Microseguros en la favela de Heliópolis (São Paulo) Introducción al Modelo Microcentros Comerciales Compuestos
Hernán Poblete M.
Antropología & Estrategia
1
2
Microseguros en la favela de Heliópolis (São Paulo) Introducción al Modelo Microcentros Comerciales Compuestos
3
La investigación para este libro y su publicación han sido posibles gracias al apoyo de Bradesco Seguros Agosto de 2014 Edición General: Fabiana Dias da Cunha Edición Periodística: Denise de Goes Traducción: Hernán Poblete Miranda Diseño Gráfico: Mauricio Hoyuelos
4
Sobre el Autor Hernán Poblete Miranda es diseñador de la universidad UTEM en Santiago de Chile, Antropólogo Social de la Universidad Bolivariana, y eterno candidato a Magister en Sistemas Sociales Complejos de la Universidad de Chile. Ha observado el tema de este libro en más de 15 países de América y Asia.
5
Agradecimientos Este libro está dedicado a todos aquellos que lo hicieron posible: Fabiana, Carlitos, Lucy, Hernán, Gabriela, Damiler, Martín, Magaly, Janet, Silvana, Thales, Fernanda, Paola, Bolívar, y Eugenio.
6
7
Índice
Presentación, 10 Introducción, 12 1. Heliópolis, la ciudad del sol (historia, ocupación y reivindicación de la propiedad) , 17 2. Por dentro de Heliópolis, 27 3. Urbanización y transformación social, 36 4. Heliópolis y sus representaciones, 43 5. Nodo y MCC, conceptos para entender a configuración urbana en Heliópolis, 58 6 . Microseguros en MCCs, entre la informalidad y la formalidad, 76 Bibliografía, 85
8
9
Presentación
Entre los años 2010 y 2013 Bradesco Seguros desarrolló una serie de actividades tendientes a conocer en profundidad los principales destinatarios de microseguros en Brasil. De esa iniciativa resultó la serie de investigaciones que se presentan en el presente libro, lideradas por la consultora internacional IMR, quien realizó la primera inmersión socio-antropológica en seguros para favelas y barrios de clase media y media-baja. Desde el comienzo, nuestro entendimiento de la complejidad de la población de baja renta era clara. No se podía generalizar ni menos utilizar indicadores estándar para conocer a la nueva clase C. La población serrana no piensa ni se comporta ante los riesgos y sus presupuestos familiares de la misma manera que la población de la zona costera de Brasil, mucho más desarrollada e interconectada. Por tanto, nuestro objetivo fue conocer los distintos públicos, sus necesidades y aspiraciones y precisar las verdaderas necesidades de seguros de los segmentos de la llamada nueva clase media brasilera. A partir de entonces, se abrió un amplio caudal de oportunidades en el ámbito de los seguros, permitiendo no solamente definir las características de la nueva clase C, sino implementar nuevas herramientas de comunicación que hoy ayudan a ilustrar de forma mucho más simple y directa los complejos conceptos de nuestra industria. En Bradesco Seguros, nos sentimos muy complacidos en difundir un conocimiento novedoso y de probada raíz socio antropológica, que
10
abrirá grandes oportunidades en el ámbito del desarrollo social y económico en las poblaciones de baja renta. Estamos ciertos que conceptos como los Microcentros Comerciales Compuestos, presentados aquí por primera vez, podrán ser utilizados para el desarrollo y aplicación de políticas públicas y privadas en todo el mundo. Eugenio Velasques Director de Bradesco Seguros
11
Introducción
Una vez concluida la convivencia de tres meses en la favela de Rocinha, la etapa siguiente se constituyó en la comparación entre Favelas (informalidad) y Barrios de Clase Media Baja (En transición a Formalidad), en la búsqueda de correspondencias que pudieran compararse con casos extrapolables a Rocinha. Así, entre 2011 y 2014 agregamos nuevas investigaciones viviendo y comparando Barrios de Clase Media Baja en más de 10 ciudades de Norte, Centro y Sur de Brasil. En este periodo continuamos aplicando el modelo metodológico de las favelas, diseñado para interpretar y generar diálogos entre Antropología y Economía. Por lo tanto, el método se basa por una parte en observación participante de categorías meta lingüísticas -que pudieran apoyar el diseño de estrategias comunicacionales prácticas, ya sea en el mundo de las empresas ligadas al tema, como aseguradoras y fondos de pensiones, como al desarrollo de políticas públicas en diversos ámbitos de la economía del trabajo, pensiones, educación, entre otros. Durante estos 4 años hemos compartido con cientos de personas, convivido, dormido en sus casas, y participado de sus ritos y fiestas personales y familiares. Hemos profundizado sistemáticamente en las formas urbanas de adaptación y creación de sistemas microeconómicos-domésticos en Brasil, y gracias a ello, levantado un valioso corpus de información estadística al haber encuestando y entrevistado a más de 3000 personas. Uno de los hallazgos más importantes para nuestra investigación fue la comprobación de la existencia de todo un barrio formal, sosteniendo extensiones de kilómetros cuadrados informales en lo que Brasil coloquialmente llama del “asfalto”, es decir, el mundo formal. Las conclusiones que pueden sacarse a partir de este dato son muchas, a nosotros nos interesan
12
aquellas relacionadas con la economía doméstica y su condición de “compuesta”. Nos interesa entender y explicar cómo esta composición económica se dinamiza gracias al corazón arterial que es el Microcentro Comunicacional Compuesto, y el advenimiento de la verticalidad sobre la horizontalidad de la expansión urbana. A diferencia de Rocinha que todavía está franqueada por bosques fácilmente abatibles, en Heliópolis, ya no hay para donde más crecer. La ciudad formal ya la franqueó con un muro de concreto interminable y la conminó a adaptarse nuevamente, creciendo hacia arriba de la forma desarrapada que posee todo emprendimiento escaso de recursos. En Heliópolis, los nombres de las calles surgen con un importante fundamento de inclusión socio-económica, que se incuba al interior para dar expresión a la necesidad de los pobladores de contar con una dirección fija y formal, que les ayudara a conseguir empleo, cuenta bancaria o documentos. Ayudó también a ello, que el gobierno, que consideraba el lugar irregular, nunca tomó la iniciativa, pero el mérito de este dato por sí mismo radica en su fundamento urbano micro económico. A pesar de estas conquistas, la ocupación de Heliópolis no se dio en forma colectiva y de una única vez, sino en forma gradual y de manera más individual, siguiendo cierto patrón híbrido de oferta y demanda creciente. En otras palabras, la demanda creciente y la oferta acotada se acomodaron a una necesidad creciente de migrantes con edad de trabajar, y por lo tanto, con posibilidades de “pagar por su derecho”. El amplio número de opciones de ocupación que se produjeron, son una muestra de cómo el sistema económico doméstico terminó independizándose de cualquier ideología que pudiera cooptarla, aunque el poblador comprara lotes a “grileiros”, especie de especulador inmobiliario. Sea cual sea el origen del poblador, bien porque por instancia pública o asociación local, viniera después que algún pariente ya establecido en el área le asegurara un lugar para vivir, ocupara un área periférica vacía, o comprara o alquilara una habitación ya construida, el poblador encontraba un
13
sistema económico de interacciones que pasaba por alto definiciones formales, para crear y seguir sus propias reglas. La cuestión de la regularización propietaria de los terrenos es, desde el inicio, pauta superlativa en el movimiento político y social de los residentes de Heliópolis; durante la década de 1970, comenzarían reuniéndose bajo el nombre de Comisión de Residentes, en su lucha por la legalización y urbanización de la localidad. En 1981, surgiría la Central de Residentes de Heliópolis y al año siguiente, organizada informalmente la Unión de Núcleos, Asociaciones y Sociedades de Residentes de Heliópolis y São João Clímaco (Unas), oficializada recién en 1992. Con todo, 2006 debería considerarse el año del hito fundacional de Heliópolis en tanto lo que es hoy, donde la manifestación más clara de su existencia se expresa en un proceso de desarrollo casi inédito a nivel mundial. Digno de estudio por su carácter de ejemplo como proceso posible de auto gestión que lo lleva de ser un asentamiento informal, precario y marginal, a querer transformarse en un ideal urbano identificado como barrio, ese año los pobladores de Heliópolis representados por los dirigentes históricos de la UNAS y el Municipio de São Paulo, deciden hacer propio un atributo social y rebautizan la favela como Nueva Heliópolis, asignándole casi por decreto, aunque también por fundación, el status de ‘Barrio Educador’. Formal y políticamente, los dirigentes de Heliópolis lanzan la idea de ser un barrio en que se prioriza la educación, incentivan inversiones en escuelas públicas y promueven acciones de integración entre residentes, como la creación de radios comunitarias, blogs, periódicos, y un importante polo educacional con un gran centro cultural a disposición de la población local que alberga a una de las orquestas sinfónicas juveniles más importantes de América Latina. Prácticamente todas las calles de Heliópolis presentan algún tipo de comercio. En general, el establecimiento por estar localizado en una región no regularizada, no es reconocido y por tanto no paga
14
impuestos. El historiador e investigador Ariovaldo Malaquias1, relata que hubo gran expansión del pequeño comercio en Heliópolis a inicios de la década de 1990 con la diminución de la oferta de trabajo formal en la ciudad de São Paulo. Conforme avanzaba, ese tipo de actividad comenzaba como alternativa para generar renta familiar, estableciéndose precariamente "en una pequeña puerta", en una barraca o incluso con la oferta de productos de puerta en puerta, que muchas veces podía crecer lo suficiente para que el dueño aumentase sus ventas enriqueciéndose dentro de la favela, sumando propiedades y adquiriendo su casa. Durante el trabajo de campo catastramos cientos de pequeños negocios ubicados en distintas zonas de la favela, algo que también Malaquías había notado en cuanto a una gran variedad de tipos de comercio como "bares y abarrotes, zapaterías, emporios, carnicerías, pastelerías,
farmacias
y
una
infinidad
de
establecimientos
comerciales." 2 Este autor también coincidió con nosotros en la existencia
de
una
híper
valorización
de
las
mercaderías
comercializadas en la localidad, siendo los productos vendidos a precios mucho más altos que los encontrados fuera. De esa forma, además del bajo costo en la mantención del estabelecimiento (exento de impuestos), hay también un sobre lucro debido a la especulación. De tal modo que existiría una transición en el comercio en cuanto medio de sobrevivencia hacia un negocio lucrativo, así como el aumento de intensidad de la disputa por el mercado interno. Lícia Valladares, en su extraordinario libro La invención de la Favela, produce una crítica insuperable sobre los “dogmas” comúnmente aceptados en la sociedad brasileña respecto de las 1 2
MALAQUIAS, Ariovaldo. O cotidiano do morador da favela de Heliópolis (1971-1992). PUC-SP. Ibidem
15
favelas,
denunciando
que
estos
dogmas
instalados
en
la
representación que se hace de ella la clase política, reiteradamente intenta reducir la diversidad de la favela por medio de miradas limitadas que buscan homogeneizarla.
16
1 Heliópolis, la ciudad del sol (historia, ocupación y reivindicación de la propiedad)
Todos los años, desde el final de la década de 1990, los residentes de Heliópolis realizan la Caminata por la Paz. A lo largo de cuatro kilómetros al interior de la favela, van recordando la muerte de una muchacha de 16 años, salvajemente asesinada por su ex novio en la primavera de 1999, en la misma puerta de su escuela al momento de salir de clases. Para muchos residentes, más allá de perpetuar la memoria de la joven desde una mirada religiosa, el evento es un acto de ciudadanía, de humanismo laico, que consigue integrar a la población en torno de temas que envuelven a toda la favela, sean políticos o comunitarios. De acuerdo con la Unión de Núcleos, Asociaciones y Sociedades de Residentes de Heliópolis y São João Clímaco (UNAS), cercana políticamente al PT, que representa a gran parte de los residentes, la caminata es una gran oportunidad para liderar un tipo de manifestación pública de acción conjunta y de articulación política de los habitantes de Heliópolis.3 Considerada una de las diez mayores favelas de Brasil, Heliópolis tiene 41.118 habitantes y 12.105 domicilios, de acuerdo con el Censo 2010 del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística
que se auto representa a sí misma como de De acuerdo con la Unión de Núcleos, Asociaciones y Sociedades de Residentes de Heliópolis y São João Clímaco (UNAS), cercana al PT, que representa a gran parte de los residentes, la caminata es una gran oportunidad para liderar un tipo de manifestación pública de acción conjunta y de articulación política de los habitantes de Heliópolis 3
17
(IBGE). Esos números, sin embargo, no concuerdan con datos de la asociación de residentes, que estima en más de 120 mil los habitantes de la favela y en 18 mil los domicilios distribuidos por el área. Localizada en el distrito de Sacomá, barrio de la gran región de Ipiranga, en la zona sur de São Paulo, Heliópolis se desarrolló a lo largo de la Entrada de las Lágrimas, una de las principales avenidas que traspasan su área perimetral. La ocupación del área hoy conocida como Heliópolis tuvo inicio en la década de 1970, pero su nombre tiene origen aún en el comienzo del siglo pasado. En 1923, la condesa Álvares Penteado, entonces propietaria del sitio Molino Viejo, después de lotear parte de las tierras y solicitar su regularización llamó a esa área Villa Heliópolis. Allí fueron construidas sencillas casas de albañilería como parte de un conjunto residencial destinado al alquiler. En la época, toda esa área era parte de un polo industrial donde se levantaban los terrenos de la S.A. Industrias Reunidas Matarazzo y de Cerámica Sacoman,.4 En 1942, el Instituto de Jubilación y Pensiones de los Industriales compró el área con la intención de construir casas para los asociados. Cuando en 1966 un decreto federal unificó varios órganos ligados al Instituto Nacional de Pensión Social, antiguo INPS, todo el terreno pasó a ser administrado por el Instituto de Administración Financiera de Jubilación y Asistencia Social (IAPAS) que buscaba construir una importante zona hospitalaria para cubrir la creciente demanda de la región sur de São Paulo. Para 1969, el Iapas ya había construido el Hospital de Heliópolis y el Puesto de Asistencia Médica (PAM), provocando que los operarios que habían trabajado en la construcción del hospital se instalaran a 4
Disponible en el site http://www.favelization.com. Acceso en enero de 2014.
18
vivir en los mismos alojamientos levantados provisionalmente en los terrenos próximos a la obra. A inicios de los años 1970, nuevas familias se unieron a ellos. Las primeras barracas de madera o alojamientos básicos de Heliópolis sólo comenzaron a construirse por la Prefectura Municipal de São Paulo tres años después, entre 1971 y 1972, durante la gestión del alcalde José Carlos Figueiredo, que buscaba relocalizar a las 200 familias que habían sido removidas de ocupaciones ilegales en áreas centrales de la ciudad, como Villa Prudente y Vergueiro. Los cobijos provisorios a los que fueron trasladados localizados en el sector próximo al centro comercial de Sacomá debían ser, supuestamente, “provisorios”, pero los pobladores apoyados por asistentes sociales del municipio se mantuvieron en sus hogares y obtuvieron garantías de mudarse más tarde a casas de albañilería en el mismo sector. A algunos historiadores les ha llamado la atención el rol que jugaron los asistentes sociales en la formación de los pobladores,5 indicando que estos profesionales lo que en realidad hacían era imponer a los pobladores horarios para usar baños o lavar sus ropas, incluso controlar la agenda de fiestas o incentivar la disciplina de los residentes. Sin duda, con la ayuda de los asistentes sociales se esbozó cierto proto-orden de disciplina estalinista, como fase de una primera etapa organizativa que habría contado con la ayuda y la creciente influencia de jóvenes dirigentes surgidos entre los pobladores, como el mítico e icónico João Miranda, que más tarde cumpliría un papel altamente relevante en la instalación de la estructura de complejidad
Es el caso de MALAQUIAS, que se deja llevar por datos aislados o una cierta postura ideológica. Ver MALAQUIAS, Ariovaldo. O cotidiano do residente da favela de Heliópolis (1971-1992). PUCSP. 1994 5
19
orgánica y política que fue la UNAS. Vigente hasta el día de hoy.6 De acuerdo con un estudio realizado en 1992 por el Centro de Documentación Popular de Heliópolis (CDPH), en 1972 el 70% de los primeros residentes de la región se establecieron allí después de haber vivido en otro barrio u otra ciudad pagando arriendo. Buena parte de esta población estaba compuesta por migrantes venidos del nordeste de Brasil, los cuales habían sido guiados hasta ahí por intermediarios. En aquel año, eran pocos los que habían nacido en Heliópolis. Pero gradualmente comenzaban a llegar nuevos residentes que se iban integrando al lugar construyendo barracas en las proximidades de los alojamientos iniciales. No obstante la irrupción y crecimiento explosivo de Heliópolis, las primeras favelas de São Paulo habían surgido treinta años antes, en la década del 40, principalmente en los barrios de Mooca, Villa Prudente y Lapa. A fines de los años 50, la ciudad tenía en torno de 140 favelas, sin embargo, el proceso de favelización ganó fuerza a partir de la década de 1970 impulsado también por un dinámico mercado inmobiliario informal que llevaba años de funcionamiento y campaba a sus anchas. Para ese período ya se contaban 540 las favelas diseminadas por toda la ciudad.7 A inicios de la ocupación, algunos de los agentes inmobiliarios informales
-llamados
grileiros
o
facilitadores-,
solían
estafar
falsificando escrituras de propiedad y actuar con violencia para garantizar el dominio sobre tierras en litigio. Controlaban casi la totalidad del área, loteando y comercializando los terrenos sin ningún Durante la campaña presidencial de 2010, participamos de la visita de la entonces candidata Dilma Rousseff a la sede de la UNAS, donde un todavía muy vigente João Miranda la recibe y la acompaña en la grabación del spot televisivo. 7 SANTOS JUNIOR , Oswaldo de Oliveira. A liturgia no contexto urbano: apontamentos para a práxis pastoral na comunidade de Heliópolis. Universidade Metodista de São Paulo. São Bernardo do Campo. 2006. 6
20
tipo de control. En Heliópolis, muchos de estos grileiros eran antiguos residentes del barrio que se auto-declaraban dueños de las tierras, demarcando y vendiendo lotes para los recién llegados. Organizados, amenazaban a
los
residentes
que
no
pagaban
u
ocupaban
las
tierras
espontáneamente. La actividad grileira se intensificó en la zona en 1977. Los pobladores se dividían entre aquellos que creían que los grileiros eran verdaderos dueños de la tierra y los que ponían en duda esta idea, pero eran amenazados en caso que ofreciesen resistencia. El clima era de violencia permanente, había asesinatos en medio de cerradas disputas entre invasores y grileiros. La actuación de los grileiros en los primeros años se facilitaba todavía más cuando los migrantes buscaban casas y terrenos en forma individual. Es probable que la actitud excesiva y violenta de algunos grileiros haya pasado a la historia y generado el mito que perdura hasta hoy sobre ellos, pero no cabe duda que también actuaron como agentes inmobiliarios transformadores causantes de estimular el crecimiento de una enorme área ocupada, al generar transacciones comerciales que a su vez incentivaban y dinamizaban la económica doméstica por medio de la auto construcción permanente. Entre tanto, el verdadero dueño del terreno, la Iapas, comenzó a buscar en la Justicia una solución a la ocupación desordenada del área, impetrando una serie de pedidos de reintegración de posesión contra grileiros y ocupantes. Fue en ese contexto de crisis que se formaron las primeras asociaciones de residentes con el apoyo de entidades externas, que según Malaquias, estaba compuesta por “curas y seminaristas de la Iglesia Católica Progresista, y abogados del Centro de Estudios y Actividades Sociales de la PUC (CEATS) y del
21
COR – Centro Oscar Romero de Derechos Humanos” 8 . Con ese impulso, los movimientos organizados pasaban no sólo a reivindicar la posesión de la tierra, sino servicios de infraestructura básica como agua, alcantarillado y luz eléctrica, que se terminaron transformando en bandera de lucha. A pesar de estas conquistas, la ocupación de Heliópolis no se dio en forma colectiva y de una única vez, sino en forma gradual y de manera más individual, siguiendo cierto patrón híbrido de oferta y demanda creciente. En otras palabras, la demanda creciente y la oferta acotada se acomodó a una necesidad creciente de migrantes con edad de trabajar, y por lo tanto, con posibilidades de “pagar por su derecho”. El amplio número de opciones de ocupación que se produjeron son una muestra de cómo el sistema económico doméstico terminó independizándose de cualquier ideología que pudiera cooptarla, aunque el poblador comprara lotes a grileiros. Sea cual sea el origen del poblador, bien porque hubiera sido removido para el lugar por la acción de un órgano público o asociación local, viniera después que algún pariente ya establecido en el área le asegurara un lugar para vivir, ocupara un área periférica vacía, o comprara o alquilara una habitación ya construida, éste encontraba un sistema económico de interacciones que pasaba por alto definiciones formales, para crear y seguir sus propias reglas. Pero independiente del tipo de ocupación por el cual una familia se establecía en Heliópolis, todos ellos fueron irregulares al no estar dentro del marco y las reglas jurídicas dispuestas para el crecimiento y desarrollo de la ciudad. Una ocupación ocurre de forma desordenada, y en general es hecha sin planeamiento, como es el caso de barrios 8
MALAQUIAS, Ariovaldo. O cotidiano do residente da favela de Heliópolis (1971-1992). PUC-SP.
1994.
22
emblemáticos que alguna vez fueron ocupaciones desordenadas y no planificadas, luego favelas y finalmente barrios (como San Martín de Porres en Lima): los nuevos residentes van llegando e instalándose donde hay espacio, no importa si ese espacio es un pequeño bosque de la Floresta Atlántica o un campo de futbol de uso comunitario. La localidad va creciendo en forma inexorable con la construcción de barracas de madera y luego casas de albañilería; con el surgimiento de pasajes, pasadizos y vía sin salida, “sin asfalto, sin alcantarilla, sin trazado, a no ser el entregado por los grileiros”9. Fue lo que aconteció a lo largo de la historia de Heliópolis. Los campos de futbol que existían en Heliópolis, por ejemplo, fueron construidos por la ausencia de esos espacios en los barrios vecinos, por dueños de clubes de la región que se apropiaron de esas construcciones con el aval del municipio. Mientras se desarrolla la ocupación, los límites entre lo formal y lo informal se van tensionando y los espacios públicos pasan a ser gradualmente ocupados por los pobladores a partir de la década de 1980. El último campo de fútbol en desaparecer fue el Copa Rio, en 1998. La cuestión de la regularización propietaria de los terrenos es, desde el inicio, pauta superlativa en el movimiento político y social de los residentes de Heliópolis; durante la década de 1970, comenzarían reuniéndose bajo el nombre de Comisión de Residentes, en su lucha por la legalización y urbanización de la localidad. En 1981, surgiría la Central de Residentes de Heliópolis y al año siguiente, organizada informalmente la Unión de Núcleos, Asociaciones y Sociedades de Residentes de Heliópolis y São João Clímaco (Unas), oficializada recién en 1992. 9
Ibidem
23
La urgencia en tener una comisión de residentes se hizo sentir a partir de la década de 1980, más específicamente en 1983 cuando la Iapas consigue la reintegración de posesión del área. Es en ese momento, que actuando con rapidez ante la oportunidad política que se abría, la Comisión de Residentes logra que la zona (gleba) A, principal área de la subdivisión administrativa de la favela y donde se concentraba el mayor número de ocupantes hasta entonces, fuese donada por el gobierno federal al municipio de São Paulo para regularizar la situación de las familias. Aquel fue uno de los logros políticos más importantes de los pobladores organizados, provocando que al año siguiente, en 1984, la región hasta entonces ocupada por la favela de Heliópolis fuese transferida de la Iapas nada menos que al Banco Nacional de Habitación (BNH), posibilitando que la Compañía Estatal de Vivienda de São Paulo (Cohab) pudiese iniciar obras de urbanización en el sector. No obstante esa entrada de lleno en la constelación de las políticas federales de vivienda, los dirigentes de Heliópolis no vieron con buenos ojos que conviviera con la gestión del alcalde de São Paulo, Janio Cuadros, que llevaba tiempo liderando una intensa política de “desfavelización” a objeto de remover a los residentes de las “áreas más valorizadas para otras distantes, y utilizar esas áreas para construcción de edificios sofisticados”10. Fue en respuesta a esa política de remociones, que ya había puesto fin a la favela Ciudad Jardín (en el lugar fue construido un parque), que los residentes promovieron una serie de manifestaciones contra las Cohab, las que solían terminar en disturbios y choques con la policía. Los pobladores 10
Ibidem
24
llegaron a invadir el departamento piloto de la empresa para intentar un acuerdo sobre los lotes. A comienzos de la década de 1980, la organización de los pobladores era lo bastante grande y dinámica como para promover concurridas reuniones y asambleas en las que se planeaban y organizaban manifestaciones de alta convocatoria. En una ocasión, se bloqueó la circulación de vehículos en la Entrada de las Lágrimas en protesta por la continuidad de un proyecto habitacional en la región. En 1993, durante la gestión del alcalde Paulo Maluf en el municipio de São Paulo, la policía y los residentes entraron en confrontación directa motivados por la tentativa del poder público de remover a los residentes de lo que se consideraba áreas de riesgo. Tiempo después, concluida la construcción del conjunto habitacional bautizado con el prosaico nombre de Singapur, la cuestión de la remoción de familias para las nuevas residencias fue discutida en asamblea y a pesar de opiniones divergentes, la mudanza desde las antiguas casas para los nuevos edificios fue aprobada por los residentes. Hoy la vida en ese conjunto de edificios de pequeños departamentos formalizados, transcurre para muchos en un ir y venir que anhela la antigua vida en Heliópolis. Con todo, 2006 debería considerarse el año del hito fundacional de Heliópolis en tanto lo que es hoy, donde la manifestación más clara de su existencia se expresa en un proceso de desarrollo casi inédito a nivel mundial. Digno de estudio por su carácter de ejemplo como proceso posible de auto gestión que lo lleva de ser un asentamiento informal, precario y marginal, a querer transformarse en un ideal urbano, identificado como barrio. Ese año los pobladores de Heliópolis representados por los dirigentes históricos de la UNAS y el Municipio de São Paulo, deciden hacer propio un atributo social y
25
rebautizan la favela como Nueva Heliópolis, asignándole casi por decreto, aunque también por fundación, el status de ‘Barrio Educador’. Formal y políticamente, los dirigentes de Heliópolis lanzan la idea de ser un barrio en que se prioriza la educación, incentivan inversiones en escuelas públicas y promueven acciones de integración entre residentes, como la creación de radios comunitarias, blogs, periódicos, y un importante polo educacional con un gran centro cultural a disposición de la población local que alberga a una de las orquestas sinfónicas juveniles más importantes de América Latina. Aunque favelas como Heliópolis están en proceso de evolución o transformación para verdaderos barrios 11 , su estructura urbana continua fuertemente enraizada a un estado de transición favelabarrio, con características tanto de barrios populares (formales) como de favela (informales), no encuadrándose en ninguna de las dos categorías. Si por un lado la zona presenta aspectos típicos de favelas, como ocupación irregular y alta concentración de edificios y hacinamiento, en lo relativo a infraestructura urbana Heliópolis posee características de barrio, pues cuenta con sistemas de servicio de agua, luz, red de alcantarillado, telefonía e internet en casi toda su extensión. De acuerdo con la UNAS, 75% de Heliópolis ya cuenta con infraestructura urbana y, conforme a la Compañía de Saneamiento Básico de São Paulo (Sabesp) dedicada al tratamiento de aguas y alcantarillados, la región posee un 100% de abastecimiento de agua y 77% de colecta de aguas residuales. Casi 100% de Heliópolis tiene iluminación pública y la mayor parte de las vías es pavimentada12.
Entendiéndose por barrio un conjunto o agregado urbano heterogéneo, pero formal. Disponible en http://redeglobo.globo.com/acao/noticia/2013/07/una-das-maiores-favelas-desao-paulo-heliopolis-comecou-com-153-familias.html. Acceso en enero de 2014. 11 12
26
2 Por dentro de Heliópolis
La región metropolitana de São Paulo, formada por 39 municipios, concentra 596.479 domicilios en distintas favelas, conforme levantamiento hecho por el Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística (IBGE), con base en el Censo Demográfico de 2010. Ese número representa 19% del total de residencias en favelas brasileras. Son 2.162.268 personas viviendo “en esos aglomerados subnormales”, según la particular y no menos despectiva terminología utilizada por el órgano público para definir las favelas. Solamente en el municipio de São Paulo serían 1,020 favelas, donde 1.280.400 personas vivirían en 355.756 domicilios. Estos datos, con todo, no son los mismos de los registros hechos por la Secretaria Municipal da Habitación de São Paulo, que considera la existencia de 1.643 favelas ocupando un área total de 24 kilómetros cuadrados. En ese universo de imprecisiones está inserta Heliópolis, considerada la segunda mayor favela de São Paulo atrás apenas de Paraisópolis, ambas en la región sur de la ciudad. En un área de aproximadamente un millón de metros cuadrados, de propiedad de la Compañía Metropolitana de Habitación (Cohab), Heliópolis está localizada en el distrito de Sacomá, en la región de Ipiranga, tradicionalmente ligada a la industria y al comercio. La región de Ipiranga se constituye históricamente como un importante lugar de pasaje y circulación de bienes. Desde mediados del siglo XVII, las personas que se dirigían a la Bajada Santista (que conecta con
27
el Océano Atlántico y la ciudad de Santos) utilizaban la región como ruta de viaje y ya mostraba su actual carácter aglutinador de importantes flujos para la economía de la ciudad. Con la llegada de la ferrovía a las inmediaciones, casi al final del siglo XIX, muchas industrias visualizaron en la región una buena oportunidad de ampliar su producción, instalándose en el barrio. El crecimiento de la región del llamado ABC, que comprende las ciudades de São André, São Bernardo y São Caetano, área de mayor ocupación
operaria
de
Brasil,
también
contribuyó
para
el
fortalecimiento de esa característica industrial de la región sur de São Paulo, de la cual el Ipiranga hace parte. Con la crisis económica de la década de 1970, muchas industrias abandonaron la región en busca de impuestos más bajos y sus terrenos
fueron
ocupados
por
comercios,
servicios
y
más
recientemente, por importantes emprendimientos inmobiliarios. Algunas vías de acceso importantes se cuentan entre los límites del espacio: la avenida Juntas Provisorias y la avenida Almirante Delamare, próximas del límite con el municipio de São Caetano del Sur y a la Avenida Anchieta, la más importante conexión con la Bajada Santista. Ya entre las vías principales están la calle Silva Castro y la calle Cónego Xavier, y la más conocida de ellas, la avenida Entrada de las Lágrimas (en portugués: Estrada das Lágrimas) que divide el área. Se cuenta que el nombre Entrada de las Lágrimas fue dado por causa de familias que llegaban hasta ahí para despedirse de parientes y amigos que partían para el puerto de Santos, llorando bajo una gran higuera, conocida como el Árbol de las Lágrimas. Este histórico árbol todavía se encuentra ahí, perdido y anónimo en medio del concreto y las casas de ladrillo que han ido abarrotando la Entrada...
28
Para los habitantes de Heliópolis, estas calles son fundamentales en el desplazamiento a otros barrios de la ciudad. Sin transporte público en las estrechas pasadas de la localidad, las personas son obligadas a utilizar puntos de ómnibus sólo ubicados a lo largo de esas vías. Inaugurado en 2007, el Terminal Sacomá, que atiende también el Hospital Heliópolis, pasó a ser una alternativa para el movimiento de los pobladores de Heliópolis. Por allí circulan líneas con destino al centro de la ciudad. La extensa área correspondiente a la localidad de Heliópolis está dividida en 14 terrenos (glebas), nombradas por letras desde la A a la N. La Gleba K, es la más populosa con 35 mil pobladores; la Gleba N tiene 7,5 mil habitantes y la Gleba A, 7 mil, según el Municipio de São Paulo, pero este es otro dato del que no se tiene certeza. Originalmente, gleba es el nombre dado al terreno antes de ser subdividido en calles y lotes. Los vecinos, por ende, adoptan el término núcleo que nada tiene que ver con la división administrativa institucional, para designar los diversos puntos de la localidad. Esa terminología habría sido creada en 1982, por la Comisión de Pobladores (que más tarde vendría a formar la Unión de Núcleos, Asociaciones y Sociedades de Habitantes de Heliópolis y São João Clímaco, UNAS) con la finalidad de organizar la región. De acuerdo con la población local, Heliópolis está dividida en diez núcleos: Mina, Flamenco, Viracopos, Lagoa, San Francisco, Portuguesa, Emperador, Heliópolis, Sacomá y PAM. Los nombres guardaban relación estrecha con la vida cotidiana de los habitantes. Por ejemplo, el antiguo campo de futbol Portuguesa se tornó posteriormente en el actual Núcleo Portuguesa/Portuguesita. Una hipótesis para el surgimiento de los primeros núcleos en Heliópolis está directamente relacionada a la dinámica de ocupación
29
de los terrenos ociosos de la región, bien como la construcción de casas. En las áreas correspondientes a los campos de futbol fueron realizados los primeros mutirones (eventos de trabajo colaborativo, muy parecidas a las “Mingas” que se dan en la isla de Chiloé, al sur de Chile) para construcción de casas, y los nombres fueron dados por los pobladores. Según el ya citado Ariovaldo Malaquias 13 , el mutirón es una acción colectiva que constituye la identidad de los pobladores de Heliópolis, la medida que rompe con el individualismo típico de las relaciones entabladas en la metrópolis. Es por medio de ese trabajo generador de solidaridad y confianza entre los pobladores que se crea la posibilidad de permanencia en el lugar: construyendo la propia morada, el poblador se ve impelido a un corpus simbólico de vivencia colectiva. Son por ello las relaciones que se forman a partir de los mutirones los que propician el entendimiento político entre los pobladores, fortaleciendo las asociaciones de barrio. Para Malaquias 14 , bien como para algunos pobladores de Heliópolis, los lazos entre vecindad son fortalecidos con esas acciones conjuntas, generando fácilmente la vinculación social, lo que no acontece con los que compraron barracas o casas ya terminadas. Según este autor, vivir en la favela exige mayor percepción de la acción colectiva, dado que “en barrios formalmente organizados los pobladores parecen reservar cierta distancia entre sí, pues en esos localidades la propiedad es reconocidamente privada.” 15 13
MALAQUIAS, Ariovaldo. O cotidiano da favela de Heliópolis (1971-1992). PUC-SP. 1994
14
Ibidem
15
Ibidem
30
En el caso de los mutirones es relevante observar que al igual que las mingas chilotas, el beneficio propio está asociado al beneficio colectivo. La unión entre pobladores también remonta muchas veces a la memoria de la tierra de origen, pues son comunes los casos de familias recientemente venidas del norte y nordeste del país (Pernambuco, Piauí, Ceará, entre otros), estableciéndose próximas unas de otras de acuerdo con relaciones creadas en su tierra natal. El primer mutirón ‘oficial’ para casas populares fue autorizado en 1987 por el poder público, después de años de negociación entre los pobladores y los órganos oficiales. Habría sido financiado por la Secretaria Especial de Acción Comunitaria (SEAC), con dinero repasado y administrado por la Sociedad Comunitaria Habitacional Pro-Favelas, “entidad particular fundada en 1987 y contratada por la Cohab”16 . En 1984, cuando la negociación con la Cohab comenzó, las principales reivindicaciones fueron la posibilidad de que las familias pudieran construir sus casas; la liberación de agua y luz para las viviendas y principalmente la posesión de la tierra por medio de escritura. Las negociaciones no resultaron bien, llevando a la Cohab a construir un cercado de alambre de púas alrededor del área de Heliópolis a fin de impedir el establecimiento de nuevas familias y ocupaciones. Más tarde, el cercado seria removido por la Sabesp (empresa responsable por el abastecimiento de agua, colecta y tratamiento de aguas servidas del Estado de São Paulo) y por los pobladores. La política de vivienda implementada por el municipio paulista en 1986 continuó asociada a las construcciones de la Cohab por contratistas, no dejando espacio para los mutirones populares 16
idem
31
largamente practicados extraoficialmente en Heliópolis. Con todo, en 1987 tras la presión, el proyecto de mutirón fue aprobado. Su meta era la construcción de doscientas casas en las áreas de los campos de futbol aficionado de Portuguesa y Flamengo, bien como en las áreas Lagoa y Don Pedro. Según relatos de pobladores el mutirón de casas populares fue una iniciativa que se produjo “de encima para abajo”, es decir, desde el gobierno a la población, que los pobladores aceptaron porque no tenían muchas opciones para la construcción de sus inmuebles. Los vecinos reivindicaban que les fuese concedido un lote en áreas fuera de riesgo para que pudiesen construir solos, y en respuesta el gobierno federal y el municipio impusieron el mutirón como una forma de propaganda política”17. Los pobladores que participaron de esos mutirones tuvieron una serie de problemas con los órganos públicos responsables por el auxilio a las construcciones (Cohab, SEAC y Pro-Favelas) perdiendo mucho material y asesoría técnica. En la gestión de Luiza Erundina, entre 1989 y 1993, hubo un cambio en la forma de promoverse el mutirón, como ocurrió, por ejemplo, en el área de Lagoa, donde fue usado no sólo en la construcción de casas, sino también en la implementación de la red de alcantarillado y pavimento de calles. En ese mutirón fueron construidos veintisiete apartamentos de cuatro habitaciones. En la misma época, en un mutirón en el Núcleo Heliópolis, el primero a ser ocupado por los pobladores provisorios, fueron construidas veintisiete casas. El mutirón de Mina, en 1992, contó
con
la
participación
de
sesenta
pobladores
para
la
implementación de alcantarilla y pavimento de la calle. A pesar de las conquistas y la posibilidad de participar directamente en la construcción de sus casas, la falta de regulación de 17
idem
32
la posesión del área siempre representó una amenaza latente para los pobladores.
La
regularización
territorial
de
Heliópolis
todavía
continuaba en proceso durante 2014. A lo largo del estudio etnográfico que realizamos a partir de 2010, se constató una intensificación del uso de los espacios disponibles para la construcción de viviendas en la favela. Relatos de pobladores apuntan todavía en esa época que Heliópolis no tendría más terrenos ociosos disponibles para la construcción de casas. Los terrenos remanentes, como las antiguas cuadras de futbol hace tiempo que fueron ocupadas por pobladores, y dada la necesidad de construcción de nuevas casas, muchos de ellos construyen habitaciones encima de las casas dando origen a lo que comúnmente quedó conocido como "puchadiño".18 La especulación inmobiliaria es una realidad en la región: “casa, terrenos y barracas son vendidos al precio dictado por el mercado externo. (...) Hoy, difícilmente un migrante recién llegado tendría posibilidades financieras de adquirir un espacio en Heliópolis” 19 . Malaquías afirma que ya en 1992, los compradores de terrenos y casas en Heliópolis eran pobladores de otros barrios de São Paulo, que poseían alguna reserva de dinero y no consideraban que existiera riesgo de remoción de familias -aunque el área todavía no estuviese regularizada. “Inmobiliarias comercializaban casas particulares y comerciales; el valor se mide por la localización próxima a las vías asfaltadas y de la infraestructura presentada.”20 Algunos pobladores más antiguos imaginaban que con la A diferencia de Rocinha que todavía está franqueada por bosques fácilmente abatibles, en Heliópolis, ya no hay para donde más crecer. La ciudad formal ya la franqueó con un muro de concreto interminable y la conminó a adaptarse nuevamente, creciendo hacia arriba de la forma desarrapada que posee todo emprendimiento escaso de recursos. 19 idem 20 idem 18
33
especulación inmobiliaria, podría darse la posibilidad de venta de la casa para retornar con dinero a su tierra natal. Al escasear los terrenos disponibles, la explosión de Heliópolis, es decir, su expansión definitiva termina dándose a partir de una "implosión" dentro de la propia favela, más precisamente, por el crecimiento vertical; casas de más de un piso construidas por las propias familias, que se levantan como edificios montados unos de otros en un precario equilibrio que no se desarma únicamente por estar ubicadas sobre placas tectónicas de muy bajo riesgo sísmico… Estas construcciones verticales suelen estar ocupadas por integrantes de una típica familia nuclear moderna (padres e hijos) pero particularmente combinada con rasgos de familia extensa (otros parientes relativos que conviven) que arrienda o compra de otras personas de la favela. Diferentes espacios son aprovechados para la construcción de nuevos departamentos en lo alto de casas que pueden llegar a los tres pisos, creando zonas aglutinadas con construcciones tan próximas unas de otras, que sólo dejan un pequeño pasadizo de tránsito que puede serpentear hasta por 150 metros hacia el corazón de la favela, creando amplias áreas de fachadas continuas donde ya hace años no golpea un solo haz de sol. En Heliópolis, los nombres de las calles surgen con un importante fundamento de inclusión socio-económica, que se incuba al interior para dar expresión a la necesidad de los pobladores de contar con una dirección fija y formal, que les ayudara a conseguir empleo, cuenta bancaria o documentos. Ayudó también a ello, que el gobierno, que consideraba el lugar irregular, nunca tomó la iniciativa, pero el mérito de este dato por sí mismo radica en su fundamento urbano micro económico.
34
Sobre el proceso de designación de las calles, Malaquias (1994) relata: “(...) eran hechas reuniones donde los propios pobladores votaban los nombre de las calles y pasajes. Así nacieron las calles: de la Alegría, Pernambuco, Ceará, de Mina, plaza Don Pedro, João Miranda, Miguel Borges Leal, Lili, etc. (...). Después de la deliberación del nombre, alguien pintaba una placa y colocaba en el espacio público; la calle estaba bautizada.” 21 Según Cruz Soares, los nombres de las calles de la localidad pueden estar relacionados a hechos, momentos o personas rescatadas por la memoria de los pobladores. “Calle de la Mina, calle Paraíba, debido al origen de los primeros pobladores en aquella área, o calle Heliópolis que es próxima al Hospital Heliópolis. Son calles que demuestran significados y sentimientos construidos y des construidos colectivamente a lo largo de esos años. La calle Unión, el lugar donde acontecieron las primeras reuniones de pobladores. Otros nombres indican deseos de la comunidad, como la calle de la Paz y la calle de la Alegría. Hay, también, nombres que homenajean liderazgos, como la calle João Miranda, líder y ex presidente de la UNAS (…)”22. Hace pocos años, el poder público confirmó muchas de esas calles, y les entregó placas oficiales.
21 22
idem SOARES, Claudia Cruz. Heliópolis: práticas educativas na paisagem. Dissertação de Mestrado.
Faculdade de Urbanismo, Universidade de São Paulo (USP). 2010.
35
3 Urbanización y transformación social
En los últimos 10 años Heliópolis ha pasado por importantes transformaciones
urbanas,
producto
de
intervenciones
de
los
gobiernos municipal y federal. Proyectos como el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) del gobierno federal continúan en fase de implementación, con nuevas construcciones de conjuntos habitacionales ya en andamiento. En el plano municipal, el Programa de Urbanización de Heliópolis, de la Municipalidad de São Paulo, prevé la construcción de 1.341 viviendas hasta 2016. Las faenas incluyen obras de infraestructura, como la construcción de guías y cunetas y la canalización de zanjones. Desde el punto de vista metodológico, consideramos dos los componentes
operacionales
del
cuadro
de
“urbanización”
mencionado en el párrafo anterior: uno es la dinámica personal de vida de los residentes de Heliópolis y el otro, el intercambio económico que se produce en su espacio “urbano” interior. Durante el período de estudio, por ejemplo, se examinaron diversas formas en que impacta en la convivencia socio-económica la intervención estatal en la construcción de viviendas, acompañada casi siempre por la desapropiación de casas y el cambio significativo en los equilibrios de la cuestión inmobiliaria del lugar. Los órganos públicos remueven familias de sus antiguas casas y pasan a financiarles el alquiler en una nueva casa hasta que los conjuntos habitacionales definitivos estén listos, transfiriéndoles el equivalente a seis meses de alquiler y asegurando la entrega de un apartamento por catastro
36
hecho, aunque en muchos casos haya más de una familia viviendo en la misma casa. Los propietarios de inmuebles en la región aprovechaban que el municipio entregaba un cheque con la cuantía relativa a seis meses de alquiler y elevaban exponencialmente los precios; otros se recusaban a alquilar para aquellos que no fuesen beneficiarios de la Municipalidad, con lo que garantizaban el pago adelantado. Algunas familias también aprovecharon las condiciones ofrecidas por el poder público y ocuparon las casas en las áreas de desapropiación después de la salida de los residentes. Para conseguir el cheque referente al arriendo de un apartamento en los conjuntos habitacionales, alegaron, posteriormente, siempre haber vivido allí. En respuesta, el municipio demolía las casas de donde las familias eran removidas y abandonaba los escombros en el lugar para inhibir la construcción de nuevas casas. Este ejemplo sirve para ilustrar que cuando se habla de “urbanización” en Heliópolis, se debe resaltar que éste ha sido un proceso continuo, que ha generado constantes transformaciones, pero “externalidades” que difícilmente han sido aprendidas. Tampoco es posible reducir la “urbanización” a sus indicios concretos como pavimentación de calles, distribución de agua y luz, acceso a red de alcantarillado, internet etc. En Heliópolis, la urbanización asume aspectos significativos que van mucho más allá de cambios en la infraestructura e incluye un fuerte componente que se expresa en la forma de mudanzas en la realidad socio-económica de la favela. Como ya se dijo, después de tantos años de intervenciones todavía es posible afirmar que Heliópolis está en lo que se puede considerar un estado de transición de favela a barrio. En casi cuarenta años, por ende, poco se consiguió en términos de integración con la ciudad de los diversos núcleos y glebas.
37
Desde los años 1980, Heliópolis viene sufriendo intervenciones públicas en la tentativa de sanearla y revitalizarla. Reflejo de una época en que la ciudad de São Paulo vivía la contradicción de hacer convivir un gran desarrollo económico con serios problemas sociales, especialmente la falta de vivienda y de infraestructura urbana. La ciudad contaba con cerca de 400 mil personas viviendo en favelas ese año,
sin
embargo,
las
inversiones
públicas
eran
destinadas
principalmente a las regiones centrales y barrios más valorizados. Durante la administración de Reynaldo de Barros (1979-1982), la Municipalidad intentando atender las reivindicaciones de residentes implantó un programa de urbanización, el Pro-Favelas, que preveía mejorías en la infraestructura habitacional. Ese programa estaba vuelto no obstante para las áreas regularizadas jurídicamente, lo que no era el caso de Heliópolis. La localidad incluso contando con cierta organización entre los residentes por estar en un área de propiedad del gobierno federal, el IAPAS, no fue contemplada por el programa. En dicho período, Heliópolis seria blanco de otros proyectos municipales como el Pro-luz y el Pro-agua, que comenzaron a ser implantados a inicios de 1982 y produjeron un alto impacto en la calidad de vida de los pobladores. Durante la gestión de Mario Covas (1983-1985), Heliópolis todavía convivía con las acciones de los grileiros y la violencia generada por ellos para garantizar el dominio sobre la región. En 1984, con el área transferida del IAPAS para el Banco Nacional de Habitación (BNH), bajo administración de la Compañía de Habitación de São Paulo (Cohab), un plan fue presentado por la supervisión regional de servicio social de Ipiranga que pretendía erradicar la favela por medio de su urbanización, construyendo más de 10 mil lotes. El plan no fue totalmente concluido y fueron presentadas
38
algunas propuestas finalmente no llevadas a la práctica, hasta que la Cohab inició la construcción de 6.420 apartamentos. De ellos, sólo 318 fueron concluidos. En esa época la principal reivindicación de los residentes, que ya tenían un movimiento organizado, era la implantación de redes de agua y luz. Al asumir el municipio de São Paulo, el alcalde Janio Cuadros (1986-1988) definió como una de las prioridades de su administración la limpieza urbana y el desfavelamiento. Su práctica consistía en desalojar a los residentes de sus casas, muchas veces con uso de violencia e impedir la realización de mutirones para la construcción de nuevas viviendas. Durante la gestión de Luzia Erundina (1989-1992) la política de Cuadros, ampliamente criticada, se dejó a un lado y surgieron los proyectos comunes de urbanización, estructurados por el municipio con las asociaciones de residentes. Se retomaron los mutirones y muchas calles se pavimentaron. La alianza, con todo, acabó interrumpida durante la administración de Paulo Maluf (19931996), que priorizó la construcción de edificios del Proyecto Singapur para trasladar pobladores de la favela sin la preocupación de crear nuevos
equipamientos
públicos,
como
jardines
infantiles
o
infraestructura urbana en Heliópolis. Con el inicio de la década del 2000, la gestión habitacional se volvió sobre el trabajo conjunto entre la Municipalidad y los habitantes de Heliópolis. En 2005, la Secretaria Municipal de Habitación pasó a desenvolver una nueva política habitacional que tuvo como resultado la elaboración del Plan Municipal de Habitación Social de la Ciudad de São Paulo. En Heliópolis, el programa trazó directrices para la intervención del poder público a partir de un plano urbanístico que preveía la construcción de nuevas viviendas, integrando otras secretarias para alcanzar cuatro objetivos: movilidad, habitación,
39
medio ambiente y barrio compacto. La idea era “proporcionar el reconocimiento de Heliópolis como parte integrante de la ciudad. Los diagnósticos apuntaron la necesidad de reasentar aproximadamente a 5 mil familias de Heliópolis, que todavía vivían en áreas de riesgo o insalubres.” Las nuevas unidades habitacionales serian construidas “priorizando una diversidad tipológica que atienda a los variados perfiles de residentes.”23 En 2008, fue firmado el contrato para obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) en Heliópolis. Cuatro años después, en abril de 2012, la Caja Económica Federal entregó 421 unidades habitacionales del Conjunto Residencial Comandante Taylor. Las viviendas fueron construidas con recursos del PAC y destinadas a 15.884 familias de baja renta. De acuerdo con el municipio paulista, está previsto la construcción de 1.341 unidades más, junto a la reforma y ampliación de siete centros comunitarios y la urbanización del área del canal Independencia para 2017. Urbanización y comercio en Heliópolis Prácticamente todas las calles de Heliópolis presentan algún tipo de comercio. En general, el establecimiento por estar localizado en una región no regularizada, no es reconocido y por tanto no paga impuestos. Malaquias relata que hubo gran expansión del pequeño comercio en Heliópolis a inicios de la década de 1990 con la diminución de la oferta de trabajo formal en la ciudad de São Paulo. Ese tipo de actividad comenzaba como alternativa para generar renta familiar, estableciéndose precariamente "en una pequeña puerta", en 23
Plano Urbanístico Heliópolis 2010/2014. Prefeitura de São Paulo.
40
una barraca o incluso con la oferta de productos de puerta en puerta, que muchas veces podía crecer lo suficiente para que el dueño aumentase sus ventas enriqueciéndose dentro de la favela, sumando propiedades y obteniendo su casa. 24 Durante el trabajo de campo catastramos cientos de pequeños negocios ubicados en distintas zonas de la favela, algo que también Malaquías había notado en cuanto a una gran variedad de tipos de comercio como "bares y abarrotes, zapaterías, emporios, carnicerías, pastelerías,
farmacias
y
una
infinidad
de
establecimientos
comerciales." 25 Este autor también coincidió con nosotros en la existencia
de
una
híper
valorización
de
las
mercaderías
comercializadas en la localidad, siendo los productos vendidos a precios mucho más altos que los encontrados fuera. De esa forma, además del bajo costo en la mantención del estabelecimiento (exento de impuestos), hay también un sobre lucro debido a la especulación. De tal modo que existiría una transición en el comercio en cuanto medio de sobrevivencia hacia un negocio lucrativo, así como el aumento de intensidad de la disputa por el mercado interno. En términos de urbanización, observamos que la distribución del comercio no puede ser directamente asociada a la condición física de las calles, pues la mayor parte de ellas es pavimentada. No en tanto, las vías de tránsito rápido – como la avenida Delamare y la calle Comandante Taylor – no presentan grandes concentraciones de comercio a pesar de las condiciones físicas favorables (extensión, pavimentación, iluminación, etc.). Una hipótesis de esto explica que la concentración de comercio dentro de Heliópolis se verifica en calles que comportan el tránsito de vehículos asociados a un mayor flujo de
MALAQUIAS, Ariovaldo. O cotidiano do morador da favela de Heliópolis (1971-1992). PUC-SP. 1994 25 Ibidem 24
41
personas. Estas vías, sin embargo, son de tránsito lento, no son vías de circulación intensa de automóviles y buses, por lo tanto, son un lugar ideal para la instalación de pequeños negocios. Se
observó
que
una
característica
común
entre
las
concentraciones de comercio dentro de Heliópolis es el hecho de estar localizadas en calles largas y no en pasajes. Casi todas las vías de acceso facilitan la movilidad: no abundan las grandes escalas o declives que dificultan el tránsito de personas, tal como acontece en Rocinha. En Heliópolis, casi la totalidad de las calles son pavimentadas y todas las aguas de desecho son canalizadas. Con eso, el flujo de residentes no es influenciado de forma negativa por aspectos físicos de la región como ocurre en su par Carioca. La única diferencia observada entre las vías de pasaje de Heliópolis es un rango relativo de amplitud que posibilita o no el tránsito de autos y buses con mayor o menor intensidad. En el caso de los pequeños pasadizos, el tránsito de vehículos (excepto motos) es imposible, por lo que es impracticable
un
flujo
de
comercio
activo,
siendo
áreas
mayoritariamente residenciales. A partir de esta constatación nos fue posible vincular las principales vías de la favela con un flujo más intenso de desplazamientos funcionales de personas y servicios del mismo modo que hicimos en 2009 durante nuestro trabajo en las zonas periféricas de Lima, en Perú. Las grandes vías facilitan una concentración de la actividad comercial – lo que no excluye la actividad comercial que acontece en los pasajes. Es posible pensar en una relación más estrecha entre urbanización (en términos de pavimentación de calles o acceso) y actividad comercial.
42
4 Heliópolis y sus representaciones
Desde el siglo XIX, ha habido una evolución en la sociedad brasileira con respecto a las representaciones sociales de la favela26. En los últimos treinta años, la literatura orientada al tema viene registrando algunas características básicas de la dimensión socio cultural que nos han servido para mejorar nuestra comprensión de Heliópolis. Lícia Valladares, en su libro La invención de la Favela, por ejemplo, produce una crítica insuperable sobre los “dogmas” comúnmente aceptados en la sociedad brasileña respecto de las favelas,
denunciando
que
estos
credos,
instalados
en
la
representación que se hace de ella la clase política, reiteradamente intenta reducir la diversidad de la favela por medio de miradas limitadas que buscan homogeneizarla. Apoyados en este punto, propusimos imaginar la favela desde una mirada de segundo orden, jugando a dar un paso atrás en la manera de observarse a sí misma respecto del “resto de la sociedad” (que también es una construcción). Entre los dogmas señalados por la autora está la especificidad de la favela, que sublima la manera peculiar como ella ocupa el espacio urbano, fuera de las regularidades y de las normas urbanas, sin calles bien trazadas, con escasos o ausentes servicios y VALLADARES, Lícia do Prado. A invenção da Favela. Do mito de origem à favela.com. Rio de Janeiro:Ed. FGV, 2008. 26
43
equipamientos colectivos. Esto es, la favela como un espacio urbano específico y singular. Según Valladares, todos los organismos oficiales – arquitectos, juristas, investigadores – o justifican sus abordajes recordando que la favela es irregular e ilegal o la valorizan por la estética única. Otra característica o dogma es la favela vista como locus de pobreza, el territorio urbano de los pobres. La teoría de la marginalidad también es usada aquí para promover esa visión. Al final, la favela como unidad: aunque todos reconozcan tratarse de una realidad múltiple, todos se dejan llevar por el hábito de reducir un universo plural a una categoría única. “La trayectoria ciertamente atípica de esos individuos presenta una nueva cuestión a las Ciencias Sociales brasileiras: la necesidad de desarrollar una sociología de la movilidad social, hasta hoy poco presente en la investigación. El desarrollo de esa área temática permitiría justamente abandonar la limitación de la categoría construida por los dogmas, haciendo aparecer claramente el complejo proceso de diferenciación social que está ocurriendo en la sociedad brasilera, inclusive en las favelas. Es posible ser pobre y no residir en una favela, o vivir en la favela creyendo en la posibilidad de una ascensión social. Si dejamos de confundir los procesos sociales observados en la favela con los procesos sociales causados por ella, será posible comprender fenómenos que, a pesar de manifestarse, de hecho, en las favelas, también se manifiestan en otros lugares. Nuestra propuesta es que las favelas dejen de ser el campo sistemáticamente utilizado para estudiar las más variadas cuestiones ligadas a la pobreza. Sólo así dejaremos de confundir favela y pobreza.27” Durante los tres meses en los que vivimos en Heliópolis y convivimos con los pobladores, fue posible observar el innegable 27
Ibídem, 163
44
movimiento de transformación que vivía la representación de pobreza en la favela. El estudio confirmó la existencia de cierta “cultura de la pobreza” que venía pasando de una generación a otra, incorporando valores que colocaban en jaque el concepto de pobre -visto bajo la óptica de aspectos económicos y sociales. En Heliópolis, así como en otras favelas brasileras, la cultura de la pobreza se auto sostiene en un círculo vicioso capaz de garantizar a los pobres condiciones de sobrevida en la sociedad moderna28, un modo de existencia que parece generar una suerte de “síndrome”, por su capacidad de transferencia nerviosa, específico de las poblaciones de baja renta en que por un lado se manifiesta “un espíritu de resignación y de fatalismo frente al futuro”, y por otro, cierta ‘alegría de vivir’ y crear instancias para “obtener altas dosis de calor humano y de interacción, volviendo las dificultades cotidianas más soportables”.29 Por detrás de esta cultura de la pobreza, existiría, en realidad, un juego de intereses políticos. Por un lado, al reforzar la situación de pobreza en Heliópolis, el Estado mantiene su influencia política y económica sobre ella. Esto se verifica principalmente por medio de los planos de urbanización, ya que al mantener la posesión de los terrenos controla de alguna forma la libertad de los pobladores de construir la vivienda propia. Lo que también interesa a la mayoría de los pobladores que tienen como objetivo mantener los beneficios sociales.
28
Según señala Oscar Lewis, antropólogo norteamericano, cuyo trabajo de campo en los grandes
cortijos de las zonas centrales de México sirvió de base a su best-seller Five Families (Lewis, 1959) VALLADARES, Lícia do Prado. A invenção da Favela. Do mito de origem à favela.com. Rio de Janeiro:Ed. FGV, 2008. 29
45
Así, la favela como representación de pobreza es más bien una visión circular perpetuada por la acción de agentes políticos y sociales. Con el tiempo, el término “comunidad” pasa a ser usado en el espacio de la favela como una manera de amenizar ese estigma. Pero la favela no es una comunidad. Tanto en Heliópolis como en Rocinha, las personas nunca han estado en igualdad de términos. La palabra comunidad viene del latín Communitas y está asociada a la idea de comunión, de congregación y personas en igualdad de requisitos. Por eso mismo, fue largamente utilizada en el sentido religioso por la cultura cristiana. Más recientemente, movimientos socialistas, sobre todo los utópicos, utilizaron el término para difundir ideales comunitarios. Para la antropóloga Patricia Birman, “la noción de comunidad, basada en valores católicos, no requiere ser explícitamente religiosa, como, además, frecuentemente no es: las referencias a la comunidad como lugar de realización de la jerarquía y de la complementariedad entre los diferentes se encuentra ancorada en un catolicismo difuso que se confunde, en algunas circunstancias, con el que sería propio del patrimonio nacional. Ella ganó, para ciertas agencias gubernamentales y no gubernamentales, un valor emblemático como lugar de realización de valores ‘tradicionales’. La imagen que resulta de esa concepción de identidad es positiva y grandemente accionada tanto por residentes de favelas como por la sociedad más amplia, en momentos en que se quiere valorizar los ejes de los primeros con la segunda.”30 La cuestión es saber si el término ‘comunidad’ es utilizado como forma de mudar la representación de lo favelado o apenas otra manera de reforzar ese estigma. En los últimos años, la Unión de Núcleos Asociaciones y Sociedades de Moradores de Heliópolis y San João Clímaco (UNAS), por ejemplo, viene construyendo un discurso político a partir de representarse como “un barrio educador”. 30
BIRMAN, P. Favela é comunidade? In: Machado da Silva, L. A. (org), p.108)
46
Valladares explica que “el uso de este término [comunidad] también legitima su propio estatuto como representante investido por la colectividad, y oculta todas las diferencias y conflictos existentes entre los diversos espacios o entre los propios habitantes. La noción de comunidad supone una idea de unión – que ni siempre ha sido característica de esas asociaciones y de sus territorios. Y así enmascara la diversidad de las situaciones sociales y la multiplicidad de los intereses presentes en una estructura frecuentemente más atomizada que comunitaria”.31 Las asociaciones de moradores retoman la imagen de “comunidad carente” para garantizar ayuda del poder público a los pobladores. Así, las asociaciones de pobladores poseen un papel de mediación, porque “cuando reafirman la especificidad de los espacios por ellas representados, quieren tanto sublimar el estado precario de sus habitantes, el estatuto jurídico de la ocupación del suelo y el equipamiento urbano, además de la ciudadanía”32. Valladares señala que muchas veces los propios residentes refuerzan las prácticas de los líderes comunitarios al momento de defender sus intereses: “Prueba de esto es que estos invierten por último en la mejoría del aspecto exterior de sus casas, prolongando la percepción de los espacios precarios, aunque la comodidad del interior de ellas haya progresado de manera considerable”.33 Además del poder público, las organizaciones no gubernamentales (ONG) que actúan en las favelas suelen cultivar en el imaginario colectivo la representación de comunidad carente. Más próximas a los “pobres” de lo que muchas otras instituciones, sus sedes o filiales funcionan en la propia favela y reafirman el discurso de las asociaciones de residentes como la noción de “comunidad” y sus connotaciones de unión, solidaridad y cohesión.
31 VALLADARES, Lícia do Prado. A invenção da Favela. Do mito de origem à favela.com. Rio de Janeiro:Ed. FGV, 2008. 32 Ibídem,160 33 Ibídem,
47
“Muchas veces, esas organizaciones poseen clientelas bien específicas – mujeres, niños, jóvenes, afroamericanos, etc. – y dominios de acción particulares, pero siempre resaltan una visión más global que insiste sobre los excluidos, las víctimas de la violencia, las mujeres jefes de familia, etc., como segmentos de pobreza. Un discurso globalizante que, oponiendo a los “pobres” a todo el resto, sólo puede continuar produciendo la uniformidad”, explica Lícia Valladares.34 De acuerdo con la investigadora brasileira, el modelo de freerider puede ser utilizado para analizar la presencia de las relaciones jerárquicas en la favela, pues acentúa los intereses personales y las ventajas que pueden ser obtenidas de una situación determinada – lo que contradice una idea de comunidad, tan arraigada en las representaciones que se hacen del “mundo de la pobreza”. El concepto de freerider fue utilizado por el economista y científico social norteamericano Mancur Olson, en su libro La lógica de la acción colectiva, para explicar el comportamiento de individuos que “no tienen ningún interés común en lo que respecta pagar el costo de ese beneficio colectivo. Cada miembro preferiría que los otros pagasen todo el costo solos, y por vía de regla disfrutarían de cualquier ventaja provista que hubiese o no asumido una parte del costo.35” Según Olson, el freerider es aquel individuo que disfruta del bien colectivo sin tener que pagar ningún costo por su obtención y con eso impide que el grupo alcance sus objetivos. Valladares indica que la práctica del ‘yeitiño brasilero’ también contribuye al desarrollo de mecanismos y medios formales e informales para obtener beneficios. Y, en una transposición para el modelo brasilero del concepto de freerider, evalúa que “si la
34 VALLADARES, Lícia do Prado. A invenção da Favela. Do mito de origem à favela.com. Rio de Janeiro:Ed. FGV, 2008. Olson, Mancur. 1999. A Lógica da Ação Coletiva: os benefícios públicos e uma teoria dos grupos sociais. São Paulo: EDUSP 35
48
participación de los favelados fue activa y creativa, ella también se reconoce más individual de lo que colectiva, cada uno intentando captar ventajas particulares, sugiriendo ser la ideología utilitaria y la ética individualista más fuertes de lo que la orientación para actuar colectivamente.”36 La favela no es un todo homogéneo constituido de gente pobre, una “comunidad carente”, sino una localidad en que conviven las más diversas expresiones, experiencias, sueños, mercados y expectativas. Por eso, para evitar el concepto de comunidad y su representación todavía ligada a estereotipos, se adoptó otra línea analítica: la distinción entre comunidad/localidad. ¿Por qué Localidad? El antropólogo norteamericano Anthony Leeds (1925-1989) definió la cuestión de las relaciones entre el poder local y las instituciones supralocales como importante elemento de su problemática. Leeds vino a Brasil dos veces. La primera, en la década de 1950, para estudiar la economía del cacao en Bahía, y más tarde, a fines de los años 1960, acompañando un grupo de la Organización de Estados Americanos (OEA) para investigar dentro de las favelas cariocas. En ese período, Leeds analizó las remociones de los residentes hechas por los programas habitacionales y sus conclusiones diferían de la mayor parte del pensamiento antropológico de la época, para el cual vivir en la favela estaba relacionado con la imposibilidad de ocupar otros espacios urbanos. Para Leeds, las favelas tenían una forma de organización compleja y discordaba de la existencia de una ‘cultura de la favela’. Leeds criticó el concepto de comunidad como sinónimo de favela, que para él era apenas un lugar
VALLADARES, Lícia do Prado. A invenção da Favela. Do mito de origem à favela.com. Rio de Janeiro:Ed. FGV, 2008. 36
49
de residencia y sin la connotación de estigma social, defendiendo así su heterogeneidad. El historiador y antropólogo carioca Marcos Alvito en “Un siglo de Favela” expone el pensamiento de Leeds. Según Alvito, para Leeds los llamados estudios de comunidad utilizaban los mismos métodos de los estudios de tribus, de realidades distintas: “Criticando el uso difundido de la noción de comunidad, propuso substituir esta noción por la de ‘localidad’. Según él, “el uso del término ‘localidad’ no nos obliga a postular una noción mínima o máxima de organización como la ‘comunidad’ (...) ni a discutir su estatus ontológico (...). No nos obliga a suponer que la localidad en que vivimos sea también una comunidad. Generalmente ella no lo es (...). Las localidades como puntos nodales de interacción, se caracterizan por una red altamente compleja de diversos tipos de relaciones. Los lazos de parentesco de la familia nuclear, y, frecuentemente, aquellos con parientes próximos, serán ampliamente encontrados en las localidades, especialmente en las pequeñas. Las amistades más próximas también tienden a existir en la localidad. Los vecinos existen, por definición, en la localidad. Lo que contribuye a caracterizar una localidad es el hecho de ella permitir sólo la identificación del lugar de residencia de los individuos; el hecho de residir en una localidad no significa necesariamente su pertenencia a una comunidad local (...). Esa concepción es apoyada por una visión de sociedad urbana en tanto sistema complejo, no siendo posible comprender un elemento aisladamente sin considerar sus relaciones con los demás.” 37 Lo relevante de ese concepto es que se liga a la noción de Nodo y Microcentro Comercial Compuesto (MCC) usado para análisis de los espacios urbanos en lo que respecta a los microseguros, como será visto más adelante: “La característica fundamental de las localidades sería el hecho de constituir ‘puntos nodales de interacción, donde existe una red 37 Zaluar, Alba e Alvito, Marcos. Um século de favela. Rio de Janeiro: FGV Editora. 2006
50
altamente compleja de diversos tipos de relaciones’. Ellas serían, sobre todo, lazos de parentesco bastante próximos, amistades más significativas, parentesco ritual y vecindad. En suma... localidades son, en verdad, segmentos altamente organizados de la población total”.38 Esa visión posibilita usar el concepto de Microcentro Comercial Compuesto (MCC), pues sitúa su actividad dentro de lo que es precisamente una localidad. Por lo tanto, del punto de vista económico, una localidad también puede caracterizarse por la presencia de los MCC. Al concepto de localidad se puede sumar la contribución del antropólogo francés Marc Augé, con su definición de los espacios de interacción del tipo lugar/no lugar – siendo el lugar un espacio similar al de localidad de Leeds, pero con un marcado énfasis en el reconocimiento personal y la identificación de la singularidad del otro; y el no lugar, lo opuesto, es decir, los espacios públicos de rápida circulación, como aeropuertos, estaciones y trenes de Metro. Los MCC están en “lugares” o espacios de interacción en el que la relación es personal; la localidad será una clase de lugar, “un espacio caracterizado por cosas tales como un agregado de personas más o menos permanente o un agregado de casas, generalmente incluyendo y cercadas por espacios relativamente vacíos, aunque no necesariamente sin utilización”.39 A su vez el Nodo, que sería lo opuesto espacial del MCC, estaría más próximo al concepto de no-lugar de Augé. En el Nodo, los relacionamientos son transitorios, impersonales y altamente funcionales. Augé da como ejemplo de no lugar al Metro de Paris, por el cual millones de personas circulan sin un reconocimiento a su condición individual. Tanto en los Nodos como en los no lugares no existe “circulación” más allá de la obligatoria. Y esto puede ser constatado en Heliópolis, en la Entrada de las Lágrimas que bordea la localidad. 38 Ibídem 39 Ibídem
51
Marcos Alvito, al estudiar a favela de Acari, en la zona norte de Rio de Janeiro, nota un proceso semejante: “Lo que entiendo por circulación, naturalmente, excluye trayectos obligatorios como la ida al trabajo, al mercado o a la escuela. Noté que encontraba siempre las mismas personas en los mismos lugares. Después de cierto tiempo, ya conocía algunos grupos de mujeres, siempre conversando, siempre próximas a sus casas, algunas veces sentadas en las soleras de las puertas. En cuanto a los hombres, cada birosca (pequeño negocio) tiene un buen número de frecuentadores “fijos”, la inmensa mayoría de ellos, vecinos muy próximos. La mayor parte del tiempo, nada consumen: la “barraca”, como ellos la llaman, es apenas un punto de encuentro.”40
La partícula de análisis: micro-áreas o pedazos de la favela Para los efectos metodológicos que produce un estudio prospectivo sobre la forma en que los microseguros transforman las interacciones comerciales al interior de una favela, el concepto de micro-área, expuesto por Marcos Alvito en su ya referido análisis sobre la favela de Acari, es ampliamente operable. Según Alvito, las micro-áreas serían pequeños pedazos de la favela que sirven como soporte para representaciones sobre las diferencias existentes en el interior de una única favela: “hay micro áreas consideradas como más pobres... donde todavía predominan barracas de madera improvisadas”, como las hay también donde abundan las casas de mejor calidad, revestidas de cerámicos, tomando vida entonces en una relación centro/periferia [pero dentro del encierro autopoiético de la favela]. Una distinción básica puede ser hecha entre micro áreas “más hacia afuera” y “más hacia adentro” de la favela. Las regiones
40 Ibídem, 193
52
interiores, lejanas al “asfalto”, posiblemente menos accesibles, serán las menos valoradas.41 Lo relevante para seguros circulando al interior de Microcentros Comerciales Compuestos, es que la mirada de Alvito reconoce que cada pequeño pedazo de favela forma parte de una red de relaciones que tienen como punto de partida la vecindad: “La micro área es aquel espacio intermedio entre lo privado (casa) y lo público, en que se desenvuelve una sociabilidad básica, más amplia que la fundada en los lazos familiares, por ende más densa, significativa y estable que las relaciones formales e individualistas impuestas por la sociedad.”42 Si en los pequeños pedazos de la favela se desarrolla el día a día del vecindario inmediato con intercambios y relaciones personales donde prima el afecto y la permanente celebración a la vida en mutirones, en las micro áreas los lazos de amistad y vecindad, ya enormemente activos, se ven reforzados por lazos de parentesco, incluido ahí, también, el parentesco ritual establecido por la existencia de “comadres” y “compadres”, como sucede en cualquier parte de Latinoamérica. Por todos lados se ven semejanzas con otras grandes ciudades de Latinoamérica. También en Heliópolis el espacio es heterogéneo porque conviven diferentes agentes económicos, y en cada micro área ese espacio exige de sus residentes un comportamiento igualitario donde se demuestre que la generosidad excesiva, tanto como la avaricia, deben quedar fuera de un ambiente donde prime la horizontalidad de las relaciones sociales: “El título para aquellos que saben establecer esa relación de forma equilibrada es parceiro (socio), entre hombres, y comadre, entre 41 Ibídem, 187 42 Ibídem
53
las mujeres; aunque no haya entre ellas parentesco ritual propiamente tal”.43 Otra característica de esos pequeños pedazos de favela que revela Alvito, es el límite que la relación entre géneros impone, bastante restringida: “Principalmente en el caso de las mujeres casadas, la red de reciprocidad que les es permitido construir es mucho más restringida y normalmente se asienta en la propia organización familiar: cuñadas y sobrinas, preferentemente bajo supervisión vigilante de la suegra. Como máximo, se puede incorporar a ese círculo una vecina muy próxima, de la casa de al lado o en frente. El locus de tales relaciones femeninas de reciprocidad es el espacio doméstico o la frontera del mismo (‘las puertas’). La excepción queda por cuenta de actividades externas justificadas por la dinámica de la ‘casa’ y de la familia, como hacer compras en el supermercado, llevar a los niños a la escuela o bien ir a iglesia (normalmente, en grupos compuestos de otras mujeres o acompañadas de los hijos)”.44 Los hombres, al contrario, raramente se visitan, aunque los espacios en que se reúnen son vedados ocasionalmente a las mujeres, observándose cierta flexibilidad en este y otros sentidos entre Heliópolis y Rocinha. Para Alvito, la favela es un mundo de diversidad asombrosa; cada pequeño pedazo lleva consigo marcas y sellos que el poblador evoca y va guardando y atesorando en su memoria afectiva a lo largo de los años. Las micro áreas son el locus de esa memoria colectiva. A veces trágica (“aquí en este lugar ella fue asesinada por su novio”), también alegre y amistosa, como recordar entre risas las travesuras conjuntas cuando niños o sus peleas. Es un espacio con las marcas de las relaciones familiares, de los seres queridos – hoy ausentes.
Ibídem 44 Ibídem, 194 43
54
Representación social El concepto de representación colectiva fue propuesto por el sociólogo francés Emile Durkheim (1858-1917), para la construcción de una teoría de la religión y de la magia. Según él, esos fenómenos colectivos eran diferentes de los fenómenos individuales. La individualidad humana se constituiría a partir de la sociedad, pues el conocimiento del grupo tendría origen en la vida social. La religión, por ejemplo, sería producto de una comunidad o de un pueblo, existiendo una clara distinción entre las representaciones individuales, que comandarían la vida de cada persona, y las representaciones colectivas que regirían la vida social. 45 Las representaciones colectivas, como fueron definidas por Durkheim, serían fenómenos estáticos e inmutables con la función de transmitir la herencia colectiva de los antepasados, como la ley, la moral, las costumbres, las instituciones políticas, las prácticas pedagógicas, entre otras, que darían forma a una ‘consciencia colectiva’. La principal crítica que se hizo a este pensamiento es no haber tomado en cuenta la creciente complejidad de la sociedad moderna. Pero en detrimento de eso, nuevos elementos fueron introducidos por el rumano Serge Moscovici, en 1961, que al rescatar el concepto de representación
colectiva
de
Durkheim,
creó
el
concepto
de
representación social (“conjunto de conceptos, frases y explicaciones originadas en la vida diaria durante el curso de las comunicaciones interpersonales” 46 ), indicando que este tipo de proyección [para
A Durkheim interesaba estudiar la sociedad. Cabría a la Sicología el estudio de las representaciones individuales. 46 MOSCOVICI,S. Onsocial representation. In FORGAS, J.P. (ed).Social cogbution. London: Academic Press, 1981,p.191) 45
55
nosotros, grafías mentales] se situaría entre las fronteras que separan la sociología y la sicología. Para esta visión, el individuo adquiere un papel activo en el proceso de construcción de la sociedad gracias a las representaciones sociales. El antropólogo y lingüista francés Dan Sperber haría más tarde una analogía con la medicina para diferenciar la representación colectiva de la social. Según él, la mente humana es susceptible a representaciones culturales, del mismo modo que el cuerpo humano es susceptible a enfermedades47: ! Colectivas:
representaciones
duraderas,
tradicionales,
ampliamente distribuidas, ligadas a la cultura, transmitidas lentamente por generaciones; comparadas a la endemia. ! Sociales:
típicas
de
culturas
modernas,
se
esparcen
rápidamente por toda la población, tienen corto período de vida, semejante a los “modismos”; comparadas a la epidemia. De acuerdo con Marcos Alexandre
48
, las representaciones sociales
son una modalidad particular porque “no todo ‘conocimiento’ puede ser considerado representación social, sino solamente aquel que es parte de la vida cotidiana de las personas, por el sentido común, que es elaborado socialmente y funciona en el sentido de interpretar, pensar y actuar sobre la realidad. Es un conocimiento práctico, que se opone al pensamiento científico, por ende se parece a él, así como a
47
Sperber (citado por Alexandre, Op. Cit.)
.ALEXANDRE, Marcos. Representação Social: uma genealogia do conceito. Revista Comum. Rio de Janeiro - v.10 - nº 23 - p. 122 a 138 - julho / dezembro 2004 48
56
los mitos en lo que dice respecto a la elaboración de esos conocimientos a partir de un contenido simbólico y práctico.49 Bajo esta mirada, la teoría de la representación social permitiría acompañar el cotidiano de los individuos, considerando sus valores e identidades culturales, buscando sus verdaderas raíces y orígenes, proporcionando el descubrimiento de aspectos antiguos y nuevos de su identidad. Un punto importante que destaca es que las representaciones del mundo social son siempre determinadas por intereses de grupo. Además de eso, “las luchas de representaciones tienen tanta importancia como las luchas económicas, para comprender los mecanismos por los cuales un grupo impone o intenta imponer, su concepción del mundo social, sus valores, o su dominio”. 50 Esta idea está muy presente al analizar las representaciones sociales que se formaron en torno a la favela.
49
Ibídem
50
Ibídem
57
5 Nodo y MCC, conceptos para entender a configuración urbana en Heliópolis
Para comprender la dinámica comercial en Heliópolis es preciso analizar la configuración urbana del amplio espacio que ocupa, a partir de sus vías principales, secundarias y terciarias, como de la distribución del comercio local. Dos conceptos fueron fundamentales para entender ese funcionamiento: Nodo y Microcentro Comercial Compuesto (MCC), desarrollados a partir de mi trabajo de 2009 en favelas y barrios de clase media baja en Lima, Perú. Ya por 2008 observábamos que un polo comercial, o Nodo, se caracteriza por la gran concentración de servicios y la significativa circulación de personas, lo que posibilita también el anonimato y el desarrollo de relaciones impersonales en el comercio. Los Nodos son, por excelencia, lugares de tránsito en los cuales las interacciones ocurren sólo comercialmente – lo que genera mayor formalización en la atención y en las formas de pago. Ellos cumplen un papel fundamental en la dinámica comercial de un área urbana, pues funcionan como dispositivos sistémicos de desarrollo económico y de circulación de capital. Los Nodos son lugares de transitoriedad y pueden, también, ser definidos por el concepto de No Lugar51, de Marc Augé. Idea que se 51
AUGÉ, Marc. Não-lugares: introdução a uma antropologia da supermodernidade. Campinas:
Papirus. 1994. (Coleção Travessia do Século).
58
contrapone al concepto de Lugar, que comprende los espacios en los cuales los residentes poseen fuertes vínculos personales. En contraposición al Nodo, los Microcentros Comerciales Compuestos (MCC) se caracterizan por ser núcleos comerciales relativamente pequeños, que atienden a un número reducido de personas, lo que facilita el desarrollo de relaciones personales, especialmente entre los comerciantes y clientes. No son espacios de tránsito, es decir, no se caracterizan como No Lugar y sí como Lugar, en el cual es posible no apenas pasar, sino interactuar en una red de sociabilidad más intensa. En el MCC es posible encontrar características del Lugar antropológico, una suerte de segunda piel del residente, pues allí no solo habitan sino que comparten una historia familiar y relaciones personales consolidadas. De ello emana la formación de vínculos marcados por una intimidad relacional. Pero los Nodos y los MCC son categorías más determinadas por el flujo relativo y compuesto de mercadería y de bienes. De ahí la importancia de las vías que los interconectan. En el caso de Heliópolis, por presentar aspectos típicos de favela y características de barrio popular, es importante destacar que la distinción entre centro y periferia, explicita en la relación Nodo/MCC, no puede ser totalmente aplicada. El concepto de periferia debe ser entendido aquí como un espacio de carencia y ausencia de aspectos políticos y económicos, trazos que contribuyen a una interpretación negativa y estigmatizada de la realidad social de los sectores populares, en contraposición al centro, o espacio de presencia, definido por aglomerados comerciales. Esa situación, considerada atípica, cuando se piensa en el cuadro general de favelas y periferia, engendra igualmente un contexto específico para la
59
construcción de los conceptos de formalidad e informalidad y para la relación entre Nodos y Microcentros Comerciales Compuestos (MCC) en Heliópolis. De ahí que la caracterización de Nodos y MCC, específicamente en Heliópolis, tenga como base no la relación de ausencia (periferia) y presencia (centro), y sí, presencias, en plural, de diferentes trazos que marcan cada uno de los grupos. Los Nodos pueden ser definidos como espacios donde existe venta de productos con mayor valor agregado, tales como artículos electrónicos, muebles, ópticas, productos especializados, entre otros; presencia de una infraestructura que muda toda la configuración del comercio, permitiendo que éste pueda venir a ser un centro distribuidor de productos; presencia de agencias bancarias y casas de apuestas (loterías), áreas para el retiro de dinero y realización de pagos de cuentas; región con mayor flujo de personas y que interconecta áreas distintas de la ciudad. Los MCC, a su vez, se caracterizan por ser espacios donde existe venta de productos simples, que también son encontrados en los Nodos, como ropas y alimentos perecibles y no perecibles, pero con un mayor precio en relación a ellos. En los MCC hay presencia de estructuras físicas más precarias o marcadas por la improvisación del espacio de comercio (como pequeños garajes de autos transformados en cocinería o mesón de abarrotes). Hay también mayor presencia de comercios combinados, es decir, la venta simultánea de productos y servicios no típicamente asociados en comercios de regiones centrales de la ciudad, tales como bares que también venden ropas femeninas; salones de belleza que venden ropas; y bisuterías y tiendas que venden productos de perfumería.
60
En Heliópolis fueron clasificados como Nodos, los grandes centros de interacción comercial y flujo de personas, como el comercio existente en las vías principales de acceso a la localidad, Entrada de las Lágrimas y São João Clímaco. Los comercios situados en vías definidas como secundarias y terciarias, debido a su condición de profundidad, estreches y precariedad, fueron clasificados como Microcentros
Comerciales
Compuestos
(MCC).
Estos
puntos
presentan menor circulación de personas y las relaciones comerciales establecidas son, en general, personales, pues se trata de relaciones observadas entre habitantes locales y comerciantes con domicilio también en Heliópolis. Los conceptos de Nodo y de MCCs no pueden ser utilizados como categorías estanco. Por ello, a partir de los diferentes grados de impersonalidad se adoptó una clasificación graduada, de A y B para los Nodos, y otra para los MCCs. La clasificación de Nodo A es atribuida a los centros comerciales más impersonales, como el comercio situado en la Entrada de las Lágrimas. La clasificación de Nodo B se extiende a los comercios que presentan impersonalidad en menor grado – en este caso, el comercio distribuido a lo lardo de esa vía. lo mismo se aplica en relación a los MCC, en los cuales fueron observadas
graduaciones
de
personalidad
en
las
relaciones
comerciales.
61
Los Nodos y los MCCs En Heliópolis, Nodos y MCCs pueden ser inicialmente separados en dos categorías: aquellas que se encuentran en el interior de la localidad y aquellas que están fuera de ella. Esa división es ciertamente muy simple, pero permite una aproximación inicial entre las dos categorías. Las delimitaciones de los MCCs y su nomenclatura fueron determinadas a partir del trabajo de campo y basadas en informaciones relatadas por moradores. El nombre de cada MCC está relacionado a una calle importante que hace parte de él. Por ende, no significa que esté limitado apenas a esa calle. El MCC Mina, por ejemplo, hace referencia a la calle de Mina como un punto importante de flujo de mercaderías y personas. Con todo, también son parte de ese MCC otras vías, como las calles Social, de la Unión y de las Gertrudis. Esquemáticamente, el cuadro muestra a distribución de Nodos y MCCs en Heliópolis:
Fuera de Heliópolis
NODOS Silva Bueno Sao João Clímaco
Dentro de Heliópolis
Entrada de las Lágrimas
MCC Mina Forestal Alegría Hospital Heliópolis Cónego Xavier Taylor
62
Heliópolis posee tres Nodos: dos de ellos fuera de los límites de la localidad y uno dentro de esa área, y seis MCCs en su interior. Las dos categorías presentan características peculiares, dividiéndose en: Nodos A y B, y MCCs primarios, secundarios y terciarios, conforme muestra la Tabla 1. El Nodo A, central y localizado en el interior de la localidad y los Nodos B, también importantes, por tanto de segunda orden en relación al tipo A, sea por su localización fuera del área estudiada, o por la circulación diaria de pobladores. A
B
Primario Secundario Terciario
Silva Fuera de Heliópolis
Bueno -
Sao
-
-
Conego
Hospital
Xavier
Heliópolis
-
Joao Clímaco -
Dentro
Entrada
de
de las
-
-
Forestal
Heliópolis Lágrimas
Mina Alegría Taylor
Tabla 1 – Clasificación de Nodos y MCCs Los MCCs, a su vez, fueron divididos en tres grupos. Los MCCs primarios son los más importantes en cuanto al papel dinamizador del comercio local, por la proximidad en relación a los Nodos, por la fuerte densidad comercial y debido a la diversidad de los servicios
63
ofrecidos. Los MCCs secundarios presentan una densidad comercial relativamente menor – algunos de ellos, inclusive son más distantes de los Nodos, lo que podría explicar en parte su menor captación de flujos de comercio de ahí procedentes – entretanto, hay una diversidad comercial, bien como una distribución homogénea de los estabelecimientos por las calles que abarcan ese grupo de microcentros. Por fin, los MCCs terciarios tienen un gran potencial de desenvolvimiento, por tanto son clasificados así por concentraren el comercio en apenas una calle y por la menor diversidad de establecimientos. Nodos tipo A Entrada de las Lágrimas Este Nodo comprende toda la extensión de la entrada que corta Heliópolis, desde el Terminal de buses y metro Sacomã hasta el encuentro con la Avenida São João Clímaco. La Entrada de las Lágrimas es una de las grandes fronteras que definen la localidad de Heliópolis, y constituye un importante corredor para el flujo de personas debido a las diversas líneas de ómnibus que circulan por el terminal. El área también presenta gran flujo de mercaderías por ser un importante centro comercial. Algunos establecimientos comerciales del Nodo Entrada de las Lágrimas.
Serv Tec.
11
64
electrodomésticos Repuestos de Autos
11
Bancos y Loterías
1
Bares
13
Bisutería
1
Costura
2
Dulcerías
5
Farmacias
6
Internet House
5
Restaurante pequeño
8
Manicura y Pedicura
1
Material de construcción
9
Supermercados
2
Mini Mercados
13
Verdulería
4
Mecánica Automotriz
10
Tienda de Ropas
13
Salón de Peluquería
23
La Entrada de las Lágrimas es un Nodo distinto de los demás, por mezclar características de comercio predominante en los MCCs y en los Nodos del tipo B. Reúne características definidoras de los Nodos como agencia bancaria, puestos de gasolina, tiendas de muebles, y gran cantidad de bares, peluquerías e Internet House, que también pueden ser encontrados en los MCCs.
Nodos do tipo B:
65
Silva Bueno El Nodo Silva Bueno tiene como vía principal a la propia calle Silva Bueno, y el trecho analizado comprende las cinco cuadras que van desde la calle Clementine Pereira hasta la calle Lord Cochrane. Es una región densamente urbanizada, bien próxima al terminal y la Estación de Metro Sacomã, con una importante red de comercio y servicios. Ella fue citada diversas veces por pobladores de Heliópolis como referencia de centro comercial, con la posibilidad de compras a crédito. Algunos establecimientos comerciales del Nodo Silva Bueno
Serv Tec. electrodomésticos
0
Repuestos de Autos
1
Bancos y Loterías
10
Bares
2
Bisutería
8
Costura
0
Dulcerías
3
Farmacias
6
Internet House
0
Restaurante pequeño
10
Manicura y Pedicura
1
Material de construcción
0
Supermercados
0
Mini Mercados
8
Verdulería
1
Mecánica Automotriz
2 66
Tienda de Ropas
19
Salón de Peluquería
3
Este Nodo presenta la más significativa concentración de agencias bancarias en las inmediaciones de Heliópolis. Más allá de eso, ofrece ciertos tipos de comercio, no muy comunes en la localidad, como zapaterías, tiendas de ropa exclusivamente femeninas o masculinas, mueblerías y farmacias. São João Clímaco El Nodo São João Clímaco comprende la calle São João Clímaco, y las calles São Silvestre y Tamatuá, región en el extremo opuesto al Terminal Sacomã. Ese Nodo, así como los demás, es el único lugar en las proximidades que ofrece el servicio de agencias bancarias, una de las características del Nodo, en cuanto centro económico de producción y distribución de bienes, insumos y capital. Además de eso, el área tiene dos loterías (pontos importantes para el pago de cuentas), ópticas y un tramitador legal. Es el Nodo más procurado por los pobladores de la gleba K, pues es una alternativa para la compra de bienes y servicios, no disponibles en los MCCs o en la propia Entrada de las Lágrimas. Algunos establecimientos comerciales del Nodo São João Clímaco
Serv Tec. electrodomésticos
0
Repuestos de Autos
5
Bancos y Loterías
3 67
Bares
1
Bisutería
0
Costura
2
Dulcerías
7
Farmacias
1
Internet House
7
Restaurante pequeño
0
Manicura y Pedicura
1
Material de construcción
3
Supermercados
7
Mini Mercados
1
Verdulería
7
Mecánica Automotriz
2
Tienda de Ropas
5
Salón de Peluquería
5
MCC Primario Cônego Xavier El Microcentro Comercial Compuesto (MCC) Cônego Xavier está delimitado por la calle Cônego Xavier, por trecho de la calle Cel. Silva Castro, desde su comienzo hasta el inicio del terreno del Hospital Heliópolis, y por tres cuadras de la Av. Alm. Delamare. Ese MCC presenta la mayor concentración de comercio en el interior de Heliópolis. Esto ocurre de manera homogénea, lo que no se observa, por ejemplo, en los MCC terciarios. El comercio y los servicios de este MCC son los más diversificados en la región. El área se destaca por la oferta de servicios como mecánicas, salones de belleza, asistencia
68
técnica de electrodomésticos, que suman 24 establecimientos. Otro diferencial de este MCC son las farmacias, que no son de gran tamaño y se vuelven más difíciles de encontrar a medida que uno se adentra en el microcentro. La localización de este MCC es duplamente privilegiada: por un lado, es una de las regiones de Heliópolis más próximas de las vías de acceso al centro, en términos de transporte público; por otro, está próximo a los conjuntos habitacionales de la parte norte do región, lo que asegura a los comerciantes un flujo constante de consumidores. MCC Cônego Xavier
Serv Tec. electrodomésticos
6
Repuestos de Autos
11
Bancos y Loterías
16
Bares
2
Bisutería
2
Costura
1
Dulcerías
4
Farmacias
1
Internet House
6
Restaurante pequeño
7
Manicura y Pedicura
1
Material de construcción
20
Supermercados
3
Mini Mercados
9
Verdulería
6
Mecánica Automotriz
17
69
MCCs Secundarios Hospital de Heliópolis El MCC Hospital de Heliópolis recebe ese nombre por causa de su proximidad al hospital. Aunque el terreno de la institución nao sea parte de la localidad de Heliópolis, fue incluido porque gran parte del comercio allí presente atiende a aquellos que recurren a los servicios médicos y también a los vecinos del entorno. Este MCC presenta el mismo patrón de comercio da región, o sea, bares, salones de belleza, restaurantes, comedores y pequeños mercados. MCC Hospital Heliópolis
Serv Tec. electrodomésticos
0
Repuestos de Autos
0
Bancos y Loterías
0
Bares
10
Bisutería
0
Costura
0
Dulcerías
0
Farmacias
1
Internet House
1
Restaurante pequeño
5
Manicura y Pedicura
0
Material de construcción
2
Supermercados
6 70
Mini Mercados
2
Verdulería
1
Mecánica Automotriz
3
Tienda de Ropas
5
Florestal El MCC Florestal es delimitado pelas calles Itamarati, Padre Segundo y la propia calle Florestal. Es un MCC bien próximo a la Entrada de las Lágrimas, factor que dinamiza la economía del área. Además de eso, es una importante referencia para los vecinos y para los corredores de inmuebles. La centralidad del MCC Florestal está relacionada al flujo de personas y no al número de establecimientos que ahí se encuentran. Se trata de una región más residencial que comercial, donde se encuentran panaderías, pizzerías y una academia de gimnasia, en el interior del único minishopping de la localidad de Heliópolis.
Serv Tec. electrodomésticos
3
Repuestos de Autos
0
Bancos y Loterías
10
Bares
2
Bisutería
1
Costura
3
Dulcerías
0
Farmacias
0
Internet House
8
Restaurante pequeño
2 71
Manicura y Pedicura
2
Material de construcción
14
Supermercados
5
Mini Mercados
1
Verdulería
5
Mecánica Automotriz
12
MCC Terciarios: Clasificamos algunas regiones dentro de Heliópolis como MCCs terciarios por dos razones: primero, por su baja densidad comercial; segundo, por su potencial de desenvolvimiento. Ese potencial está relacionado a determinados factores capases de impulsar la actividad económica en el área, entre ellas las reformas urbanas en las glebas de Heliópolis, localizadas en la Avenida Comandante Taylor, y la presencia de calles con fuerte comercio, como en los casos de los MCCs Mina y Alegría. Ese escenario crea condiciones para proporcionar el fortalecimiento de la actividad económica en las calles adyacentes. Mina El MCC Mina está delimitado por las calles Paraíba, Social, de la Unión y de la Mina. No obstante el MCC Mina sea terciario, la calle Mina tiene características de un MCC primario, que no son encontradas e las calles a su alrededor. Además de concentrar establecimientos comerciales de varios tipos, es en esa vía que están localizados importantes centros de organización política y social de Heliópolis, como la sede de la UNAS; la única biblioteca de la favela; una escuela
72
de robótica e una cuadra polideportiva, en la cual diversos proyectos socioeducativos
son
desarrollados.
La
calle
Mina
puede
ser
considerada una irradiadora de desenvolvimiento económico y social de Heliópolis. Es, también, la calle que concentra la mayor cantidad de bares en toda la muestra, totalizando 29 unidades; salones de belleza, 18 unidades, y pequeños mercados, 20 unidades. MCC Mina Serv Tec. electrodomésticos
4
Repuestos de Autos
1
Bancos y Loterías
29
Bares
3
Bisutería
2
Costura
3
Dulcerías
0
Farmacias
4
Internet House
6
Restaurante pequeño
6
Manicura y Pedicura
2
Material de construcción
20
Supermercados
5
Mini Mercados
0
Verdulería
9
Mecánica Automotriz
18
Alegría
73
El MCC Alegría es definido por las calles de la Alegría, Tres de Mayo y Primavera. Ese MCC es contiguo al MCC Mina, constituido casi en un desdoblamiento de él, abriéndose más profundamente por Heliópolis. Así, como acontece en el MCC Mina, se observa que la actividad comercial de este MCC orbita en torno a una única calle – en este caso, Alegría. En las calles adyacentes, raramente se encuentra algún establecimiento comercial, razón por la cual no es posible considerarla un MCC primario o secundario, a pesar de la cantidad de comercio que ahí se encuentra. Todos los establecimientos se concentran en la primera mitad de la calle de la Alegría, que va del cruce con la calle Mina hasta poco después del cruce con la calle Tres de Mayo. La principal actividad económica de esa vía está relacionada a los bares, que totalizan 19 apenas en el pequeño trecho inicial. Además de eso, la calle tiene cuatro internet houses, más de lo verificado en otros MCCs. Así, a pesar de no constituir una referencia en términos de comercio para los vecinos de otros puntos de Heliópolis, Alegría es, ciertamente, un importante centro comercial de la región por el cual circulan principalmente jóvenes y hombres. MCC Alegría
Serv Tec. electrodomésticos
2
Repuestos de Autos
0
Bancos y Loterías
20
Bares
0
Bisutería
3
Costura
1
Dulcerías
0 74
Farmacias
4
Internet House
5
Restaurante pequeño
2
Manicura y Pedicura
2
Material de construcción
13
Supermercados
3
Mini Mercados
1
Verdulería
13
Mecánica Automotriz
8
Taylor El trecho analizado de la avenida Com. Taylor corresponde a las cinco primeras cuadras de la vía. Ellas desembocan en el viaducto que da acceso al Terminal de buses Sacomã. En esa región están localizadas algunas glebas de Heliópolis que estaban en proceso de reforma urbana en el período estudiado, en 2010, razón por la cual muchos terrenos estaban en reforma, o vacíos, disminuyendo drásticamente la densidad comercial de la región. Condominios de predios, conjuntos habitacionales y una delegación de policía también componen el escenario de ese MCC. No obstante tenga características de MCC Terciario, hay potencial para una futura evolución a un tipo secundario, por causa del crecimiento de la demanda de servicios que debe ser generada con el fin de las obras y la llegada de nuevos habitantes. Ese MCC no presenta un número considerable de datos para ser presentados aisladamente como los demás.
75
6 Microseguros en MCCs, entre la informalidad y la formalidad
En Heliópolis es posible establecer un patrón para la introducción de microseguros a través de los tipos de comercio y servicios, a partir del análisis de los centros comerciales observados en los Nodos y en los Microcentros Comerciales Compuestos (MCCs). Algunas actividades económicas son predominantes en los MCCs y pueden perfectamente ligarse a productos de seguros por medio de asociar estos productos a la naturaleza de los servicios. En los MCC, bares, pequeños mercados, puestos de comida, peluquerías, puntos de venta de material de limpieza casa en casa, servicios de costura, son los tipos más comunes de comercio y servicios. En los Nodos se concentran establecimientos comerciales y tiendas de servicios raramente encontrados en el interior de la favela, como hipermercados, floriculturas, ópticas, agencias bancarias, loterías, puestos de gasolina, farmacias, mueblerías, ropas femeninas o masculinas, servicios de despacho, asistencia técnica de informática y dentistas. Una forma de entender la ocurrencia de la distribución de microseguros en la conformación espacial del comercio puede estar asociada a los conceptos de formalidad e informalidad; existe una línea invisible que separa el comercio formal del informal. En este caso, el comercio formal sería aquel establecimiento con estructura física, documentación y reconocimiento del poder público para su funcionamiento. Muchos puntos comerciales encontrados en los Nodos próximos a Heliópolis están ‘formalmente’ establecidos. Lo que no ocurre en el interior, en los MCCs, donde el comercio es
76
bastante informal, marcado por la improvisación de los puntos de venta, muchas veces funcionando en pequeñas puertas en frente de las casas, o, entonces, por la venta indirecta de productos artesanales, como material de limpieza y servicios de costura. La mayor parte de Heliópolis todavía se encuentra en proceso de regularización municipal. La obtención de documentos para formalizar y regularizar los establecimientos comerciales depende de escrituras que comprueben la posesión frecuente de los terrenos, lo que en general no es posible. Por causa de eso, el acceso a certificados, como el Catastro Nacional de Persona Jurídica (CNPJ), es muy difícil de encontrar en Heliópolis. De esa constatación surgieron obviamente dos criterios para evaluar la formalidad de un establecimiento: su conformación estructural y su situación jurídica. Así, lo que indica formalidad total son la posesión de los documentos referentes a la regularización del establecimiento comercial y la estructura física que puede ser inferida a partir de la apariencia del comercio (iluminación, fachada, acabamiento y señalización), además de la presencia de medios electrónicos de pago (tarjetas de crédito y débito) y sistemas de recarga de telefonía móvil y transporte. Estos últimos elementos son indicadores
de
un
reconocimiento
de
la
formalidad
del
establecimiento por parte de las empresas, que colocan e disposición estos servicios (Mastercard, Visa, SPTrans, Oi, Vivo, entre otros). Para identificar un tipo de comercio que presenta cierta formalidad estructural por tener su situación jurídicamente a punto de ser regularizada, pudiendo pasar a una categoría “formal”, fue creado el término "Comercio de Formalidad Intermedia". Pero es la ausencia de regularización jurídica y la presencia de una estructura física precaria lo que caracteriza el "Comercio Informal".
77
Otro
parámetro
utilizado,
esta
vez
para
observar
la
“personalidad” e “impersonalidad” de las relaciones comerciales, fueron las formas de pago ofrecidas por el comercio local. Obviamente los Nodos ofrecen formas de pago impersonales, como el pago en dinero o con tarjetas de crédito y de débito. Pero en los MCCs, además del pago con dinero efectivo, ocurre en distintos grados la práctica del “fiado”. Dicha práctica supone, por sí misma, un grado de interacción personal en las relaciones comerciales, donde “sólo se vende fiado para los conocidos”. La “institucionalización” de la práctica no es derivada únicamente de la ausencia o imposibilidad de implantación de otras formas de pago, pues fueron verificadas situaciones en que existía la posibilidad de pago en tarjeta de crédito, y todavía así la práctica del “fiado” persistía. Durante el estudio de las empresas de alimentación que abastecen el comercio de Heliópolis se observó la forma en que es realizada la distribución de productos para los establecimientos comerciales, arrojando luz sobre algunos puntos relativos a la formalidad y la informalidad que se produce en la favela. Fue posible observar la relación que estas empresas de gran tamaño establecieron con los comerciantes de Heliópolis y entender que esa dinámica estaba construida sobre un informal y muy personal contacto puerta a puerta, conociéndose personalmente a los clientes; creando una relación de proximidad y sociabilidad a partir de la discreción de los funcionarios encargados de la relación comercial, lo que normalmente no ocurre en barrios. Establecer contacto social, según estos funcionarios, es tan fácil que basta sólo con circular por callejuelas y pasajes de la localidad.
78
Una importante distribuidora que opera hace ocho años en el área atiende cerca de 80 pequeños negocios o bodegas de abarrotes, para los cuales abastece productos no perecibles. Y no es necesario ningún tipo de documentación para que el establecimiento reciba los productos directamente de la fábrica. Suele hacerse sólo un catastro de la persona física responsable por el establecimiento, no importando si está situado en el fondo de garaje o en un inmueble destinado al comercio. Empresas como ésta poseen mucho interés en mantener los pequeños negocios por el potencial consumidor que posee Heliópolis. Esta forma de negocio ganó dinamismo a partir del año 2000 con el ingreso de representantes de distintas empresas a Heliópolis. Las transacciones entre comerciantes locales y empresas se daban por medio de cheques que debían ser cancelados mensualmente, y se exigía una cantidad mínima de productos que requerían ser negociados de antemano para justificar su presencia en la localidad. Los casos de morosidad eran bastante raros, más que nada cuando había poco movimiento, lo que generaba una renta insuficiente para cancelar la deuda. Sin embargo, los compromisos siempre eran pagados, no importa si con un mes o dos de retraso. Los precios de Heliópolis difícilmente se ubican bajo el promedio de mercado. Pero en el caso de las redes de supermercado, por ejemplo, cuanto mayores las cantidades de mercadería adquirida, menor el precio practicado por los Distribuidores. De ese modo los grandes compradores obtenían las mismas mercaderías que los pequeños comerciantes, pero a precios más bajos. Lo mismo no ocurría en los puestos de abarrotes de Heliópolis, pues ellos no conseguían vender los productos en cantidad suficiente y por eso no podían comprarlos en mayor proporción. Así, los precios
79
de los pequeños mercados eran mayores que los encontrados en las redes de supermercados establecidas en los Nodos. Apenas en el MCC Alegría fueron identificados precios menores, en particular supermercados que son parte de una grande red, tanto en relación a los otros MCCs como a los Nodos más próximos. Una gran dificultad para los comerciantes de Heliópolis es obtener el Catastro Nacional de Persona Jurídica (CNPJ). El dueño de un pequeño mercado relató que para conseguir el catastro y poder abrir una firma, fue necesario que un contador “diese un yeitiño” con la burocracia. Por ello, a pesar de haber ventaja en comprar productos en mercado mayorista, para obtener precios más bajos, no siempre esa práctica es garantiza de lucro, por eso la falta de documentación regular para ter acceso a ese tipo de negocio no es vista como un problema entre los comerciantes de Heliópolis. El comercio en Heliópolis Durante la pesquisa realizada por el campo fueron levantados, en Heliópolis, 508 establecimientos comerciales, distribuidos en seis MCCs. Cerca de un tercio de ellos (34%) fue considerado del tipo intermedio, o sea, locales que estarían entre la informalidad y la formalidad. El resto de establecimientos (64%) fue considerado informal. Es importante observar que a distribución de los tipos de comercio varia en cada MCC: en Hospital Heliópolis y en Florestal hay equilibrio entre estabelecimientos informales e intermedios; en Comandante Taylor predomina el comercio intermedio, en cuanto en los MCCs Mina, Alegría y Cônego, más densos,
predomina el
comercio informal.
80
Pese a que los MCCs más próximos al Nodo Entrada de las Lágrimas son Cônego, Mina y Florestal, no hay indicios de que haya una irradiación da formalidad del comercio asociada al El MCC Mina, donde se localiza la única agencia bancaria al interior de la Favela y la UNAS, tiene 98 establecimientos informales, contra apenas 32 intermedios. En el caso de la calle Mina, mismo siendo considerada MCC primario (dada la elevada concentración de comercio; su proximidad al Nodo Entrada de las Lágrimas y por ser el centro político de Heliópolis) su 'centralidad' política y comercial no garante mayor nivel de formalidad. La proximidad entre Nodos e MCCs tampoco implica el establecimiento de relaciones más formales e impersonales entre comerciantes y consumidores, escenario común en grandes centros comerciáis. Por otro lado, regiones distantes de los Nodos y con baja densidad comercial, como la calle Comandante Taylor o el final de la calle Alegría, presentan una importante concentración de comercios formales (o intermedios), lo que, en principio, contraria la relación de dinamización esperada para áreas de MCCs distantes de los Nodos. De cualquier forma, es posible identificar en algunos sectores el patrón esperado para la dinámica entre Nodo y MCC: áreas próximas a los Nodos, como las calles 28 de marzo, Castelo de los Sonhos y Coronel Silva Castro, presentan más comercios formales, mientras en áreas distantes, como, por ejemplo, Alegria y Barão do Rio da Prata, existe más informalidad. Todas as calles de Heliópolis, inclusive las vías en el entorno de los MCCs, poseen algún tipo de comercio que pueden ser usados para distribuir microseguros. De ese modo, a pesar de en menor cuantidad, es posible encontrar, en toda el área establecimientos
81
como pequeños mercados y salones de belleza, además de otros servicios, como manicura, costura y cerrajería. Las seis áreas de Heliópolis identificadas como Microcentros Comerciales Compuestos (los MCCs Alegría, Cônego, Florestal, Hospital, Mina e Taylor) concentran la actividad comercial de la región como un todo. Eso no significa que en las calles y pasajes fuera de estos microcentros no exista comercio, mas indica que los establecimientos de éstos poseen menor relevancia en términos de circulación y porte en relación a la actividad comercial de os microcentros localizados en calles más largas y que comportan el tránsito de vehículos. disminuyendo
Vale resaltar que los pasajes están
paulatinamente,
debido
a
las
desapropiaciones
realizadas por el municipio o porque están siendo cerradas por los propios vecinos, debido a cuestiones de seguridad, impidiendo el tránsito de vehículos. Dos áreas en los limites de la localidad de Heliópolis muestran como puede darse la distribución de microseguros entre los pasajes y los MCCs. Una de ellas queda próxima al limite sur de la localidad, área contigua al terreno de la Sabesp. Allí se encuentran casas un tanto precarias en algunas vías y en pasajes muy próximos, como la “travessa Dos”, hay casas mayores y con bellas fachadas, además de buenos autos en los garajes (algunas veces, más de un auto por casa). Esos pasajes, tanto con casas buenas o precarias, están localizadas en los alrededores de MCC Mina. La otra área queda cerca de la Terminal Sacomã, entre las glebas A y N. La región es conocida como Paquistán y allí la actuación del narcotráfico es intensa. Además de los conjuntos habitacionales, hay casas más rústicas y también moradas de mejor nivel, pese a que muchas calles son próximas a la Entrada de las Lágrimas y al Terminal Sacomã. En términos de comercio, el
82
llamado "Paquistán" no difiere mucho de la parte sur de la localidad (Sabesp). Tanto el Paquistán como la región de Sabesp presentan calles pavimentadas y abastecimiento de agua y de luz, bien como red de alcantarillado. El tipo de comercio presente en ambas áreas es predominantemente informal, siendo compuesto básicamente por bares, mercados pequeños, peluquerías y verdulerías. Las dos áreas descritas, con todo, pueden ser consideradas marginales en términos de concentración de comercio si son comparadas a los MCCs, a pesar de que ambas están localizadas relativamente próximas al Nodo (en el caso de Paquistán) y al MCC Mina (en el caso del terreno próximo a la Sabesp). Se observó que en esas zonas fuera de los Nodos y MCCs, existe una menor variedad de tipos de comercio, casi todos informales. Aunque de la misma forma como no puede ser constatada la relación directa entre la proximidad al Nodo y la formalidad, no es posible establecer si hay zonas marginales – más precarias en términos de urbanización – dentro de Heliópolis por causa de la distancia del Nodo y de los MCCs. El MCC Mina es la que concentra más estabelecimientos informales, pero la presencia de instituciones que demuestran la intervención de un proyecto de urbanización de Heliópolis – como el Polo Cultural, la Escuela de Tecnología (Etec) y el Instituto Bacarelli – en la zona contigua (al redor del extremo sur de Heliópolis), puede tener relación con las mejores condiciones de vida encontradas en pasajes próximos a la calle Unión. Así, antes de considerar una relación directa entre MCC, formalidad , urbanización y distribución de microseguros, es preciso tomar en cuenta que hay manifestaciones difusas de esos aspectos por las sub-áreas de Heliópolis, que no
83
necesariamente establecen este tipo de correlación, como pudo ser constatado durante el período de la pesquisa. Los datos construidos sobre los seis MCC y los dos Nodos identificados en Heliópolis permitió la elaboración de patrones de influencia entre ellos, o influencia de los Nodos en los MCCs, los primeros
tenidos
como
áreas
emanadas
del
desarrollo
y
caracterizados por la formalidad de los establecimientos comerciales. Un análisis más profundo de cada una de esas aglomeraciones, puede generar información más acertada sobre la dinámica del comercio local, cortamente influenciada por las especificidades de cada configuración.
84
Bibliografía
ALEXANDRE, Marcos. Representación social: una genealogía del concepto. Revista Común. Rio de Janeiro - v.10 - no 23 - p. 122 a 138 - julio / diciembre 2004. ALVIM, Pedro. O contrato de seguro. Rio de Janeiro: Forense, 1983, pág. 130. AUGÉ, Marc. No-lugares: introducción a una antropología de la supermodernidad. Campinas: Papirus. 1994. (Colección Travesía del Siglo). BIRMAN, Patricia. Favela é comunidade? Em: Machado da Silva, L. A. (org). Vida sob cerco: violência e rotina nas favelas do Rio de Janeiro. Rio de Janeiro: Nova Fronteira. 2008. CARVALHO FILHO, Silvio de Almeida. Fragmentos de memórias: a vida e o trabalho na favela da Rocinha. Universidade Estadual do Rio de Janeiro (UERJ) y Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), 2004. Disponível en: http://www.rj.anpuh.org/resources/rj/Anais/2004/ Simposios%20Tematicos/Silvio%20de%20Almeida%20Carvalho%20 Filho.doc. Acceso en: nov 2013 DRUMMOND, Didier. Architectes des favelas. Paris: Bordas. 1981. FERREIRA, Alvaro. Favelas no Rio de Janeiro: nascimento, expansão, remoção e, agora, exclusão através de muros. Programa de Pós-Graduação em Geografia do Departamento de Geografia da Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUC-Rio). 2009. HELLER, Agnes. Hipotesis para uma teoría marxista de los valores. Barcelona: Zero, 1978. HUGUENIN, João Paulo Oliveira. A questión fundiária da Rocinha na
85
visão dos habitantes: aspectos e representações. Universidade Federal Fluminense, Rio de Janeiro. s/d. KLINTOWITZ, Danielle Cavalcanti. A (re) invenção da praça: a experiência da Rocinha e seus fronteiras. Dissertação de Mestrado em Urbanismo. Pontifícia Universidade Católica (PUC). Campinas, 2008. KLUCKHON, Clide. Introdução á Antropologia. São Paulo: Cultrix, 1970. LEITÃO, Gerônimo. Dos barracos de madeira aos prédios de quitinetes. Rio de Janeiro: EdUFF. 2009. MOSCOVICI, Serge. On social representation. In FORGAS, J.P. (ed). So- cial cogbution. London: Academic Press. 1981. OLSON, Mancur. A lógica da ação colectiva: os beneficios públicos e uma teoría dos grupos sociais. São Paulo: EDUSP. 1999. Revista AM, 4a edição de março de 2010. SEGALA, Lygia. O riscado do balão japonês. Trabalho comunitário na Rocinha 1977-1982. Dissertação de mestrado do PPGAF/UFRJ. Rio de Janeiro, 1991. SMITH, Adam. Riqueza das Nações. Lisboa: Ed. Fundação Calouste Gulbenkian, 1981 y 1983. 2 vols. SOARES, Priscila; OLIVEIRA, Fábo Bruno de; SAMPAIO, Milena. Rocinha, una breve história no tempo – análisis dos processos de formação e transformação do bairro. XIII Encontro da Associação Nacional de Pós-Graduação e Pesquisa em Planejamento Urbano e Regional. Florianópolis, 2009. VALLADARES, Lícia do Prado. A invenção da Favela. Do mito de origem á favela.com. Rio de Janeiro: Ed. FGV. 2008. VIANA, Nildo. Os Valores na Sociedad Moderna. Brasília: Thesaurus,
86
2007. WEBER, Max. A “Objetividade” do conhecimento na Ciência Social e na Ciência Política. Em: Metodologia das ciências sociais. Parte I. São Paulo: Cortez. 1992. ZALUAR, Alba y ALVITO, Marcos. Um século de favela. Rio de Janeiro: FGV Editora. 2006. SITES Secretaria Municipal de Habitação do Rio de Janeiro - http://www.rio. rj.gov.br/web/smh/exibeconteudo?article-id=988601 Rocinha.org http://www.Rocinha.org/blog/?p=2304 Favela ha memória http://www.favelatemmemoria.con.br Unidade de Polícia Pacificadora- http://www.upprj.con/index.php/ el_que_y_upp VivaFavela www.vivafavela.org.br Programa de Aceleração do Crescimento (PAC) http://www.pac.gov.br/
87
88