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La Tierra, nuestra segunda casa

or Arq. Dardo Gutierrez*

Todos los días nos despertamos, vamos al baño, desayunamos, nos trasladamos, compramos cosas, utilizamos otras cosas, y luego volvemos a nuestras casas. ¿Y qué fue lo que cambió al final del día? Que estamos más viejos, sí. Pero también que de alguna u otra manera afectamos a nuestro planeta: utilizamos electricidad, consumimos agua y gas, de forma directa. Pero también de forma indirecta con cada acción que realizamos: cada alimento que nos llevamos a la boca demanda para ser producido grandes cantidades de agua, de energía (electricidad, combustible, etc.) y materias primas.

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Al transportarnos es igual. Y de igual manera con cada objeto que compramos y/o utilizamos (ropa, cosas para la casa, elementos para divertirnos, y tantos otros). Lo que nunca nos pusimos a pensar es que con cada acción nuestra le estamos quitando algo a nuestro planeta. La Tierra no es infinita, ni tampoco lo que está sobre ella: los minerales, el agua, los combustibles. Hay un experimento que todos podemos hacer en internet, se llama “Huella Ecológica”, y nos dice a cada uno de nosotros cuántos planetas necesitaríamos si todas las personas vivieran como nosotros… es muy gráfico, hasta impactante.

Por otro lado, todo el tiempo estamos descartando cosas: restos de comida, envoltorios, objetos, prendas, accesorios que ya no nos sirven o no queremos. Nuestros padres o abuelos solían usar envases recargables, los artefactos y los muebles se reparaban. Los materiales eran nobles y duraderos, a veces por generaciones. ¿Pensaste cuál es la vida útil de un Smartphone hoy en día? 3, 4 años? ¿Cada cuánto solemos cambiar el modelo de auto? ¿Cuántos años tiene el mueble más viejo de tu casa?

Desde la Revolución Industrial las personas comenzamos a consumir cada vez más. Se inventaron muchas cosas para hacer nuestra vida más fácil, esforzarnos menos y estar más cómodos. Pero al mismo tiempo comenzamos a vivir de manera más acelerada, a tener la atención afuera en lugar de ver lo que sucede dentro nuestro.

Lamentablemente no podemos continuar con este estilo de vida. Ya no es una elección: El planeta está sufriendo nuestro mal uso y lo está mostrando día a día de diferentes maneras: terremotos, sequías, inundaciones, tornados.

Lo bueno es que todos podemos hacer algo. Ahora mismo, sin que nos cueste demasiado: Mirá a tu alrededor. Seguramente hay luces que podrían estar apagadas. Artefactos eléctricos que pueden desenchufarse. Llamas piloto encendidas innecesariamente. Canillas que gotean. Ropa que podemos regalar. También podés: clasificar los residuos, elegir elementos más sustentables, como luces Leds, pilas recargables, combustible ecológico. Y en el día a día, mejorando algunas de nuestras actividades diarias: Cerrar la canilla al cepillarte los dientes, ducharte en 5 minutos, usar menos el auto, comprar productos locales, estar más tiempo en la naturaleza, realizar actividad física, comer de manera más natural.

Lo importante es tomar consciencia de la realidad y de nuestro poder para cambiarla. Y de esta manera, de a poco comenzaremos a ver los resultados.

La ciencia milenaria de Vastu Shastra nos ayuda a observar lo que nunca vemos, todas esas cosas que damos por hecho, pero que constituyen lo esencial para nuestra vida. Nuestro planeta, el único que cuenta con formas de vida en el sistema solar, es nuestra segunda casa, nos alberga y nos protege.

Existe una antigua frase en sánscrito “Yat Pinde Tat Brahmande”, que refleja la naturaleza de la vida:

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