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Estamos por cumplir 6 meses de que concluyeron las pláticas en el marco del T-MEC en 2 áreas principales: el energético y el maíz transgénico, sin que se alcance algún acuerdo que ponga fin a las diferencias.

Estados Unidos ha sido muy claro, no quiere soluciones parciales al incumplimiento mexicano, lo que buscan es una solución definitiva, pero…

El gobierno mexicano ha recurrido incluso a medidas extremas como llamar al nacionalismo, pero los estadounidenses han mostrado que más allá de la retórica, presentan sus peticiones, quejas y hasta reclamos al Congreso mismo, a las instancias cabezas de sector y hasta el mismo gobierno federal.

Esta semana la representante del gobierno de Joe Biden para el T-MEC, Katherin Tai, dejó entrever que mandará en los próximos días un ultimátum al gobierno mexicano ante las insalvables diferencias, por el momento en el terreno energético.

Pero los tiempos políticos influyen en el reloj del acuerdo comercial.

Empresarios del sector energético de los Estados Unidos han mandado cartas tanto al Congreso como a la misma Casa Blanca para manifestar su desacuerdo en torno a la actuación de México sobre lo ya acordado en el T-MEC, pero el problema es que cada día son más los que se suman a estas quejas y reclamos.

En respuesta a estas expresiones el gobierno mexicano ha dado largas, largas y más largas a la solución y sólo presentan espacios parciales pero ninguna de fondo, lo que han detectado ya los estadounidenses incrementado su molestia.

Las florituras verbales en las largas intervenciones presidenciales desde México han mostrado ser cada día menos efectivas y los empresarios afectados buscan soluciones, no más aplazamientos.

La ley de hidrocarburos de 2014 de México, simplemente no las respeta el gobierno de Lopez Obrador, aduciendo que se perjudica al “pueblo”, más allá de que hayan participado en la parte final de las reuniones y en la firma final del acuerdo comercial del T-MEC.

El tiempo corre y parece que el gobierno mexicano busca pasarle los problemas de uno los “paneles internacionales” al siguiente presidente y bueno, en los Estados Unidos marchan por la misma ruta, librando las quejas de empresarios y congresistas afectados.

Las negociaciones acabaron en 2018 y los tiempos para resolver las diferencias concluyeron el fin del año pasado, la pregunta es cuándo jalará del gatillo el gobierno de Biden para exigir una solución al gobierno mexicano, cuándo.

Cabe recordar que la implementación de un panel internacional tardaría poco más de un año y los tiempos políticos marcarán sin duda la agenda a seguir.

Lo cierto es que México y Estados Unidos están en un camino en el que la “politiquería, como dice el presidente mexicano” es lo que impera.

•Doctora en Relaciones Internacionales ncalmarosa@gmail.com / @ncar7

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