Letras en Red 4

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4 Recursos para el docente Letras en red 4 es una obra colectiva, creada y diseñada en el Departamento Editorial de Ediciones Santillana S. A., bajo la dirección de Herminia Mérega, por el siguiente equipo: Redacción: María Victoria Gil, Emilse Salussoglia Edición: Beatriz Fernández de Reboursin Coordinación general del proyecto: Graciela Pérez de Lois

Índice Cuadro de contenidos conectados . . . . . . 2 ¿Qué es leer? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 ¿Qué es escribir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 La narrativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 La poesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 El teatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Textos que informan . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

Ta­pa y dia­gra­ma­ción: Fa­bia­na Ba­rrei­ro Co­rrec­ción: Karina Garofalo Es­te li­bro no pue­de ser re­pro­du­ci­do to­tal ni par­cial­men­te en nin­gu­na for­ma, ni por nin­gún me­dio o pro­ce­di­mien­to, sea re­pro­grá­fi­co, fo­to­ co­pia, mi­cro­fil­ma­ción, mi­meó­gra­fo o cual­quier otro sis­te­ma me­c á­ni­ co, fo­to­quí­mi­co, elec­tró­ni­co, in­for­má­ti­co, mag­né­ti­co, elec­troóp­ti­co, et­cé­te­ra. Cual­quier re­pro­duc­ción sin per­mi­so de la edi­to­rial vio­la de­re­chos re­ser­va­dos, es ile­gal y cons­ti­tu­ye un de­li­to.

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© 2O08, Edi­cio­nes San­ti­lla­na S.A. Av. L. N. Alem 720 (C1001AAP), Ciu­dad Au­tó­no­ma de Bue­nos ai­res, Ar­gen­ti­na. Que­da he­cho el de­pó­si­to que dis­po­ne la Ley 11.723. Im­pre­so en Ar­gen­ti­na. Prin­ted in Ar­gen­ti­na. Pri­me­ra edi­ción: XXXXXXXXXXXXXXXXX­de 2009. Es­te li­bro se ter­mi­nó de im­pri­mir en el mes de XXXXXXXXXX de 2009.

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Autor

Lengua

Ciencias sociales Ciencias naturales

Educación artística y física

Cuento. Resumen. Orden lógico. El ciclo del agua. Campo semántico. Escritura de un diálogo a partir de la personificación. Consulta de enciclopedias.

Memorias de una Juan Sabia gota de agua

Aprecio por los vínculos de amistad.

Valoración de las metas reales.

Valoración de la verdad.

Participación en grupos de trabajo.

Búsqueda de estrategias para solucionar problemas.

Aprecio por compartir con el otro.

Capacidad de vencer los miedos.

Valoración del otro.

Aprecio por la imaginación.

Educación en valores

La primera vaquita María Laura Dedé Cuento. Tipo de texto. Tiempo y Los insectos. Aceptación del espacio. Vocabulario. Coherencia. diferente. Producción de un cuento a partir de determinados personajes. Piano, piano... Oche Califa Cuento. Título. Expresión oral. La música. Valoración de la Polisemia. Escritura de una carta. expresión artística. Búsqueda y lectura de biografías.

Los domingos de Olga Appiani de Linares Cuento. Caracterización de personajes. Hábitos de algunos Juegos de adivinanzas. Escuchar al otro. Anacleto Expresión de la opinión. Vocabulario. animales. Producción escrita de una noticia.

Cuento. Temas. Coordinación de causas y consecuencias. Frases hechas. Producción escrita de una receta.

La pajarita azul Graciela Pérez Aguilar

Aldana y el monstruo Melina Pogorelsky Cuento. Reconocimiento de enunciados verdaderos y falsos. Conectores lógicos de causa y tiempo. El perro y el asno Versión libre de una Fábula. Caracterización de personajes. fábula de Esopo Moraleja. Expresión oral. La boca del león Ricardo Mariño Cuento. Narrador. Estructura narrativa. El bostezo. Vocabulario. Frases hechas de la lengua. Escritura de un cuento corto. Historia del camalote Anónimo Leyenda. Tiempo y espacio. Conflicto La colonización en el El camalote. Sustitución. Adjetivación. Escritura de Río de la Plata. una leyenda a partir de una explicación. Los ratones Anónimo Cuento popular. Núcleos narrativos. Dibujo. que comían hierro Marco. Temas. Uso del diccionario. Sinonimia.

La carpa Liliana Cinetto Cuento. Acciones. Argumentación. Historia del circo. Vocabulario. Antónimos. Escritura de un cuento. Los cuatro ministros Anónimo Cuento popular. Expresión oral. sabios Razonamiento lógico. Explicación. Sinónimos. Familia de palabras. Escritura de una explicación.

Título

CUADRO DE CONTENIDOS CONECTADOS


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Ciencias naturales

Educación artística y física

Aprecio por la mirada diferente hacia las cosas.

Canción. Vocabulario. Relación entre el título y el tema. Producción escrita de una estrofa. Poesía. Familia de palabras. Completar Acrósticos. un texto.

Poesía. Metáfora. Yo lírico. Musicalización. El trabajo con el otro. Personificación. Escritura de estrofas Instrumentos musicales. de cuatro versos. Poesía. Estructura: simetría. Juego con laberintos. Enumeración. Producción escrita de versos de estructura no estrófica. Poesía. Descripción. Retrato. Realización de un Exageración. Palabras: acepciones. mural. Elaboración de un retrato.

Los viejecitos José Sebastián Tallon de Nuremberg

Luna tucumana Atahualpa Yupanqui

Esta es la ciudad Anónimo de Roma

Catalina, la diosa Guillermo Saavedra argentina

Valoración de la creación grupal.

Fomento del intercambio de ideas.

Rescate de las cosas positivas del pasado.

Valoración de la imaginación.

Poesía. Secuencia narrativa. Orden. Palabras en contexto. Tema. Producción escrita de una narración.

Valoración del lenguaje poético como expresión de sentimientos y emociones.

Valoración del medioambiente.

Aprecio por la elaboración de textos creativos.

Atención por las cosas sencillas.

Respeto por las producciones de los compañeros.

Valoración de la cooperación para trabajar y respeto por las distintas creaciones.

Educación en valores

El reino de costura Elsa Bornemann Canción china Federico García Lorca en Europa

Pájaros en la cabeza Silvia Schujer Poesía. Reconocimiento de la idea central. Conexiones con el título. Noción de definición. Derivación de palabras. Completamiento de versos. El sol quería bañarse Salvador de Madariaga Poesía. Noción de trama narrativa y descriptiva. Verso. Estrofa. Rima. Personificación. Elaboración de rimas. La luna verde Baldomero Fernández Poesía. Noción de yo lírico. Los fenómenos naturales Moreno Personificaciones. Sustitución de (meteorológicos). palabras. Producción de un diálogo. Elaboración de nuevos versos. Canción para dormir Liliana Cinetto Canción de cuna. Actos de habla. a un cocodrilo Campo semántico. Connotación. Indagación de las causas. Elaboración de poesías.

Poesía tradicional. Noción de verso y Musicalización de un rima. Recurso: la exageración. texto. Producción escrita de una esquela.

Ciencias sociales

Mi morena Anónimo

Lengua Proyecto integrador de narrativa. Escritura de un cuento. Selección de lugares y personajes. Imaginación de conflictos.

Autor

Del derecho y del revés, te lo cuento otra vez

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Ida y vuelta entre la ciudad y el campo

Carta personal. La letra cursiva. Las tareas del campo. Descripción: la oposición de ideas. Orden lógico.

Los productos que provienen del campo.

El período de la Revolución de Mayo a la Independencia Medios de transporte.

Artículo de divulgación. Reconocimiento Los tipos de viviendas: Dibujo de planos a de similitudes y diferencias. Elaboración las casas coloniales. partir de datos. de una agenda. Invención de pregones.

Escenas de la vida colonial

¿Cómo nace la Relato histórico. Línea de tiempo. historia? Coplas. Reconstrucción de un diálogo de época. Opinión.

Conocimiento y valoración de los trabajos de las personas.

Artículo de divulgación. Campo Medios de transporte. Creación y canto semántico. Orden lógico. Enumeración. Las carabelas. de rimas. Invención de rimas.

Extracción de lo positivo de cada cosa.

Comprensión y aprendizaje de la historia.

Reconocimiento de la herencia cultural.

Valoración del trabajo y de la herencia cultural.

Diario de viaje. Reconocimiento del Las regiones hiperónimo. Acepciones de las palabras. geográficas. Completamiento de una ficha. La arqueología. Producción de una descripción.

Trabajos para la Trabajo grupal de escenografía, el colaboración. El respeto vestuario y la a uno mismo y a los publicidad. demás.

Respeto por el conocimiento del otro.

Respeto al ser humano como ser irrepetible.

Valoración del humor.

Trabajo grupal de colaboración. El respeto a uno mismo y a los demás.

Aprecio por la cooperación.

Educación en valores

El diario de un arqueólogo ¡Todos a bordo!

Hechos y palabras Proyecto integrador para el teatro leído. Personajes, intenciones, acotaciones, escenografía, vestuario y publicidad.

Obra de teatro. Reconocimiento de los Puesta en escena. destinatarios de las acotaciones. Escenografía. Connotación. Producción escrita de una Improvisación. descripción de escenografía y utilería.

Apetensembrei Fabián Sevilla Tucumán lengi tururú canché

Teatro leído: representación teatral.

Obra de teatro. Acotaciones. Tema. El juego de palabras como recurso.

Confundidísimos Alejandra Erbiti hermanos

Dibujo. Maqueta.

Educación artística y física

Obra de teatro. Reconocimiento de los elementos que la conforman: parlamentos y acotaciones. El conflicto teatral. Elaboración de un texto para una conferencia.

Ciencias naturales

Guau (fragmento) María Inés Falconi

Ciencias sociales

Poesía. Caracterización de personajes. Región mesopotámica. Exposición oral. Sinonimia. Campo semántico.

Lengua

Proyecto integrador de poesía. Cartulinas para Elaboración de rimas, modificación de exponer en el colegio. versos, adivinanzas, trabalenguas y distintas formas de creación poética para exponer.

Autor

La rana perdida María Elena Walsh Semana de la poesía

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Artículo de divulgación. Los remedios: la Reconocimiento de sinónimos. aspirina. Elaboración de conclusiones. Extraer características. Búsqueda de información. Infografía. Observación de gráficos e El hornero. imágenes. Extraer conclusiones. Expresión oral. Lectura de instructivo. Artículo de divulgación. Ideas Los corales. principales. Intercambio de ideas para generar explicaciones. Armado de un glosario. Entrevista. Confección de preguntas y El deporte. El cuerpo humano. respuestas. Signos gráficos. Identificación de las partes en un todo. Artículo de divulgación. Lectura Los materiales. El imán. transversal. Listar elementos. Clasificación. Lectura de textos para hacer un experimento. Artículo de divulgación. Familia de Instrumentos útiles: palabras. Definición. Campo semántico. la aguja y el tenedor. Enumeración y clasificación.

Un constructor con alas

Entre corales y perlas

De profesión, deportólogo

Los materiales de las cosas

Historias puntiagudas

Movimientos de la Tierra y la Luna. Fases. Eclipses. Confección de maquetas, folletos y recuerdos. Carteles de promoción.

Nota enciclopédica. Paratextos. Recuperación de información. Orden y análisis de imágenes.

Una feria de maravillas Trabajo integrador: feria de experiencias. Imágenes. Los materiales, productos típicos. Temas de la ciencia.

La noche, ciencia y magia

Piedra sorpresa, Artículo de divulgación. Deducción a El imán. piedra que besa partir de la información. Adecuación del texto al receptor. Experimentación. Atrapada y sin salida Noticia. Ubicación cartográfica. Insectos. Trabajo con gelatina. Ideas principales.

El proceso de votación.

Afiches. Elementos que componen la imagen.

Educación artística y física

Una maravilla redonda

Ciencias naturales

Artículo de divulgación. Descripción. Orden lógico.

Costumbres y tradiciones. Fiestas populares.

Ciencias sociales

Vivir en democracia

Lengua Artículo de divulgación. Sinonimia. Clasificación. Producción del texto para un afiche.

Autor

¡El país es una fiesta!

Título

Trabajo grupal de colaboración. El respeto por uno mismo y por los demás.

Aprecio del estudio y la investigación.

Valoración de la investigación científica.

Aprecio de los elementos naturales.

Los descubrimientos del hombre.

Aprecio del aprovechamiento de los elementos de la tierra.

Valoración del cuidado del cuerpo.

Comprensión de la necesidad de cuidar la naturaleza.

Valoración de las enseñanzas de la naturaleza.

Valoración de la naturaleza y sus frutos.

Respeto por todas las opiniones.

Valoración de las costumbres y tradiciones nacionales.

Educación en valores


¿Qué es leer? Leer es escuchar la voz de otros que una vez fue pensamien­ to vivo. El lector dialoga con esa voz, la interroga. Y el texto responde. Parece un acto mágico. Pero, entonces, ¿de dónde sobrevienen la indiferencia y aun el rechazo de muchos niños y jóvenes –para no mencionar adultos– hacia la lectura? En primer lugar, la relación con el texto no es unívoca, es un diálogo, “palabra entre dos”. Como todo diálogo, demanda un lector activo, es decir, que relacione los significados de los que el texto lo provee con aquellos otros que integran la competencia interpretativa del lector, la “enciclopedia”, como la llama Umberto Eco. Si lo que el texto “dice” no encuentra conexión con lo que el lector sabe, el texto se vuelve “ilegi­ ble” y aparece el “esto no se entiende”. El lector elabora una representación mental de la significa­ ción del texto y lo hace simultáneamente en distintos niveles: grafofonético, morfológico, sintáctico, semántico, pragmáti­ co… Para elaborar esa representación mental, el lector utiliza pistas o marcas que el texto le proporciona. Enseñar a leer implica enseñar esas marcas o instrucciones que el texto nos brinda y que responden a determinado tipo de texto.

Creemos que la primera tarea está en el maestro; él es el que pone en juego su conocimiento de autores, obras, géneros. Él es el que puede graduar las lecturas según la extensión o las dificultades temáticas o de vocabulario. Él es el que puede contagiar el entusiasmo por leer, por interrogar al texto, por indagar. ¿Y si los niños no leen? Pues el maestro debe leer para ellos. Es frecuente advertir el alto grado de atracción que la lectura en voz alta de un cuento ejerce sobre los chicos (y también sobre los grandes). La oralidad enlaza directamente los significados del texto con la posibilidad de ser interpretados sin pasar por las barreras de la articulación, la entonación o las trabas semánticas. En suma, necesitamos un maestro lector. La sola entrega de libros a los alumnos, la organización de bibliotecas, la disponibilidad de situaciones de lectura no son suficientes. Es necesaria la intervención del docente, que es un lector experto y que sabe que convertirse en lector y en escritor no es una experiencia natural, sino que implica tiempo y trabajo sostenido. Este es, cada vez con mayor exigencia, el trabajo de la escuela.

No leemos de la misma manera un texto de estudio que uno literario. El sentido en un texto de estudio resulta de la abstracción y de la organización de las ideas. Esta es la lectura eferente. En un texto literario, en cambio, el lector repara en las vivencias que las palabras le despiertan; presta atención a cómo está escrito, al ritmo, a los recursos de estilo, al género. Se trata de una lectura estética y que no es exclusiva de una asignatura. Sin embargo, cada disciplina tiene un vocabulario, una temática y tipos textuales específicos. No se trata de ofrecer al alumno una exhaustiva clasificación de textos y de teorías lingüísticas. No se es mejor lector por conocer todos los tipos textuales o las funciones del lenguaje, del mismo modo que no nos comunicamos mejor por conocer la teoría de la comunicación. La escuela debe ofrecer una selección de textos de calidad. Es fácil decirlo, pero ¿cómo hacerlo?

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LEER EN SEGUNDO CICLO

• Las familias de palabras. Buscá en el texto palabras de las familias de “frasco”, “enfermo”, “ansia” (pág.16).

“Siempre es en medio de la intersubjetividad como se constituyen los seres humanos. El lector no es una página en blanco donde se imprime el texto: introduce su fantasía entre líneas, la entrelaza con la del autor. Las palabras del autor hacen surgir sus propias palabras, su propio texto”.

• La sinonimia. Buscá en el cuento una palabra que signifique lo mismo que “fauces”, “niño”, “chofer” (pág. 26).

Petit, Michèle. Nuevos acercamientos a los jóvenes y a la lectura. México, FCE, 1999.

Las palabras de la investigadora francesa enmarcan tres aspectos constitutivos de la actividad lectora en los alumnos del segundo ciclo. El primero es la adquisición de una auto­ nomía creciente que no abandona, sino que se suma a las prácticas iniciadas en el primer ciclo. El maestro refuerza las prácticas leyendo en voz alta para sus alumnos, comentando aspectos interesantes o facilitando los más complejos. Valora y estimula las interrupciones que pueden hacer los chicos porque son indicios de actividad que busca construir el signi­ ficado del texto. En la relación con los otros, en las “intersubjetividades”, en la conversación, los lectores toman decisiones: corrigen una hipótesis, adhieren a otra o confirman la propia. En segundo lugar, el desarrollo del gusto por la lectura radica en compartir con otros, en hablar de lo que se lee y también en hablar de otros libros, películas, historietas. Es decir, conectar y relacionar formatos y soportes distintos que dan cuenta del amplísimo universo de lo legible. Es fundamental, además, si aspiramos a formar lectores autónomos, que los niños exploren y manipulen libros, pues representan una relación con lo escrito, diferente de la que se obtiene con una fotocopia. El objeto libro se presenta con su paratexto, sus tapas y contratapas, índices, texturas, colores, títulos. El libro permite la búsqueda y la orienta; el lector explora, se detiene, relee. Letras en red 4 propone el desarrollo de estrategias lec­ toras mediante un importante número de textos de ficción. Muchas habilidades de lectura, como la velocidad, la infe­ rencia, el control de hipótesis, se desarrollan a través de las lecturas literarias.

• Leer la información del diccionario. Considerar el “cotex­ to”. Buscá en el diccionario la palabra “diosa”. ¿Coincide con el del título de la poesía? (pág. 87). • Considerar el aspecto connotativo del vocabulario. En el título del cuento se produce un juego entre los dos significados de la palabra “piano”. Buscala en el diccionario y explicá oralmente en qué consiste el juego (pág. 59). • Leer con entonación adecuada. Intercambien las poesías y revísenlas para ver si cumplen con la consigna. Léanlas en voz alta (pág. 83). En las actividades de elaboración y de resolución, los niños tienen ocasión de liberar su fantasía o “entrelazarla con la del autor”, como dice Petit, y de manifestar la propia experiencia vital en este caso, con la mención de un juego infantil. Esta es la propuesta en “Aldana y el monstruo”: Como el monstruo no conocía los números ni las tablas y mucho menos cómo se hace una suma, tenía muchos problemas. Por ejemplo, jamás pudo jugar a La Farolera en la escuela de monstruos. Reunidos en grupos de tres, cuéntenlos por escrito (pág. 21). Hablar, escuchar, leer y escribir son actividades que la escuela debe promover y alentar. Paulatinamente, se trata de estimular en los niños la lectura de textos literarios. Los textos de Letras en red 4 ofrecen variedad de temas y de situacio­ nes de lectura, obligan a conversar para aclarar y permiten al maestro mediador poner en juego su conocimiento de la literatura y desplegar estrategias didácticas novedosas y efec­ tivas para la construcción del sentido de los textos.

a) El paratexto ofrece la organización en géneros discursivos (Palabras que cuentan, Palabras con ritmo y rima, Palabras a escena, Palabras que informan). En muchas actividades, las ilustraciones son el punto de partida para la conversación. b) El significado de las palabras incide directamente en la capacidad de entender el texto. Algunos de los procedimien­ tos para deducir significados que proponemos son:

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Si la escritura es un instrumento para comprender, pensar, integrar y desarrollar un conocimiento nuevo, está claro que no se enseña a escribir de una vez y para siempre.

¿QUÉ ES ESCRIBIR? Cuando uno empieza a escribir, cambia su modo de leer. Uno empieza a leer para aprender a escribir. Ricardo Piglia

Leer y escribir son herramientas específicas del aprendizaje. Escribir exige poner en relación nuestros conocimientos con los que demanda la situación de escritura. Poner en contacto, es decir, ajustar lo viejo con lo nuevo, requiere repensar lo viejo para adecuarlo a la nueva tarea de escritura. Esta tarea de reelaboración pone en marcha proce­ sos de aprendizaje que no ocurrirían sin escritura, ya que escri­ bir contribuye a aprender, a transformar el conocimiento. La mayoría de nuestros alumnos alcanza relativo dominio de la escritura, y decimos “relativo” porque el resultado es bastante pobre y se caracteriza más bien por la práctica de la copia que por la de la reelaboración. El código escrito no es la transcripción del oral, sino que es un código completo e independiente. Al adquirir el código escrito, el niño incorpora un código nuevo, distinto del oral. ¿Cómo se adquiere el código escrito? Según los investigadores, la actividad didáctica más efec­ tiva es la lectura comprensiva y la corrección para rehacer. También se ha comprobado que hay relación entre la lectura por placer y la competencia al escribir. El buen escritor suele leer más libros y más variados, y también periódicos y revistas. Los padres de buenos escritores solían leer textos a sus hijos pequeños. La práctica de la escritura per se ayuda a adquirir el código escrito. Numerosas investigaciones y encuestas permiten concluir que: • La comprensión de la lectura y el gusto por leer son las formas más eficaces para adquirir el código. Parece impres­ cindible: todos los buenos escritores son o han sido buenos lectores. • Las prácticas de escritura sin lectura resultan menos efectivas que con lectura. • La corrección diferida por parte del profesor no siempre es útil. Solo es efectiva cuando se realiza durante el proceso de composición y, por lo tanto, cuando el alumno puede incorporarla en la redacción del texto. • La instrucción gramatical no es demasiado útil para adquirir el código. La lectura da mejores resultados. • Las reglas de la gramática aprendidas conscientemente desempeñan un papel importante en las etapas finales de la producción escrita.

Enseñamos a escribir no solo desde lo que sabemos de la didáctica de la escritura, sino también desde la práctica como maestros escritores. Un docente que no entiende la importan­ cia de este proceso podrá enseñar las letras, pero no enseñará a escribir.

ESCRIBIR EN SEGUNDO CICLO En algunas ocasiones, un alumno se nos ha acercado con poemas o cuentos escritos en un cuaderno. Con ansiosa timi­ dez nos ha pedido: “¿Puede leerlo?”. ¿Cómo conjugar esa escritura secreta que, de pronto, desea ser compartida, con la resistencia que la mayoría de nuestros alumnos ofrece ante la tarea de escritura? En muchos casos, la resistencia tiene su razón de ser. La expresión “no sé qué poner, no me sale nada” encierra una representación de la escritura como un don asociado con la inspiración. Además, las temáticas estereotipadas (“Las vacaciones”, “Mi animal favorito”) y la situación comunicativa reiterada y unilateral –los niños escriben para que lea el maestro– alimen­ tan la indiferencia. Por otra parte, existe la idea –bastante generalizada, lamentablemente– de que la escritura es patrimonio del área de Lengua. Sin embargo, cada disciplina tiene sus modos de escritura. Será entonces el docente especializado el que mejor oriente acerca de la escritura de un relato histórico o sobre un proceso biológico. Muchos docentes preocupados por estimular la escritura ofrecen a sus alumnos propuestas interesantes. Son activida­ des creativas como: “Escribí un texto con palabras que tengan solo la vocal ‘a’”. Es un ejercicio ingenioso y divertido, pero no ayuda a invo­ lucrarse personalmente con la escritura. Es importante hacer saber a nuestros niños y niñas que, con seguridad, ellos viven y sienten cosas dignas de ser contadas. Si el ejercicio ayuda, ¡bienvenido! Debemos acompañar a nuestros alumnos y ayudarlos a ver qué sirve. Cuando entendemos el proceso de escritura, vemos cómo operan los escritores expertos y también cómo procedemos nosotros cuando escribimos, podemos ayudar

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a nuestros chicos a inventar, usar y adaptar estrategias de composición. ¿Cómo se da el proceso de escritura? Numerosos especia­ listas lo describen de diferentes maneras. En forma sencilla, puede expresarse así: • Preparación: el escritor busca información, anota ideas, piensa en el tipo de texto que deberá escribir (cuento, infor­ me, carta). • Borrador: el escritor organiza sus ideas en un primer texto. • Revisión: el escritor corrige. Es importante enseñar que se corrige el texto en su conjunto, su estructura, la jerarquía de las ideas, etc., y no solo en la superficie (ortografía, pala­ bras repetidas, sintaxis). En este paso, es importante también considerar el destinatario del texto y el efecto que se preten­ de lograr con él (persuadir, divertir, informar). Esta instancia puede ser compartida con los compañeros, que harán suge­ rencias. Finalmente, el maestro revisará el texto. • Redacción definitiva. ESCRIBIR EN 4.º grado Las actividades están organizadas en dos momentos: Releo y resuelvo y Pienso y elaboro. En los textos narrativos se sugieren más lecturas y búsqueda de textos en la sección Compartimos. En Releo y resuelvo se explora el vocabulario y se deter­ minan los temas mediante ejercicios que promueven la infe­ rencia. Se inicia en este grado, también, el conocimiento de algunas cuestiones formales (estructura, narrador) y de tipos de texto. Partir de lectura de textos originales y bien escritos para que no solo interese la historia, sino también cómo está con­ tada.

La elección del mejor resumen supone varias habilidades lectoras: conocimiento de este tipo de texto, distinción entre acciones centrales y secundarias, reconocimiento de acciones significativas desde el punto de vista de la causalidad narra­ tiva. Esta es una de las actividades propuestas en “Memorias de una gota de agua” y que el docente podrá repetir en otros textos, tanto literarios como informativos. La práctica de escritura se completa en Pienso y elaboro. La consigna empieza siendo aquí “trampolín”, pues los alumnos podrán seguir el modelo que propone el autor. Por ejemplo: En grupos de dos, piensen en dos objetos semejantes. No tienen que ser gotas de agua. Pueden ser dos pelos (humano o de animal), dos monedas (de valores iguales o diferentes)… Luego aparece una “valla”, aunque no insalvable: Todos tienen que hablar y hacer un recorrido: de la cabeza al piso, del bolsillo a la máquina del colectivo… Entusiasmar a los niños para que escriban no es imposible. Cuando creamos en el aula las condiciones para que ello ocurra, cuando alentamos a los menos hábiles, cuando ellos sienten que escriben para alguien y que su trabajo será puesto en común y cuando su maestro participa con entusiasmo en esa tarea, la escritura alcanza esa dimensión de ordenar, de construir la propia experiencia.

Las consignas proponen: a) Acercarse a la vida del niño, sus juegos e intereses, como en “Aldana y el monstruo”, donde se nombra un juego tradi­ cional infantil –La Farolera–. b) Proponer un problema: “¿Qué otros problemas les pare­ ce que pudo haber tenido?”. c) Tener un buen modelo de escritura. El escritor enseña a sus lectores cómo se usa el lenguaje escrito. Las consignas tienen algo de “valla y de trampolín”, dice Maite Alvarado. En principio, ayudan a conjurar el temor a la página vacía y a organizar la búsqueda de ideas y a orientar el proceso de escritura. En “Historia del camalote”, el proceso de escritura se inicia con una explicación de carácter ficcional, seguida de preguntas orientadoras, la redacción del borrador y la versión final.

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• Según el grado de participación en la historia, el narrador puede ser:

LA NARRATIVA Por sus características, los hombres necesitan contar his­ torias. La narración es uno de los géneros más antiguos y los distintos pueblos han ido transmitiendo en forma oral sus experiencias.

• Protagonista: cuenta su propia historia. Por ejemplo, si la pajarita azul contase su historia, diría: Yo sabía imitar a una foca. Lo descubrí una tarde, cuando me eché sobre la panza…

Desde tiempos inmemoriales, es el relato el formato que utilizan los hablantes para contar acontecimientos, anécdotas, relatos de viajes, encuentros o para inventar historias y con ellos intentan, fundamentalmente, captar la atención de los que escuchan o leen.

• Testigo: participa en la historia en un rol secundario y cuen­ ta lo que les pasa a otros personajes. Por ejemplo: Joaquín es la persona más tímida que conocí en mi vida. Aunque tengo más de treinta años y he conocido […] nunca nadie tan tímido como Joaquín… . (“El hechizo de Joaquín”. En: Marcelo Birmajer. Hechizos de amor. Ediciones Santillana) Joaquín es el protagonista de la historia y la primera perso­ na es la que narra.

El género narrativo está integrado por aquellos textos en los que una voz, llamada narrador, relata historias de ficción en las que intervienen personajes que llevan adelante las accio­ nes en un espacio y un tiempo. Las narraciones literarias se caracterizan frente a narraciones de otra índole por recrear un mundo ficcional. Si bien muchas veces las historias son inspiradas o tomadas de la realidad, el autor reelabora y selecciona los hechos verdaderos de tal modo que dejan de ser reales para formar parte de la ficción. Ejemplo de esto encontramos en la leyenda “Historia del camalote”. LOS ELEMENTOS DE LA NARRACIón Toda narración se caracteriza por la presencia de ciertos elementos: el narrador, los personajes, la trama o acción y el marco, es decir, el espacio y el tiempo en el que suceden los hechos. El análisis de todos ellos nos permite interpretar el sentido del relato. El narrador Es común confundir el significado de estos términos: autor y narrador. El autor es la persona real que escribe una obra y es el que decide en qué época y espacio los personajes desa­ rrollarán las acciones y quién contará esa historia. Es decir, que el autor elige al narrador. El narrador es la voz que relata la historia, por lo tanto, pertenece a la ficción. Por ejemplo, en el cuento “Aldana y el monstruo”, la voz que habla está en ter­ cera persona: Escondida debajo de la frazada, Aldana trataba de convencerse de que era valiente, repitiendo sin parar esa frase… Está claro que Melina Pogorelsky, la autora del cuen­ to, eligió a ese narrador externo, pero también podría haber decidido que Aldana contara la historia: Escondida debajo de la frazada, yo trataba de convencerme de que era valiente, repitiendo sin parar esa frase…

• Externo: narra lo que sucede desde afuera, no participa de la historia. Por ejemplo: Esto sucedió hace muchísimos años en un país muy lejano. En cierta ocasión, un joven comerciante, obligado por el hecho de que debía emprender un viaje… (“Los ratones que comían hierro”). • Según la persona gramatical: • Narrador en 1.ª persona: me gusta andar al ras de la tierra. También subir por orillas peligrosas hasta sentir el aire frío. De la altura en mis antenas… (“Viaje al jardín de enfrente”. En María Cristina Ramos, Cuentos de la buena suerte). • Narrador en 3.ª persona: Anacleto va muy apurado. Si tiene suerte, podrá llegar a su casa sin encuentros molestos. Ya está cerca (“Los domingos de Anacleto”). • Según el conocimiento de la historia: • Omnisciente: sabe todo lo que ocurre, incluso más que los personajes. Por ejemplo: Jimena nunca pensó que un piano pudiera volar. Es cierto que se decían cosas sobre la casa de la profesora de piano, pero creyó que se trataba de habladurías. Sin embargo, debió haber sospechado algo… (“Piano, piano…”). • Sabe lo mismo que los personajes. Nadie sabía de dónde había salido. Pero ahí estaba. En el medio de la plaza. Enganchada entre las hamacas, la calesita de don José y el tobogán. Parecía un barrilete destripado por el viento. O un enorme paracaídas… (“La carpa”). • Sabe menos que los personajes. Por ejemplo: Cuentan que la vaquita se puso toda colorada. (¿De vergüenza?). […] Cuentan que recorrió el campo entero y fue suyo el horizonte… (“La primera vaquita”).

Existen distintos tipos de narradores.

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La focalización La construcción de un relato depende también de la pers­ pectiva desde donde se narre. A esto se llama focalización y es el lugar en el que se ubica el narrador para contar. Si se ubica desde el punto de vista de alguno de los personajes, se dice que la focalización es interna. Por ejemplo: Cuando terminaba de secarse la cara, lo vio a través del espejo del botiquín. Ahí estaba él…, que sí era peludo, pero no más que un oso… (“Aldana y el monstruo”). Cuando el punto de vista está fuera de los personajes, se dice que la focalización es externa. Por ejemplo: Cierto día caminaba un perro en compañía de un asno cargado con alforjas llenas de pan. El camino, ya demasiado largo, despertó el hambre de ambos. El burro sin más ni más se detuvo… (“El perro y el asno”). Los personajes Los personajes son aquellos que llevan adelante las accio­ nes. El personaje más importante de una narración es el protagonista y los personajes secundarios acompañan en la historia. Existen personajes que se denominan “ayudantes” porque colaboran con el protagonista para lograr su deseo. En cam­ bio, son oponentes aquellos que intentan poner obstáculos en el camino del protagonista. En el cuento “Aldana y el monstruo” la maestra es un personaje ayudante porque colabora para que se saque de encima al monstruo. En cambio, la mamá funciona como opo­ nente de Aldana, porque no le hace caso a su problema y la envía de vuelta a la cama. La estructura narrativa Una narración es una sucesión de hechos encadenados, que se suceden en el tiempo estableciendo una relación de causa y efecto, es decir que uno es la consecuencia del ante­ rior. En su estructura básica distinguimos en las narraciones tres momentos:

En el desenlace usan la carpa para la calesita y el orden se restablece. Entre las acciones, se distinguen las principales de las secundarias. Las acciones principales o núcleos narrativos son aquellas que no pueden suprimirse sin que la narración pierda sentido. Las acciones secundarias, en cambio, pueden eliminarse sin cambiar la historia. Por ejemplo, en el cuento “Los cuatro ministros sabios”, la desaparición del camello es un núcleo narrativo porque provoca la observación de los sabios y la charla con el hombre que luego los denuncia. En cambio, la charla amena entre ellos antes de la llegada del hombre es una acción secundaria, ya que la historia no variaría si hubiesen estado discutiendo o durmiendo. Existen también los indicios. Son datos que brindan infor­ mación del ambiente, de los personajes o anticipan algún acontecimiento. LA HISTORIA Y EL RELATO En los textos narrativos es posible distinguir dos niveles: el de la historia y el del relato. Llamamos historia al conjunto de sucesos narrados, mien­ tras que el relato es la manera en que esos hechos son presentados por el narrador. Este puede alargar o acortar los sucesos si así lo desea. Puede contar, por ejemplo, el momen­ to en el que el cuervo convence a la pajarita azul para que firme el contrato, en cinco párrafos. En cambio, utiliza un solo párrafo muy corto para contar las veinte veces que la pajarita se cae del trapecio y las otras tres pruebas peligrosas que la obliga a realizar el jefe, acciones que ocupan varios días. En el relato el narrador puede alterar el orden cronológico de los hechos, saltar en el tiempo o, por ejemplo, retroceder al pasado o anticipar los sucesos.

• Introducción: es la situación inicial, la presentación de personajes, espacio y tiempo. • Nudo: es el conflicto, es decir, la tensión entre fuerzas opuestas y la ruptura del equilibrio. • Desenlace: es la resolución del conflicto o restablecimien­ to del equilibrio. En el cuento “La carpa”, la introducción corresponde a los dos primeros párrafos en los que aparece la carpa en la plaza y los vecinos se sorprenden. El nudo es el conflicto: la revisan, surgen teorías, no saben qué hacer y los chicos se desesperan.

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LA POESÍA El género lírico es el género literario que se destaca por el uso particular que hace del lenguaje. Es quizás el género en el que se hace más evidente la función poética del lenguaje. En la poesía, cada palabra está ubicada en el lugar por su sonido particular, por su relación con otras palabras y por lo que nos sugiere cada vez que la pronunciamos. Los poetas se preocupan por seleccionar cada sonido porque buscan esencialmente mostrar la belleza en la expresión. Por esto, el lenguaje poético es connotativo, es decir que intenta provo­ car diversos significados en el receptor. POESÍA LÍRICA Y NARRATIVA Desde la Antigüedad los hombres se han acercado a este género para expresar sus sentimientos, para pedirles o agra­ decerles a los dioses y para contar las hazañas de los héroes. Entonces, podemos hablar de dos formas expresivas que prevalecen: una narrativa y otra más lírica. La poesía narrativa se caracteriza por ser más impersonal y objetiva y se usaba especialmente en la Antigüedad y durante la Edad Media para contar las historias de los héroes, aunque luego derivó hacia temas más cotidianos. Ejemplo de esto son los romances, como el “Romance del conde Niño”. La poesía lírica, en cambio, muestra sentimientos y emocio­ nes del “yo lírico” y usa un lenguaje puramente subjetivo. Por ejemplo en “Luna tucumana”, de Atahualpa Yupanqui. el verso. el ritmo y la rima Si bien en la literatura existe la prosa poética, la forma característica de la poesía es el verso. Se llama verso a cada línea del poema y estrofa, al conjunto de versos separados por un espacio en blanco. Sucedió esta aventura verso en el Reino de costura

La métrica sigue algunas reglas que reciben el nombre de “licencias poéticas”. La más común es la sinalefa, que consiste en la unión de la vocal final de una palabra con la vocal inicial de la siguiente. Por ejemplo: …echa la testa a la espalda… El acento final de cada verso también incide a la hora de contar las sílabas. Si los versos finalizan en palabra aguda o monosílabo, se debe sumar una sílaba a la cuenta. Si la pala­ bra final del verso es grave, se deja igual, y si es esdrújula, se debe restar una sílaba a la cuenta. La rima es la coincidencia de sonidos entre los versos, a partir de la última vocal acentuada. Se llama asonante cuando coinciden solo las vocales y consonante cuando coinciden vocales y consonantes. Si no coincide ningún sonido se dice que la rima es libre, blanca o suelta. ……………… con su manto de hojas secas …………… solamente está despierta (“Canción para dormir a un cocodrilo”) Rima asonante. A partir de la “e”, que es la última vocal acen­ tuada, coinciden solo las vocales: secas, despierta. …………………………. la cosa es que la realeza …………………………. cada cual con su tristeza (“Pájaros en la cabeza”) Rima consonante. A partir de la última vocal acentuada, que es la “e”, coinciden vocales y consonantes: realeza, tristeza. el yo lírico Así como el autor de cuentos o novelas crea una voz fic­ cional que narra, el poeta crea una voz, el yo lírico, que es la que elige el autor para que describa, narre o exprese senti­ mientos.

estrofas

…Yo voy andando y cantando que es mi modo de alumbrar… (“Luna tucumana”)

Lloró una tarde dedal: –¡Ay! ¿que todo nos va mal!

En toda poesía es fundamental el ritmo, y para lograrlo contribuyen la métrica y la rima. La métrica es la medida de los versos. Cada verso se mide por la cantidad de sílabas poéticas que posee. Los que tienen hasta ocho sílabas se denominan “versos de arte menor” (por ejemplo: …adiós que me voy… 5 sílabas) y los que tienen nueve sílabas o más “son de arte mayor” (…Pero un día se fueron de la isla y del bosque…14 sílabas).

los recursos poéticos La poesía transmite no solo por lo que dice, sino por cómo lo dice. Para buscar que el lenguaje transmita determinados efectos en el lector u oyente y para que sea sugerente, el poeta utiliza las figuras o recursos poéticos, que pueden ser fónicos (abarcan lo sonoro), sintácticos (se relacionan con el orden de las palabras o frases) o semánticos (cuando se rela­ cionan con el significado).

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Algunos de esos recursos son: La personificación: consiste en darles a las cosas o a los animales características propias de las personas. Por ejemplo: …las estrellitas lloraban… …sonriente salió el sol… (“El sol quería bañarse”).

Las imágenes sensoriales: ayudan a expresar con palabras lo que reciben nuestros cinco sentidos. Existen, así, imágenes visuales, olfativas, auditivas, táctiles y gustativas.

La repetición: se trata de reiterar palabras o frases a lo largo de la poesía. Cuando esa repetición se produce al ini­ cio de varios versos se llama anáfora. Un ejemplo: …y llegar lejos…muy lejos… (“Pájaros en la cabeza”). …Duérmase cocodrilito…, se repite varias veces en el poema “Canción para dormir a un cocodrilo”. En algunos casos, las palabras se repiten derivando su forma, por ejemplo: …La princesa suspiraba / y volvía a suspirar… (“Pájaros en la cabeza”).

Por ejemplo: • Visuales: …Tomé su almohadón de espinas con su pijama marrón… (“Canción para dormir a un cocodrilo”). • Gustativas: …Tiernas migas de pan… (“Los viejecitos de Nuremberg”). • Auditivas: …Alfiler de cabecita tarareó una vidalita… (“El reino de costura”).

La aliteración: es la repetición de sonidos en un verso o estrofa. En “Pájaros en la cabeza” se repite el sonido “rr”: …el carruaje era carroza…. La enumeración: consiste en nombrar una serie de palabras relacionadas a través de un nexo o una coma. Por ejemplo, en “La luna verde”, el poeta usa el recurso: …Te miran maravillados / el campanario y la fábrica / el galpón y la azotea / los fondos y las fachadas… La comparación: consiste en establecer una relación de semejanza entre dos términos utilizando un nexo comparativo. Por ejemplo: …sin saber que estamos tristes / cual canarios sin alpiste… (“El reino de costura”). La metáfora: se trata de establecer una relación de analo­ gía entre dos palabras y reemplazar un término por el otro. Por ejemplo, en el poema “Luna tucumana”, el poeta dice de la luna …tamborcito calchaquí… y …compañera de los gauchos… La antítesis: consiste en oponer dos ideas o dos expresio­ nes. Por ejemplo: …tira por delante / tira por detrás… en el poema “Mi morena”. La hipérbole: es la exageración de las acciones, de los sentimientos o de las ideas. En “Catalina, la diosa argentina”, todo el poema es una gran exageración: …Recibe veinte mil cartas / de admiradores por día… …Su casa es una mansión / de tres mil habitaciones…

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EL TEATRO

EL TEXTO TEATRAL

El género dramático se desarrolló desde la antigüedad clásica y deriva de la palabra griega “drama”, que significa “acción” o “representación”. La forma característica del género es la obra de teatro: un texto creado fundamentalmente para ser represen­ tado por actores frente a un público.

En el texto teatral, la figura del narrador desaparece y es el lector quien debe unir los hilos para reconstruir la historia a través del diálogo de los personajes. En estos textos se diferencian dos planos:

El texto teatral es solo una parte de esta expresión del arte porque las obras adquieren su sentido completo en el momento de ser representadas.

El texto secundario: son las acotaciones. Se trata de indicaciones de espacio, de tiempo, tonos de voz, vestuario, gestos o sonidos que el autor brinda a los actores y al director para poner en escena la obra o a los lectores para situarse en la acción. Este segundo texto aparece entre paréntesis o en ocasiones con una letra diferente de la del texto primario.

OBRA DE TEATRO TEXTO TEATRAL

REPRESENTACIÓN

Texto primario: diálogos, monólogos, etc. Texto secundario: acotaciones.

Interpretación de los actores. Dirección y puesta en escena. Escenografía, sonido, vestuario, etc.

El texto primario: es el diálogo entre los distintos perso­ najes de la obra. Sus intervenciones, llamadas “parlamentos”, hacen avanzar la acción y presentan el conflicto y su desen­ lace.

UN POCO DE HISTORIA El teatro en occidente tuvo sus orígenes en Grecia alrededor del siglo vi a.C. Las teorías coinciden, en general, en ubicar los comienzos en ritos y prácticas religiosas, en especial, los festejos en honor a Dioniso, el dios del vino. Eran fiestas que duraban todo un día y en las que se mezclaban las representaciones con cantos y danzas. Estos ritos, con el tiempo, evolucionaron hacia las formas teatrales. El siglo de oro o siglo de Pericles fue la etapa de esplendor en el teatro griego y sus autores más representativos fueron: Esquilo, Eurípides y Sófocles.

Antiguamente, muchas de las acotaciones estaban incor­ poradas al texto escrito. Por ejemplo, el personaje decía: Mira quién viene allí, parece enojado, en lugar de la acotación: (entra el soldado enojado). En el siguiente fragmento de “Confundidísimos hermanos” advertimos entre paréntesis las acotaciones junto al texto principal. (Se ilumina el sector de la escena que representa el interior de la clínica. Hay dos médicos, dos enfermeras y dos muñecosbebé). Doctor (con uno de los bebés en brazos): –¿Doctora, este es Bonito? Texto primario

Las obras de teatro clásicas se clasifican en tragedias y comedias. Las tragedias representan historias de la mitología y el protagonista es un héroe que está marcado por su destino. El final es trágico, generalmente fatal para varios de los per­ sonajes, incluyendo al héroe. Algunas tragedias famosas son: Edipo Rey, de Sófocles, La Orestíada, de Esquilo. Las comedias tienen un tono ligero, de enredo; la intención es hacer reír y los conflictos desembocan en un final feliz. Los personajes no tienen la dignidad de los de la tragedia, por lo general son gente simple. Un ejemplo en la literatura clásica es Las Ranas, de Aristófanes. Las obras leídas en Letras en red, corresponden a este grupo. Aristóteles estableció en su Poética las reglas de las tres unidades para la obra teatral: de tiempo, de lugar y de acción. Las obras debían desarrollar su conflicto en un día, en un único espacio y todos los hechos debían referirse a una única acción.

Texto secundario

Doctora (con el otro bebé en brazos): –No, doctor, a mí me parece que ese es Bonete y este es Bonito. El diálogo entre los personajes es la manera más común en que el lector o el espectador toma conocimiento de la situación, de las características de cada personaje y se entera del conflicto que los envuelve. Pero en ocasiones el diálogo se transforma y aparecen otros recursos como los que siguen: Monólogo: es el parlamento de un personaje cuando está solo en la escena y se habla a sí mismo. Es una forma de “pensar en voz alta”: analiza, planifica y reflexiona. De esta manera, el lector puede enterarse de lo que siente o piensa un personaje.

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Aparte: es el parlamento de un personaje hacia el público cuando está con otros personajes en escena. Se produce la situación ficticia de que los otros personajes no lo escuchan y solo lo hace el público, que se transforma en su cómplice. En la comedia este recurso se usa con fines humorísticos. Por ejemplo, en el final de “Apetensembrei…”: Empleado (muy contento): – …mutumán… ¡menos!, cumután nenglí… (nuevamente confundido, al público). ¿Cómo era? El texto teatral se organiza en actos, escenas y cuadros. Los actos representan los momentos fundamentales de la acción dramática. La caída del telón o el oscurecimiento de la escena indican el fin de un acto. Tradicionalmente, las obras se dividen en tres actos que se corresponden con el planteo, el nudo y el desenlace. Sin embargo, el teatro Isabelino, en la época de Shakespeare con­ taba con cinco actos, y el teatro moderno se caracteriza por la presencia de obras cortas de acto único. Por ejemplo, la obra “Guau” tiene un único acto. Cada acto se divide en varias escenas. Cada escena comien­ za y termina con la entrada o salida de los personajes. Los cuadros indican el cambio de la escenografía. En “Confundidísimos hermanos”, si bien no aparece señalada la división en cuadros, esta se puede observar con el cambio de las luces. el conflicto Es el choque de fuerzas en una obra y es lo que desenca­ dena la acción. A veces un conflicto induce otros que se van relacionando. El conflicto puede producirse por diversos motivos: dos personajes completamente opuestos, que luchan por amor o poder; dos ideas diferentes sobre el mundo: políticas, reli­ giosas, morales, etc.; la lucha interna del personaje ante una toma de decisión o la lucha de un personaje contra todos, entre otras. En el caso de “Guau”, el conflicto se presenta porque Tony y Roly no les dan el sentido adecuado a las palabras del pro­ fesor y eso genera confusiones.

la representación La obra de teatro necesita la puesta en escena para com­ pletar el hecho artístico. La puesta en escena es un trabajo de equipo cuya cabeza es el director, quien dirige a todo el grupo y es el responsable final de la representación. Este equipo incluye a los actores, que son los que repre­ sentan a los personajes, los vestuaristas, los maquilladores, los escenógrafos, los utileros, los sonidistas y los iluminadores. Cada uno se ocupa de los distintos aspectos de la puesta en escena. La cuarta pared es una convención que separa a la repre­ sentación del público. Se considera que el público es solo un espectador de una realidad encerrada entre cuatro paredes y no participa de la acción. La cuarta pared ficticia es la separa­ ción de esos dos mundos diferentes. Sin embargo, el teatro moderno intenta destruir esa pared para volver a conectar al público con la representación.

el humor Por lo general, el teatro infantil y juvenil toma como eje el humor. Existen distintas variantes para hacer reír: la ironía, la parodia, el humor negro, el juego de palabras, el disparate, la asociación inesperada o el doble sentido. En “Confundidísimos hermanos” encontramos recursos como el juego de palabras o el disparate: Enfermera 2: –¡No!, ¡nada que ver! ¡Ese es Bonito y ese es Bonete! Los cuatro (se miran): –¡Ay, qué matete! … El vecino: –Los hermanos de esta historia están muy sincro­ nizados. La vecina: –Si uno se tira al agua, el otro queda empapado. En “Apetensembrei…”, entre otros, aparece el recurso de la asociación inesperada: Empleado: –Deme alguna pista. Cliente: –¿Se cree avión? Cualquiera que sea la forma de provocar la risa, siempre significa una ruptura con lo solemne y lo convencional.

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TEXTOS QUE INFORMAN Son aquellos que nos permiten adquirir conocimientos o mantenernos actualizados. En el mundo de hoy son dos requi­ sitos indispensables. Estos textos se multiplican en diversas formas y los lectores necesitan adquirir las estrategias para interpretarlos con corrección. Existen distintos tipos de textos informativos, pero básica­ mente se pueden distinguir: • La noticia • Los textos expositivos LA NOTICIA La noticia es un texto informativo que nos hace conocer hechos destacados en el país y en el mundo. Para que un hecho sea noticia debe ser de interés para un grupo numeroso de personas, debe ser actual y además debe tratarse de algo novedoso. El texto responde, en especial, a la pregunta ”¿qué pasó?”. Por ejemplo, en Letras en red aparece la noticia de un temporal de nieve que provocó serios problemas en Bariloche. El soporte habitual de estos textos son el diario y las revistas de actualidad. LOS TEXTOS EXPOSITIVOS–EXPLICATIVOS Son los que desarrollan o exponen un tema en especial. Pueden presentarse de diferentes maneras, pero todos brindan información y facilitan el estudio o la investigación. Por lo general, este tipo de texto aparece en libros escolares, libros científicos, enciclopedias, diccionarios, artículos periodís­ ticos sobre ciencias, tecnología o historia, etc. La presentación de la información puede tomar diferentes formas: Narración: se usa esta trama cuando la información se orga­ niza alrededor de un eje temporal. Por ejemplo: En “El diario de un arqueólogo”, los datos informativos aparecen a partir del relato de los distintos días reflejado en su diario. Descripción: la información se presenta identificando las partes de un objeto, de una persona o de una idea; señalando sus características o sus funciones, etc. Por ejemplo, en “Un constructor con alas”, los datos provienen de la descripción del hornero, sus costumbres, su hábitat y su lugar en la cadena alimentaria. Diálogo: a través del diálogo asimétrico de un entrevistador y el entrevistado se pueden extraer los datos informativos. Por ejemplo, en “De profesión, deportólogo”, las respuestas del médico permiten extraer la información relativa a la relación entre deporte y salud. Estructura de los textos informativos La explicación desarrolla un determinado tema teniendo en cuenta el destinatario, es decir, adecuando los contenidos para que los comprenda el que los recibe. Se inicia en un problema a resolver o un interrogante que puede estar o no explícito en el texto: ¿qué es? ¿cómo es? ¿por qué sucede o sucedió? ¿para

qué?, etc. El planteo del problema es la base de toda explica­ ción, y la explicación intentará resolver esa pregunta. Por ejemplo, en el texto “Entre corales y perlas”, la pregunta es explícita: … ¿Son piedras? ¿Son plantas? ¿O quizás sean solo un colorido adorno subterráneo? En cambio, en “Los materiales de las cosas”, el texto descri­ be los distintos materiales que usaron los hombres prehistóricos y para qué los utilizaban, omitiendo la pregunta básica: ¿qué materiales usaron y para qué los hombres prehistóricos?, por­ que se puede reponer sin dificultad. El texto expositivo puede también presentar una introduc­ ción para dar a conocer el tema: Será porque nadie se salva de un dolorcito, fiebre o inflamación, pero lo cierto… y una conclusión que cierra lo explicado: Mientras las selvas se conserven, será posible descubrir remedios para lo que, hasta hoy, es incurable. (“Una maravilla redonda”). Recursos de la explicación Entre los recursos para hacer más clara la exposición se destacan: La definición: permite establecer y dejar claro el significado de una palabra o de una idea. La definición requiere la pre­ sencia del verbo “ser”, de los dos puntos que lo reemplazan o de expresiones como: “se llama”, “se denomina” , “se trata de…”. Por ejemplo: las casas coloniales eran bajas y muy parecidas, bastante sencillas… (“Escenas de la vida colonial”). Sin embargo, es común en este tipo de textos que aparezcan disimuladas en la explicación. Es el caso de “¡Todos a bordo!”: Sin barcos como las carabelas […] En esa época comenzó a construirse este tipo de embarcación de madera que era veloz y fácil de maniobrar… La ejemplificación: es común que el que explica recurra a casos particulares para hacer más claro un tema complejo. Generalmente esos casos son conocidos por el destinatario y le permiten aclarar la definición. Se introducen con la fórmula “por ejemplo”, “es el caso de”, “como“, “a saber” o por los dos puntos. Fue el comienzo de la fabricación de imanes artificiales para mil y un usos, como la construcción de bocinas, cerramientos de puertas de heladeras y alacenas… (“Piedra sorpresa, piedra que besa”). La comparación: consiste en relacionar dos ideas, conceptos o situaciones estableciendo sus semejanzas y sus diferencias. Por ejemplo, en el texto “Piedra sorpresa, piedra que besa” se compara el tren con el avión: Así, los trenes de levitación magnética, llamados Maglev, no solo llegan a ser tan veloces como los aviones, sino que también son muchísimo más silenciosos. La reformulación: consiste en volver sobre algo ya dicho, pero de manera diferente. Se reconoce por la presencia de frases como: “es decir”, “dicho de otro modo”, “esto significa que”. No debe confundirse la definición con la reformulación. Por ejemplo: Estas casonas son típicas de la época de la Colonia, es decir, de cuando los españoles todavía gobernaban nuestro actual territorio (“Escenas de la vida colonial”).

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