Sábado 20 de Abril / 2013
EL DESPERTAR DE LA IGLESIA a LA REVELACIÓN DE
LA CRUZ
Jesús vino a este mundo para cumplir una misión y aceptó las condiciones impuestas por el Padre Celestial, sabiendo que todo culminaría en la Cruz del Calvario, adonde en medio del dolor, Él cumplió Su obra y pudo exclamar: “Consumado es”.
Nota. Que los que tengan el libro del poder de la sangre de Jesús, lo usen ya que es un material de guía para esta intercesión.
HORARIO DE INTERCESIÓN
5:00. A.M. Oremos para que nuestra nación experimente un genuino arrepenti-
miento. “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10).
6:00 A.M.
Clamemos aplicando la Sangre de Jesús para que nuestra nación sea protegida. “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (Apocalipsis 12:11).
7:00. A.M. Intercedamos para que toda maldición sea removida de nuestra
nación. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gálatas 3:13).
8:00. A.M. Oremos para que nuestra nación experimente la Revelación de
la Cruz. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
9:00. A.M. Intercedamos aplicando la Sangre rociada de Jesús sobre
nuestra nación que es para juicio o arrepentimiento. “A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24).
10:00. A.M. Clamemos aplicando la Sangre que brotó de la frente de Jesús en
Getsemaní por causa de la traición, para que el Señor quebrante el espíritu de infidelidad y engaño que afecta a nuestra nación. “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44).
11:00. A.M. Oremos aplicando la Sangre del cuerpo llagado de Jesús para
que en nuestra nación se quebrante todo espíritu de enfermedad y dolor y todo poder de rebelión y pecado. Clamemos para que nuestro ministerio fluya en lo sobrenatural. “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:4-5).
12.00. M. Intercedamos aplicando en nuestra nación y también en nues-
tro ministerio, la Sangre que brotó de la cabeza de Jesús por causa de la corona de espinas; para que podamos prosperar, conquistar tierra, influenciar en la educación, en los medios masivos de comunicación, en la política, en las artes, etc. “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Es-
pinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo” (Génesis 3:16-18). “Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas” (Marcos 15:17). Clamemos para revertir la maldición que entró por causa del pecado de Adán, declarando que bendita será nuestra tierra por causa de la Sangre que brotó de la cabeza de Jesús.
1.00. P.M. Oremos por nuestra nación aplicando la Sangre que brotó del ros-
tro de Jesús cuando le arrancaron la barba, y que el Señor haga de ella Su obra maestra. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10). “Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos” (Isaías 50:6).
2:00. P.M.
Oremos aplicando la Sangre que brotó de las manos de Jesús por causa de los clavos, para que el Señor active los dones y talentos en cada uno de los miembros de nuestra iglesia y sean usados para ganar a miles dentro de nuestra nación. “Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová” (Génesis 26:12) y (Romanos 12:6-21).
3:00. P.M.
Oremos aplicando la Sangre que brotó de los pies de Jesús, para que como Iglesia podamos cumplir el propósito divino en nuestra nación. “Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder, para que
el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:11-12).
4:00. P.M.
Oremos aplicando la Sangre que brotó del corazón de Jesús cuando traspasaron Su pecho con la lanza, para que como ministerio podamos restaurar corazones heridos y podamos direccionar a aquellos que están perdidos en este mundo. “He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6).