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TESTIMONIOS
Guillermo Pumarol Mej A
Gabriel Acosta Mej A
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Tía Cándida, mujer inteligente, creativa y organizada. Pone todo su entusiasmo y esfuerzo en alcanzar las metas que se propone. Trata siempre de mejorar en cada aspecto de su vida, consiguiendo con perseverancia y tenacidad lo que se propone; es hábil en los negocios y a veces puede ser arriesgada. Ella es un ejemplo y modelo de superación y dedicación en nuestra familia, sin duda un referente positivo de éxito bien merecido en base a esfuerzo, visión y preparación.
Representa un pilar para nosotros como familia, llevando el auténtico sello Mejía Vázquez de trabajo tesonero y honesto; es afectiva y servicial en todo cuanto pueda colaborar a sus seres queridos, su sola presencia resalta siempre entre nosotros y ni hablar de su personalidad, siempre esforzada, pero con naturalidad, por ser la tía alegre, dadivosa y jocosa. Los muchos momentos de alegría y complicidad que hemos vivido junto a ella han hecho que atesoremos el tiempo que compartimos.
Haber tenido el placer de ser testigo en primera fila de los logros de mi mamá, la Ing. Cándida Mejía, ha sido un honor, un privilegio y una lección de vida que realmente no tiene precio. Desde una temprana edad me percaté del esfuerzo que mi mamá le ponía a su trabajo; fue ahí donde por primera vez aprendí que las cosas que valen la pena hay que trabajarlas y que uno puede lograr lo que se proponga, siempre y cuando asuma el trabajo con tenacidad, con deseos de superación y con las agallas para enfrentar las dificultades que la vida pueda presentar. Vi a mi mamá, siendo una madre soltera, de dos hijos menores, completar una maestría, asistir a talleres de capacitación y buscar de una manera insaciable la forma de autosuperarse y mejorar su vida. Fue ese deseo y esa actitud lo que la llevaron donde está hoy día.
“Mami, has sido un tremendo ejemplo como madre, y yo soy quien soy porque me mostraste cómo llegar a serlo de una y mil maneras. Estoy orgulloso de ser tu hijo.”
Yokasta Delmonte
Doña Cándida es para mí una mujer especial, que combina en su ser un hermoso corazón y una fortaleza digna de admirar; como profesional es una guerrera incansable y ha sido y sigue siendo un ejemplo para muchas personas.
Trabajar con ella durante 17 años ha sido una experiencia hermosa, de constante crecimiento y aprendizaje, tanto en lo personal como en lo laboral. Sus reconocimientos y sus regaños han colaborado para que yo sea una mejor profesional y un mejor ser humano.
“Doña, la quiero, respeto y le estoy muy agradecida.”