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EPÍLOGO
La idea de migrar no era extraña en mi familia, más bien estaba latente.
Mis abuelos maternos fueron inmigrantes.
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Mis padres habían migrado al sur del país cuando comenzaron su vida juntos.
Nosotros como familia migramos de país hace treinta y cinco años.
Nos encontramos con familiares que habían llegado antes y conocimos a muchas personas nuevas.
Trabajamos, emprendimos, estudiamos, abrimos y cerramos negocios.
Crecimos, nos casamos, tuvimos hijos y sobrinos.
Mi papá ya no está con nosotros, falleció veinte años después de haber llegado acá.
Aunque ahora tenemos intereses y actividades laborales diferentes, me gusta pensar que somos una familia de artesanos, que sabemos crear, emprender y reparar.
Nos deseo a todos disfrutar de los frutos de este viaje.