ENCUESTA PARA EL VER: JOVENES. 1. ¿Qué iglesia quería Jesús? Una iglesia que se pareciese a Él, nos habla de forma especial y dice que somos los suyos, sus amigos e incluso sus hermanos. Por lo tanto debería tener sus mismos valores y sus mismas actitudes. Pero como es humana, vamos a centrarnos en que tenemos en común con esa iglesia que fundó Jesús.
La iglesia que conoces ¿En qué es imagen de Jesús y en qué no lo es?
Cada uno de nosotros somos iglesia, vamos ahora a aportar, seguro que tenemos un montón de ideas de cómo mejorar esta iglesia de la que formamos parte y hacerla más cercana a nosotros y al mensaje de Jesús. Pequeñas cosas que cambiaría de la iglesia. 2. Ámbitos a Evangelizar: El anuncio del Evangelio debe verificarse a través de los signos del Reino de Dios (tarea que Cristo nos encomienda).Buscamos un mundo humano y solidario donde haya dignidad humana y todos nos sintamos hermanos. ¿Qué ámbitos necesitan ser evangelizados? ¿Qué sobra y que se necesita en mi sociedad? 3. Evangelizadores: La presencia de los laicos cristianos como fermento del Evangelio en el mundo abarca hoy un abanico muy amplio que va desde la animación de la comunidad eclesial hasta el compromiso en todos los sectores de la vida de la sociedad. Esta doble presencia es vital en la iglesia. Todo laico que quiera realizar su vocación en el mundo actual goza de innumerables oportunidades para ser testigo del Evangelio. A él le corresponde anunciar el Evangelio en esta sociedad. Nosotros somos iglesia, nosotros somos testigos de Cristo y amigos (hermanos) de Jesús. Por lo tanto nosotros tenemos la misión del Reino, ¿recordáis?, esos ámbitos, lugares y situaciones que veíamos mal… pensemos ahora como podrían mejorar. Que aportamos nosotros y que no aportamos. Yo puedo Evangelizar, o no evangelizar,cuando… 4. Conclusiones: En cada época de su historia la Iglesia vive su ministerio esforzándose en responder a los imperativos del momento con la luz del Evangelio, su tradición viva y mirando el futuro del Reino, porqué: “Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor” (2 Tim.1, 7-8). El creyente debe tener siempre una opción clara por los pobres y la necesidad de orar, es nuestro encuentro con el Señor y nuestra seña de identidad. Hoy Cristo te dice a ti y a todos los laicos de la diócesis “ … ide tamén vos…”(Mt 20, 7)