Proyección Económica |Diciembre 2019

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REVISTA CONSEJO 2019

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AUTORIDADES

Presidente Dra. Gabriela V. Russo Vicepresidente 1° Dra. Patricia Sánchez Ruiz Vicepresidente 2° Dra. Miriam S. Roldán Secretario Dr. Julio R. Rotman Tesorero Dr. Oscar Fernández Prosecretario Dr. Alejandro C. Piazza Protesorero Dr. José L. Serpa

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Es una publicación del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Presidente Dra. Gabriela RUSSO

STAFF Director Editorial Dr. Julio ROTMAN

Producción Comercial Dr. Cristian CABRERA publicidad@consejo.org.ar / 5382-9444

Editores Responsables Dr. Edgardo DEMAESTRI Dr. Gabriel VILCHES

Diseño y Diagramación Voz & Imagen

Coordinación General Dr. Carlos QUARRACINO

Impresión Artes Gráficas Integradas SA

Registro Nacional de la Propiedad Intelectual en trámite ISSN 2250-4540 CPCECABA - Viamonte 1549 - CABA (1055) www.consejo.org.ar Queda permitida la reproducción total o parcial de esta publicación citando la fuente. El contenido de las notas y los comentarios de colaboradores no reflejan necesariamente el pensamiento y filosofía del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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DE NUEVO PROYECCIÓN ECONÓMICA Como economista, uno de mis primeros pensamientos luego de ganar las elecciones en el Consejo fue volver a editar la revista “Proyección Económica”, tal como se publicaba hasta el 2013, cuando terminó nuestra anterior gestión en Mesa Directiva. En esa oportunidad, estábamos orgullosos de haber contribuido a fundar lo que se consideraba una de las mejores revistas de economía del país. Era usual que destacados profesionales nos llamaran para publicar en ella. En esta ocasión, y tratando de repetir el éxito apuntado, apelamos a dos Editores Responsables con una importante formación académica, además de vasta experiencia profesional. Se trata del Dr. Edgardo Demaestri, con amplia trayectoria en el Banco Central durante su juventud y luego como funcionario del Fondo Monetario Internacional y del Banco Interamericano de Desarrollo. Se lo considera un discípulo de Julio H.G. Olivera, con quien estudió en los seminarios del conocido profesor durante varios años. Desarrolló tareas docentes a nivel universitario y actualmente es consultor internacional, especializado en temas de mercados financieros y deuda pública.

Dr. LE Julio R. Rotman T IV F 91 Secretario del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la CABA

El Dr. Gabriel Vilches, el otro Editor Responsable, tiene experiencia en España como profesor universitario en Alcalá de Henares e investigador en el Instituto de Estudios Fiscales de Madrid. Fue funcionario del Banco Nación, consultor, y últimamente actuó como Director General de Relaciones Fiscales en el Gobierno de la Ciudad y como Director de Federalismo Fiscal en el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda. Vuelve a realizar la tarea de diseño Daniel Manarino y su equipo de Voz e Imagen. Una garantía de calidad y compromiso. Nuestro Gerente de Prensa y Comunicación, el Dr. Carlos Quarracino, junto con su equipo realiza las tareas de coordinación; una tarea imprescindible para lograr los objetivos que nos proponemos. Nuestro primer número ya está en la calle y con ansiedad estamos trabajando en los próximos que los matriculados disfrutarán durante el año 2020.

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INTRODUCCIÓN Por los Editores Responsables Dr. Gabriel VILCHES Dr. Edgardo DEMAESTRI

¿Por qué importa analizar el tema del Acuerdo Mercosur – Unión Europea? En esta oportunidad especial, la revista Proyección Económica ha decidido encarar la problemática del Acuerdo Mercosur-Unión Europea (Acuerdo) que se alcanzó recientemente, a mediados de este año 2019. Éste es un acuerdo muy relevante por su amplio alcance, por las oportunidades y riesgos que se abren y por la necesidad de considerar y adoptar impostergables medidas de política. La importancia de la dimensión del Acuerdo se puede apreciar en relación con el número de habitantes y el volumen del producto y comercio internacional involucrados. Cubre una población del orden de 800 millones de personas, casi el 25 % del producto bruto global y aproximadamente un tercio del comercio mundial. Con el Acuerdo se vislumbran numerosas oportunidades para aprovechar la generación de potenciales economías de escala y alcance, las que solo serían capitalizadas si se encaran acciones y reformas para evitar consecuencias indeseadas y para maximizar los impactos positivos de los consensos logrados. Ello implica, imprescindiblemente, la necesidad de tomar decisiones políticas de profunda envergadura y que requerirán tanto firmeza como flexibilidad. Esto es lo que ha llevado a Proyección Económica a ofrecer un análisis del Acuerdo, centrado en las expectativas para la Argentina y también con la mirada puesta en su incidencia en Brasil, socio comercial principal de Argentina, y el conjunto del Mercosur. El objetivo es proveer una serie de elementos que orienten una discusión política y económica enfocada en las decisiones que, ineludiblemente, deben tomarse.

¿En qué consiste el Acuerdo? El Acuerdo alcanzado es más que un acuerdo comercial sobre mercaderías y servicios. También involucra el logro de acuerdos complementarios sobre diálogo político y cooperación, y tiene implicancias centrales sobre decisiones de inversión, en particular de inversión directa. En lo que respecta a la parte comercial, el Acuerdo conlleva un proceso de liberalización de más del 90% de las importaciones de bienes tanto para el Mercosur como para la Unión Europea a ser llevado adelante en un período que brinda, relativamente, mayor flexibilidad al Mercosur. Asimismo, abre la posibilidad al desarrollo de servicios, como ser aquellos relacionados con el conocimiento. Por otro lado, el Acuerdo incluye compromisos en materias tales como propiedad intelectual, desarrollo sostenible y pequeñas y medianas empresas y contempla, también, mecanismos de coope5


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ración en diversos temas como innovación, tecnología, migraciones y protección ambiental. Todos los aspectos señalados podrían tener importantes consecuencias en relación con la toma de decisiones de inversión, en particular de inversión directa extranjera. Los principales aspectos del Acuerdo son considerados en varios de los artículos de este número de la revista. En particular, son analizados en el artículo de García y de Azevedo, quienes hacen hincapié en la importancia estratégica del Acuerdo y en cómo contribuye a generar oportunidades para el Mercosur. Enfatizan en las posibilidades de ampliar los flujos de comercio y diversificar productos en materia agroalimentaria y en aprovechar nichos de competitividad y un mejor acceso a bienes intermedios y de capital en relación con las industrias manufactureras. Los autores identifican un conjunto de reformas que ayudarían a maximizar los beneficios del Acuerdo sobre nuestros países. En su artículo presentan, además, un detalle de los pasos que aún se requieren para su aprobación y entrada en vigencia.

El Acuerdo y la competitividad Las reformas que deben realizarse en materia de competitividad como consecuencia del Acuerdo no son una alternativa, son una necesidad imperiosa reclamada por todos los autores para mitigar los riesgos y aprovechar las ventajas. En particular, Capello y Toselli enfatizan en su artículo la necesidad de contar con un plan integral de mejora en la competitividad de la producción local que incremente las posibilidades argentinas ante la apertura. Tanto reformas estructurales como cambios focalizados deberán acompañar al Acuerdo para que los cambios en la productividad lo consoliden como oportunidad y no como amenaza. Los autores distinguen entre la competitividad cambiaria, cuyos vaivenes están motivados, principalmente, por los cambios en los precios relativos entre bienes transables y no transables, particularmente los salarios, y la competitividad estructural fundamentada, principalmente, en variables institucionales, la innovación tecnológica y el tamaño del mercado. La Argentina se encuentra al momento de publicar este número de la revista en una buena situación de competitividad desde el punto de vista de su actual tipo de cambio. Sin embargo, como, según los autores, los salarios locales explican la mayor parte de las variaciones en el tipo de cambio real, existe un nivel de salario de equilibrio del sector externo del cual es mejor no apartarse. Las reformas laborales encuentran en ello su orientación. Desde el punto de vista estructural, una multiplicidad de factores explica la difícil posición de la industria nacional para enfrentar el reto de la apertura. Estas son las variables relevantes en el mediano y largo plazo y es aquí, entonces, donde deberá realizarse el mayor esfuerzo de adaptación.

El impacto sobre la agroindustria Uno de los sectores sobre los que el Acuerdo impacta en mayor medida es la agroindustria. Desde el punto de vista de los impactos directos es el sector que más se beneficiaría a partir de la imple6


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mentación del Acuerdo pues implica una mayor apertura por parte de los países de la UE a los productos agropecuarios y agroindustriales. Por otro lado, también persisten riesgos y desafíos que el sector deberá seguir enfrentando. Los consensos en esta área han sido de los más difíciles de lograr, dada la marcada resistencia de algunos países de la UE en gran medida impulsados por grupos de interés del sector agrícola. Es posible que esa reticencia continúe durante el período de finalización del Acuerdo. En parte por esas razones, pero también a efectos de lograr un mayor alcance de la apertura del sector frente al mundo y ampliar los beneficios derivados de la diversificación y el aprovechamiento de economías de escala, se requerirá adoptar decisiones estratégicas. Esos temas son considerados y evaluados en el artículo de Cristini. La autora, con el centro de atención en la problemática de la agroindustria, revisa la génesis del Acuerdo, analizando en particular cómo la evolución del comercio internacional y de los acuerdos preferenciales influyeron en el desarrollo del Mercosur y en las negociaciones con la Unión Europea. Estudia la importancia de los productos agroindustriales en la relación entre las dos regiones, analiza en detalle las características de los acuerdos alcanzados en el capítulo agroindustrial y proyecta los resultados que se pueden esperar a partir de su implementación. Asimismo, identifica riesgos y desafíos que pueden surgir y un conjunto de estrategias y acciones que se podrían o deberían encarar. Tal como hace Cristini, deseamos enfatizar que el conocimiento y difusión de los acuerdos alcanzados en la temática agroindustrial, así como el análisis de los potenciales beneficios y riesgos a los que se verán expuestos los productores agropecuarios y empresas de la región serán de gran utilidad a fin de enfrentar los desafíos, mitigar los riesgos y maximizar los beneficios del Acuerdo sobre el sector, tanto durante la próxima etapa de revisión y aprobación de los acuerdos así como durante su eventual implementación.

El impacto sobre la industria manufacturera Otro sector sobre el que el Acuerdo impacta con fuerza es la industria manufacturera. Por una parte, tendrá efectos directos positivos por la importación a menores costos de bienes intermedios y de capital. Por otro lado, como contrapartida, se abrirá la importación de bienes manufacturados finales. En este sentido, y ante la presencia de economías de escala, podrían esperarse nuevas disminuciones de costos unitarios como consecuencia de la ampliación del mercado: una motivación y desafío adicional para mejorar la productividad. Lucángeli, en su artículo, alerta sobre la posibilidad de que las economías de escala den lugar a conductas monopólicas por parte de las empresas para lo cual propone utilizar el Arancel Externo Común a fin de mitigar los riesgos derivados de esa eventual situación. Lo anteriormente señalado es particularmente relevante para la industria automotriz, la cual no tiene posibilidades de desarrollo encapsulada en el mercado local. Nuevamente el autor analiza una salida: una vez en marcha el Acuerdo, las firmas, particularmente las filiales locales, deberían integrarse a las cadenas globales de 7


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valor europeas aprovechando las cadenas de producción y los procesos innovativos.

Implicancias político – institucionales La consideración del Acuerdo tiene implicancias políticas. La implementación requiere en una primera etapa que se redacten los textos finales. Luego se requerirá la aprobación por los parlamentos de los diferentes países. La eventual implementación, para ser exitosa, deberá contar con la voluntad de los gobiernos y con consensos necesarios de alcanzar dentro de los países. El Acuerdo también tendrá repercusiones sobre la institucionalidad en los países; es decir, sobre las reglas de funcionamiento de las economías, sobre legislaciones y normas y sobre las mismas instituciones involucradas con la temática. Asimismo, la implementación del Acuerdo también impactará sobre el funcionamiento del Mercosur. El artículo de de Santibañes enfatiza en los aspectos políticos e institucionales del Acuerdo. El autor analiza su carácter estratégico, contribuye con una explicación de las razones que posibilitaron alcanzarlo en las actuales circunstancias e identifica áreas en las que deberían concentrarse los esfuerzos de Argentina para lograr un mayor beneficio de la situación. En lo que hace a los aspectos estratégicos, el autor considera el potencial beneficio económico sobre Argentina y Brasil, al tener estos dos países economías muy cerradas. Asimismo, destaca las posibilidades de que aumenten las inversiones europeas en la región. Entre los factores que explican el logro del Acuerdo, enfatiza en las posiciones políticas de los gobiernos de los principales países involucrados y en las facilidades de tiempo otorgadas a las industrias del Mercosur para el ajuste. También es muy interesante el análisis del autor sobre la relativa fragilidad del Acuerdo y sobre los riesgos que esa fragilidad conlleva. Otros riesgos del Acuerdo, y de la apertura comercial en general, son analizados, así como las acciones que deberían encararse para mitigarlos, enfrentar los desafíos y tratar de lograr el mayor beneficio posible.

El Acuerdo desde una perspectiva brasileña Sin duda alguna, Brasil es el principal socio de Argentina dentro del Mercosur. Por ello, la relación bilateral entre ambos países es importante en sí misma. Entender las ventajas y desafíos que implica el Acuerdo para Brasil es esencial para el análisis y la toma de decisiones. En ese sentido, Valls Pereira recorre transversalmente varios de los temas considerados por otros autores desde la perspectiva de Brasil. Llega a conclusiones en cuanto a riesgos, desafíos, ventajas previsibles y acciones a tomar desde la propia realidad brasileña. La evolución de los procesos actuales en el Brasil deriva en cuestiones propias de ese país que están interrelacionadas y sobre las cuales deberá expedirse con prontitud. Como particularidad, Valls Pereira resalta dos cuestiones de alta sensibilidad para Brasil: el in8


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greso a la OCDE y las decisiones sobre el Amazonas. La autora formula una serie de preguntas que, necesariamente, deberán llevar a todos, propios y ajenos, a una reflexión profunda: ¿los acuerdos en que participe Brasil sólo se enfocarán en la liberalización del comercio?, ¿cuál es el margen de compromiso que Brasil quiere tener en asuntos regulatorios que impactan las reglas nacionales? Aquí quedan contenidas la cuestión ambiental y la protección de los pueblos indígenas. Todo el proceso de integración de Brasil con el mundo implica evaluar la postura brasileña sobre esos temas. El análisis del Acuerdo que Valls Pereira realiza desde una perspectiva brasileña complementa en muchos aspectos lo contemplado en los restantes artículos de la revista. Sin duda, tener en cuenta los intereses y motivaciones políticas y económicas, tanto gubernamentales como de los sectores público y privado brasileños, resulta imprescindible para llevar adelante el análisis de la problemática, la discusión política y la consiguiente adopción de decisiones por parte de Argentina y del Mercosur como organismo institucional.

Elementos para la discusión política y la toma de decisiones Todos los autores, de una manera u otra, independientemente del sector o del subsector en el cual centren su análisis, consideran que se abren riesgos, que debe haber un proceso de adaptación a los cambios y que en ello es muy importante la acción pública. Sin embargo, debe también enfatizarse que resulta particularmente relevante la respuesta del sector privado a tal acción. ¿Confiará el sector privado en las políticas que se implementen, las considerará estables en el tiempo e independientes de los cambios políticos? La pérdida de competitividad argentina reconoce orígenes y connotaciones estructurales. Ha faltado innovación tecnológica en los procesos productivos e inversión debido a la reticencia a querer arriesgar ante tanta incertidumbre acumulada. ¿Qué harán esta vez los empresarios?, ¿abrirá el Acuerdo consensos sobre políticas de estado?, ¿confiarán los agentes económicos en las acciones y políticas públicas o se refugiarán en sectores menos abiertos? Europa, desde el inicio de la Comunidad Europea, viene preparándose para competir. El Mercosur se ha venido cerrando cada vez más. Las conductas de nuestros países han evolucionado en sentido distinto de la problemática que ahora se debe enfrentar. Esperamos que los artículos de esta edición de la revista contribuyan a brindar una adecuada perspectiva de los beneficios y desafíos que el Acuerdo implica. Asimismo, esperamos que se brinden elementos que sean útiles para facilitar el debate y una discusión política y para una toma de decisiones que sea relativamente más y mejor informada.

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ÍNDICE Las oportunidades del acuerdo con Unión Europea

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Acuerdo Mercosur - Unión Europea: Un acicate para la competitividad argentina

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Acuerdo con la Unión Europea – Mercosur: Oportunidades y riesgos para el sector agroindustrial.

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El acuerdo Mercosur - Unión Europea: Algunas reflexiones con énfasis en el impacto sobre el sector manufacturero

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Reflexiones sobre el acuerdo Mercosur – Unión Europea

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Acuerdo Mercosur - Unión Europea: Reflexiones a partir de una perspectiva brasileña

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Las oportunidades del acuerdo con Unión Europea Pablo García1 y Belisario de Azevedo2

Director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID-INTAL)

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Consultor del BID-INTAL


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RESUMEN EJECUTIVO

El 28 de junio de 2019, después de 20 años de negociaciones, el MERCOSUR y la Unión Europea (UE) acordaron una asociación que marca una nueva era en las relaciones entre ambos bloques. El Acuerdo, histórico por su tamaño, amplitud temática y significado político, incluye compromisos sobre comercio, cooperación y diálogo político y crea un mercado de 778 millones de habitantes. En el plano comercial, la UE se compromete a liberalizar 92% de las importaciones provenientes del MERCOSUR, mientras el bloque sudamericano liberará 91% de las importaciones europeas. Con la entrada en vigor del Acuerdo, el MERCOSUR pasará a tener tratados de libre comercio con países cuyas economías representan 23,5% del Producto Interno Bruto (PIB) global (vs. tan solo 1,4% hoy en día). Los plazos acordados para la desgravación contemplan tiempos sustancialmente más cortos para la liberalización en la UE y una transición más gradual para el MERCOSUR. En 4 años la UE estará aplicando la mitad del arancel promedio actual, mientras que el MERCOSUR reducirá su arancel promedio a la mitad recién en 9 años. En parte, esto se explica por las grandes diferencias entre las estructuras arancelarias aplicadas actualmente en ambas regiones. El Acuerdo abre oportunidades para mejorar el acceso al cerrado mercado europeo de bienes agroalimentarios, y podría contribuir a fortalecer las cadenas de valor y aumentar la competitividad de las economías del MERCOSUR. También busca estimular el desarrollo de sectores como servicios basados en conocimiento, donde el MERCOSUR ya es un exportador competitivo. Pero más allá de las mejoras de acceso, cuyo impacto aún es difícil de estimar al no contar con las listas completas de desgravación, el Acuerdo tiene potencial para generar beneficios en términos institucionales, aumentando el atractivo de los países miembros del MERCOSUR como destino para la Inversión Extranjera Directa (IED). Por otro lado, es importante considerar que el MERCOSUR otorgó acceso libre de aranceles en 90% de las importaciones industriales desde la UE, incluyendo sectores tradicionalmente protegidos. Esto pondrá presión sobre las empresas del MERCOSUR para competir en el mercado regional con las empresas europeas, tanto por los posibles impactos a nivel nacional como por los desvíos de comercio que podrían generarse.

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En este contexto, será clave que los países del bloque actúen de manera decidida para implementar políticas que permitan maximizar las oportunidades del Acuerdo y afrontar con éxito los desafíos que éste implica. A continuación, se realiza un análisis preliminar de los principales puntos del Acuerdo, con especial énfasis en las oportunidades que éste abre para el MERCOSUR3. En primer lugar, se realiza un breve resumen del Acuerdo, seguido por un análisis de su importancia estratégica, especialmente para los miembros del bloque sudamericano. A continuación, se analizan en detalle los principales beneficios que el Acuerdo podría traer a la región. Finalmente, se detallan los pasos y tiempos requeridos para su aprobación y entrada en vigor, antes de concluir sobre la agenda de reformas que permitirá maximizar los beneficios del Acuerdo para el MERCOSUR.

El Acuerdo es de carácter amplio y abarca dos partes, una sobre temas de diálogo político y cooperación y otra relacionada al comercio.

DIÁLOGO POLÍTICO y COOPERACIÓN:

comprende compromisos y posiciones comunes en ámbitos de democracia, derechos humanos, medio ambiente, lucha contra el tráfico de drogas, el terrorismo y lavado de dinero, entre otros. Establece mecanismos de intercambio fluidos y transparentes entre las partes en cada una de estas áreas. Con relación a los aspectos de cooperación, el Acuerdo establece mecanismos de cooperación en áreas como ciencia, tecnología e innovación, educación, economía digital, migraciones, responsabilidad social y empresarial, y protección ambiental, entre otras.

COMERCIO: I. SOBRE EL ACUERDO El Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y el MERCOSUR es un hito en la historia de la diplomacia y del comercio internacional para la región. Consiste en un marco de asociación amplio que presenta grandes oportunidades para ambos bloques y que permitirá la integración de dos mercados que conjuntamente representan más de un tercio del comercio global, 30% de los flujos de IED y un mercado de 778 millones de habitantes. El análisis está basado en una reciente publicación del BID-INTAL: Acuerdo de Asociación Mercosur-Unión Europea, Julio 2019, disponible en: https://publications.iadb.org/es/ acuerdo-de-asociacion-mercosur-union-europea

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En el marco del acuerdo comercial, se incluyen capítulos sobre: aranceles, reglas de origen, barreras técnicas (con un anexo especial para el sector automotor), medidas sanitarias y fitosanitarias, defensa comercial, antifraude, salvaguardias bilaterales, defensa de la competencia, cooperación aduanera, facilitación de comercio, servicios, compras gubernamentales, solución de controversias, empresas estatales, subsidios y anexos sobre vinos y destilados, temas institucionales, legales y horizontales como desarrollo sustentable y PyMEs.

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A través del Acuerdo ambos bloques se propusieron eliminar restricciones al comercio entre sí respecto de casi la totalidad de los sectores productivos, tanto del conjunto europeo como de la subregión latinoamericana. A su vez, el tratado es el de mayor profundidad para el MERCOSUR, incluyendo temas que van más allá de las tradicionales cuestiones arancelarias, por ejemplo, comercio de servicios y radicación de empresas, propiedad intelectual, facilitación de comercio, compras públicas, desarrollo sostenible, pequeñas y medianas empresas, entre otros.

cubre un amplio abanico de temas económicos con el objetivo de potenciar el intercambio de bienes, servicios e inversiones entre los bloques4. En términos arancelarios, el 100% de las exportaciones industriales de MERCOSUR ingresarán a la UE sin arancel; 80% se reducirán inmediatamente después de la entrada en vigor del Acuerdo y el resto lo hará gradualmente en un período que llega hasta los 10 años, mientras que el bloque sudamericano liberalizará un 90% en un plazo que llega hasta los 15 años para un conjunto de productos sensibles. Para los productos agrícolas, la UE otorgará preferencias para el 99% del comercio con el MERCOSUR, eliminando aranceles para el 84% de las importaciones y para el resto a través de cuotas o precios de entrada. En tanto, el MERCOSUR liberalizará el 88% del comercio de este tipo de productos. Para el MERCOSUR, el Acuerdo contempla un esquema de liberalización gradual de los sectores más vulnerables del MERCOSUR, con hasta 15 años de plazo para la eliminación total de aranceles. Estos tiempos


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EL PRINCIPAL ARGUMENTO PARA DEFENDER UNA APERTURA COMERCIAL CONSISTE EN QUE LA ARGENTINA Y BRASIL SON DOS DE LAS ECONOMÍAS MÁS CERRADAS DEL MUNDO.

otorgan un período necesario para que los complejos productivos del bloque sudamericano puedan adaptarse a las nuevas reglas y hacer frente a la mayor competencia externa. Se contempla asimismo la importancia de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) que representan gran parte del entramado productivo de la región, a partir de disposiciones específicas tendientes a facilitar su integración en las cadenas globales de valor, especialmente a través de la reducción de las barreras de información y asistencia técnica, protegiendo su participación en las contrataciones públicas e impulsando mayor cooperación en medidas de facilitación de comercio que generen impacto en las empresas de menor porte. En temas no arancelarios, se incorporan disposiciones sobre medidas sanitarias y fitosanitarias y obstáculos técnicos para dar mayor previsibilidad y transparencia al comercio. Asimismo, se incluyen temas de frontera como las disciplinas regulatorias para sectores específicos de servicios (postal, courrier, telecomunicaciones y servicios financieros), compras gubernamentales, compromisos generales sobre comercio electrónico, propiedad intelectual, desarrollo sustentable, entre otros.

II. IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DEL ACUERDO El Acuerdo es uno de los más importantes del mundo por su alcance, junto con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y los recientes acuerdos de asociación entre la UE-Japón y la UE-Canadá. En términos económicos, el PIB de los miembros del Acuerdo alcanza casi una cuarta parte del total mundial. Ambos bloques explican conjuntamente 37% del comercio mundial de bienes y servicios, 29% de los flujos de IED mundial y 34% del stock de IED. La UE es el primer inversor global, con un stock de inversiones que supera el 30% del total mundial y es el mayor inversor extranjero en el MERCOSUR. En 2017, el

stock de inversiones de la UE en el MERCOSUR alcanzó los 433 mil millones de dólares5. Hasta el momento, el MERCOSUR tenía acuerdos de libre comercio con países que representan tan solo 1,4% del PIB mundial; con este acuerdo, se alcanza el 23,5%. En términos de acceso a mercado, el salto es aún mayor, ya que la UE representa casi 33% de las importaciones globales de bienes, con lo cual el acceso en términos preferenciales pasará de 1,5% a 34% del total de las compras mundiales (Cuadro 1). Más allá del tamaño del Acuerdo, para el MERCOSUR significa un paso clave en su agenda externa, que mostraba un importante letargo, otorgando renovada credibilidad al MERCOSUR en sus negociaciones en curso con Canadá, la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), República de Corea y Singapur. A su vez, simplificará algunos aspectos de esas negociaciones, toda vez que ya se ha dado el paso de acordar normas más modernas que las que el MERCOSUR venía aceptando hasta el momento. Es probable también que los entendimientos logrados birregionalmente impacten en cambios en las reglas intra-MERCOSUR, por ejemplo, las que regulan el comercio automotriz o el intercambio de servicios.

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En base a datos de Eurostat.

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% DE IMPORTACIÓN GLOBAL DE BIENES

Israel

0,4%

0,4%

TLCS VIGENTES

Egipto

0,3%

0,4%

Perú

0,3%

0,2%

Bolivia

0,0%

0,1%

Chile Total vigentes

0,4% 1,4%

0,4% 1,5%

UE-28 EFTA

22,1% 1,4%

32,6% 1,9%

Total vigentes+negociados

24,9%

36,0%

Corea del Sur

1,9%

2,7%

Singapur

0,4%

1,9%

Canadá

2,0%

2,3%

Total vigentes+negociados+ en negociación

29,3%

42,9%

EN NEGOCIACIÓN

% DEL PBI GLOBAL

NEGOCIADO

Cuadro 1: Acuerdos de Libre Comercio del MERCOSUR

Fuente: Elaboración propia en base a Fondo Monetario Internacional y Trade Map

Por último, es de esperar que el Acuerdo no solo renueve el dinamismo del MERCOSUR en su agenda externa e interna, sino que también empuje a otros bloques regionales a avanzar en sus agendas pendientes. Por ejemplo, en el caso de la Alianza del Pacífico, cuyos países ya cuentan con acuerdos preferenciales con la UE, esos países verán licuarse sus preferencias relativas en la UE, lo que debería despertar la necesidad de avanzar en sus agendas de reforma para no perder competitividad.

III. OPORTUNIDADES PARA EL MERCOSUR a) Acceso a mercado de bienes El Acuerdo mejora el acceso del MERCOSUR a un mercado clave. La UE es un mercado de casi 20 billones de dólares, un PIB per cápita de 34.000 dólares y comprende más de un tercio de la demanda mundial de bienes y servicios. A pesar de aplicar un arancel promedio bajo, con acceso libre de aranceles en alrededor de 30% de las líneas arancelarias, la UE protege fuertemente el sector agroalimentario, con picos arancelarios para algunos alimentos y productos 18

agrícolas que superan 100%, y una serie de contingentes arancelarios o cuotas que restringen significativamente el volumen importado (Cuadro 2). En este sentido, la UE es un mercado con enorme potencial para el MERCOSUR, no solo por las oportunidades de ampliar los flujos agroalimentarios existentes, sino también diversificar hacia productos que actualmente no se exportan a este mercado debido a aranceles demasiado altos u otras barreras prohibitivas. De hecho, el MERCOSUR participa en menos del 4% del mercado agroalimentario de la UE, que es el mercado más grande del mundo para estos productos, mientras que dicha participación en el mundo es más del doble (Cuadro 3). Existe por lo tanto un potencial sustancial para expandir la participación de la región en este mercado. Aunque se desconocen aún las listas detalladas de desgravación y, por lo tanto, no es posible realizar un análisis detallado de los beneficios obtenidos por acceso a los mercados de bienes, se cuenta con información agregada sobre las ofertas de ambas regiones y algunos detalles que surgen de documentos oficiales7.


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En términos de las canastas de desgravación publicadas (Cuadro 4), se refleja una notable diferencia entre los plazos acordados para la desgravación, con tiempos sustancialmente más cortos para la liberalización en la UE y una transición más gradual para el MERCOSUR. Sin embargo, es importante aclarar que 64% de las exportaciones del MERCOSUR a la UE ya entran al mercado europeo sin pagar arancel, y un 15% adicional paga aranceles iguales o menores al 5%. Es decir que gran parte de los productos incluidos dentro de la oferta de la UE como desgravación inmediata ya están de hecho desgravados o enfrentan aranceles muy bajos.

Cuadro 2: Estructura arancelaria de MERCOSUR y UE6

MERCOSUR (promedio simple)

Unión Europea

10,3

11,8

5,2

10,0

9,9

10,1

12,0

13,9

9,7

10,4

12,1

4,2

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

3,9

0,0

0,2

0,0

0,0

0,1

13,5

Argentina

Brasil

Paraguay Uruguay

Arancel NMF aplicado, promedio simple (%)

13,6

13,4

9,8

Arancel NMF aplicado en productos agrícolas, promedio simple (%)

10,3

10,1

Arancel NMF aplicado en productos no agrícolas, promedio simple (%)

14,2

Arancel >50%, productos agrícolas (% de líneas arancelarias) Contingentes arancelarios (% de líneas arancelarias agrícolas)

Fuente: Elaboración propia en base a OMC Nota: Arancel NMF se refiere al Arancel Nación Más Favorecida Cuadro 3: Participación del MERCOSUR en mercado agroalimentario europeo y global, 2017

Tamaño mercado agroalimentario (Mill. USD)

Mundo

Africa

7

América Asia en Latina y Caribe desarrollo

UE

Resto del Mundo

1.765.652

89.845

90.316

556.847

645.309

383.335

Tamaño mercado agroalimentario (en % del mundo)

100%

5%

5%

32%

37%

22%

Exportaciones agroalimentarias del MERCOSUR (Mill. USD)

135.396

12.052

15.525

66.553

23.895

17.372

7,7%

13,4%

17,2%

12,0%

3,7%

4,5%

Participación de MERCOSUR en mercado agroalimentario (%)

En el caso de la UE, el arancel es común a todos los miembros. “Acuerdo de asociación estratégica MERCOSUR-UE”, presentación del Ministerio de Producción y Trabajo de Argentina, julio 2019; “El acuerdo en principio (texto explicativo por capítulo)”, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina, disponible en: https://cancilleria.gob.ar/es/acuerdo-mercosur-ue; “ACORDO DE ASSOCIAÇÃO MERCOSUL-UNIÃO EUROPEIA”, Gobierno de Brasil, 4 de julio de 2019, disponible en: http://www.itamaraty. gov.br/images/2019/2019_07_03_-_ Resumo_Acordo_Mercosul_UE.pdf; “ACUERDO DE ASOCIACIÓN MERCOSUR – UNIÓN EUROPEA: SÍNTESIS DEL ACUERDO”, Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, disponible en: https://www.gub.uy/ministerio-relaciones-exteriores/sites/ministerio-relaciones-exteriores/files/inline-files/ SINTESIS%20DEL%20ACUERDO%20 DE%20ASOCIACION%20MERCOSUR%20Y%20UNION%20EUROOPEA.pdf

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Fuente: Elaboración propia en base a UNCTAD

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Cuadro 4: Canastas de desgravación acordadas

Canasta

MERCOSUR

UE

DESGRAVACIÓN INMEDIATA

14,1%

74.0%

4 años

10,3%

7,4%

7/8 años

5,0%

5,5%

10 años

42,4%

5,0%

HASTA 10 AÑOS

71,8%

91,9%

15 años

15,5%

0,0%

15 años con gracia

3,2%

0,0%

HASTA 15 AÑOS (1)

90,5%

91,9%

Precio de entrada

0,1%

0,7%

P r e f e r e n c i a s fi j a s

0,0%

0,0%

Cuotas

0,2%

7,1%

ACCESO PARCIAL (2)

0,3%

7,8%

EXCLUSIONES (3)

9,2%

0,3%

100%

100%

TOTAL (1)+(2)+(3)

Fuente: Elaboración propia en base a información oficial

En el caso de los bienes agroalimentarios, donde se concentró gran parte del interés del MERCOSUR, la UE se compromete a eliminar aranceles sobre el 82% de las importaciones. En tanto que para la mayor parte de lo restante ofrecerá cuotas o preferencias fijas, excluyendo en torno a 100 productos. Entre los bienes agroalimentarios que serán liberalizados en forma completa, se destacan algunos productos importantes de la canasta exportadora regional. A continuación, se detallan los más relevantes; mientras que algunos serán liberalizados en forma inmediata, otros serán liberalizados en un periodo de 4 a 10 años: • Productos cuyo arancel estará en 0% a la entrada en vigor del Acuerdo: harina de soja, despojos comestibles de la especie bovina, porcina y ovina, otros productos de origen animal, uvas de mesa, manzanas, peras, cerezas y ciruelas, legumbres, frutos secos y pasas de uva, té, productos de la pesca: merluza, vieiras y calamares, entre otros. A modo de ejemplo, las uvas de mesa ingresan actualmente con un arancel de 11,5%, las cerezas 12%, los productos de la pesca entre 8 y 15%, las peras y manzanas entre 4 y 29%. • Productos que entran en canastas de desgravación de 4 a 10 años: productos de la pesca (por ejemplo, langostinos) y conservas de pescado, hortalizas, plantas y tubérculos alimenticios; frutas cítricas (limo20

nes, naranjas y mandarinas), paltas, limas, melones, sandías, frutas finas (arándanos, frutillas), harina de maíz, almidón, arroz partido, aceites vegetales (soja, girasol y maíz), biodiesel, preparaciones alimenticias y pastas, golosinas, mermeladas, jaleas y otras preparaciones en base a frutas, hortalizas en conserva, helados, alimento para mascotas, café tostado y soluble, tabaco manufacturado y no manufacturado, entre otros. A modo de ejemplo, los langostinos pagan actualmente entre 12 y 18%, café tostado 7,5%, limones, naranjas y mandarinas entre 6 y 26%, melones y sandías 8,8%, frutillas 11,2%, harina de maíz 19,6%, arroz partido 18%, mermeladas entre 22 y 29%. Otros productos de gran interés para el MERCOSUR tendrán preferencias parciales, principalmente a través de cuotas. Este es el caso de las cuotas otorgadas por la UE para productos clave de la oferta exportadora regional, como carnes, maíz, etanol, azúcar, vinos y quesos. A pesar de que, en varios casos, las cuotas son pequeñas en relación tanto con la oferta del MERCOSUR como el tamaño del mercado europeo (en carne congelada por ejemplo), ofrecen una mejora de acceso efectiva y ahorros en el pago de aranceles, otorgando a los exportadores del bloque condiciones de acceso privilegiadas frente a otros proveedores relevantes, como EE. UU.


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Cuadro 5: Cuotas ofrecidas por la UE

EN TONELADAS

ARANCEL INTRA CUOTA

OBSERVACIONES

AZÚCAR ORGÁNICA

10.000

0,0%

Solo para Paraguay

AZÚCAR CONVENCIONAL

180.000

0,0%

Cuota OMC

ARG 29.500; BRA 10.000; PAR 1.000; URU 6.376

0,0%

Cuota Hilton, se reduce arancel

FRESCA

55.450

7,5%

En peso eq carcasa

CONGELADA

44.550

7,5%

En peso eq carcasa

SIN HUESO Y PREPARACIONES

90.000

0,0%

Volumen total en 5 años

CON HUESO

90.000

0,0%

Volumen total en 5 años

CARNE PORCINA

25.000

83 euros/Tn

ARROZ

60.000

0,0%

Volumen total en 5 años

MAÍZ

1.000.000

0,0%

Volumen total en 5 años

MAÍZ DULCE

1.000

0,0%

Volumen total en 5 años

MIEL

45.000

0,0%

Volumen total en 5 años

USO INDUSTRIAL

450.000

0,0%

USO NO INDUSTRIAL

200.000

3,4-6,4%

Volumen total en 5 años

NMF

Liberalización en 8 años

NMF

Precio de entrada por 12 años, luego liberalización

CARNE VACUNA HILTON

intra cuota de 20% a 0%

CARNE DE AVES

ETANOL

VINOS EMBOTELLADOS Y CHAMPAGNE <2 LTS

!

ESPUMANTES HASTA 8USD X LITRO PRODUCTOS LÁCTEOS LECHE EN POLVO

10.000

0,0%

Volumen total en 10 años

FÓRMULA

5.000

0,0%

Volumen total en 10 años

QUESOS, EXCEP. MUZARELA

30.000

NMF

Volumen total y arancel intra cuota 0% en 10 años

TOMATE ENLATADO

7.500

NMF

Liberalización luego de 10 años

AJO

20.000

NMF

Preferencia fija de 30% Se liberaliza cuota en 7 años Fuente: Elaboración propia en base a información oficial

21


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Fuente: Elaboración propia en base a OCDE

Para el sector industrial del MERCOSUR la clave pasará por lograr aprovechar nichos de mercado en donde la región puede ser competitiva, como por ejemplo artículos de cuero, indumentaria de diseño o biotecnología.

Ver por ejemplo: Yeyati, Stein y Daude (2003), “Regional Integration and the Location of FDI”, IADB Draft; Velde y Bezemer (2004), “Regional Integration and Foreign Direct Investment In Developing Countries”, Working Paper (Overseas Development Institute, London); Kang y Park (2004), “Korea-U.S. FTA: Trade and Investment Creation Effects and Trade Structure”, Policy Analysis 04–12, Korea Institute for International Economic Policy; Medvedev (2006), “Beyond Trade: The Impact of Preferential Trade Agreements on Foreign Direct Investments Inflows”, World Bank Policy Research Working Paper 4065, The World Bank; Baltagi, Egger y Pfaffermayr (2007), “Estimating Regional Trade Agreement Effects on FDI in an Interdependent World”, CPR Working Paper Series No.100, Center for Policy Research, Maxwell School, Syracuse University; Feils y Rahman (2008), “Regional Economic Integration and Foreign Direct Investment: The Case of NAFTA”, Management International Review, 48, 2, 143–63; Hikari (2017), Multilevel Analysis of Free Trade Agreements and Foreign Direct Investment in the Asia Pacific Region, RIETI Discussion Paper Series 17-E-012. 9 Braconier, Norback y Urban (2005), “Multinational enterprises and wage costs: vertical FDI revisited”, Journal of International Economics, 2005, vol. 67, issue 2, 446-470. 8

22

Por otro lado, el acceso a insumos tecnológicos y bienes de capital a precios más competitivos, sumado a reglas de acumulación de origen – reglas que permitirán que un bien final pueda ser considerado como producido en el bloque y acceda a las preferencias arancelarias incluso cuando sus insumos y su producción se hayan distribuido entre el MERCOSUR y la UE –, podrían contribuir a fortalecer las cadenas de valor y a aumentar la competitividad de las economías del bloque sudamericano. En el Anexo se analiza en detalle el intercambio comercial entre la UE y el MERCOSUR, así como las principales oportunidades que abre el Acuerdo para los socios del bloque sudamericano. b) Inversiones La experiencia internacional y la literatura muestran que los Tratados de Libre Comercio (TLC) en general llevan a aumentos de IED en los países que forman parte de este tipo de acuerdos, siendo el impacto mayor cuando se asegura el acceso a un mercado de gran tamaño y cuando el acuerdo incluye países desarrollados y en desarrollo8. De hecho, al estudiar la evolución de la IED de la UE en los países en desarrollo

con los cuales firmó acuerdos comerciales se observa en la mayoría de los casos un importante crecimiento en el período posterior al acuerdo, multiplicando por cuatro o más veces el stock previo y con un plus de crecimiento sustancial respecto a la IED de otros orígenes. Sin embargo, en línea con Braconier, Norback y Urban (2005)9, los impactos también dependerán de si la IED es de naturaleza principalmente vertical u horizontal. La IED vertical se produce cuando la multinacional fragmenta el proceso de producción a nivel internacional, ubicando cada etapa de producción en distintos países en base a diferencias en los costos de los factores. La IED horizontal ocurre cuando la multinacional realiza similares actividades de producción en varios países. Mientras que un TLC probablemente tenga un impacto positivo en la IED vertical, por ejemplo, en inversiones en los primeros eslabones de la cadena alimenticia, podría tener un impacto negativo en la IED horizontal, sobre todo si la motivación de la IED es “saltar” los aranceles, como es el caso de gran parte de la inversión europea en el sector automotriz del MERCOSUR. De todas maneras, más allá del impacto sobre los flujos de IED en el corto a mediano plazo, el Acuerdo establece un marco de reglas que contribuirá a fortalecer la institucionalidad de los países del MERCOSUR y a mejorar el ambiente de negocios. Debe destacarse que, en general, asumir compromisos internacionales de esta índole ofrece mayor firmeza y garantías de sostenibilidad


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en el tiempo a las reformas institucionales, contribuyendo a aislarlas del ámbito de discusión política doméstica. En particular, el Acuerdo allanaría el camino hacia una política comercial esencialmente diferente en el MERCOSUR, aceptando de hecho un mayor nivel de apertura comercial y limitando los vaivenes entre aperturismo y proteccionismo que ha enfrentado el bloque desde su creación. Este potencial impacto en términos de certidumbre y mejora general del clima de negocios en la región podría resultar sustancial en el largo plazo para atraer inversiones aún en mayor medida, no solo de Europa sino del resto del mundo. c) Comercio de servicios El Acuerdo contempla, para los sectores alcanzados, el acceso al mercado de la contraparte para las empresas de servicios en las mismas condiciones que los nacionales. En este sentido, brindará nuevas oportunidades para la exportación de servicios en sectores como servicios basados en el conocimiento, donde el MERCOSUR es un exportador competitivo. La UE es el principal importador de servicios del mundo y en 2017 importó solo 12 mil millones de dólares de servicios del MERCOSUR (sobre un total de 1980 mil millones). A su vez, el Acuerdo podría estimular la radicación de inversiones en el sector de servicios para exportar al mercado del continente americano desde la región (nearshore). En términos más generales, constituye una herramienta para otorgar previsibilidad y transparencia a las condiciones que rigen el intercambio de servicios entre ambos bloques. También podría contribuir a reactivar las negociaciones de servicios en el propio MERCOSUR. d) Diálogo político y Cooperación El componente de Diálogo político del Acuerdo también contribuirá a fortalecer las capacidades de los países del Mercosur en materias como medio ambiente, lucha contra el tráfico de drogas, terrorismo y la-

vado de dinero, y a dar mayor seguridad y previsibilidad a su entorno político, lo que también podría tener un impacto favorable en su capacidad de atraer inversión extranjera. Por último, el Acuerdo prevé instancias para profundizar la cooperación entre las partes en áreas como ciencia, tecnología e innovación, educación, economía digital, migraciones, responsabilidad social y empresarial, y protección ambiental, entre otras. Existirá además un acuerdo conexo que abriría oportunidades para asistencia financiera para la cooperación internacional. En términos generales, esto podría permitir al MERCOSUR beneficiarse de transferencia de tecnología y mejores prácticas y acceder a nuevos recursos para financiar su adecuación a los términos del Acuerdo y a su impacto económico y comercial.

IV. PROCESO GENERAL PARA LA ENTRADA EN VIGOR DEL ACUERDO Una vez culminada la negociación del Acuerdo, la puesta en vigor del mismo no se produce de manera inmediata, requiere de una serie ulterior de pasos que deberán llevar adelante ambos bloques. En primer lugar, durante el segundo semestre de 2019 se debería elaborar el texto consolidado de la negociación, llevar a cabo la revisión técnica y jurídica y la traducción a los idiomas oficiales y, por último, la firma por todas las partes. A continuación, el Acuerdo deberá ser sometido a los procesos de aprobación domésticos previos a su ratificación. En el caso de la UE, el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros deberán aprobar el Acuerdo. Para los temas que no son de naturaleza económica-comercial (diálogo político y cooperación) se requerirá adicionalmente la aprobación de los parlamentos nacionales. En el MERCOSUR, la aprobación deberá ser dada por el Poder Legislativo de los so23


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EL EJEMPLO DE UE-JAPÓN. La negociación entre UE y Japón finalizó formalmente en diciembre de 2017. Un año más tarde, en diciembre de 2018, el Parlamento Europeo aprobó el Acuerdo de Partenariado Económico UE-Japón y el Acuerdo de Asociación Estratégica UE-Japón. El primero de ellos, que contiene la mayor parte de los compromisos en materia económica, entró en vigor en febrero de 2019, tan solo catorce meses después de la finalización de las negociaciones, al no requerir aprobación de los parlamentos nacionales europeos. El segundo, que incluye asuntos de cooperación política y sectorial, que exceden las competencias de la Comisión Europea, sólo entró en vigor en parte, a la espera la aprobación de los parlamentos nacionales de Europa.

24

cios. En caso de aprobación por parte de la UE, el Acuerdo podría entrar en vigor entre la UE y el primer país del MERCOSUR que haya completado sus procedimientos legislativos internos, lo que agilizaría los tiempos de implementación para el país que haya cumplido con la aprobación, a la vez que representaría un incentivo para acelerar la aprobación en los demás miembros del MERCOSUR. Es importante notar que la entrada en vigor de los capítulos económico-comerciales podrá ser independiente de la entrada en vigor del resto del Acuerdo, tal como sucedió con el reciente Acuerdo de Asociación Económica entre la UE y Japón. La Ilustración 1 resume el camino sinuoso que han recorrido las negociaciones entre la UE y MERCOSUR, así como los pasos que aún restan realizar para su aprobación y entrada en vigor.


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Ilustraciรณn: El sinuoso camino del Acuerdo

25


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CONCLUSIÓN: LO MÁS IMPORTANTE ES LO QUE SIGUE En definitiva, el Acuerdo abre una oportunidad para que los complejos productivos y de servicios del MERCOSUR transiten un camino arduo pero ineludible hacia la integración global. Concentrarse sólo en los mercados domésticos o cautivos dentro de la región ya no es una opción. Los tiempos negociados son amplios para desarrollar y llevar adelante una agenda de aprovechamiento del Acuerdo. Para que los países del bloque puedan maximizar las oportunidades que el mismo brinda y afrontar con éxito los desafíos que traerá aparejado será necesario incentivar un cambio de paradigma en las empresas de la región, ayudar a generar las condiciones propicias para que incorporen nuevas tecnologías, mejoren sus capacidades de gerenciamiento, impulsen procesos de innovación, se adecúen a las mejores prácticas internacionales de producción y adopten estándares internacionales de sostenibilidad ambiental y social. Esto se debe complementar con inversiones que permitan que estas empresas operen en un entorno más eficiente. Se torna prioritario entonces encarar con decisión reformas para optimizar la logística del comercio exterior, adoptar los mejores estándares internacionales en materia de facilitación comercial, mejorar las capacidades regionales de promoción, implementar programas de transformación productiva para asistir en la transición a los sectores más afectados y generar incentivos y marcos regulatorios apropiados para impulsar a los sectores competitivos, reduciendo así la brecha de productividad con las economías europeas. Son estos aspectos, mucho más que los detalles finales del texto acordado, los que serán relevantes a la hora de hacer un balance del Acuerdo en el futuro.

26


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Anexo BALANZA COMERCIAL MERCOSUR-UE • El comercio total entre el MERCOSUR y la UE alcanzó 95 mil millones de dólares en 2018, el doble que hace 20 años. • En los últimos tres años el comercio ha sido equilibrado a nivel regional, aunque esto responde al superávit de Brasil que es contrarrestado por el déficit de los restantes socios del MERCOSUR. • Composición del comercio con la UE (promedio 2016-2018): o Las exportaciones del MERCOSUR a la UE se encuentran relativamente concentradas en productos del sector agropecuario y algunas manufacturas. o Las importaciones se encuentran más diversificadas y son principalmente manufacturas, aunque el petróleo también tiene un peso relevante. Los medicamentos, los vehículos y sus partes, los motores eléctricos, y algunos químicos se encuentran entre los más relevantes.

Exportaciones Partida

Descripción

Participación

Acumulado

2304

Tortas y demás residuos sólidos del aceite de soja

13%

13%

2601

Minerales de hierro y sus concentrados

6%

19%

0901

Café

5%

24%

1201

Porotos de soja

5%

29%

4703

Pasta química de madera

5%

34%

2603

Minerales de cobre y sus concentrados.

4%

38%

2709

Aceites crudos de petróleo o de mineral bituminoso

4%

41%

8905

Barcos, diques, plataformas de perforación o explotación

4%

45%

2009

Jugos de frutas

3%

48%

8307

Tubos flexibles de metal

3%

51%

Resto

49%

100%

Importaciones Partida

Descripción

Participación

Acumulado

2710

Aceites de petróleo, excepto crudos

6%

6%

8708

Partes y accesorios de vehículos automóviles

5%

11%

3004

Medicamentos

5%

16%

3002

Sangre humana, animal, para uso terapéutico, profiláctico o de diagnóstico…

5%

21%

2933

Compuestos heterocíclicos con heteroátomos de nitrógeno

2%

23%

8703

Automóviles para transporte de personas

2%

25%

3808

Insecticidas, raticidas, fungicidas, herbicidas, …

2%

27%

8503

Partes de máquinas

2%

29%

8479

Máquinas y aparatos mecánicos con función propia

1%

30%

8483

Árboles de transmisión y manivelas, etc.

1%

31%

Resto

69%

100%

10 En este anexo, se utilizan los datos de UE-27, excluyendo al Reino Unido.

27


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ARGENTINA • En 2018, las exportaciones ascendieron a 8,4 miles de millones de dólares, contra 10,7 miles de millones de dólares de importaciones. Como resultado el déficit fue de 2,3 miles de millones de dólares. El comercio con la UE ha sido deficitario para Argentina desde 2012. • Composición del comercio con la UE: o Las exportaciones de Argentina están concentradas en productos agropecuarios y minerales. Un tercio corresponde a torta de soja. o Las importaciones están más diversificadas, aunque los automóviles y sus partes, y los productos relacionados con la salud, tienen gran importancia. • Oportunidades con el Acuerdo: o Desde 2014 Argentina ya no es parte del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP)11 afectando a las ventas de biodiesel, aceite de soja, langostinos, uvas frescas, naranjas, mandarinas, aceite de girasol, carne caballar, pescado, calabaza y tabaco. Entre 2012 y 2013 el valor exportado a la UE por estos bienes había sido del orden del 18% de los envíos totales (alrededor de 2 mil millones de dólares). o Para vinos, además de la eliminación del arancel se reconocieron 140 IG y expresiones como “reserva” y “gran reserva” e importantes regulaciones nacionales (prácticas enológicas, etiquetado, entre otras).

ARGENTINA Exportaciones Partida

Descripción

Participación

Acumulado

2304

Tortas y demás residuos sólidos del aceite de soja

33%

33%

0306

Crustáceos

8%

41%

0201

Carne bovina, fresca o refrigerada

6%

47%

3826

Biodiesel

6%

53%

2008

Frutas y demás partes comestibles de plantas, preparados o conservados

4%

57%

2603

Minerales de cobre y sus concentrados

4%

61%

0805

Cítricos, frescos o secos

3%

64%

8708

Partes y accesorios de vehículos automóviles

2%

66%

1202

Maníes

2%

68%

2204

Vino de uva

2%

70%

Resto

30%

100%

Resto

49%

100%

Partida

Descripción

Participación

Acumulado

8708

Partes y accesorios de vehículos automóviles

6%

6%

3004

Medicamentos

6%

12%

8503

Partes de máquinas

5%

17%

3002

Sangre humana o animal, para uso terapéutico, profiláctico o de diagnóstico

4%

22%

2710

Aceites de petróleo, excepto crudos

4%

26%

8703

Automóviles para el transporte de personas

3%

29%

8408

Motores diesel o semidiesel

2%

31%

8422

Máquinas para lavar vajilla, limpiar, llenar, cerrar, etiquetar botellas, latas, cajas, etc.

1%

33%

8517

Teléfonos, incluidos móviles

1%

34%

8421

Centrifugadoras

1%

35%

Resto

65%

100%

Resto

69%

100%

Importaciones

Es un sistema que otorga aranceles cero o preferencias a las importaciones de los países beneficiarios del mismo (países vulnerables). Los países en desarrollo son beneficiarios si el Banco Mundial los clasifica como países por debajo del nivel de medio-alto ingreso, sumado a ratificar 27 convenciones internacionales para tener SGP+. 11

28


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BRASIL • Comercio con UE: En 2018, alcanzó 71,7 miles de millones, con un superávit de 6,6 miles de millones de dólares. • Composición del comercio con la UE: o La soja, el mineral de hierro, el café, la pasta de madera y el petróleo suman 40% de las exportaciones de Brasil a la UE. o Las máquinas y sus partes, automóviles y algunos químicos se encuentran entre las principales importaciones. También son importantes las compras de derivados del petróleo. • Oportunidades con el Acuerdo: o Sólo 24% de las líneas arancelarias exportadas por Brasil a la UE entran sin arancel a la UE, con el Acuerdo el número crecerá a más del 90%. Por ejemplo, se eliminan los aranceles en productos como jugo de naranja, frutas (melones, sandías, naranjas, limones, entre otros), café soluble, pescado, crustáceos y aceites vegetales. Se obtiene acceso preferencial a carne bovina, de cerdo y pollo, azúcar, etanol, arroz, huevos y miel. o Estimaciones de impacto: un incremento del PIB de 23 mil millones de dólares en 15 años, pudiendo llegar a 32 mil millones de dólares si son consideradas las reducciones de las barreras no-tarifarias y el incremento esperado en la productividad total de los factores de producción. El aumento de las inversiones en Brasil, en el mismo período, será del orden de 113 mil millones de dólares. Con relación al comercio bilateral, las exportaciones brasileñas a la UE representarán casi 100.000 millones de dólares de ganancias hasta 203512.

BRASIL Exportaciones Partida

Descripción

Participación

Acumulado

2304

Tortas y demás residuos sólidos del aceite de soja

9%

9%

2601

Minerales de hierro y sus concentrados

7%

16%

0901

Café

7%

23%

4703

Pasta de madera

6%

29%

1201

Porotos de soja

5%

34%

2709

Aceites de petróleo, crudos

5%

39%

8905

Barcos, diques, plataformas de perforación o explotación

4%

43%

2603

Minerales de cobre y sus concentrados

4%

47%

2009

Jugos de frutas

4%

51%

8307

Tubos flexibles de metal

3%

54%

Resto

46%

100%

Partida

Descripción

Participación

Acumulado

2710

Aceites de petróleo, excepto crudos

6%

6%

8708

Partes y accesorios de vehículos automóviles

5%

11%

3004

Medicamentos

5%

16%

3002

Sangre humana o animal, para uso terapéutico, profiláctico o de diagnóstico

5%

21%

2933

Compuestos heterocíclicos con heteroátomos de nitrógeno

3%

24%

3808

Insecticidas, raticidas, fungicidas, herbicidas, …

2%

26%

8479

Máquinas y aparatos mecánicos con función propia

1%

28%

8703

Automóviles para el transporte de personas

1%

29%

8483

Árboles de transmisión y manivelas, etc.

1%

30%

8803

Partes de aparatos

1%

31%

Resto

69%

100%

Importaciones

12 Estimaciones del Ministerio de Economía de Brasil. Disponibles en http://www.itamaraty.gov.br/pt-BR/ notas-a-imprensa/20560-conclusao-das-negociacoes-do-acordo-entre-o-mercosul-e-a-uniao-europeia-nota-conjunta-dos-ministerios-das-relacoes-exteriores-da-economia-e-da-agricultura-pecuaria-eabastecimento-bruxelas-27-e-28-dejunho-de-2019

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PARAGUAY • En 2018 Paraguay exportó 640 millones de dólares a la UE e importó 1.436 millones de dólares, resultando en un déficit de 795 millones de dólares. La balanza comercial había resultado superavitaria para Paraguay entre 2007 y 2016 y se revirtió en 2017 por el fuerte incremento en las importaciones de petróleo. • Composición del comercio con la UE o La soja (porotos y torta) representan casi la totalidad de los envíos de Paraguay a la UE.

o Un cuarto de las importaciones está compuesto por derivados del petróleo, y le siguen manufacturas.

• Oportunidades con el Acuerdo: o Una parte importante de las expectativas de ganancias de acceso a mercado para Paraguay se centra en las cuotas de carnes y azúcar. o A su vez, a partir del 1 de enero de 2019 dejó de estar beneficiado por las preferencias del SGP+ de UE y empezó a pagar los aranceles completos. Si bien el peso de los productos exportados bajo SGP era bajo, se trata de productos no tradicionales y por tanto importantes en términos de diversificación exportadora para el país como los jugos de frutas. El incremento del arancel por salir del SGP+ y empezar a pagar los aranceles NMF para los 30 principales productos de exportación hacia la UE será en promedio de 11,3%13. El aceite, manufacturas de cuero y jugos de frutas son los productos más afectados por la salida del SGP+ y explicaron el 8% de las exportaciones del país entre 2016 y 2018.

PARAGUAY Exportaciones Partida

Descripción

Participación

Acumulado

1201

Porotos de soja

39%

39%

2304

Tortas y demás residuos sólidos del aceite de soja

29%

68%

4104

Cueros y pieles curtidos

6%

74%

1507

Aceite de soja

3%

78%

0201

Carne bovina, fresca o refrigerada

3%

80%

1701

Azúcar

2%

83%

7108

Oro

2%

85%

1207

Otras semillas y frutos oleaginosos

2%

87%

4402

Carbón vegetal

1%

88%

0504

Tripas, vejigas y estómagos de animales

1%

90%

Resto

10%

100%

Partida

Descripción

Participación

Acumulado

2710

Aceites de petróleo, excepto crudos

23%

23%

3303

Perfumes y agua de tocador

6%

28%

8703

Automóviles para el transporte de personas

6%

34%

3004

Medicamentos

3%

37%

3808

Insecticidas, raticidas, fungicidas, herbicidas, …

3%

40%

8701

Tractores

2%

42%

3002

Sangre humana o animal, para uso terapéutico, profiláctico o de diagnóstico

2%

44%

4810

Papel y cartón

2%

46%

8705

Vehículos automóviles para usos especiales

2%

48%

Importaciones

2203

13 Rojas y Arce (2019). Del Sistema Generalizado de Preferencias al Acuerdo de Asociación. Paraguay y la Unión Europea. CADEP

30

Cerveza de malta

2%

49%

Resto

51%

100%


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URUGUAY • En 2018 Uruguay exportó 777 millones de dólares a la UE e importó 1.054 millones de dólares, resultando en un déficit de 278 millones de dólares. Desde 2010 el comercio con la UE es deficitario para Uruguay. • Composición del comercio con la UE: o La carne bovina es el principal producto de exportación de Uruguay a la UE. o Entre las importaciones se encuentran, además de manufacturas, algunos productos agropecuarios y derivados del petróleo. • Oportunidades con el Acuerdo: o La inclusión de nuevas cuotas de exportación de carnes en el acuerdo comercial impactará en el desempeño exportador uruguayo, que además se beneficiará de la administración compartida de los contingentes. Uruguay es un exportador bien posicionado de carne bovina lo que le permite acceder a mercados exigentes. o La Unión Europea es el segundo destino donde Uruguay paga mayores montos en concepto de aranceles. Casi el 40% de los aranceles que se pagaron en 2016 fue por el ingreso de productos del país en la UE. Si bien el promedio arancelario en ese destino es de alrededor del 6%, existen crestas en lácteos y algunos subproductos cárnicos. Esta situación mejoraría sustancialmente con el acuerdo . o La carne bovina explicó el 84% de los aranceles pagados en 2016 a la UE, donde accede a través de cuotas de ingreso. Lo restante se explica especialmente por los cueros que se exportan para la industria automotriz de la UE, el arroz, la miel, las frutas cítricas y las lanas y tejidos. Varios de estos productos están dentro de los cronogramas de liberalización o reducción de aranceles en el acuerdo comercial. o En promedio (2007-2010), 35% de las exportaciones de Uruguay a la UE era bajo SGP y eran principalmente cítricos, carnes y pescados. En 2014 fue excluido por lo que desde entonces el acceso a preferencias en la UE depende de las preferencias del acuerdo en el marco del MERCOSUR. URUGUAY Exportaciones Partida

Descripción

Participación

Acumulado

0201

Carne bovina, fresca o refrigerada

30%

30%

0202

Carne bovina, congelada

12%

42%

4401

Leña, madera en placas o partículas, desperdicios, etc.

10%

52%

5105

Lana, cardada o peinada

6%

59%

4104

Cueros y pieles curtidos

6%

64%

1201

Porotos de soja

4%

69%

1006

Arroz

4%

72%

4107

Cueros preparados, después del curtido o secado

3%

76%

0805

Cítricos, frescos o secos

3%

78%

0205

Carne de animales de las especies caballar, asnal o mular, fresca, refrigerada o congelada.

2%

81%

Resto

19%

100%

Partida

Descripción

Participación

Acumulado

8502

Grupos electrógenos y convertidores rotativos eléctricos

8%

8%

2710

Aceites de petróleo, excepto crudos

7%

16%

3004

Medicamentos

4%

20%

8703

Automóviles para el transporte de personas

3%

23%

8708

Partes y accesorios de vehículos automóviles

3%

26%

3002

Sangre humana o animal, para uso terapéutico, profiláctico o de diagnóstico

3%

29%

Importaciones

1515

Grasas y aceites vegetales fijos

2%

31%

1511

Aceite de palma y sus fracciones

1%

32%

8517

Teléfonos, incluidos móviles

1%

33%

8422

Máquinas para lavar vajilla, limpiar, llenar, cerrar, etiquetar botellas, latas, cajas, etc.

1%

35%

Resto

65%

100% 31


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Acuerdo Mercosur - Uniรณn Europea: Un acicate para la competitividad argentina Marcelo Capello y Vanessa Toselli1

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Economistas de IERAL


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El acuerdo entre los países del Mercosur y la Unión Europea, en caso de ser ratificado, plantea pautas específicas para el comercio internacional, entre ambos grupos económicos, que hacen referencia tanto al comercio de bienes y servicios (acceso a los mercados, disciplinas, cuotas), las reglas de origen entre las partes, compromisos de facilitación del comercio, medidas de defensa comercial, pautas sanitarias y fitosanitarias, como así también pautas vinculadas a las compras públicas, empresas del Estado, entre otras. Todas estas pautas, al menos preliminarmente, dejan en evidencia una lista de desafíos y oportunidades claves para el desarrollo de la economía de nuestro país. Por un lado, la liberalización arancelaria – si bien será escalonada en los próximos 10 a 15 años – permite ampliar significativamente el mercado de nuestras exportaciones agropecuarias, generando expectativas favorables en esa dirección. Por otro lado, el panorama no se encuentra tan claro para el sector industrial, puesto que – de concretarse las negociaciones actuales – en el mediano plazo, las industrias locales competirán con las firmas europeas, que, en muchos ámbitos, poseen mejores condiciones de competitividad y entorno de negocios que las propias. El balance general del sector servicios queda aún incierto. En cuanto a las pequeñas y medianas empresas, el acuerdo preliminar establece beneficios específicos que buscan impulsar su presencia activa en el comercio birregional y mundial a través de programas que facilitan su integración en cadenas globales de valor, asistencia técnica, participación en compras gubernamentales, joint ventures, partenships, bussines networks, transferencia de know how y asistencia financiera; si bien falta avanzar en sus precisiones. Así las cosas, el mencionado acuerdo estratégico acelera la necesidad de contar con un plan integral de mejora en la competitividad de la producción local, y abre la agenda diplomática hacia nuevas negociaciones (como, por ejemplo, con Estados Unidos, México, Canadá, entre otros). Para que dichos acuerdos se consoliden como oportunidad, y no sólo como amenaza para el sector industrial local, deben ir acompañados por la aprobación de reformas estructurales y otros cambios focalizados que permitan mejorar drásticamente los alicaídos índices de competitividad argentina. Por supuesto, una de dichas reformas estructurales necesarias es la laboral, además de la tributaria y de gasto público, entre otras.

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Competitividad cambiaria Cuando se discute sobre competitividad puede dividirse el análisis en la Competitividad Cambiaria, ligada a la evolución del tipo de cambio real entre dos monedas, o canasta de monedas, y la Competitividad Estructural de un país, que se halla relacionada a decenas de factores cuya determinación sólo se puede modificar a mediano o largo plazo. Dado que los bienes transables (se comercializan con el exterior) no tienen diferencias importantes de precios entre países, los vaivenes en el tipo de cambio real de un país se deben principalmente a modificaciones relativas entre países en los precios de los bienes no transables. Y uno de los principales precios de no transables es el salario que se paga en una economía. Así planteada, la competitividad cambiaria y, por ende, el costo salarial, ha influido en forma importante sobre la evolución del empleo en Argentina, especialmente el empleo industrial. Tal como se puede observar en los Gráficos 1 y 2, cuando el costo salarial, medido en moneda dura, se ubicó en niveles muy bajos en 2002, permitió en años subsiguientes que subas salariales mejoraran el nivel de actividad en el mercado interno, sin poner inicialmente en riesgo la competitividad industrial (exportaciones y sustitutos de importaciones). Cuando el salario sobrepasó el nivel de finales del Plan de Convertibilidad2, se estancó la creación de empleo industrial. Cuando el salario superó notablemente dichos niveles, el empleo industrial directamente cayó, porque lo que se ganaba de actividad en el mercado interno más que se compensaba por la caída en el empleo ligado a las exportaciones industriales, y a los sustitutos de importaciones. El Plan de Convertibilidad designa al programa de medidas económicas adoptadas durante el gobierno de Carlos Menem para combatir la inflación. Se fijaba, entre ellas, la libre convertibilidad entre el peso y el dólar estadounidense a una tasa de cambio de 1 peso=1 dólar. 3 Canitrot, Adolfo (1983), El salario real y la restricción externa de la economía, Desarrollo Económico, 23 (91), pp. 423-427. 2

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La suba de salarios en moneda dura visualizada entre 2003 y 2015 fue posible no sólo porque se partió de salarios absolutamente licuados tras la devaluación del peso de 2002, sino también porque en ese período los precios de las commodities alcanzaron niveles récord.

Tal como se planteaba en debates de tempo atrás3, existe un salario de equilibrio para el sector externo de la economía. Cuando se intenta sobrepasar dicho nivel (que depende también de los términos de intercambio externos y otros factores), se generan pérdidas de competitividad que terminan llevando a una crisis externa, que normalmente termina con una devaluación de la moneda local (reduce el costo salarial), y permite revertir temporalmente las cuentas externas (por mayores exportaciones, pero especialmente por menores importaciones). La experiencia de las últimas décadas en materia de competitividad cambiaria, costos salariales y empleo industrial, llevan a concluir que la política de salarios y tipo de cambio deberían calibrarse para evitar situaciones insostenibles que lleven a crisis que derivan luego en caída de salarios y mayor tasa de pobreza. Las negociaciones salariales en los sectores transables de producción no deberían desarrollarse sin tener en cuenta lo que ocurre en materia de costos salariales en países con los que Argentina compite. Se requiere una nueva visión en las negociaciones salariales, la de un país que no está sólo en el mundo, que debe contemplar la existencia de la competencia externa, máxime en el nuevo contexto de mayor inserción internacional. No subirán los salarios a largo plazo, ni bajará en forma sostenida la tasa de pobreza, si Argentina no genera una economía competitiva que haga crecer fuertemente sus exportaciones, evitando las periódicas crisis por escasez de reservas. Con ese fin, la apertura de la economía debería ser un objetivo a alcanzar, y el acuerdo UE – Mercosur coadyuva en tal sentido.


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Gráfico1: Salarios medidos en Euros en Industria Manufacturera (1994 – 2019)

600

1,776 1,479 1,118 843

1,510

501 546 610

655

500 400

1,198

1,095 1,033

947

826

1,658 1,491

1,255

1,238

370 385 428

95

739

300 200 100

Salario industrial en euros

Sep 19

2018

2017

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

2,000 1,800 1,600 1,400 1,200 1,000 800 600 400 200 -

Precio FOB Soja en euros (eje secundario)

Gráfico2: Variación % en estimador de actividad industrial

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a Ministerio de Producción y Trabajo e INDEC. Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a Ministerio de Producción y Trabajo e INDEC.

Otra forma de chequear la competitividad cambiaria de un país, que no sea simplemente seguir la evolución del tipo de cambio real, surge de comparar directamente precios entre países, en una moneda común. A este respecto, se realizó una comparación entre 15 países (entre los que se cuenta Argentina) y 16 precios de bienes y servicios, para los años 2017 y 2019. En las tablas 1 y 2, el color verde implica que Argentina resulta más barata en ese bien o servicio, mientras el color rojo la inversa (amarillo significa precios iguales). Así, mientras en el año 2017 los precios en Argentina eran superiores en el 56% de

los casos analizados, las modificaciones en el tipo de cambio ocurridas en 2018 y 2019, alteraron los precios relativos, haciendo a nuestro país, más competitivo. Se observa ahora que, en octubre del corriente año, sólo en el 8% de los casos analizados, Argentina resulta más cara que el resto de los países bajo análisis. De mantenerse un tipo de cambio real como el de octubre 2019, Argentina tendrá ventajas de precios relativos respecto a muchos países del mundo, asimilando una situación de mayor competitividad cambiaria, que resultaría una buena plataforma inicial para ingresar a un acuerdo UE – Mercosur.

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Tabla 1: Comparativo internacional de precios para bienes y servicios seleccionados (en US$) Marzo 2017

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea con base en Numbeo y Precios Mundi. Nota: Recuadros en rojo implican que Argentina presenta precios mayores para ese bien en relación al país correspondiente (fila). Celdas en verde se corresponden con bienes relativamente más baratos en Argentina comparados al país definido.

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Tabla 2: Comparativo internacional de precios para bienes y servicios seleccionados (en US$) Octubre 2019

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea con base en Numbeo y Precios Mundi. Nota: Recuadros en rojo implican que Argentina presenta precios mayores para ese bien en relación al país correspondiente (fila). Celdas en verde se corresponden con bienes relativamente más baratos en Argentina comparados al país definido.

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Competitividad estructural Pero la competitividad no es sólo un tema cambiario, sino que a mediano y largo plazo lo importante es resultar competitivos a nivel estructural . Para trazar un plan integral de competitividad, se necesita un diagnóstico también integral, para definir prioridades. Dicho diagnóstico inicial en buena medida ya está realizado. Existen organismos internacionales y entidades académicas que intentan ponerle números a los diferentes componentes de la competitividad estructural. Un caso emblemático es el Índice de Competitividad que construye anualmente el Foro Económico Mundial. Consta de doce capítulos o categorías, y de un índice general. Además, existen decenas de indicadores individuales que se consolidan para formar un capítulo, y éstos para consolidar el índice general. En las tablas 3 y 4 se expone la posición de Argentina y restante países del Mercosur, así como de algunos países de la Unión Europea, de ingresos más altos (Alemania, Francia, Países Bajos, Suecia, Italia, España) e ingresos más bajos (República Checa, Hungría), estos últimos integrantes de Europa del Este . Por último, para cada uno de los indicadores bajo análisis, se incorpora la posición de Estados Unidos de América. En lo que refiere al indicador recientemente publicado para el año 2019, Argentina se ubica en la posición 83° en el ranking general de competitividad del World Economic Forum (WEF) (Tabla 3), entre 141 países. Brasil (71°) y Uruguay (54°) resultan mejor ubicados y Paraguay en peor posición (97°). Los Países Bajos se ubican en el 4° lugar, Alemania en el 7°, España es 23° y Hungría 47°. Esto es, Argentina se encuentra por debajo de varios países de la UE que pertenecen a Europa del Este. Por capítulos (Tabla 3.1 a Tabla 3.8), la peor posición de Argentina se encuentra en “Estabilidad Macroeconómica”, en la posición 139°. También se halla muy mal ubicada en las condiciones del “Mercado de productos” (120°) y en el “Mercado del Trabajo” (117°). Tampoco es buena la ubicación en el ranking en capítulos de “Sistema 38

Financiero” (105°), “Dinamismo Comercial” (80°), “Instituciones” (88°) e “Infraestructura” (68°). Se halla mejor ubicada en “Salud” (53°), “Recursos Humanos” (31°) y “Tamaño del Mercado” (34°). Argentina se halla mejor ubicada que Brasil en “Dinamismo Comercial”, “Instituciones”, “Tecnología”, “Infraestructura”, “Salud” y “Recursos Humanos”. Hungría se posiciona mejor que Argentina en todos los capítulos, salvo en “Salud” y “Tamaño del Mercado”. En los indicadores individuales, las peores posiciones de Argentina están dadas en los siguientes: • Prácticas de contratación y despido (139°) • Inflación (139°) • Flexibilidad en la determinación de los salarios (138°) • Importaciones (136°) • Efectos distorsivos de impuestos y subsidios (133°) • Financiamiento a PyMEs (132°) • Crédito doméstico al sector privado (128°) • Orientación a futuro del gobierno (125°) • Costos de redundancia (125°) • Tarifas al comercio (124°) En el ranking de Doing Business del Banco Mundial (Tabla 4), las peores posiciones de Argentina entre más de 190 países son las siguientes: • • • • • •

Permisos de la construcción (174°) Pago de impuestos (169°) Iniciar un negocio (128°) Comercio extra fronterizo (125°) Facilidad para hacer negocios (119°) Registro de la propiedad (119°)

También en dichos indicadores del Banco Mundial Argentina se halla peor ubicada inclusive que los países de la UE que pertenecen a la Europa del Este. Resulta claro que debe definirse un Plan General de Competitividad, como política de estado, que se fije metas de mejoras en el tiempo, con responsabilidades en las distintas esferas del gobierno, en los tres niveles de gobierno y con participación y control de los representantes del sector privado.


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Argentina tendrá una nueva oportunidad para generar un modelo económico con crecimiento equilibrado entre mercado interno y externo, que no derive en sesgo anti-exportador, y que dé lugar a una expansión sostenida de la economía argentina. Para lograrlo se necesitarán reformas estructurales en materia fiscal (impuestos y gasto) y laboral, y asegurar una economía competitiva, tanto en lo cambiario como

en lo estructural. El acuerdo UE-Mercosur requerirá también priorizar esta estrategia, para que sea mejor aprovechado por la producción local de bienes y servicios. Es probable que ello vaya acompañado de una recuperación lenta de la actividad, pero sobre cimientos más sólidos, que permitan sostener un crecimiento a más largo plazo en la producción y el empleo.

Indicadores de competitividad Tabla 3: Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Por Capítulos o categorías. Año 2019

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Tabla 3.1: - Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (1)

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Tabla 3.2: Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (2)

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Tabla 3.3: - Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (3)

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Tabla 3.4: Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (4)

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Tabla 3.5: -Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (5)

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Tabla 3.6: Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (6)

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Becher y Asociados S.R.L, una sociedad argentina de responsabilidad limitada, es miembro de BDO International Limited, una compañía limitada por garantía del Reino Unido, y forma parte de la red internacional BDO de empresas independientes asociadas. BDO es el nombre comercial de la red BDO y de cada una de las empresas asociadas de BDO. Copyright © Noviembre, 2019. BDO en Argentina. Todos los derechos reservados. Publicado en Argentina. 48


Tabla 3.7: -Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (7)

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

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Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del World Economic Forum: The Global Competitiveness Report 2019.

Tabla 3.8: Índice de Competitividad – WEF - Países seleccionados de Mercosur y UE. Indicadores individuales. Año 2019 (8)

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Tabla 4: -Ranking Doing Business – Banco Mundial - Países seleccionados de Mercosur y UE. Año 2019

Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre la base del Banco Mundial.

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Acuerdo Unión Europea – Mercosur: oportunidades y riesgos para el sector agroindustrial Marcela Cristini 1

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Economista Senior de FIEL


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Síntesis

Luego de 20 años de negociaciones la Unión Europea y el Mercosur han llegado a un acuerdo de asociación estratégica que incluye un pilar comercial. En ese capítulo las partes negociadoras han alcanzado un acuerdo “en principio” que deberá ser transcripto, revisado y firmado en un proceso que demorará al menos dos años y no estará exento de obstáculos en la instancia de las ratificaciones nacionales. Durante las negociaciones el sector agroindustrial fue uno de los que presentó mayores dificultades para acordar. Algo similar se anticipa que podría ocurrir en la próxima etapa de las aprobaciones. La difusión del conocimiento del Acuerdo en los aspectos del sector agroindustrial y el análisis de las oportunidades y riesgos que enfrentarán los productores y las empresas en el Mercosur contribuirá a transitar esta nueva etapa y, posteriormente, a aprovechar integralmente los instrumentos del Acuerdo. Para ello, en este breve estudio se resumen las condiciones actuales del contexto comercial, señalando las importantes modificaciones entre el punto de partida en 1999 y la actualidad. Entre ellas cabe mencionar: el surgimiento de China como líder del comercio internacional y su posicionamiento como principal abastecedor y mercado de destino para los países del Mercosur; la ampliación de la Unión Europea de 15 a 28 países aunque sin afectar la complementariedad comercial con el Mercosur; el mantenimiento de la Unión Europea como líder en la importación y exportación de alimentos en el mundo; la consolidación de los países del Mercosur como productores agroindustriales por vía de una ampliación de la oferta y, por último, la situación prevaleciente en el Mercosur como un bloque de los más cerrados al comercio internacional en el mundo. El análisis de los elementos anteriores permitió confirmar que el interés por un acuerdo en el sector agroindustrial entre el Mercosur y la Unión Europea está todavía vigente. Sin embargo, el acuerdo alcanzado sigue mostrando la fuerte sensibilidad europea hacia la apertura de este sector que se traduce en una apertura restringida a la ampliación y creación de cuotas para los productos que más interesan al bloque latinoamericano. Esta situación hace que resulte muy importante estudiar estrategias que complementen los negocios de acceso al propio mercado europeo con otros que combinen las inversiones europeas con la escala y la calidad de los productos agroindustriales del Mercosur para ampliar la presencia en terceros mercados (Asia y África). Para ello, también será necesario que el Mercosur continúe con su estrategia de ampliación de su inserción internacional, comenzando por reforzar sus lazos dentro del bloque de ALADI.

La autora agradece los aportes de Matías Fiore en la elaboración y análisis de la información y estadísticas utilizadas en este trabajo y los comentarios de la Ing. Susana Merlo y de Guillermo Bermúdez (Economista Senior de FIEL).

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Introducción Desde hace 20 años el logro de un acercamiento económico sobre bases preferenciales entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) ha poblado la agenda política, económica y académica de ambos lados del Atlántico. La firma del Acuerdo de Asociación Estratégica anunciada el 28 de Junio de este año se anticipa como una oportunidad decisiva en el camino a la integración entre ambas regiones. En el caso de los productos de la agroindustria, la negociación del acceso mutuo como parte del pilar comercial del Acuerdo Estratégico, había sido un obstáculo recurrente en las sucesivas rondas entre los europeos y el grupo latinoamericano. Por una parte, los países de la UE son líderes en los mercados agroindustriales con productos de alta calidad -en muchos casos identificados por su origen-, tienen una producción que guarda importantes semejanzas en el patrón productivo con la de los países del Mercosur y, adicionalmente, son uno de los mayores importadores de alimentos en el mundo. Por la otra, el Mercosur constituye un grupo de países exportadores de alimentos básicos de notable competitividad y gran volumen y aspira a ampliar y mejorar toda su cadena de alimentos. Ambos grupos son “global traders”, de productos agropecuarios y alimentos, por lo que compiten en terceros mercados en varios de estos productos (trigo, lácteos, carnes, etc.). Además de estos aspectos objetivos, aspectos históricos (las consecuencias para los europeos de las dos Guerras Mundiales) y políticos hicieron que el sector agroindustrial europeo conservara una fuerte protección comercial a lo largo de los años. La Política Agropecuaria Común fue el instrumento central de esa protección. El camino que aún resta recorrer con respecto a los pasos necesarios para llegar a la puesta en vigencia del Acuerdo (completar los textos y traducción de cada uno de sus capítulos, dar intervención a los Parlamentos de cada país y obtener la ratificación del Parlamento Europeo y de los Congresos del Mercosur) dan cuenta de la necesidad de 54

una importante voluntad política de las partes como requisito esencial para coronar el esfuerzo negociador. El panorama anterior indica el interés por analizar cuál ha sido el resultado de la negociación en el área agroindustrial y cuál será la proyección de esa negociación agrícola, una vez finalizado el proceso, sobre las economías del Mercosur. Para ello, este estudio breve presenta los antecedentes generales y particulares de la negociación (sección 1). El objetivo de esta sección es doble. Por una parte se introducen los conceptos necesarios para entender los aspectos estratégicos del acuerdo teniendo en cuenta la parcialidad de los detalles difundidos y la complejidad de este tipo de negociación. Por otra, se busca entender las ventajas pero también las dificultades que podrán enfrentarse con la puesta en vigencia del Acuerdo comercial. La segunda parte del artículo se dedica a analizar los resultados para el sector agroindustrial y su importancia en el actual contexto internacional, luego de los más de veinte años transcurridos desde que se tomó la iniciativa de la negociación bi-regional (sección 2). Para finalizar, en la sección 3 se presentan las principales conclusiones del análisis.

1. La relación entre la Unión Europea y el Mercosur: de dónde venimos? Con el establecimiento del Mercosur en 1991 bajo la forma de una unión aduanera se seguía un modelo de inspiración en la Unión Europea. Es decir, desde su propio inicio la cercanía de identidades entre las dos regiones fue sumando elementos que consagrarían el interés mutuo por un acuerdo bi-regional. Ambas regiones compartían valores democráticos y las naciones latinoamericanas habían heredado buena parte de sus instituciones políticas y legales de los países europeos. En 1995 la firma de un Acuerdo Marco llevó a un mayor acercamiento que involucraba tres priori-


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dades: apoyo para el fortalecimiento de las instituciones del Mercosur; desarrollo de estructuras económicas y comerciales en la región, a fin de prepararse para el establecimiento de un futuro Acuerdo de Asociación; y apoyo a la sociedad civil. En 1999 se iniciaron las negociaciones para dicho acuerdo Si bien dichas negociaciones estaban pautadas para finalizar en el 2004, los participantes no pudieron generar los consensos necesarios en varios capítulos y el fracaso llevó a una suspensión sin nuevos planes de acercamiento. Uno de los problemas principales fue la insatisfactoria oferta de apertura del sector agroindustrial europeo que decepcionó al Mercosur. Finalmente, desde 2016 y hasta mediados de 2019 se lograron acercamientos entre las distintas posiciones y se consideró se estaba en condiciones para concluir las negociaciones y firmar un Acuerdo de Comercio dentro del marco del acuerdo más amplio de Asociación Estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea (Bruselas, 28 de Junio de 2019). En el Recuadro 1 se sintetizan los principales hitos de la negociación bi-regional. Finalizada la negociación del acuerdo, las partes han anunciado una siguiente etapa para elaborar el texto consolidado de la negociación, llevar a cabo la revisión técnica y jurídica y la traducción a los idiomas oficiales y, por último, la firma del acuerdo por todas las partes. A continuación, el acuerdo deberá ser sometido a los procesos de aprobación nacionales previos a su ratificación. Al respecto la UE ha indicado que cada acuerdo sigue protocolos de aprobación diferentes. Si se repitiera el caso del camino seguido por el acuerdo entre la UE y el Japón, el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros deberán aprobar el acuerdo. Para los temas que no son de naturaleza económica-comercial (diálogo político y cooperación), se requerirá adicionalmente la aprobación de los parlamentos nacionales (de Azevedo et al, 2019). En el Mercosur, la aprobación recae en los Congresos de cada uno de los cuatro socios, aunque se discute si la entrada en

vigor requerirá la aprobación simultánea o el acuerdo podrá ser ratificado y entrar en vigor para cada Estado miembro en forma escalonada a partir de la ratificación individual3. Siguiendo al anuncio del Acuerdo UE-Mercosur, a fines de agosto de 2019, se concluyeron en Buenos Aires las negociaciones de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), bloque integrado por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Las negociaciones entre ambos bloques habían sido iniciadas en enero de 2017. Este logro debe entenderse como un complemento natural del Acuerdo UE-Mercosur ya que las economías de la EFTA están estrechamente vinculadas a las de la UE. 1.1 El comercio internacional y las negociaciones de acuerdos preferenciales: su rol en el desarrollo del Mercosur Uno de los aspectos más novedosos de las reformas económicas latinoamericanas de los 90 fue la inclusión en la política externa de iniciativas que combinaron la apertura unilateral con una estrategia para asegurar el acceso a nuevos mercados a través de acuerdos preferenciales de comercio. Esta estrategia se identificó como el modelo del “regionalismo abierto”. Los acuerdos preferenciales de los 90 (en su mayoría zonas de libre comercio, es decir, zonas con arancel cero entre los socios y libertad de fijación de aranceles para con el resto del mundo) nacieron para ganar economías de escala, asegurar la base competitiva de la producción en el mercado regional y salir a competir en los mercados mundiales. Parte de esa competencia, sobre todo en el caso de los bienes industriales, tomó la forma de cadenas de valor globales de producción facilitadas por las nuevas condiciones tecnológicas y por la libre circulación regional de insumos que incorporaban valor agregado creciente a medida que traspasaban las sucesivas fronteras. Al inicio, estos acuerdos preferenciales involucraron gru-

3 En la etapa negociadora algunas voces del Mercosur ya habían planteado la idea de “negociar a velocidades diferentes” debido a las discrepancias que había dentro del bloque (Cifuentes y Quintanar, 2015).

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Recuadro 1

HITOS DE LA NEGOCIACIÓN UNIÓN EUROPEA-MERCOSUR 1994- La Unión Europea y el Mercosur firmaron la Declaración Conjunta Solemne que establece las bases de la estrategia para fortalecer las relaciones entre ambas regiones. La declaración expresa el interés por establecer una Asociación Inter-regional Política y Económica. Diciembre de 1995- se firmó el Acuerdo Marco de Cooperación del Mercosur-UE. El acuerdo tiene duración indefinida y establece un Consejo de cooperación e instancias regulares de diálogo. 1999. Dentro del Acuerdo Marco se ratifican las negociaciones para un Acuerdo de Asociación Estratégica que comprende tres áreas de negociación: el diálogo político, economía y comercio, y cooperación. 2004- En Lisboa ambas partes acordaron el carácter prioritario de la negociación del acuerdo de asociación. Sin embargo, hacia fin de año, a causa de las dificultades para alcanzar un acuerdo en el capítulo comercial, se tomó la decisión de abrir un cuarto intermedio en las negociaciones. 2010- En la Cumbre de Madrid, los Jefes de Estado y de Gobierno de ambas regiones acordaron formalmente el relanzamiento de las negociaciones. 2016- Desde mayo de 2016 hasta octubre del mismo año, se realizó la 10ma ronda de negociación. Ambas partes presentaron ofertas sobre acceso a mercados de bienes, servicios y establecimiento y compras gubernamentales. Durante 2017 y 2018 continuaron las negociaciones de la parte comercial del acuerdo de asociación. En noviembre de 2017 el Mercosur entrega una oferta integral que se seguiría debatiendo durante los siguientes dos años. 2019- El 28 de Junio de 2019 el Mercosur y la UE concluyeron las rondas de negociación para la firma del acuerdo en Bruselas, Bélgica, y dieron a conocer el acuerdo comercial “en principio” que está sujeto a la revisión legal y formal de los textos y las ofertas respectivas de acceso al mercado.

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pos reducidos de países como en el caso del NAFTA o el Mercosur y cubrieron a una buena parte de los países del mundo4. Cada país participó en varios acuerdos simultáneamente y hacia mediados de los 90 esos acuerdos buscaron, a su vez, relacionarse con otros, en una suerte de efecto dominó5. A la vez, la Organización Mundial del Comercio (OMC) buscó, con menor éxito, fortalecer sus propias estructuras y lanzó en 2001 una nueva ronda de negociaciones comerciales (la Ronda de Doha o del Desarrollo, aún en curso en la actualidad). Dentro de las discusiones de la OMC, el capítulo agrícola ha sido uno de los que ha avanzado con mayor lentitud Dentro del Mercosur, sus dos principales socios, Brasil y la Argentina, no siempre coincidieron en la estrategia externa. Sin embargo, ambos reconocían la conveniencia estratégica de un acuerdo Unión Europea-Mercosur no sólo por su contenido propio sino para crear un balance adecuado en su relación con los Estados Unidos (con mayor presencia regional en la década de los 90)6. Desde que en 1999 se firmó el compromiso inicial para negociar un acuerdo comercial con la Unión Europea, el Mercosur prácticamente no varió su política comercial ni revisó seriamente su inserción internacional. Las economías de los cuatro países fundadores se mantuvieron bajo un proteccionismo comercial elevado en comparación con el contexto internacional y, en particular, en comparación con otros países de la región latinoamericana. De un total de 145 países con datos, las dos economías más grandes del Mercosur, Brasil y la Argentina revistan en el último decil en términos de su coeficiente de exportaciones más importaciones en relación con el PBI. Es decir, se encuentran entre las economías más cerradas del mundo. Fruto de ese comportamiento, el Mercosur no había concretado acuerdos de libre comercio relevantes y sólo cuenta con unos pocos acuerdos de impacto menor (los socios son: Israel, Egipto, India, Unión Aduanera de África Meridional y acuerdos de complementación económica con varios países latinoamericanos en el marco de la

ALADI, entre ellos México y Chile. Se encuentran en negociación acuerdos con Canadá, Corea del Sur y Singapur).7 Por otro lado, como dato muy importante se debe tener en cuenta que el grado de integración comercial dentro del Mercosur, actualmente, no supera el 15% de intercambio entre los socios en relación con su intercambio comercial total. En el Gráfico 1 se muestra la evolución del intra-comercio del Mercosur en dólares corrientes. Gráfico 1

Fuente: elaboración propia en base a DOTS-IMF e INTRACEN Cuadro 1

PARTICIPACIÓN DEL MERCOSUR EN EL COMERCIO DE LOS SOCIOS 2018 EN PORCENTAJE

País-socio Argentina Brasil Uruguay Paraguay

Participación en las exportaciones 22,4% 8,7% 23,1% 56,9%

Fuente: elaboración propia en base a DOTS-IMF e INTRACEN

Participación en las importaciones 26,8% 8,4% 48,7% 32,6% La OMC registra un total de 301 acuerdos comerciales regionales en vigor. WTO http:// rtais.wto.org/UI/PublicMaintainRTAHome.aspx 5 Ver Baldwin(1993). 6 Sus principales negociaciones internacionales en los 90 se dirigieron hacia el establecimiento de acuerdos de libre comercio con los restantes miembros de la ALADI, con la Unión Europea y hacia la coordinación de posiciones en el ámbito de las fallidas negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), como principales iniciativas. 7 Ver http://www.sice.oas.org/ctyindex/ARG/ ARGagreements_s.asp 4

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En el Gráfico 1 se observan dos ciclos claros. El primero corresponde al lanzamiento y organización del Mercosur con un rápido crecimiento del intercambio por vía de la “creación de comercio”. La fase expansiva se detiene en 1998 afectada por las crisis sucesivas de Brasil y la Argentina. Una nueva fase de expansión correspondió al ciclo de los precios altos de las commodities, en particular, las agropecuarias desde 2004. Los socios principales aumentaron su intercambio para abastecer consumos internos crecientes. Terminado el boom de precios primarios, el comercio intra-Mercosur volvió a reducirse. En síntesis, la participación del intra-comercio, como indicador del grado de integración regional, se encuentra muy por debajo de lo que ha ocurrido en el NAFTA, en la UE y en el propio Este Asiático que muestran un rango entre el 40 y el 65% de integración comercial. Este resultado deriva, por una parte, de la baja importancia de los países socios del Mercosur como abastecedores y clientes del Brasil (la economía más grande del grupo) y, por la otra, se debe a la semejanza de los patrones exportadores de economías preponderantemente productoras de alimentos (ver Cuadro 1, arriba). Para terminar esta descripción, también hay que mencionar un par de aspectos con respecto a la composición del intra-comercio. En primer lugar, el comercio “administrado” de la industria automotriz ocupa el 30% del intra-comercio del Mercosur bajo un elevado nivel de protección hacia el resto del mundo. En segundo lugar, existe cierta asimetría en la composición del comercio entre la Argentina y Brasil, como principales socios del Mercosur. Mientras la Argentina concentra sus exportaciones en pocos productos (cadena automotriz y trigo son los principales) y encuentra en Brasil el destino para una parte significativa de todas sus exportaciones industriales, este último país tiene una oferta un poco más diversificada hacia la Argentina y abastece de combustibles y energía al Uruguay. Entre los socios de menor tamaño, el Paraguay es un proveedor de energía al bloque y Uruguay tiene una oferta y demanda más diversificada. 58

1.2. Las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea Desde un inicio la estructura de las negociaciones de la UE con el Mercosur reflejaba las características del nuevo modelo de regionalismo abierto. Las áreas de negociación con la UE excedían los temas comerciales, incluyendo: (a) negociaciones sobre diálogo político; (b) cooperación económica, cooperación social y cultural y cooperación financiera y técnica; y (c) el tema propiamente comercial. No obstante, se descontaba que el acuerdo generaría los mayores beneficios mutuos en las áreas del comercio bi-regional. En efecto, los flujos comerciales entre las dos regiones venían creciendo significativamente en los 90. La Unión Europea era el mercado del 25%, aproximadamente, de las exportaciones de Mercosur y era el origen de casi un tercio de sus importaciones. El Mercosur sólo representaba un exiguo 1% del comercio total europeo. Lo que distinguía al Mercosur en su relación comercial con la Unión Europea era que su participación como destino estaba creciendo en los 90 por encima del crecimiento total de las exportaciones europeas. En los mejores años de crecimiento del Mercosur, entre 1995 y 1998, las exportaciones europeas crecieron un 22,5% hacia este destino y las ventas se concentraron en bienes de capital para el importante proceso de inversión que se llevaba adelante en nuestros países por entonces. De allí que, como mercado comercial, el Mercosur constituyese un mercado de gran potencial, dada la condición de sus miembros de economías intermedias. El desarrollo más reciente muestra algunos cambios importantes (ver la evolución del comercio bi-regional en Gráfico 2). En valor, las exportaciones del Mercosur a la Unión Europea fueron crecientes hasta 2008, transitaron la crisis financiera internacional contrayéndose, se recuperaron entre 2010 y 2011 y volvieron a contraerse hasta 2016. En 2017-18 las exportaciones del Mercosur hacia el destino europeo volvieron a crecer. Un sendero similar describen


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las importaciones aunque con un cambio sustantivo en el último período. En efecto, entre 2013 y 2015 el saldo del balance comercial que fue positivo en todo el período 2002-2012, se modifica y cambia de signo, resultando negativo para el Mercosur. En 2016 y 2017 el comercio bi-regional estuvo prácticamente saldado para retomar un valor positivo para el Mercosur en 2018. Mientras que entre 2005 y 2011 las exportaciones del Mercosur a la UE crecían en valor por el aumento de los precios de sus principales productos agropecuarios, la participación de la UE en el comercio del Mercosur se reducía, entre otros factores, por efecto del crecimiento del comercio entre China y los países latinoamericanos (ver la situación actual en Cuadro 2 y 2 cont. y la evolución en el tiempo en Gráficos A-1 y A-2 del Anexo). Una nota importante respecto de los socios comerciales de los países del Mercosur es que la participación de la UE, China y los Estados Unidos, respectivamente, es mayor que la del propio comercio entre los socios, su intra-comercio. En general, la Unión Europea ha perdido dinamismo como mercado para el Mercosur, pero se le reconoce un gran potencial dada la larga tradición comercial que los vincula y la capacidad del Mercosur de abastecer productos agropecuarios y commodities industriales a precios muy competitivos. Además, la UE representa el 15,8% de las exportaciones del mundo y el 15,1% de las importaciones (datos de 2017). En ambos casos ocupa el segundo lugar en el ranking internacional de exportadores e importadores. En el primer caso es apenas superada por China y en el segundo caso es apenas superada por los Estados Unidos.

Cuadro 2

MERCOSUR: COMERCIO EXTRA-ZONA POR DESTINOS COMPOSICIÓN EN % 2018

País/Región China UE EE.UU Resto Aladi Resto del Mundo Total

Exportaciones 27% 19% 12% 11% 31% 100%

Importaciones 24% 21% 17% 9% 29% 100%

Mercosur-UE: relación comercial 2016-2018

Participación de las exportaciones a la UE28 sobre el total País exportado por país en % Argentina 14,89 Brasil 17,18 Paraguay 12,20 Uruguay 11,65 Mercosur 16,42

Participación de las importaciones desde la UE28 sobre el total importado por país en % 17,39 20,86 11,20 0,82 19,28

Participación de las exportaciones por país a UE28 sobre el total de importaciones de la UE28 en % 0,16 1,61 0,05 0,04 2,08

Participación de las importaciones por país desde la UE28 sobre el total de exportaciones de la UE28 en % 0,51 1,52 0,06 0,06 2,15

En términos de la negociación bi-regional, desde la óptica del Mercosur los resultados se evaluaban como asimétricos dado que, en promedio, los aranceles europeos (4%) son relativamente más bajos que los del Mercosur (14%), implicando una ganancia en el acceso a mercado proporcionalmente mayor para los países europeos8. Por esta 59


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razón, las negociaciones sobre bienes sensibles (en particular, los agroindustriales) se consideraron desde el inicio como aspectos muy importantes para el Mercosur. Sin ellos, se restaría un atractivo muy significativo a la negociación. Otro aspecto muy importante era la disminución o eliminación del uso de medidas defensivas por parte de la Unión Europea (como las salvaguardias, los derechos compensatorios o el anti-dumping) o de barreras no arancelarias, técnicas y sanitarias, que distorsionaban el comercio. A la vez, la remoción de aranceles en el Mercosur afectaría la estructura de protección que se refleja en el Arancel Externo Común (AEC) como principal instrumento

de la política comercial del grupo latinoamericano. Los productos que gozan de protección por encima del promedio corresponden a textiles, maquinaria y equipo y otros productos manufacturados, abarcando precisamente casi todos los capítulos en los que la Unión Europea es un importante proveedor. En el caso de la Unión Europea, como ya se mencionara, el arancel no es un elemento central del patrón de protección salvo en el caso de los alimentos. Un aspecto para notar es que hasta 2013 más del 70% de las exportaciones del Mercosur estaban alcanzadas por tasas prefe-

Gráfico 2 Mercosur (4 Socios Comerciales) Exportaciones hacia UE28 e Importaciones desde UE28 - Millones de USD -

80000 70000 60000 50000 40000 30000 20000 EXPORTACIONES IMPORTACIONES

Los cálculos europeos de fines de los 90 indicaban que las ganancias anuales de remover los aranceles para el 90% del comercio significarían unos US$ 6.500 millones para la propia Unión Europea y US$ 5.100 millones para el Mercosur.

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renciales dentro del Sistema Generalizado de Preferencias europeo (SGP)9, lo que reducía el incentivo a negociar un acuerdo del lado latinoamericano. Sin embargo, bajo este sistema los beneficios tenían carácter contingente y terminaron siendo revocados. En contraste, la negociación del acuerdo comercial permitirá estabilizar los mecanismos de acceso. En el caso de los productos agropecuarios, la discusión era ya preexistente entre las dos regiones al momento de plantearse un eventual Acuerdo y constituyó uno de los aspectos más controvertidos de la Ronda Uruguay del GATT. La situación actual de estancamiento de las negociaciones de la Ronda de Doha tampoco da espacio para el optimismo en este capítulo en cuanto a mejorar la disciplina multilateral en el comercio agrícola10. A su vez, el debilitamiento del multilateralismo en el mundo y el consenso en torno de una reforma de la Organización Mundial del Comercio impulsada por el G-20, han llevado a la UE a la búsqueda de alternativas para su relacionamiento externo. En el caso de la negociación UE-Mercosur, Laborde y Ramos (2007) y Guimbard y Ramos (2008) realizaron una comparación entre las potenciales ganancias de un acuerdo multilateral y el acuerdo de comercio bi-regional bajo estudio aquí. Sus resultados muestran que más allá de un acuerdo en Doha, la firma de un tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur permitiría a ambos bloques incrementar aún más sus ganancias de bienestar y de comercio. En términos de estos autores, el regionalismo sobreviviría al multilateralismo. Otro componente de interés para las partes es la inversión extranjera directa (IED). Durante los 90 la experiencia del Mercosur en términos de la inversión extranjera directa fue muy significativa ya que se produjo un ingreso masivo de IED que, a la vez, se tradujo en una fuerte expansión de la presencia de filiales de empresas transnacionales, incluyendo principalmente a empresas europeas. Entre 1990 y 1996 la Unión Europea fue el origen de más de 6.500 millones de Euros de IED en el Mercosur que

se dirigieron a la industria manufacturera y en medida creciente (casi un tercio de la inversión total) al sector de servicios (bancos, seguros, telecomunicaciones, transporte e ingeniería). Como ya se describiera, luego de varios intentos de avance que no llegaron a concretarse, en 2010 se “relanzaron” las negociaciones birregionales. Por entonces la economía europea buscaba intensificar sus relaciones económicas internacionales para contrarrestar los efectos de la crisis financiera internacional que irrumpió en 2008.11 Para entonces, la presencia europea ya se había reforzado en la región latinoamericana por los acuerdos con América Central, con el Caribe y con los países con costa sobre el Pacífico: México, Chile, Colombia y Perú, que en ese orden han firmado tratados ambiciosos de libre comercio (ver Recuadro 2). Al momento del relanzamiento12 la UE había casi duplicado sus importaciones en la década del 2000-2009 (por aumento de la demanda y ampliación de países) y el Mercosur había aumentado levemente su participación como proveedor al bloque europeo (3% de las importaciones extra-comunitarias). También los europeos mantuvieron su relevancia en las importaciones crecientes del Mercosur (2,5% de las ventas europeas en mercados extracomunitarios). La importancia de los lazos comerciales por país no ha variado en el tiempo con un 75-80 % del comercio bilateral entre Brasil y la UE y un 20% desde la Argentina. El resto es completado por Uruguay (3%) y Paraguay (1%). Otro cambio sustantivo fue que en 1995, al momento de la firma del Acuerdo Marco, la Unión Europea contaba con 15 miembros mientras que en la actualidad cuenta con 28 debido al ingreso de los países de Europa del Este13. Una diferencia importante que exhiben ambos bloques se centra en que la Unión Europea tiene más claramente definido cuáles serían las potenciales ganancias del acuerdo bi-regional. Entre ellas se destacan las siguientes: el acceso privilegiado y con

El Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) concede arancel cero o aranceles reducidos a los países beneficiarios, en general, países en desarrollo o de menor desarrollo relativo. Varios países avanzados lo utilizan como los Estados Unidos, Australia, Noruega y la Unión Europea, entre otros. 10 La décima reunión ministerial de la Ronda de Doha se realizó en 2015 y aunque hubo algunos avances, el disenso de los países miembros con respecto a las negociaciones llevó a un estancamiento de la Ronda. El último paso importante se dio en 2013 con el paquete de facilitación del comercio. En el caso de la Agricultura, en 2015 en la reunión de Nairobi se acordó la eliminación inmediata de los subsidios a la exportación por parte de los países desarrollados y la eliminación en un plazo de dos años para los países en desarrollo. https://www.wto.org/ english/tratop_e/dda_e/dda_e.htm 11 Esa intención europea se refleja en su Agenda de Política Comercial de Noviembre de 2010 que propone específicamente: completar las negociaciones de la OMC y con India y Mercosur, estimando que el efecto sobre el crecimiento será de un aumento permanente del 1%; profundizar las relaciones estratégicas con EE.UU, China, Rusia y Japón, con un interés específico en la eliminación de las barreras no tarifarias; apoyar a las empresas europeas para lograr acceso en el mercado de servicios; estableciendo el principio de reciprocidad por ejemplo en el capítulo de compras públicas; firmar acuerdos de inversión con socios estratégicos; traducir las relaciones del comercio equitativo entre socios a acuerdos efectivos y mantener el trato diferencial comercial para los países menos desarrollados. 12 El acuerdo comercial que se buscaba alcanzar era de amplio espectro: 1 Acceso a mercados en bienes; 2. Reglas de origen; 3. Barreras técnicas al comercio; 4. Medidas sanitarias y fitosanitarias; 5. Derechos de Propiedad Intelectual / Indicaciones Geográficas / Vinos; 6. Solución de Controversias, 7. Defensa Comercial, 8. Política de Competencia; 9. Aduanas y facilitación en asuntos relacionados con el comercio; 10. Servicios / Inversiones y 11. Compras gubernamentales 13 En ese proceso de ampliación, el ingreso medio de la Unión Europea se redujo por efecto de la entrada de países de menor nivel de desarrollo relativo, hasta un promedio apenas superior al de los países del Mercosur. En este momento se discute en la Unión Europea la salida del Reino Unido como miembro pleno, proceso denominado BREXIT. 9

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menores limitaciones a un mercado atractivo y grande en el que su participación estuvo creciendo a pesar de la contracción del comercio; tener una ventaja comparativa frente a otros competidores en el mercado del Mercosur; ahorros de alrededor de 4 billones de euros en aranceles aduaneros, oportunidades adicionales para los sectores más competitivos de la UE; acceso a materias primas esenciales para la producción a precios más competitivos; obtener nuevas oportunidades de negocios en el mercado de servicios del Mercosur; y por último, un trato igualitario respecto a las compañías locales del Mercosur para que las empresas europeas puedan tener la posibilidad de ser proveedoras de los estados del Mercosur (European Commission, 2016).14 El caso contrario es el de la posición del Mercosur, que en el curso de la negociación no expuso claramente sus objetivos, pudiéndose intuir que gran parte de las potenciales ganancias que se esperaban se centraban en liberar las restricciones arancelarias agrícolas y agroindustriales de la Unión Europea como así también las restricciones no arancelarias. Este es un tema sensible para la UE y en reiteradas oportunidades ciertos países (el caso de Francia es el más notable) han mostrado su oposición a profundizar el acuerdo en aspectos relacionados con el sector agrícola, tanto por las fuertes presiones de los productores como por el interés económico de protección de economías regionales basándose en los principios históricos que sustentan la Política Agrícola Común (PAC)15.

14 http://trade.ec.europa.eu/doclib/ docs/2016/may/tradoc_154559.pdf 15 La Comisión Europea presentó un proyecto para renovar la PAC a partir de 2020 que incluye, como en el pasado, pagos directos por hectárea a los productores que los mismos pueden ampliar adhiriendo a estándares ambientales más exigentes que está promoviendo la UE. A la vez, la ampliación del número de miembros del grupo llevó a prever una reducción del 5% en la ayuda presupuestada.

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2. Adónde nos llevará el nuevo Acuerdo UE-Mercosur: la cuestión agropecuaria? 2.1. El capítulo agroindustrial en las negociaciones Mercosur-Unión Europea Para entender las oportunidades que abrirá el nuevo Acuerdo UE-Mercosur en los temas agroindustriales primero debe tomarse nota de los importantes cambios que ocurrieron en estas dos regiones en el largo período que tomaron las negociaciones. Del lado del Mercosur se deben señalar dos cambios importantes: a. la modificación en la composición de las exportaciones del Brasil con pérdida de participación de las manufacturas y aumento de la importancia como agroexportador y b. la irrupción de China como socio comercial destacado para todos los miembros del Mercosur y también para la propia UE. Con respecto a la composición de las exportaciones, en el caso del Brasil los productos manufacturados (automóviles, maquinaria y equipos, calzado y textiles, etc) pasaron de representar el 58% de las exportaciones totales en 1998 a un 40% en la actualidad. Los productos semi-manufacturados mantuvieron su participación y los productos primarios (soja, mineral de hierro, petróleo, azúcar y carne bovina) la aumentaron del 25% al 42%, aproximadamente. En contraste, en el caso argentino, la composición de las exportaciones varió muy poco, acentuándose la participación de los productos de la agroindustria (del 50 al 60%). Con respecto a China, como ya se anticipara en el Cuadro 2, este país se ha convertido en el principal mercado y abastecedor del Mercosur en la actualidad. En el Cuadro 3 se detalla la participación de cada uno de los socios del Mercosur en el comercio con China.


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Recuadro 2

Los acuerdos preferenciales entre los países latinoamericanos y la Unión Europea. Un conjunto de información valioso para poder proyectar la futura evolución del Acuerdo UE-Mercosur es el estudio del acervo de acuerdos ya firmados entre los europeos y el resto de los países de América Latina. Una vez decidida la estrategia europea de avanzar con acuerdos de libre comercio, la Unión Europea fue muy activa y en la actualidad lleva firmados acuerdos con 22 países que cubren el 70% de los países de la región. Un análisis de esos acuerdos indica que: - La gran mayoría de los acuerdos entre la UE y los países latinoamericanos son considerados no sólo simples Tratados de Libre Comercio sino que abarcan cuestiones ligadas al diálogo político, a la cooperación y transmisión de conocimiento y ayuda financieras. - Si bien no todos los acuerdos han demostrado un avance importante en la liberalización de comercio de servicios, inversión y compra gubernamentales, existe una tendencia hacia la profundización de su tratamiento luego de concretarse la liberalización sustancial del comercio. En el caso de Chile y México se concretaron negociaciones para su ampliación. - La variedad de los acuerdos muestra la disposición de la UE a dar tratamiento especial a los países de menor desarrollo relativo. - Los intereses agrícolas y regionales europeos y los productos sensibles de los países latinoamericanos siempre están presentes en la negociación, lo que lleva a períodos de desgravación más largos, aunque hay ejemplos de avances en el otorgamiento de derechos recíprocos en productos sensibles como es el caso de los vinos en Chile o el caso de quesos, vinos y frutas en Canadá. En ambos casos, al momento de la negociación los aranceles eran ya muy bajos en esos países. En síntesis, las motivaciones para avanzar en acuerdos entre los países de América y la Unión Europea tienen para los países de América Latina el denominador común de asociarse a un mercado grande como el de la UE. Para la Unión Europea, en cambio, la motivación es múltiple, incluyendo las oportunidades de comercio, inversiones y asociación a una región que mostraba una interesante capacidad de crecimiento en los 2000. La presencia, a través de acuerdos preferenciales, de los Estados Unidos y, más recientemente, de China en la región también ha sido un factor importante. Adicionalmente, Europa conserva lazos de identidad e intereses comunes con los países de América Latina. Por último, si bien todos los acuerdos buscan una liberación sustancial del comercio bilateral (de acuerdo con el Art. XXIV de la OMC), la velocidad de esa apertura ha sido variable para los productos sensibles. El capítulo de inversiones europeas en la región tiene también interés mutuo que se suele reconocer menos en las negociaciones. Fuente: elaboración propia en base a Referencias Bibliográficas. 63


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Cuadro 3

Mercosur-China: relación comercial 2016-2018

Nota: los porcentajes correspondientes al Mercosur de las dos primeras columnas reflejan las exportaciones/ importaciones a China del grupo como participación de sus exportaciones/importaciones totales y, por lo tanto, son un promedio ponderado de las participaciones individuales. Los porcentajes del Mercosur de las dos últimas columnas son la suma directa de los porcentajes individuales. Fuente: elaboración propia en base a Intracen-ITC

Participación de las exportaciones a China sobre total exportado País de cada país en % Argentina 7,30 Brasil 22,84 Paraguay 0,28 Uruguay 18,1 Mercosur 18,86

Participación de las importaciones desde China sobre el total importado de cada país en % 18,55 18,19 28,83 17,98 18,80

Como puede apreciarse, China se ha convertido en un abastecedor de acceso semejante en todos los países del Mercosur. En contraste, la llegada exportadora de los países latinoamericanos a China está liderada por Brasil, con los productos de la soja, minerales, combustibles y carne vacuna. En el caso del Uruguay, la industria cárnica domina las ventas a China. Notablemente, la Argentina tiene una menor actividad exportadora a China en proporción a la de los países anteriores, aunque la composición del patrón exportador también se concentra en productos primarios (soja, combustibles y carne vacuna). Del lado de la Unión Europea, su ampliación de 15 a 28 miembros y su creciente interés en el mercado del Este Asiático incluyendo su vinculación comercial con China son aspectos relevantes para el análisis. Zerka, Cristini y Bermúdez (2014) describen la importante complementariedad comercial entre la Unión Europea y el Mercosur y señalan que ésta no se ha visto afectada ni por la crisis de 2008-09 ni por la ampliación de la UE de 15 a 28 miembros. En efecto, el patrón de productos de la oferta exportadora del Mercosur16 coincide en más de un 50% con la demanda de importaciones de la UE. Simétricamente, la oferta exportadora de la UE coincide en más de un 75% con la demanda de los países del Mercosur. 16 Esta coincidencia se mide en el trabajo a partir del cálculo del índice de Michaely de complementariedad comercial.

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Las importaciones europeas desde el

Participación de las exportaciones por país a China sobre el total de importaciones de China en % 0,23 2,64 0,00 0,07 2,95

Participación de las importaciones por país desde la China sobre el total de exportaciones de China en % 0,51 1,25 0,15 0,07 1,97

Mercosur están concentradas en alimentos, productos agropecuarios y pesca, mientras que el grueso de sus exportaciones corresponde a maquinaria y equipo seguido por productos químicos. Como resultado, el Mercosur exhibe un significativo superávit en los capítulos de productos primarios y también en textiles, madera, hierro y acero mientras que experimenta muy importantes déficits en los productos industriales. El comercio agroindustrial mundial y bi-regional: El atractivo del mercado europeo de alimentos es muy importante para sus potenciales abastecedores del resto del mundo. En efecto, la Unión Europea es el mayor importador internacional de alimentos (considerando su comercio extra-zona). Pero también es el mayor exportador de alimentos del mundo. Para notar, Brasil es el tercer exportador mundial de alimentos, luego de los Estados Unidos. Del lado importador, en los últimos años la UE ha tratado de diversificar abastecedores, lo que ha afectado la participación comercial del Brasil como su principal abastecedor de productos agroindustriales (también de los Estados Unidos, segundo abastecedor). La Argentina que por su valor es el tercer abastecedor de la UE, ha mantenido su participación constante. La canasta de importación europea se concentra en un 80% en materias primas y productos no elaborados, con una importante participación de las frutas tropicales.


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En el caso del Brasil, como principal abastecedor europeo (10% de las importaciones totales de alimentos europeos en 2017), 62% de los productos son commodities (soja y sus subproductos, productos de alimentación animal y café). Argentina (tercer abastecedor europeo) tiene una participación menor en todos los capítulos, excepto el correspondiente a la soja y sus productos. Del lado exportador europeo, sus productos agropecuarios de mayor importancia exportadora al mundo son los vinos, los licores y las fórmulas infantiles. El Mercosur no se encuentra entre sus principales mercados de destino. Las exportaciones europeas al Brasil, que representan el 1,2% del total de las exportaciones agroalimentarias de la UE, se componen de aceite de oliva, preparaciones de verduras y frutas, cítricos, vino y alimentos para mascotas. Como se verá más adelante el acuerdo en curso con el Mercosur le otorga beneficios en varios de estos capítulos. Los europeos también han aumentado sus exportaciones de azúcar y derivados al mundo, por lo que en el acuerdo con el Mercosur identifica a estos productos en la categoría de bienes sensibles y sujetos a cuotas. En cambio, las exportaciones europeas de trigo han ido en disminución, lo que limitaría la competencia europea en el mercado brasileño y en terceros mercados en el futuro, beneficiando a la Argentina. Los destinos europeos de productos agroalimentarios se concentran en los Estados Unidos, China, Suiza, Federación Rusa y Japón (40% del total en 2017). Con respecto a China, su presencia en América del Sur fue un incentivo importante ya durante el relanzamiento de las negociaciones con el Mercosur en 2010. China también ha firmado tratados de libre comercio en la región, especialmente los de Chile y Perú. El abastecimiento de insumos (recursos naturales) desde el Mercosur y la protección del espacio para sus inversores son factores de competencia entre China y la Unión Europea en la región latinoamericana. Adicionalmente, en el mercado de alimentos podría existir una competencia importante entre los países del Mercosur y

los europeos por el mercado de China. En efecto, este país es el segundo destino más importante de exportaciones de alimentos para la UE y, como se ilustrara más arriba, el primero para los países del Mercosur. Ambas regiones compiten en ese mercado con productos como la carne de cerdo, las menudencias y los cueros, pero también con productos de mayor valor agregado como los lácteos y el vino y otras bebidas alcohólicas. A la importancia central de los productos agroindustriales en el comercio bi-regional que se acaba de describir, se suman numerosos análisis durante la etapa negociadora que ejemplifican las ganancias esperadas del acuerdo comercial bajo diferentes hipótesis de liberación del comercio agroindustrial.17 Así, por ejemplo, según Guimbard y Ramos (2011) la clave de las ganancias de bienestar y comercio para los países del Mercosur estaba en la eliminación de aranceles, precisamente, a los productos que la UE considera como sensibles en la negociación. Por ejemplo, el 30% del incremento de las importaciones de la UE de procedencia del Mercosur abarcaba solamente 4 productos cárnicos definidos a 6 dígitos del Sistema Armonizado y la mitad de la variación de las importaciones estaba completada por otros productos cárnicos y el azúcar. En el caso de que esos productos sensibles permaneciesen bajo restricciones cuantitativas para su ingreso en la UE, otros productos, tales como el tabaco, café y flores, surgían como principales bienes del comercio bi-regional. Esta comparación de resultados muestra que el incremento de las exportaciones del Mercosur hacia la UE se encuentra concentrado en una lista de productos de origen agrícola y agropecuario y, por lo tanto, los resultados de esa negociación condicionan los resultados generales del Acuerdo. Por el lado de los productos europeos que potencialmente podían ganar participación en el Mercosur, los resultados de Guimbard y Ramos (2011) mostraban que para la Argentina y Brasil las exportaciones europeas se centrarían en productos químicos, maquinaria y automóviles; sin embargo, para Uruguay y Paraguay, las importaciones desde la UE estarían muchos

17 Vale destacar que los acuerdos vigentes entre países de América Latina y la Union Europea (UE-Chile, UE-México entre los más importantes) que han logrado avanzar con mayor celeridad han sido aquéllos donde la carpeta agrícola (salvo una lista menor de productos sensibles como por ejemplo, cacao y azúcar en el caso de México) no ha resultado una traba en las negociaciones, como sí lo es en las negcociaciones con el Mercosur (Bouzas, 2004).

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más diversificadas incluyendo equipamientos de transporte hasta ciertos productos lácteos y derivados del azúcar y del trigo. Estos resultados son similares a los encontrados por Sanchez-Diez y Ruiz-Huelamo (2012), que a través de un estudio de complementariedad comercial encuentran un patrón de comercio potencial similar entre la UE y el Mercosur. En síntesis, la evidencia presentada confirma que el sector agroindustrial (producción primaria, de alimentos y biocombustibles) es de un muy significativo potencial para generar ganancias de comercio y bienestar para los países del Mercosur en su relación con la UE a través de un acuerdo comercial.

2.2. La proyección de las negociaciones en el capítulo agroindustrial Una vez establecida la importancia de los productos agroindustriales en la relación bi-regional, queda ahora analizar el contenido del acuerdo alcanzado a fines de junio. Para empezar debe indicarse que los textos disponibles para evaluar el alcance de las negociaciones no son textos legales, sino borradores preliminares e informes de difusión al público. En el caso de los resultados de la liberalización del comercio agropecuario, esos documentos ponen énfasis en diferentes aspectos. La lectura conjunta del material disponible da una primera idea de las concesiones realizadas y los acuerdos alcanzados. En la Tabla 1 se sintetizan los acuerdos alcanzados para los productos agroindustriales, teniendo en cuenta también la influencia de los capítulos generales sobre el intercambio sectorial (ver Tabla A-1 con resumen de concesiones arancelarias que permiten acceso del Mercosur en Anexo). 18 Las indicaciones geográficas (IG) y las denominaciones de origen (DO) constituyen herramientas que permiten diferenciar y hacer distinguible la calidad de un producto vinculada con su origen geográfico. En general, los países le otorgan protección legal dentro de la figura de la propiedad industrial.

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Un primer aspecto que llama la atención es el mayor detalle que fue necesario para plasmar los acuerdos en el sector agroindustrial. En primer lugar, los productos sen-

sibles se identificaron y se aplicaron cuotas que, con independencia de su tamaño, serán de integración por etapas, en el curso de 6 años en el caso de las que benefician al Mercosur y de 10 años en el caso de las que benefician a ambos (Ver Tablas A-2 y A-3 en el Anexo). Por el lado europeo se considera que el acuerdo abre oportunidades importantes para el aceite de oliva, malta, vino, duraznos enlatados, licores y chocolates debido a la reducción de los altos aranceles que les aplica el Mercosur. Otro punto de interés se refiere al capítulo dedicado al tema del desarrollo sostenible que lleva a consecuencias de difícil evaluación debido a la generalidad de lo propuesto. La mención europea de aplicar sanciones a mercaderías que provengan de prácticas de deforestación o estén relacionadas con prácticas ambientales no sostenibles introduce instrumentos contingentes que aumentan la incertidumbre en el comercio y que, por lo tanto, lo desalientan. Debe quedar claro que este comentario no niega la necesidad de regular las prácticas que afectan al medioambiente, sino que lo que se señala es que esas regulaciones deben ser precisas y transparentes para no limitar las inversiones y el comercio. Otro tanto ocurre con las barreras técnicas al comercio o la regulación para la biotecnología aplicada a la agricultura. La larga discusión bi-regional en torno a las denominaciones de origen18 parece haber encontrado una solución al reconocerse listas de productos identificados de ambas partes. Aunque el mantenimiento de una lista abierta para nuevos productos con denominación de origen podría dar lugar a nuevas discusiones. Del lado europeo se ha reivindicado que el conjunto de 355 productos con denominación protegida es el número más amplio incluido en un acuerdo de este tipo en la historia de negociaciones de esa región. En el capítulo del vino y licores fue necesario escribir un anexo, cuyo contenido incluye aspectos de definición de productos, certificación y etiquetamiento, denominaciones admitidas (todavía no se conoce el


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listado de la Unión Europea al respecto), y la creación de un sub-comité para la cooperación entre las partes.19 La apelación a normas de la OMC como referencia para los socios y el reconocimiento de la importancia de la evidencia científica provista por organismos reconocidos como el Codex Alimentarius o la Organización Internacional de Sanidad Animal es un aspecto positivo del acuerdo junto con la reducción de las exigencias para el etiquetado de alimentos. Sin embargo, en el caso de las medidas sanitarias y fitosanitarias se mantiene explícitamente el “principio de precaución”, lo que significa que las autoridades públicas tienen el derecho legal de actuar para proteger la salud humana, animal o vegetal, o el medio ambiente, ante un riesgo las

de los miembros del Mercosur enfrentarán, con alta probabilidad, una mayor competencia proveniente de Europa en el mercado brasileño. Así, la Argentina abastece a sus socios, pero sobre todo al Brasil de cereales, productos de la molinería, productos lácteos y preparados de hortalizas, legumbres y frutas. Los últimos tres productos podrían resultar particularmente afectados. Ese sería el caso también de Uruguay que exporta lácteos y productos de la molinería a Brasil. En el caso de Paraguay, su vinculación principal es en exportación de oleaginosas y derivados hacia la Argentina que tienen un destino industrial para luego exportarse al mundo. Brasil también es el mercado para las carnes de sus tres socios, aunque este capítulo no resultaría afectado.

Con respecto a las cuotas asignadas en el caso de productos sensibles, la cuota de carne vacuna adicional corresponde a un 1,2% del consumo anual en la UE y se piensa que no representará una amenaza para los productores europeos, aunque muy probablemente termine desplazando a otros proveedores del resto del mundo. Una importancia similar alcanza la cuota de carne aviar. En ambos casos los productos importados del Mercosur por la UE complementan la producción local al dirigirse a sectores de mayores ingresos que no cuentan con el abastecimiento suficiente de la calidad requerida. En el caso del etanol, la ampliación significativa de la cuota se basa en las necesidades de la propia industria química europea y beneficia especialmente al Brasil. En el caso de la miel y el arroz, las cuotas se calibraron para llenar faltantes de oferta en la UE.20 Un aspecto que ha preocupado a los socios del Mercosur es que la ganancia de acceso europeo en productos agroindustriales podría afectar su propio intra-comercio. El análisis de los principales productos intercambiado entre cada par de socios indica que el Brasil sería el menos afectado en este capítulo, dado que abastece mayoritariamente productos industriales y minería al resto de sus socios. En cambio, el resto

19 Al respecto ver https://cancilleria. gob.ar/es/acuerdo-Mercosur-ue/ anexo-de-vinos 20 Ver https://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2019/july/tradoc_158059.pdf

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Tabla 1

Acuerdo MERCOSUR-UE: contenidos principales que corresponden al comercio agroindustrial Capítulo

Contenido de la liberalización comercial y concesiones recíprocas

MERCOSUR: liberaliza 91% de líneas tarifarias en 10-15 años UE: liberaliza 95% de líneas tarifarias en 10 años

Todos los productos Todos

MERCOSUR: liberaliza 93% de líneas tarifarias del agro

Todos Productos agroindustriales

Cuotas

MERCOSUR: carne vacuna y reducción de arancel cuota Hilton, carne aviar, carne de cerdo, azúcar, etanol, arroz, miel, maíz dulce.

Reglas de origen

General

Salvaguardias

Sector agropecuario

Algunos productos como café o soja tienen reglas de origen particulares La aplicación de salvaguardas desaparecerá a los 18 años de la firma del acuerdo. Se aplicarán por dos años, con extensión a otros dos. Se mantienen los estándares europeos para toda clase de alimentos, que se declaran no negociables

Medidas sanitarias y fitosanitarias

Seguridad alimentaria

Se abre un diálogo sobre regulación para asegurar un nivel de protección animal adecuado, con regulación específica de cada estado miembro Se abre un diálogo incluyendo cooperación en pruebas con OGM Se prevé cooperación científica e intercambio de información en temas que pueden afectar al comercio

Barreras técnicas al comercio

Se suavizan los requerimientos de etiquetamiento

Indicaciones geográficas

Desarrollo sostenible

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Las cuotas se habilitan a lo largo de 6 años. En azúcar solo se habilita cuota adicional para Paraguay que rige en forma inmediata al igual que la cuota de maíz dulce y se elimina arancel para la cuota brasileña. También se elimina arancel para cuota Hilton de carne vacuna. Las cuotas se habilitan en 10 años por etapas anuales y son todas libre de arancel.

MERCOSUR reduce o elimina impuestos a la exportación a subproductos de soja y girasol (Argentina) y a exportaciones de cuero (Argentina y Uruguay). No se admiten precios mínimos en el comercio. No se admiten subsidios en el comercio bilateral

Impuestos y subsidios

Biotecnología

El MERCOSUR liberaliza productos de interés europeo como vino(con precio mínimo para espumantes por 12 años, se excluye vino a granel), bebidas alcohólicas, aceite de oliva, fruta fresca, durazno en lata, tomate en lata, malta, papas congeladas, carne de cerdo, chololates, galletitas y bebidas no alcohólicas.

UE: liberaliza 82%, aplica cuotas tarifarias a casi todo el resto, quedan un poco más de 100 productos sin liberalizar

Recíprocas: Queso, Leche en polvo, fórmulas infantiles.

Bienestar animal

Observaciones

Productos agrícolas

Se incluyen 355 productos europeos y 220 del MERCOSUR. El sistema es de listas abiertas luego de la firma del Acuerdo

El acuerdo incluye un anexo sobre vinos y bebidas alcohólicas para mutuo reconocimiento de marcas y procesos de elaboración que vengan de áreas deforestadas (sanciones ya aplicadas a carne y soja brasileñas).

Además de la adhesión al Acuerdo de París sobre cambio climático se incluyen disposiciones para asegurar que no se compran productos que provengan de áreas deforestadas (sanciones ya aplicadas a carne y soja brasileñas). Fuente: Fuente: Comisión Europea (2019), Cancillería argentina (2019)


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3. Consideraciones finales: balance provisorio y expectativas futuras Hasta el anuncio de junio de 2019, las reticencias europeas para el avance en las negociaciones con el Mercosur habían pasado por alto los beneficios de una mayor integración en el sector agroindustrial para ambas partes y el aporte potencial que podría hacer la inversión extranjera directa europea en el Mercosur al mayor desarrollo sectorial local (infraestructura, bienes de capital, capital de trabajo, etc.), para beneficio mutuo. Hoy, la existencia de un mercado asiático demandante de alimentos y un mercado africano con potencial a desarrollar hace crecer aún más el beneficio potencial de una asociación Mercosur-UE que combine las inversiones europeas con la calidad y escala de los productos del Mercosur en este sector. Más allá de la proyección anterior de los resultados del acuerdo, los análisis sobre la letra del mismo han dado espacio a críticas. En primer lugar se indica que la apertura del mercado del Mercosur es más valiosa que la de la Unión Europea habida cuenta de que esta última región tiene aranceles muy bajos, mientras que en el Mercosur los aranceles en promedio rondan el 14%. Esa forma de valorizar el balance de concesiones omite reconocer que el proteccionismo comercial del Mercosur ha estado en el núcleo de su languidecimiento a lo largo del tiempo. En realidad, la reforma necesaria de la que ahora se habla con mayor insistencia para el Mercosur pasa, sin dudas, por una mayor apertura e inserción internacional. Tal reconocimiento le “reduce el precio” de la negociación al Mercosur con cualquiera de sus socios potenciales. En contraste con las críticas, la existencia de un acervo de negociación con la UE y el logro final de un acuerdo da espacio a una visión más positiva en la que la ineludible mayor apertura comercial puede transitar en forma paulatina. Otro aspecto que suscita dudas, como se ha descripto aquí, es el mantenimiento de sectores sensibles y cuotas (varias de

ellas modestas en volumen) para el sector agroindustrial. A esto se suma un conjunto de instrumentos preventivos que podrían generar obstáculos al comercio (consideraciones ambientales, aplicación de salvaguardias, entre otras). Dado el clima de mayor proteccionismo imperante en el mundo, podría pensarse que los países europeos buscan reservarse grados de libertad para mantener instrumentos que vistos desde el Mercosur resultarían potencialmente lesivos del comercio. En este caso, el seguimiento de la redacción final del Acuerdo será un aspecto clave de lo que aún se debe negociar.21 Un problema a considerar es la modificación que podría sufrir el comercio bilateral agroindustrial y general entre los socios, en particular entre la Argentina y Brasil. La ganancia de acceso europeo al Brasil podría desplazar a los productos argentinos de los nichos de mayores ingresos. Este aspecto sugiere la necesidad de establecer una estrategia que acompañe la evolución del acuerdo no sólo en sectores rezagados tecnológicamente sino también en aquellos sectores de alimentos competitivos donde el peso de las marcas (y las denominaciones de origen) juega un rol importante en el consumo. La UE sigue siendo el principal socio comercial del Mercosur con alrededor del 2025% del comercio total del Mercosur. Sin embargo, el surgimiento de China como un jugador extra-regional, abastecedor líder en el Mercosur, ha alterado la dinámica del comercio exterior de la región. Esta situación sugiere que, si bien el acuerdo con la UE es muy relevante al ampliar el mercado para los alimentos del Mercosur, la mayor ventaja en términos de escala y valor agregado podría provenir de otros destinos a los que el Mercosur debe ganar acceso con nuevos acuerdos. La vinculación UE-Mercosur en el capítulo de alimentos también podría servir para explorar emprendimientos conjuntos en terceros mercados. En ese mismo sentido y entre las ventajas, hay que anotar que la UE tiene hoy acuerdos de libre comercio con 22 de los 33 países

21 Por ejemplo, la UE mantuvo el derecho a los subsidios agrícolas por razones de interés público. Al respecto ver Riaboi (2019) y Sanahuja y Rodriguez Díaz (2019)

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que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Esos países a su vez se encuentran vinculados a través de Acuerdos de Cooperación Económica dentro de la ALADI. Bajo condiciones preferenciales de comercio entre todos los socios latinoamericanos y teniendo como incentivo el acceso al mercado europeo y la potencial coordinación con empresas europeas para acceder a terceros mercados, varios analistas han indicado la posibilidad de generar cadenas de valor que permitan mejorar la competitividad latinoamericana.22 En el caso particular de la Argentina el balance tiene un potencial positivo. El desempeño exportador de la Argentina ha sido muy pobre a lo largo de su historia. Actualmente, nuestro país ocupa un pobre 0,3% del comercio mundial. Mientras otras economías emergentes basaron su crecimiento en reformas económicas que se orientaron a la exportación, nuestro país exhibió una importancia decreciente como abastecedor mundial. Por último, la evidencia presentada sobre las dificultades enfrentadas durante los 20 años de negociación entre la Unión Europea y el Mercosur sugieren que, para asegurar beneficios a todas las partes debe ponerse en foco la posibilidad de construir canales de cooperación, intercambio y complementación que refuercen los resultados de innovación, inversión, cadenas de valor y productividad de los socios a ambos lados del Atlántico. Esta estrategia es particularmente significativa en el capítulo agroindustrial donde las reticencias europeas son importantes y los beneficios del acuerdo podrían resultar insatisfactorios para los países del Mercosur si no se logra superar un enfoque meramente mercantilista.

22 Los países latinoamericanos ya han iniciado estudios para lograr una “acumulación ampliada de origen” dentro de la región. Ver https://conexionintal. iadb.org/2018/01/04/acumulacion-origen-cadenas-regionales-valor/

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Anexo Gráficos A-1 y A-2

Mercosur (4 Socios Comerciales) Destino de las Exportaciones Períodos Seleccionados - % del Total -

Mercosur (4 Socios Comerciales) Origen de las Importaciones Períodos Seleccionados - % del Total -

100

100

90

90

80

Resto del mundo Resto de Aladi ASEAN India China NAFTA UE 28 Mercosur +2 Intra Mercosur 4

70 60 50 40 30 20 10 0

80

Resto del mundo Resto de Aladi ASEAN India China NAFTA UE 28 Mercosur +2 Intra Mercosur 4

70 60 50 40 30 20 10

2001 - 2004

2005 - 2008

2009 - 2012

2013 - 2015

0

2016 - 2018

2001 - 2004

2005 - 2008

2009 - 2012

2013 - 2015

2016 - 2018

Fuente: elaboración propia en base a INTRACEN-Trade Maps

Tabla A-1- Concesiones arancelarias en productos de Agroindustria Desgravación al 0% con la entrada en vigor del Acuerdo

Desgravación en plazos de 4 a 6 años

- Aceites para uso industrial (soja, girasol, maíz) - Despojos comestibles de especie bovina, porcina, ovina - Algunos productos de la pesca, como merluza, vieiras y calamares. - Otros productos de origen animal (menudencias, grasas, semen bovino) - Manzanas, peras, duraznos, cerezas, ciruelas y uvas de mesa - Legumbres - Frutos secos, pasas de uvas - Infusiones (café, mate y té) - Especias - Bebidas (agua mineral, cervezas, licores)

- Productos de la pesca (por ejemplo, langostinos) y conservas de pescado - Productos de la pesca (por ejemplo, langostinos) y conservas de pescado - Hortalizas, plantas y tubérculos alimenticios - Frutas Cítricas (Limones, naranjas y mandarinas) - Frutas Finas (frutillas) - Harina de maíz - Almidón - Arroz partido - Aceites vegetales (soja, girasol y maíz) - Biodiesel - Preparaciones alimenticias y pastas - Golosinas - Mermeladas, jaleas y otras preparaciones en base a frutas - Hortalizas en conserva - Helados - Maní procesado - Dulce de leche - Alimento para mascotas - Manteca y demás preparaciones de maní - Vino hasta 5 litros: desgravación linear en 8 años - Vinos Espumantes: Precio de entrada 8 dólares x litro x 12 años, y liberalización a partir del año 12

Fuente: Cancillería argentina (2019)

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Tabla A-2 Cuotas Arancelarias recíprocas Producto

Contenido de la cuota

QUESO

30.000 toneladas libres de aranceles. El volumen final se alcanza en cuotas iguales a los 10 años. Reducción de arancel inicial hasta 0% en 10 años.

LECHE EN POLVO

10.000 toneladas libres de arancel. El volumen final se alcanza en cuotas iguales a los 10 años. Reducción de arancel inicial hasta 0% en 10 años.

FÓRMULAS DE ALIMENTO INFANTIL

5.000 toneladas libres de arancel. El volumen final se alcanza en cuotas iguales a los 10 años. Reducción de arancel inicial hasta 0% en 10 años. Fuente: Comisión Europea (2019)

Tabla A-3 Cuotas arancelarias concedidas por UE al Mercosur Producto

Contenido de la cuota

ARROZ

Cuota de 60.000 toneladas arancel 0% sin segmentación, implementación en 5 años

CARNE BOVINA

Cuota Hilton (29.500 toneladas): arancel 0% a la entrada en vigor del acuerdo La UE ofrece una nueva cuota 99.000 toneladas CWE (peso carcasa), 55% refrigerada y 45% congelada, arancel intracuota 7,5% a la Entrada en Vigor del Acuerdo, y el volumen final se alcanza progresivamente en 5 años (6 etapas)

CARNE AVIAR

180.000 toneladas CWE (peso carcasa), arancel 0% Entrada en Vigor del Acuerdo; segmentación “50% deshuesada” y “50% otros” ) El volumen final se alcanza progresivamente en 5 años (6 etapas)

CARNE PORCINA

25.000 toneladas CWE (peso carcasa) arancel 83€/ Tn a la Entrada en Vigor del Acuerdo. El volumen final se alcanza progresivamente en 5 años (6 etapas)

MAIZ/SORGO

1.000.000 toneladas con un arancel intracuota de 0%. El volumen final se alcanzará progresivamente en 5 años (6 etapas)

MIEL

45.000 toneladas arancel 0%. El volumen final se alcanza progresivamente en 5 años (6 etapas)

AZÚCAR

Arancel 0% para 180.000 toneladas (dentro de la cuota OMC: “CXL quota”) a la Entrada en Vigor del Acuerdo. No se modifica el Schedule OMC, sino que se agrega en el Acuerdo Bilateral una explicación Cuota para Paraguay para azúcar orgánica: 10.000 toneladas a arancel 0% a la Entrada en Vigor del Acuerdo.

ETANOL

450.000 toneladas para usos químicos arancel 0% al momento de entrada del acuerdo. El volumen final se alcanza progresivamente en 5 años (6 etapas) 200.000 toneladas, para todos los usos. El volumen final se alcanza progresivamente en 5 años (6 etapas) Fuente: Cancillería Argentina (2019)

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EL ACUERDO MERCOSUR UNIÓN EUROPEA Algunas reflexiones con énfasis en el impacto sobre el sector manufacturero Jorge Lucángeli1

Director de la Maestría en Relaciones Económicas Internacionales – Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (FCE – UBA).

1

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INTRODUCCIÓN En diciembre de1995 la Unión Europea (UE) y los Estados Parte del MERCOSUR se comprometieron, tal como se refleja en el Acuerdo Marco de Cooperación Internacional suscripto en ese entonces, a “fortalecer sus relaciones con el fin de fomentar el crecimiento y la diversificación de sus intercambios comerciales, preparar la liberalización progresiva y recíproca de estos intercambios y generar las condiciones favorables a la creación, en el futuro, de una asociación política y económica, ateniéndose a las normas de la OMC y que tenga en cuenta la sensibilidad de algunos productos”. Desde ese momento –casi 25 años- se ha venido negociando con la UE la conclusión de un Acuerdo de Asociación Birregional MERCOSUR-UNIÓN EUROPEA. Finalmente, en junio de 2019 se concretó la firma del acuerdo. En realidad, los términos finales del acuerdo se conocerán cuando se firmen los documentos definitivos, aunque lo que se conoce permite realizar una primera evaluación del acuerdo. Estas notas examinan los alcances del acuerdo, con especial énfasis en el impacto que puede tener sobre la actividad manufacturera de la región, especialmente en el sector automotriz.

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El Acuerdo En primer lugar, el acuerdo no es meramente comercial; se inscribe en el marco de los nuevos acuerdos que incorporan un mayor conjunto de disciplinas. En este sentido, el capítulo comercial -si bien el más significativo- está incluido en otro conjunto que contempla:

• Servicios: El acuerdo brindará nuevas oportunidades para la exportación de servicios, en sectores donde el MERCOSUR es un exportador competitivo, como en servicios basados en el conocimiento. El acuerdo contempla, para los sectores alcanzados, el acceso al mercado de la contraparte para las empresas de servicios en las mismas condiciones que los nacionales. El acuerdo constituye una herramienta para otorgar previsibilidad y transparencia a las condiciones que rigen el intercambio de servicios entre ambos bloques. Un punto importante es que el acuerdo con la UE podría contribuir a reactivar las negociaciones de servicios en el MERCOSUR.

• Medidas sanitarias, fitosanitarias y normas técnicas: El acuerdo contempla la creación de mecanismos para asegurar que las medidas sanitarias y fitosanitarias y normas técnicas no se conviertan en barreras innecesarias al comercio y promover una mayor convergencia en regulaciones y estándares técnicos.

A estos plazos de desgravación arancelaria se le suma el plazo necesario hasta la entrada en vigor del acuerdo (estimado en 2 años para la redacción, traducción del acuerdo y aprobación de los congresos de los países del MERCOSUR y de la Comisión Europea).

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• Compras gubernamentales: En la temática de las compras gubernamentales, ambos bloques garantizan acceso a sus compras públicas recíprocamente (en montos contractuales por encima de cierto umbral mínimo) y buscarán garantizar los principios de no-discriminación, transparencia y equidad compatibles con el Acuerdo de Contratación Pública de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El acuerdo contempla solo las compras de los organismos de los gobiernos federales. • Propiedad intelectual: Respecto a la actividad innovadora, para la promo-

ción de la innovación también se acordó un capítulo sobre propiedad intelectual que contiene disposiciones sobre derechos de autor, marca registrada, diseños industriales, indicaciones geográficas y variedades de plantas. No se acordaron obligaciones en materia de extensión de patentes y protección de datos de prueba.

• Desarrollo sustentable: Sobre desarrollo sustentable y condiciones laborales, se incluye un capítulo sobre desarrollo sustentable y respecto de los derechos laborales y la promoción de conductas empresariales responsables. Las partes ratifican el compromiso con los acuerdos multilaterales ambientales, en especial con la implementación del Acuerdo de París sobre cambio climático. De cualquier manera, el capítulo más sustancioso del acuerdo se refiere al acceso a mercado. En el plano comercial, la UE se compromete a liberalizar el 92% de las importaciones provenientes del MERCOSUR, mientras que MERCOSUR liberará gradualmente el 91% de las importaciones europeas. Los plazos acordados son disímiles ya que contemplan las heterogeneidades estructurales entre ambas regiones, con tiempos bastante más cortos para la liberalización que debe realizar la UE y una transición más gradual para el MERCOSUR. En 4 años, a partir de la entrada en vigor del acuerdo, la UE estará aplicando la mitad del arancel promedio actual mientras que el MERCOSUR reducirá su arancel promedio a la mitad recién en 9 años. Para un conjunto significativo de productos agropecuarios el arancel será nulo inmediatamente a la entrada en vigor del acuerdo. En este conjunto se destacan harina y poroto de soja; aceites para uso industrial (soja, girasol, maíz); despojos comestibles de especie bovina, porcina, ovina; algunos productos de la pesca, como merluza; manzanas, peras, duraznos, cerezas, ciruelas; legumbres y frutos secos; y pasas de uvas, entre otros. Otro conjunto de productos entra en una canasta de desgravación de 4 a 10 años2.


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En este caso, hortalizas, plantas y tubérculos alimenticios; frutas cítricas (limones, naranjas y mandarinas); frutas finas (arándanos, frutillas); aceites vegetales (soja, girasol y maíz); biodiesel; preparaciones alimenticias y pastas; y alimento para mascotas. Respecto de productos de la pesca, la UE es uno de nuestros principales destinos. Se ha logrado que los principales ítems de este sector que estaban originalmente excluidos de la oferta europea obtengan un acceso libre de aranceles al momento de la entrada en vigor del acuerdo. Algunos ejemplos son la merluza Hubbsi congelada entera y en filetes.

hoy en día dos tercios de las importaciones de autopartes ya ingresan sin pago de arancel a través del régimen específico de admisión temporal.

En el caso de los bienes agroindustriales la UE se compromete a eliminar aranceles sobre el 82% de las importaciones agrícolas desde el MERCOSUR. En tanto que para la mayor parte de lo restante ofrecerá cuotas o preferencias fijas, excluyendo en torno a 100 productos. Las cuotas ofertadas por la UE serán administradas de forma conjunta reduciendo la discrecionalidad de su utilización y serán para carne bovina, aves, carne de cerdo, azúcar, etanol, miel y maíz dulce. Por su parte, productos como el queso, la leche en polvo y la fórmula infantil tendrán cuotas recíprocas que deberán abrirse a lo largo de 10 años. El MERCOSUR liberalizará en forma total el 95% del valor agrícola importado desde la UE.

Con respecto a la industria textil, se acordaron condiciones específicas: los sectores privados de ambas regiones convinieron una desgravación en un plazo de 8 años, salvo excepciones, como así también reglas de origen específicas. Por otra parte, para el sector de calzado se estableció un proceso de desgravación en 15 años o excluido con reglas de origen que determinan que por debajo de € 35 por unidad el producto debe estar enteramente fabricado en la región, mientras que por encima de dicho valor se permiten importaciones de algunas partes extrazona.

En lo que se refiere a los bienes industriales, el 100% de las exportaciones del Mercosur ingresarán a la Unión Europea sin pagar aranceles de importación mientras que en el caso europeo sólo el 90% ingresarán sin aranceles. La eliminación de aranceles permitirá la importación de insumos industriales y de maquinaria y bienes de capital al ampliar las herramientas actuales (regímenes específicos transitorios o excepciones al Arancel Externo Común, limitadas a 100 productos). En el caso del Mercosur, ciertos sectores sensibles como algunos calzados, muebles y los vehículos alcanzarán la liberalización total a los 15 años y la mayoría de las autopartes en 15 o 10 años, de acuerdo con su grado de sensibilidad. Cabe recordar que

En relación con los automóviles, los aranceles de importación del Mercosur serán eliminados en un plazo de 15 años. Sin embargo, durante los primeros 7 años no se iniciará la disminución de aranceles. Adicionalmente, durante este período, regirá un arancel del 50% del arancel actual (35%) para una cuota de 50.000 unidades para todo el Mercosur, repartida de acuerdo a sus importaciones históricas.

La extensa negociación del Acuerdo Como fuera señalado al principio de este trabajo, las negociaciones para alcanzar un acuerdo entre MERCOSUR y la UE se iniciaron en 1995, a los pocos meses de haber entrado en vigencia el acuerdo regional. A nuestro juicio, tanto los europeos como MERCOSUR no estaban preparados para iniciar las negociaciones ni estaban dadas las condiciones. Las mayores probabilidades de llegar a acuerdos de integración económica entre dos o más economías se dan cuando son economías complementarias; esto es, una produce lo que la otra no produce y viceversa. En el caso de MERCOSUR y la UE se presenta la situación paradojal que sus estructuras productivas son más competitivas 79


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que complementarias; no es que estas estructuras respondan a sus dotaciones originales de factores sino que por cuestiones de estrategias geopolíticas los europeos han desarrollado su sector agroalimenticio (seguridad alimentaria) y los países del cono sur -especialmente Argentina y Brasilhan desarrollado su sector manufacturero. Pero la producción agrícola es más eficiente en MERCOSUR y la producción manufacturera es más eficiente en Europa. Cualquier intento de liberalización comercial chocaba con los intereses de los sectores potencialmente afectados de ambos bloques. A pesar de la irrupción de China en el intercambio comercial con MERCOSUR, la Unión Europea es un socio significativo del comercio regional. Como bien señala Graciela Molle (2010), en relación con la situación imperante durante la primera década de este siglo, “En las exportaciones del MERCOSUR predominan los productos primarios y en las importaciones desde la UE las manufacturas. El intercambio es superavitario para el MERCOSUR en productos primarios, pero deficitario en productos industriales. Más aún, casi la mitad de las exportaciones del MERCOSUR son materias primas con muy bajo valor agregado, que no están gravadas por aranceles en la Unión Europea: por ser insumos indispensables para su producción agropecuaria e industrial, como es el caso de los alimentos para animales (para la cría de ganado en Europa), el mineral de hierro, el café en grano, las semillas oleaginosas, la pasta de madera, combustibles y pieles y cueros. Estos productos, que no están gravados con arancel, representaron en el trienio 2004-2006 el 47% de las exportaciones del MERCOSUR a la Unión Europea. La situación cambia cuando se pasa a productos de origen primario con mayor grado de elaboración. Si se toma, como ejemplo, el café: el 99,5% de las importaciones comunitarias son de café en grano sin tostar ni descafeinar. Como contrapartida, la Unión Europea es el principal exportador mundial de café con valor agregado. Un caso similar es el del chocolate, donde la protección arancelaria de los productos elaborados es progresiva, mientras los granos de cacao tienen arancel cero. De manera general, la UE permite la importación libre de aranceles de los productos primarios que no 80

produce, ya sea por ser productos tropicales o porque carece de condiciones naturales no reemplazables por el capital o la tecnología. La participación de ambos bloques en el comercio mundial es también muy desigual. En el año 2006, la Unión Europea fue el principal exportador y el segundo importador mundial de bienes y el primer exportador e importador de servicios. Las exportaciones de bienes fueron el 16,4% del total mundial y las importaciones el 18,1%. En el caso de los servicios, las exportaciones alcanzaron el 27,3% y las importaciones el 24%. El MERCOSUR, en cambio, no llegó a situarse en los primeros 20 lugares como exportador e importador de bienes y servicios a nivel mundial.” “Tanto la Unión Europea como el MERCOSUR pertenecen al pequeño grupo de países que son importantes protagonistas en el comercio mundial de productos agrícolas. La UE es el primer exportador e importador mundial, con una participación del 10,1% en el total de exportaciones y el 12,4% de las importaciones. Brasil, con el 4,2% de participación ocupa el cuarto lugar entre los exportadores y Argentina, con el 2,3%, el octavo. Paraguay y Uruguay no figuran entre los quince primeros exportadores líderes que informa la OMC, pero las exportaciones de productos agrícolas representaron en el año 2006 el 83% y el 65% de sus exportaciones totales, respectivamente. Los cuatro Estados Parte del MERCOSUR son exportadores netos de productos agrícolas; las importaciones de estos productos tienen participaciones de apenas 4,1% en Argentina, 6,2% en Brasil, 6,8% en Paraguay y 11,1% en Uruguay. En el caso del MERCOSUR, su importancia como exportador neto de productos agrícolas, es el reflejo de la competitividad sustentada en su abundancia de recursos naturales. Contrariamente, la Unión Europea si bien es el primer exportador mundial, esa posición se debe a la Política Agrícola Común de alta protección al acceso al mercado. Esa política, habiendo tenido como objetivo originario el autoabastecimiento, generó excedentes que –subsidios de exportación mediante- convirtieron a la UE en importante exportadora de productos agrícolas y agrícolas procesados. A pesar de esa posición exportadora, debe destacarse que, al ser también el primer importador mundial de productos agrícolas, la UE es -en


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conjunto- importadora neta. A lo largo de los años, si se toman las cifras de 1970 y 2006, se comprueba que la UE ha ido disminuyendo su participación como importador neto de productos agrícolas del 18,2% al 3,2%, respectivamente, tendencia que refleja el efecto, de las políticas de protección y distorsión en esta área.” Luego de un largo letargo, hacia 2010 se reanudan las negociaciones para lograr el tan dilatado acuerdo entre MERCOSUR y la UE. ¿Cuáles son las razones para la reanudación de las negociaciones? Según un trabajo realizado por A. Makuc, G. Duhalde y R. Rozemberg (2015) para INTAL, el fracaso de la Ronda Doha, la crisis financiera de 2008 y la irrupción china en el comercio internacional instaron a la Unión Europea a reanudar las negociaciones. Debían preocuparse por un nuevo modelo de inserción comercial. En el caso de MERCOSUR había algún tipo de preocupación similar. La crisis de 2008 afectó notablemente el desempeño del comercio mundial; fenómeno que afectó a los países del MERCOSUR desacelerando fuertemente su dinámica exportadora. El volumen de las exportaciones se encuentra prácticamente estancado y el desempeño de los valores exportados se ha visto beneficiado por la evolución del precio de las commodities, pero ha implicado una significativa primarización de las exportaciones ya que más de los dos tercios corresponden a bienes primarios y manufacturas basadas en recursos naturales. Esta reestructuración de la canasta exportadora de Argentina y Brasil está estrechamente vinculada con el desempeño del precio de las commodities. A partir de principios de 2002 los precios de las commodities inician un recorrido de alza prácticamente ininterrumpido hasta principios de 2008. Argentina y Brasil se han integrado al comercio mundial a través de la exportación de commodities agrícolas y mineras. Pero el comercio de manufacturas ha quedado circunscripto, esencialmente, al mercado ampliado del MERCOSUR. La industria automotriz ha logrado sobrevivir a raíz de que MERCOSUR ha establecido un muro aran-

celario del 35% (Cuadro 1) y la expansión del mercado permitió a las firmas automotrices acceder a escalas de producción medianamente eficientes.

Cuadro 1: MERCOSUR – Arancel Externo Común (AEC)3

Grandes Categorías Económicas Alimentos y bebidas básicos Alimentos y bebidas elaborados Insumos industriales básicos Insumos industriales elaborados Combustibles básicos Combustibles elaborados Gasolina Bienes de capital (BC) Partes y piezas de BC Vehículos automotores * Autopartes Bienes de consumo durables Bienes de consumo semidurableswsmidirablesssesasemidurable Bienes de consumo no durables s TOTAL

Arancel Externo Común Promedio

Máximo

8,0 13,4 4,8 9,9 0,2 0,4 5,2 12,9 12,4 20,0 15,0 17,7 18,4 13,7 11,0

Mínimo 16 20 20 20 2 6 14 20 20 20 20 20 20 20 20

0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

Fuente: Elaboración propia en base a información de la Decisión 22/94 del Consejo del Mercado Común * El sector automotriz recibió un tratamiento especial y el AEC se fijó en 35%.

Pero conjuntamente con la integración al mercado mundial de commodities, Argentina y Brasil llevaron adelante una política de protección a la producción manufacturera que siguió distintos guiones. Si bien los lineamientos del arancel externo común del MERCOSUR dieron pie al escalonamiento arancelario, favoreciendo la protección efectiva de la producción de bienes finales; la instrumentación de las políticas proteccionistas tuvo características particulares en Argentina y Brasil. En el caso argentino, las preferencias se inclinaron por la utilización de manera indiscriminada de las restricciones cuantitativas al comercio, tanto a las exportaciones como a las importaciones. El uso de las licencias no automáticas de importaciones provocó serías distorsiones en la corriente importadora que en su momento requirió la intervención de la Organización Mundial de Comercio ante los reclamos de un conjunto significativo de países exportadores de manufacturas.

La estructura arancelaria definida en 1994, con algunas modificaciones, continúa vigente en la actualidad.

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Cuadro 2: Aranceles Nación Más Favorecida (NMF) Productos No Agropecuarios – Año 2015

PAÍSES

COBERTURA (Porcentaje)

PROMEDIO SIMPLE (%) Consolidado

Aplicado

ARGENTINA

100

31,7

14,2

AUSTRALIA BRASIL

96,6 100

11,0 30,8

2,7 14,1

CANADÁ CHILE

99,7 100

5,3 25,0

2,2 6,0

EE.UU. FEDERACIÓN RUSA

100 100

3,3 7,1

3,2 7,3

INDIA ISRAEL

70,5 70,9

34,5 10,8

10,1 3,3

JAPÓN MÉXICO

99,6 100

2,5 34,8

2,5 5,7

NUEVA ZELANDA REPÚBLICA DE COREA

100 93,6

10,9 10,2

2,2 6,8

TAILANDIA

71,3

25,5

7,7

UNIÓN EUROPEA

100

3,9

4,2

Fuente: OMC – Perfiles arancelarios - 2016

En el caso de Brasil, las preferencias se inclinaron por los instrumentos de promoción industrial. Tanto la gestión del presidente Lula Da Silva como la gestión de Dilma Rousseff se caracterizaron por llevar adelante sucesivos programas destinados a fomentar inversiones en la industria manufacturera, en muchos casos a través de exenciones fiscales desmesuradas y potencialmente conflictivas con la normativa OMC. Como se puede observar en el Cuadro 2, en 2015, tanto Argentina como Brasil tenían promedios arancelarios consolidados que estaban al tope de la lista, junto con México y la India; aunque los aranceles aplicados por Argentina y Brasil eran los más altos4.

Los aranceles consolidados son las alícuotas arancelarias máximas que los miembros de la OMC se comprometen a aplicar como aranceles NMF. MERCOSUR presentó, en su momento, un arancel consolidado común. El arancel aplicado es el que, efectivamente, cada país aplica a sus importaciones.

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Una mirada de largo plazo sobre la situación de la industria manufacturera de Argentina y Brasil destaca que la política comercial e industrial en ambos países durante los años recientes ha tenido tintes proteccionistas y ha apuntado a insistir en una estrategia de sustitución de importaciones. La política comercial e industrial muestra una marcada continuidad en los últimos 50 años: proteccionismo comercial, sustitución de importaciones y una búsqueda no confesada de autarquía productiva han sido los ejes del modelo de crecimiento. Por el contrario, otros países de características similares a los del MERCOSUR (India, México, Turquía) muestran grados de apertura creciente, especialmente a partir de

mediados de los noventa, considerando el promedio simple de los aranceles aplicados. En síntesis, la política comercial del MERCOSUR ha sido utilizada para preservar a la industria doméstica de la competencia externa, especialmente de parte de los países asiáticos. Esta política de protección ha sido una constante durante los años 2000. La tasa de protección efectiva para la industria manufacturera promedió 25%, en tanto que la nominal redondeó 13%. La estructura arancelaria diseñada en MERCOSUR, como se señaló anteriormente, contribuyó a este fenómeno por el manifiesto sesgo al “escalamiento”: los bienes finales tienen aranceles más altos que los bienes intermedios. El objetivo era, precisamente, proteger y promover a las industrias productoras de bienes finales, especialmente de consumo durable y no durable. Pero lo que quizá haya que remarcar es que la protección efectiva no tiene un tratamiento uniforme para todas las industrias. Los textiles, electrodomésticos, y las confecciones tienen tasas que superan el 40%, pero la producción de automotores registra tasas que exceden el 100%. Vale reiterar que la producción de automotores (automóviles, camiones y ómnibus) tiene un arancel del 35% (una de las excepciones al arancel máximo del 20%), en tanto que las autopartes varían entre 14% y 18% y las autopartes no producidas están gravadas con un arancel del 2%.


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Gráfico 1: MERCOSUR – Exportaciones intra y extra-regionales y participación de las exportaciones intra-regionales sobre el total – 1986-2018 (en miles de u$s y porcentaje)

350,000

30%

300,000

25%

250,000

20%

200,000 15% 150,000 10%

100,000 50,000

5%

-

0%

Exportaciones intra-regionales (Miles de u$s FOB)

Exportaciones extra-regionales (Miles de u$s FOB)

Participación exportaciones intra-regionales (%) Fuente: Elaboración propia en base a información de INTAL y Secretaría del MERCOSUR

El punto de partida del Mercosur frente a la integración Una coincidencia casi plena entre los especialistas respecto de MERCOSUR es que desde hace mucho tiempo se encuentra en un “estado de hibernación”. Más aún, ha habido algunos retrocesos. Probablemente, la última decisión trascendente haya sido la aprobación del Código Aduanero Común en agosto de 2010; aunque esta decisión no haya implicado la conformación de un territorio aduanero común.

La grave falencia que muestra el acuerdo de integración regional es que en estos 28 años desde la firma del Tratado de Asunción (marzo de 1991) no se haya podido conformar el mercado único, el mercado ampliado. Cuando nos referimos al “mercado único o ampliado” estamos haciendo referencia a que haya una plena y efectiva libre circulación de bienes y servicios, en el cual no existan barreras o restricciones al libre comercio intra-regional.

Un indicador de este impasse del proceso de integración regional es la evolución del comercio intra-regional. Como se puede apreciar en el Gráfico 1, el pico de la participación del comercio intra-regional tuvo lugar en 1998: ese año la cuarta parte de las exportaciones se dirigían hacia MERCOSUR. Luego de ese año comienza una fase de caída que culmina en 2002 (12,8%), para luego fluctuar alrededor del 13-15% y alcanzar otro mínimo de 13,1% durante 2018.

Suele calificarse al MERCOSUR como una unión aduanera imperfecta, pero, en realidad, no solo es una unión aduanera imperfecta sino una zona de libre comercio imperfecta. Todavía sobreviven barreras al comercio intra-regional de distinto tipo -técnicas, fitosanitarias, de salubridad, etc.- y, en muchos casos, normas restrictivas discrecionales impuestas unilateralmente por los países socios.

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Lo que vendrá: el impacto del Acuerdo sobre la actividad manufacturera En el esquema vineriano, los beneficios de una unión aduanera suponen que el efecto de creación de comercio5 sea mayor al del desvío de comercio para que la unión aduanera tenga un efecto positivo, mejore el bienestar. El marco de análisis de J. Viner (1950) es el de economías competitivas en las cuales prevalecen los rendimientos constantes a escala. En este esquema, los beneficios de la integración devienen de una asignación más eficiente de los factores productivos. W. Max Corden (1972) introdujo un nuevo efecto a los mencionados por Viner. Corden señala que, considerando la presencia de economías de escala, una unión aduanera dará lugar al “efecto de reducción de costos” como consecuencia de la ampliación del mercado a que da lugar el acuerdo. Estando la industria sujeta a economías de escala, el aumento de la producción permitirá reducir los costos medios. Es probable que, en este marco de análisis, el efecto de reducción de costos sea más relevante que el de creación de comercio.

Por “creación de comercio” se entiende que un país socio de la unión aduanera sustituye un bien producido localmente por uno producido por un socio de manera más eficiente; en tanto que por “desvío de comercio” se entiende la sustitución de un bien importado desde un tercer país por uno producido ahora por un socio de manera menos eficiente. En ambos casos, estos movimientos son consecuencia de la eliminación de los aranceles entre los socios.

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Teniendo en consideración que las economías de escala pueden dar lugar a conductas monopólicas u oligopólicas, la determinación del arancel externo común (AEC) es crucial para evitar la maximización de la renta monopólica por parte de las firmas. Cuanto más cerca se ubique el arancel externo común de la intersección de la curva de demanda con la de costos medios, menor será la renta monopólica y mayor el excedente de los consumidores. Entonces, la ampliación del mercado es determinante para que la unión aduanera alcance mayores niveles de bienestar y mejore la capacidad competitiva. En el esquema vineriano, el tamaño de mercado no es relevante; en el esquema de Corden es imprescindible, asumiendo que las economías de escala tienen un papel preponderante en la producción.

El acuerdo MERCOSUR-UE puede jugar un papel decisivo en las ganancias de eficiencia derivadas del aprovechamiento de las economías de escala como consecuencia de la ampliación de mercado. En primer lugar, el tratado exigirá el cumplimiento de la normativa interna del MERCOSUR. En este caso es fundamental alcanzar el pleno funcionamiento del mercado ampliado regional. Como se señalara, esto permitirá una especialización productiva al interior del MERCOSUR con la consiguiente ganancia de eficiencia en la producción manufacturera. Es muy probable que se intensifique el comercio intra-industrial. En segundo lugar, el acuerdo permitirá una ampliación adicional del mercado. Según estimaciones del INTAL, el acuerdo permitiría acceder a un mercado equivalente a un tercio de las importaciones mundiales. En la medida que la liberalización de las importaciones de la UE de manufacturas será de manera inmediata, el acceso al mercado sería, en consecuencia, inmediato. Destacamos esta cuestión de la ampliación del mercado de manufacturas ya que la teoría moderna del comercio internacional señala que en el comercio de manufacturas el determinante son las economías de escala que permiten la reducción de costos. Entonces, el acuerdo brinda la oportunidad de incorporar nuevas manufacturas a la canasta exportadora. Como contrapartida, la industria manufacturera de la región tendrá que hacer un esfuerzo para alcanzar niveles de eficiencia que le permitan competir con las importaciones de la UE. En este caso, MERCOSUR tendrá un plazo más largo para liberalizar el comercio de productos más sensibles.

El caso de la industria automotriz Una mención particular debe hacerse a la industria automotriz del MERCOSUR. El caso de la industria automotriz es relevante desde el punto de vista del volumen de comercio y del intercambio intra-industrial.


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El 60% del comercio de manufacturas entre Argentina y Brasil corresponde a vehículos y partes y piezas y el coeficiente de comercio intra-industrial está cercano al 70%. De cualquier manera, la especialización intra-industrial automotriz entre Argentina y Brasil es un tanto espuria ya que el acuerdo establece que el intercambio tiene que tener un desequilibrio comercial acotado. Esta restricción, impuesta por los negociadores argentinos, persigue proteger a la industria automotriz local ya que, de lo contrario, una porción significativa de la producción local desaparecería. La industria automotriz regional está orientada, esencialmente, al mercado del MERCOSUR. En 2017, las exportaciones del complejo automotriz (vehículo y autopartes) de Argentina y Brasil sumaron 22 mil millones de dólares, de los cuales 12,8 mil millones fueron comercio intra-industrial (ida y vuelta). En tanto u$s 3,3 miles de millones tuvieron como destino el resto de los países de ALADI. El resto -alrededor de una cuarta parte- tuvo como destino EE.UU., la UE, países asiáticos y resto del mundo. Para tener un punto de referencia cercano, México exportó en 2017 u$s 110.800 millones, de los cuales u$s 90.481millones (82%) tuvo como destino EE.UU. De acuerdo a las estadísticas de OICA (Organización Internacional de Constructores de Automóviles) de 2016, en ese año se construyeron 95 millones de unidades; de los cuales un 20% correspondió a la Unión Europea y otro tanto al NAFTA. Pero 52 millones de unidades se produjeron en Asia-Oceanía, de los cuales 28 millones correspondieron a China y 14 millones a Japón y Corea del Sur. Sudamérica con 2,7 millones de unidades tiene el 2,8% de la producción mundial. Por otro lado, solo diez firmas multinacionales controlan la totalidad de la producción mundial, de las cuales cuatro corresponden a empresas europeas: Volskwagen, FIAT, Renault y el Grupo Peugeot-Citroen. En conjunto produjeron casi 22 millones de unidades.

La industria automotriz mundial está organizada en Cadenas Globales de Valor (CGV). Generalmente están conformadas en dos tipos amplios de empresas: empresas principales (terminales o ensambladoras) y proveedores. Las empresas terminales deciden la estrategia del producto, hacen pedidos y se responsabilizan financieramente por la producción de bienes finales. En consecuencia, el análisis de las CGV de la industria automotriz se centra en el ensamblaje de vehículos y los productores de autopiezas. Este énfasis en las actividades de diseño y producción está justificado porque estos son los segmentos de la cadena que pueden separarse fácilmente de los mercados finales, a diferencia de las ventas minoristas y el servicio posventa. Las empresas líderes en la industria automotriz (fabricantes de automóviles o fabricantes de equipos originales) llevan a cabo la mayoría de los aspectos del diseño de productos, la producción de la mayoría de los motores y transmisiones y casi todo el ensamblaje de vehículos dentro de sus propias instalaciones. Son grandes empleadores, comerciantes e innovadores. Tienen una coordinación sustancial y poder de compra en la cadena. Pero, desde principios de la década de 1990, la tercerización ha llevado a la creación de grandes proveedores globales, que han asumido un papel más amplio en las áreas de diseño, producción e inversión extranjera. Vaya esta digresión para argumentar en torno de la relación de la industria automotriz del MERCOSUR con la de la Unión Europea. En este momento MERCOSUR ha quedado, en la práctica, reducido a la Política Automotriz Común (PAC). La misma implica, esencialmente, los siguientes instrumentos:

• Arancel externo común para vehículos terminados del 35%

• Arancel externo común para partes y

piezas que varían de 14% a 18% y un 2% para las partes y piezas no producidas en la región. 85


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• La aplicación de un mecanismo de

flex para el intercambio automotriz entre Argentina y Brasil que impone restricciones a los desequilibrios comerciales.

La renovación del acuerdo automotriz fija un plazo hasta 2029 para llegar al libre comercio automotriz en el MERCOSUR. En tanto, el flex irá aumentando del 1,7 en la actualidad hasta 3,0 en junio de 2029. Luego de esa fecha, el comercio quedará liberado. La industria automotriz del MERCOSUR, circunscripta exclusivamente al mercado local, no tiene mayores posibilidades de desarrollarse, aunque las empresas sean filiales de firmas transnacionales. Están aisladas tanto de las cadenas de producción como del proceso innovativo. El acuerdo MERCOSUR-UE brindaría la posibilidad de que las filiales locales se integren a las CGV europeas. Esto permitiría ser partícipe de la actividad innovativa y formar parte de las cadenas de producción, tanto de autopartes como de vehículos terminados. Esta especialización redundaría, obviamente, en una mejora de eficiencia y una ampliación de la gama de productos a ofrecer.

Reflexiones finales Hemos dejado para el final un par de aspectos sumamente relevantes. Una primera cuestión primordial es que un proceso de integración regional como el que intentarán llevar adelante MERCOSUR y la Unión Europea es esencialmente un fenómeno político. Se definen espacios de poder. El poder negociador de MERCOSUR tendrá otra fuerza luego de este acuerdo. No es una cuestión menor. Pero, además, implica el establecimiento de reglas de juego más claras y estables con una de las regiones más relevantes de la geografía mundial. Una segunda cuestión relevante tiene que ver con el marco institucional del propio MERCOSUR. Desde su creación el acuerdo regional ha transitado por un sendero institucional muy débil, muy endeble. Este entramado institucional bastante frágil ha impedido lograr una integración más pro86

funda, más consistente. Ya hemos señalado las limitaciones que ha tenido MERCOSUR para consolidar su mercado ampliado, dificultad a la que ayudó el débil marco institucional. Es de esperar que el acuerdo con la UE ayude a la consolidación del proceso de integración del MERCOSUR.


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REFERENCIAS Corden, W. Max (1972): “Economies of Scale and Customs Union Theory”, Journal of Political Economy, Vol.80, N° 3 Cancillería Argentina (2019): Acuerdo de Asociación Estratégica MERCOSUR-UE, Buenos Aires. De Azevedo, B. et all (2019): Acuerdo de Asociación Mercosur-Unión Europea, BID-INTAL, Nota Técnica IDB-TN-01701, Buenos Aires. Makuc A., Duhalde G y Rozemberg R. (2015): La negociación MERCOSUR – UNIÓN EUROPEA a veinte años del acuerdo marco de cooperación: quo vadis?, BID-INTAL, Buenos Aires. Molle, G. (2010): “Negociación MERCOSUR-Unión Europea. Desmitificar las ofertas para construir un nuevo punto de partida”, en J. Berlinski y N. E. Stancanelli (eds.), Los Acuerdos Comerciales. Reflexiones desde un enfoque argentino, CARI-CEI Siglo XXI, Buenos Aires. Viner, J. (1950): The Custom Union Issue, Carnegie Endowment for International Peace - Stevens &Sons, Nueva York - Londres

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Reflexiones sobre el acuerdo Mercosur – Unión Europea Francisco de Santibañes

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El acuerdo alcanzado hace tan sólo unos meses entre negociadores europeos y sudamericanos para establecer una alianza estratégica entre la Unión Europea y el Mercosur causó sorpresa y despertó un sinnúmero de conjeturas respecto a su conveniencia para la Argentina. Muchos señalan su importancia para insertar a nuestra economía en el mundo, y de esta manera ganar productividad, mientras que otros, más críticos al acuerdo, consideran que éste fue mal negociado y que, por este motivo, podría poner en riesgo a la industria nacional.

Un acuerdo estratégico ¿En qué consiste la asociación que se está discutiendo? Lejos de ser un simple tratado comercial, significa un acercamiento entre el Mercosur y la Unión Europea tanto en aspectos económicos como con el relacionamiento cultural y político entre los dos bloques. Sería, como les gusta remarcar a los europeos, un acuerdo estratégico que involucra a una población de 800 millones, al 35% de las exportaciones globales y al 24% del PBI (Producto Bruto Interno) a nivel mundial. En el plano económico la principal novedad consistiría en una baja gradual de los aranceles y otro tipo de barreras que los países del Mercosur le aplican a los bienes y servicios europeos (con plazos generosos, ya que el 60% de nuestras importaciones se liberarían recién en 10 o más años) y una caída prácticamente inmediata de las barreras de la Unión Europea. Esto significa que la totalidad de los bienes industriales y el 82% de los productos agrícolas que la Argentina exporta hacia la Unión Europea se liberalizaría. Este trato favorable (si lo comparamos con otros acuerdos que ha firmado la UE) se debe a que las economías del Mercosur tienen aranceles muy superiores a los de los europeos y, por lo tanto, necesitarán más tiempo para ganar productividad. Sin este período de adaptación, a ciertos sectores simplemente se les haría muy difícil competir. Pero más allá de estos datos, ¿por qué nos conviene comerciar más con la UE?. El principal argumento para defender una apertura comercial consiste en que la Argentina y Brasil son dos de las economías más cerradas del mundo. Y esto tiene grandes costos. Existe un amplio consenso entre economistas de que el libre comercio tiende a incrementar la riqueza de una sociedad ya que le permite 89


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de la Argentina y la UE uno de los principales importadores) y adquirir bienes de capital que no producimos en el país. Este es un punto importante. Para poder exportar en el mundo actual es necesario antes importar insumos y bienes de capital. Ésta es la única forma en que podemos pasar a formar parte de las cadenas globales de valor que le han permitido salir de la pobreza a cientos de millones de individuos en las últimas décadas. Una segunda, y aún más importante, ventaja económica que derivaría de este acuerdo es el incremento de las inversiones. De hecho, para poder desarrollarse y crecer de manera sostenida las economías necesitan invertir y uno de los problemas estructurales que enfrenta la economía argentina es su baja tasa de inversión. especializarse en lo que mejor saben hacer y, de esta manera, ganar productividad. Una mayor productividad implica a la vez una mejor utilización de los recursos y un mejor nivel de vida. Debido a sus políticas proteccionistas, la Argentina tiene mucho por ganar de un acuerdo con un bloque que presenta dos ventajas adicionales: la Unión Europea tiene una economía compatible con la nuestra y no se especializa en industrias de salarios bajos. Esto quiere decir que, en principio, las industrias argentinas que tienen mano de obra poco calificada (y ocupan a los sectores vulnerables) no deberían verse perjudicadas de la manera en que sí ocurriría si se firmaran acuerdos con otros bloques. La compatibilidad económica de nuestro país con la UE queda en claro cuando comprobamos que este bloque es el segundo destino de nuestras exportaciones: una de cada cuatro empresas que exportan lo hacen a la Unión Europea. De ratificarse el acuerdo, podríamos por ejemplo venderles alimentos (los aranceles que enfrentamos actualmente para ingresar a las UE son relativamente altos) y servicios (siendo éste el tercer complejo exportador 90

¿Por qué el acuerdo podría incrementar las inversiones? En primer lugar, porque la evidencia muestra que esto es lo que le ha sucedido a los países y bloques económicos que han firmado acuerdos similares con la Unión Europea. Chile, que lo firmó en el 2005, experimentó un crecimiento de las inversiones que provenían de la Unión Europea del 65%; Egipto, que lo hizo, en el 2001 del 490%; México en el 2000 del 270% y Turquía en 1996 del 2.300%. Cabe destacar que, a pesar de que la UE sigue siendo el primer inversor en la Argentina, en las dos últimas décadas sus inversiones se han mantenido constantes. Pero más allá de la llegada de las inversiones europeas, este tipo de asociaciones implica la adopción de una serie de reglas de juego que tiende a perdurar en el tiempo. Esto sería particularmente beneficioso para un país que, como es el caso de la Argentina, se caracteriza por su inestabilidad. Esta incertidumbre vuelve a la mayoría de los proyectos de inversión prácticamente inviables. ¿Subirán impuestos distorsivos?, ¿la economía se volverá a cerrar?, ¿se respetarán los derechos adquiridos?. Todas estas son preguntas que se hacen los productores a la hora de evaluar la conveniencia de invertir.


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¿Por qué ahora? El acuerdo preliminar que acordaron el Mercosur y la Unión Europea se negoció durante más de veinte años y sólo fue alcanzado, para sorpresa de muchos, recientemente. ¿Qué explica esto? En primer lugar, la toma de consciencia de que las tasas de crecimiento y la productividad de las economías de los países del Mercosur, y de la Argentina en particular, es muy baja. Algunos datos dejan en claro la gravedad de la situación. Según el FMI (Fondo Monetario Internacional), en el 2019 el mundo crecerá un 3%, América latina un 0,2% y la economía de la Argentina, luego de varios años de recesión, caerá un 3,4%. Estos pobres resultados en parte se explican por los bajos niveles de exportaciones y de inversión. En América latina, las exportaciones per capita durante 2018 fueron lideradas por Chile (4.363 US$) y le siguieron México (más de 3.600 US$), Uruguay (más de 2.600 US$), Paraguay (más de 2.000 US$) y Perú (1.400 US$). Por lo contario, la Argentina tiene menos de 1.400 US$. En este sentido, también cabe destacar que las exportaciones argentinas crecieron tan sólo un 10% en los últimos 10 años -mientras que en el mismo período las exportaciones a nivel mundial aumentaron un 56%. El panorama es igualmente preocupante en el rubro inversiones. En julio del 2019 la inversión en la Argentina equivalía al 17,5% de su PBI, cuando en el 2018 estas representaron el 24,5% del producto bruto mundial. En Asia Oriental esta tasa es del 32%, en Asia Meridional 30%, en los países miembros de la OCDE un 22%, en Latinoamérica algo más de 19% y en Norteamerica de un 21%. Dada esta realidad, con el paso del tiempo se volvió evidente que era necesario terminar con un statu quo que se caracteriza, entre otros males, por bajas tasas de crecimiento. En términos políticos, este cambio de posición fue defendido por los gobiernos de

Mauricio Macri y Jair Bolsonaro. Su llegada al poder fue entonces un hecho clave para destrabar negociaciones que hasta ese entonces habían sido bloqueadas por la oposición de ciertos sectores que, comprensiblemente, se sentían amenazados por la apertura comercial. El acuerdo también fue posible gracias a que su texto final es, como ya hemos mencionado, generoso con los empresarios sudamericanos en términos del tiempo que se les brinda para adaptarse a la nueva realidad. En el caso europeo, la mayor oposición al acuerdo provino históricamente de los países con sectores agrícolas importantes (entre ellos Irlanda, Francia y Polonia). Estos son en principio los que tienen más que perder debido a la mayor competitividad del campo sudamericano. Su negativa fue sin embargo moderada por la necesidad de dar una clara señal en defensa del libre comercio y el multilateralismo. De hecho, la guerra comercial entre China y Estados Unidos pone en peligro un sistema internacional basado en el libre comercio y la coordinación del accionar de los Estados.

EL PRINCIPAL ARGUMENTO PARA DEFENDER UNA APERTURA COMERCIAL CONSISTE EN QUE LA ARGENTINA Y BRASIL SON DOS DE LAS ECONOMÍAS MÁS CERRADAS DEL MUNDO.

Los líderes europeos se sienten amenazados por una polarización que afecta tanto los valores como los intereses económicos de la Unión Europea. Es en parte debido a este motivo que Bruselas ha firmado recientemente acuerdos similares con Japón y Canadá. Sin embargo, el más ambicioso en término de creación de comercio ha sido el acordado con el Mercosur. Pero la coincidencia de intereses que llevó al éxito de las negociaciones es sumamente frágil. Un nuevo gobierno argentino que desconfíe de los efectos que podría tener el acuerdo para la industria nacional (en sectores como las autopartes) podría dificultar su aprobación en el Congreso de la Nación. A esto debemos sumarle un contexto europeo sumamente complejo. Uno de los países más propensos a defender el libre comercio, como es Gran Bretaña, se encuentra próximo a dejar de formar parte de la Unión Europea, cambiando así el balance 91


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de poder entre los Estados que favorecen este tipo de acuerdos y los que lo miran con desconfianza. Asimismo, el crecimiento del conservadurismo popular y de los partidos ecologistas en Europa significa que no debería sorprendernos que algunos parlamentos nacionales se opongan a ratificar el acuerdo. No porque se opongan necesariamente al libre comercio, sino porque el malestar con la Unión Europea podría canalizarse de esta manera. El presidente de Francia ya señaló que si no se producen una serie de cambios (como es la política ambiental de la administración Bolsonaro) su país se opondrá a su ratificación. Su verdadera preocupación, sin embargo, parece relacionarse con el poder de lobby que tiene el campo francés y con la creciente desconfianza de los franceses por este tipo de tratados. La no ratificación del acuerdo pondría a la Argentina en una situación difícil no solamente desde el punto de vista económico sino también político. Ya que de suceder esto Brasil seguramente intentaría firmar algún tipo de acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, con o sin el acompañamiento de sus socios del Mercosur. Si la Argentina (que tiene una economía menos compatible con la estadounidense que con la europea) decide no sumarse a esta iniciativa correría el riesgo de quedar aislada. Dado este panorama, cabe preguntarse si no hubiese sido mejor la aprobación de un simple acuerdo de libre comercio. Para su ratificación, éste hubiese tenido que ser aprobado únicamente por el Parlamento Europeo, mientras que el acuerdo estratégico también debe pasar (debido a sus aspectos políticos) por los parlamentos de los Estados miembros. Y si bien es cierto que la parte comercial del acuerdo entraría en vigor una vez que pase por el Parlamento Europeo, esto sería momentáneo y estaría supeditado a que posteriormente los parlamentos nacionales también ratifiquen la parte política.

¿Qué debemos hacer? A pesar de las dificultades mencionadas, es posible que el acuerdo sea finalmente 92

ratificado. La lógica para que esto ocurra sigue siendo sólida. Pero esto no significa que la Argentina se verá beneficiada automáticamente. Al contrario, si no se llevan adelante reformas que nos vuelvan más competitivos la apertura comercial puede ser perjudicial. Para entender este punto debemos repasar lo que viene sucediendo en otros países. La experiencia internacional deja en claro que los costos sociales y políticos asociados con una apertura comercial pueden ser considerables. Sin ir más lejos, el malestar social que ayuda a explicar tanto el Brexit como la victoria de la actual administración en Estados Unidos está relacionada con la destrucción de empleo que se produjo en ciertas regiones industriales. Por ejemplo, el Medio Oeste de los Estados Unidos y el norte de Inglaterra se convirtieron en focos de las transformaciones políticas que estamos observando. De manera similar, abrir la economía argentina sin incentivar la creación de nuevos puestos de trabajo de calidad puede causar un daño social considerable – especialmente en los conurbanos de las grandes ciudades. En este sentido, es de esperar que el acuerdo con la Unión Europea beneficie al interior del país pero ponga en peligro fuentes de trabajo relacionadas con sectores industriales que actualmente son poco competitivos a nivel internacional. Para evitar esto necesitamos un sector productivo que, en su conjunto, sea capaz de competir y generar trabajos a través de la innovación y de las inversiones a largo plazo. Será clave entonces disminuir las cargas impositivas que sufren nuestras empresas (que son de las más altas del mundo) y alcanzar un equilibrio fiscal que traiga estabilidad cambiaria y evite la excesiva toma de deuda en moneda extranjera. En el plano institucional, tendremos que fortalecer un sistema judicial que debe garantizar los derechos individuales y de propiedad. También será clave repensar un sistema educativo que no forma a nuestros niños y niñas de la manera en que debería. Sin estos pilares, será difícil competir.


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Acuerdo Mercosur - Unión Europea: reflexiones a partir de una perspectiva 1 brasileña Lia Baker Valls Pereira2

Este artículo es una compilación de otros dos publicados en la Revista Conjuntura Econômica de la Fundación Getulio Vargas en julio y septiembre de 2019. 2 Profesora de la Universidad del Estado de Río de Janeiro/Facultad de Economía Investigadora Asociada en la Fundación Getulio Vargas/Instituto 1

Brasileño de Economía

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El 28 de junio de 2019, los países del Mercosur y la Unión Europea concluyeron las negociaciones para la creación de un área de libre comercio entre los dos bloques. La entrada en vigor de la totalidad del alcance del acuerdo depende de la aprobación de los congresos de los países miembros del Mercosur y, en la Unión Europea, del Parlamento Europeo y los parlamentos de los 28 países miembros. El propósito de este artículo es presentar una reflexión sobre el acuerdo desde una perspectiva brasileña. La primera sección presenta un breve análisis de los antecedentes de la negociación. Luego, en la misma sección, se analizan algunos estudios que precedieron a la negociación actual y la situación general del comercio. La segunda sección examina el Acuerdo Mercosur-Unión Europea, en particular el cronograma de liberalización arancelaria y los compromisos en áreas que no están en acuerdos previamente firmados por Brasil con otros socios comerciales. La tercera sección concluye el artículo y llama la atención sobre los posibles impactos del acuerdo sobre la agenda comercial de Brasil y el proceso de integración del Mercosur. Se argumenta que la importancia del acuerdo sobre la agenda comercial brasileña actual está asociada a su compromiso con la liberalización del comercio, y se lo ve como un paso hacia futuros acuerdos y programas de liberalización unilateral. Al mismo tiempo, el acuerdo expone las tensiones existentes entre las directrices de la política de comercio exterior y la política exterior en el gobierno que asumió la presidencia de Brasil en enero de 2019.

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1. ANTECEDENTES DE LAS NEGOCIACIONES MERCOSUR-UNIÓN EUROPEA Y MARCO COMERCIAL GENERAL Antecedentes La historia del acuerdo comenzó en 1999 cuando se anunció el inicio de las negociaciones para la formación de un área de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea (UE). Las negociaciones para la formación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) estaban progresando y ambos bloques regionales identificaron beneficios mutuos con esa aproximación. Para los países del Mercosur, el acuerdo fortalecía el proyecto del Mercado Común del Sur porque, a diferencia de los Estados Unidos, los europeos privilegiaban las negociaciones con bloques regionales. Además de eso, se consideró que tendría un efecto positivo en el poder de negociación del Mercosur en las negociaciones del ALCA. Para Brasil, en particular, el acuerdo era bienvenido pues reforzaba la inserción multilateral del país en el comercio mundial. Sin embargo, era bien sabido que el principal obstáculo serían las negociaciones en el sector agrícola, donde prevalecía el sesgo proteccionista de la política agraria común de la UE (Pereira, 2002). En 2004, Mercosur y la Unión Europea presentaron sus ofertas finales para concluir el acuerdo. No hubo consenso y las negociaciones se estancaron. La oferta agrícola fue considerada insatisfactoria por el Mercosur, aunque en Brasil había divergencia entre quienes consideraban que era mejor aceptar algo en lugar de esperar posibles ganancias en las negociaciones multilaterales. El ascenso de China en el comercio mundial y la agenda de exportaciones de Brasil, la ampliación con la entrada de nuevos países en la Unión Europea con intereses agrícolas, y las iniciativas dirigidas al comercio Sur-Sur por parte de Brasil alejaron la negociación de la agenda prioritaria de los países. Adicionalmente, todavía había “esperanza” de que la Ronda de Doha pudiera producir un resultado positivo hacia un mayor acceso al 96

mercado agrícola de los países desarrollados. Las negociaciones se retomaron en 2012 en medio de un escenario de crecientes dudas sobre la dirección de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los temores de un mayor proteccionismo posterior a la crisis en 2008. Las dudas de que se pudiera llegar a un acuerdo aumentaron con las medidas adoptadas por Brasil y Argentina para hacer frente a la desaceleración económica. La Unión Europea cuestiona en la OMC la política brasileña de requisitos de contenido local. Las negociaciones vuelven a progresar a partir de finales de 2016 y el 28 de junio de 2019 se anunció su finalización. Los acuerdos son firmados por los gobiernos y, por lo tanto, son decisiones políticas. Si en 1999 el contexto era favorable para el anuncio del inicio de las negociaciones y con posterioridad a 2001/02 no lo era, después de 2017/19 el escenario vuelve a cambiar. En Brasil y Argentina, los gobiernos favorecen las políticas de liberalización comercial. Y, desde una perspectiva europea, la creciente penetración de China en los flujos de comercio e inversión de la región y la posición proteccionista del actual gobierno de Estados Unidos son interpretadas como condicionantes que favorecen un escenario de beneficios con el acuerdo del Mercosur. La Unión Europea sería el primer grupo de economías desarrolladas en tener acceso preferencial a mercados protegidos del Mercosur. Además, la realización del acuerdo favorecería a las empresas europeas en la región. Finalmente, la firma del acuerdo se interpretó inicialmente como un activo favorable a Brasil en su solicitud de ingreso a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Estudios Como ya se mencionó, las negociaciones del Mercosur y la Unión Europea comenzaron en 1999 y desde entonces varios estudios han tratado de estimar los posibles


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beneficios de este acuerdo para Brasil. Citemos algunos ejemplos: Pereira (2000) analizó los efectos de una liberalización arancelaria entre los países del Mercosur y la Unión Europea a partir de un modelo computacional de equilibrio y concluyó que las mayores ganancias estarían en el sector agrícola, con un aumento del producto interno bruto de 1,3%. Sin la liberalización del sector, el producto registraría una caída. En 2004, cuando se anunciaron las ofertas finales del Mercosur y los países europeos para la liberalización de los mercados, Kume et al. (2004) analizaron la oferta europea y concluyeron que la Unión Europea no concedía mucho en el área de la agricultura, ya que las cuotas se mantenían para varios productos. Señalan que la denominación adecuada sería la de un acuerdo comercial administrado, basado en listas de productos, en lugar de un acuerdo de libre comercio. El estudio de Thorstensen y Ferraz (2014) analiza el impacto de un hipotético acuerdo entre Brasil y la Unión Europea sobre los flujos comerciales. Los autores incluyen estimaciones de barreras no arancelarias (BNAs) tales como normas y estándares fitosanitarios y técnicos, así como todo un conjunto de tarifas ad valorem y no ad valorem. Los resultados obtenidos a partir de simulaciones de liberalización con un modelo computacional de equilibrio general mostraron que las ganancias para las exportaciones brasileñas de un acuerdo con la Unión Europea dependían de la negociación de las barreras no arancelarias (BNTs) en el área agrícola. Sin liberalización de los obstáculos no arancelarios las exportaciones crecerían un 21,2% y, en el escenario más optimista, con la inclusión de un 50% de liberalización de los obstáculos no arancelarios, las exportaciones aumentarían un 97,5%. Según los autores, las ganancias dependerían, por lo tanto, de negociaciones que van más allá del universo arancelario. Todos los estudios mostraron la importancia de liberalizar el sector agrícola.

Hechos estilizados del comercio brasileño El ascenso de China en el comercio exterior brasileño se muestra en el Gráfico 1, donde el porcentaje de exportaciones de Brasil destinadas a ese mercado pasó del 3% al 27% entre 2001 y 2018. En la comparación frente a Estados Unidos y la Unión Europea hasta 2008, la participación de esta última disminuyó relativamente menos; mientras que el porcentaje de Estados Unidos pasó del 24% al 14%, el de la Unión Europea cayó del 27% al 24%. Posteriormente, la caída en la Unión Europea se aceleró y en 2018 su participación llegó al 18%, y Estados Unidos descendió levemente al 12%.2

Gráfico1: Participación porcentual de los principales mercados en las exportaciones brasileñas

30 25 20 15 10 5 0 2001 2002 2003 2004

2005 2006

2007 2008

2009 2010

2011 2012 2013

2014 2015

2016 2017

2018

Unión Europea Estados Unidos China

Fuente: Comex Vis/ http://www.mdic.gov.br/index.php/comercio-exterior/estatisticas-de-comercio-exterior/ comex-vis Una hipótesis para explicar este resultado es que China desplazó relativamente más exportaciones brasileñas de productos manufacturados en el mercado de Estados Unidos que en la Unión Europea. (Pereira, 2006)

2

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En términos de su composición, alrededor del 40% de las exportaciones brasileñas al mercado de la Unión Europea son productos básicos, donde destacan soja, café, pulpa y mineral de hierro, entre otros. Sin embargo, el principal mercado de productos básicos para Brasil es Asia, especialmente China. En 2018, el 62% de las exportaciones brasileñas de productos básicos fueron a Asia, siendo China la destinataria del 47% de las exportaciones totales. La Unión Europea representó el 15% de las ventas totales brasileñas de productos básicos para el mismo año.

Gráfico1: Participación porcentual de los principales mercados en las exportaciones de manufacturas brasileñas

60 50 40 20 10 0 2002

2003

2004

2005

2006

América Latina

2007

2008

2009

2010

Unión Europea

2011

2012

2013

2014

Estados Unidos

2015

2016

2017

2018

Otros

Fuente: Comex Vis/ http://www.mdic.gov.br/index.php/comercio-exterior/estatisticas-de-comercio-exterior/ comex-vis

En el caso de las manufacturas, el Gráfico 2 muestra que el mercado latinoamericano lidera las compras de manufacturas brasileñas (41% en 2018). La participación de EE. UU. cayó del 35% al 19% entre 2002 y 2018 y la de la Unión Europea disminuyó entre 2013 y 2015, pero alcanzó al 18% en 2018 superando en un punto a la de 2002. El porcentaje más alto ocurrió en 2009, con el 20%, lo que muestra una relativa estabilidad de la participación de la Unión Europea en la lista de exportaciones de manufacturas brasileñas. Los hechos estilizados muestran, por lo tanto, que los intereses brasileños en la Unión Europea no se limitan a los productos básicos. Sin embargo, como veremos a continuación, la estructura protectora de la Unión Europea penaliza las exportaciones de esos productos, especialmente los de la agricultura. En el comercio bilateral, la balanza comercial Brasil-Unión Europea ha sido superavitaria desde 2008, excepto entre 2013 y 2015. En 2018, el superávit fue de u$s7,35 mil millones.

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2. El Acuerdo Mercosur-Unión Europea El acuerdo de libre comercio Mercosur-Unión Europea pertenece al grupo de acuerdos de nueva generación. Es denominado un acuerdo de libre comercio, pero los compromisos van más allá y abarcan áreas que afectan las regulaciones nacionales de los países. Además de los temas de acceso al mercado, que involucran productos, servicios e inversiones, fueron incluidos temas relacionados con el desarrollo sostenible, empresas estatales, pequeñas y medianas empresas, mecanismos de transparencia, contratación pública, defensa de la competencia, cuestiones institucionales y diálogos de cooperación política. Acceso al mercado Como ya se señaló, las exportaciones brasileñas a la Unión Europea están relativamente equilibradas con productos básicos que representan, en 2018, un 45%, semi-manufacturas un 15% y manufacturas un 40%. En el caso de las importaciones procedentes de la Unión Europea, el porcentaje de manufacturas fue, en ese año, del 95%. Los intereses europeos se centran exclusivamente en productos industriales y los de Brasil en los sectores agrícola y manufacturero. Llamamos la atención sobre la negociación de bienes, que siempre ha sido el primer obstáculo para firmar el acuerdo. La Tabla 1 ilustra las asimetrías en la protección entre Brasil y la Unión Europea. En el sector agrícola, los aranceles de importación promedio aplicados por Brasil y la Unión Europea no difieren mucho: 10,1% (Brasil); y 12% (Unión Europea). Pero, amén de eso, la Unión Europea ofrece un mayor número de líneas arancelarias de arancel cero en su mercado que Brasil. Llama la atención el porcentaje de productos sujetos a aranceles no ad valorem (menos transparentes ya que no son un porcentaje del valor importado) y de pro-

Tabla 1: Perfil de tarifas de importación aplicadas por Brasil y la Unión Europea: 2018

Brasil

Agrícolas No agrícolas Agrícolas No agrícolas Agrícolas No agrícolas Agrícolas No agrícolas Agrícolas No agrícolas Agrícolas No agrícolas

Unión Europea Media simple de tarifa de importación 10,1 12,0 13,9 4,2 Porcentual de líneas tarifarias con libre comercio 31,0 7,1 27,5 4,7 Porcentual de líneas tarifarias con aranceles específicos, cuotas, etc (no ad valorem) 0,0 32,9 0,0 0,5 Porcentual de líneas tarifarias con tarifas encima del 15% 14,4 23,2 38,3 1,5 Porcentual de líneas tarifarias con tarifas 3 veces la media 7,2 0,0 2,7 0,0 Tarifa máxima aplicada 35,0 235,0 35,0 26,0 Fuente: www.wto.org. Tariff Profiles

ductos con aranceles altos. Brasil no tiene aranceles no ad valorem mientras que en la Unión Europea el 32,9% de los productos importados enfrentan estas barreras. El 23,2% de las líneas arancelarias se enfrentan a aranceles superiores al 15% y al 7,2%, aranceles tres veces superiores al promedio en el caso de la Unión Europea. La tarifa máxima en Europa es del 235% y en Brasil del 35%. La situación cambia al analizar el sector industrial. El arancel promedio de Brasil es de 13,9% y el de la Unión Europea de 4,2%. El porcentaje de aranceles superiores al 15% abarca el 38,3% de las líneas arancelarias en Brasil y el 1,5% en la Unión Europea. Una primera lectura que se desprende de la tabla es que Brasil tiene poco que ganar del sector industrial porque los aranceles europeos ya son bajos. Por otro lado, los avances en la agricultura dependen de negociaciones que incluyen una gama de productos protegidos por instrumentos que van más allá de los aranceles ad valorem, como destacaron en su estudio Thorstensen y Ferraz.

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Tabla 2: Oferta agrícola líneas tarifarias e importaciones de 2010 a 2012

ACCESO PREFERENCIAL LIBRE COMERCIO LIBRE COMERCIO EN HASTA 10 AÑOS LIBRE COMERCIO EN 15 AÑOS OFERTAS PARCIALES (CUOTAS, PREFERENCIAS FIJAS) SIN DESGRAVACIÓN

Cobertura de comercio Líneas tarifarias Cobertura de comercio Líneas tarifarias Cobertura de comercio Líneas tarifarias Cobertura de comercio Líneas tarifarias Cobertura de comercio Líneas tarifarias

OFERTA MERCOSUR 96% 94% 79% 90% 18% 4% 2% 2% 2% 4%

OFERTA UNIÓN EUROPEA 82% 77% 82% 77% 18% 19% 0% 3%

Fuente: Información de la Secretaria de Comercio Exterior

Los cronogramas detallados de liberalización arancelaria no se han publicado hasta ahora, pero la Secretaría de Comercio Exterior ha elaborado una síntesis del acuerdo. En el caso de la agricultura (Tabla 2), el suministro del Mercosur garantizará el libre comercio para el 96% de las importaciones de la UE (cifras 2010/12) correspondientes al 94% de las líneas arancelarias. La UE ofrece cobertura comercial para el 82% del valor importado y abarca el 77% de las líneas arancelarias. El calendario previsto para la Unión Europea es una liberalización en hasta 10 años para el 82% de los productos exportados por el Mercosur. Además, el 18% del valor importado está sujeto a cuotas, preferencias fijas y los mecanismos de precio de entrada de la política agraria común. En el caso de los productos agrícolas, la información proporcionada por la Secretaría de Comercio Exterior resalta que la oferta de la Unión Europea incluye un potencial crecimiento de las exportaciones: • Zumo de naranja: libre comercio en 10 años, partiendo de una tarifa que puede llegar hasta el 34%, dependiendo del producto. Asimismo, en los jugos que tienen aranceles mixtos (ad valorem y cuotas) la reducción es del 50% en el arancel. La participación del producto en las exportaciones a la UE fue del 3% en 2018. • Tabaco manufacturado: libre comercio en 7 años, a partir de aranceles que pueden alcanzar el 75%. Su participación en las exportaciones brasileñas es de 1,8%. En el producto no manufacturado el plazo es de 4 años. • Frutas: libre comercio en hasta 10 años, 100

partiendo de aranceles que pueden alcanzar el 25%. El plazo varía según la fruta. Su participación es del 1,5%. • Café tostado e instantáneo: libre comercio en 4 años, a partir de un arancel del 9%. Participación: 0,2%. Además, se negociaron cuotas para productos en los que Brasil ya tiene una alta participación en el mercado europeo, como carne vacuna (41%), pollo (37%), azúcar (15%) y etanol (12%), según los datos provistos por la Secretaría de Comercio Exterior. Es de destacar que la negociación consistió en la elevación de las cuotas y la reducción de los aranceles sobre estos productos. Para la industria, la oferta de la UE es de libre comercio en el 100% de las líneas arancelarias y valor comercial en un plazo de hasta 10 años. La oferta brasileña es de libre comercio en hasta 10 años para el 72% del valor del comercio (81% de las líneas arancelarias) y de 15 años para el 19% en valor y el 10% de las líneas arancelarias; quedarían sin reducción el 9% tanto del valor como de las líneas arancelarias. En el caso del sector automotriz, la oferta del Mercosur contempló que, en el caso de los automóviles, las tarifas solo comenzarán a reducirse a partir del octavo año del acuerdo y se pondrán a cero en el año 16. Para las autopiezas el 60% será desgravado en 10 años, el 30 % en 15 años y el 10% restante está fuera del acuerdo. Es difícil de evaluar el impacto cuando se desconoce el calendario de desgravación. En el caso de los automóviles, que ha sido divulgado, la industria tendrá un plazo largo (15 años) para adaptarse a la entrada de


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libre comercio de automóviles europeos. En cuanto al 81% de las líneas arancelarias que tendrán libre comercio en un plazo de hasta 10 años, el impacto dependerá del tiempo concedido y del programa de reducción arancelaria para cada producto. En el caso agrícola, el comercio basado en cuotas siempre ha sido rechazado por Brasil. Nonnenberg y Ribeiro (2019) consideran que podría haber ganancias en el mercado de la carne y el etanol, pero reconocen que el largo plazo esperado para la implementación de las cuotas torna más difícil esa previsión. En resumen, el noventa y uno por ciento de las exportaciones del Mercosur tendrán entrada libre al mercado de los países europeos en 10 años y para la Unión Europea, el grado de cobertura será del 92%. Ambas partes se reservan un período de 15 años y/o una liberalización parcial para productos sensibles. Para los países del Mercosur, la lista incluye automóviles, partes y componentes, máquinas, productos químicos y fármacos para una liberalización total en 15 años. En el caso de los automóviles, habrá un período de transición con una cuota de 50.000 con una tarifa del 17,5%, que es la mitad del arancel de importación cobrado por el Mercosur (35%). En esa lista quedan incluidas bebidas alcohólicas, como el vino que tendrá acceso libre en 12 años. Para la Unión Europea, los productos sensibles son los agrícolas y representan el 18% de las exportaciones del bloque. Ellos son: carnes, etanol, arroz, miel y maíz. En este caso, las concesiones son cuotas con aranceles reducidos. Además, se ha creado una lista de tarifas con cuotas recíprocas para quesos y otros lácteos. El acuerdo es una liberalización del comercio administrada donde cada parte conserva el grado deseado de protección para sus productos sensibles, como lo son los acuerdos preferenciales de comercio. Los europeos conceden en agricultura pero mantienen un comercio administrado de

sus productos sensibles. El Mercosur ha logrado excepciones y plazos más largos para el sector automotriz que goza del mayor arancel de importación (35%). En el contexto de la parálisis de las negociaciones multilaterales y el riesgo de que el sesgo proteccionista de la política estadounidense se extienda en el comercio mundial, el acuerdo es positivo. Otros temas Además del capítulo sobre acceso al mercado, el acuerdo cubre una amplia lista de temas tratados en los siguientes capítulos: aduanas y facilitación del comercio; defensas y salvaguardas; medidas sanitarias y fitosanitarias; diálogos; barreras técnicas al comercio; servicios; compras gubernamentales; defensa de la competencia; subsidios; empresas estatales; derechos de propiedad intelectual, incluidas las denominaciones de origen; comercio y desarrollo sostenible; transparencia; integración regional; anexo de vinos y licores; temas institucionales, legales y horizontales; pequeñas y medianas empresas; y solución de controversias. En el debate brasileño se enfatiza el alcance del acuerdo, que incluye temas no cubiertos por los acuerdos comerciales firmados por Brasil como miembro del Mercosur. Esto se considera un punto positivo, pues las reglas del comercio mundial no se limitan al tema de la reducción arancelaria. Además, pondría de manifiesto el compromiso de Brasil con las prácticas adoptadas por los países europeos en línea con las normas de la OCDE. Algunos otros puntos destacados del acuerdo En las negociaciones de servicios, el gobierno brasileño ha puesto énfasis en la liberalización de hasta 10 años de servicios de transporte marítimo en contenedores entre los puertos del Mercosur. En el caso de los derechos de propiedad intelectual, la Unión Europea obtuvo satis101


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facción a su demanda de reconocimiento de la indicación geográfica en 355 casos y el Mercosur en otros 224. De los 355 casos reconocidos para la Unión Europea, 38 de ellos remiten a productos brasileños de origen agrícola en los que los productores brasileños deberán asumir los costos de adaptación, porque se identifica el uso de nombres de productos denominados en Europa en Brasil, aunque en algunos casos no sucede a la inversa3. Se prevé un acuerdo de cooperación para los productores que deberán cambiar el nombre de sus productos. Brasil no es signatario del Acuerdo de Contratación Pública de la OMC. El único acuerdo firmado fue con Perú en 2016, pero aún no está vigente. En este sentido, el acuerdo con la Unión Europea representa un cambio en la política de licitación del gobierno federal (no están contemplados estados y municipios). Hay excepciones para algunos sectores, como las máquinas, y límites a la participación de empresas europeas. A partir del sexto año del acuerdo se cubrirán obras por un valor de u$s25 millones, lo que acredita a las empresas europeas el potencial acceso a las principales inversiones del gobierno federal para obras de infraestructura pública. Salud, ciencia y tecnología y micro y pequeñas empresas no forman parte del acuerdo.

Son comercializados quesos denominados “camembert” que son producidos en Brasil. No se identifica un producto brasileño con indicación geográfica como “cachaça” (bebida alcohólica), y otros, producidos en Francia.

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El capítulo, sin embargo, que ha generado mayor controversia se refiere al Comercio y el Desarrollo Sostenible. En ese capítulo se incluyen los compromisos con los principios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (prohibición del trabajo esclavo y del trabajo infantil; no discriminación; igual remuneración por igual trabajo; derecho de libre asociación y negociación colectiva). Se requiere que las partes del acuerdo cumplan con las directivas del Acuerdo Climático de París y se esfuercen por eliminar los productos obtenidos en áreas que han sido deforestadas (carne, por ejemplo). Se incluye el tema del bienestar animal. Se requiere el cumplimiento de los principios de responsabilidad social corporativa de la OCDE y las prácticas de derechos humanos.

El capítulo incluye una “cláusula de precaución” que permite el uso de medidas restrictivas cuando en un país se encuentre un riesgo de degradación ambiental grave, o seguridad y salud ocupacional, incluso en presencia de evidencia científica insuficiente o no concluyente. El capítulo establece que las medidas así adoptadas estarán sujetas a revisión periódica. Este tema puede ser controvertido, ya que no hay consenso, por ejemplo, en si las prácticas adoptadas en un país que pudieran conducir a posibles externalidades negativas en otro podrían ser objeto de medidas restrictivas, como pudiera ser el caso de la producción ubicada en tierras amazónicas deforestadas. El capítulo no incluye nuevos compromisos para los países miembros, apenas la obligación de que cumplan con sus leyes nacionales. Eso es lo convenido, pero las declaraciones de representantes del gobierno brasileño que cuestionan el cumplimiento de las normas multilaterales en las áreas ambiental y de derechos humanos introducen dudas sobre el acatamiento del acuerdo por parte de Brasil (Veiga y Ríos, 2019). Finalmente, el acuerdo incorpora un mecanismo de solución de controversias con la posibilidad de utilizar comités de arbitraje.

3. Consideraciones finales La aceleración de las negociaciones para la conclusión del acuerdo del Mercosur y la Unión Europea, desde el punto de vista de Brasil, es parte del programa de liberalización comercial y de una mayor adhesión a las normas vigentes en los mercados de los países desarrollados que están en la OCDE. Las dificultades para proponer un programa de liberalización unilateral para los sectores productivos deben haber influido en la decisión de aceptar el comercio agrícola administrado propuesto por la Unión Europea. Del mismo modo, el ritmo más lento de liberalización en la industria propuesto por el Mercosur debe haber sido entendido por los europeos como la compensación por entrar en un mercado con sesgo proteccionista.


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En el caso brasileño, como miembro del Mercosur, la conclusión de las negociaciones abrió la agenda para alcanzar nuevos acuerdos, algunos ya en proceso, como el acuerdo con Canadá, la Asociación Europea de Libre Comercio (ya se anunció el final de negociaciones), Japón, Corea del Sur y un posible acuerdo con los Estados Unidos. Además de eso, el compromiso de liberalizar el comercio de automóviles en 15 años ha llevado a Argentina y Brasil a comprometerse a crear un régimen de libre comercio en 10 años. Una cuestión que se venía posponiendo desde 2005. Sin embargo, es necesario garantizar la coordinación de las negociaciones entre los diferentes acuerdos, para no crear una red compleja de preferencias y cronogramas de reducción arancelaria. Además, la Unión Europea se preguntará si su margen de preferencia para acceder al mercado brasileño se ve erosionado por concesiones más generosas a los Estados Unidos. En este contexto, se defiende la reforma arancelaria de Brasil (que se identifica con la reforma dela tarifa externa común), ya que reduce el riesgo de desvíos del comercio. En este caso, se necesita alcanzar un consenso entre los países miembros del Mercosur para promover una ronda de reducción en el arancel externo común. Este es un desafío que el acuerdo trae al Mercosur y que requerirá posiciones convergentes sobre la dirección de la política comercial en los cuatro países miembros. El gobierno brasileño ha señalado y declarado que está a favor de una ronda de liberalización arancelaria. La liberalización del comercio no es una garantía del crecimiento de las exportaciones ni de un impacto positivo de productividad (Pereira, 2018). El acuerdo es un instrumento que podría ayudar a reducir los costos de producción de la industria a través del acceso a bienes de capital e intermedios más baratos y tecnológicamente más modernos. Sin embargo, no es una condición suficiente. El acuerdo en sí no garantiza mejoras de infraestructura, reforma fiscal y otros elementos en la agenda de reformas microeconómicas de Brasil. México siempre es

recordado como el país que hizo el trato con los Estados Unidos, pero no logró mejorar la productividad de su industria (Levy, 2018). Con respecto a la cuestión del acceso a los mercados, los aranceles sobre los bienes industriales ya tienden a ser bajos en la Unión Europea y las ganancias en esta área dependerán de la mejora de la competitividad de los productos brasileños: para que el acuerdo se traduzca en beneficios será prioritaria la agenda nacional. El final de las negociaciones marcó un paso importante en la dirección de la liberalización, pero también de compromisos con reglas en diferentes áreas que van desde cuestiones de convergencia regulatoria en la conducción de normas comerciales, inversiones, empresas estatales y temas de la agenda de desarrollo sostenible. El acuerdo tiene esta amplia dimensión. Será necesario, por tanto, definir cuáles son las pautas que deberían guiar una posible ola de nuevos acuerdos. Surgen preguntas tales como ¿sólo se enfocará en la liberalización del comercio? y ¿cuál es el margen de compromiso que Brasil quiere tener en asuntos regulatorios que impactan las reglas nacionales?. Aquí, nuevamente, se incluye la cuestión ambiental y la protección de los pueblos indígenas. La entrada en la OCDE y la ratificación de acuerdos con países europeos implica evaluar la postura brasileña sobre estos temas. Por último, vale destacar que la política de comercio con el mundo no está disociada de la política exterior. Las compras y ventas de productos en el comercio mundial y las entradas y salidas de inversión son dinamizadas, en las economías de mercado, por las decisiones de los operadores privados. Sin embargo, las regulaciones que moldean estas operaciones son definidas a partir del marco político e institucional que rige las relaciones entre los estados. La ratificación del Acuerdo Mercosur-Unión Europea requiere que los mensajes de política exterior brasileños sean consistentes con los compromisos asumidos por el gobierno en todos los capítulos de este tratado. 103


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