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SÍ SE PUEDE
Por: Luisa Ibañez Martínez
LA UNIVERSIDAD: UN SUEÑO ALCANZABLE
Siendo una estudiante universitaria latina de primera generación, enfrenté el desafío de perseguir mi sueño a pesar de los obstáculos. Hoy, me siento orgullosa de poder decir que me encuentro cursando mi último año en la Universidad Estatal de Arizona.
Cuando comencé a pensar en asistir a la universidad, ya sabía que mi familia no iba a poder pagar la matrícula debido a su alto costo. Esto continuó siendo una de mis mayores preocupaciones al ir investigando las universidades a las cuáles me gustaría entrar y así obtener mi educación superior.
Sabía qué, si quería titularme, tenía que buscar ayuda financiera, y la verdad, no tenía ni idea de por dónde empezar a buscar. Siempre le estaré agradecida a mi maestra de español quién fue la que me habló sobre algunos de los aspectos importantes para inscribirme en la universidad, incluyendo los recursos financieros. Ella fue la que me habló de FAFSA.
La primera vez que llené la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA) fue sumamente intimidante. Cuando comencé la solicitud, recuerdo haber leído cada detalle cuidadosamente, asegurándome de que mis padres y yo no cometiéramos errores. Una vez terminada la solicitud, mis padres no pudieron firmar electrónicamente ya que pedían un número de seguro social. Entonces, imprimimos el documento y lo enviamos por correo postal para su procesamiento.
Gracias a FAFSA, obtuve varias Becas Pell y la Beca Obama debido a mi necesidad financiera. En los años siguientes, cada vez que llenaba de nuevo la FAFSA, seguí las mismas precauciones, asegurándome de leer todo y revisar la solicitud varias veces antes de enviarla. La aplicación ya no era tan intimidante como antes, me sentía cómoda llenándola y ayudando a amigos con complicaciones similares.
Este año, el Departamento de Educación de EE. UU. cambió un poco el proceso. Este cambio facilitó el llenado de la FAFSA para algunos estudiantes y sus padres. Pero complicó las cosas para aquellos padres que, como los míos, no cuentan con un número de seguro social. No había manera de que ellos llenarán la solicitud, lo cual puso en peligro mi oportunidad para ser considerada para las Becas Pell y otras becas más.
Estos cambios generaron mucha confusión para mí y para muchos otros jóvenes en mi misma situación. Afortunadamente, la Universidad Estatal de Arizona extendió las fechas de presentación prioritaria de la FAFSA hasta el 1 de mayo, para abordar los desafíos que este cambio reciente ocasionó.
Ahora, estoy cerca de terminar mis estudios universitarios, veo hacia atrás y reflexiono sobre los obstáculos que tuve que enfrentar y sobre las oportunidades que FAFSA me brindó. Solo espero que el proceso de solicitud de la FAFSA sea cada vez más sencillo y que los jóvenes que buscan continuar sus estudios superiores, no se desanimen.
Siempre hay esperanza y recursos disponibles para que todos los estudiantes cumplamos nuestros sueño de ir a la universidad.
Si tú o un conocido necesitan información sobre cómo llenar la FAFSA y otros recursos disponibles para tu educación universitaria, por favor visita Aliento y comunícate con nosotros. Estamos aquí para ayudarte.