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Voyeristas y nuevos partidos

En estos años el diagnóstico de la oposición es al de ser voyeristas de la política. Les gusta ver pero no participar y en esa pasividad creen satisfacer sus necesidades que le son naturales. No participan en su labor de gobernar, simplemente ven los toros desde la barrera como los malos toreros y esto para ellos es su aportación a la vida política del país que les lleva a contar con “millones de mexicanos”. Nada más falso.

Los voyeristas prefieren la fantasía a la realidad y, en el caso de la oposición tiene como referencia el pasado.

Sucede lo contrario con los medios de comunicación que pasaron de ser agentes pasivos en la política a rabiosos militantes de la oposición, cuyos partidos están tan confundidos como fundidos en una amalgama que los lleva a perder la identidad en lo general y en lo individual como militantes.

Los partidos políticos de oposición cuestionan la lentitud de las obras públicas pero ellos en ese mismo lapso no pudieron crear cuadros y mucho menos un candidato competitivo, por lo menos en una alcaldía de la Ciudad de México, ya no a la Presidencia, que al parecer, es mucho pedir.

Sin duda es época de nuevos partidos sin registro, ya lo comprobó el añejo INE que tuvo sus glorias como partido de oposición, a grado tal que tenía más candidatos que el PAN y el PRI juntos. Pero no fueron los únicos, también surgió como partido político el Tribunal Electoral, que se plantó en la oposición desde que se intentó reducirle el salario al Presidente.

No se quedan atrás en su militancia conservadora y de oposición los ministros de la suprema corte de Justicia, cuya descomposición no extrañaría que colocara a Goyo Cárdenas como su presidente, si éste viviera, porque por ahí van a la hora de elegir cabeza del tribunal supremo del país.

Pero ante río revuelto ganancia de pescadores y la falta de oposición, crea huecos donde cualquier grupo, más o menos organizado, puede convertirse en partido político, y ahora las casas encuestadoras toman una postura que los define y los fortalece económicamente. Esas empresas ya dieron su fallo sin ser jueces ni comicios de por medio. Ya no son los partidos los que buscan espacios para dar a conocer las encuestas por las que pagaron sino las casas encuestadoras, ofrecen en sus paquetes, medios para difundirlas. De ser voyeristas de la política, espontáneos que no se atrevían a arrojarse al ruedo ahora forman parte de la política mexicana ante la ausencia de partidos político y líderes que pudieran concursar, con credibilidad y certeza, en las elecciones; sin embargo, todavía tienen la esperanza de hacer oficial su alianza que aglutinaría a todos estos grupos, empresas y tribunales para competir en las urnas contra Morena.

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