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El estado de equilibrio de nuestro mar interior

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YO SOY

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Por Dr. Fabián H. Lavalle

Muchos científicos creen firmemente que la vida comenzó hace dos mil millones de años en los mares de la era Precámbrica y que emergió a la tierra hace 360 millones de años, en el período Ordovícico (era Paleozoica). Cuando los organismos dejaron el mar, tuvieron en cierta manera que mantener su propio mar interior en la forma de fluidos corporales intracelulares y extracelulares. El estado del sodio, el cloruro y el potasio se relacionan de manera cercana con la aparición de la vida terrestre y una hipótesis relacionada a la evolución de la vida se basa en la creencia que el contenido de potasio de los mares del Precámbrico era mucho más alto con respecto a la concentración de sodio de lo que es en los mares actuales. Esto puede estar relacionado de alguna manera con la alta concentración de potasio dentro de las células. Es importante destacar que el potasio es el principal catión intracelular y el sodio es el principal catión extracelular. Más allá de esta hipótesis, está claro que las células pudieron crecer, funcionar y sobrevivir reteniendo este “mar interno amigable” mediante una ajustada regulación, y los riñones han jugado un rol mayor en la aparición de la vida en tierra firme, permitiendo a los vertebrados dejar el mar. La regulación del sodio, el cloruro y el potasio de los compartimentos intracelulares y extracelulares por parte de los riñones es crucial debido a que estos aniones y cationes determinan el tamaño de ambos compartimentos y juegan un rol significativo en

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• Comídas Dietéticas elaboradas el equilibrio ácido-base del organismo. A principios del siglo pasado se comenzó a observar una asociación entre la ingesta de sal (cloruro de sodio) y la hipertensión. En un principio se asumió que el componente de la sal responsable de este efecto era el cloruro, esto en parte de debió a que en esa época era más fácil hacer una medida de precisión del cloruro que del sodio. Con el desarrollo de nuevos instrumentos de medición (fotómetro de llama) se puso más énfasis en el sodio como responsable de los cambios en la presión arterial. Sin embargo, los dos iones trabajan juntos en el control del volumen extracelular y la presión arterial. Es el sodio acoplado al cloruro – y no a otros aniones como por ejemplo el bicarbonato- lo que afecta la distribución de fluidos en el compartimento extracelular. El sodio total corporal de un adulto normal promedia los 60 mmol/kg de peso corporal. Siendo 1 mmol de sodio = 23 mg, una persona de 70 kg tiene casi 100 g de sodio en su organismo. Un 40 – 45 % del total está en los huesos, cerca de un 50% está en el compartimento extracelular y un 10 % como intracelular. El contenido total de cloruro en un individuo de 70 kg también ronda los 100 g y alrededor del 70 % se encuentra en el compartimento extracelular, la mayor parte del resto se localiza en el colágeno del tejido conectivo. La pérdida normal de sodio ocurre a través de la piel, las heces y la orina. En ausencia de un esfuerzo físico considerable o de un estrés térmico, solo pequeñas cantidades se pierden por la piel y la pérdida por sudor puede ser regulada cambiando la producción de hormonas que retienen sal, como la aldosterona. Los individuos saludables, entre-

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Av. Rivadavia 16.107 / Haedo / 4460-4497 laaldea_haedo@hotmail.com nados y aclimatados al calor que a consecuencia de su actividad física llegan a transpirar entre 5 a 9 litros por día pueden disminuir la concentración de sodio en el sudor a tan solo 100 mg / litro luego de la aclimatación. Por esta razón, el riesgo de hiponatremia cuando se entrena en ambientes cálidos es mayor en personas no entrenadas y durante los primeros días de calor antes que el organismo se haya aclimatado. Lo que el entrenamiento No hace es adaptar el organismo a la deshidratación, al contrario, a iguales intensidades de ejercicio en ambientes cálidos la persona entrenada transpira más porque el organismo se adapta para protegerse de un aumento de temperatura central.

Como veremos en la próxima nota con más detalle, el organismo debe regular muy finamente las concentraciones de sodio y potasio para mantener el equilibrio de fluidos. Con nuestras acciones contribuimos a mantener ese equilibrio, por ejemplo una baja ingesta de potasio puede ser tan perjudicial como una alta ingesta de sodio porque de ambas maneras rompemos ese equilibrio, en el mismo sentido, un descenso marcado en la concentración de sodio como puede darse en personas que entrenan con altas temperaturas y solo se preocupan por hidratarse sin prestar atención a la ingesta de sodio puede ser peligroso y en estos casos a veces puede ser útil una bebida isotónica pero sin olvidar que en medicina los consejos generales nunca pueden tomarse como una indicación para un caso o paciente en particular. Continuará  Farmacéutico M.N. 11060 | Bioquímico M.N. 7208 https://drfabianlavalle.blogspot.com/ www.saturnargentina.com.ar

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