemática real de la obesidad infantil. Otra evidencia relacionada con las dos anteriores es la que indica que hay muchos más personajes que tienen buenos hábitos alimenticios que los que tienen malos hábitos. Esto en un momento dado puede ser positivo al dar una pauta relacionada con el ideal que se debe presentar en los niños pero un aspecto negativo es que no refleja los hábitos reales que se presentan que muchas veces tienen hábitos alimenticios que no son los adecuados. Estas tres últimas variables dan a entender que se muestran a los personajes ideales con la intención de ignorar un problema que existe y por ende no se identifica en los emisores de contenidos infantiles una intención de reflejar la realidad para empezar a solucionarla. Al analizar las referencias respecto al peso/aspecto que se hacen los personajes de los programas analizados se obtuvo que se ve un comportamiento similar al presentado al analizar los contenidos de los programas en general, y se tiene que los personajes analizados hacen referencias positivas más frecuentemente al peso/aspecto y éstas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Lo que puede dar a entender, entonces, que los personajes de la programación infantil analizada en esta muestra hacen mayor énfasis en menciones positivas con referencia al peso/aspecto y se puede concluir de forma similar que

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esta forma de estructurar los diálogos en los personajes puede tener un carácter ideal pero no real, es decir, que lo que se dicen los personajes en los programas y los comerciales no representan los discursos de la realidad. Mucho tiene que ver que gran parte de los contenidos analizados son comerciales y en este tipo de comunicaciones audiovisuales el discurso siempre va a ser positivo y enfocado al ideal y no a la realidad. Lo mismo pasa con los mensajes sobre alimentación/comida, ya que contenidos más frecuentes recurridos en el discurso de los personajes de la muestra analizada hacen referencias positivas a la alimentación/ comida y éstas son más largas que las referencias negativas o neutrales. Podemos concluir que estos personajes muchas veces representan protagonistas de comerciales cuyo objetivo es vender y por ende buscarán siempre destacar las bondades de los alimentos por sobre las consecuencias reales de consumirlo. Hay contenidos que no tienen que ver con la publicidad, en cuyo caso el presentarlos como positivos responde a un deseo de atraer a las audiencias con los mensajes de tipo final feliz aunque en las tramas se tengan que forzar situaciones o simplemente mentir. Las últimas referencias analizadas son las que se tratan sobre ejercicio/deporte y se ve que los contenidos más frecuentes en los personajes analizados hacen referencias positivas al ejercicio/deporte y estas son más largas que las referencias negativas o neutrales. En esta muestra se hace mayor énfasis a través de los diálogos de sus personajes en menciones positivas también con referencia al ejercicio/ deporte. Esto tiene ciertas implicaciones que responden también a directrices generales de la sociedad mexicana que ha empezado a legislar para que en los medios se haga referencia al ejercicio físico como deseable, es por eso que se ha incorporado tanto en las tramas de los programas como en los textos de los comerciales por medio de cintillas con caracteres. Esto puede ser positivo al reforzar un mensaje que no solo se le está dando a los niños en los medios de comunicación masiva sino que se está presentando en las escuelas y en todas las formas en las que puede comunicar, sin embargo puede ser negativo al tratar de legitimar una idea que se trunca al hacer que los niños pasen gran parte de su día viendo televisión y consumiendo alimentos chatarra. Toda esta información deberá ser investigada con más detalle en estudios futuros, empleando técnicas cualitativas para triangular la información presentada en los medios con las percepciones de los niños al atender estos contenidos, y su posible impacto en su autoimagen del cuerpo y de sus hábitos saludables de alimentación y deporte. ○

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FUENTES REFERENCIALES Aradillas-García, C. (2008). El impacto de la televisión sobre la prevalencia del síndrome metabólico en población infantil de San Luis Potosí. Medigraphic Artemisa , 11. Bustos, O. (2002). Águila y Sol. Recuperado el 13 de marzo de 2009, de http://etcetera.com.mx/pag68ne4.asp Chueca, M. & Azcona, C. (2002). Obesidad infantil. España: ANALES Sis San Navarra. García, C. (10 de diciembre de 2002). Televisión infantil. El Financiero. IBOPE AGB México, (2008) https://www.ibopeagb.com.mx/ Krippendorf, Klaus. (1980). Content analysis. Beverly Hills, California. Sage Publications Meléndez, G. (4 de marzo de 2011). Obesidad infantil en México. Recuperado el 4 de marzo de 2011, de http://www.alimentacion.enfasis.com/notas/ 18206-ilsi-comparte-informacion-cientifica Rodríguez, R. (4 de marzo de 2011). Investigación en salud. Recuperado el 4 de marzo de 2011, de http://redalyc.uaemex.mx O´Donell, A. (2005). Obesidad en la niñez y en la adolescencia. Argentina: Científica Interamericana. Reyes-Gómez, U. (2006). La televisión y los niños: II Obesidad. México: Medigraphic. OMS. (4 de marzo de 2011). Organización mundial de la salud. Recuperado el 4 de marzo de 2011, de http://www.oms.org

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La formación y práctica profesional del comunicador en Querétaro* Vanesa del Carmen Muriel Amezcua** UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO ○

Resumen: Como parte del estudio sobre la configuración del subcampo educativo y profesional de la comunicación en Querétaro, se plantea un primer acercamiento al estatus que guarda la formación de comunicadores y las prácticas profesionales que desde las instituciones se están privilegiando. A partir de la revisión bibliográfica, análisis de planes de estudios, entrevista con los coordinadores de los programas educativos, así como con empleadores, se presentan las condiciones de formación y práctica profesional de los comunicadores en la entidad. Este estudio se realizó durante los meses de enero-junio de 2010. Palabras clave: formación profesional, mercado laboral, práctica profesional, comunicación. Abstract: As part of the study on the conformation of the educational and professional subfield of communication in Queretaro, a initial approch is proposed, regarding the training status of journalists and professional practices in the institutions are giving priority to. From the literature review, analysis of curricula, interview with the coordinators of the educational programs as well as employers, are the training requirements and professional practice of journalists in the state are presented. The study was conducted during January-June 2010. Keywords: vocational training, labor market, professional practice, communication.

* Para la realización de este trabajo se contó con la invaluable colaboración de Tanya Araujo, Esmeralda Pacheco y Martha Eloísa Santos. ** Vanesa del Carmen Muriel Amezcua, doctora en educación. Profesora de la Universidad Autónoma de Querétaro. Correo electrónico: murielamezcua@yahoo.com.mx.

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A partir del análisis sobre el origen y desarrollo de las escuelas de comunicación en México y las experiencias en algunos estados de la República sobre los procesos fundacionales de sus propias escuelas o carreras, se puede observar que todos aquellos fenómenos que circunscriben el origen y desarrollo de las escuelas de comunicación y la formación de comunicadores a nivel nacional, se refleja, se reproduce, de manera proporcional, y en algunos casos, retardada, en diversas entidades. En su mayoría las instituciones y escuelas que ofrecen estudios en comunicación, tienden a reproducir esquemas ya configurados lo cual refleja, en los planes de estudio, un híbrido de los tres modelos o proyectos fundacionales de formación de comunicadores. En el origen de las escuelas de comunicación en México y América Latina, se visualizan, de acuerdo con Fuentes (1998, 2003) tres “modelos o proyectos fundacionales”: formación de periodistas, formación de intelectuales, formación de científicos sociales. Una visión similar, la aporta posteriormente Gargurevich (2001), al plantear tres modelos curriculares para la enseñanza de la comunicación refiriéndose a ellos como: Humanista- culturalista, comunicacional y práctico profesional. También Cantarero (2002-2003) remarca la existencia de un modelo tecnicista, otro que plantea al comunicador como intelectual y un tercero como comunicólogo. El primer modelo surge a finales de la década de los cuarenta, época en la que se fundan las primeras escuelas de periodismo en México, destacando entre ellas por su permanencia, hasta la actualidad: Escuela de Periodismo Carlos Septién García (2011); —la primera carrera de periodismo a nivel ténico en México se instituyó en 1943 y fue en la Universidad Femenina—. Universidad Nacional Autónoma de México que en 1951 ofrece la licenciatura en periodismo adscrita a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; Universidad Veracruzana que en 1954 ofrece la Licenciatura en Periodismo para posteriormente reestructurarla y denominarla licenciatura en ciencias y técnicas de la comunicación. De acuerdo con Fuentes (1998, p. 91) “tres de los rasgos constitutivos de este modelo son la prioridad de la habilitación técnico-profesional, el relativo ajuste a las demandas del mercado laboral y el propósito de la incidencia político-social a través de la “opinión pública”. Esta orientación era respuesta a una clara necesidad de ese sector de la comunicación, en pleno proceso de consolidación, dentro del modelo comercial vigente en el país (Luna, 1992). En la actualidad, sólo la Escuela Carlos Septién, mantiene su orientación y formación profesional dirigida hacia el periodismo, no

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obstante, en varias escuelas de comunicación prevalecen planteamientos propios de este modelo, aunque interrelacionado con elementos provenientes de otros modelos. A partir de 1960, cuando se funda la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana, se establece el segundo modelo o proyecto fundacional, el cual buscaba formar intelectuales que debían dar respuesta a los problemas del hombre contemporáneo. Se planteó la necesidad, en ese momento, de abrir una carrera que cubriera el vacío profesional que se venía “arrastrando”, debido a la formación práctica que se impulsaba en las instituciones que ofrecían estudios en periodismo, por tal motivo la concepción que se quería instrumentar era la del comunicador como intelectual, visto desde una perspectiva humanista. Otras Universidades que forman parte de este segundo momento fundacional son: Universidad de Valle de Atemajac; Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente; Universidad Autónoma de Guadalajara. (Luna, 1992). En este sentido la misma carrera parecía presentar diferencias, quizá no tan contundentes con otras disciplinas, específicamente en el ámbito laboral el cual estaba enfocado hacia los medios de comunicación. “Se buscaba la formación de un hombre capaz, que gracias al dominio de las técnicas de difusión pone su saber y su mensaje al dominio de los valores más altos de la comunicación humana“ (Fuentes, 1998, 94). Por tal motivo la carrera de la Universidad Iberoamericana, no se puede considerar una derivación de las carreras de Periodismo que la antecedieron, sino más bien como la instauración de una nueva propuesta, que en palabras de Carlos Luna (1992), funda un nuevo modo de entender y de enfrentar educativamente las exigencias y posibilidades comunicacionales de la sociedad. “Un modelo cualitativamente distinto a los orientados hacia el periodismo” (Hernández, 2004,112). Durante la de década de los setenta se inscribe el tercer momento fundacional de las escuelas de comunicación, en donde el ideal se centraba en el “comunicólogo” como científico social, poseedor de una visión analítica y crítica de los fenómenos, prácticas y procesos sociales y comunicacionales; abandonando la formación y habilitación técnica y privilegiando la formación de conciencias de clase (Fuentes, 1998; Cantarero, 2003). Estos modelos o proyectos fundacionales, usando la terminología de Fuentes, en distintas épocas y con modelos socio-políticos específicos

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de acuerdo al lugar de origen, fueron marcando formas de concebir la formación de periodistas y comunicadores en función de los diversos perfiles y determinaciones socio profesionales. Pero no sólo en la reproducción de modelos se refleja este escenario, también en los fenómenos que han acontecido a través de la historia a nivel nacional: proliferación de escuelas de comunicación, diversas denominaciones de carrera, incremento en la matricula estudiantil, perfiles de egreso, espacios labores, etc. En ese mismo sentido los escenarios profesionales de los egresados de las carreras de comunicación son similares entre las regiones (Ortiz, 2003). Dadas las similitudes en los procesos de configuración del subcampo educativo y profesional de la comunicación a nivel de las entidades federativas se decidió tomar como caso de esa generalidad el estado de Querétaro.

LA FORMACIÓN DE COMUNICADORES EN QUERÉTARO El origen de las escuelas de comunicación en Querétaro se remonta al año de 1978, cuando el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Querétaro (ITESM-Q) abre la licenciatura en ciencias de la comunicación. Siete años después (1985), la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) decide ofrecer la carrera de técnico en periodismo. Posteriormente en 1989, la Universidad de Valle de México, dentro de su oferta académica, abre la licenciatura en ciencias de la comunicación. Durante la década de los noventa, el entorno socio-político del estado se ve afectado en términos económicos y demográficos por los flujos migratorios, la inauguración de nuevos parques industriales y la llegada de nuevas empresas. “Un aspecto importante a destacar, en cuanto al crecimiento poblacional, es el terremoto que tuvo lugar en la ciudad de México en septiembre de 1985, el cual incentivo a partir de esa fecha, que los flujos migratorios voltearan sus ojos hacia Querétaro, que por su cercanía con la capital, fue uno de los destinos principales de la migración proveniente de la ciudad de México” (Corral, 2006, p.14). El contexto social y económico que imperó en esa época, no sólo tuvo repercusiones en el crecimiento poblacional, sino también, en la llegada de nuevas instituciones educativas que entre sus ofertas educativas tenían la carrera de ciencias de la comunicación: Universidad Cuauhtémoc (1992), licenciatura en comunicación; Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación (1996), licenciatura en publicidad y a partir de 2004,

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licenciatura en comunicación; Universidad Autónoma de Querétaro (1997), licenciatura en periodismo y comunicación y en 2004 cambió de denominación a licenciatura en comunicación y periodismo; Universidad Mesoamericana Plantel San Juan del Río, licenciatura en comunicación; Liceo Estudios Superiores (2000), licenciatura en ciencias de la comunicación; y Univer (2004), licenciatura en ciencias de la comunicación; Universidad de Valle de Atemajac (2005), licenciatura en ciencias y técnicas de la comunicación; Universidad Abierta, licenciatura en ciencias de la comunicación; Universidad metropolitana latín campus, Licenciatura en Comunicación; Universidad Corregidora (2009), licenciatura en comunicación; y Universidad Marista, licenciatura en diseño y comunicación visual. En cuanto al número de estudiantes, el crecimiento poblacional también fue en ascenso. De acuerdo con la Unidad de Servicio para la Educación Básica del Estado de Querétaro (USEBEQ) actualmente se cuenta con un total de 40,606 estudiantes de licenciatura a nivel estatal, de los cuales 1,172; es decir, el 2.88% conforma la matrícula de la carrera de comunicación que se imparte en las trece instituciones de educación superior que hay en Querétaro. Este dato nos remite a la situación que se vive actualmente a nivel nacional, en donde de acuerdo con Fuentes (2008) la “gran” población de estudiantes de comunicación en México representa apenas el 7% de la matrícula en el área de Ciencias Sociales y Administrativas y 3.5% del total de estudiantes de licenciatura en el país. En lo que refiere al egreso, para el cierre del ciclo escolar 20082009, la Unidad de Servicios Educativos del Estado de Querétaro (USEBEQ), reportó un total 8, 245 egresados de Educación Superior, de los cuales el 3.46% corresponde a egresados de las carreras de comunicación.

LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN LA DEFINICIÓN DE ÁREAS DE ÉNFASIS PROFESIONAL DEL COMUNICADOR

En cuanto a delimitación de los espacios laborales en donde los egresados se desempeñan profesionalmente, se pudo definir, de acuerdo a la información proporcionada por los coordinadores de las carreras de comunicación, la revisión de los planes de estudio y sus perfiles profesionales, cuatro áreas en las cuales las instituciones ponen especial énfasis:

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PERIODISMO Práctica profesional que en algunas escuelas se retoma como eje central del proceso de formación. Hay quienes consideran que el periodismo es un oficio que se aprende en la práctica cotidiana, y quienes aseguran que es una profesión, aún cuando no se cuenta con el reconocimiento social y jurídico (Hernández, 1997). No obstante en esta investigación, no se pone en discusión el periodismo como oficio o profesión, sino más bien como una actividad profesional la cual es ejercida por quienes tienen a bien haber estudiado una licenciatura en periodismo y /o comunicación. Para tal efecto se considera como periodista: El trabajador que, con conocimientos y aptitudes profesionales adecuadas, puede desempeñar y/o tiene como actividad principal intervenir directamente en el procesamiento de la información susceptible de ser noticia, comentario, análisis de los hechos de interés público… Es el profesional de la información noticiosa, en cualquiera de sus fases o instancias directas, que reciben remuneración como reportero, editor, cartonista, comentarista, analista o conductor de noticiarios. (Hernández, 1997, p. 148).

En este sentido, son periodistas quienes hayan obtenido un título universitario en el área y ejerzan la profesión, reconociendo que el título avala estudios de comunicación en general, pero no de periodista, con excepción de una de las Universidades (lic. en comunicación y periodismo, UAQ). Los reporteros considerados, “la piedra angular del periodismo” (Hernández, 1997, p. 148), no son los únicos que configuran la concepción de periodista, también están inmersos quienes se dedican profesionalmente al procesamiento de información periodística como: editores, fotógrafos, conductores, cartonistas. Los espacios laborales, varían dependiendo de los intereses y las oportunidades que tengan para ejercer su profesión: prensa, radio y televisión.

COMUNICACIÓN ORGANIZACIONAL Entendida como “el esfuerzo interno de un sistema de retomar, por medio de la información, la contribución de las partes que lo integran

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para establecer métodos y herramientas que aporten efectividad a su interacción y la hagan más productiva” (Pérez, 2006: p. 451). De acuerdo con Rebeil y Nosnik (2000), la comunicación organizacional se encuentra dividida en tres áreas específicamente: 1. comunicación institucional, en donde se llevan a cabo las actividades relacionadas con comunicación interna y relaciones públicas; 2. comunicación corporativa, la cual se realiza dentro de la organización y entre el personal; 3. comunicación mercadológica, que sirve de apoyo a las actividades relacionadas con la venta y los productos. En este sentido Gonzáles (2006) considera importante que la comunicación organizacional se relacione directamente con aquellas actividades que tienen que ver con el funcionamiento diario de las empresas, dando mayor importancia, en su accionar, a los públicos internos, es decir el personal, su relación con la empresa y con quienes ahí laboran. Entre las acciones a desarrollar están las destinadas a generar pertenencia, mejorar los vínculos y mantener informados a los miembros de una organización. Instrumentación de canales para la circulación de la información al interior de las instituciones. A partir de lo anterior, la importancia de la comunicación organizacional, de acuerdo con Andrade (2005) se define en cuatro postulados básicos: -La comunicación es integral. -La comunicación es un sistema. -La comunicación y la cultura organizacional están íntimamente relacionadas. -La comunicación es una responsabilidad compartida.

COMUNICACIÓN SOCIAL Históricamente, las oficinas de comunicación social han servido como un instrumento de legitimación de las acciones del gobierno, pues como parte de las actividades de estas oficinas, se encuentra difundir y exaltar la versión oficial de las obras ejecutadas por el gobierno federal, estatal, municipal y/o partidos políticos. Aunque su denominación y sus funciones han cambiado en diversas ocasiones y han sido relegadas a otras áreas, hoy, las actividades que se realizan en dichas oficinas se centran en generar información sobre la institución y darla a conocer, a través de distintos medios, a los públicos internos y externos. De acuerdo con Ramírez (1995) las oficinas de comunicación social son “fuentes activas, organizadas y habitualmente estables, de

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información que cubren las necesidades comunicativas tanto internas como externas de aquellas organizaciones y/o personas de relieve que desean transmitir de sí mismas una imagen positiva a la sociedad influyendo de esta forma en la opinión pública” (1995, 27). Para lograr estos objetivos de comunicación interna y externa, la oficinas deben contar con capital humano y material necesario dividido en sub-áreas, todas encabezadas por un director de comunicación, quien será el responsable de dirigir las labores comunicativas y de imagen de la institución, que “defina la política comunicativa (objetivos), establezca un plan estratégico de comunicación necesario para cada caso y asuma la responsabilidad final de la Imagen corporativa de la organización, ante sus públicos internos y externos, a través de los medios de comunicación” (Martín, 1999, 49). Estas tareas, vinculadas a la imagen de la institución, dictaminan que la oficina de comunicación social debe mantener un contacto permanente con la alta dirección, pues es ésta la que determina la imagen que desea transmitir, la cual se construye y publicita desde las diversas áreas indispensables para el logro de los objetivos comunicacionales tales como: • Comunicación interna/externa • Publicidad institucional • Banco de datos/publicaciones • Imagen pública • Medios audiovisuales Entre las actividades que se llevan a cabo, de acuerdo con Ramírez (1995) son: 1. Elaboración y difusión de los comunicados ordinarios. 2. Reseña de actividades. 3. Coordinación de servicios informativos. 4. Las relaciones habituales con los medios informativos. Las tareas están enfocadas a la relación de la institución / actor social con los medios de comunicación; difusión de información a los periodistas; vinculación con agencias de noticias y tareas de seguimiento de medios. Una sub-actividad relacionada con esta área de práctica es la de vocero, desarrollada en los organismos estatales, y referida a la gestión de la relación de los funcionarios con los medios de comunicación (Martínez, 2001).

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PRODUCCIÓN DE MEDIOS Esta área profesional enfoca sus actividades en la elaboración de materiales audiovisuales e impresos para televisión, radio, cine, prensa, instituciones, empresas, negocios, etc. Los egresados se desempeñan en estos casos como guionistas, productores, técnicos, publicistas, diseñadores, aunque su actividad fuerte está precisamente en la producción de medios audiovisuales.

ACTIVIDADES PROFESIONALES EN LAS ÁREAS DE ÉNFASIS PROFESIONAL. UNA MIRADA A LA OFERTA LABORAL Considerando las cuatro áreas de énfasis profesional que más predominan en la formación de comunicadores en Querétaro, y a partir de un acercamiento a dichos espacios laborales, es que se plantean las actividades y dinámicas que se desarrollan en cada uno de estos ámbitos laborales. La primera área profesional es la de comunicación social. En Querétaro se cuenta con diversas instancias que en su organigrama cuenta con un área dedicada a la comunicación y difusión, tal es el caso de la Secretaria de Turismo; Coordinación de Comunicación y Difusión de Materiales de Educación Inicial; Instituto del Deporte y Recreación; Universidad Politécnica de Querétaro; Comisión Estatal de Derechos Humanos; Procuraduría General de Justicia; Museo Regional/INAH; Consejo Estatal de Población; Comisión Estatal de Información Gubernamental; Secretaria de Educación Pública; Instituto Queretano de la Cultura y las Artes; Instituto Electoral de Querétaro; LV Legislatura; Unidad de Servicios de Educación Básica de Querétaro; Secretaría de Seguridad Ciudadana; Comisión Estatal de Agua; Gobierno Municipal; Gobierno del Estado, entre otras. En general son áreas pequeñas si tomamos en cuenta que laboran en ellas no más de diez personas, a excepción de la oficina de comunicación social del gobierno municipal de Querétaro, en donde se tienen un personal que asciende a 33 personas. En cuanto a la división departamental, en su mayoría cuentan con el departamento de imagen, prensa, síntesis y monitoreo, video fotografía, así como relaciones públicas. Las actividades que se realizan, se dividen en dos: comunicación interna y externa. En comunicación interna se realizan actividades como: redacción de boletines, envío de síntesis, difusión interna a través del boletín electrónico,

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diseño y edición de boletín interno, informe diario y mensual para consejeros, así como el diseño y colocación del periódico mural. Las actividades correspondientes a la comunicación externa están relacionadas con la cobertura de eventos, monitoreo de medios, síntesis informativa, imagen corporativa, relaciones públicas, atención a medios de comunicación, publicaciones externas, organización de ruedas de prensa, y en algunos casos producción radiofónica. Cabe destacar que las actividades varían de acuerdo al tipo de dependencia, institución o secretaría, ya que no todas cuentan por ejemplo con página web, o con edición de publicaciones como revista, folletos o informes. En lo que refiere a la presencia de comunicadores en esta área y en específico en estas dependencias, en todas hay por lo menos un egresado con formación en comunicación, periodismo o ciencias de la comunicación; aunque se debe destacar que también se cuenta con la participación de egresados de otras carreras como derecho, antropología, diseño gráfico, sociología, mercadotecnia, administración de empresas, etcétera. Hay casos como el de la Comisión Estatal de Aguas (CEA) la cual cuenta con una de las oficinas de comunicación social más grandes y sin embargo ninguna persona cuenta con la formación en el área de la comunicación. En lo que refiere a la comunicación organizacional, el municipio de Querétaro cuenta con una amplia oferta de parques industriales en donde se congregan todo tipo de industrias grandes, medianas y pequeñas, ubicadas en los tres principales parques industriales: Parque Industrial Querétaro, Parque Industrial Benito Juárez y Parque Industrial el Marques. Las actividades de comunicación organizacional que se realizan en el sector industrial, y que tienen que ver con la comunicación organizacional son: organización de eventos, capacitación a trabajadores, diseño de tablero informativo, buzón de sugerencias, uso de pizarrones informativos, publicación de periódicos mensuales, informes vía correo electrónico, elaboración de video de procesos y manejo de información, uso de intranet, principalmente. A pesar de que en las empresas se realizan actividades de comunicación, la mayoría no contempla una sub área o departamento de comunicación. En su mayoría las actividades antes citadas se llevan a cabo en los departamentos de administración, recursos humanos o mercadotecnia. Como se puede observar, el campo laboral en este ámbito ofrece una amplia gama de posibilidades, no obstante se requiere del conocimiento por parte de este sector, de las diversas actividades que

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puede desempeñar un comunicador partiendo de la premisa de que no sólo se están formando para laborar en los medios de comunicación, sino también cuentan con las conocimientos necesarios para identificar, diseñar y establecer canales de comunicación e información que permitan no solo el buen funcionamiento de un área, sino el desarrollo y desempeño laboral de quienes conforman el sector empresarial e industrial en Querétaro. Otra de las áreas profesionales en donde se desempeñas los egresados de las carreras de comunicación en Querétaro es la del periodismo (prensa, televisión, radio). La oferta laboral en cuanto a los medios de comunicación no es tan amplia, actualmente se cuenta con cuatro diarios de circulación local: Noticias, Diario de Querétaro, A.M. y Plaza de armas, esto sin contar los semanarios que circulan en los diversos municipios del estado; así como tres semanarios: El Corregidor, Libertad de palabra y el Tribuna de Querétaro. En lo que refiere a la empresa radiofónica en Querétaro se escucha: Grupo imagen, Grupo Acir, Multimundo, ABC Radio, Respuesta radiofónica, Fórmula Querétaro, Radio Universidad y Radio Querétaro. Finalmente en la oferta en cuanto a empresas de televisión también es limitada: Televisa, TV Azteca, Grupo Imagen, Cablecom y Megacable. En cuanto al saber laboral en el ámbito periodístico, este es claramente definido por la misma empresa, los requerimientos profesionales los va enfatizando la actividad a realizar, no obstante es necesario contar por lo menos con conocimientos generales del acontecer diario. Las necesidades a cubrir van desde editor, reportero, fotógrafo, jefe de información y director del medio. La radio, considerada otro de los espacios laborales por antonomasia de los comunicadores, considera dos tipos de personas que pueden laborar en este ámbito: 1. Las que no tienen una formación profesional más que estudios básicos, comúnmente son los operadores de consolas de transmisión y recepción. Sin embargo hay quienes ocupan jefaturas o coordinaciones, porque no han necesitado de un título profesional, y cuentan sólo con experiencia laboral. 2. Los que tienen una profesión, sin ser necesariamente comunicadores, y que generalmente están ubicados en la locución, jefaturas y coordinaciones. Las áreas de desempeño laboral en la radio, tiene que ver con tres rubros: locución, producción y periodismo; sin embargo hay otro espacio para el cual los comunicadores están considerados y que no forma parte de su perfil como es el área de promoción y ventas.

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Las actividades realizadas en el ámbito televisivo, varían, de acuerdo al perfil profesional y habilidades del egresado. Sus actividades van desde conductor de noticieros, camarógrafos, reporteros, jefes de información, y editores. Finalmente está el área de producción de medios En este tipo de empresas desatacan dos perfiles profesionales; el del comunicador y el del diseñador gráfico. No obstante el perfil del comunicador conformado por sus conocimientos teóricos y prácticos no está valorado ni reconocido, ya que las actividades que realiza están enfocadas a la venta y seguimiento de proyectos en general. Ninguna de las dos actividades mencionadas anteriormente forma parte de su perfil de egreso. Entre las empresas establecidas en el municipio de Querétaro están: Fórum: Arte y Comunicación, Quantum, Azul estudio, FX Visual Arts, Graffix, Kubo, Oxes, entre otras.

CONCLUSIÓN A partir de lo anterior, podemos plantear que si bien el subcampo educativo de la comunicación en Querétaro es joven, éste ha mantenido un desarrollo generacional importante. El crecimiento no sólo en el número de instituciones sino también en matricula, ha dado paso a que las mismas instituciones empiecen a visualizar no sólo los campos laborales previamente descritos, sino espacios emergentes en donde la comunicación tiene especial cabida. No obstante este proceso ha sido lento y aún bajo la sombra del imaginario que desde su origen ha imperado en la formación y práctica de la comunicación como son los medios de comunicación. Sobre el subcampo profesional la perspectiva de desarrollo es distinta, ya que si bien la práctica del periodismo se ejercía antes de la llegada de las escuelas de comunicación, los espacios laborales tradicionales no han mostrado un crecimiento paralelo al número de egresado e interesados en este campo. Sí se visualizan otras áreas en donde se empieza a reconocer la labor del comunicador, tal es el caso de los espacios anteriormente descritos: comunicación social, organizaciones y producción de medios. No obstante son espacios en donde la presencia de profesionales de la comunicación se ve opacada con la llegada de otros profesionistas. En definitiva la realidad del subcampo educativo y profesional del comunicador en Querétaro, sigue manteniendo una tendencia por demás establecida desde el origen mismo de las escuelas de comunicación,

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por lo cual es importante que desde las instituciones se trabaje en cuatro aspectos fundamentales: 1. La conformación de nuevos perfiles profesionales a partir de la estructuración de prácticas emergentes como por ejemplo: comunicación y salud, comunicación y ecología, comunicación y organizaciones no gubernamentales, entre otras. 2. El diseño de planes de estudio pensados en función de las necesidades sociales y culturales predominantes en el contexto en el cual se ejerza la formación. 3. Reconocimiento del mercado laboral real, al cual se tendrán que enfrentar quienes egresen de las carreras de comunicación. 4. Identificación y definición de perfiles profesionales predominantes en el subcampo educativo y profesional. De tal manera que se puedan desmitificar algunas prácticas y reconocer otras tantas. Por otra parte es necesario que el mercado laboral muestre el interés y apertura ante las diversas actividades que el comunicador puede desempeñar. Si bien los medios de comunicación son el primer referente de quienes estudian y egresan de carreras de comunicación, existen otras actividades y funciones que se pueden desarrollar, sólo hace falta los espacios para que así sea. Finalmente, la comprensión de los subcampos antes descritos permite perfilar de una u otra forma rasgos identitarios de la profesión. El establecimiento de perfiles profesionales marcan la pauta sobre qué es lo que se está formando y para qué. No obstante cuando se habla de identidades profesionales del comunicador, es fundamental sí la parte institucional, pero también la perspectiva de quienes operativizan los planes de estudio y de quienes estudian y ejercen la profesión para la que fueron formados.

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Construcción social de la cultura a través de las TIC en migrantes a EU.El caso de YouTube en un pueblo del semidesierto queretano José Juan Olvera Gudiño* UNIVERSIDAD REGIOMONTANA ○

Resumen: Este trabajo explora las representaciones sobre cultura e identidad que aparecen en 223 videos obtenidos de la plataforma YouTube, bajo el ancla nominal de “Villa Progreso”, nombre de un pequeño poblado del semidesierto queretano. Se propone un esquema conceptual de la cultura para describir realidades multiculturales de sus pobladores: quienes viajan a Estados Unidos como trabajadores migrantes y quienes se quedan. A través del análisis de contenido se identifican temáticas recurrentes de su vida cotidiana y festiva. También se evalúan competencias digitales de los emisores con páginas registradas en México y en Estados Unidos y la diversidad cultural que muestran. Palabras clave: Cultura, migración, identidad, representaciones sociales, tecnologías de información y comunicación. Abstract: This paper explores the representations of culture and identity that appear in 223 videos obtained from the YouTube platform, under the nominal anchor of “Villa Progreso”, the name of a small semi-desert town of Queretaro. We propose a conceptual framework used to describe multicultural realities of people: those who travel to the United States as migrant workers and those

* José Juan Olvera Gudiño es doctor en comunicación y estudios culturales, enfocado a la sociología de la música. Es encargado académico del Posgrado de Comunicación, de la Universidad Regiomontana. Correo electrónico: jolvera@mail.ur.mx

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who remain. Through content analysis recurring themes relating to everyday and festive life are identifield. It also evaluates the digital skills of the issuers whose pages are registered in Mexico and the United States, as well as the cultural diversity that show they show. Key words: culture, migration, identity, social representation, information technology.

ANTECEDENTES Las tecnologías de información y comunicación (TIC) son una nueva dimensión en el análisis de la migración. Dentro del diverso uso que hacen los trabajadores migrantes mexicanos en Estados Unidos o sus hijos, nacidos o crecidos allá, las redes sociales constituyen una esfera de actividad creciente. Nos referimos a las expresiones de la WEB 2.0 tales como Facebook, You Tube, My space, y muchas más. El concepto de redes sociales remite, en este trabajo, a dos sentidos. El primero se refiere al conjunto de relaciones de diverso tipo (parentesco, compadrazgo, paisanaje o amistad), que permiten lograr los objetivos de una comunidad o de parte de sus miembros. En los estudios migratorios, las redes sociales son instrumentos bajo los cuales descansa parte del proceso migratorio, pues están involucradas en la partida, el viaje, y el proceso de acomodo en la sociedad receptora. Por otro lado, desde los estudios de cultura digital, las redes sociales se pueden definir como los espacios virtuales con finalidades diversas, donde las personas pueden contactarse e interactuar. En cada caso se hará la aclaración pertinente. La literatura ha abordado ya varios de los posibles usos de estas herramientas (Arizpe, 2006, Garduño, 2006, UNESCO, 2009). Uno de ellos es el relativo a la construcción-reconstrucción de su territorio, identidad y cultura local originarias y su relación con las sociedades de acogida. Sea que no hayan retornado a su lugar de origen o que lo hagan periódica o esporádicamente, los migrantes usan YouTube, Truveo, Netlog, Facebook, Hi5, y otras plataformas para, entre otras cosas, poner en el ciberespacio lo que consideran importante, llamativo, nuevo o representativo de lo que ellos son ahora, de lo que son regiones o pueblos, o de lo que fueron. Este trabajo, con carácter exploratorio, propone un esquema de análisis para observar la construcción social de nuevas expresiones culturales y nuevas identidades por ser parte de migrantes mexicanos a Estados Unidos que utilizan las tecnologías de información y comunicación. Es un acercamiento al universo particular de los mensajes subidos al sitio 210 • Roy González Padilla


youtube.com por parte migrantes provenientes de la región del semidesierto queretano. Se aborda específicamente el caso del poblado Villa Progreso (municipio de Ezequiel Montes, estado de Querétaro) y de aquellos videos que tienen el nombre del poblado en algunos de sus elementos, tales como el título, las palabras clave, o la descripción del mensaje. Villa Progreso es una comunidad de 5 337 habitantes (INEGI, 2005), perteneciente al municipio de Ezequiel Montes, Querétaro. Está ubicado en la región del semidesierto, en el México Central. Su población se dedica al comercio, la minería y la agricultura. Su nombre refleja tres etapas importantes de su historia. Originalmente era tierra de indios chichimecas jonaces. Con la colonización española, el sitio llamado Bothé (cerros o lugar de cerros) fue habitado por otomíes, desplazados por los españoles para pacificar a los chichimecas. A principios del siglo XVII, con la conquista militar española de esa región, cuyo centro político era Cadereyta, se comenzó a llamar Tetillas, remitiéndose a los dos cerros cercanos en forma de tetillas de cabra, que han sido sagrados para las poblaciones originarias. Con la conformación en 1941 del municipio de Ezequiel Montes, el territorio de Tetillas se llamó a partir de entonces Villa Progreso. Sus habitantes aún llaman a la población de manera indistinta “Villa Progreso” o “Tetillas”. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) ha detectado en este lugar población otomí que mantiene su lengua, y otra que, al perderla, no ha dejado aún el bagaje de esta cultura (Bohorquez, 2003). Además existe una importante cantidad de población migrante internacional estimada en tres mil personas que cumple un papel clave en la economía de la comunidad; la mayoría de sexo masculino y asentada en el estado de California. Esta población migrante mantiene diversos tipos de vínculo con la comunidad: viajes de retorno, envíos de paquetes, comunicación telefónica y satelital. El mapa de tráfico a la página oficial del municipio de Ezequiel Montes del 10 de enero del 2010 (FEEDJIT, 2010) muestra que el 41% de las visitas provienen de 15 diferentes estados de la Unión Americana, mientras el 50% son de México y el 9% de otros países. El total de población del municipio es de 35 mil personas (Municipio de Ezequiel Montes, 2011). A partir del contexto citado nos enfrentamos a nuestro objeto de estudio con estas preguntas: ¿Qué se representa visual y auditivamente cuando la palabra Villa Progreso está incluida en los títulos o las palabras clave de los videos subidos a YouTube?, ¿tienen esas prácticas alguna o algunas funciones sociales?, ¿cuáles son? ¿Podemos pensar que en esas prácticas exista una suerte de construcción de representaciones sociales sobre el territorio y la cultura de origen, usando las nuevas tecnologías?,

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Si es así, ¿cómo se construyen y de qué posibles maneras se expresa la diversidad cultural en tales prácticas? Reconocer la importancia de estos nuevos fenómenos, desde la academia y la política pública, es darle a la gente el incentivo para continuar en la búsqueda de soluciones creativas para su propio desarrollo, en momentos en los que “se requiere de un nuevo tipo de política cultural que centre su mirada en el plano en el que operan las expresiones y creaciones culturales” (Arizpe, 2006, p. 43). El trabajo parte del supuesto de que las personas poseen un conjunto de hábitos mediáticos y culturales dentro de los cuales puede hallarse YouTube. Por tanto, la mirada es parcial, pues se pone el foco en esta plataforma, pero no se relaciona con el uso de otros espacios de la WEB no considerados aquí, donde se pueden estar llevando a cabo procesos similares y otros desconocidos.

MARCO DE REFERENCIA La globalización supone varios procesos entre los cuales aparecen el eclipse de las culturas campesinas y las diásporas laborales que expulsan a sus habitantes tanto a las grandes ciudades mexicanas como a espacios rurales y urbanos de otros países, principalmente de los Estados Unidos. Los procesos globalizadores también suponen el nacimiento de nuevas culturas en Estados Unidos con sujetos provenientes del ámbito rural y urbano, que mantienen vínculos materiales y simbólicos con sus lugares de origen. Pueden usarse circuitos de remesas de dinero u otros bienes materiales que conectan a los que se van con los que se quedan o pueden desarrollarse vínculos más simbólicos a través del uso de las nuevas tecnologías (Garduño, 2006). Así, la sociología y la antropología de la migración han desplazado su foco de atención de los fenómenos de asimilación hacia fenómenos de construcción de comunidades transnacionales y de las identidades sociales que se generan con ellas. Las representaciones que se construyen día a día, fuera del territorio nacional y fuera de las agendas políticas más tradicionales, son fruto del diálogo constante entre mexicanos y miembros de las diversas culturas estadounidenses. Estos mexicanos pueden ser originarios de una misma población, o de una diversidad de lugares del territorio nacional. Podemos situar tales expresiones en el contexto de la pugna por las nuevas formas para representar política y socialmente a la nación, formas que superen los modelos culturales sostenidos desde la colonia y el México

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independiente, tales como la cultura del Bajío, “ la cultura norteña”, y otras (Arizpe, 2006). Por un lado, diversos autores sostienen que la aceleración del proceso migratorio genera nuevas identidades, vinculadas de modo diferente al territorio (Appadurai, 2000; Arizpe, 2006) y debaten sobre el modo como esos migrantes “construyen sus marcas de identidad mediante la creación de identidades de localidad” (Arizpe, 2006, p. 12). Así, por ejemplo, podríamos observar que videos mostrados en YouTube capturan desde imágenes de oratorios indígenas y templos mestizos, hasta fiestas tradicionales y escolares del lugar, así como expresiones de la cultura chicana y de su vida cotidiana en Estados Unidos. Otro aspecto de la globalización, la desterritorialización de sus habitantes, (Tomlinson, 1999, Giménez 2002), tendría varias dimensiones. Una de ellas se refiere a los migrantes que viajan fuera de las fronteras de su Estado-nación y viven en un territorio y cultura diferentes. Según las redes sociales construidas, sea de connacionales, paisanos, vecinos o familiares, los migrantes pueden reterritorializarse y mantener aspectos de sus culturas originarias. Al hacerlo, pueden significar al mundo de manera diversa y colocar en YouTube u otras plataformas propuestas de sentido que los ubiquen en el mundo a modo de protagonistas, en contraste con aquellas otras —las hegemónicas— que los excluyeron cuando estaban en México y, también, cuando salieron de él (Imáz, 2006, pp. 238-240). Por otro lado aparecen quienes no migran y que, sin embargo, participan en los flujos de mercancías, dinero, y bienes simbólicos como las modas o la música, de los migrantes. Y no sólo con Estados Unidos, sino con Puerto Rico, el Distrito Federal o los estados del norte de México. Siguiendo una clasificación aceptada en la sociología de la cultura (Bourdieu, 1987), existe una cultura objetivada o materializada en lo que podemos englobar como patrimonio tangible e intangible, y una más, interiorizada en los sujetos, a través de los procesos de socialización. Esta última dimensión ha sido estudiada tradicionalmente a través de los conceptos de habitus, de Bourdieu (1990) y de representación social, desarrollados por la escuela de psicología social francesa de Serge Moscovici, Denisse Jodelet, y Juan Claude Abric, entre otros (Giménez, 2005). Mientras que la primera estudia las manifestaciones concretas de la cultura tales como los bailes, las canciones, las películas; la segunda aborda las predisposiciones de los sujetos hacia los diferentes aspectos de la vida, y las reglas que rigen su modo de observar o de ajustarse a la realidad, entre otras cosas. Según Moscovici (1979, p. 11-24), las representaciones sociales son “sistemas de valores, nociones y prácticas que proporcionan a los

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individuos los medios para orientarse en el contexto social y material”. Se originan en la vida diaria en el curso de las comunicaciones interindividuales, pero también son formadas por la escuela, los medios masivos de información, la ciencia o la religión. Es evidente que ambas dimensiones están íntimamente relacionadas y vinculadas como un todo, separable sólo por cuestiones de facilidad de estudio. Este estudio retoma aquí el análisis de las expresiones objetivadas de la cultura, en este caso videos, para rastrear el mundo allí representado. Para ello, se deben reconocer las limitaciones de este estudio, pues está básicamente centrado en el mensaje, con pocos, aunque importantes, elementos de contexto para conocer a emisores y receptores. Aceptamos de entrada las categorías que propone Gilberto Giménez para el estudio de la cultura popular, en particular para las culturas indígenas y campesinas. Tales categorías están organizadas en dos pares: Lengua y religión cono núcleo fundante o “principio nutriente de toda la actividad simbólica cultural (2007, p. 303)”. De modo que, en gran parte, influyen en las otras dos: cultura de la vida cotidiana y cultura festiva o ceremonial. Todas ellas están atravesadas por el eje constituido por las redes de sociabilidad (donde situaremos a YouTube como una red de nuevo tipo) y las instituciones locales. El autor propone dividir estas macrocategorías en subcategorías que deriven de alguna de ellas, tal como ocurre con las celebraciones del ciclo del hombre (bautizo, confirmación, boda, etc.) y las del ciclo del año (fiestas patronales), que derivan de la macrocategoría cultura festiva o ceremonial. Sin embargo, como hemos dicho en otro lugar, la configuración de las culturas mexicanas contemporáneas ya no puede ser pensada sin la confluencia del factor migratorio, como lo muestra el caso del poblado elegido para nuestro estudio. ¿Quiénes somos y cómo somos los mexicanos? son preguntas y respuestas que no dependen ya, exclusivamente, de los millones de mexicanos que vivimos dentro de nuestro territorio, sino también de los que viven en Estados Unidos y Canadá, así como de los que están en el trayecto (Olvera, 2010, 9). Lo anterior nos obliga a pensar en un esquema conceptual complementario. Ya que la tarea no es fácil, comenzaremos por considerar algunas categorías propuestas de manera paralela, tanto en México como en Estados Unidos. Así, consideraremos los elementos temáticos del video en función de esta categorización, tales como su vida cotidiana en ambos países, el país donde ocurren los hechos y las descripciones físicas del “aquí” y del “allá”, entre otras cosas. Pero primero ofreceremos una caracterización de la plataforma digital, sus usos y su importancia en el ámbito de la

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comunicación, para luego proponer el esquema conceptual y su vinculación con YouTube.

YOUTUBE COMO ARTEFACTO SOCIOTÉCNICO YouTube es la comunidad de videos en línea más popular del mundo. Fue fundada en 2005 por Chad Hurley y Steve Chen. Al año siguiente fue comprada por la Google Inc; a su vez, la compañía más importante de servicios de búsqueda. Hoy forma parte de un conglomerado de empresas y servicios que incluyen la información, los mapas, traducciones, correo, chat y otros más. De acuerdo con cifras de esa empresa, cada minuto se suben a YouTube 24 horas de video, y cada día se suben al sitio cientos de miles y se observan 2 mil millones de videos (YouTube, s/ f). Siri (2008) define a YouTube como artefacto sociotécnico. El concepto artefacto resalta el hecho de ser construido socialmente y atribuírsele determinados significados, así como el estar situado históricamente y ser contingente; mientras que el segundo concepto alude a las relaciones sociotécnicas, establecidas entre todos los actores involucrados en la co-construcción de los significados elaborados a su alrededor: empresas, inversionistas, publicistas, usuarios o técnicos. El concepto construcción social de la tecnología (Bijker, Hughes y Pinch, 1987) alude a esta mutua influencia entre tecnología y sociedad, donde más allá de preguntarse por el impacto de la primera sobre la segunda, estudia las relaciones específicas que permiten la construcción mutua de ambas, tanto de formaciones de sentido como de construcción de artefactos. En esta coconstrucción aparecen los sistemas sociotécnicos compuestos, no sólo por los artefactos, sino también por las organizaciones tales como las que lo construyeron, lo financiaron, el sistema de registro de patentes y otros artefactos legales, el sistema académico que los estudió o perfeccionó, los usuarios, etc. (Huges, 1987) Para el caso de YouTube, Siri (2008) sostiene que este artefacto está lejos de ser considerado estabilizado o clausurado. Explica que potencialmente es una arena de conflicto y renegociación entre diferentes formas de poder entre lo que su actual propietaria quiere publicar, lo que buscan los usuarios y los grupos de poder con derechos de autor que defender. Esto, a diferencia de un canal de televisión tradicional con una clara línea editorial. Otro aspecto definitorio de YouTube es que para algunos autores como Lange (2007), la plataforma no sólo es un sitio de videos, sino

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que es usado, al menos por el sector juvenil, como otra red social (en el sentido comunicacional) o se desarrollan con la plataforma comportamientos de redes sociales regulando, por ejemplo, ciertos contenidos de tipo más personal para ciertos círculos de allegados y otros contenidos para el resto de los usuarios. Muchos de los actuales usuarios de YouTube eran tradicionales receptores de contenidos generados medios masivos de información. Aunque lo siguen siendo en gran parte, ahora también están en posibilidad de elaborar sus propias representaciones de la realidad (reproduciendo otros modelos, reapropiándoselos o negociando con ellos) y las suben a la red para luego compartirlas. Son ellos quienes discuten con otros, en un plano más horizontal, los significados de tales mensajes, discutiendo y re-construyendo otras representaciones, sin que intervengan directamente las instituciones tradicionales formadoras de tales constructos. Para interactuar con la plataforma subiendo videos, el sujeto debe registrarse y crear una página o canal. De manera que el análisis de YouTube tiene estas dos dimensiones, el video específico que observamos en el portal de YouTube y el canal o página donde el sujeto emisor puede ofrecer al receptor, entre otras cosas, los videos propios y los favoritos; ofrecer datos tales como edad, sexo, ciudad de origen, así como tener una lista de suscriptores a la página, comentar con ellos y otras actividades. La parte descriptiva del estudio busca captar la estructura bicultural o multicultural de las representaciones: vida cotidiana o festiva en México o en Estados Unidos, ciclos del hombre y del año más concurridos: bautizos, bodas, graduaciones, fiestas patronales, ferias populares, fiestas cívicas, etcétera, ¿en qué lugares ocurren las situaciones representadas?, ¿a qué ciclos se refieren tales representaciones? En el entendido de que existe una relación entre el registro de la página y el país donde se habita, ¿quiénes muestran más desarrollo de sus competencias digitales, los que tienen su página registrada en Estados Unidos o quienes la tienen registrada en México? Hasta dónde se está representando un nuevo estilo o mundo de vida, donde el “aquí” y el “allá” son momentos regulares de la vida, no sólo lugares, un estilo diferente al tradicional anclado en el lugar, o, en todo caso y herido por la partida de éste y la llegada a un lugar extraño. Aunque son muchas las posibilidades que ofrece el sistema de información de YouTube para obtener datos relativos a las categorías arriba señaladas, aquí mostraremos sólo algunos datos que están organizados como pertenecientes al emisor y al mensaje.

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DATOS DEL EMISOR Autor del video (Nickname). Además de ser una variable que nos ayuda a controlar el procesamiento del resto de la información, puede indicar una relación identitaria directa con la familia de la que se procede, el lugar de donde se es originario o el rol maestro que se asume, en el sentido de la actividad social que lo distingue en la sociedad. Descripción del contenido del video. Al utilizar las propias palabras del sujeto, puede ofrecer información de primera mano sobre el proceso de construcción de las representaciones que los emisores están interesados en compartir, sobre su mundo de vida, quiénes son ellos. Palabras clave con las que está acompañado el mensaje. Es parte del proceso de designación, tan importante por las palabras que incluye como por las que excluyen, así como por la jerarquización que se usa. Perfil del emisor: Se ubica en la página o canal del emisor. Incluye datos generales que pueden convertirse en importantes variables independientes, tales como el país donde se registra la página, el sexo, edad, ciudad donde habita, reproducciones subidas, antigüedad, fecha de la última visita y otras opcionales. Ciudad y país desde donde se subió el video. Son datos de localización que nos permiten ubicar, entre otras cosas, el flujo de mensajes, los lugares de llegada de los migrantes, la posible existencia de comunidades y de redes sociales que las propician.

DATOS DEL MENSAJE Tema del video. Parte central del estudio que nos remite a la pregunta: ¿De qué se habla?, utilizada por analistas del discurso dedicados a la comunicación por Internet (Perera y otros, 2001). Y aunque la clasificación la construimos nosotros, se puede validar por los comentarios justificatorios del emisor en otras secciones del video o del canal del emisor. Se pondría una de las opciones cuando la mayoría del contenido pertenezca a ellas. Tipo de audio del video. El análisis del audio es el análisis de una de las dimensiones del mensaje, vinculada estrechamente con las imágenes de éste. Este audio puede ser inexistente, pero la mayoría de las veces está presente, bien ofreciendo el audio original de la acción que se muestra, bien colocando temas musicales que acompañan a la acción. Muchas veces se trata incluso de un videclip. Lo importante es que, en caso de existir, pensamos que el sonido otorga identidad al mensaje en estudio y a quien lo usa.

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Formato en el que está subido el video. Ofrece información sobre el grado de elaboración física del mensaje y las competencias digitales del emisor, estudiando dos aspectos: formato de las imágenes (series de fotos, combinación de fotos con video, etcétera), y tipo de audio que tiene el video. Ahora estamos en condiciones de proponer un esquema conceptual que permita vincular los aspectos a observar en los mensajes de YouTube con las categorías de la cultura que elegimos describir. Recordemos que el esquema tentativo sólo busca representar la relación entre los migrantes de este pequeño poblado —donde aplica el concepto desarrollado por Giménez (2005)— y las nuevas realidades a que se enfrentan en las sociedades modernas de Estados Unidos, particularmente en las ciudades. En estas nuevas realidades, destacan la centralidad del Estado y la de los medios masivos de comunicación, que han ido desplazando a la religión, pero no la han eliminado. Sin embargo estos dos elementos centrales de la sociedad estadounidenses, están presentes de manera distinta entre muchos migrantes, ya que muchos son ilegales, otros residentes, otros, más ciudadanos de primera generación, etc. El esquema de la Figura 1 se entiende en conjunto y no en sus partes separadas y aplica sólo para este caso. Esto significa que la migración de sujetos provenientes del mundo urbano mexicano hacia los Estados Unidos requeriría de otro esquema. Figura 1. Esquema conceptual de vida intercultural para ser observado en YouTube. Cultura festiva o ceremonial

Religión

Instituciones locales

Redes de sociabilidad Cultura de la vida cotidiana

Tema del video Tipo de audio del video Formato del video

Religión Redes de sociabilidad Medios masivos de comunicación Cultura de la vida cotidiana

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Lengua, dialecto, sociolecto, etcétera

Ciudad y país de emisión Ciudad de origen

Título del video Nombre de usuario Descripción del contenido Palabras clave

Cultura festiva o ceremonial Instituciones del Estado Sociedad civil Lengua, dialecto, sociolecto, etcétera


METODOLOGÍA Se realizó un análisis de contenido de 223 videos en el sitio YouTube obtenidos bajo el procedimiento de teclear “Villa Progreso” en el buscador del sitio. Tuvimos así el universo almacenado bajo este concepto, entre los días 1 al 31 de octubre del 2010. Los resultados incluyen a los videos que tienen ese término en sus palabras clave, en su título, o en algún otro sitio de la página del emisor. El anclaje en la designación “Villa Progreso”, pretende recolectar todos los videos subidos bajo tal etiqueta, ya sea proveniente de gente que vive en el poblado, otro lugar de México o en Estados Unidos, pero es originario de Villa Progreso. Por ende, pueden existir otros videos subidos por sujetos del lugar, que no pertenecen a la muestra por no tener esta palabra clave, y no serán analizados aquí. Del resultado original de la búsqueda, 386 videos, se eliminaron aquellos que no tenían que ver con el municipio. Por ejemplo, los que se referían a Villa Progreso en otros lugares de México o países de América Latina, tales como Nicaragua, República Dominicana, Chile y Perú. El estudio se concentra en dos aspectos: información sobre el emisor e información sobre el mensaje. En el primer caso agrupamos datos tales como emisor, título, autor, descripción del video, palabras clave, tipo de emisor y lugar de emisión, así como lugar de origen. Respecto al mensaje nos centramos en sus características físicas y de contenido, tales como tema del video, formato, música/interprete que usualmente les acompaña. Basados en la categorización de Lange recogida por Laura Siri (2008) respecto de los usuarios del YouTube, construimos una categorización bajo criterios de videos subidos, número de suscriptores, comentarios recibidos y antigüedad en la plataforma. Para la recolección de la información el encargado y tres asistentes de licenciatura trabajaron divididos en dos equipos. Se realizaron dos pruebas de fiabilidad para cada par, que consistieron en analizar, en cada vez, el 10% de los videos de esta muestra tomados al azar. En el segundo intento el porcentaje de ponderación idéntica fue de 96 por ciento. Ya que estos videos son un objeto de estudio en constante movimiento, durante la recolección del corpus se tomaron algunas previsiones metodológicas para que tales cambios no alteraran los resultados (o la foto no saliera movida). Como medida de ética y como actitud metodológica, se evitó cualquier tipo de contacto con emisores y receptores en el flujo de sus mensajes, aunque se navegara dentro de sus páginas. Finalmente, los datos expuestos en la sección de resultados deberán tomarse con la aclaración hecha arriba, respecto a la ausencia de información relativa al contexto de la enunciación y recepción. Por

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ejemplo, no existe el dato de la edad, en todos los emisores, por lo tanto no podemos hacer inferencias importantes, respecto de esta variable, así como de otras importantes, como el nivel educativo. Los comentarios puestos debajo del video, relativos al contexto de recepción tampoco serán analizados en esta comunicación. Los resultados deben, pues, tomarse con mesura y, en todo caso, como indicios que señalan tendencias.

RESULTADOS Los emisores y su contexto. Los videos analizados pertenecen a 52 nombres de usuario distintos (nicknames) que, suponemos, corresponden a 52 sujetos emisores, por lo que, en adelante, nos referiremos a éstos como “sujetos”. Recordemos que el análisis está referido a los videos que tienen el ancla designativa “Villa Progreso”. La Tabla 1 nos dice que la mayor parte de los sujetos estudiados ha subido uno o dos videos y que representa una minoría del total de mensajes subidos a YouTube (17.48%). Otra tercera parte sube una proporción mayor (40.80%) y una franca minoría concentra otro porcentaje similar, estos serían los sujetos más activos o youtubers. Interesa señalar que la mayoría de los sujetos de este estudio tienen su página registrada en Estados Unidos y concentran casi tres cuartas partes de los videos. En el rango de tres a 10 videos, los sujetos con página en EU, doblan en cantidad de mensajes a los que tienen la página registrada en México. Tabla 1. TABLA 1 Emisores, videos y lugar de registro. SUJETOS Rango de videos De 1 a 2 De 3 a 10 de 11 o más Total

México 13 7 1 21 (40%)

Fuente: Elaboración propia.

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VIDEOS EU

Total

México

18 10 2 31 (60%)

31 (60%) 17 (32.7%) 4 (7.69%)

16 31 14 61 (27.3%)

52 (100%)

EU 23 60 79 162 (72.6%)

Total 39 (17.48%) 91 (40.8%) 93 (41.70%) 223 (100%)


Se realizó un esfuerzo por conocer la ciudad donde viven o trabajan actualmente así como la ciudad de origen. Para el primer caso se pudieron obtener datos de un 52% de casos. Las ciudades donde están los usuarios fueron recogidas por diversos métodos, como se explicó arriba. Para los usuarios en Estados Unidos, las ciudades más comúnmente encontradas son Fresno, Sacramento, San José, Anaheim y Los Ángeles, en el estado de California; Boca Ratón, en Florida; y Seattle y Bellevue, en Washington. Para el caso de los emisores mexicanos, las ciudades donde viven los emisores fueron Villa Progreso y la capital queretana. Fue posible hallar evidencia de que los sujetos suben información en más de una ciudad de Estados Unidos. Como el caso de un emisor que subió la mayoría de sus videos en Anaheim, California, pero otros en Houston, Texas. Esto nos podría hablar de que su movilidad, probablemente por motivos laborales, no detiene su actividad en el sitio de videos. La ciudad de origen de los usuarios fue más difícil de rastrear. Aún así se logró establecer que el 78% de los emisores son originarios de Villa Progreso, un 11.5% de otras ciudades y el resto no ofreció datos al respecto. La elaboración de un perfil del emisor, explicada arriba, permitió identificar comportamientos diversos de los usuarios. Así, hay quien se dedica sólo a subir videos, interactuando poco con sus suscriptores. Otros, como menciona Siri (2008), usan YouTube como red social, con fuerte interacción entre sus suscriptores y otros comentaristas, pero suben pocos videos. Lenguaje e identidad. Es natural que, anclada nuestra búsqueda de videos en aquellos que tuvieran las palabras “Villa Progreso”, estas aparezcan en algún lugar del mensaje o del canal del usuario. Sin embargo no queremos dejar de resaltar algunos datos reveladores de la relación entre lenguaje e identidad. Se realizó una búsqueda entre todos los nombres de usuario o “nicknames”, para separar aquellos que tenían una construcción geoantrópica o gentilicia. Es decir, que su nombre expresara su lugar de origen. Aunque fueron pocos los casos, todos sus “nicknames” nos remiten sujetos que tienen su página registrada en EU o que viven en la capital queretana; es decir, que podemos asumir que son migrantes, como se muestra en la tabla 2.

Educación en los tiempos de la información. Un ejercicio de • 221 comprensión de los paradigmas éticos del proceso de comunicación en la actualidad postmoderna


TABLA 2 Nombres de usuario y ciudad de residencia. NICKNAME loberasqroméxico 1 lovitosolidario2058 MrTetillas r5tetillas tetillasman VillaProgreso01 villanos001

CIUDAD DE RESIDENCIA Boca Ratón, Florida Anaheim, California Fresno, California Sacramento, CA Bellevue, Wa Querétaro, Querétaro Querétaro, Querétaro

1

Loberas se refiere al nombre de un barrio cercano al pueblo de Villa Progreso. Fuente: Elaboración propia.

COMPETENCIAS DIGITALES DE LOS EMISORES Las evidencias que recuperamos respecto a las competencias digitales fueron dos: formato del video y el tipo de audio en el video. Respecto al tipo de imagen una mayoría subió su material en formato de video. En este caso, la mayoría de las veces el emisor sube directamente el archivo obtenido en una o varias tomas. Debemos resaltar que un 33% de los casos está constituido por imágenes fotográficas en secuencia (generalmente con fondo musical), lo que indica habilidades para tomar la foto, ordenarlas en secuencia en un programa de cómputo, por más rudimentario que sea, agregar en muchos casos un audio musical y finalmente subirla a YouTube. El 85% de quienes realizaban esta operación tenían su página registrada en Estados Unidos. Esto nos hace suponer la existencia de una tendencia a desarrollar más competencias digitales entre los migrantes —por múltiples factores— comparados con la gente que no migra. Pero sólo un estudio en campo, puede ratificar o rectificar esa suposición. Respecto al tipo de audio en el video, los datos nos indican dos situaciones relevantes: que la música es parte activa de la representación que se está construyendo, pues un 77% de los videos poseen esta dimensión comunicativa, mientras que sólo 22% tiene sonido ambiente sin música. Por otro lado, cerca de la mitad de los videos tienen audio externo integrado, lo que implica una habilidad específica para realizar tal tarea. Desglosando estos datos según el país, observamos en la Tabla 3 que los usuarios con página en Estados Unidos son más inclinados a incluir audio externo en sus videos, lo que nos habla de competencias digitales más desarrolladas entre ellos. 222 • Roy González Padilla


TABLA 3 Comparación del tipo de audio en el video México-EU TIPO DE AUDIO EN EL VIDEO

NO

%

TIPO DE AUDIO EN EL VIDEO

NO

%

SA* sin música (Mex) SA musical (Mex) Audio Externo (Mex) Videoclip (Mex) No dato Total

15 31 15 0 0 61

25% 50.81% 24.60% 0% 0 100%

SA sin música (EU) SA musical (EU) Audio Externo (EU) Videoclip (EU) No dato Total

32 36 84 7 3 162

19.75% 22.22% 51.90% 4.34% 1.85% 100%

Fuente: Elaboración propia. * SA= Sonido ambiental

TEMÁTICA REPRESENTADA El contraste en temáticas representadas por quienes migran y no lo hacen se resalta la Tabla 4. Quienes viajan a trabajar a Estados Unidos de América (EUA) interaccionan con mundos muy distintos, lo que está representado en una mayor diversidad temática de sus videos. La gran mayoría de las expresiones de la vida festiva son referidas a la fiesta patronal en México y, dentro de ella, una ligera mayoría se refiere a su componente lúdico y laico: la feria popular. En parte, podemos suponer que ello es porque México es un país de fiesta y la separación entre su vida cotidiana y festiva es menos rígida. TABLA 4 Temática representada en los videos Tema

N.

Vida festiva Vida cotidiana México Vida festiva EU Vida cotidiana EU Amor. Narcocultura Expresiones binacionales Vida de migrante Otros temas.

24 41 11 41 10 17 8 5 5 162

% 14.8% 25.3% 6.8% 25.3% 6.2% 10.5% 5% 3% 3% 61

Tema Vida Festiva México Vida cotidiana México Amor Narcocultura

N. 37 21 2 1

% 60.1% 34.4% 3.3% 1.63%

Fuente: Elaboración propia

Educación en los tiempos de la información. Un ejercicio de • 223 comprensión de los paradigmas éticos del proceso de comunicación en la actualidad postmoderna


La mayoría de las expresiones de vida cotidiana tomadas en México se refieren al descanso, principalmente al descanso de los migrantes que regresan y toman videos de sus padres, de la comida con los suegros, de los hijos que van creciendo y se muestran en el patio de la casa jugando entre ellos o con las mascotas, de la supervisión de la construcción de casas que piden por encargo a otros, etc. En cambio, los videos de la vida en EU aluden principalmente al trabajo, incluyendo al tiempo fuera de la empresa que ocupan para trabajar en el patio con un auto, cambiándole el motor, pintándolo, reconstruyéndolo. El carácter festivo de las culturas mexicanas se expresa incluso en la vida cotidiana de los trabajadores migrantes. Por ejemplo, hemos colocado en esta última categoría, dos videos de sujetos cuyo trabajo es ser discjockey y animador de fiestas, respectivamente. Así que, por lo menos parte de la vida cotidiana de estos sujetos es festiva. Lugar importante ocupan los mensajes cuyo contenido principal es la narcocultura. Se expresa a través de narcocorridos, ilustrados con símbolos de poder económico, armas, y evocaciones estéticas a la cocaína y la mariguana. Destacan también las expresiones binacionales, aquellas que combinan equilibradamente aspectos del “aquí” y el “allá”. El equilibrio es tan pronunciado (mismo tiempo para uno y otro, misma cantidad de fotos de EU y de México, etcétera), que se decidió etiquetarlas aparte, por mostrar, aparentemente, un registro del mundo compartido, que puede ser útil para ulteriores análisis. La evidencia del amplio espectro de temas, a causa de la dinámica intercultural de algunos emisores, nos debe seguir llevando a otros estudios que pudieran contrastarla y reafirmarla, si ese fuere el caso y para abrir el espacio de reflexión sobre nuestras identidades múltiples, complejas y dinámicas. En particular si, como se mencionó al inicio, existe una población indígena originaria. Como dice Arizpe: En vez de afirmar que deben conservarse las culturas tradicionales, es crucial afirmar que las culturas tradicionales deben ser reconocidas en su compromiso transformativo con la globalización y las comunicaciones mundiales (2005, p. 37).

El estudio de estos fenómenos puede ayudar a responder desde cierta perspectiva la pregunta que León Olive (2006, 32) hace respecto a si “tiene sentido plantearse un proyecto nacional multicultural que tenga en su horizonte una sociedad del conocimiento, plural y

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democrática”, en los países —como el nuestro— donde conviven diferentes intereses, valores y cosmovisiones de los pueblos y culturas.

CONCLUSIONES Todo parece indicar que la constatación de la vida cotidiana en EU en los videos de YouTube corre paralela a una re-construcción de la cultura de origen. La combinación puede estar generando nuevas identidades. Por ejemplo, identidades posnacionales (Zúñiga, 2010). Las expresiones de contenidos mixtos, muestran una mayor asimilación no sólo de la cultura estadounidense, sino de la cultura chicana, en particular a través del rap que lleva ese nombre. Esta es toda una veta de investigación que estudios posteriores pueden abordar, desde la perspectiva binacional. Estudiar los comentarios de cada uno de los mensajes iluminará el contexto de recepción. Podría mostrar, por ejemplo, la constitución de comunidades imaginarias entre sujetos radicados en EU, anclados en parte, en su cultura de origen. Por otro lado, el trabajo de campo, a través de entrevistas con algunos de ellos —en EU y en México— podría generar conocimiento al respecto del contexto de emisión; intenciones de los sujetos, cargas de sentido. Las etnografías en Villa Progreso, el pueblo de origen, pueden ayudar a completar la mirada desde el punto de anclaje, así como la influencia cultural de los migrantes, y no sólo de las instituciones tradicionales de influencia. Todos estos estudios referidos para el futuro, se están realizando actualmente con ayuda de asistentes de investigación y tesistas de comunicación social. En resumen, hemos visto evidencia de un universo de expresiones sobre vida cotidiana, cultura popular y cultura de masas por parte de actores ciudadanos que, en conjunto, muestra virtualmente una diversidad cultural, constituida no sólo por temáticas, sino por lugares en México y EU, desde donde se vive y se piensa a los otros sitios. Suponemos, en adelante, la existencia de varios niveles de diálogo intercultural, entre mexicanos de uno y otro lado y descendientes de mexicanos, así como con otros extranjeros. Con la información hasta ahora recabada también es pertinente proponer las posibles funciones que están cumpliendo tales mensajes. Una de ellas puede ser la de construir redes virtuales con personas del mismo poblado que están viviendo en lugares diferentes de EU. En otras palabras, los mensajes

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impulsarían redes y las redes ayudarían a construir una localidad imaginada en territorio extranjero, con raíces y cultura comunes. El cruce de informaciones y diálogos nacionales o binacionales, ofrece valiosa información al científico social sobre tópicos tales como: el uso particular de las TIC en trabajadores migrantes; la construcción de las representaciones sociales alrededor de la cultura emisora local (el terruño, el pueblo, su fiesta patronal) y de la receptora; y la construcción de sentido al seno de culturas transnacionales. Es importante entender los procesos mediante los cuales los portadores de las culturas mexicanas en el extranjero mantienen sus códigos culturales o les proporcionan nuevos signos, complejizándolos, creando un entramado intercultural que genera en algunos un sentimiento de seguridad, una representación más acorde con el acelerado fluir del mundo, pero genera en otros conflicto, rechazo e inseguridad. Finalmente se requiere una teoría de funcionamiento intercultural de gran potencial heurístico que trabaje ante la diversidad de situaciones migratorias: migrante ilegal, legal temporal, residente, ciudadano, etcétera. Igualmente, es recomendable que se amplíe el foco del estudio tanto hacia el contexto enunciativo como al tipo de recepción de los mensajes, y en analizar los mensajes y sus retroalimentaciones a partir de las categorías de representación social de Moscovici (1979), Jodelet (1984), Di Giacomo (1989) y otros.

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Error de Conexión: alegato por una política de las artes electrónicas y en línea Carlos Prieto Acevedo* UNIVERSIDAD DEL CLAUSTRO DE SOR JUANA ○

Resumen: En el presente trabajo se hace una revisión crítica del net-art como forma de expresión, pero particularmente a partir de su entorno comunicativo. Se exploran las distintas formas de aproximación a la experimentación con los nuevos medios en el contexto de las transformaciones globales de índole social y económica, así como diversas especificidades respecto a la transformación de los discursos artísticos de las últimas décadas. Palabras clave: Arte, discurso, medios, net-art, tecnología Abstract: This work implies a critical review on net-art as form of expression, but particularly from its communicative implications. It explores different formal approaches to new media experimentation in the context of the global transformations of social and economic nature, as well as diverse specificities concerning the transformation of the artistic discourse from the last decades. Keywords: Art, discourse, media, net-ar,t technology

* Carlos Prieto Acevedo cursó estudios de filosofía en la UNAM . Es profesor de tiempo completo e investigador en el Colegio de Comunicación de la Universidad del Claustro de Sor Juana, y coordinador del laboratorio de experimentación radiofónica Radio C. Actualmente redacta una historia crítica de la música electrónica y electroacústica en México. Correo electrónico: contaminatio@yahoo.com

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“…desde que salió la Mac, nuestros sistemas operativos están basados en metáforas, y, por lo que a mi respecta, es legítimo cuestionar cualquier cosa con metáforas dentro”. Neal Stephenson, En el principio fue la línea de comandos

“…deberíamos poder disentir públicamente y seguir siendo amigos…” Jorge Alberto Manrique

CUADRO FRAGMENTARIO DE UNA ÉPOCA Y DE UN GÉNERO ARTÍSTICO DE BREVÍSIMA HISTORIA

En un artículo del año 2000 aparecido en la revista Artbyte, el crítico de arte-mediático Jon Ippolito se lamentaba de que hasta ese entonces el net-art no hubiera pasado de ser un canal flexible para mostrar y divulgar obras de soporte tradicional, digitalizadas, a la manera de un catálogo a disposición de un infinito número de clientes a través de la web. Esto no era del todo cierto ni tan dramático; el net-art era un tipo de expresión embrionaria todavía en fase exploratoria. Cinco años antes los mismos flujos informáticos habían acuñado azarosamente el término net-art, introducido por un mail anónimo enviado al net-artista esloveno Vuk Cosic en diciembre de 1995, (en Jana, R. y Tribe, M. (2004) y a quien se atribuye no tanto la génesis de la palabra, pero sí la propagación de su uso. En realidad es un “ready made”, se afirma. Debido a una incompatibilidad de software, el texto era un abracadabra en formato ASCII, prácticamente ilegible. De entre el caos de caracteres y dígitos el único fragmento que tenía algún sentido dejaba entre-leer la palabra Net-punto-Art, netart. Frente a esta historia, el pionero cibernauta ruso Alexey Shulgin, amigo de Cosic, declaraba en el célebre foro Nettime años después: “Me gusta muchísimo esta extraña anécdota, porque es una ilustración perfecta del hecho de que el mundo en que vivimos es mucho más rico que todas nuestras ideas que tengamos acerca de él”. La red misma le acababa de proporcionar un nombre para la actividad en la que estaba involucrado y, de paso, anunciaba la entrada en una fase de la civilización capitalista realmente nueva y vertiginosa. Pero regresemos con nuestro crítico; Ippolito, (2000) se preguntaba pues, sobre el reto, hasta ese entonces insuperado, que el nuevo medio planteaba a quienes buscaban hacer de internet la materia de una expresión estética, mediante las cualidades que, decían, conforman la potencia de la red y la tecnología digital; cualidades y poderes que hasta ese momento habían alimentado el discurso eufórico de estas nuevas

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tecnologías que, desde finales de los setentas habían iniciado el proceso de integración mundial al esquema económico del capitalismo neoliberal, y que relaciono con lo que el pensador francés Félix Guattari (1995) denomina “capitalismo mundial integrado” (CMI), y cuyo discurso ideológico, propone el italiano Berardi (2003) denominar, al menos provisionalmente, tecnoliberalismo. El capitalismo contemporáneo puede ser definido como Capitalismo Mundial Integrado: 1. Porque sus interacciones son constantes con países que históricamente parecían habérsele escapado (los países del ex bloque soviético, China y los llamados del “tercer mundo”) y 2. Porque tiende a que ninguna actividad humana, en todo el planeta, escape a su control. (Guattari, F. (1995).

Estos atributos tan euforizados por las ideologías posmodernas del ciberespacio y por la demagogia felicista del nuevo empresariado de internet, son unas que todos conocemos; hablo de esos totems sacrosantos del actual arte electrónico: Interactividad, tiempo-real, instantaneidad, ubicuidad, telepresencia, simultaneidad, virtualidad, conectividad e hipertextualidad. Situémonos a la mitad de los noventa: Una promesa de felicidad recorre la cultura de masas, la publicidad y la misma ideología económica, en el discurso común la felicidad no es ya una opción, sino una obligación…”, que Bifo pone en correlación con el hecho de que “…la energía deseante de la sociedad en su conjunto se ha trasladado por completo al juego competitivo de la economía…”, siendo así que “…hoy la libertad ha sido encerrada en el espacio de la economía capitalista y se reduce a la libre competencia en un horizonte obligatorio”. En pocas palabras: “La ideología de la new economy, afirma que el libre juego del mercado crea el máximo de felicidad para la humanidad en general. (Berardi, F.(2002).

Estas características de la tecnología digital y de la web ya habían logrado cimbrar paradigmas sociales, económicos y laborales de manera consistente e irreversible desde inicios de los años ochenta. Los economistas y los militares sabían muy bien para qué querían y para qué podían servir estas tecnologías, diseñadas en parte por ellos mismos y perfeccionadas por los científicos e investigadores universitarios. Cómo no iba a ser así; se abría para ellos, al igual que para los artistas, un campo de juego y experimentaciones inéditas, mediante un instrumento que desde su origen ha servido paralelamente a intereses científicos y

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militares y que se quería el andamio por el que el capital absorbiera en un gran sistema la vida entera del globo poniéndonos a trabajar a su servicio; lo que hoy, con la convergencia tecnológica y su proyecto de colonizar la vida cotidiana en su totalidad, se confirma. Al respecto, Beraldi (2003) ha tenido una pesadilla: un supraorganismo bioinformático, es decir, el resultado de la interacción entre los humanos y una red automatizada mundial, heterogénea pero sometida al capital, donde nervios biológicos y circuitos estarían conectados en una asimétrica sinergia productiva, intermitente, vehículo de una nueva forma de explotación, dirá Beraldi, “neuronal”. El infoproductor o neurotrabajador predispone su sistema nervioso como aparato receptor activo tanto tiempo como puede… pues el sueño del capital consiste en chupar hasta el último átomo de tiempo productivo en el preciso momento en que el ciclo productivo lo necesita, de forma que pueda disponer de toda la jornada de trabajo pagando sólo los momento en los que el neurotrabajador es celularizado, (Berardi, 2003, p. 76).

Retomo. A pesar de que fueron los artistas —recuerda Jon Ippolito en su artículo—, quienes saltaron con más entusiasmo a experimentar con el campo inmaterial de la red de redes, no habían logrado trasladar realmente, a cinco años de forjada su identidad, las cualidades tan celebradas de la tecnología digital y de la red —que en su momento se describió a sí misma como líquida, inmersiva e incontrolablemente intertextual—, a una forma artística más o menos consistente. “Realizar exitosamente arte para Internet no es solamente cuestión de aprender a usar las herramientas correctas, sino también aprender la actitud correcta”, advertía Ippolito (2000) en su articulo de hace más de una década. Pero ¿a qué se debía esto? Él mismo destacaba el auge y la determinación con que después de 1995 la red se estetizaba y emergía todo un aparato, un mercado y una sensibilidad ligada a la web. Sabemos que, a diferencia de sus aplicaciones publicitarias y financieras, no existía un cuerpo o teoría programático, ni una legitimidad institucional y artística como la que actualmente tiene lo que hoy se conoce y produce como net-art. Lo cuál no deja de ser un problema, al menos en México y Latinoamérica, para quienes buscan la gloria y la garantía de pertenecer al sistema de las artes, tan vilipendiadas por las neo-vanguardias que precedieron e inspiraron mucho de la multidisciplina electrónica y, por supuesto, del net-art de la actualidad. Sigo, para ir tematizando esta rápida y desacertada identidad del net-artista y sus quehaceres, esta

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historia, aún en ciernes, del arte de internet, pero desde un lugar que no es el de los museos, y que más bien quiere restituir a esta cronología institucional la coincidencia de euforias entre economía neoliberal y arte virtual, con el fin de encontrar la “actitud correcta” que, al menos yo (junto a Jon Ippolito), buscaría en el artista mediático. Bien, inmersos en la retórica capitalista del “fin de las ideologías”, una buen parte de los artistas mediáticos de los noventas apenas contaban con una serie de saberes fragmentados, sin posibilidad de enfrentar el discurso hegemónico subyacente de una tecnología omniabarcadora como lo es internet; no cabía, ni por equívoco, en esos momentos de hype posestructuralista, un análisis ideológico de los términos, conceptos y procesos que, hasta hoy en día, suponen todavía muchos artistas como neutros. No hay ideología en esos procesos, imposible, son leyes y parámetros técnicos, objetivos, fórmulas y ecuaciones, se nos dice. Las variables socioeconómicas y sus efectos concretos en las poblaciones del mundo no pueden interferir con la transmisión e interacción puras que tienen lugar en la web, dan a entender los especialistas de la red. El espacio tecnológico, y en especial, el de las redes, infiero, es para muchos de ellos una suerte de campo neutral y aséptico en el que fluyen puros dígitos: unos y ceros, y en el que, por síntesis, cabe toda forma de creación. Muchos artistas electrónicos, en aquel entonces como en la actualidad, se consagran básicamente al dominio de las herramientas, métodos y técnicas. En contraste, el desarrollo teórico y reflexivo es mínimo, marginal o terriblemente discontinuo e inconsistente. La trans-diciplina es intrínsecamente un ejercicio político de intermediación crítica en el campo del saber, y debiera desplegar su actividad como crítica a la realidad del conocimiento, de su organización institucional existente. Por el contrario, en muchos casos no hay distanciamiento del vocabulario tecnológico, que atesta el discurso de las artes electrónicas hoy en día, en un gesto deliberado —e ingenuo— de idiosincrasia positivista, involuntariamente adoptado e insuflado desde la economía neoliberal de los ochentas. Medita Heidegger: Más duramente estamos entregados a la técnica cuando la consideramos como algo neutral pues esta concepción que tiene hoy día gran aceptación, nos vuelve completamente ciegos para la esencia de la técnica. La esencia de la técnica no es algo técnico y mientras nos dediquemos y nos representemos sólo a lo técnico para apegarnos a ello o para rechazarlo, permaneceremos encadenados a la técnica, aunque apasionadamente la afirmemos o la neguemos, se planteaba Heidegger en la famosa conferencia de 1953, La pregunta por la técnica. Ni tecnofobia ni ciberfascinación son vías adecuadas; mucho menos

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abandonarse a una supuesta pureza o neutralidad del instrumento tecnológico, interpreto. Parecería, no obstante, como si el ensimismamiento de la técnica hubiera usurpado la imaginación de quienes deberían desobedecerla: los artistas y poetas. Gremio que lucha por no dejarse succionar en la auto-referencialidad del lenguaje tecnológico e informático. Sin embargo, es una lucha atroz con un medio ambivalente, encadenado a los designios del capital. La inmersión en el océano fractal de la infosfera es total, nos dice Beraldi. La infosfera es el ambiente mental en el que la mente se forma y entra en relación con otras mentes, gracias a la red. (Berardi, 2003, p. 16). Esta infosfera se encuentra en una relación intermedia o intermediaria (de interfaz la llama justamente) con el mediaescape y con la mente social; derivado tecnológico y rizomático de la idea de imaginario social y colectivo, puesto a punto con la velocidad y características comunicativas de la tecnología electrónica y digital, conectadas a su vez a la máquina productiva mundial del capital. El artista electrónico y de la red flotan entre fragmentos que a su vez son configuraciones numéricas. Fragmentos y flujos, dos instancias centrales del discurso neobarroco posmoderno. El capital se ha socializado por la red y a reforzado su capacidad de subsumir la vida, el deseo y las energías en un proceso que funde economía y comunicación. La contabilidad invisible y súper-veloz de las múltiples operaciones algorítmicas vuelven inaprensibles las contradicciones de la relación social que anida en la máquina. Se abraza la pureza del número, y el universo binario donde se configura y despliega la imagen-mercancía no es sólo refractario, sino sistemáticamente indiferente al agotamiento corporal de la sobreexplotación cognitiva y manual de miles de trabajadores y obreros del nuevo régimen laboral hiperflexible; tan necesarios para crear la infraestructura informática que hoy envuelve a una gran parte del planeta. La contundencia de la red y la flexibilidad tecnológica eran un hecho y sus estragos no eran nada virtuales, momentos necesarios, nos decían los tecnólogos, de un proceso de perfeccionamiento y transición que, sin embargo, eran celebrados como obras de arte definitivas; demoliciones de un mundo que ya nadie quería. El trabajo, la productividad, la competencia, son considerados los valores-guía a los que todo debe ser sacrificado. La violencia, la guerra, la miseria, son residuos marginales, provisionales de un mundo aún no perfecto. (Berardi, 2003, p. 38).

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La responsabilidad por el cuerpo de los otros y el relevo de las luchas sociales históricas, así como el desgarramiento de las economías regionales ya no pesaba sobre nadie, mucho menos sobre el naciente artista de la red.

UNA ARBORESCENCIA: ARTE Y ECONOMÍA DE LAS REDES Los modelos de la red en los que se basa mucha de la justificación teórica de los net-artistas, se imaginaron y construyeron a la luz y bajo el auspicio de la idea de crecimiento; componente ideológico de la noción económica de desarrollo que es endémica al capitalismo y su fase rizomática actual. Es una idea emprendedora de la red impulsada por los mercadólogos en los ochentas y noventas mediante la creación de un discurso, anteriormente citado, que Berardi (2003) llama felicista y que se asocia en parte a los young urban professionals —los repudiados y emblemáticos youpies—, de finales de los ochenta y a la virtual class de finales de los noventa. Acerca de esta “clase [social] virtual”, ligada directamente al usufructo de la especulación financiera, pueden revisarse los libros de A. Kroker y M. A. Weinstein Data trash, the theory of virtual class (New World Perspectives, Montreal, 1994), y también La fábrica de la infelicidad de Berardi, anteriormente citado. En pocas palabras la “virtual class” es esa capa improductiva de abogados, contadores y administradores que se apropian del plusvalor cognitivo producido por los físicos, los informáticos, los diseñadores, los escritores y operadores mediáticos. Esta “clase virtual” es la clase de los que no son clase porque no se determinan material ni socialmente, en la medida en que su definición consiste precisamente en el proceso de eludir la propia corporeidad social, tan cara a muchos “artistas”, particularmente aquellos que incursionan en el medio de la web y la experimentación digital. Como pretexto, explicación o justificación estética de un proyecto mediático en el presente resulta políticamente ingenua y conceptualmente trivial. Es decir, que una obra adquiera todo su valor estético solamente por ser un sistema de interconexiones resulta fraudulento. En todo caso, este argumento o justificación resultaría, como acierta Geert Lovink, 2002, al corregir su euforia noventera, en una especie de promoción y demostración publicitaria de la web, como sistema non plus ultra de vinculación entre clientes y vendedores: supuesto medular de toda la empresa de negocios contemporánea. Basta comprobarlo viendo cómo el discurso del capitalismo post-nacional ha sido posible gracias a las comunicaciones electrónicas de envergadura global, y que

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el desmantelamiento de los Estados-nación sigue en curso, para verificar la peligrosa inocencia que abriga la estetización de la red per se. Tomemos en cuenta que el artífice de la red trabaja en un medio que no es un lienzo en blanco, y que las diferentes sociedades del planeta son dosificadas en ella como en una gran mente social interconectada, que, como ya he mencionado, Berardi (2003) llama la infosfera. En este nuevo horizonte de subjetividad pública, las características del sujeto moderno basado en un principio de unidad interior han sido profundamente erosionadas, volcándose en una especie de espacio público inmaterial que es la web, rasgo que no debiera tomarse a la ligera en los proyectos de net-art, al menos, reitero, en México y Latinoamérica pues a la par con este fenómeno de la infosfera, de la “creación e interconexión de mentes”, la potencia especulativa del capital financiero encuentra en la ubicuidad y conectividad de la red un instrumento único para afirmarse como realidad transnacional, como vehículo de un supuesto progreso económico mundial. Cabe pues la recomposición estratégica de las identidades disueltas mediante la tecnología. Este hecho, verificado en los años subsiguientes y especialmente luego del 2001, contribuye a la disolución entre arte y vida, entre política y creación, coyuntura inevitable traída por las ansias capitalistas y los desarrolladores de software y que, pienso, debería ser considerado por los net-artistas latinoamericanos, nueva y más rigurosamente cada vez.

LOS NOVENTA: EUFORIA DIGITAL Estamos en la década de los noventa y la sociedad, se dice, se encontraba sobreexcitada, fascinada con la velocidad de los procesadores, la ubicuidad, la telepresencia y la interactividad. Hoy en día se sigue oyendo todavía esto en el discurso de algunos creadores electrónicos. Los artistas estaban encantados con el remolino de conceptos que les permitirían hacer realidad las promesas del mundo posmoderno; un mundo sin centros, sin sujetos, sin órganos, sin fronteras de ningún orden, sin jerarquías, sin encomiendas históricas, pues la historia, se decía en esos momentos de auge informático y especulación financiera, acababa de tocar a su fin. La pretendida homogeneización económica y sociocultural del planeta bajo el capital iba realizando este “ocaso de los grandes relatos”. Las distintas realidades del mundo, las mercancías y los cuerpos eran reducidos a bits de información y fluían por la red en un tiempo total, mundial: el “tiempo -real”. No se sabía si la red estaba a disposición de nosotros o nosotros a disposición de ella. Una comunicación hiper-

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estilizada se integra progresivamente con el movimiento de la economía y sus imperativos compulsivos y autónomos de acumulación, haciendo coextensivo a todo el tiempo de la vida social el proceso de valorización económica. Mientras, allá afuera, afuera de la web, el cuerpo biológico y las fuerzas productivas luchan por sincronizarse con los procesos de la aceleración tecnológica. Lo que Berardi denomina la recodificación del cuerpo humano y sus procesos orgánicos según las operaciones de la máquina y las necesidades de un enriquecimiento simultáneo a escala global. Enriquecimiento que se da a través de las negociaciones telemáticas y la implantación de un red supranacional; había que expandir los sentidos y deshacerse del cuerpo para llegar a todos lados y capitalizar cada segundo. No son experimentos psicodélicos sino ideología y procesos de inmaterialización capitalista. A la subsunción real del trabajo vivo del obrero en las operaciones aisladas de la máquina en el taller automático que avizoraba Marx (2004) a finales del siglo XIX, seguía la residualización y la subsunción informática del cuerpo social, la cooptación del deseo y de las energías sociales en un proceso que unía en un flujo indisoluble, estética y economía en las redes y en la industria de las comunicaciones. Es el período de reestructuración de la máquina capitalista a escala mundial y en el que se producen una serie de mutuas determinaciones entre dinámicas económicas, ideologías del libre mercado y procesos electrónicos en la red. Determinaciones mutuas que, pienso, el artista o el poeta de la red deberían desocultarnos, espacializarlas e historizarlas; disección de un dispositivo tecnológico y no en cambio, como se puede ver en mucho del trabajo a la mano de los net-artistas y artistas electrónicos, un planteamiento puramente ornamental, tan débil hoy en día como la sintética euforia felicista de la economía global después de la crisis del dotcom hace media década. Sabemos que entre los principales agentes de financiamiento y diseño de las nuevas tecnologías de la comunicación a finales de los setentas estaban la NASA y el Pentágono, y sabemos hoy también que una profunda mutación estaba en marcha, produciendo distintos efectos sobre el heterogéneo cuerpo social del planeta, al unificar sistemas culturales y disolver fronteras geográficas y políticas, al despojar al sujeto de las certezas que antes le anclaban al mundo social y colectivo pero dándole otras, nuevas, inmateriales. De esta mutación de la que hablo dan cuenta la creación de una centena de vocablos que acentúan en sus prefijos, el “post”, el “trans” y el “multi”, del Ser social que emergía y que en parte nos constituye el día de hoy. Y que, junto a los procesos que intentaban describir, prestaban a la sociedad el arsenal de herramientas ambivalentes del espacio informático global; un paradigma de movilidad que la sociedad

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no tenía y que habría que continuar aprovechando. Esta ambivalencia comienza a discernirse a 11 años de creado el término netart, y surge como posibilidad tangible de la técnica, hasta después de la ebriedad posmoderna, abriendo para el demiurgo electrónico, y para todos los usuarios de la tecnología en red, una profunda disyuntiva, cargada de encomiendas, responsabilidades y de una inaplazable redefinición ética y política del arte y, más aún, del arte electrónico, tecnológico. Uno de los lados de esta disyunción en el uso estético de las nuevas tecnologías seria convalidar el contenido ideológico tecnoliberal de los conceptos típicos de las nuevas tecnologías tal como se forjaron en los ochentas y noventas; en correspondencia se usaría la red como un medio neutro, como el espacio idóneo para un tipo de experimentación que no sería sino la continuación, con medios más poderosos, de las investigaciones puramente plásticas y formales de las vanguardias del siglo XX, como el neoplasticismo. Yéndonos en la otra dirección, se trataría, como proponía Brecht comentado por W. Benjamin (2003) en los años 20 del siglo pasado, de “refuncionalizar” las nuevas tecnologías y hacer tangible su ambivalencia, su potencial como herramienta emancipadora y reconstructiva; de forzar la técnica contra los imperativos económicos y de condicionamiento a los que originalmente sirve. Se trataría pues, en esta segunda opción, de no sucumbir a la euforia y al éxtasis que, nos dijeron, producen sus atributos. Un rechazo a lo que en los ochentas y parte de los noventas fue una alienación querida y hasta deseada, y que permitió que estos procesos parciales de la máquina cobraran vida propia y se volvieran como fuerzas y poderes mágicos incontrolables, ajenos al hombre aunque puestos a su servicio. Al día de hoy se mantiene este peligroso chamanismo de los procesos en propuestas latinoamericanas, mexicanas e internacionales. “A la iconoclastia, sigue necesariamente la auto-adoración: el fetichismo de la creación y la hipostatización de los métodos y materiales empleados en ella, de ahí su curiosa exaltación del oficio, del procedimiento, de la elaboración, que adquiere el valor autónomo de los manejos alquímicos o de un trabajo artesanal”, explica el filósofo catalán, Xavier Rubet de Ventós, en su análisis histórico de las vanguardias, en un libro de 1978 que hace eco en lo que hoy ocurre con la férrea autorreferencialidad del arte tecnológico y electrónico. Para condescender con lo que digo basta acercarse al sinnúmero de obras electrónicas o eventos en red que no logran nunca tocar al espectador o al usuario, debido a su carácter opaco y cerrado, y a la incapacidad de producir sentido en quienes se sumergen o se acercan a ellas; o, al menos, de ofrecer los elementos necesarios para que el usuario o el espectador, pueda por su cuenta construirlo. Sin duda,

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muchas de estas piezas pueden ser fuente de un placer visual similar al de las obras de Mondrian y su purismo formal, vuelto decoración en la era Wall-Mart. Sin embargo, el reto de aprovechar los efectos desestabilizadores y desterritorializantes de estas nuevas tecnologías, bajo este uso puramente formal y plástico, no se cumpliría. Y justo mucho del alegato se funda en la necesidad de posicionamiento político en el discurso electrónico del arte, en la necesidad de promover un tipo de singularidad en el discurso net-artístico que tome en cuenta el carácter social, político y económicamente desestructurante de este medio.

LA WEB COMO FACTUM Cuando digo que en muchas de las obras, de los discursos y de las explicaciones de los propios net-artistas, se asumen los conceptos que describen procesos electrónicos y digitales como funciones aisladas y puras, invoco también la idea de Marx (2004), sobre el factum tecnológico desarrolla en los manuscritos de 1857-1865 sobre la subsunción.. Esta idea la utilizó para describir el momento en que el conjunto de la maquinaria industrial, su estructura interna y sus múltiples funciones especializadas, así como la historia de su construcción, se presentan al trabajador y a la sociedad como un bloque cerrado, hermético, impenetrable y ajeno a los intereses y a la comprensión humanas: se obstruye así su posible análisis y, peor aún, su posible reprogramación. Las relaciones sociales inscritas en sus diseños y automatismos quedan selladas y ocultas; se dice entonces que la técnica se nos ofrece como factum; Berardi (2003) adaptando la formulación de Marx a las nuevas tecnologías de la actualidad le llama sistema global de automatismos. Frente a ello, regreso, ¿qué “actitud” podría adoptar el artista electrónico, digital, multimediático, o el net-arista? Pienso que ellos podrían penetrar en este supuesto conjunto cerrado, triturarlo por decir, mostrárnoslo de alguna manera, intervenirlo y poner en circulación los resultados, a la vista de todos. ¿Cuánta belleza podría sacarse de esto? Pienso también, que tampoco ya sería “arte”, sino una rara fusión entre sabotaje, pedagogía, estética y ciencia de la comunicación digital, expresión de una resistencia molecular y difusa pero profundamente productiva y liberadora. El artista electrónico ya no sería un autor propiamente hablando, sino un tipo muy particular de productor, aquel que se introduciría en los procesos maquínicos de la red y los revertiría, buscando propagar esta actitud deconstructiva hacia el grueso de los usuarios comunes, potenciales creadores de su

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propio discurso y protagonistas de una inédita agenda de acciones políticas “desprofesionalizadas” on line.

A LA DERIVA Me conecto y navego, encuentro en cambio otra cosa con las piezas en red, con los eventos mediáticos. Exploraciones ensimismadas en la narrativa no-lineal. Otra vez el fetiche del random acces (acceso al azar). ¡Caray, como si el azar por sí mismo solucionara todos los problemas de la “sociedad de control”! Llego a otro website, encuentro en los pocos lugares donde hay alguna información, una apología del desecho y al caos en la red y una especie de itinerario callejero de alguien que envía reportes de sus caminatas sin rumbo ni sentido a otro website donde se reproducen los clips ahí archivados, listos para descargar (fotos, mpg's, rtf's). En teoría agrada la idea; introducir otras temporalidades, otras densidades temporales en la red. Luego soy arrojado a otro sitio, se trata de enviar cadenas de mails y administrar envíos en masa de fotos de tonterías. Sin embrago, ya pasó mucho tiempo de la época del data-dandysmo, teoría inventada por Geert Lovink (2002) para explicar y tipificar los comportamientos indisciplinados en la red. Está muy bien, mostrar la red como un espacio propicio para ejercitar la reconducción de flujos informáticos, semióticos. Reconvertir significados y signos, sacarlos de territorio. Ok, fabuloso ¿pero luego? Esta exploración en la estructura misma de la comunicación, el carácter móvil e inmaterial de los procesos lingüísticos y de valorización económica ya lo realizó el propio, no de una forma igualmente errática, aunque no sin pocos aciertos poéticos o conceptuales. ¿No llevamos demasiado tiempo explorando las variables desestructurantes de la tecnología sin un propósito activo de apropiación? Sacar provecho al azar y no que mediante el “azar” otros saquen provecho de nosotros. Bonita caricatura podrán pensar algunos: ¿Dos usos estético-políticos del azar? O, de plano, dos azares diferentes ¿un azar conservador y otro azar revolucionario? Sabemos hoy en día que el capitalismo no avanza ni busca principalmente la homogeneización, sino que se sirve del caos y el azar en la efectividad de sus operaciones. Cómo diferenciar la singularidad política de las estrategias del hacktivismo entonces, por ejemplo, de las prácticas de mercado (el spam) que han absorbido y cooptado no sólo estrategias, estéticas y poéticas enarboladas como paradigma del nuevo arte en red, sino que, además, han logrado integrar a los creadores en un discurso que no les permite distanciarse de la euforia electrónica, propiciando,

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por encima de las intenciones contrarias de estos “terroristas informáticos”, una interactividad individualista, inofensiva, que gira en torno a la “belleza” de los procesos autónomos de la máquina. En cuanto al azar en la red dejemos hablar a Berardi: “Lo que parecen ser decisiones humanas son con frecuencia interpretaciones humanas de decisiones automáticas dependientes de la interconexión de los datos introducidos y la elaboración informática programada según criterios objetivados. Desde luego la objetivación técnica de los criterios de la interdependencia no es natural, no es casual y no es neutral. Responde al criterio de maximización del beneficio”. (2003, p.76). Jean Epstein, (Abel, 1984, p. 330), decía en los años cincuenta que siempre que alguien decía “azar” era porque se había doblegado frente a la complejidad de las determinaciones ocultas de algún proceso. Y esto casi media centuria antes de la aparición de la red de redes. Me pregunto, a 11 años de que por “azar”, la red propusiera el nombre de lo que hoy se consume como net-art ¿los artistas consideraran un problema todo esto, saben que hay “criterios objetivados” de por medio, que sus herramientas llevan “metáforas dentro” que vale la pena cuestionar?

RETRATO DEL NET-ARTISTA ADOLESCENTE, O ELEMENTOS PARA UNA TEORÍA DE LA PERSONALIDAD DEL NET-ARTISTA MEXICANO Uno pensaría que el net-artista al establecer su medio de trabajo y creación en la web, un medio que, en teoría es diametralmente opuesto a los soportes tradicionales de las Bellas Artes, iría paulatinamente alejándose de las características del artista romántico y despojándose de las pretensiones del artista moderno, del avantgardista. Es decir, sería un personaje cada vez más conciente del carácter socio-político de su medio, despreocupado de la autoría y propiedad de sus ideas artísticas y enfocado a intensificar los atributos colectivos de la interconectividad y la posibilidad de compartir, gracias a la numerificación de la materia, conocimientos, imágenes y objetos, con una finalidad antieconómica o no capitalista, reivindicando desde la estética, la libertad que el capitalismo ha reorientado hacia el consumo privado. Sin embargo, y aprovechando en sentido opuesto muchas de estas características del medio informático global, el net-artista se parece cada vez más a un poeta del siglo diecinueve angustiado por su estatus, cínico frente a la evolución, conflicto y comunicación con otras disciplinas y muy preocupado por la legitimidad mercantil e institucional de su “nuevo arte”. Se entiende. Buscando la legitimidad dentro del

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espacio de las Bellas Artes, debía mostrar una “personalidad” propia de artista. Luego, conformada su educación por teorías posmodernas, tiene una exacerbada adoración por los conceptos de diferencia, de azar, de caos. Sin embargo olvida que estos conceptos tecnológicos tejieron también, a la sombra de la promovida emancipación y éxtasis que nos prometían, un egocentrismo y un oportunismo rapaces; producto de la desconfianza permanente del “cognitariado” durante la segunda mitad de los noventas. Características latentes de la personalidad forjada en el trabajo inmaterial de internet en las empresas de comunicaciones, antes de la desastrosa caída de las acciones ligadas a internet en 2001. Hablamos de un tipo de egocentrismo que el teórico italiano Paolo Virno en su libro Gramática de la multitud (2003), anticipa como rasgo —o mutación antropológica— propia de los trabajadores de la web —y de cualquier media-worker— entre los que se cuentan a todas luces los creadores digitales y los artistas mediáticos como “subclase”. Este perfil mercenario que surge del nuevo régimen laboral, Berardi lo describe también como un efecto de desolidarización generalizado, que dota de una carácter voluble a los usuarios de la red en relación con su medio material (su entorno y las personas concretas), y que va de la más cruel indiferencia al entusiasmo intermitente por la cooperación y el comunitarismo virtuales, y al que considera, además, causa de una sensibilidad frígida, que se desarrolla en los adictos a la tecnología. Podemos encontrar rastros de esta sensibilidad del “cognitariado”, de esta ambivalencia moral y política en el artista profesional u oficial de la red, en la resistencia a considerar en sus obras un sentido extrínseco o una discursividad no tecnológica, indicio de esta sensibilidad nerd, claramente neo-positivista. Se trata de un ingenuo positivismo, alojado en el rechazo a cualquier otra forma de discursividad que no sea la propia e inmanente de la máquina y sus potencialidades, de su vocabulario técnico, autoreferencial. Estamos cerca de la adoración al número y al tipo de éxtasis pitagórico, gozado por unos pocos, iluminados, alejados del mundo y de su concreción socio-histórica. Lo que Berardi denomina la “sensibilidad frígida”, una sensibilidad nerd. Sin embargo, en una sociedad que tiene una relación problemática y constante con el número, estos artífices tienen en su poder grandes encomiendas. Y de paso someter a discusión la manera en que aún se adoptan ciertos conceptos sin advertir que son formaciones discursivas históricas, creadas bajo la sobreexcitada época del embate neoliberal y sus imperativos, de alguna manera inscritos en las propias tecnologías de la información y que el artista debería sentirse llamado a desmontar, desde la “impunidad” de su estatus

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social; estatus completamente sub-aprovechado políticamente por el gremio de artistas electrónicos, al menos en México y gran parte de Latinoamérica. Para demostrar, o al menos ofrecerles elementos concretos de la hipótesis, de una inconsistencia teórica de los net-artistas y de una despreocupación posmoderna por la historia y la política como corporeidades sociales, aún operando en la idiosincrasia de muchos creadores electrónicos, cuento los siguientes anécdotas e impresiones recogidas en el primer encuentro de net-artistas latinoamericanos en México. Latinoamedia, organizado por el Cyberlounge del Museo Tamayo, reducto y centro único de la actividad net-artística desde hace más o menos cinco años en la capital mexicana. El encuentro fue revelador: nadie de los convocados, a pesar de trabajar con un instrumento intrínsecamente geopolítico, estratégico en la definición de las identidades, de los recambios tácticos en la movilidad fluida del capitalismo, tenía una idea lejanamente política de cómo usar estéticamente la red y de cómo establecer un tipo de enunciación particular, propia, sin caer en las redes del esencialismo latinoamericanista y el germen euro-céntrico que hay en él (idea que además resultaría convulsa pensando que el medio informático de la red es la no territorialidad por excelencia). Todos eran como niños que estaban frente a un medio poderosísimo que les permitía llevar a cabo sus fantasías plásticas neo-formalistas ad infinitum, con una libertad y velocidad inimaginadas. Pero nada más. Alguien mencionaba, entre las particularidades del net-art, la “migración” de los espacios institucionales del arte hacia otros más periféricos, recreativos, de la calle, como clubes y galerías alternativas. Muy bien, pero eso no es propio del net-art. Fue la consigna de muchas neo-vanguardias de los años sesenta, sin contar el mailart de los postreros setenta, antecedente directo del net-art. Además, finalmente ha redundado en la transportación de la solemnidad museística a los clubes y galerías alternativas. Bonita venganza de la institución. Y, como bien señaló otro de los invitados con una malicia que no resultó del agrado de sus colegas: si eran net-artistas, “qué diablos hacían ahí, en un espacio físico, además perteneciente a la iniciativa privada y a una de la más viejas instituciones de Occidente, las Bellas Artes”. Otro del público, un maestro de estética, intuyo, les recordaba la primera interrogación que tal vez debieron hacerse y que en realidad es la primera característica importante, notable, de lo que ellos consideraban su medio de trabajo: la ausencia de un topoi, un topos, un lugar físico. Esto haciendo alusión al borramiento de la concreción geográfica, local, que en gran parte emblematiza —y que implementó— el mismo internet desde que comenzó

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su incontenible expansión hace ya más de dos décadas. Nadie quería dejar de ser latinoamericano, nadie tampoco estaba muy preocupado por los desplantes identitarios, lo cual estaba muy bien, el problema era la especificidad del discurso net-artístico de los productores latinoamericanos. Las respuestas estaban no tanto en los componentes técnicos de las nuevas tecnologías, ni siquiera en el dominio de las herramientas y softwares, tampoco en la estética propiamente sino en la política, y en la historia y génesis de este enorme tentáculo digital del que hoy todos nos servimos, y del lugar que Latinoamérica ocupa en esta historia. Recuerdo también que un músico y artista multimedia mexicano que participaba en la mesa (debo decir, uno de los más arriesgados y militantes en la escena actual), se lamentaba, en el aquel entonces —en una especie de confesión esquizofrénica— de que en realidad él tampoco comprendía cómo podía resultarle interesante o mínimamente valioso o atractivo a los visitantes promedio, o al transeúnte de la calle, el arte electrónico y, en especial el net-art. Aludió como causa el carácter críptico, cerrado, de los procesos informáticos y la indiferenciación —y enfriamiento— de la interacción con interfaces y entornos digitales. Otra vez la fenomenología de hace ya más de un siglo viene a cuento, al describir cómo, con la llegada de los botones y las perillas, comienza a disolverse la peculiaridad del instrumento de trabajo del artesano. La tecnificación hace que nuestras acciones sean cada vez más inespecíficas. (Blumenberg, 1999, p. 58).

Ya no son empuñaduras y herramientas personalizadas, ahora se ejecutan tareas diversas pulsando una superficie mínima, lisa y estándar. Lo que podemos llamar, de la mano de Marx, (2004) la estandarización de las operaciones, uno de los efectos más cáusticos de la técnica, consolidado con la llegada de la tecnología digital. “La técnica no es, primordialmente, un reino de objetos determinados, producidos por la actividad humana; constituye, originariamente, un estado de la propia relación del hombre con el mundo”, reitera la pluma fenomenológica de Hans Blumenberg (1999), a finales de los cincuenta. No es casualidad el auge que hoy tiene el retorno del cuerpo, la recuperación que busca hacerse de la corporalidad en las artes electrónicas y multimediáticas. Ya sea ésta la voz, la presencia amorfa del cuerpo a través de los campos electromagnéticos —de la interacción con ellos—, en el llamado ciurcuit-bend. Regreso a Latinoamedia. Me quedaba expectante conforme se daban las participaciones y notaba que nadie tenía presente como parte de su trabajo estético y de la comprensión reflexiva y crítica

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de él; que la tecnología emana de un proyecto, de una proyección civilizatoria que se basa en la reducción aritmética del mundo, lo que Edmund Husserl (1962) y parte de la fenomenología por él inspirada llamó “la matematización del mundo de la vida”, y habría que tener al menos algunas medidas de precaución en el arte mediático de la actualidad de no continuar alimentando la discursividad ideológica que nutrió la imagen de una liberación por la tecnología, y que encubrió la introducción del modelo económico neoliberal como proyecto planetario en el que hoy todos navegamos, otros naufragan y algunos más tienden sus redes mercenarias. En fin, me acerco a la definición de lo que no hubiera querido llamar así y que creo, sin embargo, define mucho de la personalidad del net-artista mexicano y de muchos creadores electrónicos. Un anti-intelectualismo militante y esterilizador en muchas propuestas. Un uso aislado, fragmentario —suponen estético— de los conceptos. Cabía preguntar, como prerrogativa de alguien que ha decidido luego de profundas críticas de sus amigos, no sucumbir a la sobreexcitación digital: en realidad estos artífices latinoamericanos ¿dominaban su medio o el medio los dominaba a ellos? Imagino esta subordinación a la infraestructura de la tecnificación debida a los contenidos ideológicos de los conceptos que aún utilizaban para dar forma a sus proyectos. Pienso que nunca estos términos —como interactividad, random process, tiempo-real—, habían sido sometidos a un cuestionamiento desde la temporalidad histórica, en apariencia tan ajena al “tiempo real” o “mundial” del internet. Otro punto para desplegar la crítica pensaba que podía ser: desde el interés geopolítico que hay en estos conceptos, dado su lugar y funciones como instrumento del capital en lo que algunos llaman su fase semiótica, Retomo. Tercera y última cuestión, ligada a mi experiencia de oyente en Latinoamedia y al derecho como espectador comprometido y usuario promedio de la tecnología: lo que pido al poeta de la web no es un obra interactiva, eso sucede irremediablemente en la infosfera y la mente social creada por las comunicaciones; tampoco el tiempo-real, que, se aduce en gran parte del trabajo estético de la Red, como acontecimiento en sí mismo, pues un acontecimiento que no irrumpe en el ámbito de las relaciones con el mundo, no puede cimbrar, por lo tanto es un acontecimiento banal, indiferente, que no interesa. Lo que pido a un poeta de la web es que contribuya a producir comunicativamente la vida, nuevas formas de vida, un cuerpo nuevo para todos nosotros. Sin duda esto requerirá de otra actitud. Tal vez la misma que buscaba nuestro crítico en su artículo del año 2000. Y aquí yo me desconecto, pero no será por mucho tiempo. Ahora lo que sigue es que este alegato corra, se pierda, huya con su

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bravata por las redes de internet esperando provocar aunque sea mínimos, casi silenciosos cortocircuitos, no importa.

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Apuntes para la construcción de una teoría de la comunicación estética Vivian Romeu Aldaya* UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO ○

Resumen: Este trabajo tiene por objetivo articular conceptualmente el campo del arte y al campo de la comunicación a partir de la revisión del concepto de diálogo. Dicho concepto se aborda desde lo comunicativo como condición ontológica de la comunicación, y gnoseológicamente desde un enfoque comunicológico; para el arte el abordaje al diálogo se realiza desde el concepto de práctica artística en tanto suceso creativo y el concepto de experiencia estética. La propuesta teórica y conceptual resultante de estas reflexiones estará aunada también en consecuencia a una propuesta metodológica para el análisis de los procesos de recepción estética. Palabras clave: comunicación estética, diálogo, experiencia estética, arte, práctica artística Abstract: This work seeks to conceptually articulate the field of the art with to the field of the communication from the revision of the dialogue concept. This concept is approached from the communicative as an ontological condiction for communication, and epistemologically, form a communicalogical unto perspective. For art, the dialogue wil be approached from the concept of artistic practice, as a creative event, and from the concept of aesthetic experience. The theoretical and conceptual proposal resulting from these of these reflections will be, consequently, added to a methodological proposal for analysing the processes of aesthetic reception.

* Vivian Romeu Aldaya. Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Academia de Comunicación y Cultura. Correo electrónico: vromeu1@prodigy.net.mx

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Keywords: aesthetic communication, dialog, aesthetic experience, art, artistic practice.

INTRODUCIENDO LA RELACIÓN ENTRE LA ESFERA DEL ARTE Y LOS ESTUDIOS DE COMUNICACIÓN Arte y cultura son dos conceptos secularmente imbricados en el sentido de que desde una perspectiva elitista de la cultura como sinónimo de cultivo en áreas como la filosofía y el arte en general ha llevado a muchos a desconocer el hecho de que el arte como fenómeno social es también y justo por ello un fenómeno cultural. Recientemente, han fructificado los esfuerzos que desde las Vanguardias se vienen gestando por instituir una relación entre arte y cultura más allá de esta visión reducida de una y otra parte, concretamente han sido importante las reflexiones gestadas en el seno de los llamados Estudios Visuales, y desde el campo de la Estética contemporánea. Como se puede ver, han sido los campos del arte y de la estética los pioneros en promover una relación estrecha con la cultura, e incluso, como se verá más adelante con la comunicación. Sin embargo, estas iniciativas aún no logran dar un vuelco radical ni a la teoría estética, ni a la teoría de la cultura. Donde quizá se ha afianzado con mayor solidez ha sido en el campo de la teoría del arte, sobre todo a partir de las aportaciones de la semiótica postestructuralista, la teoría literaria postformalista y últimamente con los enfoques teóricos de los denominados estudios sobre estética de la recepción. La cultura, entendida como el entramado de prácticas y significaciones en torno a lo social, dista mucho de presentarse como un cúmulo de saberes intelectualmente válidos para dar paso a una concepción menos objetualista, y sobre todo, menos divorciada de la realidad cotidiana, es decir, del hacer cotidiano cuya trascendencia precisamente se halla enmarcada en los procesos de producción y reproducción cultural, que son a fin de cuentas procesos de producción y reproducción del sentido a nivel social, cuya naturaleza es eminentemente comunicativa. En ese escenario, tanto el estudio del arte como el estudio de la cultura no pueden ignorar el bagaje teórico, conceptual y metodológico que el campo de estudios de la comunicación puede aportar al esclarecimiento, explicación y análisis de los fenómenos y procesos que se dan constantemente en la matriz de lo social-cultural. De hecho, no lo hace. Pero curiosamente, si bien la relación entre los estudios de

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la comunicación y los estudios de la cultura llevan ya tres décadas de reflexión y trabajo empírico, la comunicación —ni en tanto campo de estudios ni como campo académico— aún no da cuenta de todas las posibilidades heurísticas que acentúa su relación con el arte. El vínculo existente entre el campo del arte y el campo de la comunicación ha formado parte del cuerpo de preocupaciones de la teoría estética desde Baumgarten en el siglo XVIII, pasando por la estética italiana (Croce, Pareysson) y francesa (Bayer) de la primera mitad del siglo XX hasta llegar a los años sesenta, setanta y ochenta al análisis formal de los estudios literarios (Propp), así como a las reflexiones teórico-metodológicas de la Escuela de Constanza (Jauss, Iser, Gumbretch), y al abordaje semiótico de la cultura por parte de la Escuela de Tartu (Lotman), respectivamente. En los finales del siglo XX comienza a hablarse concretamente de comunicación artística (Everaert) y para el comienzo del XXI ya hay autores que se refieren desde la estética y la filosofía a la razón comunicativa del arte (Vilar). Entre unos y otros, sin embargo, se hallan un sinfín de trabajos y reflexiones que de manera aislada aunque sostenida constituyen también el conjunto de antecedentes en el abordaje y tratamiento de las relaciones entre el arte y la comunicación. Ejemplo de ello es la obra de Omar Calabrese, Nelson Goodman, Umberto Eco, por sólo mencionar algunos. Además, podemos situar también algunas reflexiones en el campo de la filosofía y la sociología con Martin Heidegger, Friederich Nietzsche, Theodoro Adorno y Hebert Marcuse. El estudio de la obra de estos autores, y otros muchos que no han sido mencionados, indica que los antecedentes de las relaciones entre arte y comunicación tienen su origen mayormente en la conceptualización del arte como lenguaje, pero no han dado a la luz lamentablemente modelos de análisis más allá de los enfoques semiótico-comunicativos de Umberto Eco y Nicole Everaert, y de cierta manera el cúmulo de propuestas del grupo de trabajo sobre Estética de la Recepción en Europa (Romeu, 2008). Esta evidente carencia se debe en nuestra opinión al hecho, por una parte, de la obcecada fijación de los estudios en comunicación en los medios, y por la otra en que la teoría estética estuvo mezclada con la teoría del arte hasta principios del siglo XX. Es justamente a partir de su separación que la teoría estética recupera el lugar del sujeto en la experiencia estética y con ello la recolocación de su experiencia en el centro de la discusión sobre el arte, circunstancia que a nuestro juicio, sitúa al arte como hecho y práctica en una dimensión humana, es decir, en un pensar y hacer propio y distintivo de lo humano, y en tanto obra humana, como parte también de lo social-humano.

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Pero no se puede hablar de lo social-humano sin tener en cuenta que lo comunicativo juega un papel constitutivo en el hecho humano mismo. El rechazo y negación de estas aseveraciones ha impedido hasta hoy el abordaje del arte, por ejemplo, desde perspectivas comunicativas y ha circunscrito la relación entre el arte y la comunicación en términos netamente campales, es decir, restrictivo a las circunstancias de la relación entre ambos campos por demás escasas e insuficientes hasta la actualidad. No obstante lo anterior hay que señalar que desde la aparición de la semiótica como herramienta para la apreciación artística y para el análisis estructural, crítico y pragmático de las obras de arte, el vínculo entre el arte y la comunicación se ha radicalizado enfocándose en el valor de significación de las obras, mismo que a su vez ha sido pensado como materia prima de la comunicación. Sin embargo, la idea de que la significación de la obra sea el soporte de la relación entre comunicación y arte resulta ser —en nuestra opinión— una fallida expectativa que la gran mayoría de los estudiosos y críticos del arte dan por establecida a partir de la falsa idea de que el hecho de que la obra de arte comunique se debe a que produce y transmite información significante, es decir, información que está “vertida” en símbolos. Esto último, sin embargo, si bien resulta plausible la conclusión de que por ello comunique no lo es. Hjelmslev, en Prolegómenos para una teoría del lenguaje (1971) señala que la forma es expresión y contenido, por lo que si bien en términos del lingüista de Copenhague, la forma se supedita al contenido (a la sustancia), éste es ontológicamente especulativo. Esta conclusión es justamente lo que marca la pauta para pensar el atributo comunicativo de la obra de arte a partir de una perspectiva relacional que necesariamente debe incluir al otro, y en ese sentido fundarse como postura pragmática e interactiva. Esta nueva orientación de lo comunicativo, también llamado o conocido por enfoque comunicológico desarrollado en México por GUCOM (Grupo de trabajo Hacia una comunicología posible), preside pautas epistémicas distintas a las que hasta ahora han dado cuenta del fenómeno de la comunicación ya que tradicionalmente la comunicación se ha ocupado de los textos, los mensajes, la producción y la recepción que son objetos y ámbitos de estudio que han soslayado de una forma u otra la interacción que es donde a nuestro entender se encuentra la forma de pensar la comunicación en tanto red configuradora de las relaciones sociales, y donde el arte sin dudas se coloca como una pieza más.

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ARTE Y COMUNICACIÓN. ACERCAMIENTOS El abordaje del arte como producto y práctica esencialmente comunicativos se le debe a la tradición interpretativa de los estudios de la comunicación que abreva directamente de la hermenéutica y la fenomenología con la aparición del paradigma del receptor activo, el papel de las mediaciones en los procesos de recepción y el concepto de democracia interpretativa ya que todos estos factores consolidan la mirada sobre la indivisibilidad entre los fenómenos de la cultura, los fenómenos sociales y los fenómenos comunicativos. A pesar de ello, sin embargo, el arte continúa siendo hoy en la primera década del siglo XXI , un enorme pendiente en la investigación sobre comunicación. A favor de este argumento podemos decir que la tradición interpretativa no ha logrado salirse del abordaje del arte desde un punto de vista metodológico (mayormente semiológico) y ha hecho bastante poco por vehicular un anclaje epistémico que configure incluso el escenario teórico de dicha tradición. Sin embargo, aunque el Interaccionismo se ha constituido en el campo más fértil en esta empresa, la matriz sociológica y psicológica de estos acercamientos ha impuesto, mayormente, en contra de toda expectativa passeroniana y bourdiana, una concepción dominantemente multidisciplinar que no posibilita la fusión entre disciplinas, y en consecuencia obstaculiza la construcción de conocimiento nuevo. La ausencia del arte en los ámbitos de estudio de la comunicación constituye en ese sentido más un problema epistémico que un mero “lapsus” campal. A nuestro juicio, se hace necesario y urgente lograr una articulación coherente entre las diferentes ciencias particulares del campo de las ciencias sociales para ampliar y pluralizar los marcos explicativos de cada una de ellas en lo específico y del hecho social como objeto de estudio de las ciencias sociales en lo general. Con ello la concepción epistémica de la comunicación cobraría vitalidad en los estudios del campo y la relación con el arte pasaría a entenderse como una de las tantas formas en que la comunicación humana se manifiesta. El arte en ese sentido, como el resto de las relaciones sociales, tiene también lugar al interior de los procesos humanos de comunicación mismos en los que el intercambio de significados entre sujetos aparece necesariamente mediado por la interacción. Como se puede notar, la interacción no sólo resulta clave para comprender la relación entre lo comunicativo y lo social, y entre lo social y lo humano, sino también la relación entre el arte y la comunicación.

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Es evidente que la raíz sistémica de este planteamiento tiende a dominar nuestra reflexión toda vez que la sistémica como paradigma enfocado en los procesos de relación, conduce necesariamente a entender dichos procesos como la base de la existencia y el funcionamiento de los fenómenos no sólo físicos, sino también simbólicos. Es en estos últimos en los que el arte tiene cabida ya que el intercambio de información significante que ocurre entre artistas y públicos mediante la obra de arte, no sólo se constituye en una de las formas en las que también se funda lo social, sino que responde de alguna manera a la configuración misma de su existencia.

EL ARTE COMO PRÁCTICA COMUNICATIVA Para desarrollar este apartado es necesario afianzar el hecho, antes mencionado, de que la comunicación debe ser conceptualizada desde lo transdisciplinar, multidimensional y complejo, a partir de su concepción como configuradora y articuladora de las relaciones sociales; de esa manera, la relación que pueda tener la comunicación con la cultura como campo, y con los hechos y fenómenos de la cultura en lo general, no pueden concebirse desde ninguna perspectiva como expresión de meras articulaciones circunstanciales, sino como el despliegue de redes de estructuración social donde lo comunicativo deviene precisamente factor organizador e incluso regulador de las mismas. Es así que partiendo justamente de lo anterior, el arte puede ser pensado coherentemente como producto y práctica al interior del campo de lo comunicativo, en tanto constituye red estructurada y estructurante —como dijera Bourdieu (1990; 1995)— de las relaciones sociales, ya se trate de grupos, individuos o colectividades. El arte al ser actividad simbólica por excelencia —producida por agentes sociales concretos (los artistas) e inserta en tanto quehacer humano en la vida social— se halla sometido como cualquier otra práctica productiva y de consumo a las reglas que hacen posible su reconocimiento, reproducción simbólicas e inserción campal, pues dichas reglas son configuradas por y desde las prácticas productivas de los artistas, mismos que junto con los críticos, las instituciones del arte, los públicos, etcétera, conforman el tejido social que permite que el campo del arte geste relaciones tanto estables como coyunturales con otros campos y otros agentes pertenecientes también a otros sistemas, de cuya interrelación depende la organización misma del sistema social.

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Es por ello que, inserto en la vida social donde despliega su simbolicidad, el arte es producido por los artistas mediante la práctica artística que es la práctica propia del campo del arte (Bourdieu, 1995), lo que conduce a afirmar que la producción artística está sometida a las reglas discursivas y propiedades simbólicas que se configuran mediante la acción e interacción interna de los agentes del campo artístico y de estos mismos agentes con otros del campo social. Dichas reglas, al decir de Bourdieu, no sólo regulan al campo en cuestión, sino que, reiteramos, permite configurar y regular las relaciones con el resto de los campos y sus agentes. Y es que por ser justamente lo social un tejido heterogéneo, pero configurado en un orden específico, lo social alberga en su conformación campos y agentes cuyas productos y prácticas legitiman, en su interrelación con las prácticas y productos de otros agentes y campos el orden social donde se insertan y se definen por lo que representan a través de la producción de los significados simbólicos que posibilitan la conformación del sistema social. Los significados simbólicos constituyen así el lugar desde el que se despliega lo comunicativo en todos sus niveles, de ahí que los miembros de una interacción comunicativa cualquiera tengan que construir sus propias relaciones a partir de la posición que ocupan dentro de dicha interacción ya que ésta no es más que la mezcla de información proveniente de la circunstancia concreta del presente en la que la interacción se da y el cúmulo histórico de su genealogía. En ese sentido, las relaciones simbólicas, en tanto fruto de las relaciones configuradas al interior de lo social, no pueden existir fuera del contexto sociocultural en donde se gestan ni tampoco del sentido histórico que las ha configurado. Justo ello es lo que pasa con el arte. Los artistas son productores de obras de arte y por ello adquieren en lo social un lugar diferente al de los críticos, museos y los públicos; pero su posición no sólo delimita un territorio físico (el museo, las galerías, los talleres y las escuelas de arte), sino que demarca y distingue un espacio simbólico otro, la mayoría de las veces inaccesible y elitista del que por ejemplo, los públicos en su gran mayoría, quedan excluidos. Es así que el arte como práctica comunicativa, y también como producto en cierto modo, cobra sentido. Esa es la razón que nos permite afirmar que el arte como proceso necesariamente interactivo deviene tanto práctica cultural como práctica comunicativa. Como práctica cultural es síntoma o condición cultural de una época, pero también red de interacciones socioculturales que se tejen al interior de una organización social determinada, a partir de las

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prácticas de cada uno de los agentes sociales que cohabitan dicha red. Como práctica comunicativa es intercambio de información y significación entre los artistas que hacen la obra y los públicos que la consumen.

EL PRODUCTO DEL ARTE Y EL DIÁLOGO Junto con Bourdieu, en el apartado anterior entendimos al arte como práctica comunicativa en tanto acciones propias de los agentes-artistas del campo artístico, el arte entendido como producto va a definirse como obra de arte cuyas características al decir del sociólogo francés se resumen en dos: difícil lectura o acceso e innovación permanente. En este apartado partiendo de lo expresado por Bourdieu, (1995) pero en constante conversación con la tradición interpretativa y fenomenológica de los estudios de comunicación, daremos paso a reflexionar sobre la naturaleza de la obra de arte, y en específico su condición dialógica. La condición dialógica de la obra de arte se puede observar a través del análisis de la relación de recepción que establece el lector con ella. La tradición interpretativa en los estudios de comunicación ha posibilitado el posicionamiento conceptual para abordar este proceso; de ahí que en el arte, lo comunicológico, que no es más que lo comunicativo entendido a través de los procesos de relación, permita entender la relación constitutiva entre dos sistemas de información distintos: obra y lector. Ambos sistemas se hallan vinculados entre sí mediante la circunstancia de la recepción que es al mismo tiempo una instancia de interacción donde el intercambio de información entre uno y otro sistema constituye no sólo el fin de la interacción misma, sino la constitución del sistema de información y comunicación por medio del cual dicha interacción es posible. El intercambio se torna así la acción fundamental del diálogo, es decir, su posibilidad; y lo comunicológico estatuto constitutivo del mismo. Por su parte, el diálogo es un concepto eminentemente pragmático porque pone en relación dialógica al menos dos instancias que intercambian información significante, por ello es intrínsecamente comunicativo. Pero ¿en qué sentido dicho concepto se “muestra” en el arte?, ¿podríamos afirmar que el arte es portador de diálogo? Partiremos de considerar que el arte es portador de diálogo y poseedor de dialogicidad porque es inteligible, y lo inteligible no sólo es condición para el diálogo sino dialogicidad intrínseca, como dijera Vilar (2005), comunicabilidad. Veamos. Con anterioridad comentamos que el producto (obra de arte) de la práctica artística desplegada por los agentes (artistas) del campo del arte

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tiene ciertas propiedades “especiales” que marcan la distancia de las obras de arte de otros productos simbólicos con los que coexiste en el escenario de la cultura. La “especialidad” de las obras de arte ha sido conceptualizada por la mayoría de los teóricos del arte, como "simbolismo", pero algunos más osados la han nombrado “poética”. Sin embargo, para evitar caer en trascendentalismos extremos debemos señalar que lo simbólico o poético no puede pensarse como propiedad física o simbólica de los objetos, textos o eventos artísticos como tal; o sea, lo poético no puede ser entendido como propiedad ontológica del arte, sino como propiedad netamente relacional, es decir, dada a través de la experiencia estética del sujeto a través de sus procesos de recepción y consumo. Como dijera Nelson Goodman, la experiencia estética es una experiencia del conocimiento sensible (Goodman: 1990) y propia de la actividad humana (Schaeffer: 2005); es ante todo una experiencia cognitiva del sujeto que involucra lo sensorial y lo placentero, y ocurre a partir de la puesta en relación de los objetos, textos y/o eventos del arte por una parte, y el público que los recepciona y consume por la otra. La experiencia estética constituye el mismísimo lugar del diálogo y presupone actividad (en tanto relación, vinculación) de parte de los públicos hacia estos objetos, textos y/o eventos del arte. Se trata de una experiencia singular en la que el lector participa volitivamente.

LO ESTÉTICO Y EL DIÁLOGO Como hemos mencionado, los objetos del arte son objetos, textos y/o eventos ”especiales”, que poseen propiedades simbólicas a través de las cuales recrean una realidad ficcionada que está a su vez signada por un principio de inteligibilidad, aun y cuando dicha realidad sólo pueda ser accesible a la mente humana a través de la imaginación. Como no refieren directa ni objetivamente a la realidad, el arte suele resultar altamente opaco a la interpretación toda vez que se halla normalmente estructurado desde núcleos de indeterminación del sentido, mismos que se configuran a partir de la presencia de vacíos o lagunas de información y significación que se corresponden con la forma fragmentada, contradictoria, incluso sugerida o “absurda” en la que aparecen algunos elementos, en su relación con otro, al interior de la organización estructural de las obras de arte. La opacidad, cuya función es complicar el entendimiento o hacerlo poco transparente (o como dijera Lotman (1994), dificultar su transposición lineal), es intrínseca de lo estético en el arte en tanto

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funge como condición para determinar su grado de accesibilidad (a mayor opacidad, mayor accesibilidad por la vía de la imaginación y la hipótesis). La opacidad, así entendida, resulta una propiedad de lo estético, y lo estético a su vez una propiedad de aquellos textos y/o acontecimientos que desplieguen estructuralmente elementos fragmentados, contradictorios, sugeridos o “absurdos” que compliquen a su vez el entendimiento y dificulten su aprehensión lógica. Sin embargo, se debe aclarar que el hecho de que compliquen y dificulten el entendimiento no significa que lo anulen. Paul Ricoeur (1977), en su conceptualización de la metáfora, plantea que la metáfora es el lugar de conflicto desde el que se gesta conocimiento nuevo. Para el filósofo francés, la metáfora es un fenómeno del discurso que al desplegar la tensión conflictiva entre las significaciones precisa de destruir el sentido literal de las mismas para dar paso a un sentido nuevo que surge de la aproximación interpretativa de las significaciones en tensión. Sin embargo, es importante señalar que se trata de un sentido emergente, inconcluso, pues la aproximación interpretativa nunca llega a agotarlo. Una complicación en el entendimiento es, a la luz de la teoría de la metáfora de Ricoeur, pretexto para construir un nuevo sentido, siempre y cuando dicha complicación provenga de la tensión conflictiva de las significaciones en un discurso; de ahí que la opacidad o falta de transparencia en los textos estéticos que constituyen las obras de arte implique en el algún sentido presencia metafórica. Dado lo anterior podemos afirmar que lo opaco, lejos de impedir la construcción de nueva información, lo posibilita, es decir, lo hace literalmente “posible”. Y nos referimos a lo posible como posibilidad y no como hecho en tanto la presencia de la metáfora configura y despliega las condiciones estructurales para que se dé el diálogo entre obra de arte y lector. Pero lo posible es sólo posibilidad: como dijera Peirce (1987) lo posible no guarda relación con nada porque no existe propiamente, expresa una idea inapresable en sí misma en tanto no es idea alguna aún. Por ello, la posibilidad se configura múltiple, es decir, puede tomar una forma u otra, o lo que es lo mismo, se puede concretar de múltiples maneras, incluso puede no concretarse en absoluto. En los textos y eventos estéticos, como sucede con algunas obras de arte, la no concreción de lo posible produce indeterminaciones (Iser: 1997) o lo que es lo mismo “vacíos” de sentido que son lagunas de información que deja el autor —consciente o inconscientemente— para que el lector las complete. Para Iser, un texto deviene obra cuando el lector participa de su proceso de concreción (Iser: 1997) puesto que

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con la participación del lector el texto al completarse, existe. La concreción es un acto de completamiento del sentido (Iser: 1987, 1997) donde no se restituye el sentido original del texto, sino que se promueve un sentido nuevo a partir de un proceso de interpretación que en la medida en que propone lecturas nuevas, las verifica en el texto, completándolo. Así, durante el proceso de lectura, el lector sostiene una especie de diálogo con la obra en el que configuran sentidos nuevos a partir tanto de la participación del lector como de la presencia de indeterminaciones, vacíos de información o inconsistencias semánticas al interior del enunciado poético. Lo anterior supone que el autor del texto deba dejar cosas sin decir pues sólo así el lector podrá completar con su interpretación esos vacíos de información. Dichos vacíos son el germen de lo estético que, como ya se ha abordado, da cuenta de lo dialógico. En ese sentido, lo dialógico viene dado de forma inmanente por la indeterminación, y la indeterminación por el conflicto tensional entre las significaciones, lo que provoca los vacíos de información que gestan la opacidad propia de los textos y eventos estéticos. Una alta dosis de indeterminación supone un alto grado de conflicto tensional en las significaciones, y ello a su vez conmina al lector a participar en el proceso de completamiento del sentido. De ahí que consideremos que lo dialógico, desde su inmanencia, es además de comunicativo, intrínsecamente pragmático.

LECTOR Y LECTURA Como sostuvimos con anterioridad, lo posible no está determinado a priori, sino sólo por la contingencia del acto de interpretación. Es la interpretación lo que permite al sujeto entrar en relación con lo otro, es decir, gestar y construir diálogo. La naturaleza dialógica del texto estético, al igual que el concepto mismo de diálogo, se presupone crucial y constitutivo de toda experiencia estética. Pero para que ello sea posible, tanto el texto como el lector necesitan intervenir (Schaeffer: 2005; Romeu: 2006). En cuanto al texto, su intervención se manifiesta asegurada, como vimos en el apartado anterior, a través de la presencia de la metáfora, cuya concreción se da justamente a partir de lo dialógico. La metáfora posibilita el despliegue de lo dialógico en la obra de arte porque resulta ser lo no formulado o lo formulado de forma diferente. En cualquiera de ambos casos, el lector siempre debe recurrir a una dinámica de configuración del sentido desconocida

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o inexistente hasta ese momento para lo cual resulta imprescindible que el lector esté dispuesto a dialogar, es decir, desee disponer sus facultades reflexivas a favor de la interpretación pues así se constituye éste en diálogo. A propósito de lo anterior, Karl Maurer (en Mayoral, 1997) señala que los deseos, intereses o motivaciones del receptor para establecer un intercambio de información dialógico con la obra requiere atravesar los escabrosos caminos de la identificación, la orientación y la verosimilitud, por lo que la dialogicidad de la obra se halla justamente en el hecho de generar ”pistas“ (Everaert, 2005) que puedan ser apreciadas por éste en algunas o todas las fases mencionadas por Maurer, además de contener indeterminaciones que posibiliten la dinámica del diálogo. En la medida en que el texto y/o los eventos estéticos se abren al lector como posibilidad y el lector a su vez “juega” a buscar su sentido abierto, este proceso de intercambio y relación constituye la instancia de participación del lector que transforma un simple escenario de recepción e interpretación en una actividad dialógica. La actividad dialógica no se realiza de manera lineal y unívoca, sino a través de un proceso multidimensional y complejo del que da cuenta Wolfgang Iser para quien la continua modificación de las estructuras interpretativas del texto por parte del lector impide que las expectativas del lector se cumplan del todo (Iser, 1997). Según Iser, ante cada idea imaginada se producen rupturas (pues no siempre lo imaginado coincide con la información textual siguiente) y el lector debe re-significar la obra de arte cada vez que sus expectativas se ven decepcionadas, revelando así la multiplicidad de conexiones potenciales entre los elementos de la obra y su imaginación. En ocasiones, plantea Iser, (1997) estas re-significaciones desorientan al lector y lo hacen desistir, lo que resulta un verdadero problema en el proceso de concreción de la obra porque para este autor una lectura no sólo es activa y creativa cuando compromete la imaginación del lector, sino también cuando es placentera. Pero la “ilusión” de un lector, que es el cuerpo de creencias y expectativas que posee un lector con respecto a la obra de arte figura más bien, ante la polisemia de lo estético, como agente obstaculizador de la actuación comprensiva del lector, es decir, de su interpretación, por lo que se puede decir que restringe la libertad con que puede abordar las indeterminaciones presentes en ella. En nuestra opinión, entonces, el papel del lector se torna relevante en tanto se articula como “disposición” para dejar a un lado el mayor número de sus “ilusiones” y “darse” a una experiencia interpretativa diferente.

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Como ya hemos comentado con anterioridad, el arte es creación humana y no puede estar inscrito fuera de contexto, no sólo del contexto lingüístico, sino también del histórico, el social, el cultural, el político, etcétera, de ahí que la relación ontológica entre el arte y la obra de arte que lo representa, esté mediada por su inteligibilidad, es decir, por su razón comunicativa (Vilar, 2005). Esto lleva a concluir que la obra de arte no sólo es histórica y socialmente situada, sino que al emplear parte del material discursivo que le antecede (material que no sobra advertir, está conformado por el lenguaje siempre intersubjetivo) contiene dentro de sí tanto la “comunicabilidad” de la que hemos hablado más arriba como los modos o modalidades intelectivas en que dicha comunicabilidad se legitima, o sea, se hace visible (Lendhart, 1990); en ambos casos nos referimos a su propiedad inteligible.

METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE LOS PROCESOS DE RECEPCIÓN EN EL ARTE COMO PROCESOS DE RECEPCIÓN ESTÉTICA No hay cultura humana sin práctica artística, por ello su raíz social y cultural —léase colectiva, compartida— no puede soslayarse. El arte es una práctica humana inscrita en la cultura, y es desde ahí justamente donde el acto creativo, si bien individual, muestra su comunión con la Historia. El artista que hace arte no puede eludir inscribirlo en el universo simbólico que le precede pues la dificultad para evadir esto radica en la inserción misma del artista y su obra en una comunidad de sentidos y de lenguajes compartidos, o sea, de modos de interlocución con el mundo, lo que si bien no excluye la novedad impide la innovación total. Umberto Eco, en sus reflexiones sobre la interpretación (1992, 1995) defiende la tesis de que los procesos interpretativos no pueden, bajo ninguna circunstancia, dar cuenta de interpretaciones que no observen mínimamente la orientación que el propio objeto a interpretar ofrezca. En ese sentido, la tesis de Eco argumenta que no puede haber interpretación propiamente dicha si es independiente del texto que se interprete, con lo que el autor afirma la posibilidad de establecer una especie de comunión mínima entre los participantes en el proceso interpretativo (en este caso obra de arte y lector), y la posibilidad de sentar las bases que permiten construir las premisas para el diálogo. El diálogo suscitado a partir del lector hacia la obra en ningún caso puede restituir (ni lo pretende) el sentido original de la obra de arte en cuestión porque el trabajo de interpretación se sostiene en un proceso en el que se involucran tanto la selección de aspectos pertinentes para

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la interpretación, la interpretación misma como proceso de reconstitución del relato presente en el texto a partir de las cualidades y competencias específicas de cada lector, y la reconstrucción final, mas no única, del relato con fines de apropiación y autorreflexión. En ese sentido, nos distanciamos de Jauss cuando afirma que los procesos de interpretación terminan cuando se reconoce el horizonte de expectativas de la obra y se funde éste con el horizonte de expectativas del lector (Jauss: 2002); y nos distanciamos de Iser cuando afirma que el lector puede configurar los sentidos indeterminados de las obras estéticas e interpretarlos a su modo (Iser: 1997). La interpretación tal y como Jauss la entiende resulta pobre ya que plantea que para que haya recepción estética basta con que el lector identifique o reconozca en el texto elementos propios de la historia del arte, como el género por ejemplo, mientras que en el enfoque de Iser centrado en el completamiento de las indeterminaciones presentes en la obra a través de la interpretación del lector, podemos observar un fundamento democrático de profundas urdimbres libertarias con el que no podemos estar de acuerdo. Si la comunicación es relación, vinculación, diálogo, resulta imposible soslayar “el decir” del otro, que en este caso es el decir de la obra. Como se puede apreciar de lo anteriormente dicho, la necesidad de fusionar ambos postulados se da en nuestra opinión porque a Iser carece de pericia para comprender que la información de contexto, como bien afirma Jauss, “dispone” las preguntas que el lector le hace al texto para poder entenderlo, pero al mismo tiempo a Jauss falta comprender que el sólo reconocimiento y/o identificación de una obra de arte dentro del torrente histórico del arte no puede resultar suficiente para entenderlo. Dado todo lo anterior, coincidimos con (1992, 1995) Eco cuando señala que para interpretar adecuadamente un texto se hace necesario conocer su naturaleza a través del análisis de su intentio operis, que es la intención que tiene el propio texto una vez construido al margen de la intención de su autor o de su lector. Para Eco (1995) existe una diferencia entre la intentio operis y la intentio actoris ya que para este autor, una cosa es que el emisor pueda tener una intención previa que es con la que crea el mensaje, y otra que el productor del mensaje sea lo suficientemente hábil y competente para crear un texto fiel a la idea previamente determinada como intención; de hecho éstas pueden modificarse en el transcurso de la enunciación. La intentio operis se define entonces como la estrategia textual por la que el texto, en relación estrecha con el lector, “produce” un determinado sentido,

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aunque la interpretación del lector está sujeta a determinados límites que son por un lado, la gama de opciones conjeturales que el lector puede proponerse para abordar el texto (intención de lector), y por el otro la malla de sentidos que el texto “aprueba” para sí, dejando al autor fuera del juego interpretativo. Para mayor información al respecto se recomienda consultar las obras de Umberto Eco referidas en la bibliografía al final de este trabajo. Si el análisis de la intentio operis a través del análisis de su organización estructural, no permite revelar su sentido, al menos podrá el lector saber con cierta certeza cuál es definitivamente el sentido que no autoriza el texto en cuestión. Para las obras de arte, tal y como hemos apuntado a lo largo de este trabajo, la presencia de metáforas e indeterminaciones complica este ejercicio, pero al ser arte lenguaje, y en tanto tal, inteligible en algún sentido al fin y al cabo, la tarea interpretativa —después de todo— no es ni puede ser entera ni absolutamente imposible.

REFLEXIONES EN TORNO A UNA PROPUESTA TEÓRICA SOBRE LA COMUNICACIÓN ESTÉTICA La teoría de la comunicación estética que aquí se apunta como propuesta comunicológica del arte tiende a explicar los procesos de intercambio de información y significación dialógica que tienen lugar durante la experiencia estética del lector cuando se expone y dispone al diálogo con la obra de arte. Se trata, como ya hemos comentado, de un proceso dialógico donde la interpretación del sujeto se instala como la actividad relacional misma ya que en la interpretación, más allá de la adquisición de significaciones para el completamiento textual se construyen las relaciones sociales de las instancias en acción, el artista —y por medio él, la obra— y el lector. Desde esa perspectiva, una teoría de la comunicación estética explicaría también la manera en que se configuran y construyen socialmente las posiciones simbólicas de los agentes e instituciones sociales, al tiempo que posibilitaría además la explicación sobre la forma en que dichas configuraciones inciden en los procesos de lectura y consumo de los textos y/o eventos del arte. Nótese que en tanto se ha comprendido aquí a la Estética como disciplina que se ocupa de los fenómenos y prácticas artísticas en la cultura, las formas de organización social y las formas de experiencia perceptiva y cognitiva, no aludimos para nada a la Estética Tradicional —centrada en la belleza como supuesto axiológico del arte y negada consecuentemente a aceptar el carácter

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estimativo y discursivo de lo bello y los vínculos que dicho criterio establece con lo cultural—, y tampoco necesariamente a una teoría de la comunicación artística. La teoría de la comunicación estética que aquí se propone se ocuparía de los objetos y fenómenos estéticos que ya abordamos como objetos, textos y/o eventos con propiedades simbólicas o poéticas, sean concebidos o no como obras de arte, con lo que se extiende el concepto de esteticidad a instancias diferentes a la artística propiamente dicha. Una teoría de la comunicación estética como la que esbozamos podría dar cuenta de los procesos de interrelación comunicativa entre sujetos por medio de los procesos de percepción sensible, y en ese sentido, guardaría relación también con los procesos de construcción de la subjetividad, los procesos cognitivos, la ética y la política. Por otra parte, y en lo que respecta al arte, una teoría de la comunicación estética permitiría explicar las formas dialógicas que adquiere la interpretación tanto en los procesos de creación como en los de recepción, lectura y consumo de los fenómenos y prácticas artísticas. Los conceptos a través de los cuales se explicaría se resumen a continuación: • El concepto de diálogo: actividad cognitiva creativa y placentera que permite “poner” en relación vinculante, a partir del intercambio de información y significación, a dos o más instancias en situación de comunicación. Toda actividad dialógica es actividad interpretativa. • El concepto de metáfora: fenómeno del discurso estético que aparece cuando existe conflicto tensional en las significaciones. La metáfora convoca a la construcción de sentido nuevo a través de la “destrucción” de las significaciones en tensión (Ricoeur, 1977). • El concepto de indeterminación: fenómeno del discurso que produce vacíos o lagunas del sentido, cuya función es conminar al lector a completarlas (Iser, 1987, 1997). • El concepto de esteticidad: propiedad inmanente a los objetos y fenómenos estéticos que permite gestar gracias a la presencia de elementos indeterminados y metafóricos, la posibilidad de diálogo. Como se puede apreciar, una teoría de la comunicación estética puede explicar en términos generales el papel de la interpretación como diálogo, tanto a partir de la manera en que constituyen configuraciones metafóricas desde las cuales se producen indeterminaciones del sentido, como a partir de las formas en que la esteticidad presente en ellos convocan la participación activa y creativa del lector ya que a mayor número de indeterminaciones, mayor esteticidad, y por lo tanto mayor convocatoria

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al diálogo entre lector y obra. Asimismo, a mayor conflicto entre las significaciones (sean o no creadas éstas por indeterminaciones) mayor posibilidad de crear conocimiento nuevo a través de la participación del lector. En cualquiera de estos casos, como se puede notar, los textos metafóricos o indeterminados configuran esteticidad, y la esteticidad diálogo. Por ello podemos decir que una teoría de la comunicación estética es ante todo, una teoría del diálogo desde un punto de vista comunicativo, donde lo estético se constituye simultáneamente en el elemento principal de la reflexión de lo que hemos llamado en otros textos “dimensión comunicológica del arte” y en concepto clave para desarrollar una teoría de la comunicación estética. Las premisas metodológicas para esta teoría podemos hallarlas, como ya explicamos en el apartado anterior, en el modelo de la interpretación propuesto por Eco (1992, 1996), específicamente en los conceptos de “naturaleza textual” e “interpretación” ya que esta última resulta ser la actividad que despliega el lector cuando trata de entender la naturaleza textual de tal manera que una actividad diferente no sería interpretación en absoluto (Eco, 1996). Con esta aseveración el semiólogo italiano se asegura desechar como interpretación cualquier otra actividad en el proceso de lectura que, por ejemplo, pretenda “entender” o “leer” lo que el texto de ningún modo dice. Como se puede observar, en la construcción metodológica de una teoría de la comunicación estética reconocer los derechos del texto como elementos orientadores del diálogo interpretativo del lector con respecto a la obra, es reconocer también a la actividad dialógica como actividad que privilegia la presencia de lo inteligible. Dicho de otra manera, el modelo de Eco plantea la observancia de una necesidad “comunicológica” en la teoría de la comunicación estética (por eso sólo el enfoque comunicológico es el único viable para ella) que consiste en establecer relaciones interpretativas de tipo dialógicas entre obra y lector ya que, coincidentemente con Eco, en la comprensión de un texto cualquiera sea estético o no hay derecho a evadir la responsabilidad que nos supone escuchar la voz del otro, es decir, la voz del texto en cuestión. Si bien todo ejercicio analítico, como la interpretación misma de la que se pretende dar cuenta, es aproximativo, el de una teoría de la comunicación estética también lo es; ello no impide, sin embargo, se puede describir, explicar, analizar y evaluar mediante ella los procesos de relación significante entre texto y lector circunscritos a la relación dialógica en sí misma. En resumen: una teoría de la comunicación estética daría cuenta también de una teoría sobre la creación artística (valorando

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el desarrollo de lo intrapersonal expresado mediante la relación creador, obra creada y proceso de creación) y de una teoría de la recepción estética a la manera de una comunicación gestada también a nivel intrapersonal (Romeu, 2010). En ambos casos, la matriz comunicológica evidenciaría también los vínculos pendientes de la comunicación con la psicología y el cognitivismo —aunque ese planteamiento ya se escapa de los límites de este trabajo.

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Nuevas funciones y usos simbólicos del teléfono celular entre los jóvenes Consuelo Yarto Wong* INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY, CAMPUS MONTERREY ○

Resumen: Al margen de los usos instrumentales para comunicarse con otros y obtener información que facilite la realización de actividades cotidianas, el teléfono celular aparece fuertemente asociado a nuevas funciones y sentidos relacionados con aspectos de seguridad, vigilancia, autonomía y estatus. A partir de 160 encuestas y seis grupos de discusión entre hombres y mujeres jóvenes se exploran los usos simbólicos del aparato, y la manera como éste promueve nuevas formas de interacción y de construcción de la identidad personal. Los hallazgos sugieren diferencias fundamentales a partir del nivel socioeconómico de los usuarios. Palabras clave: teléfono celular, jóvenes, seguridad, autonomía, estatus. Abstract: Besides its instrumental uses to communicate with others and obtain information that facilitates the daily activities of the users, the mobile phone is strongly associated with new functions and meanings related to safety, monitoring, autonomy and status. The findings of 160 persons and the developmente of six focus groups with young men and women suggest that symbolic uses of the device promote new forms of interaction and ways to build a personal identity, and suggest fundamental differences between users from high and low socioeconomic level. Keywords: cell phone, young, security, autonomy, status.

* Consuelo Yarto W., doctora en estudios humanísticos con concentración en comunicación y estudios culturales por el ITESM. Profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Monterrey. Correo electrónico: cyarto@itesm.mx

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INTRODUCCIÓN En poco más de dos décadas, el teléfono celular se ha consolidado como la tecnología de comunicación personal de mayor penetración alrededor del globo, independientemente de género, edad y nivel socioeconómico. En el caso particular de México, en un período de 20 años se pasó de 64 000 suscriptores registrados en 1990, a 44 millones en el 2005 (Mariscal y Bonina, 2006). A finales del 2008 dos terceras parte de los mexicanos tenía acceso al servicio, y se estima que en el 2012 se alcanzarán 97 millones de usuarios, lo que representa una penetración del 100% (Habrá 97, 2008). A nivel mundial, el aparato es uno de los bienes de consumo de mayor demanda, que satisface no sólo las necesidades de comunicación de amplios sectores de la población, sino que cumple otras tareas y funciones simbólicas que modifican la manera como las personas se relacionan, construyen identidades individuales y colectivas y reconceptualizan el espacio público. El presente trabajo explora nuevos usos y sentidos adheridos a esta tecnología, particularmente su empleo como herramienta de seguridad, dispositivo de vigilancia y control y/o de libertad e independencia y su utilización como símbolo de estatus, y el impacto de éstos en la manera como los usuarios establecen relaciones con los otros y se construyen como sujetos.

ANTECEDENTES La literatura señala que, en buena medida, la adquisición inicial de un teléfono celular suele estar asociada a cuestiones de seguridad personal (Puro, 2002; Verinskaya, 2002). El aspecto básico está relacionado con la capacidad para conseguir ayuda desde cualquier sitio y en cualquier momento, y particularmente las mujeres y las personas mayores conciben el aparato como un magician helper (Fortunati, 2005a) que les permitirá solicitar auxilio en situaciones de riesgo o emergencia (Ling, 2004). Las mujeres suelen utilizar el celular como un escudo protector cuando perciben un ambiente inseguro u hostil, pues llamar a alguien, o incluso fingir que llaman a alguien, les ayuda a mostrar una imagen de autocontrol y proyectar la idea de que no están solas (Plant, 2001), lo que convierte al dispositivo en un medio de protección vicaria (Ling, 2004) sumamente apreciado por este segmento.

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El sentimiento de seguridad que brinda tener un celular a la mano se considera menos necesario en el caso de los hombres, de manera que es común que sean ellos quienes adquieren aparatos para sus esposas e hijas como medida de protección (Castells, Fernández-Ardevol, Qui, y Sey, 2007), al igual que hacen los hijos adultos para sus padres y parientes mayores (Bell, 2005). Como consecuencia, el dispositivo se ha convertido en una herramienta asociada con la seguridad de grupos vulnerables como los ancianos, las mujeres y los niños. En una perspectiva distinta Habuchi (2006) discute el papel del celular en la construcción de la seguridad ontológica de los usuarios al hacer posible la comunicación con otros que contribuyen al proyecto de elaboración de un yo reflexivo, como una forma de contrarrestar los sentimientos de pérdida y desarraigo característicos de la modernidad tardía. A través de la conectividad constante con su grupo social en línea el sujeto adquiere una especie de seguridad existencial individualizada, dado que, al menos idealmente, el otro siempre está ahí para brindar afecto, seguridad y apoyo. La idea del celular como un dispositivo de seguridad parece muy arraigada en el imaginario colectivo, e incluso se ha convertido en material fértil para el surgimiento de leyendas urbanas alrededor del aparato que, al margen de su validez, sirven tanto para circular las ideas como para confirmar creencias acerca de la relación entre la seguridad y el celular (Ling, 2002a), legitimando su adquisición. En cuanto al uso del teléfono móvil como medio de vigilancia y control, la idea aparece por lo general como problemática. El aparato posibilita mayor vigilancia, pero al mismo tiempo mayor independencia. Particularmente en la relación padres-hijos su empleo resulta contradictorio, pues mientras por una parte posibilita a los primeros vigilar las actividades de los segundos convirtiéndose en una especie de “correa digital” (Ling, 1977) o “cordón umbilical extendido” (Castells et al, 2007), por la otra permite a los últimos obtener mayor libertad en sus desplazamientos y más autonomía y privacidad en sus comunicaciones personales (Haddon, 2002; Ling y Hemelsen, 2000). El celular “tiene el sorprendente resultado de incrementar tanto como disminuir el control paterno” (Katz, 2006, p.126), y en un evidente contrasentido mantiene y al mismo tiempo rompe los lazos familiares (Lorente, 2002) de manera que para muchos jóvenes ésta es la tecnología de la libertad, mientras que para sus padres es la tecnología de la pérdida de control (Kim, 2002). La paradoja parece resolverse a través de una doble simulación: los padres simulan que controlan a los hijos sin conseguirlo pues éstos

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socializan fuera de su vigilancia a través del celular; mientras los hijos simulan mayor independencia y responsabilidad cuando en realidad dependen de sus padres para su subsistencia (Fortunati y Magnanelli, 2002) y para pagar los costos del aparato. En este doble juego se expresan y reproducen estrategias y tácticas de poder y resistencia (de Certeau, 1984) que existían en las relaciones familiares —o de pareja— previas a la llegada del celular, pero que toman un nuevo matiz con la aparición de esta tecnología. Como contrapeso, un tema que aparece de manera recurrente alrededor de las TIC es su poder emancipador y su capacidad para generar una comunicación más horizontal e independiente. Algunos autores señalan que en la sociedad actual donde las instituciones tradicionales se debilitan día con día, las tecnologías de comunicación personal (TCP) contribuyen a que la interacción entre los individuos escape al control de las mismas (Geser, 2004, 2005). En ese contexto el poder que pierden las instituciones —la familia u organizaciones más grandes— se transfiere a los sujetos, que toman el control de sus comunicaciones con implicaciones diversas tanto en el ámbito personal como social. En el caso particular del celular, el dispositivo se ha convertido en una herramienta de “empoderamiento personal” (Katz, 2006, p.126) especialmente entre grupos subordinados o marginados como las mujeres y los jóvenes, brindándoles mayor movilidad e independencia. Entre adolescentes y jóvenes la posesión de un dispositivo de comunicación personal se enlaza también con un proceso de emancipación comunicativa asociada a la construcción de una identidad diferenciada y autónoma (Elkin, en Castells et al, 2007). En este segmento el celular facilita distanciarse de los padres y acercarse más a los pares, convirtiéndose en un símbolo de independencia. Disponer de su propio medio de comunicación permite a los jóvenes construir redes de interacción que escapan al monitoreo y vigilancia de las figuras de autoridad (Habuchi, 2006; Ling, 2000, 2002a; Ling y Yttri, 2002; Pertierra, 2005), pues son ellos quienes tienen la gestión y el control de sus procesos de comunicación. Sin embargo, la autonomía que se gana con respecto a los adultos en ocasiones queda ensombrecida por la dependencia que se genera con relación al grupo de amigos, pues la constante disponibilidad de los otros como fuente de comunicación y consejo provoca que los usuarios dejen de tomar decisiones basadas en sus propios juicios y regresen a una especie de dependencia infantil de su grupo de otros significantes (Geser, 2004) aun y cuando éstos se encuentran lejos. Ello afecta la

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autoconfianza de los sujetos haciéndolos incapaces de operar solos y los deja dependientes del celular como fuente de ayuda y consejo, de manera que el dispositivo se convierte en una extensión del yo y su ausencia se experimenta tanto en un sentido material como psicológico (Katz, 2006). Para Turkle (2008), las tecnologías personales de comunicación han traído nuevas formas de validación tanto de la conducta como de los pensamientos y sentimientos de los sujetos quienes se apoyan cada vez más en las opiniones de otros para formarlos y consolidarlos, generando nuevos patrones de dependencia con respecto a ellos. En ese sentido, las tecnologías always on como el celular se convierten en una especie de sistemas de navegación o “GPS social y psicológico” (p.132) en el proceso de construcción del sujeto. Finalmente, con relación al uso del celular como símbolo de estatus, los estudio señalan que aunque en sus inicios el aparato fue un artículo de lujo privativo de hombres de negocios y yuppies, asociado con un alto nivel adquisitivo y usado por sus propietarios como elemento de diferenciación (Kim, 2002; Matsuda, 2006; Özcan y Koçak, 2003; Ross, 1993; Schejter y Cohen, 2002; Vershinskaya 2002), en la actualidad se ha convertido en la tecnología de comunicación personal de mayor penetración a nivel mundial, perdiendo esa connotación original. El dispositivo, sin embargo, sigue ligado a una imagen social positiva (Kim, 2002). Las personas encuentran una fuente importante de valoración personal en el uso de las comunicaciones inalámbricas (Castells et al, 2007), pues movilidad y comunicación a distancia son percibidas como factores que acrecientan el poder y la seguridad de su dueño, atributos altamente valorados tanto en el aspecto social como psicológico (Katz y Sugiyama, 2006). Poseer un celular adjudica al usuario una dimensión de dinamismo (Ling, 2002b), lo muestra como objeto de deseo e interés comunicativo (Ross, 1993), y funciona de cierta manera como un medio de promoción personal (De Gournay, 2002). Su uso en público proyecta un nuevo tipo de estatus asociado no a un mayor nivel de ingresos sino a una mayor integración social (Geser, 2004), y de ahí la importancia que tiene para algunos, en particular los jóvenes, ser requeridos y estar disponibles de manera continua. Entre estos últimos la accesibilidad es un aspecto fundamental de su vida social, en la medida que posibilita una mayor inclusión y participación en el grupo de iguales lo que constituye una manifestación de su estatus dentro del mismo (Ling e Ytrri, 2002). Por otra parte, entre los grupos marginados de los países en desarrollo, y en particular en las áreas rurales, la posesión de un teléfono celular es

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un aspecto relevante en el estatus social de la persona, pues ser dueño de un aparato brinda una sensación de poder a la que no todos tienen acceso, y otorga al propietario una mayor importancia dentro de la comunidad (Chakraborty, 2004). A partir de la revisión de la literatura, el presente trabajo se formula las siguientes preguntas: ¿Qué nuevos usos y funciones simbólicas adjudican los usuarios jóvenes al teléfono celular? ¿de qué manera estos nuevos significados modifican sus formas tradicionales de interacción a nivel de familia y pareja? ¿cómo impactan en la construcción de la identidad de los jóvenes? y finalmente ¿en qué aspectos difiere la apropiación simbólica del aparto entre usuarios de diferente nivel socioeconómico?

METODOLOGÍA El estudio pretende un acercamiento mixto que incluye trabajo de campo cuantitativo y cualitativo. Los datos de la parte cualitativa proceden de 160 encuestas aplicadas a jóvenes de entre 18 y 25 años, segmentados por género y nivel socioeconómico, de manera que a cada grupo correspondieron 40 encuestas. Los datos cuantitativos se obtuvieron a partir de seis grupos de discusión mixtos (hombres y mujeres), tres para jóvenes de nivel bajo y tres para los de nivel alto. La investigación original incluyó informantes adultos segmentados por género y nivel económico, lo que supuso 160 encuestas y seis grupos de discusión adicionales, permitiendo también la comparación por edad. Para determinar el nivel socioeconómico de los informantes se utilizó la clasificación de la AMAI (http://www.amai.org/NSE/NivelSocioeconomicoAMAI.pdf), considerando como estrato alto los segmentos A/B y C+, y como estrato bajo, D+. Para la aplicación de la encuesta y la realización de los grupos de discusión se seleccionaron colonias del área metropolitana de Monterrey identificándolas según su grado de marginación de acuerdo a la segmentación por AGEBS (áreas geoestadísticas básicas) que utiliza el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en la aplicación del censo nacional de población, eligiendo aquellas que correspondían al nivel socioeconómico buscado. Para el análisis de los datos cuantitativos se utilizó el programa SPSS, y para los datos cualitativos, N-Vivo.

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HALLAZGOS ENCUESTA Los resultados de la encuentra señalan que más de tres cuartes partes de los hombres y mujeres jóvenes de ambos estratos económicos manifiestan su total acuerdo con la idea de que el celular puede ser visto como un instrumento de seguridad. Cerca de la mitad de los jóvenes lo conciben como un aparato para vigilar a los demás, pero entre los de bajos ingresos un porcentaje similar manifiesta una opinión contraria lo que supone una diferencia estadísticamente significativa (x²(2) = 6.989 p= .030) con respecto a los jóvenes de mayores ingresos. De la misma manera, aunque más del 60% del total de informantes establece cierta relación entre la utilización del celular y mayor libertad del usuario, un porcentaje significativamente mayor de hombres (x²(2) = 6.421, p= .040) y mujeres (x²(2) = 6.500, p= .039) del estrato bajo está en desacuerdo con dicha idea. De igual forma, aunque más del 70% de las mujeres jóvenes está en desacuerdo en considerar al celular como símbolo de estatus, un número mayor del estrato bajo lo concibe como tal, mientras ninguna del estrato alto comparte esa opinión (x²(2) = 7.951, p= .019). Entre los hombres, por el contrario, el número de hombres de nivel bajo que no considera el aparato como un símbolo de estatus es significativamente mayor que los de nivel alto (x²(2) = 13.736, p= 001).

HALLAZGOS GRUPOS DE DISCUSIÓN Los grupos de discusión permitieron explorar más detalladamente las ideas y opiniones de los informantes con relación a estas nuevas funciones y sentidos adheridos al teléfono celular, y profundizar en los matices dependiendo del género y nivel económico de los informantes. Las opiniones de cada grupo se identifican de la siguiente forma: MJ mujer joven; HJ - hombre joven; NA - nivel socio-económico alto; NV nivel socioeconómico bajo. Seguridad. Aunque en general la seguridad constituye una motivación fundamental de los informantes para adquirir un teléfono celular, es entre los usuarios de nivel alto donde predomina la imagen del dispositivo como una “póliza de seguro” inmediata. Los jóvenes de este segmento subrayan la necesidad del aparato para garantizar su seguridad, aunque las mujeres enfatizan su importancia en situaciones de riesgo personal mientras los hombres destacan su conveniencia para solicitar ayuda en caso de accidentes. Prescindir del celular en tales condiciones les genera

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una sensación de indefensión y vulnerabilidad, por lo que muchos, en especial las mujeres, regresan por su aparato en caso de haberlo olvidado. Si vas sola a casa de alguien, igual y normalmente no lo harías si no tienes celular; porque si te pasa algo ¿qué haces? Si tienes celular te sientes como más protegida. (MJ, NA). Imagínate, te deja tirado el carro y debes caminar 6 kilómetros hasta el teléfono público, o chocas y…274. (HJ, NA).

Los comentarios sobre la asociación celular-seguridad provienen en su mayoría de las mujeres, quienes señalan la seguridad como una de las razones principales por las que sus padres les compran un aparato. Entre ellas prevalece la idea de que siempre hay que cargar con el celular “por si se ofrece”, y la seguridad que les brinda el dispositivo no reside solamente en la posibilidad de contactar a otros para solicitar ayuda, sino en su uso simulado para proyectar una imagen de que no están aisladas e indefensas pues hay alguien al otro lado de la línea que las acompaña. Mi mamá siempre [me dice]: 'Y trae el celular por si…', cualquier cosa. Es parte de la razón por la que nos dan el celular. (MJ, NA). Una prima tuvo que viajar al DF y fingía hablar por celular cuando se subía a un taxi: ‘Ah sí, ya voy para allá’. Como [para indicar] alguien me está esperando, aunque ella estaba sola en un hotel. (MJ, NA).

En situaciones menos riesgosas o amenazantes pero de igual manera desagradables o incómodas, el celular es visto como una “tabla de salvación”. Las jóvenes lo utilizan principalmente para escapar al acoso o atenciones indeseadas de un hombre que no les interesa, mientras que entre los hombres es frecuente solicitar a los amigos que les llamen para “rescatarlos” por si no les gusta la joven con la que tienen una cita a ciegas. Ambos lo emplean también para abandonar una cena o reunión en la que no quieren permanecer, y en esos casos piden a un amigo que les llame a determinada hora o fingen que les llaman haciendo sonar el celular ellos mismos. Alguien te trata de sacar plática y te sientes super incómoda. En ese caso [mandas] mensaje: ‘Ven por mí; ven ya, estoy incómoda’. O algo así como que ¡Rescátame!. (MJ, NA). Mucha gente dice: ‘Voy a un date, márcame a tal hora’. Si no te contesto sí me gustó [la pareja]; y si te contesto, me quiero salir. (HJ, NA).

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En el estrato bajo sólo las mujeres perciben el aparato como un dispositivo que acrecienta su seguridad personal, pues les permite comunicarse con padres, hermanos o parejas en caso de enfrentar algún problema o inconveniente dentro o fuera del hogar, y de ahí la necesidad que manifiestan de disponer siempre de saldo para este tipo de situaciones. Muchas tienen registrados los teléfonos de la Cruz Roja, la Cruz Verde y diversos hospitales de la ciudad, así como los de la demarcación de policía y los de la patrulla de su colonia por si hay pleitos o riñas afuera de sus viviendas. “Porque si estás en la calle y te pierdes, o no sé, les hablas”. (MJ, NB) Al analizar el discurso de los informantes y compararlo con los resultados de la encuesta se evidencian diferencias importantes. Mientras que en los resultados cuantitativos la mayoría de los informantes jóvenes (alrededor del 80%) establecen una asociación importante entre el celular y la seguridad personal, en los cualitativos son las y los jóvenes de mayores ingresos quienes destacan esa asociación. En el caso de las mujeres, su imagen tradicional como seres débiles e indefensos que dependen de otros para salvaguardar su integridad física podría llevarlas a adoptar la idea del celular como un dispositivo de protección, en la medida que les permite comunicarse rápidamente con los otros —los hombres, los mayores, los fuertes— que les brindan auxilio. Esta conjetura, sin embargo, no permite entrever qué sucede en el caso de los jóvenes de sexo masculino. Una explicación que incluiría a ambos grupos lleva a suponer que, en la medida que los usuarios utilizan con más frecuencia su celular, desarrollan una mayor dependencia con respecto al aparato asignándole nuevos significados y simbolismos que no aparecen entre grupos de usuarios menos frecuentes. Desde esa perspectiva, los informantes de nivel alto relacionan el celular con cuestiones de seguridad porque tienen experiencias previas de uso en esos contextos, mientras que los de nivel bajo, que hacen un empleo más restringido del aparato, pudieran no establecer tal asociación por la ausencia de dichas experiencias. Vigilancia y control. El uso del celular como medio para vigilar o controlar las actividades de los otros también es discutido ampliamente por los informantes. Los de nivel alto abordan principalmente la supervisión que ejercen los padres sobre los hijos, mientras que en ambos segmentos socioeconómicos se discute el fenómeno a nivel de relaciones de pareja. La totalidad de los informantes jóvenes de clase alta son universitarios que dependen económicamente de sus padres, y resulta común que

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sean estos últimos quienes pagan por los servicios de telefonía celular de los hijos. En ese contexto, la cesión o compra del aparato suele estar condicionada a ciertos acuerdos y reglas que el joven debe cumplir siendo una de las principales tenerlo encendido y contestar todas las llamadas que le dirigen sus padres, lo que es interpretado por los jóvenes como un deseo de supervisión y control. Aunque entienden la preocupación paterna por su seguridad como algo legítimo y la mayoría de las veces permiten que los localicen a través del celular, en otras revierten las funciones de la tecnología en su beneficio —monitorean las llamadas o apagan el celular— para escapar a dicho control. Al menos en mi casa tener el celular apagado es motivo de castigo. Si te están marcando y no contestas te dicen: ‘Oye, ¿para qué lo estamos pagando?‘ Mi mamá dice: ‘No lo compré para que estés hablando con tus amigos. Lo compré para que cuando yo te marque estés disponible’. (HJ, NA). [Si no contestas] tus papás luego te castigan. (MJ, NA).

El hecho de que en la mayoría de los casos los padres cubran el costo del aparato y de su uso posterior coloca a los jóvenes en una posición subordinada en la que deben determinar cuánto pueden usar el celular en función de la cantidad de dinero que les asignan para pagar el servicio, y elegir a quién llamar o no, de manera que los padres ejercen sobre los hijos no sólo una vigilancia espacial monitoreando sus desplazamientos, sino que a través del aspecto económico controlan también, en cierta medida, sus prácticas de comunicación e interacción social (Castells et al, 2007). Entre los jóvenes de nivel bajo, por el contrario, no se considera al celular como un medio de control familiar. La mayoría son independientes económicamente y solventan sus propios gastos de comunicación, de manera que no están supeditados a las decisiones paternas. Adicionalmente muchos provienen de otros estados de la República y sus padres permanecen en sus comunidades de origen desde donde no tienen acceso a servicios de telefonía celular o fija, de manera que no pueden llamar a los hijos. En familias donde varios hermanos emigran a la ciudad, los mayores parecen sustituir a los padres en las tareas de vigilancia y llaman a los menores —en especial a las mujeres— para saber dónde están o cómo se encuentran. Mi hermano grande, es de que: ¿dónde andas? ¿con quién andas? ¿con quién te fuiste? o ¿por qué no contestas? Y fui ahí a la tienda. (MJ, NB).

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Pero incluso los pocos que sí viven con sus padres no consideran que éstos puedan controlarlos a través del celular porque, como señalan, si no quieren no les contestan. Cuando les reclaman utilizan una lista de excusas que incluye: “no lo oí”, “no alcancé a contestarlo” o “se acabó la pila”. Mi mamá me habla en la noche cuando me quiere meter (de la calle), y lo apago. (MJ, NB).

En el ámbito de las relaciones de pareja, tanto hombres como mujeres del estrato bajo destacan el uso del celular para monitorear dónde y con quién está el novio o novia, aunque subrayan la desconfianza que genera el celular por la facilidad de fingir que se encuentran en un determinado sitio sin estarlo. Algunas mujeres comentan que revisan el celular de su pareja para ver a quién le marcó o le envió mensajes y de quién los recibió, mientras los hombres subrayan la desventaja de que el celular almacene información sobre los números o personas con los que se comunican pues los obliga a borrar constantemente mensajes o llamadas que prefieren ocultar a sus parejas. “Hay quienes nomás lo hacen [llamar] para ver si está uno allí. Cada rato andan fastidiando, verdad: ¿a qué horas llegas? ¡ya vente!”. (MJ, NB). … en el celular pues se graba de que ya tienes tantas llamadas de tal persona o tantos mensajes… eso también es una desventaja porque se quedó grabado. (HJ, NB).

En el segmento de mayores ingresos tanto hombres como mujeres niegan utilizar el aparato para vigilar a sus parejas. Sin embargo, entre los informantes de sexo masculino es común visualizar al celular como “la cadena inalámbrica que te ponen” para controlarte. La contradicción entre la negativa de los informantes de usar el celular para vigilar a la pareja, y las quejas de otros sobre las llamadas que reciben para saber dónde y con quién se encuentran, parecen confirmar los hallazgos de Lemish y Cohen (2005a) quienes documentan la tendencia de los usuarios a distanciarse de ciertas conductas negativas asociadas al uso del dispositivo —en este caso el intento por vigilar a los otros— en línea con el denominado Efecto Tercera Persona . La hipótesis denominada Third Person Effect (Davidson, 1983) propone que cualquier sujeto que se vea expuesto a un contenido persuasivo a través de los medios masivos de comunicación, va a considerar que dicho mensaje tiene un efecto mayor sobre los otros que sobre él mismo.

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“El celular llega a ser como una cadenita entre las dos personas, y es como que la tratan de usar para jalarte. Jalan la cadenita y… ya te tienen”. (HJ, NA). Cabe destacar que ente los jóvenes del estrato alto el control no parece referirse solamente al que se ejerce sobre las personas, sino también al que conquista el usuario por el hecho mismo de poseer el aparato en la medida que el acceso inmediato a cierto tipo de información y recursos está asociado a una sensación de mayor dominio sobre las situaciones y el entorno. “[Con el celular] sí te sientes en control; porque realmente cuando no lo traes te sientes impotente”. (MJ, NA). Este tipo de control, aparece muy ligado a la idea del empoderamiento personal que posibilitan las tecnologías personales de comunicación. Libertad e Independencia. En cuanto a la asociación del celular con un grado mayor de libertad, en general la mayoría de las mujeres de nivel alto y las de nivel bajo que aún viven con sus padres no consideran que el aparato haya traído a sus vidas mayor independencia. Sin embargo, de su discurso parece desprenderse que el dispositivo sí les brinda mayor autonomía y facilidad de movimiento. “[Con el celular] te sales y ya más independiente, porque voy sola”. (MJ, NA). Entre las que trabajan, mientras tanto, la independencia que brinda el aparato no está asociada a una mayor movilidad sino a la posibilidad de tener control sobre sus comunicaciones personales, pues con el celular no tienen que recibir sus llamadas en el teléfono fijo o en el aparato de otros, y depender de la buena voluntad de éstos para que les pasen la llamada o los mensajes que les dejan. “Pues antes de tener [celular] me hablaban al celular de mi tía, y si ella quería me pasaba la llamada y si no, pues no”. (MJ, NB). En comparación, los jóvenes de sexo masculino de ambos niveles económicos sí perciben al celular como una herramienta que representa mayor emancipación y libertad, y consideran que con el aparato en la mano pueden desplazarse más fácilmente y con mayor confianza sabiendo que pueden comunicarse para decir dónde se encuentran o hacia dónde se dirigen. Más que para restringirnos [el celular] nos da la oportunidad de, si te vas a cambiar de lugar, nada más avisar. Como siempre estás localizable entonces puedes decir: “Voy a ir al cine”. Y luego del cine querer irte a cenar y luego a casa de un amigo. Y puedes hablar y decir: “Me vine a no sé donde” o “Ya voy para la casa”. (HJ, NA).

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“No, pos es más fácil [moverse] al traer celular”. (HJ, NB). Cabe destacar, sin embargo, la postura de un grupo de informantes del estrato alto para quienes la autonomía personal queda opacada, y lo que destacan es la dependencia que se genera con relación al aparato y a la red de contactos a la que permite acceso. Para algunos, a través del celular se negocia cierto tipo de independencia (de movimiento) por otro tipo de dependencia (del aparato, de las personas); para otros, se logra independencia a cierto nivel (familiar) pero se es dependiente en un ámbito mayor (social); y unos más señalan que esa independencia es ilusoria, porque finalmente las personas se vuelven esclavas de la tecnología. “Puede ser algo que normalmente no harías tú sola, pero ya lo haces porque sabes que puedes estar en contacto con alguien. Hasta cierto punto es independencia, pero también es que eres dependiente del celular”. (MJ, NA). “Yo no lo veo como independencia, yo lo veo más como que estás más amarrado”. (HJ, NA). Esta dualidad, dependencia/independencia, parece tener un impacto a considerar en la manera como los jóvenes establecen sus relaciones, generan compromisos y se hacen responsables de sus acciones. Las decisiones se vuelven menos individuales y más colectivas, pues ante cualquier duda o incertidumbre existe la posibilidad de tomar parecer o solicitar consejo de cualquiera de los contactos que “están ahí” en el celular tanto en un sentido real a través de su número telefónico, como en un sentido metafórico a través de su presencia virtual. Para tomar una decisión… rápida, si no tienes celular la tienes que tomar tú solo. Y cuando tienes celular luego, luego hablas: ‘Oye ¿qué hago?’. Y que te aconsejen. (MJ, NA). Siento como que ya nos movemos más en masa; actuamos tomando más en cuenta a los demás. Antes si no traías celular hacías lo que tú piensas que debías hacer y no tomabas en cuenta a los demás. En cambio, ahora con el celular, hay que hacer masa; te tienes que poner de acuerdo en una comunicación y ya te sientes más parte de un grupo. (HJ, NA).

Los informantes advierten que las decisiones compartidas los vuelve menos responsables y se generan compromisos menos firmes, en la medida que pueden dividir con otros la carga de las mismas. Para algunos, el tipo de compromisos y acuerdos que se generan por celular parecieran tener menos valor y por tanto resultan más fácil de romper.

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“[Con el celular] generas compromisos de forma mucho más sencilla, de una manera más rápida; y digamos que [eso mismo] te hace menos comprometido”. (HJ, NA). En ese sentido, la tecnología les brinda facilidades para evadir obligaciones o exigencias a las que no quieren hacer frente, pues mediante el identificador pueden detectar quien llama y decidir si contestan o no. Consideran también que es más fácil disculparse por celular que en persona ya que no tienen que “dar la cara”; y más fácil aún por SMS porque ni siquiera tienen que hablar con el otro, lo que en opinión de uno de los informantes no representa sino “diferentes grados de cobardía” (HJ, NA) para evadir responsabilidades. Estatus. Aunque la mayoría de los participantes en el estudio reconocen que en la actualidad cualquier persona puede adquirir un celular y por tanto no constituye un factor de diferenciación social como lo fue en los primeros años luego de su aparición, muchos consideran que las personas todavía utilizan su celular como símbolo de estatus. La mayoría de los jóvenes de nivel bajo, aunque comentan que ellos adquieren sus celulares por cuestiones prácticas —poder comunicarse— , coinciden en que algunas personas sí emplean el aparato para presumir y ubican en este grupo a los que traen dos celulares, los que compran modelos que exceden por mucho su nivel de ingresos, o los que los adquieren con acceso a internet sin tener una conexión disponible. Muchos se fijan en los aparatos que tienen otros, pero opinan que no se puede inferir su nivel económico a partir del celular porque pueden comprarse dispositivos caros aun con ingresos reducidos, o viceversa. Al momento de adquirir un teléfono propio los más jóvenes dicen comprar uno que les guste, mientras los mayores buscan uno que les sirva. “[Lo compras] no porque estás rica; es porque te beneficia mucho”. (MJ, NB). Hay personas que dicen: ‘Es que salió un nuevo celular y quiero andar a la moda’… Saben que no tienen [dinero], pero lo compran nada más para presumir. Pero sinceramente la función que tiene [el celular] es para hablar. (HJ, NB).

En este grupo parece ser común que quienes adquieren los celulares más costosos son los jóvenes recién llegados desde las comunidades rurales a la ciudad, que con frecuencia deben devolver los aparatos al poco tiempo por no poder pagarlos. Uno de los informantes señala el efecto paradójico que puede tener la tecnología en la vida de estas personas que emigran desde sus comunidades en busca de mejores

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condiciones de vida, y que en lugar de ello se ven inmersas en una economía de consumo que las obliga a trabajar sólo para adquirir el celular que está de moda. Algunos comparten la opinión de los jóvenes de nivel alto de que los hombres compran aparatos caros no tanto por presumir, sino porque se interesan más en los adelantos tecnológicos. La mayoría [de los recién llegados] ya trae celular… Las personas que vienen acá… venimos para superarnos ¿no? Pero muchas veces nos estancamos por la misma tecnología… ahorras cuatro mil pesos ¡pero es para el celular! y es donde se va perdiendo… Yo he visto más que nada en los chavos que van llegando. (HJ, NB). Compran los celulares, de los más nuevos que están saliendo, por los pixeles. Que para tomar fotos, para grabar; más que nada para tomar fotos. Por las chavas quieren traer el celular… Pero más que nada es por la tecnología; es más que nada por lo que le invierten. (HJ, NB).

Entre los jóvenes del estrato socioeconómico alto las opiniones resultan similares. También consideran que actualmente todo el mundo puede traer un celular por lo que no constituye más un símbolo de estatus, y que tratar de inferir el nivel económico de una persona a partir de su aparato puede resultar engañoso; mencionan casos de albañiles con celulares cuyo costo parece desproporcionado con relación a su nivel de ingresos, o de empleadas domésticas cuyos aparatos son más vistosos y con más funciones que los de la dueña de la casa donde laboran. “[El celular] no proyecta realmente tu nivel socioeconómico porque ahora sí está al alcance de todas las personas”. (HJ, NA). Hombres y mujeres aseguran no fijarse de manera especial en los celulares que portan los otros, pero sus comentarios apuntan en sentido contrario. De su discurso se desprende que las mujeres tienden a observar los modelos que les parecen más atractivos, mientras los hombres se fijan en aquellos que parecen ser más avanzados. Estos últimos consideran que cuando se trata de modelos nuevos, con más funciones y servicios, el tipo de aparato que posee una persona sí revela en parte su nivel económico y puede actuar como elemento de diferenciación social, al igual que lo hace un carro o la ropa. Señalan, sin embargo, que entre ellos tienden a comprar los gadgets más novedosos por su interés en la tecnología más que en la imagen. [Los celulares] sí son cosas que ves; sí estás consciente de eso. A lo mejor no afecta tu percepción de la persona; pero no creo que alguien no lo vea. (HJ, NA).

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Sobre todo ese tipo de celulares que ya no son nada más celulares, hablan de tu poder adquisitivo; como un carro. (HJ, NA).

En principio los hallazgos cualitativos apoyan los resultados de la encuesta, en donde la mayoría de los informantes de todos los grupos no parecen percibir una asociación particular entre celular y estatus. Sin embargo, de su discurso se desprende que muchos acostumbran fijarse en los aparatos de otros y consideran que el celular sí dice algo del poder adquisitivo y los recursos de las personas, de manera que aquellos que tienen los modelos más caros o más avanzados los usan como símbolo de estatus. Ellos se distancian de este tipo de prácticas y consideran que son los “otros” quienes utilizan el celular para presumir.

CONCLUSIONES A lo largo de su corta trayectoria, el teléfono celular ha pasado de ser un medio de comunicación personal a distancia a un dispositivo de usos múltiples, integrando distintas herramientas y funcionalidades encaminadas a hacer más fácil la vida cotidiana de los usuarios. Adicionalmente, el aparato ha ido incorporando nuevos sentidos y usos simbólicos a medida que diferentes grupos se apropian del mismo, convirtiéndolo en un agente protector, un medio de control, un elemento de independencia o un factor de estatus y diferenciación social. De los datos se desprende que, aunque la idea del celular como herramienta de seguridad aparece muy arraigada entre los jóvenes de mayores ingresos, la perspectiva divergente de los informantes del estrato bajo hace necesario profundizar este aspecto. Y aunque la seguridad es una motivación fundamental al momento de adquirir un aparato, las diferentes condiciones de acceso a los servicios conducen a procesos de apropiación diferenciada de manera que los aspectos de seguridad pudieran quedar oscurecidos, pero sin desaparecer, en algunos grupos de usuarios. Por otra parte, la mediación del teléfono móvil en las relaciones personales parece estar impactando de manera sustancial los procesos de interacción familiar y de pareja. El tipo de comunicación que permite el celular modifica formas tradicionales de interacción entre padres e hijos facilitando una mayor supervisión y control por parte de los primeros, pero posibilitando al mismo tiempo mayor autonomía e independencia entre los segundos. En el caso de las relaciones de parejas, las arraigadas

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prácticas de monitoreo incorporan una nueva herramienta que permite una vigilancia más estrecha, pero que, paradójicamente, ofrece opciones y alternativas para evadirla. Es por ello que para muchos jóvenes el dispositivo representa un medio de empoderamiento personal, especialmente entre aquellos de grupos marginados y/o subordinados. Para los usuarios de menores ingresos el celular representa la posibilidad de poseer un medio de comunicación personal, posibilidad que históricamente les había estado vedada por el alto costo que implicaba la contratación de una línea telefónica fija; para los de ingresos altos, mientras tanto, el aparato supone tomar el control de sus procesos de comunicación personal con las implicaciones que ello tiene en la construcción de una identidad diferenciada, al margen de la familia. En contraposición hay que destacar los procesos de dependencia que se están generando con respecto a los otros con los que el joven se comunica, dependencia que en ocasiones termina transfiriéndose a la tecnología que hace posible el contacto, y las implicaciones que esto tiene en la manera como los jóvenes establecen compromisos y se hacen responsables de sus decisiones. En cuanto a la relación celular-estatus, el estudio sugiere una asociación poco clara dadas las contradicciones en el discurso de los informantes, lo que no significa que, pese a su uso generalizado, en ciertos grupos de población el aparato no sea empleado como símbolo de diferenciación social. Cabría pensar que en la actualidad la distinción que brinda el celular no refiere a la propiedad del dispositivo en sí, sino al modelo de aparato que se posee (I-phone, Blackberry), los servicios a los que se tiene acceso (conexión a Internet, transferencias bancarias, identificación personal, video-llamada) y el nivel de dominio tecnológico, en un nuevo esquema de brecha digital que sigue separando a usuarios y naciones con base en sus posibilidades de acceso a las TIC. Dado que los medios de comunicación están profundamente entretejidos con la cultura y las relaciones que de ella se derivan, incluidas las cuestiones de estatus y diferenciación social, es de esperarse que en el caso particular del teléfono celular, convertido en la tecnología de comunicación personal más demandada a nivel global y en elemento de moda y distinción por sí mismo, dicha asociación sea más profunda de lo que se desprende de este estudio. Finalmente, dada la penetración de aparato y la integración del mismo en la mayoría de las actividades cotidianas de los usuarios, y los pocos estudios empíricos sobre el tema realizados en el país desde una perspectiva académica más que mercadológica, el campo de investigación

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ofrece un amplio abanico de opciones que deberán ir cubriéndose si deseamos comprender el impacto social de un dispositivo cada vez más pequeño, y al mismo tiempo cada vez más complejo.

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La oportunidad retórica y el debate sobre la autorización mexicana a la intervención militar en Irak Arturo Zárate Ruiz* EL COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE. OFICINA DE MATAMOROS ○

Resumen: Descubrir y atrapar las oportunidades son responsabilidades cruciales para el orador y para el tomador de decisiones. Explotarlas al máximo se les exige para obtener los mejores resultados con sus audiencias. Cómo se presentan estas oportunidades de manera inédita se puede ilustrar con el debate sobre la posible autorización mexicana a la intervención militar en Irak, en el 2003. México tuvo entonces la oportunidad de sentar las bases para acuerdos más fructíferos con Estados Unidos. Y este país la tuvo de integrar a su vecino, por lo común aislacionista, a sus maniobras geopolíticas. Palabras clave: Oportunidad retórica, guerra de Irak, México, Estados Unidos, Naciones Unidas Abstract: Finding and seizing the opportunities are a crucial responsibility in rhetoric. Orators and decision makers should exploit opportunities to the most when persuading audiences. An illustration of the unusual character of opportunities is the Mexican debate on supporting or not the American War in Iraq, in 2003. Then, Mexico faced the opportunity of strengthening the grounds for a better understanding with the United Sates in many common issues. On the other hand, The United States faced the opportunity to make Mexico, generally an isolationist neighbor, an active ally in its geopolitical maneuvers.

* Arturo Zárate Ruiz, doctor en artes de la comunicación, investigador de El Colegio de la Frontera, correo electrónico: azarate1@riogrande.net.mx

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Keywords: Rhetorical opportunity, Iraq War, Mexico, United States, United Nations.

“Las oportunidades las pintan calvas”, advierte un dicho viejo castellano que hace eco al “occasio calvata” del latín medieval (Carmina Burana, XVI, 1979)) y al “carpe diem” del latín clásico (Horacio, 1992). En el contexto de la retórica, este dicho remite al orador y al tomador de decisiones (Aristóteles, 1990); Cicerón, (1979), De Oratore; Zárate, (2008) a su responsabilidad de descubrir y atrapar la oportunidad, o καιρóζ (kairós), cuando ésta se le presenta, a la hora de persuadir una audiencia en un sentido o en otro. Quintiliano lo equipara a las estaciones del año, en cuanto que cada una ofrece su momento para distintas actividades (Institutio Oratoria, III, iv). Aristóteles, 1990 asocia el dicho íntimamente al arte oratoria en cuanto que la retórica consiste en descubrir en cada caso los medios más adecuados para la persuasión (Retórica I, ii), es más, el orador debe explotar al máximo lo que cada ocasión y momento le ofrece para actuar con los mejores resultados (Retórica I, vi). Quiero ilustrar la responsabilidad retórica del καιρóζ, o “atrapar la oportunidad”, con el debate sobre la posible autorización, en el 2003, del gobierno mexicano a la intervención militar en Irak. Hoy esa intervención militar puede parecer a muchos una locura. En ese año, sin embargo, México era miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Tuvo por tanto que participar en el debate sobre una posible intervención militar en Irak aun cuando, de atenerse a la estricta letra de la Constitución, el sólo discutirlo allí parecía contrariar ya el principio de “no intervención”. A esta peculiar participación de México en el Consejo, se añadió el respaldo de importantes líderes de opinión mexicanos en favor de dicha intervención de inscribirse ésta en el marco jurídico internacional (lo cual también se contempla en la Constitución). El voto favorable de México, el único que faltaba, era el decisivo para que el Consejo de Seguridad autorizase la intervención militar. La posible guerra en Irak representaba pues una oportunidad de México para asumir mayores responsabilidades geopolíticas en el concierto internacional y para establecer las bases de una negociación más fructífera con Estados Unidos: éste necesitaba nuestro voto. El vecino del norte gozó, a su vez, de la oportunidad de hacer de México, su vecino con la frontera más porosa del mundo, no sólo un mejor aliado en la tarea de proteger esa frontera del terrorismo, sino también un aliado que legitimaría y aun participaría en sus despliegues militares por el mundo, tras relativizarse la “no intervención” constitucional a las resoluciones jurídicas de las Naciones Unidas.

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Esas condiciones para que México apoyase una intervención militar de Estados Unidos en el extranjero, o para que Estados Unidos hiciese de su vecino un aliado militar, son difíciles de repetir. Por eso, este caso, una “occasio calvata” retórica, sirve para ilustrar la exigencia a los oradores y tomadores de decisiones (y el riesgo también, pues lo de Irak ahora lo consideramos locura) de aprovechar las oportunidades cuando se les presentan. Una vez pasadas estas oportunidades quizá no se vuelvan a presentar nunca más.

MÉXICO EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE NACIONES UNIDAS En el 2003, la participación de México en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y la inminencia de un ataque estadounidense a Irak generaron en la prensa mexicana un intenso debate sobre la conveniencia de apoyar Estados Unidos en esta guerra. Independientemente de que la Constitución ordene la no intervención y las resoluciones pacíficas de los conflictos, e independientemente de que ni el gobierno mexicano ni el grueso de la opinión pública se haya inclinado finalmente en favor de apoyar a Estados Unidos, la negativa al fiat no fue absoluta. Desde la perspectiva global, México sí habría apoyado una intervención a Irak, incluso militar, de haber sido este esfuerzo aprobado y dirigido por las Naciones Unidas. Y desde la perspectiva bilateral, México en ningún momento puso en duda su colaboración con Estados Unidos respecto a la seguridad de sus fronteras. Es más, para importantes analistas de la prensa fue un hallazgo la importancia estratégica de México para la seguridad nacional estadounidense. Y más que ver como una responsabilidad incómoda el colaborar con la seguridad de sus fronteras, la vieron, con optimismo, como una oportunidad de negociar y solidificar los intereses mexicanos frente a un vecino por lo regular soberbio y desatento.

LA NOVEDAD Y ANORMALIDAD MISMA DEL DEBATE México consagra en su Constitución los principios de “no intervención” y de “resolución pacífica de los conflictos”. Tales principios no podrían ignorarse a la hora de sopesar un fiat a la intervención estadounidense a Irak, según lo hizo notar Carlos Fuentes:

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Los principios de la política exterior mexicana tienen dos fuentes: la Constitución y la experiencia histórica. El Artículo 89, fracción X de aquélla dicta los principios generales: autodeterminación, no intervención, solución pacífica de controversias, proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza, igualdad jurídica de los Estados, cooperación para el desarrollo y lucha por la paz y la seguridad internacionales. (Fuentes, 2003).

La simple participación de México en dicho debate en el Consejo de Seguridad fue, para algunos autores, contraria a nuestros principios constitucionales. Según Epigmenio Ibarra, México se veía orillado entonces a votar en torno a una guerra que no le correspondía sino desde antes del mismo voto desautorizar: De qué sirve estar en el Consejo de Seguridad, muchos lo advirtieron con tiempo y claridad, si dada nuestra situación este falso protagonismo sólo acentúa nuestra debilidad estratégica. El grave predicamento que enfrentamos es sólo uno más de los saldos de una política exterior diseñada para el lucimiento personal, que dio la espalda a los intereses nacionales y se transformó en una pretenciosa e ingenua campaña de relaciones públicas. En fin, no importa, el hecho es que ahí estamos y hay que ponerse claros y firmes, y decir: no. (Ibarra, 2003)

¿Cómo se ponía México a discutir algo que prohíbe su misma Constitución? Por tanto, para algunos analistas, como Jorge G. Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores, el que México simplemente tomara parte en las discusiones en las Naciones Unidas sobre intervenir en Irak representaba ya un cambio en nuestra política exterior: Hoy, en Chile y en México tiene lugar un debate que ilustra a la vez las grandes oportunidades abiertas para América Latina en el escenario mundial, y las inmensas dificultades que la región enfrenta para aprovecharlas. En efecto, detrás de la discusión sobre si ambos países debieran haber ingresado al Consejo de Seguridad de la ONU, se trasluce un dilema más amplio y complejo: si América Latina debe participar activamente en el diseño y construcción del nuevo orden mundial de la posguerra fría, caracterizado simultáneamente por la hegemonía de los Estados Unidos y por el esfuerzo del resto del mundo por acotar y controlar esa hegemonía, a sabiendas de que dicha participación entraña la aceptación de responsabilidades nuevas, la modificación de principios

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básicos y la cesión de segmentos importantes de soberanía; o si el subcontinente debe mantenerse fiel a sus tradiciones y convicciones, a sabiendas de que ello implica su marginación del proceso de edificación de una estructura a la que de cualquier manera tendrá que someterse a la larga. Se trata de una disyuntiva desgarradora (Castañeda, 2003).

Sin embargo, no bastó para muchos críticos apelar a nuestra Constitución para oponerse a la guerra e incluso a su debate. Como si la Constitución no fuese suficiente, tuvieron que justificar los principios de política exterior apelando a los intereses mexicanos. Pablo Gómez dijo: Los principios no nacen en el inexistente mundo puro de las ideas, sino a partir de intereses. México ha sido un país invadido y mientras haya potencias mundiales será candidato a ser intervenido de cualquier forma. El primer interés nacional es preservarse como Estado con el propósito de tomar decisiones propias en beneficio propio. Este interés nacional no se opone al interés de vivir en un mundo en el que sea posible la transformación social en la búsqueda de la igualdad de los seres humanos. Las invasiones de un ejército sobre el territorio de un Estado y de un pueblo se encuentran en contradicción con el interés nacional y con el interés de la transformación social (Gómez, 2003).

Carlos Fuentes ligó los principios a la conveniencia: La experiencia nos demuestra que atenidos a los principios siempre hemos ganado. El espantapájaros de una represalia norteamericana a la política independiente de México se disuelve fantasmalmente si lo oponemos a nuestra trayectoria, para no ir más lejos, de los últimos cincuenta años. Nos opusimos activamente a la agresión y el intervencionismo norteamericanos en los casos de Guatemala en los años cincuenta, de Cuba y la República Dominicana en los sesenta, de El Salvador, Nicaragua, Panamá y Grenada en los ochenta. Activamente, el canciller Jorge Castañeda padre construyó con el canciller francés Claude Cheysson el Acuerdo Franco Mexicano sobre El Salvador y el canciller Bernardo Sepúlveda fue el espíritu motor de Contadora en Centroamérica. En estos dos últimos casos, nuestra postura fue más allá de un voto a favor, en contra o de abstención. Edificamos frente a la abierta agresión e intervención del gobierno de Ronald Reagan en América Central, mecanismos de defensa y solución pacífica que a la postre arrebataron la iniciativa a Washington y la pusieron en manos de

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los propios centroamericanos. El Premio Nobel de la Paz a Oscar Arias da cuenta de ello. La malquerencia del Secretario de Estado Schultz al Canciller Sepúlveda, declarada abiertamente en las memorias del primero, va acompañada de otro sentimiento expreso: el respeto (Fuentes, 2003).

Guadalupe Loaeza asoció los principios a lo que ella consideró como sentimientos, pasado y psicología de los mexicanos: No hay duda que la guerra en Irak ha abierto, una vez más, una vieja herida que existe entre México y EU. “Del otro lado“, he allí una expresión muy del norte de nuestro país, que designa a EU y que tiene que ver con nuestra historia y nuestra idiosincrasia. Octavio Paz analiza esta problemática maravillosamente bien en su libro “El Peregrino en su Patria”.... Respecto a lo que nos inspira el otro lado, el poeta habla de una fascinación ambivalente. Así como vemos a nuestro vecino como un enemigo de nuestra identidad, asimismo se nos ha convertido en un modelo inconfesado de lo que queríamos ser. De ahí que la relación no cambie aunque diga el Secretario de Relaciones Exteriores que ahora es de adulto a adulto, sigue siendo como la describe Paz: “entre el fuerte y el débil, oscilante entre la indiferencia y el abuso, la mentira y el cinismo”. No es fácil para los mexicanos cargar con tantas ambivalencias en relación a los gringos. Igualmente no es fácil para el gobierno de Fox tomar una determinación digna que deje contentos a todos. Hay muchas cosas de por medio. En primer lugar las diferentes culturas, la memoria, el resentimiento, esta fascinación ambivalente de la que nos habla el poeta, los intereses económicos y los millones de compatriotas que trabajan y viven “del otro lado” y en condiciones paupérrimas. Hasta la manera de ver el tiempo es distinta entre ellos y nosotros. Mientras que Bush está instalado en el futuro, es decir, en lo que podría hacer Hussein, nosotros vemos la situación actual desde una perspectiva del pasado. “Para nosotros el secreto no consiste en llegar antes sino en quedarse donde uno está. Es la oposición entre el viento y la roca. No hablo de ideas filosóficas sino de creencias y estructuras mentales inconscientes; cualquiera que sea nuestra ideología, incluso si se es progresista, nosotros referimos instintivamente el presente al pasado, en tanto que los norteamericanos lo refieren al futuro”. (Loaeza, 2003)

Bernardo Sepúlveda, ex-secretario de Relaciones Exteriores, señaló:

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No debemos aceptar la falsa disyuntiva de tener que escoger entre una política de principios o una política de intereses. Perseguir crudamente unos intereses sin ubicarlos en el contexto más amplio de los fines generales del Estado, y sin asociarlos con una ética política, puede conducir a posturas cínicas. Formular principios abstractos, sin una íntima vinculación al conjunto de intereses que es esencial proteger, invitaría a una lamentable ingenuidad política. Encontrar una simbiosis entre principios e intereses es el objetivo central (Sepúlveda, 2003).

LA SUPEDITACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN A LOS INTERESES COYUNTURALES Lo que quiero notar es que de algún modo, durante el debate, los principios dejaron de ser punto de partida de una argumentación y se convirtieron en resultado de procesos históricos, en expresión de los sentimientos e intereses de los mexicanos, o en conclusión de otras premisas. Es más, tras equiparar los principios de política exterior con los intereses o sentimientos de los mexicanos, algunos de estos analistas ofrecían una lista de intereses o sentimientos que parecía rebasar el principio de no intervención y de resolución pacífica de los conflictos. Aunque no ley constitucional, la doctrina Estrada parecía olvidada. No sólo se adelantaron juicios severos sobre el régimen de Hussein sino se habló de la conveniencia de echarlo del poder. Escritores como Lorenzo Meyer, con pocas simpatías hacia Estados Unidos, reconocieron que el dictador iraquí era una amenaza y que echarlo era deseable: En principio, nadie puede negar lo positivo que sería poner fin al régimen del Partido Baat en Irak. La liberación de los iraquíes es, en efecto, un objetivo que vale la pena, pero, en boca del Presidente Bush, el argumento suena falso porque, cuando así le convino, Washington apoyó a Sadam Hussein y a su partido a pesar de constituir ambos el corazón de una dictadura corrupta en extremo. Tampoco suena honesta la idea de derramar sangre en defensa de la democracia en el Medio Oriente cuando, al lado de Irak, en Arabia Saudita y en otros países petroleros vecinos, EU mantiene aliados que no son democráticos. Hablar del innegable sufrimiento del pueblo kurdo bajo el actual régimen de Irak es hacer referencia a una verdad tan grande como una catedral, pero el discurso resulta hueco en voz de ese actor que por decenios se ha mostrado poco interesado en resolver el problema de la ocupación militar de los territorios palestinos, donde la autodeterminación está tan ausente como entre los kurdos (Meyer, 2003).

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Es más, al igual que muchos otros analistas, Sepúlveda no pone en duda el interés legítimo de Estados Unidos de desarmar a Irak: La defensa de los intereses mexicanos se identifica con la conducción de una política exterior que tiene objetivos claros y precisos. En la crisis de Irak, esos objetivos incluyen afianzar la cooperación internacional en el combate al terrorismo; cimentar la autoridad y legitimidad de las Naciones Unidas; asegurar la eficacia de las resoluciones del Consejo de Seguridad; desarmar a Irak, suprimir las armas químicas y biológicas en su poder, eliminar misiles prohibidos, y frustrar todo intento que implique convertir a Bagdad en potencia nuclear; implantar un estricto régimen de fiscalizaciones, con inspectores impidiendo que Irak se constituya en una amenaza para la seguridad regional o internacional; fortalecer los servicios de inteligencia para cancelar transferencias de armamento de destrucción masiva a organizaciones terroristas (Sepúlveda, 2003).

México debe colaborar con su vecino para poner un alto a la amenaza del terrorismo: Por interés propio, el gobierno mexicano tiene la responsabilidad política y jurídica de combatir el terrorismo, crimen transnacional que reclama la cooperación irrestricta de la comunidad de Estados. El presidente Bush y su gobierno deben contar con garantías plenas de que México es parte fundamental de un sistema de seguridad contra el terrorismo (Sepúlveda, 2003).

Si Sepúlveda no apoyó una intervención armada unilateral de los Estados Unidos, lo hizo porque consideraba la intervención de los inspectores de las Naciones Unidas una mejor alternativa: La diplomacia coercitiva es eficaz y está surtiendo efectos. Un mérito indudable corresponde a Estados Unidos, al ejercer una continua presión política y con la instalación de 300 mil soldados en las fronteras de Iraq. Pero sería una grave contradicción iniciar la guerra precisamente cuando el régimen de inspecciones está funcionando y se ha iniciado un proceso de desarme, con la localización y destrucción de misiles, de agentes químicos y de armas biológicas. Si los resultados son aún insuficientes, deben fortalecerse los instrumentos diplomáticos e incrementarse la coerción, pero sin quebrantar el binomio.

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Sin abandonar una diplomacia coercitiva cada vez más severa, la eficacia del desarme en Irak requiere tiempo, pero delimitado a unos meses, con una fecha final y definitiva, y con metas precisas y revisables periódicamente para determinar el cumplimiento de los objetivos. Requiere tiempo para elevar la calidad de la información, incluyendo aquella originada en los aviones espía U2 estadounidenses, los Mirage franceses, los satélites, los aviones con capacidad de visión nocturna ofrecidas por Rusia y los aviones acondicionados para una vigilancia a baja altura suministrados por Alemania. Requiere tiempo para terminar de destruir los misiles Al Samud que aún quedan y para entrevistar a científicos iraquíes fuera de Irak. En fin, tiempo para verificar evidencias sobre la conclusión del desarme y para encontrar un entendimiento político esencial. Sería contrario al interés propio y al interés de Naciones Unidas no aceptar esta petición expresa de Hans Blix. De manera gradual y progresiva, podrá la diplomacia coercitiva apretar aún más la pinza. Con un mandato del Consejo de Seguridad, Naciones Unidas podría asumir el control del espacio aéreo de Iraq. El régimen de inspecciones puede complementarse con un equipo de vigilancia de la ONU que salvaguarde las instalaciones militares ya inspeccionadas, para evitar subterfugios. La presencia de tropas francesas, rusas, alemanas y chinas ayudaría a ejercer presión sobre Irak y facilitaría consensos con la coalición angloamericana (Sepúlveda, 2003).

En el discurso de Bernardo Sepúlveda la “no intervención” se subordinó finalmente al ”orden jurídico internacional”. El ex-secretario de Relaciones Exteriores llegó a decir “A la existencia de un orden jurídico internacional es una fuente de legitimación para el ejercicio de la fuerza armada”. Además de requerir “desarmar a Irak” y “un estricto régimen de fiscalizaciones”, también pidió: ...fortalecer los servicios de inteligencia para cancelar transferencias de armamento de destrucción masiva a organizaciones terroristas; impulsar estrategias de resolución de conflictos de alto riesgo, como la crisis ancestral entre Israel, Palestina y los países árabes, o la confrontación entre la India y Paquistán; y, por supuesto, instalar mecanismos multilaterales eficaces para suprimir la proliferación de armamento de destrucción masiva y el inmoral tráfico de armas convencionales. (Sepúlveda, 2003)

Algunos analistas empezaron, entonces, a percibir cierta tensión entre los principios, los intereses y aun los sentimientos de los mexicanos.

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Enrique Krauze, (2003) por ejemplo, notó que México, por interés propio, participó en la II Guerra Mundial peleando contra las potencias del Eje, no obstante que la medida fue muy impopular. Y criticó que negociar, con base a nuestros propios intereses, un voto favorable para Estados Unidos fuese considerado en el 2003 como contrario al nacionalismo: En vez de mecernos en las nubes retóricas del nacionalismo, ¿por qué no proponemos medidas inmediatas y concretas al gobierno de Washington? Una de ellas puede ser muy simple: reconocer oficialmente la Matrícula Consular. Este instrumento es objeto de una feroz campaña por parte de muchas autoridades estadounidenses, pero ha tenido un efecto de enorme utilidad en la vida de los migrantes, sobre todo los indocumentados. Les ha facilitado toda clase de trámites (comerciales, bancarios, de servicios, etc.), y les otorga un sentido de protección e identidad (Krauze, 2003).

Jaime Sánchez Susarrey distinguiría entre los intereses nacionales, de los cuales es responsable un hombre de Estado, y la voluble opinión pública: ¿Cómo debe actuar un Jefe de Estado: asumiendo sus responsabilidades aun cuando deba ir contracorriente, o respetando en todo momento el dictado de la opinión pública? Quienes afirman que hay que impedir la intervención porque la mayoría de la población está contra ella se pronuncian a favor de la segunda tesis. Sin embargo, el mundo de la política y de las razones de Estado no funciona ni nunca ha funcionado según esta lógica. Es más, operar de esa manera equivale a renunciar a la responsabilidad y a la obligación que tiene cualquier Jefe de Estado o de gobierno. Cargar con esa responsabilidad y pagar, en determinado momento, los costos de la misma, es lo que distingue a un político responsable de un político acomodaticio. Porque nadie puede gobernar siguiendo los humores cambiantes de la multitud (Sánchez, 2003).

Lorenzo Meyer iría más allá y no sólo distinguiría entre los principios y los intereses de la política exterior, sino que daría prioridad a los intereses: ...en nombre de la no intervención y de la autodeterminación no se puede volver a justificar la permanencia de sistemas políticos como el construido por Sadam Hussein, y la solución pacífica de las controversias

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tampoco puede aceptarse como un dogma, pues hay veces en que sólo la fuerza puede poner fin a un mal muy arraigado (Meyer, 2003).

Jorge G. Castañeda consideró el tipo de nacionalismo que alimenta los principios mexicanos de política exterior como pasado de moda y divorciado de los intereses de México; urgió además una política exterior que promueva la gobernabilidad mundial: La no intervención, la defensa irrestricta de la soberanía, la renuencia ante cualquier cesión consentida pero explícita de soberanía, un enfático nacionalismo retórico e ideológico, la reticencia a asumir responsabilidades “injerencistas”, son constantes en las posturas de la inmensa mayoría de los gobiernos latinoamericanos. ...las identidades nacionales.... están definidas por el nacionalismo de los Siglos 19 y 20 y que fue el sustento de su creación y consolidación como Estados nación. Y ese nacionalismo, en lugar de estar sustentado en la búsqueda por preservar y perseguir intereses nacionales en un contexto internacional determinado, necesariamente cambiante, está anclado en concepciones de soberanía westfalianas, típicamente atemporales. ...en el nuevo milenio, internacionalizar la gobernabilidad mundial implica, internacionalizar realmente el poder y ello lleva, ineludiblemente, a una cesión de soberanía (Castañeda, 2003).

Gabriel Zaíd negaría el valor absoluto a los principios vigentes de política exterior, y defendería que instituciones supra-nacionales, como Naciones Unidas, den vigor a la paz: ...la soberanía de los Estados no es un principio sagrado, ni moral. Es un principio operativo práctico, y hasta cínico, de Realpolitik. Hay que imaginarse lo que sería el vecindario, si todo vecino tuviera derecho a intervenir en cómo educan a sus hijos las otras familias. Pero no hay derecho a cruzarse de brazos si un niño pide auxilio porque lo están matando. Afortunadamente, la conciencia pública mundial va imponiendo el respeto a los derechos humanos y el rechazo a la guerra, lo cual de hecho niega la soberanía de los Estados y es como pedir un gobierno mundial (Zaíd, 2003).

Y aunque Jesús Silva-Herzog Márquez no aprobó un ataque unilateral de Estados Unidos a Irak, no abrazó tampoco la inacción ni el pacifismo absoluto:

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La lucha contra la guerra ha de cimentarse, no en el pacifismo categórico, sino en la necesidad de fortalecer el orden internacional... Porque México tiene un interés en fortalecer la legalidad internacional y caminar en dirección de una estructura mundial sólida, porque México está en posición de contribuir a ese proyecto, ha de razonar en términos modernos su oposición a la guerra. De poco sirve escudarse en la tradición mexicana de la inacción y el victimismo. La actual crisis internacional no muestra la vigencia sino el arcaísmo de los llamados principios de la política internacional mexicana. Esta guerra es condenable porque hay alternativas al uso de la fuerza, porque el gobierno estadounidense no ha logrado probar sus alegatos, porque debemos cuidar a las Naciones Unidas. Y justamente esa defensa supone la aceptación de que el uso de la fuerza puede ser justificable si hay una determinación internacional que la decida (Silva, 17/04/2003).

¿A QUIÉN LE IMPORTA LO QUE DIGA MÉXICO? Aunado a este debate, se dio una creciente conciencia de la importancia estratégica de México para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Esto se pudo percibir por la respuesta de muchos analistas mexicanos a un desliz anti-mexicano que se atribuyó al vocero de los Estados Unidos en las Naciones Unidas. En 29 de enero del 2003, según algunas notas periodísticas, el vocero Richard Grennell, apresuró, durante las discusiones sobre Irak, el turno de su embajador al micrófono a costa de callar al embajador mexicano Adolfo Aguilar Zinser. Las notas especifican que Grennell preguntó: ¿A quién le importa lo que diga México? (ver, por ejemplo, www.esmas.com, 29/01/2003). El vocero estadounidense negó de inmediato estas informaciones. Sin embargo, la pregunta que le atribuyeron detonó varias respuestas entre los columnistas mexicanos. Tras descalificar a Grennell como “funcionario displicente”, Enrique Krauze (2003) recordó que el 2002 y el 2003 México sería miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y, por tanto, podía entonces votar sus resoluciones. Andrés Oppenheimer (2003) agregó que el voto mexicano era el clave para conseguir o bloquear el apoyo de la ONU a Estados Unidos en la guerra contra Irak. Y Lorenzo Meyer precisó que, si Estados Unidos no necesitaba de la ONU para librar esa guerra, sí requería de su voto para legitimizarla:

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La antigua Roma no tuvo ningún empacho en considerarse “imperial”, pero Estados Unidos sí, pues el imperio o imposición de la voluntad e intereses propios sobre los ajenos, no es fácilmente compatible con uno de los valores centrales de la cultura cívica estadounidense: la democracia, es decir con la supuesta igualdad política de los individuos en la libertad, independientemente de su raza, religión o nacionalidad. De ahí la necesidad que tiene el gobierno de Washington, y una buena parte de la opinión pública estadounidense de legitimar su acción en contra del régimen de Irak con el apoyo de Naciones Unidas y con razones altruistas, ajenas al egoísmo nacional. Es así que, pese a no tener necesidad del apoyo de la ONU, lo busca, y pese a no contar con evidencia sustantiva, el discurso del gobierno de EU liga al régimen dictatorial pero laico de Sadam Hussein con las acciones del terrorismo fundamentalista islámico. Finalmente, Washington fundamenta la necesidad de acabar con el actual régimen de Bagdad en un imperativo ético: en la defensa de los derechos humanos del pueblo de Irak, efectivamente conculcados por una dictadura brutal en extremo (Meyer, 2003)

Así, lo que dijese México era al menos entonces importante para Estados Unidos, pues el voto mexicano podía o no darle legitimidad a la guerra. Pero algunos columnistas notaron que las razones para que Estados Unidos escuchase a México eran más que circunstanciales. La frontera que comparten es una de las más largas y porosas del mundo, precisó Carlos Fuentes (2003). Y Jorge Bustamante agregó: En realidad, esta frontera es testigo de récords mundiales de permeabilidad masiva. No hay otra frontera internacional en el mundo que supere las cifras de más de doscientos millones de cruces legales al año como ocurre con ésta. Ni hay otra que supere la cifra de cruces ilegales o indocumentados de más de trescientos mil extranjeros al año (Bustamante, 2003).

Por tanto, Estados Unidos debe contar y, de hecho, cuenta con México para proteger sus fronteras de la amenaza terrorista. Es una responsabilidad que asume de lleno el gobierno mexicano, dijo Bernardo Sepúlveda (2003), y es una tarea de la cual el gobierno mexicano informa bien al procurador estadounidense Ashcroft, remarcó Carlos Fuentes (2003). Estados Unidos, sin embargo, no debe combatir el terrorismo unilateralmente pues le hace así más difícil a México su

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tarea, advirtió Sepúlveda (2003). No debe ignorar los intereses de México a punto de perturbar su paz, añadió Epigmenio Ibarra y dijo: Una cosa es tirar vino francés a las alcantarillas, o ponerle “freedom fries” a las papas fritas, y otra muy distinta es en tiempo de guerra desestabilizar la retaguardia estratégica (Ibarra, 2003).

México por tanto debe y puede hacerse oír por Estados Unidos. Tenemos al norte de El Bravo entre 20 y 30 millones de compatriotas. Nuestra misma situación geográfica el back yard nos convierte en una zona de alta seguridad. Washington no se puede dar el lujo de provocar, en un arrebato de ira, desorden, una crisis económica aún más aguda justo a sus espaldas. Menos aun puede socavar la moral de una parte tan importante de sus tropas atacando a su país de origen. Incluso jodidos y débiles como estamos tenemos, pues, margen de maniobra (Ibarra, 2003).

De hecho, Carlos Fuentes encuentra razones adicionales para ser escuchados: La relación entre México y los EE.UU. es de provecho e interés mutuos.... El TLC ha significado un aumento espectacular del volumen de intercambios comerciales entre México y los EE.UU... El TLC genera doscientos mil millones de dólares anuales de intercambio comercial. Y ya sabemos que en los EE.UU., la cartera domina a la política (Fuentes, 2003).

Ahora bien, no sólo Estados Unidos sino otros países tenían también razones de escuchar qué decía México. Potencias como Francia y Rusia se preguntaban si México aprobaba que Estados Unidos librase, sin ningún control, una guerra contra Irak, dijo Federico Reyes-Heroles (11/ 04/2003). Las naciones latinoamericanas también querían que su voz fuese escuchada en las Naciones Unidas a través de México, añadió Jorge G. Castañeda: Pocas regiones del mundo como América Latina poseen intereses objetivos tan coincidentes con la construcción de una nueva normatividad internacional rigurosa, amplia y precisa. En materia ambiental, de derechos indígenas o migrantes, de derechos humanos o de comercio internacional, de defensa de la democracia o de derechos laborales, las naciones de América Latina tienen más que ganar y menos que

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perder que casi cualquier otra región del mundo de la creación de un régimen de valores universales por definición supranacionales en esta materia (Castañeda, 2003).

EL VOTO DE MÉXICO Más allá de este debate, las alternativas de México a la hora de votar en el Consejo de Seguridad se reducían a tres: el sí, el no, o la abstención. Según Federico Reyes-Heroles, las alternativas eran aun menores: un sí inmediato o “traicionar” a los Estados Unidos: A estas alturas del debate, México ya no fue de los incondicionales y eso, en las estrechas coordenadas de Bush, es traición. Ya perdimos su “amistad”... (Reyes, 11/04/2003).

Sin embargo, cualquiera de las resoluciones significaría más que un voto específico en el Consejo de Seguridad para decidir la suerte de Irak. De considerarse los fundamentos del voto, éste revelaría además lo que México estaría dispuesto a hacer con cara al terrorismo internacional y las crisis mundiales. Por ello, Andrés Oppenheimer consideró: Si México realmente considera la posibilidad de votar en contra de Estados Unidos, mejor que empiece a explicar su razonamiento públicamente cuanto antes. De lo contrario, la sorpresa en la opinión pública de Estados Unidos será mayor que la mía cuando llegue a la capital mexicana, y la reacción de Washington será peor. (Oppenheimer, 2003)

¿Cuáles eran, pues, las razones que esgrimiría México para fundamentar su voto? Según Jorge Fernández Meléndez, días antes del esperado voto, el gobierno mexicano se encontraba dividido sobre la decisión a tomar: Las posiciones son dos y están enfrentadas: votar con Estados Unidos por una razón de Estado, basada estrictamente en los intereses nacionales, o mantener una posición de rechazo a la intervención estadounidense, más cercana a las posiciones francesas y alemana, pese a los costos que de allí se derivarán. Esas posiciones se reflejan en dos áreas del gabinete: un sector de la cancillería y se asegura que el propio secretario Luis Ernesto Derbez, es partidaria, lo mismo que casi todo el gabinete económico y las cúpulas empresariales, de votar junto con Estados Unidos. Y todos asumen que Washington no podrá

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implementar represalias directas contra México, pero que las indirectas, como el boicot a productos mexicanos, un endurecimiento de las condiciones en la frontera, una restricción en la venta de gasolina o gas aduciendo problemas derivados de la guerra, pueden ser muy costosas. Pero lo ven, también, con un sentido estratégico: parten de la lógica de una sociedad profunda con Estados Unidos. La otra posición es la del secretario de Gobernación Santiago Creel, que insiste en una lógica que se ha dado en llamar de acuerdo o solidaridad en la defensa de Estados Unidos, con acuerdos de seguridad fronteriza y mecanismos similares, pero de neutralidad ante el ataque en Irak. Las razones son de política interna: mientras el anterior grupo está preocupado por los costos económicos de no apoyar a Bush, éstos se preocupan por los costos político electorales de hacerlo (Fernández, 2003).

Algunos analistas periodísticos expusieron de manera más detallada las razones para dar el sí o para dar el no. Jaime Sánchez Susarrey resume así las razones para votar junto con los Estados Unidos: Las razones y los argumentos de Estados Unidos son consistentes y son atendibles. Hussein sí representa una amenaza potencial para la paz y la estabilidad, aun cuando nadie pueda asegurar cómo se materializará en el futuro. Segundo, la Casa Blanca no está sola: la coalición de la mayoría de los países europeos encabezados por Londres y Madrid es un dato fundamental, tanto desde el punto de vista político como moral. Tercero, la posición de Alemania, Francia y Rusia responde a una evaluación racional, pero también a sus intereses regionales. Cuarto, a nadie favorece que Estados Unidos rompa con la ONU y se vaya por la libre. Quinto, no nos conviene entrar en conflicto con nuestro principal socio comercial y aliado estratégico en aras de un pacifismo ingenuo. Sexto y último, sería una verdadera irresponsabilidad que el Presidente Fox guiara su voto por las encuestas de opinión. ¿Conclusión? Para México y para el futuro de la ONU el mal menor es un voto a favor de Estados Unidos. (Sánchez, 2003).

Gabriel Zaíd coincidió con Sánchez Susarrey en lo que concierne a votar con Estados Unidos para evitar represalias suyas y evitar un ataque a Irak sin supervisión internacional: México debe votar con los Estados Unidos, no sólo para evitar sus agresiones (ya anunciadas), sino para evitar que los locos del volante destruyan a las

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Naciones Unidas.... la aprobación de una acción multilateral contra Hussein, por mala que sea en términos de fechas, es menos mala que una acción unilateral, para el futuro de la paz mundial (Zaíd, 2003).

Enrique Krauze (2003) también esperaba que un sí evitase el resentimiento y boicot de los estadounidenses, pero además permitiese a México negociar acuerdos más favorables con Estados Unidos, por ejemplo, los relativos a los migrantes. Así, el sí mexicano a un ataque a Irak no habría sido incondicional. Se esperaba que Estados Unidos mejorase sus relaciones con México y, sobre todo, que se ajustase a una normatividad mínima de las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas deberían seguir siendo el marco legal para resolver los conflictos internacionales. Ahora bien, las razones para votar un no tampoco fueron absolutas. Bernardo Sepúlveda (2003), Lorenzo Meyer (2003), Federico ReyesHeroles (11/04/2003 y 4/04/2003) y Jesús Silva-Herzog (24/04/2003 y 17/04/2003) coincidían en que se debía desarmar a Irak, pero no con un ataque unilateral de los Estados Unidos, sino con una acción multilateral de las Naciones Unidas. Ajustar las normas de las Naciones Unidas a los caprichos de Estados Unidos era la más rápida manera de destruir esta organización, mientras que cumplir esas normas, la mejor manera de preservar el orden internacional que tantos siglos ha tardado en construirse. Bernardo Sepúlveda (2003) agregaría: había alternativas al ataque armado. Reyes-Heroles (4/04/2003) precisaría: al ataque unilateral estadounidense lo corroía el fundamentalismo religioso. Sobre la posibilidad de sufrir México represalias por un voto en contra de la guerra, Epigmenio Ibarra (2003), Carlos Fuentes (2003) y Pablo Gómez (2003) la negaron. Gómez específicamente dijo: Los empresarios estadounidenses no invierten en México según como vote nuestro país en la ONU, sino según sus expectativas de ganancia. Carlos Fuentes (2003) y Jorge Bustamante (2003) precisaron: para Estados Unidos, golpear a México es golpearse a sí mismo. En fin, para Carlos Fuentes, la negativa mexicana a Estados Unidos era de quien buscaba que el amigo no se dañase a sí mismo: La amistosa negativa mexicana de obedecer a Washington acabará redundando en favor de los EE.UU. y, sobre todo, de la seguridad internacional. (Fuentes, 2003)

El no mexicano, hay que subrayarlo, aplicaba a una intervención unilateral y armada norteamericana. No aplicaba sin embargo a una

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intervención multilateral de las Naciones Unidas, la cual podría no requerir de más que inspectores pero no excluía las fuerzas armadas de una coalición internacional, de exigirlo el caso. Ahora bien, tanto el “sí” como el “no” apoyaban la normatividad y las acciones lideradas por las Naciones Unidas y buscaban que Estados Unidos no fuese a Irak sin supervisión. De cualquier manera, uno u otro voto estaba abierto no sólo a una intervención sino a una intervención armada de una coalición autorizada por las Naciones Unidas. Creo que esto es un cambio importante en la política exterior mexicana la cual se ha fundado por muchos años en los principios de “no intervención“ y de “resolución pacífica de los conflictos”.

ALGUNOS COMENTARIOS FINALES Estados Unidos no esperó la autorización del Consejo de Seguridad para iniciar su intervención armada en Irak. Intuyó que el voto decisivo mexicano, el único que faltaba, no aprobaría su intervención unilateral sino sólo una intervención multilateral bajo el mando de las Naciones Unidas. He allí que el gobierno mexicano intuyó a su vez que la opinión pública mexicana se mostraba dividida en torno a la intervención unilateral estadounidense. Pero entendió también que la opinión pública mexicana sí concordaba con repudiar a Hussein y, de ser necesario, con la intervención militar de las Naciones Unidas. El gobierno aprovechó entonces, hasta el límite, la oportunidad que tenía de no restringirse, en su política exterior, a las interpretaciones literales de los principios de “no intervención” y “resolución pacífica de los conflictos”, y de abrazar más bien “el orden jurídico internacional” que sí admite dichas intervenciones de manera multilateral. De este modo aprovechó, en la medida de sus posibilidades, la oportunidad inédita de alinearse abiertamente a los intereses geopolíticos norteamericanos (echar a Hussein y ocupar Irak), lo cual representaría para México una base para negociaciones más fructíferas, con Estados Unidos, en otros rubros en el futuro. Estados Unidos también tuvo su oportunidad inédita. De admitir los límites del voto mexicano, es decir, de admitir el marco jurídico internacional, Estados Unidos habría legitimado su guerra y su ocupación de Irak. Habría además agregado a México, tradicionalmente replegado en la “no intervención”, al grupo de aliados, no sólo para defender su porosa frontera del sur, también para según sus intereses incluir, de manera no inconcebible, a las fuerzas armadas mexicanas entre las fuerzas de paz internacionales.

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En conclusión, con este ejemplo quiero ilustrar el principio retórico de las oportunidades. Éstas se presentan calvas. Si no atrapamos su único pelo, jamás tendremos de nuevo la ocasión para lograrlo. En este caso particular de las intervenciones militares de Estados Unidos, me es difícil pensar en un momento futuro en que los mexicanos volvamos a simpatizar en lo más mínimo con ellas. En retórica, pues, el orador y el tomador de decisiones deben cumplir con su responsabilidad de descubrir y atrapar las oportunidades cuando se presenten. Aunque conlleven riesgos el aprovecharlas, lo más posible es que no vuelvan a presentarse nunca más.

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RESÚMENES DE TESIS DE GANADORES DEL XXIII PREMIO NACIONAL DE TESIS RECEPCIONALES CONEICC 2010

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CATEGORÍA LICENCIATURA: PRIMER LUGAR

Enciclomedia como uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación en la educación primaria en el municipio de Querétaro. Karla Belem Negrete1 Director de tesis: Dra. Miriam Guerrero Aguilar UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO ○

Durante las últimas gestiones gubernamentales en México, las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (NTIC) han formado partes de los planes de desarrollo, tanto a nivel federal como estatal, con el objetivo de impulsar al país para evitar su rezago. El contexto educativo, como parte del complejo contexto social, también se ha visto envuelto en el fenómeno de inclusión de las NTIC. Así es como el programa Enciclomedia nace como complemento de la integración de las nuevas tecnologías de la educación básica, conformando una iniciativa de cambio en el proceso enseñanza-aprendizaje mediante el uso de las NTIC que busca mejorar la calidad educativa. Enciclomedia es un programa educativo que se constituye como una herramienta de apoyo para la planeación y desarrollo de los programas de aprendizaje que imparte el docente. Sin embargo, la implementación de la tecnología en el contexto educativo no siempre ha logrado alcanzar los objetivos que se propone ya que la integración de estas innovaciones se encuentra todavía en una etapa inicial y necesita apoyarse de las aportaciones de diversas disciplinas para poder enriquecerse.

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Egresada de la licenciatura en comunicación y periodismo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro.

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En la corriente pedagógica constructivista e interaccionista se considera que el conocimiento construido por el sujeto es resultado de sus interacciones con otros actores, pero también con los diferentes factores de su contexto. Es así como surge cuestionarnos ¿Qué tipo de interacciones sociales se encuentran inmersas en el proceso de enseñanzaaprendizaje? ¿Cuáles son los usos que los actores de la educación primaria —maestros y alumnos —hacen de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación? ¿Los maestros y alumnos cuentan con la capacitación para explotar los instrumentos tecnológicos de que disponen y con ello cumplir los objetivos planteados en el proyecto Enciclomedia? ¿Podemos hablar de un nuevo proceso de enseñanza aprendizaje donde las nuevas tecnologías permiten enriquecer las prácticas pedagógicas y con ello obtener mejores resultados de aprendizaje? Utilizando una metodología cualitativa basada en los datos descriptivos, es decir, “las propias palabras de las personas, habladas o escritas y la conducta observable”, se propone acercarse a los sujetos en interacción con las tecnologías. El investigador mexicano Guillermo Orozco describe que este tipo de metodología no requiere técnicas precisas para la recolección de datos, sino que “el tiempo en que se aplican, con cuál va acompañada, de qué manera y hasta qué límite se aplica la entrevista, todo ello es una decisión del investigador”. La recolección de datos se realizó con fichas espaciales y de observación de cada sesión en las aulas, las cuales que permitieron rescatar el desarrollo de contenido y geográfico de una clase en la que se utiliza Enciclomedia. Además se realizaron entrevistas a docentes y directores para conocer los niveles de capacitación y las actitudes implicadas en la interacción y uso del programa. Por último se aplicaron cuestionarios a los alumnos para dar una visión general de la perspectiva de los alumnos, así como corroborar y completar los datos recabados por los otros instrumentos. Gracias a ello, se pudo demostrar que los objetivos del programa no son cumplidos en su totalidad. Según el Libro Oficial de Enciclomedia, llamado Libro Blanco, el objetivo principal del programa es “contribuir a mejorar la calidad de la educación en las escuelas públicas del país”. Sin embargo las pruebas de Enlace demuestran que Enciclomedia no se manifiesta como factor determinante para mejorar los niveles de aprovechamiento. Los grupos que cualitativamente explotan más el programa obtuvieron resultados similares a los grupos que no lo usan, e incluso se muestran resultados de aprovechamiento altos en los grupos que menos lo utilizan.

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De esa manera se puede afirmar que la presencia de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en los salones de clase no garantiza que su uso sea eficaz, ni asegura que los métodos de enseñanza sean de mayor calidad. Esto depende en gran medida en la capacitación que reciban los profesores y en la predisposición que tengan los mismos para cambiar los modelos tradicionales. Dichas predisposiciones se definen a través de cuatro factores con respecto a la implementación del programa. El factor vocacional se define cuando los maestros que tienen mayor vocación docente, son más activos y buscan más capacitación para lograr mejores objetivos, logrando una comunicación dinámica- constructiva; mientras que los de menor capacitación y más pasividad suelen tener una comunicación con tendencia dinámica-lineal. A su vez, el factor generacional precisa en un primer momento la presencia o ausencia de cierta capacitación de los docentes en el uso de las NTIC, es decir, los docentes que se formaron antes de las NTIC presentan una carencia de interés ante el uso del programa; por lo tanto, su interés por la formación y los cursos de capacitación para utilizar Enciclomedia se ve afectado, de manera que se limitan a tomar los cursos impartidos por las autoridades estatales. Por otra parte se encuentra el factor formativo. Los cursos de capacitación que reciben los docentes no son suficientes para poder hacer el uso total de estas herramientas, ya que no se logra íntegramente el objetivo del desarrollo profesional y la capacitación necesaria para un uso integral de las NTIC y por ende de Enciclomedia. Esto se debe a que los cursos impartidos por las autoridades estatales encargadas de la educación en Querétaro pretenden enseñar el uso del programa en pocos días, sin contemplar que una gran cantidad de profesores no saben utilizar la computadora. Entonces, la capacitación para el uso de Enciclomedia, se convierte en primer término en el “curso” que enseña cómo se utiliza la computadora, dejando en segundo término el uso del programa. El interés del docente y director para su propia formación es otro factor. Existe una apatía hacia la capacitación debido a la resistencia al cambio a la que están apegados varios profesores. Según los datos de Formación Continua proporcionados por la SEP en el estado de Querétaro menos de 23% de los docentes convocados a cursos de capacitación terminan su formación, lo cual provoca menor dominio de las herramientas. Por otra parte, la capacitación de los docentes también se ve afectada por la predisposición y actitud del director de cada escuela, quien es el que decide y autoriza quiénes asisten y con qué frecuencia recibirán la capacitación. El mismo director, al tener más dominio ante las NTIC, motiva a sus docentes a aprender a utilizarlas; en el otro extremo,

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cuando el director tiene una actitud de resistencia, no se preocupa por la capacitación de sus docentes y no le toma importancia a este aspecto. Como consecuencia del desinterés del director, los maestros inmersos en dicho contexto admiten tener la misma falta de interés para utilizar el programa. A medida que nos topamos con docentes y directivos más interesados en su propia capacitación, estos se adaptan más a hacer uso del sistema y lo manejan como un “constructor del aprendizaje”, es decir, como herramienta fundamental durante el proceso de enseñanza aprendizaje. No obstante, el caso contrario es en el que el docente se apropia sólo parcialmente del programa y no se interesa por aprender más; en este caso, encontramos que los maestros utilizan el programa como una “herramienta de apoyo para el refuerzo del aprendizaje”, es decir, la clase sigue siendo impartida de la manera tradicional, basándose en el Libro de Texto Gratuito y utilizando a Enciclomedia para corroborar mediante ejercicios el conocimiento adquirido. El quehacer educativo, entonces, está motivado por la apropiación que hacen del programa. Si bien es cierto que lo modelos de enseñanza-aprendizaje cambian, las interacciones sociales no se ven afectadas por la intervención de la tecnología. La relación alumno-maestro sigue obedeciendo al procedimiento en el que el maestro es el que explica y el alumno el que aprende. Existen variantes respecto al tipo de comunicación (dinámica, lineal o constructiva) que se desarrolla en cada salón de clases, pero la variante no depende forzosamente de la escuela, sino del maestro y de su forma de impartir la clase a partir de sus apreciaciones y perspectivas personales. Si el docente se apropia más del programa, Enciclomedia funge como “constructor del aprendizaje” y la comunicación tiende a volverse dinámica-constructiva; mientras que si la apropiación es menor, Enciclomedia se convierte en “herramienta de apoyo para el refuerzo del aprendizaje” y la comunicación tiene tendencia a ser dinámica-lineal. Así, los modelos pedagógicos utilizados para impartir clase definen los usos que se hacen de las NTIC, así como la lógica de comunicación que se desarrolla en cada salón de clases. Por otra parte las técnicas utilizadas por los docentes para apropiarse del programa dejan ver que a pesar de contar con suficiente información para poder realizar planificaciones de clases individualizadas, basándose en los criterios de los objetivos educativos para seleccionar la información de mayor relevancia, la mayoría de los profesores cree que deben de utilizar toda la información y no llevan a cabo una verdadera planificación de las clases. A esto hay que agregar el hecho de que Enciclomedia facilita al docente planes de estudios y metodologías, así como todo un

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proceso de preparación de clases completo, en el cual se presentan como “sugerencia”, pero los maestros toman las sugerencias como lo que “debe ser” y terminan por olvidar sus propios criterios ante el tratamiento de los contenidos. Por ende, no se fomenta terminar con el rezago de los maestros y su incapacidad de diseño de estrategias, sino que se le facilita la adquisición de un programa ya elaborado, todo listo para utilizarse, en lugar de combatir el problema desde la raíz, es decir, la formación profesional. México ha tenido algunos antecedentes del uso de las NTIC en la educación. Sin embargo, se trata de usos diferentes a los de la computadora con excepción de Red Escolar, que además, no es implementada para la mayoría de las asignaturas de los planes de estudio. Por esto, Enciclomedia queda como una novedad en la educación y para sus actores, en las que se observa un uso restringido de las herramientas del programa y un mayor uso como amplificador de la imagen del Libro de Texto Gratuito. Los resultados de su uso comienzan apenas a reflejarse en un panorama en el que los niveles de aprovechamiento continúan bajo la misma línea.

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CATEGORÍA LICENCIATURA: SEGUNDO LUGAR

Creación, desarrollo y aplicación de un plan estratégico de comunicación para el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla Martha Paola Ponciano Hernández, José Ma. Santiago Argüelles Ávila, Francisco Javier Mirnda Gómez.1 Director de tesis: Mtra. Carla Ríos Calleja. UNIVERSIDAD POPULAR AUTÓNOMA DEL ESTADO DE PUEBLA ○

La elaboración de un Plan Estratégico de Comunicación (PEC) para el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla, responde a la necesidad de dar a conocer sus atractivos turísticos, generar una imagen y mejorar en materia de comunicación tanto al interior de Ayuntamiento y el municipio como a su exterior. Asimismo, la elaboración de este proyecto de intervención contribuye con parte de los requisitos de incorporación al Programa Pueblos Mágicos, en el que se busca apoyar el desarrollo turístico regional, propiciar el desarrollo sustentable, fomentar la oferta turística y favorecer la dotación de infraestructura en apoyo al turismo.

1 Martha Paola Ponciano Hernández: egresada de la licenciatura en ciencias de la comunicación, actualmente estudia la maestría en desarrollo humano y capital intelectual en la UPAEP, (correo: marthapaola.ponciano@upaep.mx) José Ma. Santiago Argüelles Ávila: egresado de la licenciatura en ciencias de la comunicación, actualmente estudia la maestría en dirección estratégica de empresas turísticas en la UPAEP, y es difusor y promotor de alimentos artesanales de Tepeyahualco de Hidalgo. (correo: jomasaaa84@hotmail.com) Francisco Javier Miranda Gómez: egresado de la licenciatura en ciencias de la comunicación, (correo: xabu27@hotmail.com)

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El objetivo de la implementación de un PEC consiste en elaborar estrategias de comunicación basadas en un diagnóstico previo, que contribuyan a la comunicación interna y externa del municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla, a un corto, mediano y largo plazo. Actualmente, pocos ayuntamientos se preocupan por la imagen turística y la comunicación al interior de su municipio, lo que provoca poca cooperación de parte de los habitantes y poco interés de los turistas por visitar el lugar, aun cuando el mismo cuente con un gran número de atractivos. La comunicación pública se asocia actualmente a la denominación “marketing público” o de servicios públicos, distinguiéndose de la mera publicidad o propaganda. En el ámbito local se está introduciendo cada vez más el término “comunicación para el desarrollo” al referirse a las estrategias municipales para comunicar tanto a los habitantes de un municipio como al exterior las actividades locales y de turismo, de tal forma que puedan competir abiertamente con otro municipio De esta competencia puede resultar en la mejora de los servicios en general y, por añadidura, un polo de atracción de personas y recursos que redunden no sólo en la estabilidad y perdurabilidad del propio gobierno local sino en el fortalecimiento de las estructuras locales y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Es necesario tener en cuenta que el Ayuntamiento se vuelve cada vez más sensible y vulnerable a los juicios de opinión pública, por lo que a la par del crecimiento turístico se debe buscar revalorizar la imagen y ganar credibilidad. La comunicación pública no es en realidad algo distinto de la comunicación en general y de la comunicación corporativa en particular, incluso últimamente se han superado las fronteras entre la comunicación pública y privada. En muchas ocasiones, el gobierno ha recurrido a las técnicas comerciales para “vender” un producto y también las empresas privadas han optado por “dar imagen”, implicándose a veces en actividades públicas sin perder de vista su objetivo que es, efectivamente, vender más.

METODOLOGÍA Para realizar la investigación e intervención, se realizó una segmentación de públicos, quedando de la siguiente manera: • Personal del Ayuntamiento de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla. • Habitantes de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla. • Público externo: Jóvenes y adultos del estado de Puebla, estados colindantes Tlaxcala, Veracruz, Morelos e Hidalgo.

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De igual forma, para implementar el PEC se trabajó en conjunto con el Plan de Desarrollo Turístico para el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla, ya que la primer premisa de la presente investigación fue que “lo ideal al generar alternativas de desarrollo turístico, es realizar un plan estratégico de comunicación que sustente las iniciativas e implemente estrategias de comunicación que proporcionen soporte a los diferentes públicos que involucra el Plan de Desarrollo Turístico”. Para realizar al PEC en el municipio, se plantea una nueva alternativa, realizando una fusión de basados en la teoría de Ángel Luis Cervera Fantoni (2009) y Ana Begoña Merino Gil (2005), aunado a la realidad que encontramos en el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, proponemos una serie de pasos que responden a las necesidades de la localidad y nos permiten abarcar las áreas de estudio para generar estrategias efectivas que contribuyan al desarrollo del municipio en materia de comunicación. 1. Inducción: Acercamiento con el municipio, que incluye una investigación del lugar, entrevistas con la persona encargada de comunicación y/o turismo, presentación con las autoridades del Ayuntamiento para mostrarles qué es un Plan Estratégico de Comunicación. 2. Proceso empírico: Involucrarse de forma activa tanto con las autoridades como con los habitantes, en el ámbito de turismo y comunicación. Este acercamiento puede tener una repercusión en datos cualitativos (cuadro de aportaciones positivas y negativas en eventos del municipio y con la relación entre comunidades) y cuantitativos (aplicación de encuestas). 3. Diagnóstico situacional: Confrontar la información obtenida de la investigación previa, de las entrevistas con los habitantes del municipio y las encuestas, con el objetivo de localizar los puntos débiles y los puntos fuertes del municipio e identificar la situación actual del municipio, en diversas áreas, no sólo en comunicación. 4. Delimitación: Valorar del diagnóstico sobre el municipio, qué parte de la problemática puede resolverse con un PEC y cuales quedan fuera de su alcance, así como las acciones que dependen de terceros para poder realizarse con éxito. Al aplicar este paso, los analistas y el municipio, tendrán el panorama específico sobre las necesidades que se abordan en las estrategias de comunicación y cuales podrían repercutir en agentes ajenos a la comunicación. 5. Planeación: Con el fin de trabajar ordenadamente es necesario plantear los ejes de acción y los lineamientos a seguir. Para lograr este propósito se debe incluir: Objetivo general del PEC, públicos meta, definición de mensajes (mensaje global, mensaje concreto, mensaje de

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segmentos), líneas de acción, plan operacional de acciones. (método de Gantt). 6. Implementación: Para desarrollar las estrategias de comunicación y cumplir con los objetivos de las líneas de acción, es importante dividir en dos partes la presentación de las propuestas: Estrategias de comunicación interna (proyectos aplicables al interior del municipio), estrategias de comunicación externa (proyectos aplicables al exterior del municipio), estas estrategias deberán ir acompañadas del costo beneficio y el seguimiento que se les dará. 7. Evaluación: En esta etapa se califican los resultados de las propuestas aplicadas y de la respuesta obtenida por parte de los habitantes del municipio y de los integrantes del Ayuntamiento para la aplicación del plan estratégico de comunicación y su seguimiento. • Modelo propuesta para evaluar estrategias: Para la evaluación de las estrategias se sugiere realizar una tabla en la que se coloque la estrategia propuesta, la línea de acción a la que responde y un porcentaje de calificación con respecto al cumplimiento con la línea de acción, así como un apartado para comentar conclusiones sobre la estrategia y otro con el seguimiento que se le debe dar a la estrategia implementada.

Estrategia

Línea de acción

Cumplimiento (en porcentajes) 20

Clonclusiones

Seguimiento

40 60 80 100

IMPLEMENTACIÓN Y CONCLUSIÓN Los principales problemas encontrados en materia de comunicación interna y externa se enfocan a la imagen turística, la difusión, la organización de los eventos, la falta de identidad con el municipio por parte de sus habitantes y la falta de señalización correcta para las zonas turísticas. Para dar solución a las problemáticas encontradas, el plan se sustenta en la elaboración de proyectos concretos para la continuidad de las siguientes líneas de acción: Al interior de Tepeyahualco de Hidalgo: 1. Generar una imagen turística que traerá consigo una mayor identidad municipal. 2. Mejorar la comunicación al interior del Ayuntamiento.

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3. Crear un vínculo de comunicación efectivo entre el municipio y el Ayuntamiento, de tal forma que repercuta favorablemente en el turismo. 4. Lograr una integración que permita el reconocimiento cultural de cada una de las comunidades como parte de un municipio. Al exterior de Tepeyahualco de Hidalgo: 1. Difundir al municipio y sus atractivos turísticos dentro del estado de Puebla y los estados cercanos al municipio como Morelos, Veracruz y Tlaxcala. El Plan Estratégico de Comunicación para el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla, involucró estrategias como implementación de logotipo, creación de slogan turístico, diseño de material de difusión de zonas turísticas, señalética y señalización, rutas turísticas, colocación en medios de spots de radio, folletería, capacitación para los habitantes, estrategias de comunicación entre el Ayuntamiento y los habitantes del municipio, redacción y colocación de publirreportajes, campañas internas de conciencia social para atención al turismo, etc. Como consecuencia de la realización de este proyecto, el Ayuntamiento entrante (2011), realiza los trámites necesarios para poner en marcha las estrategias propuestas y en un año, estar en condiciones de aplicar para el programa Pueblos Mágicos, así mismo, el grupo “Las Palomas” de la comunidad de Xaltipanapa, lograron un recurso de tres mdp para comenzar la construcción de un restaurante -hotel frente a la zona arqueológica de Cantona, la familia Limón comenzó la construcción de un museo regional y hotel, mismo que se inauguró a finales de marzo 2011, así mismo, se incluyó dentro del Plan de Desarrollo Municipal, estrategias de comunicación interna para el Ayuntamiento. Siendo así que este tipo de proyectos contribuyen a revalorar la importancia de la comunicación en cualquier nivel como herramienta de crecimiento o de sustento para estrategias de gobierno, políticas públicas y turismo, considerando al turismo como un detonador de desarrollo económico en regiones con alto potencial de zonas turísticas. Asimismo, la experiencia personal de cada uno de los investigadores del presente trabajo, permite hacer una aportación diferente para ser considerada como metodología de intervención en municipios o comunidades con potencial turístico. Donde siempre lo más importante es la cercanía con los habitantes del lugar y la buena relación que se lleve con el Ayuntamiento, de tal forma que comprendan la importancia de un Plan Estratégico de Comunicación.

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FUENTES REFERENCIALES Cervera Fantoni, Ángel Luis, (2009). Comunicación total, 3ra edición, Editorial, ESIC, Madrid, España. Plan de Comunicación para el Ayuntamiento de Gondomar, Madrid España, 14 de noviembre del 2005. Puig Picart (2003). La comunicación municipal, cómplice con los ciudadanos, Paidós Comunicación, Barcelona. Weil Pascale, La comunicación global. Comunicación institucional y de gestión, Ed. Paidós, Barcelona. Wilbur Schramm (1969). Mecanismo de la comunicación. En Proceso y efectos de la comunicación humana. Scharamm, Wilbur, compilador. Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para America Latina -CIESPAL- #55, Quito.1969.

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CATEGORÍA LICENCIATURA: TERCER LUGAR

Los muertos mexicanos. Identificación del joven metalero de entre los 20 y 24 años de edad de la zona metropolitana de Guadalajara con las costumbres y festividades que conforman la identidad mexicana tradicional Rodolfo Carlos Torres Gutiérrez1 Director de tesis: Mtra. Yadira del Refugio Robles Irazoqui UNIVERSIDAD DEL VALLE ATEMAJAC ○

Dicen no sentirse mexicanos. Por enojo, falta de interés, o por inconformidad al estado de las cosas. La configuración de la identidad en los seres humanos resulta de un proceso complejo que se suscita a lo largo de la vida, que en el caso de los jóvenes metaleros de la Zona Metropolitana de Guadalajara, en el Estado de Jalisco, deja entrever la hibridación constante de significados que posibilitan interpretaciones diversas de la realidad social, que ha llevado a varios hombres y mujeres a priorizar lo ajeno y distante, ante lo propio y cotidiano. El objetivo que persiguió esta investigación apunta a conocer la identificación que extiende el joven metalero de entre los 20 y 24 años de edad de la zona metropolitana de Guadalajara con las costumbres y festividades de la cultura mexicana tradicional. 1

Rodolfo Carlos Torres Gutiérrez (1985) es licenciado en ciencias y técnicas de la comunicación por la Universidad del Valle de Atemajac, donde actualmente es docente del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades. Cursa la Maestría en comunicación social en el Departamento de Estudios de la Comunicación Social (DECS) de la Universidad de Guadalajara. Correo electrónico: roca.torres@gmail.com

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La esencia de este fenómeno responde al entendimiento de que se trata de un proceso ontológicamente comunicativo. Podemos decir que la identidad es el resultado de un proceso de comunicación constante, siempre distinto, en el cual los individuos actúan como emisores y receptores de distintas series de mensajes en los contextos en los que se desarrollan, y a través de los cuales, consolidan plataformas de acción y pensamiento para comprenderse dentro de las relaciones sociales y del espacio donde se presentan. Resulta interesante notar que el común de los jóvenes metaleros entrevistados, se muestran renuentes a la cultura mexicana tradicional, así como a todos los sujetos que ubican dentro de ella. El metalero encuentra mayor satisfacción e identificación con una expresión que si bien tiene visibilidad internacional, prepondera elementos socioculturales de aquellos países en los que más se ha desarrollado, principalmente Inglaterra y Estados Unidos. Independientemente de que el joven se autodefina como metalero y se declare ajeno a lo mexicano, es evidente que durante distintos momentos de su vida se ha expuesto a diversos significados alusivos a lo mexicano en contextos significativos como la escuela, la familia y la comunidad cercana. La noción de quién es, de los otros y de la sociedad en general, es decir, su identidad, no puede verse ajena a toda esta carga simbólica que conscientemente rechaza. Esta investigación comprende a la juventud más como una construcción social y no sólo como una etapa biológica (Brito, 1998) surgida por el transitar de ciertos individuos durante una etapa concreta de la vida, en la que toman conciencia de quiénes son y hacen manifiesto aquello que les constituye ideológicamente. Hablar de juventud o juventudes, implica reflexionar sobre una compleja carga de significados y acciones que pueden ser estudiados con rigor científico, sin centrarse necesariamente en lo físico o real como único foco de análisis (Bourdieu, 1990). Para efectos prácticos se tomó la delimitación empleada por la Organización de las Naciones Unidas (1985), que ubica a los jóvenes en dos categorías: el adolescente, de los 13 a los 19 años, y el adulto, de los 20 a los 24 años de edad. La comprensión del objeto de estudio requirió de distintas visiones teóricas. Se toma como base el paradigma del interaccionismo simbólico, que permite entender a la sociedad como una compleja red de significados, en la que los individuos interactúan a través de un lenguaje en común, en este caso el español y la normatividad imperante, y generan a través de distintas prácticas, la aparición de expectativas concretas, compartidas y encaminadas al cumplimiento de ciertos cánones o modelos. Esta propuesta encontró en Charles

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Horton Cooley y George Herbert Mead a sus principales exponentes en el siglo XX (De Fleur & Ball-Rokeach, 1983). Dentro este sistema, cada individuo genera un marco de referencia propio, sostenido por los mensajes presentes, así como por las relaciones que establece con los otros individuos. El proceso de asimilación de significados acorde a Albert Bandura (1977, citado por De Fleur & Ball-Rokeach, 1983) es posible cuando un individuo encuentra que un modelo, contenido en algún mensaje que recibe, es factible o conveniente para su realidad, por lo que se dispone a reproducirlo. La permanencia del modelo dependerá del resultado satisfactorio que el individuo experimenta. Los modelos devienen no sólo en los mensajes que están presentes en el espacio social, emitidos por ciertos agentes generadores de sentido como la escuela, iglesias, instituciones, o medios de comunicación, sino también de las relaciones humanas. Ferdinand Tönnies (De Fleur & Ball-Rokeach, 1983) distingue dos tipos de relaciones humanas: Gemeinschaft cuando se trata de vínculos significativos y emocionales, que en el caso de los metaleros mantiene con otros similares o con los que se siente identificado; y Gesellschaft cuando la interacción humana se da por convenio mutuo, por contrato, es decir, cuando el metalero convive con alguien que le es distinto. Se determinó como instrumento de investigación la entrevista a profundidad, que por su naturaleza, facilitó la interacción con los protagonistas de este fenómeno. Los 30 reactivos que componen esta herramienta fueron desarrollados a partir de la articulación entre las premisas teóricas descritas con los objetivos a responder. La selección de entrevistados se realizó a través de la red social Myspace.com, sitio que permite el desarrollo de comunidades sociales de manera virtual, a partir de páginas personales o también llamadas perfiles, que se interconectan entre sí según preferencias comunes. Se utilizó el buscador interno que el sitio ofrece estableciendo los siguientes criterios: que tuviera el rango de edad, viviera en la Zona Metropolitana de Guadalajara, se autoidentificara como metalero y que tuviera distintas fotografías que así lo hicieran constatable. Se enviaron 50 peticiones de entrevista, pero sólo 10 fueron contestadas positivamente. Una vez contactados los jóvenes candidatos se citó a cada uno a entrevista, cuya duración promedio fue de dos horas. Se entrevistó en total a seis hombres y una mujer, determinando dejar en siete las entrevistas porque la información que se había recabado hasta la séptima comenzaba a caer en la redundancia, por lo que se aplicó el criterio de la saturación (Morse, 2002). Con la información obtenida de las entrevistas se formaron distintas líneas temáticas para comprender el fenómeno de estudio, siendo 72

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las categorías obtenidas. Con efectos de organización, esas categorías se agruparon en tres grandes bloques: El metalero, en lo individual y colectivo; El metalero y la identidad mexicana; y por último, Recepción y emisión de mensajes en el reforzamiento de la identidad juvenil. La investigación destacó que la música permite una mayor recepción de distintos mensajes en el caso del joven metalero. Le facilita consolidar la percepción que tiene de sí, de los otros, y del entorno; es el filtro con el cual interpreta la existencia. El metalero no sólo encuentra satisfacción sensorial e ideológica, sino también la oportunidad de socializar con otros que encuentran en ella, la reafirmación de los modelos que les constituyen. Podemos decir que la música es un canal trascendente que posibilita la asimilación de contenidos diversos. No sólo sucede con la música metal, el metalero interpreta y establece ciertas posturas ante los otros según el tipo de música con el que los asocia, peyorativas en el caso de la música pop, la música grupera o el reggaetón. Destaca que la música metal es flexible a sus circunstancias personales, característica que no encuentra en otros géneros. Incluso gran parte de los metaleros toca algún instrumento o forma parte de alguna banda musical. El joven metalero encuentra cierta identificación con las culturas indígenas, tanto del presente como las propias del pasado prehispánico. Este vínculo es una de las aproximaciones más notorias con lo mexicano, a pesar de que lo propiamente mexicano sea el resultado del mestizaje entre indígenas y europeos durante la época novohispana. El joven metalero se identifica como mexicano al destacar elementos propios de las culturas maya y azteca principalmente. Evoca figuras como la del guerrero o el intelectual, realzando atribuciones que también encuentra en los indígenas del presente: fortaleza, dignidad, espíritu de lucha, o amplia gama de conocimientos. Podemos pensar que el metalero se identifica con figuras que le representan fuerza, al tiempo que se siente familiarizado con situaciones de cierta marginalidad o exclusión, condición que dice vivir por el rechazo social que su apariencia, gusto musical e ideas genera. La resignificación de lo mexicano le ha llevado a desarrollar el subgénero musical Metal Muerte Prehispánico, de evidente naturaleza endémica, que incorpora a las bases del metal tanto instrumentos musicales prehispánicos como elementos de la cosmovisión indígena. También se encontró que la experiencia que suscitan determinadas prácticas culturales compartidas, refuerza el complejo identitario del joven metalero de distintas formas. Si la experiencia resulta significativa y le permite verse reflejado en los otros, sean metaleros o no, puede identificarse con las cargas simbólicas que la originan, asimilándose dentro

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de ellas. Por un lado encuentra satisfacción personal en la reafirmación de los modelos que constituyen lo metalero al interior del grupo, y por el otro, luego de participar en ciertas festividades y costumbres mexicanas tradicionales, puede llegar a concebirse como mexicano, lo que se constata en reiteradas alusiones a convivios familiares donde la gastronomía mexicana y los rituales que giran alrededor de ellos, le motivan a asumir una mexicanidad. Las prácticas realizadas en lo que se conoce como Día de Muertos, así como la razón filosófica que les da forma, satisfacen las dos construcciones subjetivas que dan cuerpo al joven metalero-mexicano. Encuentra en ellas elementos que le identifican y satisfacen dentro de la cultura metalera, como son la temática oscura y cierta afición a la muerte, al tiempo en que se ve reflejado en los otros que regularmente nota distintos y lejanos. Esta celebración hace notar la hibridación de distintos significados, así como la interrelación entre individuos distintos que cotidianamente se encuentran en tensión. Se puede concluir que la identificación del joven que se autodefine como metalero hacia lo mexicano es posible cuando toma conciencia de aquellos elementos que le son agradables, así mismo cuando puede verse reflejado en los otros por medio de ciertas prácticas socioculturales que como el Día de Muertos, le permiten reafirmar modelos comunes en la expresión metalera y en la mexicana tradicional.

FUENTES REFERENCIALES: Bourdieu, P. (1990). La juventud no es más que una sola palabra. México: Grijalbo/CNCA. Brito R. (1998). Hacia una sociología de la juventud. Algunos elementos para la deconstrucción de un nuevo paradigma de la juventud. Última Década, núm. 009, De Fleur M., Ball-Rokeach S. (1983). Teorías de la comunicación de masas. 1era edición. España: Paidós. La juventud y las Naciones Unidas. Preguntas frecuentes. Extraído el 20 de septiembre de 2007 de la world wide web: http://www.un.org/ esa/socdev/unyin/spanish/qanda.htm Morse, J.; Barret M.; Mayan, M.; Olson, K. & J. Spiers. (2002). Verification strategies for establishing reliability and validity in qualitative research. International Journal of Qualitative Methods.

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CATEGORÍA MAESTRÍA: PRIMER LUGAR

La comunicación política de los opinólogos en la esfera pública. La post elección de 2006 en México. José David Calderón García1 Director de tesis: Dr. Francisco de Jesús Aveces González, Departamento de Estudios de la Comunicación Social (DECS) UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA ○

Medios, política y democracia. ¿Categorías gramaticales (sustantivos) de significados plurívocos? Sí. ¿Operaciones aritméticas donde el orden de los factores no altera el producto? (Medios + Política = Democracia) No. ¿Conceptos centrales de las discusiones intelectuales y académicas en el entorno sociopolítico contemporáneo? Sí. Dichos cuestionamientos exigen respuestas complejas y no monosílabas apresuradas, advirtiendo la necesidad de estudiar y analizar a fondo esta relación tripartita con la intención de contribuir al debate dentro del campo de la comunicación política y avanzar en la configuración y consolidación de un sistema político democrático en México. El sistema político mexicano se encuentra en un proceso de regresión democrática originada durante el momento más álgido de la disputa por el poder, el proceso electoral de 2006. La transición política se inflexionó hacia atrás cuando la base de la legitimidad de todo sistema democrático, sostenido en la participación ciudadana, e instituciones electorales consolidadas, derivó en un alto grado de confrontación y en consecuencia produjo un encono social con pronóstico reservado hasta ese momento. Las campañas de publicidad negativa y la incapacidad de las instituciones para regular y aplicar la legislación electoral fueron la constante. En dicho 1

Maestro en comunicación por la Universidad de Guadalajara. Profesor-investigador de la Universidad de la Ciénega del estado de Michoacán de Ocampo.

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entorno, los medios de comunicación se reafirmaron como actores centrales del entramado del poder en México, al ser partícipes medulares de la orientación que habrían de tener los comicios de ese año. Medios electrónicos, digitales y escritos fueron el principal vehículo de difusión de las plataformas políticas y propuestas de los distintos aspirantes a presidente de la república, pero también se encargaron de difundir las descalificaciones, desprestigio y agresiones verbales entre dichos contendientes. El escenario descrito advierte una descomposición de los ideales democráticos al observarse un panorama que no le corresponde, pues los acontecimientos que giraron en torno a la elección del año 2006 derivaron en una crisis política comparable con sus justas dimensiones al proceso electoral de 1988, al reaparecer el fantasma del fraude sin que las instituciones electorales mostraran un serio compromiso por regresarlo al lugar de donde vino. Sumado un rasgo singular, pues del 2 de julio al 1 de diciembre de 2006, hubo tres presidentes. Uno en funciones, Vicente Fox; otro electo constitucionalmente, Felipe Calderón Hinojosa; y un tercero elegido simbólicamente por la denominada Convención Ciudadana, Andrés Manuel López Obrador. La disputa por el poder político operó en la esfera pública convirtiendo a los medios electrónicos, particularmente la televisión en el referente fundamental para comunicarse con los diversos actores que son parte funcional de ella, aunque esto no garantizase una comunicación basada en principios democráticos. Sin embargo, el espacio mediático también contó con la participación de la prensa escrita a través de los géneros periodísticos, particularmente los géneros de opinión y aquí se ha encontrado evidencia de que los medios de comunicación coadyuvan a la construcción de la democracia. ¿Hay elementos para sustentar esta afirmación? De eso se trata esta investigación. La prensa escrita ha sido señalada como un medio de información que carga a cuestas una serie de contradicciones, tales como el predominio comercial que ha adquirido al privilegiar los espacios publicitarios por encima de la información, su dependencia económica del Estado a través de las inserciones pagadas, la gran cantidad de títulos y los pocos lectores, las sospechosas cifras en los tirajes, etcétera. (Cfr. Toussaint, 1999; Trejo, 2001, 2004; Zacarías, 2002) Entonces ¿Cuál es su relevancia? Hay que decir a favor de ella que ha ganado terreno al mostrarse menos subordinada al poder estatal, con todo y las contradicciones arriba mencionadas. Pues la prensa escrita sigue siendo “guardián de la libertad” (Cfr. Chomsky y Herman, 1990) o “guardián crítico” según la teoría liberal de la prensa, que a grandes rasgos “enfatiza correctamente que la independencia de las instituciones de los medios

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ante el Estado es un rasgo vital de la democracia moderna y una precondición esencial de la capacidad de los individuos para comentar crítica y públicamente el ejercicio del poder estatal” (Thompson, 1993: 365) Sobre todo cuando se analizan los géneros de opinión. La investigación establece que una vez concluida la jornada electoral del 2 de julio de 2006, los géneros de opinión mostraron en las planas de los diarios distintas “formas de argumentar”, y se planteó como supuesto que dichos argumentos estaban diferenciados por las estrategias retóricas utilizadas por los productores de estos textos para convencer, persuadir o manipular a sus lectores al publicar opiniones de las más diversas posturas, que no corresponden necesariamente con las directrices ideológicas del diario y que en ese sentido la prensa coadyuva a la construcción de la democracia. Con este supuesto se planteó la siguiente hipótesis: la prensa escrita se sostiene como intermediario entre la sociedad y el Estado, al asumirse como una esfera pública donde los ciudadanos tienen la posibilidad de participar con las condiciones mínimas de igualdad y libertad en el debate público, al proporcionar juicios informados y razonados a través de los discursos argumentativos que publica en los géneros de opinión. Preservando un espacio mediático de discusión abierta donde participan todos los actores que le dan sentido y vigencia a la política en el espacio destinado para ello, la esfera pública donde se encuentran los intereses ciudadanos y los problemas colectivos. Es decir, al interior de dos de los géneros de opinión, artículo y columna, se generaron discursos con distintas estructuras argumentativas que fueron analizadas con la intención de responder a las siguientes preguntas: ¿Cuáles fueron las características y propiedades de los discursos argumentativos publicados en la prensa escrita durante la post elección de 2006 en México, considerando a la prensa escrita como parte de la arena de comunicación política en la esfera pública? ¿Se registraron coincidencias entre los discursos? ¿Hubo diferencias notables? ¿La comunicación que se desplegó en la prensa escrita fue distinta a la de los medios electrónicos? ¿Cuál es la contribución de los géneros de opinión a la democracia? Para contestar las preguntas el objeto de estudio se delimitó a la revisión y análisis de columnas y artículos publicados entre el 3 de julio y el 5 de diciembre de 2006, en diarios como El Universal, La Jornada, Reforma, y Milenio. Considerando a columnistas y articulistas como autores que a través de sus opiniones influyen en el devenir de las discusiones sociales, económicas, políticas y culturales. Dichos autores son denominados en este trabajo como opinólogos. El término se adopta a partir del significado etimológico del sufijo Logo,

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pues como señala el Diccionario Etimológico de la Lengua Española el sufijo átono logo, significa: “especialista, persona versada en; discurso, como en biólogo, filólogo, prólogo, psicólogo, zoólogo: latín logus, del griego -logos especialista”. Así pues, un opinólogo será en consecuencia un especialista versado en opinar. Esto se hace, para simplificar una serie de definiciones que ofrecen algunos estudios que han abordado los géneros de opinión. A partir de dichas consideraciones es que se plantearon los siguientes objetivos: 1) Describir, analizar e interpretar la construcción discursivo-argumentativa de los artículos de opinión a partir de la comunicación política desarrollada por los opinólogos en la esfera pública, en torno a la post elección de 2006 en México. 2) Describir, analizar e interpretar las características de los discursos argumentativos publicados por los opinólogos en la prensa escrita. 3) Describir, analizar e interpretar la tensión, interacción y confrontación entre los discursos argumentativos de los opinólogos. Para cumplir dichos objetivos se trazó una ruta crítica compuesta por cinco capítulos, que conforman el cuerpo de esta investigación. En el primer capítulo se exploraron las veredas recorridas en torno a los géneros de opinión, encontrándose como referente principal, investigaciones que han estudiado estos géneros en la prensa escrita española. Se hizo de esta manera para establecer un punto de referencia que condujera a una visión más amplia acerca de estos temas, y así sucedió. En este mismo capítulo se revisan críticamente los estudios realizados en torno a la prensa en mexicana, describiéndose las principales aportaciones. Asimismo se estableció un panorama histórico y contextual de los géneros de opinión en México. El capítulo segundo corresponde al andamiaje teórico. Aquí se desarrolla una propuesta teórica soportada en un marco conceptual híbrido que servirá para interpretar los datos empíricos. Dicho marco supone la existencia de una esfera pública de dimensiones simbólicas, compuestas por un margen exterior y un centro. En dicho espacio se desarrolla un proceso de comunicación política entre diversos actores: en los márgenes están los medios, políticos y opinión pública; y en el centro los opinólogos (periodistas, intelectuales y políticos) En el capítulo tercero se traza la ruta metodológica, y está orientada por dos técnicas de investigación que buscan destacar los aspectos cualitativos y cuantitativos del problema de investigación, siendo estas el análisis del discurso y el análisis de contenido respectivamente. Se formulan las unidades y categorías de análisis, se establecen las directrices para la obtención de los datos, los criterios de selección del corpus de investigación, y se caracteriza a los opinólogos. En el capítulo cuarto se

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esboza una interpretación histórica del desarrollo del sistema político mexicano, basado en una visión de larga duración. Esto se realizó con la intención de contextualizar el entorno en el cual se desarrollan los argumentos de los opinólogos. Finalmente el capítulo quinto corresponde al análisis de los datos obtenidos para lo cual se establecen campos semánticos donde se agruparon los principales temas abordados por los opinólogos. La investigación concluye afirmando que los géneros de opinión de la prensa escrita deben ser mirados bajo una óptica deliberativa, y aunque no es la panacea que resolverá la inflexión democrática del sistema político mexicano, es un componente esencial, al facilitar un gobierno legitimado por opiniones sostenidas en argumentos persuasivos, con todo y los riesgos de que existan discursos manipuladores. Son opiniones con componentes racionales que proveen un lenguaje abstracto y conceptual, frente al lenguaje concreto y perceptivo que brinda la televisión. En suma, dichas opiniones fomentan los consensos y disensos entre los actores que le dan sentido a la comunicación política.

FUENTES REFERENCIALES Chomsky, N & Edward S. Herman (1990). Los guardianes de la libertad. Barcelona: Grijalbo-Mondadori. Thompson, J. (1993). Ideología y cultura moderna. Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas. México: UAM-X. Toussaint, F. (1999). Cultura política, prensa y democracia, en Revista Universidad de México, julio/agosto núm.582-583, 18-22. Trejo, R. (2001). Mediocracia sin mediaciones. Prensa, televisión y elecciones. México: Cal y Arena. (2004). Poderes salvajes. Mediocracia sin contrapesos. México: Cal y Arena. Zacarías, A. (2002). El panorama del mundo editorial en el sector universitario, en Revista Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, no.22.

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