Foto: cortesía Daniel Niño
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Puente de la Bahía de
Sídney Este arco de 39 mil toneladas de acero es uno de los símbolos más representativos de australia. Escalar esta mega obra de ingeniería es el atractivo turístico número uno de la ciudad.
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Foto: cortesía Scott Crebbin
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naugurado en marzo de 1932, el Puente de la Bahía de Sídney ostentaba el título de la construcción en arco más grande del planeta con sus 134 metros de altura y sus 1149 metros de longitud. Y aunque hoy en día sus dimensiones ya han sido superadas por otras estructuras, este puente se convirtió en símbolo de modernidad del país oceánico que hasta ese entonces solo era conocido por su enorme riqueza natural. Esta, la primera gran obra de infraestructura de este país, atraviesa la bahía entre Dawes Point, en el costado sur de la ciudad, y Milsons Point, al norte, para conectar el centro financiero con un importante sector comercial y residencial que bordea la costa suroriental australiana.
Se fabricaron más 25 700 km de cable de acero para anclar la estructura del arco a la piedra arenisca y evitar que esta colapsara durante la construcción. Este método de anclaje ya había sido usado 25 años antes en la construcción del Puente de las Cataratas Victoria entre Zambia y Zimbabue, pero en esta ocasión la estructura era 50 veces más pesada.
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Foto: cortesía Daniel Niño
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Mantenimiento robótico El puente requiere inspecciones y trabajos de mantenimiento constantes para protegerlo de la corrosión. Para esto, 485 mil metros cuadrados de la estructura –lo que equivale a 60 campos de fútbol– necesitan ser pintados con una sustancia especial de secado rápido que evita que los residuos caigan sobre los vehículos o la superficie del puente. Cada capa demanda más de 30 mil litros de pintura.
La obra Desde 1815 existía la iniciativa de construir un puente que comunicara estas dos zonas, pero fue solo hasta después de la Primera Guerra Mundial que el proyecto se materializó. La construcción, liderada por el ingeniero australiano John Bradfield, director del departamento de Obras Públicas de Nueva Gales del Sur, y ejecutada por la firma inglesa Dorman Long & Co., fue adjudicada mediante licitación internacional. En la primera fase del proyecto, alrededor de 500 edificaciones residenciales y comerciales se demolieron para construir las
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vías de acceso y los talleres donde se fabricó la estructura metálica. Tres años después empezaron las excavaciones. Durante esta etapa, más de 130 m3 de concreto se usaron para formar las bases del puente, que fueron cavadas en piedra arenisca y tienen 12 m de profundidad. En cada extremo del puente se construyó un par de pilones de concreto de 89 m de altura, recubiertos con 18 000 m3 de granito, material extraído de la región de Moruya, ubicada a 300 km al sur de Sídney. Las cuatro torres, diseñadas por el arquitecto escocés Thomas S. Tait, que se eri-
Adicionalmente, desde 2013 dos robots llamados ‘Sandy’ y ‘Rosie’, diseñados por la Universidad Tecnológica de Sídney, son los encargados de una gran parte del mantenimiento de las vigas de acero. Estas dos máquinas inteligentes y livianas se instalan manualmente en un sistema de riel sencillo, desde el cual escanean automáticamente la estructura y generan un mapa en 3D para lograr un trabajo preciso. Retiran la suciedad, el óxido y la pintura vieja, y no solo aceleran el trabajo, sino que reducen el riesgo de accidentalidad de los trabajadores.
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Los pilones
gen sobre las bases del puente, no tienen ninguna función estructural. Una vez la cimentación estaba considerablemente avanzada, se levantaron dos grúas –una a cada lado de la bahía– que permitieron el ensamble gradual del arco de acero, desde los extremos hacia el centro. Durante este proceso, que duró casi dos años, las dos estructuras metálicas fueron sostenidas por cables de acero fijados a unos túneles cavados en ambas orillas para evitar que el arco colapsara durante las obras. El 19 de agosto de 1930 las dos mitades del arco se encontraron por primera vez. Después de las celebraciones correspondientes, las grúas volvieron a trabajar pero en sentido contrario, avanzando del centro hacia los extremos, completando así la construcción de la plataforma. Al mismo tiempo, al arco se le añadieron perchas verticales –de 7,3 m la más corta y de 58,8 m la más larga–, que se unían con las vigas transversales de la superficie, la cual está suspendida a 49 m sobre el nivel del mar.
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Ya para febrero de 1932, casi nueve años después del inicio de la obra, 96 locomotoras fueron ubicadas sobre la plataforma para comprobar su capacidad de carga. Luego de tres semanas de estudios, el proyecto fue declarado seguro y los ocho carriles vehiculares, las dos líneas de tren, una ciclovía y un camino peatonal estaban listos para ser inaugurados.
El proyecto fue liderado por el ingeniero australiano John Bradfield, director del departamento de Obras Públicas de Nueva Gales del Sur, y ejecutado por la firma inglesa Dorman Long & Co.
Aunque las cuatro torres fueron incluidas en el diseño para darle un marco estético al puente, hoy tienen una función específica. En la torre suroriental funciona un museo donde se pueden apreciar fotografías originales y algunas piezas de valor histórico de la construcción. En el último nivel existe un mirador turístico con vista 360º hacia la bahía y la ciudad, abierto al público. En el pilón suroccidental se encuentran las cámaras del circuito cerrado de televisión con vista al puente y las carreteras aledañas, monitoreadas por la Autoridad de Tráfico y Carreteras del gobierno de Nueva Gales del Sur. Finalmente, en las dos torres del lado norte se dispusieron las chimeneas de ventilación del Túnel de la Bahía de Sídney. Los cuatro pilones fueron modificados en 1942 para instalar parapetos y cañones antiaéreos con el objetivo de defender la ciudad de posibles ataques durante la Segunda Guerra Mundial.
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Foto: Shutterstock
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Los planes turísticos cuestan entre 148 y 368 dólares australianos, dependiendo del recorrido o del horario, pues se pueden tomar por la parte interior o exterior de la estructura, al amanecer, de día, al atardecer o en la noche.
pues la soldadura estructural aún no estaba lo suficientemente desarrollada para ser usada en el puente. La construcción de la armadura requirió 52 800 toneladas de acero, de las cuales 39 000 fueron usadas únicamente para el arco.
El armazón escalable
La estructura metálica El arco está compuesto por dos cerchas arqueadas de acero, formadas por 28 secciones que se unen en el centro, y cuyas alturas varían entre los 18 y los 57 m. En total, la estructura arqueada mide 503 m de largo y 134 de alto, desde el nivel del mar hasta su tope. En los días más cálidos, la expansión del acero puede incrementar la altura del puente en aproximadamente 18 centímetros. Sus extremos están soportados por cuatro rodamientos de acero de 4,2 m de largo y 36,8 cm de diámetro, que sostienen una carga máxima de cerca de 20 mil toneladas cada uno, lo que le permite girar y acomodar la expansión y contracción causada por los cambios de temperatura. La forma arqueada del puente es el resultado del biselado de las piezas rectas y la precisión en la unión de estas, ensambladas con más de seis millones de remaches que se calentaban al rojo vivo, se insertaban en las placas de acero y luego se finalizaban con una gran remachadora neumática. Esta técnica era la más efectiva del momento,
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Desde su apertura, el arco de acero ha llamado la atención de los amantes de las alturas. Entre los años 50 y 60 varios locales y turistas fueron sorprendidos al intentar escalar la estructura de forma ilegal. Pero fue solo hasta 1998 que la administración del puente decidió hacer de esta experiencia un atractivo turístico para que el público general llegara hasta donde solo trabajadores, camarógrafos, invitados especiales y escaladores clandestinos habían estado antes. Disfrutar de una exclusiva vista panorámica de la Bahía de Sídney es la recompensa de todos los que se atreven a desafiar las alturas y tomar uno de los recorridos ofrecidos para escalar el puente, siempre
equipados con overoles especiales y arneses asegurados a la estructura por medio de una línea de vida. La empresa fue fundada por Paul Cave –quien en 1989 estuvo involucrado en la organización de una excursión sobre el arco– en el marco de una convención internacional de negocios. Después de varios años obteniendo permisos y diseñando una ruta que no interfiriera con el trabajo de mantenimiento y que no pusiera en riesgo la vida de los escaladores, Cave logró convertir este plan en la atracción turística número uno de Sídney, que hasta el momento suma más de 3 millones de personas de todo el mundo. El ascenso empieza en la parte oriental del puente, sube hasta la cima, y allí cruza toda la cumbre para descender luego por el borde occidental de la estructura. La ruta incluye el paso por escaleras, pasarelas y plataformas, diseñadas originalmente para el movimiento de los trabajadores encargados de la construcción y del mantenimiento.
ficha técnica Nombre del proyecto Ubicación Altura de la cima del arco Longitud del arco Longitud del puente Diseño Construcción Dirección de ejecución Valor del proyecto Fecha
Puente de la Bahía de Sídney Sídney, Australia. 134 m 503 m 1149 m, incluyendo palmos de acercamiento Sir Ralph Freeman Dorman Long & Co. John Jacob Crew Bradfield $ 6 250 000 libras esterlinas 1923 - 1932
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