#Quédate en el barrio. 5 ideas para una ciudad que cuida.

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# QUÉDATE EN EL BARRIO. 5 IDEAS PARA UNA CIUDAD QUE CUIDA. Intervención en 3er Conversatorio “Ciudades Post Pandemia”: Servicios esenciales e infraestructura. Nuevas necesidades para ciudades post-pandemia. Javier Vera Cubas

El pasado miércoles 22 de abril se realizó el 3er conversatorio “Ciudades pos Pandemia”, en que seis personas fuimos invitadas por el equipo organizador de Limapolis 2020 a realizar una breve exposición sobre “Servicios esenciales e Infraestructura. Nuevas necesidades para ciudades pos pandemia”. En el primer bloque participé junto a Laura Losada y Belen Desmaison. En el segundo bloque estuvieron Álvaro Espinoza, Lourdes Giusti (decana del CAP Lima) y Matteo Stiglich1. En mi turno expuse cinco ideas, por lo limitado del tiempo, de manera muy sintética. A continuación las reproduzco un poco más desarrolladas, y añado algunas imágenes, enlaces y notas complementarias que ayudan a su mejor comprensión.

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En este link se pueden ver todas las intervenciones y las rondas de preguntas del público. https://www.facebook.com/limapolis2020/videos/812379886255060/


1. Replantear el concepto de “lo esencial” En estos días se ha dicho que la economía tambalea porque estamos comprando solamente lo esencial. Esa economía, basada en el consumo de pseudo necesidades impuestas por el Mercado, seguramente tendrá que cambiar después de la crisis. Un nuevo contrato social. De igual manera podríamos cambiar la ciudad si volvemos a preguntarnos qué es lo esencial para el habitar y la vida urbana. Un nuevo contrato espacial. 2 Hay que tener claro que, en términos urbanísticos, “lo esencial” no es lo mismo que “lo mínimo necesario”. Lo esencial tiene que ver con el buen vivir. Lo mínimo necesario, con el sobrevivir. Pienso que solo lo primero tiene que ver con la arquitectura. Es decir, salvar vidas no es tarea de arquitectos, como sí lo es que las vidas sean mejores. Como ejemplo de esto, señalar que la cultura, que para muchos en el Perú es algo innecesario, en Alemania ha sido incluida por el gobierno entre los “bienes de primera necesidad”3. Creo que tendría que ser parte de este debate.

2. Reducir las distancias de la movilidad - Ampliar las distancias del encuentro / Nuevos modelos de ciudad. Las nuevas condiciones obligarán a retomar y repotenciar la Reforma Integral del Transporte, pero con nuevos ingredientes. El objetivo de fondo: reducir los desplazamientos largos para evitar esos momentos de aglomeración. Ante la necesidad de “distanciamiento personal” en la escala humana, habrá que apostar por la cercanía a escala urbana. Pasar del “quédate en tu casa” al “quédate en tu barrio”. Aparece El Barrio como algo esencial: la ciudad de la vida cotidiana, del caminante, de las mujeres y los niños. Esto requerirá un cambio de escala y un cambio de foco. ¿Cuál es la escala adecuada de esa unidad orgánica básica para nuestras ciudades?4 Es otro tema para el debate. 2

El Curador de la XVII Bienal de Arquitectura de Venecia (programada para mayo 2020, pero ya postergada), Hashim Sarkis, tituló la convocatoria “¿Cómo viviremos juntos?” y en su texto (pre covid19) habla de la necesidad de un nuevo contrato espacial. La ministra de Cultura, Monika Grütters, señala que “en esta situación también reconocemos que la cultura no es un lujo y ahora estamos comprobando cuánto nos hace falta si tenemos que prescindir de ella por un tiempo determinado”. 3

https://www.abc.es/cultura/abci-alemania-incluye-cultura-entre-bienes-primeranecesidad202003180142_noticia.html?fbclid=IwAR0fH7beaEc620ploDAYxGtjd5rm7zpQczCgEw xUsM9QuD8rGrIoGKi3QKw Sostengo que la escala adecuada para esa unidad llamada “barrio” no es la del distrito, ni la del asentamiento humano, sino una intermedia. Pongamos como ejemplo lo propuesto por el Proyecto Fitekantropus. Comas (uno de los 43 distritos de Lima) está organizado en 14 zonales. En la Zonal 2 hay 27 asentamientos humanos, y siguen sumándose nuevos año tras año. La Balanza es solo la parte alta, que equivale a aproximadamente un tercio de toda la zonal. Este barrio estaría conformado por partes, en cada una de las cuales se van agrupando entre 4 y 6 asentamientos humanos según criterios territoriales. 4


Ahora, el hecho que la mayoría de barrios se encuentren aún en proceso de consolidación, nos da la oportunidad de producir un modelo nuevo, para el cual son precisos conceptos que han estado dando la vuelta al mundo en estos días, pero que llevan tiempo presentes (aunque quizás invisibilizados) en nuestro territorio, como “la ciudad de los 15 minutos” promovida por la alcaldesa de Paris, la ciudad de lo cotidiano del urbanismo feminista, las supermanzanas del urbanismo ecológico, o la movilidad sostenible y sus modos alternativos de transporte. Este nuevo modelo tendría tres características principales a) Una ciudad caminable: - Con menos pistas y más calles peatonales, con proyectos de interconectividad barrial amables y seguros5. Una buena referencia son los “Camino seguro al Cole”6, que bien podrían adaptarse a “Camino al Mercado” y similares. - Veredas más anchas, ya que si hablamos de una distancia interpersonal de 1.50 m., entonces nuestras típicas veredas de 1m de ancho quedarían obsoletas, y darían paso a otras con un ancho mínimo de 2.70 a 3.20 m, - Supermanzanas liberadas de autos al interior para promover la vida peatonal (como ya se ha empezado a trabajar en San Borja7, y como fue el planteamiento de Villa El Salvador hace más de 30 años). - Nuevos sistemas de transporte más inteligentes, como teleféricos (no solo los turísticos) y ciclovías. Este último tema se viene tratando mucho en estos días y se están dando avances importantes con propuestas desde el gobierno y la sociedad civil8.

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El Paseo de la Cultura FITECA, por ejemplo, propone conectar el espacio público central del barrio con el Colegio, haciendo uso de 8m de ancho a cada lado de la pista de acceso principal. 6 Propuesta inspirada en las ideas de Francesco Tonucci que promueven la autonomía de los niños en las ciudades que viene aplicándose en diversas localidades del mundo. Originalmente llamada “A la escuela vamos solos”, algunas adaptaciones la denominan también “Camino escolar seguro”. 7 https://larepublica.pe/sociedad/2019/08/01/este-mes-se-inaugura-la-primera-supermanzanapeatonal-en-san-borja/ 8 https://especiales.elcomercio.pe/?q=especiales/pedalear-contra-la-pandemia-ecpm/index.html


b) Una ciudad con equipamientos multiusos que consolidan centralidades barriales en el marco de planes estratégicos: Nos referimos a equipamientos ligados a las organizaciones sociales que operan en los barrios: locales comunales administrados por dirigentes vecinales, comedores populares liderados por clubes de madres, centros culturales dirigidos por grupos artísticos y gestores culturales, entre otros. El reto sería que los diferentes usos estén integrados en un solo edificio que, además, esté integrado al espacio público. Arquitectura urbana capaz de ir más allá del lote. Estas organizaciones de base, que han sido de vital importancia en la historia de la construcción de nuestras ciudades, hoy por hoy están dispuestas a actuar frente a la pandemia, pero requieren condiciones, directivas y capacitación. Tendrían que integrarse a programas del Estado con cooperación del sector privado. Esta sería una excelente oportunidad para relanzar, por ejemplo, los Comedores Populares. El proyecto del Comedor San Martín del Once en La Balanza9, que integra el proyecto social inicial al Cultural de la FITECA y al educativo de la nueva Biblioteca Fitekantropus10, da luces al respecto, y bien podría ser tomado por piloto a ser replicado11.

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https://www.archdaily.pe/pe/867095/de-comedor-a-local-comunal-un-proyecto-que-enmarcala-memoria-del-barrio-la-balanza-comas-en-lima 10 La biblioteca, que ha recibido apoyo del MinCul para implementar mas y mejores libros, puede trabajar en coordinación con la escuela local que se encuentra a unos metros de distancia. Y la Sala de Usos Múltiples puede servir para, por ejemplo, proyectar películas para un aforo de 30 personas guardando la distancia recomendada, a un precio módico (en economía y distancia) en comparación de lo que cuesta ir al cine del Centro Comercial Mega Plaza. 11 En el año 2014 se llevó a cabo un trabajo de cooperación con una iniciativa privada que buscaba precisamente la reformulación y relanzamiento de los Comedores a nivel de Lima Metropolitana. Aquí un reportaje realizado al respecto http://www.eltrinche.com/datoscalientes/dar-de-comer-con-amor/


Por otro lado, y en relación al primer punto, los grupos de Cultura Viva Comunitaria y los Puntos de Cultura (mapeados por el MinCul), tendrían aquí el reto de llevar a cabo un proceso de territorialización que los vincule con los municipios y cruce sus planes con los de desarrollo urbanos para trabajar juntos potenciando el uso creativo y responsable del espacio público, y liderar las campañas de pedagogía ciudadana, tan necesarias en estos momentos. Hablamos en ambos casos de iniciativas autogestionarias que, insisto, no pueden seguir trabajando solas, a punta de esfuerzos individuales o de grupos reducidos. Es necesario reforzar las redes comunitarias con presencia del Estado. Lo común puede ser un trampolín para rescatar lo público, si se entienden como parte del mismo sistema de cooperación12.

c) Una ciudad que cuida: 12

En los anteriores conversatorios se ha venido hablando de la necesidad de romper la dicotomía público-privado desde el espacio intermedio de lo común. Pero no podemos idealizar o romantizar lo comunitario, abandonándolo a su suerte como si fuera la solución a todos los problemas. Maravillarnos por todo lo que han logrado es un justo reconocimiento, pero que ello signifique seguir cargándolos de lo que debiera ser una responsabilidad compartida es injusto, y además, inocente.


Ante la situación de miedo e inseguridad actual, ayuda recordar el origen de la ciudad: vivir juntos para estar mejor, para protegernos del enemigo, para crecer cooperando. Una ciudad en la que somos obligados a vivir separados pierde su sentido. Entonces las nuevas condiciones nos ponen ante una paradoja, ante la cual habrá que defender la idea de que la seguridad se asocia no a la vigilancia opresora (rejas, cámaras de seguridad, dispositivos electrónicos, militares en las calles) sino a la convivencia amable. A escala humana, podríamos empezar a hablar de una “distancia del cuidado”, aquella de la protección y el respeto por el otro.

Propuestas pedagógicas como la de Montessori o Reggio Emilia nos enseñan que un buen espacio, además de tener la capacidad de albergar diferentes actividades, es educativo en sí mismo al permitir y provocar que, en su uso, uno se construya a sí mismo. Esta idea del “espacio como tercer maestro” puede y debe acompañarnos en esta nueva etapa en la que necesitaremos reconstruirnos como ciudad y como sociedad.

3. Nuevas relaciones de producción y consumo / Nuevas infraestructuras A estas alturas del confinamiento está claro que los Mercados son esenciales, pero también problemáticos. Tendrán que replantearse en sus diferentes escalas. Un estudio de GRADE13 generó unos mapas que muestran que, en general, los mercados de abastos están bien ubicados y distribuidos, así que se trataría, por un lado, de temas de gestión, y por otro, de diseño del espacio. Quizás una opción sea que se extiendan hacia el espacio público alrededor, como lo sugiere la propuesta elaborada para el Mercado de Magdalena por el colectivo Magdalena Creativa.

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Álvaro Espinoza explicó mayores detalles en su intervención en este mismo conversatorio.


Pero en paralelo habría que mirar el comercio más local: la tiendita, la bodega de la esquina, establecimientos que aún son parte de nuestra cultura pero se ven cada vez más amenazados de desaparición, devorados por los grandes supermercados que, adicionalmente, niegan la calle, afectan las pequeñas economías y afectan el intercambio social. En esta lógica de volver a la escala barrial de la vida cotidiana, el contacto “cercano pero a una distancia de cuidado” sería más fácil de manejar, y esa forma de relación social del “casero” que te cuida, que se preocupa por ti, podría renacer en algunos casos y verse protegida en otros. A esto habría que sumar otros temas como la producción casera-doméstica (huertos urbanos), el trueque entre vecinos, las ferias barriales de fin de semana, los mercados móviles y otras propuestas que empiezan a aparecer14, que requieren sus propias consideraciones espaciales y no tienen por qué ser exclusividad de las zonas de clases más altas de la ciudad.

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En Apurímac, Cuzco y otras ciudades del Perú, empiezan a activarse interesantes propuestas de mercados móviles

https://larepublica.pe/sociedad/2020/04/23/apurimac-mercado-movil-recorre-callespara-abastecer-a-pobladores-de-san-jerominolrsd/?fbclid=IwAR0ybZiWkOYOzAk9CZ7rddRmUSRWo-kEBaQemF_5tZT76ZBvxyUIZMQFow https://larepublica.pe/sociedad/2020/04/22/en-cusco-ponen-en-marcha-mercados-moviles-paraevitar-aglomeraciones-lrsd/?fbclid=IwAR1vWNz9M_XDZ8iJbzNN8ju4WkfdYKjGcLxNT4y9M5fhf5FDttQwtJMRm0


4. Nuevas vulnerabilidades / Nuevos cuidados Con la pandemia a “aparecido” una población vulnerable que requerirá nuevos espacios o nuevos usos de espacios pre existentes. Hablamos de: - Personas de la tercera edad, que ya sea en sus casas o en albergues, difícilmente cuenten con la atención y cuidados que requieren, pues forman parte de una sociedad que menos precia a quienes ya no producen economía. Nuestra valoración hacia ellos tendrá que cambiar y verse reflejada en mejores condiciones de vida, no solo en infraestructuras adecuadas (donde se suele confinarlos), sino también en el uso y disfrute del espacio público, que tendrá que prepararse para ellos. - Niños y niñas, quienes ya antes de la crisis estaban perdiendo la calle. Dependiendo de lo que hagamos en adelante, podrán reapropiársela más amable con ellos, o bien la perderán definitivamente, con las graves consecuencias que ello traería para su formación como ciudadanos. - Mujeres, que tal como se viene reportando, son víctimas de violencia doméstica acrecentada por el confinamiento, justo en el momento en que gracias a su lucha empezaban a ganar su derecho a la ciudad en igualdad de condiciones a los hombres, que lamentablemente siguen creyendo e imponiendo que la calle no es un lugar adecuado para ellas. - Personas sin techo, que carecer de un espacio privado donde recluirse están mucho más expuestas a contagios. - Migrantes, que son víctimas de estigmatización social y quedan, una vez mas, abandonados a su suerte, aislados de las redes de apoyo. Sobre este asunto han habido interesantes iniciativas, gratas sorpresas como la conversión de la Plaza de Toros de Acho en la Casa de Todos, o la transformación de la Villa Panamericana en Hospital especial para enfermos de covid19. También se ha hablado de reubicar a los comerciantes del Mercado Mayorista en el Cuartel Barbones. Será una oportunidad para revisitar y resignificar cuanta arquitectura en desuso tenemos, que no es poca ni es mala.


Aquí un especial énfasis en los niños. En España por ejemplo, ha habido un arduo debate sobre su posición en las medidas de confinamiento. Se decretó que desde el domingo 26 ya podían salir a las calles (obviamente con medidas restrictivas), y el gobierno se dirigió a ellos agradeciéndoles y pidiendo disculpas por tanto. https://www.youtube.com/watch?feature=youtu.be&v=39Emhuj5rcQ&fbclid=IwAR2E3n QQ_k8mZm_UxDuIXMmMVyoDeiVxAHivBsrkyw9D-SUSoE3TOstTXi4&app=desktop En Perú ha habido grandes avances sobre el tema desde el año pasado, con la Estrategia de Gestión Territorial “Primero la Infancia” del MIDIS, el programa Ciudad Infancia de la Municipalidad de Lima, el proyecto Urban95 de la Fundación Bernard van Leer, la Guía de implementación y uso de Espacios Públicos Saludables de Juego para niñas y niños de 0-5 años del MINSA y Unicef, y un buen número de iniciativas de colectivos de artistas y arquitectos, entre otros profesionales. Todas estas deberán ajustarse a la nueva realidad y apostar por cambios estructurales. Aquí hay que subrayar que no se trata de hacer una cajita aislada para cada grupo vulnerable, sino de lograr una convivencia saludable, fortaleciendo así su condición de ciudadanos. Juntos (a una “distancia de cuidado”) pero seguros.

5. Nuevas ciudades / Nuevos personajes Así como esta población vulnerable, también han aparecido otros personajes, que son los llamados “héroes” en la guerra contra el coronavirus. Hablamos de los médicos, enfermeras, profesores, repartidores, policías… los niños que se quedan en casa15.

Dice el pedagogo Francesco Tonucci sobre el heroísmo de los niños: “cuando se abra todo, pido que el primer día se quede la ciudad parada, vacía, libre, exactamente como debería ser siempre, regalada los niños que puedan salir todos de casa, verse con sus amigos, explorar sus ciudades vacías, solo para ellos”. “Los niños sabrán inventar juegos nuevos con reglas nuevas”. 15

https://www.youtube.com/watch?v=E8gnW1bB1o4


Curioso que los héroes de hoy eran los personajes más invisibilizados y maltratados antes de la pandemia. Además de los sinceros aplausos que les brindamos cada noche, ellos necesitan mejores condiciones laborales, lo que significa no solo mejor remuneración y beneficios económicos, sino también mejores escuelas, hospitales, mercados, espacio público. Merecen un mejor lugar en la ciudad, simbólica y funcionalmente. No un monumento. Sí una banca cómoda para descansar, una sombra para protegerse, mejores medios para movilizarse, una vivienda digna. Para cambiar a una CIUDAD QUE CUIDA tenemos que pensar en quienes nos cuidan y en quienes cuidan nuestra ciudad. Entender que un “personaje público” no es solo el político o el famoso de la farándula, sino también todos esos héroes anónimos que reivindican lo público y trabajan por el bien común. Quienes nos cuidan y a quienes tenemos que cuidar. La arquitectura puede servir para eso, hoy más que nunca.


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